La amenaza Oculta
En la vasta base terrestre de los Autobots, el amanecer reflejaba sus tonos dorados sobre el campamento. Las fuerzas combinadas de Autobots y Decepticons se reunían, preparándose para la integración bajo un mando unificado. Soundwave y Jazz habían trabajado incansablemente para asegurar que la transición fuera lo más fluida y efectiva posible.
Soundwave, conocido por su precisión y control, estaba al mando de la armada estacionada en tierra. Su figura se destacaba en el centro de comando, los monitores mostrando datos y mapas holográficos que detallaban la distribución de las tropas.
—Dividiremos nuestras fuerzas en tres sectores principales —anunció el general a través del comunicador—. Cada sector contará con una combinación de Autobots y Decepticons, asegurando una defensa equilibrada y capacidades ofensivas eficientes. Jazz estaba a su lado, analizando los datos y ajustando los planes conforme a las necesidades.
—Sector Alpha será liderado por mí. Incluirá a los especialistas en infiltración y sabotaje. Nos aseguraremos de mantener las rutas de suministro seguras — Afirmo el Porsche con un toque relajado pero lleno de determinación.
—Sector Bravo estará bajo mi mando directo —continuó el jet espía —. Aquí concentraremos las fuerzas principales, con unidades pesadas y soporte aéreo. Necesitamos mantener una línea defensiva sólida y estar listos para cualquier incursión enemiga.
Las tropas comenzaron a movilizarse según las órdenes. Autobots y Decepticons, a pesar de sus diferencias históricas, se organizaban en un frente unificado. La armada en tierra, dirigida por Soundwave, incluía a figuras prominentes de ambos bandos.
—Sector Charlie será liderado por Prowl —añadió Jazz—. Sus habilidades tácticas son cruciales para mantener el control en las áreas urbanas y proteger a la población civil. Contará con equipos de reconocimiento y respuesta rápida.
Soundwave observó cómo las tropas se desplegaban conforme a sus órdenes. Los mapas holográficos actualizaban constantemente la posición de cada unidad, y la coordinación entre Jazz y él era impecable.
—Asegúrense de que todas las unidades estén al tanto de la tecnología de reprogramación y mantengan la confidencialidad absoluta —recordó el líder Decepticon—. La seguridad de nuestra especie depende de ello.
Con esto las fuerzas combinadas tomaban sus posiciones. La integración no era solo una cuestión de táctica, sino también de confianza y cooperación mutua.
En las calles de las principales ciudades, las personas se detenían a observar las pantallas gigantes que transmitían las imágenes de los robots gigantes moviéndose en formación. Los noticieros informaban sobre la alianza explicando que se unían para proteger la Tierra de la amenaza Tecno orgánica. Mientras tanto, en las oficinas del gobierno, las autoridades observaban con creciente preocupación. En una videoconferencia urgente, los representantes Terrestres y su consejo de seguridad discutían la situación. La pantalla mostraba imágenes en tiempo real de los movimientos de los Autobots y Decepticons.
—Necesitamos una explicación clara de lo que está ocurriendo —dijo el Presidente, su tono serio y decidido—. No podemos permitir una movilización de esta magnitud sin estar involucrados, este es nuestro planeta después de todo.
En el centro de mando de los Autobots, una llamada entrante desde las autoridades humanas interrumpió la planificación. Optimus Prime, con su presencia imponente, respondió a la misma, consiente del reclamo que seguramente provendría de los humanos.
—Prime, aquí el Presidente de la alianza Terrestre. Queremos saber qué implica esta movilización y exigimos participar en ella. Nuestra seguridad está en juego —dijo el el líder humano con autoridad.
Optimus asintió, consciente de la necesidad de mantener una comunicación abierta y cooperativa.
—Entiendo su preocupación, señor Presidente. La alianza temporal entre Autobots y Decepticons es una medida necesaria para enfrentar la amenaza inminente, justo como lo tratamos en la firma del tratado. Nos aseguraremos de que las autoridades humanas estén informadas y participen con nosotros según sea necesario —respondió el líder Autobot con su voz firme y tranquilizadora.
El Presidente intercambió miradas con su consejo de seguridad antes de responder.
—Apreciamos su cooperación, Optimus Prime. Mantendremos una línea de comunicación abierta y estaremos listos para coordinar nuestras fuerzas con las suyas. La seguridad de nuestro planeta es la máxima prioridad.
