Sospecha
Aelita recobró el aliento a los pocos segundos y alzó el torso apoyándolo contra la pared.
—Energía…—Soltó Aelita, pensativa—Así que eso era el flujo que sentía—
—¿Qué flujo? —Dijo Xana, alzando la mirada—
—Cuando me… besaste… sentí como si algo saliera de mi cuerpo hacia el tuyo—Respondió Aelita, sonrojándose—
—Es que… yo puedo hacer cosas que otras personas no… Básicamente—Resumió Xana, fijando su mirada en otro sitio—Dame tu mano—Aelita accedió tímidamente, entrelazando sus dedos con los de la mano de Xana, y poco después de hacerlo sintió una ligera descarga eléctrica por todo su cuerpo que le hizo estremecer—¿Lo ves? —
—Impresionante—Respondió Aelita aún sin creérselo—¿Qué más puedes hacer? —Xana estaba confundida, creía que Aelita iba a salir corriendo de la habitación despavorida, pero pasó justo lo contrario—
—Bueno… hay muchas cosas…—Tras pensárselo brevemente, juntó ambas manos de forma horizontal creando una esfera de energía de color magenta. Aelita estaba impresionada con esas habilidades, nunca antes había visto—Junta tus manos y extiéndelas hacia mí—Aelita, curiosa, obedeció. Xana puso sus manos de forma vertical y se acercó lentamente a Aelita hasta tenerla cerca, ya ahí, entrelazaron sus dedos rompiendo la esfera de energía cubriendo la habitación de un extraño color magenta por algunos segundos—
—Genial…—Susurró Aelita—
—y bien… ¿Qué opinas? —
—Que eres genial—Afirmó Aelita—
—¿En serio? —Preguntó Xana—¿No vas a salir corriendo de la habitación? —Esa pregunta fue muy extraña—
—Claro que no—Negó la pelirrosa—¿Por qué haría eso? —
—Solo… preguntaba—Afirmó Xana, recostándose en la cama a la vez que Aelita—Quiero presentarte a alguien—Aelita alzó una ceja, pues solo estaban ellas dos en la habitación. Xana dio unos golpecitos a la pared, provocando que el pequeño zorro saliera rápidamente de debajo de la cama y diera un salto hacia la cama, Aelita se sorprendió, no se esperaba que hubiera un zorro en la academia—No es mi mascota, me acompaña desde hace tiempo, pero solo viene de vez en cuando—Afirmó, acariciando el pelaje del zorro—
—Es hermoso, y mira su cola, es como si estuviera prendida en fuego—Afirmó Aelita de una manera bastante inocente acariciando el pelaje del zorro, quién lentamente se fue hasta una de las esquinas de la cama y se acostó—
—Ojalá fuera mi mascota, pero en Kadic están prohibidas—Afirmó la albina mirando el techo—Eh escuchado que eres la prima de un tal Odd, ¿eso es cierto? No os parecéis en nada—Aelita negó con la cabeza—
—Lo saben muy pocas personas, pero a mi madre la secuestraron cuando era pequeña, y mi padre desapareció hace ya un buen tiempo, lo de Odd es solo una tapadera—Acertó, mirando al techo—Ojalá mamá estuviera aquí—Eso había sonado como una súplica—
—Ojalá pudiera entenderte—Reconoció Xana, y ninguna de las dos siguió con la conversación. Aelita se acurrucó muy cerca de Xana, pudiendo oír unos leves gemidos por parte de Aelita, como si estuviera triste, y Xana, suponiendo eso, cruzó su brazo libre por encima de Aelita y la abrazó para luego cubrirse ambas con una manta—Vamos a dormir, que aún nos queda—
Cerraron los ojos cayendo nuevamente en los ojos de Morfeo. Amaneció y todas las alarmas sonaron casi en orquesta.
Ambas se despertaron casi al mismo tiempo.
—Buenos días—Dijeron las dos casi al mismo tiempo—
—Gimnasia a primera hora, es lo peor—Reconoció Aelita—
—A mí me gusta correr, me hace sentir viva—Afirmó Xana, quién a la vez pensaba en preguntarle a Aelita sobre lo ocurrido en la noche, ¿Por qué estaba llorando? Pero se lo reservó—Tendremos que ir a ducharnos ya o luego se llenarán—Luego de una corta charla, ambas cogieron su respectiva bolsa de aseo y se fueron a las duchas—
Ya ahí, cuando apenas comenzaban a llegar las chicas, se desnudaron, y antes de entrar a las duchas, una de las chicas se acercó a Xana.
