Capítulo VII – El rey de corazones IV
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La mirada brillosa de Nishizono ante la mención de casa parecía ser una conmovedora, tan tierna que sintió un remover en su pecho, como ver a un niño pidiendo dulces en noche de brujas, o al abrir los regalos de navidad, pero pronto la mirada cambió a una malvada y malévola, algo que no era normal en el pequeño defensa.
—¿Crees que caeré en ese tonto juego? –la voz era más fuerte, grave —este sitio en mi hogar, aquí puedo controlar todo y a todos –dicho eso, aquel cuerpo desapareció, apareciendo a unos metros detrás de Kita —¿Crees que quiero que me arrebaten lo que logre conseguir aquí?
—Esto no es lo que tu quieres –señalando al resto, quienes algunos seguían discutiendo, y otros huyendo o siendo perseguidos, todo como una loca película mal hecha.
—¿Tú que puedes saber de que quiero o no? ¡¿Quién eres tú para arrebatarme lo mío?!
Ichiban sintió un peso en la espalda, la incomodidad en los hombros y un ardor en el pecho, un recuerdo vino a su mente, uno que creía que ya estaba olvidado en lo más profundo de su ser.
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Un niño en particular, aquel que atraía la atención de todos como una luz en la oscuridad, con una amabilidad y carisma que agradaba a todos. Pero también había otro niño que diferente a él, no le gustaba para nada aquel niño, sintiendo rabia de él y deseando tener lo que este tenía, pero siendo un niño brusco y mal hablado ¿Quién quería estar con él?
Un día como cualquier otro en el parque, mientras todos jugaban de manera alegre lejos del niño desagradable, el buen niño se acerco a él y se sentó a su costado, algo que irrito mucho al niño quien no tardo en gritarle y darle una sarta de malas palabras, sintiendo aun más enojo al ver la sonrisa ancha y amable de este.
Se lleno de ira, y por acto le empujo haciéndole caer al suelo y recibir una remienda por parte de todos los niños, siendo algunos quienes ayudarán al buen niño, y otros empujaban y decían palabras hirientes al otro.
Días pasaron desde aquel suceso, cuando un día de tormenta donde no logro llegar a casa, el niño malo se cubrió del agua dentro de los juegos, y encontrarse ahí al niño bueno, pero sin ganas de pelear, solo gruño leve.
—Perdón… –escucho decir al buen niño —sé que no fue tu intención empujarme el otro día. ¿Qué te parece si somos amigos?
El mal niño le miro como si estuviese mirando a un loco, rio leve —¿Estás tonto acaso? ¿Qué te hace pensar que no quería empujarte?
Con una sonrisa cálida le respondió —los otros niños dicen que eres malo, que eres muy grosero y que les pegas cuando algo no te gusta, que nadie debería de jugar contigo, pero mi mamá dice que, cuando una persona esta pasando por un mal momento, que cuando parece que no hay una salida, no significa que la gente sea mala, solo que no esta en su mejor momento.
No entendiendo muy bien aquello, no tampoco el niño bueno, solo sabía que todos los niños merecen tener un amigo, jugar y reír pese a las circunstancias. Kita aprendió de ese niño con el tiempo que, las malas cosas no son lo que se creen.
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De nuevo los chicos habían sido rodeados, Endou estaba haciendo una rabieta y Haruna estaba por reventar mientras que Kidou junto a Jeanne buscaban un modo de terminar con toda aquella locura.
Kita sonrió, algo que a Nishizono no le hizo gracia —no te conozco… Tienes razón, pero se que no eres una persona que desee el caos o las peleas.
Algo negro empezaba a salir de Nishizono, lo cual le hacía temblar —silencio…
—Tus amigos te están esperando, aquellos con los que disfrutas de jugar al fútbol, reír y convivir…
—Silencio… –repetía en susurros mientras se sujetaba la cabeza, aquella oscuridad no quería soltarse de aquel jugador de buen corazón —No sigas…
—Tu amigo Tenma… Seguro te busca para poder jugar al fútbol en libertad.
—¡Silencio! –le cuerpo se sacudió, aquella mancha negra termino saliendo de él huyendo como una espesa nube negra, dejando caer el cuerpo exhausto del chico el cual fue sujeto a tiempo por Kita, y con ello todas las riñas y pleitos cesaron.
