¡¡ADVERTENCIA!!

No es una historia para menores. Tiene asesinatos, sexo y gore. Lo he advertido, quien no le guste que lo deje. Quien lo. lea que sepa que no será algo de todo agradable.

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Esta historia no es para menores, la clasificaré para adultos, habrá sexo, y meteré algo de gore. Quien no encuentre valor para leerla, que no la lea, quien no le guste el tema que la deje, tengo y tendré otras historias más aptas para todos los públicos. Esta historia es un experimento, meterme en una historia más oscura.

Es un universo alterno.


3ª. Un día de tranquilidad

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Ranma iba para el dojo, Kasumi lo había mandado a comprar, nunca se quejaba cuando esa chica lo mandaba a comprar, casi siempre iba con Akane, entre los dos compraban y disfrutaban de esas salidas. Pero ese día Akane se quedó en casa, le tocó limpiar el dojo.

Se jugó con Ranma a piedra- papel- tijera, quien iba a comprar y quien se quedaba limpiando y a Ranma le tocó ir de compras.

Le hubiera gustado ir de compras con Akane, la tarea hubiera sido más divertida, no odiaba ir a comprar, pero ir con la chica era lo mejor. Podían reír, pelearse, bromear. Le gustaba cuando ella se quedaba embobada en un escaparate mirando algo que le gustaba, se la veía tan infantil, lo mismo que le pasaba a él cuando la miraba a ella, sabía que ponía cada de tonto.

No podía evitarlo, Akane ponía su vida patas arriba.

A pesar de haberla conocido en muchas reencarnaciones, en cada una de ella no podía caer rendida bajo el encanto que despedía esa mujer.

Había comprado todo lo que le pidió Kasumi, tampoco podía negarse a lo que esa otra mujer le pidiese, eran tan agradable, debía tener sangre de diosa en sus venas.

Se rió con esa ocurrencia, en un mundo tan corrupto como el que ahora vivía, una persona como Kasumi era un muy extraño, esa mujer no se había corrompido, como hacían todos los humanos.

Se dirigía hacía el dojo, y al cruzar una calle los vio, supo por qué Kasumi les encargó a él y a Akane ir de compras. Allí en las mesas de una cafetería estaban la hermana mayor de Akane y el doctor Tofu.

-Ese cabrón elige bien- dijo en bajo Ranma, no los molestaría, se lo veía tan unidos, hacían tan buena pareja. Tofu se merecía ser feliz, ese medico perdió a su primera compañera, fue durante una erupción volcánica.

Dio medía vuelta y se alejó, no le contaría eso a nadie, ni siquiera a Akane. Kasumi también debía tranquilizarse y relajarse, Nabiki se había estabilizado y parecía que se estaba recuperando.

Ranma miró al cielo, aunque se acercaba noviembre no hacía frío, tampoco calor, hacía un tiempo agradable, un día soleado

Le gustaban los días despejados, eran buenos días para salir de camping, de pinic, o a la playa.

Recordaba el ultimo verano, fue con la familia Tendo a la costa estuvieron dos semanas. Akane en bikini estaba adorable, pero atrajo demasiado miradas de jóvenes con las hormonas revolucionada, y de hombres que habían olvidado que ya no tenían edad para perseguir a jovencitas, tantos a unos como a los otros los tuvo que espantar y alejar de Akane, y por añadidura de Kasumi.

De Nabiki no tuvo que alejar a nadie, era ella la que perseguía a todo hombre si notaba que el tamaño del monedero de ese hombre era grande.

Pero Akane tuvo que alejar algunas moscona, como ella las llamaba, de él. Ranma atraía a las mujeres, sin importar la edad. Akane era tan celosa como él.

Durante esa vacaciones tuvieron algunas peleas motivadas por los celos de los dos. A ninguno de los dos le gustaba que el otro tuviese una legión de moscas de dos piernas que se acercaban al otro como si estuviese hecho de miel.

Siempre que una chica se acercaba a él Akane reaccionaba mal y se enfurecía, y Ranma tenía problemas. Lo mismo pasaba si un idiota se acercaba a Akane, él se dedicaba a alejarlo y le enseñaba que no le convenía volver acercarse a "su" Akane.

Siguió andando, necesitaba tomar algo y relajarse.

Entró en una heladería y pidió un helado de chocolate y nata, disfrutó comiendo. Si se enteraba Akane que estaba comiendo helado se enfadaría con él. Akane era muy golosa, y casi siempre que salían acababa en una heladería.

Akane disfrutaba con los dulces, y él también.

En un momento levantó la cabeza, se sintió observado. Miró a su alrededor, era el único hombre, eran pocos los hombres que estaban en una heladería. Comer helados era considerado algo de mujeres. ¡ Que idiotez!, considerar que comer una cosa tan buena como los dulces era para mujeres, si los hombres no se atrevían a comer helados por considerarlos pocos masculinos es que eran tontos, en otros países no eran tan idiotas y tantos hombres como mujeres disfrutaban de un buen helado o pastel.

A parte, Ranma era un chico guapo que atraía miradas de más de una, y más ahora que iba solo, y no era acompañado por Akane.

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Iba hacía él dojo, sentía el aire en su cara, olía a árbol, a hierba, a cambio de estación, a hojas cayendo como cada otoño. En otoño moría la naturaleza, para renacer en primavera.

-Ya piensas como un humano, quitártelo de la cabeza, no pertenecemos a esa raza, vivimos como ellos, entre ellos, pero no somos unos de ellos.

Ranma se giró y vio a Gosunkugi.

-Más que un Gentix pareces un fantasma de una película de los años cuarenta o cincuenta, tan pálido, debía de darte más el Sol, es muy saludable.

Hikaru lo miró y resopló, por su aspecto era mal visto tanto por humanos, como por seres de su raza.

-No me gusta la luz del sol, es perjudicial para mi curtís, prefiero la noche- bajó la voz para que sólo lo oyese Ranma- somos seres de la noche.

Ranma negó con la cabeza.

-Has visto demasiado películas de terror, sabes que eso es mentira, nos gusta tanto el Sol como a los humanos, tenemos los mismos defectos que ellos.

