Escape

30 de octubre 1994, Colegio Hogwarts de magia y Hechicería, algún lugar al norte de escocia.

Un año. Harry solo pedía un año. Un año en el pudiera relajarse y disfrutar de la escuela.

En su primer año hubo perros de tres cabezas, trolls, un dragón bebe, plantas asesinas y tuvo que enterarse que un lunático lo quería muerto desde que era un bebe. En su segundo año hubo arañas carnívoras y un basilisco milenario que uno de los fundadores dejo en una cámara secreta debajo del colegio. En su tercer año hubieron dementores que no lo dejaron en paz y casi lo matan, varias veces. Y ahora en su cuarto año había sido obligado a participar en un torneo que no le interesaba y acababa de perseguirlo un furioso dragón adulto.

Para más inri había tenido que soportar a toda la escuela acosándolo, señalándolo, menospreciándolo, golpeándolo, otra vez.

Ahora tenia a una de las pocas personas que no le había dado la espalda y al idiota que no entendía como había llegado a considerar su mejor amigo delante de él. Hermione si lucia preocupada, pero Ron parecía creer que podía arreglarlo todo con un comentario estúpido sobre el hijo de su madre, que había puesto su nombre en el estúpido cáliz de fuego.

¡Bien Weasley, eres un genio! – grito sin diluir el sarcasmo y la molestia - ¿Qué te ayudo a darte cuenta de que alguien me quiere muerto? ¿Mi nombre en ese vaso o el dragón furioso?

Harry…

No quiero escucharte Weasley, puedes meterte tus disculpas por donde te quepan. – dijo Harry yendo a la salida de la tienda

¡Harry! – dijo Hermione siguiéndolo fuera de la tienda.

Harry salió de la tienda furioso sin darse cuenta de que volvía a entrar a la arena.

¡No quiero escucharlo Hermione ya estoy harto!

Harry amigo escucha

¿Amigo? ¿Amigo? No, ese barco ya se hundió. – grito

Algunas personas de la multitud notaron que el trio misterio parecían estar en medio de una discusión. Hacia semanas que no se los veía juntos, esta vez eran Harry contra Ron y había apuestas sobre quien se quebraría primero. Cuanto tardarían en reconciliarse o si lo harían, porque no parecían querer bajar el hacha de guerra. Queriendo escuchar mejor, Fred lanzo un hechizo que amplifico sus voces, ni siquiera lo notaron.

¿Porque estás tan molesto conmigo?

¡Porque eres agotador y ya me harte de ti y de todo lo que pasa en este maldito lugar! – grito a todo pulmón

Los de Hogwarts jadearon, pero todos guardaron silencio.

Todos tenemos problemas, pero no vivimos quejándonos, ¡no! De algún modo lo superamos. – siguió gritando Harry. - ¡¿Por qué tu no?!

Harry… - dijo Hermione

¡No Hermione! ¡Ya estoy harto! – grito Harry – ¡Yo soy el que recibió una maldición asesina después de ver como asesinaban a mis padres, Voldemort destruyo a toda mi familia, yo soy el que tiene que aguantar los abusos de unos muggles que me odian por existir!

¡¿Que?! – gritaron los profesores y autoridades mirando a Dumbledore

Llego aquí y tengo que aguantar a un pelmazo que no sabe lo que es el champú acosándome porque nunca pudo superar a mi padre. Un profesor intento asesinarme. Uno trato de borrarme la memoria. Casi me almuerza un perro de tres cabezas, una araña gigante y el basilisco de Slytherin. Los dementores me persiguieron durante todo un año.

¡¿Disculpa?! – grito una bruja en la tribuna de autoridades

Y por una vez, por una vez que pensé podría tener un año normal y seria otro el que recibiría la atención, ¡me obligan a participar de un maldito torneo asesino y me persigue un dragón por toda la escuela! – grito – ¡pero tú eres el que se queja!

¡Harry estas sangrando! – dijo Hermione acercándose, pero Harry la aparto. La herida en su hombro se había abierto.

Se está poniendo bueno – dijo Draco Malfoy, Daphne Greengrass le dio un golpe en la nuca.

Cállate quiero escuchar – le dijo cuando la miro, Blaise Zabini se rio.

¡Y entre todo eso tengo que aguantar el acoso de toda la escuela empezando por los de Gryffindor dándome la espalda cuando cometo un simple error, pero como se alegran cuando les conviene! – grito Harry y todas las miradas cayeron sobre los leones

Harry…

¡Pero lo que, si me dolió, es que tú te les unieras!

