Autor Original: Torashii
ID: 4735351
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"Fui a tu tumba ayer"
Tsuna se congeló de inmediato, sin saber si realmente había escuchado la declaración en voz baja o no. Los papeles que sostenía se deslizaron entre sus manos, su concentración ya no estaba enfocada en poder sostenerlos.
"¿H-Hibari?"
"Hay una tumba para ti, en el cementerio de Namimori. Está al lado de un banco"
El castaño respiró hondo, estremeciéndose, sabiendo que no necesitaba hacerlo, pero lo hizo de todos modos en un intento por comprender la emoción que lo atravesaba. No tenía ni idea de dónde había venido esto, o qué había poseído al prefecto para hacer tal cosa, pero una pequeña parte de Tsuna estaba agradecida. Sinceramente, en algún momento dudó que tuviera una tumba. La parte de él que era el niño pequeño y acosado que había estado creciendo, la parte que estaba oprimida y abandonada, solía inspirarle pensamientos tan deprimentes después de su muerte. La idea de que tal vez no había un monumento para él, nada bueno para recordar a el 'Inútil de Tsuna'. Que su espíritu simplemente había salido de su cuerpo y había dejado que la cáscara muerta se pudriera en algún lugar, olvidada hacía mucho tiempo en un callejón lúgubre, donde pertenecía.
En un momento, incluso se preguntó si su madre se había dado cuenta de la pérdida. Tal vez, en cambio, siguió igual, en algún momento preguntándose por qué ahora le sobraba tanta comida, pero sin pensar en el hijo desparecido al que apenas había prestado atención.
Por supuesto, Tsuna finalmente aplastó esos pensamientos y, con el tiempo, olvidó el profundo dolor de preguntarse si lo habían extrañado. Aunque ciertamente ninguno de sus compañeros de clase había llorado, al menos alguien lo habría extrañado. Incluso a los criminales se les daban tumbas, así que no había razón para que él tampoco tuviera una, o eso se dijo a sí mismo.
Pero la confirmación, después de tanto tiempo sin pruebas definitivas, de que había algún monumento físico, algo tangible que representara el hecho de que Sawada Tsunayoshi, en algún momento, había estado vivo era un puñetazo en el pecho. Flotó hacia Hibari, sentándose junto al prefecto con rostro sombrío.
"Entonces" comenzó Tsuna, intentando mantener la voz tranquila "¿cómo se veía?"
El prefecto lo miró una vez, antes de volver a marcar algunos documentos. A pesar de la aparente desestimación, Tsuna sabía que Hibari simplemente estaba pensando en su respuesta. El castaño tuvo que preguntarse qué tipo de expresión tenía, para garantizar tal delicadeza de Hibari de entre todas las personas.
"Es tradicional" ofreció, con una nota de aprobación en su voz. Aunque no era común, algunas personas, especialmente aquellas con influencias extranjeras, enterraban a sus muertos a la manera occidental "Estaba limpia" hizo una pausa "alguien había dejado flores frescas"
No había ningún significado real en esto; los cementerios siempre tenían a alguien que los vigilaba, las limpiaban y a veces ponían flores donde no las había.
"¿Qué flores?" preguntó Tsuna, fingiendo que su voz no estaba un poco ahogada y que la respuesta no significaba mucho para él.
Hibari hizo una pausa una vez más, una pregunta en su tono cuando volvió a hablar "Girasoles"
El castaño dejó escapar una pequeña risa sorprendida "Girasoles"
El prefecto no respondió y Tsuna estaba extrañamente agradecido por su tranquila compañía.
"Girasoles" suspiró el fantasma, su voz carga de una nostalgia agridulce "cuando era pequeña, un anciano que solía cuidarme a veces murió y fuimos a dar nuestras condolencias. Todo lo que realmente recuerdo fue la gran cantidad de flores por todas partes, todas blancas" Tsuna sonrió "Le dije a mi madre que cuando muriese no tenía permitido hacer que todo fuese blanco y aburrido, sino que quería algo bonito y colorido como los girasoles"
El fantasma se rio "No puedo creer que lo recordara"
"Hn"
Se dijo muy poco sobre el asunto, pero si una semana después aparecía un jarrón con girasoles amarillos brillantes en la oficina disciplinaria, por lo demás espartana, bueno, hacía falta mencionarlo.
La primaria en Japón solo era superada en términos de actividad por la secundaria. Siempre había algún tipo de evento: una obra de teatro, un festival. A Tsuna le encantaban estos simplemente por romper la monotonía de frecuentar un lugar en el que nadie podía verte, pero desde entonces se había distraído teniendo a alguien con quien hablar. Aun así, los murmullos que escuchó por casualidad eran lo último que esperaba.
