Plan: Valkiria (Parte VIII)

Falsa esperanza

Aelita tenía miedo, estaba completamente indefensa, tenía las manos esposadas en la espalda y el coche no le dejaba mucha posibilidad de movimiento, se limitaba a no dejar que el hombre de negro sentado al lado suyo le pusiera una mano encima. Escuchó la conversación.

—¡Dijeron que no tendríamos bajas! —Se quejó el hombre que estaba al lado de Aelita—¡De doce personas solo quedamos cuatro! —

—Ojalá saber quienes eran los que atacaron—Respondió el otro y casi instantáneamente recordó algo—¿Recogimos a una persona más o es cosa mía? —Una voz habló atraves de un comunicador portátil—

¿Tenéis a Aelita? —Preguntó, al parecer era uno de los hombres de negro del coche que iba delante—Creo que cogimos a la que no era—Se miraron entre si los dos hombres de negro—

—Si, está con nosotros—Respondió el que estaba al lado de Aelita—

¿Qué hacemos? —Preguntó—¿La ejecutamos? —Aelita se alarmó casi de inmediato—

—¡No! —Gimió, pero uno el hombre que estaba al lado suyo le propinó un puñetazo en el estómago que la dejó sin aire—

—No le hagáis nada, la gente ha visto cuando la sustraíamos del lugar, lo mejor será llevarla a la base junto con Aelita y que ellos hagan con lo que quieran con ella—Respondió el hombre—

Entendido—Respondió, y cortó la comunicación—

—¿Nunca te enseñaron a no interrumpir conversaciones ajenas, niña? —Preguntó a Aelita en modo de amenaza—Si comienzas a dar problemas te daré una paliza—

—No te calientes, dijeron que tenía que estar con capacidad de hablar o de lo contrario la paliza la tendríamos nosotros—Respondió el conductor—

—Con esto tendrás—Intentó ponerle una cinta en la boca, pero cuando acercó su mano instantáneamente Aelita mordió sus dedos con fuerza, lo que provocó que le diera un puñetazo en el pecho—¡No hagas eso! —Suspiró—Cuando acaben contigo ya verás que bien la pasaremos tu y yo—Eso sonó peor de lo que aparentaba, Aelita temblaba de saber que podrían hacerle—

Por su parte, Anthea había llegado a la zona del accidente junto con Odd, al ver la escena casi se le partió el corazón.

—Dios mío, no puede ser—Detuvo el vehículo a un lado de la carretera y se bajó casi instantáneamente junto con Odd, acercándose a Xana entre el humo y la sangre. Al analizar con rapidez su cuerpo notó la parte superior del brazo derecho notablemente hinchada, sangre corría por debajo de su falda y de su buso, había recibido un impacto casi mortal—¡Aún respira! —Dijo—Vamos a subirla al coche—Apoyándola sobre su espalda, la llevó al coche y la recostó en el asiento trasero, extendiendo un abrigo debajo de las partes ensangrentadas, por suerte el tapiz era negro y no se notaría si se manchaba. Anthea recibió una llamada, el servicio secreto—Cabrones—

También estamos encantados de oírte—Respondió una voz al otro lado de la llamada—La reunión que tuvimos hoy dio por sentado que sería peligroso tenerte a cargo de la base, y en vista de que Lowell Tyron estaba muerto quisimos recuperarte—Siguió—

—¿¡Y qué tiene que ver Aelita en todo esto!? —Preguntó, bastante alarmada—

Es un comodín para asegurarnos de que no te escaparás de nosotros, sabemos que sin ella tú no eres nada—Respondió la voz—Sólo podemos asegurarte de que tu querida hija está con nosotros, que esté bien o mal, nos es indiferente—Añadió—

—Esta vez habéis ido demasiado lejos—Contraatacó Anthea—La voy a recuperar, aunque me cueste la vida—

Adelante, te esperamos, pero mientras más tardes menos posibilidades tendrás de encontrarla intacta, avisada quedas—Colgaron la llamada—

—¿Y ahora? —Preguntó Odd—

—¿Ahora? … no servirá de nada, pero si tienes fe, reza—Respondió al mismo tiempo que arrancaba el coche—Sé donde la van a llevar, así que iremos de camino, rezando para que Xana se encuentre bien para ese entonces—Dijo—Pararemos en una estación de servicio cuando estemos en la autopista—Comenzaron a moverse. El rato pasaba silencioso, Odd dudaba si llamar a Jeremy para avisarle o dejarlo en secreto hasta el final, era un completo maleficio, pasaron los minutos hasta que sonó un móvil, pero…—Mio no es—

—Tampoco el mío—Giró y vio una luz en la mochila de Xana, que estaba justo en sus pies, la abrió y vio el móvil de ella vibrar, contestó a la llamada—

Hey, ¿Sabes algo del accidente del camión cisterna cerca del instituto?, llegamos al lugar y parece que en ambos haya ocurrido una matanza—Dijo una voz femenina del otro lado del teléfono—

—Verás… Xana no puede hablar ahora…—Antes de poder continuar, la persona colgó la llamada—¿Y eso? —

—Déjame ver el número—Dijo Anthea y Odd le acercó el teléfono—Me suena el número, pero… ahora no puedo pensar—

—¿Y una vuelta al pasado…? —Se preguntó Odd a si mismo—

—¿Puedes hacer eso? —

—Desde Lyoko se puede, pero si le contamos a Jeremy lo que ocurrió igual la cosa se pondrá peluda—Respondió—¿Qué hacemos? —

—No decirle—Respondió—Entre menos personas sepan, más fácil será—Tenía que obedecer, aunque no estuviera de acuerdo, la opción de la vuelta al pasado era la mejor de todas con diferencia, pero luego Jeremy podría enfadarse demasiado, y ni hablar de Xana—Será lo mejor, créeme—Al paso de un rato escucharon unos quejidos seguido de gritos suaves de dolor—

—Despertó—

—Mira que no haga ningún movimiento brusco—Odd se giró como pudo y observó, Xana se encontraba recostada bocarriba en el asiento trasero mientras sus piernas estaban manchadas de sangre, y ni hablar del resto de su cuerpo. Comenzó a toser sin descanso, salía sangre de su boca, Anthea lo vio—Tiene una herida interna—Dijo—Lo intentó—

—Aún sigue con vida, pero… ¿Cuándo podremos contar con ella? —

—En eso estaba pensando, se de buena fe que tenemos dos días seguros para ir por Aelita, al tercer día no puedo asegurar que siga ahí—Añadió—Cuando paremos veré la gravedad de sus heridas, y en base a eso decidiré que hacer—Odd asintió—

Siguieron el camino, casi media hora después Anthea encontró una parada de servicio donde había una gasolinera y una tienda al lado de esta, se detuvo a un lado de la tienda y se bajó del coche.

