Hola a todos! Me alegro mucho que hubo gente que les gustó el capítulo anterior. Espero que este también sea de su agrado y sin más qué decir… COMENZAMOS!
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Capítulo 14.
Juegos en la niebla.
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La noche llegó y con ello detenerse para acampar. El bosque en el que ahora estaban era espeso y algo tétrico con las sombras que se formaban entre las ramas, por suerte para ellos, la ciudad más cercana estaba a poco menos de unas horas de camino por lo que sólo debían aguantar esa noche y luego tendrían camas suaves y calientitas.
Estaban desempacando para pasar la noche cuando Xiao notó que Amarillys tenía problemas con su improvisada tienda de campaña.
-¿Necesitas ayuda?
-No, yo-yo puedo. Tengo que poder estar vez.- no era la primera vez que tenía una pelea con la tienda de campaña, pero es que no entendía las instrucciones y todas las veces anteriores los tres chicos la habían ayudado, ¡incluso Mu! Necesitaba probar que no era tan inútil para… el sonido de la tela rasgarse la hizo palidecer hasta ponerse de un color azul.
-Creo que ya no vas a poder usar eso.- Amarillys tenía ganas de llorar, por lo que Xiao se acercó y le dio un dulce.- Hey, tranquila. No pasa nada, igual puedes dormir dentro de tu bolsa de dormir como nosotros. O puedo crearte una improvisada carpa usando tierra control si llueve.
Amarillys sonrió. Xiao era muy amable con ella y sumamente paciente, cosa que Iroh no compartía.
-Si ya terminaste de pelearte con tu tienda, ¿podrías recoger algo de leña para tener fuego toda la noche?
-¡Claro! Ya lo hago.- exclamó encantada de poder probarse a sí misma. No estaba acostumbrada a ese tipo de entornos pero quería probar demostrarse que podía con ello y más.
-¿Quieres que te acompañe?- preguntó Enlai.
-No, está bien. Puedo yo sola.- corrió en busca de madera para fogata. Comenzó a recoger varias ramas del suelo con entusiasmo cuando al agacharse por una rama se encuentra con unos ojos brillantes… su grito puso en alerta al grupo y ella salió corriendo ocultándose detrás de Xiao.- ¡Un monstruo! ¡Vi un monstruo!
Todos se pusieron en posición al notar que algo se aproximaba y entonces lo vieron, un jabalí salió de entre los arbustos.
-Todos quietos.- ordenó Xiao que se acercó con cuidado al animal que no parecía contento.- Tranquilo, sólo estaremos aquí por hoy. Sentimos mucho haber invadido tu territorio.
El jabalí pareció entenderla, por lo que se dio la vuelta y se marchó. Amarillys abrió la boca con sorpresa.
-¿Cómo hiciste eso?
-Algunos animales entienden perfectamente lo que decimos. Yo aprendí eso cuando jugaba en el bosque cerca de mi casa.- la chica miró a Xiao con clara admiración cuando Iroh se aclaró con fuerza la garganta llamando su atención.
-¿No se te olvidó algo?- la chica no tenía idea de qué hablaba cuando notó que había tirado toda la madera que recolectó.
-¡Ah! Y-Ya voy a por ello, lo siento, ya vengo.- regresó al bosque para recobrar la leña que desperdigó en el camino. Sin embargo, logró escuchar a Iroh.
-No debimos haberla traído, nos retrasa demasiado, no sabe hacer nada por sí sola y no sabe siquiera defenderse.
-Yo pienso que es una chica muy amable.- defendió Enlai restándole importancia.
-La amabilidad no sirve si quieres sobrevivir. Deberíamos dejarla en el siguiente pueblo y que regrese a su hogar en un autobús.
Amarillys se sintió fatal. No quería admitirlo pero era cierto que necesitaba ayuda hasta con las pequeñas tareas que ejecutaba. Siempre había vivido con sirvientes ayudándola en todo momento y en lo único en que era buena era en hacer bordados, caligrafía y matemáticas. No tenía un talento real en combate o en la vida real. Era por eso que las Guerreras Kyoshi siempre se negaron a entrenarla y por supuesto, siempre la hacían de lado. El sólo recordar como de pequeña siempre las miraba en secreto hasta que la atrapaban y mandaban de regreso con su madre la llenaba de tristeza. Para todos, ella era una niña inútil.
-Te equivocas.- Xiao frunció su ceño.- La amabilidad no es un signo de debilidad, sino de fortaleza y carácter. Además, es muy inteligente y apenas se está acostumbrando a esto.
-Sabes que si algo le pasa…- comenzó Iroh pero Xiao negó con la cabeza.
-Estoy segura que ella podrá con lo que sea. Quizás no lo sabe, pero es fuerte y puede hacer más de lo que piensa si se lo propone. Ya si en algún momento ella decide regresar a Ba Sing Se, será porque ella así lo cree necesario, no por su propia debilidad.
Sintió deseos de llorar. Pensaba que Xiao estaba siendo amable con ella, pero igual sus palabras fueron como un bálsamo para su corazón maltrecho. Salió de los arbustos y regresó con la leña.
-Listo, aquí está toda la madera.
