Author's Notes:

"Aunque tengamos la evidencia de que hemos de vivir constantemente en la oscuridad y tinieblas, sin objetivo y sin fin, hay que tener esperanza"

? ? ? ? ? ? ?


Capitulo 25: Ezio Tenía Razón

Un chico en un cuarto blanco y aparentemente infinito se preguntaba: ¿Qué se hace cuando todos tus principios se ven violados por razones injustas?, ¿Qué te queda cuando los cimientos sobre los que te sostuviste, son derrumbados como un simple castillo de naipes?. Todo lo que conocías como la verdad, realmente es mentira, y la vida que te pertenece debió ser otra completamente diferente...

Y como siempre, se niega a aceptarlo.

Era como lo dicta la siempre irónica Ley de la Vida:

Todas las acciones, traen consecuencias...

Sueños, acciones irreversibles, frustraciones y oscuridad...

Todo presente le parecía no tener salida, todo futuro, sombrío e inhóspito. El pasado se le mostraba como una traicionera y dolorosa verdad, que se entretejía con su presente. Le impedia avanzar, le asfixia entre aquellos fuertes hilos que rodeaban su alma, apretándola e impidiéndole cualquier tipo de movimiento.

El chico sucumbía ante recuerdos que aquejaban sus sentidos. Lágrimas desoladoras se dejaban caer por su rostro, recorriendo su piel. Abrazadoras e incontrolables.

En eso suspira y se lamenta inconscientemente. Todo a su alrededor se ve de un blanco impoluto, contrario a su sentir se rodea de paz y tranquilidad, y lo detesta, lo detesta porque no llega a comprender el significado de aquellas sensaciones que buscan ingresar en él..

No sabe bien en qué lugar macabro se encontraba. Si... macabro, porque tanta blancura, tanta armonía, no es más que la cobertura de algo, un cascarón frágil, una muralla finamente labrada con los materiales más débiles que existen. Se ríe, una carcajada estridente que resuena a su alrededor y dentro suyo, vacía e irreal. Mira a su alrededor con extremo detenimiento, parece buscar algo. Comienza a caminar, pero es inútil, sin importar cuanto avance nada cambia, todo sigue tan blanco como al principio.

Tiembla ante el pensamiento de estar allí, le desagrada el brillo que emana de todo lo que le rodeaba, lo siente efímero, falso. Porque lo sabe, es falso. No es verdad. Lleva su mano hacia donde debería estar su corazón y lo aprietas con fuerza, como queriendo llegar a aquel órgano y estrujarlo hasta que solo quedaran pedazos minúsculos, que con suerte mancharían aquel lugar con un rojo brillante (en principio), hasta secarse y oscurecerse casi en una tonalidad negra, al menos así se sentiría en un lugar más real. Porque deseaba morir, ya no aguantaba la agonía de quedarse allí.

Se detiene, inhala y exhala aire como si hubiese corrido un maratón, sus pulmones duelen como si quisieran negarse a aquel mandato de su cuerpo, su corazón late pausado pero fuerte, como si cada bombeo que realizara fuese el último. Se deja caer con algo de miedo porque toma conciencia que nunca ha visto el piso a sus pies, solo blanco y más blanco. Deseo moverse, pero su cuerpo no respondía.

¿Hace cuanto se encontraba allí?. No lo sabe, tal vez unas horas, unos días, quizá meses o años, su propia ignorancia le hace reír.

Esta vez siente el dolor que aquello le produce.

Dolor, eso era nuevo. Dolor físico, que hilarante. Se ríe de tu situación aun ante el lacerante dolor de su cuerpo, como si la poca cordura que le quedaba ya la hubiese perdido.

¿Dónde estaba?, ¿Qué le llevó a esa situación?.

Tristemente las respuestas comienzan a llegarle una a una a su mente.

Estaba buscando a su hermana, hasta que "ellos" lo atraparon y empezaran a experimentar con él. Llamándolo Proyecto XVII "Death King".

De pronto, la puerta de su habitación se abrió, haciendo que se diera la vuelta lentamente y se lamentara al ver a otro joven. Éste estaba atado de pies y manos, con un rastro de sangre cubriendo su cara.

En eso el agente de H.I.D.R.A abandono la habitación, dejándolo a solas con su nuevo compañero. ¿Estaba vivo? ¿Habrá vencido? No lo sabe, y eso le daña, le duele. No lo conoce, pero aun asi le duele que el joven haya pasado por lo mismo que él.

