Hola a todos! Muchas gracias quienes se pasan a leer esta historia. Les agradezco mucho. Así pues sin más qué decir además que disfruten la lectura… COMENZAMOS!
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Capítulo 7.
La otra cara.
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Mientras más avanzaban hacia el sur, la gente no parecía hablar demasiado del Avatar, y los afiches de recompensas o imágenes de Xiao parecían haber desaparecido en algún momento del camino, algo que la hacía feliz al no tener que ocultarse tras la capucha y más ante aquel clima caluroso. Llegaron a la ciudad justo apenas estaba anocheciendo.
-Adiós bosque, ¡digamos hola a la ciudad de Okka!- exclamó Enlai. Los ojos de Xiao brillaban grandes.
-No me puedo creer que esté en la ciudad de Okka.- Enlai pasó su brazo alrededor de su cuello.
-La ciudad más cerca de la costa. ¡Famosa por sus noches de fiestas!
-Platillos de mariscos únicos.- saboreó Xiao.
-Y lo mejor… ¡aguas termales!- exclamó haciendo chillar de la emoción a la joven Avatar.- ¡Es hora de pasarla bomba!
-¡SIIII!- gritó feliz.
El único que no se veía emocionado era Iroh.
-¿Pueden parar con eso? Van a llamar la atención y recuerden que es lo que menos queremos.
-Relájate, hombre.- dijo Enlai.- Hasta ahora no hemos visto o escuchado algo referente a Xiao así que no pasa nada.
-¿Nos podemos instalar en un hotel con aguas termales?- suplicó Xiao.- Por favor, adoro las aguas termales.
-Por supuesto que sí. ¡Nos lo mereceremos! ¡Vamos a por ello!- Enlai se fue con Xiao que llevaba a Mu la rienda.
Iroh permaneció atrás, concentrándose en cada persona y las charlas que tenían. La mayoría eran turistas, gente con ideas o planes parecidos a ellos, pero otros eran los rumores que la gente soltaba.
-El partido de mañana en la noche es lo más esperado…
-Ya hice mis apuestas sobre quién ganará.
-¿Escuchaste sobre la Avatar Hisara?
-Todo el mundo sabe que es un fraude, ¿por qué crees que ya no ha aparecido en los medios?
-¿Sabes sobre el grupo anti-maestros?
-Sí, qué pasada. Supe que atacaron a un grupo de pescadores sólo por ser maestros agua.
-Debemos tener cuidado. Quién sabe de lo que sean capaces.
Iroh afiló su mirada. Tal parecía que las cosas habían empeorado para la otra chica que se hacía llamar Avatar. Hisara había aparecido justo antes de que Xiao revelara su identidad y la había conocido antes de su debut, parecía una buena persona, sin embargo, había algo en ella que no terminaba de gustarle. Tendría que mandar una carta a su abuelo preguntando sobre su situación. También tenía que buscar información sobre ese grupo anti-maestros que tanto comentaba la gente. Si había un grupo de ese tipo, ¿qué tanto alcance tendría y cuánto daño podría hacer? Mientras ese par pensaba en la diversión, él tenía mucho trabajo qué hacer.
…
No tardaron demasiado en instalarse en un hotel tradicional, la fachada lucía algo vieja pero el servicio era más que satisfactorio, y lo mejor, tenían aguas termales. Enlai suspiró más que agradecido mientras se apoyaba en el muro de roca y sin importarle que el vapor le impidiese ver más allá que un par de metros.
-Oh, si~. Siento que se acaban de deshacer nudos que ni siquiera sabía que tenía.
-Te recuerdo que no estamos de vacaciones.- dijo Iroh que llevaba ahora el cabello suelto.
-Ya lo sé. Por eso quiero disfrutar este momento. Estamos cerca de las costas, en cuestión de días llegaremos e iremos en barco a un lugar que es tan frío como el corazón de mi ex. Así que quiero disfrutar este momento. Deberías hacer lo mismo.
-No es mi trabajo relajarme. Además, todavía hay peligros acechando y si nos distraemos podría ser fatal.
Enlai en verdad no entendía cómo era posible que alguien se tomase su trabajo tan seriamente, pero lo que todavía no creía era que viera a Xiao como si fuese un trabajo, pensaba que a este punto ya había dejado eso atrás y así como él la consideraba una gran amiga.
-¿Escuchaste lo que pasó?- dijo un hombre que estaba en otro de los ojos de agua del lugar.- Ayer, un grupo de anti-maestros atacaron cerca de los muelles.
-Cielos, esos tipos en serio que son una molestia. ¿Están resentidos con los maestros o porque no tienen un elemento?
-Según cuentan es un grupo de gente que odian a los maestros porque fueron atacados o sufrieron por estos.
-¿Pero qué culpa tienen los otros?
-Ya sabes cómo son. Mejor tener cuidado. Dicen que meses atrás atacaron a unos mineros y que casi los dejan atrapados en las minas.
Enlai escuchó lo que aquellos hombres dijeron y entonces vio a Iroh levantar su mano y señalar de donde provenían las voces.
-Y es por eso que prefiero mantenerme alerta.
El castaño negó con la cabeza, no era que fuese la primera vez que escuchaba de ese tipo de grupos radicales. Había de todo. Pero no era como si de repente ese grupo de gente les diese por atacar donde estaban ellos. Aunque si se ponía en plan Iroh, o sea paranoico, estar en un punto donde ese grupo de gente causaba problemas… bien, no tenía que ser un genio para saber que si un grupo anti-maestros se enteraban del Avatar se armaría una buena.
Vestidos con yukatas, Iroh una negra y Enlai una de color verde, llegaron a su habitación para esperar a Xiao y a la cena. En poco, la puerta corrediza se abrió y Xiao entró en un yukata azul cielo. Sus mejillas estaban sonrojadas por las aguas termales y se había recogido el cabello en un moño alto. Cuando la vieron entrar, parecía que resplandecía.
-Las aguas termales son lo mejor que hay, ¿no lo creen?- ninguno de los dos pudo responder, ya que no pudieron ante la belleza de la joven los dejó un tanto anonadados, por suerte el arribo de la comida les salvó de la vergüenza. Los meseros pusieron todo tipo de delicatesen de la región, camarones fritos, pescado ahumado, sushi, raíz de loto, guiso de tofu con camarones, entre muchos otros platillos. Xiao se sentó en un segundo con los palillos en mano.- Esto es delicioso, el pescado fresco es lo mejor.- saboreó la comida.- De verdad debo considerarme abrir un restaurante cerca del mar.
-Mmm, te doy la razón. Si lo abres, me mudaré para comer así de bien.- dijo Enlai.
