Lo que yo realmente debería hacer cuando, ENSERIO tengo tiempo libre en el que no tenga que estudiar ni hacer nada referente a la escuela, es continuar con las historias que ya tengo pendientes, no ponerme una soga extra al cuello con otra... Ahora ya se lo que sienten Tony, Slash, Reila Vann, U-Hero y otros mas, pero nuevamente, si no sacaba esto de mi mente probablemente me volvería loco.
Esta historia entra dentro del mismo, digamosle, universo, que mi historia de "Proyecto X-Loud", en la cual se menciona esta y otras tantas aventuras que tuvieron Lincoln y sus amigos en el pasado a esa historia. Con la explicación ya dada...
¡AL BARDO!
Lincoln guardo su teléfono después de haber mandado el mensaje y les hizo saber a sus amigos que no debería tardar en venir para abrirles la puerta. Como siempre, Rusty era el más emocionado por la fiesta, creyendo que hoy sería el día en el que se ligaría a una chica; Kevin solo quería pasar un buen rato divirtiéndose, mientras que Clyde y el peliblanco eran los que más tranquilos estaban.
No tardo mucho tiempo para que una chica de dieciséis años les abriera la puerta. La chica en cuestión vestía una blusa rayada de blanco y negro, con una chaqueta de color morado encima, una falda de color rosa, estaba peinada con un copete, además de tener un característico mechón de color violáceo.
- Hola Tabby. – Fue el recibimiento que le dieron los cuatros chicos.
- ¡Chicos! – Exclamo alegre.
- Veo que aún no cambias de atuendo, eh Tabb. – Le dijo el peliblanco mientras reía un poco.
- Lo dice el que no puede dejar de usar naranja. – Le contesto cruzándose de brazos.
- Touché. – Dijo el peliblanco. – Pero yo soy chico, con nosotros no hay tanto problema. – Después comenzó a reír.
- Tonto. – Le dijo la rockera para comenzar a reír con él.
Los demás veían la escena de esos dos mientras rodaban los ojos, soltaban suspiros de resignación y reían lo más bajo posible para no llamar la atención. También decían frases como: "Ni enterado", "tonto", "todo el mundo puede verlo, todo menos él", "dame tu vida Lincoln Loud" y demás de esa índole en voz baja para no ser escuchados por los adolescentes.
- ¿Por qué tardaron tanto chicos? – Pregunto Tabby después de dejar de reír y tranquilizarse un poco. – Creí que ya no iban a poder venir.
- Un pequeño retraso con mis padres, Tabby. – Comento avergonzado Clyde dando un paso al frente. – Olvide totalmente el pedir permiso, y ellos querían que hoy fuéramos a visitar a mi tía, por lo que Lincoln, Rusty y Kevin estuvieron negociando un rato con ellos.
- Tenemos que ayudarlos en el aseo de la casa por tres días. – Dijo Lincoln encogiéndose de hombros como si no fuera la gran cosa. – Y que ya no olvidemos pedir permiso con tiempo cuando queramos salir.
- Cosa ridícula, ya que ya tenemos dieciséis años, ya somos lo suficientemente mayores para mandarnos solo. – Dijo Rusty mientras inflaba el pecho, orgulloso y seguro de lo que había dicho, pero como respuesta recibió un codazo en cada brazo por parte del moreno y del peliblanco, además de un zape por parte del latino.
- Trajimos muchas frituras, refrescos, varias latas de cerveza y una botella de tequila que tenía por ahí mi papá. – Dijo Kevin, levantando una bolsa en cada mano donde venían todo lo mencionado.
- Eh… Gracias chicos, no se hubieran molestado. – Dijo sorprendida la rockera. – Bueno pasen, no se queden afuera, que la fiesta es adentro. – Dijo haciéndose a un lado para dejarlos pasar.
- ¡Gracias! – Respondieron al unísono.
Entraron a la casa y se quedaron maravillados por la visión que tenían, parecía realmente una especie de palacio. Algunos candelabros, cuadros de pintura adornando las paredes, muebles de madera fina, y muchas otras cosas que dejaron maravillados y con la boca abierta al cuarteto de chicos.
- Bonita ¿verdad? – Pregunto Tabby divertida viendo la expresión de los chicos, los cuales solo pudieron asentir con la cabeza. – Es la casa de verano de mis tíos por parte de mi mamá.
- Wow. ¿Y te la prestaron para hacer una fiesta? – Pregunto sorprendido Clyde.
- A mi tía le gusta consentirme… a veces hasta yo pienso que demasiado. – Le contesto mientras seguían caminando hacia el patio.
- Ni si quiera a mí me consentían así cuando era pequeño. – Dijo una voz grave detrás de ellos. – Y eso que son mis padres.
