Hola a todos! Siento mucho el retraso pero en mi ciudad hace un calor que te deja K.O. como sea, aquí dejo el siguiente capítulo, se promete mucha acción. Y sin más qué decir… COMENZAMOS!

Capítulo 12.

Descarrilado.

La estación de trenes estaba repleta de gente y Mu tenía que ir donde la carga, algo que no le gustaba al ciervo flor que no se soltaba de los guantes de su dueña.

-Tranquilo Mu, el viaje durará pocas horas, verás que pasa rápido el tiempo.- le dijo acariciando su hocico para que al fin le soltara los guantes.- Buen chico.- le abrazó acariciando la cabeza y dejar que un empleado pusiera a Mu dentro del vagón.

-Se nota que están más unidos que nunca.- bromeó Enlai y ella le dio un leve golpe en el hombro.

-Siempre hemos sido unidos.

Enlai arqueó la ceja con una sonrisa burlona haciendo que Xiao pensara en esos últimos días. Desde lo sucedido Mu y ella estaban algo renuentes en alejarse el uno del otro, tanto así que Xiao dormía afuera de las posadas con Mu, ya que la última vez los regañaron por meter a la habitación al animal, incluso comía donde hubiese una ventana y que Mu se asomase para ser alimentado por su ama Y hasta se bañaban juntos.

-Vale, puede que estemos un poquito más unidos que antes.- él rio.

-Eres en cierta manera adorable.

Ella le sonrió. Desde hacía tiempo sentían que la relación entre ambos iba creciendo más y más, siendo cada vez más estrecha y eso la ponía contenta, aunque quizás eso se debía por culpa de cierta persona.

-Es hora de entrar al tren.- les llamó Iroh desde el andén y la expresión de Xiao cambió, pareciendo fastidiada ante la presencia del general de fuego.- Tomen sus boletos, más tarde el boletero pasará a nuestro vagón y…

-Gracias.- respondió Xiao de forma seca arrancando el boleto de su mano. Este cerró la boca y apretó los dientes comenzando a molestarse por la actitud de la chica y entrando cuando Enlai tomó su boleto. El maestro tierra suspiró.

-Esto va a ser un largo viaje.

Entró sin darse cuenta que en unos vagones más alejados, soldados del Loto Blanco entraban cargando varias cajas de metal. El capitán se acomodó la gorra y un subordinado se acercó saludando a su superior.

-La carga ya ha sido subida, señor. Ciudad República nos espera con la carga.

-Bien hecho. Nos detendremos en Ba Sing Se para revisión y seguiremos nuestro camino.

El capitán entró al vagón, aunque por unos instantes le había parecido ver una cabellera roja a unos metros. No creía que fuera posible pero… si la avatar estaba allí, quería completar la única misión que hasta ahora no había podido realizar.

El tren dio los silbatazos finales antes de comenzar a moverse. La gente en el andén se despidió de sus familiares y amigos hasta que una figura encapuchada corrió por el andén entrando en el último segundo en que el empleado del tren estaba asegurando la puerta, disculpándose con este y mostrando su boleto para que no creyera que era un polizón. Suspiró, a sabiendas que tenía mucho que hacer en este viaje.

Entre tanto lejos de allí, sobre las colinas que se erigían cerca de las vías, Zidan observó el tren avanzar gracias a sus binoculares y sonrió de lado.

-Adoro los trabajos sencillos como este. Entonceeees sólo hay que conseguir la mercancía y salir de allí, ¿no?- preguntó a Sadasi que le miró desde el otro lado de su máscara.

-En efecto, el Loto Blanco intenta proteger cierta mercancía que podría servir para nuestros propósitos a futuro.

-Me parece un trabajo sencillo, aunque claro, debo pregunta. ¿Tienes problemas con las bajas?- el joven se volvió hacia él por un momento y luego le dio la espalda alejándose de él.

-Haz lo que creas necesario, siempre y cuando la carga llegue intacta.

Zidan y sus hombres sonrieron perversos.

-Vale, después de todo, tú pagas.

El ambiente en el camarote podía considerarse tenso, demasiado para su gusto. Enlai estaba al lado de Xiao que miraba por la ventana y frente a ellos Iroh leía muy concentrado un pequeño libro. Ninguno quería ceder, así que Enlai decidió ser quien rompiera el hielo.

-Ba Sing Se es un sitio enorme, con gran historia y también con buenos restaurantes. Ya he estado allí antes, te encantará Xiao. Incluso hay una famosa tienda de té de nombre el Dragón del Jazmín.- por primera vez la chica pareció relajarse y se volvió a Enlai interesada.

-¿En serio? Siempre he querido visitar esa casa de té. Es tan famosa por la variedad de tés y preparaciones.- respondió con sincera admiración haciendo sonreír a Enlai.

-No es la gran cosa.- toda vibra positiva se apagó de golpe por culpa del comentario de Iroh que no había separado la vista de su libro.- Fue fundado por mi bisabuelo hace ya bastante tiempo y a mi abuelo le gusta ir allí cada vez que visita la ciudad. Es un sitio de lo más común y aburrido, no conviene perder el tiempo en un lugar así.

-Quisiera comprobar por mí misma el famoso té que sirven.-respondió Xiao con una expresión tensa.

-Te ahorro la decepción.

-Igual deseo visitarlo. Y pasar una agradable tarde con su famoso té y algunos bocadillos.- Iroh lanzó un bufido.

-Por favor, ¿qué tiene de bueno una taza de agua caliente con jugo de hojas?

La expresión de Xiao fue de pura indignación y estaba segura que le pareció escuchar a su abuelo igual de indignado.

-¡Retira eso!- exclamó molesta y levantándose de su lugar.

-¿O qué?- preguntó como si no le importara.- ¿Me obligarás?- sabía que se refería a la sangre control, ella alzó su mano casi como si estuviera tentada a usarlo pero la realidad era que fue una distracción para quitarle el libro y golpearlo en la frente.- ¡Auch!

-Eres un cretino.- salió de allí azotando la puerta. Ya a solas, Enlai se volvió hacia Iroh.

-¡Sí eres un cretino!- gritó saltando de su asiento.- Agh… justo cuando la cosa estaba bien.

-No entiendo por qué te enojas. Estoy preocupado por ella.

-¿En serio? Porque lo demuestras de forma extraña.- se cruzó de brazos.

-Mira, quiero dejar en claro que como Avatar no puede usar un arte tan peligroso y mortal. ¿Sabes lo que diría la gente si supiera que usa sangre control? ¿Qué clase de Avatar sería? Y se supone que yo debo estar atento a ella para cuidarla de quienes buscan aprovecharse pero…

-He allí el asunto, ¿no? Te preocupa lo que puedan decir de ella estando TÚ a cargo.

-No es verdad. Sólo digo que un Avatar no debería hacer lo que ella hace.