-Trae acá para hacer crecer el fuego. A ver, chispita, ayúdanos aquí.- se burló Enlai de Iroh cuya vena de la cabeza se hinchó.
-Vaya que eres un…
Xiao se rio a lo bajo y se acercó a Mu que parecía un poco inquieto. Ella también lo había sentido, había algo en ese lugar que no le gustaba del todo, pero ya mañana saldrían de allí y dejarían atrás ese bosque oscuro.
-Yo tampoco me siento a gusto amigo, pero sólo aguantemos esta noche, ¿vale?- Mu pareció no muy convencido pero obedeció a su ama.
Después de una buena cena todos se echaron en sus bolsas para dormir, conciliando rápidamente el sueño por el cansancio, todos menos Amarillys. Cada pequeño sonido del bosque la ponía nerviosa, el susurro del viento entre las hojas, los pequeños animales nocturnos e incluso el sonido de los leves ronquidos de Enlai y Iroh. Todo le parecía escalofriante… menos los gases que soltaba Mu, esos sonaban muy gracioso pero ahora no tenía ganas de reír.
Miró alrededor intentando dormir cuando por unos momentos le pareció ver unos brillantes ojos en unos arbustos. Ella se paralizó y miró a los chicos que dormían plácidamente. Iroh era el más cercano a ella pero la voz no le salía, ¿y si se molestaba? ¡Eso era lo de menos! Pero al volver a ver hacia donde estaban los ojos ya no estaban. Suspiró de alivio.
-Que tonta, debió ser un animal del bosque.
Pensó en la que se hubiese armado si despertaba a Iroh o a cualquiera de los chicos. Seguro Iroh le hubiese dado la regañada de su vida y Xiao le hubiera pedido que se fuera. Apretó sus mejillas al imaginar el escenario. ¡No quería regresar como una fracasada!
Se volvió a acomodar y cerró los ojos cuando sintió un escalofrío que le hizo temblar. Al abrir sus ojos notó que una extraña niebla los estaba rodeando y hacía mucho frío.
-¿Qué es esto? ¿Había niebla antes?
Observó con cuidado como esta avanzaba lento hacia ellos. Cerró los ojos pensando que eso debía ser normal, ¿no?
«¡Por supuesto que no!»
Gritó una vocecita dentro de ella.
«¡Arriba! ¡Alerta a todos! ¡Código rojo!»
Se levantó decidida a despertar a Xiao, pero lo único que encontró fue su bolsa de dormir vacía y todas sus alarmas sonaron con mayor fuerza.
-¡DESPIERTEEEEN!
Iroh abrió rápido los ojos y se levantó en guardia. Enlai fue un poco más lento y algo torpe, atorándose su pie en la bolsa de dormir. Mu fue el último en despertar que al notar que la bolsa de dormir a su lado estaba vacía lanzó un bramido llamando a su ama.
-¿Dónde está Xiao?- preguntó Iroh a Amarillys al ver la bolsa vacía.
-Cuando miré Xiao ya no estaba y esta niebla apareció de repente.
-¿No viste algo más? ¿O escuchaste algo?
-Y-Y-Yo no sé. ¿Los sonidos del bosque? Y vi unos ojos brillantes pero eran de un animal.
-O sea que no viste a nadie.- le recriminó Iroh y Enlai se interpuso entre ellos.
-Hey, basta. En lugar de perder el tiempo hay que buscar a Xiao. No debe de estar lejos.- Iroh tuvo que darle la razón a Enlai y dejó en paz a la joven princesa que se sentía fatal de no haber visto algo más relevante. Pero Enlai puso su mano en su espalda.
-Tranquila, no es tu culpa. ¿Y se te olvida que ella es el Avatar?- ella sonrió pero igual pudo sentir la mirada de Iroh sobre de ellos.
-Muy bien, avanzaremos por el perímetro.- comenzó a explicar Iroh en el tono que adoptaba para dar órdenes a sus soldados.- Fuera de este círculo daremos veinte pasos lejos y regresaremos. Así si alguien vio algo podremos seguir esa ruta.- todos asintieron.- Mu, tú quédate.- el ciervo flor lanzó un bufido pero se movió demasiado de su lugar.
Así pues, los tres se separaron, cada uno con una linterna en mano. Caminaron contando sus pasos y revisando a sus alrededores, pero la niebla parecía ser cada vez más espesa lo que hacía difícil ver más allá de un metro y haciéndolos dudar un poco en su camino. Los tres regresaron, siendo Amarillys la primera en regresar casi corriendo del miedo, luego fue Iroh y por último Enlai pero…
-¿Dónde está Mu?- preguntó Amarillys al ver que el ciervo flor había desaparecido.
-No puede ser, ¿dónde se metió?- Enlai se acercó donde estuvo Mu y Iroh revisó las huellas del sitio. Tal parecía que el ciervo flor se había adentrado solo en la niebla.
-Enlai, intenta usar geolocalización para ver qué tan lejos está.
-Bien.- Enlai puso sus manos sobre la tierra, intentó buscar a Mu concentrándose lo más posible en ello, pero al alejarse más del terreno sintió una fuerte vibración en toda el área que lo hizo retirar las manos de la tierra.- ¡Qué rayos!
