CAPÍTULO 8:
NEO
Japón, Interespacio Bakugan
Lobby
Desde su creación, Marucho y Nick se habían esforzado al máximo para que el Interespacio Bakugan fuera un centro de entretenimiento capaz de transmitir seguridad y calidez a sus múltiples usuarios. A pesar de la frialdad que presumían las máquinas y las interfaces digitales, ambos peleadores habían logrado camuflar lo que claramente era la carencia de personalidad de este espacio virtual gracias a la apariencia de una pequeña ciudad compactada en el centro del IB, un lugar destinado a ofrecer a los jóvenes peleadores un lugar en el cual descansar y conocer personas, hacer amigos mediante el principal interés en común que tenían todos en este lugar.
Se habían esforzado en darle una personalidad a este sitio, una amigable con todos aquellos que entraran sin importar que tan metidos estuvieran en el mundo de las batallas. Y lo habían logrado, el Interespacio Bakugan era, seguramente, la obra maestra del siglo y no habría sido descabellado si el padre de Marucho hubiera sido nominado a un Nobel por haber financiado y permitido tal proyecto, que además significaba un paso adelante en el desarrollo de las tecnologías digitales. Por desgracia, Ren Krawler se había encargado de evaporar completamente la imagen cálida que se le ofrecía a los peleadores que buscaban diversión en el interespacio.
Lo que alguna vez fueron paredes claras y de apariencia ligeramente acolchadas, ahora estaban cubiertas por oscuras deformaciones que se asomaban por las esquinas superiores de las casetas y los sectores más recónditos del suelo, que servían como testigos de las múltiples trampas que ahora recorrían el interespacio, cuyo centro ahora se encontraba decorado con múltiples avisos de precaución al primer avistamiento de los Peleadores Bakugan.
Para Shun, la vista resultaba ser sumamente repulsiva. Los avisos los describían como individuos peligrosos y destructivos, especialmente a Nick, cuyas principales características resaltadas eran las de un sujeto violento en exceso, agresivo y capaz de lastimar a todos los que se encontraran a su alrededor.
–Tal vez no sepa mentir, pero no podemos negar que sabe cómo vender propaganda –. Comentó Ingram en el hombro de su compañero.
–Usa su derrota contra Nick y Fabia para vender su imagen como si fueran un peligro. Sabe aprovechar las oportunidades –. Respondió Shun escondiéndose una vez más.
Ahora mismo, se encontraban escondidos detrás de algunas casetas en el centro del lobby del IB, buscando la oportunidad perfecta para acercarse a peleadores escépticos que estuvieran listos para abandonar el interespacio antes de que los gundalianos los secuestraran.
Hubo un tiempo en el que la idea de abrir múltiples centros de acceso al interespacio en todo Japón habría sido una bendición que solo podía traer beneficios a los dirigentes del proyecto y sus asociados, pues de ahí salía el salario de los Peleadores Bakugan que les permitía vivir cómodamente. No obstante, frente a la situación que ahora encaraban, tal bendición se había convertido en una maldición.
Aunque era difícil no conocer la situación de los múltiples desaparecidos estando en la capital de Japón, también había jóvenes de otras ciudades como Sendai, Hiroshima o Chiba que seguían accediendo al IB desde sus propios centros cerca de sus hogares, por lo que los gundalianos podían seguir atrayendo soldados para su bando sin mucho problema. Según los registros, la mayoría de los desaparecidos eran provenientes de la capital. Sin embargo, no pasaría mucho tiempo antes de que Ren y los suyos decidieran expandirse y comenzar una ola mayor de desapariciones en todo el país.
Para cortar este mal de forma definitiva, tenían que advertir a los múltiples gobiernos repartidos por el país. Por desgracia, ni las Industrias Marukura ni los Peleadores Bakugan tenían la mejor reputación frente a los medios por culpa de los gundalianos; así que su mejor oportunidad era detener a Ren y liberar al IB de su control. Una tarea fácil de decir, pero que resultó sumamente difícil de completar, Nick y Fabia habían logrado el éxito en batalla frente al líder del grupo invasor y, a pesar de eso, no habían logrado detenerlo. Al final, Krawler demostró ser más astuto que el estudiante y amigo de Shun, logrando meterse en su cabeza y dañando su concentración antes de que pudiera terminar con todo este problema.
Ahora mismo se alegraba de que Nick no estuviera presente para llevar a cabo esta nueva misión de sacar peleadores de forma sutil. Desde la pérdida del IB, el peleador de cabello erizado se había mantenido al margen de todo lo relacionado con los gundalianos por orden de su amigo y maestro, que lo había mantenido en la banca al ver lo mucho que su derrota lo había afectado.
Las sonrisas de Nick ya eran escasas desde su cumpleaños debido al estrés al que había sido sometido por culpa de Ren, pero nada podía igualar la amargura que lo acompañaba desde la pérdida del IB. Su rostro constantemente reflejaba su malestar y frustración, no hacía esfuerzos por esconderlos y en aquellos escasos momentos en los que adormecía sus sentidos, pensando que estaba solo, lloraba con pesar por no haber cumplido su promesa autoimpuesta mientras sus Bakugan trataban de consolarlo sin mucho éxito. Parecía que ni siquiera el hecho de tener un medio de acceso alterno al IB parecía aplacar el dolor y la culpa que acosaban al peleador sin vacilación. Normalmente, Nick no era de los que se derrumbaba con facilidad, pero el pelinegro más joven se había malacostumbrado a tener éxito en cada cosa que intentaba, lo que impedía que enfrentara sus propios fracasos de una mejor manera, especialmente cuando éstos involucraban a otras personas.
Presa de su propio estrés y furia, Nick había acatado las instrucciones de Shun y ahora se encontraba ayudando a Julie a mantener lejos a los jóvenes peleadores que aún querían entrar al IB. Al menos, las constantes caras llenas de irritación del Peleador Darkus serían útiles para espantar a los chicos indispuestos a caer en las distracciones infantiles que Julie ofrecía.
–Shun, ¿puedes escucharme? –. Sonó una voz de pronto desde el dispositivo de comunicación.
–Te copio, Marduk. ¿Sucede algo? –. Cuestionó el ojimiel sacando el pequeño aparato al exterior.
–Nada grave, solo queríamos recordarte que tienes que reunirte con Fabia en el punto de reunión en 30 minutos –. Le recordó el peliplata del otro lado de la línea.
–Entendido, veremos cuántos más podemos sacar de aquí antes de volver –. Respondió Ingram por su compañero.
–Muy bien, mantengan las líneas abiertas en caso de una emergencia –. Pidió el antiguo peleador.
–Claro, los veremos luego –. Concluyó el ojimiel antes de guardar el dispositivo.
Debía reconocer que Marucho los había sorprendido a todos cuando les informó acerca de una central de repuesto en los niveles inferiores de su casa. Por lo que sabían, Marucho había optimizado las condiciones de su antiguo laboratorio para que fuera capaz de conectarse directamente con el IB en caso de que alguna emergencia los mantuviera por fuera. Sin duda, había sido una gran decisión por parte del pequeño rubio, tan grande como la de haberla mantenido en secreto, incluso si fue por un descuido; de este modo, Krawler nunca sabría que tenían un medio alterno para entrar en el interespacio nuevamente.
–¿Cuántos grupos de chicos llevamos ya? –. Preguntó Shun a sus compañeros.
En respuesta a su cuestionamiento, Hylash flotó al lado de Ingram para levantar tanto como pudo sus pequeños brazos cubiertos por el escudo de su verdadera forma.
–Alrededor de siete, mas o menos –. Se atrevió a adivinar Ingram por la Trampa Bakugan.
–Son muy pocos –. Suspiró Shun con agotamiento.
–Esperemos que a los demás les vaya mejor –. Comentó Ingram flotando hasta el hombro de su peleador.
Acercarse a los chicos de otras ciudades era un trabajo difícil, muchos de ellos no tenían contexto con respecto a la situación que enfrentaban y se mostraban escépticos cuando uno de los sujetos tachados de peligrosos se acercaba a ellos. Algunos de estos peleadores solo le hacían caso por la intervención de Ingram en su nombre, pues el cansancio del ninja se transmitía a los demás chicos como una gran impaciencia, que terminaba por intimidarlos.
Resultaba un poco molesto, los muchachos del IB eran cada vez más asustadizos. Si se sentían intimidados por la mirada seria y cansada de Shun, seguro que mancharían los pantalones si tuvieran que convivir con Nick y sus estados de ánimo más recientes.
Mientras caminaba por los callejones más estrechos del interespacio, Shun no pudo evitar preguntarse cuál sería el destino de este proyecto. La verdad es que no tenían grandes planes a futuro viendo el complicado panorama, el plan original era atrapar a Ren y obligarlo a confesar para limpiar sus nombres, pero el gundaliano se había mostrado hábil a la hora de eludirlos y sus esperanzas de atraparlo se veían cada vez más como una nube de humo.
No ignoraba en lo absoluto la presión de los múltiples medios que acosaban al resto del equipo, muchos periodistas también se acumulaban todos los días a las puertas de la Mansión Kazami tratando de entrevistarlo a él y a Fabia. Habían tenido suerte de que su abuelo creara salidas secretas en caso de emergencia, gracias a ellas habían podido escabullirse dentro y fuera de la mansión sin mayores preocupaciones.
Por ahora, no sabía cómo terminaría este problema. El padre de Marucho no podría mantener lejos a la policía por siempre, tarde o temprano aparecerían en la puerta de todo el equipo con una orden de arresto si no entregaban al verdadero culpable lo más pronto posible.
Miles de pensamientos más abordaron la mente de Shun mientras caminaba por los callejones del IB. Le costaba imaginar cómo se darían los hechos en toda esta guerra si dejaban a los Peleadores trás las rejas, pues, según lo que Fabia les había dicho, Neathia contaba con que ellos detuvieran este conflicto. Sin embargo, la posibilidad de lograr algo así se tornaba efímera desde la perspectiva que se tendría en el fondo de una celda.
–¿Estás bien, Shun? –. Cuestionó Ingram a su compañero.
–Estoy preocupado, Ingram. Temo que todo este problema del interespacio nos está distrayendo del que debería ser nuestro primer objetivo –. Respondió el ojimiel mientras avanzaba.
–Temes que los gundalianos logren conseguir el poder de este "Orbe Sagrado" en lo que estamos aquí.
–Sí, puede que estemos perdiendo tiempo valioso lidiando con Ren y sus amigos, cuando deberíamos estar resolviendo el problema mayor –. Asintió el ninja con un suspiro.
–Descuida, ya encontraremos un modo de detener todo esto. Es solo cuestión de tiempo. Además, piensa que, si algo malo llega a suceder, Fabia será la primera en informarnos –. Consoló el Bakugan Ventus a su peleador.
