Hola a todos! Gracias por seguir esta historia, puedo ver que aunque pocos reviews, tiene varios lectores interesados y eso es lo que me más me alegra. Y lo siento! Lo siento! Se me olvidó publicar con tantas cosas y con lo de Miraculous estuve patas arriba. Pero bueno, ya apuestos y sin más qué decir… COMENZAMOS!
…
Capítulo 21.
Fuerza de voluntad.
…
Estaban sumamente cerca del norte, sin embargo, decidieron hacer una parada técnica antes de adentrarse a las heladas tierras...
-¡Amo la playa!- gritó Enlai, ahora vestido con un traje de baño verde y una sudadera de manga corta azul claro.- Sol, arena, y una hermosa vista, es lo mejor que existe en la vida.- dijo mirando a las chicas en trajes de baño. Iroh rio a un costado de él y se apoyó en su hombro.
-¿Una hermosa vista?- señaló a una mujer vieja y obesa en traje de baño. Los dos sintieron escalofríos.
-Vale, tiene sus defectos.
-¿Cuánto más van a tardar?- preguntó Iroh ya impaciente mirando la tienda de artículos de playa mientras bebían sus bebidas en piñas y cocos. Él llevaba un traje de baño negro, una camisa abierta roja y unas gafas de sol. Tenían que esperar a las chicas a que terminaran de comprar sus trajes de baño.
-Ya sabes que las chicas se complican demasiado. Mira, ya salen las… dos.
-¡Chicos! ¡Ya estamos listas!- Amarillys había escogido un bikini de una pieza de color amarillo con busto fruncido y short café. En cambio Xiao, Ella usaba un bikini blanco con una falda de pareo color azul con estampado de flores rojas y un amplio sombrero con moño. Los dos chicos reventaron en sus manos la fruta.
-Disculpen la tardanza, desde que era niña no tenía un traje de baño.- confesó Xiao.- ¿Qué opinan?- preguntó sonriendo junto a Amarillys, aunque esta había notado que ellos no la miraban a ella.
-Ah… pues…
-Yo opino que…
Comenzaron a balbucear y Amarillys rodó los ojos.
-Déjalos, nos vemos increíbles. ¡Vamos a divertirnos!- la tomó del brazo para llevarla a la playa. Los dos intentaron esconder su sonrojo, pero cuando vieron a unos chicos mirarlas de una forma nada caballerosa, cambiaron su expresión a una similar a perros rabiosos que los ahuyentó en el acto.
Las dos chicas llegaron a la playa donde el mar resonó con las olas. Había gente tomando el sol, jugando voleibol, haciendo castillos o incluso surfeando. Las dos quedaron maravilladas cuando vieron a un surfista tomar una gran ola a lo lejos y salir de esta sano y salvo. Un grupo de chicas gritaron emocionadas y el sonrió sonrió haciendo hacia atrás su flequillo empapado, aunque cuando se fijó en Amarillys y Xiao, les guiñó el ojo haciendo que Xiao se sonrojara, pero Amarillys era inmune a su encanto.
-¡Quiero intentar eso! ¡Vamos!- expresó Amarillys.
-Pero yo nunca he surfeado en mi vida.
-Mira, allí te dan lecciones. Vamos, vamos.- empujó a su amiga aunque los chicos intervinieron de inmediato.
-Oigan, ¿por qué no mejor jugamos un poco? -sugirió Enlai.
-Después de todo, somos cuatro y podemos tener un juego más que justo.- agregó Iroh. Amarillys sabía que estos dos tenían algo entre manos pero Xiao no se dio cuenta de ello.
-Me parece genial. ¿Qué opinas?- preguntó a Amarillys.
-Claro. ¿Por qué no?- fueron a una de las canchas sin notar lo mismo que ellos vieron, donde estaba el instructor de surfieng había varios chicos más que interesados en el dúo y el mismo chico de las olas se unió a ellos mirando al grupo alejarse, pero poniendo especial atención en Xiao.
Pudieron conseguir una pelota y una cancha sin problema.
-Muy bien, nada de control.- dijo Enlai siendo más justo con Amarillys.- Si la pelota toca el suelo o el equipo no puede pasar la red y la pelota la toca o cae es punto.
-¿Cómo nos dividiremos?- preguntó Xiao y Enlai ya tenía preparado unos papeles.
-Con esto, hay dos largos y dos cortos, ya quien le toque los que son iguales esos son los equipos.- las chicas asintieron aunque Iroh entrecerró los ojos, había algo raro. Xiao tomó uno sacando uno largo y Amarillys sacó uno corto. Cuando fue el turno de Iroh sintió algo y vio que le tocó un papel corto.- Listo, los equipos están hechos. Ahora, vamos a jugar…- Iroh lo sujetó de la camisa y le mostró el papel que tenía un claro corte por la presión.