-¿Viste algo?- preguntó Iroh.
-¡No! Digo, no lo sé. Es como si la tierra temblara alrededor de este punto. No puedo localizar nada más que nosotros.
La situación ya no era para tomarla a la ligera. Iroh empuñó una de sus espadas y miró hacia un punto en medio.
-Muy bien, iremos juntos lejos de aquí. Si nos separamos existe el riesgo de que alguien más termine perdido y debemos encontrar a Xiao pronto. Así que no se alejen demasiado, esto no es un juego.- le entregó la espada a Amarillys.- Hay que estar preparados para lo que venga.- la chica tragó duro, no sabía usar una espada, ¿qué pensaba que haría con eso?
Caminaron entre la niebla siguiendo las huellas de Mu, Amarillys se veía tan nerviosa que temblaba como una gelatina, hasta Enlai mantenía un poco su distancia con ella al verla apretar la empuñadora de la espada con tanta fuerza.
-Las huellas terminan aquí. Es extraño…- Iroh miró a todos lados, pero la niebla era tan espesa que las linternas no podían iluminar más allá.
-Eso no me está gustando.- musitó Enlai.- La tierra está vibrando bajo nuestros pies. El movimiento es casi imperceptible pero puedo sentirlo.
Con cada cosa que decía, Amarillys se asustaba más y más. De repente le pareció escuchar algo a su costado, similar a un leve gruñido, y al girarse vio a su lado entre la niebla un horrendo rostro sonriente.
-¡KYAAAAA!- ella gritó y le golpeó con la espada, dándole con el costado en lugar del filo y tirándola al suelo. Los dos chicos se pusieron en posición pero cuando la niebla se disipó un poco vieron que sólo se trataba de un árbol. Amarillys rio apenada.- Perdón.
Enlai suspiró de alivio, aunque Iroh rodó los ojos sin sorprenderse de lo sucedido. Se acercó y recogió la espada para dársela de nuevo.
-Úsala bien al menos.- las mejillas de las chicas se sonrojaron por la vergüenza.- Enlai, ¿crees que podrías hacer algo para…?- cuando se volteó Enlai había desaparecido y la niebla se cerró alrededor de ellos.
-¡AY! ¡Esto ya no es normal!
Iroh no quería admitirlo, pero ella tenía razón.
…
-Eh… ¿Chicos? ¿A dónde fueron?- preguntó Enlai caminando con cuidado. Sólo les había quitado la vista un segundo y de repente ya no estaban.- No es gracioso, se los juro.
De repente notó algo entre la niebla, entrecerró sus ojos para poder ver mejor a lo lejos y vio una cabellera roja desaparecer entre la niebla.
-¿Xiao? ¡Xiao!
Corrió hacia esa dirección, pero cada vez que se acercaba Xiao desaparecía y la veía más lejos.
-¡Xiao! ¡Aguarda! ¿Por qué corres?
Pasó unos arbustos y llegó a donde un amplio lago, en el centro de este había una pequeña isla y una cueva oscura donde se podía apreciar una de las trenzas de Xiao asomar en el suelo. Se temió lo peor.
-¿Xiao? ¡Xiao! ¡Responde!- había varias piedras en el lago que podría saltar sin problemas, por lo que de inmediato comenzó a saltarlas.- ¡Ya voy hacia ti!- sin embargo, apenas piso una sintió que algo no estaba bien y saltó antes de que esta se hundiera.- ¿Pero qué rayos fue eso?- la roca reapareció pero esta tenía ojos, mostrando una boca amplia y llena de filosos y pequeños colmillos.- Tramperos.
Conocía esa clase de pez. Eran peces que normalmente se encontraban en los pantanos más profundos. Se hacían pasar por rocas para casar a sus presas. Enlai miró alrededor viendo las rocas con desconfianza, pero tenía que llegar con Xiao, por lo que con mucho cuidado saltó a otra roca y después a otra mirando con cuidado de cada una antes de dar el salto, mas al tercer salto un pez se movió bajo sus pies y lo sacó de balance haciéndolo caer en el agua. El agua era tan espesa como baba y sus pies no tocaban fondo. No podía salir.
-¡Xiao! ¡Ayúdame!
Notó entonces que la trenza se movió pero lo que asomó de la cueva no era su amiga, sino algo mucho peor. Una planta viviente de tentáculos rojos. El bulbo se abrió mostrando una serie de pequeños dientes dentro de esta aterrorizándolo por completo. Luego vio por el rabillo del ojo como poco a poco los Tramperos iban acercándose a él.
-¡AAAAAAAAH!
…
Ahora sólo quedaban ellos dos y ninguno sabía qué debía hacer.
-Vamos, no te quedes atrás. Sigue avanzando.- le instó Iroh a Amarillys que seguía detrás de él un tanto nerviosa. De repente él se detuvo haciendo que ella se topara con su dura espalda y se tocara su adolorida nariz.
-Auch, ¿qué pasa?
-Ya hemos pasado por aquí.
-¿Qué?
