Hola a todos los que leen esta historia! Que… sé que con pocos pero igual me gusta escribirla. Se viene lo bueno! Y quizás haya preguntas pero las respuestas vendrán tarde o temprano. Y ya sin nada qué decir además que espero la disfruten… COMENZAMOS!

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Capítulo 27.

A través del hielo.

El clima parecía acorde a la delicada situación, oscuro, frío y temible. La tormenta de nieve no había parado desde que Hisara se hizo de la Ciudad Blanca, encarcelado a los guardias y obligado a los ciudadanos a mantenerse encerrados. En las celdas repletas por Guardias, uno de los mercenarios le lanzó al suelo la que debía ser la comida del día, pescado crudo y echado a perder.

-Disfruten su desayuno, perdedores.- todos los maestros estaban sentados, esposados de manos y pies con la boca y nariz cubiertas por máscaras de metal. Estos no dijeron nada, pero cuando los pasos se alejaron parte del suelo de roca se movió y asomó Enlai con Sitka.

-¿Quién sigue?

Tres guardias se adentraron y tras quitarles los abrigos, Enlai creó figuras de roca y tierra del túnel que dejó en lugar de los otros guardias, había más figuras así y hasta ahora sus enemigos no se habían percatado de nada.

-¿Creen poder aguantar un poco más?- preguntó Sitka a sus hombres.

-No se preocupe por nosotros señor, sabemos que esto terminará pronto. Confiamos en usted.- respondió uno y Sitka asintió entrando en el agujero que Enlai volvió a cerrar. En una tienda a varias calles de distancia, aguardaban Iroh y Amarillys que vieron el suelo abrirse y de este salir a su amigo y al líder junto con otros siete guardias de distintas celdas.

-¿Cómo está la situación?- preguntó Iroh a su amigo.

-Siguen sin sospechar nada.

Tras quitarles las esposas y las máscaras, Amarillys les dio nuevas chaquetas y los guio a la improvisada cocina.

-No es mucho pero coman. Deben recuperar energía.

Los chicos y Sitka fueron a la parte trasera donde otros soldados estaban revisando un mapa de la ciudad. Todos saludaron a su líder.

-¿Alguna novedad?- preguntó Sitka.

-Nuestro contacto de adentro nos ha dicho que sigue en pie la visita de los representantes del Loto Blanco. Tras el leve retraso calculan que llegarán hoy.

-Se están moviendo alrededor del Parlamento, pensamos que planean una ofensiva en caso de que una posible pelea.

Tanto Sitka como Iroh miraron el mapa y Enlai miró entre los hombros de ambos ya que apenas y le permitían entrar en ese círculo que parecía ser "Solo para militares".

-Eso es bueno, ¿no? Si todos están en un punto podremos atacarlos a la vez.

-Podemos crear una contra ofensiva.- sugirió Sitka.- Dejar fuera de combate a los que están fuera y encerrarlos aquí y aquí para después atacar directo.

-Y si usamos los túneles que hicieron usted y Enlai podremos atacar desde el centro.- sugirió Iroh pero Sitka negó.

-No, quiero usar esos túneles para sacar al resto de mi gente. No quiero que nadie quede dentro ante cualquier fuego cruzado.- Iroh asintió a sus palabras, era verdad que había personal y sirvientes dentro del lugar. Eso era algo que le admiraba al líder.- Comiencen a prepararse.- todos salieron de la habitación quedando el trío dentro y pronto Amarillys se unió.

-¿Cómo están?- preguntó Iroh a la joven que movió los hombros.

-Débiles, pero sólo necesitan comida y un buen descanso.

-Pues no tendrán mucho descanso. Necesitaremos toda la ayuda posible.

-Eso es difícil, Iroh.- se quejó Amarillys.- Los médicos que trajimos dicen que necesitan al menos un día o dos.

-Entonces los dejaremos como reservas.- estableció Sitka.- En caso de que algo pase.- Amarillys asintió y luego bajó la cabeza.- Como desearía que Xiao estuviese aquí.- la mano de Enlai se puso sobre su hombro.

-No te preocupes, estamos seguros que aparecerá tarde o temprano. Mu y Karue también desaparecieron por lo que han de estar con ella.- la joven sonrió con más confianza y salió de la habitación para revisar a los soldados.- En serio espero que aparezca pronto.

-Lo hará.- respondió Iroh sin duda alguna.- Xiao nunca nos ha decepcionado y algo me dice que está bien.- a pesar de la situación se permitió sonreír con añoranza de poder volver a verla. Sintiendo dentro de sí mismo que la vería más pronto de lo esperado.

Lejos de allí, Xiao se colocó la capucha, mirando en la entrada de la tormenta la nieve caer. Kya y Katara se colocaron a su lado y Mana se acercó con los demás animales.

-Esta tormenta no es normal.- dijo Mana que sacudió su cuerpo.- Mis hermanos están molestos y con gran razón.- Kya asintió.

-Mucha energía negativa se encuentra concentrada en un mismo punto a pesar de que el desequilibrio del avatar ha sido reparado.- miró a la joven preocupada.- ¿Estás lista, Xiao?

-Tu oponente no será fácil de vencer.- dijo Katara.- Es muy fuerte y ha derrotado a tus amigos y a otros más fuertes sin problemas.

-Estoy lista. He tenido buenos maestros.- acomodó su gorro para que le cubriera más.- Voy a enseñarle de lo que es capaz un Avatar y un descendiente de la Luna Carmesí.- al dar el primer paso afuera sentía que no estaba sola, sentía que toda su tribu iba con ella.

La tormenta se había prolongado por días, imposibilitando las salidas de barcos pero no la entrada. Uno de los barcos arribó gracias a la tripulación con varios maestros fuego que derritieron el hielo y al fin descendieron de este los representantes del Loto Blanco. Mai se acomodó las gafas oscuras que se movieron por los fuertes vientos y uno de los cuatro maestros que le acompañaban susurro.

