Hola a todos! Lamento mucho la demora pero por alguna razón la página de fanfiction no quería subir el archivo. Pero he aquí el capítulo, al fin! Preparen los tomatazos contra Katara porque hay una revelación muy fuerte en este capítulo, y ya puestos y sin más qué decir… COMENZAMOS!
…..
Capítulo 26.
Luna Carmesí.
…
Agua.
Podía escuchar el agua correr en pequeñas gotas a su alrededor. Su cuerpo flotaba en un espacio rodeada de agua cálida y agradable. Sin embargo, entre el sonido de las gotas al caer también podía percibir otro sonido, voces lejanas, voces que hacían eco muy dentro de ella. Y de repente… se percató que las gotas de agua eran lágrimas, provenientes de quienes intentaban hablar con ella. Sintió unas manos cerca de su cabeza y la voz triste de un hombre llegó a ella.
-Hija de la luna carmesí...
Se despertó notando que estaba flotando en un estanque que brillaba de un color azulado y verdoso. Se movió en el agua que no era tan profunda como creía.
-¿Dónde estoy?
Todavía llevaba la ropa de hospital, estaba en una cueva enorme y las paredes de roca parecían tener incrustaciones de hielo o así parecía ante el brillo, lo único raro era que no hacía frío en ese lugar. Cuando salió del estanque se dio cuenta que se sentía mejor, ya no sentía dolor y la sangre había desaparecido. Intentó hacer memoria y lo último que vino a su mente fue una mujer que estuvo con ella. De repente escuchó la voz de una mujer y sintió que la esperanza dentro.
-¿Mamá?- corrió hacia la voz, con un sentimiento anhelante de que fuese verdad y que le oprimía el pecho. Detrás de un enorme hielo pudo ver la figura de la mujer y rápido rodeó el gran bloque de hielo. La mujer era mayor, aunque no tanto, con su cabello encanecido en su mayoría y recogido en una coleta alta con dos trenzas delgadas, la mujer de claro origen de la tribu de agua tenía unos rasgos afilados y un traje vestido tradicional de manga corta, pero… no era su madre. Ella le sonrió gentil a pesar de la clara decepción de la joven.
-Veo que ya has despertado. ¿Cómo te sientes?
-Yo… estoy bien, en realidad, me siento mucho mejor.
-Es normal, fue difícil pero logre estabilizar tu chi antes de que este se desestabilizara más.
-¿Quién… es usted? ¿Y dónde estoy?- preguntó desconfiada.
-Este es mi refugio. Y estás todavía en el norte, cariño. Tranquila, soy amiga, tuve que sacarte de donde estabas ante el peligro que había.
-… Hisara.- recordó de inmediato.- Mis amigos, ¿dónde están? ¿Qué pasó?- la mujer cambió su expresión a una llena de preocupación.
-Me temo que nada bueno.- suspiró a lo bajo y la guio a una mesa de comedor, no había notado que el lugar estaba decorado como una casa.- Esa chica ha impuesto su orden en la Ciudad Blanca. Tus amigos y el líder se encuentran en la prisión, por lo que sé, todavía vivos.
-No lo puedo creer. ¡Debo ir a salvarlos!
-Un momento, jovencita. No puedes ir, mucho menos dado tu estado.- Xiao se detuvo recordando que había perdido sus elementos. Llevó sus manos a su rostro y luego las bajó con fuerza.
-¿Y quién es usted?- preguntó con ojos entrecerrados.
-Me llamo Kya. Soy la tercera hija del avatar Aang y…
-Katara.- pronunció con desdén sintiendo rápidamente desconfianza por esa mujer.
-Tranquila, no soy como mi madre. Y créeme, sé lo que sientes en estos momentos porque ella tampoco es santa de mi devoción, pero prometo ayudarte al igual a como ayudé a tu madre.
-¿Conoció a mi madre?-Kya sonrió, mirándola de forma maternal.
-Claro que sí. Te pareces mucho a ella, excepto por el color de cabello y la nariz, esas las heredaste de tu padre.- le picó la nariz y fue suficiente para que Xiao bajara sus defensas. Kya se volvió hacia una repisa con libros de dónde sacó un viejo álbum.- Tu padre era un investigador de la Nación de Fuego, muy bueno, tengo todos sus libros. Nos conocimos cuando investigaba sobre los espíritus del Norte, tenía una fuerte fijación a estos y le ayudé a conocer a algunos.- le mostró una fotografía, allí se veía a Kya más joven, con muchas menos canas y a su lado Haru y Ashia sonreían a la cámara, era la primera fotografía que veía de sus padres, se sorprendió de conocer al fin a su padre y era verdad lo que decía, su cabello rojo al igual que la nariz afilada los había heredado de él, parecía una buena persona.- También ayudé a tu madre sobre su estudio.
-¿Quiere decir que sabe lo de la sangre control?
-Ese mismo.- la joven se mostró cauta.
-¿Usted no piensa como su madre?
-Si te soy sincera, me parecía un arte horrible aunque al mismo tiempo incomprendido. Pero soy de mente más abierta como papá y tu madre me mostró lo que podía hacer, estaba fascinada con sus avances por lo que le enseñé a mejorar su técnica en agua control y sobre las redes del chi que están conectadas al cuerpo y al espíritu. No se los digas a mis hermanos, pero soy más apegada al mundo espiritual que ellos dos.- Xiao quedó boquiabierta al escucharla cuando una voz se hizo presente.
-Wow, mira su cara. Apenas y lo puede creer.
-¿Qué? ¿De dónde vino…?- un conejo azul de largas orejas hasta las patas con puntas despeinadas como borlas se posó sobre la mesa, el animal también tenía unos enormes ojos cafés.- Así que esta niña es el Avatar, no parece muy fuerte que digamos, y tiene la misma mirada tonta que su padre.
-No le hagas caso a Mana.- le dijo Kya pasando su mano por la cabeza del conejo.- Es un conejo gruñón pero le encanta que le hagan mimos.
-¡¿A quién llamas conejo?! Soy una liebre y un poderoso espíritu de la nieve. ¡Y estoy en el rango de los más fuertes chiquilla grosera!
-Sí, como digas. Y no me llames chiquilla, ya no tengo diez años.- le acarició la cabeza y el espíritu se dejó estar.- Me dedicó a cuidar y guiar a los espíritus del norte y sur. Siempre ando viajando de un punto a otro pero me quedó en el norte la mayor parte del tiempo.- Xiao seguía viendo la foto, pasando sus dedos por los rostros de sus padres y deteniéndose en su madre.
-Usted sabe lo que su madre hace, ¿no es verdad?- le preguntó a lo bajo.- Lo que ella le hizo a mi madre.- Kya borró su sonrosa y bajó los hombros.
-Si… lo sé, ella me lo dijo.- se acercó a ella con semblante serio mientras rememoraba lo ocurrido hace tantos años atrás.- La sangre control se volvió un problema cuando mi madre lo dio a conocer. En realidad, no era un arte tan desconocido, además de la maestra sangre que mi madre conoció en su juventud, hubo otros maestros los cuales fueron dejados a recaudo de mi padre. Al principio no hubo ningún problema, pero eso sólo fue el comienzo. Criminales comenzaron a estudiar y descubrir la sangre control a su manera y se ganó la fama que tiene ahora y muchas personas sufrieron por ello. Mi padre, mi madre y mi tío hicieron lo que pudieron para combatir este, aunque al final cada uno pagó un precio muy caro por ello.
-¿Y cuándo fue que su, perdone la expresión, abominable madre comenzó a cercenar los controles?- Kya sonrió de lado pero con una tristeza que empañaba sus ojos.