-Hemos pasado este árbol ya.- Amarillys se volvió y vio que era el mismo árbol con la cara fea.- Necesitamos regresar, tal vez pueda encontrar una pista si regresamos por nuestros pasos.- comenzó a caminar de nuevo y Amarillys se acercó tímida intentando pensar en algo.
-Oye, ¿y si trepamos a un árbol para ver a lo alto? Tal vez eso ayude.
-Claro, y ver algo entre esta niebla.- dijo en tono sarcástico.
-Podríamos hacer una fogata, o poner una señal, no lo sé.
-Hay que pensar en soluciones reales. No te fuerces demasiado.- sus palabras al fin hicieron que la castaña explotara.
-¡¿Qué tienes en mi contra?! No soy una inútil, ¿sabes? Estoy intentando ayudar.
-¿Y cómo puede ayudar alguien que ni siquiera sabe lo básico en el campo? ¿O que siquiera sepa blandir una espada?
-¡Puedo aprender!
-Olvídalo. Alguien como tú no debería estar en este viaje. Deberías regresar y seguir con tu vida de princesa.
Los ojos de Amarillys se aguaron, quería decirle tantas cosas pero se mordió los labios para no echarse a llorar.
-¡¿QUIÉN TE CREES QUE ERES PARA…?!- su voz quedó interrumpida cuando escucharon un fuerte ruido. La tierra comenzó a temblar bajo ellos. Amarillys entonces notó como la tierra comenzó a desquebrajarse.- ¡IROH!- pero antes de que el maestro fuego pudiera reaccionar, un hoyo se abrió bajo sus pies y cayó hasta el fondo.- ¡IROOOOOOH!
Amarillys no pudo salvarlo y se dio cuenta de que estaba completamente sola en aquella niebla.
…
Iroh intentó sujetarse de la pared con su espada, logrando así frenar lo que hubiera sido una dolorosa caída y caer sobre sus pies. Al mirar arriba sólo vio oscuridad, ¿dónde rayos estaba el agujero? ¿O acaso había caído muy profundo? Notó que había perdido su linterna y frustrado encendió una flama en su palma.
-Bien, debo encontrar la manera de salir de aquí.- de repente un ligero gruñido le puso alerta.
Dirigió su flama hacia esa dirección, pero no veía nada. Aumentó la flama para ver más allá, pero no parecía que hubiese alguien más, hasta que sintió una respiración en su nuca y con el rabillo del ojo vio a un rostro humano amarillo y pequeño, como el de un niño, pero al abrir sus ojos estos eran negros y al abrir su boca pinzas como de insecto sobresalieron de su boca. Se volvió rápido, encontrando que había más de esas cosas con largos cuerpos negros de ciempiés de patas rojas. Estos aullaron hambrientos y Iroh atacó con su fuego, pero estas se abalanzaron sin importar las flamas, y ante la horrible visión, comenzó a correr por su vida.
…
Estaba sola, completamente sola y no tenía idea de qué debía hacer.
-¡Xiao! ¡Enlai! ¡Iroh! ¡Mu!- caminó llamando al grupo sin recibir respuesta alguna. Sus piernas no pudieron más por el miedo que sentía con cada paso y se dio cuenta que estaba de nuevo frente aquel árbol con una cara extraña. Sollozó ante la impotencia y se abrazó las piernas.- Por favor… alguien.- ocultó su rostro entre sus rodillas.- No puedo… no puedo hacerlo después de todo…
-¿Por qué lloras, pequeña?
Amarillys se asustó cuando escuchó la voz de un hombre. Entre la niebla, pudo ver a un hombre con un largo yukata café y un amplio sombrero de paja que impedía ver en totalidad su rostro, pero tenía una barba blanca, era bajo y con gran barriga. Este sostenía una antigua linterna de papel.
-¿Q-Q-Quién es usted?- preguntó mirándole con terror pero el hombre le sonrió amable.
-Tranquila, no pienso hacerte daño. Veo que estás perdida.
-Yo… estoy buscando a mis amigos.
-Ah, ya veo. ¿Y has tenido suerte?- ella negó con la cabeza y comenzó a sollozar.
-No… no creo que pueda encontrarlos. Es verdad lo que dicen de mí, soy una inútil que no sabe hacer nada. Terminaré perdida y alguien encontrará mi esqueleto años después y dirán: Mira, seguro que esa persona no supo salir del bosque, qué ridícula… ¡Y ME PONDRÁN COMO EJEMPLO PARA QUE TODOS SEPAN LO TONTA QUE SOY! ¡BUAAAAAAH!- comenzó a llorar a mares sintiéndose demasiado pequeña. El anciano se acercó, a pesar del sombrero podía notarse por su boca una expresión de confusión.
-¿Pero quién te dijo eso? Eso no es verdad, nadie es inútil. Todos tenemos un propósito en esta vida y debes trabajar para ello.
-Pero no puedo hacer nada sola. ¿Qué debo hacer?
-Bueno, decir que no eres inútil es un buen comienzo.- le tendió la mano para ayudarla a levantarse y ella la tomó.- Se nota que eres una chica inteligente pero sólo te falta un poco de confianza. Si crees que no puedes hacer algo antes de intentarlo hará que fracases, pero si lo de verdad lo intentas con todas tus fuerzas, aun si el resultado llega a ser negativo, sabrás que al menos lo intentaste y habrás descubierto en el camino tu verdadera fortaleza.
