Una figura humanoide brillaba en pura luz. Su cuerpo esta cubierto de una gran túnica blanca que cubre su cuerpo, aunque eso no cambia el hecho de que su luz sigue brillando fuera.
El es Dios. El primer ser en nacer del vacío de la existencia, de la nada misma.
Dios miró a su alrededor, encontrando… Nada.
Bajó la cabeza, y levantó sus manos, sacándolas de su enorme túnica. Miró en silencio y con asombro las mismas, girando las mismas para ver el dorso y la palma.
"Hm…"
Dios movió sus piernas, y dio un paso adelante. Luego otro, y luego otro.
Caminó un poco, sorprendido por las sensaciones que sentía en su "cuerpo".
"Wow".
Dios siguió intentando distintos movimientos con su cuerpo. Sus brazos, piernas, cuello, dedos, todo. Luego, sintió algo recorrer su cuerpo, como si fuese… No sabía expresarlo.
Levantó su mano frente a él. Intentó mover esta sensación a su palma, y no le costó hacerlo. Lentamente, una… cosa extraña se formó sobre su palma, brillando con la misma luz de su cuerpo.
"Esto… Magia… Si".
Dios intentó cambiar la forma redonda de esa esfera, y la transformó en algo con cuatro lados. Un cuadrado.
Una sonrisa translúcida creció en el rostro de Dios.
………
No sabía cuanto "tiempo" había pasado. Mediante su cuerpo, sintió todas las sensaciones que su cuerpo y la magia le permitían.
Sin embargo, seguía estando sólo.
Dios no sabía porque, pero esa sensación de soledad se volvía algo… Triste. Empezó a notar que a veces le faltaba algo de energía para hacer las cosas que antes hacía con muchas ganas.
Ahora, de pie en algún lugar lleno de colores iridiscentes, Dios decidió hacer algo nuevo.
La luz de su cuerpo aumentó, y en menos de unos segundos, empezó a cambiar su apariencia.
La luz empezó a apagarse poco a poco, hasta que sólo quedó Dios. En su cabeza se formó un extraño cabello de color rubio brillante en forma de pirámide. Sus ojos se volvieron azules, y su expresión solo expresaba pura tranquilidad. Su cuerpo seguía vestido con la misma túnica blanca enorme.
Ahora, Dios sonrió verdaderamente. Sus mejilla subieron, y sus labios se curvaron, y sus ojos se cerraron levemente.
Ahora crearía a las dos primeros seres después de él. Materia viva y sensible.
Lentamente cerró los ojos.
La luz volvió a salir disparada de él, iluminando todo el vacío por su intensidad y su poder. Dios sintió cada parte de él. Mente, alma y cuerpo. Todo eso lo unificó para crear a un ser vivo.
El primero empezó a formarse lentamente.
Entre toda la luz, se hizo visible un cabello plateado despeinado. Cejas, ojos cerrados, una nariz perfecta, orejas del tamaño ideal con aretes pequeños y dorados. Su mandíbula era algo cuadrada, dando un rostro más varonil, pero sumándole más atractivo.
Su cuello era ancho, y los músculos de su espalda resaltaban más lo mismo. Sus hombros eran amplios y redondos, y luego su bíceps, tríceps y antebrazo eran grandes, divinos. Sus pectorales eran grandes, y tenía un paquete de 8 abdominales. Su cintura se veía más pequeña por la forma en "V" de su cuerpo. Sus piernas eran fuertes y musculosas, de forma que no parecían descompensar el tamaño de su torso.
Viendo que había terminado con su primer creación, pasó a la segunda, sin recordar que había olvidado algo al crearlo.
El segundo empezó a formarse lentamente.
Una larga melena rubia salió de su cabeza. Sus ojos igualmente cerrados, con un rostro que parecía más severo. Su mandíbula era igual de cuadrada que la de su otra creación. Cuando empezó a crear el cuerpo, redujo un poco las medidas de los brazos y la amplitud de su cuerpo, y dejó 6 abdominales en lugar de 8.
Un minuto después, Dios abrió los ojos, y miró a sus hijos aún con los ojos cerrados, ya que no los había despertado.
"Nombres… Si. Tú, el menor, serás Michael, y tú…"
Dios miró a su hijo mayor dormido, y pensó en su nombre lentamente.
"Naruto Lucifer".
Lentamente, ambas figuras abrieron los ojos.
Ojos rojos carmesí miraron directamente a Dios, que sonrió lleno de dicha.
"Padre".
Ambos hermanos hablaron a la vez.
El mayor sonó algo ronco, pero tranquilo. El menor tenía un tono más tranquilo, aunque parecía más serio que su hermano mayor.