-¿Cómo qué? ¡Le salvó la vida al sujeto!- juntó sus manos y respiró hondo calmándose.- Mira, yo sé… ambos sabemos lo que pasó allá. No soy tonto, y es obvio que ella se siente mal por lo que hizo a ese tipo, pero también estoy orgulloso de lo que hizo. Nunca había visto a alguien hacer eso, lo que ella. Y sin ánimo de ofender pero te recuerdo que Xiao nunca quiso ser el Avatar.- miró sus manos y pensó en todo lo que habían pasado, en lo que ella había sufrido en ese camino y en lo fuerte que se había vuelto.- Ella sólo quiere vivir su vida lejos de los estándares de otros que esperan que sea como sus antecesores. En serio, pensé que ya la conocías bien.- le regañó.

-¿Entonces vas a perdonar lo que hizo a ese sujeto? Lo torturó, Enlai y eso es algo que no puedes negar. He visto lo que pasa cuando la gente tiene control sobre ese arte, hay que ponerle un alto ahora antes de que se corrompa.

-¿De qué hablas? ¡Hablas como si ella se fuese a convertir en el villano del siglo!- Iroh frunció todavía más su ceño.

-No lo entiendes.

-No, quien no entiende eres tú. Ella es mucho más fuerte de lo que piensas. Deja ya de subestimarla, ¿quieres? Es molesto.- sin decir más se levantó y salió también. Necesitaba un refrigerio para pasar el mal trago, y con suerte se encontraría con Xiao y podrían relajarse juntos dejando atrás las suposiciones de Iroh.

Iroh frunció el ceño y miró por la ventana unos momentos. Recordando en pequeños destellos los gritos, el dolor y la impotencia que sintió él y los demás cuando se enfrentó a un maestro sangre. No quería que ella se volviese un monstruo.

Necesitaba calmarse y qué mejor forma que estar cerca de alguien que siempre la escuchaba a pesar de todo.

Entró al compartimiento de carga y sonrió a Mu que estaba a un lado de un regio caballo negro, por suerte no había muchos animales. Se acercó y acarició a su amigo.

-Hey, ¿todo bien? ¿Quién es tu amigo?- el caballo pareció volver la cara arrogante, le recordó un poco a Iroh.- Nada bien, ¿eh? Bueno, ya somos dos.- suspiró y siguió acariciando a su amigo.- No quiero regresar al vagón, Mu. No quiero estar cerca de Iroh por ahora. ¿Tú crees que hago mal en usar esto? Sé que no debí hacerlo con ese sujeto pero… hasta ahora esta habilidad me ha servido de mucho, no sólo a mí sino a otros. Pero todos piensan que es algo malo… tal vez sea lo mejor dejar de usarlo, no quiero que la gente me vea como lo hace Iroh, como si yo… fuese un monstruo.- estaba al borde de las lágrimas y Mu se acomodó posando su cabeza en su hombro. Xiao iba a dar rienda suelta a su dolor cuando un extraño sonido atrajo su atención.

Se asomó al que era el último carro del tren pero no había nada. Entró esperando escuchar algo más y fue que algo golpeó su pie, parecía un auto de juguete o un tren, se agachó y miró a todas partes.

-¿Hola?- no vio a nadie alrededor.- Dejaré tu juguete por aquí, ¿vale? No quiero incomodar.

-¡No es un juguete!- gruñó una bola de pelo que salió de repente de entre las maletas.

-¡AAAAH!- lo abofeteó con fuerza y algo del equipaje cayó revelando a un hombre que cayó con el cuello torcido.- ¡Ay mi madre! ¿Se encuentra bien?- le ayudó a levantarse y este tronó su cuello como si no fuese la primera vez que quedaba chueco. Era un hombre joven, son una cabellera abundante y similar a los espinos, con inicios de una improvisada barba, camisa negra, pantalones color marrón y una larga gabardina que le abrigaba, parecía un mendigo. Este sacó unos grandes lentes de su gabardina y sonrió a la joven.

-Gracias, y en serio. No es un juguete, es mi modelo a escala.

-Oh, lo siento. Me llamo Xiao, ¿qué hace aquí escondido?- el vagabundo rio nervioso.

-Yo… es que se me perdió mi boleto y no quería que pensasen que subí sin pagar y que fuera un…- ella no se lo creía pero no diría nada.

-¿Un polizón?

-Sí, jeje… eso.- rio nervioso.- Me llamo Kerion. Y soy inventor. Me dirijo directamente a la Ba Sing Se para buscar quien financie mi proyecto. Por favor, no diga que estoy aquí, me costó horrores subirme a este tren.- le rogó casi con lágrimas en los ojos.

-Mis labios están sellados. Como sea, ¿qué clase de modelo es?

-Bueno pues es…- antes de decir palabra su estomago rugió en protesta y Xiao sonrió.

-Sabe, tengo un poco de té y bocadillos en el bolso de mi animal. ¿Le gustaría tomar algo mientras me explica sobre ello?- este la miró con grandes ojos asintiendo una y otra vez feliz de haber encontrado a su salvadora.

El silencio del camarote ya lo incomodaba. Intentó leer, intentó meditar, incluso intentó hacer flexiones con una mano, sin embargo se sentía mal por dudar tanto de Xiao. La chica había demostrado gran empatía, fuerza y para qué negarlo, un gran sentido de justicia. Ella le había dicho que no deseaba ser el Avatar como una decena de veces y en cierta forma la entendía, pero el peso de las responsabilidades estaba sobre sus hombros y ella debía entender eso.

Debes ser el mejor.

Debes ser fuerte.

Debes ser más ingenioso que los demás.

Debes saber quiénes son tus aliados.

Debes entender cuál es tu responsabilidad.

Cerró los ojos con ceño fruncido y se levantó del carro. Se disculparía por ser tan duro con ella y su relación volvería a ser lo de antes, ella no era de las que guardaban rencor por tanto. Después de todo, era su deber guiarla por el buen camino y protegerla. Salió del camarote y notó una figura encapuchada cerrar rápido la puerta del vagón.

Tras unos momentos, la figura escuchó los pasos alejarse y al abrir la puerta y asomarse ya no vio a Iroh haciéndole suspirar de alivio.

-Hey.- dijo alguien y al voltear arriba encontró a Iroh sujetándose del techo. Intentó cerrar la puerta pero este bajó rápido y entró al camarote haciendo retroceder al misterioso encapuchado.- Sabía que no era la primera vez que te veía.- cerró la puerta quedando a solas con el extraño.- ¿Quién eres? ¿Y por qué nos has estado siguiendo?- preguntó encendiendo un poco su fuego alrededor de su mano.