—Vamos a ver—Abrió la puerta del asiento trasero y alzó el buso de Xana lentamente, sentía la sangre aún húmeda en la vestimenta, al subir hasta el nivel del pecho pudo ver una herida ligeramente profunda que iba en vertical desde la parte derecha de la cadera y se desviaba ligeramente hasta terminar cerca del pecho—Se dio contra el borde del camión—

—¿Cómo es que sobrevivió? —Preguntó Odd, reticente—

—Su cuerpo está hecho para recibir golpes fuertes y seguir en pie, pero no un golpe de tal magnitud—Respondió Anthea—Ahora…—Palpó con las manos ambos brazos hasta ver el brazo derecho, al palpar en la parte superior e intentar moverla Xana soltó un grito de dolor, con su mano libre sostuvo su cabeza y levantó su torso hasta sentarla en el borde de la silla, estaba tan aturdida que Odd tenía que mantenerla con el torso en alto desde el otro lado—al menos despertó—

—Mi… brazo…—Se quejó la IA, y tosió, pero salió sangre de su boca—

—Debes tener una fractura o un golpe muy fuerte—Tras pensarlo brevemente añadió—Ayúdame a quitarle el buso—Dijo a Odd, y teniendo extremo cuidado de no mover el brazo derecho, lograron sacarle el ensangrentado buso y dejarlo a un lado, Anthea pudo ver bien la hinchazón, era preocupante—No podemos hacer nada—Resopló Anthea—

—Malditos… —Susurró Xana con dificultad—

—Lo mejor será que… descanses, no puedo llevarte a un hospital—Ante la falta de información física sobre ella, y sobre le hecho que la dejarían ahí un rato muy largo, lo mejor era esperar que se curara por sí misma, pero, ¿Cuánto tardaría? —

—¿Entonces que haremos? —Preguntó Odd, aún tras Xana—

—Nos quedaremos por aquí, vamos a despejarnos un poco y a pensar que podemos hacer—Respondió, y sacó algo de dinero de su bolsillo—Compra algo de beber y de comer para vosotros—

—¿Y tú? —

—Estoy bien por ahora—Respondió. Odd se retiró al interior de la tienda y Xana apoyó su cabeza sobre el asiento—¿Cómo te sientes? —La IA sonrió levemente—

—No… siento los pies—Respondió, e intentó moverlos, pero tenía la piel de estos bastante raspada—

—Tuvimos que haberlo visto venir—Dijo Anthea para si misma—¡Por qué! —

—Fue… culpa mía—Dijo con dificultad—Pude detenerlos… pero…—Tosió con fuerza, aún salía sangre de un rojo bastante oscuro—No quise hacerle daño a Aelita—

—Quizás hiciste bien, por ahora toca esperar a que a la noche o… mañana estés bien—Odd volvió con un par de refrescos y dos bocadillos—

—Gracias—Dijo Odd a Anthea y dejó lo de Xana a un lado de ella, quién con su mano que aún podía mover agarró el refresco, era un envase plástico que estaba frio, y sumado al viento que le venía a la cara, sentía como el dolor superficial en su cuerpo se iba lentamente, sin embargo, la sensación punzante que tenía a la altura del vientre no se iba. Le gustaba sentir el frio en sus manos—

—Quiero… ir al baño—Dijo Xana a Anthea—

—Te ayudo, apóyate conmigo—Se acercó y logró hacer que pasara una mano por encima de su hombro levantándola del asiento, pero le costaba mantener el equilibro. Por suerte, los baños estaban en la parte exterior y no dentro del establecimiento—


Aelita por su parte ya había hecho lo posible por hacer un infructuoso intento por escapar, tenía las manos atadas y le era imposible. Iban a gran velocidad, tomaron un desvío por una autovía pequeña, poco después se toparon con una puerta metálica donde comenzaba una zona completamente vallada, al acercarse les abrieron la puerta automáticamente. Siguieron por la carretera hasta girar y entrar en unas instalaciones extrañas, constaba de varios edificios pequeños situados de forma casi aleatorio y un edifico de varias plantas justo en el centro, a su lado había una rampa para bajar al estacionamiento de las instalaciones subterráneas, lugar al que bajaron.

—Ya llegamos—Anunció el que iba conduciendo, y aparcó justo tras el coche que tenía delante, habían parado al lado de una puerta grande donde les esperaban personas. El hombre que tenía al lado se bajó y la obligó a ir con él, Aelita se resistió y a la fuerza fue obligada a salir del coche, la hicieron caminar hasta estar delante un grupo de personas vestidas de traje, la mayoría hombres y una mujer algo joven, pero imponía bastante. La empujaron desde la espalda y la obligaron a arrodillarse, al mirar a la derecha vio a Taelia, con un semblante bastante perturbado y con las manos esposadas en su espalda—Aquí está la persona que nos habéis pedido—

—¿Y el resto? —Preguntó una voz anciana—Erais doce personas en tres coches, ahora solo sois cuatro—

—Nos… tendieron una emboscada que acabó con parte de nosotros, pero logramos sustraerlas de igual manera—Contestó el hombre de negro bastante preocupado—

—¿Y ella? —Preguntó la mujer señalando a Taelia—

—Ante la confusión y los disparos de un lado a otro creí que era Aelita, y maté a las personas que la estaban acompañando y la subí al coche, luego nos dimos por enterados que no era Aelita—Respondió otro de los hombres de negro y todos se alarmaron en el instante—

—Por lo menos dime que nos os vieron—

—Nos vieron tres personas que nos dispararon, pero no nos siguieron—Respondió—

—… LA MISIÓN ERA TOTALMENTE ENCUBIERTA—Gritó una de las personas de traje

—Tranquilidad—Dijo la mujer—Interrogadla, quiero saber quién es—Los hombres asintieron y la llevaron al interior de las instalaciones—En cuanto a ti, Aelita—Se acercó, la aludida tenía miedo—Podemos hacerlo por las buenas o por las malas, queremos saber dónde está tu padre y que planeaba hacer con el proyecto Cartago, ¿lo harás? —Aelita no respondió, simplemente le miraba con un desagrado casi inusual—Bueno, elección tuya—Miró a los hombres de negro—Llevadla a una sala de interrogatorio y si hace falta torturadla para que hable, si aún con esas se resiste usaremos la maquina Extirparrecuerdos—Los hombres asintieron y pusieron de pie a Aelita alzándola de las manos—

—Empezamos por lo difícil porque quiero ver que tanto puedes soportar—Dijo la mujer—

—Te digo que hay otras maneras—Dijo el más anciano de todos los presentes con una voz tal—¿Piensas torturarla hasta la muerte? —Preguntó con enfado—¡Venga hombre! —