Yo no…

¡¿Tu no qué?! – grito, una corriente de aire rugio en el estadio agitando todo a su alrededor – ¿quieres las pesadillas? ¿no tener familia? ¿la fama, la fortuna, la invasión, el estúpido cáliz? ¡¿las heridas de guerra?! – pregunto a los gritos asustándolo – ¡Tráeme a Voldemort y hare que las tengas! – a su alrededor todos los estandartes ardieron.

Ron estaba muy pálido y todos en el estadio comenzaban a asustarse, nunca habían visto a Harry perder el control de esa forma y ahora estaba diciendo el nombre del innombrable a los gritos. Remus Lupin, que había venido a Hogwarts a apoyar a Harry, se acercó al trio, pero Harry no lo noto.

Y ahora, después de todo esto… - dijo y finalmente se detuvo – resulta que Malfoy y mi tío tenían razón. – Ahora todos miraron a Draco.

¿Razón sobre qué? – dijo Hermione

Harry se alejó de ellos y pasando junto a Remus camino hasta la mitad de estadio saco su varita y realizo un encantamiento para ampliar su voz – Yo. Henry James Potter, bajo pena de perder mi magia, juro que nunca tuve intención de participar en el torneo de los tres magos, jamás puse mi nombre en el cáliz de fuego, ni pedí a ninguna persona o creatura mágica que lo introdujera. Así sea. – una suave luz dorada brillo a su alrededor – Accio Saeta.

La escoba salió de la tienda enfermería deteniéndose a su lado, confirmando la verdad en sus palabras. Harry tomo su escoba y salió del estadio que permanecía en silencio. Ron trato de detenerlo tomándolo del brazo, pero Harry se volteo y le dio un puñetazo en el rostro antes de seguir caminando, todos jadearon al ver a Ron caer al suelo. Dumbledore fue el primero en salir del shock y le pidió que regresara, Crouch fue el siguiente y grito que debía escuchar los puntos, pero Harry siguió caminando de regreso al castillo echando humo.

Nadie volvió a verlo durante el resto del día, en realidad pasaría un tiempo antes de que volvieran a verlo.

Mientras en el estadio tanto el director Karkaroff como el profesor Moody se rieron a carcajadas.

De acuerdo, 10 puntos por el entretenimiento – dijo Karkaroff

Así no funciona – dijo madame Maxine.

Bien, le daré 5 por el dragón y 5 por el entretenimiento – dijo dibujando un diez en el aire sin dejar de reírse. - ¿Qué más tienes Dumbledore?

¡Quiero una explicación y no me iré sin ella! – advirtió Amelia Bones.

Yo también la quiero – dijo McGonagall mirándolo mal.

A su alrededor todos habían comenzado a murmurar y muchos Slytherin se reían de las expresiones de los demás, en especial de los leones.


Harry se había refugiado en la misma habitación donde una vez estuvo el espero de oesed, aun se podían ver las marcas que dejo el espejo, se sentó en una de las ventanas y se quedó ahí, acurrucado, solo, pensando, recordando.

Remus fue el único que lo encontró, por un rato estuvieron en silencio, hasta que Harry estuvo listo para hablar, mientras limpio y puso algo de díctamo en el hombro de Harry. - ¿Has escuchado… sobre el espejo de Oesed?

Si. Dicen que es muy peligroso – dijo Remus sentado frente a él.

Harry entonces le conto sobre el encuentro con el espejo, la depresión que lo siguió durante meses, la investigación que hizo para conocer un poco más a la familia que nunca conoció, las pesadillas, el llanto, el dolor. Luego conto lo que paso en su primer y segundo año en Hogwarts. Remus lo escucho en silencio, haciendo preguntas en los momentos correctos. Era la primera vez que Harry hablaba de todo eso con alguien, Ron y Hermione habían estado ahí y Dumbledore y McGonagall solo preguntaron por los detalles, pero nunca había realmente hablado de eso, así que hablar con Remus lo hizo sentir una gran sensación de alivio.

Escucho sus gritos, cuando se me acercan. – dijo en referencia a los dementores.

Lo se.

Pero también escucho… escucho a mi mama… decir que sea fuerte

No lo mencionaste

No me había dado cuenta. – dijo Harry – ¿pero cómo?

¿Cómo, que?

¿Cómo te mantienes fuerte cuando lo que te hace daño… está a tu alrededor, esperando para volver a golpearte?

La verdad es que has sido muy fuerte Harry, muchos se habrían quebrado mucho antes.