-Abre la mano.
-¿Qué? ¿P-Por qué razón?- preguntó con leve nerviosismo. Iroh en serio no podía creer semejante descaro. Iba a decirle algo pero Xiao se acercó y tomó a Enlai del brazo.
-Oigan, se están tardando. ¿Vamos a jugar o qué?- Enlai sonrió burlón al general.
-Claro. Vamos a jugar ya.- se zafó del agarre de Iroh que prácticamente masticó las llamas que querían salir de su boca. Por lo que se puso a un lado de Amarillys que sintió calor al estar a su lado y se preparó para el saque.
-¿Listos? ¡Va!- golpeó la pelota que pasó con éxito la red. Enlai la regresó, Iroh recibió con fuerza y saltó dándole un buen golpe. Xiao se lanzó logrando golpearla arrastrándose por la arena y Enlai asestó un fuerte golpe dándoles el primer punto.
Celebraron el primer punto chocando sus manos. Xiao tenía una enorme sonrisa en su rostro, Iroh estaba listo para darle su merecido a Enlai que le sonreía petulante.
-¿Lista?- preguntó a Amarillys que sintió más calor.
-S-Sí…- Xiao sacó y Amarillys recibió como pudo. En ese momento que Enlai saltó a la red, Iroh se le adelantó y golpeó con tanta fuerza que ninguno pudo parar aquel poderoso golpe.- ¡Punto!- celebró Amarillys. Enlai tomó la pelota, notó que estaba ligeramente quemada.
-Con que así quieres jugar…
Esta vez, le tocó sacar a Amarillys y Iroh remató en el aire, sin embargo, Enlai interceptó y mandó tremendo cañonazo al lado contrario. Se notó que algo de arena iba incluido en el golpe. Los dos chicos se miraron con sonrisas y miradas asesinas.
-Vaya saque, pensé que estaba prohibido usar nuestros elementos.
-¿Y quién fue el que empezó primero?
-Ah… chicos.- Amarillys intentó decir algo pero no pudo. Xiao sacó la bola algo nerviosa y Enlai remató, pero Iroh interceptó y golpeó la pelota con manos en llamas, sin embargo, Enlai repelía con saques de arena en sus puños. La cosa pronto pasó a ser un duelo entre esos dos a ver quién tiraba la pelota primero.
Las chicas se hicieron a un lado al ver el duelo.
-Ah… ¿vamos por unas bebidas frías?- preguntó Xiao.
-Buena idea. No creo que acaben pronto.
Se alejaron de los chicos que comenzaron a llamar la atención de la gente. Llegaron a un puesto de jugos y pidieron un par.
-Mmm, naranja y mango, mi nueva combinación favorita.- saboreó Xiao haciendo reír a Amarillys.
-Intenta no beberla toda de golpe, está helada.
-Hola, preciosas.- el surfista de antes y otros dos chicos se acercaron a ellas.- ¿Les gustaría pasar tiempo con nosotros?- Amarillys no esaba tan a gusto con la idea.
-Tú eres el que estaba en las olas hace rato.- señaló Xiao.- ¡Eso fue genial!
-Oh, ¿y te gustó lo que viste?
-Claro, es la primera vez que veo el surf. ¿Cómo puedes guardar el equilibrio sobre una tabla y pasar dentro de una ola? ¿Eres maestro agua?
-Bueno, sí. Soy un maestro agua. Pero no lo uso para eso, podría enseñarte…- Xiao parecía dispuesta a aprender pero Amarillys se interpuso. No le gustaba como esos chicos las veían.
-Gracias, pero prometimos regresar pronto con nuestros amigos y se preocupan si tardamos. Luego pasaremos a por las lecciones de surf.- tomó la mano de Xiao para irse pero el surfista tomó la otra de Xiao.
-No pasará nada si están con nosotros un rato, ¿no?- los otros dos chicos casi las rodearon. Xiao se dio cuenta al fin del peligro, aunque uno de los chicos tomó a Amarillys del brazo.- Nos podemos divertir mucho.
-Yo creo que no.- Xiao estaba más que dispuesta a usar un rayo contra estos, sin embargo, alguien se le adelantó y una bebida de coco le dio en la cabeza al surfista que se quedó con la tapa como sombrero.
-Ay, perdón…- dijo una pequeña mujer anciana de pelo corto y de flequillo que vestía un sencillo conjunto de falda amplia y camisa, parecía un hongo andante.- No fue mi intención, la artritis me fastidia un montón.
-¿Es que no se fija, anciana?
