-Esta es una adaptación de la película "Avatar" de 2009, escrita y dirigida por James Cameron. Los personajes pertenecen por completo a Masashi Kishimoto, más los personajes de carácter secundario, las modificaciones a las personalidades, los hechos y la trama corren por mi cuenta y entera responsabilidad para darle sentido a la historia. Les sugiero oír "Latch" de Kodaline para Sasuke, "Say Yes To Heaven" de Lana Del Rey para Sakura, y "Before The Dawn" de Evanescence así como "The Seed" de Aurora para el contexto del capitulo.

1-Diálogos en cursiva para el idioma "nativo".

2-Dialogo normal para "español".

3-Breves textos en cursiva para pensamientos.

4-Texto con dialogo en cursiva par flashbacks


Abriendo los ojos en su cuerpo Avatar, Sasuke se tomó un momento para observar su habitación y luego se levantó para acudir a la habitación de Sakura de acuerdo a lo acordado, recibiéndolo ella con una sonrisa e indicándole que se sentara sobre su cama y se quitara la camisa, en tanto ella terminaba de preparar la pintura que debía aplicarle para la ceremonia y sentándose unos instantes después. Esos tres largos meses se veían reducidos a ese día en particular, Sasuke debía admitir que no le importaba que sucediera a partir de ese punto, quería que ese día y todo con respecto a la ceremonia que tendría lugar se desarrollara tal y como debía de ser, por lo que y sentado en la parte trasera de la cama, dejo que Sakura se encargara de prepararlo utilizando la pintura negra que había preparado, dibujando con ella una especie de casi incomprensibles—para él—líneas y dibujos sobre su pecho, brazo, abdomen, espalda, cuello y rostro. Según ella había dicho, esas figuras representaban parte de las primeras canciones del clan, era una forma de representación visual y ante la que él se mantuvo lo más estoico posible, pero sin ser capaz de apartar sus ojos de ella. Después de todo lo que habían pasado, después de un primer encuentro poco amistoso, después de tanto entrenamiento, regaños, desafíos y pruebas…finalmente Sasuke seria parte del pueblo, parte del clan, como si hubiera nacido para vivir esa vida y quizás fuera así porque resultaba asombroso para Sakura como él había sido capaz de superar todos los obstáculos en su camino, cada obstáculo parecía quedarse corto ante su voluntad y lo había demostrado ampliamente a lo largo de esos tres meses, había demostrado la fortaleza y la bondad en su corazón.

—Quédate quieto o arruinarás mi trabajo— mencionó Sakura, percibiendo hasta el menor de los movimientos de los músculos del azabache bajo su tacto.

—Lo siento— se disculpó Sasuke con una distraída sonrisa. —Sakura, yo quería darte las gracias, por todo— declaró haciendo que ella le sostuviera la mirada mientras procedía a hacer los detallados trazos de su rostro. —Te debo mucho, no habría llegado hasta aquí de no ser por ti— le fue un reto decir aquello, con la pelirosa limitando sus movimientos a causa de la pintura y que él no quería estropear en absoluto.

—Ahí te equivocas— acalló la Haruno, sonriendo con fingida arrogancia al hacerlo callar, —llegaste aquí por ti mismo, tú hiciste esto— ella lo había guiado, pero cada éxito conseguido había sido únicamente suyo, él había hecho todo.

—Porque tú me guiaste— aclaró el Uchiha, alargando sus manos y sosteniendo las muñecas de ella para no arruinar su trabajo y hablar con soltura, —has sido la única constante en mi vida, me has abierto los ojos y me has enseñado lo que es estar vivo realmente— desearía besarla en ese momento, decirle lo que sentía…pero no era correcto. —Déjame darte las gracias por eso ahora— puntualizó sosteniéndole la mirada.

—Bien— asintió la pelirosa por fin, mordiéndose distraídamente el labio inferior.

Las marcas hechas por la pintura, secándose de inmediato, parecieron enrollarse alrededor de sus brazos, en su cuello, y finalmente, en su rostro…hasta ese momento Sakura había hecho todo lo posible por evadir su mirada, pero ahora observándose el uno al otro, ninguno dejo de verse a los ojos. Sakura volvió a hundir sus dedos en la pintura, trazando con especial cuidado las líneas en su frente, los lados de su rostro, la nariz, luego sus mejillas, dejando que finalmente las yemas de sus dedos rozaran sus labios. Tanta cercanía no lo hacía sentir incomodo, todo lo contrario puesto que había tenido que estar junto a ella desde el inicio de las lecciones, pero ahora todo era diferente…Ya le habían explicado que parte importante como conclusión del rito de iniciación seria la oportunidad de formar una vida, elegir a una mujer como dictaban las tradiciones, pero él no podía hacer eso, no cuando la única mujer que podría desear estaba ahí frente a él, comprometida con alguien más, totalmente fuera de su alcance. Con la pintura secándose contra el aire al instante, Sakura se levantó de su lugar, aproximándose hacia su pequeña mesa de estudio y donde se hallaban dispuestas una serie de plantas que ella ya había mezclado para preparar la infusión que el Uchiha debía beber, volviendo la mirada por sobre su hombro e indicándole que se dirigiera a su habitación y que ella lo seguiría, lo que este no tardó en hacer; tras agregar la última planta a la mezcla, Sakura abandonó su habitación tras los pasos del Uchiha, que se hallaba sentado sobre su cama como ella le había indicado al explicarle el ritual del sueño cazador desde hace un par de semanas, mas este no pudo evitar observar con receló el vaso que ella sostenía.

—Ten— indicó Sakura sentándose frente a él e indicándole que recibiera el vaso.

—¿Debo beber esto?— más bien afirmó Sasuke, sosteniendo el vaso con ambas manos.

—Si— obvió la Haruno con su tono severo como cada vez que él dudaba de algo, —el extracto de la brugmansia te pondrá en un trance espiritual y la salvia te ayudara a experimentar mejor tu visión— explicó en el aspecto más técnico.

—Está bien— asintió el Uchiha inevitablemente nervioso, dándole una última mirada al vaso antes de beber su contenido de golpe. —Ya...— le tendió el vaso vacío a Sakura, dándose cuenta de que comenzaba a sentirse asombrosamente mareado y somnoliento.

—Ahora, recuéstate— instruyó la pelirosa comprendiendo lo que él estaba sintiendo. —Me quedare contigo todo el tiempo, lo prometo— aseguró estrechando sus manos contra las suyas.

Lo primero que Sasuke percibió no fue solo lo aletargado que comenzó a sentirse, teniendo que recostarse sobre la cama con ayuda de Sakura que para alivio suyo se negó a dejarlo solo, sosteniendo una de sus manos contra las suyas; todo a su alrededor comenzó a tornarse borroso, difuso, como si no fuera real, y aunque Sasuke intentó concentrar su atención en los ojos de Sakura para aferrarse a algo…termino cediendo voluntariamente, recordó todas las explicaciones de ella y simplemente se dejó llevar, cerrando los ojos y sumiéndose en la inconsciencia o eso le pareció. Decenas de escenas pasaron frente a sus ojos, inentendibles hasta que Sasuke volvió a abrir los ojos, encontrándose en un lugar completamente desconocido para él, se trataba de un gran barranco de roca que daba una amplia vista del mar, un mar más claro que hubiera visto alguna vez, azul a imagen del cielo despejado ante él; escuchando un ruido sordo que irrumpió en la calma y que le resulto aterradoramente familiar al mismo tiempo, Sasuke volvió la mirada por sobre su hombro, viendo al mismo Frisón de gran tamaño que días atrás, Biju, correr velozmente hacia él y ante lo que el Uchiha pensó en retroceder, pero recordó el borde del risco a su espalda y trató de quedarse donde estaba, pero Biju simplemente continuó acercándose, mas cuando Sasuke creyó que lo embestiría y arrojaría al vacío, el Equino viró ligeramente y al empujarlo Sasuke acabó montando sobre su lomo...Sasuke volvió a abrir los ojos de golpe, reaccionando, sintiendo su piel perlada de sudor y sentándose sobre la cama, encontrando su mirada con la de Sakura que continuaba sentada a su lado, pero en la habitación ahora también estaba presente Tsunade, su madre y Tsahik.

—Sasuke— nombró Sakura, consiguiendo que el azabache finalmente reaccionara y consiguiera entender que la visión ya había terminado. —Está bien, ya termino— confirmó con voz suave, alzando una de sus manos y acariciándole el rostro.

—No tienes que decirnos que viste, no si no te sientes preparado— sosegó Tsunade ante la temporal expresión de desasosiego en el rostro del Uchiha. —Muchos eligen mantener en secreto su visión, la revelaras cuando llegue el momento correcto— explicó antes de verlo asentir y murmurar lo que pareció ser un "gracias" mientras recuperaba el aliento.

—Bien hecho, Sasuke— celebró la Haruno, haciendo que los ojos del azabache volvieran a enfocarse solo en ella. —Descansa ahora, celebraremos cuando te sientas mejor— dispensó, no queriendo que él se preocupara de nada a partir de ese momento.

Hablando honestamente, Tsunade había tenido sus propias reservas, tratándose de un "extranjero" o "Avatar" para ser exacta, había albergado la idea de que quizás ninguno de los elementos de la infusión que Sasuke había tenido que beber—y siendo esto parte del ritual del sueño cazador—haría efecto, que de alguna forma Kami diría que él no era digno y que no podía efectuar aquella parte de su entrenamiento, lo que implicaría por ende que jamás podría ser parte del clan…pero, Tsunade esbozó una sonrisa al observar una vez más al Uchiha, complacida de haberse equivocado, complacida de que Sasuke Uchiha desafiara tantas cosas que los nativos creyeran ciertas y más que nada complacida de Sasuke ahora ya fuera parte del clan. En su mente, la Tsahik intentó imaginarse que es lo que el Uchiha podía haber visto en su visión para despertar tan agitado, normalmente las visiones del ritual del sueño cazador eran algo tranquilo, simples imágenes o sensaciones, pero ahora y de regreso en el mundo real luego de que la visión hubiera terminado, Sasuke Uchiha si parecía calmado, mas no así al despertar; quizás a futuro el Uchiha estuviera dispuesto a contar que había visto exactamente. Sosteniendo las manos de Sasuke entre las suyas lo más posible, permaneciendo junto a él un momento más, Sakura acunó su rostro entre sus manos y le dedicó una última sonrisa antes de acercar su rostro al suyo y besarlo en la mejilla tanto a modo de felicitación como de despedida y que él entendió sin que ella pronunciara una palabra, levantándose de su lugar y siguiendo los pasos de su madre al abandonar la habitación, deteniéndose en el umbral e intercambiando una última mirada antes de retirarse.

Ella también necesitaba prepararse.


De regreso en su habitación, al menos temporalmente y en tanto se preparaba para la celebración en honor a Sasuke y dándole tiempo al mismo de recuperarse de su visión, Sakura se quitó el peine en forma de flor de cerezo del cabello, soltando sus largas ondas rosadas que cayeron sobre sus hombros, aproximándose al tocador de donde tomó el peine, imaginando la lista de posibilidades sobre que usar para la ocasión, queriendo lucir lo más bella posible pese a saber que no era una candidata elegible para que Sasuke la deseara. Ella estaba comprometida con Gaara y no podía olvidarlo, él sería Olo'eyktan y ella la Tsahik, como dictaban las costumbres que fuera, pero eso no eliminaba el inmenso vacío y la angustia que sentía por temer que dentro de poco Sasuke eligiera a alguna mujer y que ella tuviera que callar lo que sentía por él, lo mucho que lo amaba. ¿Ese era su destino?, ¿Kami le había permitido sentir amor solo para no poder experimentarlo ni conocer sus frutos? Si bien Sasuke se llevaba bien con todo el clan, exceptuando a Gaara por supuesto, muchos de los hombres del clan debían de haber admitido desde hace tiempo—en secreto, quizás—los celos que le tenían debido a su popularidad entre las mujeres y el hecho de que, a pesar de ser un "extranjero", tenía éxito en cuanto a ser parte del pueblo se trataba y todos lo consideraban como tal. Sakura intentó dejar de pensar en ello, por su bien y el de todos, mas solo entonces e intentando evadir sus pensamientos se dio cuenta de la presencia de su madre que estaba en el umbral de la entrada, observándola atentamente, dejando el peine sobre el tocador y volteando a enfrentar a su progenitora de inmediato, inclinando la mirada ante su madre.

