Peter Pettigrew: el hombre de las dos caras
El Potterverso es de Rowling
Este fic participa en el Reto "Multifandom 5.0" del Foro "Hogwarts a través de los años"
Tabla nº6: Verbo
Prompt: Silbido
Advertencia: aparecen comentarios homófobos, aborto espontáneo y muerte de personajes principales
Peter Pettigrew había ido solo en el viaje en tren; más tarde en su vagón entrarían unas niñas también de primer año que terminarían siendo seleccionadas en Hufflepuff.
Peter tenía un único objetivo.
Él sabía que era pequeño, débil, y no podría defenderse por sí mismo. Así que, haría lo mismo que hizo en la escuela muggle a donde fue: buscar al más fuerte y hacerse su amigo, daba igual a quien tuviera que pisar por el camino.
Y eso es lo que hizo.
Tras ser seleccionado en Gryffindor se sentó al lado de un chico con cicatrices en el rostro que se presentó como Remus Lupin. La verdad es que no veía a Lupin como alguien que pudiera protegerle, más bien al revés, alguien que tenía que ser protegido.
Al llegar a su habitación, conoció a James Potter y a Sirius Black. Los otros varones Gryffindor de su año.
— ¿Vosotros sois los otros dos Gryffindor de primer año? — sonrió James. — Yo soy James Potter y él es Sirius Black. Menos mal, que hemos terminado todos en Gryffindor, la casa de los valientes y no en la casa de las sucias serpientes. — abrió los brazos para abrazarles. Sirius fue el primero en corresponder, Remus se les unió algo tímido y Peter hizo lo mismo. Si no lo hacía, podría ponerlos en su contra.
A la mañana siguiente siguió observando a los alumnos de su alrededor.
Vio que Potter y Black empezaron a hechizar a un tal Snape, que ellos bautizaron como Quejicus, pero ese tal Snape tampoco era moco de palo. El chaval sabía cómo defenderse usando hechizos que ni un alumno de séptimo curso conocía. Además, no sabía cómo, Snape se había ganado el cariño y la protección de Lucius Malfoy, un rico sangre pura y prefecto de sexto año.
¿Debía juntarse con Snape y Malfoy o seguir siendo amigo de Potter, Black y Lupin?
Si dormía en la misma habitación que Potter y Black, debía seguir manteniéndolos como amigos, si pasaba tantas horas con ellos, no debía ganarse su enemistad, por su propia seguridad.
— ¡VAMOS, JAMES! ¡SIRIUS! ¡APLASTAD A ESAS SUCIAS SERPIENTES! — gritaba Peter mientras animaba a Potter y Black, que atacaban a Snape y a otra Slytherin de su año cuyo nombre no le importaba.
Eso era algo que Peter aprendió de sus protectores abusones del colegio muggle. Les encantaba que los alabaran y creerse más listos que los demás. Y a Peter no le importaba hacer el teatrillo para contentar a sus escudos humanos.
…
Iban pasando los meses, y se dieron cuenta cada mes que Remus pasaba unos días enfermos por una enfermedad crónica que tenía. La verdad es que a él Remus le daba igual, pero James y Sirius le tenían en muy alta estima. Así que, tenía que fingir que le importaba.
— ¿Os habéis fijado que Remus siempre tiene que pasar unos días en la enfermería durante unos días al mes? — preguntó James entre curioso y preocupado.
— Sí, y que los días antes de irse siempre está muy pálido y débil. — continuó Sirius.
— Quizás tiene anemia. — aventuró a teorizar Peter.
— Pero entonces, madame Pomfrey nos dejaría entrar a la enfermería. Yo intenté entrar una vez a visitarle y no me dejó entrar. — inquirió James.
— Pero lo hiciste igual. — le sonrió Sirius.
— Con mi capa de invisibilidad. — explicó orgulloso James. — ¿Y sabéis que vi? — su cara cambió a preocupación. — tenía la espalda llena de heridas. Pomfrey lo estaba curando.
— La anemia no hace eso. Ni una enfermedad crónica. — continuó Sirius.
Cogieron un calendario para buscar un patrón en esos días.
El patrón no eran los días de la semana. Ni las semanas del mes.
Decidieron que las respuestas no estarían en un calendario normal.
Tampoco lo encontraron en un calendario solar.
Buscaron en un calendario lunar… y efectivamente, los días que Remus desaparecía coincidían con la luna llena.
Un momento.
Estaba pálido los días que se acercaba la luna llena y parecía enfermo.
Tenía cicatrices en el rostro.
Y madame Pomfrey no los dejaba entrar en la enfermería para que no vieran sus cicatrices más recientes.
Además, desaparecía en la luna llena.
Peter Pettigrew se sintió asqueado de haber estado compartiendo habitación con un licántropo durante tres meses. Iba a decirlo en voz alta, pero se contuvo. Vio que a James y Sirius no pareció importarles y que su máxima prioridad en ese momento era hablar con el licántropo y contarle que habían descubierto su secreto.
Y así lo hicieron.
Cuando Remus salió de la enfermería no tuvieron tiempo. Puesto que el chico no pasó ni por el Gran Comedor ni por su habitación, sino que entró directamente a la primera clase del día.
Sin embargo, esperaron a terminar las clases y a volver a la sala común.
— Que cansado estoy. Y todavía tengo que recuperar las clases de los días que estuve enfermo. — suspiró Remus al entrar en la habitación. De pronto, se puso serio al ver las expresiones de sus amigos. — ¿Qué ocurre?
— Remus, sabemos la verdad. — le explicó James. — Intenté entrar en la enfermería el mes pasado para verte y traerte los deberes. Pero Pomfrey no me dejó. Así que, entré con mi capa de invisibilidad. Te vi la espalda llena de heridas.
Remus palideció.
— Así que, investigamos. — prosiguió Sirius. — Primero miramos el calendario normal, pero no encontramos nada. Investigamos un calendario solar, pero tampoco. Y miramos un calendario lunar… todos los días coinciden. Sabemos que eres un hombre lobo.
Remus se llevó una mano al pecho, le costaba respirar. Finalmente, las piernas le flaquearon y cayó al suelo.
— ¡REMUS! — James y Sirius corrieron hacia él preocupados. Le quitaron la corbata y el jersey y le desabrocharon los primeros botones de la camisa para que pudiera respirar.
Peter se quedó detrás. Por la reacción de ellos dos no dejarían de lado al licántropo. Joder. Él tenía la esperanza de que lo rechazaran y echaran de Hogwarts. Pero no, si Pomfrey lo cuidaba significaba que el director permitió la estada del hombre lobo en Hogwarts.
Cuando Remus se calmó, James le dijo:
— Remus, todo va a estar bien. Seguiremos a tu lado. Todo va a estar bien.
— ¿No os importa que sea un licántropo?
— Claro que no. — le sonrió Sirius.
— ¿Verdad, Peter? — le preguntó James girándose hacía él.
— Claro que no pasa nada, Remus. — le sonrió Peter.
Eso pareció tranquilizar a Remus, quien les contó su historia.
— Greyback me mordió cuando tenía cuatro años. A partir de ahí, mis padres me encerraban en el desván en cada luna llena y mi padre ponía hechizos bloqueadores y silenciadores en la puerta para que no pudiera lastimar a nadie. Mis padres intentaron buscar una cura, pero no hay cura para la licantropía. Así que, empezamos a mudarnos de ciudad en ciudad cuando empezaban a correr rumores sobre mí. — sonrió Remus con tristeza. — Mis padres me prohibían hablar con otros niños para evitar que circularan más rumores o me fuera de la lengua al ser pequeño. No tuve muchos amigos hasta que no os conocí a vosotros.
— Todo va a estar bien, Remus. — le abrazó James. — ¿Y sabes qué? No vas a estar solo nunca más. Mirad. — sacó un libro de la mochila. — Según este libro, los licántropos atacan a los humanos, pero no lastiman a los animales ni a los animagos.
— ¿Estás diciendo que debemos convertirnos en animagos? — preguntó Sirius.
— Así es.
— ¡NO! — exclamó Remus. — ¡ES MUY PELIGROSO! ¡NINGÚN ADULTO OS DEJARÍA!
— Es que no tenía pensado que ningún adulto se enterara. — les respondió Potter muy serio.
— James, entonces te convertirías en un animago ilegal… ¡y terminarás en Azkaban si te pillan! — le exclamó.
— No, si no nos descubren. — sonrió Sirius de forma traviesa.
— ¿Tú qué piensas, Peter? Si no nos convertimos todos no vale la pena. Pero claro, debemos estar todos de acuerdo. — James quiso saber su opinión.
Peter había estado muy callado.
James y Sirius estaban muy decididos a hacerlo realidad. Pero, él no quería cruzar el límite con la ley y menos por un licántropo. Pero ahora, no podía echarse atrás. Los otros dos tenían muy claro que querían apoyarle. Y si él se echaba atrás, los pondría en su contra y ambos eran magos poderosos. No le convenía.
— No soy tan bueno en Transformaciones para convertirme en animago. — contestó Peter. Y eso era verdad. No era muy bueno realizando hechizos, por eso buscó a magos más poderosos que él para que lo protegieran.
— No te preocupes. — le animó Sirius abrazándolo por los hombros. — Te ayudamos.
Remus sonrió.
Jamás imaginó que tendría amigos y menos unos tan leales como ellos.
— Bien, ya que somos un grupo debemos crear un nombre que nos identifique. — se envalentonó James.
— Sí, pero, ¿cuál? — preguntó Sirius.
— ¿Un nombre que tenga que ver con Gryffindor? — propuso Pettigrew.
— No tiene por qué, porque eso podría referirse a cualquier otro miembro de la casa. — le contestó Remus. — Aunque McGonagall siempre dice que metemos las narices donde no nos llaman. Que somos unos fisgones.
— Bueno, fisgones no, pero Merodeadores… — aventuró James.
— Sí, Merodeadores. ¡Me gusta! — exclamó Sirius.