-¿Qué dijiste, hijisto? No escucho muy bien…-dijo poniendo su mano cerca de su oreja.
-¡Dije! ¡¿ES QUE NO SE…?!- las chicas vieron que la mujer movió su mano, pero fue tan rápido que sólo vieron un borrón y el surfista cayó al suelo tocando su cuello y con la cara roja.
-No tan fuerte, no estoy sorda.- se quejó la mujer y los otros dos chicos dejaron a las chicas para ayudar a su amigo, pero antes de siquiera dar el segundo paso la mujer se movió y sus dedos presionaron sus costados y su espalda dejándolos en el suelo.- Los jóvenes de ahora no respetan a sus mayores.
Amarillys y Xiao quedaron estupefactas ante aquello, sin embargo, la primera reconoció de inmediato la técnica.
-U-Usted… ¿usó la técnica de presión?- la anciana ni siquiera le miró.
-No tengo idea de qué hablas, jovencita.- recogió su bolsa de compras, las chicas ni siquiera la habían visto. Y comenzó a alejarse del sitio.
Xiao miró a los chicos que seguían en el suelo.
-Vaya, ¿y ahora qué hacemos con estos?... ¿Amarillys?- estaba sola, ya que su amiga se había ido tras la anciana.
La mujer no usaba el camino convencional, sino que iba por el medio de la vegetación que evadía sin problema, Amarillys era otra cosa.
-¡Espere! ¡Agh!- unas hojas le pegaron en la cara.- ¿Podría decirme dónde aprendió eso?
-No me acuerdo y no sé de qué me estás hablando.
-¡Oh, vamos! Esa técnica la usan las Guerras Kyoshi. Necesito saber dónde la aprendió. ¡AH!- su pie se hundió en un hoyo que sacó de inmediato antes de que un animal le picase o mordiese, aunque perdió la sandalia en el proceso.- Por favor, por favor, quiero aprender para poder saber defenderme y siempre ha sido mi sueño.- rogó a la mujer y se adelantó cuando llegaron a un claro donde había una humilde choza.- ¡Por favor!- se hincó con la cabeza en el suelo, pero lejos de detenerse la mujer pisó su espalda y pasó sobre de ella.
-Muy débil. No me interesa.- abrió la puerta de su choza y Amarillys se asomó dentro, donde sus ojos casi se le salen de las cuencas cuando vio unos antiguos abanicos de las Guerreras Kyoshi en un marco de la pared y un viejo traje con armadura en una vitrina.
-En serio usted fue una ellas.- la mujer cerró la puerta en su cara. Amarillys se asomó por la ventana.- ¡Por favor! ¡Al menos dígame quién le enseñó!- cerró la ventana.- ¡Necesito saber!- se asomó por la ventana de la cocina metiendo medio cuerpo dentro. La mujer suspiró y se acercó.
-No tengo nada que decir y mucho menos te enseñaré a usar eso.
-¡Pero siempre ha sido mi sueño ser una Guerrera Kyoshi!
-¿Y qué? ¿Te rechazaron? No me sorprende.- la castaña infló sus mejillas hasta que se pusieron coloradas.- Vete niña. No pienso enseñarte o perder el tiempo contigo.
-¿Por qué no?- preguntó alzando la voz.
-Porque con sólo verte sé una cosa. No tienes lo necesario para esto.
Aquellas palabras fueron como un cuchillo para Amarillys, lo mismo le habían dicho las Guerreras en su ciudad.
-Ya deja de molestarnos.
-¿Pero por qué? ¿Por qué no puedo ser una de ustedes? ¡Quiero aprender!
-¿Es que no lo entiendes? ¡Tú no sirves para esto! Mejor quédate en tu pequeño mundo real.- y tras esas duras palabras la dejaban sola.
Amarillys había escuchado esas palabras toda su vida. Cuando quiso aprender a tocar la flauta, cuando quiso estudiar arte, cuando quiso estudiar esgrima, todo el mundo le decía las mismas palabras al ser hija del Consejero de la ciudad, nacida entre almohadones y sedas. A sus ojos, ella no debía aprender de esas cosas.
-Soy mucho más dura de lo que piensa.
-¿Ah, sí? No me digas.- se burló sin mirarla mientras sacaba sus compras.
-Lo digo en serio. ¡Soy muy ruda!
-Uy, sí. Se nota. ¿Por qué no vas a llorarle a alguien más? Estoy muy vieja para tratar con mocosas inmaduras.
Amarillys ahogó las ganas de llorar y se alejó de allí. Iba a enseñarle a esa vieja que ella era dura, de una forma u otra.
…
Regresó a la playa apretando los dientes y con los puños a los costados. Sus amigos la vieron a la distancia.