-Esto es peor de lo que imaginamos.- dijo tras ver la desolada ciudad.

-El viento ruge de rabia.- los adornos de su cabello se sacudieron con el viento.- Los espíritus nos están mandando un mensaje. Manténganse alertas, las cosas pueden son peor de lo que parecen.

Guardias, o mejor dicho, mercenarios vestidos como guardias les aguardaban en un trineo. Subieron a estos, aunque Mai giró su cabeza hacia el techo de un edificio que parecía abandonado antes de partir. Sobre dicho edificio la sombra de Sadasi se asomó y regresó a él que permanecía sentado lejos de la orilla para no ser visto.

-El espectáculo está por empezar pero el actor principal no ha llegado.- detrás de su máscara rota frunció el ceño y pudo entreverse sus labios fruncidos.- No sé dónde estás, pero te estoy esperando Avatar.

El palacio del Parlamento había cambiado mucho desde la última vez. Tesoros que normalmente deberían estar guardados estaban a la vista como decoraciones y las criadas hicieron reverencia a todos cuando llegaron, pero a pesar del lujo y de la luz en el sitio podía sentirse una opresiva sombra sobre todos y el miedo en los ojos de quienes se atrevieron a mirar de reojo a los miembros del Loto.

Las grandes puertas se abrieron y dentro de la cámara del líder, la cual debía ser más un salón para recibir a las visitas, fue convertida en la cámara de un trono donde Hisara estaba sentada en un trono ornamentado en picos hacia el cielo con las piernas cruzadas. Su padre que estaba a su lado se adelantó.

-Bienvenidos seas, queridos miembros del honorable Loto Blanco. Estábamos esperando su llegada.- Mai se mantuvo con una expresión seria mientras que otro de sus colegas chasqueó los dientes.

-Esta cortesía es innecesaria. ¿Cómo se atreven a generar caos en una de las ciudades principales de los reinos? ¿Quiénes se creen que son?- Takahira rio entre dientes.

-Esto, queridos miembros del Loto, es sólo una muestra del verdadero poder del Avatar frente a sus ojos que al fin ha alcanzado su máximo potencial. Y por ello, el mundo debe saber la verdad sobre el error cometido al retirarle su apoyo y nombrar a una impostora como la Avatar original.

-¿Error, dices?- dijo otro del Loto con igual serenidad que Mai pero con la rabia asomando por sus ojos.- ¿Acaso crees que "eso" es un Avatar? No es más que una invención aberrante de tus delirios.

-Mi hija ha demostrado ser una Avatar digna.- defendió en tono apasionado.- Ha pasado por los sacrificios que un avatar debe pasar. Y he allí una muestra de lo que digo, su cuerpo es muestra del camino doloroso por el que ha cruzado, ha soportado y entrenado por el bien de las cuatro naciones. Todo para ser reivindicada y mostrarles de lo que es capaz por el bien de las naciones.

Hisara se levantó del trono y se acercó al grupo.

-Queridos miembros del Loto. Sé que deberán estar desconcertados por lo sucedido y mi apariencia, pero todo lo que he hecho es por el bien del futuro de las cuatro naciones.- se pavoneó frente a ellos como una celebridad.- Puedo demostrarles aquí y ahora de lo que puedo ser capaz. Es normal dudar, yo misma lo admito, ante la presencia de otra persona que tiene mis mismos dones. Pero no deben dudar más. Mi poder no se compara con el de ningún maestro. Puedo hacer frente a ejércitos enteros por mí misma y esta ciudad pronto volverá a florecer bajo un nuevo orden, nuestro orden, con su apoyo y mi poder crearemos el equilibrio perfecto entre las naciones para que este mundo siga en paz y armonía. ¿Qué opinan? ¿Me darán su apoyo una vez más?- extendió su mano hacia ellos, concediéndoles la palabra para que hicieran su elección. Mai que iba a la cabeza bajó los hombros.

-Me recuerdas mucho a alguien que conocí en mi juventud. Pensaba que el poder y el miedo lo eran todo para conseguir sus objetivos, pero aquello no es más que una ilusión. El poder por sí solo no es más que una base frágil hecha por el ego. Y tú vas a caer, aquí y ahora.

Una de sus dagas fue hacia el padre de Hisara cuando este iba a sacar la cerbatana, terminando esta partida a la mitad e inutilizada en el suelo. Furiosa, Hisara hizocrecer decenas de estalactitas de hielo en el suelo pero Mai y los demás miembros se dispersaron evitando con maestría el ataque.

-¡GUARDIAS!- gritó Takahira y los mercenarios aparecieron de cada rincón del lugar dispuestos a atacar. Mai desplegó de su mano varias dagas como un abanico y los demás se colocaron en posición.

Pronto las grandes puertas fueron derribadas y un maestro del Loto cayó de pie sobre de ellas cuando dos mercenarios con sus espadas estaban casi sobre de él, este usó la roca del suelo para girar una de las puertas sobre de él sirviéndole como un improvisado escudo para después que dos enormes manos de roca los atraparan y lanzaran por la ventana. Un maestro fuego ayudaba a Mai contra Hisara encendiendo sus dagas que la joven esquivó creando una ola en la cual se montó y que después lanzó contra ambos. El maestro creó una barrera de fuego que fue extinta, pero sirvió su propósito cuando Mai logró clavar sus dagas en el brazo de la joven, aunque para su mala suerte no había dado a un punto importante entre la maraña de metal y cables.

-¡Te devuelvo esto!- regresó las dagas con su aire control creando más dagas hechas de hielo. Mai tomó en el aire las suyas y destruyó las demás en movimientos precisos.

