-Esta es una adaptación de la película "Avatar" de 2009, escrita y dirigida por James Cameron. Los personajes pertenecen por completo a Masashi Kishimoto, más los personajes de carácter secundario, las modificaciones a las personalidades, los hechos y la trama corren por mi cuenta y entera responsabilidad para darle sentido a la historia. Les sugiero oír "Flares" de The Script para Sasuke, "I See You" de Leona Lewis para Sakura, "Before The Dawn" de Evanescence y "Trainwreck" de James Arthur para el contexto del capitulo.

1-Diálogos en cursiva para el idioma "nativo".

2-Dialogo normal para "español".

3-Breves textos en cursiva para pensamientos.

4-Texto con dialogo en cursiva par flashbacks


La prueba sucedería al día siguiente, la Tsahik así lo había manifestado a través de Sakura, luego de que regresaran a la villa, separándose ella para informar y luego regresando junto a Sasuke para decirle lo que se esperaba que hiciera y con quien acudiría hacia la región conocida como Iknimaya o Escalera Al Cielo, una región en lo alto de las Montañas Danxia, donde residencian los Mustangs salvajes; mas, no haría el viaje solo, Gaara debía acompañar a dos jóvenes cazadores llamados Kagura y Fu. Según Sakura le había dicho, ella no podría acompañarlo en su prueba por sus propias responsabilidades, y se notaba que quería hacerlo, Sasuke podía ver el brillo en sus ojos y realmente deseaba que ella pudiera estar ahí, había hecho tanto por enseñarle de su mundo y sin rendirse con él, abriéndole su corazón y volviéndose su amiga—por supuesto que él la veía como mucho más que eso, pero no podía decírselo a ella—, por lo que él entendía y respetaba sus responsabilidades como futura Tsahik. A esa hora de la tarde, con el sol dirigiéndose hacia el horizonte para ocultarse, Sasuke y Sakura se encontraban reunidos en los establos, con nadie para importunarlos, la Haruno sentada y observando como el Uchiha practicaba con Pepper como habría de intentar dominar a Mustang que eligiera al día siguiente; la yegua era arisca, salvaje y con mucho carácter, relinchando y hasta jugando con el Uchiha que sostenía las riendas, haciéndola pasear en círculos por el amplio espacio de los establos; un Mustang solo tenía un jinete, por lo que la yegua hacia cabriolas y luchaba cada vez que el Uchiha intentaba subir a su lomo, para divertimento de Sakura y su contemplativo análisis, pues casi conseguía subir al lomo de la Mustang en más de una ocasión.

—Puede que no lo creas ahora, pero Pepper y yo no siempre fuimos amigas— inició Sakura, levantándose de su lugar y acercando sus pasos hacia el Uchiha, —cuando nos conocimos ella podría haberme matado con facilidad, si la hubiera dejado— entonces había sido una chica de catorce años.

—Qué bueno que no fue así, ambas se llevan muy bien— admitió Sasuke, cejando en sus empeños para recuperar el aliento.

La tenacidad, fuerza, carácter y determinación de Sakura lo abrumaban, en su pasado como parte del ejército, Sasuke se había encontrado con muchas mujeres fuertes, pero Sakura las superaba a todas y en nada le extrañaba que ella fuera la mejor cazadora y guerrera del clan, no era una mujer que se guiara por las convenciones de su tiempo y eso lo hacía admirarla aún más, era el tipo de mujer para quien hasta el mundo parecía ser pequeño y ello le hacía sentir que lo aguardaba todo un futuro de desventuras y pruebas con ella, lo que más le gustaba…Mas, ¿Cómo desear aventurarse en ello? Observándola, su largo cabello rosado peinado en una trenza y recogida en un rodete tras su nuca, su rostro lozano de mejillas sonrojadas, sus gatunos orbes esmeralda, con sus seductoras pestañas y cejas finas, Sasuke se sintió atraído como un imán por ella, por solo verla respirar, mas sabiendo que todo era una fantasía que nunca sería posible y él no se atrevería nunca a deshonrar; desviando la mirada hacia Sasuke, sabiendo que él la observaba, pero no pudiendo exteriorizar ella su interés, Sakura esbozó una inevitable sonrisa. Ella se había sometido a la prueba Inkimaya con apenas catorce años recién cumplidos, el dolor por la pérdida de su hermana Izumi aún había sido grande y no había tenido una amiga más sincera o que la apoyase que Ino, en cierto modo arrojarse a esa prueba siendo la cazadora más joven en décadas había sido un acto temerario, casi como si buscara morir si fallaba; Pepper había sido salvaje, arisca, había amenazado con golpearla con sus poderosas patas en más de una ocasión, sin embargo, Sakura había conseguido subir a su lomo y resistir hasta que Pepper se cansara y la aceptara, ambas espíritus afines.

—Muchos eligen luchar con el Mustang que doman, algunos usan otros métodos no tan convencionales, pero domarlos directamente es el enfoque preferido— mencionó Sakura, dándole completa libertad de actuar al día siguiente.

—¿Cómo domaste a Pepper?— inquirió Sasuke con genuina curiosidad, siempre guiándose por ella para hacer lo que fuera mejor.

—Luche con ella, subí a su lomó, le puse el bocado y me sujete a las riendas sin importar cuántas cabriolas diera, hasta que ella me acepto— resumió la Haruno con gran seriedad. —Ya luego nos hicimos las mejores amigas, ¿cierto?— Pepper relinchó en respuesta, pegando su cabeza contra su mano. —Cuando lo hagas, debes ser rápido, no puedes permitirle que se mueva antes que tú, debes anticiparte a lo que él o ella pueda hacer. Los Mustang son muy agresivos, por lo que debes ser rápido para seguirles el ritmo— instruyó, esperando que todo ello le sirviera en su prueba.

No dudaba de las capacidades de Sasuke; alto, fuerte, capaz, astuto, pragmático, capaz de pensar bajo presión…guapo, de mirada intensa con aquellos orbes ónix, piel blanca, músculos firmes y desarrollados por sus meses de entrenamiento bajo su tutela, rasgos finos, mentalidad comprensiva, corazón valeroso como ninguno y la mayor bondad que ella había atestiguado y que la tenía tan obnubilada, completamente embelesada, turbándola a tal punto que se cuestionaba todo lo que sabía o conocía, era un hombre fuerte y que podría sobrevivir a la prueba de Iknimaya, ella confiaba en él y en todo lo que ella misma le había enseñado a lo largo de ya más de dos meses. La prueba conocida como Iknimaya sería difícil como ninguna, pero Sasuke se había formado como guerrero y cazador desde el inicio de su tutela, siendo eso ella misma, y tenía la mente de un guerrero desde antes de conocerla, nunca había conocido otra vida y ello al final le daría la victoria que tanto necesitaría, y ella estaba convencida de que incluso Gaara habría de comerse sus palabras cuando triunfara al día siguiente, porque ella estaba segura de que lo haría. No teniendo más que practicar y creyendo ella que Sasuke estaba listo para su prueba al día siguiente, Sakura le quitó las riendas a Pepper, le acarició la melena y tendió una manzana como premio por sus esfuerzos antes de indicarle a Sasuke que la siguiera hacia el interior del Árbol-Madre, subiendo por el entramado de la estructura hacia la planta alta, llegando justo para el momento de la cena, comiendo en silencio y luego retirándose a sus respectivas habitaciones, intercambiando una mirada y deseos de buenas noches antes de ingresar y dormir profundamente, o regresando a su verdadero cuerpo en el caso de Sasuke.

Todo se decidiría mañana.


Despertando muy temprano esa mañana, gracias a la alarma que había dispuesta al momento de irse a dormir en su verdadero cuerpo, Sasuke fue el primero en despertar y tras desayunar ligero ingresó en la Cámara de Enlace, coincidiendo con Kakashi que madrugo con su característico mal humor y que tuvo la gentileza de ayudarlo, despidiéndose de él con un bostezo; al abrir los ojos en su Avatar, Sasuke no tardó en levantarse, asearse y bajar apresuradamente por el entramado del Árbol-Madre hacia la planta inferior, justo cuando Gaara estaba reuniendo a los cazadores Kagura y Fu, no quedándose atrás y todos subiendo a sus caballos para dirigirse hacia las montañas Danxia, sin emitir palabra alguna, o al menos así fue en el caso de Sasuke. Aprender a montar y domar un caballo salvaje o Mustang es una prueba que todo cazador debe superar, pero para hacerlo hay que ir al territorio de los Mustang; Iknimaya, el viaje a caballo duro muchos kilómetros, ¿minutos o un par de horas? Sasuke no midió el tiempo, solo bajo del lomo de Sunburst tan pronto como Gaara y los otros dos cazadores también bajaron de sus caballos, procediendo a subir por lo que parecía una escalera de rocas entrelazadas con lianas y por la que el Uchiha se encontró trepando, al mismo ritmo que Gaara a quien sintió observarlo por el rabillo del ojo, pero ello no le importó, solo se concentró en lo que tenía que hacer y era bueno en ello, sin importar que el viaje fuera largo y extenuante, de varios minutos, no se rindió ni dejo de moverse. El resto del viaje fue por una corta saliente de roca cubierta de hierba y que los llevo hacia una serie de pasadizos por los que ascendieron sin detenerse, todo siendo roca sólida y que podía enviarlos en caída libre en cualquier momento.