Madre— saludó Sakura, no sabiendo porque su progenitora se encontraba ahí.

Siéntate, hay algo de lo que quería hablar contigo— indicó Tsunade sonriendo muy ligeramente, ante lo que su hija se acercó a la cama para tomar asiento. —Ya no puedes negar lo que es evidente, lo he notado desde hace tiempo y no quiero protestas— señaló al tomar asiento frente a su hija. —Tienes sentimientos por Sasuke— obvió clara e ineludiblemente ya que su hija no lo admitía.

Madre, yo...— titubeó la pelirosa, deseando negarse y mentir, mas no podía hacerlo.

Es un sí— comprendió la rubia pues su hija no había pronunciado un rotundo "no".

Pasamos demasiado tiempo juntos y me parece muy guapo— justificó la Haruno, sabiendo que no tenía caso callarlo. —Quizás si pudiera tener más tiempo tendría claro lo que siento— agregó, sin admitir del todo lo que sentía. —No sé si unirme con Gaara sea lo que Kami quiere, es todo— jamás podría verlo como otra cosa que como un hermano.

Entiendo tus dudas, Sakura, pues eres joven y hay muchas cosas que aún no entiendes— excuso la Senju, habiendo sido joven y rebelde en el pasado, —la principal es que se ha de hacer lo mejor por el bien de nuestra gente, aunque eso nos haga sufrir— y ese era un deber que ninguna futura Tsahik podía saltarse, ni siquiera ella misma.

Era egoísta de su parte, pero Sakura desearía que su madre pudiera ponerse en su lugar cuando menos una vez, quizás así realmente podría decirle que hacer; Sakura se sentía como si estuviera en un baile incómodo con Sasuke, incapaz de permitirse moverse al ritmo de él pese a desearlo, sujeta a reglas arcaicas y que respetaba tanto y que por ende seguía, pero que al mismo la limitaban en demasía, y ella estaba demasiado asustada como para arriesgarse sin bases en nada, temiendo ser rechazada o ignorada de plano. Las leyes de los nativos no siempre podían parecer justas, pero existían por el bien de todos quienes integraban el clan; si, Sakura no veía con buenos ojos la idea de un día—cada vez más cercano, pues era mayor de edad—tener que compartir la cama con Gaara para tener hijos, ella quería elegir llevar una vida con otra persona…como la misma Tsunade lo había deseado en su juventud, pero entonces ella tampoco había podido elegir. Cuando la prometida de Dan había muerto, el puesto de Tsahik había necesitado de una heredera legitima, normalmente el cargo podía ser ostentado por la hermana del Olo'eyktan, no necesariamente debía de ser por su esposa, pero Dan había sido hijo único, no había existido nadie más que pudiera apoyarlo y, centrándose en el bien común, su padre el entonces Olo'eyktan y sus Consejeros la habían elegido como esposa para Dan, entonces ninguno había sentido amor, el duelo era reciente…pero ambos habían puesto de su parte y con el tiempo había nacido la atracción, se habían enamorado y hoy se amaban, no podían imaginar vivir el uno sin el otro, probando que todas las reglas en el clan existían por una razón y Tsunade defendía eso por encima de cualquier otra cosa.

Como sabrás, yo no estaba destinada a ser Tsahik, sino otra mujer a quien tu padre amaba antes de que nos conociéramos...pero ella enfermo y murió antes de la boda; pese a todo con el tiempo ambos nos enamoramos y nos amamos con toda el alma hasta el día de hoy— recordó Tsunade, habiéndole contado aquella historia a Sakura e Izumi en su infancia. —¿Acaso no hemos sido felices?— cuestionó, ante lo que su hija únicamente bajo la mirada. —Kami endereza lo que otros se afanan en torcer, con el tiempo lo entenderás, pero ahora debes callar como yo lo hice en su momento, por el bien de nuestra gente, y sin importar lo que te pueda suceder debes enfrentarlo con dignidad— impuso, cansada de que su hija intentara evadir sus obligaciones y necesitando solo algo de ella; lealtad.

Yo no soy tan fuerte como tú, madre— contestó Sakura por fin, con la voz quebrada.

Lo serás, porque eres mi hija— corrigió la rubia, sin dejar lugar a las dudas. —Ahora prepárate, esta noche debes estar radiante y despedir estos sentimientos— designó, animando a su hija a ello, levantándose de su lugar y procediendo a retirarse.

Viendo a su madre abandonar la habitación, y como en tantas ocasiones, Sakura sintió una dolorosa punzada en el centro del pecho al pensar en Sasuke con otra mujer, en vano trató de recordarse a sí misma que estaba comprometida con Gaara, un hombre al que no había elegido y por el que no sentía nada más que un afecto semejante al que se tendría por un hermano, nada como el sentimiento tierno y apasionado que tenía por Sasuke, y vaya que había luchado por desligarse de ello, sin éxito. Sakura se esforzó por tragarse el nudo que sentía en la garganta mientras el dolor de su corazón aumentaba a cada momento haciendo que las lágrimas resbalaran por sus mejillas. Fue en ese estado que Ino la encontró, ingresando en la habitación con familiaridad, preocupándose de inmediato por su amiga, pero sabiendo bien que hacer sin que ella dijera nada, llevando la voz cantante que era lo suyo; pese a estar disponible y ser una de las solteras más elegibles del clan, Ino no estaba para nada interesada en captar la atención de Sasuke Uchiha, pero si quería que su amiga tuviera lo que deseaba, ella podía verlo, por lo que la Yamanaka tomó a Sakura de las manos e instó a levantarse de la cama, indicándole que se arreglara en tanto ella elegía lo que vestiría. No entendiendo que caso tenia prepararse, Sakura bajo el cierre de su camiseta y que deslizó para que resbalara por sus hombros, aproximándose al pequeño cuenco sobre su tocador y en que sumergió un lienzo en agua de rosas, pasando este por los lados de su cuello, escote y cada parte disponible de su piel antes de pasar a su rostro, volviendo la mirada hacia Ino, que se encontraba esculcando los baúles de ropa que tenía y eligiendo algo que hizo sonrojar a Sakura…


Ya eres un hijo más del clan Konoha, y eres parte de nosotros; esas habían sido las palabras exactas del Olo'eyktan Dan Katou, reconociéndolo oficialmente como parte del clan; Los nativos dicen que todo el mundo nace dos veces; la segunda vez es cuando te ganas un lugar entre el pueblo, para siempre, luego de haber recuperado el aliento lo suficiente y volviendo a orientarse ante todo lo que lo rodeaba, Sasuke había vuelto a colocarse la camisa y se había dirigido al área de reuniones donde lo esperaba el Olo'eyktan junto a los miembros del Consejo, y donde el líder del clan le dio la bienvenida como uno más de los hijos del clan Konoha, invitándolo luego a unirse a la fiesta que se había organizado en su honor, y con la que si bien Sasuke se sentía muy agradecido, también se sentía algo incómodo. Tras la escena formal de la ceremonia, lo subsiguiente a acontecer era una fiesta desde luego, lejos de la imagen seria y costumbrista—aunque costumbristas si eran—que Sasuke se había grabado del clan hasta ahora, eran una sociedad muy alegre y divertida, por sus lecciones había aprendido que las fiestas eran algo común, les gustaba celebrar la vida y que un acontecimiento de importancia tuviera lugar, pero esta era definitivamente la primera oportunidad que él tenía de ser testigo de una fiesta en todo su apogeo y era más de lo que hubiera esperado ver, era diferente de todo cuanto hubiera podido imaginar a pesar de que Kakashi le hubiera dado un par de reseñas sobre lo que podría ver, se había quedado corto, literalmente. Fuera de la gran cantidad de alimentos reunidos—desde frutas hasta carnes—y los obsequios que algunos habían decidido hacerle para honrar su dedicación para con ellos, lo que agradecía profundamente.

También era una ocasión en que se esperaba que él eligiera a una mujer y formara una familia al ahora ser considerado un adulto según los estándares del clan, Sasuke ya lo sabía de antemano, algunos habían tenido la amabilidad de explicárselo, pero él no observó más de la cuenta a ninguna de las cadenciosas bailarinas o demás mujeres presentes que trataban de llamar su atención o entablar conversación, pues solo quería a una y sabía que no podía tenerla, por lo que Sasuke eligió regresar su atención a la fiesta. Tanta comida, música, cantos, bailes…nunca había estado en Medio Oriente, pero todo lo que había oído de esa cultura podía verlo representado en esa fiesta de principio a fin, un escenario muy animoso de observar y lo hizo mantenerse sentado donde estaba. La música generaba un ambiente entre místico y alegre, evitando que cualquier pensamiento negativo tuviera lugar, con solo ser testigos de esto cualquiera podía afirmarlo, por no hablar de un grupo de mujeres—calificadas en cuanto a danza se refería—que se habían vuelto el entretenimiento principal y el centro de atención por su talento, otros no paraban de traer bandejas abarrotadas con comida, dulces y demás para que todos estuvieran felices en su totalidad, sosteniendo el espíritu de la celebración. Quienes no estaban cumpliendo alguna función en particular se encontraban sentados ante las mesas a libre albedrio, disfrutando del espectáculo. Resultó fascinante como las mismas bailarinas, de pronto, modificaban su coreografía para permitirle pasar a alguien en especial, rodeándola y bailando a su alrededor, no solo con motivo de la celebración sino porque era la hija del Olo'eyktan, la futura Tsahik, poco menos que una princesa.

Sasuke había visto infaltablemente a Sakura cada día durante meses, y con cada día que pasaba su admiración por su belleza no había hecho más que crecer, pero esta noche en definitiva se había superado todo, cualquier expectativa que él hubiera podido llegar a tener. Normalmente Sakura era muy minimalista en su forma de vestir, llamar la atención no le agradaba, era práctica, pero en esta ocasión intentó moverse lo más cómodamente que le fue posible, pese a no saber cómo sentirse por el vestido que usaba, debía ser la prenda más reveladora de todo su guardarropa y jamás lo había usado antes, había sido obsequio de Ino sin duda y ella lo había elegido para que lo usara por una razón; se trataba de un sencillo y muy delicado vestido de gasa jade de profundo escote en V hasta casi la altura del vientre, que dejaba expuestos los lados del pecho, dejando en evidencia que no usaba nada debajo, de mangas abiertas como lienzos desde los codos para exponer sus brazos, ceñido a su cuerpo por un fino fajín dorado a imagen del bordado en el contorno del escote y mangas, con la falda divida en dos, con una capa superior obrando de falda en A bajo el vientre y de un tono más claro, ligeramente traslucida. Su largo cabello rosado, habitualmente recogido en un moño o una trenza, caía libremente sobre sus hombros y tras su espalda en una marea de ondas, resaltando unos largos pendientes dorados en forma de flores de cerezo como los dijes del collar alrededor de su cuello, a juego con unas pulseras gemelas. Sasuke admitió mentalmente, y con total seguridad, que Sakura debería de arreglarse así más seguido, toda la perfección que él había visto al contemplarla por primera vez ahora se veía masificada.

—Estás muy alegre— notó Sasuke, recuperando el aliento y levantándose de su lugar a su encuentro.

—No tengo motivos para estar triste, ¿o sí?— obvió Sakura, teniendo una radiante sonrisa en su rostro. —Cómo te sientes?— inquirió genuinamente interesada.

—Bien, normal— obvió el azabache, encogiéndose de hombros despreocupadamente y sin dejar de observarla. —¿Por qué?— preguntó en caso de que debiera sentir algo.