-Gracias.- dijo la maestra de armas que extendió sus brazos y debajo de sus amplias mangas decenas de armas unidas a filos hilos fueron contra Hisara, no sólo dagas, sino también espadas largas y cuchillas como sierras que tuvo que crear una cúpula de roca, aunque varias de estas lograron traspasar la barrera.

Hisara salió de la cúpula pero la alzó y la completó hasta lucir como una bola a la que le hizo crecer picos. Creó otra idéntica y la lanzó contra los maestros que tuvieron que esquivar el ataque para después cubrirse al momento en que los picos salieron disparados como proyectiles, logrando herir a un maestro agua que estaba luchando contra varios de los mercenarios que aprovecharon la oportunidad pero su compañero, otro maestro agua, le salvó justo a tiempo lanzándolos lejos y poniéndolo a resguardo para sanarlo. El maestro roca destruyo con sus dos grandes manos las esferas de Hisara y la atacó de frente, lo que no se esperó fue que ella usara aire control para moverse rápido y lo atacara de frente con un rayo doble que paralizó sus brazos. El maestro agua fue a contra Hisara que contraatacó con sus rayos, pero el maestro cambió el elemento a hielo para evitar cualquier riesgo, lanzándole decenas de estalactitas que ella esquivó y se deslizó por el suelo congelado para atacarle, grave error, cada una de las estalactitas creció hasta lucir como serpientes que le llegaron por la espalda, Hisara saltó y comenzó a esquivarlas y destruirlas, pero con cada una que destruía una más crecía y le atacaba. Al final, acorralada, se envolvió en una bola de fuego que cayó como un meteorito al suelo derritiendo el hielo y evaporando todo a su paso. La bola de fuego entonces fue contra el maestro que fue protegido por su compañero de fuego al dispersarlo y Mai se colocó al frente de sus compañeros escuchando a más mercenarios rodearles.

-Tuvieron su oportunidad.- declaró Hisara con una sonrisa.- Pero está bien. Cuando envíe lo que quedó de ustedes a sus compañeros ellos sí escucharán mis razo…- parte del muro pasó tan cerca de ella que la dejó sin habla.

Enlai había abierto un agujero de buen tamaño.

-Les dije que llegábamos tarde para la fiesta.- sus amigos y el líder entraron respaldándole y los Guardias legítimos del reino también.

-No sé quién decoró mi oficina, pero le quedó fatal.- declaró Sitka que invocó sus espadas.

-Entonces no te importará que derribemos el lugar.- le dijo Iroh sacándole una carcajada.

-¡Por favor!

Y tras ello todos fueron contra sus enemigos.

-¡Malditas plagas!- Hisara invocó una llamarada que fue contra el grupo pero Enlai levantó una barrera de pico que los protegió y lanzó la mitad hacia ella que esquivó y después la otra mitad que ella pateó hacia el trono que fue destruido.

Una batalla campal dio inicio. A pesar de no tener sus espadas, Iroh se las arreglaba muy bien con sus ataques hasta llegando cerca de Mai.

-No pensé que vendrías hasta acá, madrina.

-Tampoco pensé que te vería aquí.- lanzó una cuchilla que le dio a un mercenario y Iroh golpeó a otro más que iba a atacar a la anciana.- Has mejorado.

-He aprendido a proteger lo que me importa.- dijo haciéndola sonreír.

Enlai levantó varias columnas que pateó sacando de estas discos que golpearon a sus enemigos. Cuando un maestro tierra destruyó sus columnas con una roca, de un golpe certero Enlai la partió a la mitad, revelando que lo había hecho usando lava control.

-¡No pensé que podía hacer eso!- exclamó sorprendido y con mayor confianza.

Amarillys se las estaba arreglando tras correr y moverse usando a su favor el campo de batalla. Cuando dos maestros de espada se acercaron a ella, desató los lazos que tenía enredados en sus brazos e inclinó su cuerpo haciendo que las espadas pasaran sobre ella. Usando los lazos unió y los acercó quedando la espada de cada uno pegado al brazo de cada uno poniéndolos más que nerviosos y terminarlos con una patada doble abierta.

-¿Quieren un pedazo de mí? ¡Adelante!- pero toda su bravuconería desapareció cuando un par de mercenarios comenzaron a disparar con metrallas y tuvieron que ponerse al cubierto hasta que Sitka destruyó las armas con su agua control.

Por un momento parecía que el equipo avatar tenía la ventaja, o así fue hasta que el sitio entero comenzó a temblar y Iroh notó que Hisara movía el control en su pecho con una mano y la otra estaba extendida hacia el suelo.

-¡ENLAI!

El joven maestro acercó a todos usando las baldosas del suelo antes de que crecieran enormes púas que pudieron haberlos eliminado y Enlai usó su lava control para destruir parte del terreno y separarlo, pero no había terminado. El techo y las paredes se comprimieron sobre de ellos y junto con el maestro del Loto creó una esfera con la cual todos lograron salir rodando fuera del sitio. Al deshacerla, Iroh miró con sorpresa el sitio caía en pedazos y Hisara salió sin un rasguño, pero los mercenarios no habían tenido suerte.

-Despreciable.- musitó a lo bajo furioso. El padre de la joven, que había huido del recinto escabulléndose como la rata que era, observaba la escena por completo fascinado.

-Qué magnífico poder, y todavía no llega a su máximo potencial.

Sadasi, que desde el principio veía todo desde una distancia prudente, tuvo que admitir que estaba cada vez más sorprendido.

El grupo avatar se puso en guardia.

-Estás sola, has acabado tú misma con tus propios aliados.- declaró Sitka pero Hisara sonrió amplio.

-¿Eso creen?- antes de siquiera darse cuenta, decenas de hombres aparecieron rodeándolos.

