La reina de negro y escarlata (Parte III)

Caía la tarde en Europa.

Si bien la IA tenía toda la intención de revisar los datos que la IA creada por ella había recolectado, aún tenía que asegurarse de que Milly estuviese bien.

Los familiares se irían ese mismo día y no sabía si alguno de ellos se quedaría con la pelirroja. Entró al cementerio del centro de la ciudad con manos en los bolsillos y vista en el terreno, intentaba reconocer las voces, pero al intentar concentrar el sonido mediante una pequeña onda eléctrica tuvo que detenerse, pues un montón de ruido que provenía de mil y un voces hablando e incluso gritando al mismo tiempo le hizo sobresaltar. No era la primera vez que entraba a un cementerio, pero las veces anteriores no le había prestado ninguna atención a ese detalle.

Su alrededor estaba vacío, no había nadie con ella salvo su sombra, sin embargo, seguía escuchando las voces de una manera incansable hasta que, al crear un pequeño campo magnético negativo, aisló todo el sonido del exterior, sería una buena solución temporal…

Caminó por las calles del cementerio mientras el sol caía en el horizonte, reconociendo a Milly a la distancia junto a una buena cantidad de personas, todas juntas a una pequeña cantidad de epitafios, tras ellos y mirando a la comitiva, un hombre de blancas prendas con un libro grande que hablaba de la muerte, pero no lograba encontrarle el verdadero sentido a ninguna de sus oraciones. Se coló por detrás de la gente, escabulléndose hasta dar con Milly, abrazándola por detrás, sentada en la silla de ruedas. Al sentir ese extraño contacto, la chica se giró hacia atrás con suavidad, sonriendo de medio lado.

—¿Todo bien? —Preguntó en voz baja, intentando no interrumpir—

—Bien… digamos que sí—Respondió con un tono más bajo. Su rostro estaba bastante cansado, como si no hubiese podido descansar en los últimos días. Pudo notar las miradas hacia su persona, no parecía que la IA fuese una persona bienvenida en ese lugar, sabía que por su comportamiento y el hecho que sabían lo que había ocurrido el día del ataque de Tina Sprout, le tenían en un aprecio más bien… negativo. Dejaron transcurrir el tiempo hasta que el hombre de blanco dejó de hablar y todos respondieron al unísono, volviendo a hablar normalmente entre ellos—

—Te veo cansada—

—Lo estoy—Respondió, algunas miradas se iban hacia ella—

—¿Cómo no vas a estarlo? —Respondió una voz femenina a su lado—Todo el día ahí sin poder moverte…—Su tono no era el más favorable, la IA se giró hacia esa chica, pero Milly le sostuvo por su ropa—

—Déjalo, está bien—Estaba bastante… cansada, amén de la situación o del estado actual físico, o ambas, pero esas palabras perforaban lentamente en ella y podían hacerle sentir inútil —

—Supongo que ya os vais—Dijo la IA en voz alta, los presentes se giraron hacia ella, Milly se tensó, no se esperaba esa interacción—

—Ya va siendo hora, se irá con nosotros a casa, estará mejor con sus primos—Dijo la misma señora, esta vez con un tono casi despreocupado que molestó a la IA—

—Se quedará aquí conmigo—Lo dijo de tal manera que pocos parecían querer rebatirlo—

—¿Con qué derecho dices eso? —Rebatió un valiente atrás suyo—No eres nada de ella, nosotros tenemos el derecho—

—Aparte, eres muy joven para ello, no tienes la capacidad—Siguió otra persona—

—Sin mencionar que esta ciudad es peligrosa, ¿Y si esa gente viene a buscarla otra vez?, ¡Ni pensarlo! —Era la mujer otra vez—

—Por esa misma razón debería quedarse aquí con esta joven—Una voz anciana que estaba sentada al lado de Milly. Estatura promedio, anciana, pelo blanco canoso recogido en un moño, piel arrugada y mirada bonachona a la par de cansada por la edad. Una falda negra larga y unas zapatillas del mismo color con una blusa de color azul vestían su cuerpo casi encorvado—Ninguno de vosotros está listo económica ni mentalmente para estar con alguien de su edad ni de su situación, ¿Qué acaso no ha tenido suficiente? —

—¡Pero viste esa gente extraña que fue a casa de ella un par de veces! —Le rebatió uno de los presentes—

Evangeline—Pensó la IA al escuchar esas palabras—Esa gente es la que está cuidando de su salud actual y también cuidándola—Los presentes la miraron—Si de verdad sabéis lo que pasó, entonces debéis saber que lo más seguro es que ella permanezca aquí hasta que esté bien del todo—

—Con las lesiones que tiene, eso no va a ocurrir—Atajó el hombre, desafiante—Lo sabes—

—¿Y si vuelve a estar como antes? —El hombre casi se comenzó a reír—Nada es imposible, es más, Evangeline os tuvo que haber contado que está bastante bien—Varias personas, que sabía que estuvieron con Milly días anteriores, asintieron—

—Sin mencionar que ella tiene aquí su vida en la academia Kadic, tiene sus amigos y seguramente su futuro, no os voy a permitir que se vaya de aquí—La anciana parecía estar con la IA—Me quedaré con ella, si lo permites, claro—La IA asintió, pues tratar con una persona era mejor que tratar con una docena—

—Pero abuela…—Cuestionó un presente—

—Sin peros, por favor, comportaos, estamos en un sitio sagrado, vais a molestar a los que están descansando con vuestro comportamiento—Nadie parecía querer alzarle la voz a la anciana—Muchacha, Milly me contó sobre ti, espero que no te moleste que me quede con ella—

—Al contrario—Respondió con serenidad—

—Qué horror de discusión—Sopló Milly mientras se acomodaba—No quería irme de aquí—

—Y te dije que no te irías, ya sabes por qué—Milly asintió mientras sonreía por lo bajo—

El rato pasó mejor de lo esperado, la discusión parecía haber terminado en buen puerto y con el orgullo herido de un par de personas, pero viendo la situación, ninguno parecía con ganas de contraria a alguien como Xana, menos si la anciana aquella estaba de su lado.

A la vuelta, solamente llegaron a casa de Milly; ella, la anciana y la IA, el resto había marchado a su hogar.

—¿No es un poco repentino? —Preguntó la IA a la anciana, que estaba sentada en el sofá al lado de la pelirroja—

—Iba a quedarme aquí de todos modos, tengo mis cosas y no me preocupa mucho, no quería que se la llevaran—

—Me molestó el comportamiento de ellos, una suerte que entraron en razón, gracias—La anciana asintió—

—Ah, luego de la muerte de ellos, están peleándose por la herencia, la avaricia de algunos…—

—Desde luego es molesto—Terció Milly, recostándose en el sofá con bastante cuidado—La chica morena… Eva, trajo una caja con cosas, parece la medicina que me das—Tras un corto rato, la IA trajo la caja a la sala, abriendo su contenido—

—Es la misma medicina, es una suerte que haya acertado con lo que le pedí—Sacó una de las jeringas con aguja metálica—¿Te han puesto alguna? —Negó con la cabeza—Una vez al día en la médula ósea, recuerda—Tanto Milly como la anciana asintieron. La pelirroja se giró, colocándose bocabajo, enterrando su rostro en la almohada, sintiendo la aguja penetrar su cuerpo. Era bastante doloroso—

—¿Es un experimento fiable? —Preguntó la anciana, viendo de reojo la situación—

—Es mejor que nada, que era lo que inicialmente iban a hacer—Tras cubrir la zona, guardó el contenedor vacío en la caja—No dejes que intente ponerse de pie, aún tienen que curar sus fracturas y tardará un par de semanas más—La anciana volvió a asentir—

—Aún no me explico el accidente…—Suspiró mientras intentaba calmar a Milly, quien estaba resistiendo el dolor en sus piernas—¿Cómo ocurrió? —

—Esto es un secreto, te lo contaré porque seguramente lo escucharás de alguno de los que vienen a revisarla—Se sentó en el suelo frente a ellas, cruzándose de piernas—En el pasado me peleé con una persona que era muy peligrosa porque pertenecía a una organización militar y me era un obstáculo… creí que estaba muerta luego de una pelea, pero no fue así, el día que me encontré con Milly en aquella reunión de gente, estaba tras otra persona por un ajuste de cuentas y no sabía que ella estaba ahí—

—Una francotiradora, eso nos dijeron—Asintió la anciana, Xana asintió—

—Una muy buena, cuando Milly escapaba luego de un alboroto, fui tras ella para protegerla, pero… disparó al coche en lugar de mi persona y se estrellaron contra un camión… de alguna manera solo ella sobrevivió—La anciana acariciaba a Milly mientras le miraba con pesar—Fue mi culpa, así que estaré cuidando de ella hasta que vuelva a la normalidad—

—¿Y sigue con vida? —Xana se encogió de hombros, sacando algo de su mochila, un Shenfield—

—Esto es de la última vez que la vi—Miró a Milly, quien se había girado hacia ella—Taelia le dio una buena paliza y… técnicamente tendría que estar muerta, pero el cuerpo se lo quedó una persona que… no sé qué ocurrió—Miraba el aparato, no parecía funcional—Aquí es el lugar más seguro en el que puede estar ahora mismo, mientras esté conmigo no se atreverán a meterse en la ciudad, no mientras todo siga como hasta ahora—