-¡Kyaaa! ¡Perdón!- exclamó con voz femenina y Iroh le quitó la capucha. Una linda chica de piel aperlada, tenía su cabello castaño atado en dos moños altos, dos grandes ojos cafés de largas pestañas le devolvió la mirada aterrada.- Lo siento tanto, pero es que no sabía en qué momento debía presentarme y… y… ¡en serio me pongo muy nerviosa!- balbuceó casi a punto de llorar pero Iroh no se conmovió.

-¿Quién eres? ¿Y por qué nos has estado siguiendo todo este tiempo?

-M-Me llamo Amarallys. Soy hija del consejero de la ciudad de Ba Sing Se y estoy en busca de la Avatar Xiao.- dijo sorprendiendo a este.- Por favor, la ciudad necesita de su ayuda.

Enlai había recorrido parte del tren sin rastro de Xiao, ni siquiera la vio en el carro comedor y eso quería decir que Iroh había metido la pata a lo grande. Comió uno de los pocos bocadillos que le dieron yendo de regreso hacia su camarote para ver si ella ya había regresado, sino era así, revisaría el resto de los vagones hasta el final. No quería quedarse solo con el cabeza de mechero. Mordió el pan e iba a entrar a un vagón pero rápidamente se pegó a la pared con el pan en la boca. Se asomó por la ventanilla viendo a un par de soldados del Loto Blanco entrar a un camarote siguiendo al capitán que los perseguía desde el principio. Tragó el bocadillo usando su lengua para que son se cayera y avanzó con cuidado y escuchando sus voces sofocadas.

-Tengan cuidado, la carga es muy valiosa como para cometer errores. Y quiero que revisen el tren para evitar contratiempos.

-Como ordene, señor.

Al escuchar que iban a salir, pensó rápido al ver a una chica salir del camarote del frente. Cuando los soldados salieron vieron a Enlai de espaldas y besar a la joven. Estos les dejaron musitando lo afortunada que era la juventud. Cuando se fueron, Enlai se separó de la chica que sonreía ampliamente.

-Lo siento, pero me acabas de salvar la vida.- iba a irse cuando de la puerta por donde salió la chica salió un hombre enorme que debía ser su padre.- Ah… no me lo va a creer pero, esto no es lo que parece.

El golpe que recibió le sacudió por completo y el hombre metió de nuevo a su hija al camarote. Enlai sacudió su cabeza y rápidamente corrió fuera del vagón.

-Debo decirles a los chicos que tenemos problemas.

Sin embargo, no sabía que sus problemas iban a aumentar muy pronto.

Iroh intentó recordar, el nombre le sonaba pero no podía ver en su cabeza a la persona que le pertenecía el nombre. Y mientras intentaba recordar la joven se ponía más nerviosa.

-Te estoy diciendo la verdad. Mi padre es consejero de la reina de Ba Sing Se.

-Mmm…

-Seguro que me habrás visto un par de veces en los eventos de los reinos cuando éramos niños.

-Mmm…

-¡Incluso una vez me dijiste Salud cuando estornudé!- en ese momento Iroh alzó su cabeza recordando al fin.

-Por supuesto, ya te recuerdo. Siempre te escondías de todos, incluso una vez te escondiste bajo la túnica de tu padre haciendolo tropezar y que se le rompiera la túnica quedando en ropa interior.

Amarillys se sonrojó, no sabía si estaba feliz de que ya la recordara o que sólo recordara sus momentos más bochornosos.

-S-Sí… siempre he sido muy tímida.

Iroh se dejó caer en el asiento frente a ella y se cruzó de brazos.

-Muy bien, dime por qué nos has estado siguiendo.- la joven se dejó caer en su asiento retirándose la capucha y mostrando que debajo llevaba un traje de pantalón verde oscuro con una camisa de manga corta cruzada amarilla y de hermoso bordado naranja con zapatillas que hacían juego, y usaba unos hermosos aretes en forma de flor de oro de cinco pétalos en sus orejas y pulseras bordadas verde oscuro con flores doradas. Ante su postura y su atuendo era más que obvio que venía de una familia adinerada a pesar que intentó esconderlo, cosa difícil.

-Quería asegurarme en si de verdad podía confiar en la Avatar Xiao.- respndió con algo de vergüenza.- Cuando conocí a la primera Avatar, Hisara, era una chica altiva y muy agresiva. La verdad es que me intimidó su presencia, pero cuando la noticia de una segunda Avatar llegó tenía que ver si podía confiar en ella y si de verdad podía ser una Avatar. No me quedó duda de su fuerza, aunque necesitaba ver si era de confianza.- miró a Iroh unos momentos que seguía evaluándola con la mirada, ella se sonrojó y bajó la mirada.- Debo decir que me sorprendí mucho, la Avatar Xiao era totalmente opuesta a Hisara, generosa, amable, valiente, cualidades que no todo el mundo tiene y que me dejaron sorprendida. Es por eso que quería aprovechar para hablar a solas con ella y pedirle su ayuda.

-¿Qué tipo de ayuda?

-Pues… las cosas no van bien en Ba Sing Se.- explicó con más seriedad.- La ciudad está a punto de colapsar por culpade las malas decisiones de la reina y ha habido grupos levantándose, pero entre estos hay uno que se hacen llamar los Igualitarios.- Iroh abrió un poco más los ojos ante la sorpresa.- Cada levantamiento daña a la ciudad y distintas fuerzas del orden han intentado mantenerlos a raya pero ahora… Las guerreras Kyoshi no son de confianza y la reina misma no otorga el apoyo ni la protección a los ciudadanos y oficiales.

-¿Cuál es la razón?

-Simplemente no le interesa. Y está ocupada en otros asuntos, comercio, aunque no se sabe de qué tipo. Mi padre al parecer averiguó algo pero antes de poder decir algo…- apretó los labios y bajó la cabeza.- Fue encarcelado y acusado de traición sin juicio o pruebas de por medio y….- se tomó la cabeza.- Como ves, las cosas no están nada bien.

-¿Por qué nadie está enterado de ello? Las otras naciones deberían saber.

-Ba Sing Se ha sobrevivido con el paso de los años a la modernidad. Y ha quedado debajo de ciudades como Ciudad República y Ciudad Capital, apenas y se mantiene arriba de Ciudad Central.

-Ya veo, un escándalo de este tipo le perjudicaría grandemente.- sopesó sus palabras, era cierto que la gente ponía mayor atención a las grandes ciudades hoy en día, mientras que Ba Sing Se, a pesar de su valor cultural y de su levantamiento en la guerra, comenzaba a quedar más y más por debajo de entre las ciudades del reino tierra debido a su cada vez más pobre contribución y poca modernidad.

Tras unos instantes suspiró y se levantó.

-Creo que podremos ayudarte y dudo que Xiao te diga que no.- Amarillys sonrió ampliamente y juntó sus manos.

-¡Oh, gracias! ¡Gracias! ¡Estaremos eternamente agradecidos!