-Te daré un descuento especial. ¿Tú que piensas Iroh?- preguntó Xiao con una sonrisa.
-¿Lo dices en serio?- preguntó un tanto seco.- ¿Un restaurante? Eres el Avatar, ¿por qué el Avatar querría abrir un restaurante?- Enlai le apuñaló con la mirada incapaz de hacerlo con sus palillos. Xiao de repente parecía incómoda.
-Pues… porque quiero. Adoro cocinar y tenía un pequeño restaurante en mi ciudad. ¿Qué tiene de malo?
-Hay un mundo de posibilidades, más en tu caso. Los Avatares anteriores tenían como única tarea proteger al mundo, no conozco a nadie que se haya dedicado a otra cosa, mucho menos cocinar.- sus palabras los dejaron fríos. Xiao aspiró con calma y tomó un poco de jugo de ciruela frío que les habían dejado antes de responder.
-Entiendo tus palabras, pero no soy ni quiero ser como mis antecesores.- expresó en un tono sereno, estaba molesta, pero lo escondió bien ya que no quería arruinar el momento con una pelea sobre su futuro y sus deseos. Quería un restaurante y punto, no le importaba si era el Avatar o no, eso no iba a cambiar.
Iroh notó que había metido un poco la pata, quiso decir algo, pero un leve codazo de Enlai le instó a cerrar la boca de una buena vez, ya había dicho suficiente. Fue que alguien tocó a la puerta, otra de las camareras.
-Buenas noches, hemos traído el estofado especial.- dijo alzando una olla, los chicos hicieron espacio en la mesa y al abrir la cacerola babearon al instante. Un caldo con pollo, tofu, setas, zanahorias y un gran pescado en el centro.
-Esto feliz de estar vivo.- agradeció Enlai y la camarera sonrió al ver su reacción.
-Me alegra mucho que les guste. ¿Vienen a ver el partido de mañana de las semi-finales de soccer? Los Tejones de Acero contra Los Dragones Furiosos- Xiao sonrió ampliamente.
-¿Los Tejones de Acero? ¡Claro! No nos lo perderíamos por nada del mundo. ¡Soy su fan!- la camarera se fue y miró a los chicos.- No me lo creo, estamos en una ciudad donde ¡se celebran las semi-finales! ¡Braxen es mi jugador favorito! ¡Kyaa! ¡Es tan genial!- exclamó imaginándose al jugador, con su camiseta verde y pantalones blancos, su cabello corto y oscuro con una pequeña trenza a un lado, tenía fuerza, tenía técnica y por supuesto, ¡eran un bombón! Incluso tenía un poster suyo en su habitación.
-Sí, pero olvídate de conseguir boletos.- le dijo Enlai sacándola de su ensoñación.- Te aseguro que ya todo debe estar vendido.
-¿Y eso que? Pienso en la celebración. Y en toda la comida que habrá.
Iroh pareció no querer seguir la conversación, con leve ceño fruncido comió ya que no podía perder el tiempo en trivialidades de ese tipo.
…
Ciudad Capital era famosa por ser una de las ciudades más modernas del reino Tierra hasta el momento, más por ser una de las sedes más grandes del Loto Blanco. En el campo de entrenamiento, Hisara practicaba con ahínco sus ataques. La joven pateó la tierra que se levantó en un montículo que empujó con todas sus fuerzas y luego utilizó agua control para cortarlo por completo. Su padre aplaudió el esfuerzo de su hija mientras Borack miraba el entrenamiento de forma desapasionada.
-Muy asombroso debo decir.
-¿Verdad? Mi hija es el auténtico Avatar, no sé por qué la gente sigue negándolo pero haré todo lo posible para desmentir a esa mentirosa y que mi hija sea reconocida.
-Lo mejor que puede hacer es que permanezca en bajo perfil y no arriesgarse más al ridículo.
-Pero señor…- Borack se volvió a él con su mirada afilada.
-No hay pero.- arrastró las palabras.- Sabe lo que podría pasar si alguien supiera la verdad de dónde provienen sus otros elementos.- se dio la vuelta más se detuvo un instante.- Oh, y ya me hice cargo de lo de las recompensa. Tuve que tomar la culpa por usted, pero si vuelve a hacer algo así a mis espaldas olvídese de mi apoyo y el apoyo a su hija.- se marchó dejando atrás esa amenaza.
Takihara apretó los dientes, pero miró encantado la fuerza y la brutalidad con la que su hija peleaba. Se acercó a ella cuando se detuvo después de destrozar varios montículos de roca con formas humanas, la mayoría, destrozados con sus propios puños que tenían unas manoplas de acero.
-Muy bien, hija mía. Lo has hecho muy bien.
-No es suficiente…- dijo ella mirando sus manos.- Esa chica, esa falsa Avatar puede entrar en estado Avatar y ¡yo no puedo! ¿Por qué no puedo hacerlo?- molesta, se quitó uno de los guantes revelando debajo otro tipo de manoplas que se enredaban en su palma hasta su brazo, cables rodeaban todo el antebrazo y en la palma había una esfera color roja.- ¡Eso no me está ayudando! ¡Al contrario, me frena!- su padre tomó el guante del suelo.
-Claro que sí, cariño. Recuerda que esto es porque tienes demasiado poder y es difícil controlarlo. ¿No recuerdas la inundación?- la joven bajó la mirada un poco pálida.- Así que, tú tranquila. Me encargaré de encontrar a esa falsa Avatar y demostrar a todo el mundo que tú eres la verdadera.- dijo mientras le ponía el guante.- Pero recuerda, nadie debe saber de tus apoyos sino todos pensarán lo contrario.
-Sí, padre. Lo siento mucho. E-Es sólo que todo esto me molesta.- su padre terminó de ponerle el largo guante.
-Tú tranquila. Sé dónde podría ir. Y muy pronto, todos te reconocerán y tú podrás desquitarte con esa farsante.
Hisara sonrió y asintió antes de volver a su entrenamiento. Con una idea en mente antes de alzar otra columna de roca frente a ella, esta vez con forma femenina, y golpearla con todas sus fuerzas pensando que esa era la chica que le robó su nombre. La estatua estalló en pedazos ante su poderoso golpe, trayendo una enorme satisfacción antes de destrozar su cabeza con su pie.
…
Llegada la noche los tres cayeron rendidos en los mullidos futones, o eso parecía. Iroh abrió los ojos como si este fuese un animal nocturno, se cambió y se preparó para salir, notó un leve movimiento de parte de Xiao que se soltó su cabello que caía como cascada. La cubrió un poco más ante la fresca noche y salió sin hacer ruido alguno.
