Hola a todos! He aquí un nuevo capítulo de esta aventura. Espero que les guste y muchas gracias a los lectores y a RilaZou y Tsubasa por dejar review, es un bálsamo para mi alma. Ya sin más qué decir… COMENZAMOS!
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Capítulo 20.
Ciudad República.
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Ciudad República era totalmente distinta a lo que alguna vez Xiao había imaginado, ni siquiera se comparaba con las otras ciudades a las que había estado. Los caminos estaban por completo pavimentados y repletos de señales o semáforos, había tiendas departamentales, edificios que servían como departamentos, oficinas, entre otros de más de decenas de pisos. También, había demasiada gente lo hacía un poco difícil andar entre las calles, aunque claro, Mu era el más molesto debido a que cada vez que alguien se topaba con él gruñía y a uno ya le había arrancado parte de una camisa.
-Me siento pequeña.- admitió tras ver cómo un grupo de gente salía de su trabajo.
-Ciudad Capital, Ciudad República y Ciudad Central* son las tres principales ciudades de los reinos.- explicó Iroh.- Gracias a la revolución industrial se hicieron grandes avances en la tecnología.
-Ciudad República es la más cercana al Reino del norte.- agregó Amarillys aunque Enlai tenía otras cosas en mente.
-Y a las playas más preciosas de todas con todo tipo de manjares.
Sus ojos de Xiao brillaron, por supuesto, si hablabas de comida era obvio que la chica se interesaría más, aunque en el hospital mostró también algo de interés. Por supuesto, obligó a Iroh a que le hicieran un examen completo al decir lo sucedido. Los médicos estaban impresionados y dijeron que no había necesidad de que le hiciesen más pruebas, aunque Xiao insistió que debería quedarse una noche para revisión, los chicos terminaron sacándola del hospital cuando el médico preguntó qué tipo de procedimiento usaron para curarle.
-Ah.- alguien chocó con ella y el sujeto en lugar de disculparse la miró con hastío.
-Muévete, campesina inútil.
Los tres chicos, incluso Mu, iban a romperle la cara a ese tipo pero Xiao les detuvo.
-Chicos, calma. Se nota que la gente de ciudad es más acelerada y menos cortés.
De repente escucharon un fuerte estrépito. Un auto derrapó en una esquina y estuvo a punto de atropellar a un par de peatones, Enlai fue el primero en reaccionar usando su control para apartar a las personas a tiempo.
-No me refería a eso cuando dije lo de acelerados.- iba a intervenir al ver el auto golpear un par de automóviles que estaban esperando semáforo pero Iroh y Amarillys le detuvieron y señalaron otro vehículo que venía detrás.
Varios oficiales perseguían a los fugitivos desde una patrulla que apareció en una esquina. Un maestro fuego se asomó de la patrulla y quemó las llantas reventándolas y haciendo que el auto perdiera el control. Casi de inmediato un maestro agua usó el agua de dos garrafas que la patrulla tenía a sus costados y con ello congeló el camino haciendo que el vehículo patinara para al final ser rematado por un maestro tierra que elevó una serie de picos que terminaron clavándose a los costados del vehículo y terminando así con la persecución.
-… Wow.- Xiao se echó para atrás al ver semejante destreza.- Los oficiales son muy efectivos.
-Puesto que están a cargo de una gran ciudad es normal que las fuerzas policiales sean distintas.- explicó Iroh viendo cómo detenían a los maleantes.
-Vamos, chicos.- apuró Amarillys.- Estar entre tanta gente me pone nerviosa y ya estamos cerca del hotel.
El grupo se alejó de la escena sin notar que un nuevo convoy llegaba y del que bajaron miembros de las fuerzas del Loto Blanco.
-/¡Señor!/- saludaron los oficiales a sus superiores, más a su capitán.
-¿Atraparon a todos? Bien hecho.
-Todo es gracias a usted, señor.- dijo un oficial.- Estamos orgullosos de estar bajo su dirección.- el capitán del Loto Blanco hizo un leve movimiento de cabeza.
-Lleven a los sospechosos a custodia y que se les haga el interrogatorio pertinente.
-/¡Sí, señor!/
Obedecieron sin dudar y uno de los soldados se acercó a su capitán.
-Tal parece que son del grupo Igualitario, señor. ¿Cómo desea que procedamos?- el capitán escondió su expresión bajo su sombrero.
-Haz lo que debas hacer para sacarles la verdad. Quiero saber dónde se localiza su líder y acabar con este de una buena vez.
-Como ordene, capitán Sheng.- era raro que alguien dijese su apellido. Muchos decían que el sólo decir su nombre era motivo de miedo. Rao Li Sheng.
Otro subordinado se acercó a su líder.
-Señor, ya está todo listo como ordenó.
-Perfecto. Espero reporte de lo ocurrido mañana a primera hora. Tengo muchas cosas que hacer esta noche.- subió al vehículo y se alejó. Por unos segundos le pareció ver entre la multitud una cabellera roja… no podía ser. Pasó su mano por sus ojos. Estaba por completo obsesionado con su misión fallida y ahora tenía que hacer méritos con sus superiores.
-¿A dónde vamos señor?
-Al hotel donde alojado. No puedo darme el lujo de retrasarme demasiado.
…
El recepcionista del hotel de lujo no pudo esconder su expresión de disgusto cuando el distinguido grupo entró por la puerta giratoria, ayudando mucho a Mu en el proceso, y se acercó a recepción.
-Dos habitaciones dobles, por favor.- pidió Iroh. El grupo se veía algo desaliñado, sucio y sumando los animales no era una buena combinación.
-Lo sentimos, pero no tenemos habitaciones disponibles para gente como ustedes.
-¿Disculpe?- Enlai se mostró ofendido pero el hombre no se inmutó.
-Les pido por favor que se marchen y no ensucien más el vestíbulo. Iroh y Enlai iban a decir algo pero Xiao les detuvo.
-Chicos, calma. Está bien.- la verdad era que estar en un hotel así le hacía cierta ilusión, pero era cierto que ellos no estaban a la altura de la elegancia de todos los que pasaban y miraban la escena curiosos o disgustados por su presencia desaliñada.- Podemos ir a otro hotel. No es para tanto.
Por un momento parecía que iban a marcharse hasta que Amarillys se adelantó y puso sobre la barra de la recepción una tarjeta verde con un símbolo rojo en este que brillaba.
-¿Sabe lo que es eso? Más le vale si quiere seguir conservando su empleo.- amenazó con una actitud regia que debía tener como princesa. Los ojos del hombre se abrieron como platos al ver la tarjeta que demostraba que aquellas personas no eran comensales comunes.
-¡Una disculpa señorita! ¡Penthouse doble de lujo! ¡Enseguida!- el recepcionista le dio la llave y un grupo de botones estaba listos para tomar sus equipajes.
-Las ventajas del poder.- musitó Enlai.
-Mi papá me dio esta tarjeta en caso de necesitarla. Nadie le dice que no a una tarjeta de jade.
-Pero…- habló el recepcionista.- Los animales no son permitidos.
Xiao puso su cara triste y Iroh puso su mano en su hombro y susurró a lo bajo.
-Traquila, ya nos la arreglaremos.
…
El penthouse era otro nivel. Estaba conformada por dos amplias habitaciones con todos los lujos que estaban separadas por una puerta corrediza. Cada habitación tenía una pequeña sala, una vista impresionante de la ciudad y un baño con lo que Xiao creyó debía ser una piscina, pero era la tina. Juntó las manos y bajó la cabeza.
-Doy gracias de estar viva.
-¡Xiao!- Amarillys le llamó emocionada.- No te quedes ahí parada, daremos rienda suelta a explorar la ciudad.
-¿Y qué haremos con ellos?- señaló a Mu que se dejó caer en un largo sofá y Karue estaba posada sobre sus astas descansando.
