Los personajes no me pertenecen, son de Rumiko Takahashi.

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¡¡ADVERTENCIA!!

No es una historia para menores. Tiene asesinatos, sexo y gore. Lo he advertido, quien no le guste que lo deje. Quien lo. lea que sepa que no será algo de todo agradable.

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Esta historia no es para menores, la clasificaré para adultos, habrá sexo, y meteré algo de gore. Quien no encuentre valor para leerla, que no la lea, quien no le guste el tema que la deje, tengo y tendré otras historias más aptas para todos los públicos. Esta historia es un experimento, meterme en una historia más oscura.

Es un universo alterno.


2ª. Un monstruo en casa

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Akane se despertó con dolor de cabeza y cansancio. Había tenido el mismo sueño de cada noche, cada noche se repetía, el sueño que corría por las calles y perseguía a la gente que se cruzaba con ella, esa gente huía espantada de ella. Según esos sueños, bajo la apariencia de un monstruo se comía a la gente, las descuartizaba y se comía las entrañas, después las despedazaba y se comía parte a parte a sus víctimas. Saboreado esa exquisita sangre, que la embriaga como si fuese un licor dulce y placentero.

Según esos sueños con cada persona que comía aumentaba su fuerza, con cada alma aumentaba su poder.

Al final, se encontraba con el mismo monstruo con quien mantenía una salvaje y violenta relación sexual, una placentera y agradable que la llenaba de deseo.

Al despertar su ropa olía extraña, como ella. Su mente le decía que debía destruir su pijama y darse un buen baño. Notó que su entrepierna estaba mojada, sin duda había tenido un orgasmo con ese sueño erótico tan bizarro.

Mientras se daba el baño pensaba en su pijama, no llevaba la cuenta de cuantos pijamas había destruido. Al principio los tiraba a la basura, y ella misma sacaba la basura a la calle. Pero ahora los metía en dos bolsas, una dentro de otra, los llevaba a un descampado, y allí los quemaba.

Se dio cuenta que era la única que olía esa peste en sus pijamas, en su cuerpo. Ni su padre ni Kasumi olían la apestosa olor que desprendía su cuerpo. Tampoco Ranma lo olía, y eso que Ranma tenía buen olfato.

Nabiki seguía en el manicomio, su locura iba a mayor, decía que cada noche la visitaba el mismo ser, y que le decía que se la comería.

Akane meneó la cabeza, no entendía como un ser tan inteligente como Nabiki podía haber caído en la locura, tal vez había abusado de alguna droga extraña.

Salió ya cambiada y vestida, miró a su padre y a Kasumi, estaban viendo espantados la televisión.

-Por séptima vez han habido varios crímenes sangrientos. La policía no sabe quien o los ha cometido. Todos parecen un ritual cometido por un demente. No hay pruebas que incriminen al autor- decía la locutora. Akane se dio cuenta que esa persona estaba asustada. La policía y los medios de información ocultaban la verdad.

-¡Es horrible!- comentó Kasumi- no se puede salir a la calle.

- Sólo actúa de noche y en la calle, si permanecemos en casa no entrará.

-¿ Seguro?- preguntó Akane asustada, no estaba segura de lo que dijo su padre. Ella pensaba que ese asesino no tendría reparos a entrar a asesinar en cualquier casa.

En ese momento entró Ranma, miró a Akane con desaprobación, ella bajó la cabeza avergonzada. La joven se había vuelto a dormir y no había entrenado.

-Lo siento Ranma, me dormí- dijo la joven a forma de disculpa.

-Lo normal en ti, llevas una semana durmiéndote, lo haces incluso en clase. Deberías ir al médico- dijo el chico con un tono de reproche.- Así no avanzará en tu entrenamiento, ni en los estudios.

-Tendrás a Shampoo, siempre la tienes detrás de ti. A parte eres tú quien siempre se duerme en clase, ¡ me has contagiado!- lo acusó.

Los dos jóvenes se miraron desafiándose, pero fueron interrumpidos por la noticia que dieron en la tele.

-Una de la victimas ha sido reconocida como Shampoo. Una joven de procedencia china. Era estudiante de intercambio. Cruzaba estudio en el instituto Furinkan de Nerima. Su cuerpo ha sido llevado al instituto forense donde se le practicará la autopsia, y se aclarará como murió.

Toda la familia miró la televisión asustados.

Akane abrió mucho los ojos y dejó caer los palillos, la joven estaba aterrada. Shampoo era muy buena artista marcial, quien la había matado debía ser excepcionalmente fuerte.

-Conocía esa joven- dijo Kasumi- estaba en segundo como vosotros- miró a Ranma y Akane.

-Si, pero en otra aula- dijo Ranma- perseguía a todos hombres, era una depredadora- y mentalmente pensó " realmente era una depredadora y usaba el instituto para conseguir presas.

-¡No hables así de alguien que está muerta!- lo amonestó Soun.

Ranma bajó la cabeza lo siento.

-Lo siento no lo volveré a repetir- dijo Ranma- era muy joven para morir así, no debió pasar.- y cambió de tema- pero creo que tanto los medios de comunicación como la policía nos ocultan la verdad. Hay en esto algo más oscuro, algo que no pueden contar para que no cunda el pánico.

Todos los miraron asustados, pensaban como él, en esa historia había algo inquientante y oscuro, muy, pero muy oscuro.

Ranma pensó en la raza de la que él y Shampoo eran partes. Eran de la inmortal raza de los Gentix, ni ellos mismos sabían de donde procedían. No sabían si eran extraterrestres, demonios, yokais. El misterio de su procedencia se había perdido. Parecían humanos, pero no lo eran. Su apariencia humana sólo era un disfraz. Sólo adquirían su verdadero aspecto cuando se encontraban bajos de energías y para subir su poder. Él sólo necesitaba eso una vez al año. El resto del año se alimentaba con alimentos normales, como un humano normal.

Shampoo había sido eliminada por un nuevo Gentix, uno recién creado. Los nuevos sujetos de esta raza tenían al principio un comportamiento irracional que debían corregir, pero antes de eso el nuevo ser debía alimentarse bien, comiendo humanos y sus almas. Aunque también podían alimentarse de comida para humanos en caso de necesidad. Los nuevos Gentix cuando volvían a ser humanos creían que habían soñado la destrucción que habían hecho.

Los dos jóvenes se dirigían a la escuela

Ranma movió la cabeza debía planear el siguiente movimiento, se habían deshecho de una de sus rivales, Shampoo había sido destruida. Esa mujer se había interpuesto durante años en sus planes.

Shampoo había ido acabando con sus elegidas durante los últimos quinientos años, ahora esa loca había sido destruida. Su elegida se había ido reencarnando de nuevo y ahora nadie se la quitaría. Aunque le faltaba acabar con Ryoga o tendría problemas. Ese idiota quería acaparar a todas mujeres posibles.

Se lo pensó mejor, no lo destruiría físicamente, sólo tenía que detenerlo durante un tiempo, hasta que tuviese que ir por su compañera. En ese momento se vería obligado a vivir con Akari.

Tan distraído estaba Ranma que no oyó que alguien lo llamaba. Hasta que un puño se incrustó en su cabeza.

Ranma miró a quien le pegó.

-¡ Que bruta llegas a ser!- El joven ya conocía los métodos que utilizaba Akane para que hiciera caso.- ¿ No puedes ser más femenina?, no tienes paciencia. Eres de esa personas que quieren una repuestas inmediata, sin dejar tiempo a pensar.

