-Esta es una adaptación de la película "Avatar" de 2009, escrita y dirigida por James Cameron. Los personajes pertenecen por completo a Masashi Kishimoto, más los personajes de carácter secundario, las modificaciones a las personalidades, los hechos y la trama corren por mi cuenta y entera responsabilidad para darle sentido a la historia. Les sugiero oír "Enemy" de Imagine Dragons para Sasuke, "Dernière Danse" de Indila para Sakura, y "I See You" de Leona Lewis para el contexto de la historia.
1-Diálogos en cursiva para el idioma "nativo".
2-Dialogo normal para "español".
3-Breves textos en cursiva para pensamientos.
4-Texto con dialogo en cursiva par flashbacks
A la mañana siguiente y respetando lo acordado por el doctor Shisui Katon en nombre de Kakashi—quien no había estado de acuerdo con recibirlos o al Uchiha en concreto—, Sasuke y Shisui se presentaron en el laboratorio a las diez de la mañana en punto, vistiendo ropa ligera y cómoda para su primer día como conductores de Avatar y no sabiendo que esperar, Suigetsu había recibido el entrenamiento apropiado como parte del Programa Avatar en los años previos pero la teoría no era lo mismo que la práctica, y Sasuke por otro lado no tenía idea de que esperar pero aventurarse a lo desconocido no era algo que pudiera amedrentarlo lo suficiente para hacerlo dar la vuelta. Sin emitir palabra y recibiendo a Sasuke y Suigetsu en el umbral del ala en que se encontraban las Cámaras de Enlace, Kakashi los guio hacia las unidades que cada uno de ellos usaría; la numero 2 para Suigetsu y la numero 3 para Sasuke, el Hatake las había designado así el día anterior. Las Cámaras de Enlace, echas de aleaciones metálicas y con el aspecto general de un ataúd con una tapa que se elevaba o descendía dependiendo el fin que tuviera, eran una conducto para canalizar la mente o conciencia de sus usuarios y transmitirlas a sus respectivos Avatares, empleando la física cadena de ADN que los vinculaba como canal. Aunque Sasuke tuviera clara la teoría de la conducción de Avatar, solo lo hacía porque había leído el manual que Itachi había tenido en su apartamento, pero dudaba que eso fuera suficiente para tener claro lo que debía hacer, siguiendo a Kakashi y Suigetsu en su silla de ruedas.
—Suigetsu, ¿Cuánto tiempo de enlace has hecho?— interrogó el Hatake en su camino.
—Unas quinientas veinte horas— respondió el Hozuki interiormente nervioso y ansioso.
—Okey— asintió Kakashi con satisfacción deteniéndose brevemente junto a la Cámara de Enlace Nº1, —tú vas ahí— señaló al Hozuki que asintió de inmediato. —Tú aquí— señaló aproximándose a la Cámara de Enlace Nº2 con el Uchiha siguiéndolo muy de cerca. —¿Tú cuánto has hecho?— preguntó por formalismo y sabiendo que su experiencia era nula.
—Cero, pero leí el manual— contestó Sasuke deteniendo su silla de ruedas junto a la Cámara de Enlace que observó con curiosidad y genuino interés.
—Dime que no es cierto…— suspiró el Hatake para sí y de forma casi inaudible.
—Es genial— el Uchiha sonrió ladinamente para si un instante antes de apoyar en su silla de ruedas y subir a la Cámara de Enlace, sentándose en el borde esta. —No, puedo solo— protestó cuando vio al Hatake volverse para ayudarlo a subir sus piernas.
Se lo había dicho incontables cantidad de veces a Itachi desde que se había mudado con él en los años previos; estar invalido era una cosa pero tener que ser tratado como tal y tener que recordarlo continuamente eran dos cosas distintas, la primera podía soportarse hasta cierto punto, pero la segunda…no era una opción y menos para Sasuke quien agradeció el momento que el Hatake se hizo a un lado volviéndose hacia los controles de la Cámara de Enlace y permitiendo al Uchiha subir sus piernas a esta, sentado en el interior y aguardando mientras esta comenzaba su funcionamiento. Un conductor de Avatar utilizaba una interfaz neuronal remota de cuerpo completo—que era la Cámara de Enlace—para controlar y animar el cuerpo del Avatar cuyas funciones cerebrales solo existían gracias a su conductor o de otro modo era un ente inanimado; las Cámaras de Enlace se asemejaban exteriormente a los escáneres de resonancia magnética con su forma de ataúd y por lo que el conductor debía recostarse dentro de esta una vez cerrada. Entornando los ojos para sí ante la tozudez que se vislumbraba por parte del Uchiha a quien daba la espalda mientras esbozaba una seca sonrisa, Kakashi se encargó de encender el escáner de Resonancia Magnética de la Cámara de Enlace para que se llevara un registro en tiempo real de la actividad cerebral del Uchiha una vez se iniciara la secuencia, enfocada en una recopilación neuronal, con bucles de retroalimentación para controlar la transmisión y recepción de información sensorial del cuerpo del Avatar que se encontraba en el ala medica en la habitación contigua y aislada al ala en que ellos se encontraban junto al personal respectivo.
—Entonces, se te ocurrió venir aquí, al ambiente más hostil conocido por el hombre, sin ninguna clase de instrucción, ¿A ver qué tal?— conjeturó Kakashi intentando entender a alguien tan temerario e irresponsable. —¿En qué estabas pensando?— preguntó sin saber si obtendría una respuesta.
—No me gusta que los doctores me digan que no hacer— contestó Sasuke volteando a verlo con desafío antes de recostarse sobre la cámara de enlace.
—Mete los brazos y las manos— instruyó el Hatake, bajando la matriz de biosensores sobre el pecho del azabache. —Cabeza abajo— volvió a indicar cuando el Uchiha alzó la cabeza para observar lo que lo rodeaba, —abajo—determinó obligándolo a recostarse y ya sin recibir protesta. —Relájate y pon tu mente en blanco, no te costara trabajo— instruyó sonriendo con un deje de superioridad antes de hacerse a un lado.
—Pensare en la parte más oscura de mí— decidió el Uchiha con burla mientras la tapa de la Cámara de Enlace se cerraba sobre él.
—Inicien enlace— comunicó Kakashi tan pronto como la Cámara de Enlace se cerró.
—Ejecutando secuencia en el tres, ahora— correspondió Rin desde su lugar ante una de las computadoras y llevando registro de todo.
Todo aquello era solo un protocolo de costumbre, casi nunca habían inconvenientes de ninguna clase cuando un conductor de Avatar empezaba su jornada de trabajo—sin importar su experiencia se vinculaba con su "segundo cuerpo"—, pero nunca se era demasiado precavido y por lo que todo el personal posible se encontraba presente en el ala y monitoreando todo fuera de los mejores doctores en sus cuerpos de Avatares presentes en la habitación contigua sala de aislamiento y donde en ese momento solo se bombeaba oxígeno puro para que los cuerpos de los Avatares funcionaran apropiadamente…lo que resultaría fatal para los que estaban en el ala de Cámaras de Enlace. Por su parte y tocando la pantalla de la computadora que Rin analizaba detalladamente y que llevaba registro de las funciones cerebrales de Sasuke, Shisui hizo una copia táctil de los registros de la computadora en un pequeño monitor de mano que observó sonriente mientras dirigía sus pasos hasta el cristal que los separaba de la sala de aislamiento, estudiando una imagen en tres dimensiones de la actividad neuronal en el cerebro del Uchiha en tiempo real que mostraba las regiones y el complejamente cambiante flujo de actividad dentro del mismo. Sasuke aún no transfería del todo su conciencia a su Avatar, pese a ser "solo un soldado" en palabras de Kakashi—quien también se unió a él ante el cristal de la sala de aislamiento—, el Uchiha tenía una mente muy activa, le costaba dejar de pensar y Shisui lo atestiguo al monitorear su actividad craneal con una ligera sonrisa, ¿Qué tipo de persona era realmente Sasuke Uchiha? No era en absoluto lo que parecía.
—Que hermoso cerebro, buena actividad— celebró el Katon con contagiosa alegría.
—Quien lo hubiera pensado— asintió Kakashi con idéntico parecer pero no lo demostró. —Voy a entrar— decidió despidiéndose temporalmente de Shisui. —Voy a usar el cuatro— anunció en voz alta para que Rin lo escuchase.
Era temprano, había un excelente tiempo afuera y no tenía mucho trabajo que hacer, ¿Para qué pasársela encerrado en el laboratorio entonces? Incluso un científico experto como Kakashi podía pensar así, despojándose de su bata que lanzó en el camino sobre uno de los escritorios vacíos mientras dirigía sus pasos hacia la Cámara de Enlace Numero 4, la que estaba junto a aquella en que se encontraba el Uchiha y la que encendió junto con los respectivos sensores, recostándose en el interior y aguardando los breves instantes necesarios para que la tapa se cerniera sobre él, dando la bienvenida al oscuro interior y que lo hizo sonreír ladinamente mientras cerraba los ojos; aquí vamos otra vez. Por otro lado y dentro de su Cámara de Enlace, pensando en Suigetsu quien ya debía haberse vinculado con su Avatar, Sasuke dejo libre un suspiro frustrado pues no importa cuanto lo intentase no podía dejar de pensar y estar ansioso, no nervioso porque sonaría tonto pero si receloso sobre lo que pudiera pasar, no tener el control de lo que pasara a su alrededor no le agradaba en lo absoluto, pero entonces una idea vino a su mente. ¿Qué haría Itachi? Se preguntó mentalmente llamando a la calma en su mente, cerrando los ojos para dejar de observar el interior de la Cámara de Enlace y serenarse, y lentamente lo consiguió, tanto que sin darse cuenta Rin Nohara sentada ante la computadora esbozó una sonrisa mientras monitoreaba la conexión del Avatar del doctor Hatake, pero sin perder registro de la actividad cerebral del Uchiha; fusión 99%, enlace estable.
