Hola a todos! Muchas gracias por seguir esta historia sacada de mi loca imaginación. Y ahora, vamos con el siguiente capítulo. Espero que sea del agrado de todos y sin más qué decir… COMENZAMOS!

..

Capítulo 17.

Realización.

Todo parecía ir con normalidad en el Templo del Aire, sin embargo, había algo que no compartía el mismo equilibrio que todo lo demás. Kazeji terminó sus alimentos y dejó los palillos a un lado antes de mirar a su padre que se mantenía en su usual estado serio y reflexivo, bueno, esta vez era el doble de reflexivo.

-Padre, voy a llevarle de comer a Iroh.

-De acuerdo.- respondió tomando su taza de té en lugar de poner atención a su hijo.- Verifica que esté bien.

-Sí, padre.- era fácil leer sus pensamientos, debido a la sombra de arrepentimiento que parecía envolverlo. Kazeji no quería ver aquello.

Preparó la bandeja de comida en las cocinas y caminó hacia las habitaciones. De repente un grupo de niños se acercó a él.

-¡Kazeji, juega con nosotros!

-¡Ven, Kazeji!

-Ahora no.- respondió de mala gana haciendo que los niños se quedaron callados.

-Buuu, que aguafiestas.

-Eres muy aburrido.- se fueron usando sus aerodeslizadores.

Frunció el ceño ante lo fácil que la tenían esos pequeños ya que no tenían ni comprendían la carga que algunos tenían que llevar. Llegó hasta la habitación de Iroh y tocó esperando respuesta.

-Iroh, soy yo.- no hubo respuesta así que entró a la habitación encontrándose con su amigo sentado en la misma posición de loto, con la vista en la gran ventana y las velas a su alrededor apagadas y casi consumidas. Notó que la bandeja del desayuno seguía allí, sin tocar. Suspiró con algo de frustración.- Iroh, debes comer algo. No puedes seguir auto flagelándote por una chica que claramente no se da cuenta de cómo funcionan las cosas en este mundo. Todos tenemos un papel, todos tenemos que cumplir ese papel y más que nada el Avatar que es el equilibrio de todo. Y esa chica no se da cuenta de la suerte que tiene… ¡AGH! ¿Sabes lo que yo daría por estar en su posición? ¡Daría todo por ser el Avatar pero no! ¡Fui un maestro aire en lugar de un maestro agua! ¡Las cosas serían diferentes y no tendría que lidiar con esto! ¡Menuda ingrata!

De repente el puño de Iroh se alzó tensó a un costado y por un instante pensó que le pegaría, pero no fue así. Kazeji dejó su pose defensiva y miró a su amigo que se veía tenso.

Iroh tenía los ojos cerrados con ceño fruncido y los labios apretados.

-Yo… no puedo hacer fuego.

-…¿Qué? ¿Me puedes repetir eso?- en lugar de decirlo Iroh abrió su mano de la cual se formó una débil llama que duró apenas unos segundos antes de extinguirse.

-Mi fuego control… se está desvaneciendo.

Alarmado, Kazeji se acercó a su amigo y le tomó de los hombros para girarlo hacia él.

-Muy bien, no entremos en pánico. Estoy seguro que hay una solución para tu problema. Y vamos a encontrarla.

Iroh alzó su mirada, se veía tan cansado y vencido que hizo que Kazeji apretara los dientes.

-Y comenzaremos con lo básico pero antes… debes darte un baño. ¡Apestas!

Después de un largo baño y de ponerse al fin sus ropas, Iroh fue llevado al comedor donde Kazeji le sirvió varios tazones con comida y postres.

-Lo primero es lo primero. Te has estado matando de hambre por días y necesitas combustible.

-¿Tú crees?

-Por supuesto. Ahora, menos charla y más comer.- dijo metiéndole en la boca un dumpling relleno.

Iroh sentía su estómago todavía algo cerrado pero se obligó a comer ante las palabras de aliento de Kazeji que le decía que comiera más. Su apetito se abrió al fin. Y tras un par de platos de dumplings, un plato grande de sopa de loto y tres tazones de arroz con tofu y verduras salteadas, Iroh ya no podía comer. Sentía que estaba a reventar.

-¿Y bien?

-C-Creo que siento algo…- eructó en la cara de su amigo que se alejó rápidamente de su mal aliento.

Fueron al plan B.

-Necesitas ejercitarte. No hay nada mejor para calentar tu cuerpo y despejar tu mente que el ejercicio.

Iroh asintió y comenzó a ejercitarse, Kazeji también ejercitó con él. Sentadilla, flexiones, carrera, lagartijas, equilibrarse sobre una mano y un dedo, ambos sudaron la gota gorda mientras entrenaban. Iroh intentó hacer algo de fuego, una llama dispersa apareció cuando lanzó su puño, pero al menos era mejor que la pequeña llama. Kazeji alzó sus pulgares dándole ánimos.

-Y ahora, vamos a lo importante.- dijo Kazeji llevándolo a un balcón que era usado para entrenamiento.- Combate. Pero no usarás tus espadas.

-Ya entiendo lo que intentas.- sonrió un poco.- Bien, estoy listo. La adrenalina seguro me ayudará a activar mi fuego de nuevo. No me la pongas fácil.

-No pensaba hacerlo.- ambos sonrieron ante el reto.

Kazeji fue el primero en atacar, lanzando una corriente de aire hacia Iroh que supo esquivarlo. Intentó lanzar algo de fuego pero la llama no llegaba más que un paso lejos, pero eso no le detuvo y decidió que dado el caso se acercaría a su objetivo. Kazeji siguió lanzándole fuertes corrientes de aire, una tras otra que él esquivó y saltó, acercándose a él con gran agilidad que no sorprendió a Kazeji que le esperaba y esquivó un puño envuelto en unas cuantas llamas. Los puños y patadas de Iroh se encendían en el fragor de la pelea y Kazeji esquivaba o bloqueaba, aunque hubo un golpe que casi le dio muy cerca de la cara. Usó aire para apagar el fuego, Iroh lo combatió lo mejor que pudo hasta que salió despedido unos metros, casi a la orilla del balcón, apenas pudiendo reaccionar cuando su amigo le atacó y esquivando el ataque. Iroh gritó y algunas llamas aparecieron alrededor. Los dos sonrieron ante el éxito del experimento y Iroh fue contra Kazeji que esta vez no le supo esquivar…

Gyatso se encontraba reflexionando mientras bebía el té cuando de repente escuchó un estruendo en su balcón, como si algo hubiese caído del cielo. Y al abrir las puertas se encontró con su hijo y Iroh en el suelo peleando como dos críos.

-¿Se puede saber QUÉ ESTÁN HACIENDO?- preguntó alzando la voz con fuerza. Los dos se detuvieron a sabiendas que estaban en problemas.

Tras lo explicar lo sucedido, Gyatso permaneció en silencio unos momentos antes de bajar los hombros y acariciar su barba con aire pensativo.

-Tal parece que el problema radica en tu mente. La culpa debe de ser un factor pero debe de haber algo más.

-¿Algo más? Supongo que el hecho de sentirme como una basura no basta.- Kazeji quiso decirle algo pero no pudo ante la mirada de su padre sobre de ellos.

-Quizás pueda ayudarte. Ven conmigo.- lo llevó hasta una habitación oscura pero hermosamente iluminada por manantiales de agua que parecían brillar, en el centro había un ojo de agua y en este había dos amplias tinas cubiertas con tapas.

-Papá, ¿en serio quieres usar esto?

-Este es un método de meditación que tus abuelos usaron para que todos pudiesen explorar su ser. Te hace ver aquello que no puedes ver y adentrarte a lo más profundo de tu subconsciente. Al mismo tiempo, también es usado para sanar heridas.

-Entonces, sólo debo entrar allí, ¿en serio funciona?- preguntó Iroh un tanto escéptico.

-Puedo asegurarlo.- Iroh frunció el ceño pero tras unos momentos aceptó la idea.

-Bien, hagámoslo.

Iroh se quitó la ropa quedando con nada más con sus pantalones y entró a luna tina sintiendo su cuerpo flotar en el agua a pesar de estar cerca del fondo.

-Recuerda, debes relajarte y dejarte llevar. No lo fuerces, sino serás incapaz de adentrarte a lo profundo de tu ser y descubrir el problema.

-Entendido.

Padre e hijo cerraron la tina y un silencio absoluto le rodeó. Parecía que estaba solo con sus pensamientos.

Esperó que algo pasara, pero los segundos comenzaron a sentirse eternos en ese lugar.