El Prime asintió nuevamente, comprometiéndose a trabajar en conjunto con los humanos para asegurar la protección de la Tierra.
Mientras tanto, en la base terrestre, las fuerzas combinadas tomaban sus posiciones. La integración no era solo una cuestión de táctica, sino también de confianza y cooperación mutua. Los humanos, observando desde la distancia, esperaban con ansias ver cómo se desarrollaría esta inesperada situación.
…
La nave Venganza salió del hiperespacio con una vibración sutil, emergiendo justo a tiempo para entrar en la órbita de Cybertron. El puente de mando estaba lleno de actividad mientras los sistemas se ajustaban para el aterrizaje. Los monitores mostraban la superficie del planeta, con su mezcla de ruinas y áreas en recuperación brillando bajo la luz de las estrellas.
—Preparen los sistemas para el descenso. Quiero que todo esté perfecto cuando aterricemos en Nova Forge —ordenó Starscream, su voz cortando el bullicio del puente.
Mientras tanto, en uno de los cuarteles de los Combaticons, Megatron estaba solo en la cabina que le habían asignado. Sentado en una silla metálica, observaba la pantalla de su terminal que mostraba imágenes en tiempo real del planeta donde fue creado. Su mente estaba llena de pensamientos y recuerdos.
El antiguo líder Decepticon se encontraba en un torbellino de emociones. Sabía que además de enfrentar a Starscream, ahora su superior, también se vería con Shockwave, el científico cuyo intelecto y frialdad lo hacían implacable. Pero lo que más lo preocupaba era la posibilidad de ver la destrucción de su hogar, un mundo que apenas comenzaba a recuperarse de la guerra.
Megatron se levantó y caminó hacia la ventana de su cabina, observando cómo la nave se acercaba más a la superficie. Los recuerdos de sus antiguas glorias y fracasos lo abrumaban, mezclándose con la incertidumbre del presente y el futuro.
— ¿Qué diré cuando los vea? —murmuró para sí, sus palabras resonando en el silencio de la cabina.
La idea de estar bajo el mando de Starscream era casi irónica para él. El mismo Seeker que había desafiado su autoridad tantas veces, ahora estaba arriba en la escala. Y Shockwave, con su lógica implacable, seguramente tendría preguntas difíciles, más considerando sus últimos encuentros en la Tierra, donde afirmo que los humanos o su familia humana eran más importantes que todo su mundo y la razón por la que peleó esa extensa guerra.
El puente de la nave vibró cuando los motores de aterrizaje se activaron, listos para descender. El gladiador se preparó para lo que vendría. Sabía que no solo tendría que justificar su presencia, sino también enfrentar las consecuencias de sus decisiones pasadas.
—Cybertron, he regresado —pensó, con una mezcla de determinación y temor.
El Venganza comenzó su descenso final hacia la superficie, y el mecha de cromas grises se dirigió hacia la salida de su cabina, listo para enfrentar su destino.
Starscream permanecía en el puente de mando, sus ópticos fijos en la pantalla principal mientras la nave descendía. El brillo metálico del planeta llenaba la cabina, y una tensión palpable se sentía en el aire.
El sonido de unos pasos firmes resonó en el corredor, acercándose. El caza no necesitó voltear para saber quién era. Su ex líder había decidido finalmente regresar al puente, enfrentándose a la realidad del resultado de la larga guerra.
—Has decidido unirte a nosotros en el momento adecuado, Megatron — Comento fríamente el caza sin apartar la vista de los controles.
El Gladiador se detuvo a unos pasos del comandante aéreo, observando la pantalla que mostraba los terrenos desolados y las áreas en reconstrucción.
—No podía quedarme escondido más tiempo —susurro el aludido —. Es mi deber enfrentar lo que he dejado atrás.
Starscream giró ligeramente su cabeza para mirar a su antiguo líder. Había mucho que decir, pero pocas palabras parecían suficientes para cubrir todo lo que había ocurrido.
—El planeta ha cambiado. Lo que verás allá abajo es el resultado de nuestras decisiones, de nuestra guerra. Algunos lugares apenas comienzan a recuperarse, otros aún son cicatrices abiertas —Confirmo el volador adquiriendo un matiz serio y casi nostálgico.
Megatron asintió lentamente, sus ópticos rojos reflejando la luz de la pantalla.
—Lo sé. Y estoy listo para enfrentar las consecuencias, para ver con mis propios ópticos el costo de nuestra ambición.