-Cuando papá enfermó. Hubo un maestro sangre, era un psicópata en toda la regla.- recordó las escenas de cuando su padre regresó de esa misión.- Papá terminó hospitalizado, ya estaba enfermo pero empeoró con el paso del tiempo y le era difícil salir de la cama. No dejaba que ninguno de nosotros le viéramos, pero yo siempre entraba a verle a escondidas. Papá ya no podía bloquear el chi de las personas, por lo que mamá sugirió otro método.- Xiao sintió escalofríos al recordar lo que Katara le hizo y Kya le tocó el hombro pero la joven se encogió como si de un animalillo se tratase, la dejó estar un momento.- Lo escondió muy bien de todos, incluyendo de papá. Yo lo descubrí por accidente.- apretó los puños.- Te juro, que nunca pensé que le haría lo mismo a tu madre. Los demás eran criminales, pero… nadie merece que le hagan eso.
Xiao pasó su mano por su rostro, sintiéndose mal por todo lo sucedido.
En ese momento escuchó un ruido a su costado y al girarse vio a Mu asomar.
-¡Mu!- fue a él y le abrazó.- Me alegra que estés bien.- Karue voló encima y aterrizó sobre las astas emitiendo un pequeño canto.- Karue, tú también estás bien.
-Este pequeñito fue quien me llevó hacia ti y tu ciervo nos siguió. Tienes un espíritu guía que se preocupa mucho por ti.- Xiao tomó a Karue entre sus manos con expresión triste, se preguntó cómo estarían los demás.- No pongas esa cara, cariño. Te prometí que te ayudaría tal y como ayudé a tu madre.
-¿Cómo? ¿Es posible arreglar lo que su madre me hizo?
-Lo es. Si bien lo que te sucedió es algo físico, al mismo tiempo tu espíritu se desconectó del árbol de la línea de los Avatares.
-¿Del qué cosa qué cuál?
-El árbol de la línea.- le explicó con una leve sonrisa.- Papá me explicó que los avatares están unidos por una línea muy antigua que crece como las ramas un árbol. Cuando mi madre cortó tus poderes fue como si cortase tu rama, dejándolo apenas colgando. Para volver a unir tu rama deberás de pedir ayuda a tus vidas pasadas y así puedas reconectarte con tus poderes.
-Yo… ¿hablar con mis vidas pasadas? ¡Imposible!- exclamó aterrada.- Si el mundo ya me juzga por ser como soy ya me los imagino a ellos.- comenzó a imaginárselos como si fuesen marionetas de trapo y comenzó a imitar las voces.- "Deberás de seguir el camino del Avatar", "Deja atrás tus sueños", "Tienes tanto trabajo por hacer", "Debes traer la paz al mundo", regaño, regaño, ¡regañooooo! ¿No hay otra forma?- Mana rio entre dientes ante su monólogo y Kya apenas se contuvo.
-Me temo que no hay otra forma. Deberás pedirles ayuda, porque ellos son los únicos que pueden ayudarte.
-Y debe ser rápido.- dijo una voz que hizo que Xiao se girase rápidamente para encarar a Katara que llevaba su ropa entre sus manos.- Porque la cosas se están poniendo peor.
…
Frío… estaba helando. Como pudo abrió los ojos y se encontró atado de piernas y manos con cadenas con hielo colgando. Había hielo por doquier e incluso sobre él.
-Oh, al parecer eres el primero en despertar.- la puerta se abrió y vio a Hisara entrar.- Debo premiar al guardia por estar tan atento a ti.- movió el cuello, sintiendo pedazos de escarcha y hielo romperse al hacerlo.
-Tú…- su voz tembló.
-Lindo, ¿no crees? Esta prisión fue hecha para albergar a toda clase de maestros. Me gusta mucho la celda de los maestros fuego.- creó una flama que pasó por las cadena y eso activó unas mangueras de agua congelante que mojaron al maestro que tembló en su sitio incapaz de moverse.- Cada vez que intentan invocar su fuego son mojados hasta el punto de congelación. He escuchado que algunos han muerto por el congelamiento pero estoy segura que tú podrás con ello. Así como todos tus demás amigos, cada uno en una celda distinta.- rio entre dientes disfrutando del momento.- Esa farsante prefirió huir a enfrentarme. No sé dónde está pero mi padre dice que ella no es el tipo de persona que abandonaría a sus amigos. Espero que tenga razón, porque de no ser así tendré que deshacerme de ustedes.- Iroh le hubiese respondido, pero tenía tanto frío que apenas podía despegar sus labios temblorosos.- Sabes, me das un poquito de lástima. Cómo desearía terminar tu sufrimiento, dime algo, ¿ella en serio lo vale? ¿Esa cobarde que los dejó atrás?- Iroh apretó los dientes y se obligó a abrir la boca.
-Ella… lo vale.- su respuesta causó repulsión en Hisara.
-Querido general, necesitas tiempo para pensar mejor en tu respuesta.- Iroh emitió un leve resoplido como risa.
-¿Q-Quieres que me u-una a ti?
-Eres el general de la nación del fuego y el próximo heredero al trono. Sólo piensa en las cosas que podríamos hacer juntos. Con nuestro poder y los conocimientos de mi padre, llegaríamos a la cima en un parpadeo. Ninguna nación se opondría a nosotros y nos servirían como los reyes que debemos ser. Te lo dejo de tarea.- le dio un beso en los labios helados y salió de la celda.
Iroh agradeció no poder sentir nada, porque le hubiese dado asco ese beso. Escuchó sus pasos alejarse y bajó la cabeza la cual apenas podía mantener firma.
-¿Ya se fue la loca?- escuchó la voz de Enlai no muy lejos y eso lo hizo sonreír.
-C-Creo… ¿c-c-cómo están?
-¿Qué te cuento? Es la primera vez en mi vida que me dejan colgado, literal.- y no mentía, Enlai estaba colgado de cabeza, con una camisa de fuerza que envolvía todo su cuerpo en un cuarto acolchado.- Aquí no se andan con chiquitas a lo que se refiere a encarcelar a los prisioneros.
-¿Esp-perabas una suite de lujo?- agradecía hablar empezaba a sentir menos frío.
-¡Al menos a ustedes no les va tan mal!- escucharon a Amarillys y Enlai resopló.
-No inventes, seguro lo tuyo es un palacio a comparación.
-A-Ama, ¿cómo estás?
-Estoy en un punto, ¡literal! Estoy en un círculo de menos de un metro de diámetro y debajo hay púas. Apenas y me puedo mover y sobre mi cabeza hay más púas por si intentó levantarme.- dijo la joven sentada.- Ya no siento las piernas…
-Sigue sonando mejor que lo nuestro.- replicó Enlai.- Me siento mareado…
-Lo bueno de ser joven.- escucharon al líder Sitka.- Es la primera vez que me siento viejo.
-No puede ser…- habló Amarillys sorprendida de que el líder estuviera con ellos.
-Que hay, ya no me siento tan solo.- saludó el líder.
-¡Ah no! Usted hable solo. Nosotros estamos en nuestros asuntos.- se quejó Enlai. Iroh suspiró.
-¿Cómo le va a usted, s-señor?- Sitka sonrió de lado.
-Bueno, no está tan mal. Si consideras que estar enterrado es malo. Duele respirar.
-¿Qué tan enterrado está?- le preguntó y Sitka rio.
-¡Mucho!- y no bromeaba, lo único que salía del suelo era su rostro.- Pero sé que me lo merezco. Me merezco esto y más…
-Eso no se lo niego.- musitó Enlai resentido.
-Lo sé…-admitió él.- Si pudiese regresar en el tiempo apoyaría a Ashia en todo, la escucharía con calma, la comprendería mejor y…- suspiró a lo bajo.- Aceptaría todo lo que ella me daba para ofrecerle el doble.- hubo un breve silencio que pronto fue roto por Amarillys.
-Oh por mi reino… ¡estaba enamorado de ella!- los chicos se quejaron con fuerza ante la idea.
-¿Qué? Oigan, incluso hoy en día no soy mal partido, ¿saben?
-Me alegra mucho que usted no sea el padre de Xiao.- dijo Iroh.
-Tenerlo de suegro sería horrible.- admitió Enlai y Iroh alzó la cabeza olvidándose del frío.
-Disculpa, en dado caso sería ¡mi suegro! De haber sido el padre de Xiao.
-¿Perdona?- escupió Enlai con clara burla.