-¡ Te he estado llamando durante segundos y tú no me has hecho caso.

-¿Durante cuánto tiempo has llamado?, ¿ Dos segundos, cinco?- ironizó el joven- te lo he dicho miles de veces, habrá veces que la gente no te responda enseguida, ¿le gritarás por no hacerlo?

Akane lo miró furiosa, ese joven la sacaba de quicio, y atacó al joven con su cartera escolar, pero su acompañante esquivó ese ataque. Akane al ver que su ataque no salía como quería volvió atacar con el mismo resultado, y siguió atacando hasta que entraron en el edificio de su instituto.

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Desde unas de las ventanas del edificio eran observados por Ryoga. Miraba con odio a Ranma, lo odiaba, era su rival desde siempre. Como Shampoo siempre se había querido interponer entre su rival y las elegidas de este. Siempre había deseado las escogidas por el chico de la trenza, y siempre había fracasado. Las chicas, aunque habían mostrado amistad por él, estaban enamoradas de Ranma, y siempre, siempre Shampoo se había desecho de ella, hasta que alguien había acabado con Shampoo, aunque Ryoga aún no sabía eso. Ahora nadie evitaría que Akane fuese de Ranma, lo evitaría de nuevo fuese como fuese.

Recordó cuando siguió a Akane hasta la tienda de disfraces de Gonsokugi, y ella le agradeció que le acompañase a entrar en ella.

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- ¿Harías eso por mí? - preguntó la chica ilusionada?,- ¡No sé cómo agradecértelo!

Ryoga la miró y sonrió.

-Ya encontraremos alguna forma de devolverme el favor- lo pensó- Hay un dulce que me gustaría probar. Tiene la pinta de ser muy bueno. Me podrías invitar a catarlo.

Ella asintió con la cabeza.

-Te llevaré donde venden ese dulce y te pagaré una ración o dos.

-Con una tengo bastante- dijo el joven.

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Y eso haría, se comería el dulce al que lo invitaría Akane, sonrió con maldad, se comería y saborearía un dulce llamado Akane Tendo.

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Akane sintió un escalofrío, alguien pensaba mal de ella, se paró y se apoyó en la pared. Supo que alguien tramaba algo en su contra.

Ranma se giró y la vio pálida, y se acercó.

-¿Te pasa algo?- preguntó preocupado el chico.

-No sólo he tenido un escalofrío, como si alguien pensara hacerme algo muy malo.

-¿Quién quería hacerte algo malo?- dijo en tono burlón el chico- alguien que se buscará que yo lo mande al dentista- y se rió- o si quiere ahorrarse dinero, puede recoger los dientes que le arranque y pegárselos con pegamento.

Akane rió la gracia sin ganas.

-No tienes nada de gracia- dijo la joven. Aún seguía pálida, Ranma la miró y decidió llevarla a la enfermería.

-Vamos a la enfermería- dijo a la chica. Ella negó con la cabeza, no se podría saltar más clases.

-¡No! No puedo- intentó seguir adelante pero tuvo un mareo y estuvo a punto de caer al suelo, pero Ranma lo impidió.

-Te llevaré a la enfermería lo quieras o no- sentenció el joven- últimamente comes poco. Te falta alimentos.

-No tengo estómago para comer- dijo ella- y he engordado un poco, debo adelgazar.

Ranma suspiró, esa moda de perder peso. Había chicas, y chicos, que parecían esqueletos, ¡ que estúpida moda!, cuantos idiota arriesgaban la vida por una estúpida e idiota moda .

-Gracias Ranma-murmuró la chica.

Ranma sonrió, pero sabía lo que provocó el mal estar de Akane. Él también percibió la amenaza que se cernía sobre su amiga. Y aunque no cambió su cara estaba furioso.

- Ni ho intentis Ryoga del Clan de la Lluna Roja. Si ho fas, jo Ranma del Clan de la Muntanya Assassina et mataré. (Ni lo intentes Ryoga del Clan de la Luna Roja. Si lo haces, yo Ranma del Clan de la Montaña Asesina te mataré).-pensó el chico con furia- aquesta vegada no t'interposaràs entre la meva triada i jo. (esta vez no te interpondrás entre mi elegida y yo).

Ryoga recibió el mensaje telepática de Ranma, y su furia, no se digno a contestarle. Se creía muy por encima de su rival. Siempre había sido superior a Ranma. Ganaría a ese inmundo ser, y tendría a Akane y Akari para él.

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UN AÑO ANTES

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Era una noche fría y sin luna. El cielo estaba encapotado, la nubes lo cubrían por completo. Amenazaba una gran tormenta, y los primeros rayos empezaron a caer sobre Nerima.

En las profundidades de un piso había un refugio de la Segunda Guerra Mundial, sólo uno de los habitantes del edificio sabía como acceder a él. Allí se refugió de los bombardeos aliados durante esa guerra. Al ser inmortal era el único que sabía que ese refugio existía.

Ese sótano, convertido en una mazmorra, había una joven desnuda encadenada a la pared. Llevaba atada desde hacía semanas.

Un joven entró en esa estancia, miró la joven y sonrió.

-Para ti ha llegado el último paso, hoy te haré alcanzar el último paso.

La chica gruñó y se lanzó contra ese joven, su cuerpo le perdía morderlo, su mente, no existía. Esa mujer estaba dominada por el instinto. Tenía hambre, mucha hambre, y el joven que había delante era su comida.

El joven se acercó, a la joven. Los colmillos del hombre le crecieron, su aspecto cambió, y se abalanzó sobre su presa.

Minutos después el hombre salió de la mazmorra. Su ropa estaba rota por su transformación, también tenía rastros de sangre.

El joven se rió, estaba saciado, esa mujer era apetitosa, lastima que hubiese perdido la razón, pero eso se arreglaría, una llamada a Gonsokugi y ese joven lo arreglaría, aunque tardaría mucho tiempo.

Subió a su apartamento, se sentó en su sillón, y se sirvió una copa de Coñac, se miró al espejo y rió.

-Tan joven y bebiendo- se dijo- eres menor no puedes beber- se carcajeó- a pesar de mi aspecto soy mayor de edad, debo tener más de trescientos años.

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EN EL PRESENTE

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Ryoga volvió al presente, debía tener cuidado, al pensar en sus objetivos. Akane era maestra marcial, y había sentido sus malos pensamientos hacía ella, pero no supo que era él. Y Ranma también lo había sentido y lo había advertido, pero él no haría caso.

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Ranma estaba en la enfermería de la escuela con Akane

-Es una pequeña bajada de presión- dijo el médico después de hacerle una revisión a la joven- nada importante, se recuperará comiendo un poco.

Ranma miró al médico, luego hablaría con él. Tofu también era uno de su raza, otro infiltrado en la escuela.

Tofu pertenecía a un clan dedicado a la medicina, un clan neutral. Ningún Clan osaba atracar a un médico, o un Gentix que hubiese dedicado su vida a la vida espiritual, ser un monje, un sacerdote.

Ranma y Akane fueron de la enfermería al restaurante de la escuela.

-El médico te dijo que comieras un poco- el joven miró a su amiga- si tú entiendes un poco en dejar sin género el restaurante de la escuela, ¡adelante!.

Akane, que había cogido comida para cuatro o cinco personas, miró a Ranma furiosa.