-Vamos, relájate, tienes que hacerlo para que esto funcione…- siguió sin suceder nada, sólo podía escuchar su voz ahogada y el sonido del agua en sus orejas.- ¡Oh, por favor!- empezaba a impacientarse. Intentó respirar profundo y relajarse pero aquello no estaba funcionando.- Maldita sea… ¿qué tengo que hacer para que esto funcione?- preguntó a la nada a sabiendas que una respuesta.

Se quedó allí más tiempo, incluso había adoptado una pose más relajada al colocar sus manos sobre su estómago. Había pasado ya bastante tiempo en su opinión y empezaba a sentir algo de sueño.

-Admito que no es tan malo.- bostezó cerrando los ojos y disfrutando del silencio en aquel lugar que ahora le parecía más amplio y basto como el mar… se sintió solo.

-Iroh.

Abrió los ojos, ya no estaba en la tina ni en el agua, sino que estaba en el campo, frente a una fogata y a su lado Xiao sirviéndole un plato de estofado.

-¿Xiao?

-Hey, no acapares la olla.- regañó Enlai que estaba frente a él con otra cuchara lista para enterrarla en la cacerola sobre el fuego. Amarillys rio a su lado.

-Oye que no eres el único que está comiendo.

Mu hizo un leve sonido al pastar cerca de ellos. Iroh se sintió confundido hasta que sintió la mano de Xiao sobre su hombro.

-¿Todo bien?

-Yo… eso creo.

-Vale, mejor come. O sino te quedarás con hambre.

El aroma de los alimentos hizo que de repente sintiera hambre y extendió sus manos sin apartar los ojos de ella, la sonrisa que le dedicaba era tan dulce que incluso el fuego de la fogata iluminaba sus pecas de un modo que parecían chispas brillando sobre el puente de su nariz. Tomó el plato rozando ligeramente sus dedos como usualmente hacía con cierta prudencia pero ahora… ahora quería prolongar ese momento. Fue que entonces todo comenzó a quemarse alrededor al igual a como haría un papel al roce de la llama. Todo el escenario a su alrededor comenzó a arder, incluyendo sus amigos como si de meras fotos fueran hasta que sólo quedó él y la fogata, incluso el plato se había desvanecido de sus manos. De repente, la hoguera explotó en una bola de fuego que lo hizo cubrirse y al abrir los ojos se vio rodeado de un cielo rojo y sombras que le rodeaban.

Debes sanar el honor de la nación del fuego.

Debes ser el ejemplo de las futuras generaciones.

Debes engrandecer a la nueva nación.

Dijeron voces en eco alrededor de él, cada vez más fuerte, cada vez más molestas, Iroh se cubrió los oídos cuando sin darse cuenta una sombra se alzó sobre de él hasta cubrirlo por completo y no pudo ver nada. Al abrir los ojos de nuevo estaba en una penumbra total, flotando en la nada, estaba confundido cuando entonces sintió que la gravedad hizo lo suyo y cayó al vacío. Al abrir de nuevo los ojos, estaba el palacio de fuego, su hogar, y vio las espaldas de su madre y abuelo a unos pocos metros de él.

-Abuelo, madre…- justo entonces dos líneas de fuego se alzaron a los lados, formando un camino que iba hacia su familia. Iba a ir hacia ellos cuando algo captó su atención, detrás de él el camino seguía y tres personas le miraban con sus penetrantes ojos ambarinos y que reconocía por imágenes antiguas. El antiguo Señor del Fuego Sozin, Ozai, y Azula. Esta última le sonreía de forma casi desquiciada y de sus manos, flamas azules aparecieron.

Sé el orgullo de tu nación.

Honra a las nuevas generaciones.

Escuchó de nuevos las voces hacer eco. Vio a su madre y abuelo girarse hacia él y tenderles las manos para que fuera a con ellos. Avanzó hacia ellos sin dudarlo cuando notó a su derecha que había alguien más fuera del camino. Xiao estaba a unos metros de él, ella parecía flotar y brillar con un aura azul que le hizo sentirse de repente tranquilo. Quiso ir a donde ella pero las llamas se alzaron impidiendo su avance dándolo sólo dos opciones en este. Ella le miró con clara decepción y se dio la vuelta para marcharse.

-Xiao… ¡Xiao, aguarda!- ella comenzó a caminar lejos de él.

-¡No! ¡Por favor! ¡Lo siento! ¡Lo siento tanto, por favor!- intentó pasar las flamas que se alzaron todavía más.- ¡Xiao! ¡XIAO!- pero ella no parecía escucharle.

Fue que él retrocedió un poco y corrió cubriéndose de las llamas que impedían su camino y saltó pasando el fuego, pero cuando abrió los ojos no había nadie y el lugar volvía a estar en oscuridad.

-Xiao…- se dejó caer de rodillas con la mirada perdida en la nada. De repente escuchó pasos a sus espaldas. Un hombre alto vestido con un elegante traje rojo con impresiones de flor de loto y un amplio sombrero de paja que cubría la mitad superior de su rostro se acercó a él. Iroh parecía de repente confundido ante su presencia y el hombre le sonrió.

-Ven al bosque si quieres reavivar tu fuego.- sin decir más le dio la espalda y… Despertó del trance.

Golpeó la tapa y Gyatso la abrió usando su aire control. Kazeji se asomó para ver a su amigo que se sentó en las aguas.

-¿Ya obtuviste tu visión?

-Sí… fue algo intenso. Pero creo que esas horas valieron la pena.

-¿Horas? Estuviste sólo media hora.

-Es broma… ¿verdad?- su amigo negó con la cabeza de forma enérgica. Gyatso se acercó a los dos jóvenes.

-A veces depende de la percepción de uno. Puedes sentir que el tiempo avanza rápido o más lento en la búsqueda del yo interno.- explicó con serenidad.

-Ya veo…

-¿Y qué viste?- le preguntó su amigo y Iroh tardó en responder.

-No estoy muy seguro pero… necesito ir al bosque de los espíritus.- dijo para sorpresa de ambos maestros.

Después de secarse y volver a ponerse su ropa, fue encaminado a la entrada del bosque que se encontraba a lo bajo de la montaña. La niebla en ese lugar era espesa, pero podían distinguirse los árboles y la vegetación del lugar iluminado con luz propia. Se detuvieron en la entrada que era un arco hecho de ramas entrelazadas entre sí.

-Es aquí.- Gyatso que tenía una linterna en mano y se volvió hacia Iroh.- De aquí deberás ir solo.

-¿Estás seguro de esto?- preguntó Kazeji un tanto serio.- Iroh, sabes muy bien que tratar con los espíritus no es cosa de juego, y menos en tu caso.

-Ya lo sé… pero no tengo otra opción.

Caminó pasando el arco y se volvió una última vez a ambos maestros.

-Estaré bien.- les sonrió una última vez antes de darse la vuelta y desaparecer en la niebla.

-Esperemos que así sea…- musitó Gyatso a lo bajo.

Muy lejos de allí, en la escuela de Metal y Tierra Control.

Enlai Y Xiao intentaban soportar un gran peso sobre de ellos, literal. Mientras estaban en una posición de plancha, tenían sobre sus espaldas una placa de metal repleta de rocas. Ambos intentaban mantenerse concentrados y firmes a pesar de que a Toph le gustaba jugar sucio con ellos.

La vieja maestra tierra movió el suelo bajo de ellos, pero no se dejaron sacudir, no como otras veces. Golpeó el suelo y ambos sintieron el movimiento en la tierra, extendiendo sus brazos cuando la tierra bajo sus manos se hundió y ellos se sujetaron del borde. La tierra regresó a su posición original y después se movió en ondas y ellos se adaptaron al movimiento usando sus brazos y codos sin problema. Toph arqueó la ceja.

Pasó detrás de ellos y entonces, usó su arma final…

-Pfft…. ¡JAJAJAJAJA! ¡AAAAHH!- Xiao cayó al suelo vencida. Mientras que Enlai permanecía inmutable a las cosquillas en sus pies.

-Bien, el chico pasó. ¡Pero tú no!- Amarillys ayudó a Xiao a salir de la placa que le estaba quitando el aire.- Todavía te falta mucho por aprender, pero al menos duraste más esta vez.

-Ay, me duelen las costillas…

-Bueno, te reíste muy fuerte.- dijo Amarillys que logró sacarla con éxito de debajo de la plancha.

-No es por eso… créeme.

-¡YUKI!- llamó Toph a su hija que se acercó.- Atiende a esa llorona. Y revisa al chico también.

Yuki se acercó a los dos y su madre fue a una hamaca, primero revisó a Xiao.

