La rebelión de los No-Humanos
Xana volvía muy rápidamente a casa luego de lo ocurrido, se encontraba corriendo entre las aceras de la ciudad hasta llegar a un paso de cebra donde el trafico la obligó a detenerse. Se quedó esperando durante un momento hasta que vio como un coche negro se detenía justo en frente de ella, la ventanilla del asiento de atrás se dejó caer y reveló la identidad de una anciana muy misteriosa, sus ojos morados entraron en contacto casi instantáneamente con los rojos de Xana, la mujer aprovechó que estaba lo suficientemente cerca para agarrar la mano de la IA, tras hacerlo la misma sintió algo: Su poder aumentó de una manera drástica de forma involuntaria, tanto, que incluso la electricidad llegó a notarse como salía de su cuerpo. La IA separó la mano rápidamente y se alejó mientras miraba a la mujer con confusión, la mirada de la misma era de sorpresa.
—Eres… un descuido de Dios—Dijo la anciana—Vosotros, los Neo Sapiens, tenéis el destino de la humanidad en vuestras manos…—Tras eso negó con la cabeza—Nos veremos muy pronto—Dio una señal al conductor y rápidamente el vehículo se puso en marcha. Xana no dejaba de observar a esa anciana, sintió una capacidad de energía inmensa dentro de ella, pero su avanzada edad no le dejaba llegar hasta ese límite, aun con esas, sabía cómo usar la energía vital del cuerpo, tal como Xana sabía hacerlo y eso le asustó; Logró aumentar su poder de forma totalmente involuntaria como si desde el principio supiera cual es… Debía consultarlo con Anthea, tras una larga caminata llegó a la casa, entró y lo primero que encontró fue a ella con su portátil.
—¿Viste un fantasma? —Preguntó la pelirrosa al ver llegar a la IA con una cara de desconfianza absoluta—
—Es que… algo ocurrió—Dijo, tras contarle el rápido suceso con la anciana, Anthea chasqueó sus dedos—¿Sabes de quien se trataba? —Anthea buscó una foto en su portátil—
—¿Es ella? —La IA asintió—Es Lisa, la líder de Gaia—Respondió—Ella, se dice, que practica la taumaturgia, una vez me demostró que tiene unos poderes parecidos a los tuyos—
—Me dijo… que era un descuido de… ¿Dios? —Respondió, no pareció entender lo último, Anthea lo notó—
—Un descuido del creador, para los religiosos es el creador de todo lo que ves—Dijo, la IA pareció entender—Ella se refiere a los descuidos de Dios como personas con tanto poder que pueden decidir el destino de la humanidad por ellos mismos, siempre se define a ella misma como uno y dice que hay, por lo menos, cuatro descuidos más—
—¿Y cómo sabe de qué soy un Neo? —Preguntó, ya le había puesto nerviosa—
—Tranquila—Le dijo poniéndose de pie mientras le acariciaba la cabeza—Ellos saben todo sobre los proyectos de Albretch, es normal que esté enterada de quienes sois—La IA asintió—Por muy misteriosa que sea no puede hacerte nada, ya hablaremos con ella pronto—
—Mientras debería seguir buscando a Taelia—
—Encontré algo sobre eso, mira—Le entregó un par de documentos que había impreso—Lo saqué de los documentos que robamos ayer a la noche—El documento hablaba sobre lo ocurrido a modo de reporte, mencionaba su localización exacta: La ciudadela de Kiruna—
—¿Dónde queda este lugar? —Preguntó la IA—
—Esa es la mejor parte—Dijo la pelirrosa—Al parecer queda al norte de Suecia, en un lugar dejado de la mano de Dios—
—¿¡Suecia!? —Dijo—¿Cómo terminó ahí? —
—No lo sabemos, tampoco tengo información de ese lugar, ya pregunté, pero de momento no he obtenido respuesta—La IA se dejó caer sobre el sofá mientras imaginaba el trayecto que le esperaba antes de llegar ahí—No… queda lejos de un lugar—Eso llamó la atención de Xana—Me gustaría que fueras con Aelita—
—Es muy peligroso—Dijo—¿Qué piensas hacer? —
—Quiero que vea un lugar—Respondió—La cabaña donde vivíamos con su padre hace… muchos años, queda de camino a Kiruna, pero el trayecto caminando siempre es largo. Simplemente… me hace ilusión que lo vea, quiero que deje de tener pesadillas con ello, que afronte el problema —Xana no opinaba igual, pero si Anthea lo decía…—
—No quiero hacer de niñera—Dijo—NO sé que me encontraré en esa ciudadela y no quiero arriesgarme a perder contra… sea lo que sea que haya ahí—
—No es necesario que arrases con todo lo que produzca sombra—Dijo Anthea—Es solo traer a Taelia, por las buenas o por las malas, no pienso dejar que esos desgraciados se salgan con la suya y… la perdamos para siempre—
—¿La conocías de antes? —Preguntó la IA tirando al azar, Anthea soltó un suspiro y asintió—
—No hablábamos mucho, estuve ayudándola muchos meses a hacer sus deberes, siempre la veía en la biblioteca cuando tenía que ir por alguna razón, lo poco que sabía de ella hasta que llegasteis vosotras es que era adoptada por esa pareja de alemanes—Dijo—Poco más—No parecía estar siendo honesta, Xana no quería insistir, si era alguna trama rebuscada para ocultar algún secreto oscuro le parecía correcto—
—Entiendo—Dijo—Entonces me estaba imaginando más cosas—Se puso de pie rápidamente—Iré a ducharme—Anthea asintió—
LINEA GRIS
Mientras eso ocurría, en el norte de aquel país escandinavo se encontraba Taelia esperando en lo que parecía más un gimnasio para una sola persona que otra cosa.
—Perdón la espera—Dijo un hombre entrando al lugar—Este es el itinerario de las pruebas—En resumen; Cuando Isabela fue a buscar a Taelia en la biblioteca le dijo que lo último que tendrían que hacer eran pruebas físicas de resistencia y fuerza para medir sus datos actuales y compararlos con los futuros—Primero comenzaremos a estirar, imítame—Taelia asintió, eran estiramientos simples—Bien, ahora…—Miró a su alrededor —Comenzamos con algo de velocidad—Había una cinta de correr al lado suyo—
—¿Por cuánto tiempo? —Preguntó—
—Hasta donde puedas, primero quítate la camisa que llevas—Taelia obedeció, el hombre se acercó y le conectó algunos sensores a lo largo de su torso—Esto es para medir tus señales vitales durante la prueba—Taelia asintió y subió a la máquina que comenzó a mover la cinta lentamente mientras aumentaba su velocidad paulatinamente, podía escuchar el murmuro de varias personas justo al otro lado de una pared. Se concentró en su respiración hasta que, al cabo de unos minutos corriendo, no pudo más y de un salto hacia atrás salió de la máquina—Bien, un buen tiempo—Lo anotó en un portapapeles—
Las pruebas siguieron en un lapso de tiempo de media hora cada una hasta que llegó el final, ya no podía más, había llegado a su límite físico. Se dejó caer sobre una pared mientras jadeaba.
—Bien hecho—Dijo el hombre mientras terminaba de anotar sus cosas en una libreta. Taelia se quitó todos los sensores que llevaba puestos y se puso su camisa blanca, al momento de hacerlo entraron varias personas a la sala, entre ellas Isabela—
—¿Ya habéis terminado? —Preguntó la joven mujer, ambos asintieron—Entonces ven conmigo, es hora—Taelia se puso de pie y salió de la sala con los hombres, bajaron a la segunda planta inferior y se acercaron a aquella infame puerta blindada. Isabela compartió algunas palabras con alguien atraves de un comunicador. Introdujo un código y la puerta se desbloqueó—Ve adelante—Dijo a Taelia, en el momento que la puerta permitió el paso, obedeció. El pasillo luego de la puerta emanaba una extraña presencia; Un montón de laboratorios con gente vestida con aquellos atuendos blancos anti radiación, pero la cosa no era ahí exactamente, pues siguieron bajando por los oscuros pasillos hasta llegar a una puerta blindada que tenía al lado un cristal con un consultorio médico, la puerta se abrió y pudo ver a un hombre con ese traje—Es ella, ¿Tenéis lo que se va a probar? —El hombre asintió y le mostró un portapapeles. Isabela asintió—
—Si esto es un éxito estaremos un paso más cerca de la evolución—Dijo el hombre del traje al otro lado de la puerta, los demás salvo Taelia asintieron mientras reían—Sígueme dentro—Taelia asintió y le acompañó, la puerta se cerró solo con ambos dentro, aunque también había unas cuantas personas más—
Hicieron sentar a Taelia sobre una camilla blanca mientras ellos extraían un extraño liquido blanquecino y espeso de un contenedor protegido, una persona se acercó a ella y comenzó a inspeccionar su cuerpo, un momento después se acercaron con una mesilla que contenía dos jeringas llenas de líquido, una tenía etiqueta de "Experimental", lo cual ya de por sí era sospechoso.
—Signos vitales correctos—Dijo una voz femenina—Es momento—Agarraron los brazos de Taelia y los halaron hacia el frente mientras uno de ellos se acercaba la aguja de una de las jeringas a su antebrazo—Inyectando lo equivalente a un uno por ciento—Dijo al tiempo que la aguja penetraba la piel de la adolescente, la cual sintió el líquido caliente correr por sus venas al momento que lo inyectaban, parecía que ardía por dentro. Rápidamente con cada latido sentía que su corazón ardía en fuego y su cuerpo simplemente se tensaba, el dolor comenzaba a ser muy rápidamente insoportable—Inyectando la medicina experimental, prueba número uno—Acercó la aguja de la jeringa y la inyectó en Taelia en el brazo contrario al primero, al hacerlo la adolescente sintió algo frio correr por sus venas, pero no era suficiente, rápidamente se vio reemplazado por el doloroso calor del virus-parásito corriendo libremente por sus venas—
—¿Qué ocurre? —Preguntó uno de los presentes al ver una pantalla que mostraba en tiempo real el índice de corrosión—
—La medicina no pudo parar al virus—Dijo otro de los presentes—No podemos correr riesgo aquí—Alguien inyectó algo en Taelia que le hizo caer dormida tan rápidamente que fue impresionante—
*En París*
Mientras el futuro de Taelia era incierto luego del aparentemente fallido experimento con aquella medicina, en París se encontraba Aelita, contando los pocos días que faltaban para su audición con los Subdigitales, sin embargo, había cosas que todavía no le dejaban del todo tranquila; Taelia y Xana eran los principales, la una por estar desaparecida y la otra por querer hacer desaparecer a las personas, y si bien el problema con los hombres de negro se había arreglado, no le dejaba en paz la idea de poder tenerlos encima muy fácilmente. Se encontraba en clase, pero la profesora no estaba.
—¿Ocurre algo, Princesa? —Preguntó Odd sacando a Aelita de su propio mundo—
—Nada realmente—Comentó—Contando los días para el domingo—Sonrió quizás forzadamente—
—Más bien los días para volverte a una estrella—Dijo en tono de broma, Aelita rio y asintió al mismo tiempo—
—Tampoco me hago muchas esperanzas—Respondió, se notaba su cansancio ante toda esa situación, Odd lo notó—
—Tranquila, que de aquí a poco tiempo vivirás más tranquila—Asintió en un extraño intento de animarla. Aelita sonrió, pero esa misma sonrisa se borró al instante—
—Es que han pasado tantas cosas últimamente que…—No pudo terminar la oración cuando escuchó a la profesora volver a clase—En fin…—Soltó un pesado suspiro—
Las clases siguientes avanzaron sin ninguna clase de problema hasta que llegó la hora del recreo. Nada más salir de clase se encontraron con Yumi, Aelita al verla se abalanzó sobre ella en un abrazo.
—¿Qué tal las clases? —Preguntó la nipona al romper el abrazo con Aelita—
—Aburridas—Respondió la pelirrosa, cuando giró la cabeza se encontró con Odd intentando hacerle una broma a Jeremy, ver a los dos hablando… Algo despertó dentro de ella—Tengo que contarte algo—Dijo en un susurro, Yumi se sorprendió, ¿Qué ocurría? —
—¿Vendréis a la cafetería? —Preguntó Ulrich—
—Os alcanzamos en un momento, quiero decirle algo a Yumi—Respondió la pelirrosa, el resto asintió y se puso en marcha a la cafetería, cuando ya entraron, Aelita se acercó con Yumi a las maquinas—
—¿Qué ocurre? —
—Es que… ya es un poco incómodo, pero…—Tomó aire antes de decirlo—Estoy saliendo con Jeremy y Odd al mismo tiempo—La nipona se quedó procesando la noticia durante unos segundos—
—¿Qué? —Preguntó—¿Desde cuándo? —Quería toda la información posible—
—¿Recuerdas cuando Xana llevó a Odd hasta Suiza para traerme de vuelta? —La nipona asintió, recordaba lo ocurrido—Fue un par de noches antes de volver, estaba hablando con él y… bueno—No hacía falta más explicación—
—¿Ambos lo saben? —Aelita negó—
—Solo Odd, como Jeremy se entere… no me lo quiero imaginar—Respondió—¿Qué debo hacer? —Preguntó—Ya es un poco incómodo estar con los dos al mismo tiempo—
—¿Quién de los dos te gusta más? —Una pregunta inteligente—
—… Quizás Odd—Respondió en voz baja—
—Él está con Sam—Recordó Yumi—
—Lo sé, por eso también—El mismo caso que Jeremy, si ambos se llegan a entrar que están siendo engañados… Solo resta esperar a los acontecimientos—
La conversación murió en ese punto, tampoco había una respuesta lógica que se pudiera dar en ese preciso momento.
