- . My Hero Academia 180 grados. -

34. Donde Izuku hace las pruebas fisicas, Uraraka habla con Saito, Toga reflexiona sobre su encuentro con Deku, e inicia una pelea en la casa Todoroki.


Izuku estaba esforzándose al máximo para sacar todo el provecho de las herramientas de apoyo que Hatsume había diseñado. Sus dispositivos eran impresionantes, haciéndole sentir que podía superar sus limitaciones para las pruebas físicas. Eso por una parte, aunque había algo inquietante en el ambiente en ese momento. Algunos chicos a su alrededor lo miraban con curiosidad, otros con desdén; tal vez era el hecho de que solo a los quirkless y a aquellos cuyo quirks dañaban a sus portadores al usarlos, se les permitía utilizar equipos de apoyo. Además estaba el hecho de que ese tipo de soportes por lo general eran bastante costosos. Pero al final, Izuku decidió no darle mucha importancia a las miradas, dado que era un día importante, y no podía permitirse distraerse.

Jadeando después de haber corrido en la prueba de 50 metros, y frunciendo el ceño se dio cuenta de que se estaba quedando atrás en relación a los otros. Hasta ese momento, no había tenido ningún resultado sobresaliente y aunque casi podía asegurar que no era el último, tampoco alcazaba a estar sobre la media. Aún tenía muy presente que la convocatoria del examen indicaba que más de un estudiante de cada bloque podría ser descartado si no cumplía con los parámetros establecidos por el director. Pero al principio de las pruebas no se había especificado cuales eran.

Las pequeñas máquinas que les ayudaban a medir los resultados estaban alineadas a lo largo del recorrido de pruebas. Ahora se encontraba en la última prueba: el lanzamiento de distancia de una bola.

—¿Puedo patear la bola con el pie?— le preguntó Izuku al pequeño robot a su lado.

Las luces del robot parpadearon durante unos segundos antes de iluminarse en verde.

—Está permitido usar cualquier parte de su cuerpo para lanzar la bola con el fin de conseguir la mayor distancia posible— respondió el robot con un tono mecánico.

—¡Gracias!— exclamó Izuku, sintiéndose un poco más optimista mientras se preparaba para la patada.

Cerró los ojos por un momento, recordando el rostro sonriente de All Might de perfil y rodeado de un brillo dorado. Sin embargo, casi al instante, sacudió la cabeza y luego esbozó una ligera sonrisa. En vez de eso, quería enfocarse en alguien más. La imagen de Uraraka apareció en su mente, con una sonrisa sincera, luminosa como un faro en medio de la tormenta de sus pensamientos y se sintió más listo que nunca.

—¿Preparado?— preguntó el robot, mientras su visor parpadeaba.

—¡Sí!— respondió Izuku con determinación y su corazón latiendo con fuerza.

Desde una de las ventanas polarizadas, Toshinori lo observaba con atención. "Vamos, joven Midoriya. Usa el One for All" pensó con fuerza, deseándole todo el éxito en ese momento crucial.

Sin saberlo, Aizawa a sus espaldas también observaba.


20 minutos antes del examen

Saito estaba apoyado contra la ventanilla de la puerta del vagón, observando el paisaje con una expresión tranquila.

Curiosa por la calma que irradiaba, y a pesar de saber que él se había acercado a hablar de Himiko Toga, decidió romper el silencio que se había instalado de repente entre ellos

—¿Tú también te diriges a aplicar el examen de ingreso a la UA? —preguntó Uraraka, tratando de que sonar casual, aunque le seguía inquietando lo mucho que Saito se parecía a Deku.

Saito la miró por un segundo antes de contestar.

—No. En realidad mi don no sirve para ser un héroe —dijo con una sonrisa entre nerviosa y divertida—. Sería un desastre total.

—¿Un desastre? —repitió Uraraka con su curiosidad creciendo aún más.

Saito se dio una palmada en la frente, cerrando los ojos como si acabara de decir algo que no debía.