Viendo la altura y los ojos de ambos, Dios asintió. Naruto medía casi lo mismo que él, y Michael solo era un poco más bajo que Naruto.
Mientras Michael tenía brillantes ojos azules, los ojos de Naruto eran rojos carmesí brillantes.
Ambos estaban vestidos con una túnica similar a la de él, aunque seguramente les daría otro cambio. No hacía "justicia" a lo que él quería demostrar de sus hijos.
Naruto era la representación de su lado de "Dios", un lado hermoso, y a la vez poderoso e imponente, supremo. Lo doto con el conocimiento cósmico que el tenía, y un poder increíble pero no superior a él, claramente.
Michael era la representación de un lado más "Guerrero". Un lado que debía tener su belleza, pero nada supremo. Principalmente porque "pelear" no es lo suyo.
"Vengan, hijos míos".
Michael fue el primero en dar un paso hacía su padre. Naruto se tomó un segundo más, por estar viendo con curiosidad el vacío.
Dios miró a Naruto con una sonrisa por sus actos. Le recordó un poco a él, solo un poco.
……..
Los "años" empezaron a pasar para Dios, Naruto y Michael. La primer existencia de la historia estaba feliz de tener compañía, más aún sus hijos, a los que les enseñó todo lo que sabía mientras vagaban por el vacío una y otra vez.
No hicieron más que caminar y hablar.
Dios miró a Naruto y Michael de pie, viendo todo el vacío aún con curiosidad por lo extraño que es. Nunca terminaron de entender porque era así.
Dios suspiró. Iba a hablarle a sus hijos, antes de sentir algo.
"Hijos".
Naruto y Michael salieron de su análisis al vacío para ver a su padre ponerse serio. Ambos se acercaron y lo siguieron cuando lo vieron caminar hacía un lugar exacto, no caminar sin rumbo como hacían siempre.
Sintieron como si todo se volviese más "caliente" a medida que se acercaban donde Dios caminaba.
Naruto y Michael vieron a su padre detenerse en un lugar determinado, viendo un punto.
Un punto infinitamente pequeño, de alta densidad y temperatura.
Naruto se paró al lado de Dios, y miró en silencio ese punto extraño. Se sentía pesado y caliente, pero no era una molestia para ninguno de ellos.
Repentinamente, ese punto empezó a crecer, y empezó a perder temperatura.
Dios, Naruto y Michael vieron en silencio como todo empezaba a cambiar cuando sintieron otra presencia de gran poder.
De repente, el vacío empezó a cambiar.
Su color se volvió oscuro, y empezó a expandirse a cada nanosegundo que pasaba. Sin embargo, solo era eso, no había nada nuevo más allá de ese cambio extraño de materia.
A excepción de Michael y Dios, Naruto no quitó su vista de lo que anteriormente era el punto, donde se empezó a formar lentamente una figura… Extraña.
Un largo cabello negro, cejas finas, ojos azules profundos y algo oscuros. Nariz respingona, y labios llenos de color rosado. Su piel es blanca lechosa, y tiene algunos tonos rosados en su piel, como si estuviese "sonrojada".
Su cuerpo es delgado, pero lo que Naruto más notó fueron los dos… No sabía decirlo, solo podía decir que eran enormes. Está vestida con un vestido negro cómo lo que se creó cuando ella empezó a formarse, con tiras alrededor de su cuello hasta su espalda que lo sostienen, y algunas que pasan por su abdomen.
El cuerpo de ese ser era "curvilíneo". Además de sus dos cosas enormes, tenía una cintura pequeña y anchas caderas, además de largas piernas ocultas tras su vestido.
Fue en ese momento que Dios y Michael vieron a la nueva existencia que causó este extraño acontecimiento, pero interesante al fin y al cabo.
Naruto se acercó a esta misma, y empezó a verla de cerca, con una mirada entre curiosa y confusa. No tocó, pero miró todo en ella, sin entender como y que era ella.
Ella… Ni siquiera sabía que era un "ella".
La mujer se giró para verlo cuando él se quedó parado al lado de ella, viéndola a los ojos con una ceja alzada.
"Chaos, el Universo".
La mujer se presentó, con el nombre que ella misma se puso. Naruto estiró su mano con la palma arriba para que la mujer la tome, cosa que ella hizo, sonriendo al extraño peliplata que hace poco la miraba como si ella fuera algo nuevo.
Dios se acercó a Chaos cuando esta y su hijo se soltaron la mano, y estiró su mano para saludar a la nueva existencia.
"Es bueno saber que hay nuevos seres. Yo soy Dios. Él es mi hijo mayor, Naruto. El de atrás es Michael".
