Autor Original: mar-map

ID: 2410090

Notas de la traductora:

¡Aloha~!

Así que, sin más dilación, ¡que lo disfrutéis~!

Nota de la autora: Hay algunas referencias a la novela, pero no grandes spoilers.

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Capitulo 9: La Rebelión

"No puedes hacer esto, Alfred" dijo Arthur entre dientes. Ni siquiera había estado tan enfadado la noche de su boda. ¿Cómo podía Alfred ser tan idiota? "Estás poniendo en riesgo tanto a la Corte de Espadas como la de Diamantes. ¡Enviarás a dos reyes al peligro!" por alguna extraña razón, la reunión del consejo le había dado la rara idea a Alfred de que debía ir al castillo de Diamantes y ver que estaba mal por sí mismo.

"Es por eso que Francis no vendrá conmigo" la voz de Alfred era suave y conciliadora. Intentando alcanzarle tranquilizadoramente pero Arthur simplemente siseó entre dientes y se alejó más. No se dejaría influir. Alfred se estaba comportando como si fuese alguna especie de animal salvaje que necesitaba calmar antes de que hiciese algo malo.

"¡No puedes arriesgar el reino de este modo!" gruñó Arthur "¿qué sucederá cuando te maten?" ahora Alfred se detuvo y empezó a mirar a Arthur al otro lado de la mesa de su habitación. ¿Cuándo había empezado a pensar en la habitación como 'de ellos' en lugar de la de Alfred?

"Gracias por la fe" Alfred le fulminó con la mirada. Era la primera vez que Arthur creía haber visto siquiera a Alfred enfadarse de verdad, sobre todo con Arthur "Además, el reino estará bien contigo aquí. No sé lo que estoy haciendo, ¿recuerdas? Solo soy un campesino"

"Alfred…"

"Me voy a primera hora de la mañana, Arthur. Podemos pelear toda la noche o puedes dejarme hacerte olvidar que me voy" la ira de Alfred se fue en un instante para ser reemplazada por cansancio. Arthur sabía que no lo haría. No podía hacer que Alfred se agotase y arriesgase su vida al mismo tiempo. Necesitaba estar descansado.

Arthur cedió y permitió que Alfred el atrajese hacia su pecho "Es solo que no quiero perderte" susurró Arthur contra el pecho de Alfred. Los dedos del Rey pasaron con dulzura a través del pelo dorado de la reina "Vas a territorio de Tréboles, si están listos para el ataque, será un suicidio"

Arthur se refregó contra la clavícula de Alfred. Sintió la nariz de Alfred hundirse en su pelo. Una respiración profunda trajo el fuerte olor de Alfred hacia él "Lo sé" murmuró Alfred.

Arthur ni siquiera se dio cuenta de que había empezado a llorar hasta que Alfred le susurró suavemente. Alfred tiró de él hacia la cama y le acostó suavemente sobre las sábanas. Habían sido limpiadas y reemplazadas a principio del día. Olían a fresco para Arthur mientras se tumbaba contra estas ahora, lo que suponía que estaba bien. Alfred se recostó en la cama a su lado, colocándose sobre su reina. Los labios de Alfred se cerraron sobre los suyos repetidamente.

"Te haré olvidar todo"

La Reina simplemente asintió. Alfred cumplió con el acuerdo inmediatamente y con bastante entusiasmo. Se quitó su propia ropa y le quitó a Arthur la suya antes de tirarlas al suelo con de modo bastante descuidado. Sus dedos y sus toques suaves en cualquier parte que tocase. Se aseguró de adorar a Arthur en lugar de hacerlo un simple escarceo carnal.

Alfred no pudo evitar sonreír. Arthur estaba siendo particularmente vocal. Se revolvía en voz alta ante el juego de Alfred pero sin quejarse nunca por ello. Gemía cuando Alfred llegaba a alguna zona concreta. Jadeaba el nombre de Alfred tanto como podía.

La preparación de Alfred fue lenta, pero Alfred ni siquiera se planteó el hacerle ir más rápido. Quería que esto durase tanto como pudiese. No quería que nunca llegase el momento en que la calidez de Alfred le dejase "Te amo" Alfred estaba jadeando. Estaba siendo tan lento como era posible. Estaba intentando seguir de ese modo pero rápidamente se hizo claro que la contención de Alfred estaba agotándose "Te amo tanto" Alfred fue besando lentamente su cuello. Murmuró disculpas sobre todo contra la piel de Arthur entre los besos "Estás cerca, ¿verdad, Arthur?" dijo Alfred contra su oreja "No te contengas conmigo"

Pronto ambos estaban agotados. Alfred se aseguró de no colapsar sobre su Reina. Respiró hondo para normalizar su respiración y cayó hacia un lado de la cama.

"¿Quién es Mary Bell?"

"¿Artie?"

"Alfred"

"Seguramente no te gustará la respuesta"

"¿Alfred?"

Arthur pudo escuchar a Alfred suspirar en voz bastante alta. Arthur, por su parte, estaba todavía mirando hacia el techo. No estaba seguro de a donde había decidido Alfred dirigir su mirada "Solíamos estar en cortejo" Arthur no supo cuando Alfred llegó a estar tan cerca, pero ahora estaba sentando y dejando besos por su cuello "Entonces te vi"

"¿Me viste?" Arthur estaba un poco sorprendido y decepcionado al mismo tiempo. Alfred dejó su vida y amor por él. Arthur era un segundo en comparación de Mary Bell.