-Pero… ¿y si fracasar cuesta la vida de mis amigos?
-Entonces es un excelente estímulo para no rendirte. Todo el mundo busca una fuerza que ya tiene, tú, debes buscar tu propia fuerza para salir adelante.- le tendió la linterna de papel.- Toma, creo que esta te ayudará más que la que tienes.- Amarillys tomó la linterna de papel, era muy bonita con una flor de loto dibujada a un lado.- Te ayudará a ver con esta niebla, pero debes ver más allá de ti misma si quieres salir de este lugar.
-Muchas gra…- cuando alzó la mirada el anciano había desaparecido.
Iluminó su camino con la lámpara y se dio cuenta que podía ver mejor el camino y la niebla parecía disiparse con esta. De repente, escuchó un ruido, sonó como un gruñido y gritó por el susto para girarse de nuevo al árbol con rostro extraño. Estaba segura que no se lo había imaginado esta vez, sin embargo, al iluminar mejor el árbol, se dio cuenta que algo se movía entre las ramas por encima. Y al alzar la linterna pudo ver que se trataba de Mu que estaba atrapado entre ramas y lianas que le impedían moverse demasiado.
-¡MU!
El rostro del árbol comenzó a gesticular y lanzó un alarido escalofriante a su cara. Amarillys retrocedió asustada pero al ver cómo Mu era llevado más alto hasta perderse entre el grueso follaje la hizo tomar una decisión. Tomó la espada y le apuñaló en el centro con todas sus fuerzas en medio de la cara. Las ramas se sacudieron al tiempo que el rostro de madera abrió grande la boca dejando libre a su presa.
Mu, al sentirse libre, se apoyó en las ramas y saltó hasta bajar, justo antes de que las ramas intentasen atrapar a Amarillys, la recogió veloz y se alejó del árbol viviente. Al sentirse seguros, la chica abrazó al ciervo flor.
-¡Mu! No sabes lo feliz que estoy de verte.- el animal bramó gustoso.- ¿Ahora a dónde vamos? ¿Puedes escuchar algo?
Mu movió sus orejas, se veía adorable y quería darle unas palmaditas pero no era tiempo de eso. Y entonces lo escuchó y Amarillys se sujetó de él antes de que se echase a correr. Poniendo la linterna al frente para iluminar su camino, ayudando a Mu a saltar cuando obstáculo se pusiera al frente. No tardaron nada en llegar donde se encontraba Enlai que estaba casi hasta el cuello hundido y con los Tramperos y la flor carnívora muy cerca de él.
-¡Enlai!
-¿Amarillys? ¡N-No te acerques! Este lago es como gelatina, te hundirás si entras.
La chica se paralizó por un instante, pero sacudió su cabeza y comenzó a ver su entorno. Había un árbol cuyas ramas pasaban encima de él, pero no tenían cuerda, a menos que… se quitó la parte de arriba de su vestido, la tela era fina pero resistente. Dejándola con un top negro encima y sus pantalones. Abrió el vestido atándolo y usó sus brazaletes para que sirvieran como nudo y polea. Con ayuda de Mu subió hasta el árbol.
-¡Ya voy! ¡Aguanta!
Un Trampero llegó hasta él y abrió su boca, pero Enlai le dio un golpe con su brazo libre lanzándolo lejos antes de que este le mordiese.
-A ver si puedo…
Ella subió y bajó la tela atada.
-¡Mete el brazo!- él obedeció y entonces ella se dejó caer del otro lado sirviendo como contrapeso, la rama era gruesa, por lo que aguantaría un poco. Y comenzó a moverse balanceando su cuerpo, llevándose a Enlai con ella hasta que Mu le alcanzó y jaló también para acercarla más a la orilla.- Ya casi… ya…
Enlai logró sacar su otro brazo y cuando al fin sintió tierra con la punta de los pies, este lanzó un grito al ver a los Tramperos y a la planta carnívora tan cerca e hizo que la tierra se elevara en una ola de lodo haciéndolos retroceder varios metros, estos enfurecieron y fueron con más ahínco por él, pero Enlai al fin logró salir y ya en tierra firme lanzó una roca contra la boca de la planta que se hundió en lago gelatinoso.
-¡Que les den! ¡Ugh, necesito un baño con urgencia.
-¡Enlai! ¡Estás bien!- le abrazó la chica.
-Gracias, Amarillys, pero… tu vestido.- la chica bajó los hombros.
-No importa, igual iba a cambiarlo por algo más cómodo.
En ese instante, escucharon los gritos de Iroh.
-¿De dónde vienen?- preguntó Enlai y Amarillys rápidamente señaló al ver a Mu mover su cabeza.
-¡Por allá!
…
Iroh seguía corriendo en aquel túnel sin fin, siendo perseguido por esas abominaciones que reptaban hacia él. Tenía que escapar, tenía que hacerlo, o esas cosas acabarían con él. No tenía que ser un genio para saber qué eran esas cosas, espíritus malignos. Iguales a los que le atormentaron de niño… casi podía sentir sus ojos escocer, pero no sabía si era por el sudor que caía sobre su frente o por el terror que sentía.