-No sé de que hablas- y señaló la comida que cogió su acompañante, el joven también cogió mucha comida- a ti no te ha dicho Tofu que debes comer, pero lo has hecho.

Ranma miró a su amiga, pasó por alto la ironía de la chica.

-Sólo nos podemos saltar la primera clase, seguro que el profesor Tanaka está durmiendo. Lo he visto llegar y ya venía bebido. ¡Que falta de respeto tienen los profesores hacía sus alumnos!, en este colegio falta nivel. Empezando por su director, y el estúpido de su hijo.

Akane lo miró, Ranma no era la primera vez que se quejaba de eso, tampoco era el primero que se quejaba del bajo nivel de profesorado, ella misma lo había hecho, y sus amigas.

En ese instituto los profesores pronto se desmotivaban, la falta de profesionalidad del director los llevaba a la apatía.

-¡Ranma!, debes tener más fe en los profesores.

-Ni tú te crees eso. Esta conversación ya la hemos tenido, y tú opinas lo mismo que yo. Es más, fuiste tú quien me metiste esta idea.

Akane lo miró con vergüenza al saberse descubierta.

-Es verdad, lo opinamos todos en la escuela. No salimos preparados para la universidad, al llegar a ella nos encontraremos que nos falta el nivel necesario para sacarnos nuestras carreras.

Ranma la miró y cerró los ojos. A lo largo de su vida, que era muy larga, había estudiado en varias escuelas y universidades, siempre con un aspecto parecido pero a la vez distinto, y nunca estuvo en una escuela peor. Cada vez el nivel académico era más bajo y malo.

-Si los directivos gubernamentales de educación supiesen del nivel de esta escuela harían algo y lo mejorarían.

-¡No harían nada!- dijo Ranma exaltado, y como si hablase para el mismo- nos quieren idiotas, mira a tu alrededor, verás el resultado de una educación que vuelve idiota a los jóvenes- Akane miró a su alrededor, y vio a la mayoría de sus compañeros haciendo o hablando tonterías- aunque no lo parezca estamos en una nueva edad feudal, lo maquillan como democracia, pero es una edad feudal.

Akane lo miró asustada, cuando Ranma hablaba en serio, las pocas veces que lo hacía era muy cínico, demasiado. Parecía un viejo amargado, no sabía que realmente lo era. Ese chico había vivido muchos siglos buscando un amor. Un amor que el egoísmo de unas personas le fue negado. A lo largo de los siglos ese amor se había reencarnado una y otra vez.

-No piensas realmente eso.

-Si lo creo, nos preparan como si fuésemos corderos, listos para llevar al matadero.

Akane no lo veía así, ella opinaba que algunos de sus maestros se equivocaban. Pero Ranma que había vivido varios siglos no era tan optimista. No dijo nada a la chica, ella aprendería que la vida no era de color rosa.

-Después de clase vamos a tomar un helado, yo te invito- la chica aplaudió la propuesta de su amigo. Después de todo no era tan malo, sólo un poco bocazas.

Esa tarde salieron como dijo el chico, los dos se sintieron cercanos, siempre lo habían sido, pero ese día algo los embriagaba, era una sensación muy dulce. Akane sentía una gran felicidad, estaba divirtiéndose con el chico que amaba. Lo conocía de hacía casi tres años y parecía que se conocían desde hacía siglos.

La conversación deprimente que habían tenido en la escuela había quedado olvidada, ahora sólo había espacio para la alegría, la que sentía la chica.

Ranma la miraba, le gustaba verla reír, no le gustaba cuando lloraba, aunque cuando lo hacía la chica torcía la nariz de una forma graciosa que le volvía loco.

Recordó la primera vez que la vio, en su primera reencarnación, era en el siglo IV, cuando sus padres aún vivían, enseguida se dio cuenta que era su compañera, en esa época no pudo completar el proceso de conversión. Ryoga la mató por celos, aunque eso lo supo casi un milenio después.

También recordó sus siguientes reencuentros y como la chica fue asesinada todas las veces por Shampoo o Ryoga.

También recordó cuando se la reencuentró en esta ultima reencarnación, la vio cuando Akane era una niña, se esperó diez años, y cuando Akane tenía dieciséis fue a buscar trabajo al dojo Tendo. Como en todas las anteriores reencarnaciones Akane y él pronto se hicieron amigos, aunque siempre se peleaban, Akane siempre tuvo mucho genio y él la boca muy grande.

Miró a esa chica, no la podía dejar morir, que algún rival la matase. No podía dejar pasar esa oportunidad.

Seguían para el dojo. Ranma no sólo quería a esa joven para que fuese su compañera, la quería por que como siempre que se la encontraba se enamoraba de ella.

Akane miró el cielo, estaba oscureciendo y recordó ese monstruo que salía por las noches, y se agarró del brazo de Ranma.

-¿Qué te pasa?, ¿Le tienes miedo a la noche?

-¡No!, ¡ Se hace de noche!, puede salir ese monstruo y atacarnos.

-No pasará eso. Si te come morirá envenenado. Eres incomible- bromeó el chico- si sabes como cocinas…la risa del joven enfureció a la chica.

Ranma notó que el puñetazo de la chica le iba a provocar más daño que el que pensaba.

-Eres inaguantable, mejor me voy a casa sola.- y se soltó del chico.

-¿Irás a casa sola?, ¿No tendrás miedo a ese monstruo?

Akane se quedó parada, si tenía miedo, miedo a ese monstruo, lo había visto en sus sueños y era pavoroso.

-Si, iré a casa, no tendré miedo, porque tú vendrás conmigo- y miró al chico con ojos suplicantes.

Ranma no pudo resistir a esa mirada y cuando iba a contestar, notó un peligro, alguien se acercaba, y no era un amigo.

-¡Ryoga!- musitó entre dientes, lo dijo tan bajo que no lo oyó Akane.

Se giró a su amiga.

-¡Corre al dojo!. ¡No salgas de él!.

-¿Es el monstruo?- la chica estaba asustada.

-Ese monstruo no te atacará, lo que viene es una persona, y es malvada.

-Iré a casa y llamaré a la policía.

-¡No!,! Enciérrate y no salgas!.

La chica se giró para irse. Pero se detuvo, se abalanzó sobre el chico y le dio un beso corto en los labios.

-No te lo he dicho nunca, pero te quiero. Te quiero mucho, y me gustaría que tú sintieras lo mismo por mi- la chica lo miró con los ojitos brillando.- no te voy a dejar para otra, eres mío- Akane lo decía sin maldad, para ella no era una propiedad, era su mejor amigo, la persona que le aceleraba el corazón- quiero casarme contigo, ¿Te querrás casar conmigo?

Y dicho esto la chica volvió a ser la tímida de siempre, se puso roja, y salió corriendo hacía el dojo.

Ranma la miró sonrojado, era la primera vez que lo pedían en matrimonio y estaba declarado que su respuesta sería si. Estaba que estallaba de felicidad. Akane lo quería, era lo mejor que le había pasado en esa época. El chico sonrió, pero se acordó que se acercaba su peor enemigo y se preparó para la lucha.

Vio llegar a Ryoga, ese chico estaba enfurecido. Ya debía saber que había tenido una cita con Akane. Ese celoso de Ryoga no se lo perdonaría.