-Su madre es una mujer muy dura.

-Lo es, pero tiene un lado suave que te cautiva cuando la conoces.

-¿En serio?

Yuki rio entre dientes ante su incredulidad.

-Es en serio, en realidad, ella no es mi madre de nacimiento.

-¿Cómo?

-Tú ya conociste a mi padre. El antiguo líder del Reino del Sur.

-¿El líder Sokkah? O sea que el señor Arokkah es su hermano.

-Ajá, en realidad, Lin y Heiji son mis medios hermanos.- Amarillys ahogó una exclamación y Enlai se acercó a ellas después de quitarse la placa de encima también interesado en el chisme.- Mi madre de nacimiento se llamaba Suki, fue una mujer que fue parte de las Guerreras Kyoshi que fueron guardaespaldas del señor del fuego Zuko, pero estaba tan comprometida en su trabajo que mi padre y ella terminaron separándose. Y mi padre, no tenía idea de qué hacer con nosotros.

-¿Y cómo se hicieron pareja su padre y la señora Toph?- preguntó Amarillys.

Yuki sonrió ampliamente, todavía podía recordar la escena.

Su padre estaba hasta el cuello de responsabilidades y eso que todavía no pisaba el Reino del Sur, estaba intentando cerrar los tratos con el Reino Tierra. Llenando importantes papeles al mismo tiempo que intentaba cuidar a su hermano de apenas un meses de nacido envuelto en su espalda y dándole un biberón. Entre tanto Yuki de apenas cinco años exploraba la mansión donde se estaban quedando. El lugar tenía un estanque de peces koi que adoraba mirar y alimentar desde que estaban allí. Pero sin que su padre se diese cuenta había comenzado a mostrar un poco de su control elevando pequeñas formaciones de agua tal y como había hecho alguna vez Katara en su juventud. Pero algo era distinto ese día, como había llovido esos días la orilla de piedra del estanque era muy resbalosa y sin querer resbaló mas al estar a punto de caer sintió que alguien la tomó de su cinturón.

Toph que la elevó hasta la altura de su rostro. Quedando cara a cara y Yuki rio posando su mano en su mejilla.

-¿Qué es lo que haces aquí pequeña pulga?

-Juego.

-Ah, ¿y tu padre?- la pequeña alzó los hombros y Toph exhaló entre dientes poniéndola bajo su brazo.- Vamos a con tu tonto padre. No deberías estar sola.

Fue a regañar a Sokkah por su descuido, ya que de no haber estado ella cerca era seguro que la niña se hubiese golpeado y caído al estanque, y quién sabe lo que hubiese pasado. Llegó hasta la que era su oficina y la abrió con tanta fuerza ante el enojo que sentía pero que se desvaneció al instante al encontrarlo en un estado zombi al punto del desmayo y con el bebé llorando a sus espaldas, y eso pasó, cayó a un lado pero ella fue más rápida y lo ayudó antes de que tocara el suelo.

-Ah… ¿Toph?- la maestra tierra aspiró y dejó salir el aire invocando su paciencia para no apalearlo en ese instante por el bien de sus hijos.

-Silencio. Tal parece que necesitas ayuda.

Yuki terminó de relatar.

-Debido a ello mamá le ayudó a cuidarnos y con el tiempo ambos estrecharon su relación.

-Entonces, ¿por qué viven separados?- preguntó Enlai y en ese instante sintió que algo lo golpeó tirándolo en el suelo. Había sido una roca.

-¡Si alguien dice una palabra de ese gusano me encargaré de romperle los huesos!- gritó Toph a la distancia recostada en su hamaca.

Enlai emitió un chillido intentando recuperar el aliento. Yuki prosiguió a sabiendas que su madre no le haría nada a ella.

-Bueno, papá tuvo asumir las responsabilidades de su tribu ante la muerte del abuelo y mamá tenía la escuela. Así que papá escogió ir al sur y mi hermano fue con él para no dejarlo solo. Nos escribimos seguido y Arokkah envía cosas por correo para mamá.

-Tu hermano sí sabe enviar buenos regalos.- agregó Toph con una leve sonrisa meciéndose un poco.- Sabe lo que a mamá le gusta.

-Listo.- dijo después de curar los golpes a Xiao.- Ya terminé contigo.

-Bien, me siento mejor.

-Xiao…- musitó Enlai.- ¿Podrías revisar si tengo alguna costilla rota? Creo que me dio más duro de lo esperado.- todas aguantaron la risa, estaba exagerando pero Xiao asintió con gusto.

-Vale. Deja veo.- tocó su hombro y vio el interior de este, sus músculos y esqueleto.- Estás bien, sólo te sacó el aire.

-Uff… que bueno.- Yuki miró interesada a Xiao.

-Eso que hiciste. Pudiste diagnosticarlo con un toque.

-Bueno, supongo que tiene que ver con la sangre control.- dijo un tanto tímida no sabiendo su pensar sobre ese arte.- Cuando estuve en el Reino Sur pelee contra la otra avatar.- rememoró el momento en su mente y su tomó su brazo.- Ella rompió mi brazo y dislocó mi hombro. Pero cuando me concentré y vi el daño pude repararlo y seguir luchando.

-También salvó la vida de un chico.- intervino Enlai.- Una granada explotó cerca de nosotros y lanzó docenas de proyectiles que le dio a uno de los cazadores. Se estaba desangrando pero Xiao intervino y le salvó la vida deteniendo el sangrado y curándolo.- Xiao le sonrió feliz por el apoyo.

-¡Fascinante!- exclamó Adora con sorpresa.- He leído sobre la sangre control. Fue declarado ilegal hace ya bastantes años y es conocido como un arte mortal y oscuro, ya que los pocos quienes han logrado dominar la técnica han caído en la locura. Además de eso sólo puede usarse en luna llena ante el poder que conlleva. Pero jamás pensé que pudiese usarse para otras cosas.

-Eso por la tía Katara.- dijo Yuki.- Lastimosamente el arte de Sangre control fue dado a conocer cuando ella reveló su existencia y alzó la prohibición. Desde entonces ha tenido mala fama ante los pocos maestros agua que han aprendido a usarla, cosa que no es fácil.- adoptó una postura seria.- Los pocos maestros que han aprendido a controlarla la usaban sólo en luna llena, se cuenta que la luna los volvió locos como castigo tras corromper el arte del agua, yo pienso que es todo lo contrario, ya que esas personas en sí ya estaban locas y sólo buscaban dañar a la gente. Incluso… hace años hubo un maestro que fue capaz de usar la sangre control sin necesidad de luna, igual que tú.- se mostró un poco pensativa.- Sabes, deberías estudiar sanación e implementar la técnica.

-No creo que deba.- dijo con algo de duda.- Es como dijo Adora, es ilegal y todos piensan que la sangre control es algo malo.

-Pero has encontrado un buen uso para ella.-le dijo con una sonrisa.- Es cierto que tiene mala fama ante quienes han aprendido a usarla para fines malévolos. Pero así como el metal control, podrías implementarla para ayudar a las personas y salvar muchas vidas.

-No… me había planteado ello.- a su mente llegó la imagen de su madre que fue al norte para aprender sanación.- Tal vez deba darle una oportunidad.- sonrió pensando en los beneficios que podría traer.

-Deberías. Me alegra que no uses este arte para lastimar.- de repente en su mente llegó la imagen de aquel hombre que torturó y los ánimos se enfriaron dentro de ella.

-Amm, sí… lo pensaré.

-Basta del descanso.- Toph bajó de su hamaca y se acercó al grupo. Es hora de una pelea de verdad.

-¿Nosotros contra usted?- preguntó Enlai con cierto pánico.

-Aunque quisiera patearles el trasero, no hoy. Serán entre ustedes dos. Usarán todo lo que han aprendido y será una pelea sin cuartel. Pero, cuando me refiero que usarán todo lo que han aprendido me refiero a TODO.- dijo para sorpresa de ambos que se miraron mutuamente, no muy convencidos de ello.

Iroh caminó por el bosque con cautela. No le gustaba para nada pero si su visión estaba en lo correcto encontraría de nuevo la fuente de su fuego en ese lugar. Se topó con unos altos arbustos que forzosamente debía atravesar, le llegaban a la cintura y tras atravesar al fin el camino se encontró que su pantalón había desaparecido.

-¿Qué rayos?- se volteó y de en medio de las hojas escuchó unas risas de las cuales pequeñas criaturas redondas como remolachas se alzaron. Una de ellas mostró el pantalón mientras se reía y todas comenzaron a correr.- ¡Vengan acá con eso!