El seeker dejo escapar algo de aire por sus escapes cual suspiro, una rara muestra de vulnerabilidad que pocas veces se permitía.
—Shockwave no será misericordioso. Él ha trabajado sin descanso para mantener lo que queda de nuestro mundo y expandir nuestra colonia. Tendrás que enfrentar no solo su juicio, sino también el de todos aquellos que han sufrido por estas decisiones.
—Estoy consciente de ello, Starscream. No espero compasión, solo una oportunidad para hacer lo correcto.
El volador tricolor lo observó por un momento más, evaluando las palabras de su ex-líder asintiendo.
—Muy bien. Prepárate, gladiador. Estamos a punto de aterrizar. La superficie de Cybertron te mostrará la verdad, y será tu decisión cómo enfrentarla.
El Venganza continuó su descenso, y el puente se llenó de una calma tensa. Ambos líderes, antiguos rivales y ahora aliados circunstanciales, se preparaban para enfrentar el siguiente capítulo de su historia.
…
Bumblebee observaba con emoción la superficie de Cybertron desde uno de los ventanales. El brillo metálico del planeta, aunque marcado por cicatrices de la guerra, aún poseía una belleza indescriptible para él. Después de tanto tiempo en la Tierra, que tenía su propio encanto, regresar a su mundo era como volver a casa.
Su chispa vibraba con una mezcla de alegría y nostalgia. El autobot era un guerrero leal, dispuesto a seguir a su líder hasta el fin del universo, pero dentro de él siempre había anhelado la restauración de su planeta. Y ahora, gracias a la inesperada alianza con los Decepticons, esa esperanza parecía más real que nunca. Mientras contemplaba el paisaje, los Stunticons se acercaron, notando la emoción del pequeño mecha. Motormaster, el líder del grupo, se adelantó y colocó una mano amistosa en el hombro del explorador amarillo.
— Es un buen momento para volver, ¿no crees, Bumblebee? —preguntó con un tono sorprendentemente cálido para un Decepticon y además llamándolo por su denominación completa.
El aludido asintió, sin apartar la vista de la superficie.
—Sí, lo es. Cybertron siempre será mi hogar. La Tierra es especial y tiene mucho que ofrecer, pero nada se compara con esto — Afirmo.
Dead End, sonrió y se unió a la conversación.
—Estamos contigo en esto, Bee. Sabemos lo que significa luchar por un hogar y ver lo que la guerra le ha hecho. Quizás juntos, podamos arreglarlo — Dijo con un toque esperanzador, ajeno a su personalidad.
El Autobot giró la cabeza para mirar a Dead End, sorprendido por la camaradería que sentía. A pesar de sus diferencias pasadas, parecía que había un entendimiento mutuo.
—Gracias, chicos. Realmente creo que, trabajando juntos, podemos hacer una diferencia. No solo para nosotros, sino para todo Cybertron.
Wildrider, siempre el más impetuoso se rio y le dio un ligero golpe en el brazo al explorador.
—No te pongas demasiado sentimental amigo. Pero sí, es bueno tener a alguien con tu espíritu optimista de nuestro lado.
Mientras el grupo continuaba bromeando y creando un ambiente más relajado, había un tema que permanecía sin resolver. Motormaster lo mencionó con cautela.
—Sabes, Bumblebee, aún no nos has dado una respuesta sobre unirte a nuestro gestalt. No queremos presionarte, pero piénsalo. Podríamos ser más fuertes juntos.
El explorador sonrió. La idea de formar parte de un gestalt era tentadora, pero aún necesitaba tiempo para decidir, no podía tomar una decisión así como así. Simplemente era inaudito; además existían demasiados factores que definitivamente debían considerarse antes de cualquier cosa, aunque la invitación se recibía como un halago. A los Stunticons no parecía interesarles la política en lo más mínimo.
—Lo pensaré, Motormaster. Aprecio la oferta, de verdad. Quiero hacer lo que sea mejor para Cybertron.
EL equipo del símbolo purpureo asintió respetando su decisión por el momento.
…
La nave atravesó suavemente la atmósfera del planeta, su silueta imponente destacándose contra el paisaje metálico. Los motores rugieron con un tono controlado mientras el Venganza se preparaba para el aterrizaje en una plataforma designada en Nova Forge.
El puente de mando estaba lleno de actividad mientras los sistemas realizaban los ajustes finales. Starscream observaba cada detalle. —Asegúrense de que todo esté listo para el desembarco —ordenó.