-Nos alimentamos de huma…

Ranma le tapó la boca, y miró hacía todos los sitios.

-No hables tan fuerte, idiota- no dejó ver su enfado.

-Lo siento Ranma, me había olvidado donde estábamos.

-Te tengo que agradecer que tuvieras el vestido que te encargué para Akane- Ranma miró a Gosunkugi,- era el vestido apropiado para ella- cambió su mirada a una furiosa- sólo no te perdonó que aceptasen el encargo de Ryoga.

Gosunkugi se asustó.

-No pude hacer otra cosa, me amenazó, ya sabes como es Ryoga.

-Si, lo sé, y sé que te amenazó, sólo por eso no te he matado. Por suerte Akane cogió mi vestido, y no él de esa repugnante sabandija. De haberlo hecho- Ranma puso ojos de asesino- la tienda donde ahora trabajas tendría a otro como dueño y Akari volvería a reencarnarse para tener un compañero distinto a Ryoga.

El otro Gentix captó la amenaza de Ranma.

-A pesar de que Ryoga me entregó su traje, me obligó a cogerlo, tu compañera nunca hubiese cogido su vestido, ella se sintió atraído por el tuyo, ella estaba destinada a tu vestido, lo cogió desde el principio, aunque Ryoga quiso hacerla cambiar de opinión no logró nada.

Ranma sabía que eso era cierto, él mismo confeccionó el vestido para su compañera, ella se sentiría atraída por él.

-Tuve que meter el folleto de tu tienda en uno de sus libros, al leerlo fue a ver tu tienda. De haber ido a otra tienda tendría que transformarla de otra forma.

-Como hará el doctor Tofu con la hermana de tu compañera, me tendrías que dejar a Nabiki para mi.

Ranma se rió.

-No te conviene, esa a pesar de ser humana si es un monstruo, ha asesinado, y no para alimentarse, lo ha hecho por dinero. Pronto llegará su hora, la voy a utilizar y no quiero que te metas por medio.

Gonsokugi captó la indirecta.

-Ya tengo a Kogane- Ranma lo miró, ese chico estaba saliendo con el espíritu de una chica muerta, era muy extraño, pero él no diría nada, cada uno se enamoraba de quien quería.

Los dos se despidieron y Ranma volvió al dojo Tendo donde recibió una bronca de Akane por serle infiel, le vio marcas de helado en la camisa. Según ella le había sido infiel por ir a la heladería sin ella.

Kasumi volvió de su cita contenta, llevaba un colgante que le dio Tofu, Ranma se dio cuenta que la transformación de Kasumi había comenzado, por fin el doctor Tofu decidió elegir a una nueva compañera.

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Kasumi se puso a cocinar, mientras, Ranma ayudó a Akane a limpiar el dojo, lo que comenzó como una discusión por irse a tomar un helado degeneró en pelea, Akane estaba realmente furiosa, desde su punto de vista el chico la engañó para con la excusa de ir a comprar el encargo de Kasumi, para ir realmente a tomar helado.

Ranma no pudo debatir esa idea, era realmente lo que hizo.

-Si tú hubieras ido a comprar hubieras hecho lo mismo.

-¡Eso no es verdad!- contestó ofendida Akane.

Ranma le enseñó un folleto.

-Se te cayó ayer, planeaba ir hoy a tomar helado.

Akane se vio atrapada, Ranma le copió e hizo lo que ella planeaba hacer.

- ¡Que yo lo haga no significa que tú lo puedas hacer!.- contestó ella con furia- debías haberme invitado o esperar a que los dos pudiésemos ir.

-Como cuando vas tú con tus amigas, o te invitaba el idiota de Ryoga.

- Eso era antes de saber que Ryoga era un idiota.

-Conozco desde siempre a Ryoga y siempre ha sido un idiota- no dijo que durante mucho tiempo él también creyó que Ryoga era un buen amigo, no dijo que a él también lo engañó- no debes confiar tanto en la buena fe de los demás. Hay muchas gente como Ryoga dispuestos a engañarte. Y poca gente como Kasumi en la que se pueda confiar.

Akane lo miró, sabía que Ranma era un desconfiado, algo le debió pasar para no fiarse de nadie, pero con ella si tenía una confianza casi ciega.

-No sé lo que te hizo Ryoga, pero en mi puedes confiar- aún seguía enfadada con el joven, desde siempre supo que Ranma le ocultaba cosas de su pasado y eso no le gustaba- sabes que puedes contarme todo.

-Aún no, aún es muy pronto para que lo sepas.

-¡Nos conocemos desde hace tres año!s- la joven volvió a estallar de ira- estás viviendo con nosotros desde el primer día,- puso ojos triste- podía contarme cosas de tu pasado.

Ranma bajó la cabeza, su pasado, había vivido una vida triste llena de penas, no ser humano, no significaba no tener penas ni sufrimientos, su vida estaba llenas de despedidas no deseadas, y perdidas.

-No preguntes, no estoy preparado para contar mi pasado, cuando tú padre me ofreció este trabajo puse la condición que no habría preguntas sobre mi pasado.

La chica sabía que no había cometido ningún delito, sólo que el pasado del chico le pesaba demasiado. Aunque lo que ella no sabía que ese pasado era muy largo, tan largo que abarcaba muchos siglos, y durante esos siglos, Ranma había sufrido muchas pérdidas. Ese pasado pesaba mucho.

Akane ignoraba que su amigo no era humano, también ignoraba que no por ello no había sufrido, ignoraba que de que el chico a pesar de pertenecer a una raza cruel y sanguinaria, no implicaba que tuviese sentimientos, demasiado parecidos a los humanos.

Akane ignoraba todo eso, para ella era un buen amigo, que la ayudaba cuando lo necesitaba, y era alguien con quien pelearse cuando le llevaba la contraria como estaba haciendo en ese momento.

-No debiste irte a la heladería- continuó con la pelea Akane, esa chica era muy rencorosa- debiste venir, ayudarme a limpiar el dojo y esta tarde llevarme a una cita e invitarme a comer helados.