-¡IROH!- escuchó una voz, aunque su corazón latía más fuerte. De repente vio una luz, no lo dudó un segundo, se lanzó hacia esa luz y salió del túnel sintiendo el fresco de la noche.
-/¡AAAAAAH!/- sus amigos, incluso Mu, gritaron en el momento en que vieron lo que se aproximaba a ellos, Enlai rápidamente bloqueó el túnel no una, sino tres veces para asegurarse.
-¡Madre mía! ¡¿Qué eran esas cosas?!- exclamó Enlai, pero Amarillys se acercó a Iroh que seguía hincado en el suelo.
Amarillys intentó tocarlo pero Iroh golpeó su mano alejándola de él. Ella respetó su espacio y no él tardó demasiado en recomponerse.
-Estoy bien. Esos… eran espíritus oscuros.- explicó poniéndose de pie.- No veía uno desde niño.
-Bueno, ya que todo el equipo está aquí, podemos enfocarnos en buscar a Xiao.- propuso Enlai.
Todos caminaron por el lugar con la linterna de Amarillys iluminando su camino. Pronto, llegaron donde un claro donde encima de una pequeña colina se encontraba Xiao sentada en una elegante mesa jugando Pai Sho con un hombre de elegante kimono púrpura, cabellos blancos y un alto sombrero negro.
-Oh, al fin llegaron.- dijo el hombre con una sonrisa pintada de negro en su pálido rostro.- Los estaba esperando.- Xiao al percatarse de sus amigos miró al hombre con resentimiento.
-Ellos no son parte de este juego.
-¡Xiao! ¿Qué es lo que está pasando?- preguntó Enlai y ella suspiró al tiempo que movía una pieza.
-Atrás.- les ordenó sin quitar la mirada del tablero con ceño fruncido.- No se acerquen, este hombre es peligroso.
-Es un espíritu.- declaró Iroh tras estudiar la situación con cuidado y el hombre aplaudió.
-¡Eso es correcto! Debo decir que me impresionan. No esperé que salieran de mis pequeños juegos tan pronto.
-Dijiste que no los involucrarías en esto.- reclamó Xiao pero este alzó su mano callándola.
-Nunca dije eso, en realidad, mis palabras fueron. No meteré a tus amigos en nuestro pequeño juego, y es cierto. Jugaron sus juegos aparte.
-Xiao…- llamó Amarillys preocupada a la joven avatar tensa.
-Esta persona, o espíritu, se llama Kokkun. Un espíritu malicioso y travieso que le gusta encerrar a sus víctimas en sus juegos y encerrarlos en crisálidas para devorarlos. Pero si le vences en su juego, te dejará en paz.
-Pero siempre gano.- dijo con placer con una sonrisa que le llegaba hasta en sus ojos color violeta.- Así que es muy difícil que puedas vencerme en un juego que llevo dominado por siglos.- dijo moviendo una pieza más pero Xiao sonrió.
-Oh, pero yo he tenido un gran maestro.- movió la pieza y la sonrisa de Kokkun desapareció. Xiao lo había dejado en una encrucijada.
-Mmm, nada mal, pero yo tengo mis métodos.- movió una pieza, sin embargo, debajo de la manga, algo oscuro asomó y cuando retiró la mano el juego parecía haber cambiado. Xiao se dio cuenta del truco.
-Esta pieza no estaba aquí antes.
-¿De qué hablas, querida? ¿Acaso me estás acusando de hacer trampa?
Xiao apretó los dientes, sabía que lo había hecho pero no tenía pruebas, por lo que tenía que seguir con el juego. Movió su pieza y pronto se dio cuenta que había caído en una trampa al siguiente movimiento.
-Oh, qué pena~. Creo que perdiste.- colocó su pieza y fue el fin del juego. Xiao apenas y podía creer que había perdido.- Y ahora…- antes de darle tiempo a reaccionar, un líquido apareció alrededor de Xiao y fue encerrada dentro de este en una crisálida amatista.
-¡Xiao!
-¡Desgraciado!
Los dos chicos atacaron a Kokkun con sus elementos que chocaron contra él, pero al disiparse la nube de humo el espíritu se levantó de su asiento como si nada.
-Oh, pero qué groseros. Sin embargo, ustedes también serán un buen aperitivo.
Apenas y les dio tiempo a reaccionar cuando fueron también atrapados. Mu corrió para atacarlo pero antes de llegar a donde él fue igualmente puesto en una crisálida.
Kokkun rio complacido y se acercó a las crisálidas.
-Oh, pero qué grata cena. Hace tanto que no me daba un banquete.- fue que notó a Amarillys que estaba congelada del miedo.- No te preocupes. A ti, no te haré nada. Me pareces demasiado insignificante para siquiera molestarme con un juego.- fue a la crisálida de Xiao y la acarició con su pálida mano.- Este es el premio mayor.- su boca se partió a lo largo de sus labios y mentón mostrando decenas de pequeños dientecillos mientras se acercaba a Xiao.