Llegando por fin a lo alto del entramado de pasadizos, el grupo se detuvo ante lo que parecía ser una caverna o sala oculta tras la enorme cascada que fluía por la montaña y que ocultaba su presencia de los Mustang, pero podían escuchar el eco de sus patas y sus fuertes relinchos del otro lado del agua; seguir las ordenes de Gaara no era su actividad favorita en ese momento, pero Sasuke se sometió a ello, preferiría que Sakura estuviera al mando o cuando menos acompañándolo, pero ella se había excusado de la labor, teniendo que atender sus obligaciones como Tsakerem o futura Tsahik, mas prometiendo encontrarse con ellos en la cima de la montaña, lo que lo hacía sentir ligeramente más tranquilo. Aprovechando de recuperar el aliento tras detenerse y esperando las indicaciones de Gaara, o resignándose a someterse a estás en el caso de Sasuke, se percibió el golpe de los cascos de un caballo aproximarse y solo hicieron falta unos segundos para que un Mustang ascendiera por el entramado interior de la cueva hasta llegar a ellos, se trataba de Pepper—distintiva con su pelaje gris, hocico blanco y cintas Viridian entrelazadas con su melena, como sus riendas—, la indómita yegua de Sakura, quien bajo ágilmente de su lomo, apartando el ligero flequillo ladino que tendía a caer sobre su frente, esbozando una inevitable sonrisa al encontrar su mirada con la de Sasuke, quien disimuló lo mejor posible la sonrisa ladina que buscó adueñarse de sus labios. Si había llegado, le había dicho el día anterior que lo intentaría, pero que no le prometía nada y sin embargo ahí estaba ahora, él era la razón y saberlo provocó que se le acelerase el corazón…mas lo disimuló cuando el Sabaku pasó su mirada por los dos jóvenes cazadores y se detuvo frente a él.

—Sasuke Uchiha será el primero en intentarlo— decidió Gaara con una sonrisa de arrogancia.

Ese era su triunfo, aun cuando Sakura estuviera ahí, el "extranjero" estaba bajo sus órdenes lo quisiera o no y por primera vez Gaara disfrutó de su posición como futuro Olo'eyktan, pues eso siempre lo pondría por encima del Uchiha, lo quisiera aceptar este o no; No dejando que el Sabaku y su autoritarismo lo intimidara, acostumbrado al brusco liderazgo de sus superiores en el ejército, Sasuke le sostuvo la mirada a Gaara, correspondiendo a su expresión de superioridad, y tras ello dirigió sus confiados pasos—siendo bueno en no demostrar lo ansioso y nervioso que estaba—hacia el camino que continuaba junto a la cascada, sintiendo los pasos de Sakura tras él, mas no viendo la mirada severa que ella le dirigió a Gaara, reprochando su actitud. Incluso Gaara, con todo lo arrogante que era, debía reconocer que Sasuke había llegado muy lejos, logrando llegar hasta ese punto en tan poco tiempo y solo derrochando triunfos en su haber, sometiéndose ahora a una prueba que no todos los miembros del clan realizaban, sino que solo los cazadores…a ojos de Sakura, siempre crítica y especialmente protectora de Sasuke—lo que no agradaba a Gaara, siendo el Uchiha el único individuo del sexo opuesto que podía ser tan cercano a ella, incluso más que él—, Gaara en realidad lo estaba usando como voluntario para mostrar a los otros dos jóvenes cazadores que lo acompañaban, que es lo que no deberían hacer al acercarse a un Mustang. Cruzando la pared de agua que formaba la cascada, teniendo cuidado de sus pasos para no resbalar por el agua impregnada en las rocas, Sasuke alzó la mirada hacia el gran número de Mustang pastando en la saliente que conectaba con el resto del entramado de la montaña, estudiándolos para así hacer una elección.

—Ahora debes hacer tu elección— anunció Sakura, recordándole su presencia, lo que lo hizo sentirse más aliviado. —No seas impulsivo, deja que surja de ti— instó, alargando una de sus manos y entrelazándola con la suya. —Si uno de ellos te elige, muévete como te enseñe y ten cuidado porque solo tendrás una oportunidad— advirtió, solo para que tuviera el debido cuidado.

—¿Cómo sabré si me elige?— inquirió en voz baja, queriendo saber que esperar.

—Querrá atacarte— contestó la Haruno serenamente, aunque solo en el exterior.

—Excelente— suspiró el Uchiha sarcásticamente, esbozando una sonrisa ladina.

Sentir la mano de Sakura entrelazada contra la suya, en un signo de amistad y que sin embargo era mucho más para él—al igual que para Sakura, aunque él no podía saberlo—, le infundió la confianza que él tanto necesitaba en ese momento, ambos dejando el tacto del otro por terceros espectadores y tras lo que el Uchiha dio sus primeros pasos hacia la saliente en que pastaban los Mustangs y que ignoraron totalmente su presencia o bien alzaron sus miradas con curiosidad. Acercando sus pasos hacia los equinos, con sigilo, Sasuke desenvolvió del interior de su fajín unas riendas que Sakura le había entregado el día anterior, adentrándose en la llanura con la Haruno cuando mucho dos pasos tras él, y Gaara y los otros dos jóvenes cazadores tras suyo, el Uchiha se acercó a uno de los primeros caballos que vio, el cual relinchó e hizo una intimidante cabriola chocando sus patas delanteras en el suelo, pero cuando Sasuke se movió cerca de él, este retrocedió y corrió a ocultarse; otro sostuvo la mirada al Uchiha y relinchó antes de dar media vuelta y alejarse de igual modo que otros dos corceles cerca suyo, no teniendo interés o siendo demasiado cobardes, ¿Es que existía la posibilidad de que ninguno estuviera destinado a él?, ¿Tendría que usar la fuerza? Justo cuando Sasuke comenzó a pensar eso, encontró a un corcel que estaba listo para pelear y que parecía haberlo ignorado hasta entonces, alzando la cabeza en su dirección, pisoteando con una de sus patas repetidamente a modo de desafió y relinchando en su sitio; era un caballo alto, y de pelaje gris claro salvo por el frente de su cara y su hocico que eran de un tono más oscuro, y los extremos de sus patas que eran blancos, con una reluciente melena y cola que parecían plateadas a la luz.

—Es la hora— reconoció Sasuke sonriendo ladinamente y viendo al caballo sostenerle la mirada.

Usando las riendas que Sakura le había entregado el día anterior, Sasuke hizo paulatino amague de acercarse al Mustang, que le sostuvo la mirada retadoramente, golpeteando el suelo distraídamente con una de sus patas a modo de advertencia y más cuando el Uchiha finalmente decidió arrogarse en su dirección, apresurándose en envolver sus brazos alrededor del cuello del equino, forcejando con este para colocarle las riendas, halándole la crin para aferrarse a este cuando intentó empujarlo con su gran cabeza; recordando la práctica que había tenido con Pepper el día anterior, Sasuke se apresuró en rodear al caballo, subiendo a su lomó o casi consiguiéndolo, logrando solo que en su lugar sus brazos se aferraran al lomó de este, que buscaba quitárselo de encima, haciendo cabriolas y forcejando. Debiendo ser solo una espectadora y dejar todo en manos del Uchiha, confiando en sus capacidades, Sakura observó todo con ojos muy críticos, no con la burla que podía percibir en Gaara y en los dos jóvenes cazadores que lo acompañaban; Sasuke había elegido, lo quisiera o no, a un luchador como él, porque Sakura no había visto a otro Mustang tan salvaje desde que había conocido a Pepper hacía ya tantos años, y ello solo provocó que su respiración se acelerase mientras veía al Uchiha luchar por subir al lomo el equino, no pudiendo anticipar que haría un caballo tan agresivo…tan impredecible como el jinete que ahora intentaba sublimarlo. Demás estaba decir que aquellos intentos eran muy divertidos a ojos de Gaara, quien esbozaba una sonrisa victoriosa, viendo lo que él consideraba al Uchiha hacer el ridículo frente a su mentora y posible foco de interés romántico, nadie le sacaba esa idea de la mente desde hace tiempo.