…..
A los catorce años, Sirius fue el primero de sus amigos en perder la virginidad con una chica de un año mayor de Ravenclaw. La relación no llegó a nada, pero fue un recuerdo bonito para ambos.
Sin embargo, a partir de ahí, Sirius empezó una larga carrera de acostarse tanto con chicos como con chicas. Era su forma de escapar de la difícil situación familiar y notar que tenía algo bajo su control, aunque solo fuera en el sexo. Porque no estaba bajo su control las expectativas familiares aumentadas por ser el heredero, lo que debía pensar y con quién debía juntarse…
Sin embargo, eso no alejó las críticas sobre su relación con hombres.
"Cómo puede Sirius acostarse con un hombre?" "Eso es de anormales" pensó Peter.
Algunos alumnos, sobre todo, hijos de muggles o de origen mestizo, soltaban palabras como "maricón", "sodomita", "te la meten por el culo" cuando él pasaba con alguno de el que en aquel momento era uno de sus ligues masculinos. También se oían críticas o preocupaciones por parte de sangre pura sobre que si se juntaba con hombres no podría perpetuar su apellido y su sangre.
— Me la pela el apellido. — respondió Sirius ante la pregunta de Hera Peverell, sobre ese tema.
Peter nunca lo expresó en voz alta porque vio que James y Remus lo llevaron con absoluta normalidad. Aunque él no estaba de acuerdo: "¿Cómo puede Sirius ser un anormal?" "¿Cómo pueden James y Remus apoyarle?" "¡¿Cómo puede follar con un hombre?!" "Que puto asco". Pero nunca lo dijo en voz alta.
James y Remus cortaron el problema de raíz un día que todos los Gryffindor esperaban en clase, Remus le rompió los dientes a un alumno que llamó "maricón" a Sirius. Entonces, James preguntó en voz alta muy serio:
— ¿Alguien quiere ser el siguiente?
…..
Lo bueno de hacer creer a todo el mundo que era medio tonto, era que Peter podía entorpecer la búsqueda de libros que le serían útiles para convertirse en animagos. Sí, seguía necesitando la ayuda de Remus, James y Sirius para pasar los exámenes y el curso. Pero una cosa era que te costaran los estudios y otra era ser idiota. Si no, no habría podido engañar a esos tres ingenuos jamás. Fingía no encontrar el libro que buscaban, cuando tenían que hacer la poción para convertirse en animagos la hacía fallar…
Mientras tanto, Peter iba intentando mostrarse más cobarde e indefenso ante James y Sirius para engrandecer sus egos y que no lo echarán del grupo por inútil, o por fingir que lo era.
Como sabía que James y Sirius odiaban a los Slytherin, James porque sí y Sirius porque le recordaban a la familia que él tanto detestaba, si no encontraba serpientes que se metieran con él, él las buscaría o se los inventaría.
Se acercó a las mazmorras y esperó. La primera serpiente que saliera, sería su agresor.
Vio que salía Bertram Aubrey, era una sucia serpiente del año del Black menor.
Le lanzó un hechizo por detrás.
Aubrey resbaló y tropezó. Se dio un fuerte golpe en la nariz.
— ¿Qué? ¿Pettigrew? — Aubrey miró a sus lados buscando a los otros tres. Normal, siempre iban juntos.
Pettigrew se exasperó. Si esa serpiente no le devolvía el golpe... Si no lo hería, la mentira no colaría.
— ¡Bombarda! — le lanzó.
— ¡Protego! — se protegió Aubrey.
— ¡Diffindo!
Unos cortes aparecieron en los brazos de Bertram, quien le lanzó un hechizo que lo hizo saltar unos metros atrás.
Peter Pettigrew se levantó cojeando. Mierda. No era lo que quería. Él le temía a la muerte y a lastimarse, por eso quería que magos fuertes lo protegieran. Pero no llegar a lastimarse a ese nivel.
Se fue a su habitación donde se encontró a James y a Sirius.
— ¡James! ¡Sirius! ¡Las serpientes! ¡Las sucias serpientes! — entró llorando.
— ¿Qué?
— ¿Quién?
— ¿Ha sido Quejicus? — preguntaron enfadados.
Peter negó con la cabeza.
— Bertram Aubrey. — contestó entre sollozos.
James y Sirius se miraron sin necesidad de hablar. Cogieron sus varitas y llevaron a Peter a la enfermería. Después fueron en búsqueda de Aubrey, le lanzaron un hechizo ilegal que le engrandó la cabeza. No les importó que los castigaran. Habían defendido a Peter, esa sucia serpiente se lo pensaría dos veces antes de meterse con él.
….
Finalmente, los tres se convirtieron en animagos. Al final, Peter estuvo satisfecho con que le tocara ser un animal pequeño. Una rata. Le sería muy útil para esconderse y espiar sin ser visto. También fue ahí cuando crearon el Mapa del Merodeador, que también le fue muy útil.
Desde que había empezado quinto año, ya se estaba planteando qué hacer. Sabía que muy posiblemente, tendría una nota baja en sus TIMO para seguir estudiando en Hogwarts. Así que, debía plantearse qué hacer una vez saliera de ahí.
Siempre se había escondido detrás de alguien más fuerte. En el colegio muggle, en Hogwarts, pero James y Sirius no eran los más fuertes fuera de Hogwarts. Lo era Quién-Tú-Sabes. Tal y como se veían las cosas, la Orden del Fénix de Dumbledore no conseguía derrotarles. Y Peter dudaba que pudieran hacerlo. Además, James, Sirius y Peter habían dado señales de querer unirse, pero Peter no estaba dispuesto a unirse al bando perdedor, ni a perder el beneplácito de Potter y Black. Así que, empezó a juntarse con Mulciber y Avery a escondidas. Ambos eran hijos de mortífagos y era un secreto a voces que se unirían también.
Mulciber era el nuevo prefecto de Slytherin de séptimo año y uno de los nuevos protectores de Snape tras la graduación de Malfoy. Mulciber quería ganarse el favor del rubio cuidando su pequeño protegido.
Mulciber, a diferencia de Potter y Black, no se dejaría embaucar con palabrería. Así que, Peter empezó a darle información que beneficiaría al otro bando. Los padres de James Potter y Marlene Mckinnon eran amigos desde hacía muchos años y los padres de Marlene eran aurores. También sabían que ambos hijos querrían unirse al cuerpo y Marlene preguntaba mucho a sus padres sobre su trabajo, Marlene se lo contaba a James y James a ellos. Y por supuesto, él a Mulciber. Y Mulciber al Señor Tenebroso.
Fue en ese tiempo que Mulciber intentó atacar a Mary MacDonald al bajar la guardia por dejarse llevar por sus impulsos de querer erradicar a los sangre sucia.
Mulciber se encontró con MacDonald un día que iba a clase e intentó lanzarle una maldición explosiva.
— Confring…
— ¡Mulciber! ¿qué haces usando un hechizo de magia oscura? ¿Quieres que te expulsen? — le gritó Hera Peverell. — Que a ti y a mí los sangre sucias nos dan igual, pero a Dumbledore no. No tienes que echar tu futuro por la borda por alguien como ella.
Eso hizo que Mulciber entrara en razón.
….
También fue ese año que Sirius atrajo a Snape a la Casa de los Gritos para que viera a Remus en su forma de lobo. Pero fue salvado por James antes de tener que lamentar su muerte. Eso sí, un par de arañazos y una estada en la enfermería se la ganó.
Ese hecho provocó la primera gran disputa entre el grupo.
— ¡¿POR QUÉ HAS MANDADO A SNAPE CON REMUS?! — le gritó James.
— ¡SIEMPRE METE LAS NARICES EN NUESTROS ASUNTOS! ¡QUERÍA DARLE UNA LECCIÓN! ¡¿AHORA TE IMPORTA SNAPE?!
— ¡SNAPE NO! ¡PERO REMUS SÍ! ¡¿SABES CÓMO SE HABRÍA SENTIDO REMUS SI HUBIERA MATADO A SNAPE! ¡¿SABES LO QUE LE HARÍA EL MINISTERIO SI DESCUBREN QUE ÉL ES UN LICÁNTROPO O QUE HA LASTIMADO A UN ALUMNO! ¡PODRÍAN EXPULSARLO! ¡O PEOR! ¡SACRIFICARLO! ¡AL MINISTERIO LE DA IGUAL LA VIDA DE LOS LICÁNTROPOS!
Esa vez sí, Sirius pareció darse cuenta de sus actos.
Pocos minutos después, Remus entró en la habitación y le dio un puñetazo en la cara.
— Pensaba que podía confiar en vosotros. Pero estaba equivocado. ¡ME HAS USADO COMO ARMA PORQUE TU ODIO HACIA SNAPE ERA MÁS IMPORTANTE QUE MI SECRETO O MI SEGURIDAD!
— Remus yo no pensé…
— Ese es el problema, Sirius, que no piensas. Y eso te traerá problemas en un futuro.
Peter estuvo quieto escuchando y debatiéndose a quién apoyar. Porque sabía que poniéndose en el lado que se pusiera, se llevaría la enemistad del otro. Y al menos la de Sirius y James no le convenía perderla.
Por suerte para él no tuvo que decidir. James, Sirius y Remus hicieron las paces y todo volvió a ser lo de siempre.
…..
Al final de los TIMO de DCAO, Sirius y James colgaron boca abajo Snape dejando al descubierto su ropa interior y le lanzaron un ataque de agua con jabón. En ese momento, Lily y Snape rompieron su amistad cuando él la llamó sangre sucia, como siempre Peter estuvo apoyando a sus amigos en sus ataques para engrandecer su ego.
Más tarde, James celebró que Lily terminara su amistad con Snape, a quien siempre había considerado un obstáculo para poder acercarse a Lily y mostrarle su amor. A Peter eso le sorprendía. Si James quería follarse a Evans, bastaba con ponerle una amortentia en su bebida y arreando. Él ya lo hubiera hecho con alguna chica, pero los otros Merodeadores desaprobaban esos métodos y él quería seguir manteniendo su fachada de chico poca cosa, inseguro y estúpido. También le ayudaba a mantener su papel que no fuera atractivo. Pero ese era otro tema.
