Autor Original: rexlover180

ID: 2962133

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Capítulo 6: Árboles

"Nunca hubiera imaginado que ese muchacho podría ser tu gemelo" se burló Arthur mientras observaba a Alfred despedirse de su hermano "Es tan amable y educado y tú eres solo… tú"

"No necesito tus cumplidos" Alfred sonrió astutamente "Bueno, parece que no podemos quedarnos en la ciudad. Solo en caso de que Francis te reconozca"

"En cierto modo, es bueno que nunca haya estado aquí antes" se rio Arthur "Al menos nadie me reconoce"

"¿Sabes? No esperaba que nadie viniera a buscarte tan pronto" Alfred comenzó a caminar "Porqué alguien realmente te extrañaría, está más allá de mi entendimiento"

"Oh, cállate" Arthur puso los ojos en blanco mientras caminaba detrás de Alfred "Soy muy importante en cuanto a mantener la seguridad de que el mundo funcione correctamente"

"¿Haciendo qué?" resopló Alfred "¿Diciéndoles a los demás qué hacer? Todo lo que haces es sentarte en tu castillo todo el día y ordenarle a la gente"

"Hago más que eso" espetó Arthur.

"Oh, cierto, olvidé que vas a fiestas en mitad de las guerras" Alfred miró hacia él.

"Simplemente no entiendes lo que viene con estar a cargo de un imperio" resopló Arthur y miró al suelo.

"¿La tala de árboles de un bosque mágico es parte de eso?" preguntó Alfred con aire de suficiencia.

"Sí, cuando es necesario" suspiró Arthur, mirando hacia atrás.

"Eso probablemente no hace feliz al bosque, amigo" se rio Alfred.

"¿Qué van a hacer unos malditos árboles?" resopló Arthur. Solo para probar su punto, pateó con el pie un árbol cercano mientras caminaban.

"No deberías hacer eso" dijo Alfred marcadamente.

"Un árbol no puede hacerme nada" dijo Arthur.

"Te lo advertí…" suspiró Alfred con voz cantarina.

"Me advertiste de qu-" Arthur se detuvo cuando sintió que algo duro se envolvía alrededor de su cintura. Rápidamente miró hacia abajo y vio que era una rama. Estaba a punto de lanzar algún comentario hacia Alfred, pero de repente fue alzado por los aires. Su muñeca derecha estalló en dolor cuando los grilletes se clavaron en la muñeca de Arthur por el peso de Alfred.

"¡Guau!" se rio Alfred. Arthur lo miró y notó que incluso él estaba haciendo una mueca por el dolor de los grilletes.

"¡Alfred!" le gritó Arthur "¡Haz algo!"

"¿Qué?" Alfred lo miró "¿Sólo esperas que haga todo por ti?"

"Bueno, ¡no puedo hacer nada ahora mismo!" espetó Arthur. Intentó usar su mano izquierda para escapar de la rama, pero las espinas de repente presionaron su palma, obligándolo a retirar su mano.

"Tienes que obligarme a hacer todo, ¿no?" suspiró Alfred y comenzó a balancearse "¿Sabes? Si no fuera por mi conexión contigo, no estaría haciendo nada en este momento"

"¿Y de quién es la culpa?" Arthur lo fulminó con la mirada.

"Cállate, te estoy ayudando" dijo Alfred. Su balanceo había logrado acercarlo al árbol, donde usó su mano derecha para agarrarse a una rama más baja para mantenerse de pie. Arthur suspiró aliviado al quitarse el peso de encima de la muñeca.

"Podrías haberme roto la muñeca con tu culo gordo" comenzó Arthur.

"Todo es músculo, cariño" comentó Alfred mientras comenzaba a trepar el árbol con una sola mano "También me hice daño en la muñeca, solo para que lo sepas"

"¿Sabes? Si no fuera por ti, no estaría en este lío" murmuró Arthur cuando Alfred llegó a la rama que envolvía a Arthur.

"Solo agradece que no sea violento" suspiró Alfred mientras se sentaba en la rama.

Cuando no se movió, Arthur espetó "¿Te vas a mover o simplemente te vas a quedar ahí sentado?"

"Se me ocurrió una idea mientras subía" sonrió Alfred "El único daño que esto me estaba haciendo era herirme la muñeca. Ahora que estoy a salvo de eso, solo te está molestando a ti"

"Tienes que estar de broma" Arthur lo miró boquiabierto "Será mejor que no vayas a hacer lo que creo que vas a hacer"

"¿Qué tal si me das un incentivo adecuado para rescatarte?" comenzó Alfred, moviendo sus piernas.

"¡Alfred!" estalló Arthur y una espina se clavó en su costado. No lo suficiente como para pasar la piel, seguramente, pero lo suficiente como para doler. Un montón "¡Auch!" hizo una mueca.

"Deberías hacerme un cumplido" sonrió Alfred.

"¿Por qué debería?" espetó Arthur, todavía haciendo una mueca.