Shun solo asintió en respuesta, optando por creer en las palabras de Ingram mientras seguían avanzando por el callejón. Era difícil decir que sucedería realmente con esta guerra, por ahora, estaban perdiendo y parecían ser incapaces de lograr un éxito verdaderamente significativo en sus intentos de liberar el Interespacio Bakugan.
No podía asegurar que les deparara el futuro, pero mentiría si dijera que no estaba asustado por lo que podría ocurrir.
De pronto, los suaves golpes de Hylash en el hombro opuesto al que se encontraba Ingram lo sacaron de sus cavilaciones. Inmediatamente, Shun alzó sus manos para acoger a la pequeña Trampa Bakugan y alejarla de su mejilla.
–¿Qué sucede, amigo? –. Preguntó el ojimiel al pequeño guerrero en sus manos.
El pequeño brazo de Hylash señalando el lado opuesto del callejón fue la respuesta que recibió a su pregunta. De algún modo, en el otro extremo del corredor, una pequeña y bien organizada lluvia de múltiples colores comenzó a formarse en el medio del camino, muy similar a las ondas de transportación que usaban los Bakugan neathianos para movilizarse entre las dimensiones.
Instintivamente, Shun se escondió detrás del muro más cercano, pero sin dejar de ver fijamente a la figura que se formó entre las gotas nacidas de la nada misma. Se trataba de un chico, aparentemente un poco mayor al mismo Shun, vestía una chaqueta blanca con líneas rojas en los hombros y en la parte inferior de las mangas sobre una camisa clara, llevaba además unos pantalones oscuros y tanto su cabello como sus ojos presumían un tono azul apagado.
A simple vista, parecía un sujeto normal, no poseía los ojos ni los colmillos visibles de un gundaliano. Sin embargo, la presencia que lo acompañaba en su mano le hacía entender a Shun que no se trataba de un chico común y corriente.
–¿Eso es un Bakugan? –. Cuestionó Ingram al ver una pequeña esfera roja y dorada abrirse en la mano del sujeto.
–Es lo más seguro.
–¿Crees que sean más gundalianos? –. Preguntó el maestro ninja.
–No, no tiene los rasgos distintivos de uno y entró de forma demasiado discreta. Si fuera un gundaliano, Ren lo habría recibido como se debe –. Argumentó Shun en respuesta.
–Entonces, ¿crees que pueda ser un neathiano?
Era una posibilidad factible, parecía compartir algunos rasgos similares a los de Fabia, una piel bastante clara, ojos grandes y cabello aparentemente bien cuidado. Por lo visto hasta el momento, esas no eran características comunes entre los gundalianos.
–Es muy posible –. Dijo el ojimiel en respuesta.
–¿Qué quieres hacer? –. Cuestionó Ingram a su compañero.
–Tendremos que acercarnos y averiguar quién es –. Dijo Shun antes de salir de su escondite para llamar la atención del nuevo intruso –. ¡Oye, espera!
El chico pareció ligeramente sobresaltado al escuchar su voz, se giró con velocidad hacia el ninja mientras sus ojos se abrían con aparente preocupación y sus puños se cerraban notablemente, dejando ver sus nudillos apretarse debajo de su piel.
Si su teoría era cierta y este sujeto era neathiano, debía tener más cuidado con sus golpes que con los de un gundaliano. En el mejor de los casos, un miembro de la raza de Fabia sería capaz de tirarle los dientes con un golpe leve.
Cuando finalmente estuvo frente a frente del chico de cabello azul, éste le dirigió una mirada atenta y casi penetrante mientras sus ojos recorrían sus facciones. Aparentemente, analizaba sus facciones tanto como el mismo Shun lo había hecho.
–¿Quién eres? ¿Qué haces aquí? –. Cuestionó el ojimiel a una distancia prudente en caso de estar frente a un enemigo.
El sujeto no respondió al instante, en lugar de eso, se permitió analizarlo unos segundos más antes de abrir sus orbes con sorpresa y una pequeña ilusión se asomara en sus facciones cada vez más alegres.
–Un momento, yo te conozco, coincides con la descripción –. Dijo el intruso más para sí mismo –. Dime algo, ¿eres uno de los peleadores que trabajan con la Princesa Fabia?
–¿Quién pregunta? –. Cuestionó el ojimiel con cautela.
En respuesta a su pregunta, el peliazul solo hizo una pequeña reverencia respetuosa antes de acercarse a paso lento con las manos extendidas, tratando de asegurar que no era un peligro para los Peleadores Ventus.
–Disculpa mi descortesía. Yo soy Linus Claude, soy miembro de los Caballeros del Castillo de Neathia –. Se presentó el sujeto antes de señalar al Bakugan sentado en su hombro –. Y este es mi compañero, Neo Zigzand Pyrus. Es un gusto conocerlos, Peleadores Bakugan.
Acortando los pocos pasos que le quedaban para estar frente a frente con el pelinegro, Linus extendió su mano en señal de saludo. Sin embargo, antes de aceptar el apretón, Shun desvió su propia mano hacia el dispositivo de comunicación colgando a un costado de su cinturón.
–Marduk, ¿escuchaste eso? –. Preguntó el ojimiel sin perder a Claude de vista.
–Lo escuché. Iz está hablando con Fabia ahora mismo, los pondremos en contacto con ella –. Respondió la voz de Marduk con calma.
Pasaron unos pocos segundos antes de que la voz alarmada de la princesa neathiana se escuchara nuevamente a través del dispositivo de comunicación en la cadera del ojimiel.
–Shun, Ingram, ¿pueden oírme? –. Preguntó la chica del otro lado de la línea.
–Te escuchamos, Fabia –. Respondió Shun con serenidad.
–¿Es la princesa quién está hablando? –. Preguntó Claude con una mezcla de alegría y alivio.
–Linus, ¿en verdad eres tú? ¿Qué sucedió? ¿Por qué estás aquí? ¿Pasó algo malo? –. Dijo la princesa claramente asustada.
A juzgar por la reacción de Fabia, parecía que este chico sí era todo lo que decía ser. Después de todo, la princesa no tendría motivos para actuar así con un desconocido.
–Los gundalianos nos atacaron, princesa. Tomaron el puesto de avanzada que habíamos establecido con el Capitán Elright y nos obligaron a escapar –. Se explicó Claude con pesar.
–¿Y el capitán? ¿Cómo se encuentra?
–No lo sé, princesa. Tuvimos que huir antes de que nos alcanzaran. Temo que lo tengan los gundalianos.
Un aura llena de pesar acompañó el suspiro que salió de la boca de Fabia, notable incluso ante su ausencia física, y que pareció llegar también al "Caballero del Castillo", pues se notó en sus ojos llenos de pesar la lástima con la que recordaba a su superior y su prematuro escape del campo de batalla.
–De acuerdo, supongo que nos preocuparemos por eso cuando volvamos a Neathia. Por ahora, será mejor que nos reunamos y te presente a los Peleadores Bakugan –. Dijo la voz de la princesa neathiana antes de dirigirse una vez más a los Peleadores Ventus –. Shun, Ingram, no tienen nada de qué preocuparse por Linus, ¿está bien? Pueden confiar en él, se los prometo.
En cierto modo, era entrañable la facilidad con la que Fabia comenzaba a conocerlos, imaginando desde el inicio que Shun tendría problemas para creer en un rostro nuevo después de todo lo que había ocurrido.
Era estúpido, pero levantaba una pequeña sonrisa en el rostro del ojimiel.
–Entendido, Fabia –. Respondió Ingram por su compañero al ver que éste no parecía reaccionar al instante.
–Bien, reunámonos en el punto de encuentro para que podamos volver a la casa de Marucho –. Indicó la peliazul un poco más tranquila.
–Vamos para allá –. Concluyó Shun antes de cortar la llamada.
Al escuchar como los canales de comunicación se cerraban, Linus bajó ligeramente su mano antes de posarla en su pecho mientras bajaba la mirada en señal de respeto.
–Escuchen, entiendo su inseguridad. Es difícil poner tu confianza en alguien más en medio de una guerra, pero les puedo jurar que soy un aliado –. Prometió el nuevo Bakugan neathiano animándose a hablar por primera vez.
–Aún no nos han dicho para que quieren ver a Fabia –. Recordó Ingram al nuevo peleador.
–Tenemos algo para ella, pero debe ser entregado en persona. Es de suma importancia –. Dijo el peliazul a modo de respuesta.
La verdad era que no tenía sentido tratar de rebatir sus palabras ahora. Estando en el IB, corrían peligro de ser encontrados por los gundalianos y si ese paquete era tan importante como el peleador decía, entonces sería más sabio dejar que la última palabra detrás de esta nueva situación la tuviera Fabia, que parecía conocer a estos sujetos mucho mejor que Ingram y Shun.
–Muy bien –. Dijo el pelinegro con un suspiro antes de avanzar –. Síganme, es por aquí.
–Muchas gracias –. Dijeron el peleador y el Bakugan al unísono antes de seguirlos.
Aunque ahora parecían tener posibilidades de obtener un nuevo aliado frente al gran problema que atravesaban, el gusto por un posible éxito no duró demasiado.
Por desgracia, no alcanzaron a dar más que un par de pasos en la dirección indicada cuando una voz interrumpió todas las posibles cavilaciones que Shun pudiera tener en el camino al punto de reunión, una voz que ahora le provocaba serias jaquecas de tan solo pensar en ella y que ahora era el motivo de todos los disgustos y molestias de Nick.
Girándose ligeramente hacia la dirección de la cual provenía ese repulsivo sonido, Shun pudo verlos a ambos, altos y orgullosos desde el techo de la caseta más cercana, a pesar de su más reciente derrota contra Nick y Fabia.
Ren Krawler y Jesse Glenn.
–Siempre me causas problemas, ¿cierto, Shun? –. Comenzó el gundaliano de cabello gris con los brazos cruzados –. Tú y Nick sí que se han comprometido a hacer mi trabajo más difícil de lo que ya es.
–Solo puedo imaginar lo mucho que sufres raptando inocentes –. Reprochó Shun con desagrado.
En respuesta, las facciones de Krawler se torcieron ligeramente con molestia y algo que parecía asemejarse ligeramente a la tristeza. Una reacción interesante, aunque no duró demasiado, pues el gundaliano no tardó en cambiar una vez más la expresión de su rostro por una más severa nuevamente.
–¿Y quién es su nuevo amigo? No creo haberlo visto tras bambalinas –. Señaló Glenn al neathiano.
–Esos chicos son… –. Comenzó Linus con preocupación y cautela.
–Sí, son de Gundalia –. Respondió Neo por su compañero.
–Muy bien, entonces asumo que son neathianos –. Dijo Ren sin moverse de su posición.
–Ahora que sabemos quiénes somos, ¿qué haremos con esto? –. Preguntó Glenn arrojando a su Bakugan en el aire para volverlo a atrapar.