Se dieron la vuelta, encontrándose con un adulto, alto, robusto, pero con unos brazos que parecía que podrían romper bloques de concreto, con un aro dorado en la nariz. Vestía una chaqueta de cuero, con una simple camiseta blanca debajo, unos pantalones de mezclilla, unos mocasines negros y un sombrero inglés. El tipo en cuestión daba un poco de miedo si no lo conocías, pero Lincoln y los demás ya sabían de quien se trataba.
- ¿Chunk? – Pregunto Lincoln extrañado de verlo ahí.
- ¿Qué hay pequeño hombrecito? – Lo saludo el hombre.
- ¡Arg! Chunk, por favor tu no. – Dijo el peliblanco con un tono molesto. – Suficiente tengo con que Bobby me siga llamando con diminutivos.
Eso provoco un conjunto de risas por parte de todos y algo de molestia en Lincoln, pero después comenzó a reírse también junto con ellos.
- ¿Y qué haces aquí Chunk? – Le pregunto el chico Loud.
- Chunk tiene que cuidar el crew de sus padres y a su pequeña primita. – Dijo el hombre mayor mientras le revolvía el pelo a Tabby, haciendo que se sonrojara y empezara a sacudir sus brazos tratando de alejarlo.
- ¿Son primos? – Exclamaron sorprendidos los cuatro chicos.
- ¿Luna no se los dijo? – Fue el turno de los rockeros de mostrarse sorprendidos. – Bueno, eso es extraño. En fin, mis tíos accedieron a prestarme su casa si Chunk se quedaba a cuidar tanto a la casa, como a mí. – Les respondió la chica rockera, a lo cual los chicos se mostraron conformes.
- Bueno amigos, me retiro, que Chunk tiene que seguir haciendo rondines. Diviértanse chicos. – Levanto su sombrero a modo de despedida, dejando ver su cabeza rapada. – Pero no hagan nada que haga enojar a Chunk. – Les dijo amenazadoramente mientras tronaba sus nudillos enfrente de los rostros de los cuatro chicos.
Los cuatro chicos tragaron saliva mientras asentían rápidamente, nerviosos, y el sudor comenzaba a escurrir de sus frentes. Luego volvió a poner su rostro sereno y se despidió de su prima, para volver a su trabajo de vigilancia. Los chicos seguían inmóviles, no se movieron hasta que Tabby los sacudió y les dijo que fueran al patio, a donde estaban todos los demás. Salieron de su estupor y comenzaron a seguir a la chica rockera.
Cuando estuvieron afuera volvieron a quedar sorprendidos, era un patio enorme, con alberca, unas jardineras con bellas flores y una que otra estatua de jardín por ahí. Los chicos habían quedado maravillados, decían cosas como "increíble", "quisiera ser tú, Tabby", "¿no te gustaría tener un primo de tu edad?", "¿de casualidad tus tíos no necesitan un jardinero mexicano?" y demás cosas así; la chica no pudo hacer más que reír por las incoherencias que decían Lincoln y los demás.
- Ay chicos, son tan graciosos. – Dijo mientras recuperaba un poco el aire. – No piensen en eso, solo disfrútenlo. Siéntanse como en su casa.
Como si hubiera activado un interruptor en las cabezas de Rusty y Kevin, los dos comenzaron a gritar y correr hacia la piscina.
- ¡El ultimo le lava los calzones a los demás por un mes! – Grito el latino mientras comenzaba a correr.
- ¡Allá va Rusty Spokes nenas acuáticas! – Fue el "grito de guerra" del peli naranja al divisar a las chicas en bañador que también estaban disfrutando de un chapuzón.
Tanto Clyde como Lincoln habían pasado del juego infantil de sus compañeros, mientras que Tabby miraba a los dos chicos que había salido corriendo con la ceja levantada.
- Disculpa Tabby. – Le hablo el chico afroamericano a la rockera después de aclarar la garganta. - ¿Dónde podría ir a cambiarme? A mí también me gustaría darme un chapuzón.
- Eh… seguro Clyde. – Dijo regresando a verlo. – Hay un baño allá…
Pero había sido interrumpida por el regreso repentino del latino y del peli naranja, quienes habían tomado a Clyde, alzándolo y recargándolo sobre sus hombros, como si fuera una presa recién cazada por hombres primitivos. Después, volvieron a ir a la carga hacia la alberca. Tabby supo entonces que era lo que tenían planeado esos dos, lo que hizo que se enfadara.
- ¡HEY TONTOS! ¡TIENEN QUE CAMBIARSE Y ENJUAGARSE ANTES DE ENTRAR! – Grito, haciéndose oír por encima de la música que había. Desconocía si no había sido escuchada, o simplemente decidieron no hacerle algún caso, dado el hecho que se habían aventado junto con Clyde al agua, sin cambiarse ni quitarse los zapatos; mucho menos enjuagarse. La chica rockera empezó a gruñir por lo bajo. – Idiotas.
Tabby estaba recogiéndose las mangas de su chaleco y su blusa, mientras gruñía por lo bajo y comenzaba a comenzar a caminar hacia la piscina. Lincoln viendo la actitud de su amiga soltó un suspiro y camino hacia ella.