-¡Te voy a matar!, ¿Quién te crees para salir con Akane?, ¿con que derecho sales con ella?- la furia de Ryoga era enorme, pero la de Ranma al oír eso fue mayor.

-¡Hipócrita!- escupió ese insulto - Tú ya tienes a tu novia, yo no me interpuse entre tú y ella. ¿Por qué te interponer entre Akane y yo?, ¿Por qué lo has hecho siempre?

-Ranma Saotome, el mejor de nuestra especie. – El tono de Ryoga era de burla- el mejor guerrero, el más dotado- Ranma supo lo que le pasaba a ese chico.

-Sientes envidia, celos. Siempre me has envidiado. No aceptas mi puesto en nuestra raza. Has querido mi puesto en el escalafón. – gritó- ¡Yo me gané mi puesto luchando!, ¡Progresando paso a paso!, tú has querido el puesto de los demás sin hacer nada. No has luchado por ganar, has atacado a traición para conseguir el puesto de los demás, la compañera de los demás. La mía, siempre me has alejado de mi compañera, lo has hecho por envidia.

-Akane tiene un alma sabrosa, me la he de comer, debe ser mía, me la comeré, no podrás evitarlo. Y será mi compañera

Ranma cerró e puño con rabia.

-No te lo permitiré, si la devoras no dejarás que sea mi compañera, ni permitirás que se reencarne.

Ryoga rió.

-Las almas se reencarnan una y otra vez, pero si una alma es comida por uno de nosotros, se le niega esa posibilidad, esas almas no tendrán nunca el descanso eterno. Somos seres crueles que nos alimentamos de seres inferiores. Los humanos son comida, sólo sirven para eso. La alma de Akane huele apetitosa, me la comeré, la saborearé. Me comeré su cuerpo, también es apetitoso.

-Te equivocas- respondió su rival- es cierto que nos alimentamos de seres cada cierto tiempo debemos comer humanos. Son nuestra fuente de energía. Pero si lo hacemos sin control, los humanos sospecharan nuestras existencia, sabrán que somos reales, irán por nosotros, será peor que los días de la purga- Ranma miró a su rival- los humanos de este tiempo nos querrán analizar, y descubrir el secreto de nuestra inmortalidad, no deben saber que existimos. Puedes cazar y comete a quien quieras, pero Akane no está en tu menú, ella no. Ella es un ser puro. No la voy a corromper.

-Eso son las mentiras que tú mismo te has creado, por que eres un cobarde. Somos depredadores, y tenemos los cuerpos y las almas humana como alimento. Debemos alimentamos cuanto podamos. Te dan miedo los humanos. ¡Nosotros comemos humanos!

-No me engaño Ryoga, sé que soy un depredador, sé que me he alimentado de miles de humanos, sé que desde su punto de su vista soy un monstruo. No me arrepiento de serlo. Pero tú eres peor tú no sólo eres un monstruo del punto de vista humano, también lo eres de nuestro punto de vista, has sido capaz de querer destruir la vida de tu compañera, para quedarte con la mía, has fracasado. Mi deber es destruirte, y eso haré.

- Lo intentarás. Me quedaré con Akane, será mía. Te destruiré y me comeré tu alma y me haré más fuerte- Ryoga rió- todos esas historias de que el bien triunfa sobre el mal son falsas. El mal siempre triunfa.

Ranma miró a su rival.

-¿El bien?, ¿ El mal?, ¿ Que es el bien?, ¿Qué es el mal? Eso cambia según la óptica de quien lo miré. Es como en una guerra, ¿Cuál de los dos bandos tiene razón? Cada uno de ellos dirán que ellos, cada uno dirá que es el bien y el otro el mal. pero ¿y si los dos bandos tiene razón?, peor , ¿Y si ninguno de los dos bandos la tiene? Nosotros somos igual yo tengo razón, y tú la tienes, pero desde tú retorcido punto de vista.

-No sé donde quieres ir a parar Ranma.

-Lo nuestro no es una pelea entre el bien y el mal- Ranma miró a su rival- es una lucha del mal contra el mal. En nosotros no hay luz. Yo peleo por algo que me pertenece, algo que he arrebatado a su familia, y tú luchas por avaricia, por quitarme mi compañera, y yo venceré, y no porque tengo la razón de mi lado, si no porque protegeré lo que es mío. No te daré mi compañera. Cada uno de nuestra raza elige su compañera o compañero y lo protege de todo, incluso de si otro Gentix quiere arrebatársela.

Ryoga no estaba de acuerdo, o Akane sería suya, o la aniquilaría y Ranma debería esperar a que el alma de esa mujer se reencarnara de nuevo. No podría comérsela por dos razones. La primera, había sido marcada por Ranma, una parte de su rival estaba en esa alma y quedaría bajo el poder de Ranma que lo mataría. La segunda, hacía milenios que esa alma estaba destinada a reencarnarse hasta que llegase a su objetivo. No podía destrozar ese destino, o él mismo sería destruido al instante.

-¡Akane será mía, o la destruiré!- bramó Ryoga.- ya la he destruido antes.

-No vivirás si lo intentas, te destruiré. Ya lo hiciste en el pasado y te dejé medio muerto.- El chico de la trenza lo miró furioso- hazlo está vez y destruiré. Dejaré tu alma que se reencarne, y serás un humano normal, y entonces te comeré.

- Buscaré a Shampoo y me ayudará a…

- ¡Eres idiota cerdito!, no has usado bien tus instintos, ¡ Shampoo fue destruida!.- Ryoga miró a Ranma sorprendido, no podía ser verdad.- la destruyó mi creación, o sea Akane. Se comió las almas que esa maldita gata engulló, dejé libre la de Mousse para que se reencarne y sea el compañero de una de nuestra especie que lo valore más.

-¿Y el alma de Shampoo?- preguntó asustado Ryoga.

-La destrocé era un alma corrupta y podrida- dijo con satisfacción Ranma- evitó durante siglos que yo me uniera a mi compañera destinada, la mató muchas veces, cada vez que reencarnaba, como también hiciste tú. No me obligues a darte el mismo escarmiento que a ella, porque lo haré, ya no te consiento ni una, cerdo.

-Pues entonces te destruiré, y después iré a por Akane-sonrió- me la comeré, me comeré su alma. No la quiero como compañera. Todo lo que dije de quedármela era mentira, no la necesito. Sólo quiero vencerte, si te venzo, no te mataré. Verás como me la como, y te quedarás sin compañera- se rió como un loco-sé que seré perseguido y destruido, pero me iré al infierno satisfecho de haberte vencido y quitado para siempre a tu compañera.

-Estás loco- la furia dominaba a Ranma-yo te detendrá. En Halloween deberás volver a revivir a Akari, entonces estarás unido a ella te detendré hasta ese día.

-No vas a poder, estás debilitado. Al estar unido a Akane ella absorbe energía de ti, como me pasó a mi con Akari. Debiste eliminarme entonces.- se rió-¿Por qué te piensas que me uní a Akari? Sólo lo hice para saber lo que se sentía, para analizar las debilidades que se sentía en ese estado y atacarte.

Ranma se quedó parado, Ryoga era una basura, nunca le interesó realmente Akari, la utilizó para comprender y descubrir las debilidades que uno de su especie siente mientras duda la transformación de su compañero. Debilidad que el mismo sentía ahora al estar unido a Akane. Pero Ranma tenía un as en la manga. Había algo que no sabía Ryoga.