Dejo escapar un suspiro cansado antes de volverse hacia ella con una sonrisa apurada—. Ah, por favor. Si alguien te pregunta, ¿podrías decir que en realidad no tengo ningún quirk? —Saito juntó las palmas en un gesto suplicante, una sonrisa nerviosa asomando en su rostro—. Es bastante improbable que alguien se dé cuenta, pero si se enteran de mi quirk podrían impedirme trabajar y en verdad necesito el dinero para poder hacer mi sueño realidad.

Uraraka lo miró con sorpresa y entonces repitió sus palabras, esperando obtener más información—¿Para cumplir... tu sueño?

Saito asintió con una sonrisa amplia, su expresión volviendo a ser despreocupada mientras flexionaba su brazo en un gesto de entusiasmo.

—¡Sí! ¡Mi sueño es algún día jugar fútbol de manera profesiona en el extranjero! —aseguró con un brillo especial en sus ojos.

Uraraka permaneció observándolo por unos segundos, antes de desviar la mirada cuando algo inesperado llamó su atención. Varios pasajeros en el vagón comenzaron a toser. Al principio, fue un leve sonido, pero pronto se convirtió en una serie de tos más insistente, como si algo hubiera invadido el espacio. Uraraka sintió que una ola de inquietud comenzaba a extenderse entre los viajeros.

...


Noche antes del examen.

Himiko Toga estaba acostada boca arriba en su cama, mientras su mirada permanecía fija en el techo, como si las sombras del cuarto pudieran ofrecerle alguna respuesta a los pensamientos que la acosaban. Su respiración era suave, pero en su mente, las imágenes fluían como una corriente turbulenta.

El rostro de Deku, el chico con el rostro lastimado con el que se había encontrado en los baños públicos apareció en su mente y justo después apareció Saito, la primera persona de la que se había enamorado. A ese ultimo, lo recordó con el labio partido, y la sangre deslizándose lentamente por la comisura de su boca, mientras se preparaba para pelear con los chicos del equipo de fútbol de la escuela, después de una discusión que habían tenido.

Saito había arrojando el balón de lado hasta llegar sus pies. Toga parpadeó, recordando con nitidez la forma en que su corazón latía en aquella ocasión, acelerado por la mezcla de adrenalina y confusión al ver su sangre y la expresión en su rostro. Nunca entendió del todo por qué aquello la había atraído tanto, pero sabía que algo dentro de ella había cambiado para siempre tras ese incidente y que ya no lo podría seguir ocultado a pesar de los deseos de sus padres.

Se recordó a si misma después del incidente en que había atacado a Ochako, había llorando al cubrirse con las cobijas al llegar a la casa de Shigaraki, hundiéndose en ellas como si así pudiera escapar de los recuerdos. No podía negar que el encuentro con ese chico que le recordaba tanto a Saito le había afectado, abriendo esa herida en su corazón de la que todavía no había sanado. Pasó días sumida en esa angustia, perdiendo la noción del tiempo, olvidando incluso comer o vestirse. Eso hasta que Shigaraki la había encontrado cuando se habían conocido.Y entonces cuando lo había mirado a los ojos, había reconocido algo en los ojos de Shigaraki, como si también cargara con algo profundo en su corazón. Fue en esos ojos vacíos donde Himiko vio un reflejo de su propia tristeza, y en ese momento, decidió quedarse. No porque creyera que podrían llegar a entenderse, sino porque compartían esa oscuridad, ese vacío que los conectaba de una forma.

Ajeno a los pensamientos de Toga, Jin se retorcía entre las cobijas de su propia cama del otro lado de la habitación, intentando encontrar una posición cómoda para dormir, tratando las posturas más extrañas. Entonces se giró del lado de Toga, y noto que tenia la mirada clavada al techo.

—Oye, Toga—la voz de Jin rompió el silencio de repente, haciendo que ella despegara la vista del techo para mirarlo—. ¿Tú tampoco puedes dormir? Reconozco que estoy algo nervioso por lo de mañana. ¿Quieres hablar un rato? Ya hace tiempo que no me cuentas cómo te ha ido con ese chico que me dijiste que te gustaba. ¿Lograste confesarle tus sentimientos?

