Capítulo 5


Aisa era la diosa del Destino. Su nombre fue confundido alguna vez como Átropos, pero a Aisa no le gustaba nada ese nombre. Muchos nombres griegos eran horribles, independientemente de su significado.

Aisa era una Diosa bastante antigua y a veces tenía estos recuerdos que no sabía si eran imaginaciones o recuerdos reales, donde había más Dioses ligados a su función. Ella recordaba haber tenido hermanas, pero todos los demás Dioses, cuando les comento esto, dijeron que siempre habían sido un Dios por cada aspecto humano.

Así, ella se convenció a sí misma de que sus hermanas Laquesis y Cloto, habían sido imaginaciones suyas para no sentirse abrumada o sola en su Reino. Krónos tenía el mismo problema, ya que era un Dios incluso más antiguo que ella, y él también "recordaba" haber tenido dos hermanos que se llamaban Aión y Kairós. Igual que ella, se convenció a si mismo de que sus hermanos habían sido alguna especie de imaginación suya para paliar la soledad que todos los Dioses sentían en sus Reinos.

Sin embargo, cada Reino tenía ciertas particularidades que no se explicaban fácilmente. En el caso de Krónos, había algunas arenas en su Reino que parecían poder modificar el tiempo, pero cuando intentaba usarlas, estas no le obedecían, como si su verdadero maestro fuera alguien más. En el caso del Reino de Destino, estaban una serie de engranajes que en teoría, se activaban cuando algo enorme iba a pasar en algún mundo del Arco.

Y el Arco era todavía una particularidad aún más extraña para todos los Reinos. El Arco se llamaba así porque era una forma de referirse a todos los mundos que estaban entre dos polos opuestos. Había mundos gobernados por entero por la magia y había otros gobernados enteramente por la ciencia. Una enorme parte de los mundos, se encontraban desperdigados hacia un lado o el otro pero mezclados en distintas cantidades de ambos espectros.

Eran raros también los mundos donde estos espectros estaban balanceados al 50/50.

Hasta ahora, el mundo más interesante del que todos sabían, era precisamente un mundo 50/50, que no hace tantos años, había sobrevivido a una Guerra Mágica, aunque de menor escala. Pero si la guerra hubiera sido perdida por el bando de la luz, aquel mundo hubiera perecido. No por los magos, sino por aquellos que no tenían magia. El Señor Oscuro de ese mundo y ese país en particular, había cometido uno de los actos más antinaturales de la Creación y su mente y alma estaban muy fragmentadas.

No era sutil y la necesidad de ocultación de los mágicos era vital para el equilibrio. Este mago ignoraba flagrantemente esto y su guerra hubiera puesto a los no mágicos rápidamente contra la población mágica.

Los no mágicos ignoraban que si eliminaban a los mágicos en su totalidad, la magia que ellos disfrutaban inconscientemente, también moriría con ellos y su mundo en equilibrio, colapsaría sin la magia.

Esos engranajes particulares, habían ralentizado sus movimientos y parecía que el destino de ese mundo estaba de nuevo en equilibrio... hasta que esos otros engranajes empezaron a girar.

Estos engranajes eran raros en el sentido de que Aisa jamás los había visto moverse, que ella recordara, y siempre sintió que no la obedecerían, como si fueran la potestad de alguien más, pero eso era imposible. Siempre fue un Dios por cada Reino, por lo que ella sabía y recordaba, así como sabían y recordaban los otros Dioses. Aunque había un registro de que se movieron unos años antes del nacimiento de Cristo.

Esos engranajes empezaron a hacer que otros que ya estaban girando, alteraran sus ritmos, haciéndolos más rápidos, aunque no todos estaban girando demasiado rápido. Era como si estos engranajes les hubieran dado un "pequeño" impulso a los otros.

Aisa ignoraba que en otros Reinos estaban sucediendo más cosas extrañas y las particularidades de sus Reinos, que estos Dioses no podían explicar, estaban empezando a activarse, despertarse o moverse, según el tipo de particularidad. Todos los Dioses ignoraban que donde empezaron a ocurrir las "singularidades" fue en uno de los Reinos principales, uno del cual todos dependían en mayor o menor grado, igual que el Reino de su contraparte.

Mort solo le había comentado a Aisha sobre lo que sucedía en su Reino, de forma que los otros Dioses ignoraban las extrañas apariciones de mariposas en el Reino de Mort. También ignoraban lo que se consideraba un acto improbable y antinatural según sus leyes, pero había sucedido. La fusión de la mariposa con un alma del Reino de Mort, aunque fue breve, transgredía todos los cánones que los Dioses conocían.

