Notas:

"En la vida el ser fuerte es imprescindible. De aquella fortaleza es de la que nos aferramos para vencer los obstáculos y ser alguien en el futuro..."

Jhonatan Ramires, Quetzalcoatl


Capitulo 24: Acontecimientos

*-*-*Habitacion de Juliet/Alice/Mery*-*-*

Mery suspiro y volvió a teclear en su Netbook con la mirada perdida: ...

"Hola, soy Mery... Bueno, no tengo mucho que contar esta vez, así que solo dejare que las palabras y los parrafos salgan de mi como suspiros...

¿Que puedo decirles? Nada interesante a pasado desde la misión de mi primo y Juliet hace ya dos semanas, luego de eso todo transcurrió con "normalidad". Si es que éste grupo de individuos superdotados tienen algo de normal.

Solo me queda decirles lo trivial. Lo de siempre.

Jhon, Blue y Karen siguen con sus salidas por las tardes a recorrer el campus, cada tanto se les da la oportunidad. Mientras Sophie, Ezio y Axel hacen de las suyas molestándolos.

Últimamente Maykol y Rainie se han estado hablando más a menudo, ya que la "peque", como le diría un amigo aquí en la Escuela de Héroes, a estado tratando de convencer a mi primo de que la ayude con Juliet a obtener su preciado taller y así despejar su mente de no sé que cosa, porque ella no quiere decírselo (Rainie esconde un secreto pesado, o capaz no se siente a gusto con ese asunto). Pero como era de esperarse de mi primo en sus acciones y forma de pensar, prefirió no meterse en esos asuntos.

Alexander se la pasa alejando a Alisson de Anthony.

Ya hace casi 13 días que Alisson y Alice andan deprimidas, después de enterarse que su amor platónico iba a ser padre. Aunque yo lo encontraba adorable, ¿aunque quien lo diría? ¿Tony Stark, padre?.

Juliet y Johnny siguen con su romance secreto, no tan secreto. Los únicos que no saben de eso, ni de Johan, son Tony y Reed, que de seguro mataran a la Antorcha cuando se enteren.

Por último estoy yo, que sigo aquí como invitada en el escuela. Ya por fin después de varios días, uno de los héroes Avengers se preguntó si sería seguro que me siguiera quedando.

Con eso dicho, casi todos estuvieron de acuerdo con él, de que yo me marchara a casa de mis padres, o por lo menos a un departamento cercano en Manhattan. Pero para mi suerte, Tony intervino diciendo que ya le había caído bien y que no tenía problemas en dejar que me quedara más tiempo.

Tal vez no sea una de esas noticias que les gustaría leer sobre sus héroes, pero hasta que no haya alguna nueva o pase algo interesante en la Escuela de Héroes, no publicare nada. Mery fuera"

Luego de que terminar de escribir eso, Mery oyó como Juliet gimoteo entre sus sueños, haciendo que apagara rápido su Netbook y fingiera dormir. A Maykol le molestaba que ella le viera preocupada después de que tuviera una pesadilla, así que intuyo que a su hibrida/diosa amiga le pasaría lo mismo que a su primo.

Juliet vuelve a gimotear entre sueños... Sus ojos, ahora celestes como el cielo limpio de nubes, miraban el techo, perdidos. Los gritos taladraban su cerebro una y otra y otra vez. No podía sacarlos de su cabeza, eran como un angustioso cántico imperecedero que atormentaba continuamente su existencia, dejándola agotada y exhausta. Cada vez le era más complicado mantener un sueño tranquilo. Cada noche las pesadillas regresaban a ella, inclementes, que se debatían fluctuando inconstantes, entre la más absoluta desesperación y el puro terror convertido en una pesadilla casi tangible.

Las horas de vigilia no eran mucho mejores, si cerraba los ojos las imágenes se sucedían entre sí, como una mala película en vívidos colores.

Le atormentaban los recuerdos, imposibles de borrar ni con el más fuerte hechizo creado por Loki. O quizás sí. Tal vez el único modo de erradicar aquellos días de angustia y aquellas noches de desesperación constante fuera ese. Un hechizo desmemorizador de Loki que eliminase de su mente cualquier atisbo de recuerdo que dañaran su conciencia.

¿Podía ser tan cobarde?

