Plan: Valkiria (Parte IV)

La otra cara de la moneda

Aelita estaba bastante satisfecha, aunque tenía preguntas, y Tyron no le expresaba mucha confianza. Estaba sentada en la parte de atrás junto con Anthea, mientras este y el conductor iban delante.

—¿Ahora a dónde iremos? —Preguntó Aelita, tenía curiosidad de saber qué vida podría esperarle—

—Tenemos que hacer antes una cosa, y luego marcharemos a casa—Respondió Anthea, sentada a su lado, sin dejar de mirarle. Era simplemente maravilloso—

—Entre antes lleguemos más tiempo tendremos luego—Dijo Tyron con voz gélida, no se le veía demasiado interesado—Por cierto, quería preguntarte…—Eso llamó la atención de Aelita—¿tienes conocimientos sobre informática cuántica? —Se quedó pensando, ¿Qué tramaba?

—Pues… si—Respondió, realmente no quería decirle mucho, no sabía que tenía en mente—Práctica y teórica—Eso fue una buena señal para Tyron—¿Por? —

—Nada especial, solo preguntaba—Aelita podía notar una ligera tensión en el ambiente, al parecer su madre no estaba a gusto con esa conversación, ocultaban muchas cosas, y comenzaba a molestarle—

*Flashback*

*Punto de vista de Aelita*

Caí en mi cama como una piedra, me estoy muriendo de sueño y no siento mi brazo. Giré la cabeza y vi que aún no se había ido, era un dolor insoportable.

—La curiosidad mató al gato—Dijo con voz impostada mi acompañante—La diferencia es que tú sobreviviste porque tuviste suerte—

—¿Intentas molestarme? —Pregunté, ya conocía como era, siempre intentando sacar provecho de todas las situaciones—No te molestes, tengo tanto sueño que no podría hacerlo, aunque quisiera—Escuché una risilla apagada—

—Anthea sabía que esa gente podía hacerte daño—

—Sí, pero, ¿Cómo sabía que ellos estarían ahí? —Pregunté, no tenía caso, fue una coincidencia, ¿o no? —Tu misma dijiste que me estaban siguiendo desde hacía tiempo—

—Solo digo que ella sabía que si te veían intentarían matarte—Aclaró—No estoy diciendo que ella supiera que estarían ahí—Eso ya lo sé—

—Intentaron matarme una vez, ¿lo olvidas? —Negó con la cabeza—¿Entonces? —Se quedó mirando al infinito por unos segundos—

—Solo… evita que esa gente te vea otra vez—Asentí. No podía culparla, casi muero, tuve mucha suerte, aun con esas, tengo un mal presentimiento—

—¿Qué ocultas? —Pregunté tentando a la suerte, y al parecer di en el blanco—

—Ella no quiere que estés cerca—Iba a decir algo, pero ya había pasado por esto antes, se refería a otra cosa—Sabe que estando tú cerca pueden chantajearla más fácil, y eso solo la expondría demasiado—

—¿Cómo sabes eso? —

—…Intuición—

—Al menos dime que harás algo para evitarlo—Pregunté con voz apagada, estaba ya casi dormida. Xana no respondió, se fue de la habitación lanzándose al vacío desde la ventana—En fin…—Cerré los ojos y me dormí muy rápido—

*Fin del Flashback*

Qué extraña sensación tengo, el ambiente estaba cargado, al parecer lo que decía Xana comenzaba a tomar forma muy rápidamente… Qué más da, mientras no le hagan… daño…

Caí en cuenta de que solo estaría con ella, muy lejos de Kadic… Espero no pase nada en estos pocos días.

—¿Cómo te sientes? —Preguntó mi madre tras un largo silencio—

—Me pica—Sentía una sensación picosa justo debajo de la venda, pero no toleraba el más mínimo contacto—Y me duele—

—Eso te pasa por salir a esa hora de la noche—Dijo Tyron en voz molesta. Que irritante—

—…—Ambas nos quedamos en silencio, no era mentira, pero tampoco le interesaba lo que hiciera, Por una vez, deseaba que una persona que era cercana a mí, aunque políticamente, muriera—

—Hemos llegado—Anunció el conductor. Nos paramos al lado de un gran edificio, Tyron y el hombre bajaron casi inmediatamente—

—No te separes de mi—Dijo mamá con voz trémula antes de descender del coche. Ahora estoy asustada—

Entramos al edificio, era normal, casi de oficinas, pero los hombres de negro presentes le daban un toque muy oscuro a la situación. Agarré la mano de mamá con fuerza, y esta me miró dedicándome una sonrisa casi forzada. Entramos en una sala de juntas donde había unas diez personas reunidas y… el hombre de ayer, Bondrewd se llamaba si mal no recuerdo.

—Bienvenidos—Saludó una voz anciana desde algún lugar de la sala—Tomad asientos—Mamá me indicó sentarme al lado de ella, y obedecí—Vemos que tenemos una invitada—

—Sí, hemos recuperado a Aelita tal y como os había indicado—Soltó Tyron, ¿Indicado?, espera, ¿¡Qué!? —

—Ya lo veo, pues bienvenida—Dijo Bondrewd con voz severa, llamando la atención de todos—Nosotros somos los que financian el proyecto de Lowell Tyron, y nos reunimos cada cierto tiempo—Ese hombre me da mala espina—Nos vimos ayer, pero no me presenté. Yo soy Bondrewd, participé junto con Anthea en el proyecto Cartago, aunque quizás no te suene de nada—No pude ocultar mi reacción de sorpresa y hostilidad y eso me delató—Ya veo, yo era el encargado del servicio secreto, quizás te suene de algo—Dijo, tampoco pude ocultar mi enfado sobre lo que intentaba decir, y al parecer mamá se dio cuenta—

—No estamos aquí para hablar sobre ella ni sobre eso—Dijo mamá con voz hostil. Ahora lo que decía Xana tenía sentido—

—Entonces vamos al grano—Añadió uno de los presentes—

*Fin del POV de Aelita*

Mientras eso se desarrollaba, en Kadic las cosas eran raras, el no tener a Aelita cerca parecía raro. Los chicos se encontraban en la habitación de Ulrich y Odd.