—Un ego inflado no resultaría sorprendente para nadie— bromeó la pelirosa arqueando una ceja y ante lo que él sonrió ladinamente. —Sígueme, quiero mostrarte algo— indicó, siendo el momento o nunca tendría el coraje de actuar.

Todo había sido elección de Ino, no suya; la ropa, las joyas…ella jamás se vestiría así y, al ver a Sasuke, su primer impulso mentalmente fue dar la vuelta, regresar a su habitación, cambiarse de ropa o de plano no volver a salir, pero el brillo en sus ojos y la forma en que no podía dejar de observarla eran un punto para ella, así quería verlo, jamás lo había visto tan embelesado con nada o con nadie, y aunque no fuera una victoria en sí, porque no era posible, Sakura quiso disfrutar del momento lo más posible, indicándole al Uchiha que la siguiera y quien como de costumbre se mostró dócil bajo sus órdenes siguiéndola y cruzando el festivo ambiente sin detenerse hasta abandonar el Árbol-Madre. Siguiendo a Sakura en silencio, Sasuke se dio cuenta de que no estaban dirigiéndose a ningún lugar que conociera, los pasos de Sakura no seguían ninguno de los caminos que hubieran tomado antes, y aunque todo parecía estar hecho en cuanto a requerimiento para ser parte del clan se refería, el Uchiha no pudo evitar preguntarse si había más pruebas que cumplir y que él desconocía mientras se internaban en el bosque luminiscente. Jamás lo había asustado seguir a Sakura, ni siquiera en sus primeros días como Maestra y Pupilo—lo que ya no eran, sino que iguales, o eso tenía claro él tras ser aceptado como parte del clan Konoha—, no es que sintiera miedo ahora, pero Sasuke comenzaba a darse cuenta de que las cosas eran diferentes, así como tenía nuevos privilegios dentro del clan—y que esperaba poder usar mañana temprano e intentar negociar con los Konoha para evitar un enfrentamiento—, también nuevas expectativas, y suponía que no se veía muy bien salir a solas con la hija del Olo'eyktan, quien estaba comprometida con Gaara.

—¿Por qué no me dices adónde vamos?, ¿Es otra prueba?— preguntó Sasuke hasta entonces en silencio.

—Silencio, o lo arruinarás— acalló Sakura volviendo la mirada por sobre su hombro.

—¿Arruinar qué?— volvió a preguntar el azabache, sintiendo como ella aceleraba el paso.

—¿Dónde está tu espíritu aventurero?— cuestionó la pelirosa a modo de reprimenda.

—Nunca cuestiones eso— advirtió el Uchiha con fingido tono serio, sin dejar de seguirla.

Eso no se le cuestionaba jamás a él, su amor y pasión por la aventura siempre estaría presente, por lo desconocido y por correr riesgos no tenía limites, eso era lo que más lo había unido a Sakura desde el inicio de su entrenamiento bajo su tutela, porque la vida de los nativos ofrecía todo ello y las libertades con las que Sasuke solo podía haber soñado antes de conocerla a ella; además, si ella lo pedía, él estaba dispuesto a seguirla hasta el fin del mundo y más allá de ser preciso, acelerando sus pasos para seguirle el ritmo a ella que se sujetó la falda del vestido para correr con la misma agilidad que en cualquiera de sus carreras por el bosque, apenas y volviendo la mirada por sobre su hombro y tan solo para comprobar que él la seguía, lo que lo motivo a intentar alcanzar su ágil correr. En un arrebato de cobardía, Sakura deseo dar la vuelta, salir simplemente de esa forma en medio de la fiesta con Sasuke no iba a traerle más que problemas, independiente que lograra lo que se proponía o no, pero apenas aquella idea cruzó su mente, Sakura simplemente se empecinó más en la decisión que iba a tomar; acertada o equivocada, sería su decisión, la primera que tomaba en casi seis años. Por más que su corazón quisiera luchar, ella no era elegible para Sasuke porque ya estaba prometida a Gaara, no sentía nada por él, pero era su deber convertirse en su esposa a la larga, como princesa de los Konoha...esperaba que, de alguna forma, esa noche Kami pudiera decirle si estaba haciendo lo correcto o no al desear abrirle su corazón a Sasuke y decirle lo que sentía, y de no tener éxito—debía considerarlo—, sería su deber enumerar candidatas apropiadas, solteras y elegibles para que Sasuke pudiera elegir entre ellas.

Fuera como fuere, la noche seria solo suya.


Sakura corrió a través del animado bosque, que se fue convirtiendo lentamente en una especie de densa pradera, con ocasionales árboles en el camino mientras llegaban a la corriente de un grueso caudal, que debieron cruzar al pasar un gran árbol caído en el camino y que obraba de puente, la Haruno cruzando con gran agilidad y el Uchiha. Ya sea que lo hubieran manifestado hasta ese momento, la pelirosa sonriendo radiante de alegría y el azabache manteniendo su sonrisa ladina, el ambiente estaba lleno de alegría después de que Sasuke hubiera sido aceptado como parte del clan esa tarde y que ya había llegado a su fin, con el sol ocultándose en el horizonte y sumergiéndolos en la oscuridad de la noche, con las plantas bioluminiscentes marcando el camino; tras cruzar el puente, Sakura volvió la mirada hacia Sasuke por sobre su hombro, orgullosa, ahora él era rápido, consciente de su entorno y comprometido con la gran cantidad de vida que los rodeaba, un nativo como ella, no un "extranjero". Completamente seducido por Sakura, Sasuke la siguió a través de todas aquellas maravillas bioluminiscentes, donde los sonidos de la civilización eran sustituidos por los ronroneos de los insectos y los graznidos de los anfibios o animales a lo lejos, él acelerando sus pasos tras cruzar el puente, logrando abrazarla por la espalda y halarla hacia sí, fingiendo el depredador y ella la presa, provocando que la bella pelirosa riera melodiosamente. Amaba ese lado infantil, alegre, risueño y dulce de ella, habitualmente oculto por cargas demasiado grandes para alguien tan joven, ver la verdad que ella callaba de los demás era un privilegio que Sasuke se negó a dar por sentado, deteniendo sus pasos junto a ella que finalmente se detuvo.

—Sígueme, ven— guio la pelirosa tras recuperar el aliento, sosteniendo sus manos entre las suyas y ante lo que el Uchiha fingió negarse, haciéndola reír nuevamente antes de dejarse hacer. —Las plegarias suelen decirse en este lugar, y a veces son escuchadas— explicó internándose en el pequeño bosque que florecía en la planicie. —Estos son Utraya Mokri, "Arboles de Voces", a través de ellos escuchamos las voces de nuestros ancestros— explicó volviendo la mirada por sobre su hombro, anticipando la curiosidad del Uchiha.

La estructura de los "Árboles de Voces", como los llamaban los "extranjeros", era muy similar en esencia con el Árbol de las Almas, se trataba en sí de grandes árboles—aunque considerablemente más pequeños, poco más alto que una persona en contraste con el Árbol de las Almas—semejantes a sauces, de troncos de madera oscura o rojiza y largos sarcillos entre lavanda y traslucidos a modo de hojas, brillantes a causa de la bioluminiscencia que caracterizaba a la flora del territorio. Aquel no era el único bosque de "Árboles de Voces", había pequeños bosques así por todos los territorios libres—donde no habitaban los "extranjeros"—, pero eran un lugar de recogimiento, refugio y privacidad indeleble, pues se consideraba que era una representación de la comunicación entre Kami, los fallecidos y los vivos, de ahí que se creyera que podían decirse plegarias u oraciones y que estás a su vez eran respondidas. No habiendo visto nunca antes árboles como esos pese a todo el tiempo que llevaba junto a Sakura, y viendo como ella se detenía ante uno de los árboles y extendía la mano para tocar los zarcillos resplandecientes, balanceándose a pesar de que no había más que una tenue brisa en el ambiente, Sasuke no tardó en imitarla, alzando una de sus manos para tocar aquellos sarcillos, suaves y tersos, que hicieron que las yemas de sus dedos hormiguearan levemente, casi como si estuvieran estallando con energía y pronto comenzó a escuchar un coro de voces que por poco lo hizo desviar la mirada para corroborar que estaba solo junto a Sakura; esas voces estaban en su mente, de alguna forma podía oír todo lo que Sakura decía, voces de aquello que ya no vivían y ello lo tomó por sorpresa.

—Las escucho— admitió Sasuke, sorprendido en demasía por poder experimentarlo.

—Porque tienen vida, dentro de Kami— respaldó Sakura, soltando los sarcillos y acercándose hacia él que hizo igual. —Ahora eres parte del clan, un Konoha como nosotros; puedes hacer tu arco con la madera del Árbol-Madre…y puedes elegir a una mujer— la pelirosa se apartó de él y le dio la espalda mientras intentaba que sus sentimientos no salieran a la superficie, extendiendo sus manos al ver una semilla del Árbol de las Almas aproximarse, posándose sobre estas. —Tenemos buenas mujeres; Ino es la mejor cantante— mencionó, intentando concentrarse en la semilla en sus manos y no en voltear a verlo para conocer su reacción ante sus palabras.

—Pero no quiero a Ino— objetó Sasuke tranquilamente, habiendo decidido hace tiempo.

Por supuesto que Sasuke sabía quién era Ino, sabía que ella atraía la atención de muchos como cantante y era celebre en el clan por su belleza exuberante, clásica y voluptuosa, era el tipo de mujer por la que cualquiera perdería la cabeza, una belleza intoxicante, seductora incluso y con una voz comparable a la de una sirena que atraía a todos con su canto , ciertamente era el mejor partido femenino que podía encontrarse en el clan…pero Sasuke no sentía nada por ella y a sus ojos Sakura era aún más hermosa. Si la belleza de Ino era seductora, la de Sakura era como la representación viva de un ángel en forma humana y sin alas; delicada, frágil, inocente, era más talentosa de formas que la bella rubia no; su belleza era más elegante y angelical, y si bien no era una cantante experimentada como la Yamanaka, tenía una voz muy hermosa, afable, cálida, y podía adaptarse a cualquier circunstancia y sacar lo mejor de ello. Sakura tenía claro que ella no era elegante, seductora ni delicada como Ino—su mejor amiga y confidente—, cuya belleza soberbia enamoraba a todos tanto como su dulce y seductora voz, mas ella no pudo evitar sonreír al escuchar que Sasuke si se atrevía a rechazarla, quizás había algo de esperanza después de todo...mas no debía olvidar que aún había otras que eran más elegibles que ella, puede que fuera una guerrera apasionada, pero no era tan hábil ni estratégica como Tenten, quien—también era muy hermosa—era la mejor cazadora del clan, y si no recordaba mal, Sasuke y ella se llevaban muy bien, quizás no la rechazaría como ya había hecho con Ino. Consciente de ello, Sakura sopló ligeramente, haciendo que la semilla se alejara de sus manos y flotara a la deriva tal y como ella se sentía.

—Tenten es una excelente cazadora— aludió la Haruno volviendo escasamente el rostro, pero sin llegar a intentar encontrar su mirada con la del azabache.

—Sí, es buena cazadora— aceptó el Uchiha, haciendo que la pelirosa volteara a verlo, escrutándolo con la mirada y necesitando saber que pensaba realmente. —Yo ya elegí hace mucho tiempo— declaró él sin apartar su mirada de la suya y sonriendo ladinamente, —pero necesito que esta mujer también me elija a mí— diferenció dando un paso más cerca de ella y sosteniendo sus manos entre las suyas, temiendo ser rechazado, pero no pudendo callar lo que sentía por más tiempo.

—Ella ya lo hizo— correspondió la pelirosa en voz baja y estrechando sus manos en respuesta, temiendo que lo que estaba escuchando no fuera real.