Ranma supo que había perdido la batalla, la había pedido antes de comenzarla, como siempre las perdía con esa mujer, en cada una de sus reencarnaciones.

-De acuerdo, tus ganas- claudicó el chico resignado- te llevaré esta tarde a comer helado.

-¿De verdad que lo harás?- la cara de Akane cambió, dejó de estar enfadada, y puso una cara alegre e ilusionada- después de comer, saldremos al cine, a la heladería y a la pastelería, como es natural tú invitas a todo.

Akane salió cantando del dojo, había ganado la batalla, como siempre hacía.

Ranma la miró.

-Cuando sea mi compañera y sea inmortal no le ganaré ninguna pelea verbal- dijo con fastidio- menudo futuro me espera con ella, me tendrá dominado, debí permanecer toda la eternidad sin compañera.

Sonrió, a pesar de todo no era tan malo tener una compañera, al menos no estaría solo, ya no aguantaba tener por compañera de viaje una compañera llamada soledad.

Salió del dojo, ayudaría a cocinar a Kasumi, siempre lo hacía, debía darse prisa, si llegaba antes Akane a la cocina… esa tarde estarían todos ingresados en el hospital. Él podía ser inmortal, pero eso no significa que no lo atacasen ciertas enfermedades comunes, como un resfriado o un mal de estómago, y Akane era especialista en provocar mal de estómago.

Entró en la cocina y vio a Kasumi cocinar, alegre. Esa mujer siempre estaba sonriendo, pero ese día estaba más radiante. Su cita con Tofu debió ser genial .

-Vengo a ayudarte- Ranma sonrió-¿en que puedo ayudarte?

-Eres de gran ayuda, siempre lo has sido, eres muy bueno cocinando- lo miró con sana envidia- me superas. He aprendido muchas recetas de ti. Akane será muy feliz a tu lado.

Ranma no pudo evitar sonrojarse, había vivido cientos de años, y no podía evitar sonrojarse cuando estaba por medio su futura compañera.

-Kasumi yo..- Ranma se calló, no encontró palabra, sintió mucha vergüenza.

El chico pensó en cómo había cambiado el mundo. Cuando él realmente era un adolescente, hacía tanto siglos, la gente se casaba por compromisos, para aumentar el poder, los nobles, para tener hijo, pocos se casaban por amor, casi nadie.

En el tiempo que vivía ahora la gente era más directa, pocos compromisos eran pactados, la gente se casaba por amor.

Kasumi al ver la timidez del chico sonrió.

Que ese joven sentía algo por su hermana pequeña era seguro, desde el primer momento se dio cuenta que entre Akane y Ranma había algo más que amistad. Una rivalidad sana, casi un juego de coqueteo, de seducción del que no se daban cuenta esos chicos.

Lo comparo con la relación de ella y Tofu, el médico era a un más tímido que Ranma y ella no se quedaba atrás. Envidió a esa pareja, a pesar de sus continuas y tontas peleas estaban más unidos que muchas parejas que habían estado juntos toda una vida, y eso que sólo hacía tres años que se conocían.

Conocía a Tofu desde que ella estaba en el segundo curso de secundaria, cuando no tenía ni apenas catorce años, y empezó a sentir por ese hombre algo, algo prohibido, casi se sintió una Lolita, una niña enamorada de un hombre que tenía diez años más que ella. Habían pasado casi diez años de eso, y seguía sintiendo lo mismo por ese hombre tan tímido.

Hoy Tofu había dado un paso, se le había declarado, y le dio un colgante. Se había sentido tan feliz, a partir de ahora no envidiaría a su hermana por tener alguien que la quería.

Ranma miró a Kasumi, la vio tan feliz, merecía serlo. Hacía tiempo que sabía que esa chica al igual que Akane se había ido reencarnando a lo largo de la historia. Pero esa reencarnaciones no eran para encontrar un compañero Gentix, si no para encontrar a alguien que la quisiera de verdad, en sus otras reencarnaciones Kasumi no fue feliz. En esta Tofu la haría feliz, y ella a él. Esas dos personas se merecían ser felices. A parte, acababa de descubrir que la hermana de su futura compañera era la elegida de Tofu.

Odiaba la reencarnaciones, una vez muertas las personas sus almas se habían ganado el derecho de tener un descanso y no volver a vivir una y otra vez, los dioses estaban locos obligando a vivir una y otra vez a las almas, seguro que Shampoo se había vuelto a reencarna, esperaba que no fuese en humana, debía volver como gata, notaba que en eso se había reencarnado .

Siguió ayudando a Kasumi en la cocina, pasase lo que pasase debían evitar que Akane se pusiera a ayudar. Akane era un peligro en la cocina, no era buena cocinera, ni para hacer cualquier labor doméstica.

Ranma suspiró, incluso él siendo inmortal había pasado varios días en la cama con dolores estomacales después de haber ingerido alimentos cocinados por Akane.

-Creía que me moría- pensó el joven- y eso que soy inmortal. Estuve a punto de morir.- y en eso tenía razón, fue la vez que estuvo más cerca de morir.

Toda la familia había olvidado casi por completo a Nabiki, de eso se dedicó Gosunkugi, y sus artes mágicas, pero ese hechizo no duraría mucho.

-¿Puedo ayudar en algo?- Kasumi y Ranma se miraron asustados, Akane acababa de entrar en la cocina.

-Limpia la mesa y pon los palillos y las servilletas- la rápida respuesta de Kasumi alejó el peligro de la cocina- Ranma ya me está ayudando.

-¡De acuerdo!- fue la respuesta de Akane, los dos cocineros lograron detectar un pequeño enfado en Akane, nunca la dejaban cocinar, ni ayudar a cocinar. Ni siquiera a lavar los platos, Akane era especialista en exterminar vajillas, al cabo del mes el dojo tenía un sobre gasto en platos gracias a Akane.

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Akane preparaba la mesa para comer, había tenido otra noche de pesadillas, otra noche soñando con ese monstruo. No había hablado con nadie de eso, ni siquiera con Kasumi. Si Ranma se enterase de esos sueños… se reiría de ellas durante meses.