Ante ese pensamiento no perdió tiempo y comenzó a avanzar con cautela hacia él. Se agachó para ayudarlo, pero éste le golpeó con poca fuerza y automáticamente tomó una pose de defensa.

El chico cambia su mirada, parece querer matarle, pero no hace nada.

—¡¿Quien eres?!— éste le ruge. Pero el otro no le contesta y se impacienta—¡Respóndeme, maldita sea!— está furioso y lo comprende. Ya que el también ya ha pasado por lo mismo.

—Me llamo Rush O'Neal...— le contesto algo relajado. Aun que no es que lo estuviera, sino que aquellos agentes lo habían sedado nuevamente —y para que veas, también soy un prisionero como tu... Así que deja de estar a la defensiva— agregó, haciendo que el rubio le mira de arriba a abajo y se volteara hacia la puerta.

El chico vé como la golpea con sus palmas, una y otra, y otra vez. Al parecer quiere derribarla, cosa que lo termino haciendo reír con ironía para después negar. Su compañero ante eso se voltea verlo y tambaleando se acerca a él, para una vez teniéndolo cerca, tomarlo del cuello de su gastado vestuario. El chico sonríe con debilidad.

—¿Dónde estamos? ¿Que se supone que hago aquí?— le vuelve a preguntar. Rush hace que lo suelte.

—Lamentablemente, mi amigo. Has caído bajo las garras de H.I.D.R.A y estas en los cuarteles de Proyectos X. Aquí experimentan con todo tipo de seres humanos, tanto mutantes como personas con habilidades especiales... — le contesta para luego retroceder y quedarse en su improvisada cama— ¿Y tu? ¿Cómo te llamas? — preguntó sintiéndose extraño, ya que tenia tiempo de no haber platicado con alguien más.

—... ... ... — él rubio se queda en silencio por unos segundos, tomándose su tiempo para responder en lo que su mirada viajaba a través de la habitación, para luego sentarse despreocupado en el suelo —Soy Ezio Dominicetti, gusto en conocerte... supongo — le contestó con una sonrisa y ahora una actitud más calmada. Cosa que hizo que Rush suspirara y mirara a Ezio.

—Yo que tu no me mostraría tan relajado... ¿Sabes que no volverán a soltarte hasta que estés muerto, verdad?— le informó de manera bastante seria.

Sin embargo Ezio sin preocuparse, solo se encogió de hombros restándole importancia a la situación en el que se encontraba.

—Claro que saldré, mis amigos estarán buscándome cuando se den cuenta que me he ausentado más de lo debido... — le respondió, haciendo que Rush parpadeara confundido e inseguro.

—¿Como sabes que ellos te están buscando o que te buscaran?— pregunto arrepintiéndose de inmediato, no quería matar las ilusiones de su compañero. Pero él le miró con una gran sonrisa y llevo sus manos hasta su nuca, para luego sentarse en una pose india.

—Porque soy parte de los Vengadores: Los Héroes más poderosos del planeta. Además somos una especie de "familia" y se que ellos no van a abandonarme... — le contestó con tanta seguridad que por un segundo, solo por un momento, Rush pensó que lo que Ezio decía era verdad— Ya veras, ellos me liberaran y nos iremos de aquí para patearles el trasero... — agregó mientras le levantaba el pulgar —y dime... ¿Tu que haces aquí?— le preguntó. Rush desvío la mirada de él.

—Buscando... — le contestó después de un rato.

Esa actitud distante le hizo comprender a Ezio que era mejor no seguir preguntando sobre ese tema.

—¿Poderes?— volvió a preguntarle viendo como el pelinegro sonreía con debilidad.

—Tengo la habilidad de crear fuerzas de energía letal, capaces de matarte si yo lo deseo... — le contesto, haciendo que de manera automática Ezio sonriera como un niño.

—¡Wow! ¿En serio? ¡muéstrame!— le gritó entusiasmado, ganándose que Rush le mirara serio, casi con enfado.

—¿No crees que si tuviese la habilidad de usar mis poderes, ya los habría usado hace tiempo para escapar...?— le cuestiono algo molesto, haciendo que Ezio se sintiera mal por pedirselo. Luego de eso un silencio incomodo se formo entre los dos. La verdad Rush no quiso ser tan duro con su respuesta, pero el tiempo de encierro le afecto un poco —¿Y tu? digo... ¿Que habilidades tienes como para que ellos te hayan secuestrado?— le pregunto, tratando de deshacerse del ambiente tenso.