En sus leyes inmutables, ellos solo sabían que ciertos actos eran imposibles, otros improbables y otros aberraciones que debían castigarse, como fue el caso de Lord Voldemort, destrozando en múltiples partes su alma y corrompiendo su mente hasta ese extremo.

Sin embargo, aunque Voldemort poseía la capacidad de habitar otro cuerpo mientras poseyó a Quirinus Quirrell, no poseía un cuerpo mortal en ese tiempo. Dos almas habitando un cuerpo era totalmente posible, porque el alma era algo intangible y separado del cuerpo que poseía, aunque era mejor si estaba dentro del cuerpo original. La mente también podía coexistir dentro de otro cuerpo con mente independiente.

Pero dentro del Reino de los Dioses, solo había mentes que eran sus cuerpos físicos y almas, que era lo intangible de su propia existencia. En ese aspecto, dos mentes no podían fusionarse, porque técnicamente crearían un nuevo cuerpo, como si se tratara de mezclar genes (algunos Dioses habían investigado esos conocimientos) y las almas dentro de los Reinos no podían coexistir en un mismo cuerpo.

Esa mariposa había sido una ocurrencia inesperada y tecnicamente imposible según sus leyes, pero de alguna manera, sucedió.

Mort pensó que había sido posible porque la mariposa, técnicamente era un ser vivo. Si, estaba habitando el Reino de Mort durante su estadía, pero era un cuerpo completo y vivo. Es decir, la mariposa tenía un cuerpo mortal, una mente (o lo que tuvieran parecido a eso las mariposas) y un alma.

No había evidencia de que las mentes y almas de ambos individuos se hubieran fusionados y el difunto relató que de repente, sintió que podía regresar a la tierra de los vivos pero sentía que aún no era tiempo y que no sería por mucho tiempo. Un día o dos tal vez, pero luego tendría que regresar.

Esto a Mort le resultaba coincidente con lo que les había comentado aquel ayudante sobre las leyendas de su abuela. Aisha y él habían considerado muchos libros pero habían obviado los libros de leyendas, aunque sabían que mucho de sus poderes, venía documentado en leyendas.

Entre más investigaba Mort sobre estas leyendas, iba desplegándose una historia que Mort desconocía en varios niveles.

Él no recordaba haber sido una encarnación dual de la Muerte para los mexicas (Mictlantecuhtli y Mictecacíhuatl), tampoco recordaba haber sido Ah Puch, un dios de la Muerte descarnado para los mayas. Mucho menos recordaba haber sido Xólotl para los toltecas.

Y si los "Dioses" prehispánicos le estaban dando dolor de cabeza, era peor con los asiáticos y los múltiples Shinigamis. Con los egipcios era un asunto parecido a la encarnación dual de los mexicas. Aunque lograba recordar haber encarnado a Tot, no recordaba a Anubis. Era como si Anubis hubiera sido una imaginación suya. Quizás un chacal que le seguía mucho, pero la forma humanoide que describían las leyendas, era más cercano a sus "imaginaciones" que a los "recuerdos" que él tenía de esa época.

Todas estas leyendas le estaban dando dolores de cabeza (aunque técnicamente no tenía un cuerpo mortal) y decidió dejar estas leyendas de lado, al menos por el momento, y concentrarse en las leyendas sobre las mariposas.

Lo que descubrió fue un poco diferente de lo que esperaba. Para empezar, gracias a la metamorfosis, las mariposas estaban ligadas a la idea del renacimiento. Si bien, su Reino permitía la reencarnación, muchos difuntos no querían volver a vivir. Además, algunos no habían hecho méritos en su primera existencia como para decir que merecían una nueva oportunidad.

Era más fácil mantener vivo a alguien que podía describirse como gris mientras estaba en el estado intermedio de Vida y Muerte, que permitir que un alma que había cruzado completamente el Velo, volviera a nacer con un nuevo cuerpo mortal.

No era difícil en el aspecto técnico, sino en borrar la mayor parte de los recuerdos del alma, de forma que pudiera "empezar de nuevo" en ese nuevo cuerpo mortal. Esa era la parte difícil y sobre todo, que recuerdos permitirle conservar. No todos podían ser buenos o está alma no tendría cuidado en no volver a cometer los mismos errores.

Luego estaba la creencia de que las mariposas eran los difuntos que tomaban esta forma para poder regresar al mundo de los vivos. Ciertamente, el fenómeno de fusión que sucedió, le habría permitido técnicamente al difunto, regresar brevemente al mundo de los vivos, pero no sería durante mucho tiempo. La aproximación del difunto estaba muy cerca de la verdad, en que ese pequeño cuerpo solo podría sostener su presencia durante un par de días a lo mucho.

