Daddy it's back, bitches!
No estaba muerto, y me gustaría decir que estaba de parranda... pero la realidad es que soy esclavo de mi mismo, de la sociedad, de la familia y de la escuela, así que, mejor si me hubiera muerto :'v
Lincoln y Tabby corrían de la mano como lo que eran, un par de adolescentes idiotas con las hormonas alborotadas dejándose llevar por ellas, por el jardín y dentro de la casa. Ya ni sabían si la forma en la que actuaban todavía era debido al alcohol y la emoción que habían sentido antes, o si estaban dejándose llevar por la emoción, o si simplemente ambos estaban pensando con la entrepierna. Entre juegos se dirigieron hacia la casa de los tíos de Tabby, escondiéndose en cuartos, esquinas y lugares oscuros cuando personas caminaban hacia ellos como si los estuvieran buscando. Escondidos de la vista de las personas se daban besos bastante subidos de tono, la música de afuera ayudaba a esconder los gemidos, que no eran para nada ligeros, que salían de la boca de ambos.
Hubo un momento en el que la rockera se había lanzado al peliblanco al grito de - ¡Atrápame! – mientras reía. Lincoln había sido tomado por sorpresa por lo que instintivamente cerró los ojos y extendió los brazos esperando poder atraparla. Cuando sintió el peso de la chica caer en sus brazos, creyó que ya todo estaba bien, pero se extrañó cuando sintió algo suave en sus manos. Abrió los ojos y lo primero que vio fue el rostro nervioso de la chica con las mejillas totalmente rojas, estaba a punto de preguntarle qué le sucedía cuando por inercia dirigió su vista hacia abajo. Casi le da un paro cardiaco cuando vio que sus manos estaban sosteniendo a Tabby del trasero por debajo de su falda. Ambos se habían quedado mirando fijamente a los ojos, avergonzados sin saber que decir para romper el incómodo momento.
- Linc, yo… ¡Aw~! – Tabby había tratado de hablar, pero algo la había silenciando.
Lincoln no sabía porque lo había hecho en primer lugar, pero algo muy dentro de él le hizo estrujar fuertemente el culo de la rockera, sacándole un gemido bastante sonoro. Lincoln se consideraba a sí mismo como alguien tranquilo, que piensa y analiza las cosas antes de decir algo o de actuar y, al haber vivido con tantas hermanas, un hombre respetuoso con las mujeres… Pero en ese momento creía que su erección crecería tanto que rompería sus pantalones; sumado al hecho de que su cerebro no dejaba de imaginar escenas de la rockera encima de él, desnuda, moviendo sensualmente su cuerpo en un compás de arriba abajo, con sus pechos rebotando al ritmo de sus movimiento, definitivamente no lo ayudaban EN NADA. El pobre peliblanco ya no sabía que le explotaría primero, si la cabeza que tenía sobre sus hombros o la que tenía entre las piernas. Estaba utilizando toda la fuerza de voluntad de su cuerpo, de las plantas y animales a su alrededor, y la del planeta para no tomar a Tabby y hacérselo ahí mismo en el piso del pasillo en el que se encontraban. Lincoln respiraba profundamente tratando de relajarse, mientras en su mente pensaba que, de existir premios entregados a hombres por hombres, se merecía el premio "mantener la calma en la situación más precaria".
- Tabby por favor… - La voz del peliblanco era ronca, además de que la rockera pudo notar que su cuerpo estaba temblando ligeramente.
- Si, yo también estoy igual. – Tabby lucia mejor que Lincoln, pero aun así se veía que está igualmente ansiosa que el chico. – Linc ¿podrías bajarme?
- ¿Qué? – Se quedó dudando un instante hasta que se dio cuenta que aún continuaba cargando a la rockera del trasero. Rápidamente, pero teniendo cuidado, puso a la chica en el suelo. – Lo siento. – Trataba de sonar arrepentido, pero fallaba en el intento.
- No pasa nada. – Respondió Tabby quien trataba de parecer tranquila, pero también fallaba descomunalmente.
Después de eso siguió una caminata junto a un silencio bastante incómodo para ambos, donde subieron al segundo piso de la casa. Lincoln caminaba un poco detrás de la rockera mientras miraba a todos lados, buscando algo con lo que pudiera sacar un tema de conversación, pero nada parecía poder llegar a su cerebro. Cuando el peliblanco creía que ya había encontrado algo para romper el silencio, Tabby se detuvo y se giró hacia una puerta de madera fina, pero con posters de bandas de rock pegadas en ella.