-Creo que no le gustó que los metiéramos por el ascensor de empleados.- rio Amarillys.- Y estarán bien. Mira lo cansados que está, déjalos descansar.
-Es verdad. Muy bien, ¡a disfrutar!- al decir aquello, Karue voló hasta la habitación de los chicos que desde el otro lado escuchaban a las chicas riendo. Iroh ofreció su mano a Karue que se posó recibiendo algunos mimos y luego este la puso sobre un tocador.
-Nada de trastadas, ¿entendido?- la pequeña ave giró la cabeza como si no entendiese a qué se refería.
-Al fin un merecido descanso.- dijo Enlai que se dejó caer en la enorme cama.
-Disfrútalo, porque creo que las chicas querrán salir pronto.- Enlai gruñó y se giró dándole la espalda. Iroh sonrió de lado y miró la ciudad, pensando qué podrían hacer en ese lugar.
…
Después de un largo y merecido baño, fueron a comprar ropa para encajar más en la ciudad. Enlai consiguió un conjunto de traje café claro con chaleco café oscuro y camisa blanca. Iroh un traje negro con camisa blanca y chaleco color vino. Cuando vieron a las chicas salir, quedaron embobados. Amarillys vestía con un pantalón estilizado negro, tacones altos dorados, una elegante blusa de manga larga de pliegues color dorado, y usando un maquillaje en tonos naranjas y tierra. Xiao en cambio, vestía una blusa blanca con encaje, una falda larga y plisada de color azul, zapatillas de tacón y guantes blancos de encaje; peinando su cabello trenzado en un moño bajo, sus labios tenían un sutil brillo rosado y sombra azul muy tenue.
Con bolsas de ropa salieron a explorar la ciudad.
Entre tanto, Mu y Karue estaban comenzando a aburrirse un poco cuando se toparon con el mini bar.
Fueron al museo donde contemplaron los cuadros y esculturas, quedando algo confundidos ante un cuadro al que no importando de qué lado intentasen verlo no le encontraban forma.
Pasaron a comprar helado a una heladería famosa, con parfaits de frutas, aunque Iroh prefirió un flan de café negro con poca crema batida que le dio a la pelirroja a probar por su curiosidad, pero se negó fervientemente cuando ella le ofreció de su postre, arrepintiéndose después y furioso cuando Enlai aprovechó y se zampó la cuchara.
En sus paseos, vieron un espectáculo callejero de una banda de música que la gente ovacionó, al parecer era un nuevo género llamado jazz. El vocalista lanzó una flor hacia Xiao pero esta fue interceptada sin que la chica se diera cuenta y Iroh la hizo cenizas entre sus dedos. Y al dispersarse la gente, vio una florería del otro lado de la calle, viéndose tentado a comprar un ramo pero jalado por Enlai que le instó a seguir o se quedarían atrás.
Las luces de la ciudad los rodearon por completo, seduciéndolos con su brillo, espectáculos, aromas y alegría. Pero también lo que más llamaba la atención era ver a tanta gente de distintas naciones unidas en una sola ciudad.
Regresaron al hotel entre risas y en el salón comedor un espectáculo musical se llevaba a cabo mientras les servían sus alimentos.
-Wow, así que esta es la auténtica vida de ciudad. Creo que podría acostumbrarme a ella, aunque no creo que podría con un ritmo tan acelerado.- confesó Xiao después de terminar un jugoso T-bone.
-Cuando te acostumbras no es la gran cosa.- dijo Amarillys terminando su langosta.
-Yo confieso que me gusta mucho más la vida de ciudad.- sonrió Enlai.
-50/50 en mi caso, me gusta la ciudad pero a veces el campo es mejor.- agregó Iroh.
Xiao tuvo que recordarse que esos tres venían de familias más que privilegiadas.
Enlai — Heredero.
Amarillys — Princesa de Ba Sing Se.
Iroh —General y príncipe de la Nación del Fuego.
Casi quiso reírse de la suerte que tenía y tomó su vaso de cidra de manzana con hielos.
-Soy muy afortunada de conocer el mundo con buenos amigos.- habló con sinceridad.- Amigos que me han ayudado a crecer, que me han apoyado, que me han protegido… no sé qué sería de mí ahora. A pesar de las dificultades no me arrepiento de este viaje.
-Aww, Xiao.- Amarillys tomó su mano.
-Creo que de haberme quedado en Wuxin, encerrada en mi restaurante, nunca podría haber conocido a tanta gente maravillosa, aprendido sobre la vida, y tendría que lidiar todo el tiempo con la insufrible de…
-Miwa.- musitó Enlai pálido y con la mirada perdida.
-Eso mismo. ¡Menuda molestia andante!- exclamó Xiao.- La chica más odiosa, petulante, egoísta y…y…
-Está sentada justo allá.- señaló Enlai y Xiao rápidamente giró su cabeza. En efecto, en uno de los asientos VIP, apartado de todos los demás, Miwa estaba sentada junto con su padre y otro hombre que no dejaban de reír.
Los dos se deslizaron rápido escondiéndose debajo de la mesa.
Iroh y Amarillys parpadearon confundidos y se asomaron debajo.
-¿Quién es ella?- preguntó Amarillys.
-Mi ex.
-Y la peor pesadilla de cualquiera.
-Creo que la conozco, o al menos a su padre.- dijo Iroh mirándola con detenimiento. La joven vestía con un elegante vestido color esmeralda que acentuaba todos sus atributos, su cabello negro estaba recogido en un elegante tocado alto decorado con perlas, y su maquillaje le daba un toque más maduro haciéndola parecer mayor.- Ah, ya recuerdo. Su padre es el dueño de Industrias Calah, el señor Lu, se dedica a la fabricación de vehículos. Aunque no está entre las empresas más cotizadas, se mantiene en el mercado gracias a diversos modelos.
-¿De verdad le tienen miedo a esa chica?
-No es miedo.- enfatizó Enlai.- Pero créeme, si queremos evitar un drama digno de radionovela debemos evitarla a toda costa.
-Vale, busquemos la forma de salir de aquí sin que sean vistos.
Sin darse cuenta, un flash cegó a Amarillys y Iroh que estaban inclinados muy cerca del otro.
-Buenas noches, me llamo Kwan, reportero del Diario República. Una sorpresa ver a la nueva princesa de Ba Sing Se y al heredero de la Nación del fuego juntos. ¿Qué tipo de relación tienen?
Fue cuando se dieron cuenta que sus manos se tocaban ligeramente y al estar inclinados parecía que estuviesen hablando entre sí con un beso por delante. Los dos palidecieron en el sitio y separaron sus manos como si el otro fuese venenoso.
-Somos buenos amigos.- habló Iroh primero y Amarillys asintió con una sonrisa tensa.
-Sí, nos conocemos desde niños y… nos encontramos de casualidad y decidimos cenar juntos.
-Oh, ya veo.- dijo el reportero que después llevó su mano a su frente.- Una historia de amor, separados por sus naciones para cumplir con sus responsabilidades y sólo pudiéndose ver a escondidas hasta ahora. No se preocupen, el mundo conocerá su historia y de seguro los apoyará.
-¡Que no es nada de eso!- chilló Amarillys al borde de un ataque pero el reportero se marchó tras cegarlos con una última fotografía.
-Por esto odio a la prensa.- masculló entre dientes el maestro fuego.
Con mucho cuidado Enlai y Xiao salieron de debajo de la mesa y el cuarteto caminó en dirección a la salida. Enlai tomó de un carrito que empujaba un mesero una bandeja sin que este se diese cuenta y cubrió su rostro con esta al mismo tiempo que Xiao se ocultaba usándolo a él, aunque Iroh la cubría por la espalda para que su vistoso cabello no fuese visto.
Pasaron muy pronto cerca de la mesa donde Miwa rio posando su mano bajo su mentón.
