- . My Hero Academia: Dar el 100 por ciento para ser padres: Parte 2 -
Summary: Deku y Uraraka reciben una noticia de su médico: Debido a que Deku nació sin un quirk, sólo tienen el uno por ciento de probabilidad de tener un bebé. Determinados a desafiar las probabilidades, la pareja enfrenta un desafío emocional y físico, intentando mantener la pasión constante para aprovechar los días fértiles de Uraraka.
Para mantener viva la chispa, se ponen creativos haciendo representaciones eróticas nacidas de la improvisación y de las fantasías que llegaron a tener cuando asistían a la Academia U.A., recreando momentos y escenarios de su juventud heroica.
*Historia con temas explícitos*
Con las piernas de Uraraka descansando a cada lado de sus hombros, Deku continuaba penetrandola suave y lentamente. Se movía dentro de ella con un ritmo lento y calculado, deslizándose con suavidad a través del hueco que había hecho en sus pantimedias. Cada tanto, apartaba su pequeña ropa interior para continuar penetrándola, mientras ella se cubría la boca presa de la excitación.
—Por favor... Deku...más rápido— suplicó Ochako, su voz entrecortada.
Deku, sin cambiar el ritmo, la observó pretendiendo esa calma que lo definía cuando estaba en modo héroe durante una situación difícil.
—Esta... es una de las primeras lecciones que deberá aprender en mi agencia, señorita Uraraka —explicó, manteniendo sus movimientos lentos y precisos mientras se la seguía follando lentamente— Nunca hay que precipitarse. Al principio hay que hacer todo lento y bien calculado. Eso es lo que me enseñaron en mi primer trabajo de agencia.
Dicho esto, Deku depositó un suave beso seductor en una de las piernas de Ochako junto a su hombro, manteniéndose en control mientras su cuerpo se mantenía tenso por la excitación.
Sin poder haberlo predicho, su celular comenzó a vibrar por una llamada entrante. Él ignoró el sonido, intentando concentrarse al cien por ciento en lo que hacía, pero Ochako lo observó entrecerrado los ojos.
—¿No va a... contestar, señor Deku? —le cuestionó Ochako —Podria ser importante... para su agencia... o para su próximo viaje del que me habló.
Deku dudo por un momento antes de asentir y contestar, aunque sin perder su posición dentro de ella.
—Oh, hola Kachan, dime—saludó cortésmente, moviendo sus caderas de manera que su erección rozara las paredes más profundas de Uraraka, haciéndola retorcerse.
—Ya veo. Entonces al final no hubo mayor problema. Gracias por informarme de todas maneras, Kachan — sonrió Deku — Déjame saber si algo más sucede.
'Esta bien. Te dejo. Tengo otro asunto que atender, Izuku' dijo Bakugo concluyendo la llamada. Aunque claro, el único que pudo escucharlo concluir fue Deku, quien continuo pretendiendo que seguía en linea.
—No. No estoy ocupado. Dime — dijo continuando con el lento tormento entre sus piernas, aunque parecía comenzar a desesperarse un poco también con ese ritmo lento.
Para sorpresa de Deku, Uraraka empezó a desabotonar su blusa y luego subió su bra para dejarle ver la piel pálida de sus pechos. Un claro intento de hacerlo ir más rápido.
Sin pensarlo mucho, Deku se inclinó un poco para pegar su frente suavemente contra la de ella, acariciandole uno de sus pechos desde abajo. Mantuvo su posición con el celular contra su oreja y aumentó de una vez el ritmo de las embestidas de su cadera.
Uraraka seguía cubriéndose la boca para no dejar escapar los gemidos, pero parecía haberse convertido en algo mucho más difícil.
De nuevo Deku la observo y al verla tan desesperada por no hacer ruido con los ojos cerrados, sonrió divertido. Acto seguido, aprovechó ese momento para mojar dos de sus dedos con saliva, llevándolos al punto más sensible entre las piernas de Ochako, estimulando su clítoris con movimientos lentos y circulares.
—Uhm...— dejo escapar Ochako.
—Oh, ¿eso? —dijo, pretendiendo responder a Kacchan—. No, no es nada. Es Ochako. Está... comiendo dulces. —Deku fingió que recibía la respuesta de Kachan — ¡No le diré eso Kachan!
Deku volvió moverse de lado a lado.
—¡Huh! !Huh! ¡Huh!— dejo escapar Ochako, su cuerpo estremeciéndose por el placer de los movimientos de Deku.