¡No tengas miedo guerrero!— alentó Gaara con fanfarronería. —Ese idiota va a morir— agregó por lo bajo, haciendo que la pelirosa lo observara con el ceño fruncido por el rabillo del ojo.

—¡Sube a su lomo, rápido!— apremió Sakura, no habiendo tiempo que perder. Justo cuando Sasuke creía tener el control suficiente para intentar subir al lomo del equino, este intentó sacudírselo de encima, consiguiendo desestabilizarlo, consiguiendo que Sasuke resbalara y pendiera del acantilado, sujetándose de las rocas para no caer. —¡Sasuke!— gritó la pelirosa, aterrada y no pudiendo interferir para ayudarlo.

Gaara estaba divirtiéndose, era obvio, Sakura podía escuchar su risa y ni siquiera se molestó en voltear a verlo, estaba enojada con él y de estar en otra situación no dudaría en voltear a enfrentarlo con una bofetada, la sacaba de quicio su desprecio por los "extranjeros" pues se asemejaba al que ella misma sentía, con la diferencia de que ella valoraba la vida y no mataba a otros solo por ser "extranjeros", era más recelosa con ellos, pero no mataba solo por matar, ello deshonraba todo lo que Kami querría que hicieran, y para Sakura matar solo era opción si no había más que hacer. Sasuke se aferró con todas sus fuerzas a una pequeña rama que crecía al costado del barranco del que pendía, entre las rocas, casi con la forma perfecta de un mango, permitiéndole asirse a esta que era asombrosamente resistente, aguantando su peso y sirviéndole de apoyo el tiempo suficiente para trepar lo más rápido que pudo, corriendo hacia el equino y subiendo a su lomó velozmente, afianzándose antes de que el Mustang intentase quitárselo de encima, maniobrando el bocado que se había enredado en su muñeca para dirigirlo hacia la boca del equino antes de que este tuviera tiempo de protestar; relinchando furiosamente, el equino sintió la presión del boca en la boca, dándole oportunidad a Sasuke de tomar las riendas. La lucha ya no era de lograr que el caballo le dejase subir a su lomo o que aceptase las riendas, sino por mantenerse sobre el lomo del equino que se removió inquieto, haciendo cabriolas y tratando de quitárselo de encima, pero de aprender a montar con Sunburst, Sasuke había aprendido a mantenerse sobre un caballo, negándose a ceder aun cuando el caballo se arrojó al suelo como último intento, rindiéndose en el proceso.

—Lo lograste…— suspiró Sakura con orgullo y alivió entremezclados.

—Eso es, eres mío— se jactó Sasuke, encontrando su mirada con la del equino que lentamente se levantó del suelo, con él acomodándose sobre su lomo. —Tranquilo— sosegó acariciando el cuello del equino, mas confundiéndose al ver a Sakura halar de las riendas, haciendo que el caballo se moviera hacia el camino que daba con la cascada. —¿Qué haces?— inquirió sin entender hacia donde lo estaba guiando.

—La primera carrera sella el vínculo, no puedes perder tiempo— explicó la Haruno apresuradamente, corrigiéndole superficialmente la postura. —Sujétate y trata de no caerte— indicó únicamente, confiando en que supiera mantenerse sobre el caballo.

—¿Caerme?— repitió el Uchiha con incertidumbre y un escalofrío de pies a cabeza.

Tras esas palabras, Sakura propinó una ligera palmada sobre el lomo del caballo, que se lanzó en una veloz carrera por el camino que dejaba la cascada, internándose en el entramado de pasillos interiores de la caverna y de allí en un apresurado descenso por la montaña, luchando por quitarse de encima a su ahora jinete, haciendo todo tipo de cabriolas, usando una de las paredes de roca en su camino y chocando lateralmente contra esta, mas Sasuke consiguió mantenerse sobre su lomó e inclinarse para evitar el golpe. El caballo tenía en su favor que era asombrosamente rápido y hábil, muy fuerte, básicamente incluso se arrojó al suelo en medio de su carrera, rodando sobre la hierba, pero sin conseguir que el Uchiha se soltase de su lomó; inicialmente, Sasuke había sido un jinete decente, le había costado mucho pero había aprendido a mantenerse sobre el lomo de un caballo aunque este no tuviera montura—desde el punto de vista civilizado, pues los Konoha, como todos los nativos, montaban a pelo—, y mentiría al decir que no le dolía o incomodaba el esfuerzo del equino por deshacerse de él, pero él tampoco era un oponente fácil y se negó a que el caballo consiguiera quitárselo de encima; ya había hecho lo más difícil, estaba sobre el lomo del equino, había conseguido honrar todo lo que Sakura había esperado de él y ahora su deber era mantenerse, y lo conseguiría. Relinchando por lo bajo y con sus patas temblando ante el esfuerzo, comprendiendo que no tenía sobre su lomo a un oponente fácil, divirtiéndose con la resistencia del humano y que rivalizaba con la suya, el equino dejó de resistirse tanto y se volvió más tranquilo, permitiendo que el Uchiha acomodara su postura sobre su lomo y esbozara una sonrisa ladina...


Como si pudiera leer en la mente de su ahora jinete, reconociéndolo como tal por su valor a la par que teniendo ideas propias sobre cómo hacer las cosas, no dejándose domar solo porque si, el Mustang se mostró confiado y hasta presumido mientras corría, queriendo demostrar lo mejor que tenia de sí mismo, esperando que su jinete entendiera que no se dejaría eclipsar ni despreciar, imponiendo sus reglas y demostrando que era lo suficientemente bueno para cualquier estándar e incluso más, y Sasuke simplemente no podía quejarse en ese momento. Estaba acostumbrado a montar en Sunburst desde que había comenzado a aprender del clan bajo la tutela de Sakura, pero Sunburst era una yegua mayor, pacífica y con quien aprendían la mayoría de los jóvenes del clan, en cierto modo nunca había sido un reto para él, aunque sí que le había sido de ayuda para aprender a mantenerse sobre el lomo de un caballo, lo que le había tomado bastante tiempo…pero este caballo era completamente diferente, estaba hecho para la velocidad y Sasuke ni siquiera se molestó en voltear para saber si lo observaban o no, halando de las riendas y haciéndole saber al caballo a donde quería ir, pero el caballo tomó su propia decisión, guiándolo por un camino que descendía por la montaña y que evitaba el frágil entramado por el que él no necesitaba ir. Alzando las cejas como única respuesta y propinando un amistoso golpe en el costado del cuello del equino, haciéndole saber que estaba de su lado y que confiaba en las decisiones que tomara, únicamente indicándole que fuera más rápido con solo halar firmemente de las riendas, ante lo que el Mustang no dudo en obedecerlo en esta oportunidad, haciéndolo sonreír ladinamente.

¡Bien, Sasuke Uchiha!— gritó Kagura, entusiasmado ante su éxito.

¡Bien hecho!— secundó Fu, casi brincando de la emoción.

Silencio— acalló Gaara, volviendo su severa mirada hacia ambos jóvenes.

El Sabaku mentiría si dijera no estar asombrado por el éxito del Uchiha, de hecho, luego de que Sakura le hubiera indicado que se mantuviera lo mejor posible sobre el lomo del Mustang, el Sabaku había esperado que el Uchiha cayera y muriera en el proceso, no lo había deseado, pero sabía que era perfectamente posible, les sucedía a miembros del clan y por ende también podía sucederle a un "extranjero"…pero ello no ocurrió, sino que asombrosamente el Uchiha estaba demostrando ser un jinete habilidoso, lo que resultaba admirable, mas él no iba a demostrarlo ni darle el triunfo absoluto, dirigiendo una severa mirada a los jóvenes cazadores que lo acompañaban y que guardaron sepulcral silencio en respuesta, sabiendo por su parte que ahora había llegado el momento de someterse a la misma prueba y no teniendo excusa alguna para fallar. La emoción que se sentía al montar a caballo no se parecía a ninguna otra, Sakura lo sabía por experiencia propia, era una mezcla de vértigo y ebriedad en partes iguales, sumado a una alegría desbordante, jubilo, pero también era todo un reto y requería mucha concentración para no caerse por un descuido, y cansada de observar lo que sucedía únicamente, la Haruno no dudo correr de su lugar de pie en el barranco y siguiendo con la mirada al Uchiha sobre el veloz Mustang, corriendo de regreso hasta donde estaba Pepper detrás de la pared de agua de la cascada, apresurándose en subir a su lomó, con la yegua gris relinchando y volviendo la cabeza en su dirección mientras se acomodaba sobre su lomó, recibiendo como única respuesta un ligero tirón de riendas que la hizo lanzarse en veloz carrera por el entramado de caverna; necesitaban alcanzarlos, ella ya no soportaba mantenerse al margen.