—Pues, puedo crear fuego y ese tipo de cosas... — le respondió algo distraído. Después de eso ninguno volvió a hablar.

Con el pasar de los minutos Ezio se sintió incómodo. No sabía cuánto tiempo llevaba ahí, y el permanecer en silencio y quieto se le hizo difícil. El siempre estaba en constante movimiento, siendo así desde hace años desde que era un pequeño niño hiperactivo. Algo con lo que Rainie había tenido que lidiar desde que lo conoció, aunque afortunadamente para ella, Ezio siempre había tenido también la capacidad de encontrar cosas con las que entretenerse aun estando solo.

En la escuela eso era prácticamente igual, solo que allí tenía a Axel y a Sophis para compartir sus bromas y a Tony para sus momentos de diversión en la Sala de simulación de combate.

Pero bueno, después de divagar un rato con eso, Ezio no creyó que llegaría a extrañar tanto a sus amigos, deseando que estos no se tardaran tanto en encontrarlo. Ahora no tenía a nadie, estaba Rush obviamente, pero él desde hace unas horas estaba allí, quieto y mirando la pared en silencio. En ese momento el chico no tiene ninguna expresión en el rostro. Sus ojos eran de hielo puro, no eran grises ni mucho menos azul oscuro, eran agua, no tenían color.

En eso ve cómo el cuerpo del chico tiembla, pensando que es por el pequeño frío que se generó en la habitación. Su cuerpo se mueve, pero él no parece ser consciente de eso.


-*-*Tiempo Después*-*-*

Todas las noches era lo mismo. Todas las noches desde aquel maldito día eran exactamente lo mismo... y ya estaba cansado. Su cuerpo y su mente ya estaban llegando al límite, pronto no lo soportaría más y se rendiría. Lo dejaría todo. Sus amigos aun no habían venido por él, pero Ezio sabia que lo estaban buscando, solo que aun no lo habían encontrado.

Ya habían tratado de experimentar con él, pero sin ningún éxito. Ezio no se había dejado hacer nada, las cuerdas ya no funcionaban. Se quemaban con su contacto y ni siquiera los agentes más fuertes podían retenerlo. Solo con un éxtasis de droga fuerte lo lograban calmar, pero luego ya no podían experimentar con él. Porque sino, el método que usaba el Agente Zero Jr para la manipulación de genes no funcionaba, además de que le gustaba oír a sus victimas gritar de agonía. Y para Ezio las cosas iban de mal en peor, todas las noches, desde que se quedaba dormido hasta que se despertaba con los primeros rayos de sol, revivía "aquel momento" una y otra vez. A su padre y a aquel suero que le administraba. Cuando cerraba los ojos, las sombras que habitaban en la oscuridad venían a por él y se lo llevaban, lo transportaban a aquel momento, a aquel sufrimiento, a aquel dolor. Encerrándolo en ese espacio de tiempo sin que él pudiese hacer nada para escapar, solo quedándole esperar por el amanecer.

Experiencia que le había hecho preguntarse cómo rayos era que O'Neal no había caído en la locura. Al principio había pasado un par de noches sin dormir, temiendo cerrar sus ojos, pero rápidamente se dio cuenta que sin importar lo que hiciera, las sombras se lo llevarían inevitablemente. Estaban jugando con él, pero si ellos lo hacían... entonces él también.

Rush lo miraba y en ese poco tiempo... ¿Quizás 5 días?, ¿2 semanas?, ¿un mes?... Ellos se habían hecho amigos, aunque Ezio en ocasiones solía hablar de más y eso lo irritaba un poco. Pero se alegraba que los Agentes de H.I.D.R.A. no hayan podido con el hiperactivo chico.

—¿A que hora nos alimentaran?— pregunto Ezio, cansado y hambriento. Rush solo se encoje de hombros y voltea a ver a su compañero.

—No creo que tarden mucho... — le respondió. Ezio se toma el estomago.

—Cuando vuelva, le pediré a Juliet que me prepare algo delicioso y abundante para comer... — susurra el rubio y Rush se voltea a verlo con interés.

—¿La hija de Stark?— le pregunto, tratando de recordar, según las historias que Ezio le contaba de sus amigos de la "Escuela de Héroes" quién era la muchacha.

—Sep... — asintió él —Aunque puede ser una rarita de a ratos, es toda una "Diosa" en la cocina... (Aunque no tanto como yo)— comentó riéndose tanto de su chiste como por el hecho de que podía ganarle a la diosa en lo que a cocina se refiere.