Desde luego que sí. Podría decirle a Loki que le lanzase un hechizo o hacer una poción de olvido y vivir en la inopia el resto de su vida, obviando todo aquello que le hacía daño. Pero no lo haría. Porque quería recordar. Quería recordar que una vez amo a Peter, quería recordar para no volver a repetir su error. O tal vez fuera un simple y puro masoquismo que no podía controlar, pero lo cierto era que necesitaba esos recuerdos.

Se levantó pasándose los dedos entre sus cabellos y tirando levemente de ellos con frustración. Aquella necesidad, aquel anhelo que se arraigaba en lo más profundo de su alma, le hacía sentirse desesperada, furiosa y necesitada como un bebé desprotegido en busca de los calurosos brazos de su madre.

Pero ella no necesitaba a su madre para calmar su dolor. No necesitaba los amorosos brazos de la Diosa de la Luna... No iba a molestar a su amada madre con problemas que cualquier dios diría que eran de humanos, de simples mortales.

Juliet, como no lograba conciliar el sueño después de la pesadilla que había tenido con referencia a Peter y Johnny, decidió dirigirse al lago. Si alguien la hubiera visto ahí, sentado sobre el pasto en sus piyamas, habría pensado que era una ridícula. La pelinegra dejó que la brisa le refrescara la cara y cerró los ojos. Mientras golpeteaba el suelo con la yema de los dedos, proyectando en su mente todo lo que había sucedido en aquel último tiempo.

A comienzos del año, no hubiese sido capaz de enfrentar la situación de aquella manera, ni siquiera hubiese sido capaz de intentar entablar algo con los Avengers, pues ella no se consideraba a si misma una "Super Heroina". Pero después de varios meses, había madurado y se había animado a seguirle el juego a su padre adoptivo con lo de la Escuela de Héroes. Aunque empezaba a dudar de nuevo, los Centinelas ahora tenían puesto el ojo en ellos y ella no quería volver a fallar como lo había echo con Peter... no quería fallarle a Johnny.

Todo era muy duro. Si bien su amor era público para el resto del colegio, todavía no lo era para su padre y su tío, y eso era un asunto que tendría que encarar tarde o temprano. Se prometió que no importara cuál fuera la reacción de ellos dos, ella no dejaría de estar con Johnny. Después de muchísimos años, por primera vez, había aprendido a amar, y eso era algo que valoraba mucho más que cualquier tipo de herencia (en este caso tanto la herencia de poderes por a sus padres biologicos, como la herencia de bienestar de su padre mortal) o reconocimiento social (cosa que venia más del lado de Tony, siendo este una figura publica, que del lado de que ella era una diosa). Si un par de años atrás le hubieran dicho que ella terminaría de novia con Johnny Storm, habría estallado en risa y pensado que aquel que se lo decía estaba completamente chiflado y que le faltaban algunos jugadores a su cancha.

—Oye, princesa ¿No puedes dormir?— le pregunto una gruesa voz a sus espaldas. Juliet exhalo de la sorpresa y volteo aun sentada a ver a Tony. Quien la miraba de arriba a bajo, fijándose de que su hija no tuviera nada fuera de lo normal.

—Aja...— le respondió volteando a ver de nuevo al lago —¿Y tu?— le pregunto.

—Tu "madre" y tu hermanito tenían antojo de pastel de chocolate y nueces, con café cortado y jugo de naranja... — respondió Tony encogiéndose de hombros. Juliet sonrió abiertamente.

—Si Pepper sigue así, tu serias como un Vampiro...— bromeo —Ya que duermes durante todo el día en el laboratorio con Bruce y por las noches haces de sirviente trayendo alimentos a tu esposa. Ja ja ja — le explico burlándose. Tony frunció el ceño.

—No te burles de tu adorable y atractivo padre, jovencita...— le contesto un poco serio, para luego sonreír y revolverle el cabello a su pelinegra —Aunque deberías admitir que seria un Vampiro bastante guapo ¿No?— le pregunto mientras se masajeaba con sensualidad su mejilla izquierda.

—Mientras no seas un intento de Vampiro melancólico y de sexo dudoso, por mi está bien... — le respondió encogiéndose de hombros.

