La esperanza nos hace fuertes, es lo que nos ha traído hasta aquí; es nuestra arma, cuando todo lo demás esta perdido.

- Pandora, God of War III (2010)


- Espera, dame un momento. – Dijo Lincoln mientras se levantaba de la cama y caminaba hacia su pantalón tirado en el suelo.

- ¿A dónde vas?

- Bueno, si vamos a llegar hasta el final… - Saco la billetera que tenía dentro del bolsillo, para después sacar de la misma un pequeño paquete que había en ella que Tabby reconoció rápidamente, era un preservativo. – Lo mejor será cuidarse.

La rockera se quedó observando lo que tenía entre las manos el peliblanco sin saber realmente que decir o que pensar, por lo que se le quedo mirando, escéptica y enrojeciéndose un poco; al chico Loud. Lincoln vio que se le quedo viendo raro y rápidamente entendió lo que estaba pensando la chica.

- N-no es lo que crees. Rusty siempre nos da uno a cada uno en cada fiesta a la que vamos. – Se había puesto rojo de la vergüenza. – Bueno, en cada una de las que nos llegan a invitar. Él es el único de los cuatro que cree que cada evento es "el bueno".

- Si. – Dijo Tabby riendo. – Polly dijo que se le notaba a leguas que solo pensaba en eso.

- ¿Te dijo si se propaso con ella? – Dijo frunciendo el ceño. – Porque si fue así, ahora mismo bajo a buscarlo y patearle el trasero. – Su voz sonaba bastante seria.

- Tranquilo caballero de brillante armadura. – Se rio ligeramente. – El tonto nunca intento nada, creo que tenía más miedo de Polly que otra cosa.

- Ja, eso sí parece algo que le pasaría a Rusty. – Se burló también de su amigo.

El peliblanco se distrajo cuando creyó escuchar un sonido viniendo del armario. Iba a acercarse a revisar cuando fue detenido por la rockera que se levantó de la cama para acercarse lentamente hacia él.

- Además, tú y yo tenemos un pequeño asunto pendiente tigre, así que no te me distraigas. – Le paso el dedo por el mentón, haciendo que la mirara a los ojos, provocando que le dieran escalofríos en la espalda y su mente quedara totalmente en blanco. – Ven con mami, amor.

Jalo al peliblanco de regreso a la cama, donde ella se puso encima de él y comenzaron a besarse apasionadamente de nuevo. Entre tanto ajetreo, Tabby se enrojeció cuando sintió el miembro de Lincoln rozando su entrepierna, como si esa cosa estuviera viva y estuviera desesperada por entrar en ella… La rockera termino separándose del chico Loud y tirándose a la cama mientras se tapaba la cara enrojecida y empezaba a reírse nerviosamente. El peliblanco se quedó inmóvil no sabiendo cómo actuar.

- ¿Hice algo malo? – Pregunto nervioso.

- ¿Qué? No. No, por supuesto que no. – Tabby trataba de recuperar la compostura. – Es solo que… Digamos que, pensé en algo pervertidamente gracioso y me gano la risa.

- Oh. – No tenía idea que podría haber imaginado, pero prefirió no ahondar más en el tema.

- Ya te lo había dicho, pero realmente me alegra que fuera contigo mi primera vez. – Le dijo ligeramente avergonzada. Lincoln solo pudo rascarse la cabeza, sintiéndose igual de avergonzado que ella. – Tantos idiotas allá afuera, me alegra que fueras tú porque contigo puedo expresarme sinceramente.

La rockera se acercó al peliblanco para besarlo nuevamente, pero ahora de una manera totalmente diferente, amorosa. Nerviosa, tomo el preservativo de las manos de Lincoln y lo saco de su empaque, para después, soltar un suspiro para tranquilizarse lo suficiente, y comenzar a ponérselo con cuidado en el miembro aun erecto del chico, acto seguido se levantó en la cama para quitarse su falda y sus bragas, haciendo que ambos estuvieran completamente desnudos frente al otro. Hizo levantarse a Lincoln hasta quedar arrodillado para después abrazarlo del cuello y llevarlos a ambos de nuevo a recostarse, ahora el encima de ella.

Después, ninguno de los dos hacia ningún movimiento, solo se miraban fijamente a los ojos, nerviosos. Aun con la leve música del exterior, Lincoln podía jurar que los rápidos latidos cardiacos de ambos podían ser escuchados tanto por uno como por el otro perfectamente. Soltando un corto suspiro, le hablo a la rockera.