Rush como era de esperar no entendió su comentario y solo se le quedó mirando de forma curiosa.


*-*-*A las afueras del Cuartel*-*-*

Un tipo vestido de rojo limpió la sangre de su espada y miró a su alrededor. Seis cuerpos yacían sin vida a sus pies.

Ante esto sonrió con suficiencia y corrió entre los túneles oscuros, hasta que un ruido en una cabina a mitad de camino lo hizo desacelerar su carrera y ver que en frente suyo habían unos 10 agentes de H.Y.D.R.A vigilando (aunque ninguno lo había notado).

Aun así esto no preocupó a Deadpool. Ya que sabía bastante bien que él solito podía deshacerse de esos 10 tipos cara a cara sin problema, sin embargo quería divertirse, así que saco su rifle desarmado de su mochila y lo empezó a armar apuntando al primero (quien estaba fuera de la cabina con aires de "malo"). Jalo el gatillo y el sujeto cayó con una bala en la cabeza, los demás se asustaron y empezaron a apuntar para ver de dónde vino el disparo (pero el túnel era muy oscuro para que ellos lo vieran). Deadpool logro deshacerse de otros 3, para luego sacar una cadena de su mochila y comenzar a bajar del techo, poniéndose a caminar por la obscuridad una vez aterrizó y acercándose a uno de los seis que quedaban.

Éste ni siquiera noto cuando comenzó a mover la cadena como un látigo, tomándolo por el cuello y jalandolo hacia él, para luego terminar colgándolo de un poste de luz. Los otros cinco que quedaban se acercaron a inspeccionar el cadáver, mientras Wilson tomaba una pequeña granada y se las arrojaba con disimulo. Ésta al explotar, arrojó miles de agujas que se clavaron en los cuerpos de los últimos hombres vivos.

Luego de esa masacre, Wade siguió corriendo hasta el final del túnel, donde por sorpresa se encontró con otro de esos tipos. Uno increíblemente grande, vestido completamente de negro. Sin embargo como era de esperarse de Deadpool, éste no se intimido y solo sonrió mientras caminaba elegante hasta él.

—Vamos a jugar al Mortal Kombat... — exclamó mientras hacía una especie de pose a lo Scorpio. Dando un salto cuando el gigante trato de atacarlo.

En eso Wilson saltó hacia detrás del hombre de negro, envolviendo otra cadena que traía consigo alrededor de su cuello, para luego comenzar a apretarla con todas sus fuerzas. El hombre de negro ante esto trato de safarse del agarre de Wade, agitando salvajemente su espalda alrededor de donde estaba parado, tratando de que Deadpool saliera volando por la fuerza de la sacudida. Sin embargo esto solo terminó empeorando su situación para él, terminado por caer muerto a causa de la asfixia.

—Que conste que a éste yo no lo mate... — aclaro Wade mientras apuntaba al cadáver, guardando su cadena y siguiendo su camino.

Cuando llegó a una especie de laboratorio improvisado, de pronto lo asaltaron los recuerdos del Arma XI, no agradándole para nada lo que se le venía a cabeza al ver ese lugar.

15 minutos después todo estaba hecho trizas y unos 23 hombres estaban rodeándolo.

Cuando estaban a punto de atacar a Wade, pequeños misiles arrojaron a cada enemigo lejos de Deadpool. Wilson sonrió y guardó su pistola, agradeciendo mentalmente a Tony por su "regalo". Luego de eso salto a través de las tapas de edificios sueltas y se deslizó hacia abajo de algunas paredes. Eso lo condujo a donde definitivamente quería ir.

—Me siento como que estoy siendo vigilado... — tan pronto como Deadpool entró a otra habitación, se cerró la puerta bruscamente, haciendo que se diera la vuelta y viera a una mujer enfrentándolo, con sus ojos negros y brillantes.

En eso antes que de Deadpool hiciera un comentario retorcido, la mujer tomó la espada que tenía en su espalda y se precipito contra él sin perder tiempo. Sin embargo Deadpool la esquivó rápidamente, agarró otra cuchilla de su pierna y corrió hacia la mujer, poniendo el cuchillo en su cuello y tirando de él rápidamente.