Muchas horas después, cuando Aelita ya estaba en casa, se encontró con Anthea mirando la pantalla de su portátil, se podía notar como miraba algo con impotencia.
—Ya he vuelto—Dijo animosa, Anthea reaccionó y rápidamente cerró lo que hubiera en su portátil—
—¿Qué tal las clases? —Se acercó a Aelita y le dio un beso—
—Bien—Respondió, hubo un momento de silencio—¿Qué ocurre? —Anthea negó con la cabeza—
—No te preocupes—Respondió la pelirrosa—Tengo algo que pedirte—Hubo un momento de tensión—Descubrimos que Taelia se encuentra en Suecia, en un lugar llamado la Ciudadela de Kiruna y le pedí a Xana que fuera a buscarla a ese sitio—Aelita tenía idea de que estaba pensando—Quiero que vayas con ella, hay un sitio que… quiero que veas, es un secreto—
—Pero… ¿Solas? —Preguntó—Quiero decir, Xana puede, pero no sabemos que podremos encontrarnos—
—¿Qué otra cosa nos queda? —Preguntó. Aelita no supo responder—
—Es verdad—Soltó un suspiro—¿Cuándo saldremos? —
—Lo antes posible—Respondió—Mañana a la noche sale un vuelo que cae directamente a Estocolmo, es una ruta que nos puede servir, ya estudié la ruta a seguir con Xana así que será solo seguirla—
—¿Y el resto del grupo? —
—No les quise decir nada porque…—Se pensó sus palabras—No quiero meterlos en esto, es un problema nuestro—Quería decirle tantas cosas, pero la realidad es algo que quizás nadie pueda afrontar—
—… ¿Sabemos si querrá venir con nosotros? —
—No es una opción, es una obligación—Respondió—Le di la orden a Xana de que fuera a las malas, pero ella tiene que venir—Aelita estaba de acuerdo, quizá no del todo, pero podía bastarle.
*En Kiruna*
Ya caída la noche, Taelia despertó, no veía realmente nada, solo sentía como su cabeza daba vueltas… Abrió los ojos y al mirar hacia el frente pudo ver una mancha roja con forma humana y unas cavidades oculares vacías. El miedo se apoderó de ella; escuchaba susurros, golpes y gritos a su alrededor, cuando intentó levantarse sintió algo tirar de su pie y en ese momento la mancha roja se lanzó hacia ella. Taelia intentó ir hacia la pared, pero se golpeó con ella y…
—¡PARA! —Gritó con fuerza mientras se agarraba la cabeza. Los gritos se detuvieron, solo escuchaba silencio—
—… ¿Hola? —Escuchó una voz tan infantil y suave que casi parecía un deseo—
—¿Eres… real? —Preguntó, no se fiaba de su propia mente—
—Supongo que si—Respondió tímidamente la otra voz, pero fue lo único de su conversación ya que la luz de la habitación donde estaba Taelia se encendió de golpe, cegándola; Estaba en una habitación más bien pequeña con una cámara de seguridad tras un cristal blindado y una puerta de metal que no parecía poder romperse con facilidad—¿Qué ocurrió? —Se preguntó a sí misma. Pudo ver una rejilla en el suelo, al asomarse por ella pudo ver unos ojos de color rojos brillantes observándola fijamente, parecía ser un niño algo pequeño todavía—¿Sabrás decirme dónde estoy? —El niño negó con la cabeza. Antes de poder continuar la puerta se abrió, eran hombres con esos extraños y voluminosos trajes—
—Ven con nosotros—Dijo uno de ellos mientras se acercaba y le quitaba las cadenas de su cuello y piernas. La aludida se puso de pie y los siguió por un pasillo que desataba hostilidad en el ambiente. Tras unos minutos caminando entraron a una enfermería dividida por un cristal blindado, ella entró a la zona aislada por el cristal y en el otro estaban tanto Isabela como el resto de los doctores. Se recostó sobre una camilla que había, le dolía la espalda de dormir en el suelo—
—¿Te sientes bien? —Preguntó la voz de Isabela desde el otro lado del cristal atraves de un micrófono. Taelia negó con la cabeza—
—Me duele la cabeza—Respondió con suavidad—
—Lo que ocurrió… es que el virus se apoderó tanto de tu cuerpo en tan poco tiempo que nos dejó sin tiempo para actuar, ahora se supone que el virus debería haberse estabilizado, si la medicina hace efecto podrás salir de donde estabas—Respondió. Taelia no entendía absolutamente nada de lo que ocurría, pero si Isabela lo decía…—Vamos a hacer la prueba —Un hombre con el traje anti radiación entró a la parte aislada donde estaba Taelia, acercó el dispositivo de medición de corrosión a su brazo y…—
—Diez por ciento—Respondió el hombre—Se estabilizó— Los del otro lado del cristal soltaron un suspiro de alegría—Vamos con la prueba—Introdujo un frasco en el dispositivo y sin previo aviso lo inyectó en Taelia, quien aún tenía los dispositivos conectados por todo su cuerpo. Tras unos minutos alguien dio el visto bueno—
—El virus detuvo su avance por hoy—Dijo uno de ellos—Dejadle conectados los dispositivos de medición en tiempo real, nos servirá de guía—El otro asintió—Verás, pequeña, como no podíamos asegurar que siguieras siendo tu misma te encerramos en lo que nosotros llamamos el Infierno de la ciudadela donde están todos los niños que el virus no detiene su avance con ninguna medicina—Taelia se asustó, y por su mente corría la voz del pequeño niño saludándola—Ahora mismo saldrás de ahí y te encerraremos por hoy en una habitación controlada donde podremos vigilar el desarrollo de la medicina a efectos inmediatos—El hombre presente le esposó las manos—¿Puedes intentar romperlas? —Taelia asintió y cuando hizo fuerza sus brazos enteros desde los huesos hasta los músculos dolieron de sobremanera, por el dolor tuvo que detenerse—
—Interesante—Dijo Isabela—Llevadla a la habitación—Sin más demora la llevaron a la fuerza escaleras arriba hasta una habitación blanca con una cama y unas cuantas cámaras y sensores infrarrojos, le quitaron las esposas y cerraron la pesada puerta—
—Si necesitas algo solo tienes que pedirlo—Respondió una voz desde un altavoz—Si quieres ir al baño también, tendremos que revisar todo—Taelia simplemente asintió con la cabeza haciendo caso omiso a lo que decía. Se sentó en la cama y posteriormente se recostó cubriéndose con la ligera sábana que había, no podía con su cuerpo en ese momento, sentía pinchazos en toda le extensión de su cuerpo de manera muy desagradable; quería simplemente dormir—
—Quiero dormir…—Pensó. Miraba a las cámaras con cansancio, quizá porque no había nada más que hacer, al cabo de unos minutos terminó durmiéndose.
*Sueño de Taelia*
Se sentía estática, con los brazos extendidos hacia los lados y los pies clavados en el suelo. Abrió los ojos y vio una oscuridad casi absoluta excepto por una figura rojiza de alguien igual a ella; desprendía un aura de maldad que era algo asumible a simple vista. No podía hablar, no podía gesticular ninguna frase y menos hacer algún sonido.
La figura se acercó lentamente mostrando como en su mano derecha sostenía un punzón de tamaño considerable. Al estar ya bastante cerca, la figura movió rápidamente su mano y le clavó la punta metálica del punzón a Taelia en el brazo derecho, ella si sentía eso como un pinchazo. La figura volvió a hacer el mismo movimiento y pinchó en el antebrazo, luego siguió por el otro brazo, no sabía que intentaba hacer, pero era una figura con un aura rojiza que hipnotizaba. Rápidamente se lo clavó en el pecho, justo en el corazón, donde sintió un pinchazo muy doloroso.
—Un gran poder…—Dijo la figura con una voz igual a la suya, jugando con la punta del punzón—Un castigo—Susurró—Acéptame y yo te ayudaré a ser completamente superior a ellos—Dijo—No puedes sola y lo sabes, y menos cuando esa persona te abandonó con la excusa que sería mejor para las dos—
—No sé de qué hablas—Pensó Taelia—
—No lo sabes porque te borraron la memoria de absolutamente todo—Respondió la figura—Sin embargo, no está olvidado del todo—Acercó la punta del punzón a la cabeza de la adolescente—¿Lo ves? —Un momento después, un recuerdo de cuando era nada más una bebé recorrió su mente… Una persona que ya había visto antes pero que poco se había imaginado ella que era…—Ella misma te abandonó, te dejó tirada en un mundo que no te quiere… estás sola contra el problema de sentirte sola—Movió su brazo con rapidez y le clavó el punzón en la cabeza—
*Fin del sueño de Taelia*
La adolescente despertó de golpe, alzó su torso y vio entre la oscuridad algunas luces rojas de las cámaras de seguridad. Encontrándose despierta se notó sudorosa y agitada, ese extraño sueño había hecho que su cabeza recordara cosas que le costaba horrores asimilar que fueran verdad, no podía ser que esa persona estuviera tan emparentada con ella…
—¿Estás bien? —Preguntó la voz desde el altavoz, Taelia asintió y sin decir más se recostó otra vez en la cama. No sabía cuánto tiempo había pasado, solo quería descansar.
*En París unas horas después*
En la ciudad ya había amanecido. Aelita se preparaba para irse a Kadic, estaba sentada en el sofá quemando tiempo mientras esperaba a Yumi, quien siempre pasaba por ella. Al rato apareció Xana en la puerta de la sala de estar, acababa de despertar así que iba solo con su ropa interior y con una camiseta de color negro.
—Buenos días—Dijo la pelirrosa, la albina se acercó al sofá y se sentó al lado de ella—
—¿Ya vas para Kadic? —Preguntó, la aludida asintió—Yo creo que dejaré de ir a ese sitio, no tiene sentido hacerlo ahora—
—Es verdad, aunque no tienes mucha necesidad de ir—Respondió, no tenían mucho de qué hablar. Xana se dejó caer apoyando su cabeza sobre el regazo de la pelirrosa—¿Aún tienes sueño? —Preguntó, ella asintió levemente. Comenzó a acariciar su cabeza lentamente, aun podía ver aquel tatuaje que, escondido por su cabello, mostraba su identidad—Tengo… miedo de esta noche—
—¿De qué tienes miedo exactamente? —Preguntó en un susurro—Es solo un viaje—
—No es solo un viaje, estamos de camino a un lugar que ni tu ni yo conocemos y tampoco sabemos que nos vamos a encontrar—Respondió la pelirrosa—Tengo miedo de que… Taelia le haya pasado algo—
—Ya lo veremos cuando estemos ahí—Respondió—Primero tenemos que llegar—
—¿No tienes miedo? —Preguntó la pelirrosa—
—¿De qué exactamente?, nada puede hacernos daño mientras esté contigo—Respondió—
—No te fíes de eso—Hubo otro silencio—No atacarás a Taelia… ¿Verdad? —
—…—El silencio de la IA daba una respuesta no satisfactoria para Aelita—
—¿Por qué? —
—Ella nos puso en peligro a todos al decirles a esos dos donde estaba yo—Respondió—¡Fueron directamente a por ambas! —No podía discutir ante esa lógica—Debe merecer algún tipo de castigo por lo que hizo—
—Primero hay que traerla aquí—Dijo, y adelantándose a los acontecimientos continuó—Prométeme que le harás daño hasta que esté con mamá otra vez—
—… Me pones las cosas muy complicadas—Respondió—Pero… como quieras—
Fue suficiente para Aelita.
*Con Taelia*
Las cosas con Taelia ya en la mañana comenzaban a complicarse, pues nada más despertar se encontró con un par de hombres con aquellos extraños trajes, quienes la hicieron poner de pie y con algunos bastoncillos tomaron muestras de su sudor para examinarlos, algo un poco extraño. La hicieron ir hasta un baño con una ducha en ese mismo pasillo, le dieron algo de ropa, la misma que llevaba puesta, y le dieron un par de frascos… Quitando lo grotesco que era, la adolescente se pudo duchar con tranquilidad, cuando salió de la ducha se paró frente al espejo que había sobre un lavamanos, pudo ver como sus ojos oscuros se iban tiñendo muy rápidamente de uno rojo escarlata, en solo un día ya había cubierto un 90 por ciento de sus ojos, no lo dejó pasar por alto ya que el resto de los niños también lo tenían igual. Dio un largo suspiro y se terminó de vestir, al salir se encontró con Isabela.