Así comenzaba todo.
Todo resultó enormemente confuso para Sasuke, porque tan pronto como cerró los ojos y trato de enfocarse en mantener la mente en blanco como Kakashi había dicho, todo se tornó oscuro, sentía como si de alguna forma extraña su alma y mente salieran de su cuerpo un instante antes de sentir que todo volvía a la normalidad, sentía haber regresado a su cuerpo pero se sentía extraño, casi como despertar después de una pequeña resaca y por lo que abrió los ojos casi de golpe. Había unas destellantes luces en el techo que lo hicieron cerrar los ojos mientras apartaba la vista recorriendo las paredes de lo que parecía ser un ala medica…genial, con lo que detestaba los hospitales, aunque todo se veía desenfocado incluso mientras comenzaba a parpadear; un segundo, ¿Cómo había llegado ahí? No pudo comprenderlo hasta que lentamente comenzó a ver mejor los detalles con el paso de los segundos, distinguiendo a dos de los científicos del Programa Avatar en sus respectivos cuerpos, lo sabía porque Shisui se los había presentado a Suigetsu y él el día anterior. A su derecha estaba el doctor Nagato Junpei, un hombre alto y de piel clara—más que en su cuerpo real—con cabello liso y rojo que recogido en una coleta baja con un largo flequillo cubriendo a medias unos ojos violeta oscuro; y a su izquierda el doctor Hidan Terasoma con cabello grisáceo de tintes lilas por encima de los hombros y peinado hacía atrás, con la piel tenuemente bronceada y ojos violeta grisáceo. Entonces y tomando consciencia de su entorno fue que Sasuke por fin lo entendió; estaba en la sala de aislamiento, por eso el personal médico estaba ahí y examinándolo.
—¿Sasuke, puedes oírme?, ¿Me escuchas, Sasuke?— preguntó Hidan con el rostro inclinado sobre el del desorientado Uchiha mientras el doctor Junpei pasaba una pequeña linterna frente a los ojos del azabache.
—Las pupilas responden— observó Nagato finalizando el ejercicio al ver que el Uchiha no tenía problema en seguir el movimiento con sus ojos, y un instante después Hidan hizo otro ejercicio chasqueando los dedos a la altura de los oídos del azabache que volvió el rostro en la dirección del sonido.
—Hay respuesta auricular normal— secundó el peligris intercambiando una mirada con su colega antes de regresarla al azabache. —¿Cómo te sientes, Sasuke?— inquirió con una sonrisa amistosa al no haber escuchado una sola palabra de él
—Hola, hola— saludó el Uchiha con una pequeña sonrisa ladina y la voz ronca, deseando beber algo y teniendo un vacío en el estómago.
—Bienvenido a tu nuevo cuerpo— celebró el pelirrojo detonando la evidente sorpresa y asombro del azabache. —No quiero que te agotes, Sasuke— determinó queriendo que se tomara las cosas con calma.
Aunque tuviera claro donde estaba y el continuo objeto de estudio que era por parte de los científicos en sus cuerpos de Avatares, no fue hasta ese momento que Sasuke realmente tomó conciencia que de hecho no estaba en su propio cuerpo sino que en el de su Avatar, alzando ambas manos delante de su rostro y moviendo los dedos solo para estar seguro, abriendo y cerrando los puños…otro cuerpo, era una locura y sin embargo sentía como si estuviera en su propio cuerpo, no se sentía diferente e incluso en cierto modo se sentía asombrosamente ligero, tenía unos enormes deseos de hacer cosas pero ni siquiera tenía claro que eran esas cosas. Sentía como si le estuvieran bombeando adrenalina al torrente sanguíneo en todo momento, este cuerpo se sentía extraño al tomar conciencia de él pero también poderoso, todo se percibía más agudo e intenso a través de su piel y su respiración, por lo que sin poder evitarlo apoyo ambas manos sobre la fría camilla de metal en que se encontraba para tratar de sentarse, volviendo la mirada hacia la otra camilla en que estaba, ¿Suigetsu? En la camilla contigua se encontraba su compañero en conducción de Avatar, solo que con el cabello azul blanquecino en lugar de castaño, los ojos violeta y dientes puntiagudos, familiarizándose con su nuevo cuerpo y sentado sobre la camilla con los pies apoyados en el suelo, practicando el cómo mover y controlar los reflejos de las manos con la asistencia del doctor Juzo Biwa quien también se encontraba en su cuerpo de Avatar y tenía el cabello castaño, dientes puntiagudos, carecía de cejas y tenía una cicatriz en forma de cruz en la mejilla derecha con el cuello envuelto en vendas.
—Ahora junta el pulgar y los dedos— instruyó Juzo llevando a cabo la acción frente al Hozuki a modo de ejemplo.
—No hay problema— sonrió Suigetsu, no teniendo problema en replicarlo y sin señas de torpeza.
—Excelente, puedo ver que no lo has olvidado— felicitó el Biwa ya que eso les permitiría proseguir con las pruebas para que el Hozuki se acostumbrase a su cuerpo.
—Si quieres sentarte, adelante— invitó Hidan a Sasuke quien se sentó sobre la camilla y con incertidumbre que se convirtió en sorpresa comenzó a mover las piernas.
—Tómalo con calma, Sasuke, no tiene ataxia troncal, es bueno— sonrió Nagato viéndolo echar la cabeza hacia atrás con una muda carcajada.
—¿Sientes nauseas o mareos?— consultó el peligris sin obtener respuesta por parte del Uchiha que estaba ensimismado con lo que estaba experimentando. —Estas moviendo las piernas, muy bien— felicitó comprendiendo su alegría.
—Buen control motriz— celebró el pelirrojo ya que a la mayoría le tomaba tiempo acostumbrarse a sus "nuevos cuerpos". —No, con cuidado, no te precipites— frenó situando una de sus manos sobre los hombros del Uchiha que apoyó ambos pies en el suelo, sintiéndose aparentemente abrumado en el proceso por una descarga sensorial, —aún tenemos que hacer varias pruebas de reflejos así que tranquilo— aclaró, siendo evidente que el Uchiha deseaba ponerse de pie pero aún no estaba listo para eso.
Seguir los consejos de los médicos no resultaba tentador para Sasuke en forma alguna, por primera vez en años volvía a sentir sus piernas, podía volver a sentir, percibía el frio material metálico de la camilla bajo su cuerpo y los músculos al realizar el más diminuto movimiento, por lo que ignoró a conciencia las preguntas u observaciones de los médicos respecto a sus respuestas táctiles y control motriz. Toda su atención estaba enfocada en el hecho de que podía sentir y mover las piernas, ¿Qué importaba que estuviera en otro cuerpo? No le importaba lo costoso que fuera el cuerpo en que se hallaba, necesitaba ponerse de pie cuanto antes y moverse, necesitaba caminar, correr y volver a sentir, tenía que hacerlo. Aprovechando el momento en que el doctor Nagato se alejó de él y le dio la espalda para preparar el instrumental para monitorear sus reflejos, con el doctor Hidan a su espalda constatando sus signos vitales, Sasuke apoyó sus manos sobre el borde de la camilla y con los pies en el suelo lentamente se enderezo sintiéndose algo tambaleante, pero corroborando que podía moverse a voluntad en ese cuerpo, de una u otra forma ese era su cuerpo. Aunque monitoreando la actividad cerebral de Sasuke dentro de la Cámara de Enlace con una pantalla táctil del otro lado del cristal del área médica, nada impidió a Shisui percibir movimiento, sorprendiéndose hasta el punto de palidecer al ver a Sasuke erguirse de la camilla visiblemente tambaleante unos instantes antes de que tanto Nagato como Hidan repararan en ello, intentando hacer que volviera a sentarse.
—Sasuke, necesito que te sientes, pon atención— llamó Nagato intentando halarlo del brazo pero el Uchiha se le adelanto dando un par de pasos hacia uno de los ventanales sobre el que apoyo ambas manos para mantener el equilibrio.
—Estoy bien, todo está bajo control— protestó Sasuke con un jadeo y sintiéndose mejor que nunca en su maldita vida, pero necesitando salir de ahí y correr ya.
—Sasuke, por favor, tienes que sentarte— insistió Hidan rodeando la camilla y acercándosele por la espalda para contenerlo.
—Tienen que obligarlo a sentarse ahora— espetó Shisui desde su lado, feliz por Sasuke pero viendo que podía perder el control si no se sentaba pronto.
—Escúchame, Sasuke, tienes que sentarte, necesitas tiempo para adaptarte al…¡Cuidado!— intentó sosegar el pelirrojo mientras que Sasuke estaba inmerso en otras cuestiones, notando por ejemplo el largo de su cabello y que lo rozaba los hombros, dándose la vuelta y arrojando al suelo el instrumental con que iban a examinarlo. —¡Sédalo! Mil miligramos de supitocam, ya— indicó Nagato a Hidan que se encargó de preparar la dosis en tanto el Uchiha dirigía sus pasos hacia la puerta de salida, tambaleando y apoyándose en el cristal de cuyo otro lado estaba Shisui.
