Los personajes originales de la "Saga de Crepúsculo" no me pertenecen, son propiedad de Stephenie Meyer y Summit Entertainment.
CAPÍTULO 11 - CENA
- ¿Ocurre algo, Bella? - Pregunto Mike al notarla bastante seria delante de la fogata.
- No, todo está bien. - Respondió Bella avergonzada, al sentir la mirada de todos. - Solo estoy un poco cansada. - Era una vil mentira, lo de Jacob la estaba preocupando bastante; consideraba que debía hablar con Billy, al menos para saber si todo estaba bien o no.
- Si, yo también estoy cansada. - Comento Ángela. - Lo bueno es, que mañana tenemos día libre, así podemos conseguir los disfraces para este sábado. -
- ¿Ya tienen sus elecciones? - Pregunto Eric mientras comía un malvavisco.
- Yo sí, pero será una sorpresa. - Dijo Mike mientras tomaba la bolsa de malvaviscos.
- En ese caso, nadie dirá sus elecciones. - Respondió Jessica de forma misteriosa.
Después de un rato de platica todos tomaron sus pertenencias, Tyler los llevaría a sus respectivas casas, ya que tenía su camioneta.
Cuando llego a casa, encontró a Carlisle esperándola a fuera. - Veo que se tomó un tiempo para verte. - Comento Jessica, celosa.
- Será mejor irnos. - Dijo Tyler sonriendo, sabía que Jess quería al doctor; y que a veces, los comentarios que soltaba la chica eran innecesarios.
- Los veo luego. - Se despidió Bella, cerrando la puerta de la camioneta.
Carlisle les dedico una mirada de despedida, viendo cómo se alejaban los amigos de Bella.
- ¿Qué tal te fue? - Carlisle la abrazo cariñosamente.
- Pudo haber sido mejor. - Sonrió Bella, correspondiendo el abrazo. - Preguntaron mucho por ti, pero les dije que no habías ido, por asuntos del hospital. -
- Realmente lo lamento. - Dijo apenado. - Pero te lo pienso recompensar. -
- ¿Cómo? - Pregunto curiosa.
- Te llevare a conocer mi territorio, quiero que veas lo que es tuyo. - Beso su coronilla.
- ¿Estás seguro? - Eso era nuevo, no suponía que fuese eso posible.
- Tan seguro al igual de que te amo. - Respondió sin dudar. - Además, tú y tu padre me han abierto las puertas de su casa, lo menos que puedo hacer, es mostrarte mi hogar. -
- Tú me has dado mucho más. - Bella lo beso, sintiendo que su corazón dejaría de latir por acaparar tanto amor hacia ese hombre. - Daría mi vida por ti, ya que, a tu lado, no es por ella que sigo respirando. -
Carlisle no podía creer que esa hermosa criatura, era la que lo hacía sentirse tan lleno de vida, su corazón había dejado de latir hace tantos siglos, pero juraría que percibía un calor tan fuerte como el sol dentro de su pecho. Ya todo era relativo, al lado de Bella; el tiempo junto a ella era efímero. - Yo soy el hombre más afortunado del mundo. - La tomo de la cintura. - Te juro, que daría mi existencia con tal de que seas la mujer más feliz de todo el cosmos. - La beso nuevamente. - Para que estés a salvo, para que disfrutes de los placeres que se te puedan presentar. -
-Tú eres mi mayor placer. - Le sonrió con una extrema felicidad. - Ven, vamos dentro, Charlie debe estarnos esperando para cenar. - Rió levemente. - Aunque, tal vez, no te apetece mucho. -
Carlisle le mostro una sonrisa cómplice. - Solo por ti, me apetece todo. - Se tomaron de las manos, entraron a la casa.
- Hola, chicos. - Saludo Charlie.
- Hola, papá. - Bella lo abrazo.
- Buenas noches, señor Swan. - Carlisle le correspondió el saludo. - Veo que estuvo un poco ocupado, hoy pienso encargarme de la cena de esta noche. - No percibía ningún aroma que indicara que hubo movimiento en la cocina. - Si no le molesta. - Sonrió amablemente.