Si algo había aprendido con los años era que las ciudades siempre tenían una faceta distinta al ocultarse el sol. La gente mostraba un lado distinto y había quienes aprovechaban la oscuridad. Caminó cuidadoso hasta que entró a un bar, el guardia lo detuvo unos instantes pero él mostró una identificación, esta constaba de una tarjeta con nombre, foto, firma y un sello redondo color verde que estipulaba que era mayor de edad, por supuesto, era falsa, todavía le faltaban tres años para tener veinte. El guardia le dejó pasar y pidió una copa, poniendo atención a todo lo que pasaba. No tuvo que esperar demasiado.
-¿Has escuchado los rumores?- preguntó un hombre a otro.
-Sí, de ese grupo anti-maestros. Tal parece que se la pasan reclutando gente, ¿no?
-Por eso hay que tener cuidado, no sabes quién puede pertenecer a ese grupo.- el tabernero se unió a la conversación.
-Escuché de mi cuñado que su vecino se unió a los anti-maestros. Y eso que su hijo es un maestro tierra. Quién sabe qué les hacen pero les lavan el cerebro.
-Supe de alguien que se salió, cuenta que todas las noches les dan discursos sobre que los maestros deberían de ser erradicados.
-Están locos.
Tal parecía que el grupo comenzaba a ser reconocido por la cantidad de adeptos que se unían día a día y el caos que causaban. Tenía que enviar una carta a su abuelo preguntando sobre ello e informando sus descubrimientos. Salió del bar sin siquiera tocar su trago. Dio vuelta por la calle cuando escuchó un disturbio en uno de los callejones.
-Tú eres parte de ese grupo, ¿no es verdad?- le gritó un hombre a un chico de cabello negro y piel aperlada.
-N-No, se lo juro. Por favor, no me lastime.- rogó este a los dos hombres que lo habían acorralado en el callejón.
-No te creo, estoy seguro que te he visto rondar por estos sitios. Mi hermano salió muy mal herido por su culpa. Y esto no se va a quedar así.
-¡Por favor! ¡Yo no tengo qué ver!- dijo viendo a los maestros tierra acercarse con un pedrusco enorme en cada mano.
Antes de que pudieran atacarlo Iroh corrió y les atacó por la espalda con una patada doble de tijera, haciendo que ambos cayeran hacia adelante y el chico pudiese escabullirse en medio de estos.
-Más les vale que lo dejen en paz.
-¿Qué? ¿Eres su compañero o algo?
-Malditos anti-maestros. ¡Vamos a darles una lección!- intentaron atacarle, pero Iroh hizo acopio de su propia habilidad para deshacerse de ellos con un par de golpes.
-Wow.- musitó el chico a sus espaldas.
-¿Estás bien? ¿Te hicieron algo?
-No, estoy bien. ¡Eso fue genial! ¿Eres de por aquí?
-Vengo de paso.
-Viejo, eso que hiciste, ¡esos golpes! Me llamo Sadasi.- extendió su mano hacia él y Iroh la estrechó.
-Li. Será mejor que nos marchemos o podrían despertar en cualquier momento.
-Claro, claro.- Sadasi respondió emocionado. Salieron del callejón y se alejaron del sitio con cuidado de no ser vistos.- ¿Eres un maestro?- preguntó de repente.
-No. No cuento con algún control, por eso sé pelear tan bien.- mintió al chico que de repente se veía más emocionado.
-¿Podrías enseñarme? ¡Eso fue genial!
-Podría darte un consejo o dos. ¿Por qué te atacaron esos tipos? ¿Quién pensaban que eras?- Sadasi rascó detrás de su cabeza un tanto apenado.
-Ummm… ¿Piensas que hice algo malo y merecía lo que fuera iban a hacerme?
-Lastimar a alguien no tiene justificación. Y aquellos que tienen el poder, deberían usarlo con responsabilidad en lugar de abusar de él.- los ojos de Sadasi brillaron.
-¿Qué piensas de los maestros?- preguntó curioso.
-No mucho. Mientras no se les dé por abusar de su poder puedo dejarlos estar, sino ya has visto lo que les pasa.- Sadasi sonrió ampliamente.- Y todavía no responder a mi pregunta.
-La verdad… ¿puedes guardar un secreto?
Iroh le sonrió, había encontrado lo que buscaba.
Sadasi lo llevó hasta una bodega abandonada a los límites de la ciudad, allí dentro, vio a un gran número de personas congregadas y que veían directamente hacia donde un hombre con capa blanca hablaba en un escenario.
-¡Nos han oprimido toda la vida! ¡Ellos son el verdadero mal en nuestra sociedad! Si queremos control, ¡debemos alzarnos contra los maestros! ¡Debemos pelear por nuestra libertad!
La gente alzó la voz y sus manos ante las palabras de aquel hombre, incluso Sadasi gritó con ese grupo de gente con una sonrisa en su rostro mientras le miraba con adoración. Sin embargo, lo que llamó la atención de Iroh no fue sólo la cantidad de personas congregadas, sino que algunos de estos tenían espadas y armas de fuego.
Una revolución se estaba formando en ese paraíso…
Cuando el líder bajó del escenario, Sadasi se acercó a este jalando a Li. Parecía un niño emocionado, aunque debía de tener unos 14 o 15 años como Xiao.
-Gran líder, he traído a un nuevo miembro.
-Ah, Sadasi. ¿De dónde sacaste a este chico?- preguntó evaluando con la mirada a Iroh.
-Es mi amigo. Me rescató de unos maestros tierra. Debió verlo, los hizo caer con sus puños. ¡Ja! No se la vieron venir.- el hombre se acercó quedando casi cara a cara con Iroh.
-¿Es eso cierto?- Iroh asintió
-Digamos que no me gustan los abusones. Más si son maestros.- Sadasi sonreía ampliamente a su lado, como si estuviese viendo a un héroe. El líder ensanchó un poco su sonrisa.
-Y dime, ¿crees que la sociedad está de nuestra parte o de la de los maestros? ¿Los odias o te dan igual?- Iroh sabía cómo actuar en este tipo de situaciones, no era su primera vez como infiltrado.
-Yo… tuve que aprender a defenderme desde que era muy joven. Mi padre nos abandonó a mi madre y a mí cuando era niño, fue un maestro fuego. No creo que la sociedad sea justa, si lo fuera, hubiesen hecho pagar a mi padre por el tratamiento de mi madre tal como dicta la ley. De haber sido lo contrario…- su rostro se tensó por unos momentos.- Esto que están haciendo, ¿es de verdad? O simplemente es una forma de desquitarse por algún complejo como he escuchado por ahí.
Sadasi pareció sorprendido, pero el líder no, este rio a lo bajo y luego puso su mano sobre el hombro de Iroh.