- Bien… Llegamos. – La voz de la rockera todavía se escuchaba nerviosa.
- ¿Eh?
- Mi cuarto, ya llegamos a mi cuarto.
- Oh. – El rostro del chico Loud volvió a ponerse rojo cuando imágenes de lo que posiblemente sucedería en unos minutos llegaron a su cerebro.
Tabby tomo la perilla de su puerta e iba a girarla para abrirla cuando noto que no se movía.
- ¿Pero qué carajo? – La del mechón purpura trataba de girarla sin éxito. - ¡Gah, maldición Chunk! – Dijo lanzando los brazos hacia arriba exasperada, para después comenzar a buscar algo en su chaqueta.
- ¿Ocurre algo Tabby?
- Lo más seguro es que Chunk haya cerrado todos los cuartos de este piso para que nadie entrara. – Dijo mientras seguía buscando. - ¡Eureka! Lo bueno es que siempre tengo conmigo mi juego de llaves. – Le mostro su mano, enseñando su pequeño llavero con una manita haciendo la señal del rock junto con varias llaves.
Lincoln se quedó detrás de Tabby mientras esta comenzaba a abrir la puerta; la "distracción" de la puerta y las llaves había logrado calmarlo, pero solo un poco. Se quedó admirando la parte de atrás de la figura de la rockera y volvió a perderse en sus pensamientos impuros; el peliblanco no sabía que hacer realmente, gran parte de él le decía que en cuanto escuchara la puerta abrirse, tomara a la chica, la llevara a la cama y la hiciera suya. Pero también otra parte de él le decía que debía comportarse más tranquilo, incluso se bajaba los ánimos a si mismo recordando a sus hermanas y como él deseaba que todas que todas fueran tratadas con respeto, además del hecho de que nunca lo había hecho antes; realmente no quería hacerse aires de grandeza y quedar como un tonto después.
Lincoln inhalo profundamente, sostuvo el aire un momento, y después comenzó a sacarlo lenta y silenciosamente en un intento de que Tabby no se diera cuenta de su intento de mantenerse lo más tranquilo posible.
- Y listo. – Dijo la rockera abriendo la puerta finalmente después de un rato sacando al peliblanco de su ensimismamiento. – Dios, Chunk si que exagero esta vez, le puso todos los seguros habidos y por haber. – Abrió la puerta completamente y se giró para encarar al chico Loud. – Vamos Linc, entra. No muerdo… mucho. – Le dijo guiñándole un ojo y mordiéndose el labio mientras movía su índice, indicando que entrara.
"Está loca quiere que me dé un ataque" Pensó Lincoln mientras tragaba saliva.
Después de que la rockera entrara por completo, el peliblanco pasó la puerta y la cerro poniéndole un seguro, para evitar que pudieran ocurrir problemas vergonzosos. Cuando se dio la vuelta, vio a Tabby mirando su habitación con las manos en la cadera, y cuando giraba la cabeza podía ver el ceño fruncido en su rostro.
- ¿Ocurre algo?
- Siento como si las cosas no estuvieran como yo las deje. – Comento mientras seguía observando su habitación. – En fin, serán solo imaginaciones mías. – Se encogió de hombros y le restó importancia.
Lincoln la escucho inhalar y soltar un suspiro antes de darse la vuelta y mirarlo directamente a los ojos. La seguridad que mostraba en el patio y en los pasillos de la casa de sus tíos parecía haberse ido parcialmente ahora que nadie podía verlos; Tabby tenía las mejillas sonrosadas, además de que se alcanzaba a notar que respiraba rápidamente. Lincoln se acercó lentamente hacia ella, tratando de que ella no se pusiera más nerviosa, cosa difícil ya que él estaba igual o peor que ella. Cuando estuvo frente a ella la tomo del mentón y la miro fijamente a los ojos, para acercar su rostro al de ella y besarla, a lo cual ella rápidamente le correspondió tomando también la iniciativa.
Como había sucedido en el jardín, las cosas iban escalando rápidamente en la habitación, dejaban de lado la pena y la vergüenza para dar lugar a la confianza, la seguridad, pero principalmente el deseo de que todo sucediera como querían. Tabby había dejado de besar a Lincoln para girar rostro a otro lado, mientras se mordía el labio y sus mejillas volvían a ponerse rojas.
- ¿Qué ocurre? ¿Hice algo malo? – Pregunto preocupado de que hubiera hecho algo que realmente haya molestado a la rockera.