- Escucha, voy a hacerlo rápido ¿está bien? – Nunca apartó la vista de los ojos de Tabby, tratando de darle algo de confianza. – Va a doler, pero creo que sería peor que si lo hago lento. Trata de estar lo más relajada posible, pero cualquier cosa tu dime.

Le dio una sonrisa pequeña a la chica del mechón después de darle un juguetón beso en la nariz, sacándole una ligera risa y disminuyendo un poco sus nervios.

- Sí, claro, yo confió en ti Linc. – Le respondió.

Lincoln se separó de Tabby lo suficiente para poder ver hacia abajo y saber lo que estaba haciendo, tomo su pene con una mano y lo coloco justo en la entrada de la vagina de la rockera, la cual dio varios respingos cuando lo sintió tocando partes de su intimidad con su miembro. Cuando ya estaba acomodado en la entrada de la chica, lentamente y con cuidado, el peliblanco fue introduciendo su pene dentro de la chica, quien soltaba ligeros gemidos que parecían hipnotizarlo a cada momento que las escuchaba; así continuo hasta que sintió algo que no le permitía avanzar más. Miro directamente a los ojos de la rockera, esperando que le dijera algo, pero ella solo le dio una pequeña sonrisa y un asentimiento con la cabeza, Lincoln soltó un poco de aire y con un movimiento rápido se introdujo completamente dentro de Tabby.

La rockera ahogó un corto grito cuando sintió como si una parte de ella se hubiera roto, cuando técnicamente así había sido, de una manera no muy placentera para el peliblanco; ya que había enterrado sus uñas en la espalda del chico, además de que lo estaba mordiendo en el hombro derecho para evitar que algún sonido escapara de su boca, lo que definitivamente le dejaría marcas. Lincoln tuvo que hacer uso de su autocontrol y fuerza de voluntad para no moverse ni hacer ningún ruido que pudiera alterar a Tabby. Solo hasta que ella estuvo lo suficientemente tranquila como para desencajar sus uñas y dejar de morder su hombro fue que se separó un poco para poder mirarla.

- ¿Estas bien? – Le pregunto mirándola a los ojos después de darle un corto beso en la boca que casualmente le supo ligeramente metálico, haciéndole saber el probable estado en el que se encontraba su hombro, además de darle una sonrisa sincera.

- Si, estoy bien gracias. – Le contesto de igual manera, pero su mirada se ensombreció un poco cuando vio lo que había hecho al hombro del peliblanco. – Lincoln, lo siento tanto, no fue mi intención morderte y arañarte la espalda.

- ¿Qué, esto? Pff, no es nada, en serio. – Movió el hombro restándole importancia, pero la verdad sea dicha, si le ardía con moderación junto con su espalda, pero su compañera era su prioridad. – Solo tengo que evitar quitarme la camisa frente a alguien, y si me descubren, ya me he peleado con mis hermanas llegando a las mordidas, incluso con los chicos, ya veré a quien le echó la culpa si mis padres preguntan. – Termino soltando una pequeña risa.

No estaba del todo segura, pero ese gesto de él había hecho sonreír y tranquilizarse un poco a la chica del mechón. Lincoln se acercó a besar nuevamente a la chica quien lo recibió gustosa, cuando en un momento la rockera gimió en su boca, haciéndoles separarse, recordándoles a ambos que estaban conectados mediante sus intimidades, haciéndolos sonrojarse. Tabby regreso a mirar a Lincoln directamente a los ojos, quien podía decir casi con total seguridad que los ojos de la rockera parecían brillar tenuemente, casi dejándolo sin aliento. La del mechón le dio una sonrisa y un asentimiento de cabeza para después cerrar los ojos; sin creerlo, Lincoln entendió que Tabby prácticamente le dejaba hacer lo que quisiera con ella.

El peliblanco sentía como si sus bajos instintos empezaran a apoderarse de él, pero se alzó sobre ellos y los hizo a un lado, después de todo también era su primera vez. Y si bien Tabby no era su novia, él quería hacerla sentir bien tanto física como emocionalmente, como ella lo había hecho con él, y creía que lo lograría tomándose la cosas con calma y disfrutar cada momento. Con eso en mente, el chico Loud sonrió, pego su frente con la rockera y le dio un beso rápido, apenas rozando los labios de su amiga, los cuales se curvearon en una sonrisa diminuta, ella sabiendo plenamente que había hecho bien en confiar en él.