-Vamos más que en serio. Has traído a un buen miembro Sadasi. Vengan conmigo, charlemos un poco.
Iroh le siguió junto con Sadasi que intentó suprimir un grito de emoción en su garganta. Pasaron a la parte de atrás del escenario hacia una habitación iluminada tenuemente y una decoración discreta de salón y muebles caoba.
-Nuestro movimiento no sólo es para que algunos desquiten sus frustraciones, sé que hay varios que, como preguntaste, sólo desean desquitarse. Pero nuestro movimiento es mucho más que eso. Yo creo en la igualdad, creo en la paz, pero para tener paz hay que estar preparado para la guerra.
-Si es una guerra, entonces faltan soldados.
-Oh, querido muchacho. No creas que los que están afuera son todos. Somos muchos y estamos en todas partes. Te sorprendería saber cuántos de nosotros habitan alrededor de personas con grandes puestos políticos.
No sabía si estaba blofeando o no, pero si eso era verdad entonces tendrían que hacer una investigación exhaustiva a cada miembro de los Parlamentos. Le dio un vaso con alcohol y luego sirvió un poco de jugo a Sadasi.
-Supongo que eres mayor de edad, ¿no?
-Tengo una identificación que dice que sí.- respondió sonriendo de lado y el líder lanzó una carcajada al aire.
-Bienvenido entonces, la gente nos llama anti-maestros, pero somos los Igualitarios. Te llevarás bien con el grupo.
Iroh sonrió y tomó el vaso. Sadasi le preguntó a qué sabía pero Iroh se burló diciéndole que era todavía muy joven, a lo que el chico hizo un mohín e intentó beber de su vaso de jugo. El líder pareció divertido ante la escena.
-¿Crees que podrías hacer alarde de tus habilidades? Podrías enseñar a unos cuantos que pueden defenderse.
-No veo por qué no. Será divertido.
-¡Yo voy primero!- gritó Sadasi abrazando a Iroh que no sabía cómo quitarse de encima al chico.
-Bien, ya eres parte de la familia.- el líder le dio un par de palmadas en el hombro, guiándolo por el lugar donde Iroh tenía que hacer gala de su habilidad.
…
El viento de la mañana estaba acompañado de la brisa salada del mar. Xiao pasó la mano por la pequeña prenda que su abuela guardó por tantos años. La tela azul con piel no se veía tan vieja como pensaba, incluso parecía casi nueva, como si sólo la hubiese usando por poco tiempo cuando era niña. De repente sintió que dentro de su pecho la duda y el miedo comenzaban a luchar sobre lo que podría encontrar en el sur. Enlai tocó el marco de la puerta con sus nudillos.
-¿Todo bien?- le preguntó preocupado, ya que desde hacía rato había observado como sostenía esa prenda. Ella le sonrió con desgana.
-Sí, es sólo que… nos estamos acercando a la tribu agua y tengo miedo de las respuestas que pueda encontrar.- Enlai se sentó en el suelo frente a ella, que seguía acariciando la pequeña prenda.
-Eso es…
-Era mío. Cuando mi abuela me encontró dijo que usaba esto.- suspiró a lo bajo.- Quiero saber… mis raíces, ¿qué fue de mis padres? ¿Murieron o me abandonaron? Y tantas preguntas que no sé si pueda hacerlas llegado el momento, o quiera escuchar las respuestas.
-Hey, tranquila. Creo que estás a punto de tener una pequeña crisis.- dijo en tono bromista que hizo que Xiao sonriera, luego tomó sus manos.- Mira, iremos a la tribu del agua del sur. Y pase lo que pase, no importa qupe encontremos, quiero que sepas que no estás sola. Estoy aquí para apoyarte como amigo. Y si no es la tribu correcta, iremos al norte. Y quien sabe, si nadie quiere soltar la sopa puedo ser muy persuasivo.- golpeó su puños con su palma haciéndola reír.
-Gracias Enlai. Eres un buen amigo.
La puerta corrediza se abrió de golpe e Iroh entró.
-Iroh, ¿dónde estabas?- preguntó Xiao.- Te perdiste el desayuno.
-Tuve que hacer algo, cosas importantes.
-¿Qué cosas importantes?- preguntó Xiao alzando la ceja pero él no respondió, se quitó su capucha y se recostó en el futón.
-Estoy cansado, ¿pueden cerrar las persianas? Necesito dormir.
-Iroh, ¿estás bien? ¿A dónde fuiste anoche?
-Por ahí… no importa la verdad.
Xiao quería preguntarle qué pasaba pero él parecía no estar dispuesto por el momento a responder a sus preguntas. Enlai le sonrió a medias y le dio una palmadita en el hombro.
-Ven, vamos al dejar al señor malhumorado descansar. Te apuesto a que se fue de fiesta anoche sin nosotros.
-¿De fiesta? ¿En serio?- preguntó incrédula mientras seguía a Enlai fuera del cuarto. Enlai dejó que ella saliera primero, pero al cerrar la puerta le dedicó una mirada que parecía decir que esperaba una buena explicación de todo ello más tarde, le gustase o no.
…
Sadasi estaba durmiendo plácidamente en su cabaña frente a la playa, una de sus piernas salía de la hamaca en la que estaba. Parecía que nada podía perturbar su sueño, al menos hasta que escuchó unos fuertes golpes en la puerta.
-Cinco minutitos más…
Pero los golpes siguieron y se obligó a levantarse, pasó su mano por su boca para limpiar la saliva y obligó a sus pies a caminar directo a la puerta, donde al abrir, dos enormes hombres le esperaban.
-¿Eh? ¿Qué pasa? La reunión es hasta la noche.
-¿Reconoces a este chico?- uno de ellos puso frente a él una fotografía. Sadasi entrecerró los ojos un momento, se quitó las lagañas y tras una mejor vista de la fotografía abrió grande los ojos. Era una fotografía de la familia real del reino de fuego, y en esta había un chico que se parecía mucho a Li.
-Ah… bueno, se parece a Li, ¡pero no puede ser!- sonrió nervioso.- Es un buen tipo, me salvó la vida. No puede ser un maestro.- intentó justificarse pero uno de los tipos lo tomó por el cuello y le apretó con fuerza.
-Nuestro líder no opina igual, pequeño idiota.
-Y nos ha pedido darte una lección y decirte que: Idiotas como tú no son necesarios.
Sadasi tembló mientras miraba a aquellos hombres entrar en su casa y uno de ellos sacaba un cuchillo. Tal vez… se equivocó con el líder.
…
Enlai había triunfado en distraer a Xiao con lo del partido de esa noche. Por lo que cuando fue a la habitación, Iroh despertó apenas y la puerta se cerró de golpe.