Toga no respondió de inmediato; sus ojos, normalmente vivaces, estaban ensombrecidos por una extraña seriedad que Jin rara vez veía en ella.

—Sí. Me confesé —murmuró, sus palabras sin mucho animo—. Fueron un total de 108 veces.

Jin, se incorporó sentandose en la cama, con las piernas cruzadas.

—¡¿Ciento ocho veces?! —exclamó con asombro—. Espera… pero... ¡No me digas que usaste la apariencia de otras chicas para hacerlo, ¿Verdad?! Porque de otro modo...¡Ya te habrían puesto una orden de restricción o algo! Pero… ¿Alguna vez te le confesaste como realmente eres?

Toga negó con la cabeza.

—¡No me digas que te da vergüenza decírselo al que te gusta de frente! —la interrumpió Jin con una sonrisa burlona.

Toga frunció el ceño.

—¡No me da pena, Jin! —respondió, ahora algo irritada.

Antes de que la conversación pudiera continuar, una voz claramente molesta, se escuchó desde la habitación contigua.

—¡Ya cállense de una vez! —gruñó alguien, golpeando la pared.

—¡Ah! Lo siento, Spinner —se disculpó rápidamente Twice, bajando la voz.

Cuando el silencio volvió a reinar en la habitación, Toga exhaló, intentando retomar el hilo de la conversación.

—No es que me dé pena… —susurró—. Solo que, poco después de conocerlo un poco más de cerca, me di cuenta de que era un caso perdido.

Jin arqueó una ceja, evidentemente confundido.

—¿Un caso perdido? —repitió—.¡Ah! ¡Como un crush! Pero si sabías desde el principio que no iba a funcionar, ¿por qué seguiste intentándolo tantas veces?

El rostro de Toga se suavizó momentáneamente, y una sonrisa traviesa apareció.

—Porque era muy divertido verlo frustrarse y me gustaba verme linda—admitió Toga.

—¿Sólo por diversión? —preguntó Jin, sorprendido.

—Utilicé las apariencias de los chicos y chicas más lindos que pude encontrar en toda la ciudad —explicó ella — Fue como ir de compras y probarse diferetes atuendos sin comprar nada. Pero al final da igual. A cada uno de ellos los rechazó de la misma manera, sin siquiera mirarlos dos veces. Aunque cada vez más molesto, nunca cambió su respuesta.

Jin frunció el ceño, pensativo —Tal vez a ese chico ya le gusta alguien más.

Toga lo había pensado. Sin embargo, cuanto más lo observaba, más se daba cuenta de que no se trataba de que estuviera interesado en alguien más.

—No —dijo, su voz volviéndose más suave.—. Simplemente no está interesado en esas cosas

En su mente, la figura de Bakugo apareció por un instante: de espaldas, su postura desafiante, los brazos cruzados, y ese ceño fruncido que parecía permanente, a excepción de esa unica vez que lo había visto sonreir. Era alguien completamente enfocado en su objetivo, inalcanzable en términos románticos, hasta donde ella alcanzaba a ver.

—Parece que lo único que le importa es convertirse en el héroe numero uno. Es un tanto genial por eso, pero no me gustaría tener que estar detrás de él toda la vida suplicando por atención.

Jin la miró de reojo, esperando alguna señal de lo que pasaría ahora, pero al no continuar la conversación, decidió preguntarle directamente:

—Entonces… ¿Vas a buscar a alguien nuevo para enfocar tu amor? —preguntó como si fuera una amiga curiosa—. Tal vez alguien mayor y más experimentado?

Toga esbozó una sonrisa.

—Tú ya me gustas, Jin… pero como un hermano mayor —aclaró con tranquilidad, sin dejar de sonreír.

—Oh… como un hermano mayor —repitió Jin, como si la idea le pareciera adecuada —Puedo serlo.

Ambos se quedaron en silencio por un momento, cada uno sumido en sus propios pensamientos.

—Saldré un momento— dijo de pronto Toga levantándose de la cama y empezando a recoger sus cosas.

—Pero el plan de mañana... Y Shigaraki...

—¡Sólo cubreme por un rato, Jin! — pidió Toga.