-Por supuesto. Yo soy muy amiga de la Avatar Xiao, en realidad, hemos sido amigas desde niñas, somos como hermanas.- aquello sonó como un disco rayado para la avatar que se detuvo unos instantes para escuchar lo que decía y parar oreja.
El político sonrió complacido.
-¿Y cómo es la Avatar? ¿Se mantienen en contacto?
-Por supuesto. En realidad ella me escribe cartas muy seguido para contarme de sus viajes y hasta para pedirme un consejo o dos.
La joven avatar sintió que la comida le estaba haciendo mal.
-Escuché algo sobre el grupo que le acompaña. ¿Por qué no fuiste con esta?- el padre de Miwa intervino.
-Es porque lamentablemente mi hija no goza de buena salud. Y no quería ser un incordio en el viaje de la avatar. Pero el prometido de mi hija se ofreció para acompañarle. Es el hijo de la familia Takayama con quienes tenemos una buena relación.
Esta vez Enlai fue quien paró oreja, porque estaba seguro que sus padres ya habían roto el compromiso.
-Oh, me alegra tanto poder hacer negocio con personas con tan buenos contactos.- dijo el hombre desconocido peinando su bigote.
-Muchas gracias por sus palabras.- intervino Miwa.- Aunque no sabe cuánto deseo poder abrazar a mi gran amiga y a mi dulce prometido. Pero sé, en el fondo de mi corazón, que nos volveremos a ver con sonrisas en nuestros rostros.
Los dedos de Enlai atravesaron la bandeja como si fuese mantequilla. Los dos tenían expresiones que denotaban su ira y asco. Decir que estaban enojados era poco, estaban encabronados. Iban a decir unas cuantas verdades a esos mentirosos pero Amarillys y Iroh al notar sus intenciones asesinas los empujaron a la salida.
El hombre giró la bebida en su vaso.
-Había escuchado ciertas cosas sobre usted, pero saber que es un aliado y amigo de la avatar me deja más tranquilo para poder cerrar nuestro trato.
-No se arrepentirá, hizo la mejor inversión de todas.
-Eso espero, por el bien de mi carrera y la suya. No me gustaría que cerrase tratos a mis espaldas.- a pesar de su tono de voz alegre podía escucharse una leve advertencia. El señor Lu rio nervioso, intentando no sudar. Habían cerrados muy buenos tratos gracias a que había dicho de que su hija era amiga de la avatar, si salía a la luz la mentira estaba acabado. Aunque claro, nadie debía de saberlo, y considerando que esa jovencita era de un entorno más que humilde estaba seguro que podría hacer un trato con ella para el bien de todos.
Miwa parecía de repente fastidiada. No era que no le gustase mentir, pero mentir que era amiga de esa zarrapastrosa cocinera era de lo peor a pesar de los beneficios. Necesitaba algo de aire.
-Papá, voy a polvearme un poco la nariz, ya regreso.- se levantó captando la vista de todos los jóvenes alrededor con su belleza. Cosa que la hacía sentir orgullosa, aunque al mismo tiempo molesta. Cuando Enlai terminó con ella en ese estúpido evento fue una humillación terrible pero todavía tenía el compromiso para obligarlo a estar con ella, sin embargo, cuando el compromiso quedó anulado fue como si le hubiesen escupido en la cara. Si lo volvía a ver lo haría pagar con creces el haberla insultado.
El grupo se escabulló por los pasillos del hotel, tenían que llegar a sus habitaciones rápido o alguien podría verlos.
-Quiero regresar a desmentir a esa mentirosa.- masculló entre dientes la pelirroja.
-No es conveniente hacer escándalos.- le convino Iroh mientras era él quien la arrastraba lejos.
-Respiren profundo, no se rebajen al nivel de mentirosos y tramposos.- comentó Amarillys recordando un consejo de Adora. Aunque se detuvieron cuando vieron al reportero hablar con otros dos más. El grupo se dividió entre los pasillos. Enlai con Amarillys y Iroh con Xiao. Tenían que llegar a la habitación YA.
No necesitaron palabras, sólo un leve gesto de Iroh para que se fueran y el equipo uno asintió yéndose rápido por el otro pasillo. Ellos hicieron lo mismo, aunque era Iroh quien llevaba a la chica de la mano ya que no podía correr tan rápido en sus nuevos zapatos.
-¿Puedes ir un poco más lento? Creo que voy a tropezar.
-Lo siento. Pero debemos llegar rápido a un elevador antes de que un reportero nos vea o…- al ver que del otro lado venía más reporteros, la sujetó de la cadera y se escondieron en el balcón cercano.
Los reporteros pasaron sin percatarse de estos. Iroh había acorralado a Xiao en una esquina y aguardó un poco antes de verificar que era seguro.
-Bien, tal parece que no hay peligro.
-Amm… ya veo.- la posición en la que estaban era más que comprometedora. Con apenas un par de centímetros de tocarse, los fuertes brazos de Iroh estaban sobre su cabeza y sus mejillas sonrosadas parecían como si se hubiese puesto colorete. Hasta ahora era más consciente de la diferencia de estaturas y al verle a la cara sintió que había cometido un error. La luz de la luna del daba un toque casi místico al maestro fuego con su pálida piel, además sus ojos eran como el caldo perfecto, dorado y fluido. Iroh al mirarla a ella pensó que la luna le daba un brillo esotérico, sus labios brillaban con el brillo nacarado del pintalabios y sus mejillas acentuaban esas pecas que cruzaban el puente de su nariz. Su corazón se detuvo ante tal belleza y sólo por unos instantes se quedaron en esa posición hasta que a su cabeza vino una idea que lo trajo de vuelta a la razón antes de que cometiera una locura.
«¡¿Qué estoy haciendo?!»
Se separó tan rápido que cubrió en un segundo una distancia de metro y medio.
-L-Lo siento. Yo…
-E-Está bien. No pasa nada.-dijo ella para quitarle algo de hierro al asunto, aunque su corazón no dejaba de latir. Iroh se aclaró la garganta y desvió la vista.
-Quizás lo mejor sea que yo vaya primero.
-De acuerdo. Yo luego te alcanzo.- Iroh se fue primero y al quedarse sola, ella llevó sus manos a sus mejillas sintiéndolas arder.
-Pero ¿qué me pasa? Quien me gusta es Enlai, no Iroh.- musitó para sí misma.
Iroh camino por el pasillo atento a cualquier posible paparazzi cuando vio a un botones salir de una habitación. Reconociéndolo al instante.
-¿Sadasi?- vio al joven caminar por el pasillo. No lo había visto desde la última vez, recordando que las cosas no terminaron bien y que aquel líder de los Igualitarios dijo que se había encargado de él. Tenía que estar seguro que era él.
…
El segundo equipo llegó seguro a un balcón donde decidieron tomar aire. Enlai se mesó el cabello molesto.
-No me creo que esa bruja se le ocurra hacer uso de mi nombre y todavía tener el descaro de decir que es la amiga de Xiao. ¡Si hasta hizo que le lanzaran bolas de lodo a su casa y amenazó con cerrarle el negocio!
-Siempre hay gente así que se aprovecha de otros. Pero lidiar con esas personas no vale la pena.- lo escuchó gruñir molesto.- ¿Te enoja que diga que eres su novio o que sea amiga de Xiao?
-Estoy luchando por saber qué me enoja más.- admitió apoyándose en el barandal y Amarillys se acercó a él.
-Sabes, es una noche preciosa.
-Sí, tenía pensado tomar un paseo con Xiao, pero esto me arruinó el plan.
-Lo siento mucho.
-No importa. Sólo quería que se relajara y disfrutara del buen ambiente de la ciudad. Es divertido verla maravillada con estas cosas aunque después de todo nuestra ciudad es en sí un tanto humilde y no ves nada de esto.- Amarillys con lo observó suspicaz.
-¿Te gusta?
-¿Qué?
