Infidelidad y corazones rotos, ojo con esos detallitos.
"Lidiar con un corazón roto siempre es complicado…
…¿Puedes lidiar con dos al mismo tiempo?
¿Qué hay de tres?"
Momoi solo era capaz de ver como el segundero del reloj que escogió para el departamento de sus parejas y ella avanzaba sin que pudiera evitarlo. Sus ojos rosas solo veían impotentes como Sakurai Ryou se apresuraba a guardar sus pertenencias en cajas, bolsas negras y más bolsas de basura aquello que no fuera de utilidad, las cosas de su estudio lentamente comenzaban a desparecer, sus mangas, comics y figuras de colección a ser guardadas en cajas dejando las vitrinas de exhibición vacías. El castaño estaba lidiando sus propias peleas internas ignorando las lágrimas que estaba derramando.
Entonces Satsuki noto un par de ojos azules en la habitación que ella compartía en su momento con los dos chicos que hasta hace diez minutos se estaban reclamando, gritando cosas y acusando de hechos que no quería creer Satsuki, no porque fuera ciega, simplemente su corazón no estaba preparada para aceptar lo que Ryou con tanto dolor e ira reclamaba a Aomine a diestra y siniestra.
"Dijiste que solo seriamos Momoi-san y yo ¿Quién es esa chica?"
"¿Nos engañaste con ella todo este tiempo?"
"¿Es por ella que no querías tocarme a mí pero si a Momoi-san?"
Engaño.
Una palabra tan ruin y oscura como se escuchaba.
Y Satsuki no quería aceptar que las palabras de un afectado Sakurai eran reales.
"Fue solo algo de una vez, supéralo Ryou"
"El que me acueste con ella, no significa nada para mí. Al final del día estoy con ustedes".
"No metas a Satsuki en esto, ella no tenía que saber nada de lo que tú te enteraste hasta hoy"
"Si no eres capaz de pasar de página, entonces lo mejor será que te vayas de mi departamento".
-No…- susurro bajito Satsuki tomando las manos de Ryou que estaba a pasos de salir del departamento de Aomine luego de que este prácticamente lo haya corrido siendo Daiki el infiel, no Ryou –no te vayas, Ryou-chan. Debe de haber algún error, Dai-chan no podría-
-Puede y ya lo hizo, Momoi-san- la voz cargada de decepción y tristeza invadió el corazón de Satsuki y Aomine que solo escuchaba a Sakurai hablar con la chica –lo siento, no puedo continuar con esto-
-Yo te amo, Ryou-chan- lloro Satsuki abrazando al castaño que solo apretó sus labios en un intento de no soltarse a llorar con la chica –lo que hizo Dai-chan podemos arreglarlo, podemos superarlo. Solo tenemos que-
-Solo le pedí una cosa a Aomine-san cuando me pidió iniciar una relación entre nosotros tres, Momoi-san. Y eso que le pedí lo rompió al momento de involucrar a una cuarta persona en un relación de tres- muy a su pesar se separó de Satsuki la cual se negaba a dejarlo ir –yo no puedo perdonar una infidelidad, Momoi-san. Menos del hombre que decía amarnos a los dos-
-Ryou-chan…- pronto Aomine llego con ellos provocando que Satsuki le tomara de la camisa –habla con Ryou-chan, Dai-chan. Dile que no se vaya-
-Es su decisión, Satsuki-
-Decisión que los dos tomaron sin consultármelo- grito la chica golpeando el pecho de Aomine que solo dejaba que la chica se desahogara de esa forma con el –y no hagas parecer a Ryou como el infiel aquí, Aomine- reclamo Satsuki abrazando de nuevo la espalda de Sakurai –no te vayas, Ryou-chan-
Sakurai vio los ojos azules de Aomine que solo desviaba la mirada, sabía que era culpa suya que el castaño saliera de esa forma de sus vidas pero no hacia el intento de reponer su error. Se rio con ironía, estaba esperando demasiado de alguien que les fue infiel a Satsuki y a él a la primera oportunidad.
Y de milagros no se basa la vida.
-Adiós, Momoi-san- se giró a encarar a la chica y beso por última vez a Satsuki que lloraba amargamente por su partida –te enviare un mensaje con mi dirección nueva para que envíen mis cosas que faltan- tirando de sus maletas, tomo su cartera y celular se fue del departamento que por cinco años fue su hogar.
Una parte de él murió esa noche.
Los labios de Momoi temblaron al momento que vio a Sakurai salir de ese departamento sin mirar atrás, dejando no solo a Aomine sino también a ella que aunque la amara con todo su ser, con Daiki en sus vidas nada saldría de su relación. Su vida completa en esos cinco años se derrumbó y el causante de su actual dolor solo la abrazo refugiando su rostro en sus cabellos rosas. Las lágrimas volvieron a salir esta vez con mayor intensidad y dolor, intento por todos los medios separar los brazos de Aomine de su cintura pero este no iba a dar su brazo a torcer, no con ella.