Sakura espero encontrar duda en los ojos del Uchiha, mas solo encontró certeza, podía ver el fuego, la devoción, admiración y pasión en sus ojos como la primera vez en que se habían visto, pero masificadas por todo el tiempo que habían pasado juntos, y comprender que ambos se habían enamorado el uno del otro desde el comienzo la hizo sonreír con la mayor alegría que había sentido hasta ese momento de su vida a la par que sintiéndose como tonta por no haberse dado cuenta hasta ese momento. Quizás fuera la mayor locura de su vida dar la espalda a todo y corresponder a los sentimientos de Sasuke, pero en ese momento la pelirosa cayó en cuenta de lo que la rodeaba; aquellas mujeres del clan, que habían desobedecido las tradiciones y consumado su relación con sus respectivas parejas antes de la boda, alegaban haber recibido la bendición de Kami para sus uniones a través de la presencia de una Atokirina o Semilla del Árbol de las Almas en el lugar en que se habían encontrado…Sakura había visto más Atokirina que nunca en su vida desde que estaba junto a Sasuke, de alguna forma Kami manifestaba su presencia de esa forma…y el claro estaba completamente rodeado de aquellas pequeñas semillas y que la hizo contener el aliento sin darse cuenta; esa era la señal que tanto llevaba esperando e hizo que el miedo se esfumara de ella, Kami había dado su bendición a la unión entre ambos. Como si leyera sus pensamientos, Sasuke acunó delicadamente su rostro entre sus manos y cerró la distancia entre ellos, presionando sus labios sobre los de ella en un beso aletargado y abrasador al que ella correspondió lentamente, no habiendo experimentado nunca algo tan tierno a vez que abrumadoramente sensual.

Sasuke se tomó su tiempo en disfrutar del beso, actuando lentamente, no queriendo abrumar a Sakura, sintiéndola temblar bajo su tacto mientras movía sus labios contra los suyos en respuesta, ambos explorándose cuidadosamente en formas nuevas y emocionantes, mas él sintiendo que no podía tener suficiente de ella con un solo beso, moviendo sus labios contra los suyos; le causaba ternura a la par que fascinación la inexperiencia de Sakura, resultándole fácil tomar la iniciativa, inclinando la cabeza para profundizar el beso y separando sus labios con su lengua, ante lo que Sakura obedeció abriendo la boca. Con su corazón latiendo vertiginosamente a causa de la anticipación, Sakura ahogó un gemido de éxtasis al sentir la lengua de Sasuke envolviéndose contra la suya, diciéndole que si a todo, sabiendo que no estaban haciendo nada malo, suspirando cuando ambos tuvieron que romper el beso ante la necesidad de aire, ocasión que el Uchiha no desaprovechó, inclinando su rostro contra su cuello, justo bajo su mandíbula, haciéndola temblar mientras besaba y mordisqueaba su piel, provocando que ella echara la cabeza hacia atrás ante la sensación, disfrutando la forma en que él plantaba besos indolentes y delicados a su paso. Siendo virgen y habiendo postergado lo más posible su unión con Gaara—ahora inviable, y a quien solo había besado una vez y por obligación—, nadie la había besado ni mucho menos tocado de esa manera, sintiendo las manos de Sasuke deslizarse por sus hombros y sus brazos…aunque solo tenía clara la pudorosa teoría de su clan, todas esas nuevas experiencias solo hicieron que quisiera seguir explorando las deliciosas cosas que vendrían y que Sasuke le estaba ofreciendo.

Era una completa locura, pero ella quería más, quería sentir su cuerpo sobre el de ella, quería sus manos sobre su piel, quería ser besada, tocada y todo lo que él deseara hacerle, y que ella no alcanzaba a dimensionar, ansiaba cada pedacito de sexualidad que este hombre tenía que ofrécele y más, estaba absolutamente desesperada mientras Sasuke la recorría con su tacto, deslizando sus manos por su anatomía a través de la tela de su vestido; lo necesitaba, necesitaba que la hiciera suya y pronto. Embriagándose con el sabor de la suave piel de Sakura, así como embelesándose con los quedos jadeos que brotaban de sus labios, Sasuke todavía era incapaz de procesar lo que realmente está sucediendo, pero pronto su cuerpo se movió por sí mismo, envolviendo sus brazos alrededor de la estrecha cintura de la pelirosa, acercándola más hacia sí, ante lo que ella envolvió sus piernas alrededor de él, dejándolo abrazarla mientras volvían a besarse, ambos dejándose caer sobre la hierba, disfrutando de su tacto, su aliento, su aroma, la calidez y paz que solo juntos podían sentir. Rompiendo el beso y decidiendo ser quien diera el primer paso, Sasuke se deshizo de su camiseta, dejándola caer a un lado, ayudado a medias por Sakura que—algo temblorosa debido a los nervios—deshizo el nudo de su cinturón, apartando el amplio fajín y haciéndolo también a un lado, dejándolo solo con los pantalones puestos; Sasuke sentía que estaba a punto de perder el control, nunca habría podido imaginar en su vida que le importaría tanto la felicidad de alguien más, pero ahora se sentía pleno con esta hermosa mujer que se estaba entregando a él, tan confiada y ansiosa por complacerlo...sentía que no la merecía, pero no podía negarse a sus sentimientos por ella era algo que no podía hacer por más tiempo.

—Confía en mí— pidió Sasuke con voz ronca, encontrando su mirada con la de Sakura.

La pelirosa no entendió a qué se refería Sasuke…hasta que sintió sus cálidos dedos jugar con los tirantes de su vestido y que sostuvo entre sus manos; sabía muy bien que a ojos de los nativos, en cuanto a costumbres se refería, la desnudez no era bien vista en la intimidad, era—por así decirlo—la diferencia entre nativos y "extranjeros", ellos que dedicaban su vida a Kami y a respetar cada forma de vida creían que exponerse de ese modo estaba mal y que tenía más que ver con la lujuria o la pasión que con el amor, pero en esos momentos Sasuke solo tenía en mente el inmenso amor que sentía por ella y eso lo estaba guiando a descubrir más. El Uchiha quería que ella se sintiera completamente cómoda siendo vista por él, no quería que ella se avergonzara bajo su mirada, no quería que se sintiera avergonzada de estar desnuda ante él, porque lo que había entre ambos en ese momento siempre seria solo suyo, no había nada de lo que ella necesitara esconderse. Confiando ciegamente en el Uchiha como este le pedía, la Haruno asintió, sonrojada y sin aliento, dejando que él bajara los finos tirantes de su vestido de sus hombros, halando de la tela hacia abajo para exponer sus turgentes pechos, cuya vista hizo que el Uchiha tragara saliva, Sasuke no creía haber visto nunca nada más hermoso y erótico que la mujer que tenía delante y ningún aspecto de su imaginación le había hecho justicia a lo asombrosamente perfecta que era; su piel de porcelana, sus pequeños pero perfectos pechos, sus delicadas curvas y que rebeló al bajar la tela del vestido a la par que subiendo su falda...era absolutamente perfecta a sus ojos. Lentamente sus manos rozaron sus pechos, los cuales se ajustaban maravillosamente bajo sus manos.

Teniendo la aprobación de Sakura y sintiéndola arquearse bajo su tacto, Sasuke rápidamente aprisionó el pezón libre de la pelirosa entre sus labios en tanto su mano derecha se encargaba de abarcar su gemelo, acción que hizo que Sakura inclinara se cabeza hacia atrás y su primer gemido de placer abandonara su boca; sintiendo los labios del Uchiha sobre su piel, apenas pudiendo procesar aquel placer que jamás había experimentado antes, Sakura deslizando lentamente sus manos por la espalda y los hombros del Uchiha hacia su abdomen, que tanteó con sumo cuidado. Regresando su atención hacia la pelirosa, Sasuke tragó saliva de forma inaudible en cuanto sintió los dedos de la Haruno desabrocharle los pantalones, e intentando no dejar que ella hiciera todo el trabajo, el Uchiha contempló maravillado lo hermosa que se veía; sus largos cabellos rosados dispersos sobre la hierba, combinando a la perfección con el color de sus ojos, arremolinándose sobre sus hombros y enmarcando su rostro como un halo…El Uchiha descendió a través del valle entre sus pechos con húmedos besos hacia su vientre, apoderándose de los extremos de la falda de su vestido y que procedió a bajar con cuidado junto con su ropa interior, recorriendo con sus labios la piel de sus muslos, volviendo a ascender hasta encontrar nuevamente sus labios con los de ella. Ayudando al Uchiha a despojarse de sus pantalones, sin temblar producto de los nervios esta vez, Sakura atrapó las caderas de él entre sus piernas, gimiendo ante el sutilmente satisfactorio roce entre sus intimidades; deseaba darle todo de ella y a su vez deseaba que él le concediera todo de él, y deseaba que le hiciera todo cuanto deseara.

—Eres tan hermosa...— suspiró Sasuke, total y completamente obnubilado por ella. —¿Estás segura de que quieres hacer esto?— preguntó, deseando tener su aprobación.

—Estoy completamente segura— asintió Sakura alzando sus manos para acunar el rostro del azabache. —Te amo— declaró, viéndolo a los ojos para que no dudara de ello.

—Yo también te amo— contestó el azabache con una sonrisa ladina, sosteniéndole la mirada de igual modo y pegando su frente a la suya.

Los ojos del Uchiha ahora recorrieron el cuerpo de la bella pelirosa sin obstáculo alguno, observándola y tratando de grabar aquella imagen en su mente para siempre; su piel era cremosa y suave, sus pechos pequeños, pero perfectos bajo su tacto, su cintura estrecha, sus caderas anchas y sus muslos firmes, con sus largas piernas envueltas alrededor de su cintura…ella era total y absolutamente perfecta y la deseaba con cada fibra de su ser, inclinando su rostro sobre el de ella para besarla otra vez, acomodándose entre sus piernas y alineándose contra su entrada. Igualmente embelesada con Sasuke, con la firmeza de sus músculos bajo su tacto, sus hombro, su espalda ancha, sus abdominales y cada aspecto de su ser que la hacía estremecer, Sakura pronto lo sintió romper el beso y deslizar sus labios por el costado de su cuello mientras comenzaba a penetrar en su interior en tanto ella intentaba adaptarse a su placentera intrusión hasta que él se enterró hasta la empuñadura en su interior; el dolor fue mínimo, años antes una de las parteras del clan la había examinado—una costumbre—para comprobar su virginidad y se había determinado que su himen estaba dañado por tanto montar a caballo y participar en las cacerías. Echando la cabeza hacia atrás al tener al Uchiha completamente en su interior, Sakura soltó un profundo gemido de placer y dolor entremezclados mientras Sasuke comenzaba a moverse lentamente, dándole tiempo de acostumbrarse, murmurándole al oído lo mucho que la amaba y deseaba antes de inclinar su rostro hacia el suyo y encontrar sus labios, amasando sus pechos y haciéndola sentir el ser más hermoso sobre la tierra mientras lenta y acompasadamente comenzaba a hacerla suya.

Queriendo que Sasuke continuara, Sakura no tuvo reparó en abrir más los muslos, provocando que el Uchiha llegase más profundamente dentro de ella, dándole la señal para que él se retirara y volviera a embestir con mayor fuerza, encajando sus caderas bruscamente contra las suyas, ante lo que Sakura meció sus caderas contra las suyas, no queriendo que se detuviera, no queriendo que el placer que estaba experimentando terminara. Sasuke tuvo que repetírselo mentalmente una y otra vez para creer que era real; Sakura estaba ahí ahora, era completamente suya, y era mejor de lo que jamás podría haber imaginado, haciendo que gruñera roncamente contra su piel al sentir como le arañaba la espalda, recibiendo ella ansiosamente sus embestidas, el azabache lamiendo la extensión de su delicado cuello, saboreando las tenues gotas de sudor contra su piel, volviendo a reclamar sus labios, bebiendo de sus dulces gemidos y envolviendo su lengua contra la suya…realmente no podía superar lo hermosa que era, completamente desnuda y vulnerable debajo de él, jadeando y gimiendo ante su toque, tan receptiva a la par que entregada bajo sus atenciones. Sin retirarse del estrecho interior de la hermosa pelirosa, Sasuke envolvió sus brazos alrededor de su cintura, elevándola ligeramente mientras ella mantenía sus piernas alrededor de su cintura, sentándose en el suelo y montando a Sakura a horcajadas sobre su regazo, para que siguieran viéndose a los ojos, pero también para llegar más profundo, instándola a buscar su propio placer y aprender que le gustaba exactamente. El placer aumentó desde aquel ángulo, se sintió mejor para Sakura, quien no pudo evitar gritar y revolverse el cabello al halar del Uchiha en un nuevo beso.