—Me encargaron esta tarea, si hace falta que la torturemos lo haremos—Dijo—Venga, hacedlo—Empujaron a Aelita al interior de las instalaciones, eran pasillos no muy amplios que se metían bajo tierra, rápidamente entraron a una sala donde había un cristal grande que daba vista a otra sala pequeña con una mesa y tres sillas, dos en un lado y una de otro, entraron a esa sala y sentaron a Aelita a la fuerza en una de las sillas, los hombres de negro se retiraron y, viendo que los presentes de la entrada seguían al otro lado del cristal, quizás podía ser su fin. Entró un hombre con apariencia de pocos amigos—

—Que sea rápido, ¿Quieres? —Preguntó el hombre ya con cierta agresividad—¿Dónde está tu padre, Waldo Schaeffer?, o Franz Hopper, como quieras llamarlo—Preguntó, de pie al frente suyo—

—No lo sé—Mintió Aelita, y el hombre dio un agresivo manotazo a la mesa—

—¡Si lo sabes! —Dijo el hombre—No es casualidad que estuvieras en una academia que curiosamente quedaba cerca de la Ermita donde vivías con él hace unos años—

—No… sé por qué me dices eso—De verdad que no quería decirle nada, no quería que supieran nada. El hombre tomó aire —

—No le mientas a la persona que puede golpearte hasta romperte el alma, y no me hagas perder tiempo—Dijo el hombre—

—No te diré nada—Dijo Aelita sacando valor de algún lugar, pero el hombre se enfadó y le dio una patada en el pecho que la hizo caer de la silla, le dejó sin aire—

—¿Nunca te enseñaron a ser honesta? —Preguntó el hombre—Ya escuchaste a la jefa, obedeces o nos encargaremos de hacer que lo hagas—Aelita se mantuvo en silencio, sabía que simplemente sería peor, pero si revelaba la ubicación de su padre ponía en peligro a todos sus amigos, sobre todo a Xana y a Jeremy—Eres muy maleducada—El hombre la volvió a patear en el vientre—¡Ponte de pie! —La agarró del cuello y la obligó a ponerse de pie, el hombre se acercó y puso una mano en su cuello, arrinconándola contra la pared—¡HABLA! —Ordenó—¿Qué planeaba tu padre con el proyecto Cartago?, ¿Destruirlo? —Aelita rio, mas bien por la ironía—¿Te burlas de mí? —

—Y… lo haré, aunque me golpees—Respondió, y recibió un puñetazo en la cara que la mandó al suelo. Soltó un gemido del dolor, tantos golpes le estaban pasando factura. El hombre siguió esperando una respuesta, pero se cansó, perdió la paciencia y comenzó a desquitarse con Aelita, la agarró del antebrazo izquierdo y la obligó a ponerse de pie, la pelirrosa sentía un dolor insoportable en ese sitio—Suéltame, suéltame, suéltame—

—¿Ahora si hablas? —Apretó con fuerza y la apoyó contra la mesa—¿Entonces? —Una voz habló por un altavoz que había en el interior de la sala—

—Ahora nada, usaremos la máquina—Dijo una voz masculina—Gracias—Abrieron la puerta, pero el hombre no quería irse sin darle antes una paliza a Aelita, tanto así, que la golpeó con fuerza en la espalda hasta que dos hombres de negro pudieron separarlo y sacarlo del lugar. Aelita lloraba del dolor en su antebrazo, le ardía como el momento cuando la bala impactó ahí. Vio a una mujer no muy alta, ligeramente obesa y con una bata blanca en contra de su piel morena—

—Quiero ver si le rompió algo antes de continuar—Dijo la señora—

—Me parece correcto—Dijo uno de los presentes—Iremos preparando el laboratorio y la máquina, te avisaremos cuando esté todo—La mujer asintió y ayudó a Aelita a ponerse de pie otra vez—

—Vamos a la enfermería—Usando una llave le quitó las esposas, Aelita instantáneamente se alejó de ella y del resto, no se fiaba nada—No tienes donde ir, no sé que haces—Le dijo—Venga, que el tiempo es oro—Al ver que Aelita no obedecía, se acercó y a la fuerza la hizo mover, entraron a una sala de un color blanco extraño que parecía un consultorio médico, extraño—Quítate la ropa, voy a revisarte—Aelita se quitó su buso junto con su camisa y sus zapatos—Toda la ropa—

—¿Es necesario? —Preguntó con desconfianza—

—No va a entrar nadie, pequeña—Dijo—Hazme caso, entre más tiempo estés aquí mejor, esa gente… en fin—Parecía pensar diferente que el resto. Aelita se desvistió completamente, la mujer le señaló una camilla, se sentó ahí—Soy Evangeline, pero puedes decirme Eva—Presentó la mujer—Trabajé con tu madre hace unos… doce o catorce años, mas o menos—Aelita se sorprendió—Tuvimos muchos problemas, pero yo era quien la mantenía de este lado del barrio—Fue un dicho un tanto extraño—No hablaba con nadie esa mujer, pero bueno, no es que fuera algo malo después de todo—Se acercó a Aelita y comenzó a revisarla superficialmente—Tienes moratones a montones, vaya paliza te dio ese desgraciado—Se dio cuenta del vendaje que llevaba—¿puedo? —Aelita asintió y Eva le quitó la venda y luego la gasa que llevaba sobre la herida del antebrazo—¿Quién te hizo esto? —

—Antes de venir aquí los hombres de negro me dispararon—Respondió—

—La persona que te curó se la sudó el mundo—Dijo, revisando minuciosamente la herida—¿Te importa si te curo yo? —Aelita negó con la cabeza, y la mujer comenzó a limpiar y a intentar cerrar bien la herida—Me gustan los niños a pesar de que no tenga hijos, se me partió el corazón de ver como de golpeaban—Asintió—

—¿Y Taelia? —Eva arqueó una ceja—

—¿La otra chica que venía contigo? —Aelita asintió—Pasó por aquí hace un rato, ella estaba bien, pero muy nerviosa y enfadada—

—La confundieron conmigo—Dijo Aelita—Idiotas—

—¿Qué le puedes pedir a esa gente que a duras penas saben que las gafas que tienen son negras? —Dijo Eva—La llevaron a las celdas del fondo de las instalaciones, supongo que verán quienes son sus padres y la devolverán, ya lo han hecho antes, que la confundan no es la primera vez que pasa—

—Pero… ella es huérfana…—Dijo, la mirada de Eva cambió a una de sorpresa y luego a una de preocupación—

—Dime que es una broma—Aelita negó con la cabeza—Entonces la cosa se complicará aún más—Dijo—Intentaré hacer lo que pueda, pero… esa gente intentará divertirse con ella antes—