—Vamos, Pepper, hay que alcanzarlos— apremió Sakura halando de las riendas y haciendo que la yegua galopase aún más rápido. —Enseñémosles como se hace— agregó a modo de desafío, recibiendo un relincho de su amiga como respuesta.

Siendo buena escuchando a su jinete y creyendo en todo lo que ella le dijera, ya fuera correcto o errado, siendo unidas desde hace ya varios años, además de siendo naturalmente competitiva, como su jinete, Pepper no tuvo problema en acelerar lo más posible, disfrutando de correr y siendo muy rápida, así como ágil saltando, evadiendo las rocas de mayor tamaño en su descenso por la montaña, conociendo un atajo y siguiendo este para alcanzar al veloz Mustang gris pálido, ante lo que Sakura se dejó guiar y sin emitir protesta alguna, siguiendo con la mirada a Sasuke y agradeciendo la velocidad de Pepper, que no tardó nada en alcanzar la velocidad del otro Mustang. Concentrado únicamente en disfrutar de la veloz carrera, halando ocasionalmente las riendas para que el Mustang fuese en otra dirección o más rápido—siendo un corredor nato, un maestro de la velocidad y disfrutando alardear de su talento, a lo que él no se oponía en absoluto—, Sasuke sintió movimiento a su derecha, solo entonces volviendo la mirada y viendo a Pepper situarse casi al lado de su caballo, no teniendo problema en correr a su misma velocidad, poniendo a Sakura a su alcance, lo que lo hizo sonreír ladinamente; orgullosa de lo que Sasuke había logrado, mas no queriendo demostrarlo, Sakura esbozó una sonrisa presumida, regresando su mirada al frente y como el Uchiha no tardó en hacer, ambos aun observándose el uno al otro por el rabillo del ojo tanto por el vínculo que compartían como imponiéndose un desafío, halando de las riendas de sus respectivos caballos, instándolos a ir lo más rápido posible para ver quién de los dos era mejor, sonriéndose distraídamente el uno al otro al comprender que tenían otra cosa en común:

Su amor por la libertad.


—¡Lo hiciste!

Luego de lo que parecieron horas montando a caballo, recorriendo el mismo bosque que los llevaría de regreso al Árbol-Madre y habiendo dejado atrás hace mucho tiempo a Gaara y su grupo, el Uchiha y la Haruno llegaron a un claro en que hicieron que sus respectivos caballos se detuvieran, procediendo a bajar de estos y fue cuando la pelirosa corrió a abrazar efusivamente al Uchiha, que no pudo evitar sorprenderse por aquel arrebato de emocionalidad, envolviendo sin dudarlo sus brazos alrededor de su frágil figura, sonriendo ladinamente y disfrutando del abrazo. Llevaba casi tres meses conociendo a Sakura—dos meses y medio para ser exactos—, y en todo ese tiempo había aprendió que ella siempre escondía su verdadera forma de ser del resto de las personas, como si temiera que no aceptaran quien era y, sin embargo, Sasuke se encontraba prendándose cada vez más de ella cuanto más descubría esta faceta tan secreta de ella; sus sonrisas, su alegría, su emocionalidad, ternura, inocencia y fragilidad, todo ello tan contrastante con su seriedad, estoicismo, compromiso, lealtad y valor que siempre mostraba ante todos, y él amaba ambas caras de ella. Era algo verdaderamente extraño, llevaba conociendo a Sasuke menos de tres meses y, sin embargo, en ese momento se sentía más segura que nunca en sus brazos, sintiendo el calor de su piel en medio del abrazo, enterrando su rostro en su pecho y sintiendo sus brazos a su alrededor, sosteniéndola con un cuidado y fragilidad que la hizo estremecer mientras ella lentamente rompía el abrazo y se separaba para verlo a los ojos, aun teniendo sus brazos parcialmente alrededor de su cuello y teniendo él los suyos alrededor de su cintura, muy cerca el uno del otro.

—Te convertiste un gran jinete, nunca había visto a nadie adaptarse a un Mustang tan rápido— celebró Sakura sinceramente, sabiendo que debería de marcar las distancias, pero no consiguiendo hacerlo.

—No soy tan bueno como tú— minimizó Sasuke sin apartar su mirada de ella, no pudiendo llevarse todo el crédito.

—Bueno, tengo más práctica— reconoció la Haruno, apreciando sus sinceros elogios.

—¿Todos suelen hacer tantas cabriolas? Fue aterrador— inquirió el Uchiha sin poder evitar esbozar una sonrisa ladina ante la descarga de adrenalina experimentada.

—La mayoría— asintió la pelirosa, desviando la mirada hacia el hermoso Mustang gris claro. —Es un gran corredor, muy veloz y resistente, fue muy difícil para nosotras seguirles el paso— reconoció mientras alargaba una de sus manos para acariciar la crin del Mustang. —Creo que este chico tiene mente propia— obvió mientras satisfactoriamente el equino se dejaba acariciar por ella.

—Ya nos adaptaremos mejor— vislumbró el azabache, siempre se podía mejorar después de todo.

No quería sonar presumido ni nada—¿A quién quería engañar? Sonar presumido le salía natural y era innato en él—, pero le había sido fácil acostumbrarse al Mustang a su espalda y aprender a mantenerse sobre su lomo, por lo que acostumbrarse a la presencia del otro y a relacionarse estrechamente no sería difícil, por extraño que fuera ese caballo le parecía un viejo amigo de una vida pasada, una emoción que el equino parecía compartir, habiéndose vuelto muy familiares el uno del otro en tan corto tiempo y lo demostró, moviendo su cabeza para chocar contra la espalda del Uchiha, tomándolo por sorpresa y ante lo que el Uchiha le revolvió la crin en respuesta, recibiendo un relincho antes de regresar a lo suyo, pastando en aquel claro y como también hacia Pepper que volvió brevemente la mirada en su dirección antes de concentrarse en lo suyo únicamente. El ligero empujón de parte del Mustang no tuvo solo ese efecto de aligerar el ambiente, sino también de acercarlo aún más a Sakura, tanto que cuando el Uchiha volvió la mirada en su dirección, ambos se dieron cuenta de lo cerca que estaban, con sus rostro casi tocándose y sintiendo la respiración del otro, por lo que finalmente deshicieron el abrazo, el Uchiha carraspeando para aclararse la garganta y la Haruno retrocediendo un paso mientras se acomodaba un ligero mechón tras la oreja, con las mejillas sonrosadas mientras volvía a encontrar su mirada con la del azabache y viceversa; era difícil y ambos a su manera estaban tratando de lidiar continuamente por los sentimientos que tenían el uno por el otro, pero lo mejor era anclarse a la realidad y tratar de pensar en otras cosas en lugar de en lo que sentían, lo segundo solo haría más incomodas las cosas.

—Sentí como si estuviera volando, fue increíble— comentó Sasuke por fin, retomando su experiencia sobre el lomo del Mustang. —Las curvas y salientes en el recorrido fueron muy abruptas, creí que iba a chocar más de una vez— eso y que el equino había intentado hacerlo caer desesperadamente.

—Sí, te escuche maldecir— sonrió Sakura sin poder evitarlo, acostumbrada a la jerga de los "extranjeros". —Pero tienes excelentes reflejos, ambos pudieron compenetrarse y mantenerse unidos como uno— celebró, siendo algo que pocos conseguían lograr.

—A ambos nos encanta la adrenalina, por eso nos llevamos tan bien— declaró el Uchiha revolviendo la melena del equino y que relincho en respuesta. —Por eso siempre fui diferente a mi hermano; yo era un imbécil temerario y él un buen chico— Itachi era el científico y él un idiota.