Corrió detrás de estas hasta que soltaron su pantalón y siguieron corriendo por la vereda. Iroh lo recogió y se lo puso rápido, pero mientras lo hacía, sintió algo húmedo detrás de su cuello, y al voltear, vio a varios monos colgar de cabeza, aunque cuando le vieron, estos desplegaron unas alas de murciélagos y comenzaron a perseguirlo. Iroh corrió como pudo con el pantalón a medio poner. Cayó por una pendiente inclinada repleta de lodo, logrando así escapar de los monos murciélago que pasaron sobre su cabeza sin notarlo ante el camuflaje improvisado.

Escupió algo de lodo.

-Esto… es de lo peor.- de repente, de entre el lodo asomaron las cabeza de unos sapos.- Genial, lo que me faltaba. Asquerosas ranas y sapos.

-Hey…- escuchó que alguien se quejó haciéndolo abrir los ojos hacia los sapos.- ¿A quién le dices asquerosas?- tres sapos asomaron y mostraron que eran una especie de sapos humanoides que estaban muy… muy macizos.

-Oh, mi…

Uno de ellos saltó y Iroh apenas y pudo esquivarlo aunque resbaló por el lodo. Otro se le lanzó encima, provocando que el lodo se alzara como una ola que lo estampó contra la pared. Y entonces el tercero corrió contra él elevando su fuerte brazo musculoso y el muro tembló ante el fuerte golpe. Iroh quedó en el suelo, doliéndose por completo. Los tres hombres sapo le rodearon.

-Te metiste con los hermanos equivocados, humano.- esos tres estaban dispuestos a darle la paliza de su vida.

De la nada, una pequeña ave roja apareció y comenzó a picotear a los hombres sapo. Iroh notó como el pequeño animal parecía intentar protegerlo, pero uno de estos le pegó con la palma y la pequeña ave cayó al lodo.

-No estorbes, plumífero.

Ante sus ojos, la pequeña ave se dolió su ala en el suelo. Tal vez fuera por el abuso, o porque a sus ojos pensó que ese color rojo de sus plumas le recordaba mucho a Xiao, pero sintió la sangre hervir al ver a la pequeña ave lastimada.

Se levantó apoyándose en la pared lodosa.

-Hey, babosos. ¿Por qué no se meten con alguien de su tamaño? O al menos con la misma inteligencia.- vio sus caras y cuellos hincharse de la ira.

Fueron a por él pero Iroh fue más listo y lanzó lodo en sus ojos. Ante la leve ceguera, este se movió tocándolos en los hombros y costados para que estos lanzaran golpes al azar y comenzaron a pelearse entre ellos hasta que dos cayeron por la fuerza de sus golpes. El tercero y líder al fin se quitó el lodo de los ojos, viendo a sus compañeros caídos y a Iroh que había salido de aquel lugar y lo miraba desde arriba con el ave en mano y un tronco hueco que dejó caer sobre su cabeza plana, quedando en el suelo sobre sus amigos.

-Eso les enseñara.- estudió al ave, tenía unos bonitos y raros ojos azules que le recordó todavía más a Xiao. Con un paño comenzó a limpiarlo.- Gracias por ayudarme pequeñita.- el ave lanzó un pequeño pillido que le pareció adorable.

El sonido de la hierba lo hizo ponerse alerta, entonces, vio a un hombre con linterna avanzar a él. Era un hombre joven, de cabello largo y barba sin bigote de color negro, y con un yukata rojo con flores de loto. El mismo hombre que vio en su visión.

-Oh, hola. ¿Estás perdido?

-¿Quién es usted?- preguntó con desconfianza.

-Soy un guía del bosque. Me encargo de vigilar los alrededores para que nadie entre o se meta en problemas. Pero creo que llego tarde contigo.- se quitó el sombrero revelando a un hombre joven de ojos amables, por alguna razón el hombre le parecía familiar. Iroh bajó la guardia, el sujeto parecía no ser un espíritu.

-Hola, puedes llamarme Lu. Y tal parece que necesitas un respiro. Ven conmigo, hay una choza en la zona donde podrás limpiarte un poco y también podré revisar a tu amiga, tal parece que se lastimó un ala.

-G-Gracias.

No sabía por qué, pero aquel hombre le hizo sentirse tranquilo, por lo que accedió a seguirle y caminaron por el lugar pasando entre la niebla. Le miró de reojo, esperaba que aquel hombre le diese la clave para recuperar su fuego control.

Sobre la arena circular, Enlai y Xiao se miraron cara a cara. Los elementos estaban dispersos en todas partes: placas de metal, arena y por supuesto roca. Pero también había agua, lo que quería decir que debían ser creativos con ello. Toph se colocó a un costado del lugar.

-Muy bien, van a pelear en serio. Y cuando digo en serio es que usarán todo lo que han aprendido hasta ahora. Tú, más vale que no me decepciones.- señaló a Enlai.- Y tú, tienes permitido usar los otros elementos, y más vale que uses todos tus trucos.- señaló a Xiao.- Muy bien los dos… ¡COMIENCEN!

Ninguno se movió, al menos no de momento. Adora se unió pronto al pequeño público sentándose junto a Amarillys.

-¿En serio van a pelear en serio?

-Eso parece. No quiero ver.- Adora le puso un abanico en frente del rostro.

-Gracias.

Xiao al no ver movimiento de parte de Enlai decidió atacar primero, mas este había aprendido a leer los movimientos por la tierra, por lo que cuando ella lanzó una corriente de aire éste de inmediato alzó una columna de roca que le cubrió de su ataque.

Toph sonrió complacida.

Cuando el ataque cesó, Enlai lanzó la columna que Xiao tuvo que esquivar, aprovechando para mover la placa de acero donde Xiao pisó para sacarla de balance, pero ella clavó sus pies sobre el metal, impidiendo que este lograse su objetivo. Usando entonces el pulpo de agua comenzó a lanzarle a su amigo las placas de acero que él supo esquivar y golpear sin problema mientras se acercaba veloz en una carrera y con un golpe envuelto en roca deshizo el pulpo, más aquello no había terminado. Ya que Xiao usó el agua dispersa para congelar a su amigo unos segundos mas él se impuso usando su fuerza para romper el hielo y lanzarle dos rocas que ella logró atrapar con sus manos, y cuando vio una tercera venir por el medio ella golpeó esta con las dos rocas, destruyéndolas por completo.

Enlai se deslizó por el campo para intentar acorralar a la pelirroja que intentó destrozar su ola de roca con sus manos, pero él saltó a tiempo de que esta se desquebrajaba para estar a punto de golpearla. Xiao le esquivó y usando su aire control intentó repelerlo, cosa que no funcionó al estar los pies de Enlai clavados en la tierra e invocando arena la golpeó de lleno casi lanzándola fuera de la arena.

Xiao logró recomponerse, viendo cómo Enlai creaba dos enormes puños de arena que fueron contra ella. Xiao usó la armadura de roca pero esta no le funcionó del todo, siendo este su peor error cuando Enlai la jaló hacia él y de un golpe en el pecho la lanzó lejos des proporcionándola de su armadura. Xiao se levantó con algo de dificultad y encaró a su amigo, y entonces lo vio alzar su puño aunque con una ligera duda, por un momento ella estuvo tentada a deshacer su ataque usando sangre control para detenerlo, pero de repente a su mente llegó la imagen de ese hombre torturado y dudó. Duda que la paralizó lo suficiente para que Enlai le lanzara una ola de tierra que la sacó despedida del lugar y perdiera el combate.

Se quejó con la mirada en el suelo.

-¡Xiao!- Enlai se acercó corriendo pero ella no quería moverse del suelo.

-Creo que me arrolló un camión.

-Lo siento mucho, me emocioné de más y…

-No te disculpes por haber ganado.- Toph se acercó frunciendo el ceño.- Ella perdió porque no tuvo las agallas para detenerte. Tú pudiste muy bien haber detenido su ataque, pero dudaste y eso te costó una posible victoria.

-Lo siento, yo…

-Y tú.- se volvió a Enlai.- También fallaste. Les dije que usaran todo lo que han aprendido y no usaste tu arma más poderosa.- Enlai comenzó a balbucear.

-E-Es que no tengo total control de aquel control y…

-¿Qué control?- preguntó Xiao y Enlai desvió la mirada. Toph gruñó y le dio a los dos un buen golpe en la cabeza que los hizo gritar.

-Cuando decidan tomarse las cosas en serio me avisan, sino los sacaré a patadas de este lugar.- se alejó de ellos bufando. Amarillys y Adora se acercaron a ellos.

