Autor Original: rexlover180
ID: 2962133
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Alejarse
Arthur suspiró profundamente, acostado en su cama, en la oscuridad, mirando al techo. Esto era una locura. Sabía que este lugar era su hogar, podía percibirlo. Lo recordaba como su casa, donde vivía. Pero ya no se sentía bien. Y su cama se estaba volviendo dolorosamente incómoda.
Arthur se sentó y miró a su alrededor. Estaba tan vacío aquí… Su casa era bastante grande, demasiado grande solo para él. Y realmente no podía soportar todo ese espacio.
Arthur simplemente negó con la cabeza y se movió rápidamente para quedar acostado en el suelo. Se sentía mucho más cómodo por alguna razón, pero aún se sentía solo. En la isla, sabía que su familia estaba solo a unos pasos de distancia. En el barco, Alfred siempre estaba cerca, ya fuese para ayudarlo o simplemente para estar juntos. ¿Ahora? Estaba solo, en un lugar que podía decir que apenas conocía…
Hablando con franqueza, simplemente era un asco.
Arthur intentó cerrar los ojos en el suelo y dormir. Pero los sueños no llegaron. Podría haberse quedado allí durante horas, o tal vez incluso minutos, no estaba muy seguro. Pero sabía que no se dormiría de esa manera.
Gruñendo un poco para sí mismo, Arthur se sentó derecho y se apoyó en la mesita de noche, cruzando las piernas. Meditar siempre lo ayudó a conciliar el sueño cuando tenía muchas cosas en la cabeza. O dolores de cabeza. Ambos eran el caso en este momento.
Intentó pensar en algo, cualquier cosa, que lo distraería. Sólo un pensamiento pareció ayudar. Alfred. No tenía idea de por qué eso ayudaba en algo, pero logró calmarlo significativamente. Y fue dolorosamente consciente de cuándo empezó a llover.
Alfred se movió torpemente frente a la puerta. Sabía que esta era la casa de Arthur, lo había dejado allí el día anterior. ¿Era extraño que regresara? Tal vez debería irse…
La lluvia que lo golpeaba en la espalda parecía indicarle que se quedara. Arthur todavía necesitaría ayuda para sobre llevar su vida pasada, después de todo. Francis podría ayudar, seguro. Pero eso no era nada comparado con lo que Alfred podía ofrecer. Eso, y el hecho de que imaginarse a Francis pasando más tiempo con Arthur lo ponía un poco irritable.
Alfred respiró hondo y llamó con fuerza a la puerta. Se le ocurrió que era un poco temprano, tal vez debería haber venido más tarde…
Afortunadamente, sin embargo, la respuesta fue rápida y Arthur abrió la puerta, frotándose los ojos con la mano.
"¿Sí?" preguntó Arthur con cansancio.
"¿Estás bien?" preguntó Alfred preocupado. Cuando Arthur lo miró con ojos cansados, era obvio que no durmió mucho.
"Estaré bien…" murmuró Arthur, mirando al suelo "Mmm, entra" se hizo a un lado, permitiendo que Alfred entrara, aunque goteaba un poco en el suelo por la lluvia.
"Está lloviendo" Alfred sonrió levemente, cerrando la puerta tras él.
"Me di cuenta" suspiró Arthur, apoyándose contra la pared más cercana.
"Entonces, mm, ¿cómo te estás adaptando?" preguntó Alfred con torpeza. Toda esta reunión parecía mejor en su cabeza…
Arthur suspiró y siguió mirando al suelo, como si estuviera pensando en su respuesta "Todo parece tan familiar…" dijo Arthur finalmente "Pero, implemente se siente bien, supongo. Ajustarse está demostrando ser un poco más difícil de lo que esperaba…"
"Lo siento" murmuró Alfred "Pensé que volver a casa sería lo mejor para ti…"
"Quién sabe, tal vez lo sea" Arthur se rio levemente para sí mismo "Tal vez todavía tengo esa isla en mi cabeza y esto la sacará…"
"¿Es la isla realmente algo tan malo?" preguntó Alfred "Quiero decir, eres la persona más abierta que he conocido y estoy bastante seguro de que tengo que darle las gracias a la isla por eso"
"Tendrás que ir con Francis si quieres a alguien abierto" murmuró Arthur.
"Está bien, tengo una idea" Alfred se animó de repente. Recordó haber visto un bosque mientras se resolvía el problema de dónde se quedaría. Tenía que ser algo extravagante, al parecer, porque trajo de vuelta a Arthur Kirkland, pero era un poco grande… "¿Crees que estás lo suficientemente bien para salir?"
"Estoy cansado, no enfermo" dijo Arthur.
"Genial, entonces vamos" dijo Alfred felizmente y agarró uno de los brazos de Arthur, arrastrándolo hacia la puerta.