-¡Allí está!- exclamó Xiao con alivio, había interrumpido su "juego" preocupada por su amiga y la habían buscado por toda la playa.
-Parece que está bien.- dijo Enlai cuando la castaña pisó un castillo de arena en su andar haciendo llorar a unos niños.
-No creo que esté bien.- señaló Iroh.
Los niños que hicieron el castillo seguían llorando y un hombre se levantó de su silla de playa ante ello. Era grande, barbón, barrigón, pero se le notaban músculos.
-¡Oye tú! ¿Qué crees que haces al destruir el castillo de mis niños?- Amarillys lo encaró.
-¿Qué? ¿Quieres pelear, grandote? ¡ADELANTE! No te tengo miedo bola de grasa.
Los tres rápidamente intervinieron sirviendo como escudo a su amiga.
-Lo sentimos, ¡lo sentimos! El calor la tiene así.- justificó Enlai.
-Sí, discúlpela.- dijo Xiao con la mano en la boca de su amiga que quería seguir gritando mientras Iroh la detenía.
Enlai hizo uso de arena control para crear un castillo más grande y bien moldeado para que los niños pudiesen jugar con este. Incluyendo soldados, jardines y un puente con agua alrededor.
-¡Mira papá!
-¡Es súper!- el hombre vio a sus pequeños hijos felices, sin embargo, igualmente le diría unas cosas a esa chica pero al regresar la vista ya no estaba el grupo, se alejaba corriendo en una nube de polvo.
…
Dejaron a Amarillys en la sombra del pequeño hotel donde se alojaban, y donde Mu y Karue preferían estar ante el calor.
-¿Se te fue la cabeza? ¡En qué pensabas al buscar pelea con esa mole!- le regañó Enlai y Iroh dio un paso al frente.
-Eso fue lo más irresponsable que te he visto hacer. Pudo haberte lastimado en serio sino hubiésemos estado allí.
-¡¿Y quién les pidió que me ayudaran?! ¡Yo hubiera podido con él!- saltó de su sitio furiosa. Xiao llegó con un par de vasos en mano.
-Necesitas esto si quieres pelear. Anda.- Amarillys tomó el vaso y lo probó.
-¿Qué es?
-Té de lavanda y menta versión fría, y le puse unas gotas de cítricos.- Amarillys siguió bebiéndolo, Xiao le pidió con un gesto a los chicos para que le diesen espacio y ya más tranquila, Amarillys dejo su vaso tras terminar.
-Lo siento, es que… estaba enojada.
-¿Qué sucedió?- preguntó Xiao.
-Seguí a esa anciana a la cabaña pidiéndome que me enseñe algo de lo que hizo con esos chicos pero me ignoró y me dijo que yo no servía para ello.- respondió con pesar.- Toda mi vida, cada vez que intentaba hacer algo nuevo, todos me decían lo mismo. Incluso las Guerreras Kyoshi cuando intenté aplicar.- llevó sus manos a sus ojos.- Todos creen que soy una inútil y eso me da mucha rabia. Yo sólo… sólo quiero demostrar que soy más de lo que todos creen que soy y que puedo ser fuerte.
Todos la entendían a la perfección. Salir del molde que todos pensaban que debían ocupar era algo que todavía seguían lidiando, claro estaba, el trío ya había roto sus moldes, aunque Amarillys seguía lidiando con ello.
-Amarillys, no eres inútil.- le abrazó Xiao.
-¿Quieres que vayamos a hablar con esa anciana?- propuso Enlai pero ella negó.
-No, eso es algo que debo hacer yo misma. Pero… no sé cómo.
-Es obvio que si hablamos de fuerza sales perdiendo.- dijo Iroh ganándose las miradas de sus amigos.- Pero… tienes más voluntad de la que he visto. Así que, lo que debes hacer es demostrarle tu voluntad. Sólo así es que podrás demostrarle a esa mujer de lo que de verdad estás hecha.
-Y nosotros te apoyaremos siempre.- agregó Xiao y Enlai asintió.
-Incluso si necesitas ayuda para esconder un cadáver.
Amarillys abrió grande los ojos y se echó a reír con todos los demás. Tuvo unos enormes deseos de llorar ante el apoyo de sus amigos y limpió sus lágrimas antes de que estas se derramaran. Incluso Mu apoyó su cabeza sobre su cabeza y Karue cantó.
-Muchas gracias, chicos. Tenerlos de amigos me ha enseñado mucho, son los mejores y… ¡Y ya sé exactamente lo que voy a hacer!- gritó con un fuego interno que se reflejó en sus ojos.