No debía saber que le daba miedo la hora de dormir, que temía tener de nuevo esa pesadilla. Si le pedía a Kasumi dormir con ella, Ranma lo sabría y sus burlas durarían mucho tiempo.

Minutos después las dos hermanas y Ranma estaban comiendo, Soun se había quedado en el hospital, cuidando de Nabiki, la chica tenía una leve mejoría, parecía que se iba recuperando poco a poco.

Como la hermana mediana iba a la universidad no la encontraron mucho a faltar, aunque estaban un poco preocupadas por ella, el hechizo de Gosunkugi a veces se desvanecía un poco

Durante la comida hablaron de cosas normales y sin importancia, de la nueva moda de las jóvenes de Tokyo, de la nueva discoteca que habían abierto cerca. Ranma no participó en esa conversación, era cosas de hermanas, aunque si quería ver esa discoteca, ir con Akane.

Ranma miró a las chicas y sonrió, las dos hermanas estaban teniendo la típica conversación que se tiene en una comida, no importaba lo que sucedía más allá de los muros del dojo, al menos ese día. Esas dos hermanas no eran chismosa, no les importaba si el señor Tanaka se hubiese fugado con la hija de los Nohara, que era el rumor que comentaba todo el barrio. Tampoco hablaban del precio de la gasolina, ¿para que iban a hablar de la gasolina? Nadie de la familia Tendo tenía el carnet de conducir. Ranma si lo tenía, de cuando participó en la segunda guerra mundial, otra guerra entre humanos, como podían estar tan locos de matarse entre ellos. Las guerras eran una locura, jóvenes que se mataban entre si por culpa de viejos que se peleaban y estaban seguros en sus refugios.

Si, tenía el carnet de conducir, cuando tuvo otro aspecto y otro nombre, ese carnet no le servía para nada.

Sonrió, allí, en ese dojo, era donde más sentido de pertenecer a algo había sentido en siglos, mientras comía con esa familia, había sentido que él también era parte de esa familia. Después de siglos sin tener a nadie ahora tenía alguien a quien llamar familia.

Estaba tan metido en sus propios pensamientos que no escuchó que Akane lo llamaba, no se dio cuenta que lo llamaban, hasta que la tetera lanzada por Akane se le incrustó en la cara.

-¿Qué te pasa?- contestó el chico furioso.

-¡Te estoy llamando desde hace cinco segundo!, y no me has contestado- Akane estaba indignada.

-No puedes reclamar una respuesta instantánea- le recriminó enfadado Ranma- te falta paciencia.

Empezó una de sus típicas peleas, una pelea infantil, como todas las que tenían.

Kasumi los miró y sonrió.

-¡Que inmaduros que son!- dijo en bajo- con lo que se quieren y siempre están peleándose.

-¡Yo no quiero a este insensible!- Akane se giró a su hermana, la había oído a pesar de que Kasumi habló en voz baja-tiene la mentalidad de un niño.

-Yo no quiero a esta bruta con la fuerza de Godzilla- contraatacó Ranma, también oyó a Kasumi.

-¿Quién es Godzilla?- el grito de Akane fue tan terrorífico como el del monstruo – pues tú eres King Kong.

Kasumi los miró, desde cierto punto de vista si parecían esos monstruos cuando peleaban, los gritos de los dos chicos se oirán en todo el barrio. Si no había bastante con el monstruo que salía por las noches, en casa tenía a un Godzilla y un King Kong en miniatura, pero con la fuerza y la potencia de voz de los auténticos .

-¿ No ibais a ir al cine?- Kasumi seguía comiendo con tranquilidad, como si no pasara nada- vais a llegar tarde para ver la película.

Los dos chicos se miraron, se levantaron corriendo de la mesa, si se retasaban un poco, no llegarían a pillar el tren adecuado, el transbordo al siguiente tren tampoco sería a la hora adecuada y llegarían tarde a la hora que empezaba esa película, se deberían esperar unas horas para ver esa película y llegarían tarde a casa.

Y no verían el episodio que daban ese día de su anime favorito, lo pondrían grabar, tenían el video programado por si acaso, pero nada evitaba que verlo a la hora que lo emitían tenía más emoción, a parte tenían un compañero de la escuela que los llamaba para hacerles spoiler.

Los chicos se ducharon súper rápidos, Akane no tardó ni diez minutos, al salir estaba esperando Ranma que tardó menos en ducharse. El chico salió del baño y subió corriendo a su habitación, no tardó ni cinco minutos en cambiarse.

Ya vestido para la cita, salió de su habitación, y bajó las escaleras corriendo, delante suyo iba Akane, los dos llegaron a la puerta de salida, se giraron a Kasumi.

-¡Adiós Kasumi!, ¡Hasta está noche!- dijeron los dos jóvenes sin detenerse, y salieron a la calle.

Allí se callaron y empezaron a andar uno al lado del otro, se dieron cuenta que tenían tiempo de sobra otra llegar a la estación, incluso de tomarse un helado antes de que llegase el tren deseado. En su locura por llegar a tiempo a la estación, habían salido dos horas antes de lo debido.

En algunas cosas esos dos chicos actuaban sin pensar, ¡Eran tan jóvenes e inmaduros! Pensaba a veces Kasumi.

Aún así cuando llegaron al cine ya había gente esperando que abriese las taquillas para comprar las entradas para la película, película escogida por Akane, lo que significaba, película tonta de amor, en la Akane acabaría llorando, o película de drama, en la que Akane acabaría también llorando, si elegía Akane, fuera la película que fuera, la chica acabaría llorando

Al él le gustaban las películas de acción, de lucha, o por interés de miedo, si cogían una de miedo, ella se abrazaría a él asustada, por eso el chico siempre intentaba que viesen una de terror.

Aunque a él no le gustaban esa clase de películas. En esas películas los monstruos eran fáciles de destruir, no como en la vida real. Algunas de esas películas los efectos especiales eran tan malos que te reías, aunque algunos actores hacían buena interpretación, pero eso no quitaba lo pésimo del guión, pero incluso con esas Akane se asustaba.

Como era de esperar entraron a ver una película de amor, los actores principales tenían buena química entre ellos, hacían una buena interpretación, pero uno de los actores secundarios sobreactuaba, se notaba que quería sobresalir por encima de los demás, era el que haría fracasar esa película.