"¡Alfred!" Arthur dejó escapar un suspiro exasperado "Al menos déjame ponerme los zapatos. No quiero volver a enfermar"
"Está bien, está bien" Alfred alzó las manos en señal de rendición y Arthur desapareció en su casa para buscar los zapatos. Alfred estaba casi rebotando donde estaba, comenzando a emocionarse mucho. A Arthur podría gustarle mucho el bosque. Parecía que le gustaban los árboles de la isla. Claro, estas no eran palmeras, pero estarían lo suficientemente cerca.
"¿A dónde quieres ir?" suspiró Arthur, volviendo a la vista de Alfred.
"Eso es una sorpresa" Alfred guiñó un ojo y agarró la muñeca de Arthur, tirando de él hacia la puerta que abrió con la otra mano. Cerró la puerta de una patada rápidamente y vio que Arthur ya se estremecía por la lluvia "¿Estás bien?"
"Estoy bien" suspiró Arthur, mirando al suelo.
"Está bien, entonces, ¡vámonos!" dijo Alfred felizmente, tirando de Arthur junto a él mientras marchaba por la calle, hacia donde esperaba recordar que estaba el bosque. Sería una buena idea, se aseguró a sí mismo. seguramente podría animar a Arthur.
"¿Por qué no me dices a dónde vamos?" suspiró Arthur.
"Bueno, el punto de la sorpresa es que no sabes lo que va a pasar" Alfred lo miró e hizo una ligera mueca de dolor. Se veía muy infeliz, completamente empapado y con el ceño fruncido. Bueno, el ceño fruncido no tenía por qué estar dirigido a él… "No te preocupes, estoy seguro de que te encantará"
"De acuerdo" suspiró Arthur.
Caminaron en silencio durante un rato y Alfred comenzó a preguntarse si iban en la dirección correcta. Eventualmente, sin embargo, el espeso follaje verde apareció a la vista y Alfred comenzó a moverse más rápido hacia él, a pesar de las pequeñas protestas de Arthur. Sin embargo, esas protestas se calmaron bastante cuando el bosque quedó a la vista.
"Te dije que te gustaría" sonrió Alfred, tirando de él más rápido.
Arthur aparentemente se quedó sin palabras cuando finalmente llegaron bajo la seguridad de los árboles y la lluvia dejó de golpearlos. Alfred lo soltó y miró hacia los árboles. No eran demasiado altos, seguramente solo un poco más altos que todas esas palmeras a las que Arthur estaba acostumbrado. No era muy diferente a la jungla…
"Entonces, ¿te has quedado sin palabras o algo así?" preguntó Alfred, volviéndose hacia Arthur, pero no estaba allí. Todo lo que quedaban eran sus zapatos.
Arthur no pudo evitar reír desde su posición ventajosa en los árboles. Era bastante fácil escalar, incluso con esta ropa restrictiva que tenía puesta. Alfred estaba mirando alrededor frenéticamente, al parecer ni siquiera pensaba en mirar hacia arriba. Arthur se rio más fuerte y saltó a otro árbol.
Suspiró feliz, estar en los árboles era como estar en casa. No tenía idea de que lo extrañaba tanto hasta que él mismo subió a los árboles. Le hizo preguntarse cómo se las arreglarían los demás. Sin embargo, prácticamente olvidó todos sus problemas en los árboles.
Se olvidó de sus padres. Se olvidó de la casa. Se olvidó sobre la responsabilidad…
Arthur sonrió, respirando hondo. Era extremadamente diferente a lo que estaba acostumbrado y tenía ese toque de lluvia que no podía decir exactamente que le gustara.
"¡Arthur!" gritó Alfred con fuerza, finalmente sacando a Arthur de sus pensamientos. Arthur bajó la mirada y vio que Alfred simplemente lo estaba mirando.
"¿Sí?" preguntó Arthur, arrodillándose ligeramente en la rama en la que se había situado.
"Parecías un poco perdido en tu propio mundo" Alfred le sonrió "¿Eso significa que te gusta la sorpresa"
"Gracias, Alfred" Arthur sonrió levemente y miró hacia el resto del bosque. Por lo que podía decir, no era exactamente muy grande, pero era muy difícil resistir el impulso que tenía de saltar de árbol en árbol a través del bosque.
"¿Sabes? Si quieres saltar entre los árboles…" Alfred suspiró "Te traje aquí por una razón, para relajarte y que estés tranquilizarte. No te preocupes, tengo tus zapatos"
Arthur asintió felizmente, mirando hacia lo profundo del bosque. Pensó que no le llevaría mucho tiempo atravesarlo y parecía ser bastante fácil, especialmente con estas ramas por todas partes. Cuanto más cerca estaba Alfred, más parecía gustarle. Era la primera persona en la isla que no le apuntó con un arma, intentó protegerlo con Carriedo, lo ayudó a reaprender todo, le estaba mostrando este bosque…
Sin decir una palabra, Arthur saltó al siguiente árbol. Tuvo un pequeño problema al principio, pero lo entendió fácilmente una vez que saltó al cuarto árbol y comenzó a moverse cada vez más rápido. Era refrescante sentir el viento correr por su pelo, dejar que sus reflejos tomaran el control y simplemente moverse, sin apenas pensar. Casi había olvidado cómo se sentía todo esto.