—¿Divertirse? —Preguntó, en toda su inocencia—

—Si es que aún eres una niña—Dijo Eva a si misma— Le harán daño, solo espero que no demasiado—

—Me… siento mal—Dijo—No quería que le pasara algo a ella, fue injusto—Quería llorar—

—Recuéstate, anda—Aelita obedeció—Intentaré que no os hagan daño, aunque tu estás a salvo, pueden golpearte, pero nada más de ahí, no te pueden poner una mano encima y esclavizarte o usarte como ratón de laboratorio—Aelita sintió una carga menos encima—Ya está—Volvió a poner la venda en su lugar—Ahora voy a revisar si no tienes un hueso roto o un músculo lastimado, aunque no te estás quejando así que es buena señal—Comenzó a presionar con sus dedos por distintos lugares del cuerpo, pero solo sentía un ligero pinchazo en las zonas con moratones—Vale, nada roto, tuviste suerte, ahora voy a revisar otras cosas—Abrió las piernas de la pelirrosa y comenzó fijarse en detalles—Nada malo, estás en condiciones, quedará esperar a que te llamen para ir, vuelve a vestirte—

—¿Qué me harán? —

—Tu madre, Anthea, desarrolló una máquina, más bien unos guantes, con maquinas y sensores en los dedos, funciona para sacar recuerdos de las personas en formato de video y luego estudiarlos, puede borrar memorias y cosas similares, no funciona perfectamente porque Anthea no quiso, así que sería un milagro que lograsen algo contigo—Dijo—Ya lo verás pronto—Alguien entró a la sala justo cuando Aelita terminó de vestirse—Hannibal—El hombre era alto, regordete, con rostro de lagarto y ojos saltones, rondando la cincuentena. Vestía con un traje de seda de colores violeta, naranja y blanco, que de por si combinaban muy mal entre ellos—

—¿Está lista? —Preguntó el hombre, que parecía despistado. Eva asintió—Entonces vamos, queremos que esto sea rápido—Un hombre de negro entró y volvió a esposar las manos de Aelita—Será divertido—Casi de obligación la llevaron a una sala al fondo del largo pasillo de la instalación subterránea. La sala no era muy diferente a la anterior, era grande y con un montón de aparatos alrededor de esta. Había un ordenador y un par de guantes recubiertos de aparatos. Rápidamente sentaron a Aelita en una silla y entró un grupo de personas a la sala—

—Veo que ya estás aquí—Dijo la mujer que había visto en el estacionamiento—Espero que esta vez sí nos digas algo—Aelita le devolvió una mirada llena de ira—

—Terminemos con esto—Hannibal se adelantó y conectó los guantes, de los puso en sus manos y se situó delante de Aelita—Estos guantes pueden extraer recuerdos de la gente con mucha facilidad—Explicó el hombre—Vamos allá—Puso los guantes sobre la cabeza de la Aelita y comenzaron a trabajar—


Por su parte, Anthea, Xana y Odd ya habían salido de camino a Berna, Xana se estaba recuperando con rapidez, después de comer había regenerado energías suficientes para mantenerse en pie, pero su cabeza daba vueltas, estaba aturdida todavía.

—¿Cómo te sientes? —Preguntó Anthea al notar a la IA absorta con el paisaje—

—Mejor—Respondió—Supongo que estaré bien para esta noche—Tenía una ratio de recuperación increíblemente alto—¿Y tú? —

—Pues… nerviosa, pero no puedo hacer más—Era verdad—Espero que lleguemos a tiempo—

—Será un día muy largo—Siguieron su camino hasta llegar a Berna un rato después, entraron a la concurrida y pintoresca ciudad—Pararemos a descansar por aquí hasta la noche—Aparcó el coche cerca de una plaza—


—Lo tenemos—Dijo Hannibal—Ahora toca estudiarlo—Desconectó los guantes y retiró una tarjeta de memoria de estos—Veremos que nos escondes—Se la enseñó a Aelita y luego de la entregó a otra persona que estaba en un ordenador, tras conectarla a este pudieron ver archivos de video, pero tenían algo…—¿Qué es esto? —

—Parece una diana—Respondió la mujer—Abre el resto—Los videos eran cortos, pero tenían un símbolo muy peculiar en ellos—Explica esto—La mujer acercó a Aelita a la pantalla del ordenador y la obligó a mirar, reconoció el símbolo a la primera: Xana, suspiró aliviada—

—No… me suena—Respondió, y la mujer la empujó hacia el suelo—

—¿En serio? —Preguntó, ya sin paciencia—No hice perder a ocho de mis hombres para que fuera todo en vano—Dijo con furia—Sigamos intentando—Pero decirlo fue lo más cercano a una maldición, pues el ordenador comenzó a recalentarse casi instantáneamente hasta que explotó la torre, Aelita estuvo apunto de echarse a reír, pero se contuvo. Xana había infectado su memoria para evitar cualquier tipo de intrusión, fue un movimiento inteligente—Debe tener una explicación todo esto—

—Creo haber visto ese símbolo antes—Dijo Hannibal—Hubo un hackeo hace cosa de un mes o dos y ese mismo símbolo apareció—Acertó—¿Tendrá que ver algo? —La mujer tomó aire—

—Tendrá que ser por las malas—Dijo—Llevad a la otra chica a una sala—Los hombres de negro asintieron. Llevaron a Aelita a una de las salas donde la habían interrogado, pero esta vez la dejaron de pie en una esquina en frente de una mesa mientras un hombre de negro la sostenía por detrás. Taelia, arrastrada por unos hombres, entró a la sala y pusieron de pie al lado de la mesa, ambas cruzaron miradas—

—¿Por qué me hacen esto? —Preguntó Taelia, alterada—Yo no hice nada malo—Una lagrima recorrió su mejilla—

—Juro que no lo sé—Respondió Aelita, forcejeando con el hombre de negro—

—Iremos por pasos, mientras más preguntas hagamos y no respondas más sufrirá ella, así que ya lo sabes—Dijo la extraña mujer, entrando a la sala y cerrando la puerta tras si—Empecemos—Hizo una seña a los dos hombres que sostenían a Taelia y le rasgaron la ropa casi en el acto, dejándola totalmente desnuda—

—¡No le hagáis nada! —Suplicó Aelita al ver lo que hacían con Taelia—

—¿Dónde está Waldo? —Preguntó la mujer, pero recibió como respuesta una mirada de furia—Vamos, no tenemos todo el día—Aelita no respondió, la mujer chasqueó los dedos y uno de los hombres golpeó a Taelia en el pecho, luego, sacó una navaja de uno de sus bolsillos y la acercó al vientre de esta, rasgando la piel con una línea recta corta, la pequeña gritó del dolor—