—Sí, eres temerario— asintió la Haruno, reconociendo eso último, mas no en un sentido negativo, —pero si sigues practicando podrías convertirte en uno de los mejores jinetes del clan— aseguró, conociendo bien sus capacidades.

—Sobre eso, ¿Cuándo podre unirme al clan?— preguntó el azabache, inevitablemente emocionado a la par que nervioso por la sola idea.

—En unas dos semanas— conjeturó la pelirosa, todo dependiendo del talento y habilidad que mostrase y que ya era considerable. —Primero debes participar oficialmente en la cacería y familiarizarte con tu caballo. Luego te someterás al ritual del "Sueño Profético", en que contactaras con la parte más profunda de tu alma gracias a Kami. Pero antes debes aprender a usar tu arco sobre el lomo de este chico— explicó alargando su mano para acariciar el lomo del Mustang. —Por cierto, ¿Ya pensaste en un nombre?— inquirió, necesitando un nombre como todos.

—Chili, era el nombre de la primera mascota que mi hermano y yo tuvimos— decidió Sasuke sin dudarlo. —¿Te gusta?— preguntó al equino, que alzó la cabeza, volviendo a chocarla contra él. —Lo tomo como un sí— sonrió ladinamente y más ante la sonrisa que Sakura esbozó. —Por cierto, yo guiare el camino hoy— decidió, sorprendiendo a la pelirosa. —Sigues diciendo que no debo seguirte todo el tiempo— justificó, llevando nota mental de todo lo que ella decía, como siempre.

—Adelante, Pepper y yo los seguiremos— consintió Sakura, celebrando su previsión.

Apoyando ambas manos sobre el lomo del Mustang ahora conocido como Chili y que tuvo la gentileza de quedarse quieto el tiempo suficiente, Sasuke subió a su lomo y tomó el control de las riendas, volviendo la mirada hacia Sakura que terminó de subir al lomo de Pepper y, tras intercambiar una mirada, Sasuke le indicó a su caballo cual era el camino a seguir, encontrando a este perfectamente dócil bajo sus órdenes y siguiendo el camino trazado, con Pepper y Sakura siguiéndolos apenas a dos pasos de distancia. El tiempo estaba pasando más rápido de lo que le gustaría y por ende el plazo dado por la RDA y por Danzo se estaba venciendo, se suponía que debía lograr ser aceptado por los Konoha y negociar que se trasladasen a otro lugar para que la fuente de unobtanium bajo el Árbol-Madre fuese explotada como la RDA tanto quería, pero Sasuke no quería pensar en nada de eso, por ello estaba poniendo tanto de su parte en tener tanto éxito como pudiera, presionándose hasta el límite y buscando ser aceptado por el clan cuanto antes, necesitando todo el tiempo posible para dialogar y parlamentar, pues solo entonces tendría voz y voto dentro del clan. Asombrosamente, esta vez Sasuke fue perfectamente capaz de seguir el habitual camino de regreso al Árbol-Madre, mentiría si dijera que en cierto punto del camino no llegó a desorientarse, pero solo hizo falta una mínima indicación por parte de Sakura—que lo observó y estudio atentamente, celebrando cuanto había progresado—para confirmar que iba por el camino correcto, llegando finalmente el Árbol-Madre, llevando a los caballos a los establos, luego dirigiéndose a cenar y finalmente yéndose a dormir en su rutina. Ojalá todo pudiera ser así de perfecto todo el tiempo…


Había pasado una semana desde que había obtenido su propio caballo, Chili, y Sasuke ya estaba seguro de que nunca se cansaría de correr por el bosque montando su lomo, convirtiéndose en su actividad predilecta, después de pasar tiempo con Sakura, por lo que correr por el bosque todos los días se convirtió en una ocupación habitual para ambos, no solo porque la Haruno quisiera comprobar que se hubiera adaptado bien a la naturaleza de montar a caballo, sino también puliendo esta habilidad mientras le enseñaba a disparar con su arco sobre el lomo del Mustang, sin perder la concentración ni fallar en ninguna de estas actividades, pudiendo ejecutarlas a la par y como si hubiera crecido haciéndolo; asombrosamente, Sasuke se volvió tan bueno en ello y en tan poco tiempo, que Gaara no tuvo más opción que volverlo parte de su grupo de caza junto a Sakura, lo que por un lado le agrado al Sabaku, así podía ver que la cercanía entre ambos no fuera más que apropiada y tenía la excusa perfecta de pasar tiempo con ella. Sakura por su parte se encontraba disfrutando enormemente de compartir cada momento con Sasuke, sus sentimientos por él no habían hecho más que volverse más fuerte por cuanto más encontraba que tenían en común, inicialmente Sakura había creído que se debía a su amor compartido por montar y disfrutar de emociones fuertes, pero el pasó de los días, el desarrollo de conversaciones que nunca habría tenido con nadie más, sintiendo que podía contarle todo y el despertar de una añoranza que solo aumentaba cuando se deseaban buenas noches...le hicieron entender que realmente se estaba enamorando de él, ¿Pero qué hacer? Lo que su corazón deseaba era imposible y lo sabía, pero lo anhelaba.

Todos debían contribuir en el orden de las cosas, así estaba constituido el clan Konoha y toda la estructura social de los nativos, por lo que en nada extraño a Sasuke que, además de formar parte del grupo de caza que acompañaba a Gaara y en que además se encontraba Sakura, también se uniera a su grupo de relevos de los vigías esa semana; el clan se componía de una vigilancia extrema en sus territorios para estar seguros de que los "extranjeros" no se aceraban a su asentamiento más de lo debido. La guardia estaba compuesta de tres relevos, uno que funcionaba por la mañana, otro que funcionaba a partir de mediodía y el tercer relevo—el que ellos componían—que abarcaba desde el atardecer hasta el anochecer, que conformaban Gaara que iba al frente, sus hermanos Kankuro y Temari un par de pasos tras él en sus respectivos caballos, y tras estos Sasuke y Sakura, recorriendo todas las inmediaciones del Árbol-Madre y vigilando toda forma de vida por pequeña que fuese; vigilando la retaguardia, perfectamente concentrado hasta ese momento, Sasuke desvió la mirada hacia Sakura que se mantenía perfectamente seria, cuando todo lo que él deseaba incluso en ese momento era ver su sonrisa, por lo que no dudo en indicarle a su caballo que se moviera lo más cerca posible de Pepper, chocando de costado con la yegua gris. Sorprendida por el exabrupto del Mustang gris pálido y sosteniendo firmemente las riendas para que Pepper no hiciera cabriolas exageradas, Sakura volvió la mirada hacia el Uchiha, notando la sonrisa ladina en su rostro y que la hizo sonreír de inmediato, maniobrando las riendas para que Pepper contestase a la arremetida juguetonamente, chocando el costado de su lomo contra el del Mustang gris claro.

¡Quietos, no rompan la formación!— espetó Gaara fríamente, volviendo la mirada por sobre su hombro y dándose cuenta de la jugarreta de ambos

Ese comportamiento provocó que el Sabaku sintiera que le hervía la sangre, no se trataba de falta de disciplina como la que veía en sus subordinados, lo que veía en los ojos del Uchiha y la Haruno era diferente; Sakura era su prometida, ya tenían edad para casarse y sin embargo ella seguía postergando el tema hasta considerarse lo suficientemente madura, eso es lo que decía la Tsahik Tsunade cada vez que él le preguntaba sobre el tema y él jamás osaría contradecirla…sin embargo, con ese "extranjero", Sasuke Uchiha, Sakura se comportaba como una niña risueña, alegre y traviesa, y con una sonrisa permanente al actuar, como no había mostrado desde la muerte de Izumi, ¿Qué tenía ese "extranjero" que lo hacía tan especial?, ¿Cómo había podido ganarse el corazón de Sakura? Ni él mismo había podido, pese a ser amigos de la infancia…Gaara intentó no pensar en eso y se concentró únicamente en el deber, al final Sakura sería su esposa de cualquier forma, así se había acordado. Intercambiando una mirada con Sasuke, quien mantuvo su sonrisa ladina, Sakura no pudo evitar reír cantarinamente por lo bajo como una niña, no pudiendo recordar en que momento del pasado había sido la última vez en que había jugueteado como hacia ahora con Sasuke, actuando como una niña pequeña…con Izumi, la última vez que había escapado de sus deberes, reído y se había divertido de esa forma tan libre, y todo era por Sasuke, aunque ambos tenían la severa mirada vigilante de Gaara sobre ellos, por lo que deberían postergar esos juegos hasta que estuvieran solo tras finalizar su guardia, observándose discretamente por el rabillo del ojo como único dialogo.