-¡AGUARDA!- exclamó Amarillys deteniendo al espíritu.- T-T-Te propongo un juego.- dijo temblando de pies y cabeza, tuvo que tragar duro para encontrar su voz.- Tal vez no lo parezca, pero soy como una princesa y-y seguro también soy sabrosa.- la boca del Kokkun regresó a la apariencia humana.
-Mmm… ¿en serio? Las princesas son siempre tiernas y jugosas.
-Eso mismo. Si yo te gano, vas a liberar a mis amigos y dejarnos ir. Y si yo pierdo… me comerás con los demás.
-Muy bien. Te dejo escoger el juego.- sonrió confiado.
-Juguemos a… zorros y sabuesos.- dijo apretando los puños a los costados.- Debes intentar atraparme, pero si regreso a la colina sin que tú me hayas atrapado yo gano.
-¡Oh~! Adoro los juegos de cacería.- dio pequeños aplausos.- Muy bien. Te daré un minuto. Da tu mejor esfuerzo~, eso haré tu carne más suave.
Amarillys entonces se echó a correr hacia el bosque, detrás de ella, Kokkun comenzó a transformarse. Dos pares extras de brazos aparecieron debajo del kimono que pronto se despegó de su cuerpo mostrando que en realidad eran alas. Su boca volvió a separarse y sus ojos se volvieron por completo oscuros mostrando una monstruosa forma de mariposa, pero aguardó un momento a la espera de que el tiempo de cortesía terminase.
Por un momento, ella se detuvo, miró alrededor sintiendo las lágrimas escocer sus ojos pero no podía rendirse ahora.
-Estoy segura que ella podrá con lo que sea. Quizás no lo sabe, pero es fuerte y puede hacer más de lo que piensa si se lo propone.
-Sólo te falta un poco de confianza. Si crees que no puedes hacer algo antes de intentarlo hará que fracases, pero si lo de verdad lo intentas con todas tus fuerzas, aun si el resultado llega a ser negativo, sabrás que al menos lo intentaste y habrás descubierto en el camino tu verdadera fortaleza.
Con puños apretados, comenzó ver su entorno y tras un breve vistazo, comenzó manos a la obra, primero desenvainando su espada.
El tiempo terminó, Kokkun sobrevoló el bosque buscando a su pequeña presa hasta que notó la luz de la linterna. La chica no se había alejado tanto como esperaba.
-Pobre criatura tonta.
Bajó hacia un claro del bosque y pudo ver su rastro entre la niebla. La lámpara estaba abandonada en el camino pero ella no estaba tan lejos. Notó entonces un breve avistamiento de su largo cabello dentro de un tronco hueco, seguro que alguno de los moños se le soltó en el camino.
-Demasiado fácil.- se acercó y la sujetó del cabello.- ¡TE TENGO!- jaló con fuerza pero lo que se encontró fue con una coleta, pero no había rastro del resto.- ¡¿QUÉ?!- se asomó dentro del tronco, sin percatarse que la joven estaba en el árbol justo encima de su cabeza.
-¡AAAH!- se dejó caer sobre de él metiendo más su cuerpo en el tronco y atrapándolo en este. Con la espada que Iroh le dio, se había cortado el cabello, pero todavía no acababa. Corrió rápidamente de regreso sabiendo que no podía contener por mucho tiempo al espíritu. Tal como esperó, este separó el tronco del suelo y ya derecho soltó un grito que vino acompañado de un fuerte viento que destrozó la vieja madera.
-¡VEN ACÁ, PEQUEÑO APERITIVO!
Amarillys corrió hasta llegar a un tronco, donde allí, usó la espada para cortar unas ramas que había puesto para detener otra más grande y cuando el espíritu estaba cerca de ella la rama le dio justo en la cara. La joven corrió, poniendo gran esfuerzo de su parte viendo el camino que debía seguir gracias a cortes que hizo en la corteza de los árboles. Siguió adelante hasta que vio una sombra encima de ella, Kokkun la estaba cazando, pero estaba preparada para ello, por lo que cuando este fue sobre de ella, se hizo a un lado haciendo que Kokkun chocase contra el suelo.
-¡VEN ACÁ!
No tenía intenciones de mirar atrás, pero desapareció entre los arbustos y Kokkun fue tras ella, notando así el rastro en la corteza.
-Tal parece que no eres tan lista.- siguió así el rastro visible, sin notar que ella se había ocultado dentro de los arbustos y seguía un rastro distinto. Si bien había hecho un rastro visible, ella había hecho otro debajo de los árboles. Después de todo, ese era el punto del juego, los zorros debían engañar a los sabuesos con rastros falsos.
Kokkun llegó a lo que parecía el final dentro de una cueva, pero al asomarse varios espíritus ciempiés asomaron y este apenas y pudo retrocedes a tiempo. Los ciempiés chillaron y regresaron a la cueva. Kokkun no entendía cómo era que no estaba allí hasta que se dio cuenta de la trampa. Su grito se escuchó por todo el bosque y voló encima de regreso hacia donde aguardaba su cena. Pronto vio a Amarillys, pero con un movimiento de mano hizo que la pequeña colina bajara dejando la tierra plana. Eso lo hizo sonreír, ya que ella tenía que estar en la colina para ganar pero si no había colina a la que regresar entonces era el fin del juego. Sin embargo, ella siguió corriendo, no hacia donde estuvo la colina, sino donde estaba Xiao.