- ¿Qué? ¡No, no, por supuesto que no! – Negaba para que el peliblanco no pensara mal de sí mismo. – Yo… yo realmente estoy disfrutando esto, enserio. – Le aseguro.
- Entonces…
- Es solo que… tengo algo que decirte. – Su voz sonaba ligeramente quebrada. – Es que yo… nunca he hecho "eso" antes y estoy un poco asustada. – Dijo apretando fuertemente los ojos.
- ¿Qué? – Pregunto estupefacto.
- Sé que escuchaste, tonto. – Le dijo molesta después de darle un ligero golpe en el pecho. – No me hagas repetirlo.
- No, no, se lo que dijiste. – Trataba de zafarse de la metedura de pata que había hecho. – Es solo que no creí que tu fueras… ya sabes…
- ¡Lincoln Marie Loud, te juro que te arrancare la cabeza y la usare para golpear tu cuerpo si me estas llamando puta! – Los ojos de la rockera parecían reflejar las llamas eternas del infierno. – Y no hablo precisamente de la que tienes sobre los hombros.
En su mente, Lincoln corría en círculos con los brazos alzados, gritando como una niña pequeña mientras trataba de pensar cómo salir con su hombría intacta de esa situación.
- ¡NO, NO, ESPERA! ¡NO ES NADA DE ESO! – Chillaba por su vida. – Es solo que yo tampoco lo he hecho nunca, por lo que yo nunca…
- ¿Qué? – Lo interrumpió la rockera.
- ¿Qué? – Repitió el peliblanco.
- No repitas lo que digo. – Le dio otro golpe en el pecho, solo que esta vez un poco más fuerte, haciendo que el peliblanco se tocara el área afectada. – ¿Realmente tu nunca has tenido sexo antes? – Le dio un ligero escalofrió al decir esa palabra.
- ¡No, te lo juro! Soy puro y casto. – Tabby miro con la ceja levantada al chico Loud. – Perdón, quise decir que aun soy… ya sabes, virgen. – Sus mejillas se habían enrojecido al decir lo último.
- Pero, pero tú… - La del mechón purpura seguía sin realmente creérselo. – ¿Qué hay de Cristina, Ronnie Anne, Cookie y otras locas con las que te veo a veces?
- ¿Y que hay con ellas? – Lincoln de verdad no tenía idea que tenían ver las chicas con lo que estaba pasando en ese momento.
Tabby se había quedado totalmente muda, camino hacia atrás hasta topar con su cama, donde se sentó y se quedó mirando a la nada. Lincoln por otra parte soltó un suspiro y se rasco la cabeza para después sentarse a un lado de ella, en su cabeza pensaba que la chica se había decepcionado de él, aunque no sabía el porqué.
- Lo siento, supongo que esperabas a alguien que supiera lo que debía hacer. – La regreso a ver, pero seguía perdida en sus pensamientos. – Perdón.
Cuando no vio ninguna reacción de parte de ella, miro el suelo derrotado y se levantó de la cama. Había empezado a caminar hacia la puerta cuando algo lo había agarrado del brazo, evitando que siguiera caminando; cuando se dio la vuelta vio a Tabby con la cabeza gacha, le iba a preguntar si sucedía algo, pero la chica levanto la cabeza y lo miro a los ojos fijamente durante un rato, Lincoln sin saber que más hacer le sostuvo la mirada.
- No estas mintiendo. – Aseguro más que preguntaba después de soltar un suspiro.
- No tendría por qué mentirte. – Le dijo con seguridad girándose hacia ella, acción que provoco un sonrojo en la rockera.
- Yo… lamento mi arrebato, me comporte como una tonta. – Agacho la cabeza con las mejillas coloradas y voz entrecortada.
- Pues la verdad es que sí. – Dijo Lincoln sin pensar. Estuvo a punto de arrancarse la lengua de una mordida por decir semejante estupidez.
Tabby lo miraba con una ceja levantada; el peliblanco nada más estaba esperando que la chica levantara la mano para voltearle la cara de un puñetazo, pero lo que definitivamente no esperaba era escuchar a la rockera soltar una risilla.
- Esta bien, pero no es para que me lo remarques. – La sonrisa que le dedico la chica logro calmarlo.
- Muy bien, prometo ya no hacerlo.
Lincoln vio como la sonrisa de Tabby desaparecía lentamente de su rostro para dar paso a una cara seria después de que le soltó el brazo. La rockera cerró los ojos y respiro profundamente mientras se le subían los colores al rostro.