-Bien, vamos a buscarle y hablaremos de esto.- ella asintió con fuerza, parecía una niña.- Eh…- dudó un momento antes de abrir la puerta.- ¿Puedo preguntarte algo?- en serio estaba incómodo pero no tenía a nadie más a quién pedirle su opinión y preguntar a un tercero con el que no tenía relación le ayudaría.- Necesito tu punto de vista en cierta situación. Imagina que haces ciertas cosas que crees que están bien pero no lo son, aun así sigues haciéndolo y aunque con eso has ayudado a ciertas personas, no se ve bien. ¿Qué pensarías si alguien te dice todo el tiempo que dejes de hacerlo?

Amarillys parpadeó un par de veces intentando comprender sus palabras y torció la boca pensativa.

-¿Ayudé a gente buena?

-Eh… sí y les salvaste la vida.

-Bueno, si hago bien a otros no vería el problema. Lo que la gente piense no debería importarme, las personas siempre juzgan sin importar la posición, por lo que si salvo vidas con eso poco me ha de importar los demás.

-¿Y qué pensarías de la persona que te dice que dejes de hacerlo? Que, agrego, es algo tosca en su forma de hablar, pero en verdad lo hace con las mejores de las intenciones.

-Mmmh… si es así pensaría que me odia.- dijo clavando una flecha en la consciencia de Iroh.- Por lo que me gustaría que me dijese porque es que me dice eso de aquella forma tan ruda. Y así también pueda comprender su punto de vista.- explicó con una pequeña sonrisa.

Iroh pensó en ello, recordó que sólo la había estado acusando una y otra vez por su Sangre control sin explicación alguna de por qué estaba mal. Lanzó un suspiro sabiendo que debía ser él quien diese un paso hacia adelante.

-Vamos a buscar a Xiao ahora.- apenas salieron del carro cuando los altavoces se escucharon.

Atención mis queridos pasajeros, en estos momentos están siendo asaltados por los Cuervos Nocturnos. Favor de quedarse en sus carros lo más quietecitos posible o será usados como tiro al blanco.

El capitán se levantó de su asiento junto con sus hombres. Uno de estos apenas y tocó la puerta cuando se produjo una explosión que los dejó en el suelo, no fue algo tan grande, pero sí sonó por el tren.

Enlai que estaba de nuevo en el carro comedor se había ocultado detrás del bar del carro comedor, mientras que Xiao seguía con Kerion con el pesado equipaje.

Los Cuervos entraron al carro de los soldados del Loto Blanco y les apuntaron con sus armas, heridos y confundidos. Zidan desde la punta del tren sonrió sabiendo que todo iba acorde al plan.

Gracias por su preferencia. Esperamos que tengan un buen viaje.

Hombres armados y maestros pasaron por cada vagón asegurando que a sus rehenes no se les ocurriesen intervenir. Un par de Cuervos caminaron hacia el vagón de carga donde uno se detuvo y golpeó en las costillas a su compañero.

-Oye, ¿qué ese no es el animal de la Avatar?

-No creo, debe de ser otro animal.

-Estoy seguro que se le parece…- se acercó un poco pero Mu estuvo a punto de morderlo y retrocedió. Escucharon ruido al final del tren y a alzaron sus rifles acercándose hasta el último vagón donde de una patada abrieron la puerta, no vieron a nadie, pero notaron que la puerta del fondo estaba abierta. Se acercaron precavidos, abrieron la puerta corrediza y apuntaron a lo primero que vieron. Kerion alzó sus manos agazapado en el pequeño espacio.

-¡Me rindo! ¡No disparen!

Más antes de poder hacerle algo, Xiao bajó del techo de un costado y sujetándose de la barra se impulsó con aire control para lanzarlos de una buena patada fuera del tren. Los dos Cuervos cayeron fuera de las vías.

-Te dije… era del Avatar.

-C-Cállate… agh.- dijo el Cuervo antes de quedar inconsciente.

Kerion lanzó un largo suspiro.

-¿Está bien?- preguntó Xiao.

-Sí… mis pantalones están secos, así que estoy bien.

-Venga, puede que necesite de su ayuda.

-¿Y yo en qué podría ayudar?- preguntó siguiendo a la chica sin ninguna otra opción.

Sin embargo, Sadasi vio eso a distancia con sus binoculares y caminó preparándose para lo siguiente.

Abrieron las puertas de cada vagón amenazando a cada persona dentro de sus camarotes. Algunos incluso disfrutaban intimidando a los inocentes. Encontraron un camarote cerrado y uno de los Cuervos disparó su arma y su compañero entró encontrando a Amarillys.

-Quieta, quédese donde está señorita.

-Eso también deberían decírselo a mi amigo.- dijo ella con una sonrisa y al voltear arriba Iroh se dejó caer desarmándolos en un segundos, dejándolos atados y noqueados.

-Eso los mantendrá ocupados un rato.

-¿Y cuál es el plan?- preguntó ella siguiéndole.

-Llegar a la punta para detener el tren mientras vamos quitándonos esas pestes, la prioridad son los pasajeros y que vayan a la parte de atrás paraque estén seguros.

-¿Y qué vas a hacer si nos disparan?

-Tal vez lo mejor sea que te quedes al cubierto.- Amarillys palideció.

-N-No me lo tienes que decir dos veces.- al abrir la puerta hacia otro vagón encontraron a otros dos Cuervos y Iroh no dudó un segundo en ir sobre de ellos.

El salón comedor era el peor lugar para esconderse. Más que nada porque todos estaban arrodillados y él apenas había alcanzado a llegar al bar para resguardarse junto con el cantinero que abrazaba una botella enorme que por la etiqueta del precio debía ser la bebida más cara de todo el lugar. Ambos se miraron y juraron solemnemente no hacer un ruido en un voto de silencio.

De repente la puerta del comedor se abrió y por medio de una rendija del bar, Enlai pudo ver que se trataba de Zidan que junto con sus hombres empujaron al capitán del Loto Blanco.

-Esto sería sido mucho más fácil si solamente me dieras los códigos para abrir las cajas.

-Nunca podrán abrirlas.- respondió el general seco.

-Bien, dado el caso deberé poner algo de presión.- al chasquear los dedos uno de sus subordinados empujó a una mujer que tuvo que soltar a su pequeño hijo. Zidan apuntó su arma a la cabeza de la mujer.- O me dices el código o todos los presentes verán los sesos de esta mujer regados por todas partes.

El niño gritó intentando alcanzar a su madre pero uno de los Cuervos lo sujetó y sentó de vuelta en el suelo. La mujer temblaba llorando, rogando en silencio porque no le hiciera nada. Zidan quitó el seguro de su arma.