—¡PARAD! —Gritó—¡NO QUIERO, PARAD! —Gimió, Aelita estaba en el límite, no toleraba ver cómo torturaban a una persona que hasta hace dos días le daba casi totalmente igual todo, y parecía tranquila, más que cualquier otra cosa. Ahora esa tranquilidad se había visto perturbada por un error suyo, pero un error que al fin y al cabo no podía remediar, no podía traicionar a sus amigos ni a sus padres—

—¿Qué planeaba hacer con el proyecto Cartago? —Preguntó la mujer al oído de Aelita. No respondió—Ellos no se detendrán—Dijo—No quieres ver cómo sufre tu amiga, entonces habla, no perderás nada, prometo que te recompensaré debidamente—

—¡Deja de mentirme! —Dijo Aelita—No sé nada de lo que él hacía—Respondió Aelita, sabiendo que no le creerían—No soy la persona que buscas—La mujer no se lo creyó—

—Si tu lo dices, pequeña—Chasqueó los dedos y uno de los hombres movió a Taelia hasta estar tras la mesa y la obligó a recostar su torso sobre esta mientras estaba de espaldas a él. Con una mirada de perversión casi absoluta, el hombre puso sus manos sobre la espalda de la chica y se desabrochó su pantalón—El tiempo corre, pequeña—Dijo a Aelita, quien se resistía a hablar. La mujer volvió a dar un chasquido y el hombre, con fuerza, ultrajó a Taelia con fuerza en su intimidad provocando que soltara un grito, mientras el otro hombre la agarraba del pelo y le ponía la parte afilada de la navaja en el cuello—

—¡DUELE! ¡DUELE! ¡DUELE! —Gritó Taelia con fuerza mientras el hombre se movía con agresividad, pero no se detenía, sentía su interior arder con fuerza con cada movimiento—

—Para… por favor—Dijo Aelita—Podías dejarla fuera de esto a ella—

—Nos dijeron que no te tocáramos mucho porque querían algo más contigo—Dijo la mujer—Así que aprovechando la confusión podemos aprovechar para torturarla a ella—Añadió. El hombre continuó con su movimiento—

—Te diré lo que buscas—Rindió Aelita, a la mujer se le iluminó una sonrisa—Pero, déjala en paz a ella—La mujer dio un chasquido y el hombre se detuvo—

—Entonces, vamos por lo primero—Dijo la mujer acercándose a Aelita—¿Dónde está? —

—No lo sé con seguridad, la última vez que supe de él fue… hace más de medio año cuando me dejó en Kadic—Mintió, se estaba inventando una historia para confundir, no era muy buena en ese aspecto, pero tenía el beneficio de la duda—

—¿Alguna idea de donde pudo ir? —Aelita negó con la cabeza—

—Dijo que estaría en contacto conmigo, pero desapareció—La mujer soltó un suspiro de resignación—

—Y sobre el Cartago…—

—Sé… que tenía un laboratorio, pero lo mantenía en secreto—Mintió, la mujer aparentemente cayó—Era cuidadoso con lo que hacía, por eso te dije que no soy la persona que buscas—

—No tiene sentido—Dijo la mujer para si misma, Aelita se temió lo peor—Dijeron que sabías donde estaba, pero ahora que lo pones así…—

—¿Qué hacemos? —Preguntó un hombre de negro—

—Voy a hablar con el resto, seguramente la decisión tarde algunas horas, así que mientras eso llevadlas a una celda, si os aburrís podéis hacer lo que queráis con la otra—Refiriéndose a Taelia, a quién dedicó una mirada—Dadle algo de ropa y ya está, no quiero saber nada de ellas por el momento—Los hombres asintieron y a la fuerza se las llevaron a ambas, un rato después llegaron a la parte más profunda de las instalaciones, era un pasillo iluminado con puertas metálicas que tenían unas pequeñas rejillas, abrieron una de las puertas y las obligaron a entrar en la celda, donde había lo más similar a una cama y poco más. Les quitaron las esposas y las dejaron ahí cerrando la puerta poco después—

—No hagáis mucho escándalo—Dijo uno de los guardias, marchándose del lugar. Taelia cayó arrodillada al suelo y luego se apoyó contra la pared, escondiendo la cabeza entre sus rodillas—

—Supongo… que se acabó—Dijo Taelia con voz llorosa, Aelita se acercó y se sentó al lado de ella, intentando tomar su mano para consolarla, pero la apartó casi inmediatamente—

—Es todo un mal entendido—Dijo Aelita—No tenía que pasar esto—

—¿No tenía? —Estaba, aunque no lo pareciera externamente, fuera de si—¡Me confundieron contigo y por eso estoy aquí! —Gritó con rabia, y luego su voz se volvió quebradiza—Y ellos… Dios…—

—Te juro que esto acabará pronto—Dijo intentando consolarla—Solo tienes que tener paciencia—

—Me da igual ya—Dijo Taelia—

—¿Cómo puede darte igual? —Antes de recibir una respuesta un hombre de negro entró a la sala y lanzó algo—

—Ponte eso—Dijo el hombre antes de marcharse. Había lanzado una camisa de color blanco. Taelia la recogió y se la puso rápidamente, era mejor que estar desnuda—

—Aléjate de mí—Pidió—Aléjate, por tu culpa…—No quería decirlo, Aelita obedeció y se fue a una esquina de la celda, en frente de Taelia. Pasó un rato mientras ambas deliraban en su propio infierno hasta que la puerta se abrió dejando ver a Eva acompañada de la extraña mujer—

—Ven con nosotros un momento—Dijo Eva, dándose cuenta que Aelita estaba al otro lado de la celda—Tenemos que hablar con ella—Aelita asintió, Taelia se levantó con la fuerza que le quedaba y se marchó con ellas. Aelita se quedó solitaria en ese oscuro lugar, con su cuerpo y mente heridos, ya no soportaba lo que estaba pasando, rezaba al cielo para que ocurriera un milagro. Un rato después volvió Taelia, tenía lagrimas corriendo por sus mejillas, venía acompañada de Eva—

—¿Qué pasó? —Preguntó con desesperación, Eva negó con la cabeza, quizá era mejor no recordarlo, pero su expresión era de dolor e impotencia al no poder hacer nada—

—Si tenéis algún problema podéis intentar avisar—Aelita asintió, y Eva se marchó al instante. Aelita se acercó casi a la fuerza e intentó consolar a su amiga, quién se lanzó a darle un abrazo mientras lloraba con más fuerza, no sabía la razón, pero quizá no quería saberla, si estaba triste sería por algo importante para ella. Al rato se calmó y habló—

—Están… muertos—Dijo con un tono frágil—

—¿Quiénes? —Preguntó con desconfianza—

—Las personas… con las que estaba, era una familia de acogida—Respondió, aún sin romper el abrazo—Ahora no están—En su mente pasaban las escenas donde recibían disparos en su humanidad. Aelita simplemente no podía entenderlo—

—¿Y qué te dijeron? —Preguntó, rompiendo el abrazo—

—Que… me quedaría aquí hasta que decidieran que hacer—Respondió—Ya no me importa nada—Dijo—No me siento bien—Se recostó en el frio suelo y cerró los ojos. Aelita se quedó a su lado, tenía que vigilar que no intentara algo malo—


No pasó nada durante las horas siguientes. Cuando la tarde estaba cayendo, Xana y Odd se encontraban sentados en la terraza de un bar, Anthea había entrado al mismo por unas bebidas. La IA se encontraba en una impresionante forma, había recuperado su energía y ahora estaba preparada, no obstante, aunque la hinchazón de su brazo había bajado considerablemente aún le dolía al moverlo.