Apretando los dientes, Izuku fingió disculparse—Uff tengo que dejarte, Kacchan. Hablamos luego —y con un movimiento rápido, dejó el celular a un lado de la cómoda, justo donde reposaba el sello de su agencia, liberado por fin para dedicar toda su atención a Ochako.
De golpe, Deku aumentó el ritmo de sus embestidas. Con una mano aferrada en el trasero de Ochako, mientras que con la otra continuaba estimulando su clítoris, haciéndola temblar con su mano, que con el tiempo se había hecho experta.
—¡Ah! ¡Deku! ¡Deku! ¡Deku! —gritó Ochako, sintiéndose al borde del abismo.
El clímax llegó para ambos, sus cuerpos entrelazados en un éxtasis compartido. Deku permaneció dentro de ella unos momentos más, saboreando la sensación, antes de retirarse lentamente. Con su miembro aún erecto, dio suaves golpecitos sobre la zona que había estado estimulando, provocando pequeñas contracciones en Ochako.
Uraraka sintió temblar sus piernas cuando al fin las retiró de los hombros de Deku y él observó su miembro suspirando.
—Uff lo siento...creo que no fue suficiente para calmarme —murmuró Deku, con una expresión que prometía más.
—¿Q-que?!— se impresionó Ochako pero antes de que pudiera decirle algo más Izuku la levantó con firmeza, sonteniendo sus piernas a cada lado de su cintura y se sentó en el sillón en el que antes había pretendido tener su supuesta entrevista.
Teniendola sentada encima de él suspiró de nuevo.
—Ya me cansé de estar de pie —murmuró como explicación, enterrando su rostro entre los senos de Ochako y frotando su nariz suavemente contra su piel, jugueteando con el contacto.
—Para ser un héroe, se cansa muy rápido de estar en una sola posición, señor Deku— comentó Ochako casi en un susurro acariciándole el cabello con cariño— Aunque es posible que sólo sea un poco caprichoso. ¿Siempre ha sido así?
Deku ignoró su comentario.
—Tengo que hacer otra llamada, pero espero que pueda seguir usted misma, señorita Uraraka. Será algo común cuando trabaje en mi agencia.
Izuku miró los contactos en su celular y por un momento dudo en llamar realmente a alguien o volver a fingir, pero cuando sintió los dedos de Uraraka guiando su miembro a su entrada, presionó sin pensar el botón de marcado sobre el nombre de Shoto Todoroki.
—SI. Hola Todoroki. Kachan acaba de llamarme.— dijo con una voz que intentaba mantener neutralidad, y esperó en linea la respuesta, mientras Ochako comenzaba a moverse suavemente sobre él —Si. Justamente... por eso— contestó Deku y en un pequeño intervalo lamió uno de los pezones de Uraraka — Si, sigo de vacaciones, justo ahora estoy comiendo un helado, pero me pareció curioso lo que me dijo por llamada. Kachan no me dio muchos detalles y esperaba que tú me hablaras un poco más de eso.
Por un momento, al escuchar esa conversación tan rara, Ochako no pudo evitar preguntarse de que estarían hablando, sin embargo decidió continuar con lo suyo y preguntarle a Izuku después.
Entonces colocó sus manos sobre los hombros de Deku, levantando los meñiques y aferrando el resto de sus dedos a su capa.
—Si — contestó Deku al teléfono, mientras sostenía uno de los pechos de Uraraka desde abajo y continuaba pasándole la lengua, lo cual logró hacerla estremecerse e Izuku no pudo evitar reírse un poco —No. No es que me parezca gracioso —aclaró Izuku por el teléfono, mordiéndose el labio al sentir a Ochako ajustarse a él, su respiración acelerándose, pero intentando disimular —Sólo... me hizo recordar un chiste de mal gusto, pero sigue Todoroki.
Izuku utilizó su mano libre para bajar las medias de Uraraka desde su cadera hasta debajo de sus nalgas, y apretó una de ellas para intentar guiar el ritmo. De vez en vez, también para hacerla mover la cadera de lado a lado para profundizar con su erección en sus paredes vaginales.
En cierto momento tuvo que morderse de nuevo el labio inferior para no dejar escapar algún suspiro.
Las manos de Ochako, por su parte, intentaban capturar más de la tela de la capa de Deku y cada vez era más difícil mantener los meñiques arriba.
—Ya veo. Entonces no es un gran problema en realidad— continuó Deku por el teléfono, mientras daba otras dos fuertes embestidas.
Sin poder aguantar más, Ochako apoyó ambas manos sobre los hombros de Deku y ambos comenzaron a flotar, una sensación que ya conocían, pero que en ese momento parecía amplificar la intensidad de todo lo que sentían.