-Muy bien, suéltalo. ¿Qué sucede y por qué no le quieres decir nada a Xiao?
Pesaroso, Iroh se levantó y se sentó en la cama con una expresión seria.
-Salí a investigar y descubrí que hay en este lugar un grupo de anti-maestros, se hacen llamar los Igualitarios. Pude infiltrarme en una de sus juntas.
-¿Estás de broma?- pasó su mano por su cabello.- Debí suponer que no dejarías el tema por la paz… ¿Son muchos?
-Demasiados.- Enlai pasó sus manos por su rostro estirándola hacia abajo, un tanto frustrado porque Iroh fue de agente secreto y por otra parte un tanto temeroso.
-Muy bien, hiciste un buen trabajo. Hay que decirle a Xiao sobre esto.
-Espera, no quiero que se lo digas.
-Y no quieres porque…- quería que él completase la oración.
-Porque si Xiao se enfrenta a ese grupo la pondría en peligro y al mismo tiempo dañaría su reputación. Míralo de esta manera, ellos están en contra de todo maestro, imagínate si conociesen al Avatar. Intentarían todo para ensuciar su nombre y no sólo eso, la atacarían sin misericordia. Todos están armados y pueden ser muy peligrosos.
-¡Y con más razón hay que decirle! Mira, tómalo como un consejo por alguien que cometió el mismo error. Xiao tiene derecho a saber y a opinar qué debe hacerse. Sé que es tu trabajo proteger al Avatar, pero somos un equipo.
-Pero yo soy el encargado de cuidar al Avatar. Y quiero evitar cualquier conflicto que pueda magullar la imagen que la gente está comenzando a formarse sobre de ella. Ya sabes, con eso del Avatar falso.
-Tema delicado, entiendo. Pero igual deberías decirle. Sé que es tu "trabajo" pero viejo… ¡estás poniendo en riesgo nuestro pellejo!- Iroh soltó un largo suspiro.
-Vale… se lo diré. Pero tengo que ir hoy a una reunión de ese grupo. Al parecer van a preparar algo y quiero evitarlo antes de que lo hagan.
-Bien, voy contigo.
-No tienes que hacerlo.
-Te lo dije, somos un equipo. Y si esos locos intentan algo al menos tendrás a alguien que te respalde en las sombras.- Iroh sonrió, no parecía tan convencido pero tenía razón. Regresando le diría a Xiao todo y hablarían de ello con calma.
En ese momento la puerta se abrió de golpe y Xiao entró vistiendo una camiseta verde y la cara pintada con dos rayas verdes y blancas en sus mejillas.
-Ya casi es el juego y van a transmitirlo en un momento. ¡Vamos Tejones de Acero!- hizo sonar una corneta y agitó una bandera en su otra mano.
-Sí, sobre de eso…- Enlai se había olvidado que iban a escuchar el juego, tenía que poner una buena excusa.- No vamos a poder escuchar el juego contigo.- la trompeta casi cae de los labios de Xiao antes de que la tocara.
-¿Por qué no? Pensé que el plan era volverse locos animando el juego mientras comíamos comida chatarra.
Iroh no sabía qué le veía de bueno ese plan, gritar con un grupo de aficionados y comer chucherías, pero tuvo que justificarse con ella.
-Sucede que mi abuelo, el antiguo señor del Fuego va a pasar por las afueras de la ciudad y quiero dejarle un informe de lo que hemos pasado.
-¿Tu abuelo? ¿El señor del Fuego Zuko?... ¿Puedo ir?- preguntó deseando poder conocer al que fue aliado de su antecesor. Enlai de inmediato intervino.
-No puedes, justo Iroh me contaba que iba a ser una reunión secreta y nadie, absolutamente nadie debía saberlo.
-Oh… entiendo.- dijo desanimada pero de inmediato se volvió a Enlai.- ¿Y tú Enlai?
-Sí, yo… no me lo vas a creer, pero me encontré con mi ex que vino a ver el juego con los otros odiosos. Dijeron que vendrían a por mí aunque espero quitármelos de encima y dejarlos abandonados por ahí.
-¿Tu ex? Que te vaya bien.- se dio la media vuelta y cerró la puerta. No necesitaba más explicación que esa.
Iroh alzó la ceja mirando a Enlai que sacudió los hombros.
-Es una larga historia.
Apenas comenzó a atardecer salieron hacia el lugar de la reunión. Enlai no tardó demasiado en separarse para esconderse en la cercanía hasta que Iroh entrase. Tal como la última vez, Iroh entró sin problema alguno con la nueva contraseña que le dieron ayer, y al momento de entrar notó de inmediato un aroma a pólvora que le dejó un momento paralizado. Al adentrarse, vio a varios miembros con armas.
-Bienvenido otra vez.- dijo el líder que apareció de repente.- Me complace verte de nuevo.
-Dijo que harían algo grande. Pero no pensé que fuese tan rápido… ¿a dónde iremos?
-Oh, hoy es un día muy especial. Y tengo una tarea muy especial para ti. Sígueme.
Lo llevó a la parte de atrás, Iroh pasó las cortinas y enfrente de él vio una enorme bomba que estaba en medio de la habitación. Esa cosa era de su tamaño, no quería pensar cuántos explosivos tenía dentro.
-¿Verdad que es una maravilla?- preguntó el líder con una amplia sonrisa.- La llevaremos al estadio y cuando el juego esté a la mitad, atacaremos las gradas haciéndonos pasar por rebeldes de la nación del Fuego. Con ello ensuciaremos todavía más el nombre de los maestros y así más gente los verá como una amenaza.
-Ya veo. ¿Y cómo es que vamos a pasar esto adentro?
-Ya tenemos la perfecta cubierta para ello.
Iroh quería saber de qué se trataba, pero el líder se paseó por la habitación alrededor suyo
-Esto significará un gran paso para nuestra meta. Y así, dar inicio a una nueva era donde los maestros sean degradados mientras que nosotros los no maestros ascenderemos en la cadena.- se volvió a Iroh y se acercó a él.- Y tú vas a ayudarnos en ello.
-Dígame qué debo hacer y lo haré.- la sonrisa de líder se ensanchó.
-Me gusta escuchar eso.- puso sus manos sobre sus hombros cuando de repente una fuerte corriente eléctrica pasó por todo el cuerpo dejando a Iroh de inmediato en el suelo y adolorido.- ¿Creíste que no te reconocería? Sé muy bien quién eres, eres el nieto y gran general de la nación del Fuego.- resopló por la nariz mientras acomodaba sus guantes eléctricos.- Pero eso me va perfecto. Voy a matar a dos pájaros de un tiro, ensuciando el nombre de esa horrenda nación y con ello acabando con su mayor orgullo.- dos hombres levantaron a Iroh y el líder sujetó su cabeza.- Dulces sueños.- volvió a electrocutarlo con mayor potencia dejándolo inconsciente.