Las amigas de Lily, Mary MacDonald, Dorcas Meadows y Marlene Mckinnon también celebraron que la amistad entre Lily y Snape terminara. Nunca les cayó bien Snape. Era un amante de las Artes Oscuras y Slytherin que se juntaba con mortífagos.
Fue ahí cuando ambos grupos empezaron a acercarse, a quedar juntos en ese verano y las relaciones entre Sirius y Marlene y James y Lily avanzaron. También se notaba que había algo entre Dorcas y Mary, pero Mary era hija de muggles y no estaba tan bien vista la homosexualidad como en el mundo mágico. Bueno, más que la homosexualidad en sí, lo que estaba mal visto en el mundo mágico era que una pareja no pudiera perpetuar su sangre. Los homosexuales no podían tenerlos por los métodos convencionales. Así que, se llevaban siglos intentando crear métodos mágicos para que esas parejas pudieran tener hijos. Lo más importante en el mundo mágico era la reproducción para evitar la extinción tanto de magos y brujas como del apellido familiar. Y para eso, se creía que solo era posible con una pareja heterosexual.
En fin, continuemos con Peter. A principios de sexto año, al final obtuvo los suficientes TIMO para seguir estudiando, se fijó en que Severus Snape, Hera Peverell, Regulus Black, Constance Lestrange, Sébastien Aubépine, Regulus Black, Barty Crouch y Evan Rosier actuaban de forma muy extraña.
Como si estuvieran ocultando algo...
Pettigrew los espió, en su forma de rata y con el Mapa del Merodeador.
También se fijó que, a partir de febrero del 1977, siempre faltaba uno de ellos en clase, pero no estaba en la sala común de Slytherin ni en ninguna otra parte del colegio porque no pudo localizarla con el mapa.
Sin embargo, antes de que Peter se diera cuenta, terminó el curso. Lo que más le llamó la atención fue que en septiembre, en su séptimo año, el ciclo se repitió.
Así que, un día decidió espiarlos en su forma de rata y vio que había una sala que no estaba guardada en el mapa.
Entró y válgame su sorpresa al ver un bebé pelirrojo durmiendo en una cuna.
Volvió a su forma humana y contempló al bebé.
"¿Qué coño estaba pasando aquí?"
Las sucias serpientes rastreras guardaban un bebé. Un bebé que también sería una serpiente. Debía evitarlo a toda costa. Cortar el problema de raíz.
En ese momento, oyó el sonido del agua cayendo.
Se giró hacia una puerta que había en esa sala.
Se convirtió en rata y salió de ahí.
Pero estuvo pendiente de quién salía el siguiente en esa sala.
Y válgame su sorpresa que fue Quejicus, la serpiente que más detestaban los Merodeadores.
Se convirtió en su forma humana y le llamó:
— Quejicus.
Snape no se giró, pero le miró por el rabillo del ojo pendiente de si iba acompañado de los otros tres imbéciles.
— He descubierto vuestro secreto. Sé que ocultáis un bebé. ¿Quiénes son sus padres? — preguntó con la voz cada vez más aguda. — ¿Son sucias serpientes? Los Slytherin deberíais extinguiros. Debemos cortar el problema de raíz. Haría un favor al mundo si lo sujetara de una pierna y lo tirara de la Torre de Astronomía. ¿No crees?
Severus abrió los ojos como platos. Había estado escuchando la perorata de la chusma pensando en sus opciones. Finalmente, vio que la única opción que había era una, aunque se jugara la expulsión.
— Obliviate. — susurró. — Olvida nuestra conversación sobre el bebé, olvida que has hablado conmigo sobre el bebé, olvida todo asunto relacionado con esto y olvida la Sala de los Menesteres y estás aquí porque vas a tu sala común.
Justo en ese momento, Lily Evans y Marlene Mckinnon habían subido al séptimo piso, querían volver a la sala común.
— Lily, mira. — le señaló Marlene. — ¿Snape se está metiendo con Peter?
Lily se los quedó mirando. La verdad es que ya no reconocía al que en anteriores años fue su mejor amigo, desde que empezó a juntándose con puristas de sangre que querían unirse a los mortífagos.
— Debemos intervenir. — respondió Lily muy segura.
Sin que ninguno de los dos se diera cuenta, Lily y Marlene lanzaron un acqua eructo que golpeó a Snape en la espalda que lo hizo tambalearse.
— ¿Qué cojones? — balbuceó él. — ¿Lily? — exclamó sorprendido.
— ¿Qué demonios le estabas haciendo a Peter, Snape? — inquirió Marlene.
— Cállate, Mckinnon. — masculló Severus.
— Responde, Snape. — le exigió Evans.
— ¿Ahora soy Snape? — le preguntó sorprendido. Era la primera vez que hablaban tras la discusión en quinto año, pero en ese momento, Lily todavía lo llamaba por su nombre.
— ¿Qué son esos gritos? — exclamó Filius, que había oído la discusión de su despacho.
— Snape se ha metido con Peter, profesor. — le explicó Lily.
— — Señor Pettigrew, ¿qué ha pasado? — preguntó el profesor.
— Yo solo quería ir a la sala común, profesor. Entonces, Snape apareció. — respondió Peter algo confundido. Sin embargo, nadie notó nada extraño. Todo el mundo lo tenía por alguien inocentón que no se enteraba de nada, aunque esta vez fuera de verdad.
— ¿Qué hacía en el séptimo piso, señor Snape? — preguntó el profesor Flitwick. — Su sala común está muy lejos de aquí. Más bien diría en dirección contraria.
Snape no respondió.
— ¡Seguro que ha venido a acosar a Lily! ¡Lleva haciéndolo desde primer año! — respondió Mckinnon.
Lily lo miró muy seria y decepcionada.
— Acompáñeme a mi despacho, señor Snape. Que sepa que tiene detención y diez puntos menos para Slytherin.
A partir de ahí, las serpientes odiaron muchísimo más a los Gryffindor, porque Severus contó todo lo sucedido. Bueno, solo contó que Pettigrew había amenazado con matar a alguien muy importante para él y que fue castigado injustamente porque sospecharon de él por ser serpiente. Sin embargo, Snape cometió el error de pensar que Potter, Black y Lupin también estuvieron relacionados. Regulus se sintió herido y todavía más traicionado al saber que su hermano había atentado contra la vida de su ahijado.
Así que, en el siguiente partido de quidditch, Sébastien Aubépine, el mejor amigo de Regulus y padre de la criatura, y él acordaron atacar lo que más quería Sirius al haber intentado atacar a quién más amaba Regulus. Sébasten también odiaba a los Gryffindor. Al fin y al cabo, habían amenazado con matar a su bebé, a su hijo. Y Los demás imbéciles siempre se metían con los miembros de su casa.
Sébastien se zafó con Mckinnon en el campo de quidditch, lanzándole bludgers y ella siendo defendida por Sirius y el otro golpeador de Gryffindor. Pero, finalmente, Sébastien y Waldemar Wilkes consiguieron su objetivo de darle a Marlene Mckinnon y mandarla en la enfermería, donde estuvo una buena temporada.
El ciclo de odio entre Gryffindor y Slytherin aumentó.
….
Esas mismas vacaciones de Navidad, James iría a casa de Lily a conocer a los señores Evans como su pareja. Lily también habló con sus padres y permitieron que un fin de semana Sirius, Remus y Peter podrían quedarse a dormir.
Sirius se debatió entre cumplir la promesa que le hizo a James de acompañarle o quedarse a hacer compañía a Marlene en la enfermería.
— Ve, Sirius. James te necesita. Conocer a los suegros siempre es duro y con la horrible hermana que tiene Lily... — le pidió Marlene. — Además, se lo prometiste y romper una promesa es lo peor que puede hacer alguien sin un buen motivo. Tranquilo, mis padres, mis tíos y mis sobrinos vendrán a verme.
Y así hizo.
Cada Merodeador se fue a su casa y James se preparó para su cena en solitario con los Potter.
— Estás sensacional, Cornamenta. Causarás sensación. — le animó Sirius.
— Suerte, hijo. — Fleamont le apretó el hombro.
— Pasadlo bien. — sonrió Euphemia.
James asintió y se dirigió a la red flu.
Ahora que Lily ya era mayor de edad podía tener la red flu activada en su casa.
Cuando llegó a casa se encontró a los señores Evans bastante serios.
— Así que, usted es el famoso Jame Potter. — se presentó John Evans serio.
— ¿No tenías otro chico al que elegir, Lily? — le preguntó la señora Evans a su hija entre dientes.
— Mamá, por favor, tengamos la fiesta en paz. Con Petunia ya tengo bastante. Quiero vuestro apoyo. — le suplicó Lily entre dientes.
Que raro. Las amigas de Lily habían descrito a los señores Evans como personas muy amables. ¿Qué estaba pasando?
Petunia también bajó, igual de seria que sus padres. Pero con una mano en la cabeza, como si estuviera mareada.
— Mis padres se dedicaban a crear pociones. Ahora ya están retirados porque son demasiado mayores. Pero lograron amasar una gran fortuna. — explicó James algo tenso.
— Entonces, espero que la casa de un humilde mecánico y una humilde maestra de música no sean demasiado poco para usted, señor Potter. — respondió John Evans.
— No, señor. Mis padres me enseñaron a ser humilde. — rebatió James tenso. — Jamás rechazaría a su hija por ser de origen humilde.
— James, ¿has dicho que tus padres te tuvieron demasiado mayores? — Violet Evans decidió cambiar de tema. — ¿Tienes hermanos?
— Bueno, soy hijo único. Mis padres intentaron tener hijos durante muchos años, pero no lo consiguieron hasta muchos años después de lo que es una edad adecuada para un mago. Por eso, solo me tuvieron a mí. Pero desde hace algunos años, Sirius vive con nosotros. Es mi hermano en todo menos en apellido en sangre y apellido.