Carlisle se ganó la mirada curiosa de Bella y Charlie asintió. - Muchas gracias, Carlisle, la verdad no he tocado la estufa en todo el día. - Se sentía muy cansado. - Casi acabo de llegar a casa, realmente en lo último que pensé fue en la cena. - El vampiro le sonrió comprensivo y se dirigió a la cocina, examino los gabinetes, encontrando los ingredientes necesarios para lo que planeaba preparar. Charlie se dispuso a desocupar el comedor y Bella se acercó a Carlisle.
- No pensé que supieras cocinar. - Lo comento, al ver al vampiro trabajar con total destreza, que le provocaba cierta envidia; ella hubiese tirado varios utensilios y provocado un pequeño incendio.
- Bueno, en ocasiones, tuve que trabajar como asistente de cocina mientras estudiaba; así que, no se me da mal cocinar. - Lo hacía solo por diversión en aquellos tiempos, ahora lo haría, con tal de cuidar de Bella.
Después de varios minutos, la cena estaba lista; Bella y Charlie habían acomodado la mesa con los respectivos cubiertos. Carlisle había cocinado lasaña de pollo con espinaca.
- Oh dios. - Charlie había sido el primero en probar la comida. - Esto esta delicioso. - Se llevó otro bocado más grande a la boca esta vez.
Bella probo también, era verdad, si Carlisle no se dedicaba a ejercer medicina, seguramente sería un excelente cocinero en uno de esos restaurantes de gran prestigio. - Esto sabe a gloria. -
- Me alegra que les gustara, temía que no fuese de su agrado. - Pillo una pequeña porción, contento.
- Creo que, a partir de hoy, serás tú el que cocine en esta casa. - Tomo otra porción de lasaña. - Yo solo sirvo comida de prisionero. - Todos rieron por esa comparación.
La cena transcurrió con varias risas y elogios sinceros. Así que esto era de lo que se perdía Carlisle, el contacto familiar, el cariño de personas que lo valoraban, la compañía de alguien que lo amaba con pasión. Definitivamente, no cambiaría esto por nada.
- Debo irme ya. - Carlisle se había ofrecido en lavar los trastos, cosa que se lo negó totalmente Charlie, eso ya hubiese sido un abuso, esa fue la respuesta del policía. - Mañana paso por ti, Bella. -
- ¿A dónde piensan ir? - Pregunto Charlie algo celoso.
- Iremos a Port Angeles, te había comentado que pasado mañana habrá una fiesta por parte de la escuela. - Aclaro Bella. - Así que iremos ahí, para conseguir unos disfraces, ya que habrá un concurso. -
- Así es. - Sonrió Carlisle, apoyando el comentario de su novia.
- De acuerdo. - Respondió Charlie a regañadientes. - Que pases linda noche Carlisle, y de nuevo, gracias por esta cena. - Agradeció por quinta vez.
- No hay de que, lo repetiría de nuevo con gusto. - Abrazo a Bella. - Te veo mañana. -
- No te vayas. - Susurro Bella, Carlisle le había contado de su capacidad de escuchar todo con claridad; a pesar de la distancia y del volumen. - Por favor. -
Carlisle solo la miro con cariño, se despidió de Charlie y se alejó de la casa de Bella, lo suficiente para que creyera que se había marchado. Después de algunos minutos, se coló en el cuarto de la chica.
- Carlisle. - Le recibió sorprendida. - No sabía que podías entrar así. -
- No quise hacerlo antes. - Aclaro, inundándose con el aroma de Bella. - No deseaba incomodarte. - Examino la habitación con interés, encontró acogedor el lugar.
Bella se sentó en su cama, viendo como Carlisle observaba maravillado su habitación; ella sentía que no tenía gran cosa. - Sé que no es mucho, pero es perfecto para mí. - Dijo con simpleza.
Carlisle sonrió cálidamente. - Para ti, todo es perfecto. - La miro detenidamente, con amor en su mirada. - Es lo que me encanta de ti, que puedes ver perfección incluso donde no lo hay. - Se sentó al lado de Bella.