-Y Xiao no hubiese tenido el cabello rojo, sino oscuro. Prefiero su color de cabello actual.- dijo Iroh con arrogancia.- Aunque igual se vería hermosa con cabello oscuro, un niño o niña de cabello rojo sería lo ideal.- Enlai tardó en responder tras comprender sus palabras.
-¡¿Me tomas el pelo?! ¡¿Hasta dónde han llegado tus fantasías cabeza de mechero?!- gritó Enlai retorciéndose en su celda.
-En proceso, sigo pensando qué isla de mi nación podríamos pasar nuestra vejez.- Amarillys se rio y Sitka suspiró.
-Oigan, que no sería mal suegro, ¿saben? Y si ella fuese mi hija no le dejaría salir con ningún chico hasta que cumpla los veinte.- los tres chicos le abuchearon.- Es más, saliendo de aquí la adoptaré como mi hija, ¡seré su padrino! ¡Y ustedes dos no se van a acercar tanto a ella! ¡Se los prohíbo!
-/¡NI DE BROMA!/- se quejaron los chicos. Los tres varones comenzaron a discutir cuando Amarillys notó algo.
-Oigan. Chicos… chicos… ¡CÁLLENSE DE UNA BUENA VEZ!- gritó haciéndolos callar.- ¿No debería estar aquí también la maestra Katara?- el silencio se cernió sobre de ellos y tras no escuchar respuesta se dieron cuenta que la vieja no estaba con ellos.
-Esa vieja…- masticó Enlai las palabras y Iroh las completó.
-No está aquí. D-Debió haber escapado.
…
La presencia de la maestra agua provocó que el ambiente agradable cambiara drásticamente. Xiao tenía deseos de ir sobre de ella pero Mana le detuvo, así como Mu que se interpuso en su camino junto con Karue.
-No seas impulsiva, niña.- le regañó el espíritu.- Deja que Kya se encargue. Ella sabe qué debe hacer.
Madre e hija permanecieron en silencio durante segundos que se sentían como minutos. Hasta que Katara dejó la ropa en una silla y por fin habló.
-Es bueno verte, Kya.
-Madre.- la forma en la que habló fue tan fría que hubiese congelado a cualquiera por su indiferencia, pero Katara no se inmutó.
-Cada vez que te veo te pareces más a tu padre…
-Gracias por el cumplido. Y ahora, ¿qué haces aquí?
-Las cosas se han puesto mal en la ciudad y supe que debía hacer algo para ayudar.
-¿No cree que ya hizo suficiente?- espetó Xiao molesta y Katara la miró avergonzada.
-Siento mucho lo que les hice a ti y a tu madre. Pero para mí es imposible concebir que existan personas que hagan uso de semejante arte oscuro…
-Sí, sí, sí, ya lo sé.- interrumpió Kya con hastío.- La sangre control es mala, es oscura, te lleva a la locura y todas esas cosas. Ya sé que la culpa te mata, madre. Pero en lugar de hacer algo tú sola te has estado hundiendo en un agujero que has ido cavando sola.
-Siempre me he ocupado del problema que cree.
-De la peor forma posible.- le apuñaló con la mirada.
-Por favor, Kya. Sabes muy bien el peso que he cargado desde el momento en que di a conocer la sangre control. Fue el peor error de mi vida y eso le ha costado a muchos, incluidos tu padre y tío.
-Es cierto, pero te digo algo…- se acercó a ella con ceño fruncido.- ¿Qué crees que diría mi padre?
Katara bajó la cabeza, la respuesta era obvia, Aang siempre había sido un pacifista que buscaba la paz antes de la guerra, incluso en los peores momentos.
-Esta vez quiero hacer lo correcto.- pronunció mirando a Xiao.- Es necesario que el Avatar regrese.
-¿Y cómo piensa regresarme mis poderes?- preguntó Xiao.- ¡Casi me muero!
-Hay una forma.- miró a su hija que exhaló entre dientes.
-Ven, sígueme. Es hora de que conectes con tus vidas pasadas quieras o no.
-¿Qué voy a hacer qué?- chilló Xiao.- ¿Tengo qué? Me van a dejar más frita que un pollo a las brasas. ¡Noooo!- Kya la empujó tomando su ropa en el camino, la decisión había sido tomada y no tenía otra opción.
…
Después de que Xiao se cambiara de ropa, Kya los llevó a unas escaleras que iban a lo más profundo de la cueva. Las paredes tener brillo propio, el hielo azul brillaba tenue con brillantes como las estrellas. Mientras avanzaban, Xiao miraba cada tanto sus espaldas donde Katara le seguía guardando una distancia prudente.
-No confío en ella.- susurró a Kya que iba un escalón por delante.
-Tú tranquila, yo te cuido.
Llegaron hasta una habitación recubierta por un gran estanque de un azul brillante que iluminaba el sitio por completo y pequeñas cascadas caían de las paredes y cristales de hielo en forma de flores decoraban los alrededores.
-Wow… este lugar es… wow.- era incapaz de encontrar las palabras para describirlo, Kya sonrió recordando que sus padres tenían la misma expresión que ella.- Puedo sentir un gran flujo de energía espiritual en este lugar.- Kya asintió.
-Por eso te traje. Este lugar fue creado hace muchos años por Tui y La.
-¿El antigua espíritu de la luna y el espíritu del agua?
-Exacto.- se giró y la tomó de los hombros con delicadeza.- Tal vez te pongan trabas tus antecesores y estoy segura que habrá alguno al que no le caerás bien, pero estoy segura que si demuestras determinación podrás convencerlos de ayudarte.- Xiao asintió y tras tomar aire se adentró al agua. No estaba fría, cosa que agradecía mucho. Caminó hasta llegar al único sitio elevado en el centro del manantial, aunque medio del camino gritó al hundirse por completo, pero logró salir y llegar a la isla. Se exprimió sus trenzas y se sentó en posición de loto para meditar colocando sus puños unidos en su centro. El sonido del agua llenaba el lugar, las hondas de agua por donde pasó fueron desapareciendo con rapidez, y entonces… su expresión se volvió por completo neutra y todo desapareció para ella.
Las dos mujeres mostraron sorpresa ante cómo llegó tan rápido a ese estado.
-Supe, que le diagnosticaron fiebre escarlata.- comentó Kya con los brazos cruzados y Katara bajó la cabeza.
-Fue lo que el dijeron los médicos.
-Lo suponía. Aunque tú y yo sabemos la verdad sobre eso, ¿no?- Katara se concentró en Xiao sin poder soportar la mirada de su hija.
-Ojala pudieses entenderme…
-Eso nunca va a pasar.- escupió con odio quedando una gran brecha entre madre e hija.
…
Cuando Xiao abrió los ojos se encontraba en un campo lleno de flores y una mariposa se posó sobre su nariz haciéndola sonreír. Colocó su dedo cerca de su cara y la mariposa caminó hasta este y luego se echó a volar.
-Gracias por el recibimiento, pequeña.- se levantó y miró alrededor. No muy lejos notó que había un enorme árbol y caminó hacia este.- Así que esta es la representación de la unión de los avatares… literal, es un árbol. Se acercó a este, parecía tener su propio brillo y cada rama tenía hojas de distintos colores, amarillas, verdes, rojas y azules. Buscó entre estas y encontró a lo alto una delgada rama de hojas azules que apenas y estaba sostenida por el tallo.- No me digas que esa soy yo… necesito arreglarla.
-¿Y cómo vas a hacer eso?- escuchó una voz femenina y al girarse apareció en una corriente de viento la avatar Kyoshi.- ¿O qué te da el derecho de siquiera intentarlo?- así como ella aparecieron los otros avatares, sus últimas encarnaciones: Kuruk, Roku y por último Aang. De alguna manera se sintió más intimidada por este último a pesar de su gentil rostro lleno de arrugas. Se puso a la defensiva.
-Con el mismo derecho que todos ustedes tuvieron en su momento.- Kyoshi frunció más el ceño y Xiao esperaba un ataque de esta, pero alguien se lo impidió.