-Te daré a las de tres. A la de una.- el soldado seguía estoico.- A la de dos.- no había reacción de este pero sí de Enlai que sintió una gota de sudor caer a un lado ante la situación. Zidan presionó un poco el gatillo- A la de tre…

Un cubo de metal golpeó el arma haciendo que bala diera a la ventana. Enlai salió de su escondite

El cubo regresó a él partiéndose en pedazos y colocándose encima del bar, sus habilidades en metal control habían mejorado mucho desde que había entrenado con esa cosa, descubriendo muchos de sus secretos con el pasar de los días.

-Cuando pienso que no pueden caer más bajo.

Los Cuervos le apuntaron y dispararon en su dirección. Pero Enlai saltó sobre las mesas y escapó por la ventana rota hacia el techo. Zidan estaba furioso.

-¡Ustedes dos! Sigan a ese. Y tú, da un aviso. Si ese mequetrefe está aquí quiere decir que tenemos compañía.- acarició una de sus nuevas pistolas, sabiendo que muy pronto las usaría.

Enlai corrió sobre el tren y escuchó un disparó detrás de él, se volvió un segundo para ver que en efecto, dos Cuervos estaban a sus espaldas. Uno de ellos tenía un rifle y el otro, una mujer lanzó de su puño una bola de fuego. Enlai apenas y pudo esquivar la bola de fuego y la bala que le dio cerca de las piernas pero perdió el equilibro y tropezó, sujetándose de la orilla. El del rifle le apunto pero Enlai notó un tubo a su costado y al romperlo una nube de vapor salió de este impidiendo que el tirador pudiera tener un blanco seguro pero igual disparó. Dio con algo. Por unos segundos pensaron que lo tiraron del tren, pero una figura saltó y cayó pesado sobre el techo. Enlai se había recubierto con varios pedazos de metal en una armadura improvisada. El Tirador disparó, pero la bala no pudo penetrar todo ese metal, sin embargo, la mujer rio.

-Déjalo, voy a hacer que se cocine vivo en esa cosa.- ella lanzó una llamarada de fuego que le cubrió por completo, sin embargo, cuando terminó este no parecía afectado por ello y el improvisado casco cayó dejando ver una carcasa vacía.

Un silbido se escuchó a sus espaldas y los dos vieron a Enlai que se agachó a tiempo de que el tren entraba en un túnel. Los dos Cuervos no tuvieron la misma suerte.

Las luces en el interior se encendieron.

Iroh y Amarillys siguieron avanzando, pero cuando llegaron a un vagón repleto de Cuervos, Iroh pensó rápido y colocó su mano en un apagador usando rayo control que apagó todas las luces quedando a oscuras. Quejidos y golpes se escucharon hasta que salieron del carro, Amarillys vio detrás con la poca luz del carro contiguo a los Cuervos tirados en el suelo.

-Wow, ¿cómo hiciste eso sin ver nada?

-Tuve buenos maestros.

Salieron del túnel y Iroh le instó a subir sobre el vagón. Pero apenas ella subió se tropezó con alguien desapareciendo de la vista de Iroh.

-¡Amarillys!- subió de un saltó y se encontró con ella y Enlai tendidos en el techo del vagón.

-Auch… ¿con qué me choque?- preguntó Enlai.

-¡Eso me dolió!- se quejó Amarillys y Iroh le ayudó a levantarla.

-Enlai, ¿cómo ves la situación?- el maestro tierra se sentó como pudo.

-Está entre Horrenda y Muy Horrenda. Al parecer los Cuervos quieren algo de los soldados del Loto Blanco.- Iroh alzó rápido la mirada.

-¿Ellos están aquí?

-Sí, iba a decirles cuando sucedió el ataque. Al parecer llevan unas cajas grandes.

Iroh frunció el ceño. Si los soldados estaban allí, quería decir que transportaban algo muy importante y lo más probable es que también peligroso.

-Eso no es bueno. Debemos hacer algo para detener este tren. ¿Dónde está Xiao?

En ese momento carros atrás escucharon un estruendo y vieron a varios Cuervos salir de las ventanas. En pocos segundos el vagón contiguo sucedió igual, y luego el siguiente, hasta llegar donde ellos sintieron el vagón temblar y por las ventanas salieron más Cuervos con los civiles intactos.

-Qué bueno que no está enojada conmigo.- puntualizó Enlai con alivio mirando a Iroh en clara burla.

Los tres bajaron y vieron a Xiao con Mu y un vagabundo encima del ciervo flor que no conocían.

-¡Xiao!- Enlai le abrazó aliviado de verla a salvo.- En serio, la próxima vez que te enfades con el idiota greñudo dime a dónde vas.- lloriqueó y ella hizo lo mismo aliviada de verle.

-Lo siento, Enlai. Es que sí me enojé mucho con idiota greñudo.

-¡Que los estoy escuchando!- se quejó Iroh ganándose las miradas penetrantes del dúo. Amarillys se dio cuenta de la situación señalando a Iroh con una sonrisa.

-Oh, ya veo. Tú eres el idiota greñudo.- Iroh rechinó los dientes.

-¿Podemos enfocarnos en salvar a toda la gente y derrotar a los Cuervos?- pidió a punto de perder la paciencia.

-¿Cómo hacemos eso?- preguntó Xiao dejando de lado por el momento su enojo hacia el maestro fuego.

-Yo puedo ayudar.- dijo Kerion que seguía sujeto de Mu.

-¿Quién es usted?- preguntó Enlai arqueando la ceja.

-Me llamo Kerion, soy un inventor. Por lo que detener un tren como este es pan comido para mí.

-Bien, nosotros seguiremos adelante y detendremos a los Cuervos.- dijo Xiao y fue que notó a Amarillys mirarla con grandes ojos brillantes.- ¿Y ella quién es?

-¡Mucho gusto! ¡En serio es un gran honor!- exclamó la chica hablando de forma atropellada.- Me llamo Amarillys y los he estado siguiendo desde hace ya bastante por lo que creo que ya hasta te conozco. Me he leído todo lo de las vidas de los antiguos Avatares, Kyoshi, Roku, incluso me leí la antología completa sobre los maestros aire del avatar Aang y… debo decir que ¡eres una pasada! No sabes cuánto te he admirado en las sombras.- parecía una fan loca y Enlai hizo retroceder a Xiao de inmediato.

-Debes tener cuidado con esta clase de personas, ¿estamos?- Xiao no entendía muy bien pero asintió. De repente, el tren se tambaleó.

-¿Qué fue eso?- preguntó Xiao y Kerion respondió.

-El tren aumentó su velocidad.

-¿Por qué harían eso?- preguntó Enlai sabiendo que la respuesta no sería buena. El grupo se miró y asintió haciendo de lado las diferencias.

-Vamos, hay trabajo por hacer.- dijo Xiao y Amarillys casi se desmaya cerca de ella.

-¡Tal como diría una heroína!

Zidan se dio cuenta del repentino cambio, pero no dijo nada, se mantuvo tranquilo a pesar de todo sabiendo lo que eso significaba.