Tony simplemente sonrió ante la ocurrencia de su heredera. Esa niña siempre salía con esas cosas desde hace tiempo. Como algo llamado "Marvel", libros de cuentos fantasiosos y esas cosas extrañas, que Tony consideraba que tal vez eran de la Linea-Temporal a la que una vez Juliet perteneció durante su infancia. El señor Stark estaba por darse la vuelta e irse a la habitación que compartía junto con su mujer, cuando la voz de su pelinegra lo detuvo.

—Tony... — lo llamó, su voz sonaba suave pero a la vez dudosa. Tony no pudo ver la expresión preocupada de ésta, ya que le estaba dando la espalda —Ten-tengo algo que... que decirte... que decirte... sobre— tartamudeaba —Algo sobre Johnny... —la joven iba a confesar su secreto a su padre cuando de repente, el comunicador personal de Tony sonó.

Tanto ella como Tony palidecieron, ya que esa alarmante luz roja en la muñeca de Iron Man solo significaba una cosa: Pepper estaba en problemas. Juliet y Tony se dirigieron rápidamente al edificio, sin pensarlo subieron las escaleras hasta el segundo piso y corrieron hasta la puerta dorada de la habitación de los esposos. Al entrar pudieron ver a Pepper, que recostada sobre unas almohadas, respiraba de forma constante y se acariciaba el vientre de arriba a bajo. Tony camino hasta su pelirroja y la sostuvo de la mano.

—Pepper...— la voz de Tony tembló —¿Que sucedió? ¿Todo en orden?— le pregunto preocupado. Pepper sonrió de medio lado y asintió.

—Si, solo fue una punzada. Me asuste, por eso te llame... pero no fue nada. Hice un poco de esfuerzo al tratar de levantarme para ir al baño... Lo siento ¿Los preocupe mucho?— pregunto la mujer avergonzada. Juliet suspiro de alivio al ver que su "madre" y su hermanito estaban bien.

—Y no sabes cuanto...— le contesto la pelinegra, mientras Tony exhalaba el aire aliviado. Solo fue una falsa alarma.

—¿Quieres que te ayude a ir al baño?— le pregunto Tony, Pepper asintió — hmm..., debi construirte un baño digital que se creara debajo de ti al momento en que tengas tus necesidades... así no tendrías por que esforzarte tanto.. —dijo Stark con naturalidad, Pepper le golpeó suavemente el hombro.

—¡Tony, no digas esas cosas! (o/ / /o)— le ordenó avergonzada, haciendo que Tony sonriera como felino.

—Señora Stark, le agradecería que no gritase. No me gustaría que los estudiantes se pregunten que cosas están pasando en ésta habitación... Aunque ellos tendrían sus sospechas— bromeo, haciendo que Pepper se sonrojara más.

—Tony ya dejala... —lo regaño Juliet. Tony sonrió y ayudó a su mujer a ponerse de pie —Bueno, creo que mejor me iré a dormir... Buenas noches— les saludo.

—Espera...— le freno Tony —¿Acaso no ibas a decirme algo, princesa?— le pregunto curioso. Juliet trago en seco.

—Olvidalo, luego te lo cuento...—sin decir más, la joven abandonó la habitación.

Juliet suspiro y sintió ganas de llorar, era una cobarde. Ella lo sabía muy bien...

Estaba enojada consigo misma, quería romper todo a su paso con sus poderes (Y ahora que la Luna Nueva había pasado, sus poderes eran más fuertes que antes). Sin embargo, lo único que quería en ese momento era ver a Johnny, así que tan rápido como pudo se dirigió a la habitación de este, y allí, con la contraseña que la Antorcha le había dado desde la inauguración de la escuela, logró escurrirse dentro del cuarto de Storm.

El hombre estaba ligeramente dormido. Le gustaba mucho verlo dormir, el pecho le ascendía y descendía ligeramente y eso era algo que le causaba mucha ternura. Se recostó a su lado, lo abrazó y le dio un beso en la cabeza. Luego ella se quedo dormida junto a él.


*-*-*Azotea*-*-*

Maykol estaba sobre el barandal del edificio, si no estuviera tan concentrado en sus pensamientos sobre los centinelas y los enemigos que había tenido que enfrentar con anterioridad, de seguro el joven disfrutaría del paisaje brillante que le proporcionaba Manhattan a la lejanía.