—¿Alguna idea de qué hacer? —Preguntó Odd apoyado sobre su cama—

—Se suponía que hoy teníamos la cita triple, pero viendo esto lo mejor será aplazarlo—Respondió Jeremy tecleando en su portátil—

—Espero que al menos esté bien—Añadió Ulrich acostado en su cama leyendo un comic—

—Aelita me dijo que quería hablar con ella, pero estaba asustada porque no sabía quién iba a encontrarse—

—¿A qué se refiere con encontrarse? —

—Quizás se refiere a los hombres de negro—Respondió—No sabemos tampoco que pasó en la madrugada, así que solo podemos suponer—

—¿Y Xana? —Preguntó Odd—Dijo que tenía un plan—

—Sí, pero empezará en dos días—Dijo, cerrando su ordenador—Quiere dejar pasar un par de días antes de ir a arreglar las cosas, quiere que le ayude a localizar a Aelita, solo espero no apague el móvil, y si esto sale bien lograremos el cometido de juntar a la familia de Aelita—Se le notaba inseguro—Solo espero que ese Xana se dé prisa—

—¿Y si la acompañamos? —Sugirió Odd, no parecía mala idea, pero…—

—¿Y saltarnos clases? —Preguntó Jeremy—Ni Hablar, sería muy arriesgado, sin mencionar que solo estorbaríamos ya que Xana querrá ir de matanza, así que no pintamos nada—

—Sin mencionar que seguramente no nos dejará ir con ella—Añadió Ulrich, sin despegar ojo del cómic—

Xana se había encerrado en su habitación, necesitaba pensar que hacer ahora que Aelita no estaba, y quizás no marcharía a Suiza hasta la noche del otro día. Se dispuso a leer su libro.

Pasado un rato de aburrimiento, se puso de pie con disposición a salir de su habitación; aún conservaba gran parte de su energía y necesitaba guardarla para esos días. Salió de su habitación con dirección a la de Jeremy, quería investigar. Abrió la puerta de este sin llamar.

—¿Qué pasa? —Preguntó Jeremy tecleando en su ordenador—

—¿Me prestas tu portátil? —Preguntó con voz monótona, realmente quería distraerse—Quiero investigar algunas cosas—

—… Vale, pero solo porque no lo estoy usando—Respondió, el portátil estaba sobre su cama—Intenta no destruirlo—

—Intentaré no quemarlo—Respondió con sarcasmo, agarró el portátil y salió de la habitación sin mediar palabra con dirección a la suya, por el camino se topó con Sissi y Nicholas, quienes le dedicaron una mirada de absoluto odio, y también parecían de salida a algún sitio, pero la aludida simplemente sonrió en sus adentros, debía controlarse. Se encerró de nuevo en su habitación.

Encendió el portátil y comenzó a navegar en la web hasta entrar en uno de los tantos foros de Chan que abundaban, y en el más conocido en aquel lado oscuro de la red, posteó algo:


Anónimo (Xana): ¿Alguien conoce a este hombre?, necesito información sobre él. (Postea junto al texto una foto de Tyron, y la respuesta llega a los pocos minutos)

Anónimo 1: Lo vi anoche por París junto a una chica, parece ser alguien importante. ¿Qué necesidad tienes?

Anónimo 2: Creo que es Lowell Tyron, un experto en informática cuántica que vive en suiza, vive en un pueblo algo alejado del mundo, en Visp.

Anónimo (Xana): ¿Sabes si tiene alguna relación con el servicio secreto?

Anónimo 2: Juraría que sí, y su esposa igual, pero no puedo decirte mucho. Vivo en Visp, lo he visto salir y entrar con mucha gente muchas veces.

Anónimo 3: El hombre se encuentra reunido con dos chicas de pelo rosa en un edificio del centro de París, si vives ahí date prisa, quizás lo encuentres.

Anónimo 1: Si le haces algo ponlo en directo desde aquí (Postea una dirección web de un sitio de cámaras web en directo)

Anónimo (Xana): Suena bien, dejo el hilo abierto, cuando acabe con él lo posteo.

Anónimo 3: Suerte, ese hombre anda muy vigilado, es un paranoico con demasiada suerte, trabajo con él en un centro de informática cuántica en (Cita al segundo post de Anónimo 2)


No había sido muy fructuosa su búsqueda, pero la gente por internet le ayudó a recolectar cierta información sobre las cosas que hacía. Siguió navegando por internet hasta que actualizó la página de su post.


Anónimo 4: (Postea una foto donde se ve a Tyron caminar con Anthea y Aelita en dirección al interior del edificio, junto con la dirección de este al principio del post) Llevan una hora ahí, si haces un escándalo serás mi héroe.

Anónimo 1: ¿Exactamente qué quieres hacer?

Anónimo (Xana): Hacerlo desaparecer, pero no quiero que se den cuenta de quién lo hizo.

Anónimo 4: (Deja una dirección que era cercana a Kadic) Ahí te dejaré un regalo, date prisa, el tiempo vuela.


Xana vio una oportunidad de poder avanzar con mayor facilidad en su investigación. Apagó el portátil dejándolo sobre la cama, agarró su mochila y se fue en dirección al bosque.