¿Para qué? ¿Con quién? Lo único que todos ven, es al bebe que detuvo a Voldemort. Todo lo demás no importa.

Ron actuó mal contigo.

Cuando supe… lo de Sirius, lo que creía que había hecho, sentí como si arrancaran una parte de mí. Saber que mis padres murieron… por causa de alguien en quien confiaban. Creí que así se sentía… pero me equivoque. Lo de Ron duele más. – dijo con lágrimas cayendo de sus ojos.

Salvo que Peter, no te traiciono Harry.

¿Que? Él es…

Peter, hizo algo horrible, algo que desencadeno una horrible serie de eventos y no hay disculpa que valga. – dijo - Pero Peter, era amigo de James, no tuyo, James confiaba en Peter, James le confió tu seguridad a Peter. Lo único que a James le importaba, era mantenerlos a ti y a tu madre a salvo. La persona a la que Peter traiciono aun después de todo lo que hizo por él, fue a James.

Eso que…

El dolor que sientes por las acciones de Peter es el mismo que ya sentías por la muerte de tus padres, solo que ahora tienes todos los detalles, ahora tienes un nombre y un rostro para culpar, y eso reabrió las heridas. – explico Remus en susurros - Pero Ron, Ron si es tu amigo, o al menos lo era. Le diste tu confianza y el la pisoteo, por eso duele más. La razón por la que la traición duele tanto es porque solo puede venir de alguien cercano.

Algo así me dijo Dumbledore, cuando pensaba que el culpable era Sirius, me dijo que Sirius… Sirius era para mi papa, lo mismo que Ron es para mí, el hermano que no tuvo. – dijo Harry

Si, así era, los que no los conocían pensaban genuinamente que eran hermanos, así se veían. – afirmo Remus con nostalgia

Harry se pasó el puño bajo la nariz. – Mañana se cumplen… catorce años – recordó. – Catorce años desde el ataque, catorce años desde que Voldemort entro en mi casa… y se los llevo.

Lo cual hizo que lo de hoy fuera peor. – dijo Remus

Los extraño Remus, pienso en ellos todos los días. - Dijo con sus ojos ardiendo por las lágrimas. – Y duele, hace mucho que acepte que se habían ido, pero sigue doliendo. Una parte de mi aún espera que vuelvan, aunque sé que no pasara.

Lo sé, yo lo se. – dijo con lágrimas en los ojos – Yo he llegado al punto en que ya no recuerdo el sonido de sus voces.

Al menos tu tenías eso, yo no tengo nada. Solo malos recuerdos. – dijo Harry con sus ojos llenos de lágrimas. – Pienso… en la casa en la que no pude vivir, en los hermanos que nunca tendré, jugar futbol o quidditch con mi papa, que mi mama me abrace como Petunia o la señora Weasley abrazan a sus hijos, o me envíe un vociferador en el desayuno. – Remus se rio – Jamás tuve un pastel de cumpleaños, ni regalos de navidad. ¿sabes que vio Ron en el espejo?

No.

Se vio solo, sin hermanos, con las copas de Quidditch y de las casas, siendo premio anual… y yo quería golpearlo. – admitió Harry limpiándose la mejilla con el puño magullado. - ¿sabes lo que yo daría… por tener un poco de lo que él tiene? ¿por no sentirme solo todo el tiempo? ¿por sentir algo además de ira, dolor… y aturdimiento?

¿Aturdimiento?

Desde que esto empezó, estoy aturdido todo el tiempo, la persecución del dragón… hizo que sintiera algo por primera vez en semanas y fue ira. – dijo Harry

Pero había algo que rondaba la mente de Lupin de forma incesante. - ¿Qué pensabas, cuando viniste a Hogwarts?

Que sería mejor – susurro – Y en parte lo es, ¿pero a cambio de qué? ¿Acoso, magos tenebrosos, Snape? Lo único que no cambio, fue la soledad, me acompaña todo el tiempo, incluso cuando estoy rodeado de personas está ahí, es en parte por eso que no… apenas uso la capa de invisibilidad, porque, aunque útil, me hace sentir peor.

¿Qué quisiste decir con… mi tío tenía razón?

Antes de mi primer año, el día que iba a tomar el tren. – dijo lentamente - Me aparto y me dijo: Lo diré por última vez, tus padres murieron porque no quisieron escuchar, no supieron alejarse, si no recapacitas, ese mundo va a acabar contigo. – cito Harry, había sido la única vez que Vernon Dursley le hablo sin gritar, sin insultarlo, no estaba preocupado, pero fue firme y conciso. – Por un segundo, solo un segundo, tuve miedo y quise retractarme y quedarme, pedirle que me protegiera de este mundo. Pero no lo hice, porque es lo que él quería. Pero sus palabras quedaron en mi mente.