"Porque el árbol solo te hará más daño" sonrió Alfred "Y soy la única persona cerca que podría estar dispuesta a ayudarte"

"De ninguna manera te haré un cumplido" Arthur lo fulminó y una espina se clavó en su espalda.

"Deberías darte prisa, antes de que te haga sangrar" respondió Alfred inteligentemente. Más allá de su mueca de dolor, todavía podía mirarle "Estoy esperando" intervino Alfred.

"No puedo felicitarte" declaró Arthur, haciendo una mueca cuando otra espían golpeó su costado.

"Entonces actúa como una damisela en apuros y llámame héroe" le guiñó Alfred.

Arthur lo miró durante un momento, pero luego bajó la vista y cerró los ojos "Ayúdame, héroe" murmuró en voz baja.

"Lo siento, no pude oírte muy bien" se rio Alfred y Arthur lo fulminó de nuevo "Asegúrate de agregarle sentimiento también"

"Te odio…" gruñó Arthur, pero jadeó de dolor al sentir otra espina "Ayúdame, mi maldito héroe" dijo con los dientes apretados.

"Sin el insulto, gracias" sonrió Alfred.

"No voy a llamarte héroe tres veces seguidas" espetó Arthur. Sintió el desgarro en su espalda perforar la piel y Arthur se encogió sobre sí mismo por el dolor "¡Joder, Alfred! ¡Ayúdame!" suplicó.

"Eso valdrá" dijo Alfred y Arthur sintió el cambio de peso en la rama. Arthur alzó la vista y notó que Alfred ya no estaba allí. Miró a su alrededor y descubrió que estaba colgando de la rama usando sus manos para aferrarse a ella. Se estaba moviendo hacia el frente.

"¿Sabes? Tengo ganas de agregar que aquí, incluso los bosques, se beneficiarían de la independencia de Larkin" dijo Alfred mientras trabajaba en ello "Como no ser talados o cosas así"

"¿Qué planeas hacer?" le preguntó Arthur con curiosidad, ignorando su comentario anterior.

"Trabajando con la extremidad esta" gruñó Alfred mientras intentaba alzarse. Eventualmente, cuando pudo hacerlo, Arthur descubrió que la cara de Alfred estaba a la derecha, frente a la suya. Arthur se quedó mirando esos orbes zafiro un rato, casi perdiéndose en ellos. Eran de un azul tan profundo que Arthur podría haber jurado que estaba mirando las profundidades del océano. Podría haberse quedado así para siempre, por lo que a él le importaba. Sintió un aleteo en el estómago, y todo lo que quería era inclinarse ligeramente hacia adelante para cerrar la brecha entre…

Sin embargo, cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo, apartó rápidamente la mirada y su rostro se puso de un color rojo intenso.

"¿Qué es lo que pretendes hacer?" intentó mantener un tono uniforme.

"Eh…" tartamudeó Alfred un segundo antes de traer un pensamiento coherente "S-Solo voy a intentar tirar de la rama"

"Bueno, deberías darte prisa" Arthur hizo una mueca cuando otra espina se clavó en su costado.

"Estoy en ello" gruñó Alfred y Arthur pudo sentir que el agarre de la rama se aflojaba a su alrededor. Antes de darse cuenta, estaba cayendo al suelo, donde cayó de espadas, con fuerza. También sintió algo pesado que lo aplastaba.

Cerró los ojos con fuerza por el dolor antes de que finalmente los abriera, encontrando a Alfred acostado encima de él.

"¡Quítate de encima de mí!" ordenó Arthur. Intentó sentarse, pero no pudo porque Alfred pesaba demasiado.

"Lo siento" gimió Alfred "Eres tan huesudo que no hiciste mucho para amortiguar mi caída"

"Bueno, quítate y estarás más cómodo" espetó Arthur, aunque había una pequeña parte de él que quería que Alfred se quedara. Rápidamente alejó ese pensamiento a lo profundo de su mente.

"No puedo" se rio Alfred.

"¿Qué narices quieres decir con que no puedes?" gritó Arthur.

"Quiero decir que no puedo moverme" dijo Alfred.

"Por supuesto que no puedes" Arthur puso los ojos en blanco.

"En serio, estoy atrapado" dijo Alfred "Mis brazos y piernas no se mueven"

"¿Qué?" preguntó Arthur. movió la cabeza para mirar el brazo derecho de Alfred y vio que estaba clavado al suelo por algo que parecía… "¿La raíz de un árbol?"

"Genial, el bosque sigue enfadado contigo" suspiró Alfred.

"¡Me cuesta creer que esto sea mi culpa!" argumentó Arthur "¡Todo lo que hice fue patear un árbol!"

"¡Y es la raíz de un árbol!" dijo Alfred "¡Todavía está enfadado contigo!"

"¿Qué cojones se supone que debo hacer al respecto?" espetó Arthur "¿Decirle que lo siento?"

"Lo único que has hecho desde que llegaste aquí es despreciar el bosque" dijo Alfred "Hazle un cumplido"

"¿Por qué un bosque necesita un cumplido?" preguntó Arthur.