—No tendría razón ir tras Milly, ¿Por qué? —

—Porque quedó con vida gracias a mí, así que por mera venganza querrán matarla, pero no tiene sentido, lo haré con ellos si eso es lo que quieren—Guardó todo en su mochila, poniéndose de pie—esa gente no va a jugar conmigo ni con nadie que me importe mientras esté con vida—

—No sabía que eras una persona tan fría y tan… agresiva, parece que has pasado por mucho—

—Más bien no tengo nada que perder—Giró su mirada hacia el exterior—Cuando no tienes nada y nada pierdes, te conviertes en una persona peligrosa, muy suicida, pero eso me hace ser respetable en muchos aspectos—

—Entonces, voy a confiar ciegamente en ti para que podamos estar seguras aquí—Xana asintió—Que así sea—La mujer se puso de pie, yendo a la cocina—

—¿Ocurre algo?, estás apagada—Preguntó en voz baja, la IA asintió, invocando el cubo enfrente suyo—Impresionante…—

—Esta cosa me tiene agotada, cuando tengamos un rato a solas te explicaré de que va todo esto—Milly asintió, sentándose en el sofá, el cubo desapareció de un destello oscuro—Ahora estaré un poco ocupada por un problema muy gordo que ocurrió, solo espero… que no involucren a Aelita, porque escuché que lo harían cada vez que yo hiciera algo malo—

—Eso no tiene ningún sentido, ¿No deberían ir tras de ti? —Xana ladeó la cabeza—

—Ambas opciones son correctas, ir tras de mi o tras de ella es igual, pero es peor tras ella, porque si le hacen algo, pueden desencadenar algo más feo todavía, y no estoy hablando de algo que pueda hacer yo—

—Tras las cuerdas, entonces—Dijo la anciana, volviendo con una bandeja con bebidas—Este mundo es… cada vez más peligroso—Dejó las bebidas a un lado, sentándose al lado de Milly—

—¿Tú crees?, para mi sigue igual—

—¿No ves las noticias? —

—Ah, por eso…—Cerró los ojos mientras pensaba—Sobrealimentación de información, es normal pensar de esa manera si ahora cada cosa que pasa lo sabes al segundo—

Luego de dar algunas instrucciones más a la anciana, salió de casa de Milly, su destino sería el laboratorio, sabía que Ayn Rand lo usaba de base de avanzada para controlar su ejército privado.

Llegó, estaba más desolado que de costumbre, pero ahora los médicos habían sido reemplazados temporalmente por hombres de negro. Se adentró en las instalaciones hasta dar con Ayn Rand, en una oficina junto con Evangeline, al parecer estaban pasando el rato.

—Tú eres la versión antagonista del Rey Midas, todo lo que tocas acaba en desastre—Dijo el americano al verle entrar, poniéndose de pie—

—Si es por el problema de Gaia me encargaré personalmente de ello—

—Y Corporación Guardián, joven—Le secundó—Estamos bajo el foco por colaborar contigo—

—No debería, ¿qué quieres que haga para dejarles aquello en claro? —Ayn se apoyó contra su mesa, pensando—

—Hablar con Lisa—

—Intentará matarme si me ve—Dio un suave manotazo en la mesa—Creo que una confrontación mía con toda Gaia es algo inminente—Ayn asintió—

—Inteligencia cree que su misión sería ir por Aelita en lugar de ir directamente contigo—Eso solo confirmaba la preocupación de Xana—Yo cuidaría de la hija de Anthea, ahora que tiene influencias dentro del ejército, estoy seguro que pondrá el mundo patas arriba como le pongan un dedo encima otra vez, y también tú—La IA asintió, iría a buscarla por cielo y tierra hasta encontrarla y juzgar a los culpables—

—Cuida de esa chica, por favor, por el bien de la humanidad necesitas evitar una confrontación directa con Lisa y Mihaly, sabemos que eres una máquina de guerra y lo estás deseando en el fondo, pero mira por los demás, a nosotros nos afecta directamente, desde Guardián me dicen que Mihaly puso a todos en alerta—

—No sabía que seguías teniendo algún lazo con ellos—Secundó la IA—

—Antiguos compañeros de trabajo—Eso tenía más sentido—

—De todas maneras, hablé con Aelita, me pidió evitar una confrontación hasta que el problema base de la pelea estuviese arreglado—Suspiró—Soy la última que quiere enfrentarse a Lisa, pero me llevaré por delante a su aprendiz como haga daño a Aelita y liberaré a su mayor secreto, incluso si eso significa sacrificarme a mí misma, me llevaré por delante a esa puta anciana—Su voz era demasiado venenosa—Os lo aseguro—

—Es que no tiene caso dialogar contigo—Suspiró el americano—Hazme el favor y no hagas nada estúpido esta vez, mata a quien quieras, pero que no tenga nada que ver con esos dos, veré que podemos hacer para mantener las cosas frías—Se llevó las manos a los bolsillos—Por cierto, sobre esa niña…—

—¿Ocurrió algo? —

—NEXT, el tiempo que no estuvisteis ninguno de los dos… entraron unos cuantos, a la ciudad, uno de ellos fue interceptado por mis hombres cerca de su casa, no sabemos si iban tras ella—

—Sigo sin comprender por qué siguen tras ella—Secundó Evangeline—¿Qué no han tenido suficiente? —

—Y no van a tenerlo—Se puso de pie—Solo hazme el favor y mantenla vigilada mientras yo no pueda, sería estúpido de su parte hacerle daño, técnicamente no estoy en guerra con ellos—

—Veremos—

La IA salió con prisa de ahí, adentrándose minutos después en la sala del súper ordenador, antes tenía que hacer una llamada, más un capricho que una necesidad.


En el otro lado del mundo, donde ya había caído bien la noche y se preparaban para salir, Taelia recibió una llamada, ella se encontraba en el laboratorio, estaba sentada en una camilla ubicada en una sala, le habían estado dando indicaciones, así que era bastante rutinario.

—¿Sí? —

Veo que sigues aquí—Respondió una voz neutra, casi calmada—Tiempo de no saber de ti

—Lo mismo digo—Se puso de pie, agarrando sus cosas—¿Qué necesitas? —

Nada en particular, solo saber si ocurrió algo notable

—Salvo por un grupo que se escapó hace poco y los detuvimos en la misma noche, nada fuera de lo común, solamente que Sumire parece tener a todos controlados—

¿Ninguna infección repentina o alguien nuevo?

—Nada por el momento—Hubo unos segundos de extraño silencio—¿Están todos bien? —

Sí, por el momento están todos a salvo, lo único es que NEXT sigue tras Milly, suerte que los hombres de Ayn Rand siguen vigilándola

—Me encontré con Tina Sprout, está aquí—Hubo un momento de silencio—¿No se lo dirás? —

No aún, si en el futuro terminamos en ese país, quizás vaya a hacerle una visita

—Eres un peligro para la existencia de mucha gente—

Es un honor recibir un elogio de una persona que es considerada un peligro potencial para la humanidad también

—Pues voy a hacer de guardia civil… un tipo de experimento que no termino de entender de qué va—Salió del consultorio, iba de camino a la entrada del recinto—Somos varias parejas—

No veo manera de que eso vaya a salir bien

—Sumire tampoco lo ve, pero parece algo financiado por el gobierno y el ejército de autodefensa… o eso decían, no me enteré muy bien—

¿Qué harán en caso de que alguno de vosotros termine infectando a gente?

—Tendremos que verlo cuando sea el momento—Tarareaba algo—Me encontré con Yumi—

Entonces está todo bien por ahí, me alegro

—No por ahí, supe de la que liaste—

No me lo recuerdes, están todos paranoicos esperando algún movimiento de esa anciana, me da ternura

—A mí no, irán tras Aelita y lo sabes—

Y es la única manera de detenerlos de verdad, no es que sea una opción descartable

—No te atrevas a ponerla en peligro—

Lo siento, pero es la única manera de que ella esté a salvo a la larga, pero te puedo prometer que no le ocurrirá nada malo, solamente la usaré para asegurarme que no nos arrastren a una guerra, nosotros no tenemos nada que ver ahí y eso te incumbe, eres hija de Anthea, así que es posible que los agentes de Gaia intenten hablar contigo

—Lo mismo me dijeron, pero creían que era imposible que lo hicieran, en todo caso… ¿Qué me recomiendas? —

Hazles ver que no tienes nada que ver con todo lo que ocurrió, no digo de romperles el alma, digo de imponer tu posición sobre sus ideas—Suspiró—Sigue siendo la única manera de hacerles ver que eres neutral en todo esto

—Vaya problema el que has creado… todo por matar a ese tipo—

Lo mejor de todo es que parte de la culpa es de Zack, a mí me daba igual, era él quien me pidió ayuda en matarlo, yo vi una oportunidad para ver si podía pescar algo y saqué una buena recompensa

—Pues espero que sea oro y no cobre—Miró hacia el cielo, ya había salido del subterráneo—Te avisaré si ocurre algo fuera de lo normal, avísame si le pasa algo a Aelita o a mamá, por favor—