John y Violet se miraron.
Ahora todo estaba claro. James era un niño rico, hijo único y que sus padres tuvieron demasiado tarde, por eso lo mimaron mucho. Y por eso, se creyó capaz de hacer cualquier cosa con los demás, principalmente con Severus Snape, su hijo en todo, pero no de sangre y apellido, o en molestar a su hija para conseguir su objetivo, una cita, sin tener en cuenta su opinión.
Por eso no soportaban al que ahora era su yerno. Por mucho que Lily les jurara que había cambiado, ellos no se lo creían ni podían perdonarle como trató a sus dos hijos magos en el pasado.
Sin embargo, fueron permisivos al aceptar esa cena con él y días más tarde con sus amigos.
Pero no pensaban ser amables con él.
— ¿Qué planes tiene para su futuro, señor Potter? — preguntó Fleamont.
— Quiero ser auror.
— Me sorprende que no siga el mismo camino que sus padres.
— Soy un hombre de acción, señor Evans. Y nunca se me han dado demasiado bien las pociones. Creo que la profesión de auror encaja demasiado bien en mí. Mis padres lo saben y me apoyan.
— Lily también quiere ser auror. — susurró la señora Evans preocupada por su hija. — Espero que tengáis cuidado.
Aunque Violet estuviera preocupada por su hija, y por ende por James ya que empatizaba con su madre ante la posible idea de que mataran a sus hijos en acto de servicio, seguía sin mostrar simpatía por él.
Petunia estuvo toda la comida en silencio ignorándole con una mano en la cabeza.
…
Más tarde, en esa misma noche, James les explicó a su familia como había ido.
— La comida ha sido muy tensa. Pienso que no les caigo bien a los padres de Lily. — explicó James algo triste.
— Que raro, Marlene y las chicas siempre los describieron muy simpáticos. Pero ahora se parecen más a la hermana de Lily. — susurró Sirius.
— Dales tiempo, James. Solo ha sido la primera cena. Piensa que para un padre es difícil que un chico quiera salir con su hija. — le animó Fleamont.
— A medida que te conozcan, te tomarán cariño. — sonrió Euphemia.
— No lo sé. Parecía que su aversión hacia mí era personal. — susurró James triste. Había seguido todos los consejos que le dio su padre para agradar a sus suegros. Pero no habían funcionado.
— Tienes otra oportunidad en la cena con Peter, Remus y conmigo. — le recordó Sirius.
…..
Esa cena también fue tensa.
— Encantado señor y señora Evans, soy Sirius Black. — se presentó Sirius inclinando la cabeza hacia ambos señores. — Señorita Evans. — Sirius inclinó la cabeza en dirección a Petunia, le caía como el culo, pero quería ser cortés. — Pelirroja. — saludó a Lily.
— Un placer conocerle, señor Black. — le contestó el señor Evans con un tono de voz que no reflejaba sus palabras. — Hemos oído hablar muchas cosas de usted y ninguna buena. Lo mismo de ustedes, señor Lupin y señor Pettigrew. — se dirigió a ellos antes de que los otros dos chicos pudieran presentarse.
Se sentaron en la mesa y empezaron a comer.
— James ya nos ha contado que quería ser auror. ¿A qué queréis dedicaros vosotros después de Hogwarts? — preguntó Violet cuando se sentaron.
— Yo también quiero ser auror. — respondió Sirius.
— Yo… todavía no lo he pensado…. — contestó Peter con voz temblorosa.
— Yo tampoco lo sé. — respondió Remus. Sí que lo sabía, quería ser profesor. Pero dudaba que fuera aceptado en el mundo mágico por ser licántropo.
— Sois jóvenes. Todavía tenéis tiempo de decidirlo. — respondió la señora Evans.
Todos comieron en silencio. Solo roto por los tres Merodeadores intentando alabar a James para ayudarlo a agradar a sus suegros.
— ¿Saben que James es muy bueno en quidditch? Es muy buen cazador y ha marcado muchas quaffles en los aros haciéndonos ganar muchos partidos. — comentó Sirius.
— ¿Intenta decir que mi hija menor es una pelota a la que hay que atrapar, señor Black? — preguntó John Evans.
— No, señor.
— James es premio anual junto a su hija. — Remus quiso enmendar el error de su amigo. — Es el chico con más responsabilidad, junto a su hija, del colegio. Es un ejemplo para los estudiantes más jóvenes.
— Un ejemplo para el resto de estudiantes no es lo que hemos oído los últimos años, señor Lupin. Además, podemos estar en desacuerdo con las decisiones del director. Los cambios se demuestran con acciones no con palabras vacías. — zanjó el tema la señora Evans.
— Pero ya no se mete con los Slytherin… — susurró Peter.
— Para empezar, no tendría que haberse metido con esos pobres chiquillos. — le rebatió la señora Evans.
Petunia rio. Era el único ruido que había hecho durante la cena.
Lily suspiró. Por mucho que ella y Snape hubieran roto su amistad, sus padres seguían apreciándole y queriéndole como un hijo y nunca podrían perdonarles a los Merodeadores por lo sucedido y por qué ella también les explicó cómo él insistía tanto en pedirle una cita hasta el cansancio.
Quizás debería haberles explicado que Snape empezó a juntarse con malas compañías, pero, entonces tendría que explicarles en qué consistía la pureza de la sangre y tenía miedo de que no la dejaran volver a Hogwarts o ser auror o entrar en la Orden del Fénix.
Sirius quiso rebatir que los Slytherin no eran unos "pobres chiquillo" eran unas sucias serpientes aspirantes a mortífagos. Pero James le lanzó una mirada que significaba "ni se te ocurra".
Más tarde, en su habitación, los chicos hablaron de lo sucedido.
— Pues sí que lo vas a tener crudo, Cornamenta. — bufó Sirius al sentarse al suelo.
— ¿Qué les has hecho para empezar con tal mal pie? — preguntó Remus.
— Ese es el problema, ¡que no lo sé! — respondió James preocupado. — No conocí a la familia de Lily hasta hoy. No sé qué hacer. — resopló abatido.
— Bueno, es solo la segunda cena. Todavía hay mucho tiempo. Y aunque, tus suegros no les caigas bien, no tienes que relacionarte con ellos… solo ir Lily a su casa cuando quiera visitarles y ya está. — le consoló Remus.
Peter estuvo callada durante toda la conversación.
— A ver, he madurado, ¿no? — preguntó James. — He dejado de meterme con las sucias serpientes.
— Menos con Snape. — le rebatió Remus.
— Bueno, Snape es un caso especial. Menos mal que Lily no se entera. — sonrió James.
— Y nosotros te cubriremos, Cornamenta. — Sirius le pasó una mano por el hombro.
Remus estuvo serio. No aprobaba esos tratos hacia Snape, pero no quería que sus amigos se enfadaran con él.
— Voy un momento al baño. — Peter se levantó y se fue.
Había un baño en la planta baja y otro en el primer piso.
De pronto, vio algo que le sorprendió.
La hermana de Lily.
Parecía enferma y tenía una mano en la cabeza, como si le doliera.
Como a nadie le caía bien esta chica, decidió hacerles un favor a Lily y a James para que los señores Evans dejaran de criticar al Gryffindor y ganarse el favor de los mortífagos.
Se convirtió en rata y corrió detrás de ella.
Volvió a su forma humana y tras soltar una risita y un pequeño silbido, la empujó mientras bajaba las escaleras.
…..
Petunia sabia que su hermana pediría quedarse a solas con sus padres para hablar de sus malas palabras hacia Potter durante la cena.
La verdad es que, a ella su cuñado del grupo bichos raros le daba igual, al igual que sus amigotes.
Pero llegaba tres meses encontrándose mal y sintiéndose mareada.
¿Qué le pasaba?
Decidió bajar a ver a sus padres y decirles que volvía a sentirse mareada.
En ese momento, oyó un silbido y una risita.
Antes de que se diera cuenta, estaba cayendo por las escaleras.
Todo sucedió muy rápido.
Se oyeron pasos correr hacia ella.
Los señores Evans y su hija menor mirando a Petunia con cara de preocupación. Violet empezó a llorar, Lily llamó a una ambulancia.
— Peter, tú has ido al baño, ¿has visto qué ha pasado? — preguntó James con la cara completamente pálida de la preocupación.
Pettigrew vio que su ataque no había resultado como esperaba. Así que, disimuló.
— No lo sé. Yo solo he ido al baño. He visto que Petunia parecía mareada.
Pronto empezó a salir sangre de los bajos de la chica muggle.
— ¿Qué está pasando? — preguntó Violet sollozando.
Los médicos lo aclararon poco después.
Petunia había sufrido un aborto espontáneo a causa de la caída.
Los mareos que sufrió eran a causa del embarazo. Igual que su madre cuando estuvo embarazada de ambas.
— Oí una risa y un silbido. Después noté unas manos en la espalda. Me empujaron. — explicó Petunia.
— Pero arriba solo estaban James y sus amigos, Tuney. No pudieron haber sido ellos. — rebatió ella.
— Yo sé lo que oí y noté.
— Pero todo ocurrió muy rápido. ¿No te estás dejando llevar por tu odio a los magos? — preguntó Lily con cautela.
— ¡YO SÉ LO QUE OÍ Y NOTÉ! — gritó Petunia.
— Pero tú tampoco debiste acercarte a las escaleras estando mareada. — la regañó Lily.
— No es la primera vez que lo hago. Si hubiera sabido que estaba embarazada, no lo habría hecho. — se defendió Petunia.
— ¿Pero no te vino la regla?
— Se lo comenté al médico y me dijo que eso eran escapes.
— Lo importante ahora es que descanses, cariño. Menos mal que estás bien. — la acarició Violet.
— ¿Tú tampoco me crees, mamá? — preguntó Petunia abatida.