"A todo le gusta sentirse bien consigo mismo" suspiró Alfred "Solo hazle el cumplido"

"Bueno, en realidad, todo lo que está haciendo es molestarte" declaró Arthur.

"Oh, fácilmente puedo molestarte así" sonrió Alfred.

"¿A qué dónde quieres llegar?" Arthur entrecerró los ojos.

"Esto" dijo Alfred y luego golpeó su cabeza contra la de Arthur.

"¡Puta mierda!" Arthur hizo una mueca "¿Qué estás haciendo?"

"¿Qué te parece?" preguntó Alfred, y Arthur notó que su voz ahora era desagradablemente alta "¡Te estoy molestando!" volvió a golpearle la cabeza.

"¡Deja de hacer eso!" gritó Arthur "¡Me duele mucho!"

"Podría cantar" sonrió Alfred.

"Dios mío, por favor, no lo hagas" se quejó Arthur.

"¡La, la, la, la, la, la!" cantó Alfred en voz alta, cambiando su tono horrible con cada nota.

"¡Vale!" espetó Arthur, haciendo que Alfred se callara "¡El bosque es jodidamente hermoso! ¿Ahora te quitarás de encima?"

"Me encantaría, si pudiera" suspiró Alfred "Dedícale un verdadero cumplido, genio"

"Este bosque es precioso" declaró Arthur y, pronto, Alfred se apartó de él hacia la derecha de Arthur.

"Entonces, ¿crees ahora que es magia?" preguntó Alfred.

"Supongo que tengo que hacerlo" Arthur se enderezó "Siempre pensé que los bosques mágicos solo estaban en los cuentos de hadas…"

"Sí, eso es lo que todos piensan" suspiró Alfred, mirando hacia el cielo "Sin embargo, los cuentos de hadas simplemente dejan de existir después de un tiempo, ¿no?"

"Eso es porque son para niños y las personas no pueden vivir como niños para siempre" afirmó Arthur.

"Y tal vez por eso el mundo está tan jodido" Alfred se puso de pie, haciendo que Arthur también lo hiciera.

"Así es como hacemos las cosas, Alfred" dijo Arthur mientras Alfred comenzaba a caminar de nuevo "Si pensáramos como niños todo el tiempo, no pasaría nada"

"¿Es eso tan malo a veces?" canturreó Alfred.

"A veces no tienes sentido" suspiró Arthur y luego sintió que su estómago rugía "Alfred, tengo hambre"

"Sí, ¿y qué quieres que haga al respecto?" preguntó Alfred.

"¡Me secuestraste! Por lo tanto, debes proporcionar la comida" declaró Arthur.

"Entonces, ¿es este el tiempo más largo que has pasado sin comer o algo así?" se rio Alfred.

"Sí, lo es" declaró Arthur "Y me muero de hambre, así que déjame comer"

"Podría darte un cuchillo y ver si puedes cazar solo" ofreció Alfred.

"¡No voy a cazar! ¡No puedo matar a un animal!" espetó Arthur.

"Oh, no te preocupes" dijo Alfred "Matas a miles cuando talas este bosque para conseguir ropa"

"Algunas prendas están hechas de pieles de animales, Alfred" suspiró Arthur.

"Sí, e intento mantenerme alejado de ellas a toda costa" Alfred lo miró por encima del hombro.

"¿Por qué siempre eres tan difícil?" gimió Arthur.

"¿Por qué eres tan idiota?" preguntó Alfred.

"No soy un idiota" Arthur puso los ojos en blanco.

"¿Y quién era el que pedía comida?" preguntó Alfred.

"Cállate" suspiró Arthur. No se había dado cuenta de que Alfred había dejado de caminar, así que chocó contra su espalda "¡Auch! ¡Avísame cuando te pares la próxima vez!"

"Oh, lo siento. ¿Estoy en tu camino?" se burló Alfred y giró la cabeza hacia la derecha "Creo que encontré comida"

"¿No es peligroso o algo así cazar animales en un bosque mágico?" preguntó Arthur.

"Los animales no son mágicos" se rio Alfred "Eso sería estúpido"

"Claro, estúpido" Arthur miró a la parte de atrás de su cabeza.

"Vamos, ¿qué tal si te enseño a cazar de primera mano?" preguntó Alfred mientras sacaba su cuchillo.

"¿Por qué me interesaría aprender a cazar?" preguntó Arthur "No tengo necesidad de hacerlo"

"Bueno, ¿y si te secuestran de nuevo?" preguntó Alfred "Es posible que necesites saber cómo cazar porque la próxima persona puede no ser tan buena como yo"

"Difícilmente te llamaría bueno" espetó Arthur.

"Bueno, te salvé de ese árbol, ¿no?" Alfred le devolvió la sonrisa "Y te traeré comida. ¡Oh, después de esto, te enseñaré a hacer fuego!"

"Alfred…" gimió Arthur mientras Alfred lo arrastraba hacia lo más profundo del bosque.