—¿Dormiste bien? —Preguntó con un tono extraño en voz. Taelia negó con su cabeza—
—Tuve… algunas pesadillas—Respondió en voz baja—Solo son sueños—Isabela asintió—
—Mira tus ojos… se vuelven rojos—Soltó rápidamente al notarlo—Pronto el cambio estará completo—
—Si tan solo no me dolieran todos los músculos del cuerpo me alegraría también—Respondió, ambas rieron suavemente—¿Y ahora? —
—Antes de desayunar tendremos que hacerte una prueba para controlar el nivel de corrosión—Respondió Isabela. Se encaminaron escaleras arriba hasta llegar a una sala blanca. Nada más sentarse acercaron aquel aparato que medía el nivel de corrosión—
—Diez por ciento aún—Respondió el hombre—No hubo avances durante la noche, lo cual es una excelente noticia—El hombre volvió a ponerle el aparato, pero esta vez para inyectarle la medicina—Terminamos por hoy—Fue bastante rápido—
Isabela y Taelia volvieron a la tercera planta inferior, ya ahí dentro se acercaron a una sala grande que parecía un comedor, estaba lleno de niños dentro.
—Esto es el comedor para riesgo medio—Indicó Isabela antes de cruzar la puerta—No demuestres debilidad o te comerán viva, estos no comprenden lo que es bueno o es malo, vendré por ti después—Taelia asintió al momento que cruzaban la puerta y todas las miradas presentes se dirigían a ellas dos—Buenos días, niños—Dijo la mujer de forma atornillante—Os voy a presentar a vuestra nueva compañera, se llama Taelia, tiene catorce años—Nada más escuchar su edad los presentes se sorprendieron, algunos incluso parecieron ponerse a la defensiva—Es una de vosotros así que no tenéis que tener miedo—Era muy fácil decirlo—
—Hola—Dijo suavemente la adolescente. Isabela le hizo una seña a una de las personas que estaba repartiendo unas bandejas con comida. La mujer se retiró muy rápidamente. Taelia se adentró rápidamente en la sala sin importarle las insistentes miradas, podía entender casi todo lo que decían, cuando llegó donde el hombre que repartía las bandejas, este mismo se acercó a su oído—
—Ten cuidado con algunos, son demasiado agresivos—Susurró el hombre que iba vestido con aquel extraño traje—
—Lo sé—Contestó en voz alta recibiendo la bandeja. Se alejó y se sentó en una mesa al azar al lado de un niño de no más de seis años y al frente una niña un poco más mayor, por su apariencia (El niño con el pelo castaño y despeinado, delgado y con una mirada asustadiza, y la niña con el pelo negro largo, también delgada y con una expresión más bien juguetona) parecían más calmados a comparación del resto, una persona extra se sentó al lado de la niña, al verla supo quién era; la misma que había visto en la biblioteca—
—Buenos días—Dijo la niña en voz baja—Veo que sigues con vida—
—Por desgracia—Pensó en voz alta, la pequeña sonrió—El lugar es un poco lúgubre—
—Es cuestión de acostumbrarse—Respondió y ambas comenzaron a comer, un momento después sintió como alguien jalaba suavemente su camiseta, el niño que tenía al lado con una expresión asustadiza señaló al frente: El niño que le paró los pies el otro día se acercaba, Taelia miró al pequeño asustado y asintió. El otro se acercó rápidamente e intentó tirar de su bandeja, pero la fuerza de Taelia era bastante superior a la de él, por lo que no consiguió nada—
—¿Qué haces? —Preguntó la adolescente al niño con una expresión de enfado—
—¡Tú no eres una de nosotros! —Dijo en voz alta—¡Eres una espía de ellos! —Taelia se puso de pie, encarándolo—
—Y aunque lo fuera… ¿Qué con eso? —Dijo—Vuelve a tu sitio—El pequeño se sonrojó de la ira e intentó tirar al suelo a Taelia, pero esta logró pararle las manos y empujarlo hacia atrás, acto seguido se lanzó sobre él y lo lanzó al suelo cayendo bocabajo, apresando sus manos en la espalda—¿Vas a seguir? —Preguntó, el pequeño solo intentaba liberarse—
—Déjanos esto a nosotros—Dijo uno de los hombres de traje, quienes le inyectaron algo al pequeño al tiempo que lo levantaban del suelo, rápidamente se quedó estático, se había dormido. Ambos hombres presentes se retiraron, Taelia se puso de pie y miró en general al resto—
—Espero que os comportéis bien todos—Dijo en voz alta—No queréis que os castiguen por comportaros así—
—Muchas veces lo hacen sin que nosotros hagamos nada—Respondió uno de ellos—¡Dicen que son pruebas! —Protestó uno de ellos—
—Hay una diferencia—Dijo Taelia—No es lo mismo una prueba que comportarse mal, lo primero tiene recompensa—El resto tuvo que asentir—Intentar no pelear—El resto asintió rápidamente. Taelia se sentó en la mesa otra vez—
—Buena manera de decir que ahora serás la que manda—Dijo la niña que había visto en la biblioteca—Me llamo Luciana, creo que no me había presentado—
—Taelia—Respondió—¿Vosotros? —Preguntó a los otros dos pequeños
—Marcus—Respondió tímidamente el pequeño a su lado—
—Fer—Respondió la pequeña restándole importancia—Al cabo de un rato todos comenzaron a irse a sus habitaciones, solo quedaron los de esa mesa y un niño al otro lado—
—¿Por qué no os vais también? —Preguntó Fer al grupo—Yo paso de irme todavía—
—Tengo que esperar a Isabela —Dijo Taelia, Luciana asintió de igual manera—
—Ese… de allá está… raro—Dijo el Marcus en voz baja, su voz hizo eco en Taelia, le sonaba conocida —
—Es de riesgo extremo—Dijo Luciana al verlo—¿Qué hace aquí? —
—Pensé… que estaban encerrados—Respondió Taelia—Está nervioso—
—Nos… liberan algunos días—Respondió Marcus—
—Tu voz me suena—Dijo Taelia—¿Eras tú el que me saludó? —Marcus asintió tímidamente, su voz tímida y apagada concordaba con la anterior. Hubo un momento de silencio hasta que…—
—¿Qué es ese ruido? —Preguntó Luciana escuchando un leve pitido que luego fue a más, todos se giraron al chico solitario—
—Es su aparato de medición—Dijo Marcus—Superó el cuarenta y cinco por ciento de corrosión—
—¿Y qué pasa con eso? —Preguntó Taelia—
—Cuando superan el cincuenta por ciento… el virus se vuelve virtualmente imparable y comienza a transformarte en un monstruo—Respondió Luciana. Taelia comprendió. Se intentó poner de pie para acercarse, pero Marcus se aferró a su brazo izquierdo de tal manera que le impidió levantarse—
—¡No vayas! —Pidió en un susurro—Puede ser peligroso—Su voz expresaba un inmenso deseo. Taelia asintió y se acercó al niño acariciando su cabeza—
—Tranquilo, no va a pasar nada—Respondió la adolescente. No quería saber que había visto él para comportarse de esa manera. Antes de poder hacer cualquier movimiento entraron algunos soldados con aquellos trajes anti-radiación quienes apuntaron con sus pesadas armas al niño mientras le decían algo que nadie de los cuatro logró entender, escucharon un disparo y momento después todos desaparecieron al cruzar la puerta; en el sitio solo estaba el casquillo del proyectil. La escena pasó tan rápido que a los presentes les costó asimilar lo ocurrido—Se lo llevaron—
—Lo van a ejecutar—Dijo Marcus casi rompiéndose a llorar. Taelia lo abrazó—
—No miente—Dijo Luciana—Me da pena del chico, pero… es lo que tiene estar maldito—Dijo—Tenemos habilidades sobrehumanas, sí, pero también un gran riesgo de morir cuando menos lo imaginemos—
—Es un triste comentario en sí mismo—Dijo Taelia—Pero supongo que tienes razón—Un momento después llegó Isabela—
—Ya me contaron lo ocurrido—Dijo la mujer—Lamento que haya pasado eso—Los cuatro negaron con la cabeza—Fer, Marcus, id con vuestro encargado que tiene algo para vosotros—Los dos pequeños asintieron. Marcus cruzó una mirada con Taelia, quien asintió suavemente, un momento después salieron del lugar—¿Estáis bien las dos? —Preguntó con un tono más serio—
—No nos acercamos—Dijo Luciana—¿Lo ejecutaron? —Isabela asintió—
—Es parte del protocolo—Dijo—Los dos que habéis visto son de riesgo Extremo, pero no los queremos aislar—Añadió—El virus no se apodera de ellos por alguna razón—
—Es una suerte—Dijo Taelia, la mujer quizá no estaba muy de acuerdo—¿Y ahora? —
—Tenemos una prueba programada para ambas, es física, se basará en la resistencia a golpes continuados—
—Tengo miedo—Dijo al tiempo que se ponía de pie al mismo tiempo que su compañera—
Se pusieron de camino a otra parte de las instalaciones que no habían visto; constaba de un campo de pruebas bastante grande en una extensión de varios pisos en un mismo edifico ya en la superficie. Era un lugar climatizado, tenía una pista de atletismo y una piscina bastante profunda, además de diversas habitaciones multiusos con sus propias funcionalidades, restaba decir que estaba increíblemente protegida. Cruzaron varios pasillos hasta llegar a una habitación grande y relativamente vacía, únicamente con tres vigas cuadradas grandes donde había agujeros para pasar las manos. Al llegar se encontraron con un tercero; Un chico de la misma edad que Taelia, medianamente alto y con el pelo negro liso, con un estilo bastante gótico, vestido igual que las otras dos. Era bastante delgado y tenía una expresión adormecida, también había tres personas con pistolas de balas de goma, lo cual les dio una pista de que se trataba.
—Dos víctimas más—Dijo el chico con una voz grave y adormecida. Taelia no podía dejar de fijarse en él—
—Os explico—Dijo un hombre presente—La prueba consistirá en medir vuestra resistencia a golpes continuados basando los datos de vuestro nivel actual de corrosión y diferentes habilidades, tanto así como aclimatación y resistencia a temperaturas extremas, habilidades físicas muy superiores a las normales, e inteligencia—Describiendo perfectamente a los tres—Son balas de goma reforzada de nueve milímetros, serán disparadas a una distancia de cinco metros así que fuera la ropa, os conectaremos algunos sensores—Los tres obedecieron y se desnudaron, unos hombres se acercaron y les conectaron algunos sensores en el pecho y estómago—A las vigas, pasad las manos delante de los agujeros del medio—Obedecieron, el chico extraño a la izquierda, Taelia en el medio y Luciana en la derecha, les esposaron las manos con unas cadenas gruesas metálicas que impedían que pudieran contraer los brazos y liberarse, la posición tampoco les era favorable—¿Preparados? —Los tres dieron un sonido afirmativo—Primera ronda, diez balas—
Las balas comenzaron a salir, los primeros golpes con el frio en sus cuerpos hizo mucho más daño en Luciana, Taelia lograba contenerse al mismo tiempo que el chico a su lado, al último proyectil lograron contener los quejidos, no tanto como Luciana. Los aparatos de medición que tenían los tres conectados también eran un impedimento.
—La que menos respondió al dolor fue Taelia—Dijo uno de ellos leyendo los datos en tiempo real desde un ordenador—La que más Luciana—
—Tiene sentido—Dijo uno de ellos—Ronda dos, treinta proyectiles—Los proyectiles comenzaron a salir sin piedad, espalda, piernas y cuello, eran pedradas que no parecían parar. Ninguno pudo contener el dolor en sus cuerpos y gritaban con cada golpe, incluso Luciana ya lloraba sin parar por los golpes recibidos, cuando ya no pudieron resistir las balas pararon—
—Sigue en pie Taelia, no creo que Luciana pueda continuar así—Dijo el hombre leyendo los datos—
—Vamos a hacer una última prueba—Dijo Isabela—
—Cincuenta proyectiles—Dijo el hombre—¡Ahora! —Las balas comenzaron a salir sin piedad, Taelia apartó la mirada de la viga y se fijó en Luciana, su espalda ensangrentada y su mirada rota le dieron un gran escalofrío—¡Parad con Luciana! —Uno de ellos se detuvo, pero el resto siguió, rápidamente vio como desataban a la niña y la aparataban, dejándola recostada de lado en una camilla. Taelia ya no podía mantenerse en pie, sus pies ardían como si estuviera pisando clavos, su espalda ardía como si fuera piel viva… Cuando la última bala impactó escucharon un sonido afirmativo—
—Empate técnico entre Taelia y Pavel, aunque por estadística ganó Taelia, no me explico cómo, pero…—Dijo el hombre en el ordenador—
—Es cuestión de ir probando su resistencia—Respondió el hombre que marcaba las pruebas—Fin de la prueba, buen trabajo—Sin que les quitaran las cadenas sintieron como con unas mangueras les limpiaban la espalda y piernas, podían ver como la sangre caía por su cuerpo—Liberadlos ahora mismo y que vayan a la sala de recuperación, esta prueba es la más salvaje de todas—
—¿Y… Luciana? —Preguntó Taelia con voz quebrada por el dolor, que iba desapareciendo lentamente—
—Estará bien, tranquila—Dijo Isabela, aún presente. Secaron a ambos con unas toallas y cuando ya estaban limpios los liberaron, Taelia intentó moverse, pero sus pies no respondieron, le temblaban las piernas, el mismo caso para el chico a su lado. Los hicieron sentar en unas sillas de ruedas, no sin antes medir su nivel de corrosión—
—Han perdido un dos por ciento respectivamente, la pérdida de sangre es un gran influyente—Dijo Isabela mirando los aparatos—Llevadlos a la otra sala—Minutos después se encontraban en otra sala blanca donde estaban recostados bocabajo en una camilla con vendas húmedas alrededor de sus piernas—
El silencio se apoderó del lugar, a pesar de estar solos los dos adolescentes en la habitación, aún estaban desnudos, acostados bocabajo. Taelia no dejaba de respirar de forma pesada por el dolor a pinchazos que sentía.