Por instinto, la mano de Shun se dirigió a su cinturón, esperando encontrarse con la empuñadura de Hoja firmemente puesta a un lado de su cinturón. Por desgracia, una de las recomendaciones que se habían dado antes de entrar al IB había sido la de no llevar armas como su ninjato para no asustar a los chicos. Razón por la que había dejado la espada con Nick en el mundo real, que ahora debía estar batallando para que nadie viera ni a Hoja ni a Colmillo debajo del puesto de limonada de Julie.
De pronto, la mano de Linus se posó con suavidad en su hombro para llamar su atención.
–Rápido, tienen que llevarnos con la princesa –. Indicó el neathiano en voz baja.
–Aguarda, Linus. Somos Guardias Reales, no es nuestra naturaleza huir de la batalla, tenemos que enfrentarlos –. Interrumpió Neo saltando del hombro del peleador.
–Pero no estoy huyendo –. Se defendió el peliazul indignado.
–Estamos aquí por el destino, debemos luchar hasta el final. Ya sea para bien o para mal –. Continuó Neo con convicción.
–El destino, a veces tan frágil como poderoso; al igual que el viento, puede ser fugaz y hermoso –. Rimó Jesse animado.
El destino, no era un concepto al que Shun o Ingram fueran muy apegados. Después de todo lo que habían vivido en Vestal y Nueva Vestroia, se habían vuelto seguidores de la idea de que cada uno debía ser capaz de elegir su propio camino, moldear su propio destino. Un derecho que los gundalianos les estaban arrebatando a incontables peleadores con cada segundo que contaminaban el IB.
–No te ofendas, Neo, pero si lo que tienen que entregarle a Fabia es tan importante como dicen, entonces es mejor salir de aquí cuanto antes –. Sugirió Ingram al Bakugan Pyrus.
–Lo entiendo, pero no podemos faltar a nuestro honor como guerreros. Creo que lo entiendes, tengo entendido que es una característica común entre los Peleadores Bakugan nunca faltar a su naturaleza como luchadores –. Argumentó Neo con paciencia.
–Así es, pero es imprudente comenzar una batalla cuando tenemos otra tarea entre manos –. Dijo el maestro ninja a modo de respuesta.
–Descuida, esto no durará mucho de todas maneras –. Respondió el Bakugan neathiano.
–Suenas muy confiado.
–Supongo que no tenemos elección –. Suspiró Shun con cansancio.
Cómo ninja, había esperado ser capaz de llevar a cabo la misión con la mayor sutileza y sigilo posible. Sin embargo, la intervención de los gundalianos lo había arruinado por completo.
–Por cierto, no nos han dicho sus nombres –. Comentó Linus mirando al ojimiel.
–Mi nombre es Shun, y un aliado de Fabia es aliado mío –. Se presentó el ninja con formalidad.
–Yo soy Ingram Ventus y él es mi amigo, Hylash –. Siguió el maestro ninja junto a su Trampa Bakugan, la cual asintió con ánimo al escuchar su nombre.
–Será interesante trabajar con un Caballero del Castillo –. Comentó el ojimiel.
–Digo lo mismo de un Peleador Bakugan –. Correspondió Linus con cortesía.
Desde su lugar, Ren finalmente se notó cansado de su demora a la hora de decidirse a pelear cuando levantó su BakuMetro a la altura de su rostro para ponerse en contacto con uno de los suyos.
–Ya fue suficiente plática. Lena, llévanos ahora a la arena –. Ordenó el peligris antes de alejar el dispositivo en su muñeca.
En menos de un parpadeo, una intensa luz dorada envolvió los cuerpos de los cuatro peleadores, desvaneciéndolos en el aire y dejando únicamente los restos del fenómeno lumínico perdidos en el aire antes de diluirse por completo.
Interespacio Bakugan, Arena Privada
Al emerger una vez más, lo primero que Shun pudo divisar fueron los alrededores de la arena exclusiva de los Peleadores Bakugan completamente restaurada. Por lo que Nick y Fabia les habían dicho, el lugar había sido severamente masacrado durante el combate entre los cuatro peleadores, una confrontación que desembocó en la destrucción de los alrededores del campo y una de las plataformas para peleadores, razón por la que ambos chicos habían aparecido tan heridos y sucios tras ganar la batalla.
Parecía que los invasores se habían tomado el tiempo para restaurar el campo de batalla, dejándolo listo para futuras confrontaciones contra sus enemigos. A sus alrededores, todo parecía estar completamente limpio y organizado, casi como una tierra virgen que no había tenido que conocer el fuerte abrazo del caos y la destrucción respaldada por la ira ardiente de su pupilo.
En el otro extremo de la arena, Krawler y Jesse se veían notablemente confiados, demasiado para estar a punto de librar una batalla en el mismo sitio en el que habían caído frente a Nick y sus compañeros.
–Te daré una sola oportunidad, Shun. Vete ahora y nunca vuelvas al interespacio –. Ofreció el peligris con cordialidad –. Hazlo y te prometo que nunca más tendremos que vernos nuevamente.
¿En verdad esperaba que desistiera ahora? ¿Con todo lo que estaba ocurriendo? Tenía que estar loco para pensar que si quiera pensar que considerarían una opción como esa.
–¿Y dejar sigas raptando a los chicos del interespacio? Olvídalo, Ren –. Dijo el pelinegro a modo de respuesta.
–Si quieres seguir arruinando nuestro hogar, tendrás que pasar por encima de nosotros primero –. Desafío Ingram ardiendo en su forma de esfera entre intensas llamas verdes.
–El silencioso guerrero rompe el silencio finalmente y deja ver la ira que ocultaba en su interior –. Comentó Jesse mirando su libro con fascinación –. Es mejor que tomen la oferta, no se ofrecerá dos veces.
–¿Creen que les tenemos miedo, basura gundaliana? ¡Somos Peleadores Bakugan y no dejaremos que parásitos como ustedes sigan contaminando nuestro mundo! –. Desafió Ingram a sus enemigos con bravura.
–Creo que deberían tomar la decisión más sensata. Cómo sabrán, su amigo Nicholas no lo hizo –. Respondió Glenn con confianza.
–Y, aun así, los derrotó a ambos –. Concluyó Shun desafiante.
Su respuesta borró las sonrisas engreídas en los rostros de los gundalianos, provocando que sus distintivos colmillos quedaran ocultos debajo de sus labios que, con gran firmeza, formaban una línea recta en medio de sus labios. Al menos, antes de que Jesse enseñara su diversión con una sutil mueca nuevamente.
–La batalla Bakugan entre Jesse y Ren vs Shun y Linus está por comenzar.
–Nick y Leónidas ganaron la batalla, pero eso no impidió que perdieran el interespacio –. Respondió Krawler con sorna.
Ese comentario lo hizo enojar más de lo que habría imaginado en un primer momento.
–Campo Bakugan: Abierto.
Una vez más, marcada con las barras de vida en las esquinas del esquema, la pantalla holográfica que indicaba los niveles de poder y los indicadores de vida de los participantes tomó forma en la zona más alta del campo de batalla.
–¡Carta portal lista! –. Exclamó Linus mientras arrojaba la primera carta al centro de la arena, dejando que una estela rojiza cubriera el suelo antes de arrojar a su compañero –. ¡Bakugan, pelea! ¡Bakugan, surge! ¡Arriba, Neo Zigzand Pyrus!
Emergiendo de la fuerte luz de su propio atributo, Neo se levantó orgulloso y listo para la batalla, revelando la forma de un Bakugan humanoide con piel rojiza y trazos anaranjados a lo largo de su cuerpo delgado. Llevaba una placa de color gris horizontal en la zona que dividía su pecho de su estómago, su cabeza era alargada y la decoraban dos cuernos dorados encima de sus ojos color esmeralda y uno más pequeño en su puntiaguda nariz. Por otro lado, en su espalda extendía con emoción un par de delgadas alas, similares a las de un insecto, casi de la misma longitud que sus brazos.
–En nombre de Neathia, acabaré con los malvados gundalianos –. Prometió el Bakugan neathiano poniéndose en guardia.
Del otro lado del campo, la competencia no se hizo esperar cuando Glenn cerró momentáneamente su libro para enseñar a su compañero entre sus dedos.
–Igual que la oscuridad antes de comenzar una obra en el teatro, la campana señala el inicio del primer acto. ¡Bakugan, pelea! ¡Bakugan, surge! ¡Ahora, Plitheon Ventus! –. Dijo el gundaliano rubio al arrojar a su compañero a la batalla.
–¡Haré sonar las campanas yo mismo! –. Exclamó el dragón verde mientras extendía sus extremidades y rugía con fuerza.
–¡Nuestro turno! ¡Bakugan, pelea! ¡Bakugan, surge! ¡Vamos, Linehalt Darkus!
No hubo palabras de presentación por parte del demonio oscuro, en su lugar, éste solo se limitó a abrir las alas tanto como pudo mientras emitía un poderoso grito de batalla que sacudió el ambiente por encima de la energía oscuro que comenzaba a desvanecerse.
Linehalt y Plitheon: 1800.
Juntos, ambos Bakugan presumían una imagen considerablemente imponente, se mostraban grandes y orgullosos delante de sus enemigos en un claro intento de infundir el miedo. A simple vista, aunque eran de estaturas similares, estaba claro que tanto Linehalt como Plitheon eran un poco más fornidos que Ingram, cuya complexión más delgada lo ayudaba a ganar velocidad en el campo. A diferencia de Leónidas, con su compañero no sería buena idea arriesgarse a soportar los ataques de sus enemigos, tenían que ser más ágiles y aprovechar la velocidad de Ingram para vencer.
–Shun, ¿sucede algo? –. Cuestionó Ingram a su compañero.
–Solo pensaba que esta será la primera vez que enfrentamos auténticos gundalianos –. Respondió el ojimiel.
–No te preocupes, podemos ganar –. Dijo el maestro ninja al pelinegro.
A su lado, Hylash se mostró animado por las palabras de su compañero de batallas, asintiendo con energía mientras miraba a su peleador con expresión estoica. En cierto modo, los gestos de las Trampas Bakugan eran entrañables, diferentes de los Bakugan comunes con los que estaban acostumbrados a convivir.
–¿Crees que puedas superar a Linehalt, amigo mío? –. Provocó Shun a su compañero a modo de inspiración.
–Solo hay una forma de averiguarlo –. Respondió Ingram encendiéndose entre sus propias llamas nuevamente –. Vamos, acabemos con esos malditos gundalianos.
Cerrándose una vez más en su forma de esfera, Ingram permitió que su compañero lo envolviera en su mano, listo para soltarlo en batalla una vez más, mientras Hylash se sentaba en el hombro del terrícola.
–Ingram, sé que lograremos la victoria –. Susurró Shun a su compañero antes de arrojarlo al calor del combate –. ¡Bakugan, pelea! ¡Bakugan, surge!