—¿Sabes lo hermosa que eres?, ¿Sabes cuánto te he deseado?— interrogó el Uchiha a la pelirosa, rompiendo el beso y sonriendo ladinamente al escuchar sus dulce gemidos subir de tono mientras la hacía suya, trazando su delicadamente sensual anatomía.

Con cada embestida del Uchiha, Sakura sentía que un calor indescriptible y asombrosamente placentero extenderse desde su abdomen, inundando todo su cuerpo; olvidándose—tras una agónica deliberación interior—si aquello estaba bien o no, Sakura arqueó la espalda para sentir más profundamente a Sasuke en su interior ante el cambio de posiciones, gimiendo su nombre y sintiéndose a punto de rozar el cielo entre sus brazos, queriendo pertenecerle en todos los sentidos a partir de hoy y para siempre, arañándole la espalda a medida que lo sentía embestir más rápida y profundamente contra su interior, escuchándolo gruñir contra su cuello y sintiéndolo guiar el vaivén de sus caderas hacia las suyas. Ebria de placer, Sakura movió sus caderas contra las de Sasuke valiéndose del apoyo de sus piernas en el suelo, atrayéndolo hacia sí envolviendo uno de sus brazos tras su espalda y la otra a la nuca de él, estampando sus labios contra los suyos en un beso apasionado en que ambos pronto envolvieron sus lenguas una contra la otra entre gemidos de placer mientras sus movimientos se volvían más rápidos; seducido, embriagado, obnubilado y completamente fascinado por Sakura, Sasuke alzó una de sus manos de las caderas de la pelirosa, amasando sus pechos, subiendo por el valle entre estos y acariciando su rostro, ambos rompiendo el beso por la falta de aire. Envolviendo torpemente sus brazos alrededor del cuello de Sasuke, acercando su rostro al suyo y palpando los músculos de sus hombros y torso, Sakura sintió como su cuerpo empezaba a temblar, gimiendo cada vez más fuerte, sintiendo algo adueñarse de ella más y más mientras mecía sus caderas para encontrarse rítmicamente con las suyas.

Embistiendo más rápidamente contra el interior de Sakura al sentirla al borde del orgasmo, Sasuke la sujetó de la nuca y estampó sus labios contra los suyos en un nuevo beso, ahogando sus gemidos mientras él mismo se aproximaba a la misma cúspide, sus músculos tensándose y temblando bajo su suave tacto; teniendo que romper forzosamente el beso para respirar, Sakura gritó con todas sus fuerzas al alcanzar el clímax por primera vez, abrazándose a Sasuke desesperadamente, arañándole la espalda y hombros, y aun meciendo sus caderas contra las suyas. Su placer aumentando al brindarle aquel placer a la pelirosa por primera vez, Sasuke finalmente se derramó en su interior, envolviendo sus brazos alrededor de su estrecha cintura, siendo aquella primera vez todo cuanto podría haber imaginado y más, la culminación de cada una de sus fantasías, sueños y deseos hechos realidad mientras él abandonaba su interior y ambos se recostaban sobre la hierba, luchando por recuperar el aliento, buscando la mirada del otro y besándose lentamente, ambos aun temblando a causa de tan incomparable experiencia. Recuperándose del mejor orgasmo de su vida, las manos de Sasuke se deslizaron por la anatomía de Sakura, que rompió el beso y se estremeció placenteramente bajo su tacto, leyendo la oferta en los ojos del azabache; ¿Quieres más? Porque puedo darte más. Apenas y recuperando el aliento, Sakura asintió dócil y deseosa, ante lo que el Uchiha se situó tras ella, abrazándola por la espalda, reclamando sus labios desde aquella posición y lentamente volviendo a enfundarse en su interior, ahogando un gemido de ella en medio del beso, sintiendo las caderas de ella moverse contra las suyas, a su ritmo, mientras él le hacia el amor sin piedad, rompiendo el beso y escuchándola gemir su nombre…


La fiesta continuaba en el Árbol-Madre, todos celebrando por el simple placer de hacerlo, era una ocasión feliz después de todo; no era usual—jamás había pasado—que un "extranjero" se volviera parte de los nativos, de un clan como los Konoha, la creencia popular y comprobada hasta hace poco tiempo era que los "extranjeros" no podían ver, que no podían entender el estilo de vida de los nativos ni adaptarse a esto; pero todo esto había sido antes de que Sasuke Uchiha apareciera, antes de que aprendiera de lo que el clan Konoha tenía para ofrecer y ahora si bien continuaba siendo un "extranjero" por sus orígenes, era reconocido como uno más de los hijos del clan Konoha, con todas las cargas, privilegios y oportunidades que cualquiera tenia. Sin embargo, la feliz ocasión no impidió que Tsunade frunciera distraídamente el ceño al pasar la mirada por todos los presentes, buscando localizar al Uchiha con la mirada, mas no encontrándolo en absoluto, ni tampoco a su hija, lo que provocó que se sintiera confundida y meditabunda; conocía los sentimientos de su hija por el "extranjero", había intentado creer que había juzgado mal y que su hija no podía sentir algo así por un extranjero…pero, su conversación le había dejado claro que Sakura si sentía algo por Sasuke, ¿Ella había logrado intervenir a tiempo? Tsunade no tenía como saberlo, regresando a la realidad tras sentir movimiento a su lado, se trataba de su esposo y Olo'eyktan que sonrió ladinamente para ella con aquel brilló tan particular en la mirada y que volvía a hacerla sentir como la misma chica de dieciocho años, inocente e impresionable que había temido no encontrar la felicidad con él y que sin embargo había sido completamente seducida por su bondad y por su idealismo.

Algo está pasando entre ellos, entre Sakura y Sasuke Uchiha— comentó Dan como si pudiera leer en la mente de su esposa y teniendo la misma inquietud.

No podemos dejar que crezca esta semilla, Dan, su lugar es con Gaara— secundó Tsunade, creyendo más que nunca que debía celebrarse la unión de Gaara y Sakura.

Hasta una Tsahik puede confundirse, Tsunade— advirtió el peliazul únicamente. —Quizá Sakura tenga un destino diferente al que nosotros planeamos para ella— merecía la pena considerarse, aunque ello desconcertó a su esposa que volvió la mirada en su dirección. —El deber y el corazón no siempre van de la mano— él había comprendido hace tiempo que Sakura no sentía nada romántico por Gaara y jamás lo haría.

Pero, como princesa del clan, debe cumplir con su deber— recordó la rubia, consolidada a su posición como Tsahik y esperando que un día su hija hiciera lo mismo.

No todos los matrimonios resultan como el nuestro, Tsunade— mencionó el Olo'eyktan con una distraída sonrisa ladina, recordando cómo había iniciado su relación.

Cuando su padre el Olo'eyktan había acordado su matrimonio con Tsunade, Dan había sido joven y había estado de duelo por la pérdida de su prometida, que había fallecido mientras se iniciaban los preparativos para la boda; tener a su lado a Tsunade inicialmente lo había hecho sentirse oprimido, si ella no fuera tan dulce, hermosa, decidida, intrépida y valiente, quizás él nos e había enamorado de ella y de igual forma quizás Tsunade no se habría enamorado de él, pero la inicial idea de centrarse en el bien común del clan les había permitido entenderse. Ambos habían estado ávidos de amor, Tsunade más que él y no habiéndolo experimentado nunca, Dan por otro lado había creído amar a su fallecida prometida Enya, pero no había sido hasta enamorarse de Tsunade que el Katou había comprendido que no entendía ni sabía que era realmente el amor hasta que la había conocido a ella, y habían vivido años llenos de felicidad con el nacimiento de Izumi y luego Sakura, a quienes habían visto crecer. Los "extranjeros" les habían quitado esa felicidad al arrebatarles a Izumi y Sakura había tenido que reemplazarla como Tsakerem en todas sus obligaciones, y recordando paralelamente lo oprimido que se había sentido al inicio de sus compromiso que nadie, Dan no pudo evitar pensar en su única hija sobreviviente; Sakura apenas y tenía 18 años, era joven e inocente, siempre la hija perfecta en cumplir todas las aspiraciones de quienes lo rodeaban, relacionándose con Gaara solo por cumplir, y Dan no pudo evitar considerar mentalmente que quizás Gaara no fuera la pareja ideal para ella, quizás pudiera serlo Sasuke, claro que este era un "extranjero", pero había sido aceptado como parte del clan y como tal debían reconocer sus méritos personales.

No te amaba cuando nos comprometimos, pero me enamore de esa mujer responsable y de espíritu indómito, y sigo enamorado de ella hasta el día de hoy— recordó Dan, entrelazando una de sus manos con la de su esposa. —Debemos permitir que Sakura tome sus propias decisiones, ya sean buenas o malas, no podemos planear toda su vida— era joven y si la obligaban a una unión que ella no deseaba, solo la harían feliz toda su vida.

Tienes razón— asintió Tsunade, reconociendo que él tenía razón, —solo espero que Sakura tome la decisión correcta— ya sea que ello cuadrara con sus planes o no.

Debemos tener fe en ella— obvió el peliazul, confiando en el juicio de su hija. —Sasuke Uchiha no es un extranjero como los que hemos conocido— agregó, intentando convencerse a sí mismo de ello y no ser prejuicioso. —¿Recuerdas lo que solía decir Izumi? Hay algo bueno en todos, incluso entre los extranjeros— en momento así recordaba más que nunca a su fallecida primogénita. —Izumi no estaba cegada por la aversión o la desconfianza como el resto de nosotros— había intentado marcar la diferencia.

Pero hemos cambiado y estamos aprendiendo gracias a Sasuke Uchiha— asintió la rubia, y creyendo que solo aprenderían más gracias a la presencia del Uchiha como parte del clan ahora. —Sin embargo y de igual forma, si Sakura se está enamorando de él, eso traerá problemas para el clan pues no podrá ser Tsahik y eso lo cambiará todo— su hija no sería Tsahik si no se emparejaba con el futuro Olo'eyktan. —Puedo ver los otros caminos que podría elegir, y sigo sintiendo que él que elegimos para ella es el mejor— ambos habían acordado el compromiso de Sakura y Gaara pensando en lo mejor para ella.

Kami decidirá al final— sosegó el Olo'eyktan, estrechando su mano contra la suya.

Ellos podían orquestar el plan más perfecto, de acuerdo a las reglas o tradiciones del clan…pero, si Kami decidía que al final la unión entre Gaara y Sakura no era lo apropiado, ellos todo lo que podían hacer era acatar su voluntad, después de todo—y Dan llevaba pensándolo mucho tiempo—, ¿Era tan descabellado que Kami pretendiera honrar con algún privilegio especial a Sasuke Uchiha? Claro que era un extranjero, pero desde el principio Kami se había manifestado a través de él, algo que jamás había hecho, grandes habían sido las figuras de la cultura nativa—dentro del mismo clan Konoha en una ocasión—que habían sido elegidas por Kami, pero jamás como había hecho con el Uchiha y debía haber un motivo importante detrás de esto, ¿Cuál era la razón? Ojalá Dan lo supiera, pero hasta entonces se aferraría a esa creencia, diciendo que interrogaría a Sakura al respecto a la mañana siguiente. Observando en silencio a su esposo y teniendo que estar de acuerdo con él como Olo'eyktan que era, a la par que, como esposo, Tsunade se decidió a interrogar igualmente a Sakura a la mañana siguiente, necesitando saber dónde había estado esa noche con exactitud a la par que buscando persuadirla para que aceptara su unión con Gaara de ser posible, que era lo correcto. Toda la atención de los presentes ante tan feliz celebración estaba en la algarabía de la fiesta, el eco de la música llenando el Árbol-Madre, así como los aplausos ante la seductora danza de las bailarinas, el vaivén de sus caderas y sonrisas seductoras…un agudo contraste y que ninguno de los presentes podía ver o conocer, nadie sabía que en ese momento Sasuke y Sakura se encontraban abrazados en la oscuridad, besándose, amándose, fundiéndose en uno solo.