— Claro que sí. — Violet dudaba de a qué hija creer. No le caían bien su yerno ni sus amigos por todo lo que le habían hecho a Severus, pero tampoco los imaginaba provocando una caída que podía causar la muerte y también conocía el odio de su hija mayor hacia las personas del mismo mundo que su hija pequeña. Quizás, si hubiera sabido que Sirius Black intentó matar a Severus usando a su amigo licántropo como arma, cambiaría de opinión.
Todos abandonaron la habitación.
Petunia se quedó varias semanas en el hospital. Tenía un brazo y una pierna rotos y algunos de sus dedos quedaron en una posición que le impedirían convertirse en una pianista profesional.
Habían frustrado su sueño.
Al menos, Peter logró su objetivo. Conseguir más beneplácito de Mulciber como futuro mortífago implacable y espía sigiloso y que los señores Evans dejaran de centrarse en James criticándolo.
Petunia mantuvo durante toda su vida la versión de que la empujaron.
Pero nunca la creyeron.
…
— Todos tenemos claro que nos uniremos a la Orden del Fénix. — comentó James cuando a Marlene le dieron el alta.
— Sí. — respondieron todos.
Marlene se había recuperado completamente desde su salida de la enfermería. Sin embargo, decidió retirarse del equipo de quidditch.
— Tenemos que luchar por un mundo mejor. — aseguró Mary.
— Y la única forma de hacerlo es luchar contra los mortífagos. — aseguró Lily. James le pasó la mano por la espalda a su novia.
— Así es. La mitad del grupo somos mestizos o hijos de muggles y estamos en peligro. — comentó Peter con voz tímida.
— ¡Así se habla, Peter! — Sirius le pasó la mano por la espalda.
Esa misma noche, cuando todo el mundo dormía, Peter escribió una carta:
Mulciber,
JP, SB, RL, LE, MM, DM Y MM planean unirse al grupo del pollo en llamas. 7/8 de los leones de séptimo.
Se convirtió en su forma de rata y con la carta en la boca se dirigió a la lechucería donde mandó la carta al ahora mortífago Xylon Mulciber.
Esa era la misión de Peter en Hogwarts. Averiguar posibles personas que tuvieran intenciones de unirse a la Orden del Fénix después de su graduación y decírselo a Mulciber.
…..
En vacaciones de Pascua, los señores Potter propusieron hacer una merienda invitando a los Evans. Querían que ellos limaran asperezas con su hijo, o al menos, hablar con ellos sobre la causa del posible odio hacia James.
Pero los consuegros nunca llegaron a conocerse.
Los señores Evans murieron en un ataque de los mortífagos en la autopista. Desde que Petunia tuvo su accidente, tenía pánico a todo lo relacionado con el mundo mágico. Así que, tuvieron que desactivar la red flu.
Petunia no se vio afectada porque no fue a la merienda poniendo como excusa su brazo y su pierna rota. La verdad es que no quería ver a esos magos a los que creía culpables de su accidente. Lily ya los esperaba en Potter Manor.
Tanto Marlene, como Dorcas, como Mary, como Sirius, como Remus se volcaron en consolar a Lily.
James no se separó de su lado.
A partir de ese momento, Fleamont y Euphemia la trataron como una hija y estuvieron como ella en todo momento.
Peter no entendió porque todos lloraban la muerte de los señores Evans si habían tratado mal a James. Él no lo lamentaba, aunque no estuvo informado del ataque ni tuvo nada que ver.
…..
Los meses fueron pasando y todos se graduaron, Peter incluido.
Días antes de salir en el Expreso de Hogwarts, a Peter le llegó una carta.
Siéntate en los últimos vagones.
M
Se fijó en que los Slytherin que tenían pensado unirse a los mortífagos, Severus Snape, Evan Rosier, Waldemar Wilkes, Barty Crouch jr., Regulus Black o eran familiares de uno, como Hera Peverell, Constance Lestrange o Madeleine Borgin o eran puristas de sangre, como Sébastien Aubépine, subieron a los vagones de atrás. Otros Slytherin los imitaron como Septima Vector, Aurora Sinistra, Ethan Calloway y Bertram Aubrey fueron con ellos. Mejor estar cerca de los futuros mortífagos, estarían más seguros, que lejos de ellos.
Peter se dirigió al último vagón. Los Merodeadores siempre iban a uno de los vagones de en medio. Pero esta vez, haría una excepción.
— Ah, estás ahí, Peter. — Sirius se asomó en el vagón en el que estaba. — ¿Por qué no has ido a nuestro vagón?
— Estaba ocupado y quería ver que se sentía al estar en uno de los vagones finales. — respondió dudoso.
— Bueno, no es mala idea. — James se encogió de hombros y entró. — Estaremos muy cerca de las asquerosas serpientes, pero no pasa nada. Después nos duchamos y nos quitamos todo el pestazo a mortífago.
— Yo iré más tarde. Tengo que hablar con una amiga de Ravenclaw sobre las pruebas en la Academia de Medimagia. Hemos quedado en los primeros vagones. — se despidió Mary y se fue. Peter no se lo impidió.
Estaban un poco estrechos en el vagón, pero consiguieron caber todos.
…..
— Chicos, Remus y yo deberíamos ir a hacer la ronda. — informó Lily mirando la hora.
— Pero es raro. En los vagones de detrás, los Slytherin, hay cuatro prefectos. Y no han salido. — le respondió Remus.
— Tengo un mal presentimiento. — susurró James.
— Yo también. — respondió Lily. — Recibí una nota anónima diciendo que me sentara en los últimos vagones, pero no sé por qué.
Y efectivamente, en ese momento apareció humo negro en el aire, que pronto se convirtió en magos con túnicas negras y máscaras blancas.
Pronto, empezaron a verse rayos verdes y a oírse explosiones. Curiosamente, ninguna dirigida a los últimos vagones.
— ¡MARY! ¡MARY ESTÁ EN LOS VAGONES QUE ESTÁN ATACANDO! — chilló Dorcas con lágrimas en los ojos.
— ¡MIERDA!
Tenían que llegar hasta Mary y también rescatar a los niños de años inferiores.
Minutos después, llegaron los miembros de la Orden del Fénix y el propio Dumbledore a defender a los alumnos.
La puerta de su vagón se abrió y todos apuntaron con sus varitas ahí.
Un pelirrojo entró con la varita, pero levantó las manos.
— Fabian Prewett, miembro de la Orden del Fénix, Dumbledore me ha ordenado sacaros de aquí.
— ¡No podemos! ¡Nuestra amiga Mary está en los primeros vagones! — exclamó Lily.
— Otros miembros de la Orden están rescatando a los estudiantes de esos vagones. Vamos. Nos desapareceremos a otro sitio más seguro.
— No, ¡Marlene no puede desaparecerse! — exclamó Sirius muy serio.
— ¿Por qué? — le preguntó James sorprendido.
— ¡AAAAAAAAHHHHHHHH! — exclamó Marlene agarrándose el vientre y acuclillándose mientras un líquido salía de sus piernas.
…
Alphard Black, Fleamont y Euphemia Potter estaban esperando en San Mungo junto a James, Peter, Remus, Lily y Dorcas.
— Los padres de Marlene son aurores y llegarán enseguida. Están en el Expreso de Hogwarts ahora mismo intentando sacar pistas que les ayuden a descubrir las identidades de los motífagos y de los fallecidos. — explicó Euphemia.
En ese momento, entraron los padres de Remus, Peter y Dorcas a ver si sus hijos estaban a salvo. Todos se abrazaron esperanzados.
— ¿Tu hermana dónde está, Lily? Para decirle que estás a salvo. — le preguntó Fleamont. Los padres de Lily habían fallecido tres meses antes.
— Ha vuelto a su casa de Londres. Pero no sé su dirección. Nos distanciamos. — explicó ella.
— Aun así, hay que decirle que te atacaron los mortífagos. ¿Sabe lo que son?
— No, nunca quise decírselo. Tenía miedo de que no me dejaran ir a Hogwarts.
— Pues deberías decírselo. Los mortífagos atacan a los muggles. — respondió Euphemia. — Es mejor que le pongas hechizos protectores donde vive.
En ese momento, salió Sirius y se dirigió hacia ellos. Euphemia lo abrazó.
— Es un niño. Se llamará Knut Fleamont Black. — anunció.
— Gracias por ponerle mi nombre.
— Eres como un padre para mí. — le respondió fingiendo indiferencia encogiéndose de hombros. — Marlene y yo llevamos tiempo decidiendo quién queremos que sea el padrino. ¿James, Evans?
— Me encantaría, Black. Pero, vamos a unirnos a la Orden del Fénix y ya vemos que la vida es como un suspiro. Knut necesita a alguien cuya vida no esté en riesgo. Vosotros también queréis uniros. Knut no puede perder a sus padres y padrinos en la guerra. — rechazó Lily.
— Me encantaría ser el padrino de tu hijo mayor, Canuto, pero Lily tiene razón.
— Remus también va a unirse a la Orden del Fénix… — susurró Sirius.
— Y nosotros somos demasiado mayores. — sonrió Euphemia. — Knut necesita un padrino joven y Fleamont y yo no lo somos.
— ¿Tío Alphard?
— Me encantaría, Sirius. Pero soy un bala perdida y Knut necesita a alguien responsable. — respondió él. — Además yo también colaboro con la Orden. Mi vida también está en riesgo y la squib que tengo contratada para hacerme las tareas del hogar no podrá proteger a Knut de mi piso en Londres.
— ¿Ted o Andromeda? Ellos no forman parte de la Orden y tienen su casa protegida con un fidelius. — reflexionó Sirius.
— Pregúntale. Aceptará.
En ese momento, entró David Mckinnon, un primo de Marlene que también era auror, como el resto de su familia.
— ¿Marlene está bien?
— Sí, está con Knut. — respondió James.
— ¿Quién es ese?
— Nuestro hijo.
— ¿Cómo que nuestro hijo? — le preguntó mirando mal a Sirius.