Luego de un rato corriendo logró ver a un hombre dejando una bolsa con unos documentos y un objeto en su interior, aguardó unos segundos y el hombre se retiró con un trote pesado hasta perderse de vista. Se acercó a la bolsa y la agarró, pudo ver que contenía algunos documentos sobre Tyron, y en la parte exterior de la bolsa, una pistola de nueve milímetros pegada con cinta aislante. Llamó a Jeremy

—¿sabes si Aelita sigue aquí? —Preguntó, guardándose la pistola y los documentos en su mochila—

—Debería—Respondió Jeremy—¿Qué planeas? —

—Voy a intentarlo, igual logro salvarlas a ambas aquí—

—Es muy arriesgado—

—Si no lo intentamos no podremos saber de verdad nuestras oportunidades—

—¡Vale! —Respondió, cortante—Hazlo, pero que salgan ilesas—

—Hasta entonces—Colgó la llamada y siguió por su camino, comenzó a correr con dirección al lugar en donde se encontraba Aelita y Anthea, no tenía mucho tiempo, debía ser precisa.

Seguía corriendo, su resistencia física era muy alta comparada al resto de las personas comunes, tanto, que se podía permitir correr decenas de kilómetros sin cansarse, y su velocidad y aceleración eran muy altas, era espectacular. Llegó al objetivo en cuestión de diez minutos, quedándose en espera en la esquina del edificio, sacando la pistola para guardarla en su cintura, con su falda y su buso tapándola, era momento de intentarlo. Se acercó a la entrada con un trote suave, la gente le miraba con expectación, le parecía extraño.

Tenía dos opciones: Entrar matando a todo aquel que se encontrara o escabullirse en el edificio y sacar a su objetivo, Anthea y Aelita, del lugar. Eligió la segunda, quizás era lo más arriesgado y lo más difícil, pero si no lo lograba podría salir sin ser vista, y sin armar escándalo, lo cual era una gran ventaja.

Aelita por su parte estaba muy aburrida, las cosas interesantes sobre los avances del proyecto fueron bien, pero luego entraron en otro trayecto que perdió el hilo hasta el punto de casi querer irse, y una necesidad biológica la salvó.

—Quiero ir al baño—Susurró al oído de Anthea, y un hombre que había al lado suyo le indicó la dirección—Gracias—Salió de la sala de juntas muy rápidamente y se encaminó al baño. El lugar era muy serio y sospechoso, la gente simplemente parecía robótica, carecían de sentimientos felices. Entró al baño que quedaba al final del pasillo, era grande, casi público. Al entrar a uno de ellos, sintió como alguien la empujó bruscamente por la espalda y la obligó a entrar, estuvo a nada de gritar cuando sintió unas frías manos dándole la vuelta—¡Tú! —Dijo, era Xana—

—No creí encontrarme contigo—Respondió con voz gélida—¿Qué tal hasta ahora? —

—Aburrido—Dijo—Lo único interesante es que Bondrewd participó en el proyecto Cartago—Eso llamó la atención de Xana—

—¿Sabes algo más? —Aelita negó—

—Era el encargado de los hombres de negro—Respondió con voz susurrante—Solo se eso—

—Debe haber alguna manera de entrar…—Aelita la interrumpió—

—No hagas nada—Eso volvió a sorprender a Xana—Quedaría demasiado obvio que vas a por nosotras, además, es mejor esperar a que estemos en… allá en Suiza para hacer algo—

—¿Segura? —Preguntó, aún tenía sus dudas—

—Es lo mejor, no quiero causarle más problemas a mamá, estoy notando todos los que les estoy causando y… tenías razón, la están chantajeando, quiere protegerme de esa gente a toda costa—

—¿Te sorprende? —Negó con la cabeza—

—Luego de lo ocurrido, no, pero quisiera no armar un alboroto, hazme ese favor por lo menos—

—Te noto muy estresada—

—Odio a esa gente, ya lo sabes… solo quiero… estar con mamá—Se notaba sentimiento en su voz—

—Tú te metiste en esto, ahora te toca aguantar—Respondió—Lo mejor será que me vaya en ese caso—Se despidió y salió del lugar tal y como había entrado, sin ser vista. Aelita se sentó en la taza a pensar, quizás esa estadía con su madre le hiciera más daño a ella que a su mismo ser, pero debía ser fuerte, no podía quebrarse tan fácil, bien lo dijo Xana: ella se metió en ese lio, ella tenía que intentar salir por su propia cuenta. Salió del baño y volvió a la sala de juntas, donde ya se preparaban todos para irse—

—¿Terminó? —Anthea asintió—

—Ahora iremos a casa, cuando lleguemos te mostraré algo que te compré—Dijo, tomando su mano—

—Más nos vale darnos prisa, quiero terminar ya con las simulaciones para pasar al plano virtual—Dirigiéndose a Anthea—Te mostraremos mañana el súper ordenador en el que trabajamos, te gustará—

—Te enseñaré sobre que trabajamos—Esa cantidad de ofrecimientos comenzaba a parecerle sospechoso, pero no podía quejarse, al fin y al cabo, era ella quién se había sumergido—

Salieron en el mismo vehículo en el que llegaron en dirección a Berna.

Xana volvió por donde había venido, no se tomó muchas molestias en ir rápido, y, aprovechando la ocasión, se fue con un trote lento. Llegó en cuestión de pocos minutos al mismo lugar donde había recogido los documentos, e iba a dejar la pistola, pues quedársela sería arriesgado, pero se encontró con una persona recostada sobre un árbol, justo donde había encontrado la bolsa; era un chico no muy bajo de estatura, tez blanca, pelo negro algo largo y desorganizado, recordaba al de Ulrich, vestía con un chándal negro y una camisa de manga larga del mismo color, no debía tener más de 14 años, llevaba un portátil y su aspecto era el de una persona muy solitaria.