-Yo sabía de esa debilidad- Ranma cerró los ojos y suspiró- la podía haber utilizado para atacarte cuando te uniste a Akari, pero esa debilidad guarda un secreto, algo que ignoras, y no quise que supieras.

Qwe

-¡Lo sé todo! No me engañas. Ahora soy más fuerte que tú. Lucharé contigo y te venceré y me comeré a Akane delante tuyo. Cuando vuelva Akari la aceptaré, hasta que encuentre a alguien mejor, me desharé de Akari, y tendré alguien que me obedezca siempre.

Y Ryoga se preparó para la lucha.

Ranma también se puso en posición de lucha. Ryoga siempre había sido su enemigo, aunque durante mucho tiempo simuló amistad y ser su aliado. Ranma lo humilló en su primera lucha, un torneo de su especie. Ryoga no se lo perdonó, ocultó la rabia que sentía hacía él. Ese chico fue el que provocó las muertes de sus padres, el que mató varias reencarnaciones de Akane. Habían estado sin verse casi un siglo. Y cuando Ranma entró a vivir en el dojo Tendo ese rival suyo reapareció. Le quiso quitar a su compañera, para ahora descubrir que se la quería comer.

Ryoga atacó a su adversario, Ranma se defendió y contratacó. Miró a su alrededor debía llevar a Ryoga lejos de allí, y transformarse, como seguro que haría su rival. No podían combatir allí, ni siquiera en sus formas humanas, llamarían la atención, alguien los vería y acudiría la policía, para Ryoga serían presas fáciles.

-No podemos luchar aquí, atraeríamos la atención.

-Me importa poco, que vengan, servirán de alimento.

Ranma lo miró. Al él le importaba poco las vidas de los humanos, los sabía inferiores a él. Pero no quería llamar la atención. El rumor de dos monstruos peleándose en el barrio sería algo que no le convenía, quería mantener un perfil bajo. Ya se había transformado en su verdadera forma varias veces, no hacía mucho, y fue en caso de necesidad.

-Si quieres llamar la atención adelante, transformarte, pero recuerda que los humanos ya no luchan con arcos y flechas. Las balas del ejército y de la policía hacen daño, y ni nosotros podíamos salir del todo sanos.

Y el joven de la trenza emprendió una retirada estratégica , vio que lo seguía Ryoga, lo condujo hacía el bosque a la zona más profunda del bosque.

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Akane llegó al dojo, allí se sintió a salvo. Pero estaba inquieta, temía por Ranma. Ryoga era un buen amigo de ella, aunque sabía que ese chico y Ranma no era precisamente amigo, sabía que se odiaban. Y ahora sabía que Ryoga era un mujeriego que iba detrás de varías mujeres, y ella era de las que ese joven perseguía.

-¡Ya estoy en casa!-saludó a sabiendas que no había nadie, que habían ido al hospital donde estaba ingresada Nabiki, que seguía con sus alucinaciones de que un monstruo la visitaba por las noches- pobre Nabiki, que imaginación, pero si por las noches la sedan para que duerma toda la noche.

Se había descalzado al entrar, no se puso zapatillas, siempre le gustó ir descalza por la casa. Fue a la cocina y cogió algo y se lo llevó a la boca y le dio un bocado, era un trozo de carne crudo, lo encontró riquísimo, la sangre de ese trozo le untó la comisura de los labios, la limpió con la lengua. Al acabar con ese aperitivo seguía con hambre, buscó otro trozo de carne sangrienta y al encontrarlo se lo llevó a la boca y le pegó un bocado.

Lo dejó en la mesa y se empezó a desnudar, sentía el deseo de estar desnuda, de comer ese trozo de carne completamente desnuda. Se había quedado sólo en braguitas y sostenes. Esa ropa le molestaba, cogió el sujetador y literalmente se lo arrancó, y lo tiró al suelo hecho trizas, lo mismo hizo con la braguitas. Notó la humedad de su intimidad, deseaba tener una relación sexual, y lo quería hacer con Ranma.

Ya actuaba más como un animal que como una persona. Subió rápidamente a su habitación. Juraría que le habían crecido los pechos, y que era más alta. Su vista se volvió borrosa, se notaba mareada como borracha.

Entró en la habitación y abrió el armario y allí estaba lo que la llamaba, alargó la mano y lo cogió. Su boca sonrió, no era una sonrisa gentil, era una sonrisa malvada. No era cociente cuando se empezó a vestir con el ropaje que cogió. No notó que mientras se vestía su cuerpo se iba transformando, sus ojos adquirieron una tonalidad amarilla, indicando que tenía hambre, sus manos se transformaron en garras afiladas, sus dientes se transformaron en colmillos. Le creció una cola acabada en punta, con ella inyectaba veneno igual que podía hacer con las garras. Podía escupir veneno que cegaba a sus presas.

Desde El primer momento notó que su compañero estaba en peligro y su deber era ayudarlo.

Salió de la habitación, ya no era Akane, ya no era la dulce y cariñosa Akane, era un ser dominado por sus ansias, dominado por sus instintos más bajos, los más parecidos a los de un animal que busca una presa para saciar su apetito voraz. Sentía hambre y fuera había alimento que devorar, debía comerse a quien amenazaba a su amo y esclavo . El ser a quien debía proteger, el ser que la protegería a ella. El ser que sería su sirviente y su señor, estaba en peligro, y ella debía ayudarlo, después devoraria al incauto que se atrevió a amenazar a Ranma, y por añadidura a ella.

Su instinto le indicaba que debía matar a quien amenazaba a su amor y saciarse con la sangre y la carne de ese ser infecto.

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Ryoga saltó sobre Ranma, estaban en lo más profundo del bosque allí podían luchar sin miedo a que nadie los viese.

Aunque a los dos les importaba poco la vida de los humanos, sólo eran alimento, Ranma le gustaba pasar más desapercibido que su rival.

Los dos empezaron a transformarse, crecieron en estatura y en musculatura. Su boca creció y se lleno de colmillos, sus manos se transformaron en garras. Sus ojos cambiaron de color. No perdieron la razón, tenían el cerebro de mayor tamaño.

El cuerpo se llenó de escamas de color oscuro, el color del otro ser era de un color nunca visto por humanos.

No hablaron, iban a luchar y no necesitaban decirse nada.

Ryoga atacó a Ranma, y este lo esquivó a duras penas, no fue que Ryoga se hubiera hecho más fuerte, si no que Ranma al estar conectado con su compañera era más débil.

De nuevo Ranma fue atacado, aunque saltó para esquivar, sufrió el arañazo de su rival.

El ser que era Ryoga sonrió, Ranma ya era suyo, su garras eran venenosas. Ranma notó el veneno recorriendo sus venas.

Ryoga saltó sobre su rival, le agarró de los hombros, abrió la boca mucho y mordió a su rival. Ranma estaba en desventaja. Su conexión con su compañera le había quitado poder, no mucho, pero ahora Ryoga era superior a él.

Ryoga sonrió, era el momento que había esperado durante siglos, había llegado la última hora de Ranma. Echó atrás el brazo y con la garra apuntó el pecho de su rival, lo atravesaría, eso no lo mataría, esa herida no sería mortal, pero antes que Ranma pudiese regenerarse le arrancaría la cabeza, entonces Ranma si estaría muerto. Después podía comerse el corazón de su rival, y después se comería el cuerpo y el alma de que había sido su rival, sin olvidar las almas que había comido ese futuro muerto.