Los acontecimientos ocurridos ya hace dos semanas habían provocado un hoyo en el estómago del joven. No podía creer lo que estaba pasando, ya que si se ponía a analizarlo bien y con detalles, él habría podido morir a causa del ataque de los robots gigantes y por culpa del pasado de Stark. En un segundo, volvió a sentir que el mundo se le caía, se sintió tan horrible como la vez que pensó que Mery podría estar en graves problemas por su culpa. Siéndole inevitable el no pensar en el hecho de abandonar la escuela. Abandonar todo lo que requería ser un Vengador, dejar todo aquello que requiriera de sus poderes por el bien de toda la humanidad... Pero sabia, y aunque le costase mucho admitirlo, que él era "Ventisca". Y ya nada podía cambiarlo.

—¿Andas con insomnio tu también... ?— le pregunto Rainie apareciendo de la nada. Maykol no dijo nada, ya que más que pregunta, fue una aclaración.

—Si vienes a hablarme sobre tu taller, quiero que sepas...—empezó diciendo Maykol, pero Rainie lo freno.

—¡No vine a eso!— dijo casi con brusquedad, aunque manteniendo parcialmente la tranquilidad —solo vine a hablar. Te he notado, Maykol... aunque no lo creas... —dijo ella y rápidamente, como si de un imán se tratase, Maykol volteo a verla. La chica se sonrojó suavemente al tener la mirada persuasiva y punzante de alguien más que no sea Ezio sobre ella —Eh notado que andas muy pensativo desde tu primera misión con la niña Stark, y sé que has pasado por cosas peores... Porque sé que todos los que estamos aquí hemos pasado por terribles momentos, pero no logro entender porque te afecta tanto éste caso... — le cuestionó, tratando de que le diera una explicación razonable.

—Pense que eras una chica lista, al parecer me equivoque... — exclamó en voz baja.

Al parecer, el tacto con las mujeres no era lo suyo. Rainie inflo sus mejillas hasta que estas estuvieran de un suave color rojizo, mientras unos intensos deseos de golpear a su acompañante nacieron de lo más profundo de ella.

—No es... — comenzó Maykol sacándola de sus oscuros pensamientos —No es el simple hecho de que me afecte. Sino el hecho de que no era mi batalla...

—Sigo sin comprenderte... — le dijo sinceramente ella.

—Cada batalla que tuve, en cada problema en que me eh metido... Siempre fue por mi causa y la de nadie más. Siempre era yo luchando por mi... O en algunos casos por mi prima, pero lo que quiero decir es que... Nunca había experimentado esa necesidad de ayudar a alguien, ya que siempre había tratado de mantenerme al margen... —explicó el peliverde, haciendo que la muchacha lo mirará con asombro.

—Quieres decir... ¿Que no te a gustado luchar junto a Stark? ¿Vas a abandonar la Escuela y a los Avengers?— pregunto haciendo que Maykol suspirara con pesadez.

—Al principio lo pensé, no lo niego... pero luego...es decir... creo... creo que por el momento es mejor que vea como continua toda esta situación sobre los ataques que hemos recibido últimamente. Por el momento, siento que eso es lo que debo hacer— le explico éste. Rainie sonrió.

—¿Sabes que si sigues en este tren, luego se te hara imposible bajarte, verdad?— le preguntó. Maykol no le contesto, solo sonrió un poco de medio lado.

—(Si, creo que si)—pensó el chico.


*-*-*Biblioteca/Pasillo. Media hora después*-*-*

Ezio salió de la biblioteca exhausto, después de cinco horas de intenso estudio se frotó los ojos con pereza al salir al pasillo, pensando en todo el camino que tendría que recorrer hasta su habitación compartida con el aburrido de Shinogua. Él como se le estaba haciendo de mala costumbre el dejar todo para ultimo momento, había terminado de hacer un trabajo de descripción de armamentos. Cortesía de Anthony Stark.

—(Maldito Stark, más le vale aprobar mi trabajo porque sino juro que lo dejaré calvo...)— pensaba el muchacho, ocurriéndosele mil formas más sobre cómo torturar a un genio millonario, cuando de repente sintió como algo cayó detrás de él.