"Si" Alfred sonrió contra el cuello de Arthur "Cuando empezaron a considerarte para una de las posiciones monárquicas, viniste a mi pueblo" la voz de Alfred se endureció y su sonrisa desapareció "Francis… no importa"

"Francis no es tan imbécil a cómo se comporta" declaró Arthur. Todavía estaba un poco sorprendido por el hecho de que, al parecer, había conocido a Alfred antes de su boda. ¿Habían hablado?

"¿Le amas?"

"¿Qué?"¿De qué habían estado hablando?

"Francis. ¿Le amas?"

Arthur se encogió con disgusto. Alfred eligió el camino equivocado "No, no. No quiero decir así" Arthur agarró el brazo de Alfred. Besó el hombro de este "Me he acostumbrado a la compañía de Francis, pero no le amo" Arthur se detuvo, los dientes mordiendo su labio inferior. Respirando profundamente, decidió continuar "Creí que lo hacía una vez"

Alfred junto sus labios "Entiendo". El Rey trazó suaves círculos en las caderas de Arthur "Además, no quiero dejar que te tenga"

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En el momento en que Arthur despertó, Alfred se había ido. Arthur se puso la bata y caminó por los pasillos de piedra del castillo hacia su habitación. Realmente no había esperado que Alfred estuviese allí cuando despertase, pero todavía sentía una ligera punzada de decepción cuando no lo estuvo. La apartó.

Después de arreglarse por su cuenta en su propia habitación, Arthur caminó hacia el gran comedor. No había llegado muy lejos cuando escuchó las campanas de socorro del castillo empezando a sonar. Los pasos de Arthur dudaron con incertidumbre hasta que su vida de esfuerzos y entrenamientos entró en juego. Arthur dio pasos rápidos y precisos hacia la habitación del trono.

Cuando entró, fue saludado por un grupo de caballeros, sirvientes y Matthew. Por no mencionar a los miembros de Diamantes "¿Qué está pasando?" exigió Arthur cuando entró.

"Tenemos hombres intentando sobrepasar las puertas" respondió Matthew inmediatamente "Están atacando el castillo" había miedo en la voz y los ojos de Matthew "Yao y Vash están con los caballeros en las barricadas de la ciudad baja. Antonio está trayendo a los asistentes de la ciudad para el cidiel. Lovino está poniendo a salvo a Erika"

Arthur tragó pero se negó a tensarse. Alfred estaba lejos de Espadas, Arthur estaba en completo control del reino en ausencia del Rey. Brillante "¿Tréboles?" temía la respuesta.

Matthew negó con la cabeza "Los campesinos de las regiones periféricas. Están exigiendo la corona para sí mismos. Quieren verte a ti y su majestad rendiros ante ellos" Matthew parecía un poco incómodo de referirse a Alfred tan formalmente "No parecen saber de la presencia de Diamantes en el castillo"

"Tomaré incluso la más pequeña de las bendiciones" Arthur se dirigió a uno de los sirvientes "Tráeme mi armadura" ordenó "¿Qué hay de la gente de la ciudad baja?"

Matthew parecía algo afligido por la orden pero el sirviente se apresuraró a hacer lo ordenado "Todavía son leales a ti" Arthur asintió. Más pequeñas bendiciones "Señor, debo implorarle que se quede en la ciudadela"

Arthur se acercó a su As "Debo reunir a los caballeros en ausencia del Rey" el sirviente volvió y pronto los dos estaban armando a su Reina. El escudo y la espada fueron colocados en sus manos al final. Arthur alzó la espada en su mano. Había pasado mucho tiempo desde que había manejado la espada. No es que Arthur planease usarla.

Francis se acercó a su lado – también vestido con su armadura – y Arthur estaba agradecido.

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Cuando los dos llegar a las puertas de la ciudad baja, los caballeros habían establecido ya una defensa sólida contra el ataque. Arthur pudo escuchar los gritos de los campesinos luchando mientras intentaban forzar la entrada. Los habitantes de la ciudad baja habían sido ya evacuados hacia la ciudadela por seguridad.

"¿Tienen alguna demanda?" preguntó Arthur a uno de los caballeros. No había habido peticiones inusuales o quejas durante la audiencia pública y si la multitud de voces que podía escuchar era algo sobre lo que pensar, esto había sido planeado durante meses. Justo cuando Alfred había salido también. Era casi una estrategia de ese modo. Arthur dejó salir un suspiro de cansancio y, aun así, cabreado "¡Rory!" gritó "Traedme al campesino que ha estado en el castillo"

Después de solamente una corta pausa, uno de los caballeros más jóvenes saltó para hacer su voluntad. Arthur miró hacia el grupo "No nos han dicho nada, señor. Exigieron dejarle estar en su habitación y que el Rey diese su corona"

"Entonces han hecho una lista de demandas. Quieren vuestra corona, cherie" dijo Francis "Parece que tienes una rebelión en toda regla entre manos. No es que Diamantes deba participar o algo…"

Arthur se giró hacia el rey rival "Tienes suerte de que no hayan pedido tu sangre todavía. Sé agradecido de que Espadas sea lo suficientemente digna de confianza como para no dejar escapar esa dañina información, ni siquiera a su gente"ç

"Si, cherie, ciertamente puedo decir que tu gente es muy digna de confianza" Arthur eligió no hacer comentarios después de eso, no cuando escuchaba los gritos de su propia gente gritando a través de las paredes pidiendo su sangre.