—¿Hola? —Desenfundó la pistola, era una simple formalidad. El chico se sobresaltó, quedándose tieso por ver la pistola apuntándole—

—… Hola—Respondió con dificultad—

—¿Quién eres? —Preguntó con voz molesta—

—La persona que te dio los documentos…. y la pistola—Respondió con un notable miedo en su voz—

—…—Bastó con ver la pantalla del portátil para ver el foro en el que estaba navegando. Bajó la pistola, pero no se la entregó—No te he visto en esta zona—La verdad no le interesaba, solo quería quemar tiempo—

—No estudio en Kadic, es muy caro para mí—Respondió, recibiendo la pistola y guardándola posteriormente—

—No esperaba encontrarme con alguien como tú—

—Yo sí, bueno, estuve observándote por las cámaras de seguridad de toda la ciudad—

—¿Se te da bien la informática o algo así? —El chico asintió—

—Sí, bueno…—Guardó las cosas en su mochila—

—Me quedaré los documentos—Respondió ya con calma, no confiaba en ese chico, pero si las pruebas le servían de algo le debía una—Gracias de todos modos—asintió y salió con un trote ligero—Que persona tan curiosa—Xana se relacionaba solo para estudiar a las personas, ya que, de ser por ella, quedaría invisible ante todos todo el tiempo; el ser humano le parecía interesante, ya que, al ser una IA, su objetivo era el de aprender de sus enemigos para destruirlo, pero su enemigo era humano, y antes de aprender sobre él, debía aprender sobre su especie, y eso le llevaría tiempo. Volvió a Kadic—

De camino a la salida de París, pasaron por un lugar que llamó la atención de Aelita, un coche fúnebre con un nombre inscrito fue inconfundible.

—¿Podemos parar aquí un momento? —Preguntó Aelita, llamando la atención de todos, pues estaban pasando por el cementerio que había por la ciudad—

—¿Por qué? —Preguntó Tyron—

—Es que… al parecer es el funeral… de un compañero de clases—Respondió con pesadez, y no era mentira, ellos ya estaban informados de que algo similar había ocurrido en Kadic—Solo será un momento—Tyron asintió, y su conductor aparcó en la acera pocos metros más adelante—

—Acompáñala—Dirigiéndose a Anthea, quién asintió—

—No tardamos—Bajaron del coche con prisa y se adentraron en el lugar, el ruido, los llantos y los lamentos daban buena indicación de donde era—

—¿Qué le ocurrió? —Preguntó Anthea, tomando la mano de Aelita—

—Murió… nadie sabe cómo—En realidad…—

—No mientas—Supo leer a Aelita de una forma casi perfecta—

—Vale, la chica de ayer, la que nos salvó, lo… no sé qué le hizo, pero murió un día por la noche—

—¿Y no la culparon? —

—No hay pruebas que digan que fue ella, aunque en realidad si lo fue—Decirlo le molestaba mucho, pero era consecuencias de sus actos—Ahí están—Pudo ver la silueta de Sissi y Nicholas—¿Me dejas…? —Anthea asintió, quedándose en la distancia mientras Aelita se acercaba. No sabía por lo que estaban pasando, podían estar muy enfadados, pero el deber de parar solo por respeto era algo obligado. Se acercó a Sissi lo más cautelosa posible, tocando su brazo para llamar su atención—Hola, chicos—

—Aelita…—Sollozó Sissi, su expresión destrozada era inescapable, la de Nicholas no era muy diferente, pero sabía llevarlo—¿Qué haces… aquí? —

—Venía de paso, y quería pasar a… —¿Ver?, ¿Saludar? —… Ver como estebáis—Por mucho que los molestaran, los problemas y todo lo demás, Sissi no podía enfadarse con Aelita—Yo aún me siento mal—

—Imagínate yo, fue culpa mía…—Sollozó, se sentía muy culpable el haber enviado a Herb a espiar a Xana, quién acabó con su vida, pero no había ninguna prueba al respecto de que ella lo hubiera hecho—

—Las cosas… pasan, Sissi… lo siento—Sissi la abrazó, necesitaba consolarse, rompió el abrazo segundos después y Aelita abrazó a Nicholas—¿Qué hacías por aquí—Insistió tras romper el abrazo de Nicholas—

—Pues… me transfirieron a un instituto en Suiza e iba de camino—Respondió, era complicado—

—Entonces… te vas—

—Sí, pero con un poco de suerte volveré la otra semana—

—Espero… que vuelvas, Kadic sería aburrido sin ti—Aelita sonrió, el momento no daba paso a niñerías ni comportamientos de ese calibre, no había humor para vaciles ni bromas, no había cabida a nada poco serio. Alguien de fondo comenzó a rezar, y todos se silenciaron. Anthea se acercó a la espalda de Aelita, abrazándola—

—¿Sabes? —Susurró al oído de Aelita—Siempre pensaba que sería yo quién tuviera que estar aquí un día buscándote, pero ya ves porque nunca debes perder las esperanzas—Fue extraño—Te perdí una vez, no voy a dejar perderte una segunda y que esta vez sea para siempre—Aelita sentía el aura sobreprotectora de Anthea, no quería perderla, quizás era lo único que tenía, independientemente de su familia en general—

—Yo… pensaba que eras tú quién estaba por aquí, pero papá me decía que no dijera tonterías, y tenía razón—Se aferró a Anthea. Los rezos pararon en ese momento—

—¿Quién es? —Preguntó Sissi—

—Mamá—Respondió Aelita—

—¿De verdad? —Fue solo dar un vistazo rápido para darse cuenta del inmenso parecido. Ambas asintieron—

—Tenemos que irnos—Dijo Anthea, Aelita asintió y se despidió de Sissi y Nicholas, dando camino de vuelta al coche—Odio estos lugares—

—A mí me dan mal rollo—Respondió—

—Aelita, prométeme que no te volverás a exponer a un peligro así—Agarró su brazo izquierdo. Aelita asintió—

—Lo prometo, mamá—Sonrió, y la abrazó—

Ya habían pasado un par de horas, desde que salieron de París, el trayecto duraría unas cuatro horas, tenían un largo camino por delante. Aelita no había dormido bien, y el silencio y la sensación del coche eran como una canción de cuna, pero no quería perderse el trayecto, el paisaje era bonito. Sin darse cuenta terminó por apoyarse en Anthea, el sueño y la sensación de cansancio le ganaban.