-¡Bienvenida!- Kuruk se acercó y abrazó a la joven tronando todos sus huesos.- Así que tú eres mi sucesora en la línea del agua. Curiosa combinación, soy tu fan.
-Kuruk…- Kyoshi le regañó pero el avatar siguió sonriendo.
-¿Qué? Es la primera de todos nosotros que llega hasta aquí sin siquiera haber pasado a la otra vida… ¿sigues viva, verdad?
-Estoy segura que sí.- respondió Xiao.
-¿Qué les dije?- le dio una fuerte palmada a la chica que casi cae al suelo. Roku se acercó a ella.
-Bienvenida seas. Sabemos a lo que vienes y con gusto estamos dispuestos a ayudarte.
-¿En serio?- exhaló sorprendida y a la vez aliviada.
-Por supuesto.- respondió Aang que se acercó.- Después de todo eres una de nosotros.- extendió su mano a ella, la joven le miró con grandes ojos llorosos y sorbió por la nariz. Había esperado que le señalaran, la juzgaran e incluso que le diesen una paliza, pero la estaban recibiendo con los brazos abiertos a pesar de todo. Emitió pequeños sonidos desde su garganta, ya que no podía abrir la boca.
-Aww, es adorable.- Kuruk puso su mano sobre su cabeza y las lágrimas se dispararon como cascadas. En verdad que estaba conmovida, pero…
-Yo opino que no.- Kyoshi dio un paso al frente, era la más alta de todos y la que parecía la más imponente.- No sabemos lo que esta niña pueda hacer en el futuro, los cambios que traerá.
-El mundo cambia, Kyoshi.- le defendió Aang.- Esa siempre ha sido una ley del universo y nosotros somos un ejemplo de ello.- pero la avatar Kyoshi no cambió su expresión y se acercó a la joven que ni siquiera le llegaba al hombro.
-Dime tú. ¿Por qué quieres ser el avatar?- Kuruk le dio su espacio a Xiao que recobró la compostura. He allí la pregunta que por tanto tiempo se había hecho ella misma.
-En estos momentos, para salvar a mis amigos. Pero también… quiero demostrar que el destino no está escrito, no importa quién seas, cada ser viviente puede crear su propio destino y al mismo tiempo aprender a levantarse. Creo que lo que yo más deseo enseñar es… demostrar que el mundo puede salir adelante con o sin avatar.
-¿Acaso estás rechazando nuestra propia existencia?
-No. Pero mientras ustedes salvaban al mundo también cargaron con obligaciones que no les correspondían. Ustedes hicieron mucho, pero se olvidaron enseñarle al mundo que debía moverse y no depender de una persona para seguir adelante.
-Tonterías.- escupió Kyoshi.- Nosotros existimos para crear el equilibrio entre el mundo espiritual y el mundo humano, protegemos y luchamos para que el mundo sea como es ahora.
-Y se los agradezco, pero ¿no les hubiese gustado que la gente hiciera más por sí mismas?- respondió Xiao.- Conozco sus historias, los espíritus me las enseñaron cuando era niña. Y una cosa puedo decir… cada vez que ustedes fallaban, el mundo prefirió caer y esperar el milagro del siguiente avatar antes de hacer algo. Y muchas cosas, pudieron haberse evitado.
Kyoshi desvió la mirada, por supuesto, ella tuvo una historia similar y su vida se dedicó a la guerra, pero también había llegado a arrepentirse de la importancia que le daban al título del Avatar, más que nada por su viejo amigo Yun.
-Creo que estamos de acuerdo contigo.- admitió Roku recordando el inicio de la guerra y Kuruk asintió.
-Sigo opinando que no debemos ayudarla.- respondió Kyoshi todavía reacia.
-Vale .-dijo Xiao rindiéndose y alzando las manos.- Tres de cuatro, me quedo con eso. No es como si me importase lo que usted diga.
-¿Qué has dicho enana?- encaró a la joven agachándose y Xiao se puso de puntitas.
-Lo que usted oyó. Ah, perdone, supongo que desde allá arriba no se escucha nada.
-¿Quieres pelea?
-Adelante, no tendré poderes ¡pero muerdo!- en verdad parecía que en serio iban a pelearse pero Kuruk y Roku las separaron. Aang rio a lo bajo divertido pero suspiró.
-Estoy de acuerdo con Kyoshi.- todos se quedaron quietos, incluso la guerrera.
-Usted no me cae bien.- señaló Xiao sorprendiendo a Aang.- ¡No me cae bien! ¡Siempre me comparan con usted! ¡Por eso no me gusta!- se colocó detrás de Kuruk y mirándole de forma sospechosa.- Me dejó mucho trabajo… ¿tiene al menos idea de lo que he pasado? ¿Tiene un poquito de consciencia?
-Ay, niña. Pobre de ti.- Kuruk la consoló y hasta Roku se acercó a ella.
-Perdónale, él no lo hizo con intención.
-Aang, en eso no te puedo defender.- Kyoshi le juzgó con la mirada y una gran gota de sudor cayó sobre la frente de Aang mientras sonreía apenado.
-Siento mucho todo. Y… siento mucho por lo que has pasado.- cambió su expresión a una apenada.- Me hubiese gustado haber hecho las cosas diferentes y no dejarte tantos pendientes y obstáculos. Tienes todo el derecho de odiarme. Pero antes de ayudarte debes saber más de ti… de tus orígenes.- Xiao se acercó a él.
-¿Se refiere a mi madre?
-Es algo mucho más atrás.- la joven se sorprendió y Aang le extendió su mano.- Hay cosas que debes saber antes de volver a ser la Avatar.- ella asintió y tomó su mano.
De repente, ya no estaba en el jardín del árbol, sino en un bosque nevado en la noche, la nieve parecía brillar, y frente a ellos se acercó un hombre por la vereda vestido con un abrigo que le cubría el rostro. Este se detuvo y bajó el gorro mostrando a un hombre quizás en sus cuarentas, con el cabello largo pero recogido en una coleta y un mechón de cabello al frente recogido con cuencas azules, blancas y una roja en el centro. El hombre al verla le sonrió con dulzura.
-Hola.- saludó a la joven.
-Hola…- se acercó a él, curiosamente sintió una conexión entre ellos.
-Hace tanto tiempo que quería hablar contigo.
-¿Quién es usted?
-Me llamo Hooru.- extendió su mano enguantada.- Y tengo una historia que contarte.
Xiao no dudó y tomó su mano, en un parpadeo se encontró en una pequeña tribu, pero lejos de encontrarse con el típico escenario de gente trabajando o llegando de la pesca del día, vio fuego y destrucción.
-¿Qué es esto?- apenas y avanzó un poco, soldados de la nación del fuego sacaron a varias personas de sus casas. Esos uniformes y máscaras las había visto en ilustraciones de libros que hablaban de la antigua guerra. Hooru se acercó a ella y se colocó a su lado.
-Cuando la nación del fuego invadió el sur, nuestra tribu fue una de las tantas que fueron atacadas.
Cuando uno de los soldados iba a quemar a una mujer con sus niños, una maestra agua apareció atacando a los maestros y junto a ella cuatro maestros más aparecieron.
-Los pocos maestros de nuestra tribu lograron que muchos de los civiles huyeran lejos a esconderse. Pero pronto, los maestros se vieron superados por número.
Entre el grupo de maestros agua, la mujer que protegió a la mujer y los niños empujó a un joven maestro fuera del círculo.
-¡Ve a con ellos y protégelos!
-Pero…
-¡Ve, Jube!- el chico pareció renuente, pero al final se alejó y dejó atrás a sus compañeros.
Los maestros agua cayeron uno a uno hasta que sólo quedó la mujer que fue atrapada. Uno de los maestros apenas y se arrastró para intentar ayudarla.
-Hama…- pero frente a los ojos de la maestra, el maestro fue eliminado y con rabia aceptó la derrota.
Xiao vio cómo trasladaban a la única maestra sobreviviente.