Después iría por Akane, y sería suya, como lo sería Akari. Las dos serían suyas.

Ese pensamiento duró un segundo, fue un segundo de distracción, lo suficiente para que Ranma se pudiera mover. El golpe de Ryoga sólo le atravesó el estómago, un golpe leve, doloroso, pero leve.

Ryoga se sorprendió, eso no estaba en su planes, como tampoco lo estaba cuando Ranma le mordió en el cuello y le inyectó veneno. Ryoga se llevó la garra al cuello y le quedó empapada de sangre, su propia sangre.

Ese ser gruñó, y avanzó hacía Ranma, esa vez no fallaría, el próximo golpe iría contra el cuello del otro monstruo, tenía intención de arrancarle la cabeza de un golpe.

Ranma vio avanzar a su rival, sabía que se proponía, no se iba a poder defender, entre la conexión que tenía con su compañera, el veneno que le había inyectado Ryoga, estaba muy debilitado. Pero su rival no saldría entero, Ryoga también estaba envenenado, y…

- Resa les teves últimes oracions, perquè avui moriràs (Reza tus últimas oraciones, por que hoy vas a morir)- Ryoga estaba seguro de su triunfo.

Ranma lo miró y sonrió.

-Considérate que muerto estás, yo mataré- Rugió una voz femenina. Ryoga se giró y vio a otro monstruo, uno femenino. Parecía uno de su especie, pero tenía ciertas diferencias con un Gentix femenino normal. Parecía uno en proceso de convertirse en compañera. Velozmente fue atando los cabos, y se sorprendió.

-¡Eres Akane!- negó con la cabeza, no podía ser verdad- no puedes ser ella. No puedes ser uno de los nuestros- miró la cola aguijoneada,- nuestra especie no tiene cola.

-No saber quién soy, sólo saber que eres quien atacas a mi futuro compañero, mi deber es destruirte.

-A un compañero en proceso de convertirse le sale una cola si su compañero es atacado. Tu compañera no sufrió esa metamorfosis porque tú nunca fuiste atacado. Aunque tú me atacaste yo rehuí el combate, porque sabía eso, no quise ser atacado por ti y tú compañera transformada. – Ranma miró a su rival- Un humano en proceso de conversión sabe cuando su compañero es atacado y debe ayudarlo, o al revés, yo supe que mi compañera era atacada por Shampoo, y fui a ayudarla. No podrás con los dos, no pienso destruirte, te dejaré herido, hasta el retorno de Akari, y entonces te deberás unir a ella.

-¡Eres un cobarde!, ¡te destruiré y te comeré!- Ryoga estaba colérico, se había dado cuenta que esta vez había perdido, y decidió que no destruiría a Akane como otra veces- te venceré, no cometeré el fallo de otras veces, me comeré el alma de Akane y no podrá reencarnarse como otras veces, siempre que la maté lograste que no pudiera comerme ni su cuerpo ni su alma.

-¡Eres un hereje!-Ranma miró a su rival con rabia- estás maldito cerdito. Hasta que vuelva Akari sufrirás dolores que no se calmaran, no podrás ingerir alimentos de ninguna clase. Sólo podrás beber agua. Sufrirás una resaca sin fin.

-Para eso me deberás vencer, ¡Niña!- el rival de Ranma no se creía vencido, aunque estaba en desventaja pensaba que tendría un golpe de suerte y obtendría como alimento las dos supuestas presas que tenía delante.- sois mi alimento esta noche os comeré a los dos y me volveré el ser más poderoso del mundo. Nadie se me podrá enfrentar, destruiré el consejo y sus estúpidas leyes, ¡ Yo seré la ley personificada!,

Ranma lo miró ese tío estaba realmente loco.

-Las mismas ideas locas que han tenido tantos locos – Ranma suspiró, durante siglos de vida había visto tantos locos iluminados, dictadores, religiosos, periodistas. Negó con la cabeza ninguno trajo nada bueno, sólo destrucción sin sentido- no te dejaré que pongas en peligro nuestra raza, destruiré tus ambiciones.

-No veo como- se rió Ryoga- no tienes tanto poder.

Se calló de repente, Akane transformada lo había medio atravesado con su cola aguijonada por la espalda y le inyectó veneno en el estómago.

Ryoga cayó al suelo y vomitó, estaba paralizado, iba perdiendo sus sentidos. Notó como volvía a ser humano. Miró a quien le dio la estocada final, Akane se acercaba a él con gana de comérselo.

-¡No, por favor!, ¡ No lo hagas!- suplicó el herido.- no me comas.

-¡Comida!, ¡Tengo hambre!, ¡Tú comida!- Akane no tenía mucha inteligencia en ese momento, cuando acabase el proceso de conversión volvería a ser inteligente, incluso más que antes, pero ahora al no dominar sus nuevos poderes sólo era dominada por el instinto.

Ranma la paró.

-No te lo comas, si lo haces él te dominará, poseerá tu cuerpo y destruirá tu mente. – Akane lo miró sin comprender- sabe mal, vomitarás- no logró convencerla, y usó una táctica que no le fallaría- de aquí a casa nos encontraremos con animales y humanos, podrás cometerlos a todos, nos daremos un festín.

-¡Un festín!- aulló ella- ¡ comida!.. helado.

Ranma sonrió.

-Helado también, comeremos helados.- se giró a Ryoga- te hemos vencido, te ha vencido alguien que siempre has despreciado, alguien que has considerado un inútil, aunque siempre he estado por encima tuyo. Ahora tendrás que vivir con una mancha en el corazón que no se te curará jamás. – suspiró, ese rival había sido vencido- Ahora dormirás y cuando te despiertes, tu acompañante habrá regresado, y no podrás abandonarla, si lo haces y vienes por mi acompañante, o por mi, te destruiré, dejaré tu alma libre y te reencarnarás en humano y te comeré.

-Te destruiré aunque tarde mil años- sentenció Ryoga.

Ranma miró a su rival con desprecio, su rival siempre se había movido por la envidia, por la rabia acumulada hacía él. Entre él y Shampoo lo habían separado de su compañera durante siglos. A cada reencarnación de Akane, Ryoga se fue sintiendo atraído por ella, aunque siempre la mataba, la asesinada para que no estuviese con Ranma.

En este tiempo Ryoga quería Akane para él, a parte de su propia compañera. Pero si no era suya no sería de Ranma, intentó levantarse, tenía por objetivo matar a Akane, pero no pudo moverse, los venenos que le inyectaron Ranma y Akane, lo dejaron paralizado.

Ranma lo vio caer, no despertaría hasta el día de Halloween, el día que Akari volvería. El día que se acabaría de completar la transformación de Akane

Se giró y junto con la Akane monstruo se dirigieron hacía la ciudad, fueron por los tejados para no ser vistos, pero aún así atracaron dos o tres humanos que iban por las calles solitarias y se dieron un festín con ellos.

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Al día siguiente Akane se despertó, estaba tumbada en su cama, estaba desnuda, notó en su cuerpo el olor apestoso de siempre, bajó a ducharse. Se había dado cuenta que ese olor era cada vez más fuerte, se estaba volviendo embriagador, le empezaba a gustar. No supo que era una feromona para atraer machos humanos, un olor que desprendía su cuerpo cuando era un monstruo para que los humanos fuesen hacía ella, y así podre cazarlos.