-Señor, ya lo he abierto.- dijo uno de sus hombres que después de mucho trabajo, y algo de tortura hacia un soldado, logró abrir las cajas. Con una gran sonrisa se acercó y miró las cajas abrirse.

-Oh… esto es oro puro.- alzó una esfera con un líquido que parecía agua.- Escuché de una buena fuente que una de estas preciosuras era capaz de destruir un edificio entero. Es increíble como algo tan pequeño puede llamar a la destrucción.

-Señor.- llamó otro cuervo mostrando otra caja que contenía algo más, Zidan frunció el ceño mirando con atención el interior.

-No toques eso.- ordenó el capitán pero Zidan lo ignoró, el sujeto había recibido una paliza dejándole un morado en la cara, pero parecía todavía dispuesto a querer ponerse encima de todos. Uno de los Cuervos le golpeó detrás de la cabeza y este se inclinó hacia adelante.

-¡No te atrevas a hablarle así a nuestro líder!

-Tranquilo.- ordenó Zidan divertido por la situación.- Ahora entiendo por qué mi socio quiere esto.- cerró la caja sin querer ver más, se dirigió a la primera caja tomando algunas esferas con él, metiéndolas en uno de los compartimientos de sus armas.- Llévense todo eso, ahora.- sus hombres obedecieron. Tomaron las cajas y al abrir la puerta dispararon varios cables por medio de un mecanismo en sus hombros y oculto bajo sus capas, varios cables se aferraron a las montañas cercanas y se impulsaron desapareciendo de la vista de todos.

Zidan y tres Cuervos quedaban pero no por mucho tiempo.

-Bueno, es hora de irnos, fue una reunión muy amena, repitámosla en otro momento.

-Cuando te atrape haré que supliques con que termine tu vida, maldito.

-¿Yo soy el maldito? ¡JA! Yo no soy quien se quedó callado sin importar que una mujer fuese a morir frente a su niño, ¿verdad?- preguntó notando las miradas de los pasajeros que también miraban con absoluto rencor al capitán, incluyendo la madre que abrazaba a su hijo con fuerza.- ¿Quién de los dos crees que es peor?- siseó con absoluto placer.

El ruido de algo correr sobre el carro lo hizo apuntar enseguida hacia arriba, pero cuando la puerta salió proyectada hacia el frente, Enlai y Iroh entraron atacando a los dos Cuervos que iban armados, expulsándolos por la ventana con sus golpes y enfocándose rápidamente en Zidan. El tercer Cuervo abrió la puerta del otro lado del compartimiento encontrándose con Xiao que le hizo volar fuera del tren y enfocándose en Zidan que cambió su expresión burlona rápidamente a una sonrisa retorcida.

-Pero miren nada más a quién tenemos aquí.- mientras se enfocaba en ella, Enlai le pidió a los pasajeros que salieran rápido y estos obedecieron. Iroh fue quien se acercó al capitán y a sus hombres para cortar las cuerdas con una de sus espadas.- La gran Avatar con nosotros. Wow, de haber sabido hubiese preparado algo especial para ti.

-Podemos evitar una pelea si te entregas.- dijo Xiao con una leve esperanza de que todo terminara bien.

-Es adorable tu ingenuidad. Pero me temo que eso no va a pasar.- en un rápido movimiento de su muñeca lanzó una de las esferas, haciendo que saliera hacia una de las ventanas rotas y disparando con rapidez. Una explosión sacudió el vagón comedor destruyendo la mitad de este. El hombre del bar todavía seguía escondido detrás del bar abrazando la botella más cara y Enlai fue quien lo salvó cuando gritó al estar a punto de caer.

-¡Esa botella ha de ser muy valiosa!

Zidan aprovechó la confusión para empujar a Xiao al siguiente vagón.

-¡Xiao!- gritó Iroh yendo en su ayuda pero varios Cuervos que habían visto la conmoción desde sus posiciones aparecieron y una nueva batalla comenzó.

En la punta del tren, el Cuervo que había puesto la maquinaria a andar a todo vapor rompió la palanca de velocidades y lo lanzó por la ventana con una sonrisa. El conductor estaba inconsciente en el suelo. Escuchó unos golpecitos en la puerta y fue a abrir.

-Ya estaban tardando. ¿Qué fue lo que les demo…ro?- el ciervo flor exhaló su aliento en su cara y se abalanzó sobre de él cerrándose la puerta detrás. Golpes y gritos se escucharon del interior. El Cuervo intentó salir por la ventana pero fue jalado con fuerza de vuelta al interior. Al final terminó en el suelo hecho una piltrafa y Kerion y Amarillys entraron, la chica revisó enseguida al conductor.

-Está inconsciente.

-Bien, un problema menos en la lista. Pero tenemos otro aquí.- Kerion comenzó a revisar la maquinaria y un tubo expulsó un poco de vapor a presión que casi le da en la cara.- No tocaron el freno manual pero el segundo freno está en la parte final del tren.

-¡Yo puedo hacerlo!

-Bien.- le dio un reloj de bolsillo.- Seguro que tú y el ciervo pueden volver a ir por los techos pero les daré cinco minutos. Cuando la manecilla marque los cinco minutos hay que jalar ambos frenos al mismo tiempo.

-¿Y usted como sabrá que son los cinco minutos exactos?

-No tendré ese problema. En mi cabeza, cuento cada segundo que pasa. Anda.- Amarillys asintió y al salir se montó en Mu con algo de dificultad, abrazándolo.

-Vamos bonito.- el ciervo flor saltó y volvió a correr por los techos de los vagones. Kerion miró los controles, tenía que buscar una forma de bajar la presión o ese lugar explotaría.

-Bien, al menos tenemos mucha vía.- y en ese instante una explosión se produjo a lo lejos y vio gracias a sus gafas de botella el puente sobre el precipicio explotar en pedazos. Como pudo tomó el control del altavoz.- ¡Tres! ¡Tienes tres minutos!- exclamó ya presa del pánico.

No muy lejos, la mano que sostenía el dispositivo con que voló el tren bajó. Detrás de su máscara, Sadasi observó lo que acontecía en los dos vagones, pero sólo uno le llamaba la atención.

Xiao y Zidan estaban codo a codo en su pelea en aquel vagón privado que por suerte estaba vacío. Zidan no podía usar su rifle ante la poca distancia que la chica ponía entre ellos, literalmente, la tenía pegada a él. Intentó disparar sus armas cortas pero ella movía sus manos desviando el disparo. Golpeando y volviendo a atacar, había aprendido mucho en sus últimas peleas. En un codazo al tórax, apenas y lo movió, y Zidan aprovechó para golpearla y alejarla lo más posible de él, disparó aunque ella lanzó un par de sillas del mobiliario de aquel vagón privado de lujo. Esperaba que no se las cobrasen. Zidan las destruyó de un tiro.