-¡NO! ¡MI PRESA!
Voló rápido hacia ella.
Amarillys clavó el cuchillo y abrió la crisálida sacando a Xiao que apenas y estaba consciente de un montón de líquido viscoso.
-Xiao, despierta, ¡vamos!- de repente escuchó una especie de aullido y al mirar arriba vio a Kokkun con sus manos extendidas sobre de ellas. Abrazó a Xiao para protegerla y fue entonces que los ojos de la avatar se abrieron brillantes. Un torbellino de fuego se alzó protegiéndolas. Quemando a Kokkun que cayó al suelo con parte de su cuerpo quemado.
En medio del torbellino, Xiao se levantó e hizo desaparecer las llamas.
-Amarillys, ve y libera a los demás.- le ordenó a Amarillys que asintió.
Kokkun gritó de rabia y furia.
-¡Esto no es justo! ¡Esto es trampa!
-Un tramposo, no tiene derecho a quejarse.- usando fuego control lanzó grandes bolas de fuego hacia Kokkun que apenas y pudo deshacer con el aire de sus alas lastimadas.
Amarillys liberó rápido a Mu, Enlai y Iroh que miraban la pelea.
En un momento Xiao lanzó otra bola de fuego y corrió en su dirección. Kokkun la deshizo igualmente, pero no notó a la chica que usó aire control para saltar detrás de él hasta que ella le sujetó de las alas con fuerza. Usando la humedad del aire las congeló y sin pensarlo dos veces las arrancó con todas sus fuerzas.
Kokkun gritó y cayó al suelo, ahora parecía más un gusano rastrero. Aterrado, intentó escapar por un agujero en la tierra, pero Xiao no había terminado. Usando su tierra control cerró el agujero por el que escapó y comprimió la tierra para no dejarlo salir tan fácil y empujarlo hasta lo más profundo. Cansada, retiró el estado avatar.
Amarillys se acercó a ella y le ayudó a enderezarse. Xiao tomó la mano que puso en su hombro y le sonrió.
-Sabía que eras capaz.
La chica sonrió con lágrimas en sus ojos.
…
La niebla se desvaneció y salieron del bosque llegando a campo abierto donde hicieron otra fogata. Iroh terminó de cortarle el cabello a Amarillys, que ahora traía puesta una camiseta china de color amarillo, de cuello amplio que dejaba ver sus hombros. Una prenda más sencilla que la anterior.
-Listo, dime qué opinas.- ella se vio en un espejo de mano y sonrió.
-¡Me encanta!
-Te ves preciosa.- alabó Enlai aplaudiendo.
-Si me fueran las chicas, juro que te preguntaría ser mi novia.- la chica se sonrojó y sonrió ampliamente. Iroh se aclaró la garganta.
-Yo… siento mucho mi actitud de antes. Me equivoqué, si estás hecha para afrontar retos.- ella agradeció con el alma su apoyo.
-Muchas gracias.
Enlai se dejó caer en su bolsa de dormir.
-Que bueno que todo terminó. No quiero volver a tener una noche así en mi vida.
-Ya somos dos.- Xiao abrazó su almohada.
-Después de una noche así, todos nos merecemos un descanso.- Iroh se recostó y cerró los ojos. Amarillys hizo lo mismo.
-¿O sea que podemos despertar tarde mañana?
-/Sí/- dijeron todos al mismo tiempo.
Amarillys rio entre dientes. Se sentía bien, como si hubiese tirado alrededor suyo un muro que creía imposible. Contempló un momento las estrellas y mientras sus ojos se iban cerrando poco a poco vio a una sombra pasó por encima de ellos que le hizo gritar.
-¡REGRESO!
Todos rápidamente abrieron sus ojos y se pusieron en guardia, pero para su sorpresa no era otro espíritu.
-Vaya, los he estado buscando por todas partes.- dijo el maestro aire encima del enorme bisonte volador.- Iroh bajó la guardia.
-¿Maestro Yatso?
-¿Y a este de dónde le conoces?- preguntó Enlai y el hombre bajó del bisonte y se acercó al grupo, más que nada sonriendo a Xiao.
-Déjenme presentarme. Me llamo, Yatso, soy el hijo del anterior avatar Aang. Y no saben lo feliz que estoy al haber encontrado al nuevo grupo avatar y al avatar en persona.
…
Kokkun siguió recorriendo los túneles, incapaz de encontrar una salida. Estaba tan enojado de haber perdido a sus presas que apenas las volviese a encontrar iba a hacerlos sufrir. De repente, escuchó algo a sus espaldas, al volverse no vio nada en la espesa oscuridad que apenas y podía ver con sus ojos. Y sin preverlo, los espíritus ciempiés estaban ya detrás de él con sus bocas bien abiertas… cuando se volvió, fue demasiado tarde.
…
Y… espero que les haya gustado! Gracias a todos por leer. Dejen review, nada de tomatazos, y sin más qué decir… UN ABRAZO! UN GUSTAZO! Y HASTA LA SIGUIENTE!