Michael sólo dio un corto asentimiento como saludo, antes de girarse para ver a su hermano, que seguía analizando a la mujer con curiosidad.
Naruto se giró cuando sintió la mirada de su hermano, y lo miró con curiosidad. Fue en ese momento que notó como todo cambió, y no estaban más en el vacío, sino en lo que Chaos llamó como universo.
O solo lo llamó así porque de esa forma se presentó.
"Padre".
Dios miró a Naruto, que tenía una mirada pensativa. Chaos de igual forma miró a Naruto, que estaba pensando en algo al ver una nueva existencia junto a ellos, que no era hermana o algo igual.
"¿No podrías crear algo donde quedarnos? Un "lugar" o… Eso".
Dios asintió con una mirada satisfecha a las palabras de su hijo. Había pensado hace rato en algo similar, pero no estaba seguro de qué crear.
Chaos puso una mirada confusa a las palabras de Padre e hijo.
Michael sonrió levemente a su hermano mayor. Siempre tenía nuevas cosas en mente, como su padre.
"Un planeta… Tierra".
Naruto y Michael asintieron a las palabras de su Padre. Chaos cerró los ojos, pensando como podía ayudar.
No tuvo que pensar mucho, pero… Pondría su idea luego.
……
La creación del Mundo empezó para Dios.
El primer día, creó la Luz y la Oscuridad, y llamó a la luz Día y a la oscuridad Noche.
El segundo día, creó el Cielo, y dividió las aguas entre las nubes del Cielo y los Océanos sobre la Tierra.
Al tercer día, formó grandes océanos y tierra seca. Llamó a las aguas Mar, y a la tierra seca Tierra. Entonces, embelleció la tierra con flores, frutas, plantas y árboles.
El cuarto día, creó el Sol para que brillara durante el día. Luego creó la Luna y las estrellas para que brillaran de noche.
El quinto día, hizo los peces en el mar y las aves en el cielo. El sexto día, creó animales en la tierra, algunos que caminaban y otros que se arrastraban.
Sin embargo, aún no había nadie poblando la tierra.
…….
Dios se sentó en su trono en el Cielo.
Esos 6 días fueron 6 años, y hoy, el séptimo Día, donde debía descansar, haría por completo el lugar donde residirían sus hijos.
Naruto y Michael se pararon al lado del Trono de Dios, viendo como su padre aumentaba su poder en silencio.
El Cielo empezó a cambiar poco a poco.
El Trono de Dios quedó en lo más alto. Varios pisos empezaron a formarse, ante la mirada atenta de Michael y Naruto.
Un sexto piso, un quinto, un cuarto, un tercero, segundo, primero, y luego, la entrada al Cielo.
Cuando terminó, Dios suspiró felizmente, viendo que estaba por terminar toda su obra maestra. Faltaba el último detalle, por lo que miró a sus hijos, notando que ellos estaban levemente sorprendidos de lo que hizo.
"Ahora crearé a sus hermanos".
Michael no se emocionó mucho por eso, a excepción de Naruto que sonrió y asintió algo feliz.
Dios cerró los ojos y empezó a meditar.
'Naruto es más autodidacta que Michael, que si suele necesitar más de mí que Naruto… Cambiaré eso. Su luz, poder, forma, materia… Todo'.
En las manos de Elohim se formó lo que parecía ser una llama dorada, que luego dejó flotar hasta estar bajo su trono.
"Observen, hijos míos. Estos son sus hermanos".
Dios puso una mano en el hombro de Naruto, que siguió mirando la llama en silencio, ignorando que Dios estaba cambiando algo dentro de él.
'Perdona, hijo mío. Pero no podrás convivir con tus hermanos con tu poder, a excepción de Michael, que es muy distinto a ti'.
Naruto y Michael, ignorantes de lo que le pasaba al mayor, vieron como la llama se dividía en varios fragmentos pequeños, donde empezaron a formarse sus nuevos hermanos y hermanas, todos luciendo jóvenes.
Al instante que vieron a Dios, se arrodillaron.
"Padre".
Dios sonrió.
"Bienvenidos, hijos míos".
Naruto se acercó a sus hermanos, con algunos abriendo sus ojos al verlo. Sus hermanas se abalanzaron hacía el y lo abrazaron, sonriendo felizmente.
Michael miró en silencio a Naruto abrazar a sus hermanas y hermanos menores, más que nada porque el se acercó a ellos.
Aunque en verdad sentía aprecio por sus hermanos, la verdad es que no quería alejarse del lado de su Padre.
Naruto, ignorante de que su padre había puesto sellos en su poder, se sentó en el suelo hecho de nubes y empezó a hablar y jugar con el resto de sus hermanos.
Algo que nunca había hecho con Michael.