— ¿No quieres que te acompañe?

—No, es algo que tengo que hacer sola.

Jin dudo por un momento, pero al final asintió.

— Bueno, te cubriré, pero solo porque sería lo un hermano mayor haría. Aunque espero que no estés pensado en traicionarnos, porque sabes... ¡Que detesto a los soplones!

— No voy a denunciarlos, Jin. Sólo hay algo que me gustaría hacer antes de seguir adelante.

—Esta bien, confiare en ti. Pero quiero verte puntual para el plan de mañana.

—Si— respondió simplemente Toga antes de sair de la habitación.


Mañana el día del examen

Hawks y uno de los ayudantes de su agencia se encontraban camuflados entre las ramas de un robusto árbol, la brisa suave movía las hojas y las plumas a sus espaldas, mientras observaban la fachada de la casa Todoroki. La luz del sol se filtraba a través de los árboles, creando un juego de sombras que acentuaba la tensión del momento.

—¿Qué hacemos exactamente aquí, señor? —preguntó de pronto el ayudante, con una mezcla de inquietud y curiosidad.

Hawks sonrió despreocupadamente, su mirada aún fija en la casa.

—Solo digamos que estoy siguiendo un tipo de presentimiento —respondió, ajustando el visor de larga distancia que sostenía con una mano. Sus ojos se agudizaron al escanear el entorno—. Después de todo, suelen decir que el culpable tarde o temprano regresa a la escena del crimen, o bien, vuelve a buscar a la víctima que se le escapó.

En ese instante, la puerta delantera de la casa Todoroki se abrió y Shoto apareció, despidiéndose de su madre en el umbral.

—Voy al examen de ingreso, pero cuando regrese podemos organizar los detalles de la mudanza, si te parece bien mamá —comentó Shoto, con su voz seria pero con un trasfondo alegre mientras miraba a su madre, que permanecía en el marco de la puerta.

—Sobre eso, Shoto...— intentó decir su madre.

Sin embargo, la falsa Rei Todoroki no pudo terminar la oración. De pronto el sonido de un par de pasos corriendo a toda velocidad en la dirección a la casa llamó su atención.

—Ya están aquí— advirtió Hawks al mirar de nuevo por su visor, sintiendo una punzada de tensión en el aire. — Rayos. No esperaba que Dabi viniera personalmente. Esto podría complicarse.

Se giró hacia su ayudante y su expresión se tornó seria.

—Tú quédate al margen por ahora y pide refuerzos que sean fuertes contra quirks de fuego. Y si te es posible, también contacta a la agencia de Endeavor y avísales de la situación .

El ayudante asintió, consciente de la gravedad de la situación.

En ese momento, Twice emergió de entre los árboles, su figura oscura contrastando con la luz del día.—¡No te me escaparás, maldito fenómeno! —gritó, mientras sacaba un tubo largo de su espalda, listo para usarlo como arma.

—¡¿Quién diablos eres tú?! —cuestionó Shoto, instintivamente colocándose frente a su madre y una barrera de hielo brotó de sus pies extendiéndose como un escudo protector.

—¡Qué frío! —comentó Twice, impulsándose sobre el hielo con el tubo, realizando una especie de salto con garrocha.— Pero no es necesario que lo defiendas. 'Eso' que intentas proteger en realidad no es tu verdadera madre. Así que harías bien en simplemente hacerte a un lado, si sabes lo que te conviene

Ante sus extrañas palabras Shoto sólo pudo fruncir el ceño mientras observaba a su madre retroceder hacia el interior de la casa.

—Asi que mis sospechas no estaban del todo incorectas— decendió al suelo Hawks al lado de Todoroki.

—¡¿Qué se supone que esta ocurriendo?!—exigió saber Shoto.

—Veras... — comenzó a decir Hawks.

—¡Espera un momento! —interrumpió Twice —¡Tu eres el maldito que engañó a mi clon para traicionarnos?!— acusó Twice señalando a Hawks.