-Te pregunto si Xiao te gusta.- pudo ver cómo sus mejillas se colorearon ligeramente.
-Bueno… me gusta como amiga. Mi mejor amiga. ¿Por qué preguntas?
-Pues, como ambos se ven muy unidos, no lo sé… pienso que ustedes dos son muy tiernos juntos. Y tengo un ship con ustedes.-dijo aquello último tan rápido que Enlai no le entendió.
-¿Qué?
-¡Nada!- tras unos momentos él suspiró.
-No sabría decir si me gusta o no. ¿De acuerdo? Es decir, pienso que es grandiosa, es guapa, y me gusta estar con ella pero… no lo sé. No quiero pensar mucho en ello, quiero dejar que las cosas fluyan de forma natural, si se dan que bueno si es mutuo y sino no me gustaría que las cosas cambiasen entre ambos.- apoyó sus antebrazos en el barandal.
Si era sincera no le culpaba. Si las cosas no salían bien entre ellos quien sabe lo que podría suceder al grupo. Sin embargo, creía que no era bueno callarse lo que sentía. Se apoyó también en el barandal y le puso una mano en su hombro.
-A veces tenemos miedo, pero si damos ese pequeño paso podríamos darnos cuenta de muchas cosas. Y si eso te ayuda a aclarar tus sentimientos tal vez deberías dar ese paso.
-¿Tú crees?
-Bueno, no soy una experta. Pero ustedes son mis amigos y me gustaría verlos felices no importando qué. Así que ánimo, estoy segura que algo bueno saldrá de esto.- él sonrió y sujetó la mano que puso en su hombro apretándola un poco.
-Gracias, Ama.
-¿Enlai?- escucharon que alguien le llamó detrás y vieron a Miwa con una expresión desencajada.
-¡Sonrían!- volvió a aparecer el mismo reportero y les tomó una foto.- ¡La noticia del año! La princesa de Ba Sing Se tiene a otro pretendiente en sus manos.
Miwa al ver al reportero no dudó un segundo en jugar aquel juego.
-¿Cómo has podido hacer esto? ¡Y estando comprometidos!- chilló de forma dramática.
-¡Pero qué noticia! ¡La princesa de Ba Sing Se es un drama amoroso!- su voz fue tan fuerte que llamó la atención de la gente. Enlai parecía a punto de atragantarse ante todo lo que quería gritarles, pero lo único que hizo fue tomar a Amarillys y saltar del balcón para escapar de ese drama que ahora era su vida mientras los reporteros comenzaban la cacería.
…
Sadasi había revisado todo el sitio. El trabajo era sencillo, el objetivo apenas y tenía un par de guardaespaldas y podría hacerlo de forma rápida y en solitario. Amaba esos trabajos.
De repente sintió una presencia detrás de él, el pasillo estaba solo, ¿quién rayos lo atacaría? De su manga casi sacó su cuchillo oculto y cuando se volvió listo para encarar a su atacante…
-¿Sadasi?
-¿Iroh?- el general le abrazó con una gran sonrisa en su rostro.- No sabes lo feliz que me hace verte.
-¡Lo mismo digo!- a pesar de su sonrisa por dentro era otra cosa.
-Pensé que el líder de los Igualitarios te había hecho algo.
-No soy tan fácil de atrapar, logré esconderme y cuando el grupo se desintegró decidí tomar mis cosas y cambiar de aires.
-En serio, siento mucho todo lo sucedido. Por mi culpa casi te…- Sadasi puso su mano en su hombro, sería tan sencillo eliminarlo en ese momento, pero siguió con su papel.
-No pasa nada. Todo quedó atrás. Ahora tengo un buen trabajo y me pagan muy bien.
-Me alegro por ti. ¿A qué hora termina tu turno? Tal vez podríamos…- en ese momento escucharon pasos y apenas y notaron el uniforme del Loto Blanco en la esquina Iroh rápidamente se movió introduciendo a Sadasi en el cuarto de escobas más cercano. Se trataba del capitán Sheng, pero este no iba solo.
-Espero que tenga todo listo, capitán.- por la pequeña abertura de la puerta, ambos se asomaron y vieron a la persona con la que hablaba el capitán. Un hombre en traje.
-Todo listo, alcalde. Los rebeldes atacarán, nadie sospechará nada y se quitará de encima a su rival que ahora está desprotegido.- el alcalde era un hombre bajo y redondo, con un ridículo peluquín sobre su cabeza que se partía a la mitad.
-Eso espero. Cada día que pasa las encuestas favorecen más a Nakamira y me deja mal a mí. Ahora mismo el maldito está cerrando tratos con mis propios inversores, no voy a arriesgar mi re-elección. Ya sabe muy bien, deshágase de él y yo haré que la gente empiece a volver a depositar su confianza en ustedes.
-Un trato es un trato.
Se alejaron por el pasillo y tras escuchar silencio ambos salieron del cuarto de escobas. Estaba por demás decir que aquello no era bueno.
-Necesito buscar a los demás. Sadasi, da aviso al personal, que busquen y resguarden al señor Nakamira lo más pronto posible.
-Claro, así lo haré.
-Bien, espero verte luego.- se marchó por el pasillo dejando solo a Sadasi que apretó los puños y su mirada se tornó fría.
-Conque poniendo a otro a hacer mi trabajo.- como si de una brea oscura se tratase su ojo derecho se oscureció dejando sólo su pupila dorada visible, colocó su mano en su ojo.- Sigue a ese bastardo. Quiero saber si tiene otro plan en mente.- decenas de ojos aparecieron de su sombra y un ser amorfo se deslizó veloz entre las esquinas oscuras del hotel. Cuando se quitó la mano su ojo volvió a la normalidad y miró en dirección a donde había ido Iroh.- Entre tanto juguemos un poco.- se dio la vuelta cuando escuchó una conmoción. Iroh regresaba por el pasillo y no venía solo.
-¡Alto allí!- hombres del Loto venían a por él.
-Tiene que ser una broma.- pronunció incrédulo cuando vio a otro soldado por detrás de él.
-Hey, tú. ¿Vienes con él?- lo tomó del uniforme y sin mediar palabra le dio un golpe certero en el estómago y lo jaló al suelo antes de correr con Iroh a la par.
-¿Y estos de dónde salieron?
-Ni idea, pero parece ser que están en todas partes.- Sadasi rodó los ojos, genial, era simplemente genial.
…
Xiao fue la primera en llegar a su habitación. No necesitó de elevadores, sino que usando su aire control flotó de balcón en balcón hasta llegar al suyo en la cima. Pero no entró en su habitación. Todavía tenía la cara roja y ahogó un chillido extraño en su garganta.
-¿Pero qué me pasa? ¡Abuelo! ¡Ayuda!
-¿Sucede algo, mi pequeña?- la forma brillante de su abuelo se hizo presente, fácilmente pudo distinguir la taza de té que tenía en manos.- Vaya, hoy te ves preciosa. Se nota que estás floreciendo en una flor preciosa, mi niña.- ella sonrió.
-Gracias abuelo. He pasado por varias cosas.
-Lo sé. Sabes que siempre estoy cerca. Pero has sabido sobrellevarlas muy bien.- Xiao le hubiese gustado que la abrazará como cuando niña, cargándola en brazos y meciéndola, pero ya no era una pequeña.
-Me gustaría tu consejo. Estoy en un dilema, abuelo.- dijo con pesar.
-¿Qué tipo de dilema? ¿Es sobre tu nuevo control? ¿O el camino del avatar?
-No, no, ya lo controlo bien… tú estás de acuerdo con todo lo que he hecho, ¿verdad?
-Por supuesto, mientras otros veían oscuridad, tú encontraste algo que ningún otro pudo, algo que podrá brindar una pequeña luz de esperanza. Y sobre tu camino de Avatar fue igual, encontraste un nuevo camino y lo iluminaste para las futuras generaciones. Estoy orgulloso de ti. Pero si no tienes dudas sobre esto, ¿qué es lo que te aqueja?