No necesitaban falta palabras.


—¿No deberíamos regresar?— preguntó Sasuke tras una larga jornada de vigilancia y ya siendo hora de volver al Árbol-Madre

—Lo haremos, pero primero quiero acercarme al Árbol de las Almas— sosegó Sakura volviendo la mirada por sobre su hombro con una deslumbrante sonrisa.

Perder el tiempo montando a caballo luego de finalizada su jornada de vigilancia alrededor del Árbol-Madre—siempre patrullando juntos, pues se acostumbraba a hacerlo en pareja y ambos no podían estar separados—se había convertido en ya una rutina para ambos, pues compartían el amor por la adrenalina y el sentirse libres, disfrutando de toda competencia amistosa; Sasuke siendo rápido y Sakura muy ágil, pero en esta oportunidad el Uchiha sabía que lo estaba llevando a un lugar que nunca había visto, se estaban alejando demasiado del Árbol-Madre y era evidente que regresarían cuando el sol ya se hubiera ocultado, pero él no protestó por ello sino que la siguió sin emitir palabra. No entendiendo bien hacia donde lo estaba llevando Sakura, pero no teniendo problema con seguirla, Sasuke siguió los pasos de Pepper por delante de él, halando las riendas ocasionalmente hasta verla llegar a un enorme claro que lo dejo boquiabierto mientras veía a Sakura desmontar y procediendo él a hacerlo igual, sin apartar los ojos de su objetivo; en el centro de aquel enorme claro o cuenca, de unos 60 metros—aunque puede que más, siendo más grande que la base del Árbol-Madre—se hallaba un enorme sauce cuyas hojas parecían sarcillos de un violeta casi transparente—bioluminiscentes, como toda la flora de aquel lugar—, y protegido además por una inusual formación rocosa que asemejaba a enormes arcos, como si se tratase de un caparazón que encerrara algo valioso, y sin necesidad de información, observando el enorme sauce, Sasuke se dijo a si mismo que ese árbol era valioso, no porque albergase algo importante, sino por sensación de seguridad y protección que le transmitía mientras se acercaba, siguiendo los pasos de Sakura.

Vitraya Ramunong, el Árbol de las Almas. Es aquí donde depositamos nuestra veneración— expuso la Haruno acercándose a la enorme base bajo el árbol e invitando a Sasuke a situarse a su lado. —Se dice que, durante la creación del mundo, la tristeza de Kami por nuestros pecados fue tal que soltó una lagrima sobre la tierra, de esa lagrima nació este árbol, el más antiguo del mundo. Por siglos hemos intentado descifrar su edad, pero no ha sido posible, por ello lo consideramos el intermedio entre Kami y el mundo terrenal— narró ante la fascinación que veía en los ojos del azabache, que la escuchó atentamente como siempre.

—Es impresionante— reconoció el Uchiha analizando la estructura con sus ojos.

—Sí, lo sé, siempre que Pepper y yo corremos por aquí suelo pasar un momento— comentó Sakura, volviendo la mirada por sobre su hombro, hacia su amiga. —Es imponente y transmite mucha calma— era el lugar más sagrado para su gente.

—Lo hace, no creo haber visto un lugar como este en mi vida— asintió Sasuke, sintiéndose reconfortado desde el primer paso que había dado en ese lugar, —se siente algo especial estando aquí, no puedo describirlo— era algo muy especial.

—Todos los nativos tenemos la misma sensación— confirmó la pelirosa, haciendo que él volteara a verla ante su afirmación. —Nada mal para un "extranjero"— añadió con fingida presunción, haciéndolo entornar los ojos.

A ojos de los demás miembros de su clan, Sasuke realmente se había ganado un merecido lugar, lo que solo se confirmaría dentro de dos semanas—según su madre había calculado, consultando la voluntad de Kami—, cuando se sometiese al ritual del Sueño Profético y fuera reconocido como parte del clan, entonces tendría voz y voto en las decisiones que se tomaran, ya no sería visto como un "extranjero" sino que como parte del clan Konoha, tendría todos los privilegios que le correspondería, seria tratado como el gran guerrero y cazador que era…y tendría el derecho de elegir a una mujer del clan como su pareja y futura esposa, si era ese su deseo. Sakura intentó no pensar en eso, la sola idea de imaginar al Uchiha con otra mujer la irritaba de sobremanera, pero sabía que no tenía derecho a ello, ella estaba comprometida con Gaara y no era elegible en absoluto, mas mentiría si dijera que no quería serlo, que no quería que Sasuke la viera como a una mujer a la que desear, porque sí que lo anhelaba; sonriendo ladinamente ante las palabras de Sakura, que le recordaba que era un "extranjero", pero en tono bromista, Sasuke no pudo evitar sentirse honrado porque ella lo considerase ya parte del clan a tal nivel para traerlo a un lugar que ella consideraba sagrado, y tras permanecer allí unos minutos más, ambos regresaron a sus caballos. Su excursión esa tarde fue secreta, ninguno la comento al regresar al Árbol-Madre, llevando a los caballos a los establos y luego subiendo por el entramado de la estructura para cenar con los demás, llegando tarde, pero no necesitando presentar excusa, compartiendo miradas cómplices y tras la cena dirigiéndose directamente a sus habitaciones para dormir, deseándose buenas noches y cerrando otro día…


Abriendo los ojos de regreso en su cuerpo real, Sasuke dejo libre un ya habitual suspiro frustrado, pudiendo sentir todo lo que experimentaba en esa vida otra vida en su cuerpo Avatar y deseando poder quedarse ahí todo el tiempo, con Sakura, con el clan, con todo lo que lo rodeaba…era una utopía, porque jamás sería posible, y lo peor para su desgracia es que ya estaba enamorado de esa existencia y nada podría cambiarlo, ni él quería intentarlo siquiera, aguardando a que la tapa de la Cámara de Enlace se elevara tan pronto como el complejo sistema fue consciente de su despertar y permitiéndole quitarse los sensores del pecho, sentándose al interior. Normalmente Sasuke se sentiría peor, más gruñón y más tenso de lo que ya hacía, moviendo el cuello y escuchando sus vertebras sonar en respuesta…pero no podía, de alguna forma visitar ese lugar conocido como Árbol de las Almas había conseguido relajarlo, le había quitado un peso de encima que ni siquiera había comprendido que tenía, y por lo que sin maldecir ni discutir por la vida que llevaba o donde se encontraba, acercó su silla de ruedas y abandonó la Cámara de Enlace, dirigiéndose hacia el comedor para cenar algo ligero y luego irse a dormir, mas sorprendiéndose al llegar al final del pasillo y ver el espacio completamente ocupado por Kakashi, Suigetsu y Karin, quienes estaban estudiando una serie de proyecciones de la computadora del Doctor en Jefe del Proyecto Avatar, y él no dudo en acercarse para ver de qué se trataba. Ocupado en su investigación, pero no olvidándose de Sasuke, Kakashi tomó un plato junto a él y lo extendió hacia el Uchiha para que este lo tomase al situarse a su lado, habiéndole preparado la cena para estar seguro de que comería, de otro modo no lo haría.

—Gracias por unirte a nosotros, Sasuke— apreció el Hatake, complacido al verlo devorar velozmente su cena. —¿Algo interesante en tu día?— consultó tras verlo tragar, no contemplando que se ahogase con su interrogatorio.

—Corrí todo el día, literalmente— minimizó el Uchiha limpiándose los labios con la servilleta y devolviéndole al Hatake el plato ya vacío. —Solo tu entiendes de que hablo, Karin— agregó, volviendo la mirada hacia su amiga piloto, de pie a su lado.

—Genial, hermano, no hay nada mejor que vivir el sueño— respaldó la Kanako, chocando su puño contra el de él, adorando la libertad.

—Pero justo al final del día Sakura me llevo a un lugar nuevo, era una enorme cuenca donde había un sauce enorme y luminiscente, rodeado de unos descomunales arcos de roca. Jamás había visto un lugar así— mencionó Sasuke, sabiendo que podía discutir del tema con el Hatake y el Hozuki como científicos que eran.

—¿Era esto?— consultó Kakashi, proyectando una imagen del Árbol de las Almas en su computadora.

—Sí, era ese— confirmó el Uchiha, observando la imagen del maravilloso lugar en que había estado hacia menos de una hora.