Ella poso su mano en el rostro de Carlisle, este cerro sus ojos, disfrutando del contacto. Sus respiraciones se mezclaron, formando una sensación agradable para ambos. - No me gusta restarle valor a las cosas, todo es útil y bello según tu sentir. - Se acercó a él. - Apreciar lo que ofrecen los demás por ti, es lo que realmente debe importar. - Se besaron de nuevo.
Carlisle poso sus manos con total adoración sobre la cintura de Bella, atrayéndola más a él. El deseo estaba creciendo más y más, que ahora cualquier propuesta parecía buena idea. - Yo te aprecio más que cualquier cosa en el mundo. - Beso su cuello, sintiendo el pulso de su sangre; tan tentador, tan atrayente. - Bella, creo que lo mejor, es que me vaya ahora. - Sintió como Bella le besaba la mejilla con cariño.
- Lo siento. - Se disculpó. - Solo quería que pasaras la noche conmigo. - Había olvidado que tal vez Carlisle, tendría alguna responsabilidad que atender. - Obvio, nada comprometedor. - Rió por su comentario que podría mal interpretarse a pesar de la aclaración.
- Si eso quieres, me quedo. - Le respondió con una sonrisa tonta.
Vio como Bella se acomodaba en su cama, después de haberse cambiado en el baño. Él se posiciono a su lado, acostándose con delicadeza, había pasado mucho tiempo desde la última vez que tuvo que tomar aquella posición; era extraño pero agradable. Después de un rato, noto cuando ella se durmió, percibiendo el cambio de respiración; el sonido era agradable, lo calmaba demasiado.
A la mañana siguiente, Carlisle se había ido a casa, para asearse y cambiar de vestimenta; cuando regreso a casa de Bella, ella ya estaba despierta, al igual que Charlie. Por lo que opto, por entrar de la forma tradicional, claro, Charlie le comento sorprendido que no esperaba verlo tan temprano, él solo le dijo que, era mejor ir temprano a Port Angeles, para conseguir buenos disfraces; cosa que convenció al padre de Bella.
- No supe cuando te fuiste. - Le comento Bella, cuando estaban de camino a aquella ciudad.
- No quise despertarte, esperaba regresar antes de que despertaras. - Admitió. - Tenía que lucir distinto, para no hacer sospechar a tu padre. - Sonrió. - Aunque, escucharte dormir, fue de lo más relajante en mi vida; no quería separarme de ti en ningún momento. - Eso provoco un sonrojo por parte de Bella.
El resto del camino, se mantuvieron en un silencio tranquilizante; cuando llegaron a Port Angeles, fueron a varias tiendas hasta que consiguieron los disfraces que más les habían convencido. Mientras se probaron a algunos, uno le pareció divertido a Carlisle, consistía del Conde Drácula y de su condesa; él y Bella se habían puesto colmillos falsos y pupilentes rojos.
- Esto es bastante irónico. ¿No crees? - Comento Bella al verse en el espejo.
- Es más realista de lo que crees. - Se colocó detrás de ella. - Excepto los colmillos, en realidad son bastante inútiles e incomodos. - Comento con un leve aire de desagrado.
- Los ojos. - Le miro con interés. - ¿Así tuviste los ojos al principio? -
- Si. - Confeso. - Debo admitir, que fue lo que más me horrorizaba de mi apariencia. - Se quitó los colmillos falsos. - No sabes qué alivio fue para mí, al percatarme que cambiaron de color por la dieta. -
Esta era una imagen clara para Bella, que no le hubiese asustado ver a Carlisle en un estado real de esa apariencia; se sentía extraña, pero juraría, que no le hubiese molestado ser su alimento, con tal de solo verlo segundos antes de su inminente muerte. Pero él era diferente, y eso era aún mejor, podía tenerlo más de unos segundos, lo tendría por mucho tiempo, más de lo que podría contar e imaginar.
-.-.-.-.-
Gracias por leer el capítulo, me es de mucha ayuda. Cualquier review es bien recibido.