-Chicos. Tema de chicos.
-Oh… Bien, ¡puedo ayudarte! Porque alguna vez fui jóven. Adelante, cuéntame.
-Pues tú sabes que me gusta Enlai. Es decir, es divertido, guapo, protector, fuerte, y bueno el entrenamiento en la escuela le hizo más alto y esos músculos…- casi se perdió por unos momentos pero regresó al mundo real.- Y ya me estaba haciendo un poco a la idea de… no sé, declararme algún día pero… ¡AGH! Está Iroh.- cubrió su rostro con sus manos antes de soltarse y como no tenía sus trenzas para sujetarse como era su costumbre se sujetó de la falda.- Hasta hace poco que regresó al equipo, es decir, antes nada más me veía como una misión de "proteger y guiar al Avatar", y ni qué decir de lo que hizo en el Templo del Aire, pero después de lo sucedido… ha cambiado. Es atento, protector, más sereno, lo veo sonreír más y no es tan serio todo el tiempo… y también es súper atractivo.- admitió con pena.- Y ahora de repente me siento confundida por mis sentimientos ¡y no sé quién me gusta! ¿Es que enamorarse es tan complicado? ¡Me duele la cabeza!
-Mmm, vaya que tienes un dilema entre manos. Pero cariño, ese tipo de cosas no se pueden decidir con la cabeza, se deciden con el corazón.
-¿Y cómo hago eso?
-Ammm… imagina que ambos chicos están en peligro, a punto de caer a un barranco. Dime, ¿a quién de los dos salvarías?
-Pues a los dos.- admitió sin problema.- Puedo hacerlo sin sudar una gota, crear un escalón debajo de ellos, usar aire control, incluso si hay agua de por medio crear un tobogán.
-De acuerdo, busquemos otro ejemplo entonces…
-Muy bien, pongamos otro ejemplo. Imagina que estás en un día de campo con esos chicos y ambos te ofrecen una taza de té. ¿De quién tomarías la taza?- Xiao lo pensó un momento.
-¿Qué té es?- su abuelo se congeló unos momentos antes de comenzar a pensar con seriedad.
-Buena pregunta, hay tantos tipos de té que son buenos en los días de campo.
-¿Y qué aperitivos hay? Quiero decir, tienen que acoplarse perfectamente con el té. ¿Son dulces? ¿Salados? ¿Grasosos?
-Tienes toda la razón, debemos pensar en ello con mucho cuidado. ¿Tienes algo donde escribir?
Justo entonces escucharon algo romperse. Xiao rápidamente abrió la puerta del balcón y lo que vio la dejó en shock. Parecía como si hubiese habido una fiesta salvaje, o mejor dicho, ¡había una fiesta salvaje en todas sus letras! Había animales de no sabía de dónde salieron. Mascotas que pertenecían a altos mandatarios o a los huéspedes de alcurnia, animales callejeros, el mini bar había sido asaltado y volcado, había una foca león en la bañera, aves volando sin control, incluso había animales haciendo lo que no debían en las camas. Gritó del horror primero y luego gritó furiosa.
-¡QUÉ PASA AQUÍ!- los animales se quedaron lívidos y Mu y Karue no se atrevían a asomarse.
-Creo que tienes con otras cosas con las que lidiar.- le dijo su abuelo antes de desaparecer entre risas.
…
Los reporteros pasaron como una manada de animales salvajes por el pasillo. Tras no haber peligro alguno, Amarillys y Enlai salieron de su escondite, dos enormes y caros jarrones que, a ojos de la joven eran una vil falsificación.
-Uff estuvo cerca.- Enlai salió primero y luego ayudó a su amiga a salir cargándola en brazos.
-Gracias, amm, ¿me sueltas?
-Oh, claro. No quiero que se malinterprete más todo esto.
-Lo mismo digo. Sin ofender, pero no eres mi tipo.- bromeó un poco haciendo reír al joven.
-Ni tú el mío, así que estamos de acuerdo.
-Y tu tipo ideal sería…-dejó la cuestión en el aire mientras caminaban del lado opuesto por donde se fueron los reporteros y Enlai pareció pensarlo.
-Si te soy sincero, no lo sé. Sólo sé que no me van las princesas mimadas, ¡auch! Lo decía por mi ex.- se quejó al recibir un golpe de esta.
-Ups, lo siento. Entonces… ¿Xiao tiene una oportunidad?
-Ah… no lo sé. Es decir, somos amigos. No sé si quiero cruzar todavía esa línea.
-¡Oh, vamos!- se sintió un poco frustrada.- ¿En serio no tienes una ligera idea? Ponte atento, Enlai porque de no ser así Iroh podría usar la oportunidad que tú desperdiciarás.- Enlai se detuvo en seco.
-Espera… ¿cómo sabes que Iroh le gusta Xiao?- la chica escondió sus labios y desvió la mirada.
-Yo… no sé de qué me hablas.- Enlai ahogó una exclamación.
-Nos escuchaste… esa noche… ¡pensé que estabas dormida!
-E-Es que no podía dormir y… ustedes eran muy ruidosos.
-¡Mentira! ¡Tienes el oído de un tísico!
-Creo que escuché algo.- escucharon no muy lejos y comenzaron a correr. Llegaron a un pasillo en L donde apenas dieron la vuelta chocaron con Iroh y Sadasi.
-¡Definitivamente escuché algo!
-¡Por aquí lo escuché!
Los cuatro rápidamente se metieron a la primera puerta que encontraron. Todo el mundo afuera pasó por el pasillo tomando caminos distintos, mientras que el cuarteto estaba apretado en un minúsculo cuarto de escobas.
-No escucho nada.- susurró Enlai.
-Shh, pueden seguir afuera.- susurró Amarillys.
-¿Ustedes de quienes huyen?- preguntó Iroh.
-De la prensa, se están formando un triángulo o cuadrado amoroso ahora mismo con nosotros de protagonistas.- explicó Enlai estando cara a cara contra Iroh, De repente Amarillys ahogó un chillido.
-Algo me tocó.
-Soy yo…- Sadasi intentó hacerse de algo de espacio pero era imposible.- Tengo un codo en mis costillas. ¡Agh!
-Lo siento, es mío.- se disculpó Amarillys.
-¿Y este quién es?
-Es un amigo.
-¿Y ustedes de quién corrían?- preguntó Amarillys y Iroh frunció el ceño muy serio.
-El Loto Blanco. Está aquí y no se trae nada bueno entre manos.
…
La habitación era un desastre, y los animales huyeron a quién sabe dónde, contando la foca. Llegó a la recepción sin problema alguno y se presentó con el encargado.
-Disculpe, hubo un accidente en mi habitación y me preguntaba si podrían prestarme algunos utensilios de limpieza para poder limpiar un poco.
-Oh, bueno, dado el caso podemos enviar a alguien de nuestro servicio a ayudarla.
-Me gustaría hacerlo yo misma.- sonrió intentando esconder su nerviosismo.- Lo que pasa es que no quisiera molestar a nadie.
El de recepción quizás intuyó algo, lo supo cuando alzó la ceja con clara desconfianza. Sin embargo, Xiao había aprendido mucho de sus amigos.
-Y es que es algo que me causará tranquilidad y buena fortuna.- agregó con una sonrisa.- Es la única manera en la que puedo limpiar mi karma. ¿Ha escuchado de los tratados de los monjes del Aire? Soy una gran seguidora de sus enseñanzas sobre el espíritu.
El recepcionista alzó ambas cejas con sorpresa unos instantes y después bajó ambas con ceño fruncido antes de llamar a uno de los empleados.
-Por favor, que alguien lleve en la suite todo lo que la señorita pida.