Harry, tu perteneces aquí

¿Lo hago?, ¿o solo es el niño que vivió al que quieren? – dijo con el ceño fruncido – Porque con la excepción de los de Slytherin y las otras escuelas; las personas en el estadio son las mismas que me han dado la espalda una y otra vez. Ahora mismo debe haber una fiesta en la sala común y se están quejando porque no estoy ahí, después de que tienen un mes ignorándome, llamándome mentiroso, tramposo, traidor y todos los nombres bajo el sol. Y claro, ahora no tengo uno sino dos Snape en la escuela.

¿Que?

Sproud, ella también tomo partido por su casa, el otro día estaba jugando con una quaffle con Katie, tropecé y caí sobre un arbusto de rosas, me saco veinte puntos por eso. Media hora antes Snape me había quitado los mismos puntos por respirar demasiado fuerte.

Por dios. – dijo Remus bajando la cabeza, sin saber en realidad que decir, de Snape lo esperaba, sin sorpresas ahí, pero de la dulce profesora Sproud, eso si no lo vio venir.

Lo gracioso, es que ni siquiera me sorprendió, porque lo esperaba. – dijo Harry con una risa irónica. – Me enferma Lupin, tener que darle la razón a un hombre cuyo objetivo en la vida, fue hacer de mi infancia un infierno.

Harry se quedó en silencio un rato.

¿En qué piensas?

En que ahora me encantaría estar… en una isla paradisiaca, lejos de aquí. – confeso Harry - algo que nunca creí que pasaría porque amo este lugar, amo estar aquí, hacer magia, el quidditch. Esas son las cosas que me gustan, pero ahora apenas las disfruto porque estoy ocupado siendo el niño que vivió. Estoy ocupado yendo a la cámara de los secretos. Estoy ocupado siendo un saco de boxeo. Estoy ocupado viviendo según lo que quieren los demás. Estoy ocupado siendo obligado a hacer cosas que no quiero hacer. Estoy ocupado… sobreviviendo a Voldemort.

Bueno, talvez podrías irte a algún lugar, no tienes que quedarte aquí durante las fiestas, talvez un cambio de ambiente sea lo que necesites, alejarte un poco y relajarte. – Dijo Remus poniendo la mano en la rodilla de Harry.

Harry asintió al mismo tiempo que lo que reconoció como un patronus irrumpió en la estancia. Remus, ¿encontraste a Harry? Por favor asegúrate que este bien y ven a mi oficina. – dijo la voz de Dumbledore saliendo del fénix

¿Cómo es que…?

Es… magia – dijo Remus haciéndolo reír un poco. - ¿Volverás a la sala común?

Aun no. – dijo Harry – no estoy listo para ver a nadie.

Está bien, vuelve cuando estes listo, y no olvides tu huevo esta vez.

Harry miro el huevo de oro que Lupin había dejado en una mesa cubierta de polvo, ni siquiera lo había notado.

Hablaremos luego, avísame si vas de viaje y talvez nos veamos.

Si, claro – dijo Harry.

Y Harry, si algo aprendí siendo lo que soy, es que no importa cuánto te esfuerces, la gente siempre encontrara algo que criticar, algo de que quejarse. Así que lo mejor que puedes hacer, es ser tú mismo y ser feliz, de lo contrario vas a pasar la vida sin realmente vivirla.

Remus apretó su hombro y salió del salón dejando a Harry solo con sus pensamientos.


Era media noche cuando volvió a la sala común y lo hizo con una idea clara en su mente. Vio a la gata de Filch, pero le lanzo un aturdidor y cayó al piso inconsciente.

Mientras todos dormían tomo una mochila y metió en ella algo de ropa, el mapa del merodeador, su álbum de fotos, la capa de invisibilidad y la varita. Se cambio la ropa por una limpia y salió de la torre por la ventana usando la saeta de fuego, no había luna, así que era prácticamente invisible.

Se fue volando lejos, voló durante horas hasta llegar a alguna parte, no sabía a donde iba, solo sabía que quería alejarse todo lo que pudiera de Hogwarts. Por primera vez necesitaba alejarse de ese lugar, del dolor, del acoso constante, de los recuerdos. Sabía que el castillo estaba en algún de las tierras altas de escocia, muy al norte, así que decidió volar al sur.