Intentaré avisaros a todos lo antes posible si ocurre algo, mientras tanto, tú mantén la vista encima de cualquier persona

—Lo haré—Poco hablaron más hasta que colgó la llamada. Se acercó hasta un coche que le esperaba con alguien dentro, dejando una mochila con cosas en el asiento trasero—¿Somos los únicos que van de noche? —

—Makarov y Pavel junto con Tina y un par de parejas más salieron igualmente ahora hace poco, no sé por qué distrito estarán, pero esta ciudad es demasiado grande como para encontrarlos—Se subió al coche—¿Con quién hablabas? —

—Con Edge, la del proyecto Neo—El hombre se sorprendió—Tengo que mantener un ojo encima de agentes de corporación Gaia, por desgracia—Se recostó en la silla—

—Si aparece alguno… ¿Qué propones? —

—Hablar con ellos, tenemos que hacerles ver que somos neutrales, eso me dijo Edge, dado a que ella está jugando a tenderles una emboscada, así que no me quiero ver involucrada con sus ideas—Se guardó el móvil en el bolsillo de un abrigo blanco que llevaba, hacía un viento frío en esa zona, sabía que era temporada de huracanes y había alerta de uno en la zona sur del país, así que el viento era bastante y la temperatura notablemente baja—

—De momento… veamos que podemos hacer—Salieron de las instalaciones, adentrándose en la boscosa carretera—Iremos al distrito que está más al norte, tenemos un buen camino que recorrer, es una zona… pobre, bastante pobre, imagino que sabes algo de la Yakuza—Taelia asintió—Bien, pues son zonas enteramente controladas por ellos, así que los extranjeros no somos bienvenidos, pero es una buena manera para hacer un encargo, tenemos que asegurarnos que lo que hicisteis en rescatar a esa niña rindiera sus frutos—

—¿Tengo que ver otra vez a los mismos? —Benjamín asintió—Que horror—

—Esta vez vamos de visita, así que mantén la calma, pero no bajes la guardia—

El recorrido fue bastante curioso, fuera del centro, la ciudad tenía un panorama bastante rústico, en algunas zonas se veía más turbio de lo habitual y se podía notar cierta promiscuidad en la gente que estaba por ahí.

—Muchas chicas a esta hora de la noche en estas zonas—

—Es un dato innecesario, pero la Yakuza controla casi la totalidad de la prostitución en el país, incluida la producción y distribución de pornografía de todo tipo, así que…—

—Venga, dilo—

—Es posible que los videos tuyos sigan rondando por ahí, a no ser que el equipo se conecte a internet, que es lo que tenemos todos entendido—Taelia se llevó las manos a su rostro mientras suspiraba—

—Es posible que alguno siga existiendo, lo peor es que si sale alguno intentando chantajearme me tengo que aguantar en romperle la cara—

—Aún me pregunto el porqué de las dos caras tan extremas de este país—

Siguieron conduciendo por las afueras de la ciudad hasta llegar a la zona norte del área de Tokio, encontrándose con un barrio pobre, donde pasaban se podía notar cierta hostilidad en el ambiente.

—No me gusta como se ve esto—Suspiró Taelia, guardando una navaja en su bolsillo—

—Ni a mí, recuerda, si algún problema ocurre, mantenernos juntos es la solución—Taelia asintió—Dejaremos el coche en un lugar seguro, el resto del trayecto será a pie—Sonó un comunicador, era la voz del ruso—

¿Dónde estáis, soldadito? —Estaba conduciendo—Nosotros estamos al noreste de la prefectura de Chiba

—Prefectura de Saitama, al norte del todo—Respondió este—Estamos con el encargo de la Yakuza, si salimos con vida iremos a la bahía de Tokio—

Entendido, nosotros si esto sale bien vamos a comer algo

—Copiado—

—Vayas donde vayas, esta ciudad es interminable—

—Lo es—Dejaron el coche en un estacionamiento policial, no tuvieron problema ya que la misma policía les abrió el paso—Coge tus cosas, tenemos un trayecto que hacer—

Caminaron por las calles de aquella prefectura, una zona muy pobre y lúgubre en comparación a la modernidad y riqueza de la zona central, una buena muestra de dos mundos diferentes. Las miradas eran de todo, menos agradables, la gente parecía serles completamente esquivos y agresivos, incluso si no habían dicho una sola palabra. No todas las luces funcionaban, así que había partes de una calle, incluso callejones, completamente a oscuras.

—Contrario a Occidente, en este país los extranjeros no son bienvenidos, y si encima nos metemos en asuntos de su mafia, ya te puedes hacer una pequeña idea de qué va a ocurrir—Comentó el soldado en voz baja—

—Algo me comentó la doctora, suerte que no entiendo lo que dicen—

—Ah, yo sí, me obligan a tomar clases intensivas, es horrible—Taelia se aguantó la risa, por el tono que lo había dicho, parecía asustado de ese idioma—Ahí está el sitio donde tenemos que ir—Un bar y restaurante bastante notorio en un sitio tan lúgubre, en medio de una calle amplia y con luces de neón que resaltaban su presencia—Mantén cabeza en alto, recuerda que no somos bienvenidos en este país—Taelia se puso la capucha de su abrigo, el hombre se guardó su arma entre el pantalón, en una zona que le dejaba margen de maniobra—Vamos—Entraron al restaurante, quitando la hora de la noche, estaba medianamente concurrido de gente en la barra, como podías imaginar, borrachos la mayoría, quienes se giraron al verlos entrar, sus miradas se centraron en Taelia, quien mantenía sus manos en sus bolsillos mientras los miraba por dentro de la capucha. Benjamín comenzó a hablar con los presentes, ella se limitaba a no bajar la guardia, ya que había personas que querían acercarse a ella, pero imponía su presencia. Las voces se alzaban con cada oración hasta que un hombre, no sabía si borracho o cansado de la discusión, se acercó violentamente con botella en mano a lo que Benjamín se alejó un par de pasos tras un intento de atacarle. Pasó a centímetros de Taelia quién, sin sacar las manos de sus bolsillos, lo golpeó en la parte trasera de su rodilla izquierda provocando que cayese arrodillado al momento, cuando intentó levantarse recibió una patada en la nuca que le hizo desvanecerse—

—Borrachos—Se giró hacia la gente de la barra que estaba atónita, algunos incluso aplaudieron. Benjamín volvió a cruzar unas palabras con el bartender, quien le hizo una señal de esperar—¿Y bien? —

—Somos de respetar, nos llevará con el jefe, pero nos insultaron demasiado—

—Suerte que no sé japonés—Tras una corta espera, los llevaron con el jefe, por el trayecto, un par de borrachos colaron sus manos bajo la falda que llevaba Taelia, dándole una nalgada e incluso intentando manosearla, se intentó girar para encararlos, pero el soldado la empujó hacia el frente—¡Oye! —

—Ni hablar—Regañó—No ahora—Taelia soltó un muy pesado suspiro—Estamos con el jefe de la banda, no empieces una pelea sin razón—

Cruzaron un par de puertas, llegando al despacho del hombre, uno en un segundo piso, nada del otro mundo, con armas, drogas y muchas más cosas. El hombre se apersonó con una bata, salía de una puerta adyacente de la cual salió una chica joven que solo llevaba sus bragas, retirándose de la habitación. Cruzaron miradas él y Taelia, a lo que el hombre sonrió con malicia, Taelia simplemente le enseñó el dedo de en medio en respuesta. Comenzó una charla entre él y Benjamín, con Taelia alerta, pero enfadada, algo que solamente molestaba a su compañero, pues el mafioso estaba encantado con su reacción.

—Dice que, para colaborar, te quiere a ti—Taelia soltó un suspiro—

—Estoy teniendo un gigantesco deja vú—Tras pensarlo brevemente, negó con la cabeza—No voy a hacer eso, que se busque a otra persona—Le enseñó el dedo de en medio otra vez. Benjamín intentó convencer al hombre, pero él seguía insistiendo—

—Está difícil el imbécil—Le dijo—¿Qué se te ocurre? —

—¿Quiere que me acueste con él? —El hombre asintió—Está loco—

—Dice que con eso nos dará la declaración jurada de unos delitos de sus hombres, así que hay que idearnos una forma de que acceda—Taelia se quedó pensativa unos segundos—¿Qué piensas? —

—Puedo acceder, pero a mi manera—Benjamín le miró con incredulidad—No dejaré que me ponga una mano encima, así que, si quiere que haga algo con él, será a mi modo—

—¿Quieres matarlo? —

—No me lo digas dos veces, pero no, no voy a dejar que me haga algo, de todas maneras, aún si te lo oculto, cuando vuelva se van a dar cuenta—El soldado no pudo contrariar esa lógica—Dile que iré con él, pero primero lo que necesites—

Una corta conversación con el hombre que rindió frutos, sacó una carpeta con documentos escritos a mano que el soldado revisó, dando por buena la evidencia.