El Festival del Bon.
La celebración ni siquiera caía en ningún momento del año escolar, sino en agosto. Demasiado tarde para que alguien lo mencionara antes de que comenzaran las vacaciones de verano y ya habían terminado para cuando regresaron a clases. El chico fantasma sinceramente no podía decir si se había sentido aliviado o no; una cosa era querer desesperadamente ser recordado, pero otra si esa esperanza era aplastada sin piedad. No había tenido la oportunidad de averiguarlo y, sinceramente, los girasoles de Hibari (y los de su tumba, se recordó a su mismo en voz baja) eran más que suficientes para calmar ese viejo dolor.
Bueno, no había tenido la oportunidad de averiguarlo hasta ahora.
Era el gran aniversario de la escuela – cincuenta años, o cien, Tsuna en realidad no podía saber cuál era, pero el punto era que decidieron organizar su propio recuerdo inspirado en Obon. La discusión corrió desenfrenada sobre quién debería ser incluido en esta asamblea general; de personas que murieron por la escuela, personas que murieron mientras asistían, aquellos que dieron algo y ahora estaba muertos, y aquellos que habían muerto dentro de ella también.
La última sugerencia era lo que tenía a Tsuna callado y contemplativo durante los siguientes días.
"Déjalo"
El fantasma parpadeó, mirando a Hibari, que había dejado de caminar para dedicarle una suave mirada "¿Qué?"
"Estás… melancólico" El 'dime por qué o te morderé hasta la muerte' estaba fuertemente implícito.
Tsuna vaciló "No es nada"
Simplemente estaba intentando desesperadamente de ignorar el hecho de que sí, murió, y sí, aún podría ser ignorado, o peor aún, menospreciado durante la asamblea general de la escuela de la que definitivamente calificaba para ser parte e incluso en la muerte sería conocido como el Inútil de Tsuna y todos los estudiantes nuevos que nunca le habían conocido les dirían a sus padres 'hey, ¿sabías que un chico murió en nuestra escuela el año pasado? Su nombre era Tsuna el Inútil y, ¿puedes creerlo? Se cayó solo por las escaleras, aunque no fue su culpa –
Y no. No pensaría en ello, ni hablaría de ello, o dios lo perdonase, le explicaría a Hibari que de repente se sintió abrumado por un terror absoluto de que posiblemente le restregaron en la cara lo poco que la gente se había preocupado por él.
"Herbívoro" advirtió Hibari, su boca frunciéndose como su ceño.
"No es nada, de verdad Hibari"
Y con eso, Tsuna flotó hacia el frente, inflexible en ignorar cualquier persona adicional. Nada, después de todo, estaba mal.
Por supuesto, Hibari Kyoya hizo todo en su vida con la misma ferocidad que un animal herido que se enfrenta a un depredado más grande. Con saña y una determinación absoluta para terminar la tarea. Así que, por supuesto, si algo estaba molestando al fantasma herbívoro, entonces Hibari estaba seguro de que iba a averiguar qué era y morderlo hasta la muerte.
"Herbívoro"
"¡Gah!" Tsuna pegó un brinco, los documentos que acababa de terminar de organizar se le escaparon de las manos y cayeron al suelo "¿Qué sucede?"
"Dime lo que te está molestando"
El prefecto, como cualquier animal, tampoco tenía sentido de la sutileza emocional.
"Hibari-"
"Ahora"
El castaño alzó sus manos al aire, antes de escapar por el suelo.
Por supuesto, no terminó ahí.
"Herbívoro"
El fantasma se sobresaltó, se agitó y cayó por la puerta por la que había estado a punto de mirar para ver si había dentro. Como resultado, Hibari tuvo la extraña vista de que solo la mitad inferior del chico era visible, con su trasero hilarantemente levantado. El prefecto reprimió despiadadamente el impulso de patearlo, sabiendo que estaría pateando la puerta en su lugar.
"Levántate"
Tsuna se puso sobre dos piernas en un intento de recuperar su dignidad lo antes posible, antes de resoplar y lanzarle al prefecto una mirada fulminante. Hibari, por supuesto, no se inmutó "¿Qué es?"
"Dímelo"
El rostro de Tsuna pasó rápidamente de la confusión a la incredulidad, antes de decidirse por la irritación y la incredulidad.
"No"
"Herbívoro-"
"Dije que no"
Y con eso, una vez más se alejó flotando.