Después de más de una hora comenzó a ver pequeños poblados, pero no se detuvo hasta que el sol comenzó a asomarse en el horizonte. No quería parar, pero necesitaba descansar y comer algo, así que descendió en un Callejón donde metió su escoba en la mochila, hacia un tiempo había aprendido un encantamiento para agrandar las cosas sin que se notara, si en algo destacaba incluso más que Hermione, era en los encantamientos, según el profesor Flitwick era una habilidad heredada de su madre.

Comenzó a recorrer el centro de la ciudad hasta que llego a la estación de trenes donde se metió en el baño.

Se miro al espejo y lo que vio no le gusto. Lo que veía, la persona que veía no podía ser él. Su cabello revuelto era lo único que reconoció, pero el resto no, sus ojos de alguna forma estaban más oscuros, estaba muy pálido, más delgado incluso para él y por una vez no podía culpar a los Dursley, porque llevaba meses sin verlos.

Se lavo la cara con agua fresca y trato de acomodar su cabello sin éxito, pero al moverlo pudo ver la cicatriz y su sangre hirvió en una mezcla de ira e impotencia, porque todo, la persona que veía en el espejo y lo que había dejado en el colegio que debió ser un refugio, se debía a esa maldita cicatriz, y solo podía culpar a una persona y no era Voldemort.

Sin darse cuenta empuño su mano y la estampo contra el espejo destrozándolo.

Y lloro.

Harry no lloraba, hacia mucho que no lloraba, ¿para qué? nadie iba a escucharlo, nadie iba a consolarlo, porque estaba solo. Estaba solo en casa de los Dursley, estaba solo en el mundo mágico, estaba solo en Hogwarts, aun cuando estaba rodeado de cientos de personas estaba solo, y estaba solo en ese baño.

Miro su mano ensangrentada y solo una cosa apareció en su cabeza, inundando su mente.

Voy por ti Peter, no sé cómo, pero vas a pagar por todo esto.

Se limpio la mano y vio que las heridas comenzaban a cerrarse, sus heridas siempre cerraban y curaban rápido, pensó en arreglar el espejo, pero no quería que lo encontraran, ya no le importaba si lo expulsaban, no quería que lo encontraran y lo llevaran de vuelta; porque ahí si le prestaban atención, cuando hacia algo que no debía o algo que no los beneficiaba.

Pero no era el a quien buscaban, era al niño que vivió.

Nunca a Harry.


En Hogwarts la ausencia de Harry pronto se hizo evidente.

Remus había informado a Dumbledore que Harry estaba bien y solo necesitaba espacio, que volvería a la sala común cuando estuviera listo, luego se había ido. Pero cuando despertaron y el desayuno termino, supieron que algo no estaba bien.

Ron, Hermione, Neville y el equipo salieron a buscarlo por el castillo. Ron trato de abrir el baúl para sacar el mapa, pero Harry le había puesto un cierre mágico y solo él podía abrirlo, como McGonagall confirmo después. Esto en realidad lo había hecho hacía tiempo, después de que Collin Creveey entrara en la habitación para sacarse fotos con su escoba y casi se matara al intentar volarla dentro de la sala común. McGonagall castigo al chico al que Oliver trato de estrangular, y Flitwick le enseño a Harry los encantamientos de cierre para su baúl, armario y casillero en los vestidores del estadio.

Fue Hermione quien se dio cuenta que Hedwig también se había ido, había seguido a Harry.

Al grupo se unieron algunos amigos que Harry había hecho en las otras casas, como Susan Bones, Anthony Goldstein y Daphne Greengrass que era su compañera en encantamientos. Cedric también se unió a la búsqueda junto con el equipo de Hufflepuff y pronto se unió el de Ravenclaw, también el club de vuelo en el que Harry estaba. Como Harry pensó, todos estaban ansiosos por no poder encontrarlo, pero por distintas razones.

En un punto McGonagall se dio cuenta de las fichas de Potter apesta, las confisco todas y castigo a Draco Malfoy por un mes sacándole 50 puntos, Snape no se atrevió a llevarle la contraria. También le saco 100 puntos a cada casa por todos los estudiantes que las usaron y por los que no dijeron nada, todos fueron castigados. Todos protestaron y culparon a Malfoy, pero la profesora dejo claro que, si bien Malfoy las repartió, no los obligo a usarlas.