-Los pocos sobrevivientes de la tribu se mantuvieron unidos a pesar de ser perseguidos por días enteros. El maestro que quedó los protegió día y noche. Hasta que una noche, fueron de nuevo emboscados.
En la visión la luna llena iluminó el panorama blanco. El joven maestro, que debía de tener cerca de 16 o 17 años, combatió a los soldados como pudo, pero él no era rival para ellos a pesar del poder de la luna de su lado. Cayó mal herido y manchando de rojo la nieve, vio con horror como los soldados estaban por destruir a su gente. El joven se levantó y creó una barrera de hielo entre ellos pero de nuevo cayó quedando boca arriba con la mirada en la luna y alzando su mano a ella.
-Él suplicó a la luna que le otorgase un poder que fuera mayor para proteger a su gente. Y la luna, se compadeció de ellos al ver la destrucción y la nieve manchada por culpa de los soldados.
Ante las súplicas, la luna se volvió de un color carmesí que bañó con su brillo a los de la tribu y el joven quedó pasmado ante tal visión hasta que los soldados destruyeron su barrera, pero Jube se levantó y cuando los soldados iban a quemarlos a todos se detuvieron. El joven los paralizó pudiendo sentir en ellos la forma de controlarlos. Los elevó y lanzó lejos hacia una montaña helada y usando su control aumentado por la luna destruyo la montaña de hielo y los trozos cayeron sobre los soldados.
-En ese momento, el primer maestro sangre nació.
-Ahora lo recuerdo.- dijo Xiao mirando a Hooru.- Hama fue la maestra que Katara conoció de joven. Entonces los maestros sangre vienen del sur, como mi madre.
-En efecto.- señaló a la gente que ayudó a Jube a caminar.- Después de eso, la tribu desapareció en lo profundo de las tierras del sur. Y Jube, enseñó a las siguientes generaciones de este nuevo arte.- al señalar a otro punto, el escenario había cambiado. Era de día, estaban en una tribu y Jube ahora parecía en sus veintes, con las cicatrices de las quemaduras en su piel, parecía igualmente feliz y enseñaba a los pequeños niños a usar el agua control.- Jube, que conectó con el espíritu de la luna también tuvo el favor del espíritu del agua, Tui y La, sabía lo peligroso que era este nuevo control por lo que enseñó a todos los maestros a usarlo en situaciones de riesgo y defensa, ya que temían que si la gente supiera de lo que podían ser capaces podrían ponerse en peligro.- en ese momento una chica se acercó con un bebé en brazos y Jube sonrió al ver a su esposa e hijo, y en la piel que envolvía al pequeño un broche apareció en forma de una luna roja.- La tribu, se autonombró La luna carmesí.- Xiao recordó las voces que había escuchado antes y sintió una presión en el pecho que la hizo apretar la tela.
-¿Y qué les pasó?- Hooru siguió su relato.
-Con el pasar de los años, la tribu creció y se estableció, pero se mantuvo alejada de otros con miedo a que descubrieran el secreto. Aún después del final de la guerra, la tribu se mantuvo recelosa. Y ese recelo empeoró cuando la prohibición de la sangre control llegó a oídos de todos, nos mantuvimos en alerta. Pero un día… alguien averiguó nuestro secreto.
El escenario volvió a cambiar, y tras una colina de nieve apareció un Aang adulto que observó la tribu.
…
La Ciudad Blanca estaba recubierta por una gruesa capa de hielo y nieve que no podían esconder la desolación y la destrucción provocada por la nueva líder y gobernante que mantenía secuestrada a la ciudad. Sentada en su nuevo trono y con su brazo reparado, Hisara disfrutaba del poder, pero no le era suficiente.
-¿Ha llegado?- preguntó a su padre que llegó a ella con una sonrisa amplia.
-Ha llegado la carta de confirmación, mi amor. El consejo del Loto Blanco arribará en pocos días.
-Bien, primero nos encargaremos del Loto, su influencia y poder nos ayudará a abrir caminos entre los reinos nuevamente. Y ya si vuelven a darme la espalda, habrá que abrirles los ojos a la fuerza, ¿no papá?- su padre sonrió complacido.
-Muy cierto, cariño. Muy cierto.
La dejó por un momento, por supuesto todavía quedaba hacer mucho en el camino pero con aquel temible poder nadie se opondría a ellos.
-Pareces feliz.- Takahira se volvió rápido hacia Sadasi que apareció entre las sombras con su máscara todavía rota.
-Ah, eres tú.- dijo sin poder ocultar el temblor en su voz.- ¿Ya has visto lo que mi hija es capaz de hacer? ¿No te pareció una actuación espléndida?
-Parece que tu experimento superó las expectativas deseadas. Felicidades.
-Debo agradecerte a ti y a tu grupo de Igualitarios por el apoyo. Ahora estamos más cerca de nuestro objetivo, ¿no es verdad?
-Cierto, muy cierto.- caminó pasándole de largo.- Pero hay algo que me molesta. La avatar sigue sin aparecer.
-Aparecerá, mi buen amigo. Y cuando eso suceda mi hija acabará con ella.
-Deberías acabar con los prisioneros. Ellos podrían volverse un problema.
-No lo serán y son el cebo perfecto para que la avatar baje la guardia.
-No te confíes demasiado, he visto de lo que son capaces.- Takahira frunció el ceño, no le gustaba que Sadasi le contradijera.
-Tomaré en cuenta tu opinión. Mientras tanto, puedes decirle al grupo de Igualitarios que muy pronto podrán saborear las delicias del poder, claro, con pequeñas diferencias de poder. Y si bien lo deseas, puedes formar parte de mi proyecto.
Sadasi ladeó la cabeza, era un gesto extraño y hasta macabro con las sombras cubriéndolo, casi como si estuvieran vivas.
-No te dejaría tocarme, bastardo demente. Y cuando tu hija acabe con la avatar de una buena vez, veré si de verdad vale la pena o no tu experimento.- se dio la vuelta y se perdió por el oscuro pasillo. Takahira apretó los puños y los dientes.
-Ya verás, pequeño bastardo. Después de la avatar sigues tú.- se alejó por el pasillo sin saber que Sadasi había visto su pequeña y patética explosión de ira. Pero ya arreglaría cuentas con él, por ahora, tenía que esperar.
…
Xiao se puso tensa al ver a Aang, lo vio avanzar por la pequeña tribu y las personas le vieron con miedo. Aang llegó hasta Hooru que se presentó ante él. Hooru colocó su mano en el hombro de la joven y le sonrió.
-Se enteró que uno de nosotros usó sangre control para salvarle la vida a una mujer de una manada de lobos pero lejos de lo que esperábamos, el avatar no vino a destruirnos o amenazarnos, más bien al contrario.- se mostró a Aang conversar con Hooru en medio de una fogata.- Escuchó nuestra historia sin juzgarnos y pasó varios días con nosotros aprendiendo.
-¿No desconfiaron de él?
-Sin duda, estábamos aterrados, pero él se mostró amable, abierto e interesado, comprendiendo nuestro propósito y uso de la sangre control. Al final llegamos a un acuerdo de paz con la promesa de que no usaríamos nuestro arte para lastimar a ningún ser vivo y nadie haría daño a nuestra tribu. La luna y el mar fueron testigos.
-¿Y qué pasó después?
-Todo fue paz hasta que llegó la enfermedad. La fiebre escarlata llegó al sur y nos volvimos más recelosos para evitar el contagio y… se nos olvidó protegernos de otro tipo de amenaza. El acuerdo se rompió.
-¿Alguien de la tribu rompió el pacto?- preguntó sorprendida y Hooru negó con la cabeza.
-No… fue al contrario.- la visión cambió, el cielo oscuro y encapotado por una tormenta rugía alrededor. Y en medio de esta una persona llegó y el viento bajo el gorro del extraño mostrando a Katara.
Xiao se sintió mareada y su cuerpo temblaba ante la anticipación.
-Mientras todos estaban resguardados, ella se las arregló para dormirnos a todos.- se vio a Katara poner algo en los barriles de agua.- Y cuando la mayoría quedó dormida, procedió a su labor.