Por error, Deku soltó el celular en el sillón y lo observo desde el techo, teniendo que girar la mitad del cuerpo, pero sin salir de Ochako.
—Mierda— mientras maldecía, cosa que no solía hacer a menudo, Izuku dejo salir un látigo negro para atraer el celular de regreso a su mano —Lo siento Todoroki. Me acabo de acordar de algo. Tengo que colgar pero hablamos después.
Dicho eso Izuku utilizó el mismo látigo negro para regresar el celular al sillón, y luego se giró a Ochako con el ceño fruncido.
—Le dije que me enojaría si me hacía flotar y esa era una llamada importante— Izuku pretendió estar molesto por lo que acababa de pasar
—L-lo siento — se disculpó Ochako cubriéndose la boca, sin poder disimular bien que se estaba riendo un poco.
—Creo que una disculpa no basta señorita Uraraka. Ahora tendré que castigarla — Deku sostuvo ambas nalgas de Uraraka y empezó a practicar un arrollador sexo duro con ella. Tenían que reconocer que no era la primera vez que lo hacían en el techo y de esa forma. Pero por su naturaleza dulce, Izuku normalmente era bastante considerado y moderado. Incluso por un momento llegó a pensar que en ese momento estaba siendo demasiado rudo, pero ninguno de los gemidos de Ochako le indicaron que se detuviera. más bien, parecía lo contrario.
Llegando de nuevo al climax, Uraraka enterró un poco las uñas en la tela de su capa sobre su espalda y Deku le mordió lo más suave que pudo una de sus abultadas mejillas que tanto le encantaban.
—Te amo Deku! ¡Te amo!— gritó Uraraka llegando a su límite, junto con él.
—Yo... también... te amo, Ochako.
De nuevo la lavadora estaba en funcionamiento. El uniforme de la UA de Todoroki estaba doblado encima de la secadora y en el cuarto de baño se escuchaba la caída de agua y dos voces hablando suavemente.
Izuku estaba sentado en un banquito, mientras Ochako le lavaba el cabello con shampoo con una gran ternura desde atrás.
Aunque ambos estaban desnudos, el ambiente, de momento, ya no estaba cargado de tensión sexual, pero si de un profundo cariño y deseo de mimos.
—¿Segura que no te lastime?— preguntó Izuku levantando la cabeza con cierta preocupación en su mirada —No fui demasiado hostil, ¿O si?
—Claro que no!— lo tranquilizó de inmediato Ochako con una risa suave y un beso en la mejilla —De hecho... me ha gustado. Es tan raro verte así —le susurró al oído cuál provocó que las mejillas de Izuku se tiñeran de un rojo vivo.
—M-me alegra que te gustara.
El vapor llenaba el baño, envolviendo a Ochako y a Izuku en una burbuja de calidez que contrastaba con el frío otoñal del exterior. Uraraka probó la temperatura de la regadera, dejando que el agua corriera sobre su mano antes de comenzar a enjuagar el cabello de Izuku.
—Pero... puedo preguntarte —dijo Ochako con voz suave, mientras sus dedos lo acariciaban — ¿de qué trataron esas llamadas? ¿Hubo algún problema en tu agencia por tu ausencia?
Izuku inclinó la cabeza hacia su mano, disfrutando de la suavidad de los mimos de Uraraka, permitiendo que el agua corriera por su cabello. Había algo muy lindo en esos pequeños gestos; en la forma en que ella lo cuidaba. Se quedó en silencio unos segundos, dejando que el sonido del agua cayendo llenara el espacio. No era que estuviera preocupado por hablar de ello, pero las palabras siempre parecían más pesadas cuando se trataba de sus trabajos como héroes.
—Bueno —comenzó finalmente—. Kachan me habló sobre una situación en su agencia antes de salir de vacaciones. Me dijo que le daría seguimiento para evitar que pasara lo mismo en otras agencias. Al parecer, una chica de segundo año de la UA empezó a tener conductas extrañas e inapropiadas desde que comenzó sus pasantías el mes pasado.
—¿Una chica? —repitió Uraraka, sorprendida mientras pasaba suavemente la mano por su frente, asegurándose de que el champú no le cayera en los ojos.
Izuku asintió, bajando un poco más la cabeza para dejar que el agua corriera sobre él.
—Sí. Según lo que Kachan me dijo, actuaba de una manera muy... sugerente. Algo así como Mineta en nuestro primer año —explicó, su voz cargada de una ligera incomodidad graciosa al recordar esas experiencias del pasado.