-¿Y estos de dónde salieron?- se preguntó Enlai.

-¿No habíamos acabado con los que rodeaban el lugar antes de venir?- preguntó Amarillys y Takahira reapareció ante la nueva ventaja.

-¿Acaso se creen que ustedes fueron los únicos en llegar aquí? Qué ilusos y estúpidos.- se volvió a su hija que parecía ansiosa por acabar con ellos.- Decenas de hombres y mujeres han venido porque reconocen el poder de mi hija. Hija, haz lo que te plazca con ellos.

-Claro, padre. Haré que rueguen por sus vidas.

Hisara dio un paso al frente disfrutando de verlos encogerse en sus lugares, atentos a cada uno de sus movimientos. Apenas dio otro paso al frente cuando de repente, la tormenta de nieve se detuvo. Aquello la tomó desprevenida, pero no fue la única. Poco a poco el cielo fue aclarándose dejando de nuevo que los tenues rayos del sol iluminasen la ciudad y a los pobres ciudadanos escondidos en sus hogares. Una mano alzada apareció a la vista de Iroh que fue el primero en notarla a varios metros de ellos, la persona caminó por el puente sobre el canal hasta que el cielo terminó por despejarse. Bajó su gorro y el cabello de la joven se liberó en una coleta alta muy distinta a sus dos trenzas.

-Xiao…- musitó Amarillys casi al borde de las lágrimas al ver a su amiga. Enlai lanzó un pequeño grito de emoción.

-¡Woooo! ¡Al fin!

Iroh no dijo nada, tan feliz de verla tan sana y no como la última vez en esa cama de hospital.

Por unos instantes, Sitka pensó que veía a Ashia en ella y sonrió al ver lo mucho que se parecía. El Loto Blanco estaba sorprendido por la presencia de la joven y Mai bajó un poco la cabeza a sabiendas que las cosas ahora estaban a su favor.

Hisara se volvió a Xiao que terminó de recorrer el puente entrando en el área del campo de batalla, pero no iba sola, Katara y Kya iban a su lado y detrás de ellas, Mana iba sobre Mu y Karue voló hasta posarse sobre el asta del ciervo flor.

-Te estaba esperando.- declaró Hisara sonriente.- ¿Bajo qué piedra estabas escondida, cobarde?

-Pensé que la última vez quedo claro quién es la verdadera avatar.- respondió la joven no entrando en provocaciones.- Tal parece que esta vez debo hacer que lo admitas.

-Lo único que voy a admitir es que tú eres una ¡farsante! Yo soy la verdadera avatar. Poderosa, invencible y perfecta.

-Mi abuelo una vez me dijo que el poder y la perfección están sobrevalorados. Y el verte me hace darme cuenta de cuánta razón tiene.

Ante aquel golpe a su orgullo, Hisara se puso en posición de pelea, Xiao se quitó la chaqueta y también se puso en posición, pero esta vez, su postura era por completo recta, con los pies colocados uno delante del otro con las palmas hacia arriba. Aquella era una postura demasiado relajada a pesar de lo tensa de la situación pero sus ojos estaban puestos en su adversario.

-Oigan, ¿no creen que Xiao se ve diferente?- dijo Amarillys a lo bajo.

-Sí, lo sé.- respondió Enlai.- Se ve muy bien con ese cambio de look.- la castaña le jaló la oreja furiosa pero Iroh sabía a qué se refería la joven.

-Ama tiene razón. Ella ha cambiado.- podía sentirlo, parecía más madura y más fuerte, fuese cual fuese el entrenamiento que hizo durante esos días había ayudado a que la joven madurara. Sadasi también percibió el cambio y afiló la mirada atento a lo que fuera a venir.

Las dos se movieron veloces al mismo tiempo y sus antebrazos chocaron a la vez, pudo haber sido doloroso para Xiao de no ser porque su brazo estaba recubierto en hielo que se resquebrajó por el metal. Ambas lucharon a golpe limpio anteponiendo en sus manos distintos elementos, aunque Xiao repelía los ataques de Hisara de un lado a otro sin siquiera parpadear hasta que logró golpearla en el pecho, o más bien, sólo la tocó y Hisara retrocedió un par de metros como si le hubiesen golpeado. Kya sonrió, le había enseñado muy bien, pero no fue ella su única maestra. Su propia tribu le había enseñado a hacer buen uso de su don.

-¿Cómo le hizo?- preguntó Enlai tan sorprendido como los demás hasta que Mai les recordó que ellos tenían su propia batalla cuando lanzó una de sus dagas a uno de los mercenarios.

-Recuerden que nosotros también tenemos trabajo.

Y así regresaron a su propia lucha, pero esta vez, con refuerzos. Katara y Kya pasaron a las dos chicas usando cada quien una ola con la que se llevaron consigo también a los animales y al tocar el suelo congelaron sus olas unidas dividiendo así el territorio entre su pelea con la de ellos. El poder de las dos maestras agua se hizo visible rápidamente.

Entre tanto, Hisara concentró su poder para lanzar una llamarada que potenció con aire control. Xiao hizo lo mismo, pero en opuesto usando el ambiente frío con su aire control. Las llamas y el hielo se mantuvieron al mismo nivel hasta que ambas desistieron y Hisara de nuevo atacó lanzando trozos de roca de lo que quedó del anexo. Xiao apenas se movió de su lugar. Esas rocas no eran una amenaza, gracias al entrenamiento de Toph era fácil de prever su movimiento y permanecer calmada, pero atrapó una de las rocas clavando sus dedos en esta y tras dar un giro completo la lanzó de vuelta contra Hisara que con un golpe la destruyó.

-¿Es todo lo que tienes, perdedora? -apenas terminó la oración tenía a Xiao sobre de ella con una patada justo en la cara que la hizo trastabillar. Hisara estaba confundida, ¿cómo era posible que ella pudiese hacerle frente a pesar de todo?