Una intensa corriente de fuertes vientos agitó el campo de batallaz obstaculizando la visión de los Bakugan gundalianos momentáneamente mientras poderosas llamas color esmeralda se avivaban en el suelo de la arena, llamas que trajeron consigo la silueta de dos ágiles guerreros envueltos en los restos de dicho fuego mientras surcaban los aires con emoción, envueltos en un calor digno del combate que estaba apunto de comenzar.
–¡Acabemos con ellos, Maestro Ingram Ventus y Shadow Wing Ventus!
Seguido de la fuerte declaración de Shun, ambos Bakugan se mostraron tan majestuosos como poderosos mientras el viento que ellos mismo habían creado agitaba sus plumas y sus alas.
–¡Ahora conocerán el poder de los guerreros de Nueva Vestroia!
Ingram, Shadow Wing y Neo: 1850.
–Una magnífica entrada para aquellos guerreros que superaron sus propios límites –. Halagó Glenn con asombro a los Bakugan vestroianos –. No cabe duda de que, con este reparto, ¡tendremos una actuación épica esta noche! –. Celebró el rubio con gran júbilo en sus palabras.
–Empiezas a sentir demasiado respeto por los Peleadores, Jesse –. Comentó Krawler con una ceja arqueada.
–No eres quien, para juzgarme por eso, Ren –. Respondió el rubio antes de levantar su primera carta –. Poder activado: ¡Terror Volador!
Abriendo sus alas tanto como pudo, y dejando al descubierto su abdomen, Plitheon liberó una lluvia de disparos de energía proveniente de sus alas en dirección a Neo. Claramente, Glenn ya había elegido su contrincante para esta batalla.
–Poder activado: ¡Flecha Bow! –. Contraatacó Linus sin perder la calma.
Al ver los numerosos ataques acercándose a él, Neo soltó un poderoso rayo de su pecho en dirección a Plitheon, diluyendo el ataque de éste en el interior rojizo de su propio rayo, que siguió adelante con intenciones de impactar con el Bakugan gundaliano.
No obstante, haciendo gala de grandes reflejos, el dragón Ventus consiguió moverse sobre el ataque de su oponente justo a tiempo para evitarlo en el último instante.
Por otro lado, a unos cuantos metros de la confrontación librada entre el peleador neathiano y el invasor gundaliano, Ingram y Shadow Wing se abalanzaron sobre su propio oponente. Una batalla que comenzó cuando Linehalt se alejó un paso para bloquear la patada ascendente del Bakugan mudo antes de que de Ingram llegara por el lado izquierdo de su compañero, dando un gancho con su brazo derecho que apenas podría ser evitado por el demonio Darkus al levantar su propio brazo derecho para bloquear el golpe del maestro ninja.
Aprovechando la ventaja numérica, Shadow Wing levantó su mano empuñada a la suficiente altura para golpear el rostro cubierto de Linehalt con el dorso de la mano, un ataque que logró aturdir al enemigo el tiempo suficiente para que Ingram pudiera azotar su rodilla en el estómago de su oponente.
Claramente molesto por haber recibido ambos ataques al instante, Linehalt se impulsó en el aire gracias a sus alas para estampar la planta de su pie en el estómago de Shadow Wing con la suficiente fuerza para alejar al Bakugan mudo. No obstante, debido a la fuerza de su propio vuelo, Linehalt se acercó demasiado al terreno de sus oponentes, momento que Ingram aprovechó para dar un fuerte golpe en la mejilla más cercana del contrincante, alejándolo un par de pasos.
–¡Qué no respire, Ingram! Poder activado: ¡Cuchilla Tenue de Sombras! –. Indicó el ojimiel levantando su primera carta poder.
Ingram, Shadow Wing y Neo: 2050.
Alejándose con un salto ágil, Ingram giró sobre su propio eje en pleno aire mientras agitaba sus brazos hasta que quedaron a la altura de su cabeza, liberando de sus manos la forma de un par de cortes de energía esmeralda hacia su oponente.
Al reconocer la ofensiva que había tomado su contrincante, Ren levantó su primera carta poder de la batalla para eludir el ataque del maestro ninja.
–Poder activado: ¡Sable Oscuro!
Cuando los cortes de energía se acercaron lo suficiente, la estela de dos espadas púrpuras se movió con gracia delante del cuerpo de Linehalt, bloqueando el avance del ataque esmeralda y creando una densa nube de humo.
Linehalt y Plitheon: 2000.
–¡Sin piedad, Linehalt! –. Ordenó Ren a su compañero.
Emitiendo un nuevo grito de batalla, Linehalt emergió de entre la bruma con su gran sombra cubriendo la de Ingram, el cual apenas tuvo tiempo de levantar sus brazales para bloquear los consecutivos ataques que vendrían hacia el por parte del Bakugan gundaliano.
Una serie de chispas voló por los aires con cada ataque que el maestro ninja consiguió bloquear de su contrincante. Sin embargo, debido a la sorpresa que había acompañado al demonio Darkus al inicio de su ofensiva y el tamaño superior que éste presumía, Linehalt comenzaba a ganar terreno sobre Ingram, obligándolo a retroceder poco a poco.
Al ver a su compañero en problemas, Shadow Wing no dudó en regresar a la batalla con energías renovadas y listo para retomar el combate donde lo había dejado. Fue en un diminuto parpadeo que el Bakugan mudo consiguió abalanzarse sobre su oponente una vez más, cortando en milisegundos la distancia que la batalla había puesto entre ellos.
Un fuerte quejido de dolor se escuchó por parte de Linehalt cuando los pies de Shadow Wing se estrellaron violentamente en su espalda, provocando que perdiera su equilibrio y cayendo de rodillas delante de Ingram.
Aprovechando el momento, Shadow Wing maniobró sobre la espalda de su enemigo, posando sus manos en los cuernos más grandes a los costados de su cabeza e impulsándose con un salto para realizar una voltereta que le permitió quedar frente a frente con su enemigo. Estando suspendido muy brevemente en el aire, el Bakugan mudo azotó su rodilla en el rostro de Linehalt, alejándolo con un quejido de dolor y obligándolo a extender sus alas y brazos para evitar caer de espaldas al suelo.
–¡Tú y Nick me tienen harto con sus malditos números, Shun! Doble poder activado: ¡Ventisca de Oscuridad + Fibra Voltaje! –. Activó Ren.
Linehalt y Plitheon: 2400.
Apartándose con el fuerte agite de sus grandes apéndices, Linehalt se apartó de un salto para quedar a la suficiente distancia de sus enemigos antes de comenzar a azotar sus alas hacía adelante y hacia atrás a una velocidad vertiginosa, creando fuertes corrientes de vientos Darkus que aturdieron la visión de los Peleadores Ventus y los obligaron a posar con firmeza sus pies en el plano suelo para no ser arrastrados por las fuertes ráfagas de viento.
–¡Manténganse firmes! –. Exclamó Shun a sus Bakugan.
Parecían ser capaces de mantener el balance, pero justo cuando comenzaban a recomponerse incluso en el interior de las duras corrientes, Linehalt regresó al nivel del suelo, azotando sus grandes manos electrificadas en las baldosas de la arena, creando una poderosa corriente eléctrica que alcanzó los pies descubiertos de los Bakugan vestroianos.
Un fuerte grito de dolor se escuchó por los alrededores, Ingram se agitaba violentamente con su único ojo visible cerrado debido al dolor que lo carcomía sin piedad.
Ingram, Shadow Wing y Neo: 1850.
Cuando las duras corrientes pararon, ambos guerreros de Nueva Vestroia cayeron de rodillas al suelo, destilando humo cuando sus manos tocaron el piso decoradas con numerosas quemaduras.
–Creo que te sobrestimé, Ingram. Ustedes los vestroianos no son tan fuertes como pensaba –. Dijo Linehalt acercándose al Bakugan Ventus.
Aprovechando su superioridad, Linehalt pateó con fuerza la cabeza del maestro ninja y su compañero, derribándolos en un parpadeo.
–Terminemos de una vez, Linehalt –. Declaró Krawler levantando una nueva carta entre sus dedos –. Poder activado: Jabalina Oscura.
Invocando una vez más su tridente con puntas de oscuridad, el gran demonio Darkus apuntó el filo del arma hacia sus enemigos derribados. Ingram lo miraba en el suelo, carente de todo rastro de emoción en su ojo rojizo mientras esperaba la acción del gundaliano.
Para Shun, fueron solo unos segundos, unos sorprendentemente largos para alguien como Krawler o su compañero, pero fue un tiempo que no desperdició en lo absoluto. Llamando una vez más a su compañero, el ninja levantó una nueva carta poder entre sus dedos, aprovechando el tiempo de suspenso que el peligris parecía haber creado accidentalmente.
–Poder activado: ¡Pasos de Ninja!
Cuando las puntas del tridente liberaron al fin un poderoso rayo, capaz de masacrar el suelo sin piedad, la silueta de Ingram y Shadow Wing ya se había desvanecido entre delgadas sombras que se deslizaron con cuidado alrededor del cuerpo más grande de Linehalt.
–¿¡Ellos también!? –. Exclamó Linehalt sorprendido.
Previendo los movimientos del maestro ninja, el demonio gundaliano blandió su arma con habilidad hasta azotar con toda la fuerza que le fue posible la zona aérea que se encontraba detrás de él, esperando cortar cualquier ataque que Ingram pudiera realizar a su espalda.
No obstante, se sorprendió bastante cuando ambos guerreros vestroianos reaparecieron justo por encima de la trayectoria del filo del tridente, esquivando por pocos centímetros el corte del arma para propinar una fuerte patada en su pecho que lo obligó a retroceder, mientras ambos ninjas se reagrupaban con Neo.
–¡Jesse, no los dejes alejarse! –. Ordenó Krawler a su compañero.
–¿Nunca has oído que la prisa es pérdida, Ren? –. Respondió el peleador rubio de forma sarcástica mientras sacaba una nueva carta –. Doble poder activado: Híper Verde + Destructor Volador.
Linehalt y Plitheon: 2600.
–¡Tomen esto, Peleadores! –. Exclamó Plitheon extendiendo sus propias alas.
De pronto, numerosas plumas de gran tamaño, compuestas completamente de energía Ventus, emergieron de los apéndices en la espalda del Bakugan gundaliano, creando una división de estas formas que rodeó a los compañeros de Shun y Linus.
–¿Qué es esto? –. Cuestionó Neo confundido.
De pronto, desde las alturas, Plitheon liberó un poderoso rayo de su hocico cuya potencia se amplificó al crear un reflector de energía que incrementó también el tamaño del ataque. Todo esto mientras las numerosas plumas de energía emprendían el vuelo hacia sus oponentes con intenciones de regresarlos a sus modos de esfera.
Rápidamente, la mano de Shun se aventuró a busca la primera carta defensiva que estuviera en su cinturón. Sin embargo, Linus sería mucho más rápido en esta ocasión, alzando su propia carta poder, cuyo cristal en el centro destelló con un fuerte brillo rojo.