…
La anciana vertió un poco de jugo y hielo en un vaso. Tomó un libro y un plato con bocadillos cuando al sentarse en su terraza vio a la misma joven hincada a unos metros de su cabaña.
-¿Pero qué…?- se acercó al barandal.- ¿Qué es lo que piensas que haces, niña?
-¡Voy a demostrarle lo dura que soy! ¡Y hasta que decida enseñarme me quedaré aquí!
-¿Te quedarás allí? Con este sol, los mosquitos y sin nada qué comer o beber.- la joven asintió con fuerza.- …Cuando te rindas, te llevaré al hospital.
-No pienso rendirme. Aguantaré lo que sea que venga, no me importa.
-Eso ya lo veremos.- se dedicó a ignorarla mientras tenía su almuerzo. A unos metros y escondidos en los árboles, los chicos miraban a su amiga y Xiao se mostró preocupada.
-¿Está bien que la dejemos sola? No tomó nada para comer, ni beber, ni cubrirse…
-No podemos intervenir, esto es algo que ella debe hacer sola.- aceptó Enlai la situación.
-Pero ¿y si le pasa algo?
-Eso será responsabilidad de ella.- declaró Iroh que se enderezó y se dio la vuelta.- Ella también tiene que forjar su propio camino. No quiere ser tratada con algodones y esto es algo más que un reto personal. Es su propio entrenamiento.
Los chicos decidieron regresar, aunque Xiao no quería, tuvo que aceptar sus palabras y rogó para que su amiga pudiese cumplir con su objetivo de forjarse a sí misma.
…
Y así, comenzó su primer día. Cuando atardeció tenía los hombros y la cara roja, pero siguió sin moverse, en la noche el frío le hizo temblar tanto que fue incapaz de dormir, y al otro día, los mosquitos le molestaron desde temprano pero igual siguió en su sitio. El hambre, la sed que sentía, la hacían comenzar a ver doble, pero siguió en la misma postura y se enderezaba cada vez que la anciana pasaba por la ventana y le dedicaba una mirada.
Antes de imaginárselo, pasaron los días y se cumplió el cuarto día. Enlai, Iroh y Xiao, incluso Mu y Karue, se turnaban para ir a ver a su amiga, quedándose largo rato cerca y animándola desde la distancia. Incluso habían tenido que ver con ciertas cosas, como por parte de Iroh que desde el tercer día los mosquitos ya no le picasen y Xiao incluso intentó mover las nubes para que el sol no le diese directo.
Pero a pesar de todo, la anciana sólo le dedicaba una mirada de reojo y le preguntaba.
-¿Ya te vas a rendir?
-¡No!- Era la respuesta de Amarillys.
Al quinto día, Enlai salió del hotel dispuesto a cubrir a Iroh. Xiao le dio un almuerzo envuelto.
-¿Cuánto tiempo crees que esa mujer reconocerá a Amarillys?
-No tengo idea. Pero ¿ya viste lo morena que se ha puesto?
-Y no ha comido ni bebido nada, empiezo a preocuparme.
-Debemos apoyarla así como ella nos ha apoyado. Tú tranquila, ella es fuerte.- pero decirlo era más fácil que no hacerlo, ya que él también estaba preocupado. Sin embargo, de repente sintió la brisa del mar acariciarlos y Enlai suspiró.- Qué bien se siente eso en un día tan caluroso. ¿Xiao?- vio a la chica alejarse unos pasos y mirar hacia el mar con expresión distinta, esta vez parecía… ¿asustada?- ¿Xiao? ¿Qué pasa?
-Enlai…- se volvió a él, el viento comenzó a mover sus trenzas.- Una tormenta se acerca. Una muy grande.- esas palabras hicieron palidecer al joven.
…
Iroh agradecía mucho el entrenamiento militar al que se vio sometido de joven, podía estar despierto durante días sin cansarse por ello, aunque temía por su amiga. Había algo en esa mujer... Cada vez que la veía asomarse por la ventana notaba que miraba a Amarillys detenidamente, quedándose más tiempo con cada momento. Aunque claro, también sentía que lo miraba a él. Lo supo desde el primer día, ella sabía que ellos estaban cerca.
Vio a Amarillys balancearse un poco pero se enderezó de inmediato. No sabía por cuánto más podría aguantar.
-¡Iroh!- gritó Enlai cuando llegó y este se volvió molesto.
-¡Shhh! Se supone que no debe saber que estoy aquí.
-¡Olvídate de eso! Se viene una tormenta.
-¿Qué?- Xiao montada en Mu pasaron a los chicos y llegaron con Amarillys.
-Amarillys, tienes que irte de aquí.
-¿Q-Qué?- parecía que apenas entendía sus palabras.