Lentamente comenzó a moverse de adelante hacia atrás, saliendo y entrando repetidas veces, haciendo a la chica pelinegra estremecerse contra él y hacer que gimiera en varias ocasiones, a veces palabras sin sentido; otras veces su nombre, siendo en esos casos, música para sus oídos. Él también se permitió disfrutar de la experiencia, de sentir el interior ligeramente apretado de la rockera rodeando su miembro, era simplemente magnifico, aun con el condón puesto.

"Maldito Rusty, el cabrón nunca coge, pero eso no evita que compre preservativos especiales de marca, supongo que le debo una cerveza como agradecimiento por regalarnos uno a todos, aunque igual supongo que ninguno los había llegado a necesitar antes"

La pelinegra soltó al albino para poder recostarse mejor en la cama, poniendo las manos a un lado de su cabeza, mientras que Lincoln se enderezo un poco, mientras seguía embistiendo a la chica. Miro hacia abajo para poder observar con detenimiento a su compañera, la excitante vista de su bello rostro mordiéndose el labio con los ojos cerrados fuertemente tratando de mantener la cordura, y el increíble y atrayente baile que hacían sus pechos con cada vaivén, hicieron que la mente del chico se elevara aún más que la primera vez que se puso ebrio junto a sus amigos.

- Lincoln… - Detuvo totalmente sus movimientos al escucharla decir su nombre y la regreso a ver directamente a sus ojos; su rostro enrojecido y su respiración agitada, pero con una sonrisa plasmada en su cara. – Yo… Ehm… ¿Podrías subir la intensidad un poco? Ya me estoy sintiendo más segura respecto a esto – Su voz sonaba ronca, quizás una combinación de la excitación y la vergüenza de decir eso.

Las mejillas del peliblanco volvieron a sonrojarse al escucharla mencionar aquello, pero no pudo evitar soltar una pequeña risa. – Así lo deseaste y así será. – Y acatando lo que le había pedido la pelinegra, el chico aumento la velocidad de sus movimientos.

- ¡Ah~ si, a eso me refería! – Gimió por el aumento de intensidad de los movimientos de Lincoln, cerrando los ojos con fuerza.

El chico Loud se estremeció ligeramente al escucharla hablar así, con la lujuria apoderándose de ella poco a poco, cada vez creía más fervientemente que se volvería loco al escucharla y verla actuar así. Lincoln fue sacado de sus pensamientos sorpresivamente por la pelinegra, quien lo tomo de los hombros y con algo de esfuerzo, lo hizo girar haciendo que ahora fuera el que estuviera debajo de ella. Siendo ahora la pelinegra quien lo cabalgaba, se movía de adelante hacia atrás, de lado a lado, buscando la mayor fricción y placer posible para ambos, la mente del peliblanco parecía que en cualquier momento haría un cortocircuito.

- Linc, a mis amigas y a mí nos encanta lo que sabes hacer con la boca. ¿Por qué no les das un poco de atención? – La rockera acerco su busto hacia la cara del chico Loud, meneando su torso para que se movieran sus atributos.

¿A dónde había ido la chica algo tímida e insegura del principio? Lincoln no lo sabía, y honestamente esperaba que no regresara en bastante rato. Así que, acatando los deseos de su compañera, el peliblanco tomo los pechos de la rockera y empezó a jugar con ellos nuevamente. Ambos disfrutaban enormemente de ese momento: Tabby movía su cadera a ritmos lentos y profundos, mientras que Lincoln masajeaba, pellizcaba, lamia y mordía los senos de la chica. Era una situación ganar-ganar para ambos jóvenes.

La chica del mechón podía asegurar casi con total seguridad que ella era la que más estaba disfrutando de la acción, la sensación casi tipo eléctrica que le daban sus pechos cada vez que el peliblanco pasaba su boca, sus dientes y su lengua por ellos, además de las rápidas pulsaciones que su miembro le daba al interior de su intimidad eran realmente extasiantes.

- Oye… Tabby.

- ¿Q-qué pasa Linc? – Le pregunto desconcertada por haber sido sacada de sus lujuriosos pensamientos repentinamente mientras se detenía y separaba un poco de él.

- Yo… Tú sabes… ¿Podría pe-pedirte algo? – La rockera no sabía si tenía el rostro enrojecido y hablaba entrecortado por la agitación del "ejercicio" o por vergüenza.