Enlai que había visto todo desde el techo quiso intervenir pero se detuvo. Bien sabía que sería imposible sacarlo de allí. Así que permaneció en su lugar.
-Átenlo bien con la bomba y preparen todo. Tenemos un partido al cual asistir.
Con esas palabras, sus hombres obedecieron y Enlai salió de allí con mucho cuidado para alertar a Xiao de lo que estaba sucediendo.
…
El juego ya había comenzado y el salón del hotel estaba repleto de camisetas rojas y verdes. Xiao estaba en primera fila lista para escuchar el juego.
Y están ahora mismo entrando los jugadores. Los Tejones de Acero y los Dragones Furiosos entran al campo y hacen la reverencia correspondiente. Ambos equipos tienen una rivalidad legendaria que se remonta desde sus inicios. Están a un gran nivel y es difícil saber quién ganará. Quien gane este partida irá a la final contra los Leones Marinos o los Monos Voladores que jugarán la final la próxima semana.
La gente estaba eufórica.
-¡DRAGONES FURIOSOS!
-¡TEJONES DE ACERO!- incluso Mu hizo sonar una corneta que tenía por la ventana donde estaba asomado.
Xiao no podía estar más emocionada, aunque le hubiese gustado más estar en compañía de sus amigos.
¡Y empieza el juego!
-¡XIAO!- gritó Enlai entrando al salón y todos le callaron al mismo tiempo. La joven se levantó de su lugar y salió con Enlai cerrando la puerta con una sonrisa apenada.
-¡Enlai! ¿Qué forma es esa de entrar? Casi te linchan dentro.
-Eso no importa. Iroh está en problemas.
-¿Problemas? ¿Qué tipo de problemas?
-Te lo explico en el camino. Vamos, que no hay tiempo que perder.- ella asintió y los dos salieron corriendo del hotel montándose en Mu que ya esperaba afuera con la corneta todavía en su hocico y haciéndola sonar a su paso.
-¡No se metan que vamos con prisaaaaa!
…
Poco a poco abrió los ojos, sentía que el cuerpo adolorido pero aun así miró alrededor al escuchar el sonido de la gente gritando. Reaccionó intentando escuchar qué decía la gente cuando distinguió las porras a los equipos de soccer. Intentó levantarse pero estaba atado a un poste metálico y sus manos estaban atadas y juntas. Intentó abrirlas pero eran como guantes restrictivos que no le dejaban moverse. Intentó concentrarse y vio alrededor, intentó gritar a pesar de estar amordazado, podía ver una luz salir de lo alto de donde estaba pero… ¿qué era? Miró atrás y se quedó frío cuando vio la bomba detrás de él. Tenía que salir de allí como sea.
-¡Y ahora en el medio tiempo pasarán los carros alegóricos con las mascotas de los equipos!
¿Carro alegórico? Tenían que estar bromeando.
Afuera, los carros correspondientes a los Dragones Furiosos y a los Tejones de Acero salieron comenzando a rodear el campo. Los acróbatas y guías del carro del dragón se miraron unos a otros con miradas furtivas y sonrisas maliciosas.
Los carros llegaron al centro donde una lluvia de confeti y serpentinas explotó alrededor, la gente ovacionó a los carros bien hechos. El carro de la mascota de los Tejones comenzó a moverse al frente para retirarse cuando de la nada uno de los acróbatas de los Dragones lanzó una bola de fuego a la cola de este y comenzó a quemarse para horror de los presentes. Luego, todos los terroristas se quitaron los trajes de los dragones, mostrando viejos trajes y máscaras de soldados de la Nación del Fuego y comenzaron a lanzar a diestra y siniestra bolas de fuego por todo el campo.
-¡POR EL RENACER DE LA NACIÓN DEL FUEGO!- gritó el líder sobre el dragón de papel maché.
Toda la gente comenzó a gritar e intentar huir.
¡No puedo creerlo! ¡Maestros fuego están atacando el estadio en una rebelión sin precedentes! ¿Qué es lo que está pasando?-gritó uno de los comentadores.
-¡Tal parece que son parte de una vieja rebelión!- gritó el otro con voz y ambos se agacharon cuando una bola de fuego hizo estallar el vidrio de la cabina donde estaban.
La gente estaba en verdad asustada y el líder veía con gran placer como su plan estaba funcionando.
-¡LA NACIÓN DEL FUEGO VOLVERÁ A GOBERNAR POR SIEM…!- antes de poder terminar una roca le golpeó en el pecho y cayó hacia el lomo del dragón de papel maché y con esta su máscara. En una de las entradas, Enlai se puso en defensa para seguir con su ataque. Mu entró golpeando con sus astas a dos de los terroristas con Xiao que bajó de este apenas entrando al campo.
-¡¿Dónde está nuestro amigo?!- gritó Xiao furiosa y lanzó un fuerte ventarrón que hizo caer al líder y apagó las falsas llamas de algunos de sus secuaces. Enlai golpeó a uno para luego saltar sobre de él y rasgar las vestiduras de sus brazos mostrando que tenían pequeños tanques de gas conectados a tubos hasta su palma. Los comentadores vieron la escena.
-¡Un momento! Tal parece que… ¡No son maestros fuego! Tienen aparatos en sus brazos que crean el fuego.
-¡Son falsos Maestros! ¿Qué significa esto?
El líder vio que su plan se había ido al desastre y algunos fotógrafos comenzaron a tomarles fotos. Al notar esto alzó su mano y lanzó un rayo a uno de los fotógrafos. Xiao se interpuso, moviendo sus manos con cuidado lo redirigió hacia el líder que bajó rápido del carro alegórico y el lomo de este comenzó a arder.
-¡Lo repetiré una vez más!- dijo Xiao todavía con algo de electricidad en su puño.- ¿Dónde está Iroh?- el fotógrafo no dudó en tomarle una foto a Xiao y correr a un lugar seguro con sus compañeros de prensa.
El líder se levantó estupefacto al darse cuenta de quién se trataba.
-No puede ser tú eres…
-¿Es el Avatar?- preguntó uno de los comentaristas y el otro asintió con emoción.
-¡Lo es! ¡Señoras y señores! ¡No van a creer esto!
-¡Tenemos al Avatar en el campo!