Shoto observó a Hawks, quien mantenía una mirada seria y enfocada, mientras escaneaba el terreno en todas las direcciones. Un segundo había bastado para que perdiera de vista a Dabi y esperaba que apareciera en cualquier momento, por lo que discretamente dirigió algunas de sus plumas en diferentes direcciones.

—Por favor, Shoto, entra a la casa y asegúrate de protegerla —pidió Hawks, su tono ahora era firme.

—Dime que...—Todoroki intento pedir mas explicaciones, pero fue interrumpido por otra voz.

—¿En verdad quieres dejarlos a solas conmigo? — apareció de pronto Dabi dentro de la casa y a espaldas de la falsa Rei Todoroki.

—¡Eres tu de nuevo! —gritó Shoto— ¡Maldito!

Dabi intentó sujetar a la falsa Rei del cabello, pero antes de que pudiera hacerlo, un par de plumas de Hawks volaron rápidas y precisas, guiando a la mujer hacia el árbol donde se ocultaba su ayudante.

—Vaya. Esas plumas parecen bastante molestas —dijo Dabi, avanzando amenazadoramente, su presencia era casi opresiva—. Pero supongo que dejarán de serlo si me ocupo de quemarlas todas.

De repente, Dabi lanzó una poderosa llamarada de fuego azul, creando una ola de calor que separó a Shoto y a Hawks, mientras se movían para esquivar el ataque. En la confusión, Dabi dirigió un par de ataques más hacia Hawks, quien tuvo que elevarse, cruzándose por un momento con Twice.

—¡Solo ten cuidado con tus ataques! ¡No querrás quemarme por error! ¿O sí? —cuestionó Twice,

—Despreocúpate —respondió Dabi, ahora enfocando su atención en el árbol donde se encontraba el ayudante de Hawks y lanzando otro poderoso ataque de fuego azul, sin anticipar que una imponente muralla de hielo se interpondría en su camino.

—¡Oh, claro! Por un momento me olvidé de que estabas aquí, Shoto. ¡El actual heredero de la familia Todoroki! —exclamó Dabi, su tono cargado de burla—. ¿Qué se siente? Supongo que tendré que deshacerme de ti antes de continuar.

Dabi se puso en posición de ataque, sus ojos brillando con una intensidad peligrosa—. Solo asegúrate de dar una mejor demostración que la que dio el estúpido de tu padre contra All Might.

—¡Espera! —gritó Hawks, pero antes de que pudiera avanzar para proteger a Shoto, Twice intentó golpearlo con el tubo que aún sostenía con fuerza.

—¡No te olvides de mí! —exigió Twice —¡Yo soy el que esta más molesto por toda esta situación! Dime como hiciste para engañar a mi clon!

—Vamos como si yo de verdad pudiera hacer eso— sonrió por un momento Hawks esquivado sus golpes. Sabia de antemano que mientras una persona estuviera más alterada, sus movimientos se hacian más predecibles.

—¡No tolero a quienes traicionan a las personas a su alrededor! — le gritó Twice —¡Nuestro deber es protegernos entre nosotros! Y si entre heroes y villanos nos atacamos debemos hacerlo de frente. No con sucios engaños.

—¿Asi como Shigaraki planea atacar directamente dentro de poco?— pregunto Hawks.

—¡No me haras hablar de los planes de Shigaraki!

—Entonces si estan trabajando todos juntos— dedujo Hawks.

Eso hizo rabiar más a Twice.

—¡No te soporto! ¡Tipos como tu que nacieron para ser heroes nunca entenderan a los que no tuvieron tanta suerte— le reprochó Twice.

—Déjame decirte que te equivocas— contestó con seriedad Hawks —Yo tampoco la pase bien por un tiempo pero pude superar las dificultades de mi pasado.

—¡¿Y supones que debería creerte?! ¡Manipulaste a mi clon para que nos traicionara!

Hawks dejo escapar un suspiro cansando, volteando por un momento hacia a las llamas azules.

Por favor... resiste sólo un poco, Shoto.

...


Notas de la autora.-

Listo el capitulo treinta y cuatro! Sus comentarios siempre son bienvenidos! Saludos especiales a quienes me han animado a continuar con esta historia!