- ¿Qué sucede? – Cuando termino su pregunta, un pensamiento surgió en su cabeza y sonrió de forma burlona y algo coqueta. - ¿Al pequeño conejito le gustaría que lo ahorcara sensualmente con mis piernas? Porque, si es así, estaría dispuesta a aceptar. – le dijo lo primero que se le ocurrió para después comenzar a reír.

- Pues… - El peliblanco desvió la mirada hacia un lado, mientras que su cara ya roja, parecía enrojecer más. – No, pero ya que mencionas eso, podríamos intentar eso, quizás en una próxima ocasión. – Lo dijo casi queriendo que fuera un susurro, pero lo suficientemente alto como para lo escuchara su compañera.

- ¿Eh? – Tabby parpadeo varias veces en lo que su cerebro procesaba lo dicho por el chico Loud. Cuando finalmente lo hizo puso sus manos en sus caderas mientras fingía un tono falso de indignación. – Lincoln Loud. Es apenas mi primera vez y tú ya estás pensando en llevarme a la cama otra vez en otra ocasión… Y además para hacer algo tan indecente. ¡Que osadía de tu parte! – Se llevo una mano al pecho y volteo el rostro a un lado en un gesto de indignación, pero realmente estaba tratando de resistir la risa lo más que pudiera.

- ¿¡QUE!? – El rostro de Lincoln se había puesto de un color antinaturalmente rojo. - ¡Espera, no quise decir eso! ¡Lo lamento, lo siento, lo siento, lo siento!

La rockera no pudo resistirlo más y se hecho a reír a todo pulmón. El peliblanco no sabía cómo reaccionar ya al comportamiento de su amiga, pero le alegraba que no parecía estar molesta con él, así que con eso ya era ganancia para él. Cuando vio que Tabby ya estaba lo suficientemente recompuesta iba a decir algo, pero se vio interrumpido cuando la chica lo beso sorpresivamente.

- ¡Ay, eres tan lindo cuando te pones así! – Le dijo en un tono bastante jovial. Lincoln se avergonzó y miro hacia otro lado, haciendo que esta sonriera traviesa. – Vamos, no te pongas así. Si te portas bien puede que acepte estar contigo en otro momento, igual de esta manera, en el futuro. – Le dijo con coquetería.

Lincoln la regreso a ver tan rápido que ambos temieron que pudiera lastimarse el cuello por la velocidad a la que movió la cabeza. El peliblanco la miraba con total incredulidad, pero el rostro tranquilo de la muchacha le confirmaba lo que había dicho.

"¿Ya mencioné que estoy seguro de que esta chica de verdad quiere llevarme a la locura?" Pensó Lincoln para sí mismo.

"Con lo bien que te has portado conmigo, y lo BIEN que me has hecho sentir el día de hoy, definitivamente haría esto contigo más veces si son como esta ocasión." Fue lo que pensó Tabby.

- Vamos Lincoln, mientras no sea algo demasiado… exagerado, dime que es lo que me ibas a pedir. – Le dijo con simpleza.

- Ah… bueno yo… podrías… claro, si es que quieres… así como estas, darte la vuelta. – Estaba tan nervioso que no podía formar la oración completa sin detenerse cada tanto.

- ¿Por qué? - La rockera lo miro extrañada, ya que no encontraba nada demasiado extraño en su petición.

- Es que… eh, tengo que admitir que me gusta tu trasero y me gustaría apreciarlo. - Lincoln trataba de evitar mirarla a los ojos, por temor a que lo mirara raro.

- Oh. – Fue lo único que salió de su boca como respuesta mientras sus mejillas enrojecían ligeramente. – No pensé que fueras un chico de traseros, pensé que serias más de pechos. – Le dijo con honestidad.

- Ese sería Rusty, Clyde para no morir de un shock hipovolémico prefiere no pensar demasiado en el cuerpo de las mujeres, y Kevin prefiere las piernas y las caderas… que vienen de la mano con los traseros. – Habían compartido ambos, varios momentos tanto íntimos como divertidos esa noche que no le importo mencionar a sus amigos también. – Razón por la cual lo considero un caballero de gustos refinados igual que yo. – Menciono con un tono refinado mientras se llevaba la mano al pecho.

La rockera no pudo evitar reírse ligeramente por los manierismos que hacia el peliblanco al decir aquello. Se quedo callada cuando una idea asalto su mente y le hizo fruncir el ceño.

- Espera un momento, Linc, de pura casualidad, cuando salimos los 8 juntos, tus amigos y las mías, tú y Kevin no se ponen detrás de Haiku y de mi para vernos el culo ¿O sí? – Le pregunto mientras se cruzaba de brazos. – Porque, que yo recuerde, ustedes dos siempre ponen hasta atrás cuando paseamos por ahí.