—Sasuke, escúchame, no estás acostumbrado a ese cuerpo, esto es peligroso— obvió el Katon preocupado de lo que el azabache pudiera hacer, y viéndolo quitarse la intravenosa que monitoreaba además sus signos vitales.
—Es excelente— contrarió el Uchiha esbozando su primera sonrisa real en años.
—Sasuke, cálmate— sosegó Suigetsu aun sentado en la camilla, obteniendo la atención del Uchiha, —te van a sedar— advirtió esperando que ello lo disuadiera.
Riendo por lo bajo ante lo irrisorio que le resultaba aquello y no sintiendo que nadie pudiera detenerlo pese a solo vestir una bata médica, el Uchiha evadió al doctor Hidan en su camino con pasos más largos pero ligeramente torpes, y sujetó con sus manos la perilla de la puerta del ala, casi entornando los ojos al abrirse camino a un pasillo que daba con otra puerta y que esperaba fuera la última, seguramente debía ser una medida de seguridad por la toxicidad del oxígeno puro pero a Sasuke no le importo ni si estaban siguiéndolo. Conteniéndose de no maldecir ante la actitud tan infantil y contrastante del Sasuke Uchiha que había conocido el día anterior, Suigetsu se quitó la intravenosa y torpemente se irguió de la camilla pese a las protestas del doctor Juzo Biwa para tratar de seguir al azabache y traerlo de regreso, pero siendo mucho más lento, lo que dio tiempo al Uchiha de abrir la segunda puerta y salir al jardín exterior. Lo primero que sorprendió a Sasuke fue la sensación de la luz del sol, pero un instante después pudo superar eso y enfocar su visión en una cancha de basquetbol que estaba en el exterior donde se encontraba una pareja de científicos en sus cuerpos de Avatares. Uno de ellos era el doctor Pein que en su Avatar tenía el cabello naranja y despeinado en puntas, ojos azules y el rostro lleno de piercing o perforaciones, vistiendo unos cortos short deportivos rojos, camiseta verde y zapatillas gris claro; paralelamente estaba la bella doctora Konan con el cabello largo y azul recogido en un moño alto por un broche en forma de lirio, resaltando sus ojos ámbar y vistiendo un mono deportivo gris claro con líneas negras y zapatillas blancas.
—Por favor no me hagas reír— sonrió Konan dando un brinco y tratando de encestar el balón.
—Uh— frenó Pein bloqueándola y enviando el balón al suelo, que ella recuperó rápidamente.
—No soy muy buena defendiendo— rió la peliazul a modo de justificación y parpadeando coquetamente a su novio.
Ese cuadro por si resultaba curioso, asombroso y fascinante para cualquiera que lo viera, una pareja aprovechando el estar en sus cuerpos de Avatar para cumplir con su trabajo y pasar tiempo juntos...pero no para Sasuke quien con pasos más coordinados y veloces paso junto a la pareja de científicos que detuvo su juego y lo siguió con la mirada mientras atravesaba la cancha de basquetbol, con Suigetsu siguiéndolo con pasos semejantes a los de una tortuga mientras intentaba alcanzarlo y los doctores Nagato, Hidan y Juzo deteniéndose en el umbral del ala de aislamiento pues no tendría sentido seguirlos en ese punto, solo podían esperar a que se detuvieran o se sintieran mal para intervenir. En ese momento podría pasar cualquier cosa y nada podría detener a Sasuke, cada paso que daba era más seguro, sentía más firmemente el suelo bajo sus pies, el oxígeno en su estado puro llenaba sus pulmones permitiéndole inspirar regularmente y con naturalidad sentía la brisa contra su piel, ¡Era un sueño! Uno que no deseaba que acabara y más cuando tras cruzar la cancha de basquetbol encontró un enorme campo de obstáculos repleto de hierva donde los científicos en sus respectivos Avatares parecían estar ejercitando; saltando obstáculos, colgándose de barras…justo lo que él necesitaba, actividad. Sin pensárselo dos veces y por fin sintiendo que no estaba fuera de lugar sino que teniendo libertad de acción para hacer lo que quisiera, Sasuke agilizó su andar en pasos cada vez más rápidos que se convirtieron en un ligero trote y en solo cuestión de segundos estaba corriendo. Claro que aún tenía a Suigetsu siguiéndolo o eso intentaba él, moviéndose con torpeza como si tuviera pies de plomo, pero el Uchiha no pensó en voltear o detenerse.
—¡Sasuke!, ¡Todavía no podemos correr!— gritó el Hozuki intentando en vano alcanzar al Uchiha quien se había vuelto absolutamente imparable.
Dejando atrás a Suigetsu y corriendo como si no hubiera un mañana, Sasuke no pudo recordar cuando había sido la última vez que se había sentido tan feliz y tuvo que reconocer por un instante que ocupar el lugar de su hermano en ese lugar y haciendo lo que sea que tuviera que hacer era lo mejor que había podido pasarle; okey, no estaba en su verdadero cuerpo pero eso no importaba, solo que por fin volvía a caminar y a ser él mismo. Deteniéndose a unos metros de unos enormes barracones para recuperar el aliento, Sasuke sintió la tierra cálida y suave bajo sus pies al igual que las plantas a su alrededor, sintió como si estuviera en un sueño y tuvo que esforzarse para no pellizcarse y creer que lo que vivía era real, eligiendo en su lugar deleitarse con el aire y el todo que lo rodeaba, inhalando profundamente para sentir los nuevos y extraños olores de la tierra, las plantas, el bosque...parecía absolutamente irreal, y sintió que podría acostumbrarse a un mundo tan hermoso, de hecho ya quería conocer más de él. En el umbral de los barracones se encontraba un hombre que vestía un traje completo de color azul compuesto por una camiseta negra sin mangas de cuello alto y cerrado, pantalones abullonados de igual color que se ceñían por sobre los tobillos, botines negros de aspecto pesado y guantes sin dedos negros, con un collar de lo que parecía ser plata alrededor del cuello con un dije en forma de circulo hacia el interior y una línea que lo cruzaba, de cabello rebelde y despeinado de color gris y ojos oscuros, observando gratamente sorprendido el espectáculo de brazos cruzados y asintiendo para sí; nada mal para un soldado, pensó el peligris sonriendo ladinamente.
—¡Oye, soldado!— llamó por fin el peligris, bajando los escalones para acercarse al Uchiha que volvió la mirada en su dirección.
—¿Qué?— susurró Sasuke viendo a un hombre de complexión musculosa avanzar hacia él, de rebelde cabello gris, piel blanca y ojos oscuros, con una cicatriz que cruzaba el ojo izquierdo...le resultaba familiar y entonces comprendió porque: —¿Kakashi?— preguntó con asombro y solo para asegurarse.
—¿A quién esperabas, tonto?, ¿A una modelo?— cuestionó el Hatake con su presunción característica. —¡Atrapa!— deteniéndose junto a una planta de la que colgaban frutos, el Hatake arrancó uno y se lo arrojó a Sasuke que lo atrapó fácilmente. —Buenos reflejos, soldado— felicitó sonriendo ladinamente.
Estando en su cuerpo de Avatar era muchísimo más difícil para Kakashi estar de mal humor porque por un tiempo al menos podía olvidarse de las tensiones de la realidad, sonriendo mientras veía al Uchiha acercar la fruta a sus labios y propinarle una mordida en medio de la que contuvo un jadeo de sorpresa y satisfacción que a nada estuvo de hacer reír al Hatake. Después de todo este soldadito no era un imbécil, no del todo como podría haber esperado, y de hecho le sorprendía que no teniendo nada de experiencia o entrenamiento como conductor de Avatar pudiera moverse tan rápida y coordinadamente, casi como si estuviera en su propio cuerpo lo cual merecía una felicitación. Como siempre Kakashi no iba a asumirlo en palabras porque sonaría sensible o emocional pero este soldadito podía convertirse en un elemento valioso para el Programa Avatar, y quizás solo necesitaba darle la oportunidad, pero para eso el Uchiha debería de ganársela. Sorprendido por la actitud amable de Kakashi quien era un bastardo irritante desde que se habían conocido, por un momento Sasuke se permitió confiar en él y creer en su palabra, comiendo velozmente aquella fruta para calmar temporalmente el vacío en su estómago, limpiándose los labios con el dorso de la mano mientras el Hatake lo observaba complacido, pero no podía decir lo mismo de Suigetsu quien finalmente llego con pasos torpes pero veloces de lo que había sido un intento de carrera, desplomándose de sentón sobre el suelo ante Kakashi y Sasuke que rieron por lo bajo. No está mal, pensó el Uchiha, puedo acostumbrarme a esto…
—Silencio por favor, luces fuera— indico Kakashi paseándose por el barracón como si estuviera en un campamento de verano. —Deprisa, Rin— apremió a su siempre leal colaboradora.