- Escucha Linc, tú nunca has hecho "eso" antes, yo nunca he hecho "eso" antes. - El peliblanco se avergonzó que lo repitiera. – Por eso quería decirte que… A mí m – me gustaría que mi primera vez fuese contigo. – Apretó fuertemente los ojos para no verle la cara.
"¡Dios! ¿Porque las mujeres son tan complicadas?" Se preguntaba el peliblanco a sí mismo, mientras su cara volvía a enrojecer y su corazón a acelerarse. Inhalo profundamente, sostuvo la respiración un rato y finalmente soltó el aire lentamente. – A mí también me gustaría que la mía fuera contigo.
La rockera comenzó a abrir los ojos lentamente al escuchar la respuesta de chico Loud; tenía el rostro enrojecido, pero también una ligera sonrisa que la ayudaba a tranquilizarse. Se levantó de la cama y lo abrazo, hundiendo su rostro en el cuello del muchacho, Lincoln hizo lo suyo y también la abrazo, el no haría nada que la rockera no le permitiera.
Cuando Tabby saco la cabeza miro por unos instantes al peliblanco para después volver a besarlo con hambre, a lo cual Lincoln le correspondió con el mismo entusiasmo. Tabby le daba de empujones a Lincoln para hacerlo retroceder hacia la cama, hasta que el peliblanco capto la indirecta y se dejó hacer. Llego al borde de la cama, donde se sentó, mientras que la rockera se sentó a horcajadas en sus piernas sin separarse ni un momento de él. Lincoln como podía arrastraba a ambos cama arriba para que pudieran estar lo más cómodos posible.
La chica movió su brazo para comenzar a meterlo por dentro de la camisa del peliblanco, pasando su mano por el abdomen del joven, sintiéndolo; Lincoln se separó de la chica y se quitó la playera que traía, mientras que Tabby hacia lo mismo con su chaqueta y su blusa. La rockera se quedó callada mientras observaba en el pecho del chico, no estaba marcado ni tenía grandes músculos, pero le gustaba lo que estaba viendo; mientras que el peliblanco que había quedado embobado mirando hacia los pechos de la chica, cubiertos por el sostén negro de ella. Tabby noto la mirada de Lincoln en su persona, más específicamente en la parte superior de su cuerpo, provocando que se sonrojara; pero en vez de enojarse con él, sonrió traviesamente.
- ¿Te gusta lo que ves Linc? – Le dijo coqueta sacudiendo sus pechos levemente de un lado a otro, mientras veía con placer y diversión como el peliblanco boqueaba como pez fuera del agua con sus pupilas siguiendo fijamente el movimiento de su cuerpo. – Sabes, están un poco incomodas. ¿Qué tal si dejamos a estas chicas disfrutar un poco de libertad? – Acerco su rostro al muchacho mientras se mordía el labio.
- ¿Mande? – Su rostro parecía que iba a volverse incandescente cuando la escucho decir eso.
Lincoln se quedó de piedra al ver como la rockera se llevaba las manos detrás de la espalda, las tuvo ahí hasta que escucho un "clic" y veía como las partes del broche caían a un lado de su cuerpo. Tabby hizo una callada y profunda respiración mientras sus mejillas se coloreaban apenas un poco, para después librarse de su prenda superior, dejando sus pechos totalmente visibles para el chico. Lincoln por poco y se atraganta con su propia saliva al ver los pechos de la rockera, los cuales no eran muy grandes, pero tampoco eran pequeños, pensaba que más o menos cabrían en sus manos, ese pensamiento le hizo tragar saliva.
- ¿Y qué tal? ¿Te gustan? – Le pregunto un poco avergonzada.
El peliblanco se quedó serio un momento, rebanándose los sesos tratando de pensar en algo para decirle a la rockera; decirle que le gustaban sería una ofensa, esa parte de la anatomía de la chica lo tenía realmente hipnotizado, incluso, dejando de lado las perversiones que cruzaban por su mente, Lincoln realmente creía que podría dormir como un bebe usando el pecho de Tabby como almohada. Afuera en el mundo real, el peliblanco estaba balbuceando cosas sin sentido, tanto que el ánimo de la rockera estaba comenzando a decaer al pensar que no la encontraba atractiva, cuando la mente del chico Loud se ilumino y se le ocurrió algo que creía que le encantaría escuchar a la chica del mechón.
- ¡Ellas súper rockean amor! – Le respondió haciendo la seña del rock con una mano y una enorme sonrisa.