—¿Cuántos años tienes? —Preguntó la chica de forma sugerente—
—No te importa—Respondió Xana de forma fulminante, ganándose un pellizco por parte de Aelita, quién le miró con una mezcla de enfado y superioridad—Perdón—Se disculpó, leyendo lo que Aelita iba a decir—Tengo… 15 años—Dijo, pero no estaba segura, y Aelita se dio cuenta de ello—
—Pues estás muy desarrollada para tener solo quince años—Respondió la chica, pero una vez más, lo ignoró, ya que no sabía la razón de ese comportamiento, y sin más demora entró a las duchas con Aelita, y esta logró empujarla hasta entrar las dos en una sola—
—Cada vez que te comportes así voy a castigarte—Aclaró Aelita—Si quieres caerles bien a las personas tienes que ser diferente—
—Pero si a mí no me importa caerles bien—Aclaró—Solo me importa estar contigo—Eso no lo diría cualquier persona, pues sería algo vergonzoso—
—Algún día me lo agradecerás—
Luego de un rato, cuando ya habían terminado de ducharse, ambas se fueron a sus respectivas habitaciones a vestirse, pero Aelita lo hizo primero y se acercó a la habitación de Xana, entrando y cerrando la puerta rápidamente. Xana estaba casi vestida, pero con el pecho descubierto. Aelita notó rápidamente que el cuerpo de Xana estaba rodeado de algunas diminutas cicatrices, y no escatimó en preguntar.
—¿Cómo te has hecho tantas cicatrices? —Preguntó Aelita, pero Xana, luego de mirarle con curiosidad por unos segundos, negó con la cabeza—
—No recuerdo como, pero…—Se dio la vuelta dándole la espalda a Aelita, quién se sorprendió—Mira—Del extremo inferior izquierdo de su espalda hasta el extremo superior derecho había una cicatriz bastante notable, pero a la vez antigua, ya que se confundía con el color de piel de Xana, y la única forma de verla era si te fijabas en las zonas oscuras, las cuales son en su gran mayoría cicatrices—
—Debió doler muchísimo—Acertó Aelita—
—Hasta que no recupere mi memoria no sabré como pasó—
—Quiero ayudarte a recuperar tu memoria—Afirmó la pelirrosa. Aquello había sido un gran paso, ya que hacía apenas dos días que se conocían—
—No tienes que hacerlo, no me importa mucho—Afirmó Xana—
—¿En serio no te da curiosidad saber que eras antes de venir aquí? —Esa pregunta atrapó a Xana: La verdad era esa, quería saber quién o qué era y para que propósito fue creada, pero su memoria era un gran vacío, había cosas muy borrosas, y otras muy incoherentes, necesitaba saberlo—
—Vale, si quiero—Respondió, soltando un suspiro de resignación—Si quieres, esta tarde te puedo enseñar el sitio en donde aparecí—
Aelita sonrió. Ya quería que fuera la tarde para ir a aquel sitio. Se quedaron un rato hablando.
—Y… ¿Cada cuánto necesitas robar energía? —Preguntó la pelirrosa tratando de no sonar impaciente—
—Yo no usaría el término "robar" —Corrigió Xana—Usaría más bien el término tomar, y si te dijera tiempo… no lo sé, una vez a la semana, quizás—No lo recordaba, así que era lo más próximo que lograba recordar—
—¡Pero si anoche…! —
—Anoche era diferente—Acertó Xana, punzante—Si no lo hacía podría haber muerto… creo—
—Es que me gustó…—Afirmó la pelirrosa con un notable sonrojo—
—Sigo sin entender porque algunas chicas son tan sensibles—Dijo, más para sí misma que para Aelita—
—Como se nota que no eres humana—Afirmó Aelita poniéndose de pie—
—¿Qué esperabas de una persona con amnesia? —Preguntó, agarrando su buso blanco—
—Que tuviera más sentimientos—Respondió Aelita para luego mirar el reloj que tenía Xana en su escritorio—Aún tenemos diez minutos antes de ir a desayunar… creo que puedo divertirme contigo—Xana se dio vuelta mirándole con curiosidad, pero a la vez con desconfianza—Ven aquí—Le obligó a sentarse en la cama para luego ella ponerse cruzada de pies tras suyo sacando de sus bolsillos un par de gomas de pelo—
—¿Qué vas a hacerme? —Preguntó Xana con algo de antipatía—
—Ya verás—
No pasó mucho tiempo hasta que Aelita terminó con el peinado de Xana, no hizo mucho salvo hacerle dos pequeñas coletas con el poco pelo que tenía, pero se veía bien, y eso a Aelita le había hecho mucha ilusión.