-¿Te duele demasiado?- le preguntó Xiao a pocos metros.

-¿Esto? No es nada, pegas como una niñita.- se burló limpiando la saliva que salió de su boca.

-No, me refiero, ¿por qué soportas ese dolor?- la expresión de la joven cambió.- Pude sentirlo la primera vez que te toqué. Eso que te han hecho hace que sientas dolor, quizás te has acostumbrado a ello pero ¿por qué lo soportas? ¿Por esto? Mira a tu alrededor.- señaló las ruinas de la ciudad y la pelea cerca de ella.- ¿Esto en serio vale la pena? Hay gente con miedo dentro de su hogares, gente herida, ¿esto es lo que tú crees haría un avatar? ¿Quién te ha puesto esas ideas en la cabeza?

-¡¿Quién te crees que eres para decirme eso?!- gritó Hisara con rabia.- ¿Y qué si duele? Esto es lo que he tenido que pagar porque tú me lo has quitado todo. ¡Eres una aberración que no debió existir! ¡Yo soy la legítima avatar! ¡YO! Y voy a hacer que el mundo entero sepa quién es la avatar real.- llevó su mano al control de su pecho.- ¿Esto? No es nada con tal de recobrar lo que es mío.- apretó los dientes mientras giraba el control al máximo, su cuerpo se tensó, incluso Xiao sintió que algo no iba bien con ella. Las venas de sus ojos se hicieron visibles, un sonido silbante vino de su cuerpo y el latido de su corazón se aceleró.

Fue un segundo que apenas y pudo reaccionar cuando el puño de Hisara pasó muy cerca de su rostro y destruyó parte del muro de hielo que las maestras habían creador. Un segundo que pudo costarle demasiado… guardó rápidamente distancia con su aire control pero casi de inmediato tenía a Hisara sobre de ella con un golpe doble de fuego que la golpeó en la cabeza y espalda y un rodillazo la elevó del suelo antes de ser de nuevo golpeada en la cara. Xiao cayó sobre un montón de nieve que solidificó como un escudo cuando Hisara estaba ya sobre de ella y se deslizó por debajo levantándose a espaldas de esta sólo para ver que alrededor picos de hielo y roca de las edificaciones cercanas apuntaron en su dirección, Hisara tenía las manos alzadas como una maestra de orquesta y entonces las bajó.

Los picos cayeron sobre la avatar que creó una ola de hielo que atrapó todos los proyectiles y lo hizo avanzar hacia Hisara que con una enorme bola de fuego la destruyó y se dirigió hacia Xiao que la partió en dos con su aire control pero vio a Hisara de frente y tuvo que anteponer su mano como un escudo para evitar un daño mayor.

-¡AGH!- retrocedió con la mano quizás rota.

-La última vez fue el brazo, esta vez te romperé cada hueso de tu cuerpo.- gruñó Hisara con una sonrisa retorcida antes de irse sobre de ella con un puño, pero Xiao desvió su golpe con su otra mano y… algo la golpeó con fuerza en el pecho, siendo este su otro puño. No pudo articular palabras al ver su mano, la que estaba segura que había roto, bien.

-Entonces, no pienso contenerme tampoco.- la hizo retroceder como antes y se colocó en posición, esta vez en la típica pose de la tribu agua.

-¡No lo hagas entonces!- gritó indignada Hisara atacándole con fuego pero un viento gélido pasó la bola de fuego y se dispersó por completo. Cuando volvió a ver a Xiao, cristales de hielo rodeaban sus ojos y una capa blanca cubría la punta de sus dedos, los lados de su cuello y hasta las puntas de su coleta.

-Como quieras.

Fue contra Hisara de frente que rápidamente contratacó pero Xiao saltó a un lado creando bajo sus pies una capa de hielo por la que se deslizó y contraatacó con una patada en el lado derecho de su cabeza que le dejó un rastro blanco. Hisara intentó golpearla apenas tocó el suelo pero Xiao se movió esquivando su ataque e hizo crecer una estalactita del suelo que la apresó los segundos necesarios para darle otro golpe certero que la lanzó contra lo que quedó del antiguo salón.

-¿Esa en serio es Xiao?- preguntó Enlai mientras tenía apresado a un par de mercenarios. Sitka se sorprendió al ver que Xiao había dominado la técnica de su madre cuando esta se enfurecía.

Hisara se levantó y pisó con fuerza el suelo elevando al aire todas las rocas del lugar y la lanzó contra Xiao que aguardó el momento exacto, las rocas que iban al frente se cubrieron de una capa helada y con un movimiento de su pie creó varias estalactitas de hielo que atravesó y destruyó con facilidad la roca frágil.

Hisara se acercó para un ataque directo, usando su nuevo brazo pero su oponente interceptó el ataque con un escudo de hielo que se rompió provocando esta vez que la mano se rompiera. Con una sonrisa retorcida ante su logro volvió a atacarla, pero para su sorpresa la misma mano se atravesó atrapando su puño y congelando su brazo rápidamente haciendo que retrocediera.

-¿Cómo? ¡Estoy segura de haberte roto la mano!

Destruyó el hielo en su brazo con un movimiento y volvió a la carga recubriendo su otro brazo con roca y hielo mientras que Xiao esquivaba sus golpes hasta que otro más le rompió el brazo. Pero de nuevo, la joven avatar usó el brazo supuestamente roto para atacar y guardar distancia.

Una bruma helada rodeaba a Xiao y cada vez que Hisara se acercaba parte de su cuerpo se congelaba. Hisara entonces usó toda su fuerza en un golpe directo, un golpe de fuego que Xiao respondió con hielo chocando sus puños y creando un choque de poderes.

