Capítulo II – En el libro

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Revisaba el celular cada cinco minutos, marcaba a los chicos, pero no había respuesta alguna ni de su sobrino siquiera y eso ya le preocupaba bastante ¿Por qué dejo que se fueran todos a ese campamento "especial" que sugirió Endou? Cierto, su sobrino y la mayoría le pusieron ojos de perrito, y ante eso no podía decir que No.

Gruño y casi lanza el celular hasta que Fuyuka la detiene en el acto y le sonríe, aunque aquello no causa cambio en la mujer que parece olla a presión a punto de explotar, conociéndola bien por ser compañeras de tiempo, aun con la diferencia de un año, se tenían aprecio y confianza y por ende saber una de la otra.

Fuyuka estaba igual de preocupada, Endou no era del tipo que faltará a su palabra, mucho menos los chicos o Kidou o Haruna, la cual les aseguro que no dejaría que Endou se emocionara jugando con los chicos hasta tarde o que comieran golosinas de más, pero ni siquiera ella daba señales de vida.

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Mientras tanto en la rivera donde el rio corre sin prisas ni apuros, donde los niños puede ir a divertirse y los jóvenes a reflexionar sobre las nuevas aventuras y cambios que estarían empezando a tener, sobre la suave y fresca yerba húmeda por el roció de la mañana un libro de cubierta roja con letras en dorado con el título: "Todo comenzó…" guardaba secretos y personajes que a ojos de uno parecerían un libro como cualquier otro, pero para los ojos curiosos, aquel libro era más de lo que se podía ver en su portada.

Un joven tomo con cuidado aquel libro, revisándolo solo por el exterior y guardarlo entre sus cosas para hablarle a sus compañeros de equipo y entrenador, ya que algo extraño había visto y las cosas extrañas a todo lo que ha visto hasta ahora en su corta vida, no eran cosas buenas.

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—No debí dejar que se fuera de campamento "especial" con Endou y el resto –seguía riñendo Aki en el lado del copiloto, ya que Fuyuka la última vez que la dejo conducir en ese estado casi terminan contra una barda, y no es que Kino no supera manejar, sino que enojada era un peligro, incluso con una inocente golosina en mano.

Fue entonces que Fuyuka detuvo el auto cerca de la acera donde vio a los chicos, o en su mayoría, equipo Resistencia Japón, entrenados por quien alguna vez fue su novio Akio. Kurosaki, Hakuryuu, Yukimura, Kishibe, Minamisawa y Kita haciéndoles señas a la distancia.

Detuvieron el auto y fueron con los chicos quienes les recibieron con un saludo simple, no estaban para formalidades, mucho menos al saber por el entrenador también que los chicos del anterior Inazuma Japón habían desaparecido, y uno de ellos sabía la razón de ello, o al menos tenía una idea de ello.

Minamisawa no tardo en informar a las mujeres de aquello que en pocas palabras les comento por mensaje a sus compañeros, y que empezó a explicar con más detalle antes de que vieran el auto conocido de Aki y le hicieran señales.

En realidad todo parecía muy surreal, lo poco que vio en esos minutos parecía una parte sacada de una película de ficción, e incluso Yukimurase atrevió a preguntar si estaba bien, ya que últimamente habían tenido un poco más de ejercicio en los entrenamientos de lo usual, Minamisawa afirmo lo que había visto y con ello Kurosaki y Kishibe le creyeron.

El libro seguía en la mochila del chico sin notar el cambio que pasaba en este y que los haría vivir una aventura que no sería como las otras; dentro de las páginas de aquel libro, las cosas estaban siendo cambiadas, las historias, los personajes, las escenas y su esencia, su: "Y vivieron felices por siempre" estaba siendo drásticamente cambiando por un ente sin rostro ni forma, siendo como una ráfaga de viento otoñal con destellos de colores púrpuras, verdes y rojos.

Entre palabras y letras, este revolvía y quitaba, pegaba y continuaba con lo suyo entre risas mezcladas y risueñas con un tono malévolo que podía causar nervios a quien lo escuchara.

«Esplendido… Maravilloso… Todo está quedando mejor de lo que espere, y cuando todo esté listo…» la risa concluyo aquella frívola frase para el solo.

Atsushi termino de contar las cosas aun entre los comentarios y preguntas de los compañeros presentes y de Fuyuka, la cual le pregunto si le había comentado aquello a Akio, respondiendo el chico que sí, que le tomo en un principio como una broma, pero ante la insistencia del chico, el entrenador le dijo que no tardaba en llegar a donde estaban y que comunicaría aquello a Sakuma y Genda.

—Espera… –sus manos acompañaron a la palabra, se llevó la mano al rostro e inhalo un poco del aire fresco de la mañana —¿Dices que un remolino los atrapo y llevo dentro del libro?

Sonaba loco, pero ¿Qué tantas cosas no les había pasado ya que cualquier cosa rara o extraña ya era algo normal para aquellos relacionados con los Super Once? Aun queriendo ver o encontrar alguna otra perspectiva de aquello que Minamisawa les dijo, el cual vio todo al salir a trotar como cada mañana y ver a los muy emocionados chicos con los mayores estar jugando un partido previo por los nervios, y luego, al querer acercarse a ellos vio a un hombre de capucha acercarse a ellos.