—No dormiste bien, ¿Verdad? —Preguntó con voz dulce, y Aelita negó con la cabeza—Venga, aprovecha y duerme—

—Vale—El cinturón de seguridad le daba poca movilidad, pero logró acurrucarse cerca y apoyar su cuerpo sobre Anthea. Cerró los ojos, y bajo el suave abrazo de esta y la cálida sensación de su cuerpo terminó dormida profundamente a los pocos minutos—

—Espero que nos ayude—Comentó Tyron a los pocos minutos de forma arrogante—

—El que haga o no, no es problema tuyo—Respondió Anthea, agresiva—Recuerda lo que dijeron: Cualquier cosa que tenga que ver con ella la decisión final será la mía—Fue un golpe muy bajo para Tyron—No la obligaré si no quiere—

—Te estás comportando muy agresiva—Sermoneó—

—¿Y qué esperabas? —Preguntó ya con la poca paciencia que le quedaba—Si me hubiera visto de otra manera a lo mejor no hubiera aceptado—

—La hubiéramos sacado de todas maneras, somos legalmente sus padres—

Por desgracia—Pensó—Si pudo escabullirse dentro de un hotel sin ser vista, pudo escaparse de nosotros de la misma manera—Era verdad, y si hubieran llegado a ponerle una mano encima la respuesta de ella y de Xana hubieran cambiado las cosas de una manera muy radical. Anthea agarró la mano libre de Aelita—Dejemos pasar un par de días y luego intentaremos convencerla—Tyron asintió—

—Es lo mejor—


Xana estaba en su habitación recostada bocarriba sobre la cama en la oscuridad de la noche. Extendió ambas manos y creó una esfera de energía pura, era de color magenta en un círculo perfecto. La esfera mantenía su forma, pero era muy difícil de mantener, hasta el punto en el que, pocos segundos después, se volvió inestable y colapsó en si misma estallando en un espectáculo de luces. El cansancio físico de tantos días acumulados comenzaba a pasarle factura. Se dio vuelta en la cama y cerró los ojos con intención de dormirse.

Alguien tocó y abrió su puerta al rato.

—Estaba abierta—Comentó Jeremy entrando al interior—Vengo por mi portátil—Xana, entre dormida, señaló el borde de la cama y ahí estaba, Jeremy lo cogió—¿Qué pasó al final? —

—Aelita me dijo que no hiciera nada, y como es mi obligación tengo que obedecer a todo lo que me ordene—Respondió con voz susurrante—Al parecer estaba ya bastante cansada de líos—

—No la culpo—Respondió Jeremy—Te dejaré dormir, buenas noches—Sin esperar respuesta se marchó de la habitación—


Horas habían pasado desde que salieron de París con dirección a Visp, Suiza, ya se acercaban a su destino, una pequeña ciudad situada entre los Alpes suizos, pequeña y fría, perfecta para las personas que buscan algo tranquilo. Aelita despertó.

—¿Ya llegamos? —Preguntó, entre dormida y sin despegarse de su madre—

—Estamos cerca—Respondió esta, acariciando su pelo suavemente—¿Dormiste bien? —Aelita asintió—

—Yo solo quiero llegar ya—Asintió con una sensible somnolencia—

Pasaron pocos minutos hasta que el coche se detuvo en una casa de dos pisos, algo grande, con una fachada verde y una chimenea. Había visto la estación de trenes no muy lejos de ahí.

—Bien, hemos llegado—Anunció el conductor—Os ayudo—Descendió del vehículo y sacó el equipaje del maletero—

—Gracias—Dijeron al unísono, y tras cruzar un par de palabras el hombre se retiró en el coche—

—Qué bonita—Susurró Aelita al entrar en la casa, se sentía ligeramente el frio—

—Bastante—Respondió Anthea— Ven, te mostraré tu habitación—Agarró el equipaje de Aelita y lo subió por las escaleras hasta una habitación que quedaba justo al final de estas, al lado izquierdo. Entraron, era una habitación no muy grande, con una cama ligeramente grande, un armario, un escritorio y poco más—No he podido conseguirte más cosas—

—Que pasada—Había pasado tiempo desde que tuvo su propia habitación, más de diez años, para Aelita era poco más de uno y medio (N/A: ¿Creo?) —Me encanta, gracias mami—La abrazó. Vaya recuerdos regresaban a la mente de Anthea—

Pasó un rato en el que Anthea y Tyron se quedaron abajo, y Aelita en su habitación desempacando sus cosas, al terminar se lanzó a la cama bocarriba, sacando su móvil.

—Nada—Ni un mensaje, una llamada…—Llamaré a Jeremy—Marcó su número y comenzó a sonar—

¡Aelita! —Contestó, con una notable emoción—¿Qué tal el viaje?, estaba cerca de llamarte yo

—Un poco aburrido, pero no me quejo—Respondió—¡Tengo mi propia habitación!, mamá estuvo arreglándola para mí—

¿Y qué hay de ese hombre?

—No confío en él—Respondió en voz baja—Parece traer algo entre manos, y su actitud es extraña—

Yo tampoco me fiaría, sobre todo recuerda que ellos se llevaron a Anthea…

—Lo sé—

¿Qué tal está ella?