—Es impresionante como pasaste de ser casi un zombi a estar despierta—Dijo Odd, distraído con su consola—

—También me sorprende—Dijo—¿Estás preparado para esta noche? —

—Preparado—Respondió el italiano—Quiero una buena venganza—

—Yo igual—Parecía distraída pensando. Anthea volvió con unas bebidas y las dejó en la mesa—

—Espero que tengáis energía, quiero que salga todo perfecto—Dijo Anthea—¿Te sientes capaz? —Preguntó a Xana llamando su atención—

—Si, quizá mañana me duela en exceso, pero es mejor que no hacer nada—Respondió la IA—Agarrando la bebida y dándole un sorbo, quería quitarse ese sabor a sangre de la boca, comenzaba a ser desagradable luego de varias horas—

—¿Y tú? —Preguntó a Odd—

—Quiero darles una paliza—Respondió el italiano. Anthea sonrió—

—Espero que mañana podamos estar con ambas en casa—Suspiró Anthea—

Llegó la noche. Se encontraban de camino.

—¿Tienes todo? —Preguntó Xana a Odd, quién enseñó su pistola y su móvil—Bien—Anthea se detuvo antes de un desvío que terminaba por dar a las instalaciones donde estaban Aelita y Taelia—

—Os tengo que dejar aquí—Dijo Anthea, girándose a ambos—Buena suerte, por favor, quiero estar con ellas—Ambos asintieron. Se acercó a ambos y les dio un abrazo—Llamadme cuando estéis aquí otra vez, volveré en nada—Ambos asintieron y salieron del coche. Anthea se marchó rápidamente y los chicos tomaron el desvió por un lado de la carretera. A diferencia de Odd, que llevaba un abrigo con capucha, Xana se encontraba solo con una blusa sin mangas, pues su buso había quedado destrozado, se encontraba al descubierto, pero lo tenía cubierto—

—¿Cuál es el plan? —Preguntó Odd, con el arma en la mano—

—Iremos de arriba abajo, primero con el edificio y luego con las instalaciones bajo tierra—Respondió—Dudo que tengamos problemas, pero si los hay, usaré electricidad y asunto arreglado—Dijo, fijándose que estaban llegando a la reja de la entrada—Atento—Odd sintió cómo el ambiente era electrizante, Xana le había contado que en esas ocasiones usaba un campo magnético alrededor de su cuerpo que funcionaba como PEM que evitaba que las cámaras de seguridad pudiera grabarla, era un movimiento inteligente. Ambos se acercaron a una garita de seguridad donde había un hombre de negro descansando, y sin darse cuenta, recibió un choque eléctrico que le fundió, literalmente, el cerebro. Xana abrió la puerta con un botón y ambos entraron por la carretera que daba al edificio principal—

—¿Por qué no vamos directo bajo tierra? —Preguntó Odd en voz baja—

—Tiene sentido—Dijo la IA—Parece vacío el edificio—las luces en el interior estaban apagadas—Bueno, si insistes—Corrieron al descubierto hasta entrar al parking subterráneo, estaba bien iluminado. Xana vio el coche donde se llevaron a Aelita aparcado justo al lado de una puerta grande—Haremos lo siguiente—Dijo—Iremos habitación por habitación y nos desharemos de cualquier persona que encontremos—Odd asintió—Si logras encontrar una navaja o un cuchillo sería mejor que la pistola—Volvió a asentir. Se acercaron a la puerta y la abrieron con sigilo, entrando y cerrándola tras sí. Estaba el pasillo vacío, siguieron rápidamente hasta entrar por la primera puerta y encontrarse con una sala de juntas con un montón de personas reunidas, Xana sonrió—Bingo—

—¿Los…? —Xana asintió. Las personas se giraron repentinamente y casi les dio un vuelco del susto, Xana extendió su mano izquierda y casi instantáneamente los presentes se quedaron suspendidos en el aire—

—¡¿Quién es?! —Preguntó uno de los presentes—

—¿Sois los responsables de que Aelita esté aquí? —Preguntó la IA, pero el silencio era abrumador—Bueno, supongo que si—Soltó una descarga eléctrica que afectó a los presentes, cerró su mano lentamente hasta que dejaron de moverse, luego cuando ya su mano estaba hecha un puño la abrió de golpe y algunos cuerpos explotaron al nivel del vientre—Me estoy quedando sin energía—

—¿Quiénes eran? —Preguntó Odd—

—Supongo que los encargados de este lugar—Respondió—Iré buscando cosas, mira si tienen alguna navaja—Comenzaron a rebuscar entre los cuerpos, pero no encontraron nada interesante—

—Tengo dos—Le entregó una a Xana—

—Me vale—Dijo—Sigamos—Salieron de la sala y siguieron por el largo pasillo hasta encontrar otra habitación, la abrieron y entraron de golpe, era una sala de interrogatorio donde había tres hombres de negro que se giraron inmediatamente, pero les faltó tiempo antes de que Xana le clavara la hoja de la navaja en la garganta a uno de ellos, Odd había hecho lo mismo. El tercero intentó irse, pero Xana lo detuvo en el acto y recibió dos cortes de ambos casi de manera instantánea. Tras asegurarse de que estaban muertos, salieron de la sala—Deben haber de esos a montones—Dijo, y señaló otra puerta que comenzó a abrirse, Xana se apresuró y entró de golpe, acuchillando en un ojo a la persona que iba a salir, no sabía quién era, parecía una mujer. Luego de entrar y darse cuenta de que habían entrado en un despacho se pararon a descansar—

—No ha estado mal—Dijo Odd, estirándose—

—Sigamos, tenemos que ser rápidos—Odd asintió y salieron de la sala, cuando iban por el pasillo se encontraron con la enfermería, entraron, pero estaba vacío—Nada, que raro, pensé que estaría aquí—