-¡Suéltame Aomine, debo ir por mi Ryou!- grito la chica desesperada pataleando para soltarse del agarre de Daiki pero este se negaba a soltarla, al contrario solo apretaba su agarre y ocultaba sus lágrimas en el cabello rosa de Satsuki -¡Aomine!- lloro la chica desesperada, si no iba por Ryou su mundo completo desaparecería para siempre.
-¡No!- grito de vuelta Aomine abrazando completamente el cuerpo de Satsuki -¡Ya perdí a Ryou, no quiero perderte a ti también Satsuki!-
-¡Te odio Aomine!- el moreno hizo oídos sordos por el grito que soltó Momoi que seguía forcejeando con Daiki -¡por tu culpa Ryou-chan nos dejó! ¡Me dejo! ¡Te odio, te odio, te odio!-
Aomine cerró los ojos, no quería que las palabras de Satsuki hicieran eco en su cabeza y mentalidad. Suficiente tenía con el rechazo y ahora odio de Ryou como para tolerar el odio de Satsuki. Su mejor amiga.
-¿Por qué nos hiciste esto, Dai-chan?- pregunto bajito Momoi dejando de forcejar finalmente cayendo al suelo junto con Aomine que solo se dedicaba a refugiarse en el suave cuerpo de Satsuki -¿Por qué me quitaste a mi Ryou también?- luego de eso separo los brazos de Aomine de su cuerpo con enojo, se puso de pie y corrió a encerrarse a su habitación dejando en soledad a Daiki que solo veía con un hueco en el estómago el anillo de compromiso que Ryou le arrojo sin miramientos a la cara en cuanto supo de su infidelidad pasajera esa tarde.
Apretó la argolla con impotencia ahogando las ganas de llorar.
Lidiar con un corazón roto era horrible. Con dos era lo peor.
Pero con tres, definitivamente no se lo recomendaba a nadie.
Cinco años después.
Ha pasado tiempo desde que tomo aquel avión a la media noche en medio de un colapso mental y sentimental. Había tomado su ropa, documentos, celular y cartera sin mirar atrás. Tomo su corazón roto, su alma herida y el amor que llegara a tenerle a otros seres humanos que no fueran Momoi Satsuki y Aomine Daiki y dio su salto de fe hacia tierras extranjeras, dejando atrás un compromiso roto, una infidelidad y palabras hirientes y cortantes.
Han pasado ya cinco años de eso parecía que todo paso recientemente.
Luego de un último mensaje de texto a Momoi para la entrega de sus cosas no quiso saber nada más de ella aun con todo el dolor de su corazón, y no porque dejara de amar a la única mujer en su vida. Simplemente porque si continuaba teniendo contacto con ella; Aomine también lo tendría y eso era algo que no iba a permitir por más tiempo.
Así que con el corazón destrozado y completamente seguro de que se arrepentiría en su momento de su decisión tuvo que bloquear el número de la chica como del propio Aomine. Cambio de celular, correo electrónico, ciudad e incluso nacionalidad.
Se había casado hace dos años con un hombre maravilloso, enamorado de su persona y alma como en su momento el propio Sakurai Ryou se había enamorado de Satsuki y Daiki.
Fue feliz esos dos años.
Pero como todo rastro de felicidad en su vida, todo era efímero.
-Hicimos todo lo que pudimos- los ojos caramelo de Ryou estaban perdidos en la nada, no escuchaba lo que decía el doctor, sus oídos zumbaban, un enorme hueco en su corazón se estaba formando, un eco en su cabeza se creaba con cada segundo que pasaba -…llego con demasiadas lesiones del aeropuerto, tenía hemorragia interna en varios de sus órganos- las primeras lagrimas comenzaron a rodar por las tersas mejillas de Sakurai Ryou que veía muerto en vida su brillante anillo dorado de matrimonio –lo siento, Sakurai-san- el galeno puso su mano sobre el hombro de Ryou provocando que el cuerpo completo de Ryou comenzara a temblar de tristeza, dolor y confusión.
Todo pasó tan rápido, el taxi que habían abordado fue impactado por un auto que sobrepasaba el límite de velocidad de lo permitido en el aeropuerto, la colisión fue dura y desastrosa. Quien se llevó lo peor fue su esposo que uso su cuerpo para proteger el de Ryou, incluso al final siempre lo protegió y dio su vida por él.
No lo merecía.
El galeno dejo solo al castaño que se deshacía en lágrimas ocultando su rostro desquebrajado bajo sus manos. No había nadie el pasillo del hospital, nadie se acercaba a ver porque este chico roto y desquebrajado estaba llorando como si le hubieran arrancado un pedazo de su alma.
Por segunda vez, le arrancaron el alma.
-Disculpa…- esa voz, esa delicada y bonita voz, la reconocería a donde fuera –eres Sakurai Ryou ¿verdad?- el castaño había separado sus manos de su rostro por la pregunta hecha, limpio sus lágrimas con la manga de su suéter antes de encarar finalmente a la chica que le había hablado –si… eres inconfundible, eres mi Ryou-chan- pronto Ryou fue abordado y abrazado con fuerza por la dueña de su corazón hace cinco años.