Ranma y Akane salieron enfadados de ver la película, era muy buena, pero ese secundario convirtió parte de la película en un desastre.

-¡No quiero volver a ver una película donde salga ese actor!- Akane estaba furiosa- esas ganas de quitarle protagonismo a los demás es patética. Lo hace en todas las que actúa. Pero en esta película no ha podido cambiar su parte, quería ser el protagonista, pero el director y el libro original no se lo ha permitido.

-Dicen que puede cambiar el guion como quiera. Lo tiene bajo contrato, lo puede cambiar hasta cierto punto. Siempre intentando ser el protagonista.

-¡Eso es cierto! En el libro ese personaje muere antes del quinto capítulo, en este le han dado demasiado protagonismo- Akane levantó la mano- ¡Tatewaki Kuno que mal actor que!, si no fuese por su padre no sería nada.

Ranma pensó un instante. Tatewaki, tanto él como su padre fueron pensados como candidatos a acompañantes de un Gentix, y los dos fueron descartados por su profunda imbecilidad. Kodachi la hermana de Tatewaki, estaba de vacaciones... en el estómago de Akane.

-Menos mal que no son Gentix- murmuró Ranma en bajo el chico de la trenza- si fuese uno de los nuestros, el consejo me obligaría a acabar con ese energúmeno.

-¿Decías algo?- preguntó Akane.

Ranma maldijo mentalmente, había olvidado que a Akane se le estaban despertando los sentidos, empezaba a oír y ver mejor. Debía proteger su mente porque en días esa chica tendría la capacidad de poder leer la mente y la primera en leer sería la suya, al estar conectados.

-¡Nada, nada!- respondió enseguida el joven- sólo pensaba, si podíamos ir a tomar algo, las palomitas y el refresco no me han llenado el estómago, todo lo contrario me han hecho tener más hambre.

Akane miró a su amigo y rió.

-Siempre pensando con el estómago, nunca cambiarás. Recuerdo que aquella vez que te comiste un cordero entero…- Akane se quedó callada, ¿Cuándo sucedió eso? Sabía que eso pasó, pero no lograba recordar cuando.

Ranma si lo recordaba, hacía doscientos años, en una reencarnación anterior de Akane, esa chica llamada en esa reencarnación como Anoia, la chica nació en un pueblo de España. Ranma suspiró, todo iba bien Akane empezaba a recordar sus vidas pasadas, pero hasta después de su total transformación ella pensaría que eran sueños.

Le contestó ignorando ese recuerdo.

-¡Yo nunca me he comido un cordero entero!- se defendió el joven, y se hizo el ofendido y con mucha teatralidad contestó- ¡Me has ofendido!- se llevó la mano a la cara, como si ella hubiese dicho algo terrible- esta ofenda merece una disculpa por tu parte, deberás invitarme para poder restablecer mi herido honor.

Ella se rió, su amigo había imitado a ese actor del que habían hablado antes.

Ranma se rió con ella. Quería pasar una buena tarde con ella. Quedaban días para Halloween y para Akane no serían buenos, su transformación se iba a acelerar, saldría por la noche a buscar presas, movida sólo por el instinto del depredador que iba despertando poco a poco.

Esa tarde debía ser una tarde especial, desde que se conocían casi nunca habían tenido una cita, aunque ninguno lo llamaba así, esa cita era… tranquila comparada con otras. Las otras veces cuando no aparecía Shampoo, aparecía Ryoga. La primera estaba totalmente liquidada, y Ryoga neutralizado hasta el treinta y uno de octubre.

Nabiki también le había estropeado algunas citas, pero esa repelente humana estaba fuera de circulación, a la hermana de Akane le quedaba hacer su papel, el elegido por él, una vez acabado ese papel no serviría para nada y se desharía de ella.

Reprimiendo eso pasamientos, decidió invitar a la chica a la heladería y después a cenar. Hoy no dejaría que se transformará, hoy quería tener a su Akane para él.

La joven estaba contenta, ese inmaduro parecía que hoy se comportaba bien. Los dos reían continuamente, Ranma podía comportarse como patán, pero también ser dulce y amable.

De forma distraída, de forma disimulada miraba los labios de su amigo, estaba deseando besar esos labios, o ser besado por ellos, se moría de ganas probar la dulzura de los labios del chico, sería como probar pura ambrosia, la bebidas de los dioses.

Se paró un momento, juraría que ya había probado esos labios, y que fue un placer dulce.

Movió la cabeza, nunca había besado a Ranma, ni había sido besada por él, entonces, ¿De dónde le venía ese dulce recuerdo de un primer beso con él?

Negó con la cabeza, tal vez de un sueño, ¿Pero por qué le resultaba tan real, tan vivido?

No tenía respuestas a esas preguntas, lo que no sabía que Ranma si las tenía, de otra vida, con otros nombres.

No sabía de los planes del joven para esa noche, no sabía que el chico la haría disfrutar de la mejor noche de su corta vida, pero si lo hubiese sabido estaría más contenta y alegre de lo que ya estaba. Estaba junto con Ranma, su Ranma, porque era suyo y de nadie más.

Y esa noche los dos enamorado disfrutaron de una noche de amor, una noche de alegrías, los dos eran jóvenes, Ranma a pesar de tener siglos, esa noche contagiado por ella se sintió joven, como los cientos que los rodeaba.

Hacía siglos que no disfrutaba de una noche igual, hacía siglos que no había salido con una reencarnación de su Akane a disfrutar, aunque en esa reencarnación la diversión de los jóvenes eran tan… antiguas, se rió mentalmente, cuando estaba con las anteriores Akane, sus citas con ellas, era acompañado de los padres de ellas.

Esa salida, ellos solos, sin nadie que los molestada, poder disfrutar tranquilos.

Habían pasado por la heladería, los dos eran muy golosos y repitieron hasta saciarse.

Los dos bromearon continuamente, robándole al otro parte de su helado. Los dos estaban jugando como dos enamorados, atrayendo la miradas envidiosas de los demás.