—Cumplió su parte—

—Si en media hora no salgo, arma un alboroto, espérame donde quieras—Benjamín asintió—

—¿Estás segura de esto? —

—Es hacer esto como si fuese de buena manera o apalizarlo y hacerlo por las malas, tú eliges—El soldado asintió, sabía que iba a ser complicado tratar ese tema cuando ya habían accedido por la vía fácil—

Taelia suspiró, el hombre sonrió y le dijo algo, pero evidentemente no le entendió. Entraron a la habitación adyacente, una amplia y bastante lujosa en contraste con el sitio donde se encontraban. El hombre se sentó en la cama, quitándose el cinturón. Taelia simplemente se quitó el abrigo, llevaba una blusa negra sin mangas por debajo, con una falda del mismo color que le llegaba hasta las rodillas con unas deportivas grises. Dejó sus cosas en un mueble adyacente. Se acercó al hombre sin quitarle la mirada de encima, colocando ambas manos en sus hombros mientras él usaba sus manos para tocarla por lo que podía alcanzar, al tiempo que con una de sus manos la usaba para estimularse. En un momento dado, el hombre intentó besarla, pero ella se resistió, negando con la cabeza, le dijo algo que agradeció no comprender, pues tenía pinta de ser desagradable.

Se recostó en el colchón, pero Taelia quería terminar rápido, por lo que se sentó en sus piernas mientras usaba sus manos en él, era cuidadosa para no hacerle daño, aunque en el fondo quisiera arrancarle la cara. Siguió con eso hasta que sintió una palpitación en sus manos, para ella, había acabado el trabajo y sabía que el hombre querría más, pero tenía que asegurarse primero. Se puso de pie, el hombre, jadeando, se limpió primero antes de imitarla.

—Espero que esté satisfecho—Dijo en voz baja mientras el hombre le miraba—

No contrario a su creencia, el hombre se acercó a ella con rapidez, intentando quitarle la ropa interior, pero logró resistirse, el hombre entendió un mensaje, quizá no el correcto, pero válido en el contexto. Aun así, le indicó recostarse en la cama, cosa que accedió y lo hizo bocarriba. Él se puso en frente, alzando sus piernas mientras acariciaba su rostro con sus pies. La escena era demasiado extraña para ella, pero no iba a cuestionar los métodos de placer de extraños peligrosos como ese jefe mafioso. Si bien la posición le era desfavorable en caso de defenderse, el hombre no rompió su límite.

Si bien pasó un rato, tras acabar y volver a arreglarse, al salir por la puerta, la chica con la que originalmente estaba el hombre, volvió a entrar a la habitación junto al mismo. Taelia recorrió los cortos pasillos hasta dar con la salida del bar, antes de hacerlo, el bartender le dio una lata de tónica… no la rechazó, incluso le agradeció y salió de ahí, encontrándose con Benjamín hablando por el comunicador.

—Misión cumplida mejor de lo esperado—Abrió la lata—

—Veo que saliste intacta—Taelia asintió—Buen trabajo, los documentos son auténticos—

—Se puede decir que tengo experiencia en estas cosas—Bebió de la misma—Volvió la misma chica que antes, así que seguro se desquitará con ella de todo lo que no hizo conmigo—

—Ver y no tocar, por lo que veo—Taelia asintió mientras caminaban de vuelta al coche—No mucha gente accedería a eso, es destacable cuanto menos—

—A veces es sólo entender a la gente, no se puede convencer de muchas maneras a gente como esta, así que no me importa que me vean, total, seguro que ya me han visto—No hacía falta ser más específica, lo que había dicho tenía todo el sentido—

—Aprender a persuadir usando la sexualidad es algo que únicamente podéis hacer vosotras, y si eres joven tienes un plus, y más con estos enfermos—Asintió—Un trabajo menos, omitiremos lo que hiciste del informe, no queremos una bronca de la doctora—

Llegaron al vehículo.

—Ahora iremos a la bahía de Tokio, nos quedaremos por esa zona un rato a vigilar, suele haber bastante movimiento de las mafias a esta hora de la noche—

—¿Dónde dormiremos? —

—La idea era ir un día de por medio a la base, así que seguramente en algún hotel que encontremos—Taelia asintió, entrando al coche—Será una larga noche—


La IA estaba en el súper ordenador. Revisaba log a log cada cosa que su programa de La Data había hecho, recogiendo datos de toda internet y cualquier sitio detectable, no restringiendo su acceso ahí.

Si bien estaba siendo un éxito, aún debía pulir detalles, pues estaba creando perfiles falsos basados en páginas bibliográficas de personajes ficticios y podía ser un problema a futuro, pero también sería algo complicado de filtrar correctamente.

En un momento dado sacó de su mochila las dos memorias que había conseguido del centro de desarrollo y las introdujo en el súper ordenador, tenía que revisar su contenido… pero parecía haber un problema; los archivos estaban comprimidos y parecían estar fragmentados, ocupando todo el espacio disponible, lo único sería saber en cuántas partes.

Luego de un par de horas buscando y analizando a un nivel bajo el código del contenido de ambas memorias, llegó a la conclusión que sólo había encontrado la mitad del contenido y la otra mitad estaría perdida, podía hacer un apaño, pero podía terminar rompiendo la consciencia de Edge si hacía algo mal.

—Ahora a saber dónde carajos está todo esto—Se dijo a sí misma, mirando los monitores—

Trabajó durante un rato más en su IA, agregando patrones reconocibles para documentar posibles localizaciones de los otros fragmentos, era un apaño algo rudimentario, pero era mejor que, en definitiva, no hacer nada.

Sin más que hacer ahí, ya que había dado una vuelta larga a todo el programa y al código de Aelita, salió de la fábrica, ya tarde en la noche. Volvió a casa de Anthea, no preocupándose de mucho en ese momento, ya que algo, evidentemente, tenía que ocurrir.

Entró, cerró la puerta y la aseguró, encontrándose con todo oscuro, podía sentir la presencia de las dos, estaban dormidas. Dejó sus cosas en una habitación del primer piso y subió con sigilo hasta la habitación de Aelita, cerrando la puerta y acostándose a su lado luego de quitarse sus zapatos, por desgracia, la despertó.

—¿Dónde estabas? —Preguntó la pelirrosa, girándose hacia ella—

—Fui a arreglar unas cosas, revisé tu código, mañana hablamos más en detalle—Respondió, acariciando su rostro—¿Estás bien? —Ella asintió—

—Mamá si está nerviosa, pero no la culpo, realmente lo que pasó fue bastante grave—Bostezó—Algo tendrá que ocurrir—

—Eso estaba pensando—Se giró hasta estar bocarriba—Yo no me estoy sintiendo muy bien, pero quizá sea un efecto secundario—Intentó cerrar los ojos, pero sintió un cosquilleo y luego un brillo en sus ojos, al abrirlos, estaba ahí, el cubo—Por no mencionar esto…—

—Se ve peligroso—Lo intentaba tocar, pero se llevaba pequeñas descargas—

—No puedo interactuar con su núcleo, es… extraño, puedo manipular su exterior que es casi el cuarenta por ciento de su energía, pero el resto está encerrado en el núcleo y no sé cómo interactuar—El contenedor seguía con el color morado oscuro tan particular, con un brillo intenso que era mermado por el tinte. Aelita estaba curiosa por aquel objeto y lo miraba en detalle, tomando la mano de la IA, pues sabía que podía llegar a sentir algo de aquel objeto y así fue, pues al tocarlo pudo sentir calma, una voz que llegaba hasta su cabeza fuese tan dulce y tan cálida, no entendía si decía algo, solo parecía escuchar ruido blanco y en sus ojos, un color azul oscuro que le hizo caer en una rápida somnolencia—

—Es… cálido… tengo mucho sueño…—La IA podía sentir algo viniendo del cubo, pero por alguna razón no podía saber que era, usaba su energía como una vía de transporte para entrar en Aelita, pero sin reconocer su objetivo o finalidad, solo podía observar uno de los cuatro bloques del cubo brillando con más intensidad, aquella parte calmada y, contraria al resto, nada bélica—Brilla—El cristal que tenía en su cuello, que acompañaba al medallón de Anthea, tenía un tenue brillo—

—Es verdad—Miró de reojo a Aelita, quien estaba recostada sobre su pecho, intentando no dormirse—

—No quiero dormir aún…—Tras esa petición, el cubo desapareció sin más, eliminando lentamente la sensación de sueño y calidez—

—Respondió a tu deseo… me gustaría poder usarlo de esa manera—

—La creadora que no tiene control de su creación—

—Es normal, su energía no es mía después de todo—Aelita se giró hacia ella, acercando su rostro—

—Deberías descansar un poco—

—Primero quiero recuperar algo de todo lo que perdí mientras estuve fuera—Acercó sus labios suavemente hacia los suyos, dándole uno suave y corto—

—Pues no estás como siempre cuando quieres hacerlo—

—No soy así—Aelita entendió en ese momento—Tampoco quería despertarte, lo siento—

—No te preocupes, igual quería hablar contigo—Obligó a la IA a quedarse bocarriba mientras ella se sentaba sobre su vientre y le miraba de frente—Creo que es momento de que te controles un poco, no puedes seguir provocando una respuesta agresiva de todo al que no te guste—