La gente que estaba escuchando la radio gritó de la emoción. En distintos lugares otros escuchaban la transmisión con atención. Una mujer anciana que estaba sentada sobre el marco de una ventana con la pierna doblada sonrió de lado; un grupo de chicos cayeron gráciles del cielo guardando sus aeroplanos más que interesados en lo que escuchaban, y muy lejos, donde el hielo y la nieve cubrían las tierras de la nación del agua, un hombre de lentes escuchaba quieto la transmisión dejando de lado unos papeles.
Y en Ciudad Central, Hisara escuchaba todo con una rabia apenas contenida.
El líder sabía que la operación ya no tenía cabida. Así que se levantó y sacó un control remoto del cual pulsó un botón y el dragón de papel maché se abrió como una flor mostrando la bomba y a Iroh atado a esta. Apenas vio a Xiao intentó advertirle qué era pero ella ya había visto una bomba similar antes.
-¡Atrévete a atacarme, Avatar y todo este lugar explotará en pedazos!
Xiao apenas y pudo contenerse de atacarlo. Agitó su mano deshaciendo el rayo que todavía conservaba y el líder vio su oportunidad.
-¡Ataquen al Avatar y a quien sea que se interponga!
Los anti-maestros lanzaron una llamarada contra Xiao que estaba a punto de cubrir del inminente ataque cuando un muro de roca se alzó para protegerla, y antes de darse cuenta una pelota en llamas golpeó a varios de estos falsos maestros y cayó cerca de los pies de los capitanes de los Dragones Furiosos y los Tejones verdes.
-Al campo se viene a jugar.- dijo Braxen, el capitán de los Tejones que con una patada alzó la pelota del suelo y la golpeó con fuerza, haciendo que en el viaje varias rocas se incrustaran en esta y golpease a otros más.
Pronto, los jugadores comenzaron a moverse en el campo, deslizándose usando el fuego control como propulsor o deslizándose en murallas de tierra mientras golpeaban a los anti-maestros. Braxen retiró su muralla de roca y se acercó a la joven a la que le tendió la mano.
-Es un gran honor conocer al Avatar.- los ojos de Xiao crecieron al doble, casi al borde de las lágrimas.
-Y-Y-Yo… ¡soy tu fan!- el jugador rio y le dio un leve golpecito en el hombro.
-Luego te regalo mi autógrafo, guapa.- le guiñó el ojo y ella casi se sintió a derretir pero se obligó a reaccionar al ver al líder intentando escapar.
Enlai ya había llegado con Iroh e intentaba deshacer los guantes, pero no podía, no podía abrirlos ni tenía algo que le ayudase.
-¿Cómo rayos te quito esto?- Iroh gritó con la mordaza.- ¿Es que me viste cara de cerrajero? Déjame ver qué puedo hacer.- Iroh volvió a gritar.- ¿No te han dicho que calladito te ves más... ¡BONITO?!- uno de los anti-maestros lanzó una llamarada contra ellos pero el capitán del equipo de los Dragones, Dávaros, se interpuso y controló el fuego en una espiral que separó en bolas de fuego que dispersó contra sus atacantes. Este se volvió a ellos, moviendo su cabello largo atado en una coleta y con unos filosos ojos ambarinos que retaban a quien se atreviese a ponerse en su camino.
-¿Necesitan ayuda, chicos?- se acercó al ver la trampa de las manos a la que habían puesto a Iroh.- Esto no se ve bien. Espera un poco…- tomó un poco de tierra y la comprimió entre sus manos, emitiendo una gran fuente de calor hasta que al abrir sus palmas mostró que había convertido la tierra en lava.- No te muevas o te quemaré…- con ello rompió la esposa por las muñecas, liberándolo de la bomba y así también destruyendo la trampa.
-¿Cómo hizo eso?- preguntó Iroh impresionado.
-Aprendí este truco al ir a la mejor escuela de Tierra y Metal Control a las afueras de Ciudad República. Incluso un maestro fuego como yo debe saber cómo sacar ventaja de su entorno que es en su mayoría tierra.
-Y los maestros de esa escuela son otra cosa.- dijo Braxen que les cubrió con una muralla y se acercó para tomar la trampa rota.- Si me permiten.- lanzó la trampa metálica y esta se enredó en el brazo de uno de los anti-maestros haciendo que cayera al suelo cuando su disparador se atascó.
-Wow… -Enlai estaba sorprendido- Lava control, Metal control, quiero aprender eso ¡YA!
-¡No hay que dejar que escapé!- gritó Iroh sacándolo de su ensoñación y señaló al líder que intentaba escapar.
Los comentaristas estaban como locos en sus lugares.
-¡El 17 de los Tejones lanza el balón! ¡Es una finta preciosa!
-¡Lo recibe el número 2 y luego pasa al número 8 de los Dragones, parece ser que…! ¡Bola de fuego!
-¡Uff! ¡Eso hasta a mí me dolió!
-¡Y el número 15 y el número 16 terminan por hundir a sus contrincantes!
-¡El número 4 de los Dragones pasa al número 8 de los Tejones!
-¡Tuya! ¡Mía! ¡Te la doy! ¡Te la presto! ¡Acaríciala! ¡ES SUYA! ¡ZAMBOBAZO!
-¡ESTO ES UN JUEGO SIN PRECEDENTES SEÑORAS Y SEÑORES!
Los comentaristas se estaban dejando la garganta en el juego para emoción de todos.
Xiao intentó acercarse al líder, pero cada vez que lo hacía algún anti-maestro se interponía y tenía que esquivarlo. En un momento se deslizó de rodillas debajo de un par de llamaradas y usando su mano como un apoyo dio la vuelta sobre su cuerpo lanzando patadas al cielo con Aire control que no sólo le ayudaron a deshacerse de unos pocos anti-maestros, sino también de lanzar al líder a un lado, haciéndolo soltar el detonador.
-¡El Avatar ha realizado un buen Aire Control! ¡Pero la pregunta es quién tomara ese control!
-¡Pues yo espero que cualquiera que no quiera volarnos en pedazos!
Todo el mundo fue a por el control. Unos empujándose y peleando entre ellos, era una batalla campal en la que no se veía con claridad quién sería el vencedor.
El líder electrocutaba a cuanto se pusiera en su camino y entonces notó a Xiao desprotegida, no perdió oportunidad y la atacó con un rayo a su máxima potencia que fue recibido por Iroh que se interpuso a tiempo, lo contuvo unos momentos antes de lanzarlo al aire en un grito ante lo peligroso de este. Sin más, el líder puso al frente a varios de sus adeptos como escudos y corrió hacia el detonador aprovechando la distracción. Pero Xiao silbó y antes de que el líder pudiera tomar el control Mu le ganó tomándolo primero.