—¿Qué edad tienes? —Preguntó el muchacho en voz baja, tenía un acento algo raro—
—Catorce… ¿Tú? —Respondió Taelia girando la cabeza para mirarlo—
—Igual—Respondió—Llevo ya muchos meses aquí y… bueno, esta prueba nunca me había tocado—
—¿Lo hacen al azar? —Preguntó, pero Pavel negó con la cabeza—
—Escogen a tres personas totalmente diferentes entre sí para ello, y se nota, solo espero que esa niña esté bien—
—Yo también—Respondió Taelia—Ya llevo un par de días aquí y… me han roto las piernas—Ambos rieron—
—Tranquila, este tipo de pruebas solo es una vez cada mucho tiempo—Respondió—A mí me acosan con eso, pero bueno, son casos y casos—La frase que dijo no tenía sentido alguno, por lo que Taelia se limitó a asentir e intentar descansar—
Pasó un rato largo en el que ambos compartían experiencias de cosas que les ocurrieron, ahí descubrió que Pavel resultó en ese lugar luego de que sus padres lo abandonaran por encontrarlo drogado y borracho, le dieron una golpiza tal que rompieron su propia voluntad, en el hospital un hombre le ofreció ir a Kiruna para el proyecto y él aceptó.
Al poco rato volvió Isabela.
—¿Qué tal estáis? —Preguntó la mujer, ambos adolescentes negaron con la cabeza—
—Podría ser peor—Dijo Taelia—Sigo sin sentir mis piernas—
—Lo que ha dicho ella—Sostuvo Pavel—¿Qué clase prueba fue esa? —
—Una que es de suma importancia—Respondió Isabela—Luciana está bien, está descansando ahora mismo—Ambos asintieron aliviados—Aun queremos hacer una prueba más con vosotros esta noche, así que si estáis bien para esta tarde podremos continuar —
—Tienes muchas esperanzas—Dijo Taelia, Pavel rio por lo bajo—De momento quiero descansar—
Un muy poco rato después Isabela se retiró de la sala dejando solos a los adolescentes quienes lo que menos querían era moverse. No pasó mucho tiempo hasta que Taelia despertó con un fuerte dolor de cabeza, se apoyó con sus manos y levantó su torso, pero sin poder hacer pues más escuchó un susurro que parecía venir del mismísimo infierno; una voz que cambiaba de tono grave a agudo en cuestión de segundos, inentendible para ella. Giró su cabeza buscando el origen, pero no encontró nada más que a Pavel mirándole con una ceja levantada acostado en la camilla. Vio como le decía algo, pero ella solo escuchó un sonido inentendible, casi creyó ver como su cara se deformaba. Su mirada de terror llamó la atención del muchacho, quien dio un fuerte golpe a la pared que tenía al lado y de alguna manera eso pareció sacar a Taelia de su mundo.
—¿Qué pasa contigo? —Preguntó el muchacho, Taelia se extrañó de escuchar una voz normal por alguna razón desconocida—
—… Nada—Respondió de forma casi automática—
—Ya… y me lo voy a creer—Respondió Pavel en tono irónico. Taelia se dejó caer otra vez contra la camilla, escondiendo su cabeza en la almohada—¿Una alucinación? —Preguntó en voz baja. Taelia asintió—¿Lo saben? —La chica negó con la cabeza—
—¿Y qué me encierren por loca? —Respondió en un susurro que el muchacho escuchó—
Al cabo de un rato ambos se intentaron poner de pie, les costó al principio, pero luego fue fácil. Por suerte en la misma habitación tenían su ropa así que se volvieron a vestir, cuando terminaron alguien entró al lugar.
—¿Qué tal os sentís? —Preguntó un hombre que habían visto antes—
—Estamos mejor—Respondió Taelia, Pavel asintió—
—Bien, imagino que tendréis hambre, es casi hora de almorzar—Dijo el hombre guiando a ambos adolescentes hasta la puerta del edificio donde tuvieron que separar sus caminos, Pavel era de un nivel de riesgo totalmente diferente al resto de ellos, así que se lo llevaron escoltado a lo profundo de la ciudadela. Mientras, Taelia se adentró en compañía de Isabela quien apareció poco después de entrar—
—Para ser apenas el primer día no salió nada mal—Murmuró Isabela, Taelia asintió con cansancio—
—Te juro que no puedo más con mi cuerpo—Dijo suavemente obligándose a mover sus pies—
—Tranquila, ya queda menos para que puedas descansar—Respondió. Sin prisa se adentraron en el recinto. Taelia podía notar como todas las miradas se dirigían a ella, unas miradas escudas que simplemente le hacían sentir en soledad, esa misma que te hiere por dentro. Isabela, si bien lo notó, le restó importancia al asunto. Llegaron al comedor de las plantas inferiores y se encontró con que era la última en llegar, pues ya estaban todos ahí—Buen provecho—Taelia asintió y se adentró en la sala, cogió una bandeja y se sentó en la misma mesa de antes, donde ya estaban Fer y Marcus quienes le saludaron alegremente, y nada más sentarse el lado de Marcus el mismo apoyó su cabeza contra su cuerpo—
—¿Qué ocurre? —Preguntó Taelia, al fijarse pudo ver algunos arañazos por su cara y manos—
—Alguien se peleó contra él, aunque no se pudo defender, y los castigaron físicamente a ambos—Respondió la pequeña rápidamente—
—Tranquilo, estás conmigo—Abrazó a Marcus de forma que pudiera sentirse seguro, aunque fuera de forma efímera. No pasó mucho hasta que sintieron la falta de alguien—
—Y… ¿Luciana? —Preguntó Marcus de forma tímida, Taelia se tensó—
—Nos hicieron una prueba física y… está muy cansada así que ahora debe estar descansando—Respondió rápidamente—
—¡Pero es hora de comer! —Protestó Fer, saltando de su asiento rápidamente—
—Lo hará luego—Contrarió Taelia al momento—Ahora supongo que lo mejor será dejarla descansar—No lo quería decir, pero tenía un muy mal presentimiento. Pasó un rato de silencio hasta que Taelia terminó de comer, solo para darse cuenta de que solo quedaba ella junto con Fer y Marcus, en otra mesa aparte había un pequeño grupo que no le quitaba la mirada de encima—Venga, que nos hemos quedado los últimos—Dijo Taelia en general. Quizás de una manera demasiado sorpresiva, cuando se dio cuenta tenía al grupo de niños enfrente suyo, quienes le empujaron con fuerza y la hicieron caer hacia un lado mientras se abalanzaban sobre el pequeño Marcus, la adolescente rápidamente se puso de pie y se agarró sobre uno de los atacantes, golpeándolo con fuerza en la cabeza hasta dejarlo inconsciente. Cuando se intentó lanzar sobre otro recibió un arañazo en su pierna derecha que le obligó a apartarse—¡Deteneos! —Gritó, pero parecían presos de la ira, quizás era una venganza por hacer castigar a su compañero. Se lanzó directamente por Marcus y logró interponerse entre él y los atacantes de tal manera que pudo separarlos —¿¡Que os pasa!? —
—¡El hizo castigar a uno de nosotros! —Protestó uno de ellos, cuando Taelia iba a responder se dio cuenta que Isabela había entrado junto con un par de personas más—
—Tranquila, ya recibirán su justo escarmiento—Dijo la mujer a Taelia, quien asintió sin dejar de cubrir al pequeño. Los hombres les apuntaron con un arma y los obligaron a salir de la sala en cuestión, cuando ya estaban fuera, por fin pudieron relajarse—Son demasiado reaccionarios—Respondió, la adolescente asintió. Notó el arañazo en la ropa de la chica—¿Estás bien? —
—Fue solo un arañazo—Dijo—Estoy… bien, supongo—
—Pequeños, id con vuestro superior, Taelia, acompáñame, hay alguien que quiere verte—
Salieron de prisa en dirección a la planta superior, al llegar se encontró con bastantes personas en el recibidor, al fijarse pudo ver a alguien que ya esperaba ella verlo.
—Bondrewd—Dijo en voz baja, el hombre sonrió—
—Veo que ya te has vuelto uno de ellos—Respondió con una risilla extraña—Quiero hablar con ella en privado—Los presentes asintieron. Bondrewd llevó a Taelia a su despacho personal y la hizo sentar en una silla en frente de un escritorio—¿Notaste algo? —
—¿Debería haberlo hecho? —Preguntó la chica de primeras, el hombre la miró con duda—¿Qué ocurre con las personas de las últimas plantas? —
—A eso me refería—Asintió—Prueba y error, es lo único que nos queda—Respondió—Si tan solo pudiésemos lograr que alguien sea un éxito, podríamos mostrarlo al mundo como un gran avance—Se levantó de su sitio y se acercó sigiloso a Taelia—Quizás sea de agrado para una esclava como tú—Con su mano alzó la barbilla de la chica, obligándola a verle a los ojos—
—Ya te dije que no soy tu esclava—Respondió la chica de malagana, notaba la ira salir con fuerza de su ser, y eso le asustaba—
—Dejarás de serlo cuando dejes de cuestionarte si la soledad que sientes es realmente el problema—Respondió suavemente—Poco a poco serás más que todos los humanos—
—… No quiero hacerme ilusiones—Respondió—Solo… quiero descansar—Dijo, se recostó contra la silla cerrando sus ojos. Se tensó cuando sintió la mano de Bondrewd sobre su mejilla—
—Yo te salvé la vida, de no ser por mi estarías ahora enterrada en una fosa común—Susurró en su oído, Taelia debía creerle, pues los hombres que la chantajeaban no les temblaba el pulso para hacer algo tan atroz como eso—
—¿Entonces que quieres que haga? —Preguntó, el hombre sonrió—
—Veo que ya entiendes—Dijo—Harás lo que yo quiera, cuando yo quiera y donde yo quiera, es una manera de hacer que me devuelvas el favor que te hice—
—Estás enfermo—
—De no estarlo tanto tú como yo estaríamos muertos—Respondió con una sonrisa, Taelia no ocultaba su cara de asco—Lo mejor será que vayas a descansar—
*En París*
La noche había caído de forma irremediable en la capital francesa, los chicos se encontraban en el aeropuerto junto con Aelita y Xana, el avión no tardaba en salir, solo llevaban como equipaje sus mochilas.
—Será un viaje muy largo—Dijo Aelita en voz alta—
—Mientras la traigáis de vuelta es lo que cuenta—Respondió Odd—
—Supongo—Respondió—
—¿Os puedo pedir un favor? —Preguntó la IA de primeras, y sin esperar respuesta del resto continuó—Es posible que Zack aparezca por algún sitio causando problemas, no sé si será aquí o en otro sitio, el caso es que si lo veis no intentéis detenerlo, es como un objeto imparable—
—¿Entonces? —Preguntó Jeremy—
—Avisadme, con suerte podremos planear algo—Respondió, soltó un pesado suspiro. Anthea se encontraba absorta mirando las instalaciones, pensando en sus cosas. La IA se acercó a ella—¿Ocurre algo? —
—Solo… pensaba como el tiempo pasa y no nos espera—Respondió en voz baja—Como ocurren ciertas cosas y… solo puedes pensar en que lo hiciste, y ya está—Xana sola mente la observaba—No sé por qué te digo estas cosas—Respondió riéndose por lo bajo—
—Quizás porque soy la única que puede ayudar—Respondió la IA—No sé qué ocultas en cuanto a Taelia, pero… Te puedo asegurar que la traeré—
—Gracias—Dijo en voz baja—Te… prometo que cuando estéis aquí os explicaré que ocurrió—La IA asintió—
—¡Xana! —Gritó Aelita su nombre—¡Ven un momento! —
—Es una promesa—Dijo la IA a Anthea antes de retirarse e ir con Aelita—
Pasó un rato no muy largo hasta que llamaron por megafonía a los pasajeros del vuelo, entre ellos la IA y Aelita.