—Si es por lo de Gaia es mi responsabilidad…—

—Lo sé, pero quiero decir que ahora quiero ser yo quien se asegure de que no haces nada malo sin que lo sepa, sé que no te gusta, pero hace parte de nuestro trato y además de tu programación—La IA simplemente le acariciaba las piernas con suavidad—

—¿Entonces que propones? —

—Mañana lo hablaremos con detalle, de momento harás lo que te diga como hasta ahora, pero si quieres atacar a alguien o hacer algo tendrás que pedirme permiso primero, quiero estar al tanto de donde estás y con quién, así me evitaré tener que hacerme la tonta si alguien viene a reclamarle a mamá sobre cosas que hiciste tú—

—Si lo hago yo es mi responsabilidad—

—En la teoría y en la práctica no es así, estás bajo el cuidado de Anthea y ahora bastantes personas sospechan que solamente sigues mis órdenes, así que quizá debamos dejar de ocultarlo tanto para que dejen de molestar a mamá—

—Aelita…—

—No voy a cambiar de opinión, lo siento—La IA soltó un suspiro mientras hundía su cabeza en la almohada, mientras la pelirrosa jugaba con su blusa—Tienes que controlarte un poco más, sé que es complicado por tu naturaleza, pero también tienes que entender que lo que haces nos afecta también a nosotras, sobre todo a mamá y eso es injusto, porque eres mi responsabilidad y lo sabes, papá me lo dijo y me enseñó pruebas de ello—

—Entiendo, tardaste bastante más en ponerme una cadena de lo que había supuesto—Coló sus manos debajo del camisón de la pelirrosa, acariciando la parte interior de sus muslos—

—Vamos a comenzar con esa dinámica por un tiempo, si vemos que no supone un incordio para ambas será perfecto, iremos puliendo detalles—La IA asintió, estaba… obligada de alguna manera a aceptar esa propuesta. Hubo un momento de silencio—¿Qué ocurre con tus brazos? —Acariciaba los brazos de la IA, notando hilillos rojos en su blanquecina piel—

—No es solo ahí, en todo el cuerpo… esto es causa del cubo, hasta que me acostumbre me irá haciendo ese pequeño daño paulatinamente, no te preocupes, estaré bien—Ahora sus brazos acariciaban sus caderas. Aelita cerró los ojos mientras le dejaba hacer, pero llegó un momento en el que se dejó caer sobre la IA, parecía que solamente quería quedarse así, hasta que sintió un ligero mordisco en el cuello, que le hizo soltar un inesperado suspiro—Oye…—

—Tú también tienes zonas sensibles… increíble—Le dijo en una risilla, en su oído—Déjame tocarte a ti también, me gusta el cosquilleo que provocas—De alguna manera había conseguido que, de pura fuerza de costumbre, el cosquilleo de la transferencia de energía le gustase de alguna manera—Quítate la blusa, estás caliente—No lo decía en el mal sentido, realmente su piel estaba más caliente de lo habitual y brillaba de manera notable a lo que por obvio sentido común, debía tener calor y se estaba aguantando. La IA obedeció, quitándose la blusa junto con el sujetador deportivo que siempre llevaba que, al verlo más de cerca, era bastante personalizado para ella—

—Que fresco…—

—Estás sudando y no sueles hacerlo de normal, así que debías tener calor—La IA asintió—Es normal, estamos en verano después de todo—Aelita levantó el torso suavemente para revisar el de la IA; blanquecino y cicatrizado, una más grande que la otra con una muy notable en el centro del pecho de aquella cirugía de emergencia que, de alguna manera, le salvó la vida—Mira cómo está—Acarició la cicatriz que, de todas, era la que más se notaba—¿Nunca te molestó? —

—Al principio me molestó, luego de hacer algo de trampa se sintió mejor y ahora es solo una cicatriz más—Incluso tenía pequeñas marcas que eran más oscuras y bastante delgadas, al lado del pulmón derecho, justo en su corazón, lugar donde le habían apuñalado con aquellas dagas—Todo fue mal después de eso—

—Se nota que te hicieron perfecta—Jugaba con los pechos de ella, apretándolos con suavidad—¿No te molesta? —

—¿El qué? —Sintió una extraña sensación al sentir como le apretaba la parte central de uno de sus pechos, mientras con ambos dedos que lo hacían, los movía en direcciones contrarias, aumentando la extraña sensación—…Nunca había sentido eso—

—Ahora eres tú quién está abajo—

—Por el momento—Aelita logró atrapar sus manos antes de cualquier movimiento—Ya veo—

En algún punto de la noche, más allá de la media, Aelita se había quedado dormida, aún con su deseo de no hacerlo, su cuerpo pareció no soportar el cansancio matutino. La IA salió de ese lugar en dirección a las afueras, había buscado información sobre esa persona que debía matar y no le quedaba demasiado lejos. Sabía que estaba desobedeciendo una de las órdenes de Aelita, pero en el fondo ya lo tenía pensado hacer, así que no le vio necesidad de decirle aquello, se lo quedaría para ella.

Tenía una ruta marcada de la casa del hombre, gracias a la IA de La Data, tenía toda la información posible y sobre todas las cosas, necesaria. Estaba a pie, le tomaría un buen rato, pero en el camino recibió una llamada.


Un rato antes de la llamada, había casi amanecido en Asia, el país del Sol Naciente veía como el mismo aparecía en el horizonte, pero Taelia y Benjamín, la pareja que había logrado actuar y salir con vida con la Yakuza, se encontraban en un edificio de oficinas que operaba secretamente la gente de la doctora Sumire Muroto, entre ellas, Saraí, la cuidadora de Marcus que parecía ser, en verdad, un pez muy gordo. Les habían llamado ahí, puesto que la noche en el puerto resultó infructuosa, no hubo ningún movimiento sospechoso o visible, así que el ser llamado a un encargo era una bendición.

Llegaron hasta el segundo piso del edificio, situado en uno de los casi infinitos rincones de la capital, entrando a una sala de reuniones con una mesa central y un proyector apuntando a una pared frontal, había una niña de unos diez años, de una estatura promedio, pelo castaño oscuro y largo, con unos ojos del mismo color y una mirada, si bien picante en el sentido de ser pícara, estaba abrumada en ese momento, pero también decidida. Un abrigo sin mangas de color morado y una falda corta con deportivas vestían sus ropas, junto con dos lazos largos que terminaban en corazón y salían del abrigo, en compañía de una persona quizá más común; un hombre adulto joven, camisa blanca y pantalones negros con zapatillas, pelo castaño corto y peinado con ojos negros con gafas, a todas luces o su tutor o algún familiar, en su compañía estaba Saraí, aquella dulce chica junto con un agente que parecía ser del servicio secreto.

—¿Ocurrió algo? —Preguntó Taelia, entrando delante a la sala—

—Es sobre un encargo que quizá os interese, está relacionado con la Yakuza—Respondió Saraí, Benjamín dejó una carpeta a su lado—Buen trabajo—Respondió tras revisarla, ordenando al hombre a su lado que la llevase a otro sitio—El caso, esta niña y su profesor tienen una petición, vinieron en nuestra ayuda cuando unas personas les seguían, tras contarnos la historia hemos preferido llevar el caso nosotros en lugar de la policía—

—¡Os hemos dicho que podíamos hacerlo! —Se quejó la niña, hablaba un inglés algo fluido, pero aún falto—

—Oh, entonces sea lo que sea, podemos ser de ayuda—Respondió Taelia, sentándose al lado de Saraí—

—Os los presento, son una pareja de guardias civiles de alta cualificación, son Taelia y Benjamín, no son de aquí, creo que es obvio—Secundó Saraí—

—¿Y esperas que unos extranjeros puedan contra la Yakuza? —Se aquejó el profesor—No estoy dudando de sus métodos, pero… ya sabes cómo son las cosas con ellos—

—Esta noche hemos sacado información a la Yakuza, entiendo su modo de operar, estuve estudiando sobre ellos—Respondió Benjamín—Soy parte de la élite del ejército y Taelia es una persona con una capacidad muy notable, por eso somos compañeros—Había hecho de sus nombres un título de presentación, la adolescente lo aprobaba—

—Entonces os cuento… estamos buscando a mi hermana—La voz de la chica se puso seria, era una voz decidida y picaresca—La Yakuza la tiene desde hace un año porque el director de nuestro colegio está metido en negocios con la Yakuza—Su voz casi se rompía—él… se aprovechó de ella y cuando estábamos en un café internet, se la llevó, intenté seguirlos, pero luego de todo eso, solo me dieron este papel—Lo dejó con ganas sobre la mesa, era una nota larga escrita en Japonés junto con unos nombres raros y un número—

—Esos son muchos millones—Dijo la cuidadora, leyendo el papel—

—Es lo que vale ella, sé por dónde se mueven, solo necesito… sacarla—Dejó su mochila sobre la mesa, era bastante pesada, pero al abrirla se pudo ver el por qué—Ochenta millones tenemos, los robamos de lo que tenía el director, es una larga historia—

—Si tenéis el dinero, ¿Qué os impide llevarlo a la Yakuza para traerla de vuelta? —Preguntó Taelia, parecía bastante interesada—