Ezio dejó su mente casi en blanco. Por su cabeza solo resonaba la voz de Natasha y las charlas que daba en sus clases. Se giró con cuidado, lentamente sin hacer ningún movimiento brusco. Pudiendo ver que el intruso era una mujer, de largo cabello blanco con puntas rizadas y de ojos verdes, una mascara azabache cubriendo el contorno de sus ojos y la parte superior de sus mejillas. Pero aun así, era difícil saber cómo sería su rostro completo. Vestía un traje negro que se le ajustaba sensualmente al cuerpo y unas orejas gatunas que posaban sobre su cabeza.

Ezio no pudo evitar mirar los sugestivos senos de la mujer, sonriendo de medio lado. Sin duda ella era Black Cat, la gata negra que causaba problemas en Nueva York.

—*Creí que el edificio tenía un sistema de seguridad con alta tecnología futurista, según Stark...*— susurro el rubio con sarcasmo. El cuarto estaba oscuro y sin ninguna luz, excepto por los rayos de la luna que se infiltraban por la ventana. Sin contar que ya era muy tarde y todos sus compañeros dormían.

Cat lo miró de arriba abajo. Le pareció que el joven era muy atractivo y se lamentó que su primer encuentro fuera de esa manera.

Felicia suspiro, ella no deseaba hacerlo, pero la vida de su madre corría peligro. Así que acercándosele con un rápido movimiento hacia adelante, intentó atacarlo con una patada al abdomen. Sin embargo Ezio estuvo lo bastante atento todo el tiempo para anticipar sus intenciones, esquivando el ataque al girar sus cuerpo hacia la izquierda en una media luna.

La peliblanca en eso se encogió ligeramente al escuchar el sonido del viento golpear contra el gran ventanal semi-abierto, inspirando luego profundamente he intentando convencerse de que le convenía tener una apariencia valiente. Comprendía, desafortunadamente, el estado de su rubio amigo. Él parecía no querer luchar contra ella estando en ese horrible pasillo de la silenciosa Escuela.

El sitio era tan tétrico, que provocaba terror en cualquiera. Parecía un sitio sacado de una película de terror. Largos pasillos, una infinidad de puertas. Claro que ella no tenía miedo, solo que no podía evitar recordar las películas de terror que veía cuando su madre trabajaba durante sus horarios nocturnos y ella se quedaba sola en casa con su gato.

El chico realizó su primer movimiento, impaciente al ver como la gata solo se lo quedaba mirando fijamente. Cat dio un salto hacia adelante con la intención de esquivarlo, pero Ezio logró tomarla del tobillo y suavemente (y soportando el ligero peso de la muchacha) logró sacarla por la ventana.

Afortunadamente para Felicia, ésta pudo caer en cuatro patas como un gato, sobrándole el tiempo además para hacerlo con delicadeza y elegancia. Ezio ante eso sonrió y saltó tras ella, cayendo sobre sus pies flexionados y apoyándose sobre su mano derecha.

El haber caído desde un segundo piso no fue aparentemente un problema para ninguno.

En eso el joven tomó carrera, para dar un hábil salto en dirección a la peliplateada. Cat lo observaba feliz, esquivo el ataque y apenas rasguño el hombro de Ezio, solo cortando un poco su playera. Ezio se giró con ayuda de su cadera, tal y como la Viuda se lo había enseñado, y cuando estuvo lo suficientemente cerca para golpearla, Felicia detuvo su brazo con un simple movimiento. Ezio gruñó, pero sonrió. La joven había adivinado su movimiento. Cat lo soltó y saltando con sus dos pies hacia arriba, le dio una doble pata a Ezio en la cabeza, haciendo que se alejará unos pasos lejos del edificio. En eso, mientras él se recuperaba del golpe, Felicia sacó un extraño dispositivo de su bolsillo y presionó algunos botones.

—¿Que has hecho?— le preguntó mordaz el chico, ya recuperado del golpe anterior, mientras la miraba con seriedad. Pues una cosa era luchar contra él de la nada solo por que si, eso se lo aceptaba, pero algo muy distinto era que esta pudiera atentar contra la vida de sus amigos.