–Poder activado: ¡Escudo de Orbe!
De pronto, un gran escudo circular de múltiples colores rodeó a Neo y se expandió hasta cubrir también a los Bakugan vestroianos, que veían con asombro como los ataques de Plitheon impactaban sin piedad en los límites del escudo del guerrero neathiano, creando numerosas explosiones, pero evitando que cualquiera de ellas los alcanzara.
–¿¡Qué rayos!? ¿¡Qué es eso!? –. Dijo Jesse alarmado.
–El Escudo de Orbe es un poder que absorbe todos los ataques del oponente y los desvía de regreso. Espero que disfrutes el sabor de tu propia medicina, Jesse –. Explicó Linus mientras el poder seguía sus palabras.
Una poderosa corriente de energía se acumuló en el mismo sitio en que el rayo de Plitheon habían dado en el escudo de Neo, liberando un gran rayo esmeralda que abandonó el escudo del guerrero neathiano antes de alcanzar a los invasores.
Un atronador rugido en conjunto cubrió todo el campo de batalla, mientras las siluetas de ambos Bakugan gundalianos se veía cubierta por el brillo de su propio ataque.
–¡Ya basta! –. Gritó Krawler mostrando una carta en su mano –. Poder activado: ¡Fibra Voltaje!
Sobreponiéndose al gran dolor que rodeaba su cuerpo, Linehalt se reincorporó tanto como pudo mientras numerosas corrientes eléctricas desfilaban por sus brazos y sus hombros.
Un nuevo grito de batalla por parte del demonio gundaliano fue lo que acompañó el gran poder que éste liberó de su cuerpo mientras diluía el rayo de Plitheon en el aire antes de disparar su propio ataque hacia sus enemigos.
Linehalt y Plitheon: 2800.
Sin embargo, esta vez, no pudo tomar por sorpresa a los ninjas de la Tierra.
–Poder activado: ¡Combo Ninjutsu, Unidos de Poder!
Abalanzándose sobre el ataque del enemigo con Shadow Wing detrás, ambos Bakugan Ventus de fusionaron una vez más en medio de la acción, dándole a Ingram las grandes alas en distintos tonos de verde que lo acompañaron al calor del ataque enemigo.
Maestro Ingram y Neo: 2850.
–¿¡Qué!? ¿¡2850!? ¡Superaron nuestro nivel de poder con solo una fusión! –. Exclamó Plitheon furioso.
–¡Nunca subestimen a los guerreros de Nueva Vestroia!
La fuerte declaración de Ingram se vio acompañada por su gran defensa ante el ataque de Linehalt, recibiendo las corrientes eléctricas únicamente con sus brazos y resistiendo su fuerza a la perfección antes de evaporar dicha energía con un movimiento de sus extremidades.
Enseñando sus grandes alas a los ojos de todos los demás presentes, Ingram se veía mucho más grande que antes, pues sus alas llegaban unos centímetros más arriba que las cabezas de sus enemigos.
–¡Qué sirva de advertencia, Ren! ¡Deja en paz a los chicos del interespacio! –. Amenazó Shun desde su posición.
A pesar de que la batalla ahora se encontraba en condiciones similares para ambos lados, Krawler no perdió la compostura ni mucho menos esa asquerosa sonrisa llena de burla y satisfacción.
–¿O qué, Shun?
–¿Nos amenazarás igual que tu alumno fracasado? No tuvo mucho éxito la última vez –. Se jactó Linehalt en respaldo a su compañero.
–¡Jesse, déjame acabarlos! –. Pidió Plitheon a su peleador con frustración.
–Paciencia, Plitheon, no hay que sobrexponer al actor –. Respondió Jesse acercando su BakuMetro al nivel de su rostro.
Una vez más, aquel aterrador cilindro que había sido clave en la derrota de Fabia se formó encima de los proyectores en el dispositivo de Jesse.
–Vilantor: Listo.
–¡Armamento instalado! –. Exclamó el rubio arrojando el arsenal a su compañero.
Una vez más, los cuatro cañones de Plitheon se formaron en su espalda, reemplazando sus alas por la silueta de aquellas aterradoras armas que habían superado a Aranaut en su primer enfrentamiento.
Linehalt y Plitheon: 2900.
–¿Qué es esa cosa? –. Cuestionó Linus al ver las máquinas en el cuerpo de su enemigo.
–Poder de armamento activado: ¡Ciclotrón de Armamento Vilantor! –. Activó Jesse sin dar tiempo a sus oponentes de reaccionar.
–¡Van a caer!
Una poderosa lluvia de fuego a discreción cayó sobre Neo, rayo tras rayo de energía bañó su cuerpo hasta que su figura se perdió y no quedó nada más que sud quejidos de dolor provocados por la fuerza puesta en los ataques recibidos.
Maestro Ingram y Neo: 2650.
–¡Neo! –. Llamó Linus a su compañero con preocupación.
–¡No!
–¿Ya no eres tan rudo, Shun? –. Se burló Ren mientras levantaba una nueva carta con firmeza entre sus dedos –. Poder activado: ¡Rompedor Razen!
Invocando un nuevo rayo de sus manos y sus hombros, Linehalt liberó un nuevo ataque que barrió con la distancia que lo separaba de Ingram. Una ofensiva con la suficiente velocidad como para provocar que Ingram se viera obligado a descartar la opción de esquivar.
–Poder activado: ¡Modo de Armadura Intensa! –. Defendió Shun por acto de reflejo.
Envolviéndose con las grandes alas que su fusión con Shadow Wing había creado, Ingram logró bloquear con éxito el ataque de su oponente, apenas moviéndose de su lugar mientras los gruñidos acompañaban sus esfuerzos.
Un trabajo de resistencia admirable, capaz de mantener el equilibrio pese a la dura ofensiva del demonio gundaliano.
–¿Es todo lo que tienen, malditos gundalianos? –. Dijo Ingram desafiante.
Azotando sus grandes alas con dureza hacia el exterior, Ingram logró anular el ataque de su oponente con un movimiento agresivo.
–Todavía no termina, Ingram –. Avisó Linehalt mirando a su compañero.
–Boomix: Listo.
–¡Armamento instalado! –. Exclamó Ren arrojando el gran cañón a su compañero.
Linehalt y Plitheon: 3000.
A su lado, Linus se mostró sorprendido cuando el Boomix se materializó una vez más en el hombro de Linehalt. Claramente, el neathiano no estaba acostumbrado a ver armamentos en el campo de batalla.
Aunque algo más llamaba la atención de Shun y era el hecho de que el Boomix siguiera siendo funcional. Por lo que Fabia les había dicho, Leónidas había destruido casi por completo el cañón de Linehalt con una de las hachas de Vladitor. Si ahora lo veían una vez más en combate, significaba que Ren lo había reparado con mucho éxito y no era descabellado pensar que ahora contaba con mejoras.
De ser así, significaba que el Boomix era más poderoso que antes y debía contar con habilidades extra que no tenía antes. Por lo que, para vencer en esta ronda, necesitaría ponerse al mismo nivel que Ren.
Alzando su nuevo BakuMetro a la altura de su rostro, Shun comenzó a digitar el código de desbloqueo que Marucho había programado en el dispositivo envuelto alrededor de su muñeco.
–Wind Blade: Listo.
Un pequeño cubo de color esmeralda con trazos plateados se formó sobre los proyectores ubicados en los bordes del dispositivo. Al igual que Nick, no había tenido tiempo reciente para probar el arsenal que Marucho había construido para él, por lo que esta sería una buena oportunidad para probar que es lo que su pequeño amigo genio había creado para ellos.
–¿Listo, Ingram? –. Preguntó el ojimiel a su compañero.
–Estoy contigo, Shun –. Asintió el maestro ninja en apoyo a su compañero.
–¡Armamento instalado!
Un intenso resplandor esmeralda destelló en la espalda de Ingram, una que poco a poco comenzó a asumir la forma de un nuevo par de alas justo enfrente de las que ya presumía y agitaba con orgullo, aunque este nuevo par era ligeramente más pequeño a comparación de los apéndices que la fusión con Shadow Wing le daba al maestro ninja. Por otro lado, la misma energía que desfiló por su espalda también comenzó a recorrer sus brazos hasta llegar la palma de sus manos, creando un par de pequeñas barras de luz verde que Ingram empuñó como si siempre hubieran sido parte de él.
–¿Qué? ¿Otro armamento? –. Cuestionó Krawler con incredulidad.
–Nosotros también nos actualizamos, Ren –. Respondió Shun mirando con orgullo a su compañero.
Cuando el brillo de las nuevas armas finalmente se aplacó bajo la atenta mirada de los gundalianos y los neathianos, la forma del armamento de Ingram finalmente se reveló al ojo de todos los presentes. Un nuevo par de alas hechas completamente de metal plateado con trazos verdes se asomó bajo la gran forma de los apéndices de Shadow Wing. Sin embargo, las plumas de estas nuevas armas en la espalda del maestro ninja poseían un borde y punta extremadamente afilados que brillaban bajo la luz del campo de batalla.
Por otro lado, las barras de luz en las manos del Bakugan asumieron la forma de un par de empuñaduras de lo que debían ser dos sables katana carentes de una hoja, pues se notaba que el mango era más largo de lo que deberían ser los de los ninjatos.
Parecía que Marucho no comprendía muy bien la diferencia entre los sables de los ninjas y las distintivas espadas de los samuráis. Sin embargo, no se quejaba, y mucho menos cuando Ingram pareció accionar algún interruptor oculto que liberó una hoja hecha completamente de energía Ventus del interior de las empuñaduras en las manos de su compañero.
Dos alas metálicas con plumas basadas en los cuchillos kunai y un par de sables de luz en forma de katana. La queja de Ingram sobre los armamentos siempre se remontó a la posibilidad de perder su ágil y veloz movilidad en el campo de batalla, pero parecía que Marucho había encontrado el modo de solucionar dicho problema.
–¿Cómo te sientes, Ingram? –. Llamó Shun a su compañero.
–Estupendo, se siente como si fuera parte de mí –. Respondió el Bakugan probando el peso casi inexistente de sus sables de energía.
Al igual que las armas en las que claramente estaban basadas, las espadas de Ingram presumían una pequeña curvatura en el frente de la hoja, tratando de brindar un apoyo extra para lograr una potencia de corte mayor.
Maestro Ingram y Neo: 2850.
–Creo que yo también debería conseguir uno de esos –. Comentó Linus con asombro.
–Te presentaré a Marucho cuando salgamos de aquí –. Prometió Shun levantando la primera carta de su arsenal –. Poder de armamento activado: ¡Sables de Viento!
Azotando sus nuevas armas hacia sus costados, Ingram se abalanzó sobre sus oponentes con bravura una vez más. A sus lados, las hojas parecían destellar con un poco de crepitante energía láser que ayudaría a que los ataques del maestro ninja fueran más efectivos.