-No vas a poder hacerme nada. Gracias a cierto encuentro conseguí algo muy útil.- mostró debajo de su camisa una protección hecha por las escamas de la víbora de la última vez. Ahora la joven entendía por qué le dolió el codo.

Regresa.

Escuchó una voz por la radio que estaba en la cadera de Zidan.

Regresa ahora.

El pistolero de mala gana retrocedió a puerta.

-Lástima que debo marcharme pero recuerda, que tarde o temprano voy a acabar con tu vida.

-¡Espera!- intentó detenerlo y casi lo logra pero notó el filo de una espada a punto de cortar su mano y tuvo que usar aire control para retroceder con rapidez.

El enmascarado alzó su espada, una espada recta cuyo filo reflejó el cuello de Xiao que estaba alerta, sea quien fuese, ese sujeto no era alguien ordinario. Podía sentirlo en cada poro de su cuerpo, ese tipo era peligroso y si dudaba sería su final.

Mientras todos peleaban en el vagón vecino, los Cuervos pronto saltaron fuera de lo que quedaba del vagón escapando de la escena.

-¿Por qué huyen?- preguntó Enlai asomándose por encima del techo ya que no se había enterado de nada cuando vio pasar por encima de su cabeza a Mu y a Amarillys que le atrapó dándole tiempo a penas de subirse a Mu.- ¿Qué fue eso? ¿A dónde vas?

-¡A por el freno trasero!

-Freno, ¿por qué el…?- se volvió para mirar que no había puente.- ¡Ay mi madre! ¡No hay puente! ¡Corre más rápido, animal! ¡CORRE MÁS MU!

No tenía que repetírselo a ciervo flor que ya se vengaría después de las patadas que le estaba dando entre las costillas.

Iroh y el capitán quedaron a solas, este se había liberado de sus ataduras y luego liberó a sus hombres que obedecieron un gesto de su superior de salir del lugar. Este quiso dar un paso al frente donde se encontraba Xiao pero Iroh se lo impidió.

-No se atreva capitán.

-General Iroh, muévase.

-¿Me está usted ordenando?- preguntó con sorna.- No le conviene intentar pasar.

-Entonces deberé pasar a la fuerza.

Dicho esto ambos atacaron al mismo tiempo con sus espadas.

El tres se acercaba rápidamente a lo que podría ser su último destino. Kerion tomó una llave y comenzó a liberar la presión en los tubos en un intento de bajar la velocidad, cuidando no quemarse con el vapor que despedía o sino los tubos explotarían. En su mente ya había pasado más de un minuto y el tiempo seguía corriendo.

-97, 98, 99, 100.

Ochenta segundos más marcarían la diferencia. Sólo esperaba que pudiesen llegar al freno a tiempo.

Xiao se movió usando el aire control para moverse con mayor rapidez ya que si no lo hacía podría ser cortada como la mesa que acababa de pasar a mejor vida. De la manga de Sadasi aparecieron unos cables que fueron contra Xiao y se enredaron en su cuello, pero antes de siquiera poder activar la corriente eléctrica ella tocó primero el cable y se acercó un poco logrando enredarlo en el brazo de este, haciendo que fue imposible activar la corriente a menos que este también se electrocutara, pero aprovechó la corta distancia para atacar, dejando su espada de lado, le golpeó en las costillas más ella le dio un codazo en el pecho y luego usó su brazo para enredarlo y acercarlo más dándole una fuerte patada que lo dobló.

No tuvo de otra que liberar el cable y volver a atacarla veloz con su espada, ella dio un salto hacia atrás y algunas de las puntas de sus trenzas cayeron al suelo. Apenas y tocó el suelo lo vio dirigirse a ella para intentar cortarla pero logró inclinarse hacia atrás esquivando el filo por poco menos del grueso de un cabello, sintiendo cerca el depósito de agua del vagón, tocó la pared y expulsó el agua a presión formando una ola que sirvió como un muro entre ambos. Los dos se miraron mutuamente con el hielo entre ellos, Xiao estaba lista para contraatacar y Sadasi igual. Pero Sadasi decidió que había tenido suficiente y salió por la ventana, escapando. Xiao sintió su cuerpo volverse como una gelatina, no entendía su reacción puesto que ya había peleado antes por su vida sin embargo… esta vez hubo algo distinto. Había sentido mucho miedo...

Sintió el vagón saltar y decidió que ya había tenido suficiente.

-A la próxima vamos en primera clase.

Amarillys y Enlai llegaron al freno y la chica no dejaba de ver el reloj cuyo segundero sonaba al mismo ritmo mucho más lento que el de su corazón. Enlai tomó el freno con fuerza.

-Espera, hay que esperar, quedan treinta segundos.

-Vale… tú me dices.

Adelante del tren, Iroh y el capitán seguían peleando sin usar sus elementos. Era una pelea de espadas que parecía muy pareja pero Iroh se movía con mayor velocidad terminando por desarmar a su contendiente que cayó al suelo.

-Se acabó.

El capitán iba a sacar una pistola un pequeña pistola oculta entre la manga pero ni siquiera pudo apuntar ya que otra pistola le apuntó a la cara. Iroh había tenido todo ese tiempo oculta un arma así como él. Y el capitán al verlo rio a lo bajo.

-El gran general Iroh, el último descendiente de la familia del Señor del Fuego… nada mal para un mocoso. Supongo que tus amigos no saben cuántos trucos guardas bajo la manga, general.

-Es bueno guardar algunos secretos. Aunque claro, no creo que usted pueda decir algo más.- apuntó listo para disparar cuando lo que quedaba de la puerta del vagón se abrió y Xiao vio a Iroh de espaldas sin poder ver el arma.

-¡Iroh!- él se distrajo un segundo, cosa que el capitán estaba a punto de aprovechar pero la joven usó agua control lanzando al capitán al otro lado del vagón y congelándolo en la esquina. Antes de poder acercarse el maestro fuego este ya había ocultado su arma.- ¿Estás bien?

-Lo estoy.- dijo con falso alivio mirando de reojo al capitán. Xiao entonces lo reconoció.

-Tú…- ambos sintieron una fuerte sacudida que hizo que Iroh la sujetara para que no cayera.- El tren, hay que detenerlo.- Iroh vio por un segundo al capitán, había prioridades, por lo que se enfocó en la joven.

-Vamos.

Dejaron atrás al capitán que estaba más que amargado ante aquella misión fallida.

Entraron al vagón donde Xiao peleó, notando Iroh el gran daño que había, ya preguntaría luego. Al abrir la puerta para ir al siguiente vagón, notaron algo a la cercanía.

-¡Oh por todos los…!- en una curva forzosa, vieron que el tren estaba a punto de llegar al puente, o lo que quedaba de él.

...