-¿Están bien?- preguntó Amarillys.

-En lo que cabe.- respondió Enlai que ayudó a Xiao a levantarse, aunque ella le miraba expectante.

-Enlai, ¿de qué hablaba? ¿Qué otro control has aprendido a dominar?- él desvió la mirada.

-Eh, bueno yo… es un control que aprendí al leer un viejo libro sobre un discípulo que vino aquí hace mucho tiempo pero…- comenzó a sudar más en ese momento que en la batalla.- Creo que me tomaré un momento para descansar. Nos vemos, chicas.- se alejó lo más rápido que pudo con una sonrisa nerviosa. Xiao suspiró a lo bajo.

-Me tomaré también un descanso.- se separó de ellas yendo a una dirección distinta. Adora y Amarillys se miraron mutuamente y asintieron al mismo tiempo antes de separare, siendo Adora que fuera con Enlai y Amarillys con Xiao.

El extraño lo había guiado hacia una cabaña pequeña y rústica de donde se podía ver que salía algo de humo por una chimenea de roca. Lu sonrió cuando abrió la puerta.

-Ya volví, chicos.- anunció a los presentes que pronto Iroh vio apenas entró, eran espíritus, la mayoría eran animales humanoides que estaban sentados en una mesa circular que debería ocupar toda la cabaña pero no era así, el lugar era mucho más grande dentro que por fuera, lleno de colores pastel, un cielo rosado con nubes amarillas y moradas y mullidos muebles y almohadones por todas partes.

-¡Ay! ¡Te has tardado está vez!- le riñó una mujer gallina que dejaba en la mesa varias tazas de té y golosinas.- ¿Y quién es tu amigo?- Iroh se paralizó cuando una forma similar a una baba viscosa lo miraba con sus ojos que subían y bajaban dentro de su cuerpo.

-Un amigo que está perdido, también traemos a un herido.- señaló al ave.

-Oh, cielos, ya les traigo el botiquín.- un ser extraño de enorme nariz y larga barba ni siquiera le dedicó una mirada a los recién llegados, y un mechón de su barba se elevó y se movió tomando uno de los dulces y llevándoselo a la boca. El hombre se volvió a Iroh.

-¿Gustas comer?

-N-No, gracias. No tengo hambre.- Lu le lanzó una toalla húmeda en la cara.

-Límpiate un poco antes de sentarte. Uff, estoy molido.

Lu guio a Iroh hacia la mesa donde este se sentó renuente, claramente tenso y un tanto asqueado cuando la viscosidad se sentó a su lado. Cuando les trajeron el botiquín el ave sólo se dejaba tocar por Iroh.

-Parece que esta pequeña te ha cogido cariño.- señaló Lu.- ¿Sabes cómo curar a un ave?

-Mi abuela me enseñó. Aunque ya bastante de eso…

-Vale, deja que te ayude.- con la ayuda de Iroh comenzó a curar el ala, colocando un cabestrillo improvisado y terminando vendándola. El ave pilló feliz haciendo sonreír a Iroh y volviéndole a recordar a su amiga hasta que sintió que algo le empujó desde atrás.

-Perdón, a veces no me puedo mover por aquí.- se disculpó un espíritu en forma de oso.- ¿No te hice daño?

-N-No… estoy bien.

-¿Estás seguro? No tienes buena cara.- dijo el espíritu gallina.

-Parece algo pálido. Come algo, muchacho.- le instó el barbón y a su lado la baba se apoyó en la mesa mirándole fijamente.

-¡Dije que estoy bien!- alzó la voz casi chocando puños con la mesa.

Pronto se dio cuenta de su error.

De repente, el cielo se nubló y los espíritus adoptaron colores oscuros y actitudes hostiles. La gallina lanzó un picotazo cerca en señal de amenaza y los demás seres parecían querer irse sobre de él en cualquier momento. Él se levantó de la mesa, temeroso de esas criaturas.

-No… ¡No se me acerquen! ¡Atrás!

-Shh, shh…- escuchó a Lu detrás de él que tomó una biwa que estaba escondida entre los cojines.- En serio que guardas mucha hostilidad contra ti mismo.

-¿Disculpa?- el hombre comenzó a tocar.

Hojas de vid

Viento sopló

Cayeron frágiles

Y con gran honor.

Mi soldado hoy

Ya regresó

Muy valiente ha sido él

Ya regresó.

Los espíritus se calmaron rápidamente, confundidos ante lo sucedido.

-¿Qué pasó?

-No sé, no me siento muy bien.- se quejaron un poco y Lu tomó a Iroh del hombro.

-Uy, miren la hora. Debemos irnos ya, chicos. Los veré luego y… me llevo esto.- dijo tomando dos grandes panes dulces antes de arrastrar a Iroh fuera de allí.

Ya a unos pocos metros lejos, Lu suspiró.

-No puedes explotar así o ellos lo resentirán.

-¿Ellos? Pero casi me atacan.

-Por culpa tuya.- le explicó.- Muchos espíritus son muy susceptibles a los cambios de cada persona, el miedo, la ira, la tristeza son sentimientos negativos que los desequilibra por completo. Y como tú sientes mucha ira eso es lo que los hizo tan irascibles contigo. Y eso es lo curioso.

-¿Qué quieres decir?

-Bueno, si estuvieras enojado con otros ellos de seguro se hubiesen puesto hostiles entre sí, pero todos se sentaron en ti. Lo que quiere decir que tu problema es contigo mismo. ¿A qué viniste?

-Yo… no lo sé.- apretó los puños.- Tuve una visión que si quería encontrar de nuevo mi fuego tenía que venir aquí. Y tú aparecías en ella.

-¿Yo?... ¿Y me veía bien?

-¡Eso no importa! Tal parece que todo está en mi cabeza y eso me impide invocar mi fuego.

-¡Ajá! O sea que el problema es que tu cabeza no está en paz.

-¿Y cómo puedo hacerlo encontrar paz cuando lastime a alguien importante?

-¿Importante por su posición o importante para ti?- preguntó curioso.

-¿Cómo?

-Ya sabes, ¿era tu jefe? ¿Algún político? Alguien con posición importante. ¿O es alguien a quien estimas mucho?- Iroh lo pensó un momento.

-Ella es el Avatar.

-Ah, o sea de posición importante.

-Pero…- se mordió un poco los labios.- Se volvió también una persona importante para mí.

-¿Una amiga?- las mejillas de Iroh se colorearon ligeramente.

-S-Sí… una amiga.- Lu sonrió ampliamente.

-Te gusta~- Iroh se detuvo en seco.

-¿Qué?

Lu comenzó a cantar.

Oh Joven enamorado.

Cuyas mejillas se colorean

Así como las camelias al florecer

La cara de Iroh se coloreó por completo en un segundo.

-¡No! ¡Es una amiga!

-Tranquilo, estás con un experto en el amor. Dime, ¿es guapa? ¿Linda? ¿O eres del tipo que le gustan sexy?

-¡Es sólo una amiga!- recalcó sus palabras.

-Seh… haré como que te creo.- el ave pilló en las manos de Iroh que tuvo que hacer uso de todo su control para no perder los estribos.- Pero, ¿por qué la lastimase?- Iroh sintió que su humor menguó de golpe siendo reemplazada por la vergüenza.

-Yo… perdí los estribos.

-Te enojaste por…

-Agh… es una tontería, no lo entenderías.

-Podría sorprenderte.

El joven tomó aire y reacomodó sus pensamientos antes de responder.

-Tengo un puesto importante y un legado qué seguir. Soy general y descendiente de la familia real. Desde mi nacimiento sé lo que debo y no debo hacer. Sé que debo pensar en mi nación, engrandecer a mi familia, y no dejar que el mundo vuelva a recordar la sombra de lo que antes fue. Ese es mi papel y me he aferrado a él desde que tengo memoria. Todos tienen un papel qué seguir, incluido el Avatar. Pero ella… Xiao… ¡no quiere seguirlo! Y eso me enojó tanto… me puso… me puso…- intentó buscar las palabras pero no pudo. En cambio, Lu respondió por él.

-Celoso.

-¿Qué dijiste?

-Dime algo. ¿Todo lo que me has dicho es lo que de verdad quieres?

Iroh cerró la boca y lo miró ofendido.

-¡Por supuesto que sí! Fue lo que se me dio desde que era niño. Crecí con todo eso.