Salieron a la cale, visitaron tiendas. Se compraron ropa y calzado, música y algún reloj. Visitaron agencias de viaje, planeaban hacer un viaje al extranjero. Fue una tarde feliz, sin ninguna de sus típicas peleas por tonterías.

Y llegó la hora de cenar, Akane lo miró.

-Busquemos un lugar para cenar-propuso la joven- me muero de hambre.

Ranma la miró y asintió.

-Si, yo también tengo hambre.

Los dos fueron a uno de los mejores restaurantes de la zona. Con Nabiki ingresada podrían pagarse una buena fiesta. La hermana mediana de Akane era una chantajista de cuidado, no había semana que les sacase un buen montón de dinero. Sin ella cerca, la economía de los dos se iba recuperando.

-Cuando pueda, quiero que nos saquemos el carnet de conducir- propuso ella mientras cenaban- me gustaría ir a sitios sin tener que ir en trenes tan llenos de pasajeros.

Él la miró, la vio muy ilusionada con esa idea, no le gustaba la ideas.

-Puede ser una buena idea- pensaba lo contrario era mala, muy mala. Mantener un coche era caro, la gasolina era cada vez más cara. Un coche se estaba volviendo un lujo, algo lleno de impuestos. Los coches eléctricos eran caros y con poca autonomía. Pero no diría nada de eso- me gustaría un coche pequeño, no me gustan los grandes.

-Uno familiar, para llevar a toda la familia- él la miró, sabía que ella no hablaba de los Tendo, si no de los futuros hijos de ambos.

Ella al darse cuenta de lo que realmente dijo se sonrojó.

-Yo no… quería decir eso. Yo quería decir…- se enfadó con ella misma- no sé lo que quería decir- miró al chico- me pones nerviosa. Si, lo haces cuando me miras.. – cada vez echaba más leña al fuego.

Ranma también se sonrojó, a pesar de los siglos que tenía, las reencarnaciones de Akane lo hacían volverse un adolescente sin defensa. Estaba tan cerca del triunfo, tan cerca de que esa mujer al fin fuese suya. Y cada vez se ponía más nervioso, quería que esos días pasarán rápidos, encontrar una forma de viajar al día de Halloween, la espera se le hacía más eterna que toda su vida junta.

Ese hombre estaba profundamente enamorado de Akane, y sabía que nadie se la quitaría, esta vez no. Pero eso no quitaba su nerviosismo.

-No sé lo que has querido decir- y sonrió- ¿Te referías a tu padre y tus hermanas- ella sintió, él supo que mentía, no quería enfadarla- Pues que sea un coche grande para llevar toda la familia.

Akane suspiró, suerte que Ranma no era muy inteligente, y no captó lo que escondían sus palabras, pensó ella. Ranma la miró y sonrió mentalmente, debía hacer como si no hubiese entendido lo que realmente quiso decir ella.

-Y tú también me pones nervioso cuando me miras- dijo el joven.

Los dos se miraron sonrojado, alargaron la manos y se cogieron. Se miraron queriéndose besar, no reprimirían ese deseo.

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En un oscuro callejón los dos chicos se miraban con pasión, ya no podrían detener a sus deseos, sus sentimientos se habían transformado en un tsunami que arrasó todas las barreras que se habían impuesto entre ellos.

Él la había amado durante siglos, aunque ella ahora era otra persona, con otro nombre, su aspecto era el mismo y la personalidad también era la misma.

Ella la había amado desde el primer día que lo vio, cuando apareció en el dojo Tendo pidiendo trabajo. Ese día nada más verlo, su corazón se aceleró. Se enamoró al instante de él, le pareció que lo conocía desde siempre, por su mente se cruzaron imágenes de ellos dos juntos, no supo que eran recuerdos de sus vidas pasadas.

Desde que él entró al dojo fueron algo más que amigos, aunque siempre se peleaban, siempre estaban juntos para defenderse.

Todos veían que los dos estaban enamorados, pero ellos lo negaban, aunque sabían que era cierto.

Esa noche ocultos en un oscuro callejón, los dos abrazados ya no podían negarse su amor, ese amor era un torrente desbocado que no podían detener con las manos, y que los arrastró.

-Akane, mi amor, te amo.

-No menos de lo que te amo yo a ti.

-Eso no es posible, yo te he amado desde toda mi vida.

Akane rió, Ranma era un exagerado.

-Mentiroso, no puedes quererme desde que naciste, nos conocemos hace tres años.

-Para mí es como si te conociera desde hace siglos, siento que como si te hubiera estado esperando durante siglos.

Akane rió divertida.

-Eres un exagerado, pero me gusta que lo seas. Suenas tan romántico.

-Akane, si tú supieras…

Los dos se miraron, se acercaron y se besaron, Ranma puso su pasión y amor, un amor que sentía por ella desde hacía años. Estaba deseando besarla desde la primera vez que la vio, habían pasado siglos de la ultima vez que la besó.

Ella con ese beso, juraría que fue transportada a otras épocas, a otras vidas, a otros besos, pero que siempre fue besada por Ranma.

No fue el único beso que se dieron en ese callejón, se devoraron a besos, eran los que dos querían hacer de toda la vida. Esos besos fueron subiendo de nivel, pasaron de simple besos de enamorados a besos nada castos, mientras las manos de él descendían a las nalgas de ella, y ella lo abrazaba posesivamente del cuello.

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Unos minutos después los dos chicos felices y contentos iban hacía el dojo.

Había sido una tarde estupenda, los dos lo pasaron bien, como dos jóvenes más, como dos jóvenes normales, aunque esos dos no eran jóvenes normales.

-He cambiado de idea- se paró Akane- me gustaría visitar la nueva discoteca.

Ranma la miró, sería difícil entrar en ese sitio, se entraba por invitación, se debía solicitar con meses de antelación, y al ser tan nueva sólo entraban las personas de cierto nivel económico.

-Será difícil entrar, no tenemos invitación, puede ser un viaje sin conseguir nada.-vio como lo miraba Akane, y no pudo resistirse-de acuerdo iremos.