—Mucha suerte, chicas—Dijo Anthea, dándole un abrazo y un beso a ambas—
—Mantened el contacto—Dijo Jeremy acercándose a Aelita—
—Os avisaremos cuando estemos de camino a Kiruna—Dijo la IA, Anthea asintió, sabía el doble sentido de la oración. Se dieron un abrazo grupal y ambas chicas se dieron media vuelta, tras despedirse pasaron el embarque subieron al avión—¿Habías volado antes? —
—Creo que sí, pero es un recuerdo vago—Respondió Aelita, sentándose al lado de la IA, quien estaba en la ventana—
—Será un viaje de un par de horas hasta Estocolmo, y luego otro más largo hasta Kiruna—Dijo la IA—
—Espero estar a tiempo para el domingo—
—Lo estarás—
Al cabo de un rato ya estaban de camino a aquel lugar.
—No sé por qué mamá insistió en que yo te acompañara—Dijo Aelita mirando por la ventanilla—
—Tendrá sus razones—Dijo la IA restándole importancia—La verdad que lo prefiero, es un viaje de un par de días, por lo menos—
—¿Vacaciones? —
—¿Qué clase de vacaciones consta en ir a rescatar a una persona? —
—Pero son vacaciones—Dijo la pelirrosa, tras pensarlo un momento ambas rieron—
El viaje en si fue silencioso, era tarde y a pesar de ser solo un par de horas, la mayoría se había dormido. Al cabo de un rato llegaron a Estocolmo, nada más bajar del avión sintieron el frio polar de esa parte del norte. Xana agarró la mano de Aelita para no perderla.
—Que frio—Soltó la pelirrosa—
—Y espera, que se pondrá mejor—Respondió la IA—El viaje de vuelta tendrá conexión con una ciudad de Alemania, así que tardaremos más que solo un par de horas—La pelirrosa asintió—Ahora… tendremos que buscar la estación de autobuses—Tras un rato buscando, luego de salir del embarque, se dieron cuenta que se encontraba en el mismo aeropuerto. Nada más acercarse, solo por el idioma, ya sabían que iba a ser un problema. Cuando tocó su turno les tocó tirar a la suerte—¿Kiruna? —La persona atendiendo, un anciano bonachón, asintió y dijo—
—Saldrá en poco rato—Respondió el hombre de manera que ambas pudieron entender—Son 30 coronas ambos billetes—Era obvio que no traían su moneda encima. Tras hacer un intercambio, el hombre les dio los billetes—Saldrá en diez minutos, daos prisa—
A paso rápido encontraron el autobús que las llevaría, lo abordaron con rapidez y se sentaron atrás del todo, a excepción de unas pocas personas, estaba bastante vacío.
—¿Sobre qué horas llegaremos? —Preguntó la pelirrosa sentándose al lado de Xana, quien estaba sentada al lado de la ventanilla—
—Es casi medianoche, igual sobre medio día mañana—Respondió la IA, la pelirrosa soltó un pesado suspiro y asintió—
—Almenos se está bien aquí dentro, afuera está congelando—Dijo—Deberíamos llamar a mamá—La IA asintió y sacó su móvil, tras un momento, contestó—
—¿Ya habéis llegado? —Preguntó Anthea de primeras—
—Sí, estamos en el autobús de camino a Kiruna, llegaremos sobre el medio día… espero—Respondió la pelirrosa—
*Con Taelia*
Eran las 2 de la mañana pasadas, la adolescente dormía tranquila en su aislada habitación hasta que las luces se encendieron y el abrir de la puerta la despertaron.
—El jefe te busca—Dijo una voz, Taelia abrió los ojos y se fijó que era un soldado—Date prisa—
—Que oportuno—Dijo en un susurro. Rápidamente se puso de pie y se puso sus zapatos. Recorrió las lúgubres instalaciones en compañía del soldado, subieron a la planta principal rápidamente—
—Saldremos al exterior por un momento, así que tendrás que aguantar el frio un momento—Salieron al exterior en dirección a uno de los edificios, el más grande que había: Constaba de varias plantas amplias y una última protegida con modernos sensores. Hacía demasiado frío, sin contar con una tormenta de nieve. Al cabo de unos momentos entraron al edificio, donde ya le esperaban algunos soldados—Que siga por su cuenta—Dijo al resto—
—Bondrewd se encuentra en su despacho, está en la última planta—Sin más indicaciones, la adolescente se puso de camino, la primera planta era un recibidor con varias oficinas. Atravesó una puerta blindada y subió las escaleras a la segunda planta, al llegar se encontró con un lugar un poco más tranquilo, constaba de una serie de pasillos que conectaban con un recibidor donde había varias personas adultas con trajes blancos quienes fijaron su mirada en ella. Cuando se disponía a subir uno de ellos le llamó la atención con seriedad—
—¿Qué haces por aquí? —Preguntó una voz masculina—Eres de las plantas inferiores, tienes prohibido…—
—Bondrewd me llamó—Cortó Taelia al momento—Tranquilo, no soy como esos salvajes—Se dio media vuelta y siguió su camino. Subió a la tercera planta, era una más activa, al entrar se encontró con varias salas varias, biblioteca, sala de juegos para niños, aulas… eran todas visibles desde un cristal a un lado de una de las paredes, cuando cruzaba distraída vio como una pelota salía de una de las puertas y se acercaba hacia ella, rápidamente salieron dos niños con un aspecto diferente al suyo detrás de la pelota, que tocó los pies de Taelia, momento en el que se detuvieron en seco al ver su apariencia en general, pues nada más por su ropa y por el collar con la chapa ya podían intuir de dónde venía—¿Vuestra? —Los niños no respondieron—
—Os dije que… no…—Se escuchó la voz de una mujer cruzar la puerta; Era de una de las cuidadoras de la sala, se había quedado de piedra al ver a Taelia—
—No os haré daño—Dijo de primeras—Tomad—Agarró la pelota con sus manos y se la acercó, pero los pequeños retrocedieron—
—Aléjate de ellos, ¡Monstruo! —Aquella reacción llamó la atención de Taelia—
—¿Qué? —Preguntó sin entender—… Lo que sea—Les lanzó la pelota y se alejó lo más posible, era un caso perdido. Siguió hasta llegar a la cuarta planta, nada más acercarse a la puerta esta se abrió automáticamente, entró y solo encontró un pasillo largo con pocas puertas, cruzó el mismo y se encontró con una puerta abierta, al fijarse vio que se trataba del despacho de Bondrewd—¿Me buscabas? —Preguntó, cerrando la puerta tras si—
—Sí, quería hablar contigo—Dijo el hombre, tras suyo había un gran ventanal donde se podía ver la tormenta caer con fuerza—Toma asiento—La chica obedeció—Es sobre… esto, ¿Crees que vale la pena? —
—No entiendo la pregunta—
—Es decir, ¿Crees que vale la pena tentar a la suerte para crear una nueva variante de los humanos que pueda resultar superior a la original?, ¿Crees que vale la pena sacrificar tantas almas sin nombre solo por una ventaja futura? —
—La verdad es que, aunque sea una gran apuesta… yo lo veo como un problema para el futuro—Respondió—La gente no aceptaría que hay una nueva raza superior a ellos, ¡Tratarían de eliminarla! —
—¿Podrían causar discriminación?, tiene sentido, ¿Crees que con los Neo pase lo mismo? —Taelia asintió—
—No tengo una opinión sobre este tema—Respondió—Solo me parece curioso—
—Es que… la gente no entiende, ¡Estamos cerca de la evolución!, pero corporaciones como Gaia no lo permiten, no dejan que podamos mejorar—Respondió en voz tenue—Es mi deber mostrar al mundo las ventajas que tiene este experimento—
—¿Piensas infectar a toda la humanidad con un virus? —Preguntó Taelia—¿Con un virus que no sabéis ni su vacuna? —
—Tenemos la teoría que si nace un niño del vientre de una de las infectadas este sería virtualmente inmune al virus, adoptando las habilidades sobrehumanas de originario—Taelia se dio cuenta por donde iban los tiros—
—Ni lo pienses—Se puso de pie rápidamente—No pienso participar en algo como eso—
—Eres la única con capacidad para hacerlo—Dijo Bondrewd—¿Por qué no? —
—…—Se había quedado sin palabras, realmente no había pensado en una razón válida, el "NO quiero" no era válido, ella era la esclava en este punto—Me parece… cruel—Bondrewd se acercó a ella—
—Cruel es seguir negando que tu soledad que sientes es culpa tuya cuando es culpa de otra persona—Eso la enfureció—¿Lo ves?, solo sabes odiar—
—… Déjame en paz—
—No en mi presencia—Dijo—Acompáñame—Taelia obedeció a regañadientes. Entraron a un dormitorio grande, el de Bondrewd, quien se sentó en la cama, mirando de frente a Taelia quien entró y cerró la puerta tras si—Quiero verte—Dijo—Desnúdate—Taelia tomó aire y comenzó a quitarse lentamente la ropa, cuando por fin estuvo desnuda, el hombre sonrió—Tienes un buen cuerpo—Dijo—Acércate—La adolescente se acercó tímidamente, el hombre con sus ásperas manos comenzó a tocar su cuerpo suavemente mientras estudiaba su reacción—Date la vuelta—La aludida obedeció. Sintió como los dedos de aquel hombre se paseaban por su espalda hasta terminar en sus muslos. Taelia se dio vuelta hasta mirarlo de frente—Eres un muñeco roto—Dijo—
—No me importa—Respondió la adolescente con un notable sonrojo. El hombre haló de su brazo y la obligó a acostarse en la cama—
—Quiero ver que tanto soy capaz de romper tu voluntad—Taelia guardó silencio. El hombre separó sus piernas suavemente y se acercó a ella—No doy miedo—
—Eres un sinvergüenza se mucho cuidado—Respondió Taelia—Secuestras gente para tus experimentos—
—Me adulas—
—Me das asco—
*Con Aelita y Xana*
Ambas se encontraban en el autobús, la pelirrosa estaba profundamente dormida mientras la IA observaba por la ventanilla una aurora boreal pasante por el cielo, pensaba en lo que debía hacer. Cuando vio que el terreno comenzaba a ser montañoso se quitó de encima a Aelita sin despertarla y luego se abrió paso en el pasillo del autobús hasta llegar al conductor.