El día había terminado por ser mucho más productivo y maravilloso de lo que Sasuke hubiera previsto, luego de ser dado de alta del ala medica—tampoco habían tenido otro remedio pues su rechazo por los doctores era evidente, prefiriendo seguir su propio criterio que el de los científicos—, y tras instalarse en el barracón correspondiente a los miembros del Programa Avatar, recibió ropa con la que sentirse cómodo, pudiendo pasarse el día corriendo, ejercitando o haciendo lo que fuera hasta que se puso el sol luego de que constataron sus signos vitales y le hicieron varias preguntas. A Suigetsu le había tomado un par de horas acostumbrarse realmente a su cuerpo de Avatar en contraste con Sasuke quien básicamente lo había hecho de inmediato pero ahora ambos se sentían cómodos, mas su jornada de "reconocimiento" debía terminar, el sol se ocultaba en el horizonte y era momento de regresar a sus respectivo cuerpos, por lo que el barracón en que todos los Avatares se encontraban debía cerrarse, motivo por el que Kakashi se paseaba al interior de este acelerando el actuar del personal médico que llevaba exomascarás, para que se retiraran ya. Sentado tras su cama y agradeciendo ser ambidiestro, Sasuke sostuvo un espejo en su mano derecha delante de su rostro y en la izquierda una tijera con la que termino de cortar parte de su cabello para darle su propio estilo, sonriendo ladinamente al ver que de alguna forma curiosa se veía como él mismo en sus días de secundaria con un ligero flequillo cayendo sobre su frente y la parte posterior erizada y en punta de manera rebelde, nada mal pues en su cuerpo de Avatar sentía que era menor que en su cuerpo real, debía tener unos dieciocho o diecinueve años.
—No juegues con eso, te quedaras ciego— comentó Kakashi burlonamente al pasar junto a su cama.
—Que escalofriante— contestó Sasuke por lo bajo, revolviéndose el cabello y regresando el espejo y tijeras a su mesa de noche.
—¡Rápido!— apremió el Hatake al grupo de científicos que finalmente hizo abandono del barracón, despidiéndose en su camino a la salida. —Adiós— correspondió el peligris cerrando con llave el barracón y arrojando estas por entre las rejas.
—Buenas noches— sonrió Rin, atrapando las llaves y siguiendo con su camino.
—Luces fuera— ordenó Kakashi a todos los conductores de Avatar que procedieron a apagar sus luces mientras se recostaban sobre sus respectivas camas. —Los veré en la cena, gatitos— agregó recostándose sobre su propia cama…ojala y pudiera vivir en ese cuerpo permanentemente, eso quisiera.
Teniendo que aceptar el hecho de que la vida no podía ser como él quisiera, Kakashi acomodó la almohada bajo su cabeza, reposando su cabeza y cerrando los ojos lentamente hasta perder la conciencia desvinculándose así de su Avatar y como no tardaron en hacer paulatinamente la mayoría de los científicos presentes, uno por uno e incluso varios al mismo tiempo haciendo silencio total en el barracón tras unos breves minutos de haber apagado las luces. Pero por otro lado y aunque ya estuviera recostado sobre su cama como todos, Sasuke se negó a dormir en los primeros segundos de silencio, con las manos cruzadas tras su cabeza y respirando profundamente, disfrutando de la calma y quietud dentro del barracón así como de la oscuridad, señal inequívoca de que tenía que dormir pero lo último que sentía era sueño luego del maravilloso día que había vivido, sabía que cerrar los ojos y dormir involucraría regresar a su cuerpo real y a la inmovilidad, no quería eso…pero no tenía otra opción por lo que cerró los ojos gradualmente, escuchando los chillidos y aullidos del bosque que parecía haberlo llamado durante todo el día. Cuando Sasuke volvió a abrir los ojos esta vez lo hizo dentro de la Cámara de Enlace que le brindo la extraña y claustrofóbica sensación de estar dentro de un ataúd, no sintió miedo pero si se sintió desorientado durante los primeros segundos hasta que la tapa de la Cámara de Enlace se abrió lentamente permitiéndole sentarse y volver a la "normalidad", suspirando con decepción al regresar a sus piernas inmóviles...era egoísta pero desearía haberse quedado en el otro cuerpo, mas esa no era una decisión que pudiera tomar.
—Bienvenido— saludó Shisui, operando su Cámara de Enlace para finalizar su secuencia. —¿Todo en orden?— inquirió viéndolo bastante agotado.
—Estoy bien— negó Sasuke, mentalizándose para no flaquear.
Shisui sabía que es lo que Sasuke está sintiendo y probablemente debería decirle algo…pero prefirió no hacerlo, era evidente que el Uchiha no era el tipo de persona que aceptaba las señales de compasión o lastima, justo como Kakashi quien por cierto había abandonado la Cámara de Enlace contigua unos minutos antes que Sasuke y con el mismo mal humor de siempre, lo que no era nuevo en lo absoluto, haciendo que el Katon suspirara por lo bajo mientras apagaba la Cámara de Enlace, dando silencio y tiempo para que el Uchiha pudiera adaptarse a esta nueva rutina. Por unas horas, casi un día entero ese había sido el mejor momento de su vida en años, por unas efímeras horas no solo había vuelto a caminar y ser el mismo de antes sino que incluso había rejuvenecido unos diez años, había tenido toda una gama de posibilidades a su alcance y sin embargo ahora todo eso había terminado dejando una sensación de vacío en el centro de su pecho que le hizo preguntarse, ¿Por qué estoy aquí? Quizás esta nueva rutina de vida o trabajo no era para él, tener que regresar cada día a la realidad de que no podía caminar no era fácil sino que muy dura…pero considerando su situación y el hecho de que tendría que estar trabajando durante años para costear la operación que le permitiría volver a caminar, esto era lo mejor que tenía, tal vez fuera masoquista por su parte pero quería esto, esta experiencia en el Programa Avatar, ese nuevo cuerpo, el bosque, esa vida, quería todo eso sin importar las consecuencias y ni siquiera las conocía, ¿Cuándo me ha importado eso, se dijo el Uchiha, bajando de la Cámara de Enlace y regresando a su silla de ruedas, sin darse por vencido aun.
Día uno, se dijo Sasuke mentalmente.
La mañana del día siguiente y mientras comía su desayuno tranquilamente, —hasta con halito distraído—, Sasuke se encontraba profundamente pensativo, rememorando todas las sensaciones que había experimentado el día anterior, lo cómodo que se había sentido en su cuerpo de Avatar y ya ansiando poder volver a vincularse, tener que conformarse con la realidad no era una opción ni mucho menos cuando tenía la libertad a su alcance y tras solo ingresar en la Cámara de Enlace, pero se esforzó por mantener la calma y ser paciente porque ese día habría un viaje de reconocimiento a la naturaleza o interior del bosque lo que lo llenaba de emoción porque volvería a caminar, aunque no lo demostró. Sin embargo el panorama al que Sasuke se enfrentó a la mañana siguiente fue de lo más inesperado, claro que sabía que estaba trabajando con científicos como parte del Programa Avatar pero eso no significaba que tendría que convivir con ellos, ¿cierto? Error y lo comprendió esa mañana ante una de las largas mesas del comedor; en las otras mesas se hallaban mineros, soldados y aviadores pero en la suya solo científicos inmersos en sus propias conversaciones de las que Sasuke no entendía básicamente nada y por lo que solo pudo intercalar la mirada entre los presentes sintiéndose absolutamente invisible, literalmente podría irse en ese momento y nadie lo notaría. Ingresando en el comedor y que recorrió con la mirada, Karin esbozó una sonrisa al localizar al hombre que cuadraba con la descripción que le habían dado, dirigiendo sus agiles pasos hasta la mesa en que se hallaba el personal del Programa Avatar que no reparó en ella, salvo el Uchiha.
—Hola, ¿Sasuke Uchiha?— preguntó la piloto y ante lo que el pelinegro asintió de inmediato. —El Coronel quiere verte, vamos— informó sintiendo que le haría un favor sacándolo de ahí.
Pese a ser parte de la milicia como piloto, Karin estaba acostumbrada a tratar con los científicos, era la piloto de las expediciones del Programa Avatar y de hecho era muy amiga del doctor Kakashi y su brazo derecho el doctor Shisui, pero no pudo evitar sonreír con compasión al imaginar lo aburrido que debía haberse encontrado el Uchiha a quien rescató de la monotonía, guiando su camino hacia la bahía de armamento que es donde se encontraba el Coronel Shimura. Golpeándolo en el hombro tras comprobar que la seguía en un gesto de camaradería propio de los militares y que hizo sonreír ladinamente por primera vez a Sasuke esa mañana, la mujer llamada Karin Kanako—según indicaba su nombre bordado en su uniforme en uno de los bolsillos al costado del pecho—destacaba enormemente de gran parte del personal de Hell's Gate con su largo cabello tinturado de un rojo intenso, corto y descuidado en el lado derecho pero largo y liso del izquierdo y recogido en una coleta que caía tras su espalda, con ojos azules y que vestía un traje o mono militar típico en los pilotos, verde musgo apagado que sin embargo dejaba abierto en el frente en un profundo escote en V que exponía una camiseta blanca de escote redondo y sin mangas, botines de cuero negro y sostenía unas gafas oscuras en su mano derecha. Todos los científicos estaban inmersos en sus conversaciones, pero nada impidió que Kakashi siguiera con la mirada al Uchiha y la piloto Kanako hasta verlos salir del comedor, suspirando para si antes de beber un trago de su taza de café y preocupado del interés del imbécil de Danzo en Sasuke; lo último que necesitaba dijo el Hatake mentalmente…
—Soy Karin, piloteo naves de combate— se presentó la Uzumaki tan pronto como cruzaron el umbral de la bahía de armamento, —y esta de aquí es la mía—señaló acercándose a su helicóptero el Sansón 16 haciendo sonreír ladinamente al Uchiha. —Dame un segundo— se excusó brevemente, acercándose a la cabina a cuyo interior arrojo sus gafas oscuras, sobre el asiento. —¡Oye, Sakon, termina ya! Nos vamos a las nueve horas— apremió a su colega que acomodaba el toldo y el arma a este en caso de encontraran peligro en su viaje dentro de unas horas.