—Seguro que hay más gente, no puede estar esto solitario—Salieron y la siguiente sala que encontraron fue el laboratorio, al entrar vieron a dos personas de bata, al parecer dos técnicos, que intentaban arreglar un ordenador. La IA y Odd se lanzaron al mismo tiempo y lograron reducirlos—

—Mira eso—Señaló los guantes Extirparrecuerdos. Tras asegurarse de que los dos habían muerto se acercó a los objetos—

—¿Qué son? —Xana tocó con los dedos aplicando pequeñas descargas eléctricas a los guantes—

—Parece que funcionan con ondas cerebrales—Respondió—Se lo llevaremos a Anthea, seguro que tiene idea de lo que es—Odd asintió, y Xana lo guardó en su mochila—Sigamos—Ya no encontraron más salas, pero si una serie de pasillos que parecían habitaciones, pero al entrar por ellas estaban vacías, al final encontraron una puerta grande donde salía un olor a comida, estaba llena de hombres de negro—Saca la pistola—Odd asintió y la desenvainó—Una, dos y…—Entraron de golpe y comenzaron a disparar a quemarropa, matando a más de la mitad de los presentes cuando se habían agotado los proyectiles. Luego se lanzaron con las navajas por los restantes, que perecieron tras quedar aturdidos por el ataque sorpresa, las bajas se contaban por decenas. Una persona se mostró de la nada con una pistola, tenía una bata blanca, una mujer—

—¿Qué buscas? —Preguntó la mujer apuntando a Xana—

—Aelita y Taelia—Respondió la IA, la mujer bajó la pistola—

—¿Sois amigos suyos? —Odd asintió—Puedo deciros donde está, vamos—

—Cómo se que eres de fiar—Apuntó la navaja a la mujer—

—No me creas si no quieres, pero deberíamos darnos prisa, cuando alguien se de cuenta del desastre que habéis hecho se nos caerá la casa encima—Dijo—Están en la última celda de aquí—

—Confiemos en ella—Dijo Odd, y Xana asintió—

—Vamos—En compañía de la mujer, salieron de camino a las celdas—¿A cuantos habéis matado de camino aquí? —Parecía tranquila—

—A todos—Dijo Xana—Venimos por Aelita, y luego derribaré este lugar—

—Primero vamos por partes—Llegaron a la puerta de la última celda. Xana puso su mano en la puerta y usando electricidad pudo abrirla sin problema. Ambas estaban dormidas—Chicas—Aelita despertó, y al ver quienes eran se levantó de golpe y abrazó a Xana, que fue la primera que vio—

—¡Chicos! —Gimió—Estáis aquí—

—Nos costó—Dijo Odd—¿Qué pasó con ella? —Se acercó a Taelia, que se había sentado en el suelo mirando al vacío—

—Está así desde hace horas—Dijo Aelita—Mejor no preguntar—Era mejor—

—¿la conoces? —Señaló a Eva, y Aelita asintió—

—Era amiga de mamá—Respondió—Puede ayudarnos—

—Anthea nos está esperando afuera, debemos darnos prisa—Dijo la IA—

—Pero Taelia… no creo que pueda hacer mucho—La aludida se puso de pie, Eva se acercó y la apoyó sobre su cuerpo—

—Vámonos de aquí—Dijo finalmente Eva—Caminaron por los pasillos rápidamente, Odd y Xana iban en frente, mientras Aelita, Eva y Taelia estaban atrás—

—¿Ha pasado algo malo mientras no estábamos? —Preguntó Xana, intentando decir algo—

—Pues… a Taelia la han… torturado bastante—Respondió Aelita—

—La violaron intentando chantajear a Aelita—Dijo Eva—Cuando estemos en un lugar seguro lo mejor será apoyarla—

—Mientras no de problemas—Dijo la IA. Cuando llegaron a la puerta principal escucharon a un grupo de personas al otro lado, en el estacionamiento—Hay gente, y ya no tenemos balas—

—¿Qué hacemos? —Preguntó Aelita, a Xana la envolvió un aura rojiza casi al instante, emanaba calor y electricidad—

—Voy a deshacerme de ellos, quiero que os vayáis de aquí lo más rápido posible—Miró a Odd—Llama a Anthea y esperadla—El aludido asintió—

—En mi coche podremos irnos—Dijo Eva, y la IA asintió. Xana abrió la puerta lentamente y escuchó disparos, pero nunca llegaron. Se lanzó con impulso contra los hombres y mediante les ponía una mano encima sus cuerpos se inflaban y explotaban en mil pedazos, su habilidad era increíble, el último sacó una navaja y logró acertar la punta en el pecho de la IA, pero su respuesta fue agarrarlo por la cara y aplastarla contra la pared—

—Ya es seguro—Dijo Xana, y los demás pasaron viendo el escenario sangriento—¡Vamos! —Con gran rapidez, Eva, Odd y las chicas se montaron en el coche de la primera, saliendo del estacionamiento, Xana se fue a pie y se quedó cerca del edificio—Yo me quedaré a derribar esto—Dijo—

—Podemos esperarte—Dijo Aelita, no quería que Xana se quedase ahí—

—No tiene sentido preocuparse por mi—Respondió—Nadie puede detenerme—Su cuerpo comenzaba a emanar calor de una manera impresionante. Sin más que decir, se marcharon con rapidez. Xana puso sus manos en el suelo y este comenzó a temblar mientras se resquebrajaba y salían haces de luz de las grietas que comenzaban a salir a una velocidad impresionante. Tras un pequeño brillo el suelo cedió sobre si mismo y una explosión recubrió todo el lugar, a la lejanía, donde ya estaban el resto, pudieron ver una nube de humo mezclada con una llamarada de color violeta de donde salían relámpagos—

—¿Quién es esa persona? —Preguntó Eva, nerviosa, mirando por el retrovisor—Da miedo—

—Es… una amiga, mejor no preguntarle, porque es muy celosa con la gente que la conoce—Respondió Aelita. Giraron para entrar a la carretera, pero se detuvieron nada más hacerlo—

—Esperaremos a Anthea aquí—Dijo Odd, bajando la ventana y observando los coches que pasaban. Taelia iba sentada delante, iba vestida con la camisa que le habían dado, su expresión era de estar rendida, pero en su interior estaba furiosa e impotente, quería gritar, pero le daba ya todo igual, no tenía donde ir luego de eso. Aelita estaba bien, nerviosa cuanto menos, pero nada fuera de lo normal. El coche donde iba Anthea se detuvo delante de ellos y aparcó a un lado, Aelita lo reconoció y se bajó en el instante que la primera, lanzándose en un abrazo casi obligado—

—¡Mamá! —Gimió. Anthea correspondió al abrazo—

—Estás bien—La abrazó con fuerza. Eva descendió del vehículo—Evangeline—Se sorprendió, hacía muchos años que no se veían. Rompió el abrazo—