Otra cosa que no entendía Mort, era porque las mariposas que aparecían eran las que aparecían con mayor frecuencia en México y algunas en Centroamérica. Recordando lo que dijo su ayudante sobre el Día de Muertos, Mort revisó sus fuentes sobre la festividad.

Viendo los elementos de la tradición, había un fuerte componente ritualista parecido a una invocación. Nada como lo que hacían los nigromantes con sus sacrificios. En este caso en particular, se ponía la Ofrenda a modo de homenaje a los difuntos, y se daba por hecho que ellos regresaban. Mort sabía que los difuntos no regresaban con sus familias, ni siquiera por ese breve periodo de tiempo, porque la magia necesaria para hacer tal cosa, era inmensa.

Necesitaría elementos que pudieran rasgar el Velo y... cuando Mort pensó en esto, supo que había sucedido y porque estaba sucediendo estas cosas hasta ese momento. Fue con sus conclusiones al Reino de Aisha y está vio a Mort muy preocupado. Incluso solo llevaba su ropa cómoda de casa (una pijama de pantalón de Jack Skellington y unas pantuflas de gato negro) y el cabello amarrado en una coleta baja y sin apretar mucho.

—¿Qué sucede, Mort? Te ves asustado—Aisha podía decir que lo que descubrió Mort le había asustado mucho. Jamás había visto a su amigo de esa forma.

—Yo cause todo esto—Aisha no creía que Mort tuviera la culpa... al menos no directamente. Quizás alguna vez uso su poder en el pasado y algo se había quedado en alguna parte del mundo donde procedían aquellas mariposas.

Eso podría explicar la habilidad de las mariposas de sobrevivir al Reino de Mort si estas habían absorbido parte de los poderes del Dios de la Muerte. Aunque Aisha pensaba que Mort tendría que haber liberado una cantidad de magia brutal y ni siquiera en la Edad Oscura, Mort había liberado mucho de sus poderes.

—Dudo mucho que seas la causa, Mort. Explícate mejor—.

Mort se pasó la mano por el cabello, un poco desesperado por encontrar las palabras correctas. Decidió que era mejor empezar por el principio—¿Recuerdas a los Peverell? ¿O a Macario? —.

Aisha recordaba a los 3 hermanos Peverell porque fueron unos de los pocos mortales que no le tuvieron miedo a Mort, una vez que reconocieron su verdadera naturaleza. El otro humano que no le tuvo miedo a Mort fue un mexicano que estaba zampándose un guajolote bien asado.

—Recuerdo que te agradaron porque no te tuvieron miedo y luego te atiborraron de comida—Mort se "sonrojo". Podía ser un dios que no requería comida en realidad, pero el aroma de lo que le ofrecieron era delicioso. La comida de los Peverell haría salivar incluso a Aisha y ese guajolote asado olía delicioso al grado de haberle hecho salivar a Mort.

—Es más complejo que eso. Eran mortales que me agradaron de sobremanera, pero eso no fue lo único que hice, ¿Recuerdas? —.

Aisha pensó y recordó que a cada uno de esos humanos, Mort les había dado regalos. 3 de esos humanos eran magos y uno era un no mágico, pero que tenía una profunda fe, lo que a veces les proveía a los no mágicos, una pequeña chispa de magia que a veces les concedía algún deseo pequeño.

Los 3 primeros tuvieron los regalos más poderosos que alguna vez otorgo Mort, ya que podían ser usados sin un número de veces finito o limitantes alrededor del poder. Mort les explico cómo debían usarse y que no excedieran ciertos límites, ya que los poderes de los objetos eran complejos, poderosos y potencialmente destructivos.

Con Macario no hubo tanto problema, el agua que le dio tenía una existencia finita. Después de todo, contrario a los Peverell, con Macario no se desarrolló una amistad profunda antes de compartir la comida, como si sucedió con los Peverell y su amistad creció solo conforme pasaron los años. Con los 4 hombres hubo altibajos en su amistad, pero al final, Macario fue el único humano que uso el agua conforme sus sentimientos y aun así, no abuso de este poder más que una vez y fue para salvar a su propia estirpe.

Mort, cuando Macario uso el agua una última vez, le concedió una solución para que su familia no fuera estigmatizada, ya que aun con su Muerte, su familia sufriría la venganza de aquel padre que no entendería que Macario falleció "antes" de poder salvar a su hijo. Lo que Mort hizo por Macario fue darle una Muerte digna y regresar su cuerpo al punto donde se encontraron en el tiempo.

Fue un asunto un poco peligroso, pero Krónos estuvo de acuerdo en que debían hacer algo por un alma que uso el regalo recibido de esa forma, intentando respetar las reglas hasta donde podía. Los Peverell intentaron respetar las reglas impuestas hasta que sus emociones los abrumaron y prefirieron abusar de los poderes concedidos.