—Tranquilo, tigre— le dijo Felicia mientras guardaba el dispositivo —Solo accione un silenciador al edificio de Stark... Así los sonidos no ingresaran a la Escuela y no arruinarán nuestro diverrrrrtido encuentro— le explicó ella. Ezio no supo cómo tomarse esa noticia.

El viento meció las copas de los árboles, y los cabellos de ambos se movieron con gracia. Felicia, con su astucia, hizo un ademán de querer correr en dirección a la calle adoquinada que los llevaba a Manhattan. Ezio creyó que huiría, así que pensó obstruirle el camino interponiéndose en su carrera. Sin embargo, fue engañado totalmente, viendo como de pronto se le avecinaba otro golpe teniendo la guardia baja. En ningún momento había sido capaz de percatarse de la cercanía del enemigo, sintiendo como los nudillos de ésta chocaban con todo su rostro, haciéndolo caer al suelo, incapaz de oponerse a la fuerza de BlackCat.

Eso si no lo predijo y se puso furioso consigo mismo. Le hubiese gustado usar sus poderes, pero desde el inicio supo que esto se realizaría al estilo callejero. Una lucha cuerpo a cuerpo. Ezio se levantó con arrogancia, fingiendo que el golpe no le había dolido. Felicia se mantuvo quieta, relajada. Pero Ezio, sin previo aviso y utilizando la cercanía de la gata, tomó impulso y se acercó a ella, cruzando una de sus piernas entre las de la gata negra, arrastrando su tobillo derecho hacia adelante. Felicia en eso perdió el equilibrio; pero antes de caer al suelo, se las ingenio para lanzar un golpe al aire en tan solo segundos. Dándole a Ezio con sus nudillos una vez más de lleno contra su cara.

Éste ante eso la observó, llevándose la mano a la mandíbula, sonriendo ligeramente sorprendido por lo que había hecho. Haciendo una mueca de admiración, como si le sorprendiera de que ella hubiera estado tan cerca de desfigurarle el rostro.

Felicia gruñó ante su arrogancia (N/A: ironico, un gato que gruñe XD).

En eso tan pronto como ésta se atrevió a lanzarsele encima, con el fin de dejarle el ojo unos cuantos centímetros más abajo, él se hizo hacia atrás. Esquivando sin margen de error todos los golpes que le lanzaba a diestra y siniestra, soltando sutiles risas que solo la hicieron sentirse aún más molesta.

—¿Sabes?... Aun desconozco porque estoy luchando contigo— se fijó Ezio después de esquivar un golpe que iba directamente a su hombro izquierdo. Luego de eso Felicia trato de darle otra patada, pero falló.

—Porque estoy tratando de secuestrarte...— le respondió con simpleza.

Pero aunque Felicia se mostrará pasiva por fuera, estaba muy nerviosa por dentro. Quería terminar todo esto de una vez e irse. Así que luego de otro golpe fallido, rebuscó algo en su bolsillo y una ves lo encontró se llevo a la boca. A continuación inspiró profundamente, para luego sacárselo de la boca y guardarlo de nuevo.

Luego de eso Black Cat corrió nuevamente hacia Ezio, pero esta vez no lo ataco de ninguna forma. Solo lo corría, mientras este retrocedía todo lo que podía, hasta que Cat logró atraparlo del cuello de su playera y lo acercó hasta su rostro. En eso sin previo aviso, "Cat beso a Ezio".

El joven ante esto no supo qué hacer, quedándose inmóvil de la sorpresa, mientras Felicia profundizaba más el beso para luego soltarlo. La joven sonrió al ver el rostro sonrojado del chico, pero de pronto ese sonrojo se borro rápidamente y la palidez se apoderó de la piel del joven.

Ezio se sintió mareado, no logrando percibir un suelo bajo sus pies, culminando todo con su cuerpo inmóvil cayendo a los suaves brazos de Felicia. Ella le acarició su cabellera con suavidad, escuchando esté una risilla antes de perderse en la inconsciencia.


*-*-*Salon T /A la mañana siguiente*-*-*

Alice se mordía nerviosamente las uñas de las manos, esperando por los resultados del examen de Stark.

No tenía mucho tiempo que su prueba había acabado, y entendiendo que no podría controlar mucho su ansiedad se salió de la habitación a esperar a que los otros terminaran, mientras ella trataba de relajarse en el pequeño jardín que adornaba el lugar al lateral de la Escuela.