Lupin le había dicho lo de la profesora Sproud y poco le falto para maldecirla, aunque si la hizo llorar, pero la profesora de Transformaciones no sintió simpatía alguna por ella, se limitó a mirarla mal y reestablecer los puntos que tanto Sproud como Snape le habían sacado a Harry por razones estúpidas. Dumbledore miro con decepción a ambos profesores y le dio cincuenta puntos a Harry por tener más control y madures que dos magos adultos, también pidió a McGonagall que de ahora en adelante evaluara ella misma todos los trabajos de Harry.

Dumbledore escoltado por Hagrid, fue hasta Hogsmeade esperando que estuviera escondiéndose ahí, pero nadie lo había visto. También envió un patronus a Sirius y Remus, por primera vez en mucho tiempo se escuchó ruido en la casa de los gritos, era Sirius buscando a Harry. La profesora McGonagall fue a revisar la entrada de la cámara de los secretos, pero esta estaba cerrada como lo había estado desde hacía dos años, y Myrtle entre lágrimas confirmo que Harry nunca regreso a ese lugar.

Para cuando la hora del almuerzo paso y la cena fue servida en el comedor, tuvieron que aceptar que Harry había abandonado el castillo. Se había ido.

Ya era de noche cuando Sirius Black irrumpió en la escuela hecho un demonio, había recorrido los terrenos buscando a Harry. Algunos gritaron aterrorizados al ver al enorme perro negro, Trelawney estaba en su torre, implorando a gritos a los hados por la salvación de su alma.

Harry le había enviado una carta a Remus para que avisara a Sirius, en la carta decía que estaba bien, que se había ido por su propia cuenta y que no lo buscaran. Remus no dijo nada, pero si aviso a Sirius quien le dijo a Dumbledore, o más bien le reclamo a Dumbledore por no cuidar de Harry, ni evitara que hiciera algo estúpido como escaparse en mitad de la noche a Merlín sabia dónde. También había visto al dragón persiguiendo a su ahijado y no estaba nada contento.

Después de una hora de gritos tanto de Sirius como de McGonagall y apenas dejar hablar al director. Sirius lo amenazo con arrancarle la barba y usarla quemar sus cromos en las ranas de chocolate y la fábrica de dulces de limón ¡si no encontraba a su ahijado!

Si, Sirius sabia donde golpear.

Dumbledore un poco asustado prometió que traería a Harry a casa. McGonagall se habría reído si no estuviera tan molesta con el director, y Snape apenas se contuvo para no provocarla aún más. Pero los tres estaban de acuerdo sobre que Harry no debió haber sido obligado a participar del torneo en primer lugar.


Dumbledore estaba en muchos problemas y no era solo por las amenazas de Sirius.

Fudge, que solo pensaba en su imagen y en como lo vería la gente por el discurso a gritos de Harry Potter y ahora su escapada, autorizo a Amelia Bones a investigar el entorno personal y escolar del chico, así como su vida con los muggles. El ministerio trataba de rastrearlo, pero al no estar haciendo magia era casi imposible.

Las acusaciones que había hecho eran demasiado graves como para ser ignoradas, y considerando que habían representantes de tres ministerios por lo del torneo, que esas acusaciones salieran de un campeón forzado y de paso un héroe de guerra, así como único heredero de una familia llena de héroes de guerra, no era bueno.

El consejo internacional podía decidir intervenir. Así que no dudo en decirle a Amelia que había sido Dumbledore, el que insistió en dejar al chico con los muggles y no con una familia mágica como habían decidido sus padres, así como que dejo que un mortifago enseñara en Hogwarts, remarcando la tendencia de Dumbledore a darle demasiadas oportunidades a las personas, en especial a quienes no la merecían. Pero eso no era un secreto.

Si, Harry había abierto una caja de pandora y lo que pasara en los días y meses siguientes, no sería nada bonito.


A miles de kilómetros de Hogwarts, Harry llegaba al caldero chorreante.

Había visto un letrero que decía que había llegado a Aberdeen, no era el sur que pensaba, pero al menos estaba lejos, y aun así estaba demasiado cerca de Hogwarts, no iba a volver a Surrey, sabía que sería el primer lugar donde lo buscarían, además no tenía nada que hacer ahí, no, su objetivo, era Londres.

Él tenía algo de dinero muggle con él y con eso pago los boletos de tren. Después de comer en una pizzería cerca de la estación y comprar una gorra en una tienda de Souvenirs, para no llamar la atención si se topaba con algún mago, subió al primer tren que lo llevo a Edimburgo, de ahí a Lockerbie, Coventry y finalmente Londres a donde llego alrededor de las diez de la noche. Podía haber tomado un solo tren, pero sabía que ya Debian saber que no estaba y que alguien había salido a buscarlo, por eso no había llamado al autobús noctambulo.