Enlai gritó de la emoción cuando el balón rodó cerca de él y tuvo una idea. Lo cubrió de roca y lo pateó hacia Iroh.
-¡Iroh!- este reaccionó y lo atajó pasando sus manos por este y después pateándolo donde Xiao.
-¡Xiao!- la chica al ver el balón casi lo pierde, pero logró atajarlo y usando su aire control lo pateó hacia el líder antes de que lanzara otro rayo contra Mu.
Ni siquiera vio la pelota venir, le dio de lleno en el estómago y lo mandó unos metros hasta el muro donde quedó unos segundos pegados antes de caer al suelo.
Pronto, la fuerza policiaca llegó y comenzaron a arrestar a los anti-maestros. Pero también con estos llegaron algunos miembros de los guardias del Loto Blanco, cosa que hizo que tanto Iroh como Enlai tomaran a Xiao para correr a una de las salidas.
-¡NOOOOO! ¡No es justo! ¡Quiero un autógrafo! ¡Mi autógrafooooo!- se quejó al borde de las lágrimas pero los chicos y Mu se la llevaron de allí.
-¡Ya habrá otra ocasión!
-¡Mueve esos pies!
-¡No! ¡Braxen, cásate conmigo!
-/¡MUEVETE!/- gritaron los dos chicos furiosos a la vez que la pobre Xiao que veía sus sueños de fan frustrados, cuando en el camino, un par de reporteros se acercaron a ellos.
-¡Avatar! ¿Algunas palabras al público?
-Sin comentarios.- dijo Iroh que quería salir de allí lo antes posible pero por primera vez, Xiao se impuso y miró a los reporteros y al fotógrafo. La veían como si fuese una diosa, una salvadora, cosa que no era y quería dejarlo en claro.
-Por favor, será rápido.- pidió a sus amigos un momento y su voz se transmitió en la radio.- Quisiera decir que agradezco el apoyo que la gente me da. Pero me gustaría agregar que sean cuales sean sus expectativas yo todavía no conozco las mías. Puede que sea el Avatar, pero no soy distinta a cualquiera de ustedes, así que por favor, no me traten como si fuese una salvadora o algo más. Pero… quiero dejar muy bien en claro.- apretó los puños.- Esto es un mensaje para los anti-maestros, criminales, o incluso grupos que me buscan para su propio beneficio: No dejaré que se salgan con la suya y haré lo que esté en mis manos para proteger y ayudar a quien lo necesite.
La entrevista terminó cuando vieron a los soldados del Loto Blanco acercarse y se la llevaron a toda prisa.
La gente sonrió ante el mensaje, otros parecían más pensativos y otros más, como Zidan, lo tomaron como un reto. Pero Hisara lanzó la radio contra la pared sin poder creer lo que escuchaba mientras esa farsante tomaba su lugar.
…
Ya fuera de la ciudad, habían detenido su huida y caminaban por la playa. Xiao seguía sin ver a Iroh en silenciosa reprimenda.
-Sé que estás enojada, pero tenía mis razones.
-Que conste que le seguía la corriente porque no tuve de otra.- dijo Enlai zafándose de la mirada de Xiao que comenzaba a calarle. Iroh refrenó las ganas de golpearlo por traidor y Xiao arqueó la ceja mirando a Iroh.
-¡Bien! Soy algo hipócrita. No te quise decir nada para protegerte y porque… sentí que podría con el asunto solo tal y como siempre he hecho. Lo siento, de verdad, debí confiar en ti y decirte todo. También te pido perdón, Enlai, por haberte involucrado. Y prometo que la próxima vez si veo algo sospechoso les diré todo porque somos un equipo.
Xiao se acercó a él mirando con detenimiento los gestos de su rostro hasta que dejó salir un bufido como los de Mu y se dio la media vuelta para subir sobre Mu y emprender su viaje.
Enlai rio a lo bajo.
-Ni conmigo estuvo así de enojada.- Iroh se quejó.
-Lo eché a perder, ¿verdad?
-Bueno, nos queda un buen tramo hasta las costas, y no puede estar enojada contigo por siempre.
Iroh esperaba que así fuese. Los dos chicos le siguieron sin darse cuenta que alguien los observaba a la distancia usando unos binoculares.
…
Había comenzado a llover. La policía había metido en los camiones a los criminales después de desármalos y puesto en otro camión la bomba. El líder parecía derrotado, ya que a policía no tardaría en dar con su escondite y con los demás miembros.
De repente el camión se sacudió con violencia ante una explosión que terminó por volcar el camión. Quienes estaban adentro estaban confundidos, pero el líder, al ver la puerta abierta, se arrastró sobre sus seguidores para salir de allí antes de que los oficiales reaccionasen. Corrió hasta llegar a un callejón oscuro donde se toparía con una figura encapuchada con el símbolo de los Igualitarios. Con un relámpago pudo ver que había más adeptos aguardando y el encapuchado llevaba una máscara lisa del color de la plata que impedía ver su rostro.
-Han… Han llegado.- sonrió ampliamente.- Gracias por haber venido por mí, hermanos míos. Este fallo sólo ha servido para enseñarnos cómo proceder a futuro. Vayámonos para poder planear nuestro próximo golpe y así poder derrocar a los maestros a futuro.
Algo rodó hacia sus pies, él no pudo distinguir qué era hasta que un nuevo relámpago iluminó el callejón y vio las cabezas de sus dos guardaespaldas que no veía desde esa mañana. La figura encapuchada sacó una espada y el líder se dio cuenta de lo que en realidad pasaba. Retrocedió y se dio la vuelta casi resbalando en su intento de escape, sólo se giró un segundo para ver a su verdugo topándose cara a cara con este y el filo de su espada. Su cabeza rodó hasta la entrada del callejón, dejándolo con un rictus de sorpresa en su rostro.
La sangre comenzó a expandirse y mezclarse con el agua sucia del lugar y el encapuchado se retiró la máscara un momento.
-Idiotas como tú, no son necesarios.- sonrió Sadasi reacomodando su máscara hacia los demás miembros.- Hermanos y hermanas, este inútil nos ha costado mucho. Pero no se preocupen, acabaremos con el reinado de los maestros tarde o temprano y con estos… también acabaremos con el Avatar.
Desaparecieron al retumbar de un trueno perdiéndose en la oscuridad, dejando el cuerpo que sería descubierto por las fuerzas policiacas en una escena de pesadilla.
…..
Y… espero que les haya gustado! Las cosas comenzarán a ponerse ardientes! Gracias a todos por leer. Dejen review, nada de tomatazos, acepto bebidas y dulces de temporada y sin más qué decir… UN ABRAZO! UN GUSTAZO! Y HASTA LA SIGUIENTE!