—Sí, ya voy, capitán— gruñó el Ukon con un bufido y una sínica sonrisa en el rostro.
—Ese toldo sigue suelto— regañó la Kanako en voz alta, siguiendo con su camino junto al Uchiha.
—Veo que llevan artillería pesada— notó Sasuke por el calibre del arma anexada al helicóptero.
—¡Cuidado!— increpó Karin a un carro de carga que por poco los impacto al Uchiha y ella, permitiéndoles ambos seguir con su camino antes de seguir por su cuenta. —Sí, porque no somos los únicos ahí afuera, ni los más grandes— respondió a la observación del Uchiha. —Te necesito de artillero, me falta un hombre— mencionó intuyendo que lo que él necesitaba era algo de acción real.
—Creí que no me lo pedirías— comentó el Uchiha sonriendo ladinamente y haciendo reír a la piloto.
—Gracioso— correspondió Karin con una sonrisa, deteniendo sus pasos al llegar al lugar señalado. —Ahí está el jefe, te veré en la pista— se despidió teniendo trabajo al cual regresar pero feliz de haberlo conocido.
La bahía de armamento era enorme, repleta de maquinarias que o estaban en reparación o estaban siendo cargadas o preparadas para distintas misiones que tendrían lugar, múltiples helicópteros que estaban siendo preparados para sus jornadas de trabajo como era el caso del Sansón y del que Karin—como piloto—quería encargarse personalmente, alzando su puño y chocándolo contra el del Uchiha que la siguió con la mirada hasta perderla de vista. Enfocando su atención en el lugar hasta el que había sido guiado por Karin, Sasuke observó en silencio la espalda del Coronel Shimura que se movía de acá para allá—asistido por técnicos trepados en grúas y elevadores—por lo que el Uchiha tenía entendido era una armadura AMP, exoesqueletos militares adecuados para toda clase de ambiente pero que contaban con cristales a modo de cabinas desde el torso hacia arriba para proteger a quienes las usaran del toxico oxígeno en su estado puro. En si las armaduras AMP existían para amplificar la fuerza y movilidad de un soldado o trabajador civil y brindar protección contra amenazas militares o ambientales sin necesidad de recurrir a los cuerpos híbridos o Avatares, y hechas de metal y aleaciones que resistieran impactos, cortes o heridas a la vez que protegían a quien la usara. Considerando la abismal diferencia entre ambos tipos de recursos, Sasuke no pudo evitar apreciar todavía más el cuerpo de su Avatar, se sentía más real que cualquier otra cosa que hubiera experimentado pero no lo diría, acercando sus silla de ruedas al Coronel Shimura que si bien reconoció su presencia, parecía inmerso en la preparación de su equipo.
—¿Quería verme, Coronel?— preguntó o más bien afirmó Sasuke para estar seguro.
—La densidad en la atmosfera te ablanda, y si te ablandas este lugar te hará trizas sin ninguna advertencia— Danzo dejo lo que estaba haciendo, bajando de la plataforma de un salto para centrar su atención en el Uchiha. —Vi tu historial, cabo, fue asombroso tu desempeño en combate, aunque esto es distinto— diferenció sin saber cómo juzgar su despeño al no tener claro lo que podía hacer en su cuerpo de Avatar. —Tienes valor para presentarte por aquí— admitió respetando su coraje personal.
—No es más que solo otro infierno— menospreció el Uchiha encogiéndose de hombros.
—Estuve en reconocimiento, unos años antes que tú, muchos años antes que tú; tres veces en Nigeria y ni un rasguño, pero cuando llego aquí…el primer día me sentí como un novato idiota— el Shimura señaló las cicatrices de su rostro y su faltante ojo derecho. —Me dijeron que me operarían si regresaba, que me dejarían como nuevo, ¿Pero sabes qué? Me encanta, me recuerda lo que me espera allá afuera— se expresó honestamente y con una sonrisa ladina. —El Programa Avatar es una estupidez, solo es un montón de científicos cobardes, sin embargo nos presenta una oportunidad valiosa y única— se volvió y regreso sus pasos para trepar al interior de la cabina de la armadura. —Un soldado de reconocimiento en un cuerpo de Avatar…una poderosa combinación, a mí me hace temblar. Un hombre así brindaría la inteligencia que necesito justo en el frente, justo en territorio hostil— mencionó mientras activaba rápidamente los interruptores para encender el equipo. —Escucha, Uchiha, necesito que conozcas a estos salvajes desde dentro, que te ganes su confianza. Necesito saber cómo forzarlos a cooperar o como acabarlos si no lo hacen— confió esperando que él pudiera entender la situación.
—¿Trabajare con Hatake?— inquirió Sasuke y sin saber que pensar realmente.
—Supuestamente— asintió Danzo con su concentración dividida en la preparación de su armadura y el Uchiha. —Actuaras como uno de sus científicos, hablaras como tal; pero me reportaras a mí— diferenció sin dejar lugar a dudas. —¿Crees que puedas hacerlo?— cuestionó necesitando un activo valioso y él podía llegar a serlo.
—Claro que sí, señor— asintió el Uchiha por el placer de sentirse útil y porque era a la milicia donde estaba su innata lealtad.
—Bien, soldado— asintió el Shimura con satisfacción, terminando de activar la armadura y con la que pudo caminar en pocos segundos. —Hijo, yo cuido a los míos— aseguró sin apartar la mirada del Uchiha. —Dame lo que necesito y veré que recuperes tus piernas cuando vuelvas a casa, tus verdaderas piernas— ofreció siendo esta una oferta que nadie podría rechazar.
—Me gusta la idea, señor— aceptó el Uchiha, siendo esto más de lo que podría pedir.
Una guerra estaba en ciernes pese a que nadie lo expresara, Homura se empeñaba en mantener las apariencias como buen burócrata pero carecía del mando fuerte que Danzo por su parte deseaba ejercer y por otro lado el imbécil del doctor Hatake insistía en que existía una forma de relacionarse con los nativos...por favor, la medida más efectiva contra ellos era una bala, pero eso sucedería cuando tuviera el control total de las operaciones y quizás Sasuke Uchiha podría abrirle la puerta que le permitiría lograrlo, pero eso tomaría tiempo y Danzo estaba dispuesto a esperar, intercambiando una última mirada con el Uchiha antes de seguir con su camino en su armadura AMP. Observando la partida del Coronel Shimura, Sasuke no pudo evitar suspirar por lo bajo, sabía que aliarse con sus superiores en contra de los "nativos" no sería lo que su hermano querría que hiciera, de hecho Itachi buscaría dialogar con ellos y subordinarse a las órdenes del doctor Hatake, pero hasta donde Sasuke tenía entendido los "nativos" eran el enemigo, se cruzaban en las operaciones, mataban a los trabajadores y atacaban sin provocación, ¿cierto? Pero lograría aquello por lo que su hermano había trabajado durante tres años; cumpliría su sueño y ocuparía su lugar en el Programa Avatar, y volvería a caminar, intentando causar el menor daño posible, ¿Y entonces por qué sentía que había hecho algo malo? Ni siquiera conocía a los ·nativos", no tenía por qué sentir compasión o lastima por ellos, eran el enemigo, pero por ahora de cualquier forma era mejor que todo lo que hiciera se mantuviera secreto o de enterarse Kakashi seguramente le sacaría las tripas. Vaya dilema…
Luego de su breve encuentro con el coronel Shimura, Sasuke se dirigió al laboratorio y como si ya estuviera familiarizado con su deber se metió en la Cámara de Enlace mientras Shisui se encargaba de monitorear sus signos vitales y demás; el día de hoy seria ajetreado, un viaje de reconocimiento junto a Kakashi y Suigetsu quienes ya estaban en sus respectivos Avatares cuando Sasuke volvió a abrir los ojos en su otro cuerpo, no perdiendo tiempo y dirigiéndose hacia las duchas para salir unos momentos después con el cabello azabache azulado ligeramente húmedo y colocándose una camiseta verde mugo mientras terminaba de cerrarse los pantalones dirigiendo sus pasos hacia la parte posterior de su cama donde estaba su mochila, revisando tener todo cuanto pudiera creer necesario para el viaje. Ocupado hasta ese momento en hablar con Suigetsu para afinar detalles sobre como procederían tan pronto como abandonaran Hell's Gate y se internaran en el bosque, el Hatake reparó en dos cosas; la primera y para sosiego suyo es que Sasuke no perdía el tiempo, estaba listo en tiempo record, terminando de abrocharse los zapatos y ceñirse una chaqueta por encima de la camiseta, todo de tonos aptos para camuflarse en la naturaleza en caso de peligro; y segundo es que reservado como era el Uchiha, Kakashi no podía leer que había salido de su reunión con Danzo a quien el Hatake consideraba una amenaza, probablemente Sasuke ni siquiera fuera a decirle en que había consistido este encuentro o que había salido de él, pero de cualquier modo el peligris no pudo evitar interesarse, aplaudiendo un par de veces en señal de apremio para su equipo.