—¿Pasaremos por Deskent? —Preguntó la IA al conductor, quien asintió lentamente—
—Es una ciudad fantasma ahora mismo, salvo por alguna que otra cosa—Dijo—¿Por qué? —
—¿Puedes dejarnos en el paso de la montaña antes de llegar? —
—¡Estamos como a menos diez grados afuera! —Protestó el hombre—¿Estás segura? —La IA asintió—Estamos a diez kilómetros, os avisaré para que podáis salir sin que despertéis a todos—
—Gracias—Antes de irse, el hombre habló—
—¿Vuestro destino final es Kiruna? —La IA asintió—Por la mañana hay un autobús que pasa a ese destino, les avisaré para que os recojan de manera excepcional—Dijo el hombre, Xana asintió. Realmente había jugado con él para que accediera a dejarlas donde ella quería. Al llegar se acercó a su asiento, se encontró con Aelita despierta—
—Este… camino me suena conocido—Dijo suavemente—¿Dónde estamos? —
—Es una sorpresa, vete preparando—Tras recoger su mochila, el autobús se detuvo en el cruce de un camino que parecía subir por una montaña a algún sitio—Vamos—Se bajaron del autobús—
—Que frio, que frio—Dijo la pelirrosa—¿Puedes hacer algo? —La IA, al ver como el autobús se alejaba, asintió. Creó un escudo alrededor de ellas que aminoraba la helada ventisca—
—Vamos, nos queda algo por recorrer—Caminaron por el paso de la montaña cuesta arriba, les dificultaba caminar por la nieve, mas no ver, ya que la aurora boreal, que parecía no tener fin, iluminaba todo el camino. A Aelita cada vez más se le hacía conocido el trayecto, los árboles, el camino, las casas a lo lejos…—
—Ya en serio, ¿Dónde vamos? —
—A la razón de que vinieras conmigo—Se pararon en lo que parecía el final del camino, pues se abría, pero no se podía ver nada por la ventisca y la nieve. La IA se arrodilló y puso sus manos en el hielo, pocos segundos después una onda expansiva reveló todo el terreno y la aurora boreal iluminó su muy antiguo hogar, la cabaña donde vivió con sus padres hacía más de quince años —Bienvenida de vuelta—
—Imposible…—La pelirrosa estaba casi en shock, no se creía que ese lugar estuviera en pie, y menos que alguna vez en su vida pudiera verlo—¿Cómo…? —
—Anthea me contó sobre tus pesadillas, y creyó que era una buena idea traerte aquí para que meditaras sobre ello, y aprovechando que Taelia está en ese país, pues fue una buena oportunidad—Nada más terminó de hablar, la pelirrosa la abrazó con fuerza—Vamos adentro, está un poco abandonado—Se acercaron, y si bien estaba abandonado de hace años, estaba en un estado considerablemente bueno. Cerraron todo desde adentro y observaron el panorama. La IA creó una esfera de energía amarilla que hacía de bombilla—Protegeré este lugar—Puso sus manos en el suelo y la cabaña entera se cubrió con un escudo de energía que impedía que el frio y cualquier intruso pudiera entrar—
—Nunca pensé que este lugar… pudiera estar aquí—
—Debemos llamar a Anthea—Se sentaron en el suelo al frente de una chimenea, la IA sacó su móvil y llamó a la indicada—
—¿Ya estás? —Preguntó Anthea algo impaciente—
—Misión cumplida, estamos en la cabaña—Dijo la IA—
—Gracias por traerme a este sitio, mamá—Dijo, se escuchó a Anthea reír suavemente—
—Era algo que deseaba que pudieras recordar alguna vez, fuera de las cosas malas que recuerda—Respondió con tranquilidad—Espero que os sirva de motivación para lo que os espera—
—Lo hace—Respondió la pelirrosa—
—Quizás deberíamos ir a dormir, todas—Dijo, eran casi las tres de la mañana—
—Buenas noches, mamá—
—Buenas noches, querida—La llamada terminó. Aelita dejó caer el móvil de la IA hasta dejarlo a un lado. La misma aprovechó y se sentó tras Aelita, cruzando sus pies delante de ella y abrazándola por la espalda—
—¿Cómo te sientes? —Preguntó la IA, apoyando su cabeza contra la de la pelirrosa—
—Asustada—Reveló Aelita—Este sitio… me hace sentir contrariada—
—Fue tu hogar una vez—Dijo la IA—
—Aquí se llevaron a mamá los hombres de negro—Respondió la pelirrosa—No quiero recordar este sitio, quiero… evitar que algo así nos vuelva a pasar—
—Pides mucho—Dijo la IA—Ella quería que vinieras aquí, al origen de tus pesadillas, para que te dieras cuenta que no es nada—
—No sé… si arregle el problema—Agachó la cabeza al tiempo que enlazaba sus dedos con los de la IA—No… puedo fiarme del todo de ti—
—¿Qué debo hacer para que lo hagas? —
—Prometerme que no causarás una catástrofe, que cambiarás para protegernos y no para matar a todos—Respondió con decisión—
—Sabes bien que eso es imposible—Contrarió la IA, riéndose por lo bajo—
—¿Por qué? —No lo entendía, todos podían cambiar si lo deseaban…—
—Es mi naturaleza el ser destructiva, no puedo prometer no matar a nadie cuando sabes que lo haré—
—Por eso mismo—Dijo—
—¿Olvidas lo que dije una vez? —Preguntó, la pelirrosa hizo silencio—Esto es solo una tregua hasta que pueda ser totalmente libre—
—¿Y luego? —Preguntó—¿Nos matarás a todos borrando lo que has hecho por nosotras? —
—Se tendrá que ver cuando llegue el momento, no debes preocuparte por eso—Dijo—No creo ser esa clase de ser que crea y destruye, si hago algo es para mantenerlo—
—Si me has traído hasta aquí… supongo que debo creerte—Se apoyó sobre el cuerpo de la IA—¿podemos dormir? —La IA asintió—
—Vamos a ver si hay alguna cama decente donde se pueda descansar—Se puso en pie rápidamente. Tras buscar por toda la casa no encontraron nada que les pudiese ayudar, la naturaleza y el abandono habían hecho lo suyo—
—Que decepción—Dijo la pelirrosa sentándose en frente de lo que parecía ser una chimenea, pero solo había madera húmeda y aparentemente vieja—
—Bueno, podemos encenderla para calentarnos un poco—Se acercó a la madera y usando electricidad logró secarla y posteriormente prenderla fuego, aunque era tenue, comenzaba a aumentar paulatinamente—Algo es algo—Se recostó al lado de la pelirrosa, quien también se acostó junto a ella, su cuerpo estaba caliente para esa noche—
—Espero terminar ya con esto, sinceramente—Dijo Aelita en tono de súplica—
—Con un poco de suerte, a esta hora mañana estaremos ya de camino a casa—Dijo—Solo… esperemos—Se acurrucó al lado suyo y la abrazó—Vamos a dormir—Al cabo de un rato, cerraron los ojos y cayeron en un profundo sueño—
*Sueño de Aelita*
La pelirrosa no lo sabía como tal, pero estaba en un sueño.
Despertó y aún era de noche, se giró y vio a la IA dormida, intentó despertarla, pero no hubo manera. Al ponerse de pie y acercarse a la puerta pudo notar que el escudo que protegía la casa se había desvanecido. Abrió la puerta con suavidad y salió: Estaba la noche completamente despejada, el cielo estaba cubierto por estrellas y constelaciones que lo hacía ver hermoso… Poco duró esa felicidad. Escuchó un coche acercarse muy rápidamente, al detenerse pudo ver como dos personas en su interior salieron de golpe al verla, intentó volver a la casa, pero la empujaron contra la pared y sacaron a otra persona, no a la IA, sino a Anthea.
—¡MAMÁ! —Gritó al ponerse de pie y acercarse a los hombres de negro, quienes desenvainaron sus armas y abrieron fuego, pero logró esquivarlo al lanzarse al suelo. No iba a dejar que eso volviera a repetirse. Salió tras el coche que se llevaba a Anthea, en un momento del trayecto el coche se detuvo, de él salió un hombre que, raudo y veloz, sacó su revolver y disparó una vez contra Aelita, la bala logró atravesar su corazón a la primera.
El tiempo se detuvo.
Aelita se dio cuenta que la parte adyacente al agujero dejado por la bala brillaba con un débil azul oscuro. Cayó de rodillas y se dio cuenta que ya no sentía frio ni calor, no sentía nada.
—¿Valió la pena? —Preguntó una voz familiar—¿Fue el resultado satisfactorio para su majestad? —La IA—
—¿Qué ocurre? —Preguntó, nerviosa—
—Esto lo provocó tu deseo de revivir el momento, yo solo cree el escenario—Dijo—No respondiste a mi pregunta—
—No valió la pena—Dijo—… ¿morí? —La IA asintió—
—Bienvenida al tejado del tiempo—Resaltó la IA—Aquí el tiempo no corre, es imposible entrar a este sitio por las buenas—
—¿Y cómo lo conoces? —
—Cuando tienes un poder como el mío… no te puedes fiar solo de tus ojos—Respondió, su voz se notaba ligeramente diferente—Recuerda estas palabras, por favor: "No creas en todo lo que veas, haz solo caso a tu intuición, y si albergas dudas nunca encontrarás consuelo en tu interior… Lo que viene a partir de ahora será un juego que no puedes perder" —Hizo silencio. El lugar comenzó a romperse—Es momento de despertar—
*Fin del sueño de Aelita*
Ya era de día. La pelirrosa despertó de golpe, no sentía frio y podía notar el escudo en su lugar. Estaba jadeando, y recordaba las palabras de la IA al pie de la letra. Xana también despertó.
—Buenos días—Dijo la IA a la pelirrosa—¿Una pesadilla? —Preguntó—
—¡Estabas tú en ella! —Respondió—¿No lo recuerdas? —Por la mirada de la IA, parecía que no—
—¿Algo importante? —La pelirrosa asintió. Le contó el sueño detalle a detalle. La IA no parecía recordar nada, eso, o estaba fingiendo perfectamente—
—Será mejor marchar de este lugar, igual se nos pasa el autobús—
*Con Taelia*
Luego de una extraña noche dialogando con Bondrewd, la chica volvió a las instalaciones. Al entrar se topó con que la estaban buscando.
—Te buscan en la piscina—Dijo un guardia, quien la guio hasta el sitio. Ya ahí, pudo ver que había varios niños, entre ellos Marcus, parados en cada carril de una piscina olímpica. También estaba Isabela junto a otra persona—
—Ya estás aquí, te explico rápidamente—Dijo Isabela al verla llegar—Hay una prueba que queríamos hacer para probar vuestra resistencia bajo el agua—Dijo—Hemos puesto un objeto al fondo de la piscina que tenéis que liberar y traer a la superficie otra vez—
—¿Sin desayunar? —Protestó la adolescente—
—Así es más divertido—Ironizó el hombre presente—Venga, desnúdate y ponte en uno de los carriles—Taelia obedeció y dejó su ropa a un lado—¡Ahora! —Al suene del silbato todos saltaron al agua. Taelia se sumergió y pudo ver una caja sellada que se abría con una combinación de números escritos en el exterior, eran cuatro y estaban en desorden. Intentó uno, pero se quedó sin aire y tuvo que salir del fondo para recuperarlo, casi al mismo tiempo que sus compañeros, excepto Marcus, quien aún estaba al fondo intentando abrir la caja. Taelia se sumergió otra vez y probó las combinaciones hasta dar con la correcta, pero nada más abrir la caja tuvo que emerger. Al hacerlo notó que Marcus aún no lo había hecho, sino que había abierto la caja y estaba llevando el objeto nadando muy rápido, pero de una manera notable. Taelia se sumergió y sacó el objeto que resultaba ser una cajita de madera. La llevó a la superficie y la dejó en el sitio donde había saltado. No podía seguir más, tenía a Marcus al lado—
—Sorprendente—Dijo al pequeño, quien le miró y sonrió—¿Cómo lo haces? —
—Tiene capacidad para nadar muy rápido, sumergirse durante un tiempo indeterminado y a una gran profundidad bajo el agua, no sabemos qué hace su cuerpo internamente para permitirlo, pero es sorprendente—Respondió el hombre presente—Aun con esas quedaste segunda, nada mal—Taelia asintió y se sentó al borde de la piscina, abrazando al pequeño—
Lentamente comenzaron a llegar el resto con la cajita de madera. La prueba se repitió un par de veces y en todas quedaba de primero Marcus, su capacidad bajo el agua era inigualable.
Al final, luego de un largo rato, los dejaron ir a desayunar, al llegar eran los últimos, pero era una excepción. Nada más hacerlo, alguien llegó con un par de maletines con medicina, quienes estaban marcados con los nombres correspondientes. Tras inyectarle la medicina y hacer todo el protocolo, la persona se volvió a ir.
Estaba siendo una mañana relativamente tranquila.
Sobre medio día, Taelia se encontraba en la biblioteca leyendo el mismo libro que la primera vez, quería entenderlo. Isabela se acercó a ella.
—¿Te sientes bien? —Preguntó la chica de primeras—
—¿Debería sentirme mal? —Isabela negó con la cabeza—
—Las cosas parecen haber mejorado un poco con tu llegada—Dijo—Parecen estar más centrados por alguna razón—
—¿Quizás es por la importancia de la investigación? —Preguntó. Isabela se encogió de hombros—Solo digo—
—Lo sé, pero para mí no deja de no tener sentido—Dijo—Bondrewd me contó que intentó convencerte para… aquello—
—No hicimos nada realmente—Dijo—Sabía que terminaría por infectarse si lo hacíamos—No le quitaba el ojo de encima a su libro—
—…Maldito sinvergüenza—Soltó un suspiro—
—Tampoco me hubiera molestado—Dijo—De todas maneras, no estoy segura de no estarlo realmente—La frase era tan confusa que Isabela se quedó mirándola por un par de segundos—¿Entiendes mi punto? —Isabela asintió dudosa—
—Las pruebas dieron negativo, o eso me dijeron—Taelia dio un suspiro de alivio—
—Menos mal—Tras eso, alguien entró a la sala preguntando por Isabela. La chica tuvo que irse rápidamente dejando sola a Taelia en la biblioteca—
*Con Aelita y Xana*
Ya casi al caer la noche de ese mismo día, ambas habían llegado a la pequeña ciudad de Kiruna, pero su destino estaba kilómetros más a las afueras.
—¿Cuál es la ruta más corta para llegar? —Preguntó Aelita mientras aún estaban en la estación de autobuses—
—Caminando—Dijo la IA—Son unos cuantos kilómetros, así que ya podíamos darnos prisa—
—¿Y si primero comemos algo? —La IA asintió. Buscaron algo rápido de comer y se pusieron de camino por un camino montañoso y boscoso, la oscuridad de la noche sumado al presagio de una tormenta, gracias a las nubes, hacía que la temperatura bajara considerablemente—Hace algo de frio—
—Ya casi llegamos—Dijo. Llegaron hasta la cima del camino y pudieron ver las instalaciones protegidas por guardias fuertemente armados—Ahí está, es la ciudadela de Kiruna—
—¿Alguna idea de entrar sin que nos vean? —Preguntó la pelirrosa—
—¿Y si mejor hacemos un "Cara o cruz" y quien gane elige que hacer? —Preguntó la IA. Aelita aceptó—
—Cara—Lanzó la moneda al aire y la atrapó. Salió cruz, elegía la IA—¿Y bien? —
—Es hora de la masacre—Dijo—Vamos a llamar la atención, que salgan ellos, y si no hacen caso iremos de propio a buscarla—Aelita asintió. Bajaron rápidamente por el camino y cruzaron la puerta de entrada que no estaba protegida y se adentraron sin cuidado. Al llegar a los edificios y a la rampa de entrada a la ciudadela subterránea, la IA se detuvo delante, Aelita se quedó unos pasos atrás—¡Salid! —Dio un zapatazo en el suelo y este comenzó a resquebrajarse provocando un temblor en la tierra que era semejante a un fuerte terremoto. Haces de luz salían del suelo resquebrajado atrapando a los edificios. El temblor se detuvo a los pocos segundos en los cuales comenzaron a salir personas de todos los sitios—Bienvenidos—Creó un domo de energía que cubría toda la extensión de la ciudadela—
¿Y Taelia?