–¡No, no lo harás! –. Declaró Ren alzando una nueva carta –. ¡Vamos, Linehalt! Poder de armamento activado: ¡Boomix Cerrado!
Al ver como el vestroiano se dirigía a él, el gran demonio gundaliano no tardó un solo momento en liberar el poder de la nueva carta reunido en su cañón en la forma de un potente rayo concentrado que partió la distancia con Ingram a una velocidad vertiginosa.
Sin embargo, justo cuando estaba listo para dar en el blanco, Shun actuó casi por instinto con una nueva carta entre sus dedos.
–Poder activado: Reflejos Sombríos.
Haciéndose a un lado para evadir el ataque de Linehalt, Ingram permitió que dos clones creados a partir de su propio cuerpo se dividieran en trayectorias diferentes, aunque faltos de sus propios armamentos, siendo la izquierda y por debajo del rayo los caminos elegidos por lo clones mientras el verdadero Ingram bordeaba por la derecha.
Linehalt trató de desviar el ataque para alcanzar a alguno de sus objetivos, pero la velocidad superior de los vestroianos logró ayudarlos a sobrepasar el peligro antes de ser alcanzados.
Estando en esa posición, los Ingram dejaron una serie de cortes brillantes en los costados de su enemigo, provocando que éste gritara de dolor mientras detenía su ataque con una serie de cortes brillantes a lo largo de su cuerpo.
Estando en esa posición, Ingram pudo haber finalizado a Linehalt y sacarlo de la primera ronda, pero su objetivo era otro: aquel que ahora mismo liberaba una andanada de fuego a discreción sobre ellos.
–Linus, encárgate de Linehalt. Nosotros iremos por Plitheon –. Indicó Shun a su compañero.
–Entendido –. Asintió Linus mientras mostraba una nueva carta en su mano –. ¡Es hora, Neo! Poder activado: ¡Destrucción de Metal!
Envuelto en una gran carga de fuego alrededor de su cuerpo, Neo se arrojó sobre el demonio gundaliano, embistiéndolo con fuerza en el acto con la misma fuerza de un cohete.
Linehalt gritó presa del dolor mientras el fuego lo cubría a él también, trató de dar golpes a los lados descubiertos de Neo, pero el peso de su gran cañón lo obstaculizaba, impidiendo que uno de sus brazos pudiera moverse de forma adecuada. Al final, el demonio oscuro solo contó con la fuerza un brazo para tratar de liberarse del ataque de su enemigo.
No obstante, para Neo, eso fue insuficiente.
Emitiendo un último quejido de dolor, Linehalt se vio envuelto en la energía de su propio atributo mientras su figura se encogía hasta dar con la forma de una pequeña esfera que cayó a los pies de su peleador.
–¿Cómo es posible? Le bastó con un ataque para vencer a Linehalt –. Dijo el peligris con asombro sin dejar de mirar a Neo.
–Ese es el poder de los guerreros neathianos. Cometen un grave error al subestimar a mi gente –. Declaró Linus con orgullo.
Indicador de vida de Ren: 40%.
Plitheon: 2000.
A pesar de su nueva desventaja numérica y su clara falta de poder, Jesse se permitió sonreír con sorprendente diversión ante las nuevas circunstancias, de las cuales, él era el primer perjudicado.
–¿Sabes, Ren? Si no te conociera, pensaría que no usas todo tu poder en estas batallas –. Comentó Glenn dedicando una atenta mirada a Shun –. Pero cada que pienso eso, recuerdo que realmente no te conozco.
¿De qué estaba hablando? ¿No se conocían? Si lo que decía era cierto, significaba que los gundalianos habían enviado a sus agentes infiltrados sin que se conocieran entre ellos. De ser así, finalmente podrían tener una debilidad considerable a tomar en cuenta para su lucha contra los gundalianos.
Sin embargo, eso sería para otro momento. Ahora, lo importante era terminar esta batalla.
–¡Ataca, Ingram! –. Ordenó Shun a su compañero.
–Poder activado: ¡Metal Verde! ¡Adelante, Plitheon!
Dejando ver una vez más las numerosas cuchillas que emergieron en su cuerpo, el dragón verde se abalanzó sobre su nuevo oponente.
En un parpadeo, Ingram hizo gala de su velocidad, acercándose lo suficiente para azotar con fuerza una de sus katanas sobre el hombro descubierto de Plitheon, un ataque que la criatura gundaliana apenas pudo parar con sus brazos recubiertos justo cuando ya tenía la parte delantera de la hoja quemando una fracción de su piel descubierta.
Mientras rugía por el fuerte dolor que quemaba parte de su piel, Plitheon levantó sus piernas lo suficiente para empujar a Ingram con dureza, alejándolo lo suficiente para atenderse su herida antes de exclamar lleno de dolor y rabia mientras liberaba una nueva ráfaga de fuego sobre el maestro ninja en esta ocasión.
Sin embargo, antes de que Plitheon pudiera enfocar a su ágil objetivo, dos pares de manos sujetaron con fuerza sus cañones superiores y sus brazos, desviando la mira de las armas hacia un costado del campo de batalla. Los clones de Ingram se habían asomado desde las sombras para evitar que el ataque del gundaliano llegara a su creador.
–Poder activado: Cuchilla Luz de Luna –. Continuó Shun con su ofensiva.
Enseñando las hojas ennegrecidas y curvadas en el filo, los clones de Ingram enterraron sus cuchillas con fuerza a los costados de Plitheon para mantenerlo lo más quiero posible.
Como no podía ser de otro modo, el dragón gundaliano trató de liberarse entre agitaciones agresivas, pero sus intentos resultaron infructuosos, pues los clones lograron mantenerlo medianamente estático en su lugar.
Un momento decisivo que el verdadero Ingram aprovechó para imponerse en el combate.
–Poder de armamento activado: ¡Cielo Descendente!
Elevándose hasta el punto más alto de la arena, Ingram arrojó una gran serie de plumas metálicas provenientes de las alas artificiales de armamento. Una lluvia de cuchillas con un pequeño punto oscuro en la zona más ancha de las hojas, que bañó el campo de batalla, enterrándose con profundidad en el armamento y las zonas acorazadas en el cuerpo de Plitheon.
–¿¡Qué es esto!? –. Dijo el dragón verde con confusión.
–¡Tu derrota, gundaliano! –. Dijo Ingram desde las alturas cerrando su puño.
Bastó con ese pequeño gesto por parte del Bakugan Ventus para que cada uno de los pequeños puntos negros repartidos en cada hoja de metal comenzara a titilar con un suave tono verde que aceleró su ritmo en cuestión de milisegundos.
Lo último que Glenn alcanzó a hacer por su compañero antes de que éste se viera consumido por una poderosa explosión creada por las numerosas plumas metálicas fue un débil llamado que se perdió en medio del estruendo que marcó el final de la primera ronda. Todo esto bajo la atenta mirada de Ingram y Neo, que veían como la silueta de su oponente restante se perdía en medio del fuego y caía a los pies de su compañero en su forma de esfera.
Indicador de vida de Jesse: 50%.
–Si eso es todo lo que pueden hacer los gundalianos en la Tierra, no tenemos mucho de que preocuparnos –. Comentó Neo con los brazos cruzados mientras volvía a la mano de su peleador.
Linus recibió a su compañero con orgullo por su victoria, dejando las dudas que lo habían acompañado al inicio del combate atrás mientras Shun recibía a su compañero en su propia mano.
–Fue una gran victoria, Ingram –. Felicitó el ojimiel al Bakugan.
–El armamento cumplió su función mejor de los que imaginé, ni siquiera sentí su peso. Es como si hubiera sido parte de mí desde el inicio –. Dijo el maestro ninja con asombro.
–Supongo que ahora entiendo porque la Princesa Fabia habla tan bien de los Peleadores Bakugan –. Dijo Neo a los Peleadores Ventus.
–Debe ser cierto después de todo –. Comentó Linus en acuerdo con su compañero –. Ustedes deben ser la élite de los protectores de la Tierra.
Era un título un poco grande, demasiado para un grupo de jóvenes que ni siquiera habían cumplido las dos décadas de vida si quiera. Sin embargo, repasando todo lo vivido hasta el momento, no parecía ser del todo incorrecto. Dudaba que fueran la "élite", pero habían llegado demasiado lejos como para menospreciarse.
–Agradecemos el cumplido, pero es mejor que nos enfoquemos en la próxima batalla por ahora –. Respondió Ingram mirando a sus oponentes del otro lado del campo.
Ambos gundalianos se veían con reacciones completamente opuestas, Krawler parecía disgustado con su derrota, frustrado mientras apretaba sus puños, dejando ver algunas de sus venas sobresalir por debajo de su piel. Glenn, por otro lado, parecía animado, feliz por la adrenalina del combate que debía estar experimentando, una alegría un poco incómoda que acompañó su mirada mientras daba inicio a la segunda ronda, arrojando su primera carta portal al centro de la arena.
–Supongo que es hora de terminar.
Una vez más, cuatro esferas volaron por el campo de batalla, dando paso a la imagen de colosos listos para aventurarse al calor del implacable combate que perseguía a aquellos que se adentraban en sus fauces, listos para medir sus fuerzas mientras se debatían el destino de miles de vidas inocentes.
Ingram y Neo: 1500. Linehalt y Plitheon: 1800.
Aventurándose una vez más al terreno habitado por el enemigo, los invasores gundalianos se abalanzaron sin piedad sobre sus contrincantes. Linehalt se posó delante de Ingram con sus grandes alas extendidas al igual que sus brazos, listo para atacar cuerpo a cuerpo.
Para Ingram, la velocidad del demonio de escamas negras no era nada destacable sin un potenciador. Sin embargo, lo que sí llegó a sorprendió al Bakugan vestroiano fue la forma de Plitheon desviándose de la trayectoria que tenía marcada hacia Neo para dirigir un poderoso rayo proveniente de su hocico hacia él.
Aunque era posiblemente el Bakugan más rápido de los Peleadores, ni siquiera Ingram logró moverse con la agilidad suficiente para evadir tal ataque desde una distancia tan cerrada, viéndose obligado a alzar sus brazos para bloquear el ataque con sus brazales.
El movimiento fue un éxito, pero consumió tanta de la atención del maestro ninja, que no tuvo tiempo de reaccionar cuando un poderoso gancho por parte de Linehalt se estrelló con fuerza contra su mejilla cubierta por su máscara dorada.
La fuerza puesta en el golpe fue tal, que Ingram cayó al suelo con dureza mientras emitía un quejido.
–¡Ingram! –. Llamó Shun a su compañero con preocupación.
–¡Están fritos! ¡Ahora, Jesse! –. Indicó Plitheon a su compañero.
–Poder activado: Come Vidas –. Atacó Glenn sacando una carta del interior de su libro.
Cuando Linehalt se alejó por los aires, dio paso a una intensa lluvia de ataques provenientes de las grandes alas de Plitheon, pitando el suelo del campo de batalla con numerosas nubes de polvo y humo que se alzaban por encima de los Bakugan.