—Estresada, creo, no lo sé, estuve dormida casi todo el camino—Tras eso soltó un suspiro—Ya quiero que termine esto, y mira que ni siquiera ha comenzado—

Debes ser paciente, ya pronto lograrás lo que siempre soñaste y es vivir en paz junto a ella

—¿Más? —Preguntó en voz baja—¿Sabes cuánto lo he sido? —

—Lo sé, pero no te enfades conmigo, solo trato de animarte—

—Perdón—Cerró los ojos por un momento—Solo espero que no me pase nada, tengo un mal presentimiento—

Cuando Xana esté allí debemos confiar en que estarás a salvo, mientras tanto evita separarte de Anthea, igual te sirve

—Lo sé, eso mismo me dice ella, pero… ¿Y si esa gente vuelve a por mí? —

No pienses en eso, no lo harán, y si lo intentan seguro que solo será para asustar

—¿Tú crees? —Jeremy hizo un sonidillo casi afirmativo—¿Puedes decirle que venga cuanto antes? —

Lo intentaré, parece estar muy callada, no ha dicho nada desde que te fuiste—Respondió con parsimonia—

—Solo… intenta que esté aquí antes de que…—

Que no pienses en eso—Regañó—Confía en nosotros, y en ella, todo saldrá bien, solo debes tener paciencia, como yo cuando creaba tu programa de materialización

—Qué recuerdos—Sonrió—Era casi un robot, no sabía nada—

Recuerdo cuando entraste al baño de los chicos por error—Ambos rieron sonoramente ante ese recuerdo—

—Sissi, no lo olvido—Recordó algo—La vi en el cementerio cuando iba de camino, vi algo y entré, estaba con Nicholas—

No sabía que era el funeral de Herb—Respondió—Me da pena del pobre, lástima que su caso quedará impune

—Lo mejor será olvidarnos del tema, o podríamos meternos en problemas—

Es verdad—Hubo un silencio momentáneo, cuando se escuchó una voz—

—¡Aelita, baja a cenar! —Era la voz de Anthea—

—¡Voy! —Respondió—Debo irme, mañana te llamo—

Vale, en ese caso buen provecho, y buenas noches, princesa

—Gracias Jeremy, te quiero, buenas noches—Colgó ligeramente sonrojada, era un poco extraño decirle eso. Salió de la habitación con prisa, había un olor delicioso saliendo de algún lado. Llegó hasta la sala de estar donde estaba ubicado el comedor, le esperaban—

—No sabía que podía gustarte así que simplemente hice algo que recordaba—

—Gracias—Respondió con una sonrisa, sentándose y disponiéndose a comer—

Hubo un momento de relativo silencio hasta que Tyron habló.

—Cuéntame, ¿Se te dan bien las matemáticas? —Fue una pregunta extraña—

—Sí, bueno, mi media estaba en diez, pero solo por eso—Respondió serenamente, tenían poco o nada que decirse, y el ambiente era un poco aburrido—

El rato transcurrió sin ninguna sorpresa. Ya era hora de dormir.

Aelita estaba en su habitación, estaba organizando algunas cosas, aunque quizás luego tuviera que deshacerlo lo mejor era no dar pistas. Cuando terminó con la última prenda se acostó en su cama cubriéndose con las frías sabanas, la sensación de temperatura era sensiblemente menor que en París, unos cuantos centígrados menos. Estar en esa situación le era extraño, es como si no fuera algo real, una broma de mal gusto. Esa sensación desapareció cuando Anthea entró a la habitación.

—¿Vas a dormir ya? —Preguntó Anthea, entrando a la habitación cerrando la puerta tras sí. Aelita asintió—

—Estoy muy cansada—Respondió con voz ligera—¿Qué haremos mañana? —Anthea se sentó en la cama, justo al lado de su hija—

—Primero a inscribirte a un nuevo instituto, y ya que aquí se habla tanto francés como alemán tendremos que arreglar algunas cosas—Resumió—Luego de eso te mostraremos el centro donde trabajamos, te gustará—Acariciaba el pelo de Aelita lentamente. Esta se apoyó sobre ella y cerró los ojos. Anthea pensaba, debatía con ella misma—

No debí decirles donde estaba, ahora también intentarán hacerle daño—Pensó, tensando su cuerpo—Tengo que evitar que Tyron descubra lo que realmente es capaz—Si no lo hacía podía ser un problema. Se acercó al oído de su hija—Aquí no tienes que impresionar a nadie, si haces lo justo, por mí, será más que suficiente—Susurró en su oído, la aludida sonrió perezosa. Pasó un rato hasta que Aelita ya estaba profundamente dormida, eran casi media noche. Ella también necesitaba dormir, pero posiblemente no lo haría cómodamente como lo esperaba, volvió a su habitación—

—¿Contenta? —Preguntó Tyron, sentado en la cama revisando unos documentos—

—Algo así—Respondió con hostilidad, realmente comenzaba a perder la paciencia—

—Piensa, ahora ella no morirá como otras personas—Respondió con malas intenciones, Anthea se maldijo en sus adentros, ese hombre comenzaba a molestarle de sobremanera, pero debía tener paciencia, más aún—

—Entonces más te vale no ponerle un dedo encima—Tyron entendió, estaba dispuesta a dar la vida si algo le pasaba a Aelita—

—Mantén la tranquilidad, ¿quieres? —Anthea asintió—No es como si pudiéramos hacer algo contra esa gente—Refiriéndose al servicio secreto suizo. Anthea negó con la cabeza—

—Ya da igual—Entró al baño y cerró la puerta con pestillo. Abrió la llave del grifo y se lavó la cara. Se fijó: Su sonrisa y expresión tranquila se habían visto seriamente perturbadas, y ahora era solo una expresión airada y hostil—Los tiempos mejorarán—Pensó, y luego rio histéricamente en su interior. Esas cosas no pasan de la nada, no había nadie a quién pedirle ayuda. Se quitó la blusa que llevaba puesta, dejando ver su torso desnudo—A pesar de todo mantengo buen cuerpo—Tenía una figura definida bastante delgada, se fijó en una pequeña cicatriz justo en la parte inferior de su pecho, una marca de tortura de hace más de quince años que aún estaba ahí para recordarle su pasado. Decidió quitarse toda esa paranoia de encima y centrarse en pensar cómo proteger a Aelita. Salió del baño y entró a la habitación, ya estaba la luz apagada, se metió a la cama silenciosamente, cerró los ojos, pero sintió el tacto de unos dedos pasando sobre su cadera, intentando escabullirse rápidamente por su pijama—¡Para! —Renegó, de verdad que no estaba de humor—

—¿Qué pare? —preguntó, sarcástico, haciendo uso de la fuerza y un forcejeo, logró ponerse sobre Anthea, apoyándose con una mano sobre el colchón y la otra apresando ambas manos de ella sobre su cabeza. Anthea llevaba puesto un camisón, y nada debajo—