A medida que la nave se acercaba al suelo, los preparativos en la superficie se intensificaban. Shockwave, supervisaba la recepción. Equipos de mantenimiento y soldados Decepticons se alineaban para recibir a los recién llegados.
La nave aterrizó con un leve temblor, y las compuertas comenzaron a abrirse. Una rampa se desplegó, permitiendo que los ocupantes descendieran. Megatron fue el primero en bajar, sus pasos resonando en el metal de la plataforma. Sus ópticos se encontraron con el de Shockwave, quien lo observaba con una mezcla de curiosidad y frialdad.
—Bienvenido de nuevo a Cybertron, Megatron —Exclamo el científico con su tono neutral—. Has regresado en un momento crucial —Prosiguió.
—Gracias, Shockwave. Es bueno estar de vuelta —respondió el aludido de manera firme pero con tensión apenas contenida.
El general purpúreo dio un paso adelante, su imponente figura proyectando una sombra larga en la plataforma. Sus sensores evaluaban cada aspecto del gladiador, desde su estado físico hasta los cambios sutiles en su comportamiento.
—Tu retorno plantea muchas preguntas. La situación en Cybertron ha cambiado drásticamente desde tu partida. Hemos estado trabajando incansablemente para mantener la estabilidad y la seguridad. ¿Cuál es tu propósito al regresar? —inquirió el científico de manera fría y analítica. El ex líder Decepticon mantuvo la mirada fija en quien alguna vez fuese su subordinado y amigo, consciente de la desconfianza que su presencia generaba. —Mi propósito es simple. He regresado para contribuir a la restauración de nuestro hogar. Sé que mis acciones dejaron muchas cosas en el aire creando un vacío. Estoy aquí para corregir estos errores —respondió el guerreo grisáceo con determinación.
Shockwave asintió, procesando las palabras de Megatron. Su lógica lo obligaba a considerar todas las variables, y la presencia del mecha era una variable significativa.
—Tu retorno es... interesante, pero ten en cuenta que nuestro mundo no es el mismo lugar que dejaste. La reconstrucción ha avanzado, pero aún enfrentamos muchos desafíos. Necesitamos estabilidad, no caos —advirtió el general purpureo.
—No busco causar más caos. He visto el daño que hemos creado y estoy dispuesto a trabajar bajo la dirección de Starscream y la tuya para asegurar un futuro mejor para Cybertron —Confirmo Megatron, su voz teñida de sinceridad. Shockwave observó al aludido un momento más antes de responder. —Muy bien. Te daremos la oportunidad de demostrar tu compromiso. Pero recuerda, nuestras acciones ahora determinarán el futuro de nuestro planeta, no podemos permitirnos errores —concluyó el científico girando para dirigirse hacia el centro de comando.
Mientras Shockwave se alejaba, Megatron lo observo sintiendo el peso de sus decisiones pasadas y futuras. Sabía que ganar la confianza de quien alguna vez llamo amigo y aliado no sería fácil, pero estaba dispuesto a intentarlo.
Starscream, que había observado la interacción desde la distancia, se acercó a Megatron.
—Parece que has superado la primera prueba. Pero no te relajes, el camino hacia la redención es largo y lleno de obstáculos —Advirtió.
Las naves escoltas, en formación perfecta, descendieron suavemente en las plataformas adyacentes. Los pilotos y tripulantes trabajaban en sincronía, asegurándose de que la llegada se realizara sin contratiempos. Los motores de las naves rugían con un tono controlado, resonando en el vasto espacio de la base. En la superficie, los grupos de recepción; las unidades de trabajo ya estaban listos para comenzar el proceso de descarga. Los Decepticons, Autobots y neutrales que ocupaban Nova Forge colaboraban codo a codo, cada uno asumiendo su rol en la operación.
…
La situación en la Tierra se estabilizo. Los humanos, inicialmente recelosos, habían comenzado a trabajar codo a codo con las tropas Cybertronianas. Esta colaboración trajo un respiro de paz y esperanza a todos los bandos.
En una base situada en las afueras de una ciudad, los humanos y los Autobots trabajaban juntos en proyectos de reconstrucción y desarrollo tecnológico. La cooperación entre ambas especies había crecido, así como el sentido de comunidad empezaba a florecer.
Optimus Prime, observando desde una plataforma elevada, sentía una profunda satisfacción al ver el progreso. Las tensiones iniciales habían dado paso a una colaboración sincera, y los humanos demostraban una gran capacidad de adaptación y resiliencia. Mientras contemplaba la escena, un comunicador en su brazo emitió un pitido. Optimus lo activó y una imagen holográfica de Prowl apareció.