En eso levantó su rostro al escuchar una serie de ovaciones en la habitación a su espalda, haciendo que tomara una gran bocanada de aire de la sorpresa. Sus otros compañeros aparentemente estaban en el Salon de Simulación de Combate junto con Steve.

No sabía porque, pero esto la había hecho volver a pensar en su prueba. Creyendo que no lo había hecho tan mal durante el desarrollo de ésta.

—(No pude haberlo hecho tan mal... ¿Cierto?)— pensó mientras se sentaba a la sombra de un árbol.

Sin embargo, no podía estar segura de nada con Tony. Había tenido como referencia el examen de Natasha, pero eso tampoco la ayudaba mucho a la hora de aprobar el mes.

—*Ahhh*...— suspiro con cansancio. Los exámenes no eran lo suyo, debió de pedirle a Rainie que se lo explicase con anterioridad.

¡Demonios!, Una mujer de 18 años no podía sentirse como una inocente chiquilla que no sabe lo que es la vida. Ella ya había vivido mucho. Sus piernas la habían llevado a lugares distantes y maravillosos, había escuchado palabras hirientes y alentadoras, ¡Los más inteligentes planes de pelea!, Su lengua había probado sabores tan fuertes como el sake y también los más insípidos... Sus ojos eran los que más habían visto. ¡Había vivido tan intensamente que se sentía estúpida por estar nerviosa de un simple examen!. Si no lo aprobaba no era el fin del mundo, ¡Siempre había otra oportunidad y llegaría aún más preparada!

Todo eso pensaba, hasta que sintió como algo obstaculizaba los cálidos rayos del sol que tocaban su piel, haciendo que levantara el rostro en el lugar donde estaba sentada, encontrándose con Juliet.

—¿Tan mal te ha ido?— le preguntó Stark a O'Connor. La joven se encogió de hombros negando con desinterés.

—No lo sé... lo que pasa es que odio los examenes y no quiero tener que volver a repetirlos. Solo espero haberlo echo bien... — le contesto tratando de mantener la esperanza. Cosa que hizo que Juliet sonriera de medio lado y apoyara su mano sobre el hombro de su amiga.

—Tranquila, te irá bien. Eres lista... Y algo torpe... Pero ya veras como te irá de maravilla (n.n)— la consoló, tratando de animarla —Y cambiando de tema ¿Ya encontraron a Ezio?— le pregunto curiosa y preocupada a la vez, obteniendo como respuesta solo una negación de parte de Alice, a la vez que se encogía de hombros.

—Ya escuchaste a Rainie esta mañana, ella nos dijo que no nos preocupemos por nada. Que Ezio aparecería...— le contestó siguiendo un poco el consejo. Juliet hizo una mueca con los labios.

—Si, lo sé. Pero sigo sin creer que el tarado de Ezio se haya ido así sin más... — dudo Juliet. Alice solo le resto importancia moviendo su mano de arriba a abajo.

—Rainie conoce a Ezio mucho mejor que nosotras... Si ella dice que él aparecerá, nosotras no podemos contradecirla —

—Tal vez tengas razón... — exclamó resignándose —Bueno, te dejo. Debo ir a Malibú por ropa para Pepper y mi hermanito... — le contó antes de emprender la marcha, haciendo que Alice sonriera abiertamente.

—¡¿Puedo acompañarte?!— le gritó feliz, asustando a la pelinegra, que se llevó una mano al corazón. Juliet trago grueso y sonrió asustada.

—Claro, porque no (ñ.ñU)— le contesto —¿Pero no ibas a esperar el resultado de tu examen?—pregunto curiosa. Alice se encogió de hombros.

—Naah, puedo esperar hasta más tarde... — le soltó volteándose en dirección a la Escuela y poniéndose a caminar —¡Vámonos!— gritó feliz.

—Alice... — le detuvo Juliet —Mi auto esta hacia el otro lado... —le aviso y Alice volteo en su mismo eje avergonzada.

—Si, mejor tu guíame, jejejeje— le pidió mientras seguía a Stark hasta un bello auidi gris platinado —(Lindo...)— pensó ella.