—… Te dije que no—Intentó forcejear, pero era imposible, la posición de sus brazos y sus pies se lo impedían. Rápidamente sintió a Tyron abalanzarse sobre ella, sintiendo al mismo tiempo como algo entraba en su cuerpo con agresividad, intentaba de todas las maneras posibles, pero el movimiento, la presión, y la sensación desagradable eran un impedimento. La sensación de algo entrando y saliendo de su cuerpo por aquella zona comenzaba a excitarle, y aunque no quería, era algo imposible de evitar en esa situación, por suerte, al poco tiempo, sintió como un líquido caliente corría por su interior, por suerte, la probabilidad de quedar embarazada era nula, el estrés había afectado su cuerpo de manera casi irreversible—Hijo de puta—Pensó—¿Satisfecho? —

—Me debías esto—Respondió con pesadez. El odio de Anthea solo aumentaba—

Menos mal que esto puede acabar pronto—Pensó, levantándose de la cama—Te quedas solo—

—Haz lo que quieras—

—Eso iba a hacer—Respondió con agresividad. Salió de la habitación y se acercó a la de Aelita, estaba la puerta entreabierta y logró entrar sin hacer ruido cerrándola tras sí, se acercó a la cama y se sentó cruzada de piernas en el piso—Perdón—Pensó. No iba a dejar que a ella le hicieran lo mismo, no podría vivir con eso, por suerte para ella la ayuda podía llegar pronto, pero ¿Lo haría a tiempo? Acostó su cabeza sobre el colchón, no quería que Aelita la viera así, y se retiró al salón, quizás distraerse pudiera ayudar—


En París ya era de noche, era hora de dormir, era ya más de media noche. Xana, aquel virus que tantos problemas dio y ahora estaba en posesión de un cuerpo humano muy superior al normal se encontraba sentada en el marco de la ventana de su habitación, no tenía sueño, toda la energía acumulada le impedía dormir, y se sentía intranquila con Aelita tan lejos.

Quizás ir de paseo me despeje la mente—Pensó con serenidad—Llueve—Caía una ligera llovizna que presagiaba incrementar con el tiempo, no le importó y dio un gran salto desde la ventana hasta el frio suelo que le recibió de pie, se escabulló por los rincones del bosque hasta llegar a la fábrica, ya allí, entró a la sala del Súper Ordenador—


Xana: Aelita se fue hoy con Tyron y Anthea, quizás ya estén en su casa.

Franz Hopper: Ahora te toca a ti ir a ese sitio y traerlas a ambas, intenta de paso deshacerte del servicio secreto que vigila a Anthea, desconozco en que parte de Suiza estará su central, pero si la localizas y la destruyes será suficiente para inhabilitarlos por un largo periodo.

Xana: ¿Y luego?

Franz Hopper: Luego de traerlas a ambas, lo mejor será comenzar a deshacerte de todas las personas que trabajaron o tuvieron que ver con el proyecto Cartago, en ese punto solo podemos darte nombres, así que estás por tu cuenta.

Xana: Entiendo. ¿Alguna cosa más?

Franz Hopper: Sí, obedecerás las ordenes de Anthea como si fueran las mías, confío en que en ese aspecto sigue siendo la misma, es una persona en la que puedes confiar, aun con eso, está en tu programación obedecerla, así te hice desde un principio. Ya sabes, tú completas el trabajo, y te dejaré libre por el mundo.

Xana: Entiendo, y lo haré, pero solo porque no quiero acabar desactivada.

Franz Hopper: Suerte.


Esa charla no había dado demasiado resultado, pero tampoco podía pedir más.

Salió de la fábrica al instante y se sumergió en las calles de la solitaria ciudad, no había nadie a esa hora, las pocas personas que se encontraban salían de sus trabajos o simplemente iban de fiesta a algún lugar.

En algún momento de su recorrido se encontró con Sam al otro lado de la acera, iba con una mochila a sus espaldas que iba ligeramente abultada, no le interesaba quién era, pero si que iba a hacer, así que decidió seguirla con un paso ligeramente aumentado, ya que la chica iba en Skate. Sam cruzaba las calles con cautela, como si se estuviera cuidando de la presencia de alguien, por fortuna para Xana, esta era lo suficientemente cuidadosa para no dejarse pillar tan fácil. Se detuvo en una esquina al ver como Sam se detenía en una plaza que había entre dos edificios, lugar donde le esperaba un hombre alto y cubierto, sacó algo de su mochila, un pequeño paquete que entregó, y cuando parecía que el hombre iba a sacar algo de su bolsillo, desenfundó un revolver pequeño y apuntó directamente a la humanidad de Sam, Xana en ese momento vio peligro y se lanzó al ataque, quizás por la sorpresa o la confusión el hombre disparó a quemarropa, pero la bala no impactó en algún sitio, y fue automáticamente reducido por la IA quién se lanzó sobre su cuerpo con un puñetazo que aterrizó directamente en la cara del hombre lanzando su cuerpo contra el suelo.

—Tú…—Sam fue silenciada por la IA—

—Lo mejor será que corras—Respondió con voz gélida y agresiva al ver como Sam tenía una navaja en sus manos, el hombre tenía una mochila que lanzó de igual manera a la morena. Ambas salieron en direcciones opuestas, pero Xana dio media vuelta y comenzó a seguirla por la ciudad hasta que entró se detuvo en un parque en algún lugar de la ciudad, ya que desconocía el trayecto que había hecho. Sam comenzó a revisar la mochila del hombre, momento en el que Xana se acercó hasta quedar cerca de ella, con una prudente distancia—¿Sabes quién era esa gente? —

—Sí, pero no te interesa—Estaba a la defensiva—Si me estás siguiendo pierdes tu tiempo—

—Tengo bastante—Respondió en voz neutra—Entonces, ¿Qué hacías? —

—Ganar algo de dinero—Sacó algo de la mochila del hombre y la volvió a cerrar—Lo tenía controlado—Xana no respondió, y dio un paso hacia atrás—

—Te protegí porque conoces a Odd—Respondió—Deberías tener cuidado, no vaya a ser que despiertes sin cabeza—Tras esas palabras se perdió entre las calles de la ciudad, volviendo a Kadic—

Pasó el tiempo, ya era de mañana.