Viendo que su compañero estaba en peligro, Shun fue el primero en actuar.
–Poder activado: ¡Modo de Armadura Intensa!
Envuelto en la gran longitud de su gruesa bufanda verde, Ingram logró bloquear con éxito los numerosos ataques del dragón gundaliano mientras se reincorporaba con dificultad sobre sus pies. A Neo, por otro lado, le bastó con cubrirse con sus brazos y alas para impedir el avance de los ataques de su contrincante.
–¿Es todo lo que tienen, gundalianos? –. Provocó el Bakugan Pyrus sin inmutarse.
–Esto no es más que una distracción –. Respondió Glenn alzando su BakuMetro a la altura de su rostro al igual que su compañero.
–Vilantor: Listo.
–Boomix: Listo.
–¡Armamento instalado! –. Exclamaron ambos gundalianos al mismo tiempo.
Una vez más, los grandes cañones posados con firmeza sobre los cueros de sus usuarios se mostraron en el campo de batalla.
Linehalt y Plitheon: 2100.
Viéndose superado por los temidos quinientos puntos que podrían arrebatarle a Ingram, Shun se preparó para actuar una vez más, sosteniendo con fuerza a los refuerzos que le brindarían soporte a Ingram.
–¡Prepárense, chicos! ¡Bakugan, pelea! ¡Bakugan, surge! ¡Adelante, Shadow Wing Ventus!
Una vez mas, listo para ayudar a su Bakugan a librar la batalla que tenía por delante, Shadow Wing emergió sobre un fuerte faro de luz esmeralda oculto en el suelo campo de batalla. Sin embargo, esta no vez no venía solo, pues otra figura de su mismo tamaño lo seguía de cerca, un guerrero con su cuerpo cubierto por numerosas tablas de metal colgando con firmeza de sus hombros y sus rodillas, con una mirada tan inexpresiva como la de sus acompañantes vestroianos.
–¿Qué rayos es esa cosa? –. Cuestionó Jesse al ver al nuevo actor en el escenario.
–¿Otra miserable de esas miserables Trampas? ¿Cuántas tienen los Peleadores? –. Dijo Ren con enfado.
Al lado del ojimiel, Linus se notó sorprendido, claramente impactado por los numerosos trucos bajo la manga que su acompañante poseía a la hora de librar batallas.
–Conozcan a la Trampas Bakugan: Hylash Ventus.
Ingram, Shadow Wing, Hylash y Neo: 2150.
–¿Trampa Bakugan? –. Murmuró Linus asombrado mientras veía a Hylash lanzarse a la batalla.
Aprovechándose de su superioridad numérica, los tres vestroianos se abalanzaron una vez más sobre sus contrincantes mientras Neo los seguía muy de cerca.
Al verse superados en número una vez más, ambos gundalianos abrieron fuego sobre los Bakugan atacantes para detener su paso.
–Poder de armamento activado: Boomix Cerrado.
–Poder de armamento activado: Ciclotrón de Viento Vilantor.
Una nueva ráfaga de disparos se liberó sobre los Bakugan que defendían la Tierra. Sin embargo, antes de que el primer ataque pudiera alcanzar a cualquiera de ellos, Hylash se posó por delante de sus compañeros, cubierto con los escudos en sus extremidades, para bloquear todos los tiros que lo embestían.
Entendiendo lo que la Trampa Bakugan estaba haciendo, Ingram sujetó a Hylash por la espalda para brindarle un punto de apoyo y evitar que cualquiera de los ataques se lo llevara por delante.
–Linus, prepárate para atacar –. Avisó Shun al neathiano, que asintió sin dudar.
–¡Ahora!
El fuerte llamado de Ingram se vio secundado por el fuerte gesto de Hylash al abrir sus extremidades con agresividad, haciendo a un lado todos los ataques que lo bombardeaban mientras Ingram lo sujetaba con fuerza para hacerse a un lado. Rápidamente, los tres Bakugan Ventus se movieron de su lugar para dar paso a Neo.
–Poder activado: ¡Flecha Bow!
–Carta portal abierta: ¡Barricada! –. Activó Jesse a gran velocidad.
Un intenso rayo rojizo fue liberado del pecho de Neo, amenazando con embestir a los gundalianos. Sin embargo, cuando la llamativa luz blanquecina de la carta portal en el suelo se alzó en la arena, Plitheon encontró la fuerza para posarse por delante del ataque enemigo antes de liberar su propia ráfaga de fuego sobre sus contrincantes.
Linehalt y Plitheon: 2200.
Un intenso choque de poderes igualados partió la distancia entre los Bakugan, uno que azotaba el aire creado en la mitad de la confrontación mientras los vestroianos veían con atención la carta portal ubicada en el suelo.
–Tenemos que destruir esa carta portal para debilitar su armamento –. Dijo Ingram a su compañero.
–Enseguida –. Asintió Shun mostrando su siguiente carta –. Poder activado: ¡Cuchilla Tenue de Sombras!
Liberando una vez más sus cuchillas curvadas, Ingram y Shadow Wing descendieron a gran velocidad delante de Hylash con claras intensiones de destrozar la carta que brillaba en el suelo.
Sin embargo, antes de que pudieran llegar, uno de sus enemigos ya los tenía fijados.
–Poder de armamento activado: Boomix Dimensional.
El rayo de Linehalt fue disparado, pero no siguió una trayectoria convencional, en su lugar, fue enviado a las alturas, pintando los falsos cielos de la arena antes de desaparecer en lo que pareció ser un oscuro portal que coronaba el campo de batalla.
Los demás Bakugan no se dieran cuenta de lo que estaba sucediendo hasta que una débil bruma negra se asomó en medio de la trayectoria de los Bakugan vestroianos hacia el suelo, dejando pasar el rayo que una vez había engullido apuntándolo hacia aquellos que trataban de destruir la renovada ventaja de los invasores.
–¡Cuidado! –. Exclamó Ingram a sus acompañantes.
Apenas tuvieron tiempo de moverse, fue un parpadeo decisivo en el que los tres guerreros de Nueva Vestroia apenas lograron evadir el ataque, quedando con fuertes quemaduras en los costados debido a lo poco que habían logrado moverse.
Sin embargo, Neo no tuvo tanta suerte como ellos. Al estar en posiciones similares antes de separarse, Neo quedó justo en el punto de partida de la trayectoria de los Peleadores Ventus, pero estaba tan concentrado en su propia confrontación con Plitheon, que no se dio cuenta del ataque que buscaba embestirlo por debajo hasta que sintió el duro golpe en su espalda, moviéndolo de su posición y provocando que el rayo del dragón verde siguieran avanzando hasta tocar el ataque de Linehalt, creando una intensa explosión en el medio de los Bakugan que defendían la Tierra.
–¡Neo!
–¡Ingram!
Ingram, Shadow Wing, Hylash y Neo: 1950.
Bajo el llamado lleno de preocupación de su peleador, Hylash asumió su forma de tabla para surcar los aires a mayor velocidad los aires y atrapar a sus heridos compañeros antes de que cayeran el suelo, ofreciéndoles un lugar del cual sostenerse.
–Gracias, Hylash –. Dijo Ingram mientras Shadow Wing asentía a la Trampa.
Sus compañeros estaban heridos, fuertes quemaduras decoraban con intenso color negro y dorado los costados de ambos guerreros, indicando la gravedad de sus heridas que no les permitiría moverse adecuadamente durante el resto del enfrentamiento; el curso de acción lógico sería fusionarlos para que alcanzaran el gran poder que Oberus les había heredado. Sin embargo, Shun temía que su unión provocara que las heridas que ambos Bakugan poseían a sus lados se trasladaran también en su fusión, limitando los movimientos de Ingram al estar lastimado en ambos lados. Además de que no tenía garantía alguna de que los chicos fueran capaces de adquirir su aumento más poderoso estando tan heridos. Era un riesgo demasiado grande.
–¡No los dejes huir, Linehalt! –. Ordenó Ren a su compañero.
Asintiendo a las palabras de su compañero, el gran demonio Darkus comenzó su carrera para alcanzar a sus oponentes. Sin embargo, el peso considerable del Boomix le impedía alcanzar la velocidad que los vestroianos poseían a pesar de su dura situación.
–Tenemos compañía –. Avisó Ingram sosteniendo su costado herido.
Una nueva andanada de disparos persiguió a los Peleadores Ventus. Sin embargo, Hylash logró evadirlos con mediano éxito, evitando que cualquiera de los ataques le diera de lleno o a cualquiera de sus compañeros.
–Esconderse detrás del escenario no es digno de actores de su calibre –. Comentó Glenn mostrando una carta entre las páginas de su libro –. Poder activado: Presión Gravitacional.
Linehalt y Plitheon: 2200.
De pronto, una intensa energía verde cayó con pesadez sobre los Bakugan Ventus, que se desplomaron repentinamente en el duro suelo con fuerza, provocando que los heridos guerreros chocaran con sus quemaduras ahora expuestas en el suelo.
Esta vez, Shun no tuvo tiempo de llamar a sus compañeros. Linehalt cayó como una implacable tormenta sobre los vestroianos, tacleando a Ingram en medio de sus esfuerzos por ponerse de pie, provocando que cayera una vez más en el brillante piso de la arena.
Como pudo, Shadow Wing trató de abalanzarse sobre su enemigo, pero la fuerte herida en su cuerpo le impidió realizar los ágiles movimientos a los que estaba acostumbrado. Tratando de dar un golpe al Bakugan más grande, Linehalt solo tuvo que moverse ligeramente y usar su mano libre para bloquear y desviar el gancho del guerrero carente voz antes de aprovechar esta pequeña abertura para azotar su antebrazo en el rostro del atacante, obligándolo a retroceder aturdido.
Hylash ayudaba como mejor podía a Ingram a ponerse de pie sin comprometer la intensa quemadura que Linehalt le había dejado a un lado de su cuerpo. Esto dejaba a Shadow Wing solo para enfrentarse al demonio gundaliano.
Una batalla injusta que terminó abruptamente cuando Linehalt sujetó con fuerza la cara enmascarada del ninja antes de elevarse brevemente por los aires para azotar con dureza la espalda del guerrero en el piso.
–¡Shadow Wing! –. Llamó Ingram a su compañero con preocupación.
Antes de que el Bakugan mudo pudiera hacer cualquier intento de reincorporarse, Linehalt golpeó con fuerza su pecho con la boquilla de su gran cañón, manteniéndolo en el suelo antes de apuntarla con firmeza a la cabeza del vestroiano.
–¡Sácalo de la batalla! –. Exclamó Krawler desde su lugar.
Nadie tuvo tiempo de reaccionar, aprendiendo de sus errores en la batalla contra Nick y los Bakugan Darkus, Linehalt no dudó disparar esta vez, liberando un resplandor amatista de la punta del cañón que envolvió completamente la figura del guerrero sin voz.