La joven fue testigo de cómo Katara fue de casa en casa cercenando el control de todos, ancianos, adultos y niños. Algunos seguían despiertos, pero débiles y a pesar de que intentaron pelear fue inútil. Vio a Hooru caer al suelo en su casa, apenas consciente de lo que sucedía y su esposa, que parecía no haber sido víctima de la droga, intentó ayudarle pero él la empujó.
-Escóndela… rápido.- le ordenó a su esposa que rápido fue a otro cuarto donde metió sus brazos en el cunero y lo cubrió con una manta juntando varias cajas alrededor cuando escuchó a alguien entrar, escuchó el grito de su esposo y cuando fue a ayudarle ella tampoco pudo salvarse… El espíritu miró la escena con dolor mientras que Xiao sentía lágrimas caer por su rostro.
Después Katara entró en la habitación, vio las cajas y la cuna cubierta y ni siquiera se dedicó a verificarlas. Se marchó de allí perdiéndose en la tormenta y ambos padres se acercaron a la cuna donde la pequeña permanecía intacta.
-Se nos fue quitado nuestro control, pero con ello, pasó algo más…- explicó Hooru y la escena cambió de nuevo mostrando a los aldeanos enfermos, con fiebre, debilidad, y después...- Xiao vio a algunos vomitar sangre.
-¿La fiebre escarlata?
-Eso parecía. A diferencia del bloqueo, el cercenado causa un grave daño. El desbalance espiritual y físico provoca un colapso en el interior. Las demás aldeas y tribus pensaron que estábamos contagiados y fuimos aislados por completo. Mandamos un mensaje que por suerte fue interceptado pero… sólo hubo un sobreviviente.- Hooru le mostró la escena, un hombre entró a la casa usando un cubrebocas y este vio a la pareja yaciendo sin vida en la cama pero una pequeña bebé seguía viva en su cuna.
La tomó entre sus manos y la sacó de allí. El hombre se quitó la capucha y el cubrebocas cuando escuchó a la niña hacer pequeños ruidos y luego sonreírle, sonrisa que él compartió.
-Hola pequeñita.- le saludó Sokkah.- Así que eres del tipo risueño, entonces nos vamos a llevar muy bien. No te preocupes, prometo que vas a estar bien.
Xiao miró la escena y retrocedió como si le hubiesen golpeado.
-No… No, no puede ser…- la escena desapareció y regresaron al bosque de nieve.- E-Eso quiere decir que tú… que tú eres…- el hombre le miró con tristeza y asintió. Pronto a su alrededor notó las figuras de los de la tribu que le miraban con curiosidad y la esposa de Hooru se colocó a un lado de su esposo.
-Necesitábamos mostrarte esto antes de que regresaras. Porque necesitas entender…
-Esa mujer…- musitó sin escuchar a su abuelo y pequeños cristales de hielo comenzaron a aparecer alrededor y sobre su cabello.- ¿Cómo se atreve?... ¿Cómo se atreve a dañar a mi familia? Y quitarme todo incluso antes de nacer. A mí y… ¡a mi madre!
Aang aguardaba a lo lejos en su meditación, había una división muy delgada hecha entre ambos mundos. Roku se acercó a la orilla notando que Aang fruncía el ceño.
-¿Qué sucede?
-Algo pasó.- se levantó y echó una carrera al bosque sintiendo una opresión en el pecho.
…
En el exterior, Katara parecía ansiosa, en cambio Kya, observaba a Xiao ante cualquier cambio en su energía.
-Me gustaría que entendieras… que las dos entendieran.- Kya frunció el ceño.
-¿Entender qué? Tus miedos te han sobrecogido por años dañando a inocentes y ante tus ojos se encuentra la persona que podría juzgarte. Lo mismo pasó con Ashia, a pesar de tomarla bajo tu ala siempre le temiste a sabiendas que el pasado vendría a cobrártelas.
-Y mis miedos no fueron injustificados. Tú misma te diste cuenta de lo que fue capaz.
-Sí, porque yo le ayudé en su investigación. Pero tú, sólo viste un monstruo que ni siquiera existía y ahora que esta niña está aquí temes lo que pueda pasarte, ¿no es verdad? Temes por su juicio más que nada… porque no sabes si papá te hubiese perdonado lo que hiciste.
Hubo un ligero temblor de parte de parte de la vieja maestra agua, de repente parecía tan cansada.
-Sobre mis hombros he cargado con dos tipos de monstruos, la culpa y el miedo.- musitó a lo bajo y Kya se volvió un poco a verla.- Es cansado escuchar sus voces, y no sé en qué momento dejé que me dominaran por completo. Quizás fue… cuando los criminales comenzaron a aprender ese arte y las primeras víctimas aparecieron. Y tu padre, cada vez más cansado, cada vez más herido y la impotencia de no poder ayudarlo…- Kya se levantó del suelo.
-¿Y por eso iniciaste todo esto? ¡Mira hasta donde has llegado!- señaló a Xiao.- ¡Esa chica, su madre y su gente no tenían culpa alguna! Oh, sí… ¿acaso no creías que no me enteraría? Cuando Ashia me contó su historia y me enteré que ella se puso enferma poco después supe que algo no estaba bien e hice mi propia investigación. Papá me confirmó sobre esa tribu del sur antes de morir, pero él nunca supo lo que tú les hiciste al final.
-Kya… yo…- su voz temblaba con miedo pero su hija alejó su mano de ella.
-Podrás decir lo que quieras sobre los maestros sangre, pero tú tienes más sangre en tus manos que ellos. Y las consecuencias de tus acciones están aquí, en ella.- sus palabras fueron como dagas para Katara. No podía negar la verdad de ello. El peso de sus acciones ahora estaba allí, concentradas en Xiao, hija de Ashia, descendiente de la Tribu sur de la Luna Carmesí.
-¿Pueden dejar el drama para después?- regañó Mana que miraba muy alerta a Xiao.- Algo está pasando, y no es bueno.
El agua en el estanque comenzó a moverse y pronto las aguas se agitaron y la energía de Xiao fue visible pasando de un azul brillante a un rojo con tintes oscuros.
-¿Qué está pasando?- preguntó Kya también alerta. Y entonces de la energía apareció una versión de Xiao que era mucho más grande, centrándose rápidamente en Katara antes de soltar un grito de ira.
-¡CORRAN!- gritó Mana en el momento en que la forma espiritual de la joven alzó su puño hacia la entrada destruyéndola por completo antes de que llegaran a ella.- OK, plan B… ¿alguien tiene un plan B?
…
Aang corrió por el bosque sintiendo una energía negativa que comenzó a perturbar el escenario. De la nieve aparecieron formaciones afiladas de hielo y el cielo se había vuelto de un rojo sangriento.
-¡Xiao!- la encontró al fin y se sorprendió de verla.
Estaba hincada en el suelo, pero poco a poco se levantó, sus manos estaban teñidas de un color oscuro mostrando garras que parecían más los de una bestia, en los antebrazos, cuello, piernas e incluso en su cabello tenía cristales de hielo pegados, y sus ojos habían cambiado a un tono por completo rojo dejando la iris azul y brillante.
La gente de la tribu se había alejado, temerosos ante la ira incontrolable de la joven.
-Xiao… por favor, hablemos de esto. Necesitas terminar de escucharlos.
La joven no le respondió, en cambio, su respuesta fue distinta. Aang apenas pudo reaccionar cuando sintió el viento, cubriéndose a tiempo cuando la joven usó su aire control para moverse rápido y darle esa patada que lo hizo retroceder unos metros. Aang se mantuvo firme a pesar de la sorpresa de verla conectada de nuevo con sus poderes pero no de la forma correcta.
-¡Xiao! ¡Por favor! ¡Debes seguir escuchándolos!- pero ella le atacó de forma despiadada. Su uso de aire control para controlar su velocidad era de admirar, pero él era el experto en ello, por lo que no tuvo elección que usar una corriente para alejarla de él y así contraatacar, pero apenas se acercó las llamas le envolvieron y ella rápidamente se aferró a sus brazos. Hizo una mueca de dolor al sentir sus garras clavarse en él pero logró alejarla al envolverse en una esfera de aire y siendo ella despedida contra un árbol. Ella se levantó.