-Ama, viene una tormenta. Si te quedas aquí vas a salir herida sino es que peor.
-No, dije que me quedaría aquí hasta que me enseñe esa mujer y aquí me quedaré.
-Nunca enseñaría a una cabeza hueca como tú.- habló la anciana desde el marco de su puerta.- Escucha bien niña, basta de juegos. Regresa a con tus amigos y déjame vivir en paz. Las tormentas de por aquí no son un juego.
-No. Me quedaré aquí hasta que decida enseñarme.- la anciana rodó los ojos.
-Eres demasiado terca. Haz lo que quieras, si te pasa algo no será culpa mía.- le dio la espalda para cerrar la puerta y Enlai, harto de su actitud, puso el pie impidiendo que cerrara.
-¡Oiga! ¿Qué no ve de lo que está dispuesta a hacer? ¿Qué no ha demostrado ya de lo que es capaz? ¿Por qué es tan dura?
-Si no quiero enseñarle no pueden obligarme. Y enseñarle algo a ella sería una pérdida de tiempo.- en un rápido movimiento tocó su pierna y Enlai sintió un temblor en esta que lo hizo retroceder y caer de espaldas incapaz de moverla.- Si de verdad les interesa llévense a su amiga y no me haga perder más tiempo. Hay personas que necesitan más que una absurda voluntad para poder salir adelante.- cerró la puerta.
Los ojos de Amarillys se llenaron de lágrimas pero sólo se enderezó y siguió en la misma posición, aguantando las ganas de llorar. Xiao apretó sus puños, quería decirle tantas cosas a esa mujer que no conocía de nada a su amiga pero la mano de Iroh se lo impidió. Algo en su mirada le decía que debían irse. Ella no quería pero… no habría fuerza alguna que obligase a su amiga a moverse de allí.
-Cuidate Amarillys, te estaremos apoyando.- abrazó a su amiga y se marchó. Enlai tuvo que saltar para irse con ellos, ya que Mu no quiso llevarlo.
…
-Muy bien, este es el plan.- dijo Iroh apenas llegaron a la playa.- He estudiado este lugar y los factores de los que debemos preocuparnos son: Deslaves, olas y relámpagos. Enlai, tendrás que cuidar que no haya deslave alguno.
-No hay problema.
-Xiao, las olas y el viento serán tu labor. Si algo grande viene no lo dejes tocar tierra.
-Entendido.
-Yo me ocuparé de los relámpagos. No se confíen, un solo error y podría perjudicarla, ¿entendido?- los dos asintieron.- Bien. Es hora de pagarle todo lo que ha hecho por nosotros.- en ese momento el viento arreció y todos miraron hacia la playa, la tormenta venía prometiendo una cosa: Destrucción.
…
Amarillys permaneció en la misma posición hasta que sintió las primeras gotas. El cielo se oscureció sobre su cabeza y se sintió más despierta que nunca al sentir el viento salado golpear su espalda. Al girarse vio a Mu y a Karue vigilarla y sonrió al sentirse respaldada. Sabía bien que sus amigos no la habían dejado sola y no la dejarían ahora, así que aguantaría lo que fuera hasta que la tormenta pasase.
Desde el interior de la casa, la anciana miró a la joven y suspiró cansada de su necedad.
…
Las mesetas cerca de la playa comenzaron a inundarse rápidamente. El lodo comenzó a deslizarse por la selva hasta que una brecha se formó y el lodo comenzó a deslizarse por esta en dirección a la playa.
-Alguien tiene que hacer el trabajo sucio.- siguió creando la brecha más y más larga y profunda.- Pero esto no es nada.- formó otra brecha y comenzó a guiar el lodo hacia las afueras.
Todo el mundo había dejado la playa ante el peligro, todos excepto Xiao que comenzó a congelar la orilla para que así ninguna ola pudiese llegar tan adentro y ella caminar sobre esta. Cerró los ojos, ra el elemento con el que tenía más problemas al no poder dominarlo a la perfección a pesar de saber sangre control. Pero no dejaría que ninguna gran ola llegase a la playa.
Desde lo alto de una colina, Iroh miró los relámpagos que resonaron en el cielo y que amenazaban con caer. Se puso en posición, el arte del dominio del rayo era todavía muy raro y pocos podían dominarlo a la perfección sin consecuencias. Un rayo cayó pero él logró atraerlo y desviarlo sin problema devuelta al cielo. Su abuelo le había enseñado muy bien, aquello no sería un problema.
Pero mientras más avanzaba la tormenta las cosas se ponían peor.
La lluvia arreció de repente, como un monstruo que está dispuesto a destruir todo lo que está a su paso. Incluso Iroh supo que aquello no era una tormenta cualquiera.