Ante esto la mujer reacciono rápido y se tiró al suelo, para luego fingir ser lastimada. Estrategia que pareció dar resultado cuando Deadpool guardo la cuchilla en su funda, haciendo que ella lo aprovechara y apoyara en sus manos en el suelo, para luego darle una increíblemente fuerte patada en el pecho.

Wade ante esto no pudo hacer más que gruñir retrocediendo. Sin embargo, por mala suerte para la mujer, él estaba acostumbrado a resistir el dolor. Por lo que no tardó nada en recuperarse, para luego usar sus piernas como impulso y cargar en contra de ella.

La mujer aun así no se dejó sorprender por él y esquivó su ataque a la vez que lo golpeaba con el puño en la cabeza. Luego de eso, girando en torno a él, le dio una patada en el estomago lo suficientemente fuerte como para hacerlo retroceder.

luego de eso Deadpool supo que estaba perdiendo el tiempo con ella, no llegaria a ningun lado tratando de vencerla. Así que tomando sus pistolas, le disparó a las grietas del techo, haciendo que éste se derrumbara entre ellos para sorpresa de la mujer.

Reacción que hizo a Wade sonreir de lado, para después guardar sus armas (N/A: armas de S.I, cortesía de Tony).

—Hasta que nos volvamos a ver, My Lady.. —dijo con ensoñación mientras corría rumbo a los pasillos poco iluminados.


*.*.*.*Habitacion*-*-*-*

Ezio suspiro y rasco su cabeza pensativo.

—Mmm... ¿Walt Disney?— pregunto y Rush movió su cabeza de lado —¡Lo pusiste muy difícil, demandó otra ronda!— le reclamó molesto. Rush se cruzó de brazos.

—No, o te rindes y ganó. O sigue apostando Ezio... — le dijo sonriente a su amigo que resoplo molesto. El juego se había tornado más difícil cada vez que Rush ganaba.

—Pues... Entonces— decía el rubio cuando de repente y sin previo aviso una explosión echó abajo la fuerte puerta de su celda. En eso una figura de rojo y negro entró como "Héroe". Ezio al verlo sintió las lagrimas recorrer su rostro —¡Deadpool!— grito corriendo hacia él para acabar abrazándolo. Wade sonrió asustado.

—Ya sabía yo que te gustaba... — bromeó, para luego sacudirle la cabellera y tomarlo del hombro —Debemos irnos, muchacho. Antes de que vengan más de esos hombres...— le aviso para luego encogerse de hombros —son fáciles de matar, pero son molestos y aburriiiidos...— le explico para finalmente voltearse y correr afuera de la celda.

Ezio estuvo a punto de seguirlo cuando se detuvo bruscamente. Se giró a ver a Rush que seguía estático, para luego acercársele y tomarlo del antebrazo.

—¡Debemos irnos!— le aviso tirando de él. Rush parpadeo confundido y se libró de su agarre.

—Debemos liberar a los demás...— le hizo saber y Ezio asintió.

—Lo sé, yo también quiero hacer algo por ellos pero sin poderes no podemos hacer nada. Así que vámonos, con los Vengadores podremos liberarlos a todos... — le hizo saber, el muchacho no quiso moverse hasta que escuchó el grito de Deadpool.

Ya fuera del nivel del piso, fueron atacados por dos guardias. Deadpool hizo lo suyo al igual que Ezio, aunque el muchacho no tenía sus poderes era todo un buen luchador cuerpo a cuerpo y eso a Deadpool le agrado. Fuera de las instalaciones de HIDRA, Deadpool se subió a un Jets Avengers junto a los niños. La nave despegó y Rush volteo a mirar las instalaciones bajo la luz de la luna.

Sintió que un pequeño peso se quitaba de sus hombros. Ezio también estaba callado, sabía que esto iba ser un poco duro para su compañero. A Wade directamente le importó poco, su trabajo ya estaba hecho. Tomó el comunicador a lo alto de su cabeza y se lo comunicó tanto la Escuela como a las Torres (Stark y Avengers).

—Hollis, Hollis...— exclamó con su vocecita —les quiero decir que felizmente la misión fue todo un éxito y la rubia está conmigo sana y salva. Llegaremos a la Escuela dentro de una hora, así que preparen comida que muero de hambre... El bello y guapo Deadpool fuera— aviso cortando la comunicación —Los preocupaste mucho, niño. Tus amigos estuvieron buscándote por todos lados... excepto aquí— le hizo saber y Ezio sonrió abiertamente mirando a Rush.

El pelinegro no pudo evitar pensar que al final, Ezio tenía razón.