-Estás desviando la pregunta.- le dijo con un tono serio.- Todo eso te lo pudieron haber dado de niño, pero ¿te gustaba tener esa responsabilidad? ¿Querías ser general? ¿Te gusta tener el peso de una nación sobre tus hombros?- el joven boqueó un poco antes de apretar los dientes y enfocar su furia contra el guía.

-¡Claro que sí! Además, no es como si pudiese decir que no a todo ello.

-Entiendo…

-¡No! ¡No entiendes!- sin darse cuenta, entre los árboles algo oscuro se movía.- ¡Tengo una responsabilidad desde que nací y no voy a desechar todo ello sólo porque alguien decide que las cosas deben ser diferentes!- el ave en su mano comenzó a ponerse inquieta.- ¡Las cosas no pueden ser diferentes!

-Iroh…- Lu intentó llamar su atención pero él siguió.

-Todos y cada tienen un papel que seguir en esta vida, todos ya tienen un destino trazado y sin eso ¡no eres nadie! ¿Quién sería sin todo eso? ¡Dime!

De repente un ser extraño y viscoso se alzó sobre de Iroh, pero Lu lo apartó rápidamente siento él atrapado por la masa gelatinosa oscura.

-¡Agh! ¡Co…rre!- Lu intentó escapar, pero esa cosa era mucho más fuerte y pronto ya no hubo indicios de este. Pronto, esa cosa se volvió mostrando una máscara blanca de aspecto horripilante, de ojos redondos y oscuros, nariz larga y puntiaguda como de sierra con una línea negra en espiral y una boca que sonreía con dientes separados y redondos que se movió al momento de enfocarlo.

Aterrado, Iroh comenzó a correr. Aquella cosa lanzó un alarido extraño conformado por decena de voces antes de ir a por él.

Enlai se había recostado en una hamaca, con la mirada perdida entre las ramas de los árboles sobre de él. Suspiró pensando en la pelea cuando sintió unas cosquillas en las costillas.

-¡JAJAJAJA!- Amarillys salió de debajo de la hamaca.

-Sí tienes cosquillas.- la chica le miraba con una sonrisa.

-¡Amarillys! ¿Qué haces aquí?

-La verdad, me preocupé. Y vine a ver si necesitabas hablar.

-Ah…

-¿Quieres hablar?- Enlai suspiró, pero aceptando de buena gana la ayuda.

-… No puedo pelear con Xiao, no con toda mi fuerza.

-¿Por qué no? Ella puede defenderse bien de todo lo que le mandes. Después de todo, ella es el avatar que controla los cuatro elementos.- él se cubrió los ojos con sus manos.

-Lo sé, ella es fuerte y si bien se lo propusiera me haría pomada. Pero… no es por eso.

-¿Entonces?- él parecía renuente a responder hasta que retiró las manos de su rostro.

-Es por culpa de Iroh.- confesó con pesar haciendo que ella misma guardara silencio.- Con lo sucedido con Iroh lo que menos quiero es lastimarla. Incluso la técnica que aprendí lo hice estando furioso con él en el tiempo en que ella estuvo inconsciente. Y fue gracias a que los maestros Lin y Heiji me enseñaron los libros y técnicas para mejorarla que pude dominarla aunque…

-Como dijiste es peligrosa.- completó la joven.- Pero Enlai, lo sucedido con Iroh no debe de afectarte. Sí, fue algo que nadie se esperaba pero si tratas a Xiao con delicadeza por miedo a lastimarla, la lastimarás de todas formas, ya que pensará que eres condescendiente con ella.

-Yo no quiero eso. Yo… quiero tratarla de forma normal, como antes.

-Lo sé, créeme, pero sé lo que se siente que la gente te trate como si estuvieses hecho de cristal y te fueras a romper en cualquier momento. Ella ya ha asumido lo sucedido y estará bien. El punto aquí es… ¿tú puedes salir de donde estás ahora?

-¿Y dónde se supone que estoy?- le preguntó sentándose en la hamaca.

-Atrás… muy, muy atrás y estancado cuando deberías estar a la par después de todo lo que han pasado.

Enlai se sumergió en sus pensamientos. Era verdad que últimamente había tratado a su amiga de una forma un poco más delicada fuera de los entrenamientos, sin embargo, Amarillys tenía razón. Iba a lastimarla si seguía tratándola así y lo mínimo que podía hacer por ella era darle el mismo respeto y confianza que ella le daba a él.

Corrió entre el bosque saliendo del sendero y esa cosa estaba a pocos metros de él, moviéndose con brazos delgados y largos que le ayudaban a impulsarse con velocidad arrasando con todo a su paso. Sentía que le dolía el pecho, podía sentirlo como si estuviese pegado a su espalda y no a unos pocos metros de él. Y de repente lo recordó…

Cuando era niño fue a visitar la isla Ember para vacacionar como siempre hacían. A él le encantaba el lugar. Iba con su madre y sus abuelos, siendo su abuelo Zuko que lo llevó a explorar la isla. Sin embargo, una libélula de fuego le llamó la atención y se separó de su abuelo llegando sin querer a una zona profunda de la isla.

-Abuelito… ¡Abuelo!- escuchó un ruido e inocentemente pensó que era su abuelo. Sin embargo, mientras más caminaba más oscuro se volvía el camino. Y de repente, escuchó un murmullo. Se acercó a este que provenía de varios arbustos de hoja grande cuando divisó un rostro pálido de nariz puntiaguda y cuentas vacías antes de que se abalanzara sobre él.

Por unos instantes sintió el sudor de su cuerpo congelarse. Aquel había sido el mismo espíritu que le atacó antes de que su abuelo lo salvara. El miedo le sirvió para seguir corriendo más a prisa.

-Corre. Tienes que correr.- se decía a sí mismo cuando al pasar unas enormes hojas se vio atrapado frente a un muro de roca. Escuchó al espíritu lanzar un alarido burlesco a sus espaldas, por lo que comenzó a escalar poniendo primero al ave bajo sus ropas.

Pero el ave se deslizó bajo la prenda y sin querer cayó al suelo tras un débil aleteo. Iroh lo miró en el suelo pillar por auxilio. Miró hacia abajo y dudó… dudó unos instantes ante los aterradores alaridos de aquella cosa.

La imagen de Xiao vino a su cabeza.

Se dio cuenta de lo cobarde que estaba siendo. ¿En qué momento el miedo decidía por él?

Se soltó y cayó de pie para tomar de nuevo al ave entre sus manos. Pero antes de siquiera enderezarse, lo último que vio fue la boca de aquella cosa tragarlo.

Xiao se dejó caer en el pasto que seguía fresco, Mu estaba corriendo cerca, jugando con los pequeños gemelos. Pronto sintió a alguien sentarse a su lado y al abrir los ojos vio a Adora.

-¿Necesitas hablar?

-No lo sé… tengo mucho atorado aquí.- dijo golpeando levemente su pecho con el puño.

-Si tienes un peso necesitas sacarlo. Es lo mejor.- Xiao se enderezó un poco.- ¿Esto es por lo de usar sangre control?- Xiao sintió un leve escalofrío.

-¿Tú qué opinas?

-Yo no soy nadie para juzgar. Y cuando alguien señala a otra persona tiene tres dedos apuntándose hacia sí mismo.- la pelirroja suspiró y se sentó en el pasto.

-No tengo problema con usar sangre control. Mi problema es usarlo con mi amigo y poder lastimarlo.- miró sus manos sintiendo un leve hormigueo.- Mentí… si usé esta técnica mal una vez.- Adora se quedó callada dejando que Xiao se desahogase.- Cuando Mu desapareció estaba furiosa y lo único en que pensaba era recuperarlo costase lo que costase. Y había un hombre que sabía dónde estaba pero… no quería hablar y yo…- se quejó a lo bajo y se abrazó a sí misma.- Hoy en día cuando pienso en lo que hice siento dudas en que si de verdad puedo usarla para bien y lo que podría pasar si vuelvo a usarlo mal. No podría soportarlo.

La joven maestra aire pareció sorprendida y reflexionó un poco sobre de ello para luego mirar las hojas de los árboles bailar sobre sus cabezas.

-Cuando yo era niña, mi madre me regaló un libro de historias, tenía ilustraciones preciosas y como mi madre siempre estuvo enferma lo aprecié más que nada. Sin embargo, un día mis hermanos lo rompieron, fue sin querer, estaban jugando y yo dejé el libro cerca de la ventana. Pero me enojé tanto que lancé una ráfaga que pudo haberlos lastimado, pero a quien lastimé fue a mi padre.- confesó recordando cómo su padre se interpuso en el ataque y la sangre que corría por su cabeza.- Papá antes tenía la cabeza rasurada y le hice una cicatriz que fue desde la frente hasta detrás de la oreja.