En Suiza la cosa comenzaba a mostrar su cara real, pero Aelita no lograba verlo. Se había despertado temprano, casi igual que en Kadic, y se quedó mirando el techo.

Que sitio tan raro—Pensó, tras eso, alguien abrió su puerta, Anthea—

—Cariño, levántate y dúchate, nos iremos en un rato—Aelita asintió y se puso en pie rápidamente—¿Cómo te sientes? —

—Podría ser peor—Respondió, su cuerpo aún no se recuperaba de aquel incidente—

—Ven, te ayudaré con eso—Agarró la mano de Aelita y la llevó hasta el baño, sentándose esta en la taza mientras le quitaba la venda del brazo, al hacerlo pudo ver una gaza que cubría el agujero dejado por la bala y un gran moratón que se extendía por el antebrazo—¿De verdad sientes el brazo? —Aelita asintió—Nunca entenderé como pudo pasarte eso—

—Fue una casualidad—Respondió, Anthea comenzó a limpiar la zona, provocando respingos de dolor en su hija, no toleraba el contacto—

—¿Te hago daño? —Aelita negó con la cabeza—Ya se curará por completo—Sacó de un cajón una venda y cubrió con cuidado el antebrazo herido—Venga, dúchate que yo te haré el desayuno—Aelita le miró por un segundo y luego se abalanzó sobre ella abrazándole por el cuello y besándole la mejilla, Anthea correspondió al abrazo con fuerza—Aún estás insegura—Dijo son suavidad, lo había leído en sus ojos—Parece que no fuera de fiar—Aelita no quería decirlo. Chocó suavemente su frente con la de ella—

—Es que… me siento extraña… estando contigo—La oración parecía sonar a algo más—Antes estaba más segura, tenía una vía de escape…—Anthea intentaba seguirle, pero no parecía lograrlo—

—Aquí estás más segura que allá—Lo decía por compromiso porque en su mente era, al contrario—

—No es cierto—Susurró a si misma, y al darse cuenta negó con la cabeza—Ignora lo que digo, son solo paranoias—

—Todos las tenemos, pero… debes olvidar lo que pasó hace tiempo—

—¡lo dices como si fuera tan fácil! —Se había alterado con esa petición; en su mente lo ocurrido estaba grabado con fuego, y era algo que nada podía borrar, que Anthea le pidiera que lo hiciera logró sobresaltar sus emociones de forma errática—

—Aelita…—Susurró al viento—

—…Déjame sola un rato—Se dio media vuelta y comenzó a desvestirse. Anthea se fue del lugar sin mediar palabra cerrando la puerta tras si—


En Kadic algo comenzaba a gestarse.

—Me iré ahora mismo—Anunció la IA al grupo, quienes estaban próximos de entrar a clase—

—Bien, entre antes termines antes estarán a salvo—Xana asintió—

—¿Cuándo crees tardar? —Preguntó Yumi—Es para cubrirte con los profesores—

—No hay necesidad de eso—Respondió la IA—Si Anthea está aquí ya no tendré que venir a este sitio—

—Como veas, pero hazlo bien, recuerda que una vuelta al pasado no puede revivir un muerto—Añadió Jeremy—

—En fin—Dio media vuelta, llevaba una mochila a su espalda con pocas cosas. Tenía puesto un buso negro con capucha y un chándal del mismo color—

Salió de Kadic con dirección a la estación de trenes, podía hacer algo más rápido como secuestrar un coche controlando al conductor, pero entre menos pistas diera más fácil sería.

Siguió por las calles con una caminata rápida, sin fijarse demasiado en los detalles ni en quién le miraba, iba concentrada en su objetivo.

Llegó a la estación a eso de media hora después, estaba concurrida, y solo bastó con ver un cartel que indicaba los horarios de cada tren, el que iba a suiza estaba a punto de salir, y se escabulló entre la gente saltando controles para lograr entrar a pocos minutos antes de la salida, el viaje duraría no más de unas tres horas.

La matanza apenas iba a comenzar.

C'EST FINI

Próximo capítulo: Plan Valkiria: Sangre rosa

Hola cabezas de internet, muchas gracias por leer hasta aquí, espero que el capítulo os haya gustado.

Debo pedir disculpas por estos meses, pero ahora comencé prácticas en una empresa y el horario me da para escribir, no como en estos dos meses que por culpa del instituto no tuve tiempo.

La idea se ve, quizás la personalidad de nuestra IA no sea definida, pero a la larga son solo maquinas que repiten todo lo que haces y dices.

Bueno… poco más que decir, que seguiré con esta historia y publicaré, el otro domingo a más tardar un, en principio One-shot, sobre Sam que espero leáis.

Reviews:

Felikis "El que quiere matar a Hiroki en su historia": Aelita es una niña, que esté viva es de puro milagro. No la mataré… no todavía. Lo de Sam y Odd… son adolescentes que no les importa nada y las hormonas no les da para más.

Draoptimusstar3: Muchísimas gracias por tus palabras Draop, poco que comentar. Espero que el capítulo sea de tu agrado.

Titokenny01: Aelita es una niña mentalmente, que esté viva es de pura suerte. Muchísimas, pero muchísimas gracias por esas palabras, Víctor, de verdad que se agradecen un montón, Graciñas. Espero que el capítulo sea de tu total agrado.

Smarty26: Muchísimas gracias colega, es un honor, espero que el capítulo te guste.

Pues eso, nos veremos, ojalá, pronto.

Pura vida.

Adiós

Daemon.