—Optimus, tengo buenas noticias. Acabamos de recibir un informe completo de nuestros colegas en Cybertron. Han llegado de manera segura y comenzaron a desembarcar. Aquí están las imágenes que han capturado —Exclamo el táctico enviando los datos al comunicador del tráiler bicolor.
El líder Autobot observo las imágenes proyectadas ante él. Los paisajes de Cybertron, a pesar de estar marcados por la guerra, mostraban signos de recuperación. Las estructuras reconstruidas y la actividad de las tropas cybertronianas llenaban al aludido de una mezcla de nostalgia y alegría.
—Es un hermoso espectáculo, Prowl. Ver nuestro hogar empezar a sanar... No hay palabras para describir lo que siento en este momento —respondió, su voz llena de emoción contenida.
El mecha blanquinegro asintió, comprendiendo el significado profundo de esas imágenes.
—Estamos en el camino correcto, Optimus. Los esfuerzos combinados de Autobots y Decepticons están dando frutos. Y aquí en la Tierra, nuestros aliados humanos están demostrando ser valiosos compañeros en esta misión.
El Prime asintió, su mirada fija en las imágenes holográficas.
—Así es, debemos seguir adelante, sin olvidar los sacrificios que nos trajeron hasta aquí. Trabajaremos juntos para asegurar un futuro mejor tanto para Cybertron como para la Tierra. Cerró la comunicación, tomando un momento para reflexionar. La paz y la colaboración que comenzaban a florecer eran un testimonio del poder de la unidad y la esperanza. Optimus sabía que el camino aún sería difícil, pero con aliados como los humanos y la determinación de su gente, todo era posible.
Mirando el horizonte, el Prime se sintió más decidido que nunca a cumplir su misión de unificar todas las fuerzas. Con una nueva ola de esperanza, se dirigió hacia sus camaradas, listo para seguir luchando por la paz y la prosperidad de ambos mundos.
…
Megatron permanecía en la plataforma de aterrizaje, observando con asombro el avance que sus antiguas tropas habían logrado en su ausencia. La grandeza de Cybertron comenzaba a resurgir, sus estructuras metálicas brillando con renovada vida bajo la luz de las estrellas. Los edificios que habían sido meras ruinas ahora mostraban signos de reconstrucción y esperanza. Detrás de él, los Constructicons y otros tripulantes trabajaban incansablemente, apilando la carga de cristales en los vagones que los llevarían al centro de mando. Sus movimientos eran precisos y coordinados, reflejando la disciplina y dedicación de los Decepticons a la causa.
En medio de esta actividad, el gladiador vio pasar el fragmento del AllSpark, resguardado cuidadosamente por los Seekers, con Starscream liderando el grupo. La reliquia, tan vital para la vida en Cybertron, era tratada con la mayor reverencia, sus custodios conscientes de su importancia.
El guerrero de cromas grises permaneció en el mismo punto, observando la escena con una mezcla de orgullo y nostalgia. A pesar de todo lo que había sucedido, había algo profundamente conmovedor en ver a su mundo comenzar a levantarse de las cenizas de la guerra.
—Esta es la Cybertron que siempre soñé —murmuró para sí mismo, sin darse cuenta de que alguien se acercaba.
Bumblebee, con su energía inconfundible, se detuvo junto a Megatron. Había notado la soledad de su antiguo enemigo y decidió ofrecer un poco de compañía.
—Es impresionante, ¿verdad? —Dijo el Autobot, con una sonrisa que irradiaba optimismo—. Ver cómo nuestro mundo comienza a sanar.
El gladiador giró la cabeza para mirar al pequeño mecha de cromas amarillos, sorprendido por su presencia pero también agradecido.
—Sí, lo es —admitió con una voz más suave de lo habitual—. No imaginé que vería esto en mi vida —afirmo.
El explorador asintió, observando el bullicio de actividad a su alrededor.
—Todavía queda mucho por hacer, pero podemos lograrlo— Comento el bot.
Megatron analizó las palabras de Bumblebee, sintiendo una chispa de esperanza crecer dentro de él.
—Tienes razón, aún queda mucho por hacer — Confirmo arriesgándose adentrarse en las calles recién renovadas de la ciudadela con una determinación renovada, dejando atrás al Autobot para hacer su propio recorrido.