—Dense prisa, nos reuniremos en el área de carga en diez minutos así que no se demoren— mencionó Kakashi, acercándose al Uchiha que alzó la mirada mientras terminaba de cerrar su mochila y preparado para lo que fuera. —¿Qué quería Atila?— interrogó directamente y sin pelos en la lengua.
—Comparábamos nuestros tatuajes del ejército— contestó Sasuke encogiéndose de hombros.
—Sí, claro— bufó el Hatake cruzando ambos brazos por sobre su pecho mientras le sostenía la mirada. —Escucha, soldado, ahora controlas un Avatar, lo que significa que estás en mi mundo, ¿Comprendido?— determinó dejando las cosas muy claras.
—Perfectamente, estoy aquí por ti— asintió el Uchiha, de otro modo no podría usar su Avatar, y era su trabajo en ese lugar después de todo. —¿Puedo preguntar qué problema hay entre Shimura y tú?— inquirió, pues si iba a ser interrogado quería respuestas a cambio.
—Ese maldito ya arruinó el Programa lo suficiente— gruñó el peligris como única respuesta pero que sabía no bastaría al Uchiha. —Todo esto existe para que podamos salir y construir un puente de confianza con la gente que habita este lugar y que podrían enseñarnos mucho…pero gracias a Danzo y sus matones, los Konoha ya ni nos hablan— explicó evidentemente molesto y apartando la mirada.
—¿Cómo se supone que funcione ahora?— preguntó el azabache intentando entender como podría ser útil y hacer lo que su hermano hubiera querido hacer.
—Bueno, tenemos caras nuevas y una remota esperanza me insta a confiar en las capacidades de Suigetsu, y en que tú no hagas nada que nos conduzca a ser sacrificados si los ofendemos— contestó Kakashi desviando la mirada hacia el Hozuki que revisaba su equipaje en la cama contigua. —Debemos conocer mejor a los Konoha, usar la diplomacia y esperar que nos den una oportunidad, ni más ni menos— el Programa Avatar era un movimiento pacifista, no una guerra de guerrillas.
—¿Y cómo los contactamos?— cuestionó el Uchiha para no cometer ningún error imperdonable.
—No lo hacemos, ellos nos contactan a nosotros, si nos ven tomar muestras respetando el bosque…— aclaró el Hatake dando un paso más cerca del Uchiha, —y sin pisotear nada, se acercaran— puntualizó sabiendo que le sería difícil como soldado.
—Soy cuidadoso— protestó el azabache en su defensa, no siendo un imbécil ni nada.
—Te tomó la palabra— condicionó el peligris en respuesta. —Deja la boca cerrada, ¿sí? Yo seré él que hable— determinó no esperando gran cosa de él, cerrando el tema y volviéndose hacia su cama para tomar su equipaje para que pudieran salir.
Para nadie era un secreto desde que lo había conocido que Kakashi tenía todas su esperanzas puestas en Suigetsu, después de todo se había preparado durante tres años como parte del Programa Avatar, hablaba el idioma con soltura, conocía la cultura de los nativos—lo que el Hatake valoraba enormemente—y no era amenazante en apariencia, ¿Qué más se podría pedir para entablar un vínculo diplomático? Si Itachi no hubiera muerto y cauteloso como era, Kakashi estaba seguro de que el Uchiha habría sido perfecto para la labor de embajador entre sociedades pero él no estaba sino que su hermano menor quien no era tan bueno con las palabras, no hablaba el idioma y no sabía de la cultura de los nativos más que por habladurías y que no era esclarecedor, además era un imbécil armado, por lo que no había forma en que Kakashi sintiera que pudiera confiar en él en un corto tiempo. Saber que no era la primera opción para una misión diplomática no desilusionó a Sasuke que se colgó la mochila a la espalda mientras Suigetsu parecía ensimismado con el elogio del doctor Hatake, después de todo no estaba ahí para intentar emular lo que su hermano habría hecho porque no existía forma en que pudiera llenar sus zapatos ni lo intentaría, pero si había algo que pudiera hacer para colaborar por el bien de todos sí que lo haría, y en el fondo quería conocer a estos individuos llamados "nativos", había crecido escuchando de ellos pero todas las historias siempre le habían parecido mera fantasía, quería conocer ese mundo por su cuenta, quería entender aquello que había fascinado a Itachi para prepararse y ser parte del Programa Avatar durante tres años.
Quería impregnarse de ese mundo, no más.
Kelutral o Árbol Madre/Clan Konoha
El bosque era sabio como el mayor de los seres vivientes, una unidad consciente que trasmitía información a quienes lo habitaban que fue el caso del clan Konoha que durante su jornada esa mañana recibieron el sentir del bosque de que se avecinaban desconocidos, "extranjeros" como ellos denominaban a los llamados individuos civilizados. Pero a los Konoha no les gustaba iniciar un ataque, no sin provocación pues cada vez que atacaban recibían una respuesta el doble o triple contra las vidas de sus hermanos y congéneres, por lo que en ocasiones así se designaba a vigías, guerreros del clan que recorrieran, localizaran y observaran a estos extranjeros para acabar con ellos si consideraba que era una amenaza; uno de esos vigías fue la hija de los líderes del clan, Sakura Haruno quien tras vestirse esa mañana se sentó ante su mesa de estudio rodeada de pequeños frascos o recipientes de cristal que contenían venenos y toxinas que su clan solía extraer de los cadáveres de escorpiones, arañas, serpientes y demás criaturas para emplearlos a modo de armas. Con su carcaj de flechas a su lado en el suelo, Sakura vació una pequeña cantidad de semillas de acónito en un mortero, pulverizando estas minuciosamente y agregando colmillos de víbora junto a un poco de vinagre que permitiría fueran disueltos de forma más efectiva. Para nadie era un secreto que ella detestaba a los "extranjeros", no a todos porque generalizar era un error…pero había experimentado su crueldad de primera mano, había visto morir a su hermana por ellos, a muchos amigos, su propia inocencia había sido destruida por ellos y por lo que se tomaba muy enserio el vigilar cada vez que estos visitaban el bosque.
Sin perder la concentración en ningún momento, Sakura dejo el mortero sobre la mesa y se volvió hacia los pequeños recipientes que contenían distintos tipos de toxinas en su estado líquido, abriendo uno de estos que albergaba veneno sapo y vaciando 1/4 de su contenido en un pequeño mezclador de vidrio con forma oval, agregando luego un poco de veneno de escorpión y viuda negra. A la embelesadora imagen de la contemplación que evocaba la gran concentración de la pelirosa debía sumarse su belleza, que en nada era aminorada por el tenue humo que rodeaba su habitación producto del incienso de lavanda que mantenía encendido para mantenerse serena y pensar mejor; tras revolver el veneno dentro del recipiente para que se mezclara mejor, Sakura volvió su atención al mortero, apartando los fragmentos solidos que restaran de las semillas y colmillos molidos, vaciando el líquido resultante de la mezcla en el recipiente con el veneno. El propósito de aquella mezcla era crear un compuesto lo suficientemente toxico y fuerte para que resultara letal a los menores segundos posibles. Lo curioso es que ingerir animales a quienes dispararan estas toxinas no afectaba a los "nativos", sus cuerpos se habían acostumbrado a soportar las toxinas pero recibir el impacto de lleno al corazón o al torrente sanguíneo era algo muy distinto, fatal a los pocos segundos. Con la mezcla ya preparada, Sakura encendió una pequeña lámpara de aceite y aproximo a esta el recipiente con la mezcla para que se condensara, exponiéndola al calor durante varios segundos, moviendo el recipiente en círculos para que las distintas toxinas se mezclaran mejor como una sola.
Mientras esperaba a que la mezcla estuviera lista, Sakura no pensaba en matar ni en deshacerse de los "extranjeros", de hecho le dolía el corazón por tener que tomar una vida si era preciso pero su mente estaba mucho más preocupada en el equilibrio de la vida, de respetar a sus hermanos animales que habitaban la tierra, un balance que sin embargo no importaba en lo más mínimo a los "extranjeros", ¿Y por qué?, ¿Es que no existía una forma en que pudieran convivir sin pensar en destruirse? Ella ya había perdido mucho por ellos, pero no quería creer que hubiera maldad en una raza con la que tenían tanto en común, debía haber algo más, ¿Pero cómo aferrarse a algo que no podía ver o probar? Apagando su lámpara de aceite cuando la mezcla estuvo lista, Sakura depositó el recipiente sobre la mesa y se volvió para tomar las flechas de su carcaj, sosteniendo un pincel con su mano libre y que sumergió en la mezcla, pintando la punta de sus flechas con el veneno de forma cuidadosa y elegante para luego tomar de la mesa un trozo de tela que replicaba la punta de su flecha, eran fundas para no herirse y morir por el veneno, y para que este no se desperdiciara de otro modo que no fuera en su objetivo, repitiendo ese proceso con todas las flechas, devolviéndolas a su carcaj y estando lista para enfrentarse a quien fuera. Resultó curioso para Sakura el volver la mirada y ver el incienso consumirse por completo en una última hebra de humo ante sus ojos y que ella sopló para que se difuminara más rápido, haciéndola suspirar mientras se enderezaba para poder regresar todo a su lugar o no saldría de ahí nunca, acostumbrada a esa rutina pero no a tener que tomar una vida.