—Soy un monstruo—Soltó Aelita tapándose la boca con las manos—
—¿Solo un par de coletas? —Preguntó, como si no le importara—No está mal—Dijo, viéndose en reflejo del móvil de Aelita—
—Me hacía ilusión—Una idea cruzó por su cabeza—Te reto a llevarlas el resto del día—
—Vale—Respondió Xana rápidamente—A cambio, esta noche te robaré energía—Aelita pareció sonrojarse—
—Me parece justo—Respondió, con nerviosismo—Bajemos a desayunar antes de que se nos haga tarde—
Y bajaron. Luego de coger sus bandejas con su desayuno, Aelita, viendo a sus amigos, les hizo con los dedos una extraña señal de que iba a sentarse con Xana.
En algún momento del desayuno, Sissi se acercó a la solitaria mesa donde Xana y Aelita se habían sentado.
—Pero bueno, Aelita abandonando a sus amigos—Soltó Sissi, en compañía de Nicholas y Herb, sus "guardaespaldas". Xana la miró de forma curiosa—
—No te interesa, Sissi, deja de fastidiar y vete—Respondió Aelita, fulminante—
—A mí no me hables así, niña—Inquirió Sissi, enfadándose—
—Te dijo que te fueras—Soltó Xana clavando su mirada inexpresiva en Sissi—
—¿Y tú qué? —Soltó Sissi—La chica que se ha estado robando todas las miradas y haciéndose la difícil con los chicos—Xana alzó una ceja sin saber lo que Sissi trataba de decirle—
—Vete, o te partiré la cara—Indicó Xana, amenazando a Sissi, quién quería seguir vacilando—
—Si claro, y que será lo siguiente, ¿Llorar? —Respondió Sissi, pero Xana no tenía ya ganas de seguir discutiendo con Sissi, se levantó bruscamente de su silla sorprendiendo tanto a Sissi como a Aelita, y esta, a sabiendas de lo que pudiera pasar si Xana llegara a golpear a Sissi, se interpuso—
—¡Xana! —Soltó Aelita, atrayendo la atención de la albina—
—Déjame darle un golpe, solo uno—Pidió Xana, pero Aelita se negaba. Sissi, aterrorizada, se alejó del lugar rápidamente—
—Aquí no puedes golpear a nadie, y mucho menos a ella, la hija del director—Ya tranquilas, se volvieron a sentar—
—A la próxima la golpearé—Soltó Xana, bebiendo de su taza de chocolate, ganándose a la vez, un pellizco por parte de Aelita—¡Oye! —
—Te lo dije—
Luego del desayuno, ambas se fueron a sus respectivas clases. Aelita a gimnasia, y Xana a clase de italiano.
Pasaban las horas muy lentamente sin sorpresa alguna.
Llegó la hora del recreo, y ambas coincidieron en el patio.
—¿Qué tal las clases? —Preguntó Xana—
—Un rollo, ya que no he dormido mucho por culpa de alguien—Respondió Aelita. Xana se encogió de hombros—
Mientras caminaban hacia la cafetería, algo, proveniente del bosque que había aledaño a Kadic, llamó la atención de Xana, quién giró la mirada hacia allá, pero no había nada. Había sido un extraño pulso eléctrico que se dirigió hacia su persona, pero no había nada del lugar de donde había venido.
—¿Qué pasa? —Preguntó Aelita ante esa reacción tan repentina, pero Xana negó con la cabeza—
—Creí haber sentido algo—Respondió—Quizás me lo haya imaginado—Soltó, entrando junto a Aelita a la cafetería—
Luego de coger sus bandejas, se sentaron en una mesa y comenzaron a comer.
—¿Cuánta energía absorbes de una persona normalmente? —Preguntó Aelita, refiriéndose a lo que había pasado en la madrugada—
—Contigo absorbo mucha—Reconoció—Pero no sé cómo será con las demás personas, no lo recuerdo—
Cuando terminaron de comer, salieron al patio, y Xana, aún con la duda en la cabeza, no escatimó en querer probar con otra persona, y ya tenía a su presa.