Hacia frio y llovía, así que no perdió el tiempo y entro al bar cubriéndose la cabeza con la capucha de la sudadera. Dentro todo estaba como lo recordaba. En el lugar solo estaba Tom leyendo un libro en la barra y un par de brujas en una esquina.

Tom lo reconoció, pero Harry se llevó el dedo a los labios, sonrió y le dio una habitación prometiendo que no le diría a nadie que estaba ahí. También ofreció enviar a alguien por algo de comer, Harry acepto dándole algo de dinero mágico.

¿Gringotts sigue abierto? – preguntó cuando volvió con unas empanadas de Cornualles que vendían en el callejón, tarta de melaza y un paquete de cervezas de mantequilla.

Por un par de horas más. – dijo Tom

Gracias, buenas noches – dijo Harry

Buenas noches joven – dijo Tom

Después de cenar Harry dejo la mochila en la habitación, se dio una ducha, se puso unos pantalones y la camisa de la escuela, encima se puso una sudadera con capucha y salió al patio hacia el Callejón Diagon.

Tom le había llevado una copia del profeta donde Harry pudo leer que la noticia de su huida de Hogwarts ya se había esparcido como la pólvora. Ahora habían aurores buscándolo. También que su pequeño discurso y juramento habían abierto una investigación por parte del ministerio en Hogwarts, y la posible intervención del Concilio Internacional de Magia.

Para resumir, él estaba en segundo lugar en el torneo que aún seguía. Dumbledore estaba en muchos problemas y a Harry no podía importarle menos.

Finalmente llego a las puertas de Gringotts.

Al entrar pudo ver el mensaje grabado en mármol. Fue conducido a un escritorio donde un duende trabajaba en un libro de cuentas.

Vine a ver a mi albacea.

¿Su nombre?

Henry James Potter.

El duende levanto la mirada, lo miro de arriba abajo y saco una bandeja de oro donde había un trozo de pergamino y una daga de plata. – Asumo que sabe qué hacer.

Harry asintió y tomo la daga, se hizo un corte en la palma de la mano y dejo que unas gotas de sangre cayeran en el pergamino que las absorbió., pasado unos segundo el duende leyó en silencio el pergamino.

Henry James Potter.

Nacido el 31 de julio de 1981, (14 años) valle de Godric

James Charlus Potter. (1960-1981, padre fallecido) nacido en Coventry, Inglaterra.

Lilian Rose Evans Potter (1960-1981, madre fallecida) nacida en Berkshire, Inglaterra

Charlus Henry Potter (1918-1981, abuelo paterno fallecido) nacido en Coventry Inglaterra.

Dorea Erzebeth Black Potter (1920-1981, abuela paterna fallecida) nacida en Costa Azul, Francia.

Henry John Evans (1930-1980, abuelo materno fallecido) nacido en Austin, Estados Unidos

Kate Diane Nash (1932-1980, abuela materna fallecida) nacida en Londres, Inglaterra.

Nacionalidades: británico, estadounidense, Frances.

Albacea: Carlisle

Estos datos no eran noticia para Harry, el año anterior había querido investigar más sobre su familia, incluyendo los abuelos que Petunia nunca mencionaba.

Su abuelo paterno había nacido y pasado su vida en Coventry, luego de salir de Hogwarts se dedicó a los negocios familiares, nunca involucrándose en asunto políticos si podía evitarlo, con su dedicación había expandido Potter Enterprise a varios países alrededor del mundo, de ahí la fortuna que llenaba varias bóvedas en Gringotts, tanto en Londres como en otras partes del mundo.

Su abuela paterna, miembro de la familia de Sirius, había nacido prematuramente en Francia durante unas vacaciones de la familia. Eso le dio la oportunidad de poder asistir a Beauxbattons, aunque también lo hizo para complacer a su madre que también asistió a esa escuela.

Charlus había participado de un programa de intercambio y asistió a Beauxbattons por un año, ahí conocio a Dorea y unos años después se casaron, Dorea se convirtió en el apoyo principal de Charlus en los negocios, ambos manteniéndose neutrales en lo que a política se refería. Casi veinte años después de la boda tuvieron a su único hijo: James.

La historia de sus abuelos maternos fue un poco más complicada de investigar, Petunia era un callejon sin salida y lo sabía, el discurso en aquella cabaña seguía fresco en su mente, si no los odiaba, por lo menos los resentia por amar a su hermana y no quemarla en una hoguera.