El Gladiador optó por caminar sin transformarse, observando con claridad lo que en ese breve espacio de tiempo las tropas habían logrado. Sus pasos resonando en el pavimento metálico mientras observaba el bullicio de la ciudad en reconstrucción, la cual a pesar del progreso visible le traía al procesador recuerdos dolorosos. Los Decepticons que se cruzaban en su camino lo miraban con una mezcla de enojo y desdén. Sus ópticos brillaban con resentimiento, recordando las decisiones y acciones del mecha que se llamó su líder para abandonarlos a su suerte, decisiones que habían llevado a tantas pérdidas. Murmullos y susurros llenaban el aire a su paso, pero ninguno se atrevía a confrontarlo directamente.
—Ahí va el gran líder —susurro uno de los soldados, con sarcasmo en su voz—. ¿Crees que realmente se arrepiente?
— ¿Arrepentirse? Dudo que alguien como él siquiera entienda el significado de esa palabra —respondía otro, con un tono amargo.
Los neutrales, aquellos que habían decidido no tomar partido durante la guerra, lo ignoraban completamente. Sus miradas se desviaban al verlo pasar, como si fuera un fantasma del pasado que preferían olvidar. Para ellos, el gladiador representaba una era de conflicto que deseaban dejar atrás.
Megatron siguió caminando, su rostro impasible, aunque internamente sentía el peso de cada optico. La ciudadela, a pesar de su actividad renovada, era un recordatorio constante de sus fracasos y ambiciones desmedidas.
De repente, se encontró en una plaza donde varios Autobots residían. La presencia de Megatron hizo que las conversaciones se detuvieran y que las miradas se centraran en él. Los Autobots lo observaban con desconfianza y desprecio, conscientes de su papel en la destrucción del AllSpark y lo que eso implicaba para su mundo.
— ¿Qué hace él aquí? —preguntó un bot, con incredulidad en su voz.
—No debería estar caminando libremente después de todo lo que ha hecho —respondió otro, con la mandíbula apretada.
El guerrero de cromas plateados se detuvo en medio de la plaza, sintiendo el peso de las miradas sobre él. Sabía que no había palabras que pudieran borrar el pasado, pero estaba decidido a enfrentar el presente con una nueva perspectiva.
En ese momento, Bumblebee apareció a su lado, con una sonrisa amigable en su rostro. La tensión en la plaza se alivió ligeramente al ver la familiar figura amarilla.
—Hola, Megatron —dijo Bee, con un tono de voz cálido—. Parece que la recepción no ha sido muy amigable, ¿eh?. El gladiador asintió, agradecido por la compañía inesperada.
—Es comprensible. He hecho mucho daño y ganado muchos enemigos. No espero que me reciban con los brazos abiertos —respondió reflejando una rara humildad.
El explorador lo miró con comprensión. —El camino no es fácil, pero todos merecen una segunda oportunidad.
Megatron miró al Autobot, reconociendo la sinceridad en sus palabras.
—Sí, estoy dispuesto a intentarlo— Afirmo
Los dos guerreros, unidos por un objetivo común, continuaron caminando por las calles de Nova Forge, conscientes de que el verdadero cambio requeriría tiempo, esfuerzo y, sobre todo, la voluntad de todos para dejar atrás el pasado y abrazar el futuro.
…
En el corazón del laboratorio de la Ciudadela, la atmósfera era densa con la expectativa. Los sistemas brillaban con luces intermitentes mientras el fragmento del AllSpark era cuidadosamente colocado en una cápsula de contención, preparado para una serie de pruebas exhaustivas. Starscream y Shockwave observaban desde una plataforma elevada, sus miradas fijas en el proceso.
—Este fragmento es vital para seguir con los planes de restauración —exclamo Starscream, su voz resonando en el recinto—. Las pruebas preliminares el Venganza fueron nulas; pero aquí podremos realizar un análisis mucho más profundo.
Shockwave, con su actitud siempre meticulosa, asintió. Sus sensores escaneaban el entorno, asegurándose de que todos los protocolos de seguridad se estuvieran siguiendo al pie de la letra.
—De acuerdo, procederé con un conjunto completo de pruebas energéticas y estructurales. Necesitamos asegurarnos de que la integración con el núcleo principal sea segura y eficiente, de que no existan trampas ocultas ni nada que los equipos de la nave insignia no hayan podido detectar. —respondió su igual con un estilo analítico muy particular de él.