La noche era solo suya.


Completamente ajenos a lo que sucedía en la fiesta, la pareja continuó amándose apasionadamente bajo la protección de los Árboles de Voces, Sakura gimiendo ante cada embestida de Sasuke en su interior, quien finalmente decidió que era momento de cambiar la posición en que se hallaban, halándola hacia sí y recostándolos a ambos frente a frente, embistiendo con igual profundidad, trazando cada poro de su piel con su tacto, besándose repetidamente ante la cercanía de sus rostros uno contra el otro. Sasuke gruñó contra los adictivos labios de la pelirosa, sintiendo sus pechos chocar contra su torso y sumándose a la continúa oleada de placer que sentía cada vez que él se movía dentro de ella, llenándola de una sensación de devoción y ternura absoluta, pero también lujuria mientras sentía su miembro llenarla hasta la empuñadura, escuchándolo gruñir su nombre y jadear contra su oído mientras ella no dejaba de gemir su nombre. Por un breve momento se olvidó de todo, por primera vez en su joven vida; olvido a Gaara, a sus padres, las costumbres, el conflicto con los "extranjeros"…todo, igual que hizo Sasuke, todo cuanto existía en ese momento eran ellos dos, en aquel claro, lejos del resto del mundo, amándose y convirtiéndose en uno solo; si anteriormente Sasuke se había enamorado completamente de Sakura y su exuberante personalidad, en ese momento estaba completamente seducido por su belleza, su cuerpo era absolutamente perfecto y saberla completamente suya elevó su lujuria a niveles incomprensibles, palpando su cadenciosa anatomía, provocando que sus gemidos subieran de tono y forzándola a romper el beso para recuperar el aliento, ante lo que él acercó sus labios a su oído.

—No solo quiero tocarte— gruñó Sasuke con voz ronca, amasando sus pechos con ambas manos. —Quiero saborearte, quiero hacerte gritar y suplicar— detalló, haciendo que ella se arqueara contra él, a la par que provocando que sus gemidos aumentaran. —Quiero que seas mía, como yo soy tuyo— declaró, completamente seducido por ella.

Arqueándose contra Sasuke al escuchar aquel tonó posesivo en su voz, y que la hizo estremecer, Sakura se asombró por la forma en que sus manos sabían exactamente como moverse, creando un torbellino de placer tan intenso en ella que la asustó, nunca había experimentado nada ni remotamente parecido y por un lado le agradó que este "extranjero" tuviera experiencia con las mujeres por su pasado, así sabía exactamente como tocarla y hacerla sentir un placer tan grande como ella esperaba que él mismo estuviera sintiendo, gimiendo mientras lo sentía deslizar sus besos y ligeras mordidas por su cuello. Sakura estaba jadeando pesadamente bajo sus atenciones, sus caderas corcoveando contra su tacto mientras su cuerpo rogaba por la dulce liberación que él le había prometido y Sasuke Uchiha cumplía sus promesas, acunando el rostro de la bella pelirosa entre sus manos y halándolo hacia si en un nuevo beso, gimiendo mientras envolvía su lengua contra la suya. Sintiendo el clímax cada vez más cerca, Sasuke se retiró del interior de Sakura quien volvió la mirada hacia él entre confundida y molesta por el cese de su placer, pero él pronto supo dar respuesta a ello, recostándola sobre el suelo, delineando las curvas de sus pechos, cintura y caderas, ante lo que ella no dudo en a abrir sus piernas, permitiéndole volver a llenarla por completo, volviendo a aquella posición en que todo había empezado, envolviendo sus piernas alrededor de sus caderas mientras él la penetraba profunda e intensamente, arañándole la espalda mientras él susurraba a su oído lo mucho que la amaba; Sasuke sintió que su mente se quedaba en blanco, incapaz de procesar nada más que el sonido de ella gimiendo y sollozando de placer.

Sintiendo el clímax a punto de llegar y escuchando los gemidos de Sakura tornarse cada vez más altos y desesperados, Sasuke sostuvo las caderas de Sakura entre sus manos y trató de llegar lo más profundamente posible, sus embestidas perdiendo el ritmo y tornándose imprecisas a la par que intensas, ante lo que el Uchiha simplemente dejó que la cúspide se desatara y los envolviera a ambos. La espalda de Sakura se arqueó debajo suyo y su boca se abrió en un grito de placer, jadeando por aire, temblando de pies a cabeza y gimiendo su nombre, arañando la espalda de Sasuke a quien sintió derramarse satisfactoriamente en su interior con solo escuchar sus melodiosos gemidos, reteniendo sus caderas contra las suyas. Sus ojos nunca dejaron los del otro mientras recuperaban el aliento, y sus caderas nunca dejaron de moverse sensualmente, Sasuke se movió lentamente dentro y fuera de Sakura para saborear la sensación, convertir a una chica tan dulce y virginal en una sirena lujuriosa y cargada de erotismo lo volvía loco, quería más y más de ella…y Sakura debía confesar que deseaba lo mismo, mordiéndose el labio inferior, pero aunque él se sintiera ebrio de deseó por ella como para hacerla suya una y otra vez hasta el cansancio—pudiendo ver la misma chispa en los orbes esmeralda de Sakura, quien pareció rogarle que cediera con una sola mirada—, dos rondas bastaban por esta noche; nada mal para su primera vez. Acordando aquello de esa forma que ambos habían tenido suficiente, sin necesidad de pronunciar palabra, Sasuke se retiró del interior de Sakura, quien soltó un débil gemido al ahora tratar de acostumbrarse a no tenerlo dentro de si todo el tiempo, ambos procediendo a recuperar su ropa y volver a vestirse.

Volver a vestirse era algo natural, necesitaban estar alertas si sucedía algún imprevisto, no debían olvidar que por más acostumbrados que estuvieran a esa vida de guerreros o cazadores, la selva era un lugar sumamente peligroso con toda clase de criaturas que a la menor provocación no tendrían problema alguno en cobrar una vida, generalidades de la cadena alimenticia; temidos por nadie y comidos por todos. Sin embargo, no tenían por qué regresar al Árbol-Madre, aquel lugar era perfectamente seguro y ninguna criatura remotamente inteligente se aproximaría a los Árboles de Voces, solo los nativos lo hacían, y además...si regresaban al Árbol-Madre en ese momento, se delatarían y ambos merecían disfrutar de su unión lo más posible, era una costumbre de los nativos que toda pareja tuviera cuando menos varios días o semana para acostumbrarse al otro, y así como ellos eran una pareja atípica, tendrían que actuar de forma atípica a partir del día siguiente y enfrentar los problemas, ambos lo sabían sin necesidad de tocar el tema siquiera. Ambos se acostaron sobre el suelo, Sasuke abrazando a Sakura por la espalda y dejando que ella utilizara su brazo izquierdo como almohada, apoyando su cabeza sobre este, mas ella no creía poder dormirse; había roto abiertamente con su compromiso de la forma más infame, entregándose a otro hombre, pero no lo sentía como un error, aun ahora y si levantaba la mirada podía ver las Atokirina o Semillas del Árbol de las Almas sobrevolando alrededor de Sasuke y ella tal y como había sucedido durante todo el acto, un acto de amor puro en un lugar sagrado con la única intención de expresar amor; en silencio y abrazados el uno contra el otro, se pertenecían por completo.

—¿Estás bien?— preguntó Sasuke besándole el costado del cuello y haciéndola sonreír.

—Perfectamente, soy más feliz de lo que nunca pensé que sería— aseguró Sakura, alargando una de sus manos para entrelazarla con la suya. —Por ti— agregó, debiéndole tan placentera experiencia a él y a su habilidad para llevarla al cielo y de regreso.

—Yo siento lo mismo— correspondió el azabache, besándola en la mejilla. —Solo lamento que deba terminar— desearía quedarse con ella para siempre, pero no podía hacerlo.

—Lo entiendo— sosegó la pelirosa, estrechando su mano contra la suya. —Debes dormir, ambos tenemos que— animó, habiendo gastado muchas energías en amarse.

—No quiero hacerlo, si lo hago volveré a mi otro cuerpo, estaré lejos de ti y todo lo que quiero ahora es estar contigo— discutió el Uchiha con un tono casi infantil.

—Estoy contigo ahora, Sasuke, tanto aquí como en cualquier otro lugar— aclaró la Haruno volviendo la mirada por sobre su hombro y encontrándola con la suya. —Además, estarás conmigo toda la noche o una parte de ti lo hará— obvió, en caso de que sus palabras no consiguieran tranquilizarlo lo suficiente. —Seré lo primero que veas mañana, lo prometo— aseguró, siendo ahora uno solo. —Descansa, por favor— pidió con voz suave.

Podía entender si sus palabras no le eran suficiente a Sasuke, durante todo el tiempo transcurrido y pese a haber sido su Maestra durante tres meses, Sakura no se había mostrado mayoritariamente interesada por la vida del Uchiha y en ese momento se sintió culpable por ello, se decidió a interesarse más por el mundo de los extranjeros de lo que él comentaba de vez en vez, se decidió a aprender más, como en sus días de infancia. Mas, pronto se dio cuenta de que sus palabras habían tenido el efecto deseado, pues Sasuke volvió a besarla en la mejilla y procedió a abrazarla por la espalda, buscando caer en el sueño y por lo que ella no tardó en unirse, esbozando una sonrisa al sentir que perdía la consciencia; sentía su cuerpo más pesado contra el suyo, y aunque su mente no estuviera con ella, lo estaba su cuerpo y ello le permitió comenzar a dormirse tranquilamente. Unos segundos, cuando mucho un minuto tras haber cerrado los ojos, Sasuke volvió a abrirlos, solo que esta vez en su propio cuerpo, parpadeando abrumado y confundido dentro de la Cámara de Enlace, observando el enclaustrado espacio en que estaba, pero con su mente demasiado lejos de aquella realidad material como para poder concentrarse. Desgraciadamente ya no estaba en los Árboles de Voces, no estaba junto al dulce y placentero calor de Sakura, se encontraba a cientos de kilómetros de distancia y en soledad, pero, a pesar de todo sentía que encontraba profundamente conectado con ella, a través de la distancia y aunque no pudiera verlo, como si su unión hubiera masificado su vínculo; amaba a Sakura, nada ni nadie podía convencerlo de lo contrario y lo que había sucedido entre ambos había sido incuestionablemente lo mejor de su vida.