No recordaba su salida como Gentix, sólo recordaba que llegó a casa que le entró sueño, y que medio dormida subió a su habitación a dormir.

Notó gusto de sangre en la boca, era un gusto que le provocaba hambre, quería comer carne curda. Cuando llegó a la cocina, ya estaba su hermana haciendo el desayuno.

-Hola Kasumi, ¿desde cuando estás levantada? Anoche no te oí volver del hospital.

-He vuelto muy temprano, no he dormido en casa. -Kasumi miró sería a su hermana- Nabiki tuvo una crisis nerviosa, papá y yo nos quedamos en el hospital. He vuelto para haceros a ti y a Ranma la comida.

Akane se alarmó, se puso blanca, eso no pintaba bien.

-¿Cómo está?, ¿Fue grave?- preguntó muy excitada, Akane estaba muy nerviosa.

-Sigue diciendo que hay un monstruo que la visita cada noche, cada vez está más débil. Si sigue así... – la pobre no pudo seguir, se le escaparon las lágrimas, pero tuvo que contarle todo a su hermana - los médicos no comprenden porque se debilita, es como si estuviese perdiendo las energías.

Akane se tuvo que sentar, se le escaparon las lágrimas, quería mucho a Nabiki, puede que fuese una estafadora, pero eso no quitaba que fuese su hermana.

-¿No pueden hacer nada los médicos?- preguntó la hermana pequeña- deben hacer algo, no la pueden dejar morir.

-No sólo son sus energías, parece que se va arrugado como si fuese un globo al que se le escapa el aire- Kasumi negó con la cabeza-y también parece que va envejeciendo acereramente. No es un virus aunque la tienen aisladas.

-¡Dime la verdad Kasumi!- Akane miró a su hermana-¿Cuánto tiempo le queda?

Kasumi tragó saliva.

-A este paso unos días, como máximo una semana.

Akane se puso a llorar.

-¿La tendrán sedada como mínimo para que no sufra?.

-No, no pueden lograr que entre en coma inducida, las medicinas no surten efecto en ella. Está sufriendo y mucho, y los médicos no pueden hacer nada por aliviar su dolor.

Akane se abrazó a su hermana y las dos lloraron por su hermana. Las dos ignoraban que Nabiki había planeado matarlas, las dos desconocían lo retorcida que podía ser la mujer por la que estaban llorando.

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Ranma escuchaba la conversación entre las dos hermanas, él si sabía por qué se estaba muriendo Nabiki.

Cuando Akane la visitó por primera en su forma Gentix, había creado un vínculo entre Nabiki y ella. Era Akane que estaba absorbiendo la energía de su hermana. La energía adicional que Akane necesitaba para su transformación salía de Nabiki, esa energía debía salir de un humano perverso, y Nabiki tenía un corazón muy malvado.

El chico sonrió, él sabía de la intenciones de Nabiki con sus hermanas, no sentiría la muerte de esa despreciable humana. A pesar de ser humana, Nabiki también era un monstruo. Akane y Kasumi no habrían sido sus primeras víctimas, Nabiki ya había asesinado ante, lo olía en su cuerpo.

Ranma estaba oyendo desde detrás de la puerta de la cocina, iba a entrar a la cocina, cerró los ojos, le daba igual la muerte de la hermana de Akane, si muriese mejor, un problema menos, él también estaba en la lista de Nabiki, a él también lo quería asesinar esa humana.

Entró en la cocina y simuló no haber oído nada, puso cara de despreocupación.

-¡Hola!- miró a las hermanas-¿Pasa algo?- Le preocupaba Akane, estaba llorando, nunca le gustó verla llorar, era una mujer muy sensible, siempre preocupada por los demás.

-Nabiki ha empeorado- Akane se lanzó sobre el pecho del chico, desde que llegó al dojo, siempre se había sentido protegida cerca de ese chico- se está deteriorando, pude que no viva mucho.

-No pasará nada- Ranma intentó que Akane se animase- ya verás como tú hermana se recuperará. -Ella lo miró, el chico estaba serio, no bromeaba con ella, lo creyó.

-Seguro que si- ella se quiso creer lo que decía- Nabiki es una Tendo es fuerte y se recuperará- muy en el fondo no se creía eso, pensaba que su hermana no se recuperaría.

Ranma le iba a proponer que fuesen a verla, así conseguiría que Akane se tranquilizaría.

-Oye podíamos ir a…-Kasumi vio lo que el chico le iba proponer a su hermana, y negó con la cabeza, Akane no debía ver el estado en que se encontraba Kasumi, Ranma captó el mensaje, que no vio Akane- …podíamos ir a dar una vuelta, así te despejas y te tranquilizas, podemos ir a ver a tu hermana mañana- miró a Kasumi y esta asintió- si, mañana.

-¿ Me lo prometes?- preguntó Akane limpiándose los ojos.

-Si mañana iremos a ver a Nabiki, sólo si se encuentra mejor- prometió el chico. Le convenía llevar a Akane cerca de Nabiki. Al estar tan cerca Akane de su hermana, el vínculo entre las dos hermanas sería mayor, la absorción de energía sería igualmente mayor, y Nabiki se quedaría antes sin fuerzasantes. Cuanto más lejos estuviesen las dos hermanas más tardaría Akane en absorber la energía o la vitalidad de su hermana.

Akane miró a Ranma, este día estaba raro, no era grosero con ella, estaba siendo amable con ella, demasiado amable, eso resultaba sospechoso. Pero no quiso preguntarle la razón de ese cambio de comportamiento.

Ranma miró a la chica, le gustaba verla reír, ponía una cara tan bonita cuando reía. La había buscado y encontrado durante siglos, siempre la tuvo cerca, siempre tan guapa y dulce, siempre con el mismo aspecto, la misma voz, y la misma personalidad. Y siempre la alejaron de él. Ryoga y Shampoo fueron siempre fueron responsable de que ellos se separaran en cada reencarnación de ella, siempre la mataron.

Esta vez había acabado con los dos. Shampoo fue comida por Akane, ahora esta heredaría la fuerza de su víctima. Ryoga estaba fuera de combate, no se recuperaría hasta Halloween, justo cuando volviese Akari, y ese idiota debería casarse con su compañera, tal como dictaban las leyes de su especie. Leyes anticuadas, pero nadie dudaría en ir en su contra.

Akane parecía feliz, hacía años que no salía con un chico, salvo unas pocas veces con Ranma, pero eso no contaba como citas. Todas sus experiencias con otros chicos fueron malas, todos buscaban lo mismo, llevarla a la cama, cosa que no consiguió ninguno. Pero salir con Ranma le estaba enseñado que ese chico era muy distinto a los que había conocido, podía ser burlón, pero la respetaba, en ningún momento intentó nada con ella, ni darle la mano.

Ranma no sabía como actuar con Akane, después de haber vivido tantos siglos, haber conocido tantas costumbres para relacionarse con personas del sexo contrario que tenía la cabeza hecha un lío. Aún veía cierta costumbres de la actualidad como inmorales y las del pasado como bárbaras.

Habían entrado en una cafetería estaban tomando unos capuchinos. Estaban riendo, aunque Ranma vio que la risa de su compañera era falsa, los ojos de Akane estaban tristes y llorosos, seguía preocupada por el estado de Nabiki. Se enfureció, Akane estaba preocupada por la mujer que pensó en matarla para quedarse sola la herencia familiar, aunque eso no lo sabía Akane.