No logro escuchar nada, pero si vio como al abrir el sujeto aquel libro de este surgió un remolino envolvió a los chicos junto al hombre y como en cuestión de segundos la tempestad ceso, y solo quedo aquel libro en la yerba.

—¿Acaso tengo que repetirlo? –dijo ya molesto Atsushi —no estoy loco y se lo que vi, aunque no suene muy cuerdo.

—¿Tu crees? –hablo Hakuryuu —los chicos no están y tu viste algo extraño que los involucra, creo que eso es más que suficiente para creer –apoyo el tercero.

Aki no podía contradecir aquello, ya que era testigo de siempre ver como los chicos, e incluso los de la nueva generación siempre se metían en problemas aunque no lo quisieran o llamaran, pero también sabían salir de ellos.

—¿Y donde esta el libro que dices tenía el sujeto y que tomaste? –Yukimura siempre iba al punto de todo.

Minamisawa lo saco de la mochila —parece simple –comento.

Como tal, era un libro al parecer común como cualquier otro, eso hasta que Fuyuka lo abrió y eso desato una ráfaga de viento desde el interior del libro, el cual Kishibe y Hakuryuu intentaron cerrar, pero el libro no tardo en querer succionarlos, siendo Minamisawa el que tuviera medio cuerpo dentro, algo imposible para la lógica, pero ¿ya qué podía ser lógico hasta ahora y sus aventuras?

Yukimura y Aki le tomaron de las ropas, pero fue inútil y termino siendo absorbido por completo siguiéndole Aki, Kishibe, Yukimura, Fuyuka, Kurosaki, Ichiban y Hakuryuu; el libro cayó al suelo cerrándose en el proceso y enviarlos por entre las páginas y letras que se hacían grandes y otras pequeñas, entre vocales y consonantes hasta caer sobre una silla que se rompió cuando cayeron el resto de personas que fueron vistas por un hombre y un búho quien removió las alas.

El polvo se disipo, los objetos que estaban cerca huyeron de aquel aterrizaje y volvieron a las posiciones cuando notaron que no había peligro; se removieron con dolor, los chicos no tardaron en ayudar a las mujeres en ponerse de pie mientras el hombre quien les había visto se acercaba a ellos de manera tranquila.

La risa de aquel anciano era agradable, si no fuera porque esa risa iba para ellos además de estar en un lugar desconocido y con un tremendo dolor de cabezay cuerpo por la fuerte caída.

—Llegaron en el momento exacto –parando de reír y acercarse a ellos, el hombre de larga barba blanca como su bigote se inclinó a verlos, ajustando sus gafas y achicar los ojos para verlos mejor —ah… Pero son más de los que imagine.

—Te lo dije viejo loco, ahora no solo tenemos el problema con el resto que esta entre las páginas, sino que tenemos más problemas de los que ya teníamos –aquel búho cascarrabias les observaba desde el marco de la ventana siguiendo con el palabrerío que mareaba al resto quienes no entendían en donde estaban y el dolor de cabeza no ayudaba mucho para pensar en ello.

—Oh vamos Arquímedes no seas mal educado, bueno lo primero es la presentación, ese cascarrabias es Arquímedes y yo me llamo Merlín –dicho esto se acomodo las gafas y ordeno a un par de sillas acercarse para dar asiento a los invitados, quienes lo hicieron.

—Esto tiene que ser una broma… –Minamisawa fue el primero en recordar lo que había pasado y reconocer a ese hombre —en serio tiene que serlo.

Fuyuka señalo al hombre con la boca abierta de lo sorprendida y cerrarla después cerrarla —Merlín, es Merlín.

La chica tenía una cierta atracción hacía los seres de magia, como hadas, brujas y magos como él lo cual dentro de ella la hicieron chillar de emoción.

—Somos personas –dijo Minamisawa al no ver respuesta de nadie más —reales.

—Si, si, eso ya lo se –le dio la razón al chico quien estaba un tanto molesto —y es lo que estábamos esperando.

—¿Esperando? –Kita quien vio de manera rara a una azucarera en la mesa cuestiono con duda —¿Quiénes?

Y fue entonces que alguien llamo a la puerta, y Merlín hablo sobre la puntualidad y el tiempo justo, o más bien exacto en el cual había pensando y asegurado que sus invitados llegarían.

Aki y Fuyuka se abrazaron, Yukimura perdió aun más el color de piel como Hakuryuu al ver aquella criatura esquelética y el resto estaba normal, Jack había entrado y al ver a los chicos sonrió con alegría acercándose más para verlos.

—Creí que solo serían… Distintos –el ladrón de la navidad abrió los brazos y con voz alegre les dijo —bienvenidos dentro del libro –Aki estaba por querer golpearle con un libro que, huyo de sus manos y Kita peleaba con la azucarera —aunque no es un buen momento y sus motivos no sean los mejores para estar aquí.

Las cuencas de los ojos de aquel ser pese a estar vacías, se podía ver con atención unas leves luces tintineantes que dejaban de hacer ver a ese ser aterrador a uno tierno.

—Menos mal que comprenden eso –dijo Atsushi serio —¿Qué es eso de estar dentro del libro?

—Alguien impaciente –atendió Jack —les diremos todo a su debido tiempo, pero antes hay algo que debemos de saber de ustedes.

Los chicos se vieron entre ellos esperando saber que era aquello —¿Qué tanto saben de nosotros?