-¿Y qué pasó?- Adora suspiró.

-Me sentí como un monstruo. Había estado a punto de lastimar a mis pequeños hermanos y lastimé a mi padre. Decidí escapar y no ver atrás. Estuve varios días en las montañas sin la compañía de nadie más que de mi bisonte volador, Crema.

-¿Tu bisonte se llama Crema?

-Era pequeña y me pareció un montón de crema batida la primera vez que lo vi.- admitió con vergüenza.- Oye, que el bisonte de mi padre se llama Felpudo y el de mi tío se llama Melocotón.

-Awww, nombres tiernos.- Adora se aclaró la garganta.

-Papá me encontró después, tenía una venda en la cabeza y yo al verlo estaba aterrada de las consecuencias. Pero lejos de juzgarme me abrazó y me pidió perdón por no haber vigilado mejor a mis hermanos. Estaba todavía abrumada y me consideré un fallo como nómada hasta que mi padre me consoló y lloré como nunca… Lo que trato de decir es que nos enojamos, perdemos el control, la ira o el miedo pueden ser malos consejeros pero podemos sobreponernos a ellos. Cometiste un error, pero este no tiene que regir sobre ti, sino al contrario, debes aprender de este y seguir adelante.

La avatar sonrió sintiéndose mejor.

-Gracias, Adora. Eres una buena amiga.- la chica sonrió cuando escucharon a alguien llamarles, eran Amarillys que venía con Enlai. Los dos se acercaron y se sentaron en el pasto.

-Hola…- dijo tímido el maestro tierra.

-Hola. ¿Estás bien?- preguntó Xiao.

-Yo… quería pedirte disculpas.- dijo llevando su mano hacia su cuello.- Debí haber peleado con todo lo que tenía pero yo… tenía miedo de lastimarte.

-Yo también tenía miedo. Y no quería usar la sangre control contigo porque eres mi amigo.

-Tú también eres mi amiga, pero creo que se nos olvidó que debemos confiar en el otro y apoyarnos mutuamente.- ella sonrió.

-Por supuesto. De eso se trata todo.

-Entonces, ¿no estás enojada conmigo?

-¡Claro que no! ¿Y tú?

-¿Qué? ¡Jamás!

Amarillys se rio de ambos y juntó sus manos.

-Bueno, ya con todo aclarado ¿qué opinan si esta vez dan lo mejor de sí mismos y le demuestran a su maestra de lo que están hechos?- los dos se miraron y sonrieron a la vez chocando puños.

-/Adelante/

Se levantaron y se encaminaron a la arena más cercana. Amarillys se inclinó hacia Adora para hablar en susurros.

-Se nota que te fue muy bien.

-Lo mismo digo. Ya con esto seguro que harán frente a cualquier problema que venga.

-Claro que sí. Además, después de todo, ¡los shipeo a morir! ¿No son una monada?- Adora miró a la pareja que sonreía y charlaba.- Ya estoy pensando en un nombre para ellos. Xiai o Enlao. Todavía no me decido y sé que me estoy adelantando pero ¡les deseo lo mejor!

Adora le sonrió y siguió su camino exhalando una leve risa antes de agacharse un poco y darle un beso en la mejilla a la joven.

-Adorable.- Amarillys se sonrojó, no sabía si se lo decía a ella o a ellos, pero fuese como fuese sentía sus mejillas tan calientes como carbones encendidos.

Iroh recuperó la consciencia y estaba en un lugar oscuro y con una atmósfera pesada. El aire se sentía viciado y sintió ganas de vomitar, pero entre sus manos, todavía tenía el ave.

-Hey, amiguita, estás a salvo.- el ave pilló con cierta debilidad. Tenía que buscar la forma de salir de ese lugar. Intentó encender una llama, pero de nuevo, esta era demasiado débil.- ¡Rayos! ¿Por qué todavía no puedo?

Se levantó y miró alrededor, nada, sólo oscuridad y nada más. Caminó un poco esperando poder divisar algo entre aquella espesa negrura cuando escuchó una serie de voces reír.

-¿Hola?

Las risas volvieron a escucharse. Y de la nada, una voz se escuchó muy cerca suyo.

Debes de estar agradecido.

Se giró rápido pero no vio a nadie al lado suyo.

Tienes todo lo que cualquiera desearía.

Dijo otra voz de la nada. Y de repente un líquido negro y viscoso atrapó sus pies imposibilitando que se moviera.

Lo tienes todo.

Tienes más que cualquiera.

Tienes tu vida ya hecha.

Las voces se burlaban mientras el líquido iba subiendo más y más. Iroh intentó hacer fuego control sin éxito cuando esa cosa llegó rápido hacia su cadera e impidiendo que sacara su espada. Miró al pequeño animal pillar en auxilio y alzó su mano lo más posible para que esa cosa no le tocara mientras buscaba una forma de quitársela de encima.

Cuánta responsabilidad.

En ti recae la vida de muchos.

Eres un gran ejemplo.

Tu camino ya ha sido elegido.

Esa cosa llegó hacia su cuello y lo sintió como un lazo que se enredó en su cuello con fuerza haciéndolo doblarse y sintiendo esa cosa subir por su espalda. Parte de aquella viscosidad se alzó frente a él y de esta la máscara emergió con su sonrisa macabra, cubriendo sus hombros y creando un peso casi inaguantable.

Tienes tanta suerte…

El líquido viscoso comenzó a desbordar a los lados y cubrió parte de su cabeza dejando sólo su rostro libre y la mano donde el ave no dejaba de pillar asustada.

Acéptalo. Este siempre ha sido tu destino.

La máscara abrió grande la boca, deseosa de tragarlo entero.

Iroh sintió las lágrimas en sus ojos al sentir ese peso, que extrañamente le era muy familiar, tal vez porque siempre ha estado habituado a este, al peso de sus responsabilidades, de las expectativas de todos hacia él.

El ave pilló y agitó sus alas regresándolo al ahora.

-No…- musitó a pesar de la presión en su espalda y cuello.- Este no es mi destino… este no es mi camino.- recordó a Xiao y cómo a pesar de todo ella se mantenía firme.- Yo… ¡Yo también quiero elegir mi destino! ¡YO TAMBIÉN TENGO DERECHO A ELEGIR!

La boca cayó sobre de él al mismo tiempo que la pequeña ave saltó de su mano y creó una chispa que lo convirtió en una bola de fuego que aunque desapareció, emergió como una llamarada que obligó al espíritu a vomitar a Iroh.

El espíritu maligno gritó separándose de Iroh que abrió los ojos, sintiéndose libre en más de una forma. Miró alrededor y notó dos grandes alas de color carmesí a sus costados. Sobre de él, vio a la pequeña ave ahora convertida en un ave de fuego de pico dorado y pecho blanco pero encendido como un fuego que le protegía. El ave alzó su vuelo con llamas en sus alas, las plumas de su cabeza y cola habían crecido y parecían látigos de fuego al momento en que voló contra el espíritu que gritó de dolor ante el roce de sus alas.

Iroh se irguió y sintió dentro de él un sentimiento que ardía con fuerza.

-Yo soy el único que decide cómo viviré mi vida. ¡Y nadie más!- el espíritu gritó y él le respondió con una bola de fuego de buen tamaño que le dio justo en la cara.

Corrió hacia el espíritu y comenzó a atacarlo con varios golpes llameantes que lo sacudieron en más de una ocasión. El espíritu gritó furioso y lanzó chorros de su líquido negro contra él. Iroh los esquivó saltando y sacando sus dos espadas a las que prendió fuego y cortó los ataques. Corrió contra el espíritu y el ave le acompañó en su ataque. Saltó sintiendo a su nueva amiga a sus espaldas y lanzó sus dos espadas llameantes que le dieron directo en el pecho y con una patada llameante atacó junto el ave convirtiéndose ambos en una gran bola de fuego que golpeó directamente al espíritu.

El espíritu gritó y se arrastró intentando apagar el fuego que logró tras largos momentos. Levantándose a duras penas con su rostro derretido y transformado ahora en una mueca de miedo y dolor. Chilló mientras desaparecía y llevándose consigo la oscuridad que rodeaba a Iroh y a la gran ave de fuego.

Iroh se volvió hacia su amiga que este se alzó en vuelo, majestuosa, poderosa y tan libre.

-Lo hiciste…- musitó Lu que también había sido tragado y que atorado en unos arbustos.

-¡Lu!-le ayudó a levantarse.

-Me alegra que al fin entendieras todo. Y antes de que terminase de digerirme.