Llegaron a la cola para entrar a ese local. Uno de los vigilantes se movía entre la gente que esperaba entrar, a veces se paraba, miraba a los que esperaban en la cola y los echaba, estaba eligiendo quien entraba y quien no, y no era muy educado al hacerlo. Ranma y su amiga lo miraron mal, ese hombre se merecía una lección.

Ese hombre llegó al lado de la pareja y los miró mal, de repente se quedó blanco. Ese portero era un Gentix de memos categoría que Ranma, reconoció a Ranma y a su acompañante y sintió miedo.

Y volvió a su puesto en la entrada de la discoteca. Esa noche dejó pasar a todos, no quiso problemas con un Gentix de la categoría de Ranma. A parte conocía a esa pareja, si los intentaba sacar de malos modos le darían una paliza, ni él podía con esos dos chicos.

El rato en la discoteca fue divertido para los dos, bailaron y bebieron, alejaron moscones que se acercaron en busca de lo que creían un ligue fácil.

-No está mal, pero mis amigas me vendieron esto como algo mejor -comentó Akane, no le acababa de gustar ese local.

-¿Qué esperaba algo fantástico? ¿Cómo sacado de una película de ciencia- ficción?

-No, en los folletos lo anunciaban como algo fantástico- miró a su alrededor- y sólo es una discoteca más.

-¿Qué querías un Studio 54?- el chico hablaba de la mística discoteca de Manhattan. Ranma no le dijo que él estuvo en esa discoteca y lo que vio le hizo evitar volver una segunda vez.

Ella negó con la cabeza.

-No es eso, es que tal vez, tenía muchas ilusiones de encontrarme algo mejor.

Ranma rió.

-Es cara, tienen bebidas que se pueden encontrar en cualquier supermercado.

Ella rió.

-Si, en el dojo pusiéramos luces, unos altavoces y una barra con bebidas tendríamos lo mismo.

-¡Podíamos poner a tu padre de discoteca jockey, y con un cuadro con botones para que encendiese y apagase continuamente las luces.

Akane se rió, a veces Ranma tenía idea locas.

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Volvían al dojo, sabían que si Soun se enteraba de la salida de Akane se enfurecería, teniendo una hermana ingresada en un psiquiátrico y ella divirtiéndose.

Lo que no sabían que Kasumi les había preparado la coartada perfecta. Cuando Soun se enteró de la salida de su hija menor.

-Akane ha estado muy nerviosa últimamente- dijo la hermana mayor a su enfurecido padre- necesitaba un poco de relax- Kasumi miraba sonriendo a su padre- entre el miedo que le tiene a ese asesino y lo que le ha sucedido a Nabiki, apenas duerme y siempre está asustada, es la más asustadiza de las tres- mentira, Akane era la más valiente – Ranma le pidió una cita para tranquilizarla.

Soun miró llorando a Kasumi.

-Yo no sabía lo mal que lo estaba pasando mi niña. Ranma es un buen chico por querer ayudar a mi pequeña.

Soun nunca pensó que Kasumi le estaba metiendo, la hermana mayor era demasiado buena para mentir a su padre.

-"No es de todo una mentira, es la verdad, pero vista desde otro punto de vista"- pensó Kasumi.

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Los jóvenes llegaron al dojo, y Soun se abalanzó llorando sobre una sorprendida Akane.

-No sabía que lo pasabas tan mal, yo sólo me preocupaba por Nabiki, no sabía que tú también lo pasabas mal.

- ¡Gracias papá!- contestó Akane, casi sin saber que le pasaba a su padre, hasta que vio a su hermana sonreír. Supo que Kasumi había engañado a su padre.

Después el hombre abrazó a Ranma.

-¡Gracias por preocuparte por mi niña!, es tan joven e inocente. ¡Gracias por tener cuidado de ella, sé que contigo está siempre a salvo.

- "Pues yo soy el mayor de los peligros para ella"- pensó el joven.- " este pobre humano no llegará a imaginar lo que haré con Akane. Si supiera el destino de sus hijas me mataba ahora mismo"

Akane miró como Ranma se sonrojada, ahora él chico diría un insulto de ella, y se pelearían, pero Ranma no dijo nada, estaba sonrojado por la actitud de Soun.

-No pasa nada, yo siempre protegeré a su hija.

-¡Más te vale!- gritó Soun furioso- si algunas vez no estás allí cuando esté en peligro te mató.

Ranma sonrió incómodo, ese carácter, esa furia, ya sabía de quien los heredó Akane.

-No sufra conmigo Akane siempre estará a salvo.- dijo Ranma, y entonces tuvo un pequeño desliz, miró a Akane, -¿ Verdad Helena?

-¿Quién es Helena?- bramaron furioso Akane y su padre.

Ranma tragó saliva, había llamado a su amiga por el nombre que tuvo en una reencarnación anterior.

-¡No dejaré que engañes a mi hija con otra mujer- Soun miró a Ranma amenazante.

-Fue una niña que conocí antes de llegar aquí, cuando yo era más joven.- no mentía decía la verdad, pero esa verdad tenía casi quinientos años.

-¿ No vendrá por ti?- preguntó Kasumi.

- No, no vendrá, ella murió- la familia Tendo vio que el chico no mentía.- la conocí cuando éramos niños – eso si era mentira- era en un viaje de entrenamiento, pasé un tiempo donde ella vivía- en realidad fueron unos años- semanas después de irme de ese sitio me dijeron que había muerto.

En realidad fue asesinada por Shampoo, mientras Ranma estaba siendo enseñado por su madre. Cuándo Ranma llegó donde había vivido su ya difunta compañera era muy tarde, no pudo hacer nada, ni siquiera vengarse, Shampoo desapareció de su vida durante casi trescientos años.

-Es un viejo recuerdo. Te pareces a ella, cuando te enfadas- el joven rió- tenía mucho carácter, me gustan las mujeres con personalidad. Mi madre, tú- y pensó- "y las muchas tús que he conocido"

Akane se le acercó.

-Ocultas un pasado trágico, si quieres contármelo, ya sabes que te escucharé. Si has tenido otras novias, aunque fueras un niño cuéntamelo, yo no estaré celosas- era mentira si estaba celosas al pensar en las novias que tuvo Ranma de niño.