—No nos hacen caso, saben quién soy y no quieren que me acerque a ese sitio por más que lo intentemos, ni aun habiendo mostrado el dinero…—Dio un manotazo sobre la mesa, poniéndose de pie, mirando fijamente a Taelia—¡Tiene que haber una manera! —

—Rika, cálmate—dijo el profesor, tomándole de los hombros para que se volviese a sentar, pero ella lo rechazaba con sus manos—

—Esto no puede no tener salida, no voy a rendirme aquí—

—Vamos a pensar un poco más detenidamente—Suspiró la adolescente—¿Tienes información sobre el director? —

—Sí, él estaba postulado para ser alcalde de la ciudad, con el dinero iba a iniciar la campaña y demás, lo tenemos por seguro—La chica, desde luego, tenía los pies sobre la tierra y se notaba inteligente—El dinero… estoy segura que es lo que sacó de vender a mi hermana—

—Entonces necesitamos saber de quién estamos hablando y todas las pruebas que tengáis—

—No queremos matarlo, aunque realmente… quiera hacerlo con mis propias manos, quiero que se hunda en la miseria por lo que hizo—

—Exponer sus delitos—Secundó el profesor, quien estaba nervioso—No podemos dejar que ese monstruo siga haciendo de las suyas, atrayendo y vendiendo a personas inocentes—

—Ella… debe estar sufriendo—La chica estaba rota de la impotencia, no sabía lo que Taelia la entendía hasta que la misma le abrazó, algo que solo tomó por sorpresa al profesor—¿Eh? —Se preguntó tras ese repentino movimiento—

—Tranquila, entiendo lo que ella debe estar pasando, pero… a un nivel casi espiritual—La chica no necesitaba más palabras para entender lo que decía, le abrazó también. Se rompió al cabo de unos segundos mientras Taelia le miraba—En el pasado me pasó algo similar, pero fue mi culpa, un grupo de agentes secretos que abusaba de mí, un día se cansó y me vendió a una persona que hacía experimentos con humanos, aún con esas, los abusos nunca pararon hasta… que mi hermana me rescató de ahí—a Rika, el nombre que aparentemente tenía la niña, se le iluminaron los ojos, por fin encontraba a alguien que entendía lo que quería hacer y estaba teniendo una real empatía—y desde eso ella quiere que esté a salvo—

—Es… lo que quiero hacer con ella—

—Estoy segura que lo conseguiremos, pero ten en cuenta que tratar con la mafia es peligroso a ciertos niveles, sé que quieres hacerlo de manera que ella y tú salgáis limpias de cualquier problema—Ella asintió, Taelia miró a Saraí—

—Primero deberíamos asegurar el objetivo y el perímetro, pero… la zona es muy amplia—Dijo la cuidadora—

—Esto se debe tomar con la calma, sé que debes estar demasiado impaciente luego de un año, pero si queremos que esto salga mejor de lo que esperamos, necesitamos asegurarnos de lo que vamos a hacer, no queremos enfrentarnos directamente a la Yakuza—Acertó la adolescente con seriedad—Así que vamos a asegurar toda la evidencia que tengáis aquí ahora mismo e iremos viendo cómo podemos atrapar al director—

—Lo mejor sería ayuda de internet, pero no creo que haya noticias ahí—

—Primero la evidencia, aun así, conozco a alguien que nos puede echar una mano sobre cómo actuar—Sacó su móvil y llamó a alguien, colocando el altavoz—Es Edge—Saraí asintió—

¿Ocurre algo por ahí? —Preguntó la IA, se le notaba agitada—

—Necesito tu ayuda para saber la ubicación de una persona y todo lo que sepas sobre ella—Respondió—Perdón por pedirlo así de la nada—

Ahora me pillas en mal momento, pero La Data debe tener algo al respecto, puedes esperar a que sea de día y llamar a Aelita para que te dé un cable con ello

—Necesitamos algo para armar un croquis, esto es lo que tenemos—Se adelantó la niña—

Hablaron durante un rato sobre lo que había ocurrido con el director; resulta que usando cámaras espías, lograron ver que el director recibía dinero de sobornos para su campaña, usando la escuela como una tapadera tanto para ello, como para citar niñas a su despacho, en uno de los videos, según describió Rika, se veía como manoseaba a una estudiante de su edad. La idea que tenía era rescatar a su hermana y acto seguido regar internet y los medio con toda la evidencia posible.

Entonces necesitas pillarlo en el acto—Sentenció la IA luego de escuchar la historia—Llamaste mi atención, así que lo de internet me puedo encargar yo, llenar los buzones de email de la prensa con esa noticia tiene que acabar con su carrera

—¿Quieres decir que hay que grabarlo cuando esté haciendo algo ilegal? —Preguntó Taelia—

Si él gusta de vender y abusar de ellas, lo mejor será pillarlo usando eso en mente, usando cámaras espías como habéis estado haciendo y luego sacarlas, si son inteligentes habrán instalado sistemas de guerra electrónica para evitar grabaciones, así que, recomiendo medios rudimentarios como una cámara de carrete, por desgracia, quizá haya que usar una carnada para ello—El silencio fue abrumador, habían recibido la mejor idea posible, pero en el escenario que Rika y el profesor querían evitar—Es posible que a ti te conozcan, Taelia, así que no te recomiendo que seas tú

—Lo sé, lo estaba pensando—La mirada de Rika se fijó en la adolescente—

—¡Puedo hacerlo yo! —Desde luego se había envalentonado para salvar a su hermana—

¿Y si mejor usas a tu hermana como cebo?, así evitaremos sumar más víctimas a la lista

—¡Ni hablar! —Sentenció—¡Ella tiene que salir de ese mundo! —

—En verdad… tiene un punto—Siguió Taelia en voz baja—Si ella ya fue parte de eso, es la única manera de sacar la evidencia de manera segura, no digo de hacer que se involucre con la Yakuza, hablo de tender una trampa al director, que se vaya a un motel con ella y ahí lo grabamos—La mirada de Rika era de negación y asco total, pero aún en sus adentros, no podía negar que la idea de Taelia y esa tal Edge tenía bastante base sólida—Lo siento, sé cómo te debes sentir, pero ella es nuestra única esperanza, esto no tiene nada que ver con atacar a la Yakuza, es contra su cabecilla, el director de vuestro colegio—

Buen trabajo, Taelia—Dijo la IA—Desde luego tienes un punto y el plan es el indicado, me gustaría estar al tanto de esto, enviadme el nombre del director por SMS, te informaré lo que sepa de su ubicación y su número para contactarlo cuando esté libre

—Muchas gracias—Dijo la adolescente—Lo siento por molestarte, debes estar ocupada—

Haciendo un trabajo para una mafia, pero no le digas a tu hermana, luego de explico el por qué—Tras una corta charla, colgó—

—Ella es la chica que mi hermana usó para salvarme, es una persona que nos sobrepasa a todos en todos los aspectos, es nuestra única fuente fiable de información, aún si no está aquí—

—Es impresionante—Dijo el profesor—El director es Kisaragi Yuki, tenemos solamente una foto de él y unos cuantos videos en esta memoria que es parte de los sobornos y del dinero—Sacó lo indicado de su bolso, una foto de un hombre alto y delgado, de pelo corto y castaño de tez blanca, pero no pálida, con una mirada profunda que inspiraba confianza, vestido con un traje de color caqui con corbata roja y zapatillas negras—

Llenaron papeles con toda la información y digitalizaron las imágenes y los videos, tras pasarlo todo a digital, lo enviaron a una dirección que Taelia sabía que era una que usaba la IA para sus cuentas online, lo vería, la niña parecía más tranquila y esperanzada, quería comenzar con esto cuanto antes.

—Gracias por ayudarnos con esto—Agradeció el adulto—No sabéis lo que está en juego—

—Estamos para estas cosas—Siguió Benjamín, quien se había quedado escuchando la discusión—

—Lo que no comprendí es… ¿Por qué la Yakuza te conoce? —Preguntó Rika a Taelia, en relación a lo que había dicho Xana—

—Por una serie de videos que circularon, no… me apetece nada hablar de ese tema—Se había cerrado en banda, a diferencia de Benjamín, la niña era una desconocida, pero supo entender sus razones—

—Entiendo… ¿cuándo podemos comenzar con esto? —

—Quizá esta noche, queremos descansar ahora mismo ya que llevamos de guardia toda la noche—Anunció Benjamín, colocándose de pie—Tenemos vuestro contacto, así que os llamaremos para comenzar a idear una manera de sacar a tu hermana de primero, esa debería ser la parte sencilla para nosotros—

—Lo segundo sería usarla a ella para atrapar al director infraganti y chantajearlo lo antes posible… puedo hacer algo—Siguió Taelia—

—¿Crees poder seducirlo usando tu cuerpo y el de ella? —Taelia asintió a la pregunta de Saraí, pero alguien no estaba para nada de acuerdo—

—No vayas a hacer eso… podrían atraparte—Dijo la niña, pero estaba siendo presa de la somnolencia—

—No lo harán dos veces, te lo aseguro—Suspiró—Esa parte, sé que estás totalmente en contra, pero que logremos atraparlo dependerá de vosotros dos, tenéis que idear una manera de instalar las cámaras de vigilancia, ¿sabéis cómo hacerlo? —

—Convenientemente, estudié para ser cineasta, pero… dejémoslo en que lo intenté—Dijo el profesor, bastante abrumado por esa experiencia—Sé usar cámaras de carrete, puedo hacerme pasar por… jardinero o algo para instalar unas cámaras, pero necesitamos que sea en una habitación en específico—Taelia asintió—

—Puedo hacer esto—Dijo Taelia a Saraí, quien sonrió mientras le guiñaba un ojo—

—Pero primero debes descansar, lo harás, pero es mejor pensar las cosas con la mente descansada, lo mejor para todos será ir a dormir y discutirlo entre vosotros mañana—

No hubo más que hablar luego de eso, los solicitantes de ayuda marcharon del edificio mientras la pareja se quedó con Saraí en esa sala, recogiendo cosas.