-Le agradezco mucho.- agradeció ella con una reverencia y se dio la vuelta, aguantando la risa cuando notó cómo el hombre limpió disimuladamente su lugar de trabajo.
Después de pedir que dejaran lo necesario en la entrada de la suite, sintió que podía regresar sin problema y esperar a los demás cuando escuchó a alguien ahogar una ruidosa exclamación. Al volverse, sintió que su estómago se revolvió.
-¿Tú? ¿Estás aquí?- preguntó Miwa anonadada.
-Ugh, no tengo tiempo para perderlo contigo.
-¡Espera!- se acercó a ella rápidamente.- ¿Por qué no hablamos?
-¿Y por qué hablaría contigo?
-Oh, vamos. Sé que fui algo mala en el pasado, pero podemos cambiar eso. Y me gustaría tanto ser tu amiga.- endulzó sus palabras tanto que la pelirroja sintió un escalofrío ante la idea de ser amiga de Miwa.
-No, lo creo. Y no fuiste algo mala, fuiste cruel y despiadada. Y no voy a participar contigo en esa pantomima de "Soy la mejor amiga del avatar para que todo el mundo lo sepa". Y si me disculpas, tengo cosas mejores que hacer.- la pasó de largo cuando sintió el fuerte agarre de esta en su brazo al punto de clavarle las uñas.
-Mira, huérfana. No te estaría hablando ni de broma de no ser porque resultaste ser el Avatar. Así que, te convendría hacer como que somos las mejores amigas. Porque de no ser así, créeme que puedo decirle a mi padre que acabe con tu mugrosa casa y negocio que dejaste en Wuxin.- notó como los ojos de Xiao se abrieron más, sin embargo, la joven lejos de sentirse abrumada o siquiera furiosa, movió su mano y el vestido de Miwa se alzó sobre su cabeza con una ráfaga poderosa de aire que, no sólo arruinó su cabello, sino dejó a la vista de todos los presentes sus interiores.
-¡AAAAAH! ¡Ayúdenme! ¡Soy una chica decente que no tiene nada que ver con esta desconocida!- gritó al tiempo en que Miwa intentaba bajar su vestido muerta de la vergüenza.
-¡ATRÁPENLA Y SAQUENLA DEL HOTEL!- gritó el de recepción. Miwa tenía una pinta de loca con su cabello alzado y su vestido arrugado.
Ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar cuando los botones se le fueron encima. Comenzó a gritar y a moverse como un animal rabioso.
-¡Cometen un error! ¡¿Saben quién soy yo?! ¡Todos estás despedidos!
Xiao tuvo que aguantar la risa cuando el de recepción se acercó y se mostró un tanto abatida de forma teatral.
-No se preocupe, señorita. No la volverán a molestar. ¿Gusta algo para pasar el mal trago?
-Oh, no se preocupe. Sólo necesito recostarme un poco. Tal vez más tarde pida una taza de té… lavanda, ¿quizás?
-Le mandaremos un té de lavanda a su habitación, no se preocupe.- al fin sola sonrió lista para regresar a la habitación y esperando que Mu y Karue estuviesen reflexionando como les ordenó. Llamó al elevador para retirarse y esperar en su alcoba cuando sintió la presencia de alguien mirándola fijamente. Al girarse se encontró con la misma expresión sorprendida del Capitán del Loto Blanco. La sorpresa pronto pasó a segundo plano y ambos se miraron como los enemigos que eran. Por unos instantes ella notó el leve movimiento de su mano, segura de que debía tener esos hilos de acero escondidos en su muñeca, pero ella había aprendido nuevos trucos y el leve movimiento de su pierna no pasó desapercibido. Sin embargo, había un problema. Estaban en un lugar con mucha gente, por lo que aunque quisieran no podrían pelear a sus anchas.
-¡Capitán!- escucharon una voz y el mismo hombre que estuvo hablando con Miwa y su padre se acercó al varón.- Me alegra tanto verlo. Es una sorpresa.
-Señor Nakamira, lo mismo digo. Felicidades por las últimas encuestas.
-Oh, gracias. Agradezco a la gente que cree en mí.- se vio un tanto apenado. Xiao vio su oportunidad de escapar ante la distracción, buscaría rápidamente a los demás y se encerrarían en la suite o se marcharían dependiendo la situación. Pero no esperó captar también la atención del candidato.- No puede ser… es… ¿la avatar?- recordó rápidamente su distancia.- No me lo puedo creer. Eres la avatar, esto debe de ser un sueño. Es un verdadero placer, soy Nicola Nakamira y participo en las elecciones de Ciudad República. ¿También te hospedas aquí?- no quería verse envuelta en una situación de política, pero tuvo que sonreír forzosamente.
-Mucho gusto, dígame Xiao y sí, me hospedo aquí con mi grupo.- enfatizó para que el capitán notase que no estaba sola.- Lamento decir que no sé nada de las elecciones de Ciudad República.
-Oh, sí. Las elecciones serán pronto. Yo y otros dos candidatos estamos buscando la alcaldía. Pero blah, blah, blah, no hablemos de eso ¡es aburrido! Me sentiría honrado que dos grandes héroes se sentaran conmigo en el espectáculo de esta noche.
Fue como si le hubiesen puesto encima de brazas ardientes. No estaba dispuesta a soportar la presencia de aquel hombre.
-La verdad…
-Ah-ah. No acepto un no como respuesta. Y le invito una copa de helado, esta noche sirven una serie de sabores exóticos que vienen del otro lado del mar.
-¿Helados exóticos?- la había atrapado. Debido a que por culpa de Miwa escaparon antes del postre, ese pequeño chef hambriento dentro de ella estaba ansioso de probar semejantes exquisiteces.
-¡Claro! ¡Vamos entonces!- las puertas del ascensor se abrieron y los tres entraron. El espacio aunque amplio, se sintió un poco sofocante.- Uff, deberían poner algo de calefacción en estos espacios.- comentó el candidato sin darse cuenta de cómo se atacaban con la mirada.
…
Soldados y reporteros pasaban de un lado a otro. Haciendo imposible que el grupo se moviera con la libertad que quisiera. Al final, se metieron en una alacena y un rollo de papel higiénico cayó sobre la cabeza de Sadasi que comenzaba a perder la paciencia.
-No podemos seguir así. Estamos rodeados.- se quejó Enlai, Sadasi bufó a lo bajo, él era quien debería estar molesto.
-Debe haber una forma de pasar inadvertidos.- comentó Amarillys y Iroh que había estado pensando en ello, fijó su vista en Sadasi. El joven sintió su mirada penetrante sobre de él y por un segundo estuvo tentado a sacar su cuchilla de su manga.
-Sadasi… ¿dónde hay uniformes?
-¿Qué?
Como pudieron llegaron al cuarto de servicio. Sadasi había memorizado cada pequeño detalle del hotel, habitaciones, servicios, posibles rutas de escape y escondites. Saber dónde estaba un vestidor era pan comido. Pronto, salieron vistiendo la ropa del personal. Amarillys tenía un vestido y cofia de chica de la limpieza, Enlai de botones como Sadasi, y Iroh sólo le quedaba de mesero.
-Muy bien, debemos averiguar cómo será el ataque y alertar a quien sea el objetivo.- les recordó Iroh.
-¿Tienes una idea de cómo lo harán?- preguntó Enlai y Sadasi vio a su sombra de regreso. Se cubrió el ojo y esperó paciente la información. Decidió por el momento cooperar y seguir con su papel.
-Escuché que habrá una sorpresa de fuegos artificiales después del primer acto para dar la bienvenida a la cantante Hana Naoka.
-¡¿Hana Naoka?! ¡Amo todos sus discos!- exclamó Amarillys, pero Iroh se concentró en la información.
-Usarán la distracción para atacar. Vamos, no podemos perder más tiempo.- sus amigos asintieron y Sadasi después. Le seguiría el juego sólo para conocerlo y también poder estar cerca de su principal objetivo.