Los guardias y soldados desaparecían en una neblina, el paisaje se desvanecía y solo quedo la nada entre ellos. Endou y Haruna cayeron desmayados en el suelo, Kidou fue golpeado por un mareo pasajero siendo sujeto por Jeanne mientras que el resto de chicos intentaban despertar a Endou y Haruna.
«¿Crees que esto es todo? ¿Tan sencillo? ¿Tan fácil? Esto apenas empieza» escucharon cuando el suelo bajo ellos empezó a sacudirse con fuerza.
Kita retiro el reloj del cuello de Nishizono y corrió de manera tambaleante hacía los otros, quienes no sabían que estaba sucediendo, ya tenían el reloj, pero no sabían que tenían que hacer, fue entonces que una resplandeciente luz anaranjada llegó a ellos, era un hada.
—No hay tiempo, tienes que repetir esto después de mi –dijo con desespero, esperando que él chico, ni nadie cuestionará algo.
"Que el tiempo y el espacio vuelvan a su sagrada línea, y que la oscuridad no infrinja más sus limites dentro de la luz."
Kita no lo pensó, repitió tal cual aquellas palabras con el reloj en mano y Shinsuke pegado a su pecho, la luz brillo en todo aquel objeto que es el reloj, el suelo dejo de moverse, la oscuridad fue rehuida por la luz por la cual empezaron a brotar colores y formas, el cuento volvía a su originalidad, y con ello, los chicos junto a Jeanne eran rodeados de por esa luz sin dar tiempo a despedidas.
Haruna y Endou se elevaban junto a Kidou y Kita que llevaba a Shinsuke y la hada quien estaba sobre el hombro de Ichiban para en un parpadear caer sin aviso sobre un suelo alfombrado y escuchar distintas voces conocidas.
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Sobresaltado, Kita despertó agitado y siendo sujeto por los hombros por Fuyuka —¿Los chicos? ¿Tenemos que…?
—Tranquilo, todo esta bien –los orbes verdes de Kita chocaron con los oscuros azules de Kudo, la cual sonrió y, aquello pareció apaciguar el corazón acelerado y las ideas amontonadas del chico.
Ella le explico como fue que llegaron ahí, y Fawn contó lo sucedido después de haber mencionado las palabras que, Merlín y Jack le habían enviando a decir, comentando que aquel inusual par seguían en su investigación para que los cuentos no empezaran a mezclarse entre ellos, lo cual sería aún más difícil de resolver.
Saber que ya había salido de aquel cuento de locos era un alivio, pero aun quedaba mucho camino por recorrer, esperaba que sus compañeros estuvieran bien, fue entonces que la preocupación regreso —¿Yukimura y Hakuryuu? ¿Ellos están aquí?
Fawn miró a Fuyuka, la cual suspiro —aun no sabemos donde están.
Se saco las cobijas de encima y estaba por ponerse en pie cuando un fuerte mareo lo devolvió a sentar, Fuyuka le ayudo a acomodarse de nuevo en cama —aun estas débil, debes descansar.
—El recitar las palabras para alguien sin… "Ser" de este lugar causa un desgaste muy poderoso –explico Fawn lo que Merlín había advertido.
Si había algo que le disgustaba era estar sin hacer nada, oculto los ojos con el antebrazo —¿Alguien más aparte de mi está aquí? –esto con referente a traer a alguien de vuelta.
—Kurosaki esta aquí, fue el primero en regresar –dijo Fuyuka —Aki se esta ocupando de él con Rosseta, amiga de Fawn, Tink y Vidia –sonriendo a la pequeña hada a su costado.
Fawn se acercó a él, quedando sobre el pecho del chico, pero aquel peso no era nada por lo que no sintió aquellos pequeños pasos —todo va a estar bien… Se que… Son palabras muy usadas pero, las cosas siempre regresan a su estado. Solo es cuestión de creer.
No respondió a ello, pero fue un agradable ungüento en su interior que refresco y calmo aquel peso que empezaba a asfixiar. Esperaba que todo acabará, regresar a cas y, al día siguiente, salir a su rutina como siempre.