*-*-*Una hora después/ Lago del Sauce Lloron*-*-*

Rainie se encontraba sentada a la orilla del Lago, alimentando a los patitos y a su madre con pequeñas migajas de pan que el profesor Pym le había dado al salir del examen de resistencia de Steve. Ezio se había ido ayer por la noche y francamente se le estaba haciendo tarde... más de lo habitual.

Suspiró preocupada y por su mente pasó la idea de golpear a Ezio con el Helicarrier. ¿Y cómo no va a querer matarlo? ¡Se había ido ya hace horas y no le había dicho nada!, Ni a donde iba, ni a qué hora regresaría.

—Ush, eres un tonto...— susurro enojada —Pues, bien. Para lo que me importa... —diciendo eso se levantó con brusquedad, asustando a los patitos que huyeron temerosos de la furia de la muchacha.

Pero sabía, muy en el fondo, que si le importaba el paradero de su mejor amigo. Ese enojo que tenia era simple preocupación.


*-*-*En algún lugar¨*-*-*

—(¿Ah? ¿Qué? ¿d-donde estoy?)— se preguntó desorientado Ezio, abriendo lentamente los ojos mientras trataba de acostumbrarse a la luz —(¿Cómo llegue aquí?)— volvió a preguntarse en sus pensamientos sin salir del todo de ese estado de confusión, hasta que de pronto recordó todo nuevamente. Las imágenes de la batalla le cayeron como un balde de agua fría, haciendo que finalmente abriera los ojos de golpe —¡¿Black Cat?!— fue lo primero que pudo articular. Intentó moverse, pero no pudo, se sentía adolorido y cansado. ¿Qué rayos había pasado?, ¿Dónde estaba?. Comenzó a preocuparse, no sabia que hacer, no sabía que había sucedido. Además, estaba atado. El sonido de una puerta al abrirse llamó su atención, sacándolo de su ensimismamiento, asombrándose al reconocer a la persona que recién había entrado en aquella habitación—¡Cat!— grito furioso.

—Al fin has despertado... — le dijo en un susurro, llegando a su lado y acariciándole la mejilla. Ezio movió su rostro y le miró furioso.

—¡Suéltame o te rostizare viva...!— le amenazó. Felicia ante eso solo sonrió de medio lado con tristeza.

—No podrás...— le respondió, haciendo que el rubio la mirara con asombro —Te han inyectado un suero leve que anula todos tus poderes sobrehumanos... No tendrás fuego hasta dentro de horas...— le aviso, provocando que Ezio la fulminara con la mirada he hiciera varios intentos por quemar lo que sea que lo estaba apresando, sin lograr siquiera generar una chispa —¿Ves?, te lo dije.

En eso el comunicador de muñeca de la gata negra sonó, haciendo que esta mirara hacia él y curvara sus labios hacia abajo, para luego mirar a Ezio con arrepentimiento.

—En verdad lamento esto, tigre...— le confesó mientras se agachaba a su altura —pero la vida de mi madre era la que estaba en riesgo...— le soltó, dejando sorprendido a Ezio. Eso no se lo esperaba y no sabía cómo tomar la noticia de ella —Lo lamento... adiós... — antes de levantarse Black Cat volvió a besarlo en los labios y se marchó por donde había llegado.

Ezio trago saliva pesadamente. Miles de preguntas surcaban su mente en aquel momento, pero ninguna sería respondida hasta no cruzar la puerta frente a él, la cual tenía un enorme número 23 dibujado en el centro y no creía que pudiera hacerlo estando así de débil.

Que estúpido había sido. Natasha les había dicho que en las peleas, cuando uno no estaba preparado ni física ni mentalmente, siempre debían ser en grupo. Que debían luchar juntos, que hasta ella (una espía/asesina/Vengadora altamente entrenada por S.H.I.E.L.D) iba acompañada de Barton u otro héroe. Pero él no hizo caso, se había emocionado de más y había terminado por caer en la trampa de la ladrona. Suspiro con pesadez.

—(Lo lamento, pequeña...)— pensó Ezio angustiado —(Creo que esta vez sí tendrás motivos por los cuales estar enojada conmigo...).

De pronto la puerta frente a él dio un leve "Click", abriéndose lentamente. La luz lo cegó por un momento, una figura de negro entró y...

Continuara...