-Maldición… esto se ha transformado en un tifón.- desvió otro rayo pero uno cayó en medio de la selva, iniciando un pequeño fuego que lo puso alerta.
El lodo que antes escurría en hilos ahora se había convertido en ríos. Enlai profundizó las zanjas pero ya no era posible abastecer más. El espeso lodo comenzó a desbordar hasta cubrir sus pies.
-Esto no se ve bien.
Las olas comenzaron a ser más violentas. Xiao empujaba y congelaba lo que podía al avanzar por el agua congelada, pero era como si el mar se hubiese enfurecido, creando olas que destruían el hielo y haciéndola retroceder cuando una fuerte ráfaga de aire golpeó su rostro y terminó arrastrada playa adentro por una ola.
Justo donde estaba Amarillys una palmera se balanceó con violencia por el poderoso viento hasta que sus raíces se desprendieron, por un momento iba a caer sobre la joven cuando Mu se abalanzó y con toda su fuerza golpeó la palma haciendo que cayera del otro lado. Karue voló alrededor y pilló cuando notó otra palmera que podría ser un peligro y Mu se hizo cargo de este apenas y comenzó a caer.
Amarillys podía sentir el apoyo de sus amigos más fuerte que nunca, y aunque el agua caía con fuera y ríos cayesen de su rostro, no iba a rendirse.
Aquello era un desastre de proporciones mayúsculas.
Enlai intentó alzar un muro que rápidamente se desbordó y lo tiró haciendo que el maestro tierra se viese en la necesidad de retroceder con el lodo llegando hasta sus rodillas. Iroh tuvo que obligarse a apagar el fuego y seguir desviando rayos a la vez aunque comenzaba a ser cansado ante el desgaste. Xiao terminó regresando a la playa de nuevo cuando otra gran ola la golpeó y la hizo caer.
Llevaban horas así, el desgaste era notorio. Pero ninguno iba a darse por vencido por el bien de su amiga.
Enlai cayó al suelo y chocó contra un árbol cuando el lodo vino como una ola hacia él. Se levantó como pudo y se quitó el lodo que le manchó la cara.
-¿Eso es todo lo que tiene la madre naturaleza?
Piso fuerte, haciendo que el lodo se dispersase alrededor de él, con las piernas separadas comenzó a mover el lodo de vuelta a otra dirección.
-Yo me entrené con la más sádica maestra tierra de todas. ¡Esto no es nada!
Usó su lava control sobre la roca de la meseta y así crear un nuevo camino largo y profundo que llevara el lodo fuera de la selva. Arrastrando y conteniendo todo el lodo que pudiera.
Iroh regresó a la colina, respiró profundo a pesar de los rayos que estaban sobre su cabeza, serenándose y con mayor seguridad poniéndose en posición. De la punta de sus dedos la electricidad fluyó y comenzó a moverlos alrededor. Cuando un relámpago intentó caer en tierra él lo interceptó usando su propio rayo. Había pasado de la defensa a la ofensiva.
Xiao por su parte miró el embravecido mar mientras sus trenzas se sacudían con violencia. Respiró profundo y cerró los ojos.
-Si ella no se rinde… yo menos.
Una gran ola vino hacia ella y al abrir sus ojos se encontraba en estado Avatar. Corrió hacia la gran ola, saltando sobre el agua y recorriendo esta son sus pies como si estuviese surfeando. Se elevó hacia la gran ola que estaba a punto de caer sobre la playa y ella se alzó para dejarse caer y partir la ola en dos. Flotó sobre el agua y creó tres remolinos que parecían unirse con el cielo, ayudándole a deshacer cualquier ola que amenazase la playa y a sus amigos. E intentando dispersar la tormenta.
Los tres siguieron luchando contra la abominable tormenta hasta que esta comenzó a disiparse.
Xiao estaba en la playa cuando vio el sol comenzar a asomar con su color carmesí en el horizonte dando la bienvenida a un nuevo día. Apenas y podía moverse. Pronto vio un par de manos frente a ella y sonrió a sus amigos, se veían tan mal como ella. Aceptó sus manos sin dudarlo.
Caminaron lento hacia la choza, la cual, estaba casi intacta. Pero cuando vieron a su amiga casi se llevaron un susto de muerte, la vieron empapada, con hojas y pétalos pegados a su piel y varias palmas y árboles alrededor de ella. Mu y Karue estaban en una esquina igual de rendidos que ellos. Y a pesar de todo, Amarillys, que parecía un monstruo de la selva seguía en la misma posición.
La puerta de la cabaña se abrió y la mujer vio a Amarillys y al resto del grupo.
-¿Cómo es posible que ustedes la apoyen en esta tontería? ¿Qué tiene esta chiquilla de especial para arriesgarse así?