—¡William! —Llamó la atención del muchacho que se acercó rápidamente—No te muevas—Se acercó rápidamente y le clavó un profundo beso al muchacho, quién se quedó de piedra—Que raro—Soltó, luego de romper el beso—Ya puedes irte—Siguieron caminando hacia ningún lugar definido—
—¡¿Por qué lo besaste?! —Preguntó Aelita, escandalizada—
—Me quedé con la duda—Respondió—Y absorbo diez veces más energía contigo que con otros—
—¿Por qué? —
—Yo que se—Respondió la albina—
Y volvieron a clase. En las clases de la tarde, William no dejaba de mirar a Xana, lo que había pasado ese momento lo había dejado con muchas dudas. Cuando tocó la campana de final de las clases, quiso respuestas.
—Xana, ¿puedo hablar contigo? —Preguntó el muchacho—
—¿Por lo de esta tarde? —Preguntó Xana, y el muchacho asintió—Estaba haciendo un experimento—Aclaró—Tranquilízate, no me atraen los chicos—William se tranquilizó por un momento, pero aquella respuesta lo tomó por sorpresa—
Xana volvió rápidamente a su habitación, topándose con Jeremy en la puerta, pero su falta de interés lo descartó casi instantáneamente.
Entró a su habitación y dejó sus cosas sobre la cama para luego centrar su atención en recordar en lugar exacto donde había aparecido, pero Aelita la interrumpió entrando rápidamente.
—En una hora nos vemos abajo, tengo que hacer deberes primero—Propuso Aelita, a lo que Xana asintió rápidamente, acto seguido, la pelirrosa salió de la habitación—
La albina agarró un par de cuadernos y se fue a la biblioteca, tenía cosas que hacer. No tardó mucho en llegar. Entró rápidamente, pero no había nadie, estaba completamente vacío. Olvidando ese detalle, buscó por las estanterías un libro de historia de Francia y comenzó a buscar en él.
Mientras copiaba, sintió la sensación de que alguien la observaba. Dirigió su mirada a la puerta, pero no había nadie. Lo ignoró y siguió con lo suyo. Pero esa extraña sensación se negaba a desaparecer, y para saciar su curiosidad se levantó y se acercó sigilosamente a la puerta, y cuando escuchó el rechinar de unos zapatos…
—Te pillé—Soltó, dándole un vuelco al corazón a su espía, que se trataba de Jeremy, quién se tardó demasiado en dar alguna excusa, y eso solo empeoró la situación—¿Qué hacías espiándome? —Empujó a Jeremy con fuerza contra una pared y lo agarró por el cuello—Como me entere de que hayas hecho algo…—Soltó su mano del cuello de Jeremy y este calló de rodillas tosiendo de forma seca—
—Lo sabía—Exclamó Jeremy, recuperándose, pero Xana simplemente no quería seguir, no sabía que repercusiones podría tener si llegaba a herir a Jeremy, o peor, así que decidió dejarlo pasar—
—Si te vuelvo a pillar, no saldrás vivo para contarlo—Dijo, amenazante. Había sido una reacción muy agresiva, pero a Jeremy no le extrañaba. Xana dio media vuelta, recogió sus cosas, y volvió a su habitación—
Llegó rápidamente y dejó su mochila en la cama, solo para dar media vuelta e irse a la habitación de Aelita. Tocó, y esta le abrió.
—¿Terminaste tan rápido? —Preguntó la pelirrosa, sorprendida por la repentina aparición de Xana—
—Ese chico rubio con gafas me estaba espiando en la biblioteca—Acertó la albina rápidamente—
-(Continuará)-
Gracias por leer.
Ya lo sé. MUY Corto. Lo corté en dos porque quería dar señales de vida. Os prometo que el siguiente será largo.
Un poco de salseo, me gusta el Yuri…
SI os da curiosidad, Chloe, de Fate/Kaleid. Lo dejo ahí.
Reviews
Draoptimusstar3: Muchísimas gracias Draop. Como siempre, me encantan tus comentarios, pero poco que comentar que no suene repetitivo. Muchísimas gracias colega. Que grande eres. Gracias por seguir aquí.
Víctor: Muchísimas gracias por comentar. Lo de la amnesia siempre ha sido un tema muy llamativo para mí, y quería probar con él. En principio todas las inteligencias artificiales se adaptan, evolucionan. Xana no es la excepción. Muchísimas gracias por comentar.
Felikis: Lo mismo que le dije a Víctor sobre la amnesia, es un tema que a mí siempre me ha llamado la atención. ¿Qué sería de mi sin un poco de salseo? Muchísimas gracias por comentar, Maestro.
Smarty: Muchísimas gracias Colega.
Bueno, ahora sí, y esto lo prometo. Hasta muy pronto.
Adiós.