—El Árbol de las Almas; Vitraya Ramunong, ese es su lugar más sagrado— asintió el Hatake, fascinado con lo que aquello representaba evidentemente. —¿Ven el vórtice de flujo en estas imágenes?— mencionó, señalando las fotografías electromagnéticas tomadas desde el helicóptero de Karin.

—Sí, es lo que vuelve locos a mis instrumentos— gruñó Karin, admirando el lugar, pero molesta de que le impidiese funcionar a su bebé.

—Ahí está pasando algo muy interesante en términos biológicos, me encantarían unas muestras—confesó Kakashi, obviamente impulsado por su curiosidad científica. —Los desconocidos están prohibidos…que suertudo eres— agregó, envidiando todo a lo que Sasuke tenía acceso, y admirando sus esfuerzos al mismo tiempo.

Según sus investigaciones de la flora de los territorios, y que obviamente abarcaban en su mayoría a los Konoha, siendo el clan más cercano e importante que había tenido cerca al momento de comenzar sus estudios, Kakashi había descubierto que el Árbol de las Almas había sido por siglos e incluso un milenio el lugar espiritualmente más significativo para los nativos, quizás por aun más tiempo, pero ya que la historia civilizada solo se definía a partir del año uno, no se tenía más constancia salvo por los canticos y leyendas, y aun así esto no era totalmente exacto. Muy cansado esa noche, Sasuke se fue a dormir luego de cenar, pero a la mañana siguiente, despertando con la alarma predispuesta como siempre, se dijo a si mismo que no podía seguir evitando la situación; llevaba semanas sin hacer registros de video como bitácora ni tampoco enviaba información nueva sobre su entrenamiento con los Konoha al coronel Shimura, estaba actuando como un desertor, y lo era…pero si se revelaba en abierta traición, perdería su Avatar, no volvería a ver a Sakura y la sola idea lo torturaba enormemente. Contando con el apoyo de Karin, quien vigiló mientras Kakashi y Suigetsu trabajan recogiendo mientras de plantas fuera del Enlace Móvil, Sasuke colocó un chip de memoria en la computadora del Hatake, copiando velozmente todo los datos que él tuviera sobre el Árbol de las Almas, negándose a ser quien enviara información sobre aquello que Sakura había dicho, solo copiando aquello que Kakashi ya tenía…pero hacer solo eso no libro a Sasuke de la culpa, observando como los datos terminaban de pasar de la computadora al chip de memoria, sabiendo y diciéndose que estaba haciendo algo malo, pero no sabiendo que más hacer.

—¿Ya hiciste la descarga? Vienen de regreso— alertó Karin, viendo que el Uchiha ya había terminado, pero que no se decía a extraer el chip de memoria ni apagar la computadora. —Sabes que, si no le damos algo, nos sacara de aquí, a ambos y también a ellos— recordó, esperando que ello lo devolviera a la realidad.

—No debería estar haciendo esto…— susurró Sasuke, mortificado por hacer aquello.

—Ganamos tiempo, Sasuke— justificó la Kanako únicamente, logrando que extrajera el chip de memoria que le tendió y apagase la computadora justo antes de que los dos científicos ingresaran. —¿Necesitan algo de la "ciudad"?— preguntó la peliroja despreocupadamente, teniendo la labor de dirigirse a Hell's Gate para reabastecerse de combustible y lo que hiciera falta para ellos de ser preciso.

—Sí; crema de maní, cacao y agar— pidió Suigetsu, intercambiando una de sus habituales miradas con ella.

—Yo nada— negó Kakashi, encontrándose perfectamente y despidiendo a la piloto, que procedió a retirarse. —Deberíamos salir mañana a la misma hora y ver si hay algún cambio— sugirió a Suigetsu, quien se encargó de guardar las muestras recogidas.

—Buena idea, cambiare el margen del plomo— asintió el Hozuki, siguiendo con la mirada a Karin, quien abandonó el Enlace Móvil, dirigiéndose hacia su helicóptero.

Como Sakura había dicho, a ojos del pueblo ese árbol era la esencia viva de Kami sobre la tierra, Sasuke no se consideraba a sí mismo como un hombre de fe, de hecho, le costaba demasiado creer en algo que no fuera real y palpable, pero confiaba en sus palabras; un símbolo de la tristeza de Kami por los pecados de los hombres, una lagrima en la tierra pura donde reinaba la vida y todo era libre, tenía mucho sentido si se examinaban las cosas de ese modo, pero ¿Cuántos lo creerían? Intentando aferrarse a esa creencia "extranjera", e intentando convencerse de que no había hecho nada malo, Sasuke dirigió su silla de ruedas por el pasillo hacia la Cámara de Enlace, tratando de desligarse de lo ocurrido, intentando ignorar la pregunta que no dejaba de resonar en su subconsciente; ¿Qué estoy haciendo? Demonios, ¿A quién quería engañar? Sí, estaba haciendo algo malo, aun sabiendo que era solo por supervivencia o para poder permanecer junto a Sakura y los nativos más bien, pero no podía hacer nada para cambiarlo se lo recordó al subir a la Cámara de Enlace, con Suigetsu encargándose de encender esta. Ya no le importaban los deseos de la RDA, todos ellos siendo seres codiciosos y egoístas, a quienes no les importaba la belleza de la tierra en que estaban, solo el unobtanium; Sasuke estaba considerando seriamente advertir a Sakura sobre lo que iba a ocurrir en cualquier momento futuro, pero no tenía idea de cómo decírselo sin morir en el intento, porque no sabía cómo reaccionaría ella ni el clan. Recostándose al anterior de la Cámara de Enlace y viendo la tapa cernirse sobre él, Sasuke se recordó que, si Sakura se enteraba de que él había estado espiando al clan, su vínculo se rompería para siempre y ello lo aterraba.

Pasará lo que pasará, bueno o malo, todo sería su culpa.


La mejor forma de probar la habilidad de un jinete era mediante la cacería y en que solo una vez por semana los cazadores del clan tenían permitido atacar un gran número de animales para alimentar a tantos miembros del clan que les fuera posible, y era la primera vez que Sasuke formaba parte de aquella cacería, siguiendo velozmente el caballo de Sakura, ya siendo casi un maestro en el uso del arco incluso a caballo, como todos los demás cazadores y que rodearon a la manda de bisontes que pastaba en aquel abrevadero, debiendo darse prisa en matarlos o solo perderían el tiempo, y en nada resultaba extraño que algunos cazadores enfurecieran por fallar; al frente de su grupo de caza y montando su caballo Jimber se encontraba Gaara, enfocando su mirada en lo que él veía como una de las piezas más grandes, maniobrando el arco, preparando una flecha velozmente y disparándola contra el bisonte, que no tardó en derrumbarse al suelo y caer inerte, una muerte limpia y sencilla. Sasuke haló de las riendas, haciendo que Chili corriera cuando mucho a dos pasos de distancia de Pepper, siguiendo a Sakura, no sabiendo bien que objetivo elegir; la Haruno soltó las riendas y se volvió asombrosamente de espaldas hacia la cabeza de su yegua que corría sin problema, maniobrando el arco, preparando una flecha y apuntando con gran maestría hacia la manada de bisontes, tratando de localizar al de mayor tamaño y finalmente disparando, logrando dar a su objetivo sin problema y enviándolo al suelo, inerte, lo que le sacó una sonrisa ladina mientras ella le sonreía con fingido orgullo, acomodándose sobre el lomó de Pepper y regresando su arco a su carcaj en su espalda, no teniendo necesidad de derribar otra presa.

Sintiendo la presión de tener que acertar luego de ver el éxito de Sakura, Sasuke alargó su mano derecha hacia el carcaj en su espalda, extrayendo su arco mientras mantenía la mano izquierda alrededor de las riendas, preparando el arco al apoyarlo contra su pecho y luego soltando las riendas, aferrando sus piernas a los costados del caballo para mantenerse sobre este y solo entonces apuntando con su arco hacia un objetivo, buscando el que era indiscutiblemente el líder de la manada, el más grande, apuntando bien para no fallar y finalmente soltando la flecha, consiguiendo dar en el cuello a su objetivo, que cayó muerto; Sasuke no le tomó el peso a su éxito hasta que escuchó a Sakura reír y la vio voltear a verlo con una deslumbrante sonrisa, feliz por su éxito y solo entonces él sonrió ladinamente, permitiéndose ser arrogante. La manada de bisontes se apresuró en dispersarse y retirarse, mas ahora que su líder se encontraba muerto, actuando agresivamente contra los demás cazadores del clan, que intentaban liquidar otras presas; volviendo la mirada hacia el abrevadero mientras esto sucedía, Sasuke vio como uno de los bisontes derriba al caballo que montaba Tenten, quien cayó el suelo e intentó levantarse ágilmente, como buena cazadora, sin embargo, el bisonte no tardó en verla como un objetivo y amenazó con arremeter contra ella...el tiempo era escaso, él no alcanzaría a preparar una flecha en su arco, por lo que en su lugar Sasuke haló de las riendas, indicándole a Chili que corriera hacia el Bisonte, amedrentándolo con su velocidad y arrojó—mordiéndole el costado de la piel con los dientes como amenaza—, logrando que huyera y entonces regresando sus veloces galopes hacia donde estaba la sorprendida Namiashi.