Si, lo que había hecho con Sakura—y no pudo evitar sonreír ladinamente al recordarlo—había sido una completa locura, se suponía que esta noche lo único que debería haber hecho era disfrutar que ser reconocido como parte del Clan, del pueblo, para al día siguiente poder hablar con Dan y Tsunade e intentar convencerlos de mover al clan a otro lugar y evitar un enfrentamiento con los "extranjeros" y la RDA…pero al ver a Sakura todo se había vuelto nada para él, solo quería pasar tiempo junto a ella. Había cometido una completa locura, pero ahí e incapaz de moverse, solo podía revivir en su mente cada momento, cada beso, cada caricia y la incredulidad de que este amor imposible que lo había hecho angustiarse por tantas noches fuera correspondido, amaba a esa fascinante mujer y ella lo amaba a él, era como un auténtico sueño hecho realidad y no quería nada más que volver junto a ella al día siguiente. ¿Qué estás haciendo Sasuke? Se preguntó el Uchiha, emitiendo un casi inaudible suspiro mientras mantenía su sonrisa de completa satisfacción y de más felicidad de la que hubiera podido llegar a sentir en toda su vida, justo antes de que la tapa de la Cámara de Enlace se elevara, permitiéndole ver a Kakashi que como siempre estaba ahí al final del día para recibirlo. Apartando los sensores de su pecho y sentándose lo más pronto posible, Sasuke fue incapaz de hacer desaparecer la sonrisa de su rostro, confiaba en que Kakashi no pudiera saber la razón de su alegría, no tenía como saberlo, tal vez pensaría que estaba así por la emoción de la fiesta en su honor o tantas otras cosas más, pero no daría con la verdad y él no tenía intención alguna de decirle nada, por ahora y hasta que todo fuera seguro seguiría siendo secreto.

—Y esa sonrisa, soldado?, ¿La fiesta va tan bien?— bromeo Kakashi, cruzando los brazos antes de tenderle un plato con lo que habría de ser su cena, no volvería a dejarlo irse a dormir sin comer nada.

—De maravilla, gracias— contesto Sasuke, sin necesidad de darle detalles, y aceptando sin interés alguno el plato que le ofrecía.

Se había olvidado completamente de Kakashi y Suigetsu, había estado tan concretado en la ceremonia del Sueño del Cazador que había olvidado que el Hatake y el Hozuki estaban ahí para observarlo todo, todo el tiempo…pero no lo habían visto abandonar la fiesta—de otro modo Kakashi lo reprendería de alguna forma, lo cual no hizo—, y no sabían en absoluto sobre lo que había ocurrido entre Sakura y él, tenía eso a su favor hasta nuevo aviso, hasta que ambos informaran de todo al clan al día siguiente, pero por ahora lo ocurrido era solo suyo. No tenía hambre, como en tantas noches anteriores, pero contrario a las últimas veces en que Kakashi poco menos que lo había obligado a comer, esta vez Sasuke lo obedeció sin rechistar, entregándole el plato vacío un par de minutos después; esa vida no era realmente la que quería vivir, pero por ahora lo único que quería pensar era que muy temprano y a la mañana siguiente volvería junto a Sakura en su primera mañana juntos, no como mentora y alumno, ni como amigos, sino como pareja, algo que seguía pareciéndole un maravilloso sueño. Negando para si por la alegría casi infantil que le veía a Sasuke por primera vez, Kakashi decidió no hacer ninguna pregunta porque quizás él no fuera a contestarle, en lugar de ello le acerco la silla de ruedas y le permitió bajar de allí finalmente. Sin sentirse cansado en absoluto, pese a haber pasado prácticamente toda la tarde y mitad de la noche en otro lugar, Sasuke se dejó caer pesadamente sobre la silla de ruedas, finalmente y en mucho tiempo, realmente sentía esperanza, aferrándose a cualquier posibilidad como si pudiera solucionar cualquier problema, esta noche era como si sus ojos estuvieran abiertos ante todo cuanto viera.

—Solo unas horas, solo unas horas— murmuro el Uchiha incansablemente para sí.

El Uchiha se alejó se de la Cámara de Enlace en dirección hacia el pasillo; no quería dormir, sabía que si lo hacía soñaría con Sakura, con tenerla a su lado, mas tenía que hacerlo, de nada le serviría permanecer en vela y pensando en ella, porque mañana temprano volvería a verla, solo lo consolaba esa idea. Si Kakashi lo descubría…quizás intentaría matarlo con aun más empeño que Gaara cuando se enterase; para el clan, lo que Sakura y él habían compartido había sido poco menos que la promesa filial y definitiva de que sus vidas eran una sola, por el resto de sus vidas, un compromiso que él aceptaba totalmente y al que nunca se opondría. Sakura había sido la única constante en su vida, había estado ahí para él a cada paso y ahora él quería hacer lo mismo por ella; sabía con el tipo de presiones que había lidiado desde antes de conocerlo, había tenido que aceptar ser comprometida con Gaara, pero él la liberaría de todas esas presiones, porque ella merecía ser libre y él esperaba convertirse en el medio para que ella lo lograse. Aunque apenas y pudiera abarcar las implicaciones que tenía su unión con Sakura, no había arrepentimiento en los pensamientos de Sasuke y no necesitaba aguardar a la mañana siguiente para preguntarle a Sakura, ella pensaba igual, lo sentía; Sasuke finalmente se recostó sobre la cama con esos pensamientos, sonriendo ladinamente. Sabía que lo que había hecho era estúpido, impulsivo y probablemente iba a meterlo en más de un problema—fuera de los que ya tenía—, pero no necesitaba analizarlo; Sakura valía la pena, por ella se enfrentaría a lo que fuera que surgiera o a quien intentara interponerse entre ambos, porque ni siquiera Sasuke era capaz de dimensionar lo que haría…


La noche pasó calmadamente y sin que nada perturbara el pacifico sueño de Sakura, cuyo angelical rostro tenía una expresión dulce, completamente serena, más de lo que se le hubiera visto nunca y tenía sobradas razones para estar feliz, sonriendo de nueva cuenta al sentir lentamente los ruido que la rodeaban; el eco de las aves sobrevolando, de los animales moviéndose a los lejos, el bosque parecía estar despertando a media que ella sentía como el sol se elevaba por el cielo y los iluminaba a Sasuke y ella, pero la pelirosa se negó a abrir los ojos, queriendo fingirse dormida lo más posible. Quería que—honrando su promesa de ser lo primero que él viera al abrir los ojos—fuera el Uchiha quien la despertara…sin embargo, un repentino eco en medio de la pacifica planicie en que se encontraban la hizo abrir los ojos lo más rápido posible—aun aletargada de sueño—y observar lo que la rodeaba, sentándose y volviendo la mirada por sobre su hombro un instante antes de que el sonido se repitiera un gran brazo robótico—o eso parecía—se alargara contra el aire, envolviendo las ramas de los Árboles de Voces y destrozándola, intentando barrer con todo a su paso con movimientos bruscos. Sakura reconoció las maquinarias de los "extranjeros" en el acto, se trataba de una excavadora que por poco y la hizo retroceder a causa del miedo, decenas de recuerdos agónicamente dolorosos revoloteando en su mente y que amenazaron con paralizarla de pavor…mas, Sakura logró ignorar aquello y concentrarse enteramente en Sasuke, o en su Avatar más bien, aún sumido en la más profunda inconsciencia y hacia quien ella gateó velozmente, subiéndose a su regazo y acunando su rostro entre sus manos, zarandeándolo ligeramente, llamándolo por su nombre y tratando de despertarlo desesperadamente.

—Sasuke, Sasuke— llamó Sakura, sin conseguir que el azabache abriera los ojos. —No…Sasuke, despierta— insistió, con la voz quebrándosele de angustia. —¡Sasuke, por favor!— rogó en casi un sollozo, no sabiendo que más hacer.

Mentalmente, Sakura agradeció el momento en que la excavadora pareció replegarse, eso pareció darle algo de tiempo…pero fue solo una triste ilusión antes de que el buldócer entraba en escena, barriendo con los grandes y hermosos Árboles de Voces a mayor velocidad, haciéndola entornar los ojos de frustración y bajando del regazó del Uchiha, sujetándolo de los hombros y brazos y literalmente arrastrándolo por el suelo de la planicie, no teniendo otra forma de salvarle el pellejo, gritándole aún en espera de que reaccionara en algún momento; sentía su corazón devastado al ver como las máquinas de los "extranjeros" destrozaban los Árboles de Voces…los recuerdos de su gente se desvanecían con cada acto destructor de su parte, décadas y décadas de un obsequio que Kami había dado, y como siempre a los "extranjeros no les importaba el mal que causaban". Paralelamente y aunque no tuviera idea de lo que estaba pasando, es mañana Sasuke se había despertado más temprano que cualquiera de los habitantes del Enlace Móvil, estando literalmente sentado al interior de la Cámara de Enlace y siguiendo las instrucciones de Suigetsu quien jugaba sentado sobre su silla de ruedas, indicándole que botones oprimir y en qué orden para activar la Cámara de Enlace, deseando regresar junto a Sakura lo más pronto posible; Suigetsu tenía una sonrisa de oreja a oreja mientras veía al Uchiha, que es mañana parecía haber despertado de un humor excepcionalmente bueno, tenía la mirada lejana y estaba claro que lo último que deseaba era estar ahí, casi quiso preguntar, pero supuso que el Uchiha no se abriría tanto emocionalmente, aunque hubieran pasado casi tres meses en aquel lugar además de con Kakashi y Karin.

—¿Qué más?— preguntó Sasuke cada vez más impaciente por volver con Sakura.

—No olvides la integración de fase, el botón de en medio— contestó Suigetsu, supervisándolo con atención. —Exacto— celebró, indicándole que simplemente se recostase al interior de la Cámara de Enlace.

—Sasuke, tienes que comer algo— llamó Kakashi apareciendo en el pasillo con un plato con el desayuno del Uchiha. —No quiero obligar a comer a un inválido— casi entornó los ojos al verlo recostado al interior de la cámara de Enlace y con los sensores sobre el pecho, listo para irse y él no lo permitiría.

—Kakashi, no quiero…¡Oye!— el azabache no supo si enojarse o frustrarse cuando el Hatake oprimió el botón y apagó la Cámara de Enlace, impidiéndole irse. —Bien— gruñó quitándose los sensores del pecho y sentándose lo suficiente, recibiendo el plato del Hatake y devorando velozmente los huevos y el tocino, queriendo irse y ya.

—Eso es— celebró el Hatake, feliz de verlo comer, mas pronto dándose cuenta de su premura. —Con calma, no hay prisa— intentó sosegar un instante antes de que el azabache dejara completamente limpio su plato.

—Sí que la hay— masculló el Uchiha, cubriéndose la boca con el dorso del brazo mientras tragaba. —Listo, termine, adiós— le tendió el plato ahora vacío al Hatake y volvió a recostarse sobre la Cámara de Enlace, colocando los sensores sobre su pecho.

—¿Cuándo fue la última vez que te aseaste?— preguntó Kakashi sin poder evitarlo, examinando la ropa del Uchiha. —Apestas, soldado— como siempre su preocupación por su verdadero cuerpo y la vida que debía llevar pasaba a un plano básicamente nulo.

—No necesito una ducha— desestimó Sasuke, para nado interesado en ello y aguardando impaciente mientras el Hatake volvía a activar la Cámara de Enlace.

Kakashi nunca podría comprender realmente a ese niño, en ocasiones era un gruñón, otras veces un idiota arrogante, era desquiciante intentar lidiar con sus volubles cambios de humor, solo conocía a una persona que tenía tanto fuego en su interior como para resultar un reto al comprender su carácter y el porqué de su comportamiento; Sakura, esa niña era un sueño, poco menos que un ángel sin alas, hermosa, alegre, dulce y atenta, aunque con un carácter difícil que solo podía entenderse tras conocerla muy bien y solo si ella elegía abrirse ante esta persona; irónicamente Sasuke y ella tenían eso en común, daban una imagen desde el exterior cuando en el fondo eran muy diferentes de lo que otros podrían pensar que eran. Entornando los ojos y terminando de activar la Cámara de Enlace que se cerró con prontitud, Kakashi se despidió de Suigetsu y se dirigió a la Cámara de Enlace contigua, no sabiendo porque pero creyendo que Sasuke necesitaría apoyó y para eso estaba él; por otro lado y al interior de la Cámara de Enlace, Sasuke se relajó de inmediato, deseando estar junto a Sakura cuanto antes, diciéndose que la vería a los ojos en unos instantes y le haría saber cuánto la había extrañado, solo queriendo ver su radiante sonrisa, manteniendo él su sonrisa ladina al cerrar los ojos y dejando que su mente se dirigiera a su Avatar. Sin embargo, el escenario que Sasuke encontró al abrir los ojos lo tomó por sorpresa; primero, la luz del sol pareció cegarlo tenuemente debido a la posición en que se encontraba, pero nada lo desconcertó más que Sakura, quien parecía estar arrastrándolo por el suelo del claro en que se habían hallado, gritándole a todo pulmón que despertara, con la voz desgarrada y los ojos relucientes de lágrimas.