-Porque ella es nuestra amiga.- respondió Xiao.
-Y nos ha apoyado cuando nosotros lo necesitamos o no.- añadió Enlai y Iroh asintió.
-Y es una persona muy importante para nosotros.
La mujer entrecerró sus ojos y miró a Amarillys.
-A ver, sacúdete esas cosas y dime de una buena vez. ¿Por qué quieres aprender a pelear? Dame una buena razón.- la joven temblaba debido al frío que tenía pero logró controlar el castañeo de sus dientes.
-P-Porque quiero demostrar que puedo ser útil. No ante los ojos de otros, sino ante los míos…- se sacudió parte de las hojas aunque todavía tenía bastantes encimas.- N-Na-Nadie me ha dado la oportunidad de ser algo más… nadie más que mis amigos.- se volvió a verlos con una sonrisa cálida aunque no dejaba de temblar.- Ellos fueron los primeros en confiar en mí, en enseñarme que con esfuerzo es todo posible y que a pesar de todo, uno puede levantarse y seguir. Sé que puedo ser más de lo que los demás piensan, no soy la persona débil que creen que soy y no necesito… de la aprobación de nadie.- se levantó y encaró a la anciana.- Soy la princesa de Ba Sing Se y-y forjaré mi propio camino con mis propias manos. Y con ello, también podré defender con mis manos a las personas que me importan y que jamás me han dado la espalda.
Sus amigos estaban conmovidos ante sus palabras, en cambio, la mujer hizo una mueca y se dio la vuelta. Amarillys al ver a sus amigos tomó una decisión.
-Si usted no me enseña, bien. Ya lo acepto. Ya que me he demostrado que puedo soportar más de lo que pensaba y no haré preocupar más a mis amigos.- se dio la vuelta, sus piernas apenas respondían pero cada paso que dio lo hizo con la mirada hacia sus amigos que la recibieron. Amarillys no lloraría, ya que no fue en sí una derrota.
-Eres una mocosa terca, tonta y también pienso que eres algo repelente...- le dijo la mujer con cierto hastío.- Ve a que te curen y come. Mañana te quiero aquí a primera hora y no acepto entrenar holgazanes.
Los ojos de Amarillys se abrieron grandes y las lágrimas fluyeron libres al fin en cascadas.
-¿E-E-En serio me va a entrenar? ¡Waaaah!- comenzó a llorar en el hombro de Enlai, siendo este el más cercano.
-Como que ya me estoy arrepintiendo.- musitó la mujer.- Ante todo esto, ¿cuál es tu nombre?
-M-Me llamo Amarillys. Ellos son Enlai, Iroh y Xiao, ¡oh! Y Mu y Karue. Ahora que lo pienso… no le he preguntado su nombre.
La anciana se enderezó y sonrió de lado.
-Yo me llamo Ty Lee. Antigua capitana y líder de las Guerreras Kyoshi.
-T-T-Ty-Ty Lee…- tartamudeo Amarillys ya que los demás estaban boquiabiertos.- ¿Esa Ty Lee?
-Ahora entiendo porque se me hacía conocida.- musitó Iroh a lo bajo.- Usted estuvo en la corte real como una de las guardaespaldas de mi abuelo hasta sus retiro.
-Correcto. ¿Zuzu sigue igual de gruñón?
Iroh retrocedió un poco y Enlai y Xiao le miraron extrañados.
-Viejo, ¿es conocida de tu familia?
-Es mucho más… No sólo formó parte de la corte de guardaespaldas de mi abuelo, también fue capitana y estuvo en la pelea interna que se creó hace bastantes años cuando Azula intentó hacerse del poder y asesinar a mi abuelo y al Avatar. Ty Lee es conocida por ser quien acabó con los mejores asesinos de las naciones a la vez y sobrevivir.
Todos palidecieron, incluyendo Amarillys.
-Así es. Y hasta ahora nadie me ha ganado, así que prepárate bien, niña. Porque vas a saber lo que es entrenar en serio.
Iroh puso su mano sobre su amiga.
-Mi pésame.
A pesar de estar al borde del desmayo, Amarillys se las arregló para no sufrir un colapso… al menos los primeros segundos. Estaba más que claro que su camino había comenzado, ¿pero a qué precio? Bueno, fuese como fuese, al fin tenía a alguien dispuesto a entrenarla… sólo esperaba sobrevivir.
…
Y… espero que les haya gustado! Gracias a todos por leer. Dejen review, nada de tomatazos, acepto bebidas de temporada y sin más qué decir… UN ABRAZO! UN GUSTAZO! Y HASTA LA SIGUIENTE!