—Una tarea un poco extraña, ¿No? —Preguntó Benjamín a la cuidadora, quien asintió—¿Por qué aceptaste? —

—Porque esa niña no tiene nada más que a su hermana y… poco más, el profesor la ayuda por razones un poco desinteresadas, aun cuando no tiene obligación, solo quiere ayudar a acabar con ese director de escuela corrupto—Se puso de pie, recogiendo un ordenador portátil que había traído—Entre otras cosas, no queremos meteros a todos en algo realmente peligroso por el momento, en el futuro… veremos—

—Lograron robar todo ese dinero de alguna manera, esa niña sabe lo que hace—Secundó Taelia, estirando su cuerpo—Me da curiosidad—

—Desde luego que a Edge también, pero… ¿Por qué la llamaste? —

—Ella tiene una forma de localizar a gente solamente usando su móvil, si usamos esa ventaja para saber dónde está el director en todo momento, tenemos buena parte del trabajo hecho—Saraí le dio la razón—Sé que estas cosas le encantan, así que sabía que iba a ayudar—Terminaron de recoger—Espero que podamos sacar a esa chica de ahí dentro—

—Por la mañana tendremos un informe preliminar, más lo que Edge nos envíe de vuelta, así sabremos quién es el profesor, también pedí un informe sobre esa niña y su familia, así podremos saber el contexto de la situación—

—Veo que la única parte complicada será hablar con esos mafiosos… otra vez—Bostezó mientras se volvía a estirar, estaba cansada—

—Desde luego—La cuidadora le acarició la cabeza—Quizá debáis ir a descansar, podéis hacerlo aquí, hemos adecuado la última planta para los niños—Taelia asintió—Yo me quedaré con él un rato hablando sobre lo que habéis hecho con la Yakuza—Sin pedir más explicaciones, marchó hacia el último piso, nadie hizo preguntas y nadie le pidió una explicación, entró donde le indicaron, un piso un poco estrecho que tenía varias habitaciones con camas improvisadas. Entró en una de ellas, viendo que la mayoría de los que había eran los más pequeños de todos. Siguió buscando por las habitaciones hasta dar con una que tenía una cama disponible, eran seis por habitación y quedaban tres, en las adyacentes podías ver a dos niños acostados, uno de ellos parecía que había despertado hacía poco. Se acercó a una cama y se recostó en ella luego de dejar su abrigo, mochila y zapatos en el borde de la cama, no tenía nada en mente en ese momento, simplemente estaba bocarriba con uno de sus brazos cubriendo sus ojos mientras intentaba conciliar el sueño, pero sintió un ligero peso en su vientre, abrió los ojos—

—Marcus—Dijo en voz baja, se trataba del pequeño, a quien atrajo hacia ella para darle un abrazo—¿Qué haces despierto? —

—La puerta—Dijo, aunque ahora estaba cerrada, al ser metálica hacía un ruido estrambótico al moverla—¿Por qué estás aquí? —

—Voy a descansar aquí como vosotros, perdona despertarte—El pequeño se dejó caer a su lado, recostándose en el brazo de Taelia—¿Cómo han ido las cosas? —

—Bien, nos han enseñado muchas cosas nuevas, ¡Hemos nadado en el mar! —Dijo en voz baja, estaba emocionado—También hice un nuevo amigo—

—Eso noté, ¿te llevas bien con él? —Marcus asintió—

—Es como yo, solo que sabe hablar con los adultos—Taelia soltó una suave risilla—Os extrañaba a todos—

—Nosotros también, debiste sentirte un poco solitario—El pequeño asintió, Taelia lo cubrió con la manta—Ya terminará todo esto, tranquilo—Lo abrazó, pudo notar como el pequeño se acurrucaba junto a ella—

—¿No te han hecho nada malo? —

—No por el momento, pero tranquilo, no me dejaré hacer nada—Le besó la mejilla—Vamos a dormir un poco—


La IA veía desde lo alto de un edificio la residencia de su víctima: Una casa de dos pisos con fachada blanca, protegida por una valla metálica cubierta con vegetación y un sistema de seguridad basado en cámaras y algunos guardias. Había una luz encendida en la casa, parecía el de una habitación, pero desde ese punto no podía ver nada.

—Tengo que evitar que todo lo que esté dentro pueda salir—Se dijo a sí misma, agarrando una piedrita del techo donde estaba—Vamos a ver—La lanzó con suavidad hacia el aire, envolviéndola en una esfera de energía que, por una espesa niebla que soltaba, dejaba invisible la misma. La alzó con sus manos y luego la lanzó hacia la residencia, lanzándose ella al suelo al tiempo que la esfera impactaba con la fachada, creando un domo de energía que cubría todo el lugar, incluida la acera, encerrando a todos los que había con ella dentro, cortando la corriente eléctrica del interior con un PEM producido por la esfera. Los metros del límite estaban cubiertos por una espesa niebla, nadie podía ver nada salvo la IA, quien sentía la energía de todos los presentes con un hilo de energía. Entró por el portón, que se abrió con el corte de energía repentino, sintiendo la presencia de una persona a escasos metros, bastándole un simple aplauso para ver un gran destello seguido del caer de un objeto metálico al suelo, un arma. Había otras tres personas dentro de la casa, una de ellas en el otro punto de la residencia, pero ya tendría tiempo para encargarse. Se acercó a la puerta principal de la casa, una de madera simple con varios cristales. Solo tuvo que tocarla para ver como caía al suelo, pero la presencia de las dos personas venía del segundo piso, estaba todo oscuro. Subió las escaleras con sus manos al descubierto, debía ir por la cabeza del tipo e iba a hacerlo con sus propias manos… o no, podía hacer algo. Cinco puertas arribas de las cuales una desprendía la energía de dos personas, la abrió, cubriendo su cuerpo con un aura magenta que le hacía ser amenazante. Las dos personas estaban desnudas; era el jefe de aquella agencia de seguridad a la que tenía que matar, a su lado, una mujer de edad completamente desnuda, el hombre tenía un arma en sus manos—Sabía que no estarías perdido—Dijo—Vengo con saludos de la mafia—

—Mierda, esos cabrones, ¿Qué traes contigo? —Soltó el mismo, apuntando con firmeza, con la mujer detrás, intentaba llamar con un móvil, pero no podía—

—Saludos, yo quiero tu cabeza en una caja de regalo—Su tranquilidad era abrumadora—¿Vas a colaborar? —Un reloj metálico se cubrió con una esfera de energía, alzándose pocos centímetros—

—Una mierda—Disparó contra la IA, moviéndose hacia la ventana que estaba abierta, intentando salvar su pellejo, pero fue un muy estúpido movimiento, cuando intentó hacerlo, el reloj se acercó a una velocidad impresionante hacia su cabeza, golpeándolo de tal manera que lo sacó varios metros de la ventana, provocando que cayese en el pasto con un hilillo de sangre saliendo de la parte trasera de la misma—

—Una pena—Miró a la mujer, completamente desnuda, asustada hasta la médula—Ven conmigo—La mujer no obedeció, solo vio el cómo se acercó la IA, colocándose la mano en el cuello con suavidad, creando un collar con su energía—Dije, ven conmigo—El collar le soltó una descarga eléctrica con fuerza, que le hizo soltar un grito—¿Entiendes? —La mujer asintió, alzando sus manos, colocándose de pie, siendo guiada por la IA. Salieron de la casa, acercándose al lugar donde había caído, encontrándose con uno de los guardias de seguridad moviendo el cuerpo a un lugar seguro—No es bueno tocar la evidencia de la zona de un crimen—El guardia reaccionó de golpe, sacando un arma y apuntando a la IA—¿Vas a cooperar? —

—¿Qué haces aquí?, ¿Qué hiciste con ellos? —Estaba asustado, no sabía que ocurría, el cielo se había cubierto de un magenta extraño y una niebla espesa que no podía atravesar había hecho presencia—

—Quiero su cabeza, me vais a ayudar a ponerla en una cajita de regalo—Le temblaba el pulso—Así va a ser—Un collar de energía apareció de golpe en el cuello del guardia, soltando una descarga eléctrica que le hizo caer de rodillas, soltando su arma de golpe—

Los obligó a arrastrar el cuerpo del hombre hacia la cocina de la casa, sacando una serie de cuchillos de un cajón junto con papel de regalo y algo de cartón, dejándolos sobre una encimera. La IA se quedó en la puerta de la misma observando cómo hacían su trabajo.