—Qué raro —opinó Uraraka, mientras continuaba el proceso de lavado.
—Lo fue. Pero luego descubrieron que su comportamiento no era culpa de ella —continuó Izuku, su tono ahora más serio—. Después de ser despedida, algunos de sus compañeros de clase intercedieron por ella, diciendo que nunca había sido así. Tras una investigación, encontraron que estaba siendo manipulada por una villana. Tenía la intención de dañar la reputación de la agencia de Kachan y de otras por un ajuste de cuentas, dado que también era abogada y uno de sus clientes más importantes fue a la cárcel por el testimonio de los héroes.
El baño quedó en silencio por un momento. El vapor parecía espesarse, atrapando las palabras que resonaban en el aire. Uraraka pensó en lo fácil que era manipular la percepción de la gente cuando surgían escándalos como ese, y lo vulnerable que podía ser cualquier héroe ante esos ataques silenciosos.
—Es curioso cómo últimamente han aumentado los casos de ataques indirectos a los héroes —murmuró Ochako.
—Sí, es preocupante —admitió Izuku, su voz casi en un susurro, mientras levantaba una mano para rodear la cintura de Uraraka, tirando suavemente de ella hacia sí. Su cercanía era reconfortante, y el contacto de sus cuerpos bajo el calor del agua les proporcionaba una sensación de seguridad momentánea—. A veces me preocupa que algún villano intente atacarnos también de forma inesperada.
Uraraka hizo una pausa, dejando que el agua cayera suavemente entre ellos mientras lo miraba. Había algo en la forma en que Izuku expresaba sus miedos que siempre la conmovía; su constante preocupación por los demás, su necesidad de proteger a aquellos que amaba. Ella le sonrió suavemente, con la certeza de que él no tenía que cargar solo con esas preocupaciones.
—No te preocupes —dijo, su voz suave pero firme mientras sus manos acariciaban su cabello mojado—. Nada malo va a pasarnos. Todo estará bien.
Izuku sonrió, pero no dijo nada más. En lugar de eso, la atrajo más cerca, hundiendo su rostro en su estomago, dejando que el agua los envolviera como un escudo invisible.
...
Después de la ducha, el vapor que se elevaba desde sus cuerpos había dejado un rastro de calidez que aún permanecía en la habitación. Izuku y Ochako se tumbaron juntos en la cama, envueltos en una tranquilidad suave y cómoda. Intentaron encontrar algo para ver en la televisión por un rato, pero cada canal que pasaban les parecía cada vez menos interesante. Ninguno de los dos se dio cuenta exactamente en qué momento la somnolencia comenzó a vencerlos.
La luz azulada de la pantalla seguía parpadeando cuando Izuku despertó en plena madrugada. El sonido monótono y distante del programa que aún corría se mezclaba con el suave ritmo de la respiración de Ochako, quien yacía a su lado. Izuku, aún medio adormilado, se incorporó lentamente. Lo primero que hizo fue mirar a su alrededor y al ver que la manta apenas cubría a Ochako, sonrió con ternura antes de ajustarla cuidadosamente sobre su cuerpo, envolviéndola en la calidez que había perdido.
—Ochako... —murmuró con una sonrisa suave, como si ella pudiera oírlo en sueños.
Se levantó despacio, tratando de no hacer ruido. La televisión seguía encendida, proyectando sombras suaves por la habitación. Apagó el aparato y el silencio fue inmediato.
El agua fría sonaba refrescante mientras tomaba una botella y bebía algunos sorbos largos frente a la nevera de la cocina. Dejó que la frescura del líquido despertara sus sentidos, ayudándole a despertarse un poco.
Revisó su celular, un hábito casi instintivo. No había nada urgente, ningún mensaje que requiriera atención inmediata. Todo estaba en calma, como si el mundo se hubiera detenido en esa tranquila madrugada.
Cuando iba de regreso a la cama, algo llamó su atención: el uniforme de la UA que le había prestado Todoroki, cuidadosamente doblado sobre la secadora. Un pequeño recuerdo de aquellos días pasados en la academia vinieron a su mente de nuevo. Sin pensarlo mucho e impulsado por la nostalgia, Izuku decidió ponérselo de nuevo y luego volvió a la cama, tumbándose junto a Ochako, quien aún dormía plácidamente. Cerró los ojos, pero su mente continuaba corriendo. Tal vez podrían jugar un poco más al despertar, pensó con una pequeña sonrisa.