Mientras los técnicos en el laboratorio continuaban con sus preparativos, los dos generales se apartaron ligeramente, buscando privacidad para discutir un tema delicado.
—No podemos ignorar la realidad de tener a Megatron de regreso en Cybertron —comentó Starscream, su voz baja pero cargada de tensión—. Fue él quien nos traicionó y nos llevó a ser capturados en la Tierra. Ahora, está aquí buscando redención.
Shockwave giró su óptica única hacia el seeker, evaluando sus palabras.
—Es un factor de riesgo significativo. La presencia de nuestro ex líder podría desestabilizar nuestros esfuerzos de restauración. Su historia de liderazgo autoritario y decisiones impulsivas no augura bien para la estabilidad que necesitamos —confirmo el mecha purpureo, su lógica implacable a la hora de evaluar la situación.
El comandante aéreo asintió, consciente de los peligros que implicaba la presencia del gladiador en Nova Forge.
—Sin embargo, también es cierto que Megatron posee una fuerza y determinación que podrían ser valiosas si se canalizan correctamente. Pero debemos estar vigilantes, asegurarnos de que no intente tomar el control de nuevo —advirtió Starscream con la óptica fija en el laboratorio inferior. El científico consideró esto, sus circuitos procesando múltiples escenarios.
—Deberíamos implementar medidas de seguridad adicionales y mantener a nuestro viejo amigo bajo vigilancia constante. La redención es un concepto complicado para alguien como él, pero no podemos permitir que sus acciones pongan en peligro nuestro trabajo —concluyó Shockwave, con tono definitivo.
La conversación fue interrumpida por una señal del laboratorio. Los técnicos habían terminado de preparar el fragmento del AllSpark para las pruebas iniciales. Los líderes Decepticon intercambiaron una última mirada antes de regresar al borde de la plataforma.
—Comencemos con las pruebas. Necesitamos cada gramo de energía y cada fragmento de información posible para asegurar el futuro de Cybertron —dijo el caza dando la señal para que los técnicos iniciaran el procedimiento.
Mientras observaban el fragmento del AllSpark comenzar a brillar bajo los escáneres del laboratorio, ambos líderes sabían que, más allá de los desafíos técnicos, las decisiones políticas y personales que tomaran en los próximos días serían cruciales para marcar ese desenlace final.
…
Las calles de Nova Forge eran un hervidero de actividad mientras los residentes se afanaban en sus labores de reconstrucción. Sin embargo, no todos estaban satisfechos con el regreso de Megatron. Para algunos, su presencia era un recordatorio doloroso desu traición.
Mientras el gladiador caminaba por una de las calles principales, un grupo de mechas inconformes se reunió en las sombras, observándolo con ópticos llenos de resentimiento. La tensión era palpable.
— ¡Megatron! —gritó uno de los mechas, dando un paso al frente—. ¡Tienes mucho por lo que responder!
El guerrero de cromas grises se detuvo y giró lentamente para enfrentar a los agresores, pero antes de que pudiera responder, un mecha lanzó un ataque, seguido rápidamente por otros. La situación se descontroló en un instante. El ex líder bloqueaba y esquivaba los golpes con habilidad, pero la cantidad de atacantes y la sorpresa de la agresión ponían las cosas difíciles. En medio del caos, Bumblebee apareció, corriendo hacia la pelea.
—¡Megatron, cuidado! —gritó el Autobot lanzándose al ataque para ayudar a su antiguo enemigo.
EL explorador intentó calmar la situación, pero su intervención solo empeoró las cosas. Los mechas inconformes, enfurecidos por la presencia de otro Autobot, redoblaron sus esfuerzos, dirigiendo su ira tanto hacia Megatron como hacia Bee. La pelea se intensificó, con chispas volando y gritos resonando por las calles. Justo cuando parecía que la situación podría volverse incontrolable, una figura imponente apareció en la escena.
Motormaster, líder de los Stunticons, rugió con autoridad, seguido por sus compañeros de equipo. Los autos se desplegaron rápidamente, colocando una barrera entre los atacantes y sus objetivos.
— ¡Basta! —Rugió el tráiler, su voz resonando por encima del ruido de la pelea—. ¡Esto termina ahora! Los atacantes vacilaron, sorprendidos por la intervención de los Stunticons. Los mechas inconformes retrocedieron lentamente, sus miradas llenas de desconcierto.