—Vais a cortarle la cabeza desde la base del cuello y las vais a envolver para meterla en una caja de regalo—No se atrevían a decir una sola palabra, solamente obedecían tímidamente. El guardia lo hacía sin rechistar, la chica, tenía profundas nauseas de ver la escena, vomitando un par de veces cuando veía las entrañas del hombre que, al parecer, tenía dentro hacía unos minutos—

—No entiendo, ¿Para qué quieres su cabeza?, ¿No bastaba con matarlo? —Preguntó el guardia luego de un rato, intentando separar la piel de los huesos—

—No es para mi persona, la mafia lo quiere y como les debía una, me parecía correcto—

—Meterse con una mafia que parecía inofensiva…—Con mucho esfuerzo y pocas herramientas, lograron separar la cabeza del cuerpo y dejarla encima del cartón, cauterizando las partes sangrantes con un cuchillo caliente para evitar el sangrado.

—Estoy segura que esto les va a encantar—La IA se acercó a la cajita de regalo recién envuelta, con la cabeza del hombre adentro—

—¿Y qué pasará ahora nosotros? —Apuntó la mujer desnuda, ahora manchada de sangre, apoyada en la encimera con la cajita de regalo—

—Morir aquí—La mujer se alarmó con esa respuesta, girándose rápidamente hacia el guardia, asustándose al ver que sus ojos ahora no eran más que una diana extraña—Diviértete con ella—El hombre, poseído, le agarró por los brazos, girándola con fuerza hasta obligarla a apoyar su torso en la encimera. La IA salió de la casa con la cajita en sus manos, acercándose al portón, donde se encontró con el cuadro eléctrico de todas las inmediaciones, colocando la palma de su mano libre sobre la tapa metálica, electrificando la misma y sobrecargando el tendido eléctrico del interior, provocando una explosión en diversas zonas de los transformadores de las cercanías, incluyendo un poderoso incendio en la casa que había acabado de abandonar.

Corrió con gran rapidez por las calles parisinas hasta dar con el hotel, aún no había amanecido. Entró sin preguntar mucho, ni siquiera la recepción le preguntó qué quería, era obvio que sabían lo que quería. Entró hasta el despacho del Michael, no se encontraba solo, había una persona conocida ahí dentro, Sam, estaba con el hombre revisando la mercancía que había traído.

—Hecho—No dijo más, enseñó la cajita y todos los presentes se quedaron atónitos, ¿una caja de regalo? —

—Dime que no has…—De pensarlo, no pudo ni terminar la oración, pues la IA dejó la cajita encima de su mesa—Joder…—

—Tengo miedo de preguntar—Susurró Sam al aire, viendo la caja con terror—

—Terminé el encargo que tenía y tal como prometí, aquí está su cabeza—El hombre, incrédulo, retiró con cuidado el papel de regalo, abriendo la caja con cuidado, viendo que, efectivamente, estaba la cabeza de ese hombre dentro—

—¿Es la cabeza del hombre? —Preguntó un tercero, revisando parte de la mercancía de Sam. Michael asintió—Mierda…—Estaba asombrado—

—Esto hay que celebrarlo—Dijo Michael, abriendo de golpe la caja, levantando la cabeza del pellejo, enseñándola como trofeo—

—¿Ahora trabajas para ellos? —Preguntó Sam a la IA, quien negó con la cabeza mientras ladeaba—

—Un ajuste de cuentas, les debía un favor y esto fue la manera de devolverlo—Guardó las manos en sus bolsillos—Pensé que ya no harías más estas cosas—

—En verdad lo dejé, pero… la persona que era mi reemplazo murió cuando pensó que era buena idea enfrentarse a la policía, así que mientras encuentran reemplazo, me pidieron el favor—

—Veo que ya no tienes ningún miedo—

—Cuando no tienes nada que perder, no tienes ningún miedo a la muerte, le temo más a un reformatorio—Y con razón. Michael estaba celebrando, dejaron la cabeza del hombre como piñata, colgada de un gancho en medio del despacho—

—¡Es que mira!, ni una gota de sudor, ni una cicatriz, ni una mancha de sangre… —Sus hombres estaban igual de asombrados que él—

—Hay que tenerla en cuenta más a menudo—Dijo otro—

—De momento y solo de momento, tomad esto como un gracias, estoy algo ocupada con un tema más importante—Miró hacia la puerta—En el futuro accederé a cualquier petición que tengáis—Los hombres asintieron mientras le aplaudían—

Una celebración a la que Sam y la IA decidieron no participar. Salieron del hotel al poco rato de terminar las cuentas de Sam con el hombre, saliendo también con el dinero en una mochila a su espalda. Estaban caminando tranquilamente por las calles de la ciudad.

—¿No te da miedo que la policía te descubra? —Preguntó Sam a la IA, quien caminaba a su lado con las manos en los bolsillos, mirando el horizonte—

—La policía no es nadie contra mí, ahora mismo le temo a otras personas que aún no conozco—Si había encontrado a alguien como Claudio que, pudo haberla vencido con facilidad, ambas organizaciones tendrían un as bajo la manga para evitar un desastre, aún con el cubo en su posesión, hasta no poder desbloquearlo por completo, era poco más que un bonito adorno—Esa gente trabaja para aquella organización a la que asaltamos una de sus bases, están tras de mi porque herí a su líder—

—Y mírate, caminando por la calle sin ningún miedo—

—Ellos no me harán nada en esta ciudad, es mi territorio y saben que cualquier acción tiene su reacción—Pararon en un paso de cebra, semáforo en rojo—Al igual que tú le tienes más miedo a un reformatorio que a la muerte, yo le tengo más miedo a que me terminen sellando que a morir de verdad—No tenía sentido ocultarle su poder a Sam, ya lo había visto con anterioridad—

—Sea lo primero o sea lo segundo, mientras no desate una matanza… todo bien—Tomó su skate—Nos veremos luego—Se despidieron—

La IA se desvió de su camino, iba a ir a la fábrica por lo hablado con Taelia, pero tuvo que tomar otro rumbo a una gran baza; la torre de hierro. De normal, la torre no emitía ningún tipo de señal, cuando alguien la manipulaba, se podía sentir una gran pulsación en el ambiente o una gran sobrecarga por la gran cantidad de electricidad conducida por el metal presente.

Se acercó a la torre con bastante cautela, apenas si había gente en las cercanías, solo coches pasantes y alguno que otro vagabundo que estaba dormido entre cartones. Sentía un pequeño pulso salir de la punta superior metálica, pero no podía obtener más datos solamente con esa ínfima información. Aplicó pequeños toques eléctricos al metal, purgando de energía la misma torre que ya no estaba sellada por ella, alguien había estado manipulando la misma el tiempo que se ausentó.

No podía sentir con claridad nada en las cercanías, así que debía usar un truco bajo la manga para averiguar las intenciones. Juntó sus manos en oración, envolviéndose en un aura magenta que terminó por soltar un destello con un domo de energía que acaparó casi tres kilómetros a la redonda, desapareciendo al instante de alcanzar su punto máximo.

—¿Hay alguien cerca? —Pudo sentir una señal con bastante claridad, pero no su ubicación—Supongo que tendré que pasar sobre seguro—Tocó la torre con ambas manos, electrificando la misma, provocando un destello de luz que se alzó hasta el cielo, iluminando la oscuridad de la noche por una milésima de segundo—Si alguien rompe el sello una vez más, sabré quién es—Se retiró del lugar, dejando una estela de energía que la siguió por unos minutos hasta desvanecerse.

Alcanzó la fábrica, debía investigar sobre corporación Guardián y aquel director del favor que le pidió Taelia. Tenía que estar segura que Aelita estaría bien y en caso contrario, provocar un gran aquelarre para que lo estuviera, pero debía ser cuidadosa con su cuerpo, ahora estaba en un punto en el que no podía forzar la maquinaria.


—CONTINUARÁ—

La reina de negro y escarlata (Parte IV)


¡Muchas gracias por leer!

Lamento el retraso… mental también.

Trabajo, estudios y todo eso que acarrea estar vivo.

Poco más que decir.

Estoy vivo y seguiré escribiendo, no dejaré esto, en caso de que alguien se lo pregunte.

Reviews:

Loboplateado2541: Muchas gracias por leer, espero que el capítulo sea de tu total agrado.

Titokenny01: Aún le queda bastante camino por recorrer a Taelia, veremos cómo lo hace. Eso tendremos que verlo, y más que a toda Gaia, yo me preguntaría hasta que punto podría encarar a su líder ella sola sin antes lamentarlo en el proceso. ¡Muchas gracias por leer!, espero que el capítulo sea de tu agrado. Gracias por seguir aquí.

Draoptimusstar3: Todo cuerpo orgánico tiene su límite, pero se pueden buscar maneras de sobrepasarlo, siempre ateniendo a las consecuencias de ello, claro está. ¡Muchas gracias por leer!, espero que el capítulo sea de tu agrado, gracias por seguir aquí.

Y nada, hasta que volvamos a leernos.

Alguien me pidió que siguiera el short-fic de ¡Dame mi consola! Y si lees esto, lo seguiré pronto.

¡Adiós!

Never give up, Never Surrender.