-Tú… sabías.- musitó la joven con los dientes apretados que ahora eran colmillos.
-No… no tenía idea de lo que Katara hizo. Y de verdad lo siento. Fue mi culpa que esto pasara.
Sus palabras no hicieron más que enfurecerla todavía más, ella fue sobre de él, pero esta vez usó el hielo cercano para atacarlo, Aang se movió rápido y cuando ella tocó el suelo, él creó una grieta para atraparla pero Xiao congeló el espacio en segundos y fue a él a quien atrapó congelando sus piernas para después estar a punto de atacarle con un rayo pero una corriente de agua la alejó de Aang y Xiao rasgó la tierra entre sus dedos para ver quién más estaba allí.
Kyoshi movió sus abanicos en una pose defensiva, mientras que Kuruk se colocó a su lado y Roku ayudó a Aang a salir del hielo.
-¿Estás bien?
-Sí, pero debemos tranquilizarla antes de que termine por corromperse por completo.
-Si la dejamos inconsciente no habrá problema.- dijo Kuruk y Kyoshi asinitó.
-Por mí, está bien.
…
En el exterior las cosas no iban bien, Kya intentaba refrenar a la forma espiritual de la joven usando el agua del estanque para crear cadenas que apenas y podían sostenerla.
-¡Agárrala bien, chiquilla! Ya me encargo yo.
Mana cuyo pelaje pronto se erizó y en un parpadeo la pequeña liebre pasó a cambiar su forma a una forma humanoide de un hombre conejo de largos y gruesos brazos. De un salto llegó hasta la forma espiritual y le golpeó en el pecho haciéndole retroceder para contra la pared y tumbándola de espaldas. Saltó sobre de ella para mantenerla debajo y cada salto resonaba en toda la cueva creando grietas alrededor.
-¡TE-TIENES-QUE-CALMAR-YA!
-¡Aguanta Mana!- Kya juntó sus manos y se concentró antes de moverse y crear con sus movimientos más cadenas de hielo que brillaban del mismo tono que el estanque.- Mi energía espiritual no es tan fuerte, pero aguantará hasta que se calme.
-¡Pues espero que sea pronto! ¡Porque ya me empiezan a doler las patas!
La forma de Xiao gritó furiosa revolviéndose a pesar de las cadenas sobre de ella, pero todavía intentando alcanzar a Katara que retrocedió asustada. Las cadenas de los brazos reventaron y se quitó de encima a Mana con un puñetazo que lo mandó hacia la otra pared.
-¡MANA!- Kya creó más cadenas que iban rompiéndose en cuestión de segundos sin siquiera ver a su madre.
Katara estaba aterrada, tal como dijo su hija esa joven era el resultado de sus errores, sus miedos, sus peores pesadillas magnificadas de la peor manera posible. Si sólo pudiera iniciar de cero, si tan sólo pudiera… ¿o sí podía? Se hizo la pregunta al ver a Xiao, su cuerpo, todavía inmóvil.
La forma espiritual destruyó las cadenas y casi aplastó a Kya que apenas y tuvo tiempo a esquivar el brutal ataque que destrozó el sitio donde estuvo antes. Y pudo ver a su madre en esa pose de ataque que tan bien conocía y que ella le enseñó de niña.
-Esto es por el bien de todos.
-¿Qué?- fue que se dio cuenta de sus intenciones.- No… ¿qué intentas hacer?
-Por el bien del mundo, un nuevo avatar debe aparecer. Ya asumiré las consecuencias después.- y con un movimiento lanzó una estaca de hielo a la joven.
-¡NOOOO!
La estaca se destruyó a poco de tocar a la joven. Mana había lanzado un cristal de hielo desde su posición.
-Sobre MI peludo cadáver.- de repente, el agua se elevó formando una cúpula que capturó y protegió a la joven avatar y a su forma espiritual y de entre el agua apareció Lá, el espíritu del agua.- Y el de él también.
…
En el mundo espiritual iban tan mal como en el mundo físico, o mejor dicho, iba peor.
Xiao le dio una patada doble a Kyoshi que apenas pudo sostener y repelió con sus dos abanicos, al mismo tiempo que Roku creaba un camino de fuego que la cercó pero este fue repelido cuando ella usó agua control, agua que Kuruk usó y multiplicó por diez creando una ola que montó sin problema y dejó caer sobre la joven. Xiao cayó a un lado y Kyoshi apiló rocas para atraparla y cuando Kuruk fue a por ella Xiao alzó su brazo cubierto de roca y golpeó al avatar en la cara. Abrió una grieta en su prisión de roca y antes de que Kyoshi intentase cerrarla la congeló en el sitio terminando de liberarse. Aang y Roku se unieron en un ataque combinando sus fuerzas en una esfera de fuego magnificada por el viento y este pareció surtir efecto, sin embargo lo que encontraron fue un agujero en la tierra y al asomarse por este Roku fue despedido por un golpe de viento en la cara, quedando Aang que usó su poder para expulsar a la joven de la tierra y atraparla en el aire en una llave. La joven no dejaba de gritar y patalear.
-¡Sujétala bien!- exclamó Roku. Kuruk se levantó rápido.
-Debemos purificarla antes de que sea demasiado tarde, auch.- se dolió Kuruk la mandíbula.
-No perdamos tiempo.- respondió Kyoshi que destruyó el hielo que la aprisionaba.
Todos cerraron sus ojos y los abrieron en estado avatar, Aang aguantó las heridas que ella le hacía en los brazos, parecía en verdad un animal rabioso. Roku la tomó de la cabeza mientras que Kyoshi y Kuruk colocaron sus manos en sus brazos para que dejase de lastimar a Aang.
-Entendemos tu dolor.- dijo Aang.- Todos hemos perdido algo, hemos perdido seres queridos y gente que de verdad nos importaba. Pero debes recordar que el odio, el miedo y la ira no llevan a ninguna parte más que a tu destrucción.
Entre tanto afuera la forma espiritual de la joven seguía intentando destruir la barrera. Con más ahínco y fuerza con cada segundo que pasaba.
Xiao gritó y se retorció mientras los cuatro seguían sujetándola con fuerza. Aang intentaba llegar a ella.
-Tú has sido testigo de lo que esto puede causar. Y lo sé… todos sabemos lo que es dejarse llevar por ello y arrepentirse en el camino. Por favor, debes de…- una mano se colocó en el hombro del antiguo avatar y lo apartó con cuidado.
Xiao sintió que era liberada y se dispuso a atacar pero fue envuelta en unos brazos que le envolvieron de forma gentil y cálida. Hooru, sus dos abuelos, estaban abrazándola y justo detrás la tribu entera estaba deteniendo a la joven.
-Lo que sientes es normal.- le dijo su abuelo.- Pero ese dolor que sientes debes dejarlo ir. Llora, grita, pero no lastimes a otros por ello. El odio ya ha hecho demasiado daño a la gente, nuestra tribu es ejemplo de ello. Por favor, pequeña… no sigas el ejemplo de quienes nos han lastimado.
Aang y los demás avatares miraban expectantes la escena, Kyoshi estaba dispuesta a intervenir pero Roku le detuvo cuando notaron que la joven ya no se movía y que de sus ojos gruesas lágrimas caían sin parar. El aura roja y oscura que la envolvía fue desvaneciéndose al tiempo que regresaba a la normalidad y se aferraba a los brazos de sus abuelos.
Afuera, la forma espiritual de la joven se detuvo y cambió de color reduciendo su tamaño y regresando a su cuerpo. El pobre Mana se dejó caer al sueño exhausto.
Xiao se acurrucó entre sus abuelos que le sonrieron dulcemente y secaron sus lágrimas. La chica se dejó hacer al ser mimada por sus abuelos y otros le daban palabras de aliento, no recordaba la última vez que había sido tan consentida. Aang se acercó y se arrodilló bajando la cabeza hasta el suelo.