—Este no es el camino para resolver nuestras diferencias —dijo, su tono severo—. Estamos aquí para trabajar, no para destruirnos entre nosotros o ¿Acaso quieren responder ante nuestros generales por sus acciones? — Les cuestiono, consiente del temor que los aludidos les tenían a sus actuales líderes, quienes podían ser sumamente inteligentes, pero sin consideración de verse afectados o sus planificaciones, extinguirían una chispa sin dudarlo o arrepentirse.
Los atacantes, aún furiosos pero conscientes de la situación, comenzaron a dispersarse, dejando a Megatron y Bumblebee en medio de la calle.
El explorador se acercó a su aliado. — ¿Estás bien? —preguntó, su voz preocupada.
El gladiador asintió, observando a los mechas que se alejaban.
—Estoy bien. Pero esto es solo un recordatorio de que no todos están listos para perdonar y olvidar —respondió, con un tono sombrío.
Motormaster se acercó, sus compañeros Stunticons a su lado.
—Caminamos sobre una cuerda floja, Megatron. Debemos ser cuidadosos y prudentes en cada paso que damos —advirtió.
El ex líder asintió, reconociendo la verdad en las palabras de Motormaster y la gran inteligencia que presentaba al hablar de esa manera, el mecha que recordaba era más golpes y menos palabras. Mientras el grupo se dispersaba, quedaba claro que el camino hacia la paz y la restauración sería largo y lleno de desafíos.
…
En los confines oscuros del espacio profundo, lejos de la mirada de los Autobots y Decepticons, un grupo de naves tecno-orgánicas se reunía en formación. Estas naves, fusionando tecnología avanzada con elementos orgánicos, se movían con una gracia y eficiencia letal. La flota estaba compuesta por diferentes clases de cruceros; cada una equipada con armas especializadas.
En el centro de la formación, una nave de comando de mayor tamaño destacaba por su diseño intrincado y su poderío. En su interior, la sala de mando estaba llena de actividad. Las pantallas proyectaban imágenes de los recientes encuentros con los Decepticons y datos críticos obtenidos de estos enfrentamientos.
Los tecno-orgánicos se movían con precisión, ajustando los controles y preparando sus armas para la próxima fase de su plan. A la cabeza de este grupo, un líder imponente observaba los preparativos con una mezcla de satisfacción y determinación.
Este líder, conocido como Vexon, era una figura formidable. Vexon se destacaba no solo por su fuerza y habilidades tácticas, sino también por su capacidad para inspirar lealtad entre sus seguidores. Su cuerpo, una combinación de componentes mecánicos y tejidos orgánicos, brillaba con una luz rojiza, reflejando su poder interno.
—Nuestra próxima misión es crucial —dijo Vexon, su voz resonando con autoridad en la sala de mando—. Hemos recopilado suficiente información sobre las fuerzas de las formas de vida metálicas. Ahora es el momento de actuar.
Una de las comandantes secundarias, una tecno-orgánica llamada Nyxia, se acercó a Vexon con un reporte en la mano.
—Nuestros espías han confirmado que las criaturas están en proceso de reabastecimiento y reparación. Están vulnerables y dispersos —informó Nyxia, sus ojos brillando con determinación.
Vexon asintió, tomando el reporte y analizando los datos.
—Excelente. Nuestro objetivo es claro: capturaremos sus naves y sus tripulantes, quienes se convertirán en nuestra fuerza de ataque en futuras invasiones. Esto no solo debilitará a los detractores, sino que también fortalecerá nuestra posición en la galaxia —Afirmo el líder con una sonrisa astuta.
La sala de mando se llenó de murmullos de aprobación mientras los tecno-orgánicos continuaban con sus preparativos. Las naves se alinearon, listas para partir en cualquier momento.
—Recuerden, la clave de nuestro éxito radica en la coordinación y la sorpresa. No deben subestimar a los robots—concluyó Vexon, levantando su brazo en un gesto de mando.
Las luces en la sala de mando parpadearon mientras las naves comenzaban a moverse. El espacio se llenó del zumbido de motores. La flota se encaminaba hacia su objetivo, lista para enfrentarse a la armada Decepticon y tomar lo que consideraban su derecho por conquista.
Mientras tanto, en Cybertron, la paz temporal que Autobots y Decepticons habían logrado estaba a punto de ser desafiada por una amenaza que nadie había previsto. La batalla por el control de las armas conocidas como Decepticons estaba a punto de comenzar, y con ella, el destino de muchos colgaba en la balanza.
…
FIN
