Capítulo I – Irrumpiendo la paz.

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—¡¿Cómo que los chicos no han llegado?! –Genda y Sakuma se cubrieron los oídos, Aki podía ser de tranquila alguien de temer.

Aquello era importante, un entrenamiento en donde podían medir sus habilidades y debilidades por mejorar con un equipo quien les dio la oportunidad y el tiempo para ello, estaba agradecida con ambos hombres; Aki empezó a ser parte del equipo ayudando como en estos casos, donde Haruna o Yuuto no podían ella lo hacía, no le molestaba, además era agradable que estar sola en casa.

—Kidou dijo que estarían a más tardar a las seis con cinco, y eso fue hace más de una hora –explico Genda a la mujer quien estaba cada vez más roja por el enojo —no quiero pensar que algo malo les pudo haber pasado, pero…

—Seguro algo los atraso –poso la mano en Genda y miro a Kino —podemos esperar o posponerlo para otro momento, no te inquietes por ello.

—¡¿Cómo no voy a inquietarme si tres adultos no se han reportado y están con la responsabilidad de quince niños?!

—De hecho son adolescentes… –murmuro Genda.

—Kidou y Haruna no dejarían que Endou hiciera una locura –intento tranquilizarla —además Endou no es de lo que faltan a su palabra, algo importante debió haber pasado y por ello no están aquí.

—El Sector quinto fue derrocado, no hay más marcianos ni locos ni extraterrestres que quieran dominar o acabar con él mundo. Ahora todo es tan tranquilo y pacifico que no hay nada que pueda hacer que los detengan de venir.

Aki tenía un punto a favor por ello —tal vez no algo tan extravagante, pero ¿Qué tal el tráfico? ¿Algún incidente de camino hacía acá? –intentando ayudar a los ausentes chicos mientras Sakuma intentaba contactar con Yuuto o con Haruna y Endou, pero la línea estaba fuera de servicio.

—Chicos –Fuyuka había llegado al lugar con ellos dentro del estadio del instituto, ya que Kino le había llamado para saber si de casualidad sabía dónde estaban los chicos junto con los mayores, pero esta negó saber algo al respecto —¿No han sábado nada? –y por ello preocuparse y verificar que no hubiese pasado nada grave.

El rostro enojado de Aki le hizo dar un chillido y retroceder dando una suave risa nerviosa —Seguro se habrán equivocado de ruta, ya sabes que distraídos son –intento Fuyuka calmar a la mujer, pero esta empezaba a sacar humo de las orejas —no han de tardar en llegar.

Genda y Sakuma compartieron miradas, aquello en verdad era extraño y esperaban que no pasara nada grave, o de lo contrario, la que causaría los daños sería Aki.

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Unas horas antes, antes de que el sol hiciera aparición y que los pajarillos empezaran a entonar su canto, los chicos después de una noche de risas, dolor por el entrenamiento que Kidou hizo especial para cada uno y de sentir cada vez más la pasión por aquel deporte que aman con todo su ser, Endou los había despertado para ir a un lugar antes de llegar a la cancha del instituto imperial.

Kidou había enviado un mensaje a Sakuma infirmando que era posible que llegarían unos minutos tarde, pero nunca dijo la razón o el motivo, restándole importancia ya que no creía que fuera algo de importancia, aparte de que solo sería algo momentáneo a lo que dijo Endou con una ancha sonrisa.

Todos de pie y aseados tomaron un desayuno ligero y subieron a la caravana para iniciar el día aunque algunos como Shinsuke, Hikaru y Tenma estaban más dormidos que despiertos, el resto les dejo descansar un poco antes, ya que estos tres estaban muy emocionados entrenando ayer que no lograban conciliar el sueño pese a las veces anteriores que ya habían jugado contra los imperiales, pero al parecer sin importar cuantas veces se enfrentarán, era como hacerlo la primera vez.

Midori no les molesto ya que esta de igual manera estaba más dormida que despierta que incluso Nishiki se burló de ella y esta no le atendió por estar tratando de estar despierta.

En la parte de atrás Hayami estaba nervioso, algo que no pasaba ya tan seguido por lo que Kurama quien estaba sentado a su lado le miro con el ceño fruncido —¿Y a ti que te pasa?

El de lentes lo pensó, después de tantas cosas y aventuras, retos y adversidades hicieron de alguien un ser de cambio como el resto, pero algunas veces aquel chico tímido regresaba cuando algo no estaba bien, como esa vez en que los persiguió el perro porque Hamano insistía que era un lindo perro y no dejaba de adularlo aun si el can no paraba de ladrarles y gruñirles y por ende salir de estampida cuando vieron que este no estaba atado y los persiguió por todo el parque hasta que el dueño le llamo.

—Siento algo extraño –contesto en voz baja para no llamar la atención del resto.

—¿Extraño? –ladeo la cabeza —de nuevo tienes esa manía de pensar que algo va a pasar.

—No estoy jugando.

—¿Qué podría pasar que no nos allá pasado ya? –aquello dejo pensativo al defensa —no hay nada que temer, deberías de relajarte.

Ahí quedo aquella charla hasta que la caravana se detuvo en la rivera; los cuatro adormecidos por fin estaban ya despiertos y con más animo que el de ayer, Endou hablo a todos diciendo que aquel sitió era un lugar importante y que aquel día algo dentro de su pecho le insistía a ir.

Aún quedaba un poco de tiempo para ir al instituto, por lo que se dedicaron a descansar sobre la fresca yerba, oliendo aquel aroma de la misma y ver el aun cielo estrellado que estaba a punto de ser iluminado por el cálido sol.