—¡Sasuke, ya despierta!— gritó la pelirosa, al mismo tiempo en que el Uchiha finalmente abría los ojos. —Sasuke…— sollozó desesperada, no sabiendo que hacer.

En el momento en que los ojos de Sasuke se abrieron y este reaccionó de forma prácticamente automática, Sakura simplemente se desplomó sobre la hierba, sentada frente a él y presa del miedo más irrefrenable que pudiera sentir, no se trataba solo de malos recuerdos y experiencias dolorosas buscando adueñarse de ella, sino también la devastación más profunda que una persona pudiera sentir luego de que un lugar tan importante para ella, sagrado, fuera atacado y destruido de esa forma, porque en medio de la huida que ella había intentado emprender arrastrándolo a él por el suelo del bosque, apenas y quedaba unas ramas de los ahora despedazados Árboles de Voces. Había crecido visitando los Árboles de Voces desde niña, su hermana Izumi y ella habían encontrado aquel lugar de pequeñas y era su refugió desde que la había perdido, había crecido escuchando las voces de aquellos que habían vivido antes que ella, generaciones de su familia y de su clan…temblando de angustia y sollozante, Sakura no pudo procesar ni entender cómo es que todo eso había sido destruido, ¿Cómo podía alguien sanar de una herida así? Tratando de actuar lo más rápido posible, Sasuke situó sus manos sobre los hombros de Sakura para intentar calmarla, irguiéndose velozmente y avanzando hacia donde se encontraba el buldócer, alzando la voz en un grito y levantando ambas manos en un intento por llamar la atención de quien sea que operara esas cosas, funcionaban a control remoto y con cámaras integradas—hasta donde tenía entendido—, por lo que esperaba que su actuar llamara lo suficiente la atención de alguien para avisar a Homura, quizás él reconocería los rasgos de su Avatar y pondría un alto a todo aquello.

Debía haber una forma de evitar aquello.


Hell's Gate

Relajado como siempre en su rutina de trabajo en el área burocrática o administrativa de Hell's Gate, Homura Mitokado se paseó por el lugar de trabajo de sus subordinados, no jugando al golf dentro de su espacio como de costumbre sino que únicamente supervisando la operación que se estaba llevando a cabo, sosteniendo en su mano derecha su taza de café y de la que bebió distraídamente, dirigiendo sus pasos por fin hacia uno de los operadores de los buldóceres y excavadoras que parecía tener una situación y que lo hubo llamado por su nombre. La cámara anexada al buldócer, que era operado de forma remota y a distancia, representaba una especie de planicie llena de vegetación y que sin embargo era un obstáculo más en el camino que las tropas enviadas por la RDA debían despejar, ya habiéndose cumplido el plazo de tres meses y era momento que comenzaran las operaciones de extracción de unobtanium ya que Sasuke Uchiha no había logrado nada por la vía diplomática, porque no habían existido conversaciones diplomáticas para empezar. Observando la grabación que estaba registrando el buldócer en tiempo real, los ojos de Homura se concentraron en una figura humana dentro de su rango de visión, era un hombre alto, de cabello azabache con reflejos azulados, ojos oscuros, piel blanca y con la vestimenta característica que siempre lucían los "nativos" o "salvajes" y tras quien se encontraba una joven mujer con rasgos parecidos, de largo cabello rosado, ojos verdes y que permanecía tras él, quien parecía protegerla…si, un cuadro romántico y muy bonito, pero que no consiguió ablandarle ni un poco el corazón al Mitokado y que dio otro tragó a su taza de café.

—¿Qué debo hacer, jefe?— preguntó el operador volviendo la mirada hacia su superior.

—Avanza, se moverá— contestó Homura encogiéndose de hombros despreocupadamente. —Tienen que aprender que no nos detendremos— ya habían hablado lo suficiente y ello de nada había servido; había que pasar a la acción ahora.

Ya habían intentado dialogar lo suficiente y Homura dejo claro su punto, alargando su mano para tomar el control que manipulaba el buldócer a distancia y el cual presionó hacia adelante en una silente indicación al operador, que procedió a hacer precisamente eso mientras el buldócer continuaba avanzando de acuerdo a las ordenes; no sabiendo si considerar que los segundos que había recibido habían sido de gracia o que, Sasuke se apresuró en retroceder al ver que el maldito buldócer continuaba moviéndose, volteando hacia Sakura que se levantó a su encuentro y a quien él cargó en brazo lo mejor posible, corriendo con ella hacia la espesura del bosque hasta dejarla a salvo e indicarle que se alejara lo suficiente, lo que ella no tardó en hacer. Fácilmente podrían haber dado la vuelta al ahora destruido cumulo de Árboles de Voces, pero al darse cuenta de que las maquinarias de los "extranjeros" no se detendrían, porque o no lo habían reconocido o no les importaba, Sasuke perdió la paciencia y se internó en los árboles caídos, ocultándose para trepar al buldócer, tomando una piedra en el camino y con la cual golpeó brutalmente la cámara de la maquinaria hasta hacerla añicos, desearía poder hacer más, pero por ahora no podía, y al menos sin cámaras los obligaría a detenerse por los minutos suficiente para que Sakura y él escaparan; pronto, el Uchiha se vio obligado a bajar velozmente del buldócer, de un salto cuando uno de los soldados que escoltaba las maquinarias a comenzó a dispararle tan pronto lo vio. Tan pronto aterrizó a salvo en el suelo, el inmediato impulso del azabache fue buscar a Sakura, quien a su vez se hallaba buscándolo con la mirada, en el lugar en que él la había dejado.

—¡Sasuke!— jadeó la Haruno tan pronto como lo vio, perfectamente ileso.

—¡Sakura!— correspondió el Uchiha, sosteniendo su mano contra la suya. —Ven tenemos que salir de aquí— apremió, halando de ella para apartarla del peligro.

Lo único importante en ese momento para Sasuke era apartar a Sakura del peligro y por lo que haló de su mano mientras corría para alejarla de los ahora en ruinas Árboles de Voces, ocultándose entre la espesura del bosque y ocultándose para observar lo que pasaba, con su corazón mortificado mientras escuchaba su voz emitir débiles sollozos que él alcanzaba a oír y que le rompían el corazón. Sakura realmente desearía ser más fuerte en ese momento, no débil como una frágil flor frente a Sasuke, pero le devastada el corazón ver tantas raíces arrancadas, ramas dentadas y árboles caídos cubriendo el paisaje que unas horas atrás había sido escenario de su confesión a Sasuke, de su declaración de amor por él, y que ahora era inundado por el olor antinatural del diésel y la cacofonía retumbante de los motores, las maquinarias apenas deteniéndose por un momento antes de continuar su camino de destrucción, dejando atrás solo tierra arrasada…como siempre los "extranjeros" permanecían ajenos a la insondable pérdida que provocaban con sus actos. Sasuke frunció el ceño cada vez más, estrechando su mano contra la de Sakura, deseando consolarla desesperadamente en su dolor, pero él mismo sintiendo miedo y un escalofrió recorrerle la espalda al darse cuenta de que se le había acabado el tiempo, a la RDA no le importaban las negociaciones, iban a obligar a los Konoha a abandonar su hogar…y la peor parte es que él era cómplice de toda esa destrucción sin sentido, claro que había intentado detenerlo, pero era demasiado tarde, pero ¿Por qué atacar un lugar sagrado? Sasuke se asustó ante lo que sabía vendría, levantándose de su lugar e instando a Sakura a hacer igual, indicándole que regresaran al Árbol-Madre. Necesitaban avisar al clan…


PD: Saludos queridos y queridas, prometí que actualizaría esta semana y lo cumplo, esperando como siempre poder cumplir con lo que ustedes esperan de mi, agradeciendo su apoyo y deseando siempre que mi trabajo sea de su agrado :3 Las próximas actualizaciones serán "A Través de las Estrellas", luego "Vesprada" y por último "El Rey de Konoha" :3Esta historia esta dedicada a mi queridísima amiga Ali-chan 1966 (por apoyarme y ser mi editora personal, no sé que seria de mi sin ella y por lo que le dedico esta historia como todas aquellas desde que somos amigas), a Guest (agradeciendo su apoyo y dedicándole esta historia por lo mismo), a Jeyli05, La Esposa de Castiel, Raven Nevra, Vquesada0906, jorgejonathanrs, Yara Barrios, A.L.R5, gabi2801, Isabel Vazquez y yhevelbonilla (por seguir esta historia y lo que aprecio infinitamente dedicándoles este fic como agradecimiento), y a todos quienes siguen, leen o comentan todas mis historias :3 Como siempre, besos, abrazos, bendiciones y hasta la próxima.

Personajes:

-Sasuke Uchiha como Jake Sully -Sakura Haruno como Neytiri

-Tsunade Senju como Mo'at -Dan "Katou" Haruno como Eytukan

-Ino Yamanaka como Ninat -Tenten Namiashi como Peyral

-Kakashi Hatake como Grace Augustine -Suigetsu Hozuki como Norm Spellman

-Gaara Sabaku como Tsu'tey -Karin Kanako como Trudy Chacon

-Itachi Uchiha como Tom Sully -Izumi Haruno como Sylwanin

Sueño del Cazador, Primera Vez & Ataque: El ritual del "Sueño del Cazador" es algo canon dentro del universo de Avatar, aunque forma parte del material extra o escenas eliminadas; en el material original involucraba la participación de animales venenosos, que yo sustituí en esta versión por plantas y elementos naturales, en especial la Brugmasia Arborea que es conocida por sus facultades alucinógenas, así como sus facultades medicinales y como somnífero. Para todo el contexto emocional y sexual entre Sasuke y Sakura a lo largo del capitulo, me base lo más posible en lo que implicaba el Tsaheylu en Avatar, por lo que me leí todo el material oficial y no oficial disponible, además me inspire en el material retratado por rc1512 en su historia "Jake And Neytiri" y en que podría decirse que colaboramos, pero por supuesto que también me base en todos los elementos que existen en los fics o historias de la pareja SasuSaku, principalmente en el periodo en blanco, cuando tenemos a ambos personajes con las hormonas de adolescentes más alborotadas, ya que en el momento de este fic, Sakura tiene 18 y en su Avatar Sasuke cuando mucho 19, pero en su cuerpo real 28. Por último y cerrando el capitulo, se cumplen los 3 meses que la RDA le dio como plazo limite a Sasuke y atacan sorpresivamente, en un lugar sagrado para los nativos como son los "Árboles de Voces", ocasión en que representó el dolor de Sakura por ver atacadas sus creencias y la culpa de Sasuke porque sabe que todos los secretos que ha mantenido ocultos están a punto de salir.

También les recuerdo que además de los fics ya iniciados tengo otros más en mente para iniciar más adelante en el futuro: "La Bella & La Bestia: Indra & Sanavber" (precuela de "La Bella & La Bestia"), "Sasuke: El Indomable" (una adaptación de la película "Spirit" como había prometido hacer) :3 Para los fans del universo de "El Conjuro" ya tengo el reparto de personajes para iniciar la historia "Sasori: La Marioneta", por lo que solo es cuestión de tiempo antes de que publique el prologo de esta historia. También iniciare una nueva serie de historias; la primera y—por muy infantil que suenebasada en los personajes de la Princesa Cadence y Shining Armor, así como inspirados en Diana Spencer & Carlos III, titulado "Cuento de Hadas", además de un fic inspirado en un What If de la Dinastía Romanov que aún no tiene títulos :3 cariños, besos, abrazos y hasta la próxima :3