Solo Ignotus pareció aprender de los errores de sus hermanos y fue el último Peverell de esa línea que pudo usar su regalo hasta el último día de su vida, sin que Mort lo recogiera antes de tiempo.

Esos regalos, los dados a los Peverell, eran la razón de las anomalías.

Conforme explico sus conclusiones, Aisha tenía que aceptar que todo encajaba. Las Reliquias de Mort para los Peverell ciertamente tenían una cantidad absurda de magia sin control y Mort había sellado sus poderes hasta que un Peverell de sangre las recuperara. Por fortuna para el Mundo Mágico, Lord Voldemort ya no podía considerarse un Peverell al haber fragmentado su alma y el único Peverell de sangre que quedaba era Harry Potter.

Si eso no fuera suficiente, Harry ya había muerto y revivido al menos dos veces. Solo Mort sabía que Harry había muerto la primera vez que Voldemort le atacó, pero Destino lo sostuvo a un milímetro de cruzar el Velo, diciendo que los engranajes de su Profecía estaban atascados. Mort permitió a Harry regresar a la tierra de los vivos, pero el fragmento de alma de Voldemort, ya había intentado ocupar el cuerpo aun fresco del niño.

El alma pura de Harry encapsulo aquel pedazo de alma corrupta y lo mantuvo a raya durante muchos años, hasta el encuentro final entre ambos magos y fue cuando Harry murió una segunda vez.

Esa vez, Mort ya había sido puesto sobre aviso por Aisa y entre ambos habían decidido mantener el alma de Harry en aquel estado intermedio hasta que el mismo chico decidiera que quería hacer, si avanzar o regresar. Mort había usado la imagen de Albus, pensando en que eso ayudaría al chico. Así pareció ser, aunque no sabía que Harry resentía un poco al anciano mago.

Cuando el chico decidió regresar, Aisa incluso aceito los engranes de su destino para que avanzaran sin problemas. El muchacho cumplió la Profecía y los engranajes del destino para ese mundo particular, ya había llegado a un punto de equilibrio y habían dejado de girar como locos, llegando a un ritmo tranquilo.

Mort simplemente había pensado que sus regalos a los Peverell no contenía ya el poder de antaño pero se había equivocado. Los regalos en manos de Harry habían encontrado un buen portador y el poder imbuido en ellos, estaba despertando o liberando algo que había sido sellado en aquel mundo.

No sabían que estaba liberando esos objetos pero estaba relacionado tanto con la Vida como la Muerte. Si Mort tenía razón en sus conclusiones, los elementos ritualistas del Día de Muertos y ese poder filtrándose en el mundo, estaban amalgamándose junto con la fe de los participantes y permitiendo al Velo rasgarse en pequeñas grietas, de forma que el Velo no colapsara y permitiera aun así, que cosas entraran... o salieran del Reino de Mort.

Luego estaban estos "recuerdos" que Mort pensaba habían sido fantasías por su soledad durante mucho tiempo en su Reino. Ahora pensaba si de alguna forma, esos otros Dioses en realidad habían existido y habían sido desaparecidos o sellados. Si desaparecieron ¿Cómo fue? Y si habían sido sellados, de nuevo ¿Cómo fue posible?

Entonces Mort recordó algo que le dijo Macario. Antes de él, ya se habían presentado Dios y el Diablo. Él sabía que esos dos nunca se presentaban a los mortales. Incluso Dios, el señor absoluto de la Creación, quien había dado forma al arco, usaba a Metatrón como su heraldo. El Diablo, el señor absoluto de la Destrucción, usaba a sus Duques y los otros Dioses se encargaban de los aspectos de los mortales. Vida y Muerte eran aspectos poderosos y aun así, ni ellos habían visto al Creador de Todo o al Destructor de Todo.

Es decir, quienes se presentaron ante Macario debieron ser ayudantes, pero él había dicho que eran Dios y el Diablo. Aunque como los describió, parecían... encarnaciones de los mismos. Mort entonces hojeo algunos de sus libros que traía junto a sus anotaciones y encontró que incluso los señores de la Creación y la Destrucción tenían encarnaciones y "hermanos" en algunas culturas. Incluso esposas en otras historias y culturas.

Mort empezaba a dudar de si alguna vez fueron solo un Dios por cada aspecto de los mortales. E incluso si alguna vez hubo un solo Dios Creador y un Diablo Destructor.

Lo que fuera que se estaba desatando en el Reino de Mort y el mundo de los mortales, estaba complicándose de sobremanera y ni Mort o Aisha podían imaginar que tanto más iba a complicarse.