Hisara guardó distancia con los puños al frente y esta vez vio a Xiao que sujetó su brazo, su mano se veía mal y uno de sus dedos estaba en un ángulo extraño.

-¿Qué pasa? ¿Te dolió?- se burló Hisara pero Xiao antepuso su brazo que en un segundo todos sus huesos se reacomodaron para su sorpresa.

-Ni un poco. ¿Y a ti? ¿Te duele?- una chispa salió del brazo de Hisara y se dio cuenta que parte de este se había roto. Otra chispa saltó y un líquido comenzó a derramarse de este.

-No… ¿qué lo hiciste?- Xiao exhaló un poco de aire frío.

-Usando el frío a mi favor. Desde el principio ese ha sido mi objetivo. Al igual que las rocas que me lanzaste usé el frío para congelar tu brazo sin siquiera lo notases. Es como con un tubo de agua, en invierno el metal se contrae y eso provoca que haya fugas.- dio un paso al frente y congeló la nieve que pisó.- No importa que tan bien hecho esté o qué metal usaron para eso, sigue siendo lo mismo.

-Tu mano… ¡¿Y qué hay de tu mano?!

-Esa es mi sangre control.- declaró con orgullo.- Con mis nervios congelados para no sentir dolor, puedo usar mi sangre y las conexiones de mi chi para curarme a mayor velocidad. Tejido, carne y hasta hueso.- una espiral de agua se formó en su mano lista para terminar con Hisara.- Y no tengo necesidad de un ingeniero para curarme.

Fue contra ella con un puño helado y Hisara antepuso su brazo mecánico que se dobló casi por completo y algunos de las aleaciones que cayeron al suelo. Hisara intentó contraatacar con su otra mano, pero Xiao lo congeló y lo bajó al suelo usando su sangre control, para dejarla hincada a ella.

-Que te quede claro de una buena vez. ¡Yo soy el avatar!

-No… ¡NOOOOO!- chilló desesperada sacudiendo su cabeza.- ¡Esto no puede ser así! ¡No puede ser! Después de todo por lo que he pasado… por ellos… por mi culpa… después de lo que hice… ¡Yo debo ser el avatar!- lloró desconsolada y Xiao se dio cuenta que no estaba fingiendo.

-¿De quienes hablas?- de repente le pareció notar algo, una ligera bruma… un espíritu abrazaba a Hisara que lloraba desconsolada.- ¿Quién eres?

El tenue movimiento del viento le alertó y esquivó por poco la espada de Sadasi. El asesino apenas cayó al suelo atacó a la avatar con su espada y ella tuvo que contraatacar creando un largo cuchillo de hielo. Aunque sin que ella se diese cuenta, bajo su capa él sacó dos granada, pero hubo alguien que sí se dio cuenta de ello, siendo Sitka que estaba cerca para ver lo que sucedía.

Sadasi lanzó su capa que Xiao apartó y fue que vio las dos granadas muy cerca de ella, pero al mismo tiempo, Sitka se antepuso invocando una barrera de hielo y protegiendo con su cuerpo a la joven. La explosión los lanzó a ambos hacia las ruinas del anexo y Xiao vio que Sitka estaba casi sobre de ella apoyándose con una mano pero…

-¿Estás bien, niña?- le preguntó a pesar de la herida de su frente y la sangre emanaba de donde antes estuvo su brazo izquierdo.- Perdón… por todo.- le sonrió.- Si ves a tu madre… dile que lo siento.

-¡Señor!- gritó Iroh corriendo hacia ellos pero Sadasi fue más rápido y apuntó su pistola. El disparo se escuchó por toda el área y la bala entró por la espalda de Sitka y atravesó el hombro de Xiao.

-¡XIAO!- gritó Amarillys. Xiao sostuvo al líder entre sus brazos. Había sido un disparo limpio al corazón. Ella colocó su mano en su pecho, donde había salido la bala, y cuando Sadasi iba a disparar de nuevo cuando una roca de lava destruyó su arma, Enlai había dado justo en el blanco y una ola casi lo aplasta pero la esquivó a tiempo. Kya estaba furiosa.

-Voy a hacerte pedazos.

-No si yo lo hago primero…- en ese momento Mana, en su forma de pelea apareció por detrás de Sadasi, pero la sombra apareció y detuvo el ataque frenando al conejo como si de brea se tratase.

-¿También tiene un espíritu?- se sorprendió Katara y el joven lanzó un par de granadas al aire que destruyó con una daga.

-No pienso desaprovechar la oportunidad.- corrió hacia Xiao con su espada y esquivando una llamarada de parte de Iroh que intentó darle pero Sadasi era más rápido y llegó hastala joven avatar blandiendo su espada.

Algo rompió su espada y la máscara por la mitad que lo hizo caer al suelo. Xiao tomó el mango de una espada de hielo con el filo hecho de la sangre del líder. Anteponiéndola entre ella y el líder. La máscara cayó y Sadasi, asombrado, sintió la cortada a lo largo de su rostro.

-A estas alturas…-musitó Xiao con lágrimas en sus ojos.- Ya no me sorprende.- Iroh llegó rápido y golpeó el rostro de Sadasi que cayó al suelo con una quemadura en su rostro. Iroh parecía sorprendido, pero la sorpresa pronto se convirtió en rabia y lanzó una nueva llamarada contra él.

-¡Yuga!- la sombra dejó a Mana y se movió con gran velocidad hacia el joven protegiéndolo del ataque. Cuando el fuego se dispersó, Sadasi se levantó y el espíritu oscuro quedó alrededor de él.- Esta es una de muchas que vendrán. Al menos me voy con la satisfacción de llevarme una vida.- usó una bomba de humo que le ayudó a escapar de la escena.