Su abuelo materno fue el más difícil de investigar porque no era británico. Había nacido en Austin en los Estados Unidos. Venía de un línea de pilotos, su padre y abuelo fueron veteranos en la primera y segunda guerra mundial, el mismo estuvo en la fuerza aérea y luego se dedicó a la aviación comercial, lo cual, junto con el antecedente de los Potter en el quidditch, explicaba porque a Harry le gustaba tanto estar en el aire, lo llevaba en la sangre, por ambos lados.

Su abuela materna en cambio había nacido en Londres y trabajaba para una agencia de eventos, organizando las bodas, fiestas y vacaciones de ricos y famosos.

Harry no era capaz de entender cómo se habían conocido con un océano de por medio y trabajando en cosas que no tenían nada en común. Petunia no se lo diría y dudaba que Vernon hubiera preguntado, y aunque lo supiera no se lo diría, al final Vernon también pensaba que deberían haber repudiado a Lilly. Sabía que nunca sabría la respuesta, pero quería pensar que talves tenían un amigo en común que los presento, ¿Por qué no?

La historia de sus padres era una que ya conocía, se conocieron en Hogwarts, después de sus TIMOS, James se fue a Ilvermorny por un año, ya que el programa de intercambio era un tradición familiar, antes de regresar a Hogwarts para su último año. Según Remus fue entonces cuando comenzaron su relación, según Sirius empezó antes por medio de cartas. Según ellos Lilly nunca lo admitió, pero todos sabían que extrañaba al merodeador, lo que lo confirmaba era que le había dado un gran abrazo cuando lo vio en el tren al inicio del año.

Luego de Hogwarts se unieron a las fuerzas contra Voldemort, se casaron y lo tuvieron a él.

Sus abuelos paternos habían fallecido por una emboscada de Voldemort antes de que Harry cumpliera un año, Charlus había muerto llevándose a varios mortifagos con el. Dorea pudo escapar, pero sucumbió a sus heridas pocos días después. Ambos eran héroes de guerra y habían sido sepultados en la cripta de los Potter en el Valle de Godric.

Sus abuelos maternos por otro lado habían muerto en un accidente aéreo un mes después del nacimiento de Harry, estaban de vacaciones en Italia y viajaban de una ciudad a otra cuando su avión se estrelló. Petunia por alguna razón culpo a Lilly por eso y peleo con ella en el funeral. Harry no se sorprendió.

De sus abuelos, Harry había encontrado varias fotos en su bóveda personal de Gringotts. Pero con el solo había unas pocas, en una estaba en brazos de su madre en la cama del hospital y sus abuelas sentadas a su lado, luego había una de el en brazos de su padre y sus abuelos junto a él, luego otras similares el día que lo llevaron a casa, poco después morirían sus abuelos maternos. Con sus abuelos paternos había algunas más repartidas en varios meses, siendo las ultimas poco después del último cumpleaños de su padre, ambos fallecerían en abril. Después solo había fotos con sus padres, Lupin, Sirius y otras personas que Harry no conocía, pero sí reconoció a Neville de bebe en una de ellas, en gran parte porque estaba sentado en el regazo de una mujer que reconoció como Augusta Longbottom, en esa foto también aparecía el con su abuela Dorea.

Harry se las había arreglado por quitar a Pettigrew de todas las fotos en las que aparecía, otras solo las destruyo lanzándolas al fuego.


Carlisle lo espera en su oficina, por favor acompáñeme. – pidió el duende sacándolo de sus pensamientos.

No quiero que nadie sepa que estoy aquí. – pidió Harry cuando llegaron a la oficina.

Así será señor Potter. – dijo el duende.

Gracias. – dijo antes de entrar en la oficina.

En la oficina detrás de un hermoso escritorio de roble pulido estaba un duende algo menor que el que lo había llevado hasta ahí. Harry llevaba cuatro años conociéndolo. Después de ir al callejón diagon con Hagrid, Harry había regresado queriendo saber más y lo conoció. Habían estado trabajando juntos en el manejo de Potter Enterprise, empresas de las que Harry tendría que tomar el control a los 30 años, así que tenía tiempo suficiente para prepararse.

Siéntate, Henry. – pidió Carlisle

Carlisle. – dijo haciendo una respetuosa reverencia con la cabeza antes de sentarse.

¿Qué necesitas?

Necesito salir de aquí. – Dijo decidido.