—Veo que sigues siendo la misma—Dijo la aludida y se lanzó a un abrazo—Cuando me encontré con tu hija supe que tarde o temprano acabarían todos muertos—Añadió—Que bueno que no me equivoqué—Odd bajó también—

—Misión completa—Dijo—

—¿Y Xana? —Preguntó, y la aludida apareció tras de ellos casi al instante—

—Aquí—Respondió la IA—Nos hemos deshecho de todos y he hecho desaparecer las instalaciones—

—Buen trabajo chicos—Dijo Anthea. Miró a Eva—¿Qué harás? —

—No tengo mucho más que hacer—Respondió. No parecía nerviosa más allá de lo normal—La chica que está en el coche seguramente quedó con un trauma de por vida—

—¿Taelia? —Eva asintió—¿Qué le pasó? —

—Cuando descubrieron que aparte de huérfana, la familia que la cuidaba estaba muerta, la usaron para divertirse y torturarla—Respondió—No quiero imaginarme lo que debe estar pasando, mejor tener un ojo encima de ella—

—Estaba enfadada conmigo, no quería ni verme—Dijo Aelita. Anthea pensó en la situación—

—¿Nos acompañas a Visp? —Preguntó Anthea a Eva—Así podremos estar más tranquilos, necesitaré algo de ayuda con ella—

—Si insistes—Tras organizarse, comenzaron el viaje de vuelta, Solo Taelia seguía con Eva, el resto estaban con Anthea—

Pasaba el rato, era todo feliz, por fin se había acabado, pero la guerra continuaba.

—¿Qué te pasó? —Preguntó Aelita a Xana, al ver su cuerpo golpeado y raspado—

—Un accidente intentando salvarte—Respondió—Estoy bien, pero necesito descansar—Dijo—

—Cuando estemos allá lo mejor es que lo hagas—Atajó Anthea—Habéis hecho un buen trabajo—

—Nunca esperaría a Odd contigo—Dijo Aelita—

—¡Eh!, que soy un héroe—Alardeó Odd, provocando una risilla general—

Llegaron a Visp y entraron, se encontraban todos en la sala de estar. Taelia había cogido ropa prestada de Aelita, Odd había ido a la casa de la primera a cogerle algo de ropa, siguiendo indicaciones de ella.

—Por fin en casa—Dijo Anthea, y fijó su mirada en Taelia—¿Te encuentras bien? —Negó con la cabeza—

—¿Cómo voy a estarlo? —Preguntó con impotencia —

—¿Podéis dejarme a solar con ella? —Los presentes asintieron y se marcharon, Eva a la cocina y Aelita y Xana a la habitación de la primera—Qué te hicieron—

—Me… hicieron daño—Dijo—No es justo, no era para mí—Sentía rabia en su interior—

—¿Y tus padres? —

—Muertos—Dijo—Los mataron cuando me secuestraron—Eso fue una mala pregunta, pero la respuesta no era mejor—

—¿Tienes familiares o alguien a quién llamar? —Tras pensarlo, Taelia negó con la cabeza, estaba sola en el mundo—¿Entonces que quieres hacer? —No sabía responder. Tenía algo en mente, se levantó de golpe y alcanzó el arma de Odd que había en la mesa, al había dejado ahí, pero no sabía que estaba vacía, se escapó de Anthea y subió las escaleras, topándose con Aelita y Xana nada más subir—¡Taelia! —

—Por tu culpa…—Dijo Taelia, apuntando a Aelita—

—¡Tranquilízate! —Dijo Aelita. Xana sabía que el arma no estaba cargada—

—¿Qué? —Preguntó con ira—Sufrí por tu culpa—

—Podemos arreglarlo, baja el arma—Pidió Aelita. Eva apareció tras Anthea, quien estaba en la escalera—

—¡ME VIOLARON POR TU CULPA! —Gritó con ira—LO QUE HE SUFRIDO ERA PARA TI—Apretó el gatillo, pero nada pasó, no tenía balas. Xana se acercó y le quitó el arma de la mano—Taelia lloraba por un sinfín de emociones. Odd llegó y entró a la casa, viendo la escena, llevaba una maleta en sus manos. Taelia, ante la negativa de todos, se escapó de la casa, salió sin más sin rumbo a ningún sitio, no quería saber nada de Aelita ni de nadie—

—¿Qué pasó aquí? —Preguntó Odd, sintiendo el ambiente cargado—

—Una bomba de tiempo que acaba de explotar—Dijo Eva—

—¿Puedes hacerte cargo de ella? —Preguntó Anthea a Eva, y esta asintió lentamente—

—Tenía eso en mente, lo tendré difícil para que se calme—Tras pensarlo rápidamente, cogió la maleta que había traído Odd—Iré a buscarla antes de que haga alguna estupidez—Dijo—Estaremos en contacto, mira el móvil—Anthea asintió—

—Por favor, si necesitas algo avísame—Eva asintió y salió del lugar, guardó la mochila en su coche y salió en él a buscar a Taelia, tenía que encontrarla—

Se sentaron a cenar, el ambiente estaba raro, luego de lo ocurrido con Taelia que, a pesar de ser esperable, no dejaba de ser malo.

—Me siento mal—Dijo Aelita—No quería que ella se viera involucrada—

—Fue una mala casualidad—Respondió Anthea—No esperaba que reaccionara de esa manera—

—Espero que no haga una tontería—Respondió Aelita—

Llegó la hora de dormir. Al día siguiente el ambiente era feliz, hora de volver a París.

—No extrañaré este sitio—Dijo Anthea guardando su equipaje junto con el de Aelita en el maletero—

—Fue una buena misión haber venido aquí—Añadió Xana, subiendo al coche—

—Ahora toca iniciar una nueva vida, esta vez lo haré bien—Encendió el coche y se pusieron de camino—


FIN DEL CAPÍTULO


Próximo capítulo: Amanecer de un día nublado

Gracias por leer, Graciñas.

Actualización en tiempo récord, quién lo diría.

El capítulo quedó falto de magia, pero era no me quejo, espero que sea de vuestro total agrado.

Reviews:

Felikis, el del Hiatus: Sobrevivió muchos capítulos el desgraciado. ¡Espero que el capítulo te guste!, gracias por leer.

Draoptimusstar3: Aún nos queda mucho amor de madre en esta historia, me encanta. Las otras 3 mentes aparecerán esporádicamente, quiero que lo veáis bien, es una idea que tengo en mente. Poco más que comentar. ¡Muchísimas gracias por comentar, Draop! Espero que el capítulo sea de tu total agrado.

Y bueno, espero tener el próximo este año, quizás sí, quizás no. Nunca se sabe.

¡Gracias por estar aquí!

Adiós.

Never surrender.