Como hija del Olo'eyktan y la Tsahik del clan Konoha, y como vigía pese a ser una guerrera por su arduo entrenamiento, no se esperaba que Sakura expusiera su vida y corriera riesgos al monitorear el actuar de los extranjeros en sus territorios libres, pero por su carácter y esbozando una distraída sonrisa la propia Sakura sabía que sería tonto pedirle no asumir un riesgo, su vida y todo tipo de actividad era siempre un riesgo, además le quitaría emoción el no vivir las emociones sin importar el costo y mientras se luchaba por lo que se creía. Tras dejar el último de los recipientes cerrados al interior del primer cajón de su tocador, Sakura regresó sobre sus pasos a su mesa de trabajo, tomando su carcaj y arco que colgó sobre su hombro derecho, avanzando hacia la puerta de su habitación cuyos pétalos se abrieron a su paso, aterrizando de un ágil salto sobre el suelo formado por la corteza del Kelutral. Moviéndose con agilidad y sin detenerse, Sakura bajo por las gruesas ramas que formaban un espiral en descenso permitiéndole moverse hasta llegar a la base, sonriendo a sus conocidos y amigos en el camino y quienes por su parte le desearon una buena caza al verla armada con su arco y carcaj, muy pocos sabiendo a donde se dirigía exactamente. Acelerando su andar al ver el umbral que separaba la vida del clan del exterior, Sakura pronto se encontró corriendo para internarse en el bosque, trepando a uno de los arboles más altos en su camino, sujetándose con ambas manos de una de sus ramas y saltando de rama en rama para internarse en la espesura del bosque, necesitando ser lo más rápida posible y creyendo saber desde donde podría seguir el rastro de los extranjeros…
El conflicto sucedido en Hell's Gate quedó en nada indefinidamente luego de que el equipo estuviera listo, dirigiéndose hacia la zona de carga o armamento y donde Sasuke, Suigetsu y Kakashi abordaron el helicóptero Sansón que ya estaba aguardando por ellos cortesía de Karin quien los saludó con una sonrisa mientras encendía el rotor y preparaba el despegue, con su colega Sakon Ukon como artillero de emergencia en colaboración del Uchiha que se mantuvo alerta en todo momento tras el despegue, cuando el helicóptero se elevó y abandono Hell's Gate para internarse en el bosque que había lucido tan intimidante hasta ese momento. La belleza del bosque o jungla—parecía imposible diferenciar este de una mezcla de ambos—resultaba apabullante para Sasuke mientras observaba todo sentado en la parte trasera y abierta del helicóptero; tres años antes mientras se encontraba en el hospital militar había soñado con la visión de un inmenso bosque frondoso…y lo que ahora estaba viendo era el mismo escenario, hasta la ligera neblina que se elevaba del rio kilómetros por debajo del helicóptero, todo era idéntico. Ese lugar libre de la mano humana era más hermoso de lo que había visto desde lejos, se sentía como la libertad pura y Sasuke sí que sabía de eso tras haber estado atrapado en esa silla de ruedas durante tanto tiempo, algo que incluso a día de hoy tendía a sofocarlo pese a estar acostumbrado, mas en este lugar sentía como si fuera libre otra vez y a ello debía sumar una sensación de paz que no creía haber experimentado anteriormente, esbozando una sonrisa ladina al ver una bandada de lo que parecían ser halcones surcar el cielo muy cerca del helicóptero.
—Algunas bestias se pueden ver a su derecha— mencionó Karin desde la cabina.
—Las veo, gracias— asintió Kakashi apreciando su vista de águila. —Es un bisonte macho, una docena de hembras y varias crías— anunció en voz alta para cualquiera que quisiera observar.
Del otro lado del área de carga del helicóptero y observando todo con ojos fascinados, Suigetsu y Kakashi vieron pastar a una manada de bisontes compuestos por un macho, un grupo de hembras monopolizadas de este y sus crías que no debían superar el año de edad, animales llamativos por su espeso pelaje y que estaban extintos fuera de estos territorios libres lo que hizo sonreír quedamente tanto al Hatake como al Hozuki por pensar en el pulmón que era el archipiélago en que estaban para el resto del mundo, y sin embargo nadie en el mundo "civilizado" parecía apreciarlo o considerarlo realmente. Sin dejar se sobrevolar el inmenso bosque repleto de los arboles más grandes que se pudieran ver, Karin aceleró con toda intención de dar una bella vista panorámica a sus pasajeros al llegar al final del basto rio que desembocaba en una espectacular cascada que dejo sin aliento tanto a Suigetsu como Sasuke quienes se observaron entre si casi a punto de pellizcarse para comprobar si no estaban soñando, mas conteniéndose cuando el recorrido continuo sin otras sorpresas, con el Sansón internándose en la jungla que sobrevoló hasta encontrar un claro en que procedió a aterrizar. Cuando el helicóptero Sansón estuvo lo suficientemente cerca del suelo, Sasuke y Sakon descendieron rápidamente de un salto apuntando sus armas a la espesura del bosque espalda con espalda para asegurar la zona de aterrizaje, escaneando la línea de árboles con cautela; el siguiente en bajar fue Kakashi quien trotó hacia la cabina haciéndole una señal a Karin de que apagara el helicóptero pues pretendían quedarse y de no apagarlo solo gastarían combustible.
—¡Apágalo, nos quedaremos un rato!— comunicó el Hatake ante el fuerte ruido del rotor y ante lo que Karin procedió a apagar su helicóptero. —¡Suigetsu, tu equipo!— recordó a su mano derecha que bajo del helicóptero sin su equipaje.
—Equipo…— gruñó el Hozuki por lo bajo ante su falta de atención, regresando al helicóptero.
—Quédate en la nave— espetó Kakashi al soldado Sakon, —un idiota armado es suficiente— agregó para que el Uchiha lo escuchara.
—Usted manda, doc— asintió el Ukon, no teniendo otra opción de cualquier forma.
Sakon estaba ahí por órdenes del Coronel Shimura quien no se fiaba en lo absoluto de la lealtad del doctor Hatake para con la RDA o sus propios intereses, por ende no tenía problema en permanecer en el helicóptero con Karin quien le resultaba mucho más grata y agradable que el aburrido doctor en jefe del Programa Avatar y que se sabía era más amable con las plantas que con las personas, por lo que el Ukon regresó sobre sus pasos al helicóptero, abordando la parte posterior de este para esperar, irritado con el silencio de la jungla. En silencio y fingiendo que no había escuchado a Kakashi que buscaba cada oportunidad que podía para ser ofensivo adrede, Sasuke sonrió ladinamente mientras se internaba en la espesa jungla por indicaciones del peligris que avanzaba un paso tras suyo junto a Suigetsu, manteniendo su fusil FN SCAR muy cerca de su pecho a cada paso que daba y sin tener claro con que estaba tratando. El silencio de la jungla era inquietante y elocuente a la vez, con tenues ecos o sonidos emitidos por insectos o animales que no podían ver, por lo que sí que agradecería contar con apoyo para proteger a Kakashi y Suigetsu, aunque no lo admitirá en voz alta. De pronto y en medio de la quietud de la jungla apareció una figura oscura balanceándose por las lianas de los arboles hasta una de las ramas donde arranco una fruta que observó minuciosamente y luego al Uchiha que lo apuntó por desconfianza pero que no pensó realmente en dispararle sino que lo contempló con atención; era una especie de simio de pelaje gris oscuro salvo por sus orejas, rostro, cuello y vientre blanquecino, con las cuencas de sus ojos de color negro, y con una larga cola de franjas blancas y negras.
—Lémures, no son agresivos— sosegó Kakashi un segundo antes de que el primate se marchara a gran velocidad llevando su fruta consigo. —Ya cálmate, me pones nervioso— reprendió a Sasuke empujando su fusil hacia abajo y pasando junto a él para dirigir el camino al tener claro a donde dirigirse.
—Y, ¿cómo sabrán que estamos aquí?— preguntó Suigetsu fascinado por todo cuanto veía.
—Seguramente nos están vigilando— contesto el peligris con naturalidad y sin dejar de caminar.
Aquella respuesta fue abrumadoramente sincera, tanto que sin poder evitarlo Suigetsu tuvo que detener su andar y recorrer la espesura de la jungla con sus ojos temiendo que algo o alguien los estuviera observando y esperando el momento perfecto para atacar…Suigetsu no consideraba unos barbaros o salvajes a los "nativos" como si hacían muchos en Hell's Gate, pero no iba a mentir, era difícil respirar o moverse con naturalidad mientras se cuidaba la espaldas y trataba de no ofender a nadie en el proceso, de hecho le hizo entender porque Sasuke se mantenía en guardia con la diferencia de que el Uchiha parecía encontrarse en su elemento, no demostraba miedo mientras llamaba la atención del Hozuki indicándole que continuaran y siguieran a Kakashi, atentos a todo pero no siendo paranoicos por ello. Quizás la mayor diferencia era que Sasuke no sentía miedo, si se había quedado apuntando a aquel lémur que ya había desaparecido entre la espesura de la jungla se debía a que nunca antes había visto algo así y se sentía maravillado, quería conocer más de este bosque y casi lo asustaba el creer haber vivido hasta antes de llegar aquí, porque ahora se sentía más en deuda con su fallecido hermano que nunca. Considerar lo inmenso o basto que era el bosque y/o jungla le provocaban una sensación de vértigo en el estómago pero no era una mala sensación sino que despertaba en él una ansiedad como nunca había experimentado, deseaba explorar todo lo que veía y más allá pese a saber que la mitad de los animales estaban dispuestos a matarlo y devorar su cadáver. ¿Qué diversión había sin riesgos después de todo? Lo importante no era el destino sino el viaje.