Si bien fueron palabras simples, Tabby sentía su corazón acelerarse y pequeñas lágrimas de felicidad juntarse en su ojos, y volvió a lanzarse al ataque sobre Lincoln. Las sensaciones al tacto eran diferentes ahora que la parte superior de ambos adolescentes estaban descubiertas, lo que no hacía más que aumentar el calor entre ellos. Entre los besos, las manos de ambos se movían tímidamente por el cuerpo del otro, tratando de explorarlo en su totalidad. Lincoln movía sus manos por los costados de la chica, pasando por su espalda, su región lumbar y finalmente llegar a sus glúteos, donde de nueva cuenta, pero ahora consciente de lo que estaba haciendo, volvió a meter sus manos debajo de la falda de ella y agarro con más firmeza el trasero de la chica, que como lo había hecho la vez anterior; la rockera se había separado del peliblanco para soltar un jadeo que hizo enloquecer aún más al peliblanco.
No queriendo ser dejada atrás, Tabby también comenzó a hacer lo suyo, elevando su cuerpo hasta que sus pechos estuvieran prácticamente en la cara del chico; Lincoln trago saliva ruidosamente al tenerlas tan cerca. Miro hacia arriba para poder observar el rostro de la chica, encontrándose con una sonrisa traviesa por parte de esta; este solo atino a hacer una cara que la chica pudo identificar como un "¿puedo?" , lo que le hizo soltar una risita para después hacer lo mismo y hacer un gesto que el peliblanco entendió como "te estas tardando".
Habiendo captado la luz verde, ni lento ni perezoso, Lincoln comenzó a jugar con los pechos de la chica, ya fuera besando, succionando o mordisqueando levemente los pezones o haciendo movimientos circulares con su lengua alrededor de las areolas. Tabby soltaba jadeos, suspiros, gemidos y maldiciones en voz baja mientras sentía pequeñas descargas en su espalda baja y llegaban hasta sus muslos. Inconscientemente había comenzado a menear su cadera encima del abdomen del joven Loud pero su falda la incomodaba, por lo que la subió ligeramente hasta que pudo sentarse completamente sobre el chico y continuar con su sensual cadereo. Aun metido en su labor, Lincoln pudo sentir todo el calor que emanaba de la entrepierna de la rockera, además de que podía apostar su colección de comics de Ace Saavy y su testículo izquierdo de que sentía el roce de las bragas de la chica ligeramente húmedo.
Hubo un momento en el que Tabby detuvo su movimiento de cadera y se irguió bruscamente, haciendo que Lincoln se separa de su pecho con un tronido. El peliblanco se quedó confundido, pensando que había hecho algo malo, pero el enrojecimiento en su cuerpo, la respiración agitada, los pequeños espasmos y el hecho de que se mordía ligeramente la mano mientras apretaba los ojos le hicieron entender que lo que hacía en realidad era intentar aguantar un orgasmo. No sabía si alegrarse y reír o molestarse. Lincoln realmente trataba de evitar que su ego creciera exponencialmente a niveles inimaginables… pero le era muy difícil al saber que estuvo a punto de hacer terminar a una chica siendo su primera vez solamente jugando con sus pechos y prácticamente dejando que usara su cuerpo para masturbarse. En fin, cosas de hombres.
Cuando estuvo más tranquila la rockera abrió los ojos lentamente encontrándose con el rostro del peliblanco con una ceja levantada pero con una sonrisa de autosuficiencia enorme. La cara de Tabby enrojeció de vergüenza al saberse descubierta de su actuar, provocando que Lincoln soltara una risotada corta. Ahora era Tabby la que parecía que su rostro se volvería incandescente en cualquier momento, pero se recompuso rápidamente para después sonreír con malicia hacia el peliblanco.
- Veamos qué tal le va al gran Hombre con el Plan… - Tabby se acercó para darle un beso corto e ir recorriéndose hacia atrás mientras iba pasando su mano por el rostro del peliblanco, bajando por su pecho, su abdomen y pasar a propósito por su entrepierna, donde la chica le dio un leve apretón, provocando que Lincoln se encogiera sobre sí mismo un poco y haciendo que su sonrisa se ensanchara aún más. - …Cuando los roles se invierten. – Dijo para después llevar sus manos al botón del pantalón del joven Loud y desabrocharlo.
"Sip… esta loca definitivamente quiere que me dé un ataque" Pensó mientras tragaba grueso.
*se esconde en un bunker de Sam The Stormbringer y de Sam Jr porque volvió cortarle a la mitad la inspiración* Tengo una docena de cahuamas de cerveza artesanal y un camión de tinta verde, serán tuyos si no me matas... ¿Si? :'v