Amarillys, Enlai y Kerion contaban el tiempo sintiendo que en sus pechos la presión que sentían les provocaría un ataque.

-171, 172, 173.- contó Kerion mientras que Amarillys contaba en reversa.

-Seis, cinco, cuatro...

-177, 178…

-Dos, uno…

-/¡YA!/- activaron el freno al mismo tiempo.

El tren se sacudió y la gente del interior gritó. Xiao y Iroh que habían decidido subir por los techos para evitar las puertas casi caen, siendo esta vez Xiao que sujetó a su amigo evitando que cayera fuera del tren, sin embargo, el tren seguía acercándose a pesar de ello al puente.

-¡XIAO!- Iroh le gritó y la joven tuvo que activar su estado avatar.

Usando Aire control creó una corriente de aire tan poderosa comenzó a empujar al tren para siguiera bajando todavía más su velocidad y la tierra intentaba detener las ruedas que seguían su marcha.

A lo lejos, alguien apuntó teniendo en la mira a la chica. Sería tan fácil darle ese tiro pero… por las ventanas podía verse a la gente del interior, hombres, mujeres, niños, familias juntas y madres abrazando a sus niños. Zidan retiró la mira y guardó su rifle. Yéndose de allí con su contratista que le observó disimuladamente.

-¿Pasa algo?

-No, nada importante. Cuervos, a volar.

Todos se alejaron por las montañas dejando atrás la escena.

El tren comenzó a detenerse, más y más hasta que quedó a poco más de un par de metros del final de la vía y al fin se detuvo.

El equipo cayó de rodillas aliviado, incluso Mu.

Iroh tocó el hombro de Xiao que al verlo sonreír ella también sonrió y le abrazó feliz de haber podido salvar a toda esa gente.

Horas después, autobuses llegaron para recoger a los pasajeros, además de varios reporteros que estaban interesados en la noticia.

-Y díganos, ¿qué fue lo que sucedió?

-¿Fue un ataque terrorista?

-¿Quién fue el causante de esto?- preguntaron al capitán del Loto Blanco que miraba de reojo al equipo Avatar.

-Fue un ataque terrorista perpetuado por los Cuervos Nocturnos. Afortunadamente estábamos en el tren y junto con la Avatar que nos ayudó a detener el ataque.- señaló a la chica y los reporteros se volvieron rápidamente hacia ella.

-¡Avatar! ¿Qué tienes que decir sobre lo que sucedió?

-¿Detuvo a esos maleantes con ayuda del Loto Blanco?

-¿Hacia dónde se dirige?

Era la primera vez que tenía reporteros encima y las cámaras comenzaron a dejarla ciega. Por suerte, Enlai y Iroh la cubrieron y Amarillys dio un paso al frente.

-Por favor, la avatar Xiao no puede responder sus preguntas ahora mismo.- dijo frente a los medios acostumbrada a estos.- Aunque lamentablemente los criminales escaparon, está segura que no escaparán del equipo experto que conforma el Loto Blanco que colaboró con poner a salvo a los civiles. Hacia dónde irá, eso es algo que sólo el destino puede saber. No más preguntas.

Dieron la retirada, aunque el capitán pronto volvió a ser asediado por los reporteros impidiendo así que fuera tras la avatar.

Amarillys dejó salir el aire en un largo y tembloroso suspiro.

-Odio… hablar… en público…- musitó con las piernas temblando pero Iroh le agradeció su ayuda.

-Nos ayudaste mucho allá. Gracias.

-No pasa nada.

-Claro que sí.- dijo Xiao acercándose a ella.- Gracias, me salvaste de una situación incómoda.- extendió su mano y Amarillys sonrió chillando a lo bajo.

-Fue un placer.- habló con una voz chillona y Enlai la miró con una ceja arqueada.

-¿Segura que no eres una fan o acosadora?- la chica reaccionó y soltó la mano de la avatar un tanto apenada.

-Lo siento, yo…- suspiró y miró al grupo.- En realidad quería pedirle ayuda a la Avatar Xiao. Ba Sing Se te necesita más que nunca, no sólo el destino de la ciudad, sino el de mi familia depende de ti.- Xiao notó que Iroh asentía en favor de Amarillys y sonrió a la chica.

-Bueno, justo íbamos para allá. ¿Qué tal si me cuentas todo mientras viajamos?- ella asintió con un leve sonrojo y luego Xiao vio a Kerion.

-¿Nos acompañas?

-Por supuesto. Ba Sing Se, ¡allá voy!- gritó de la emoción. Enlai al verlo entrar arqueó una ceja.

-Ya, en serio, ¿a este de dónde lo sacaste?- preguntó a lo bajo y Xiao se rio.

-Es una historia interesante.

-¡Autobús a Ba Sing Se!- gritó un chofer y los chicos vieron que era su transporte. Todos se dirigieron a este pero Iroh detuvo a Xiao unos momentos.

-Quería decirte algo.- se tomó unos segundos antes de hablar, dejando que los demás se adelantasen.- Quería decirte que lo siento, admito que exageré un poco. Pero quiero que entiendas que usar la sangre control puede conllevar a que muchos sufran. Yo… fui testigo del daño que puede provocar.- frunció el ceño mientras habló con la mirada perdida.- Hace años tuve la misión de buscar a un maestro sangre con mis hombres, era un hombre despiadado que no se tocaba el corazón con nadie.- recordó a las tantas víctimas puestas en el reporte, algunas con daños irreparables, mientras que muchas otras aparecían con una etiqueta de deceso.- El sujeto le tendió una trampa a mi escuadrón y… yo fui el único que sobrevivió.- recordó con amargura cuando fue el único en ser encontrado vivo.- Fui testigo de lo que puede hacer la sangre control a una persona, es por eso que cada vez que lo usas me trae malos recuerdos.

-Iroh, lo siento. No tenía idea.

-No te disculpes, soy yo quien debe disculparse. Pero por favor, no uses más eso. La sangre control no es un juego y tampoco es bien vista. Si la gente o los medios se enteran podrían pensar lo peor de ti.

-Vale, no más sangre control. Intentaré en serio no hacerlo.- él parecía más tranquilo.

-Gracias.

Subieron al autobús sin decir nada más. Pusieron a Mu en un remolque a la ciudad y tras partir, Xiao se preguntó quién sería esa persona enmascarada.

Sadasi se retiró la máscara y silbó llamando un halcón negro al que ató una nota en su pata.

-Ve.- le ordenó al animal que tras recibir un poco de comida se fue volando. Luego afiló su mirada hacia el horizonte. No era la última vez que él y la avatar se enfrentarían cara a cara.

…..

Y… espero que les haya gustado! Gracias a todos por leer. Dejen review, nada de tomatazos y sin más qué decir además de que se viene más acción para el siguiente episodio, UN ABRAZO! UN GUSTAZO! Y HASTA LA SIGUIENTE!