—¡Sube!— instó Sasuke a la pelicastaña, teniéndole la mano y ayudándola a subir a su espalda. —¿Estás bien?— preguntó volviendo la mirada por sobre su hombro.

—Sí, gracias— sonrió Tenten, profundamente agradecida con su ayuda y caballerosidad.

Como amiga, Sakura se sintió feliz de que Tenten no saliera lastimada durante la cacería, pero no pudo evitar sentir una punzada de celos al verla abrazar a Sasuke por la espalda, sabía que ella se sentía atraída por él como también hacían otras mujeres del clan; por lo que sabía, Sasuke solo veía a Tenten como una amiga, pero también bien podía tener una relación con Tenten sin que Sakura supiera nada, lo que interiormente le rompió el corazón de solo pensarlo, por lo que apartó la mirada. Sabía que era inútil pensar que Sasuke alguna vez correspondería a los sentimientos que ella tenía por él, no olvidando que él venía de un mundo completamente diferente, con una vida diferente y una forma de vivir opuesta a la suya, y ella debería ser una mera brisa, nada que llamase su atención, probablemente él ya había visto y se había interesado en otras que sí estaban disponibles, no como ella que se encontraba comprometida con Gaara y sin posibilidades de emitir tan siquiera una opinión. En un gesto emocional y tan pronto como la manada de herviros despareció, sabiendo que debería alejarse del lado de Sasuke, Tenten acercó su rostro al suyo para darle un cálido beso en la mejilla, bajando ágilmente del caballo del Uchiha, a quien no vio ponerse tensó y carraspear para aclararse la garganta, tenso e incómodo a partes iguales, desviando la mirada hacia Sakura y temiendo verse comprometido pese a saber que no había compromiso alguno, pero teniendo él un compromiso de devoción y amor puro por ella; ajena a lo que sucedía, Sakura se encontraba ligeramente recostada sobre el lomo de Pepper, alargando una de sus manos para revolver sus sedosa melena y tendiéndole una manzana que la yegua tomó como premio.

—Buena chica, Pepper, bien hecho— elogió la Haruno con una sonrisa, alzando entonces la mirada hacia Sasuke. —Derribaste la presa más grande, no es poco mérito— celebró, señalando con la mirada a los demás cazadores cargando con su víctima para llevarla a la villa.

—Tengo una excelente maestra— minimizó el Uchiha, no pudiendo ni queriendo llevarse todo el crédito. —Eres tu quien me impresiona, eres una magnifica jinete. Otros se caen del caballo, pero tú no — elogió admirando su maestría como amazona, haciendo que ella bajara la mirada mientras sus mejillas se sonrojaban.

—No te dejes guiar por las apariencias, soy más de lo parezco— presumió la pelirosa con una fingida sonrisa de orgullo. —Tú también eres un gran jinete— correspondió con una cálida sonrisa, pudiendo verlo como su igual en esa actividad.

—Un día emocionante, como siempre— comentó el azabache, pudiendo decirse pleno. —¿Regresamos a la villa?— sugirió viendo a los demás cazadores retirarse.

—Aun no, sigo emocionada y quisiera gastar energía antes— negó Sakura, permitiéndose ser caprichosa y demandante.

—Ya que la princesa esta aburrida, paseemos un rato entonces— consintió Sasuke con una sonrisa ladina, no pudiendo negarle nada.

El beso de Tenten en la mejilla lo había hecho sentir incomodo, la veía solo como a una amiga muy querida y compañera cazadora, no más, pero Sakura…Kami, solo ver su sonrisa provocaba que se le acelerara el corazón y todo cuanto deseaba hacer era mantenerla, y si estaba a su alcance la posibilidad, no dudaría ni un momento en hacerlo, halando las riendas e indicándole a Chili que se dirigiera hacia la espesura del bosque, con Sakura imitándolo inmediatamente, no necesitando de las riendas sino que solo presionando sus talones contra los costados de Pepper, que no tardó en seguirlos. Lo primero fueron galopes lentos por parte de ambos caballos al internarse en el bosque, luego más acelerados bajo las ordenes de sus jinetes y luego acelerando a toda velocidad, corriendo lado a lado; ambos Mustangs estaban hechos para la velocidad, eran corredores natos, y someterse a los deseos de sus jinetes no fue un problema, casi compitiendo entre si y como estaban haciendo Sasuke y Sakura, volteando a verse el uno al otro a modo de desafío, solo para halar de las riendas y hacer que ambos equinos fueran aún más rápido, evadiendo despreocupadamente los árboles caídos, rocas o troncos en su camino. Gaara era un buen jinete, era decidido, valiente y arriesgado, pero nadie podía entender el deseo de libertad de Sakura como Sasuke lo hacía, en ese momento era casi como si los corazones ambos latieran al mismo ritmo, siguiendo la misma canción, fluyendo al mismo ritmo, despertaba una excitación o emoción como ninguna otra y que no hacía más que crecer, y solo bastaba con voltear a ver en los ojos del otro para confirmarlo y desear más de ello. El brillo de los ojos del otro los hacía sentir que estar juntos era lo mejor del mundo…


PD: Saludos mis amores, prometí que actualizaría esta semana y lo cumplo, esperando como siempre poder cumplir con lo que ustedes esperan de mi, agradeciendo su apoyo y deseando siempre que mi trabajo sea de su agrado :3 Las próximas actualizaciones serán "Caballeros del Zodiaco" luego "El Rey de Konoha" y por último "Kóraka: El Desafío de Eros" :3 Las próximas actualizaciones serán "Más Que Nada En El Mundo", luego "El Sentir de Un Uchiha" y finalmente "El Clan Uchiha" :3 Esta historia esta dedicada a mi queridísima amiga Ali-chan 1966 (por apoyarme y ser mi editora personal, no sé que seria de mi sin ella y por lo que le dedico esta historia como todas aquellas desde que somos amigas), a Guest (agradeciendo su apoyo y dedicándole esta historia por lo mismo), a Jeyli05, La Esposa de Castiel, Raven Nevra, Vquesada0906, jorgejonathanrs, Yara Barrios, A.L.R5, gabi2801, Isabel Vazquez y yhevelbonilla (por seguir esta historia y lo que aprecio infinitamente dedicándoles este fic como agradecimiento), y a todos quienes siguen, leen o comentan todas mis historias :3 Como siempre, besos, abrazos, bendiciones y hasta la próxima.

Personajes:

-Sasuke Uchiha como Jake Sully -Sakura Haruno como Neytiri

-Gaara Sabaku como Tsu'tey -Kakashi Hatake como Grace Augustine

-Karin Kanako como Trudy Chacon -Suigetsu Hozuki como Norm Spellman

-Tsunade Senju como Mo'at -Dan Haruno como Eytukan

-Itachi Uchiha como Tom Sully -Izumi Haruno como Sylwanin

-Ino Yamanaka como Ninat -Tenten Namiashi como Peyral

También les recuerdo que además de los fics ya iniciados tengo otros más en mente para iniciar más adelante en el futuro: "La Bella & La Bestia: Indra & Sanavber" (precuela de "La Bella & La Bestia"), "Sasuke: El Indomable" (una adaptación de la película "Spirit" como había prometido hacer), "El Siglo Magnifico; Indra & El Imperio Uchiha" (narrando la formación del Imperio a manos de Indra Otsutsuki en una adaptación de la serie "Diriliş Ertuğrul") :3 Para los fans del universo de "El Conjuro" ya tengo el reparto de personajes para iniciar la historia "Sasori: La Marioneta", por lo que solo es cuestión de tiempo antes de que publique el prologo de esta historia. También iniciare una nueva saga llamada "El Imperio de Cristal"-por muy infantil que suene-basada en los personajes de la Princesa Cadence y Shining Armor, como adaptación :3 cariños, besos, abrazos y hasta la próxima :3