-Esto que siento… me siento tan libre, tan… renovado.

-Es por eso que el fénix es tu espíritu guía.

-¿Fénix?

-Ajá.- señaló al ave que seguía volando sobre de ellos.- El fénix significa comenzar un nuevo ciclo. Cuando un fénix llega al fin de sus días este se vuelve cenizas para renacer. Experimentamos, aprendemos, y podemos recrearnos cuantas veces podamos hasta convertirnos en lo que de verdad deseamos.- le miró con una sonrisa.- No es fácil, y es un proceso complicado, pero al final vale la pena, ¿no crees?- Iroh le sonrió.

-Sí, eso creo…

-Ven, tu viaje aquí ya ha terminado.

Lu lo guio por el bosque. Iroh le siguió sintiéndose mejor y más tranquilo, aunque claro, tenía algo muy importante qué hacer apenas saliera de allí.

-Mira, allá está el umbral.- le señaló para que al fin pudiese salir.

-Gracias. Yo… le agradezco mucho por todo.

-No pasa nada. En realidad, yo era como tú.- dijo con una sonrisa melancólica recordando su pasado, una guerra, la obligación y al momento de estar frente a una mujer que protegía a su hijo pequeño entre sus brazos…- Y no fue hasta muy tarde que me di cuenta de lo que de verdad quería. Te deseo suerte, muchacho.- le despidió con una fuerte palmada en la espalda.

-Gracias…- comenzó a caminar hacia el umbral mas se volvió para ver al extraño una última vez.- Por cierto, nunca le dije mi nombre. Me llamo Iroh.

-Iroh… je, buen nombre, así se llama mi padre. Nos vemos.- comenzó a alejarse.

-¿Tu padre?... ¡Aguarda! ¡No serás tú…!- no pudo seguir ya que Lu se perdió en la niebla.

Cuando salió del bosque, se encontró con Kazeji y Gyatso esperándolo, el primero había estado tan nervioso que no había dejado de dar vueltas alrededor y casi se lanzó sobre de él.

-¡Iroh! ¡Regresaste y…! ¿Con un pájaro?

-¿Qué?- al intentar ver sobre su cabeza se encontró con la pequeña ave que estaba en su coleta alta. El ave pilló y bajó hacia la mano que Iroh le extendió.- Hey, así que decidiste venir conmigo.- el ave pilló de forma positiva.

-¿Descubriste lo que necesitabas, joven general?- le preguntó Gyatso y Iroh asintió. En su mano pudo formar una llama que tenía un color más resplandeciente que el fuego normal, como si fuese hecho de oro.

-Lo encontré. Me di cuenta que todo ser viviente tiene más poder sobre su destino de lo que imagina, y que está en manos de este crearlo y formarse a sí mismo en el proceso.- le sonrió a los dos maestros aire.- Seguiré mi camino y buscaré a Xiao y a los demás. Es hora de que labre mi propio destino también.

Gyatso asintió haciendo una reverencia que Iroh respondió. Kazeji se acercó y le dio un golpe en el hombro.

-Te deseo suerte, viejo.

-Gracias, Kazeji. Y como yo labraré mi destino, espero que tú logres hacer el tuyo.- los ojos de Kazeji brillaron ante esas palabras, con una emoción que se formó en su pecho y Gyatso bajó la mirada al darse cuenta de lo equivocado que estuvo todo ese tiempo.

Toph estaba dormida tranquilamente en su habitación con los pies al aire cuando de repente un fuerte estruendo la sacudió.

-¿Qué sucede aquí?

Caminó sintiendo las vibraciones y más que nada porque los discípulos y sus hijos se congregaron en un solo lugar. Cuando llegó, se dio cuenta que se trataba de ese par, más había algo distinto. El campo de batalla estaba destruido y ambos estaban exhaustos.

-Vaya, hasta que se lo tomaron en serio.

Enlai alzó sus manos y una línea de rocas fueron contra Xiao que usó un escudo de roca para destruir el paso de este. Saltó para atacarlo desde arriba y entonces él usó su arma secreta. Calentó la roca alrededor y la lava le envolvió creando un escudo efectivo contra su amiga que tuvo que retroceder usando aire control. Enlai usó la lava creando una ola que aunque Xiao enfrió la mayoría con agua la pesada roca hirviendo iba a caer sobre de ella, por lo que alzó un pico que partió la ola en dos y ella corrió sobre de esta pasándola. Enlai lanzó roca y lava contra Xiao que esquivó los ataques, y cuando una ola de lava estuvo a punto de golpearla, el brazo de Enlai se desvió a otro lado haciendo que el ataque no le diese. Xiao sonrió y usando su sangre control golpeó los nervios de los brazos de su amigo que no pudo seguir atacando y la lava cayó al suelo, pero Enlai golpeó el suelo con su pie creando un camino de lava en el que ella estuvo a punto de caer hasta que colocó con esfuerzo un trozo de metal que impidió que su pie tocara directamente la lava y que luego lanzó contra su amigo que lo hizo a un lado tomándolo sin problemas y usándolo esta vez como un escudo roto contra una patada de fuego Xiao. Ambos guardaron su distancias, exhaustos pero reacios a darse por vencidos.

Toph aplaudió.

-A eso es a lo que me refería.- dijo caminando por el campo de batalla hacia donde estaban ellos.- ¿Y bien? ¿Qué aprendieron de todo esto?- los dos se miraron fijamente unos momentos mientras intentaban recuperar el aliento.- Vamos, que no me vuelvo más joven con el pasar del tiempo.- Enlai fue quien comenzó.

-Aprendimos que en batalla debemos darlo todo, no importa la situación, no importa el oponente. Y a un amigo hay que darle el respeto que merece en pelea.

-Y que debemos aprender de nuestros errores, no esconderlos o temer de ellos.- completó Xiao. Toph asintió complacida.

-Muy bien. Ambos estarán bien afuera. Podría decir que se han graduado casi con honores de mi escuela.

Los dos sonrieron ampliamente y los demás también les ovacionaron. Amarillys fue quien más se hizo escuchar de entre todos. Xiao abrazó a Enlai que le correspondió el abrazo con la misma emoción y alzándola por los aires. Sin embargo, Toph no había terminado.

-Les espera a ustedes un largo y difícil camino. Pero puedo estar más tranquila de saber que harán frente a lo que sea.

-Muchas gracias, por todo.- agradeció Enlai y Xiao se acercó a Toph e hizo una reverencia.

-Gracias.

-Fue bueno entrenar a otro avatar y hacerlo sufrir.- la joven sonrió pero había algo pendiente entre ambas.

-Antes que nada, me gustaría pedirle una última cosa.- con expresión seria y preocupada preguntó.- ¿Cómo es que conoce a Zidan?

Después de recoger sus cosas, Iroh se marchó del templo del aire gracias a que le prestaron un bisonte volador. Gyatso lo observó marcharse con aire pensativo y Kazeji se colocó a su lado al verlo perdido en sus pensamientos.

-Papá, ¿todo bien?

-Sólo pensaba… a veces nos centramos tanto en lo que creemos que está bien y perdemos de vista otras cosas más importantes.

-¿Qué quieres decir?

-Esto me ha ayudado a entender muchas cosas. Hijo, si necesitas hablar de algo, de tu futuro, de lo que deseas, siéntete en confianza de decirme lo que de verdad quieres. Y perdón si he llegado a imponerte cosas que no deseas.

-Papá…- se sintió conmovido ante sus palabras.

-Sea lo que sea, siempre te apoyaré, hijo. Tu madre así lo hubiese querido.

-Oh, papá… Gracias.- su padre le sonrió afectuoso.

-Bien, es hora de comer. ¿Vienes?

-Te alcanzo en un momento.- Gyatso se adelantó y Kazeji caminó hacia los establos, feliz y emocionado por todo lo que había pasado y ahora con un nuevo camino frente a sus ojos.- Ya lo he decidido… acepto tu trato.- de las sombras, Sadasi apareció y asintió complacido.

-Bien. Tendrás todo lo que me has pedido, a cambio claro de la información sobre la avatar y sus aliados.

-Dalo por hecho.- y sin más, Kazeji estrechó su mano con la de Sadasi, sabiendo que le estaba vendiendo el alma al diablo, pero no le importó.

Y… espero que les haya gustado! Gracias a todos por leer! ¿Y qué opinan de la historia de Yuki? ¿Ya saben quién era en realidad Lu? Jeje, dejen review, nada de tomatazos y sin más qué decir… UN ABRAZO! UN GUSTAZO! Y HASTA LA SIGUIENTE!