— Lo que me sorprende es, ¿por qué a Marlene no se le notó el embarazo? — preguntó Dorcas.
— Se llama embarazo críptico. Es cuando una embarazada no sabe que lo está. Nosotros lo supimos después de que los Slytherin la atacaron en el partido de quidditch y Marlene ya llevaba cinco meses de preñada. — explicó Sirius con la mirada de David pegada en el cogote. — Pero el bebé estaba puesto en vertical y pegado a la columna lo que hizo que su barriga no creciera. Madame Pomfrey se ofreció a ponerlo en una posición más normal, pero Marlene se negó. No quería llamar la atención cuando le creciera la barriga y tenía miedo de que los Slytherin la atacaran de nuevo. Por eso no lo dijimos. — se disculpó.
— Bien, pero, no lo vuelvas a hacer. — le regañó James.
— No. Este será el último.
— Pero, Marlene tuvo la regla. Nosotras la vimos. — dijo Lily.
— Tuvo escapes, pero no era la regla. Tampoco tuvo muchos síntomas de embarazo como vómito y otra de esas mierdas.
En ese momento, llegaron los padres de Marlene y la profesora McGonagall.
Caspian y Elizabeth Mckinnon corrieron a la habitación de su hija. Pero el señor Mckinnon tuvo tiempo de echarle una mala cara a Sirius.
Minerva les dijo muy apenada.
— Gideon Prewett, el hermano gemelo de Fabian y miembro de la Orden del Fénix, ha encontrado el cuerpo sin vida de Mary MacDonald en un vagón del Expreso de Hogwarts. Ya hemos informado a la familia. Lo siento mucho, chicos.
Todos se pusieron a llorar. Los padres abrazaron más fuerte a sus hijos. Todos estaban en shock por la muerte de su amiga
….
Mientras se iban de la enfermería, Marlene se quedaría unos días más con Knut en el hospital en observación, Peter le preguntó a Alphard.
— Señor Black, pensaba que usted vivía en una casa con jardín en las afueras de Londres.
— Y así es, pero dejé esa casa para Sirius, quien ahora la necesitará. Yo me fui a vivir a un apartamento en Kensington.
…..
Después de enterrar a Mary MacDonald, los Merodeadores y las chicas se unieron a la Orden del Fénix y Peter también a los mortífagos.
— Peter, tu única misión es conseguirme los nombres de los miembros de la Orden del Fénix y donde viven. — le pidió Voldemort tras marcarlo.
— A sus órdenes, mi Señor. Sé dónde vive Alphard Black, colaborador de la Orden.
— Magnífico, Peter. Siempre tan útil. Bellatrix estará contenta. Quiere borrar de la faz de la tierra a todos los miembros de su familia que tacharon del tapiz.
…..
Bellatrix iba caminando por las calles de Kensington matando a todo muggle con el que se cruzaba con un único objetivo.
Finalmente, vio a su tío en la entrada de un edificio de lujo.
— Tío.
— Bellatrix. ¿Todo bien? ¿Qué tal va tu matrimonio con Rodolphus?
— Bien, nos entendemos bien. Leemos libros de Artes Oscuras y en la cama también nos va bien.
— No sé si quiero saber lo que ocurre ahí, querida sobrina. Me imagino que también os entendéis en odiar a los muggles. ¿Cissy también está bien? ¿Y Regulus?
— Ambos están bien, te echan de menos. Cissy ha tenido varios abortos y Regulus se casa a finales de este mes.
— Lo siento. Andromeda y Sirius me necesitaban.
— Nosotros también.
— Y siempre me tendréis ahí para vosotros si me necesitáis. Para mí no hay ninguna diferencia entre Sirius, Andromeda y vosotros.
— Sí que la hay, tío. Nosotros seguimos a la familia Black y, por lo tanto, no podemos juntarnos con alguien que ha sido tachado del tapiz familiar. Mientras vivas, serás una vergüenza para nosotros.
Alphard sacó su varita, listo para defenderse. No le gustaba nada el rumbo que tomaba la conversación.
— Crucio. — lanzó Bella. Alphard lo desvió. — ¡Crucio! ¡Crucio!
Alphard era un gran duelista e iba esquivando los ataques sin despeinarse.
— No es nada personal, tío. Siempre fuiste mi favorito. El de todos. Por eso tu traición nos dolió más.
— Yo no he traicionado a nadie. Siempre apoyaré a todos mis sobrinos. Tú también.
Bellatrix estaba acostumbrada a luchar, pero si llegaba la Orden, estaba ella sola y no quería arriesgarse a terminar en Azkaban. Lanzó un hechizo a uno de los pisos del edificio donde vivía Alphard.
Su tío se distrajo viendo las consecuencias del incendio que había provocado su sobrina.
— Avada kedavra. — dijo Bellatrix. La maldición impactó de lleno en el pecho de Alphard Black.
…
Peter tenía un permiso expreso del Señor Tenebroso para no aparecerse si lo llamaban en caso de que hubiera reunión con la Orden del Fénix. Era esencial para él que Pettigrew pareciera un miembro leal a Dumbledore.
Sin embargo, Pettigrew aparecía a las otras llamadas del Señor Tenebroso. Con sus consecuentes ataques.
Uno de ellos fue en el Callejón Diagon a una tienda de peúcos de bebé. Avery, Mulciber, Wilkes y él echaron el edificio encima de toda la gente que estaba dentro. Una de las víctimas fue el mejor amigo de Regulus Black, Sébastien Aubépine. Aunque ahora no lo recordara, Pettigrew quiso matar a su hijo meses antes y ahora logró matar a su padre sin quererlo ni pretenderlo.
…
Antonin Dolohov era otro espía de Voldemort en el Ministerio. Fue allí que conoció a Gideon y Fabian Prewett, quienes también trabajaban allí. Pronto se hicieron amigos y Gideon no tardó en despertar sentimientos por el hombre de origen eslavo. Lástima que no sabían que ya se habían batido en duelo a muerte muchas veces. Si la Orden del Fénix no fuera a cara descubierta, serían más difíciles de localizar, a diferencia de los mortífagos, que iban con máscara.
— Me gustaría ir a tomar algo a vuestra casa.
— Nos encantaría, pero no podemos. — respondió Fabian.
— Es peligroso. — continuó hablando Gideon. — Los mortífagos podrían atacar en cualquier momento y no queremos poner en peligro a los nuestros.
— ¿Pero estáis a salvo? — preguntó con falsa preocupación.
— Oh, sí.
— Vivimos en una casa protegida por fidelius.
— No tienes que preocuparte por nosotros. — le sonrió Gideon.
Dolohov le pidió a Peter que espiara a los gemelos.
Los mortífagos trabajaban en pequeños grupos, al igual que la Orden. Pero a diferencia de la Orden, que eran llamados por Dumbledore en las reuniones y todos se conocían, los mortífagos al llevar máscara, no conocían las identidades de los otros y más si eran espías, como el propio Peter. Solo el Señor Tenebroso y mortífagos de la Primera Generación conocían su identidad. U otros espías, como Dolohov.
Cuando terminó una reunión de la Orden, Peter se convirtió en rata, se agarró a la capa de Fabian y se apareció a las afueras de una casa cercana a un bosque. Allí vivían con los suegros de su hermana. Ya eran mayores y querían protegerles.
Peter no tardó en comunicar a Dolohov sus avances. Lástima que, en la misión también fue Bellatrix y no pudo aguantarse en lanzarle el primer avada kedavra a Cedrella Weasley en cuanto la vio llegar con la compra. Antes de que, todo el mundo pudiera reaccionar, Rodolphus Lestrange lanzó la maldición asesina a Septimus Weasley. Fabian y Gideon se lanzaron al combate. Pero antes de que los mortífagos pudieran responder, su amo los llamó.
Fabian y Gideon cambiaron de casa y salvaron la vida por unos pocos años más.
…..
— Sirius, ¿dónde está Knut? — preguntó Peter curioso.
— A salvo, viviendo con mi prima Andromeda, su madrina. — respondió Sirius.
— Es duro no poder verle tanto como querríamos, pero es esencial por su propio bien. — explicó Marlene.
— Sí, pero, ¿dónde viven? — insistió Peter.
— Peter, confío en ti, pero no en la suerte. ¿Y si alguien nos escucha y los ataca? — tajó Sirius la conversación de raíz. — Están a salvo. Viven bajo el fidelius y Ted es el guardián.
Sin saberlo, Sirius acababa de salvar la vida de su prima, de su marido, la pequeña Nymphadora y el bebé Knut.
…
En una de las mayores feroces batallas de la Orden del Fénix, Peter fue llamado antes por Dumbledore. Así que, Peter acudió a la llamada de su antiguo director. Pero eso no significó que no ayudara a su verdadero bando.
Vio a uno de los gemelos Prewett lanzarle a un hechizo cortante a un mortífago que lo obligó a retirarse de la batalla cuando empezó a desangrarse. Más tarde supo que ese mortífago era Snape.
Moody asesinó a Evan Rosier y a Waldemar Wilkes. Dumbledore quería hacer un mortífago prisionero para poder sonsacarle información. Desgraciadamente, todos luchaban hasta la muerte y preferían morir a caer prisioneros.
"Mierda". Ya habían tenido dos bajas mortales.
Pettigrew pensó que tenían que compensarlo de alguna manera.
Mientras tanto, en los cielos, Dumbledore y el Señor Tenebroso se enfrentaban en un duelo que era difícil de seguir si se paraba a observar. Solo había tiempo de esquivar hechizos.
Peter le lanzó una imperius a Dorcas obligándola a quedarse quieta justo cuando Quién-Tú-Sabes lanzó un hechizo hacía abajo donde estaba Dumbledore, quien lo esquivó volando hacia la derecha. El hechizo dio directo en el cuello de Dorcas cortando su arteria carótida y muriendo desangrada pocos segundos después.
— ¡Dorcas! — gritaron sus amigos.