La adolescente se encontraba descansando cuando sintió el temblor, la puerta de su habitación se abrió, pero la luz de la misma a la vez que, de las instalaciones, se fue. Caminó a ciegas por algunos pasillos hasta encontrarse con la luz de emergencia de la puerta blindada de ese piso.
—Está sellada—Dijo—Cabrones—Sintió la presencia de algunas personas detrás suyo—
—¿Qué ocurre? —Preguntó una voz infantil seguidas de muchas otras—
—¡Tranquilos! —Dijo Taelia—Primero vamos a salir de aquí, pero la puerta está cerrada y necesitamos abrirla—Sabía que no todos le habían entendido. Cuando se disponía a abrir la puerta vio unas linternas detrás suyo provenientes del pasillo anterior—
—¿Qué hacéis aquí? —Eran soldados—¡Volved a vuestras habitaciones! —
—Este lugar se va a caer en cualquier momento, imbécil—Dijo la adolescente—¡Abre la puerta! —
—¡Silencio y obedece! —Le apuntó con su arma. Craso error. Los niños presentes se lanzaron sobre los dos soldados presentes, a pesar de abrir fuego, no ocurrió nada, murieron por los golpes—
—¿Necesitamos sus ojos? —Preguntó una voz infantil y femenina que estaba al lado de los cuerpos—
—Si, creo que si—Respondió Taelia. Rápidamente pudo ver a la misma niña acercarse con sus manos ensangrentadas y un globo ocular en cada muñeca—
—Aquí están—Dijo, enseñándole los globos oculares—
—Acércalos a la puerta—Guio a la pequeña hasta la puerta. La abrieron sin apenas dificultad. Al cruzar vieron que las luces de emergencia del piso superior sí que se habían encendido—Con cuidado, dejadme ir delante—Los pequeños asintieron. Cruzaron sigilosamente los pasillos vacíos. Antes de poder hacer cualquier otra cosa, al llegar a la puerta con el primer piso, se encontraron un montón de soldados delante suyo quienes les apuntaban con sus armas, había uno de los encargados atrás del todo—Este sitio se puede caer—
—Si, pero con vosotros dentro—Dijo el hombre—¡Volver a vuestras celdas! —
—¡Dejadnos salir hasta que sea seguro! —Gritó Taelia—¿Es que no lo ves? —
—Solo veo un montón de niños desobedientes—Dijo—Si no os vais, abriré fuego contra vosotros—Dijo—Una—
—¡Piénsalo! —
—Dos—
—¡Vamos! —
—Tres, ¡Fuego! —A los niños y a Taelia les faltó tiempo para darse la vuelta y esconderse en las habitaciones de los pasillos adyacentes, no todos lograron salir ilesos o con vida. Por suerte o casualidad, Taelia terminó en la misma sala con Fer y Marcus. El niño estaba ileso, pero la niña tenía un impacto de bala en su vientre—
—¿Puedes recostarte? —La pequeña asintió y se dejó caer al suelo—Fue un desastre—
—¿Por qué nos dispararon? —Preguntó Marcus al punto de un colapso nervioso—
—Porque creen que somos monstruos, y aunque este sitio se vaya a caer, nos dejarán aquí dentro—Escuchó pasos al otro lado de la puerta. Se puso de pie y abrió la misma de forma sigilosa solo para encontrarse con el hombre acompañado de un puñado de guardias—
—¿Por qué no obedeces en lugar de ser una rebelde? —Preguntó el hombre, un guardia intentó cruzar la puerta, pero Taelia se lo impidió—Esa niña puede morir si no la tratamos—
—¡Cállate! —Le dijo—
—Entonces muérete, ¿si no eres capaz de cuidarte como vas a ser capaz de cuidar de ellos?, te violaron por culpa de eso—El colmo. Taelia se llenó de ira, se lanzó contra el guardia más cercano y le quitó el arma, lo empujó hacia atrás y les apuntó con la misma—¡No seas tonta! —
—¡Imbécil! —Le gritó—Si me muero, te llevaré a la tumba conmigo—Disparó a quemarropa contra todos los guardias a su vista, quienes no tuvieron tiempo de reaccionar y sus cuerpos terminaron agujereados—
—Hija… de puta—Le dijo el hombre, ya en el suelo con un impacto de bala en uno de sus pulmones—
—Adiós—Le dio un disparo en la cabeza y dejó caer el arma al suelo al mismo tiempo que ella caía arrodillada, sosteniéndose la cabeza, pues un inmenso dolor se había apoderado de ella. Lentamente los niños que aún estaban bien comenzaron a acercarse a ella—
—¿Estás bien? —Preguntó uno de ellos, quien le ayudó a levantarse. Taelia asintió y entró a la habitación que estaba, cogió en sus brazos a Fer y salió del mismo—
—Salgamos de aquí—Cruzaron el pasillo y se encontraron la imagen de un montón de niños tirados en el pasillo con impactos en diferentes partes de su cuerpo—Dios mío…—El suelo volvió a temblar—Rápido—Con agilidad lograron cruzar los pasillos hasta llegar a la entrada principal y salir, al hacerlo y ver las dos personas que estaban en frente suyo se quedó de piedra—¡Vosotras! —Gritó, pudo ver como la IA esbozaba una sonrisa—
—Aquí estás—Dijo Xana—Vinimos a buscarte—
—Un poco tarde, quizás—Dijo—No quiero irme…—
—Taelia, no puedes quedarte aquí—Dijo Aelita—Quieren que vuelvas…—
—¿Para qué? —Dejó a Fer a un lado, al cuidado de los otros niños. Se acercó lentamente a Aelita y Xana—¿Para ver sus miradas de condescendencias?, ¿Para escuchar y que me intenten ayudar con un problema inexistente? —Se notaba la ira salir de su cuerpo—
—Fuiste tú quien le dijo a esos imbéciles donde estaba yo—Dijo la IA ya cansada—Fuiste tú quien puso a todo el grupo en peligro—
—¿No te das cuenta que el peligro eres tú? —Preguntó—¡Si eso ocurrió es por tu culpa! —La IA iba a lanzarse sobre ella, pero la pelirrosa se interpuso en el medio—
—¡Parad! —Dijo—Taelia, piensa, por favor…—
—¿El que? —Preguntó una voz masculina, Bondrewd—¿El que la habéis abandonado a su merced?, ella ahora es parte de un experimento del cual no puede irse—
—No me jodas, bastardo—Dijo la IA—Os haré desaparecer de la faz de la tierra—El domo cambió de un color azul a un color rojizo en un abrir y cerrar de ojos—
—Solo eres una niña con poderes—Dijo Bondrewd—¡Mátanos si te atreves!, somo muchos contra ti—Hubo un momento de silencio que fue roto por Taelia—
—Yo… solo quiero una explicación—Dijo con voz temblorosa—¿Por qué? —
—Por qué… ¿Qué? —Dijo suavemente la IA. Quizás no era una pregunta que debería hacerle a ella—
—¿Por qué ella me abandonó a mí y no fue a buscarme luego? —Preguntó—¿Por qué a ella si la buscó hasta el cansancio y a mí no? —Su voz quebrada y llorosa no daban mayor explicación—¿Por qué me borró la memoria? —
—No… te entiendo—Dijo Aelita—¿Quién te abandonó? —
—…Anthea—Su respuesta fue un balde de agua fría para todos. Xana ya se lo sospechaba, y el simple hecho de confirmarlo ya era un gran avance, Aelita no se lo terminaba de creer—
—No… puede ser verdad…—Miró a la IA—¿No…? —
—Pues…—La mirada de la IA ya le daba una respuesta anticipada—Creo que es cierto—
—¿Lo ves? —Dijo—Ella me abandonó cuando era pequeña, pero solo recuerdo eso, cuando me dejó en medio de la nada y posteriormente me durmió—
—Ella… nunca haría algo así—Dijo Aelita—
—Eso tendremos que hablarlo con Anthea—Dijo la IA—Más razón tienes ahora para venir con nosotras—
—¿Y luego? —Preguntó—Gracias a lo que ocurrió pude recordar aquello, ¿Qué más nos estará ocultando a las 3? —Dijo—
—¿Quieres que sea por las buenas? —Dijo la IA—Ven con nosotras de una vez—Taelia se acercó lentamente, a mitad de camino se detuvo—
—Ahora… soy peligrosa—Dijo Taelia—¿Se puede hacer algo? —
—Depende—
—Un virus parasito—
—Puedo hacer algo—Dijo la IA. Taelia se acercó y se quedó al lado de la IA, a quien abrazó—
—¿ya terminó el circo? —Preguntó Bondrewd—¡AHORA MIRAD LA BELLEZA DE LA CREACIÓN! —El suelo tembló, esta vez no por Xana sino por otra cosa. La IA sintió una extraña energía emerger del suelo. De la rampa de entrada salió algo extraño, la misma se rompió y emergió un bicho enorme con la apariencia de una araña de varios metros de alta y sus patas alargadas que hicieron correr a todos en todas direcciones—
—¿Qué demonios es eso? —Preguntó Taelia—
—Cubre a Aelita, voy a acercarme—Dijo la IA, quien sin esperar respuesta se acercó al bicho, quien antes de poder hacer nada terminó atravesando a Bondrewd con una de sus patas y posteriormente lo devoró de un solo bocado, al acercarse aún más podía escuchar unos gritos humanos provenientes de la energía que el mismo bicho emanaba y que solo ella podía sentir y ver. La criatura pareció calmarse y agachó su cuerpo hasta tener al frente a la IA—¿Qué te hicieron? —Preguntó, poniendo una mano sobre el pelaje de la araña mutada—Eras… un humano—Si, la apariencia de la araña fue causada por el virus al apoderarse del cuerpo, tal como le habían dicho a Taelia, solo que no sabía que ese era el resultado final—
—Mátame… véngame… mátalos—Logró escuchar la IA atraves de la energía—
—Lo haré—Puso ambas manos sobre la araña y el cuerpo de la misma comenzó a brillar con fuerza hasta que al cabo de un momento no era más que polvo que se desvaneció con el viento. La mirada de la IA era de ira—Lo vais a pagar muy caro—Dijo, mirando a las personas que aun eran plenamente humanas. Se acercó a Aelita y Taelia, quienes aún la miraban sin entender—Era antes una persona normal, un chico joven—
—¿Y cómo salió de ahí abajo? —Preguntó Taelia—
—No lo sé…—Dijo—Quiero matarlos a todos—
—Hazlo—Dijo Aelita—Entre antes nos vayamos de aquí…—
La IA no perdió tiempo. Cubrió a las 3 con un domo de energía independiente del otro, el cual logró romper. El domo que había creado para las 3 comenzó a girar sin parar acumulando una gran cantidad de energía que se elevaba hasta el cielo. Un segundo pasó en el que todo se suspendió. La energía contenida explotó en todas direcciones provocando una onda expansiva con una potencia similar a la de un arma de destrucción masiva, volviendo el cielo de un color rojizo hasta donde alcanzaba la vista. Cuando abrieron los ojos vieron que ya no había nada, los edifico habían desaparecido al igual que todas las personas… Algunas seguían vivas ya que se adentraron en el bosque antes de la explosión, solo un par de ellas. Taelia miraba el paisaje desolador.
—Ya… no hay nada—Dijo—¿Cómo tienes el poder para hacer eso? —
—Para mí es un castigo—Dijo la IA—Controlarlo es difícil—Soltó un suspiro—Mejor será volver a casa—
Durante el trayecto de vuelta se notaba que la IA no quería hablar demasiado, pues el simple hecho de ver aquella araña gigante, quien anteriormente era un ser humano, ya le había dejado pensando si valía la pena seguir así.
—Tenemos a Taelia—Dijo la IA, quien había llamado a Anthea—
—Bien, ahora volved a casa—Dijo—
—Tenéis muchas cosas de que hablar—Dijo la IA—Te avisaré cuando estemos de camino a París—Sin esperar una respuesta, colgó la llamada—Ahí está el autobús—Dijo, señalando en frente suyo, pues ya estaban en la estación. Se giró a Taelia notando sus ojos rojos casi brillantes—¿Qué ocurrió con tus ojos? —
—Es por culpa del virus, también modificó mi cuerpo, aunque no sé de qué manera—Respondió—Me gustaría saberlo—
—Lo mejor será averiguarlo cuanto antes—Asintió—Será un viaje largo—Compraron los billetes y un rato después salieron de camino a Estocolmo—
Por el camino, Xana cayó en cuenta de algo.