Y él estaba deseoso de realizar ese viaje.
—Esta era nuestra escuela, ahora solo es una…bodega— mencionó Kakashi tan pronto como su grupo cruzo el umbral del lugar. —Los niños eran brillantes, querían aprender, absorbían todo como esponjas— se expresó con una sonrisa que trato de disimular.
El bosque era verdaderamente inmenso, entrelazado con una jungla espesa en que parecía que cualquiera podría correr el riesgo de perderse pero ello no asusto a Sasuke a diferencia de Suigetsu quien parecía nervioso, ambos siguiendo los pasos de Kakashi quien los guiaba diciendo que conocía un lugar donde obtener elementos que necesitarían en su toma de muestras y que no tenían o no habían traído de Hell's Gate, lo que ninguno discutió, el Hozuki y el Uchiha siguiendo los pasos del Doctor en Jefe mientras recorrían el bosque hasta una edificación, la primera que Sasuke veía desde que habían dejado Hell's Gate, y que a la vez era muy distinta porque no era de acero, metal o ninguna aleación remotamente asociada sino que de madera, con forma rectangular y unos escalones que conducían a la puerta principal, ventanas…era un lugar sencillo, hasta acogedor en cierto modo pese a estar abandonado según se veía, con lianas, enredaderas y musgo cubriendo su estructura. Tras escuchar la explicación de Kakashi sobre el lugar en el que estaban tras cruzar la entrada, Sasuke observó todo a su alrededor tratando de imaginar cómo había sido ese lugar en el pasado, una escuela como cualquier otra—no podía evitar pensar en los "nativos" como personas como cualquier otras pese a lo que todos los demás decían de ellos—, llena de niños sentados a las mesas ahora en ruinas, volteadas o fragmentadas; le costaba más al Uchiha imaginar al Hatake enseñando pacientemente a los niños, especialmente teniendo en cuenta como perdía la paciencia con él por cada palabra que decía. Suigetsu detuvo su andar a punto de pisar un libro, arrodillándose para recogerlo.
—¿Y esto?— preguntó el Hozuki teniéndole el libro al peligris que volteó a verlo.
—Este me encanta— recibió el Hatake con una ligera sonrisa. —Los murciélagos lo tiraron— suspiró aproximándose a una de las repisas para devolver el libro a su sitio. —Me encantaría que alguien volviera y los leyera— confesó pese a ser imposible.
—¿Y por qué no vuelven?— curioseó Suigetsu siguiendo los pasos del peligris que se acercó a un armario, encontrando el material que necesitaban en su interior.
—Los Konoha aprendieron demasiado sobre nosotros— respondió Kakashi simplificando la brutal forma en que había sucedido aquello.
Eso era todo lo que Kakashi sentía que merecía la pena decir, y aunque trato de disimularlo su voz salió como un suspiro cansado y lleno de pesar, la herida no había cerrado en su corazón sino que continuaba sangrando, y a su mente vinieron los rostros de quienes siempre consideraría sus mejores alumnas; Izumi quien tristemente no estaba con vida y por otro lado Sakura quien había sido solo una chica de trece años la última vez en que la había visto…la pequeña Haruno había manejado el idioma con la fluidez de cualquier "extranjero", había sido una chica muy dulce y tan tierna que muchas veces Kakashi la había visto como la hija que nunca había tenido, como a todos los niños que asistían a la escuela, como si fueran su familia…y sin embargo no había podido ayudarlos ni protegerlos. Cuando se estaba en un lugar en que se sabía o intuía que había ocurrido algo, se debía tomar un instante para imaginar cómo había sido en el pasado, las personas que lo habían habitado y cuanto había todo cambiado desde ese entonces, lo que era muy evidente para Sasuke en ese momento, recorriendo el interior del lugar hacia una habitación contigua en la parte de atrás y que parecía ser una bodega con otra puerta por lo que parecía ser una salida de emergencia pero no fue esto lo que inquieto al Uchiha sino que en el marco del umbral que separaba el aula de clases de la bodega, vio varios agujeros de bala, alzando una de sus manos y trazando el espacio con sus dedos para corroborarlo, viendo como la luz pasaba a través de ellos. ¿Quién diablos dispararía en una escuela? Esas balas eran de su gente, no de los nativos, ¿Pero por qué atacarían a niños?
—¿Qué paso aquí?— preguntó Sasuke directamente, sorprendiendo al Hatake que volteo a verlo sin haber esperado esa incógnita de su parte.
—Ayúdanos con el equipo, tenemos mucho que hacer— espetó Kakashi dejando en claro que no quería hablar de ello.
No era intención del Hatake ser tan escueto con el Uchiha, dándole la espalda y volviendo su atención al armario de donde extrajo el instrumental que Suigetsu y él necesitarían durante su análisis de suelo y para recabar muestras de plantas—que es por lo que estaban ahí, siendo el mejor y más sereno comienzo posible como grupo—, pero no se sentía cómodo hablando de un pasado que ni siquiera era capaz de dejar atrás y no con Sasuke quien si bien no parecía ser un mal sujeto, no conocía del todo y que sabía era leal a los principios de los malditos militares, los mismos que habían sembrado el caos y muerte en su escuela hasta cerrarla seis años antes. Sorprendido por la reacción de Kakashi pero intuyendo el motivo tras su desconfianza, Suigetsu únicamente volvió la mirada hacia el Uchiha encogiéndose de hombros, recibiendo de manos del Hatake parte del instrumental que utilizarían y que el Hozuki pronto guardó en la mochila que llevaba en la espalda. Habiendo conocido a Kakashi por solo un par de días y observando ahora en silencio su espalda mientras este parecía decidido a ignorarlo, Sasuke únicamente suspiro para sí, no pudiendo pedirle que fuera abierto y transparente con él, ni siquiera se conocían sino que estaban obligados a trabajar por causa de la RDA. Dirigiendo sus pasos hasta donde estaban Suigetsu y Kakashi para ayudarlos con el equipo como el peligris había impuesto, Sasuke se detuvo ante una de las pocas mesas que seguían en pie y observando curioso el dibujo de lo que parecía una flor de cerezo tallada en la madera, el signo más inocente que había visto, ¿Qué habría sido de la niña que había dejado esa marca? Quizás nunca lo sabría…
PD: Saludos mis amores, les deseo una muy feliz navidad y a todos los suyos, deseando como siempre que mi trabajo sea de su agrado y agradeciendo su apoyo en cada nuevo viaje, realmente significa mucho para mi :3 Ya se, prometí que actualizaría "El Clan Uchiha" y de hecho el capitulo esta casi listo, pero tenia ya finalizado este capitulo de Avatar y no quería desperdiciarlo, por lo que espero que puedan perdonar a este pobre intento de escritora :3 las próximas actualizaciones serán "El Clan Uchiha", luego "A Través De Las Estrellas", "La Reina Olvidada" y por último "Kóraka: El Desafío de Eros", :3 Esta historia esta dedicada a mi queridísima amiga Ali-chan 1966 (por apoyarme y ser mi editora personal, no sé que seria de mi sin ella y por lo que le dedico esta historia como todas aquellas desde que somos amigas), a Jeyli05 y a La Esposa de Castiel (por seguir esta historia y lo que aprecio infinitamente dedicándoles este fic como agradecimiento) y a todos quienes siguen, leen o comentan todas mis historias :3 Como siempre, besos, abrazos, bendiciones y hasta la próxima.
Personajes:
-Sasuke Uchiha como Jake Sully -Sakura Haruno como Neytiri
-Kakashi Hatake como Grace Augustine -Suigetsu Hozuki como Norm Spellman
-Karin Uzumaki como Trudy Chacón -Sakon Ukon como Lyle Wainfleet
-Danzo Shimura como Miles Quarich -Homura Mitokado como Parker Selfridge
-Shisui Katon como Max Patel -Rin Nohara como Bibi Levson -Nagato Junpei como Doctor Avatar1
-Hidan Terasoma como Doctor Avatar2 -Juzo Biwa como Doctor Avatar3
-Konan Tanaka como Científica Avatar -Pein Horiuchi como Científico Avatar
-Tsunade Senju como Mo'at -Dan Haruno "Katou" como Eytukan
-Izumi Haruno como Sylwanin -Itachi Uchiha como Tom Sully
También les recuerdo que además de los fics ya iniciados tengo otros más en mente para iniciar más adelante en el futuro: "La Bella & La Bestia: Indra & Sanavber" (precuela de "La Bella & La Bestia"), "Sasuke: El Indomable" (una adaptación de la película "Spirit" como había prometido hacer), "El Siglo Magnifico; Indra & El Imperio Uchiha" (narrando la formación del Imperio a manos de Indra Otsutsuki en una adaptación de la serie "Diriliş Ertuğrul") :3 Para los fans del universo de "El Conjuro" ya tengo el reparto de personajes para iniciar la historia "Sasori: La Marioneta", por lo que solo es cuestión de tiempo antes de que publique el prologo de esta historia. También iniciare una nueva saga llamada "El Imperio de Cristal"-por muy infantil que suene-basada en los personajes de la Princesa Cadence y Shining Armor, como adaptación :3 cariños, besos, abrazos y hasta la próxima :3