- Hey, hey, hey. Tranquila chica ruda. – Dijo el peliblanco alcanzándola y tomándola del brazo. – Deja que los niños jueguen, ya luego les das una lección, hasta te ayudo cuando lo hagas, si eso te anima un poco.
La rockera, quien estaba tratando de zafarse para darles de cachetadas al latino y al peli naranja, soltó un suspiro y se relajó un poco; para acto seguido, encarar a Lincoln.
- Está bien. Lo dejare pasar por el momento. – Le dijo con un tono serio. – Pero más vale que realmente me ayudes conejito. – Le pico en el pecho con su dedo.
- Por supuesto que sí "amor". – Dijo la última palabra con el acento británico que usaban ella, Luna y su padre de vez en cuando, provocando que la rockera se sonrojara. – Ven, vamos a tomar algo. – Le dijo señalando a la mesa donde estaban todas las bebidas.
- Eh… s-si claro, vamos. – Dijo Tabby tratando de recuperar la compostura.
Empezaron a caminar hacia la mesa de las bebidas, cuando Lincoln giro su cabeza para observar a sus amigos. Pudo presenciar el momento exacto en el que Rusty recibía una bofetada de parte de una chica que también estaba nadando en la piscina. Desde la distancia que se encontraba, más la música que había aparte, logro distinguir las risas de sus demás amigos; el incluido tuvo que hacer un gran esfuerzo para no tirarse al piso a reír.
Tabby noto el comportamiento extraño del peliblanco, pero cuando le pregunto al respecto, Lincoln le restó importancia diciendo que no era nada importante, por lo que perdió rápidamente el interés.
…
Lincoln y Tabby habían estado juntos todo el rato, ya fuera platicando, bailando, participando en algún concurso de beber. Ahora se relajaban tranquilamente, simplemente mirando las primeras horas del cielo nocturno, recostados en unos camastros que estaban en el jardín, mientras bebían algo. Hubo un momento en el que su mente se ilumino y se dio cuenta de algo; dirigió su vista hacia los invitados, en búsqueda de cierto trio de personas; había uno que otro conocido de él, chicos que jamás en su vida había visto, pero suponía que eran amigos de la chica rockera, pero ni rastros de las personas que él estaba buscando, por lo que decidió preguntar directamente.
- Oye Tabb. – Llamo la atención de la rockera.
- Dime Lincoln.
- ¿Dónde están las demás? – Tabby lo miro con duda, no sabiendo a lo que se refería. – Ya sabes. Haiku, Polly y Daisy.
- ¡Oh! Ellas. Pues la verdad es que… - Se quedó callada un momento, procesando lo dicho por el peliblanco, hasta que su mente hizo conexión. – Un momento ¿¡Como sabes el nombre de Risas!?
- ¿No lo sabían ya ustedes? – Pregunto con duda.
- Si, si sabíamos desde hace varios años, nos conocemos desde los once gracias a ti ¿recuerdas? – Le dijo recalcando lo obvio. – Es solo que no creí que se lo diría a alguien más, con eso que de que lo detesta.
- Si, ni idea del por qué, a mí me parece lindo. – Le contesto el peliblanco riendo, provocando que la rockera levantara una ceja. – Aun no has contestado mi pregunta Tabby.
- Bueno pues. Veamos… - La chica del mechón se rascaba el mentón recordando. – Haiku me dijo que hoy iba a tener una tarde de meditación y que honraría a sus ancestros, cosas de familias japonesas, no le entendí muy bien; Polly viajo a Orlando desde hace tres días por un torneo de Roller Derby junto a su equipo; y bueno, Risas…
- Daisy. – Le interrumpió Lincoln.
- Claro, Daisy. En fin, ella ya tenía un compromiso desde antes que no podía faltar.
- Mmm… Bueno, es una lástima. – Respondió el peliblanco. – Hubiera sido genial que todos estuviéramos aquí para divertirnos.
- ¿Incluso Liam? – Le pregunto la rockera de manera seria, tomando por sorpresa a Lincoln. Cuando se giró para mirarla, vio que observaba las estrellas en el cielo con un rostro serio; estaba a punto de decir algo cuando lo interrumpió. – Ven vamos a bailar un poco más, me siento con mucha energía.
La voz enérgica y alegre con la que lo dijo era muy diferente a la que había usado anteriormente cuando dijo el nombre de su ex-amigo, incluso se había levantado de un salto y le ofrecía la mano para ayudarlo a levantarse, todo con una sonrisa en su rostro. El peliblanco sabía que Tabby solo estaba aparentando estar bien; soltó un suspiro para después tomar su mano y acompañarla, se aseguraría que ella disfrutaría esa noche y le haría olvidar el doloroso pasado.
Caminaba al lado de ella mientras platicaban e iban hacia donde la varios seguían bailando y disfrutando de la música del DJ, pero la mente de Lincoln solo tenia un pensamiento: "Puto Liam imbécil"