Poco tiempo después, cuando Quién-Tú-Sabes vio que no podía derrotar a Albus Dumbledore, ordenó a sus mortífagos la retirada.
Los miembros de la Orden del Fénix rodearon el cuerpo de Dorcas, abrazado por Lily y Marlene y lloraron su muerte.
Albus le hizo al cuerpo algunos hechizos sobre las maldiciones que le lanzaron.
— Alguien le lanzó una imperius para que no pudiera evitar el ataque. — sentenció.
— ¿Algún mortífago? — preguntó Moody.
— El hechizo se lanzó por detrás, Alastor. Y detrás de ella solo estábamos nosotros, los miembros de la Orden del Fénix.
— ¿Quieres decir que es posible que haya un traidor? — preguntó Kingsley.
— Es lo más seguro. ¿Qué otra cosa podría ser?
— Entonces, hay que dejar que se nos detecten los últimos hechizos de la varita. — habló Marlene con firmeza.
— Pero ese hechizo solo funciona con los cinco últimos encantamientos que se han lanzado. — explicó Benjy Fenwick. — Pero no perdemos nada por intentarlo.
Todos los miembros de la Orden pusieron sus varitas al frente, Peter incluido, aunque algo tembloroso. Albus lanzó el hechizo. No salió ninguna maldición Imperdonable. Después, Alastor se lo hizo a Dumbledore. Tampoco salió ninguna Imperdonable.
Suerte que Peter conocía el funcionamiento de ese hechizo y se había puesto a lanzar encantamientos rápido para que no detectaran que fue él quien lanzó la Imperdonable.
…
— Dumbledore, me retiraré de la lucha de la Orden durante un tiempo. — anunció Lily tras una reunión. — Estoy embarazada.
— Yo también. Iba a anunciarlo justo ahora. También tendré que dejar el trabajo en la Oficina de Aurores. — sonrió Alice Longbottom.
— ¿Cuándo nacerá tu bebé?
— A finales de julio.
— ¡El mío también!
Ambas mujeres se habían coincido en el primer año de Lily y último de Alice y se apreciaban y respetaban. Pero esa coincidencia, las unió todavía más.
— Enhorabuena. — las felicitó Dumbledore. Desconociendo que esa misma noche escucharía la profecía que pondría en peligro la vida de ambas familias. — Tened mucho cuidado. Es una grata noticia que el amor triunfe tras tanta desgracia.
Sirius y Remus sonrieron. Peter puso cara de sorpresa.
…..
— Nuestro compañero Severus Snape ha escuchado una profecía sobre un niño que va a derrotarme. Dicho niño nacerá a finales del séptimo mes. — anunció Voldemort. — Y mi espía de la Orden del Fénix me ha dicho que los hijos de Frank y Alice Longbottom y los hijos de James y Lily Potter nacerán en esas fechas. Quiero que encontréis a esas familias y los matéis. — ordenó Voldemort a sus mortífagos. — Y no os olvidéis de matar al resto de miembros de la Orden. Me parece que los Mckinnon, esa familia de aurores traidores a la sangre, se han escondido en algún lugar de Inglaterra. Matad a toda esa familia.
Fue tras esa reunión que Severus Snape se puso en contacto con Dumbledore por cuenta propia para cambiar de bando y proteger a Lily, al final, accedió a cambiar de bando para salvar a los tres, aunque en un principio solo se preocupara por Lily.
Peter Pettigrew se esforzó en saber el paradero de Marlene.
….
James quiso comentarle a Sirius el plan de su antiguo director.
— Dumbledore nos ha propuesto ser el guardián secreto. Pero nosotros queremos que lo seas tú. No confiamos en nadie más que tú, Sirius. — le dijo.
— Claro, James, claro que puedes contar conmigo. Os protegería con mi vida si hiciera falta. ¿Pero no crees que es demasiado obvio? Siempre hemos sido mejores amigos. Obvio que sería la primera persona en la que pensarías para ser tu guardián secreto.
— ¿Y qué propones?
— Peter. Él es algo cobarde y nadie sospecharía de él para algo tan importante.
— Confío en ti, Remus y Peter más que en mi vida. — contestó James con convicción. — Lily estará de acuerdo.
— ¿Dónde está ella?
— Hablando con Bathilda. Se hicieron muy amigas cuando nos mudamos a Potter Manor.
— Interesante.
— ¿Por qué no has propuesto a Remus? — preguntó James.
— Creo que él es el traidor. — contestó Sirius tras tragar saliva.
— ¿Por qué?
— Es un licántropo. Hay muchos hombres lobo en busca de derechos que siguen a Quién-Tú-Sabes. Sabes lo mucho que a Remus le afecta ser uno de ellos.
James se lo pensó un momento. Pero no encontró ningún argumento contra Sirius.
Pocos días después, hicieron el hechizo que convertía a Peter en el guardián secreto.
Si Peter no los traicionó en ese momento porque si lo hacía, tenía miedo de que descubrieran que él era el traidor y quería seguir dándole información a Su Señor sobre el paradero de miembros de la Orden.
….
Peter Pettigrew no lograba averiguar el paradero de los Mckinnon.
Ni Sirius, que era el único de sus amigos que lo sabía, ni Alastor Moody, superior de los Mckinnon, ni el propio Dumbledore cantaban. Habían aprendido demasiado bien el alerta permanente de Ojo Loco.
Si el propio Pettigrew no podía saberlo en una reunión, decidió hacerlo escuchando en su forma de rata. Era muy útil para espiar.
Fue ahí que oyó a Mundungus decir que Marlene necesitaba un traslador ilegal apto para el traslado de recién nacidos.
Pero, "¿para qué? ¿Se habrá quedado preñada otra vez?".
Lástima que Mundungus no sabía dónde mandarlo. Su deber era dárselo a Moody y él lo haría llegar
…
El 31 de julio de 1980 nació Harry James Potter.
— Sirius, ¿quieres ser el padrino? No podríamos confiar más en otro que no seas tú. — le sonrió James.
— Por supuesto, cuidaré a Harry aun a costa de mi vida. — respondió Sirius con convicción. — ¿Y quién será la madrina?
— Marlene, cuando la guerra termine, podrá conocer a Harry.
James y Sirius sonrieron y salieron de la habitación dejando a Lily a solas con el bebé.
….
Los Mckinnon se delataron ellos solos una vez que los mortífagos atacaron un pueblecito muggle situado al lado del mar en una cueva de sal. Sus sentimientos de honor y valentía de aurores, Gryffindor y miembros de la Orden del Fénix les impedía abandonar gente indefensa. También eran duelistas expertos y los mortífagos no eran un grupo tan numeroso preparado para derrotarles.
Sin embargo, a la mañana siguiente, Avery, Mulciber, Travers, McNair y Peter Pettigrew aparecieron en el pueblo. En vez de atacar, se fijaron en si había algún hueco sospechoso entre los edificios fruto de algún fidelius. Se quedaron espiando hasta que alguien tuviera que salir. Tendrían que conseguir comida de alguna manera.
Fueron bastantes horas. Pero valió la pena. Una mujer rubia, mayor que Marlene, debía ser alguna prima, salió del agujero. Esperaron que hiciera sus compras y cuando volvió, le lanzaron una imperius para que los guiara hasta la puerta. Una vez logrado su objetivo, la asesinaron.
Tiraron la puerta al suelo y empezaron a atacar y matar a todo el mundo.
El caos se había desatado.
Los Mckinnon no esperaban el ataque y priorizaron proteger a los pequeños de la familia. Marlene no tenía hermanos, pero tenía muchos primos mayores que habían formado sus propias familias.
En un duelo entre Marlene y un mortífago gordinflón y bajito, Marlene consiguió hacerle saltar la máscara con un hechizo.
Se quedó de piedra.
— P… ¿Peter? — balbuceó.
— Hola, Marlene. — le dedicó una sonrisa diabólica.
— P… ¿Por qué?
— Marlene, no quiero estar del bando perdedor. Entiéndeme. Y sin rencores. Para mí, James, Sirius, Remus, Dorcas, Lily, Mary y tú jamás me importasteis. Siempre fuisteis un escudo. No puedo defenderme yo solo, lo sabéis, y en Hogwarts hicisteis bien vuestro trabajo. Pero fuera de Hogwarts, ya no podéis protegerme.
Marlene se había quedado tan de piedra, que cayó al suelo.
— Antes de matarte, dime, ¿para qué necesitabas ese trasladador para bebés? ¿Has tenido otra cría? No te preocupes, Sirius es demasiado cuidadoso y no ha dicho donde vive su prima. Pero mi señor ha ordenado exterminar a todos los Mckinnon. Y tanto Knut como ese nuevo bebé lo son.
— Murió. Al poco de trasladarla.
— Mientes. — respondió Peter agarrándola del cuello. — Yo mismo soy un gran mentiroso y yo mismo sé reconocer a uno.
Marlene se zafó y le saltó al cuello. Empezó a pegarle hasta que corrió a por su varita.
— ¡Zorra! — bufó.
Empezaron a batirse en duelo hasta que Marlene escuchó los gritos de los hijos de sus primos siendo asesinados.
— Avada kedavra.
El cuerpo de Marlene cayó al suelo.
Peter recogió su máscara y se la puso.
Oyó a Travers matar a los suegros de Sirius.
No quedó ningún superviviente.
…
— Han asesinado a los Mckinnon. — informó Albus con lágrimas en los ojos en la casa de los Potter, donde se escondían James y Lily; Sirius estaba de visita.
— ¿Marlene? — preguntó Lily preocupada.
— No quedó ningún superviviente. — la miró Albus con pesar.
— Oh, no. — Lily empezó a llorar. James la abrazó con lágrimas en los ojos. Él también sentía un gran cariño por Marlene. Sus padres eran amigos y ellos se conocían desde niños.
Sirius no dijo nada.
Se levantó y se fue.
Por mucho que odiara a su familia, todavía seguía algunos lemas de la familia Black, como no llorar en público.