Por tercera vez en esa semana, Tsuna fue sorprendido por la abrupta llegada de Hibari, quien había saltado por una ventana como saludo. Se frotó la cabeza distraídamente donde seguramente habría golpeado contra el escritorio en el que había estado si todavía estuviera vivo. Tal ocurrencia había sido tan común que Tsuna todavía podía sentir los dolores del fantasma, un año después de su muerte.
"Hibari" comenzó Tsuna con el ceño fruncido pintado en su rostro "No voy a decirte-"
"Tienes miedo de la asamblea de recuerdo"
Con la voz decayendo, el fantasma miró conmocionado al prefecto.
"¿Q-Qué? ¿Cómo te enteraste de eso?"
Hibari levantó una perfecta ceja "Soy el presidente del comité disciplinario. Todos los eventos están bajo mi competencia"
"No lo sabías antes"
El prefecto estuvo a punto de gruñir "Tetsuya me dio el papeleo completo esta mañana"
Por supuesto, Hibari dejaba todo lo que no fuera disciplina para que se encargaran sus subordinados.
"Si no te reconocen" dijo Hibari con la mayor confianza "Simplemente los morderé hasta la muerte"
Por lo general, su línea de marca obtendría una sonrisa irónica o incluso una risa del castaño. Lo que Hibari no esperaba era que una mezcla de tristeza y amargura cruzara el rostro del pequeño herbívoro.
"No tienes que hacer eso"
El prefecto resopló "Hago lo que quiero"
"Deja que me corrija" Tsuna sonaba inusualmente serio "No quiero que hagas eso"
Hibari abrió la boca para hablar, pero fue cortado antes de que pudiera.
"No quiero tener que obligar a la gente a que me recuerde, o tener que hacer que digan algo agradable de mí, porque no lo harán en serio. ¿Y qué dice de mí si esa es la única forma en que alguien me presentaría sus respetos? No" Tsuna negó con la cabeza "Me niego a continuar con el conocimiento de que pedirte que los hagas es la única forma en que mis compañeros de clase me mostrarían una pizca de amabilidad"
Por una vez en su vida, Hibari se enfrentó a un problema que no desaparecía con violencia física. Sintiéndose extrañamente frustrado y con muchas ganas de morder algo, en su lugar se obligó a relajarse y le dio al pequeño herbívoro la más mínimo insinuación de una sonrisa.
"Hn"
Lo cual era tan bueno como una afirmación de Hibari.
Tsuna dejó que la tensión se drenara de su cuerpo y logró esbozar una pequeña sonrisa irónica.
"¿Qué tan mal podría salir, de todas formas?"
Mal. Era muy, muy malo.
Toda la escuela se había reunido en el salón más grande del edificio. Varios ramos, en su mayoría blancos, decoraban el salón. Se instaló una gran proyección, cada diapositiva pasaba a otra persona muerta a la que recordar.
Hubo un discurso, Tsuna lo sabe, pero apenas podía escucharlo mientras intentaba desesperadamente de no ceder al sentimiento de esperanza que se había apoderado de él cuando llegó la mañana. Ni siquiera sabía por qué era tan importante, tanto Hibari como su madre lo recordaban (o en el caso de la primera, todavía sabía de él) y no necesitaba tópicos inútiles de sus compañeros de clase sobre cómo su muerte prematura fue tan trágica y cuánto lo extrañaban porque Tsuna sabía con certeza que eso sería una mentira.
Aun así, a medida que se acercaba más y más a dónde debería estar su propia diapositiva, Tsuna se tensó más y más con anticipación. Se dio un pequeño discurso sobre el tema de la diapositiva actual, y cuando llegó a su fin, Tsuna apenas tuvo tiempo de prepararse antes de que repentinamente…
Ahí estuviese. Una foto de la vieja escuela ocupaba la mayor parte de la pantalla, y aunque en realidad no estaba mirando a la cámara, no se veía ni la mitad de miserable que en la escuela, lo cual era una ventaja al menos. Debajo había un título con las mismas letras negras y nítidas que decoraban todas las demás diapositivas en PowerPoint.
Su nombre, su clase y el día en que murió.
"Vamos a tomarnos un momento para recordar a nuestro compañero de clase perdido"
La voz del director sonó clara y solemne en el pasillo, y todo lo que Tsuna pudo pensar fue ¿eso es todo?
Ni un discurso, ni una frase sobre cuánto lo extrañarían, ni siquiera un comentario sobre cómo era. Nada además de Sawada Tsunayoshi, 1B.
Tsuna estaba congelado, atrapado en el silencio que había caído sobre la asamblea.
¿Por qué importaba? En primer lugar, a sus compañeros de clase nunca les había gustado, y morir realmente no cambiaría eso. ¿Realmente pensó que sería más que nada? ¿Ese niño solitario que se cayó por las escaleras?