Lentamente, Arthur se movió para detenerse, mirando un poco hacia abajo pero sin ver lo que había debajo.
No quería olvidar cómo se sentía todo esto… No quería olvidar la isla… Él… la echaba de menos. Casi quería volver, pero sabía que no podía. Había mucho que tenía que hacer aquí.
Arthur bajó lentamente de modo que aterrizó de nuevo en la hierba, sin dejar de mirar el suelo. Ahora que había experimentado la nada en la isla, no podía decir que le gustaba el mundo real. Estaba abarrotado, apagado… aburrido…
"¿Qué ocurre?" jadeó Alfred levemente mientras corría hacia Arthur.
"No sabía que había bosques como este en Inglaterra" murmuró Arthur, poniendo una mano en el árbol del que acababa de bajar.
"Bueno, no puedo esperar que recuerdes algo en tus primeros días" Alfred se frotó la nuca "Pero tampoco tenía idea de que uno de estos estuviera aquí. Pero, ya sabes, hay una tonelada de bosques en Estados Unidos, mi hogar"
"América…" murmuró Arthur por lo bajo. Fue entonces cuando tuvo una idea. Era una gran idea, pero requería algo que no tenía exactamente en ese momento.
"Bueno" Alfred se estiró un poco "¿Quieres regresar?"
"No" Arthur negó con la cabeza, aturdido.
"¿Qué?" preguntó Alfred. Arthur se mordió el labio. Alfred estaba destinado a irse pronto, de todas formas, así que bien podría…
"No quiero irme" murmuró Arthur y rápidamente se movió de modo que envolvió sus brazos alrededor del torso de Alfred, de alguna manera logrando esquivar sus brazos. Felizmente rozó con su rostro el pecho de Alfred y sonrió levemente "No quiero volver…"
"Tenemos que volver" Alfred se rio levemente, abrazándolo un poco. Arthur pensó que seguramente era una buena señal y decidió seguir adelante.
"Quiero ir a América" murmuró Arthur, lo suficientemente alto como para que Alfred pudiera escucharlo "Quedarme varado en un bosque, olvidarme de todos los demás… contigo…"
Estuvo en silencio durante un rato, seguramente porque Alfred estaba registrando que lo Arthur acababa de decir. Arthur pudo sentir que comenzaba a temblar levemente, preguntándose si había hecho lo correcto o no… Esto fácilmente podría ser un giro a mal para él…
"Yo también…" esa era una respuesta que Arthur no esperaba de él. Alfred finalmente le devolvió totalmente el abrazo y apoyó la barbilla en su cabeza, ya que Arthur era un poco más bajo. Arthur estaba a punto de decir algo, pero Alfred lo interrumpió "Pero no podemos. Ya he recibido noticias de casa. Me han estado buscando, y tengo que ir a casa y hacer lo que quieren. Y al menos tú deberías darle una oportunidad a este lugar antes de realmente decir que lo odias"
"Pero…" murmuró Arthur. Fue realmente bajo, apenas podía escucharse a él mismo.
"¿Qué tal esto?" preguntó Alfred "Iré a una misión más. Cuando termine, volveré aquí, veré cómo te va. Si todavía lo odias, puedo renunciar y podemos huir a esos bosques y perdernos. Nadie sabrá dónde estamos, podemos simplemente desaparecer. Pero tienes que darle una oportunidad justa a la realidad, ¿de acuerdo?"
"Tienes que prometer que no te pasará nada malo" murmuró Arthur "No… te pierdas como yo…"
"No te preocupes, han estado construyendo barcos más seguros ahora" Alfred se rio levemente "Ya sabes, casi han terminado esa nueva nave, que se supone que es insumergible. Se llama Titanic"
"No me voy a acercar a una trampa mortal como esa" resopló Arthur y Alfred se rio un poco más fuerte.
"Muy bien, ¿entonces tenemos un trato?" Alfred los separó para poder mirar a Arthur a los ojos. Arthur no había notado hasta ese momento que sus ojos estaban llorosos.
"Está bien" Arthur asintió levemente "¿Cuándo tienes que partir hacia América?"
"Mañana" suspiró Alfred "Te prometo, sin embargo, estar de vuelta en un mes, dos como máximo. Entonces puedes decirme cómo te sientes"
"Ni siquiera sé qué estaré haciendo mientras te espero" Arthur miró al suelo.
"¿El Gran Arthur Kirkland?" Alfred lo miró de arriba abajo, con una sonrisa de complicidad en su rostro "Estoy seguro de que se te ocurrirá algo"