-Necesito ir al baño- Akane se levantó y fue al baño.

El chico la miró preocupado, esa mujer estaba triste, había ido allí a limpiarse las lágrimas, no se escaparía para ir a ver a su hermana.

Suspiró, debía dejar que ella se tranquilizarse, y no debía saber que era ella misma quien estaba matando a Nabiki.

Oyó ruido y miró a unos jóvenes con el pelo teñido de colores, siendo groseros e insultando a la gente. Molestaban a todos, debían pertenecer a una banda callejera.

-En otros tiempos a esos jóvenes lo hubiesen condenado a la hoguera.- pensó Ranma.

Eso le llevó a recordar muchos siglos antes, una de las veces que perdió a Akane, cuando descubrió que alguien lo traicionó.

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Qwe

ESPAÑA, SIGLO XV.

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Ranma corría hacía la plaza del sucio pueblo. Iba vestido como un peregrino, cubierta la cabeza con una capucha. Debía de rescatar a Akane, habiendo nacido en esa época como Laura de Formento. El chico había cogido el nombre de Jaime del Río.

Después de que un siglo antes fuese asesinada antes de que él empezara el proceso de convertirla en Gentix, la había vuelto a encontrar, esa vez en España con el nombre de Laura, en un pequeño llamado Formento.

Ella siempre renaciendo con el mismo aspecto, él la reconoció al instante, ella se enamoró nada verlo. Como siempre su relación fue una lucha de voluntades, ella no queriendo ceder ante él, él con no menos orgullo no dando un paso atrás. Siempre insultándome, siempre peleándose, siempre ayudándose y apoyándose, como siempre habían hecho, reencarnación tras reencarnación, pero en el fondo enamorándose.

Los celos pronto nacieron, los dos llamaban la atención, eran muy guapos y atraían las miradas de los demás, y eso no gustó a ninguno de lis dos que eran extremadamente celosos.

Tampoco gustó a la gente de su alrededor, sobretodo al señor feudal que se encaprichó de la entonces llamada Laura, y que fue rechazada por esta, cosa que enfureció a ese Señor, nadie rechazaba a un nobel, quien lo hacía, se debía atener a las consecuencias.

El señor feudal, aconsejado por un extranjero alejó a Ranma del pueblo de Laura que fue acusada de brujería y llevada a a la mazmorra donde fue torturada. La mujer no confesó ser bruja, pero fue condenada a la hoguera.

Ranma llegó la noche de la ejecución. Una multitud acudió a ver cómo ardía esa joven. Los hombres la deseaban ver morir por que no aceptó sus peticiones, y las mujeres por que les quitó al que ellas creían que se llamaba Jaime.

Ranma encapuchado, esperando el momento propicio para rescatarla, oculto en un callejón dispuesto a transformarse y destruir a quien se pusiera delante.

-No puedes hacerlo- Ranma se giró y vio a Emilio, uno de su especie- si lo haces nos condenadas a todos, los humanos sabrán de nuestra existencia, ahora somos sólo leyendas, piensan que somos vampiros.

-No puedo dejar que muera, no otra vez- dijo Ranma con pesar- ya la he pedido muchas veces, no aguantó perderla otra vez.

-Sabes que renacerá una y otra vez, hasta que se una a ti- Emilio lo intentó convencer- te buscan a ti también, si te capturan no podrás escapar aunque te transformes, hay muchos soldados

-Parecen ser que saben mi secreto, que no soy humano- Ranma miró a los soldados, había por todas partes, incluso en los tejados.

-Se rumorea que el conde tiene como consejero uno de los nuestros. Aunque ese traidor se hace pasar por un sacerdote.- Emilio miró al Jaime- Tus padres fueron capturados en Edo fueron quemados, el responsable fue el mismo de la captura de Laura, es alguien que te quiere matar.

-¿Quién es el traidor?- Emilio lo miró y sonrió, y sacó una espada dispuesto a decapitar a Ranma.

Ranma comprendió todo.

-¡Traidor!, ¿Por qué?- preguntó adoptando la posición de defensa.- hemos sido siempre amigos y aliados.

-¡Siempre te he odiado!, siempre conseguías lo que yo deseaba, te he odiado desde que me ganaste hace siglos en ese combate, ¡lo tenía que ganar yo! Siempre me has quitado lo que he querido- se rió con maldad-He sido siempre yo quien te a alejado de Akane, en todas sus reencarnaciones, y siempre lo haré.

-Eres tú el consejero del conde- Ranma notó que debía huir. No podía salvar a Akane esa vez- te destruiré, aunque pasen diez siglos los haré. Por todas las veces que mataste a mi compañera, por haber matado a mi padre, te daré un final peor que la muerte.

Y golpeó a Emilio, a Ryoga, a la persona que quiso como a un hermano. Saltó a los tejados y tuvo que matar a varios soldados. Desde lejos de ese pueblo se giró y vio la luz de la hoguera donde ardió Laura, donde ardió Akane.

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EN EL PRESENTE.

Fue perseguido, tuvo que huir del país. Se refugió en un pequeño país que años después fue invadido, regresó a Japón, sabía que su compañera renacería allí. El país donde ella nació por primera vez, el país donde nacía casi siempre, y siempre con el mismo nombre Akane, pero también esa vez la perdió y esa vez a nanos de un enemigo nuevo, esa vez a manos de Shampoo, entre ella y Ryoga matarían a su amor una y otra vez.

Vio volver a la Akane actúa del lavabo, la joven se había limpiado las lágrimas y volvía hacía él con una sonrisa, una sonrisa que no era auténtica, esa joven seguía preocupada por su hermana.

Ranma pensó, su raza no eran los únicos monstruos que habían, habían multitud de seres escondidos entre los humanos. Pero había una raza de monstruos que no se ocultaban, que cometían los peores crímenes sin necesidad de cambiar de forma. Los humanos eran los peores monstruos que existían, si seguían con el comportamiento que tenían destruirían el mundo del que se apoderaron. Nabiki era una humana, pero eso no quitaba que fuera un monstruo.

Akane se dirigió hacía él, pero fue detenida por esa banda callejera, la chica los miró y lanzó un gruñido, los integrantes de esa banda retrocedieron asustados y la dejaron pasar, Akane se sentó con Ranma.

Siguieron hablando, pero Ranma estaba pensando en que debía cortar el vinculo abierto entre Nabiki y Akane, y que esta dejase de absorber la energía vital de su hermana. Tenía planes nuevos para Nabiki, la tenía que utilizar para algo.

Mentalmente sonrió con maldad, está vez sus planes se estaban desarrollando como era debido.

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Continuarà…


Notas del autor:

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Después de casi seis meses de subir el primer capítulo subo el segundo, espero no tener que llegar al próximo Halloween para subir el siguiente.

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Agradecientos a:

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Baby Face: No es tan siniestro como me hubiera gustado, no he sabido hacerlo, quería meter algo de gore, pero me ha faltado valor y estómago., aunque en el futuro puede que meta algo de ese gore.

Adrit126: Si has leído este segundo capítulo habrás visto que Akane si es un monstruo, se empieza a transfornar en uno.

Arianne Luna: Claro que continuaré, hasta el fin.

A todos los que han leido esta historia, muchas: gracias.

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Nos vemos en el próximo capítulo., o capítulos.