Tsuna tragó el nudo que tenía en la garganta y se giró para irse. No necesitaba estar aquí para esto.
Y justo cuando estaba a punto de irse y empujar el recuerdo de todo este incidente al fondo de su mente, sonó una voz conocida.
"Me gustaría hacer un memorial sobre Sawada, en realidad"
Tsuna parpadeó, mientras surgían murmullos a su alrededor. ¿Qué podría decir Yamamoto Takeshi?
Todas y cada una de las protestas fueron inmediatamente silenciadas por Hibari, por lo que Yamamoto le dirigió una sonrisa agradecida. El jugador de béisbol se puso de pie y, aunque no estaba en el escenario, todavía podía sentir todos y cada uno de los ojos en la habitación, observándolo.
Espero que tú también estés observando, Tsuna.
"Sawada" empieza Yamamoto, traga y luego comienza de nuevo "Tsuna, en realidad, no era mi amigo"
Ya es un comienzo horrible, pero Yamamoto sigue adelante "Pero realmente desearía que lo hubiera sido"
Algunas personas murmuran ante la declaración, pero se calman fácilmente.
"Estuvimos en las mismas clases durante años, la mayor parte de mi vida, la verdad. Y estaba tan absorto en los amigos, en los pequeños problemas y en el béisbol que no le presté más atención que 'oh, oye, ese es el chico que está siendo acosado'"
Tsuna se estremeció, pero permaneció clavado en el lugar. Hibari fulminó con la mirada y Yamamoto no vio nada de eso.
"Debería haberle prestado más atención, porque Tsuna era una persona increíble. Venía a clase todos los días sin importar lo que los estudiantes o los maestros dijeran. Siempre hacía sus tareas, incluso si no las entendía. Y él nunca, jamás, dijo una mala palabra sobre nadie, sin importar cuántas personas dijeran cosas malas sobre él" aquí, Yamamoto se rio con autodesprecio "Y cuando más me preocupaba hacerlo bien en el béisbol, y asegurarme de no defraudar a nadie, y estar triste y deprimido, Tsuna murió"
El salón estaba en silencio, como si estuviera conteniendo la respiración ante la contundente declaración.
"Fue extraño, el chico que siempre estaba allí de repente ya no estaba. Y no me di cuenta de lo afortunado que era de estar vivo hasta que alguien más murió. Quiero decir, podría haber sido yo cayéndome de algún lugar y mi padre se quedaría atrás y es un asco que un buen chico muriera para que yo pudiera ver más allá de mi estupidez, pero no puedo estar más agradecido de que me abrió los ojos y me dejó ver que todas las pequeñas cosas que me preocupaban realmente no importaban"
Algunas personas tenían miradas de consideración en sus rostros, y aun así Yamamoto continuó.
"Pero lo que es más importante, Tsuna me enseñó a intentarlo incluso cuando todos se dan por vencidos contigo, e intentarlo no siempre hará que la vida sea justa. Que es difícil ser buena persona cuando todos los que te rodean están presionándote por algo más, pero que debes mantener fiel a quién eres sin importar el qué. Y tal vez Tsuna no estaba intentando ser tan profundo como yo lo estoy siendo haciendo esto" se rio Yamamoto, frotándose el cuello "Pero Tsuna era una buena persona, que dejó atrás a gente, y no importa lo que los demás digan, creo que habría llegado a ser alguien realmente especial. Y viviré el resto de mi vida intentando valorarlo, porque sé que él no tuvo la misma oportunidad"
El silencio invadió el salón y los compañeros de clase quedaron atónitos. Parecía como si el silencio se fuese a prolongar para siempre, solo para ser roto por la risa nerviosa de Yamamoto.
"Y, eh, sí. Eso es todo" se sentó una vez más.
El resto de la mañana pasó como un borrón, y Tsuna no sería capaz de ocultar las lágrimas que corrían por sus ojos aunque quisiera. Le sonrió a Hibari, con una sonrisa lo más amplia posible, y el prefecto arqueó los labios, como si dijera 'por supuesto que lo eres más que nada, herbívoro idiota'.
A la mañana siguiente, si Tsuna tenía una sonrisa astuta y llena de secretismo en sus labios, entonces Hibari no hizo ningún comentario. Del mismo modo, no mencionaría la nota que vio a Tsuna deslizar en el escritorio de cierto chico.
Yamamoto recogió el papel doblado, con el ceño fruncido por la confusión. En cuanto lo abrió, una amplia sonrisa se dibujó en su rostro.
"Cuando quieras, Tsuna"
Gracias.