Podrían pretender que se volvían a conocer... o que se le declaraban otra vez... O podrían fingir celos por alguna tontería y luego reafirmarse que eran los únicos a los que amaban.
Las ideas lo divertían. No es que necesitara excusas para acercarse a Ochako, pero en el fondo, sabía que compartir esos momentos creativos juntos, esos juegos tontos pero llenos de significado, eran una manera de fortalecer el lazo que compartían. Había leído en algún lugar que realizar actividades creativas juntos, incluso aquellas aparentemente simples, ayudaba a crear una intimidad más profunda.
Mientras el pensamiento de esos juegos y la cercanía con Ochako lo reconfortaban, no se dio cuenta en qué momento el sueño volvió a vencerlo. La sonrisa aún permanecía en sus labios mientras se deslizaba de nuevo al mundo de los sueños.
Cuando Ochako despertó, el tenue brillo del amanecer comenzaba a filtrarse a través de las cortinas de la habitación. Parpadeó, aún desorientada por el sueño, pero no pudo evitar sonreír al ver a Izuku profundamente dormido a su lado. Su cuerpo se veía relajado, y su respiración era suave y constante, pero lo que realmente la hizo sonreír fue el hecho de que llevaba puesto el uniforme de la UA. Verlo así, acurrucado, con la camisa ligeramente arrugada y un pequeño rastro de baba en la comisura de sus labios, lo hacía lucir especialmente adorable. No pudo evitar reír suavemente para sí misma, sintiendo una calidez en su pecho.
Sin poder resistir la tentación, Ochako se inclinó hacia él, acercando sus labios a los suyos con suavidad, como si el contacto pudiera ser lo suficientemente ligero como para no despertarlo. Apenas un roce, un gesto pequeño y cariñoso. Al sentir el toque de sus labios sobre los de Izuku, una chispa de diversión se encendió dentro de ella. Esa dulzura, esa paz que compartían en esos momentos, la llenaba de una alegría silenciosa.
Con un pequeño brillo de travesura en sus ojos, Ochako se incorporó y se dirigió a su maletín, el que siempre llevaba consigo para emergencias, donde guardaba su traje de héroe. Moviéndose con cuidado para no hacer ruido, comenzó a vestirse con su atuendo de Uravity, ajustando las piezas del traje de manera rápida pero cuidadosa. El material se sentía familiar sobre su piel, como una segunda capa que siempre estaba lista para la acción. Mientras se vestía, echaba miradas rápidas a Izuku, quien seguía durmiendo plácidamente, sin notar sus movimientos.
Una vez completamente vestida, Ochako se acercó a la cama de nuevo. Izuku seguía dormido, su cabello despeinado cayendo sobre su frente, dándole ese aspecto despreocupado que solo tenía cuando estaba completamente relajado. Sin poder evitarlo, ella se inclinó una vez más, esta vez para darle otro beso suave. Algo en ese gesto, en su expresión adormilada y pacífica, la llenaba de ternura.
—Eres tan lindo —susurró, su voz apenas audible, mientras una sonrisa juguetona comenzaba a formarse en sus labios.
Con una mezcla de afecto y travesura, Ochako decidió seguir adelante con la pequeña idea que le había cruzado la mente. Se acercó a él más aún, esta vez llevando sus manos hacia los botones de la camisa del uniforme. Con cuidado, empezó a desabotonarla uno por uno, asegurándose de no despertarlo mientras lo hacía. Había algo emocionante en esa acción, como si estuviera compartiendo un pequeño secreto con él mientras dormía.
Izuku no mostró signos de despertar. Su respiración se mantuvo constante, el pecho subiendo y bajando de manera rítmica bajo sus manos mientras ella continuaba desabotonando su camisa. Con cada botón que desabrochaba, se inclinaba hacia él, dejando pequeños besos en su piel, sintiendo la calidez de su cuerpo bajo el toque de sus labios. Eran besos suaves, pero cargados de ese cariño profundo que sentía por él.
La luz del amanecer continuaba llenando la habitación de un tono dorado suave, mientras Uravity, seguía en su juego silencioso. Izuku, ajeno a todo, permanecía dormido, confiado y tranquilo, sin saber que Ochako lo observaba y cuidaba con tanta dedicación y amor. Y mientras ella seguía en su pequeño juego de besos y caricias discretas, no podía evitar pensar en lo mucho que lo amaba.
Ochako, sin estar del todo satisfecha con su pequeña travesura, se quedó allí, junto a él, observándolo y luego bajando ligeramente la vista.
Notas de la autora
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