Aquello podía parecer raro, pero Haruna notaba que de los días pasados en las que se la pasaban entrenando y mejorando como equipo eran demasiado rutinario, no era desagradable ni malo aparte de que disfrutaban de una paz y tranquilidad que no habían tenido después de todos aquellos sucesos que ponían en tensión a los jóvenes, aquella acción antes del partido era algo refrescante como el haber estado en la noche pasando un momento entre ellos como los jóvenes que son entre risas y juegos.

—Relájate —movió del hombro a Kidou quien estaba al pendiente de la hora, Endou le sonrió y agito de nuevo el hombro —un poco más y nos vamos, no es para que estes mirando el celular cada minuto.

—Es cierto –apoyo Haruna —incluso los chicos parecen más relajados de lo normal.

Mirándoles suspiro y guardo el móvil para ver a los jóvenes tranquilos sobre la yerba.

Un viento diferente le hizo junto con Endou y alguno de los chicos girarse detrás de ellos y ver una extraña forma incorpórea que flotaba a unos metros del suelo, un ser opaco sin rastros humanos.

«Magnifico, maravilloso» se escuchó dentro de cada mente de ellos la voz resonante y distorsionada que les hizo estremecer el cuerpo «ustedes… Ustedes tienen una fuerza especial»

—¿Qué eres? –le enfrento por fin Endou, quien junto a Kidou se pusieron delante de los chicos, y estos a su vez delante de las chicas las cuales se abrazaban temerosas a Haruna —¿Quién eres tú?

«No tengo un nombre, ni una forma como ustedes…» respondió este «por ello los necesito, requiero de su poder, de su fuerza, de su alma»

—Haruna saca a los chicos de aquí –hablo serio Kidou, pero antes de que pudieran correr a la caravana, esta no estaba y el suelo se removió cual arenas movedizas sin hundirlos, solo impidiéndoles avanzar.

Fue entonces que una luz resplandeciente y tintineante horrorizo a la criatura haciéndola chillar por aquella luz y moverse de manera frenética huyendo de aquello, otra resplandeciente luz fue con los chicos parando el movimiento del suelo.

—¿Eso es…?

—¿Un hada? – termino Shindou la pregunta de Kirino ya que a la cercanía aquella luz tenía un cuerpo diminuto.

El hada que atormentaba al ser fue atrapada por este dentro de aquel cuerpo y lanzada, y de no ser por Endou, la pequeña criatura no hubiera resistido el golpe y confirmando así lo que los chicos dijeron, aquello era una hada.

«De acuerdo… Está bien, lo haremos al modo de ustedes» no entendieron a que se refería aquel ser hasta que las marcas de la improvisada cancha de fútbol se iluminaron «esto será un deleite»

Ambas hadas intentaban decirles algo, pero no escuchaban más que tintineos y el mover las manos de manera desesperada «los humanos deciden las cosas por medio de un partido de fútbol ¿No es así?»

Unas barreras rojas se alzaron desapareciendo pronto de conectarse entre ellas «nadie saldrá de aquí hasta que alguien gane, entonces podré llevarlos conmigo» confirmando aquello, Kirino se acercó junto a Nishiki a la invisible barrera, la cual al querer traspasarla los lanzó hacía atrás con fuerza.

En un intento con contactar a alguien de afuera, los celulares no funcionaban, las hadas no podían hacer nada y aquel ser logro tener una nítida forma de un hombre con capucha, una mano oscura los alentó a empezar notando los presentes el balón a los pies de Tenma.

La imagen que se veía fuera de la barrera era la de los chicos jugando fútbol, sin saber nadie que la realidad era una peligrosa que les arrebato la tranquilidad, los chicos volvieron a tensar los nervioso y verse en una situación difícil de nuevo.

No había salida más que vencer a ese ser, derrotarlo y buscar la forma de que no causa daño a nadie.

—Te lo dije –musito Hayami a Kruama quien rodo los ojos, pero en esta ocasión le daba un punto a los nervioso del chico.

Endou y Kidou no consideraban que aquello fuera una buena idea, aun si no tenían más opciones —lo derrotaremos –dijo serio y firme Tenma, junto a él, Tsurugi y Shindou estaban apoyándole notando la encrucijada que los adultos tenían —no somos los mismos de antes, tenemos la fuerza y la determinación para ganar –la suave sonrisa de ese chico que había hecho alzar una revolución no le era esta vez suficiente para estar seguro.

—Tenma no esta solo –hablo Shinsuke, el resto de los chicos asintieron en apoyo, incluso las managers dejaron de abrazarse y verse firmes, si Tenma decía que podían, entonces podían.

Endou y Kidou se vieron, seguían pensando que aquello no sería una buena idea, aquello para nada era buena idea aun si era la única manera de hacer que ese ser los deje en paz.

Las hadas estaban también temerosas de lo que estaba ocurriendo, no podían hacer nada más que atormentar a ese ser, pero hacerlo solo causo que pasará aquello, tenían la culpa y debían de ayudar de alguna manera.

Aquella que aterro al ser se poso en el hombro de Endou y la otra de Kidou, sintiendo estos un poco de calma, al menos la suficiente para que los chicos no sintieran que esos dos mayores estaban más preocupados que lo que aparentaban. Endou asintió, Haruna estaba nerviosa, pero los chicos en verdad habían mejorado bastante, debía de tener fe en ellos.

«Bien…» el ser se multiplico en replicas iguales de un hombre con capucha, once para ser exactos y él «se necesita un "entrenador"» rio dejando que se acomodarán y planearan lo que el sabía que sería una derrota.

Aquello no sería lo más extraño que habían vivido hasta ahora, pero si sería lo más aterrador que estarían a punto de vivir.