Que pequeño y cruel era el mundo.
Era Momoi Satsuki.
-Momoi-san- llamo Ryou aun con lágrimas en los ojos dudando en corresponder el abrazo de la chica –lo siento, no tengo tiempo para hablar. Debo empezar con el papeleo del funeral de mi esposo y-
-¡Satsuki! ¿Qué demonios pasa contigo, mujer? ¿Por qué demonios me dejaste solo hablando con la recepcionista sobre el caso de atropellamiento del aeropuer-
Silencio de nuevo, esta vez fue sepulcral e insonoro.
Frente a Ryou estaba Aomine Daiki vestido completamente con su uniforme de policía, en ese momento noto que al igual que el moreno estaba vestida Momoi, con la diferencia que ella no portaba ningún arma.
-Ryou…-
-¡Dai-chan! ¡Encontré a mi Ryou-chan!- las mejillas de la mujer de ahora 28 años estaban mojadas por las lágrimas derramadas, su voz temblorosa se escuchó por el pasillo –estaba llorando, no creí que se tratara de Ryou-chan hasta que lo vi-
-Ryou… ¿qué haces aquí? ¿Dónde has estado todo este tiempo?-
-No tengo tiempo para esto- se separó finalmente Sakurai del abrazo de Momoi que entendía perfectamente porque la estaba alejando –tengo un funeral que planear y no puedo perder el tiempo-
-¿Funeral?- pregunto Satsuki.
-Mi esposo acaba de morir, lo atropellaron saliendo del aeropuerto, me cubrió con su cuerpo con tal de que yo no saliera tan lastimado- explico porque tenía ahora mismo el corazón roto.
Entonces Aomine y Momoi notaron el estado convaleciente de Sakurai, su suéter ensangrentado al igual que su rostro. Notando también la argolla matrimonial en la mano diestra de Sakurai.
Algo en el estómago de Aomine se removió inquieto.
-Si me disculpan, quiero despedirme de mi esposo- camino lejos de Momoi y Aomine caminando hacia la habitación donde tenían el cuerpo de su esposo todavía. Con lo que no contaba era que Daiki lo detendría tomándolo de la mano con suavidad –suélteme, oficial Aomine-
-No Ryou, escucha yo-
-No quiero oír nada de Aomine-san- fue tajante el castaño con respecto a eso –y si están investigando el caso de mi esposo, entonces pediré que lo maneje otra persona, no el oficial Aomine-
-Ryou-chan…- Satsuki esperaba algo así, era claro que en cinco años Sakurai no iba a perdonar nunca a Aomine –Dai-chan es el mejor en su campo, saber quién arrollo vilmente a tu esposo será fácil para él, confía en mi-
-Confió en Momoi-san- los ojos caramelos muertos, fríos y sin ningún brillo a la vista asustaron enormemente a Momoi y al propio Aomine que con lentitud soltaba la mano de Ryou –en quien no confió es en Aomine-san, y nunca le confiare algo tan vital e importante como la muerte de mi esposo, el único hombre que he amado estos dos largos y maravillosos años a un mentiroso como es Aomine-san. Lamento hacerte pasar por este dolor de nuevo, Momoi-san- abrazo cariñosamente a Satsuki que se dejó envolver por el aroma de la colonia de Ryou antes de soltarla y entrar en silencio a la habitación.
Momoi noto entonces el estado en el que estaba ahora Daiki. Completamente callado, procesando el hecho de que seguía siendo odiado por Ryou y que su sola presencia era una molestia para el castaño. Seguían procesando que el castaño continuo con su vida, los aparto de su vida y se casó con otro hombre. Satsuki no sabía que decir en ese instante.
-Dai-chan…-
-No hay tiempo que perder, Satsuki. Tenemos cosas que hacer- camino por el pasillo a la salida del hospital dejando a Sakurai con su luto.
-Ryou-chan no dejara que te involucres en este caso, Dai-chan- ambos subieron al elevador.
-Y es por eso que haremos el trabajo en dos días, durante el funeral del esposo de Ryou, solo asegúrate de que Imayoshi no lo sepa todavía- explico el moreno saliendo del elevador con rapidez seguido por Momoi.
Satsuki entonces entendió que esto se estaba volviendo algo personal para Daiki. Sonrió levemente, una sonrisa sincera apareció en las facciones de Momoi para alivio de Aomine que se animó a darle un pequeño beso en la mejilla a Satsuki.
La chica se sonrojo pero dejo pasar aquella acción.
No importaba el tiempo que haya pasado, seguía amando a Aomine como la primera vez así como amaba al propio Sakurai.
Pero Daiki tenía que esforzarse demasiado, ser paciente y rezar mucho si quería que Ryou volviera a quedarse con ellos como hace cinco años.
Rezaba porque lograra eso.