…
Los ojos de Xiao brillaron cuando vio la copa de helado. Casi tuvo deseos de llorar al probar la primera cucharada y cerró los ojos sintiéndose como en una isla tropical.
-Parece uno pero puedo saborear una mezcla extraña y deliciosa, ¿qué es?
-Veamos… coco, piña y… el otro no puedo reconocerlo.- intentó el candidato de adivinar.
-Rambután.- respondió el capitán.- Es una fruta que sabe a coco, piña y lichis.
Xiao le apuñaló con la mirada aunque este parecía no inmutarse. Le hacía rabiar tener a ese hombre frente a ella, todavía recordando sus encuentros y por último las muertes de quienes intentaron entregarla… ese hombre era un demonio. De repente, el dulce helado sabía amargo en su boca.
-Y dime, Avatar. ¿Qué te trae a nuestra gran ciudad?- la pregunta le tomó desprevenida y tuvo que tragar duro para responder.
-Ah… bueno.- necesitaba una buena excusa y pensó que lo mejor sería imitar a una persona.- En mi viaje he ido aprendiendo distintas formas de mirar la vida en los ojos de quienes me cruzo en mi camino. Tanto el bien como el mal.- dijo mirando al capitán fijamente.- Es bueno conocer los rostros de aquellos en los que puedo confiar y de quienes buscan perjudicar este mundo en todas sus formas.- agradeció que algo de su abuelo se le pegara.
-¡Oh! Si es el caso, puede confiar en mí.- dijo con la emoción de un niño.- Fui un gran fan de su antecesor y si algún día necesita consejo o ayuda estaré encantado de ayudarle. Igual que el capitán Sheng, ¿no es así, capitán?
-Por supuesto.- este sonrió un poco.- Después de todo, es la misión del Loto Blanco ayudar al Avatar.
Sus miradas se enfrentaron, podían arrancarse la cabeza en esos momentos, pero no sería lo más sabio. El espectáculo siguió y el mago sobre el escenario ya estaba terminando su acto. Mientras que detrás de la gruesa cortina se estaba preparando para el siguiente, y quizás, último acto de la noche.
…
Llegaron al comedor buscando en los lugares más altos donde las importantes figuras estaban.
-¡Allí está! ¡Loto Blanco!- señaló Amarillys casi subiéndose sobre Enlai.
-Un momento, ¿no es ese el hombre con el que estaba hablando la tóxica de mi ex?
-Y no está solo…- musitó Iroh al ver que Xiao estaba allí.
-¡Y ahora! ¡El momento que muchos han estado esperando!- anunciaron desde el escenario.
-Y los problemas no acaban.- Enlai señaló a los reporteros y a su ex con cara de loca que entraba del otro lado arrastrando a su padre y un claro deseo de querer estrangular a alguien. Iroh miró a todas partes y miró el carrito de postres donde había un plato de crepas y jarabe de chocolate.
-Tengo una idea.
Las gruesas cortinas del escenario se abrieron y todos vieron embelesados a la gran cantante Hana Naoka con un vestido de lentejuelas bajando del techo sentada sobre una luna.
A pesar de que incluso el candidato Nakamira estaba aplaudiendo a la cantante con una cara de tonto enamorado, Xiao no había dejado ni un solo momento de vigilar al capitán ni él tampoco. Estaba dispuesta a atacar al más mínimo peligro cuando un camarero vino.
-Aquí está su orden de crepas.- le pudo su plato enfrente y ella miró el postre confundida.
-Disculpe, pero yo no…- pero el camarero se había marchado veloz, apenas viéndole la espalda y la coleta alta que… miró el plato y lo que estaba escrito en jarabe de chocolate.
Candidato – ataque – fuegos artificiales.
Los fuegos artificiales estallaron en medio de la primera canción que cubrió el sonido del disparo. Sin embargo, Xiao ya había tomado al candidato haciéndolo a un lado y elevando la mesa como escudo. La bala atravesó la madera dando justo donde el candidato estuvo. Eso dejó pálido al hombre y ella usó su aire control para lanzar sobre el escenario la mesa girando sobre sí hacia el tirador que estaba en el techo del escenario. Cayó sobre la escenografía.
La gente chilló cuando vieron el arma que llevaba.
Pero más personas aparecieron alrededor listos para cumplir su cometido de una forma u otra.
-¡Vayan por el objetivo!- gritó uno. El alcalde veía todo desde una esquina y sonrió al ver al capitán del Loto sacar un cuchillo muy cerca del cuello de su rival. El capitán Sheng hizo un ruido entre dientes antes de sonreír.
-¡Soldados!- de repente soldados del Loto aparecieron también, habiendo estado ocultos durante todo ese tiempo.- ¡Arresten a todos los implicados!
Y fue que el caos se desató. La gente corrió fuera mientras la pelea se llevaba a cabo. El alcalde no había esperado semejante cambio e intentó escapar, pero en su huida alguien le golpeó en la cara y cayó inconsciente, siendo el responsable Sadasi para sorpresa de Enlai y Amarillys.
-¿Qué? Es el principal culpable, no podía dejarlo ir.
-Qué buena izquierda tienes, amigo.- le felicitó Enlai.
-¡Bien hecho! ¡AAAH!- Amarillys le pegó con una charola a uno de los terroristas.- No sé a quién pegarle.
-Por el momento, a los que no llevan uniforme, luego veremos si ellos son también un problema.- sugirió Enlai yendo primero al ataque. Sadasi afiló su mirada ante semejante desastre, pero ya arreglaría cuentas con el idiota del alcalde.
En el escenario la famosa cantante Hana Naoka siguió con su interpretación mostrando su gran profesionalismo ante todo, sin importar que el mundo alrededor ardiera. Iroh pasó por debajo del escenario y no muy lejos vio a Xiao que intentaba proteger al candidato que era el blanco de los atacantes. Cuando vio a uno apuntar su arma a ella, la tomó del brazo y la jaló enviando una bola de fuego al tirador que cayó al suelo. Casi de inmediato un hombre con un cuchillo se acercó para ir contra Iroh pero Xiao usó el agua de la fuente decorativa que lo mandó al otro lado del salón. Pronto, fueron el centro de aquellos que buscaban acabar con el candidato. Los dos chicos se miraron unos segundos y entrelazaron su mano. Una nueva canción comenzó y la batalla pronto se transformó en algo más.
Iroh hizo girar a Xiao que usó una ola atacar y congelar a sus atacantes mientras que él al pisar sacaba literalmente fuego dando una patada llameante. Ambos giraron alejándose pero unidos todavía por el agarre de sus manos. Iroh la acercó y la alzó en el aire con gran facilidad haciendo que ella atacara con estalactitas de hielo mientras que él atacaba con un muro de fuego antes de atraparla en el aire. Giraron sobre sí, fuego y agua combinándose entre sí hasta que esparcieron el ataque y todos sus enemigos estaban en el suelo. Respiraban de forma agitada pero sonrieron al otro felices y un poco sonrojados por su ejecución. Cuando la parte de arriba del escenario cayó. Al fin la cantante decidió salir tras terminar su acto y todos vieron una metralla apuntar a ellos.
-Ay mi madre…- musitó Enlai.
-¡CUBRANSE!- gritó el capitán del Loto que rápidamente tomó a Nakamira para ponerle al cubierto. Apenas el tirador apretó el gatillo comenzó a disparar a diestra y siniestra por todas partes. Todos se pusieron al cubierto, siendo que Amarillys, Enlai y Sadasi se escondieron tras el bar y Xiao y Iroh detrás de la fuente donde estaban también el capitán y Nakamira.
-¡Al fin te tengo!- gritó Miwa que apareció arrastrándose con su padre que se dio cuenta de con quién estaban.