Cuando Dumbledore se fue, James miró por la ventana como Canuto corría de un lado a otro y ladraba a la luna.
…..
Voldemort se decantó por matar a Harry Potter. No dijo los motivos. Pero sus mortífagos no los necesitaban. Sus deseos eran órdenes.
Así que, Peter le comentó la verdadera localización del escondite en una de sus reuniones privadas cuando él le comentaba todo de lo que hablaban en la Orden.
— Potter Manor, Mi Señor, en el Valle de Godric. La mansión está escondida bajo un fidelius. Yo puedo indicaros donde está.
— Bien. Ahora que ya han nacido los dos bebés, la Orden dedicará todos los recursos que tiene a protegerlos. Debemos crear el caos. Sigue averiguando el paradero de otros miembros de la Orden. Cuantos más matemos, mejor.
En su próxima reunión con los mortífagos, Voldemort les ordenó que atacaran un pueblo varias veces a la semana. Pueblos elegidos al azar sin ningún patrón.
Su objetivo funcionó. Crear el caos entre la Orden y los aurores. Además, consiguieron matar a los gemelos Prewett, que siempre fueron un grano en el culo para los mortífagos, y Benjy Fenwick, Caradoc Dearborn (aunque nunca encontraron su cuerpo), entre otros.
…
Su Señor le había informado de que la noche de Halloween sería la noche escogida para asesinar a los Potter. Así que, Peter fue a comprobar si ellos sospechaban algo.
— Peter, que alegría verte. — le sonrió Lily con Harry en brazos.
— Hola, Lily. — respondió algo triste y decaído.
— ¿Todo bien? — preguntó ella preocupada.
— No, no. ¿No ves todo lo que está pasando? ¿Hay muchas muertes? Muchos miembros de la Orden han caído.
— ¿Todavía no saben quién es el traidor? — preguntó James tras traer el té.
— Sirius sospecha de Remus, pero no hay ninguna prueba que lo incrimine. — explicó Peter suspirando, recordando lo que siempre le contaba Sirius en privado tras las reuniones.
— Es imposible. Tiene que ser otra persona. Remus jamás haría algo así. — suspiró James.
— Ni ninguno de la Orden. Algún mortífago tuvo que esconderse detrás de nosotros sin que nos diéramos cuenta cuando mataron a Dorcas. — respondió Lily muy convencida.
— Peter, ¿has oído la noticia de Marlene? — preguntó James triste.
— Sí, Dumbledore nos lo explicó en una reunión de la Orden. Fue horroroso. No sé quién ha podido hacerle algo así a nuestra amiga ni a sus sobrinos pequeños. — respondió con cara de horror.
Al irse de casa de los Potter, miró el cielo. Sabía que la llamada de Su Señor estaba muy cerca y nadie sospechaba nada.
Si todo iba bien, sería recompensado.
Sonrió.
…..
Finalmente, el 31 de octubre de 1981, Voldemort llamó a Peter Pettigrew para que lo guiara hasta la mansión de los Potter.
Colagusano, en su forma de rata, fue guiando a Su Señor por las calles. Cuando ambos entraron en los terrenos de los Potter rompieron el fidelius.
Peter esperó fuera. Oyó los gritos y vio los rayos verdes. James y Lily habían muerto. Pero, de repente, notó un enorme dolor en su brazo izquierdo. Fue a comprobar qué ocurrió.
Entró en la casa y vio el cuerpo de James en el suelo. Lo ignoró y subió a la habitación del bebé.
Oyó los lloros de Harry, vio el cuerpo de Lily en el suelo y la capa de Su Señor. Pero, ¿dónde estaba Él?
Huyó.
…..
Sirius tuvo un mal presentimiento.
No sabía por qué, pero temía lo peor.
Se fue con su moto a casa de Peter. Por una herida de una misión reciente no podía aparecerse.
— Señora Pettigrew, ¿está Peter? — preguntó.
— No, ha dicho que iría a tu casa.
— ¿CÓMO?
Se temió lo peor. Fue a casa de los Potter.
— ¡¿POR QUÉ LA CASA ESTÁ A LA VISTA?!
El fidelius había desaparecido.
Entró
— ¡NO! ¡JAMES! ¡VAMOS, DESPIERTA! ¡¿DIME QUE ES UNA BROMA?! — exclamó al ver el cuerpo de los Potter.
Pero James no respondía. Así que, Sirius salió de su estado de shock y subió las escaleras.
— ¡LILY! — se quedó helado al ver su cuerpo.
Entonces, salió de su shock cuando oyó a Harry llorar.
Lo tapó y lo acunó para calmarlo.
Oyó ruido abajo.
Y lloros.
Reconoció los lloros de Hagrid.
— Hagrid, dime ¿qué nos servías siempre que íbamos a visitarte a tu cabaña en Hogwarts?
— Té y galletas. ¿Con quién se esconde tu hijo?
— Con mi prima Andromeda y su marido. — respondió Sirius. Después de hacer las preguntas para identificarse y ver que nadie se hacía pasar por el otro, Sirius le preguntó: — ¿Qué haces aquí?
— Dumbledore me ha pedido que lleve a Harry a un lugar seguro.
— ¿Cómo sabe que han…?
— El espía que tiene entre los mortífagos… al parecer a todos los mortífagos les ardió la Marca cuando Quién-Tú-Sabes murió.
— Toma mi moto, Hagrid. Tengo algo que hacer.
Sirius se transformó en perro.
El olor de Peter. Con otro olor extraño. ¡Voldemort!
Si Potter Manor estaba visible, significaba que Peter era el traidor.
Debía encontrarlo y matarlo.
El olor lo llevó por el Londres muggle.
Reconoció a la rata.
Lo persiguió y Colagusano lo reconoció y corrió todavía más huyendo de él.
Sirius lo acorraló en un callejón.
— SIRIUS, ¡¿CÓMO HAS PODIDO?! ¡TRAICIONAR A JAMES Y A LILY A QUIÉN-TÚ-SABES! ¡ELLOS ERAN TUS MEJORES AMIGOS! ¡JAMES ERA COMO TU HERMANO! ¡TE HICIERON PADRINO DE SU BODA! ¡DE SU ÚNICO HIJO!
— PERO, ¿QUÉ COÑO DICES? ¡FUISTE TÚ…!
— Confringo. — susurró Peter.
La explosión mató a doce muggles que estaban cerca del callejón y si Sirius no se hubiera puesto a cubierto también lo habría matado.
Peter cortó uno de sus dedos, se convirtió en su forma animaga y huyó por una alcantarilla tras mostrar su verdadera cara.
No he podido publicar nada en estas dos semanas porque algunas zonas de mi país fueron asoladas por la DANA y estuve todo el rato mirando noticias y preguntando a amigas y compañeras que viven en las zonas afectadas si estaban bien (lo están), pero no me veía capaz de publicar nada. Pero sí que escribía para desconectar de las malas noticias que veía.
Finalmente hoy, ya me he visto capaz de publicar algo.
Quiero aclarar que quién le mandó la nota anónima a Lily sobre ir al último vagón fue Severus. También aclaro que ni Peter ni los Slytherin sabían que ocurriría un ataque de los mortífagos en el Expreso, pero imaginaban que ocurriría algo porque les mandaron dichas notas diciéndoles que se pusieran a salvo.
Hace tiempo leí una información que, dependiendo de cómo se colocaba el bebé en la tripa, esta era más abultada o no. También una en que en el embarazo no había tripa si el niño estaba en un tipo de postura. Desgraciadamente, no encontré el documento cuando escribí este fic. Así que, si alguien experto puede explicarlo o corregirme, le estaré muy agradecida.
Según JKR en una entrevista, Harry no tiene madrina porque Sirius ¿era demasiado libre para tener pareja? Pero eso a mí me parece muy extraño. Al menos, en España hay un padrino y una madrina, uno por parte de padre y otro por parte de madre, aunque sean amigos y no familia. Así que, no me parece lógico que la madrina de Harry sea la pareja de Sirius solo por ser la pareja de Sirius y no por estar relacionada con Jily. Así que, en mi headcanon Harry siempre tendrá dos padrinos (y cualquier otro personaje de Harry Potter) uno elegido por el padre y otro por la madre. En el caso de Harry, Sirius como mejor amigo y hermano en todo menos en sangre y apellido de James y Marlene como mejor amiga de Lily.
El intento de ataque de magia oscura de Mulciber a Mary es mencionado en los recuerdos de Snape, Lily dice: "¿sabes lo que intentó hacerle el otro día a Mary MacDonald?" lo que me lleva a suponer que hubo algo o pasó algo que hizo que el ataque no se llevara a cabo, sino Lily habría dicho "le hizo" y no "intentó hacerle". El ataque de magia ilegal de agrandar la cabeza de James y Sirius a Bertram Aubrey también ocurrió, Harry leyó la hoja de castigo correspondiente en el sexto libro en un castigo con Snape. Se desconoce la casa de Bertram, pero yo lo he puesto en Slytherin.
Si queréis saber más sobre Knut, el hijo de Sirius y Marlene, os recomiendo leer De la A a la Z: un camino por el Wizengamot, donde Knut aparece como personaje principal, aunque no sea el protagonista.
Si queréis saber más sobre por qué Marlene necesitó el trasladador os recomiendo leer el capítulo Una Black en un orfanato de la recopilación de drabbles Vivencias. O también el capítulo de Marlene correspondiente en Drabblectober 2023.
Si queréis saber más del bebé de los Slytherin escondidos en Hogwarts os recomiendo leer Reginald Albertus Bloom: una nueva oportunidad de vivir.
Como siempre os pido vuestras opiniones y que os hayan dado ganas de golpear a Peter, eso significa que he logrado mi objetivo. Nunca me gustó el Peter del fandom merodeador que lo mostraban como un tontorrón, patoso e inocente. Mi visión, y como dijo Sirius en el Prisionero, es la de que siempre se escondía detrás del más fuerte del patio.
Hasta la próxima