-Les pido perdón a todos ustedes. De haber sabido lo que les pasó, o lo que les pasaría… yo hubiese…- sintió dos manos sobre sus hombros y al levantar la cabeza vio a Xiao.
-No fue su culpa.- le ayudó a levantarse y Hooru se acercó a Aang con una suave sonrisa.
-Nosotros no le culpamos, al contrario, gracias por entendernos.- Aang bajó la cabeza en reverencia mientras lágrimas caían de sus ojos. Xiao se volvió hacia su tribu y también a los avatares.
-Lamento mucho lo que hice. Avatar Roku, Kuruk, Kyoshi y Aang. Esto me ha ayudado para entender mejor lo que puede provocar los sentimientos negativos en cada uno de nosotros y a los que podemos lastimar.- miró a su tribu un momento y regresó su vista a todos.- Prometo dar lo mejor de mí, sé que no soy la avatar que todos esperaban que fuera, pero quiero enseñar al mundo que puede seguir adelante y que puede hacerlo apoyándose entre cada nación, sin odio, sin rencores y sin miedo. Mi mayor deseo es que todo el mundo pueda estar en paz, sabiendo que pueden confiar en quien esté a su lado, con buena salud, con una sonrisa de bondad y compartiendo ¡un buen plato de fideos!- hizo énfasis en la comida dejando a varios sorprendidos, sus mejillas se colorearon de la vergüenza hasta que alguien rompió el silencio.
-¡Con bollos de carne!- gritó Kuruk y Xiao le señaló con una sonrisa.
-¡Y con tofu envuelto en panceta!- ambos asintieron, tal parecía que se llevarían muy bien. Roku tosió con fuerza.
-Por favor, algo de respeto al momento. Y deberían agregar algo de verduras en escabeche.
-Y huevos cocidos.- agregó Kyoshi.- Unos fideos no son fideos sin huevos cocidos y pollo.
-¡A mí me gustan con camarones y pescado seco!- dijo alguien de la tribu y otras voces se alzaron. Algunos daban sus opiniones, sus gustos sobre complementos y acompañado de risas. Aang se acercó a Xiao y ella le sonrió.
-Harás un buen trabajo, y si necesitas ayuda, con mucho gusto te ayudaremos, cualquiera de nosotros.
-Gracias, aunque… no puedo prometerle que perdone a su esposa. Lo lamento mucho.- dijo ella con cierto pesar ante esa realidad.
-Lo sé.- aceptó él.- Pero quiero que me hagas un favor, enséñale como a todos los demás a no vivir con miedo.- ella asintió. Todos los avatares cerraron sus ojos y al abrirlos brillaron, el brillo envolvió a Xiao y la rama que le representaba pronto fue unida de nuevo al árbol volviéndose más gruesa y las hojas crecieron frondosas.
La joven abrazó a sus abuelos una última vez.
-¿Puedo venir a visitarlos?- les preguntó y su abuela le acarició la mejilla.
-Cuando así lo quieras, mi niña. Por cierto, yo me llamo Youmi.- acarició sus pecas borrando rastro de las lágrimas que le quedaron y su abuelo pasó su mano por su cabeza.
-Regresa, cariño. Y haznos sentir orgullosos.
Xiao asintió y dio un paso hacia atrás regresando junto con los otros avatares al jardín del árbol, allí, vio su rama con orgullo. Pero, algo más captó su atención, era otra rama, escondida entre las demás pero esta se veía seca y descuidada. Cuando notó eso, una voz resonó a lo lejos en un eco incomprensible.
-Debes irte, ahora.- urgió Aang de repente y todos los avatares se colocaron en una pose defensiva frente a ella.
-¿Aang?
-Vete.- le dio un leve empujón y Xiao sintió que cayó en un vacío antes de siquiera comprender qué había pasado…
…
Lá retiró la barrera y todos aguardaron ansiosos cuando la avatar abrió los ojos y se levantó de su sitio. Xiao inhaló y exhaló profundo antes de hacer presión en sus talones levantando dos rocas que recolocó en la isla, giró sobre sí misma creando un anillo de fuego que apagó con líneas de agua alrededor que dispersó apenas se detuvo con viento. Había regresado y esta vez se sentía más fuerte. Sonrió al espíritu del agua que le miraba haciendo una serie de vueltas.
-Hola maestro Lá, nos volvemos a ver.
La joven creó un camino de roca por el que regresó a la orilla y Kya y Mana se acercaron a ella.
-¿Cómo te sientes?- le preguntó la maestra agua y Xiao le sonrió.
-Mejor a pesar de todo.- luego se volvió a Katara que aguardaba por ella, pero la joven sólo la pasó de largo.
-¿No vas a decirme nada?- le preguntó la anciana maestra y Xiao se detuvo.
-Una amiga una vez me dijo que el miedo y la ira son las peores consejeras que existen, esa fue su nieta Adora. Además, Aang me pidió de favor una cosa, que le enseñara a no temer, y eso es lo que voy a hacer a pesar de no poder perdonarla.- Katara cerró los ojos y dejó que una lágrima solitaria cayera por su mejilla, Xiao se giró e hizo una reverencia.- Maestra Kya, pido que me enseñe a perfeccionar mi agua control lo más rápido posible, enséñeme al igual que enseñó a mi madre.- Kya sonrió y colocó sus manos en jarra.
-Muy bien niña, esto será brutal puesto que no tenemos mucho tiempo. ¿Estás de acuerdo?- ella asintió.- Bien, es hora de que aprendas lo que es el verdadero control del agua.
…
Uno de los mercenarios revisaba las celdas, miró primero la del líder que seguía igual, después pasó por la del maestro tierra hasta que escuchó un golpe en una de las puertas y el grito de Amarillys. Este se asomó y notó que la joven ya no estaba en el punto.
-Niña estúpida, de seguro quedó como coladera.- se dio la vuelta cuando de repente unas piernas salieron del espacio y lo atrapó apretando su cuello junto a la puerta hasta que quedó inconsciente.
-Dulces sueños.- la joven se enderezó y no le fue tan difícil quitarle las llaves de su bolsillo abriendo la puerta sin problema. El truco había sido saltar en línea recta y sostenerse de la puerta pegando sus manos al frío metal usando su sudor, dejando que la baja temperatura hiciera su trabajo y usando sus piernas para el resto. Hasta ella se sorprendía de lo flexible que se había vuelto su cuerpo. Con cierta dificultad retiró su mano.- ¡Auch! Casi me llevo un pedazo de piel.
Fue primero con Enlai al que liberó sin problema jalándolo hacia ella. Enlai fue a por Iroh, abriendo la puerta con su metal control y cortando sus cadenas. El maestro fuego cayó al frente apenas consciente y Amarillys tuvo que ayudarle a ponerse de pie. Y por último, fue a por el líder al que sacó sin dificultad alguna de la roca.
-Bien, ¿cuál es el plan?- preguntó Enlai y Iroh respondió.
-Salir de aquí, recuperarnos y aguardar el momento de atacar.
-¿Y qué hay de Xiao?- preguntó Amarillys preocupada.
-No se preocupen. Algo me dice que ella vendrá a arreglar este asunto más pronto de lo que pensamos, confío en ella.- todos asintieron y Sitka se adelantó al grupo.
-Vamos, conozco un pasaje cercano por el que podemos salir del palacio.
Salieron de las prisiones hacia el exterior y lo que vieron los dejó anonadados.
-Esos dementes…- murmuró Sitka al ver que su amada ciudad estaba cubierta por una gruesa capa de hielo y nieve. La gloriosa Ciudad Blanca lucía como una ciudad abandonada.
…..
Y… espero que les haya gustado! Gracias a todos por leer. Hay una pista muy buena y espero leer alguna teoría por ahí, y en el próximo capítulo veremos la batalla por la Ciudad Blanca! Vamos a ver quién le da sus pataditas a quién. Y sin más qué decir… UN ABRAZO! UN GUSTAZO! Y HASTA LA SIGUIENTE!