Una intensa luz esmeralda sobresalió en medio de la tormenta de púrpura antes de que el débil brillo de una pequeña esfera que se desvaneció en el aire.
Indicador de vida de Shun: 70%.
Ingram, Hylash y Neo: 1650.
Presa de una ira ciega, Hylash se abalanzó sobre su oponente mientras Ingram lo seguía con dificultad unos cuantos pasos más atrás.
Obligándose a dejar su preocupación atrás, Shun mostró una nueva carta poder entre sus dedos con la intención de ayudar a su compañero a combatir la amenaza. En otras circunstancias, Shun habría lanzado el armamento una vez más, pero dudaba genuinamente que Ingram fuera capaz de esquivar apropiadamente con la masa extra que le brindaban las alas artificiales con la herida que torturaba su cuerpo.
–Poder activado: ¡Cuchilla Tenue de Sombras!
Extendiendo sus brazos brevemente, Ingram arrojó las marcas de sus propias hojas compuestas de energía hacia el rostro de Linehalt, un movimiento veloz que el gundaliano apenas tuvo tiempo de esquivar con su brazo libre mientras retrocedía un par de pasos.
Ingram, Hylash y Neo: 1850.
Aprovechando la oportunidad que su maestro le había brindado, Hylash corrió hasta quedar frente a su enemigo, lo suficientemente cerca como para conectar un poderoso golpe ascendente a su barbilla escondida.
El movimiento provocó que el demonio gundaliano se viera aturdido momentáneamente, pero fueron instantes más que suficientes para que la ágil Trampa Bakugan diera un salto con la suficiente fuerza para quedar a la altura de la cabeza del demonio oscuro y dar una poderosa patada giratoria en pleno aire con el escudo que recubría su rodilla a un costado de la cabeza del oponente. Seguido de su osado ataque, Hylash se abalanzó una vez más sobre su enemigo con dos golpes a las costillas antes de dirigir un gancho izquierdo al rostro de su oponente.
Emergiendo de las pobres sombras que ofrecía la arena, Ingram rodeó tan rápido como pudo la confrontación para saltar sobre la espalda de Linehalt, usando sus garras para tratar de separar al oponente de su armamento. Al mismo tiempo, Hylash se aventuró a patear con dureza el lado interno de la pierna izquierda del demonio gundaliano para hacerlo perder el balance.
Con esfuerzo, la meta de Ingram se había logrado y el Boomix cayó al suelo con dureza, lejos de las manos de su usuario, mientras el maestro ninja se mantenía inamovible en la espalda de Linehalt, obstaculizando sus movimientos para que Hylash pudiera seguir atacándolo sin piedad.
Linehalt y Plitheon: 2000.
–¡Ya basta de todo esto! –. Gritó Krawler sacando una carta de su cinturón –. Poder activado: ¡Fibra Voltaje!
Abalanzándose sobre la Trampa Bakugan, Linehalt logró envolver a Hylash entre sus grandes brazos y alzarlo más allá del nivel de su cabeza mientras emitía del interior de su cuerpo poderosas corrientes eléctricas que lo cubrieron a él y a todos los oponentes que se encontraban a su alrededor.
Un fuerte grito de dolor resonó en la arena por parte de Ingram mientras su cuerpo herido era bañado en poderosas cargas de electricidad que lo hicieron retorcerse mientras una intensa estela de humo ascendía al nivel de las alturas.
Hylash trató de combatir, agitando sus piernas en un desesperado intento por soltarse. Sin embargo, fue demasiado tarde e insuficiente para lograr algo así.
Envueltos en la luz esmeralda de su propio atributo, la silueta de ambos Bakugan se deformó hasta ser reducidos a nada más que pequeñas figuras geométricas que volaron del campo de batalla hasta caer a los pies de su peleador.
Indicador de vida de Shun: 0%.
–¡Chicos! ¿Se encuentran bien? –. Dijo Shun con preocupación mientras recogía a sus compañeros.
–Estamos bien. Disculpa, Shun, no logramos ganar –. Se disculpó Ingram con pesar.
–Descuiden, dieron una gran batalla –. Consoló el ojimiel al maestro ninja.
Era cierto, lo que sus compañeros habían logrado en la arena sería difícil de replicar. Sin embargo, algo no dejaba de molestar a Shun y era el hecho de que la herida de Ingram había sido demasiado crítica, llegó hasta el punto en que su compañero apenas era capaz de moverse por la arena en distancias cortas, ni siquiera había tenido la fuerza para destruir la carta portal de Jesse por su cuenta.
¿Qué tan poderosas debían ser las mejoras de Ren al Boomix como para que Ingram y Shadow Wing quedaran heridos para toda la batalla? Algo andaba muy mal, pero ya no había nada que pudieran hacer. El error más grande que habían cometido durante esta batalla fue el pensar que Krawler no habría aprendido nada tras su derrota contra Leónidas.
–Supongo que ahora todo depende de Neo –. Murmuró Ingram con pesar mirando el desarrollo de la batalla –. Lo siento mucho, Linus.
Linehalt y Plitheon: 2300. Neo: 900.
Presa del miedo que su nueva desventaja había traído consigo, Linus comenzó a murmurar palabras casi inentendibles mientras crudas gotas de sudor se asomaban debajo de su cabello y el miedo se posaba en sus ojos.
–Si pierdo esta batalla, yo… perderé a Neo… y con él
Las palabras de Linus perdieron sentido de pronto y los gundalianos no prestaron atención a sus gestos que delataban su pánico. En lugar de eso, el invasor de cabello rubio y ojos morados enseñó una de sus mejores y más temidas cartas de armamento aún no utilizadas en el combate para terminar con el encuentro de una vez por todas.
–¡Es hora de tu salida por la izquierda! –. Anunció Jesse con teatralidad –. ¡No hay nada más para ti en este escenario porque…!
–¡ESTE ES EL FINAL!
–Poder activado: ¡Ciclotrón de Armamento Vilantor Nirvana!
Un gran poder acompañó el siguiente ataque de Plitheon, potenciado por las propiedades de su carta portal, una andanada de fuego esmeralda que bañó el campo de batalla, cubriendo a Neo como si no fuera más que una diminuta ascua en medio de un gran río de fuego cuya poderosa corriente se llevó al Bakugan neathiano por delante, arrastrando al guerrero de piel roja hasta el nivel del suelo.
Un devastador terremoto se produjo en la arena, mientras decenas de rocas y escombros de gran tamaño emergían del interior de una densa nube de polvo que envolvió los gruñidos de dolor de Neo mientras éste se estrellaba con el suelo violentamente, dando lugar a un cráter que quedó en la zona del impacto.
Muerto de la preocupación y el miedo por su compañero, el neathiano decidió arriesgar la escasa seguridad que le ofrecía la plataforma que compartía con Shun para aventurarse a la arena en busca de su compañero.
Por desgracia, cuando una gran roca cayó justo detrás del neathiano, el cuerpo del peleador cayó al suelo bañado en polvo mientras se arrastraba al sitio en el que se encontraba su herido compañero, confirmando los peores temores de Shun ante la idea de adentrarse a un campo de batalla Bakugan aún en medio de la acción.
–Neo… ¿estás… bien…? –. Preguntó Linus con un hilo voz.
–¡Linus, no te muevas! –. Indicaron Shun e Ingram al peliazul con angustia.
Derribado en el duro suelo, Neo Zigzand Pyrus se encontraba con múltiples heridas que iban desde rasguños hasta fuertes quemaduras decorando su piel mientras trataba de levantarse, impotente frente a la amenaza a la que él mismo se había entregado. Sin más alternativa, Neo no pudo hacer más que moverse tanto como pudo para ver a su compañero con pesar y murmurar las palabras que estrujaron el corazón de Linus, apuñalando sin piedad la psique del neathiano que apenas podía mantener los ojos abiertos mientras trataba de alcanzar a su compañero con su mano ensangrentada.
–Lo siento… Linus…
Envuelto en la luz de su propio atributo, Neo asumió su forma de esfera antes de que su mano herida pudiera alcanzar la de su compañero por última vez.
Convertido en una pequeña figura rodeada por un resplandor rojizo, Neo Zigzand Pyrus se alejó con pesar del alcance de Linus, impidiendo que éste si quiera lo rozara con las puntas de sus dedos antes de volar en dirección a los gundalianos del otro lado de la arena.
–Batalla finalizada. Ganadores: Jesse y Ren.
–Buen trabajo, Jesse –. Felicitó Ren a su compañero con los brazos cruzados.
Lleno de orgullo por su victoria, Glenn recibió a Neo en su mano antes de juguetear con la pequeña que esfera, que guardó con agrado en el interior de su abrigo mientras recibía a su compañero en su mano libre.
–Un Bakugan de Neathia. Qué maravilloso trofeo me gané –. Respondió el gundaliano mirando a la pequeña esfera rojiza entre sus dedos.
Los invasores desaparecieron una vez más, dejando únicamente a la sombra de un peleador roto que veía con pesimismo un oscuro panorama cerniéndose sobre él.
La cabeza de Linus cayó al suelo una vez más, completamente desesperanzado mientras las lágrimas abandonaban sus ojos. Lo último que Shun alcanzó a escuchar entre sus palabras ahogadas en el llanto fue una frase que ya se había repetido constantemente en su discurso, cada vez más carente de sentido sin importar cuanto la dijera entre lágrimas incesantes y sollozos que trataban de ahogar sus declaraciones llenas del pesar y culpa, dolores que lo carcomían antes de que las sombras de la inconsciencia lo reclamaran y lo llevaran a las puertas de su misterioso reino.
–El Elemento… perdimos… el Elemento…
Debo decir que tuve conflictos en este capítulo, no por la inclusión de Ingram y sus poderes en la historia de la tercera temporada, sino por culpa del mismo Neo. Notarán que no hice tanto énfasis en él durante la batalla (SPOILER ADELANTE), eso es porque es un personaje con una participación súper pequeña y que solo está ahí para cumplir una sola función dentro de la historia, ni más ni menos. Por lo que decidí centrarme en Ingram y su desempeño en las batallas con Shun; que eso es otra cosa, decidí que no tenía sentido alguno hacerle Ctrl C + Ctrl V a las peleas de Hawktor pero con Ingram, no tenía gracia alguna. Entonces, decidí que lo mejor era seguir con la esencia de las batallas que he mantenido desde el fic pasado, dándole más protagonismo al cuerpo a cuerpo complementado por el uso de los poderes, en lugar de hacer que todas las batallas sean a distancia.
Sin más que decir, ya saben lo que pasará en el siguiente capítulo, así que seguiremos los eventos desde un ojo y lugar distinto al de la serie original.
PD: Sí, ya sé que el nombre de Neo es en realidad "Neo Ziperator" o algo por el estilo. Pero no vamos a mentirnos, el nombre que le dieron en la serie es mejor B)