—Perdimos tus cosas—Dijo la IA a Taelia—
—Mi ropa y todo lo que traía en la mochila—Respondió—Solo traje conmigo este libro, "Una paloma azul para la princesa" —El mismo que había estado leyendo durante su relativa corta instancia ahí—Aunque… no me molesta—Durante el trayecto, cuando la noche había caído y Aelita estaba dormida, aprovechando que solo ellas estaban en el autobús, y el conductor parecía no enterarse de nada, se acercó a Taelia en el asiento adyacente, quien estaba leyendo su libro—
—¿No tienes sueño? —Preguntó, Taelia negó con la cabeza—Me gustaría estudiarte—Taelia dejó su libro a un lado—
—¿Cómo es eso? —
—Dame tus manos y cierra los ojos—Taelia obedeció. Su cuerpo comenzó a rodearse de un aura amarillenta que se paseaba por todos los rincones de su cuerpo, al cabo de un rato, la IA separó sus manos—
—¿Y bien? —Preguntó, abriendo los ojos—
—El virus se reescribe a si mismo cada segundo y va modificando tu ADN a medida que se va apoderando de más regiones, ahora mismo controla tus músculos de piernas y brazos, así como la región de tu cerebro que controla la parte motriz y lógica, en resumen, de humana has perdido cerca del veinte por ciento de ti misma—Soltó un suspiro—No puedo revertirlo, pero si puedo parar su avance a un punto seguro, aunque me gustaría estudiar más el virus—
—Si lo logras detener a un punto seguro sería lo mejor—Dijo—No me gustaría infectar a alguien con el mismo—
—Veré que puedo hacer, de momento se lo diré a Anthea—Taelia asintió—Cuando estemos ahí tendremos que sentarnos a hablar de lo que ocurrió—
—No solo de eso—Dijo Taelia—Quiero explicaciones, es la única razón de haber venido con vosotras—
—¿Cómo recordaste algo que borraron de tu cabeza? —
—…No lo sé, desde que me inyectaron el virus he comenzado a tener sueños raros y alucinaciones, entre ellas recordé cosas de cuando era niña, como si mi mente volviera a su estado original—Eso llamó la atención de la IA—
—Yo no recuerdo nada de lo que me ocurrió hasta hace tres o cuatro meses, mi mente está rota en ese punto—Dijo—Se que me borraron la memoria a mí también, pero no me preocupa mucho recuperarla en este momento—
—¿Y por qué no? —Preguntó—Igual ahí tienes información importante…—
—Porque eso solo me haría preocuparme por una cosa más, y ya tengo suficiente—Miró por la ventanilla—Es solo cuestión de tiempo—
—¿Para acabar con todo? —Preguntó Taelia de forma inocente, la IA guardó silencio y asintió—¿Qué te detiene? —La IA no respondió, quizás ni ella estaba segura de la respuesta a esa pregunta—
—Quizás no sea buen momento para hablar de eso—Respondió—No todavía—Se pasó al otro asiento donde estaba Aelita, quien al sentirla llegar se apoyó sobre su hombro—
Llegaron a Estocolmo por la mañana. Al bajar del autobús las miradas casi se fijaban en Taelia por su vestimenta y su collar, quizás más por lo primero.
—No tengo documentación—Dijo Taelia—¿Y ahora? —
—Bueno, tendremos que jugar sucio para entrar—Respondió la IA—Seguidme y actuar natural—Se acercaron al embarque, cuando la persona les iba a pedir documentación y pasaje, todas a su alrededor parecieron quedarse en pausa, totalmente estáticos—Corred—Se adentraron por el aeropuerto hasta la sala de espera y ya ahí subieron al avión, quien estaba esperando—
El viaje fue corto.
—Ya estamos en París—Dijo la IA al llamar a Anthea—
—Os estoy esperando a la salida del aeropuerto—Dijo la pelirrosa—Estoy sola—Colgó la llamada, se le notaba nerviosa—
—Está fuera—Tras salir del embarque se encontraron en la mitad de la terminal—
—Qué raro estar en este sitio otra vez—Dijo Taelia—
—Es un poco aburrido si lo piensas—Añadió Aelita—¿Estáis bien? —Ambas asintieron. Salieron de la terminal y nada más cruzaron la puerta principal se encontraron con Anthea apoyada sobre el coche—¡Mamá! —Dijo, abrazándola—
—Me alegra que estéis aquí—Asintió la pelirrosa, se fijó en Taelia, en su mirada llena de ira—Taelia…—Antes de que ella pudiera decir algo, la IA se adelantó—
—Lleguemos a casa primero—Se subió al coche al tiempo que lo hacían todas—
El trayecto fue completamente silencioso, sabían que había cosas que se debían hablar primero. Taelia no le quitaba la mirada de encima a Anthea, su pasividad simplemente la exasperaba. Al llegar a casa luego de un largo trayecto, Anthea se dejó caer en el sofá, Aelita y Taelia habían ido a otro sito y la IA se quedó con ella.
—¿Fue demasiado traumante? —Preguntó la IA—
—No tienes idea—Dijo la pelirrosa—Verla ahora… no sé qué decirle—
—La verdad—Respondió la IA. Nada más hacerlo, tanto Aelita como Taelia entraron a la sala de estar, el ambiente se tensó de manera casi inmediata—
—¿No hay algo que debas decirnos? —Preguntó Taelia intentando controlarse a sí misma. Anthea guardó silencio, ¿Por donde debía empezar? —Entonces empezaré yo; ¿Por qué me… abandonaste? —Anthea tomó aire—
—Por… tu propia seguridad—Respondió serena—No tengo muchos recuerdos de ese tiempo, fue hace mucho—Añadió—Me dijeron que si no me deshacía de ti… nos terminarían matando—
—¿Y como sé que no estás mintiendo? —Preguntó con voz quebrada—¡Sabes fingir muy bien las cosas! —
—Para mi también fue complicado, Taelia—Replicó—Preferí dejarte con alguien que pudiera cuidarte a arriesgarme a que nos asesinaran—Dijo—
—¿Y por qué le borraste la mente? —Preguntó la IA—
—Por ese tiempo estaba hecho el prototipo de la maquina Extirparrecuerdos y la primera persona en la que hice una prueba fue con ella, preferí hacerlo para que quedaran contentos—
—¿Y por qué nunca regresaste a buscarme luego y si lo hiciste con Aelita? —Replicó Taelia—
—Porque ellos creían que Aelita estaba muerta—Respondió—Fue casualidad que ambas estuviéramos en Visp cuando comencé a trabajar con Tyron, verte todos los días… era una tortura—
—¡PODÍAS HABER HECHO ALGO! —Gritó—Pasé tanto tiempo sola… tanto tiempo buscando seguir viva y ser feliz sin saber que mi vida completa era una mentira—Las lágrimas se deslizaban por sus mejillas—Yo… —
—¿Por qué me ocultaste eso? —Preguntó la IA—A Aelita lo entiendo, pero ¿A mí? —Comenzaba a perder la paciencia—
—Porque quería acabar con todo esto cuanto antes—Respondió—No sabía que el efecto de la maquina podía quedar invalidado o revertido de alguna manera—Dijo—Lo descubrí cuando se lo hiciste a Zack—
—No responde a mi pregunta—Dijo la IA—¡Si me hubiera dicho algo nada de lo que le ocurrió hubiera pasado! —
—No quería que le pudiera pasar lo mismo que a Aelita, y decidí ocultarlo todo—Respondió—Para vosotras pudo ser lo peor, para poneos a pensar desde mi posición—Las tres hicieron silencio—Si no la ocultaba la harían desaparecer, así que le borré la memoria y la dejé con un conocido que me dijo te daría en adopción, pero nunca volví a tener contacto con él—Soltó un suspiro mientras su voz se quebraba lentamente—Pasaron tantas cosas, fue un año que pasó tan de golpe que ahora no recuerdo todo lo que ocurrió—
—¿Y quien es su padre? —Preguntó la IA—
—No estoy segura, pero eso es lo que menos me importa—Respondió—No os quería decir que sois hermanas—Dirigiéndose a Aelita y Taelia—Porque no quería que tuvierais una carga mas de la que preocuparos, tampoco le dije nada a Xana porque estaba demasiado centrada en otras cosas—La IA asintió, aunque no terminaba de creerle—Eva lo sabía, pero le hice prometer que no te diría nada—Respondió—Si quieres una explicación aquí la tienes, pero lo hecho, hecho está y no se puede cambiar salvo que se pueda viajar tanto tiempo al pasado—
—Yo… solo quería una vida normal—Soltó Taelia—Tener… algo—
—Ahora nos tienes a nosotras, solo tienes que fiarte de que todo irá a mejor—Dijo la pelirrosa. Anthea se puso de pie y rápidamente abrazó a Taelia, quien correspondió al abrazo rápidamente. Por un momento parecía que había comenzado a salir el sol. Rompió el abrazo y Taelia abrazó a Aelita, quien comprendía los sentimientos de Taelia a la perfección, y ambas lo sabían—
*Un rato después*
Se encontraba Xana sentada en el sofá mientras leía un libro. Aelita y Taelia se estaban duchando. Anthea se acercó a la IA.
—Me siento mejor—Dijo la pelirrosa, sentándose al lado de la IA, quien recostó su cabeza sobre su regazo—¿Y tú? —
—Nada mal—Dijo—Quería hablarte de algo sobre Taelia—
—Los experimentos de Bondrewd, ya me lo comentó ella, también me dijo que estaba muerto—Respondió—
—Estaré estudiando el virus en su cuerpo y detendré su avance de forma definitiva, pero su agresividad parece haber aumentado—Respondió—Es cuestión de ir estudiándola para saber que cambios ha tenido en su cuerpo—
—Estaba pensando en usar el súper ordenador para hacer los estudios—La IA estaba de acuerdo—Nos será de gran ayuda—
—¿Crees que estará en peligro ahora que está otra vez contigo? —
—Ella en lo absoluto, aunque ahora sepan que recobró toda su memoria borrada, no tiene sentido que le hagan algo, ya me encargaré de darles eso en claro—Dijo—Ahora quiero que sea una adolescente normal, como todos—
—Será complicado, pero podría serlo—
—¿Tú estás bien? —
—Me sigo sintiendo cansada cada vez que uso mis poderes—Respondió—
—Cuando pueda te llevaré con Lisa de GAIA, quiero que la conozcas, quizás te pueda ayudar con eso—
—¿Y Zack? —
—No tengo más información sobre él desde que lo dejamos—
—Estaré atenta—Hubo un silencio momentáneo—¿Qué haremos mañana? —
—Descansar, y arreglar cosas con Taelia para que pueda vivir tranquila—
*En otro lugar*
—¿Qué ocurrió? —
—Edge otra vez—Dijo una voz femenina—Destruyó la ciudadela de Kiruna, no había supervivientes cuando llegamos—
—¿Rastro del Gastrea? —
—Ninguno, parece que hizo desaparecer todo—
—¿Lo sabe alguien más? —
—No lo sabemos, pero al parecer actuó sola—
—¿Y Bondrewd? —
—Muerto—
—Entonces nos estamos quedando sin opciones—Dijo—Tendremos que pensar en grande, llamad a los de NEXT, decidles que necesitamos su colaboración para capturar a esa chica—
—Pero, nadie ha podido con ella—
—Quiero probar una cosa, intentad que GAIA no se entrometa, si lo hace será el fin de la civilización—
—Pero…—
—Hacedlo—
*CONTINUARÁ*
Próximo capítulo: Réquiem por un sueño.
Muchas gracias por leer, Graciñas.
La eternidad que me costó escribir este capítulo no tiene nombre, pero aquí está.
Da la sensación que lo de Taelia pasó muy rápido y no se explicó, pero la verdad es que así era la idea… mas o menos. El caso, ahora comenzará otra trama diferente centrada en el desarrollo de Taelia y los poderes de Xana.
Lamento la tardanza, ya sabéis que el calor es mi peor enemigo.
Bueno, poco más que comentar.
Reviews:
Felikis: Realmente con lo de las organizaciones no vas mal encaminado, de momento, ya se irá viendo. Lo de esos cuatro… Dios. ¡Muchas gracias por leer! Espero que el capítulo te guste.
Titokenny01: ¡Muchas gracias por leer, Víctor! Empezando por Zack, si, está mal usar a una persona de esa manera, pero es un total desconocido que es peligroso, y oportunidades ambas no tenían. Por lo de Taelia, es una versión 2. 0 de los NEO, si, ¿Lucharán contra ella?, es posible que no el grupo como tal, pero si los enemigos que se le vengan encima y así se darán cuenta de quien tienen en frente realmente, aunque es muy pronto para decir algo concluyente, lo iremos viendo. ¡Muchas gracias por tus comentarios!, me inspiran a seguir escribiendo.
Draoptimusstar3: Quizá sean escaramuzas más que una guerra real, al menos por el momento, el futuro es incierto. Un prisionero ruidoso que al final resultó ser un chivo expiatorio para la IA. De momento no sabemos nada de las intenciones de las dos corporaciones, Gaia y Guardian, Lo de Electra y Xana… no puedo esperar para ver como se desarrolla, Smarty lo sabe. Poco más que comentar. ¡Infinitas gracias por leer y comentar, Draop!, te lo agradezco muchísimo, espero que el capítulo sea de tu agrado.
Nos veremos otro día.
Adiós.
NEVER SURRENDER