Iroh se maldijo en silencio tras ser engañado por el asesino pero rápidamente dejó eso de lado para enfocarse en Xiao. Los mercenarios ya habían sido subyugados y el equipo avatar se acercó a ellos junto con los miembros del Loto Blanco que estaban sorprendidos por lo que veían.

-¿Eso es…?

-¿Sangre control?

-Nunca había visto algo así.

Katara se acercó a la joven y miró con profunda tristeza al líder.

-Oh, Sitka… Sitka, lo siento tanto.

-Si lo siente entonces no pierda tiempo.- regañó Xiao mirándola a los ojos.- Porque todavía sigue vivo.

Todos quedaron pasmados ante sus palabras y Katara verificó el pulso de Sitka.

-Su pulso es débil… pero sigue vivo.

-Rápido, hay que ayudarlo.- instó Kya acercándose y entre las tres comenzaron a curarle. Katara creó una compresa de hielo donde faltaba su brazo, dándose cuenta que poca sangre manaba de este. Xiao estaba sudando, le era en verdad difícil mantener el flujo de sangre corriendo de forma normal a pesar de la herida y sintió la mano de Kya.

-Cura su corazón, yo me encargo del flujo de sangre.

-¿Lo ha hecho antes?

-Aprendí algo de tu madre.- Xiao asintió y cuando Kya estuvo lista le dejó el trabajo mientras se enfocaba en reparar el daño. Katara estaba ocupada cerrando las heridas menores y la del brazo.

-¿Pero esto no es un sacrilegio?- dijo uno del Loto pero calló ante un gesto de mano de Mai.

El grupo vio cómo trabajan, Amarillys se mordía las uñas, Enlai estaba atento a quien quiera que se atreviese a interrumpirles. Iroh se colocó a espaldas de Xiao que también soportaba un gran dolor ante la herida de su hombro.

-Tú puedes, vamos Xiao.

Las tres mujeres siguieron con su labor hasta que Xiao retiró sus manos y cayó hacia atrás apoyada por Iroh. Kya y Katara envolvieron el cuerpo del líder en una capa de agua y se concentraron en la curación hasta que tras largos minutos la retiraron.

-¿Funcionó?- preguntó Enlai.

-Mmm…- escucharon que se quejó Sitka y de repente se escuchó un agudo gas… Amarillys dejo salir de su pecho un fuerte suspiro acompañado de una risa.

-¡Funcionó!

Xiao suspiró de alivio y con ayuda de Iroh se levantó y curó su propia herida. Los miembros del Loto se acercaron a ella e hicieron reverencia.

-Estamos felices de ser testigos de la fuerza del avatar.- dijo Mai.- Pero ¿qué fue eso?- preguntó ante el uso de aquel arte y Xiao bajó los hombros.

-Curación de sangre.- sonrió de lado y miró a Iroh.- Es una técnica de mis antepasados.- Iroh le sonrió con orgullo y pronto sus amigos le abrazaron felices de verla.- ¡Auch! ¡Auch! Yo también los extrañé ¡No tan fuerte!- se rio y Mai se acercó a la joven que se puso algo tensa al reconocerla.

-Tranquila.- le dijo Iroh.- Ella es amiga de mi familia.

-Siento mucho todo lo que te ha pasado, avatar. Pero debes saber que tienes aliados en el Loto Blanco que están dispuestos a apoyarte.

-Ya… pero hay otros que no, ¿no es verdad?- Mai asintió.

-Lamento decir que tienes razón.- frunció el ceño y bajó un poco la cabeza.- Existe un grupo que se hace llamar Higan-bana. Este grupo se cuenta que hace tratos con espíritus oscuros y desean eliminarte o hacerse de tu poder de una forma u otra. Sospechamos que varios de los nuestros están con ellos, y que están a cargo de otros grupos terroristas como los Igualitarios.- hizo una reverencia a la joven y los demás maestros hicieron lo mismo.- Por favor, te pedimos ayuda para acabar con este grupo que amenaza tanto el mundo físico como el espiritual.

Xiao miró a sus amigos que esperaban respuesta de la joven. Mai sintió cómo ella le tomaba de los hombros con delicadeza y la enderezaba.

-No debe hacerme reverencia. Y ayudaremos en lo que podamos, ¿no es verdad?- sus amigos sonrieron.

-Esos tipos nos deben varias.- dijo Enlai chocando su puño.

-Además, todavía tenemos un viaje por hacer, ¿no es verdad?- señaló Amarillys a Iroh y este asintió sabiendo que el siguiente punto a viajar.

Escucharon un fuerte golpe y un soldado se acercó hacia el grupo.

-Señor, escapó la joven que se autodenominó como la avatar.

-¡Esa maldita!- gruñó Enlai furioso, aunque Xiao no permaneció impasible. Algo le decía que tarde o temprano se volverían a ver.

Había escapado con ayuda de su padre que distrajo a los guardias. Detrás de un callejón, la joven vio su brazo inutilizado.

-Maldición… por qué… ¿por qué pasó esto?

-Tranquila hija.- le abrazó con fuerza.- Fue mi culpa… al pensar en sacar tu potencial no puse atención a los materiales y yo… lo siento. Debí elegir un mejor metal.

-Papá… yo… ¿en verdad soy…?

-Nada mal.- escucharon la voz de Sadasi que bajó del muro y cayó sin problema frente a ellos.- Pensé que tendría que intervenir en el rescate. Es bueno que se adelantaran.

-¿De verdad ibas a rescatarnos?- espetó Takahira con rabia.

-Claro. Después de todo, tenemos un trato y tus conocimientos nos servirán para lo que se viene.- Takahira pareció sorprendido, pero después sonrió y estrechó la mano de Sadasi.

-Sólo dame lo que necesito y te daré al ejército que busca tu grupo.