Ranma sonrió con tristeza, aún era pronto, cuando Akane ya fuese una Gentix.

-Tengo sueño, hoy ha sido un día movido- Ranma vio a Akane subir a su habitación y decidió que el también tenía sueño, el resto de la familia los siguió.

Cada uno se fue a su habitación, Ranma se encerró en la suya.

-¡Otras novias!, si las he tenido, pero cada una de ellas siempre eran tú. Sólo he tenido una novia, que ha tenido muchas vidas, y siempre las he perdido. Todas ellas eran tú, y sólo tú. Y tú eres cada una de ellas. Eres la única persona que has existido en mi vida. Con cientos de nombres, pero teniendo el mismo aspecto. Mi vida ha sido una maldición, tenerte entre mi brazos y perderte como el humo. – se enfureció con el mismo- no quiero volver a perderte, no lo aguanto más. No vuelvas a dejarme sólo, no sabes lo que es sufrir sin tenerte cerca, lo que es sufrir teniéndote cerca y temer perderte.

El chico empezó a llorar, sentía una desesperación muy grande, tanto siglos vivimos, tanto tiempo esperando a su alma gemela y ahora a breves días para ver cumplido su mayor deseo, ese que tuvo durante siglos, temía que Akane sufriese el mismo destino que él sufrido por las anteriores reencarnaciones de esa chica.

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En su habitación Akane también sufría. Helena había dicho el joven, ¿Por qué le resultaba conocido ese nombre? Y no sólo ese nombre si no él de muchas mujeres más. Siempre había soñado que era otras jóvenes con otros nombres, y en todos sus sueños aparecía un hombre parecido a Ranma.

Siempre era ella la que caía y dejaba solo al joven. No quería, no quería dejarlo solo. No como en sus sueños. Temía que le pasará algo y dejar a su amigo solo. Se miró las manos. ¿Y si hubiese tenido otras vidas?, ¿ Y si en esas otras vidas hubiese estado siempre con Ranma?

Parecía una tontería, pero esos sueños eran tan reales.

¿Helena? ¿Por qué le producía temor ese nombre?, ¿Por qué al pensar en ese nombre se llevaba la mano a la garganta? Era pensar en Helena y notar como si alguien le cortarse el cuello.

Fue así como Shampoo mató a Helena. Esa maldita mujer, se acercó por detrás, la cogió por el pelo, y le cortó el cuello. Akane sintió frío, casi visualizó la escena, incluso se llevó las manos a la garganta asustada, sintió miedo mucho miedo.

Quería tener cerca a Ranma y que la abrazarse, le dijera palabras cariñosas, le influyera tranquilidad, dormir abrazada a Ranma, dormir tranquila y saberse protegida por su amiga. Dormir abrazada por Ranma a lado de una fogata, bajo la luz de las estrellas.

-Como siempre has hecho, Ranma, protegerme durante estos siglos- murmuró Akane y se durmió. Al día siguiente no recordó lo que dijo antes de dormirse.

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Kasumi tumbada en su cama pensaba en el futuro. En pocos días su hermana y Ranma serían uno, de igual forma que ella y Tofu.

La hermana mayor recordaba sus vidas anteriores, la infelicidad que tuvo, esa infelicidad la fue preparando para tener la mayor de la felicidades junto a Tofu.

Kasumi ya era casi por completo una Gentix, pero lo ocultaba incluso a Ranma. Debía ser así, debía ayudar a Akane y a Ranma a unirse. Esas dos almas debían haberse unido hacia siglos. La hermana mayor estaba feliz que al fin esas dos almas se unieran. Ella estaba allí para evitar cualquier percance.

No había logrado salvar a Akane en sus otras vidas, ahora no fallaría. Había sido ella quien envenenó a Shampoo para que no pudiera detectar el ataque mortal de Akane.

Suspiró, era una romántica, deseaba la unión de Ranma y Akane, deseaba que fueran felices, tal vez era por ver tantas series románticas, siempre deseando que triunfase el amor, y con una sonrisa se durmió.

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Soun se despertó, sabía el destino de sus hijas, sabía su destino, lo supo desde que se unió a Noriko, hacía tantos siglos, en otras vidas. No lucharía contra él. No haría nada por evitarlo, si todo iba bien tanto Kasumi como Akane serían felices, en sus reencarnaciones anteriores había perdido a sus dos hijas por intentar ir contra el destino. Ahora no cometería el mismo fallo que cometió tantas veces en sus vidas anteriores.

Él y Noriko se habían casado tantas veces, y siembre habían tenido como hijas a Akane y Kasumi. Vio como Akane y Ranma se enamoraban y como el chico siempre la perdía. Vio como Kasumi era obligada a casarse en todas sus vidas con alguien que no quvería, la vio sufrir tantas veces.

Y en todas sus vidas vio como Nabiki nacía para traicionar a sus hermanas y hacerlas sufrir. Él fue quien dejó entrar a Akane como monstruo para asustar a Nabiki, él fue quien llevó a su hija mediana a la locura. No le dejaría destrozar la vida de sus hermanas, como hizo en otras vidas.

El hombre se durmió.

Al día siguiente ni Kasumi ni Soun recordaron los pensamientos que tuvieron antes de dormirse, los habían ocultado en lo más profundo de su mente, de esa forma ni Ranma ni Akane se darían cuenta que había alguien ayudándoles.

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Continuará...


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Después de varios meses subo otra parte, no estoy esperando que sea el próximo Halloween para subir la última parte, pude que sea ese día o sea antes, o después.

Este capítulo ha sido más calmado. Quería un capítulo sin muertes ni violencia.

Akane no es la única que se reencarna. Toda su familia lo hace, y siempre como familia.

Kasumi está destinada a ser la compañera de Tofu.

Soun… ya veremos el destino de hombre.

Nabiki en todas sus reencarnaciones ha traicionado a sus hermanas, para mi fue ella quien obligó a Kasumi a casarse en matrimonios no deseados, y ka que ayudó a matar a Akane en sus vidas anteriores.

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Agradecimientos:

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A todos los que leen esta historia.