- Eh…

- Lincoln Loud… - El peliblanco ya no sabía si el tono molesto con el que dijo su nombre era enserio o no, con ella ya no podía estar seguro de nada.

- ¡No, no, no, no! ¡Por supuesto que no! – Negaba frenéticamente. – Nosotros nunca haríamos algo como eso. – Le dijo sonriendo nervioso, esperando que se lo creyera.

- Bueno, si tú lo dices, te creo. – Tabby definitivamente no le creía una mierda, pero decidió dejarlo de lado por el momento, ya después ahondaría más en el tema.

Lincoln trato de disimular lo más que pudo el suspiro que había soltado, pero la rockera lo había notado perfectamente, a lo que solo negó con la cabeza. Estando sentada tanto tiempo encima del chico hizo que se le entumieran las piernas un poco, por lo que decidió levantarse para estirarlas, aunque sea un poco, pero al hacerlo, el roce hizo que Lincoln hiciera una mueca y que Tabby gimiera suavemente.

- Mierda, se me había olvidado de que estábamos "pegados". – Soltó una risa nerviosa mientras sus mejillas enrojecían levemente. – Solo necesito estirar mis piernas un poco nada más, aún no hemos acabado… je, je, je, "acabado". – Volvió a reír, ahora divertida, por lo último que había dicho; Lincoln en cambio no se rio para nada, para él, es como si la rockera hubiera dicho uno de los horribles chistes de su hermana Luan.

Tabby se sentó a un lado del peliblanco, quien también decidió sentarse para estar a la misma altura, y estiro las piernas hasta que fue audible el cómo sus piernas tronaron sacándole un gemido de satisfacción y una ligera sonrisa. Lincoln miro a la rockera de reojo quien tenía un rostro feliz y ligeramente sonrojado; cuando ella se sintió observada se giró para encarar al peliblanco, este giro el rostro rápidamente, sintiéndose un poco avergonzado por haberla visto fijamente. La pelinegra ladeo la cabeza por su comportamiento para después soltar una risilla.

- Así que, al pequeño conejito le gusta mi trasero… - Hablo Tabby con un tono coqueto para llamar la atención de su compañero.

La chica se levantó hasta quedar en cuclillas, se puso a gatas y avanzo un poco en la cama hasta que el peliblanco pudiera admirar su retaguardia en todo su esplendor, y como guinda del pastel, lo meneo para alterar aún más al chico. Lincoln trago grueso tan sonoramente que incluso Tabby lo pudo escuchar. Era tan divertido y a la vez tan gratificante para ella lo fácil que podía ponerlo nervioso; por otra parte, para él no era exactamente divertido todas las provocaciones que estaba sufriendo, pero las recompensas que recibía hacían que valiera la pena.

-Entonces... ¿Estas listo para el gran final? - Le pregunto regresando a mirarlo.

Lincoln se relamió los labios, para después girar la cabeza un poco haciendo que su cuello tronara ligeramente, miro a Tabby a los ojos y le sonrió tratando de parecer lo más seguro que pudiera. - ¡Hora del Rock!


Siendo completa y totalmente sincero, lo que abarco este capitulo, llevaba muchísimo tiempo ya escrito. De hecho, todavía abarcaba unas cuantas líneas mas, pero decidí cortarlo ahí.

Pero entre que me puse a leer y fantasear escribir en otros fandoms, y que volvi a enviciarme con los videojuegos, fui relegando esta historia mucho tiempo. Pero por mas que trataba de escribir no podía; la historia, los diálogos, la "acción", todo siempre estuvo perfectamente estructurado en mi cabeza, pero simplemente no me salía el seguir avanzando esta historia.

Después de volver a escribir en el fandom de League of Legends porque de plano me dio un ataque de inspiración, creo que entendí el problema. Por alguna razón mi cerebro no da para mas cuando un capitulo sobrepasa las 3.5k - 4k palabras. Les puedo jurar que este capitulo estaba planeado para llegar al climax total, si saben a lo que me refiero, pero simplemente veía la historia y todas las ganas que podía tener de seguir avanzando se esfumaban. Viendo como funciono yo mismo, creo que puedo seguir actualizando esto de una manera, digamos un poco mas constante. Así que, si volviste a esta historia después de tantos años, te lo agradezco, y pido una disculpa. Y si es tu primera vez leyéndola, espero que la estés disfrutando.