-Hecho. Bienvenidos sean al grupo Higan-bana.- a pesar de la emoción, Hisara no sonreía. La pelea le daba vueltas en la cabeza una y otra vez, perdiéndose en sus pensamientos.

Días después, el grupo avatar estaba listo para irse. En los muelles, la gente los despedía y Sitka era empujado en una silla de ruedas por una enfermera.

-¿Están seguros que estarán bien sin nosotros?- preguntó Xiao preocupada.

-Estaremos bien.- respondió el líder.- La ciudad no tardará en recuperarse y ustedes necesitan seguir su viaje. Y me alegra que la ropa nueva te quede bien.- dijo ante el nuevo conjunto de blusa blanca de cuello alto con chaqueta y pantalón oscuro que le regalaron. Hizo un gesto a la joven para que se acercara y le tomó la mano derecha, su única mano.- Tu madre estaría orgullosa de ti. No sé qué pasó con ella y tu padre, pero espero que puedas averiguarlo en tu viaje hacia el reino fuego donde era originario tu padre y puedas darles mis disculpas.

-Usted se las dará llegado el momento.- dijo con una leve sonrisa. Miki, ya recuperada, se acercó a la joven y le tendió un paquete envuelto.

-Debo decir que… aunque no estoy muy a favor de ese arte vaya que me has sorprendido. Estos son algunos libros de medicina que podrían servirte. No sé si quieras convertirte en sanadora, pero es por si acaso y… es un regalo de agradecimiento por salvarme.- a pesar de su tono áspero en verdad estaba agradecida. Xiao tomó el paquete pero casi la tira ante lo pesado que estaba. Enlai lo tomó por ella.

-¿Estos son libros? ¿Segura que no son rocas?

-Nosotros nos quedaremos a ayudar.- dijo Mai.- Ve con bien, joven avatar que has ganado más aliados en esta batalla.

-Gracias por el apoyo.- se volvió a Kya que se acercó a ella y le tendió un pequeño estuche.

-Toma, para ti.- Xiao lo tomó y al abrirlo se encontró con un par de gafas redondas de montura dorada.- He notado que tienes un poco mal la vista como lo estuvo tu padre. Estos lentes son de un cristal de la cueva que te ayudará a ver mejor. Son para toda graduación y son resistentes, antes de que tu padre tuviera unos como estos rompía los suyos a cada rato.- Xiao se los puso y abrió grande los ojos.

-¡Wow! ¡Yo pensaba que veía bien! Ahora todo se ve mucho más claro y… no había notado que tenías un lunar en el cuello, Ama.

-¿Me estás vacilando?- preguntó Enlai.- ¿Es que has estado mal de la vista todo este tiempo?

-Eh… creo. Veía un poquito mal… ¿y esa cicatriz en tu rostro cuándo te la hiciste?- sus amigos palidecieron al escucharla pero la joven no lo noto y les sonrió.- ¿Cómo me veo con gafas? ¿Me veo rara?

-Te quedan muy bien.- respondió Iroh.- Te ves preciosa y no se te ocurra quitártelos.- ella sonrió con un leve sonrojo. Enlai en venganza dejó caer los libros sobre el pie de Iroh que se quejó apretando los dientes.

-Ups, perdón, se me resbaló.- Amarillys escondió su risa.

Para sorpresa de todos, Katara se acercó a la joven que la miró seria.

-Nunca, en esta vida ni en la otra, podré disculparme por todo lo que he hecho.- le dio un paquete envuelto.- Pero al menos puedo hacer algo por ti.- Xiao desenvolvió el paquete y se sorprendió de ver un improvisado libro de cuero con un título: Técnica de sanación sanguínea —Ashia.

-Esto es de mi madre.- había dentro un pendiente largo, parecía la mitad de un copo de nieve dorado y decorado con cristales azules.

-A pesar de todo, no pude destruirlo. Era el trabajo de tu madre y… quería entenderla, pero no pude.- Xiao aspiró y exhaló, apretando entre sus manos aquella tesis.

-Todavía no puedo perdonarla.- admitió con pesar.- Pero quizás un día… no lo sé.

-No te fuerces a ello.- le sonrió con dulzura.- Sólo muéstrame ese mundo que tú deseas para todos.- hizo una reverencia a la joven que respondió de la misma manera. Todos comenzaron a subir al barco.

-Oh, ¡espera!- Kya detuvo a la joven y le dio un último regalo.- Creo que debes conservar esto.- le dio la fotografía en la que aparecían sus padres.- Estoy segura que estará en las mejores manos.- Xiao sonrió grandemente y abrazó a Kya que le abrazó con fuerza.- No sé dónde estarán tus padres, pero estoy segura que los encontrarás. Ánimo, pequeña.

Tras limpiarse las lágrimas y guardar la fotografía, Xiao subió al barco, despidiéndose de todos que tendrían mucho trabajo que hacer como ellos. El grupo avatar vio el horizonte, listos para ir a su siguiente destino y así poder encontrar nuevas respuestas al origen de la joven que sin pensarlo mucho se colocó el pendiente. Había perdido mucho pero había ganado mucho más. Se volvió a sus amigos que la veían con una sonrisa y…

-¡Wow!- exclamó Xiao sonrojada al ver a Iroh y Enlai.- Ya sabía que ustedes eran guapos pero… no tan guapos, chicos. Son demasiado guapos para mi propio bien.- Amarillys soltó una carcajada al aire y los chicos se sonrojaron también.

-¡En serio te hacían falta esos lentes!- regañó Enlai aunque Mu le empujó para que dejara de gritar.

Un nuevo viaje y más sorpresas aguardaban para ellos.

Y… espero que les haya gustado! Gracias a todos por leer. Dejen review, nada de tomatazos y sin más qué decir… UN ABRAZO! UN GUSTAZO! Y HASTA LA SIGUIENTE!