-Se-Señor Nakamira, vaya sorpresa. Y está con la avatar.- contuvo a su hija. Que agradable volver a verte jovencita, ¿cómo has estado?- dijo limpiando el sudor de su frente. Iroh arqueó la ceja y se volvió a Xiao.
-¿Los conoces?
-En mi vida los he visto.
-¡¿CÓMO?!- exclamó el candidato a que agacharon más ante la lluvia de balas que no cejaba. En el bar, Sadasi se asomó un poco viendo el arma y apretando los dientes.
-¿Quién mierda hizo tratos a mis espaldas?- musitó entre dientes a lo bajo hasta que Enlai lo agachó ante las balas.
-¿Qué a esa cosa no se le terminan las balas?
Sadasi ya había tenido más que suficiente, así como Xiao que tomó agua de la fuente. Sadasi corrió y tomó un asta de la bandera de la nación de la tierra que servía como decoración y se escondió en una columna antes de retirar la bandera y revisar la punta de su lanza improvisada. Xiao formó también una larga lanza de hielo sólido. Aguardaron el momento, y cuando vieron su oportunidad ambos salieron y lanzaron sus ataques hacia el arma que la atravesó por los lados dejando al tirador en el medio y atascando el arma. Ya sin el arma, el capitán lo atrapó con su alambre de metal y lo hizo caer al suelo donde estaban los demás.
-Estás bajo arresto.
…
Cuando le pusieron las esposas al alcalde no tardó en comenzar a gritar.
-¡Esto es un complot! ¡Yo no he hecho nada!- un oficial de alto mando de la policía se acercó.
-Eso no es lo que dicen las pruebas. Ya sospechábamos de sus tratos sucios, pero gracias a que el capitán Sheng se ofreció para jugar el papel de oficial corrupto, pudimos recopilar más evidencia y por supuesto, abriremos las investigaciones pertinentes con respecto a su cargo.
-¡Esto no se quedará así! ¡Mis abogados me sacarán rápido de la prisión! ¡YA LO VERÁN!- gritó hasta que fue sacado de la escena.
-No antes de las elecciones.- musitó el candidato Nakamira con una leve sonrisa burlona y se volvió al grupo.- Muchas gracias por toda su ayuda. Ahora, las elecciones que están próximas decidirán al próximo alcalde. Y si soy electo, prometo aumentar la seguridad gracias al Loto Blanco que nos brindaron una gran ayuda esta noche.
Los chicos miraron de reojo al capitán que les dedicó una muy pequeña pero clara sonrisa burlona. El señor Nakamira se puso en medio del grupo de chicos.
-¡Una foto para la prensa!- exclamó de repente y un reportero se acercó.-¡Sonrían!- pero antes de que el reportero presionara el botón, Sadasi lanzó a este un cuchillo arruinando la cámara.
-Ay, disculpen. Creo que todavía sigo eufórico por la pelea.- le guiñó un ojo a Iroh que le sonrió de lado ante sus claras intenciones.
-Una lástima pero ya nos tenemos que ir.- dijo el general de fuego.
-Le deseamos suerte.- se despidió Amarillys y Enlai también.
-Suerte con las elecciones.
Cuando el grupo hubo salido del lugar, el padre de Miwa y la susodicha se acercaron nerviosos al candidato.
-Señor Nakamira, sobre nuestro trato…
-Oh… una disculpa, ¿le conozco?- lo dejó tieso como una piedra y se fue con el capitán.- Todo salió a pedir de boca. Debo agradecerle por su intervención, y la del Avatar que vino caída del cielo.
-¿Qué hay de nuestro trato?- preguntó a lo bajo.
-No se preocupe por eso. Ya lo tengo todo cubierto. Usted tendrá lo que desea siempre y cuando no incumpla nuestro pequeño acuerdo.- se estiró un poco.- Y sin ofender, pero un jacuzzi me aguarda en mi suite, bye bye.- se alejó de allí y fue que uno de los soldados se acercó a su capitán.
-Señor, le buscan.
-¿Quién?- musitó gruñendo.
-¿Papá?- la expresión del capitán se suavizó por completo cuando una chica en silla de ruedas se acercó. La joven tenía su cabello largo y castaño peinado en dos coletas caídas, con dos broches en forma de flor a los lados, unos bellos ojos azules y además de vestir con un bonito y sencillo vestido blanco con líneas verdes y estampado tenue, llevaba sobre sus piernas una manta tejida.
-Sayori, ¿qué haces aquí?
-Escuché lo que pasó y me preocupé. Además, creo que alguien en la suite sobre nuestro cuarto tuvo una fiesta salvaje porque tuve que subir el volumen a la radio.- Sheng se agachó un poco con una leve sonrisa.
-Ya te he dicho que no me gusta que vengas a este tipo de cosas.
-Ya sé. ¡Oh! Y escuché que la Avatar estuvo aquí. ¡Deseaba tanto conocerla! ¿Ya se fue? Dime que sigue por aquí.- exclamó con emoción que su padre no compartió pero disimuló.
-Tuvo que irse rápido.
-Aww, qué envidia me das papá.- hizo un puchero echándose hacia atrás. Su padre decidió que ya era hora de llevarla a su habitación.- Papá, si la vuelves a ver, por favor, pídele un autógrafo para mí.
-Ya veremos qué pasa. Vamos cariño, mañana tienes cita con el médico.
Dio una orden de que se ocuparan de la escena mientras llevaba de regreso a su hija a su habitación. Ignorando la punzada en su pecho sobre lo que podría pensar su hija si supiera cuál era su verdadera misión.
…
Los chicos se las habían arreglado para salir del hotel con Mu y Karue, dejando atrás una cuantiosa paga por los daños en su habitación. Sadasi apenas y se había separado de ellos.
-Muchas gracias por todo, Sadasi.- dijo Iroh con quien estrechó su mano.- Espero que nos volvamos a ver.
-Ya verás que sí.- dijo ocultando con una sonrisa inocente sus oscuros deseos. Cuando se separaron Xiao se acercó a él y extendió su mano.
-No me esperaba tal apoyo al final. Me alegra mucho haberte conocido, Sadasi.
-Lo mismo digo, fue como si pensáramos en lo mismo. Fue todo un honor.- estrechó la mano de la joven y de repente algo sucedió. Ambos sintieron algo extraño, casi como una descarga eléctrica que los hizo soltarse de inmediato, alzando sus manos con los labios apretados y ojos bien abiertos.
-Ah… bueno, un gusto.
-Sí, igual. Nos vemos.
Todos tomaron su camino, aunque Xiao seguía mirando su mano.
-¿Todo bien?- le preguntó Amarillys.
-Eso creo…- respondió todavía un tanto confundida por lo que acababa de pasar.
-¿Y dónde dormiremos ahora?- preguntó Enlai.
-Conozco otro hotel, esta vez pago yo.- invitó Iroh y todos celebraron. Aunque mientras Xiao regañaba a Mu sobre lo sucedido, él no pudo quitarle los ojos de encima y recordar su perfecta sincronía en aquel baile que lo hizo suspirar.
Sadasi los vio alejarse a la distancia y detrás de él pudo sentir la mirada de la decena de ojos de su sombra.
-¿Qué? ¿De qué te ríes?- escupió con desprecio limpiando su mano mientras se alejaba y se quitaba el uniforme.- Vete e informa que el Avatar se dirige al Norte. Tal parece que el Reino Norte será "bendecido" con su presencia.- la sombra se fundió en la pared hasta desaparecer y al fin solo sacó del bolsillo de su chaqueta una cinta que tenía una piedra tallada en forma de corazón de la tribu agua. La apretó entre sus manos. Su figura se perdió entre las sombras, necesitaba prepararse para su siguiente ataque.
….
Y… ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO! Gracias a todos por leer. Dejen review, nada de tomatazos, acepto bebidas de temporada y sin más qué decir… UN ABRAZO! UN GUSTAZO! Y HASTA LA SIGUIENTE!
