14.- El paraíso de las primeras veces.

Atrapado entre su cama y su suave cuerpo, me agarra de la barbilla con firmeza e iniciamos a besarnos. Me sorprende la agilidad de Anna en ponerme en esta posición y de como ella se coloca a horcajadas sobre mi cintura.

Por el beso y su actitud tan intensa me hace comprender su deseo de que hoy subiremos el nivel de esta relación.

Con timidez coloco mi mano en su cintura y trató de atenuar el movimiento de su pelvis que anda provocando, poco a poco me está poniendo duro.

Llevamos un tiempo juntos platicando sobre empezar a subir de intensidad las caricias debido a que los besos ya no son suficientes, somos jóvenes llenos de hormonas candentes y estas mismas hormonas están molestándonos en hacernos desear y en sentirnos profundamente.

Tanto yo como Anna hay una desesperación en sentirnos.

Piel con piel.

Ella deja mis labios para morder mi cuello y chupar, es tan excitante tenerla encima, no puedo dejar de pensar en ella, ella me está arrancando suspiros cuando me muerde el cuello.

Una débil parte de mi mente me dice "que tome el control de la situación y ser dominante" pero como dije es débil ese pensamiento debido a que sentir, ver y tener a Anna tomando el control es tan caliente.

Hace tiempo en mis fantasías había planeado ser yo el que guiará y hacerlo con dulzura pero sin dejar de ser candente pero no me quejo a este cambio en mis planes, bienvenida sea Anna quien dirija este momento.

Anna es un sueño, su actitud es suave pero exigente y eso ha ayudado a que no se note sus nervios.

Para ambos esto es nuevo, tanto ella como yo somos principiantes deseosos, sí, vírgenes y por esa razón nos lo hemos tomado lento para ser más disfrutable el camino al sexo.

Siento su aliento sobre mi oído, ha dejado de moverse, giró el rostro para verla.

¡Ahí está!, tiene un hermoso sonrojo por todo el rostro por la actividad, su respiración acelerada y noto que ella está pensando en algo.

– Yoh - se aclara la garganta, se apoya sobre mi abdomen para sentarse erguida, siento la presión de sus piernas sobre mi cadera, su mirada decidida me tiene encantado - ¿Qué te parece si vamos lento? -

– Bien - suelto con un ronco gemido. Nos miramos con paciencia, ella tiene la blusa blanca arrugada, entre los agujeros que se forma entre los botones se le ve el brassier negro.

– Estás duro - ella dice y yo solamente me encojo de hombros dando entender "por supuesto". Pasa su dedo índice desde mi frente hasta la punta de mi nariz, una caricia cariñosa. – Te tocas pensando en mí - lo dice en una tonalidad dulce junto con esa mirada intensa.

– Obvio que sí - conseguí decir a pesar de sentir timidez, veo como ella medita mis palabras, se quita de mí para acostarse al lado mío.

Nos miramos, su mano va deslizándose hasta llegar a colocarse encima de mi duro miembro.

Me la aprieta sobre la tela, acaricia suavemente de arriba hacia abajo, mi respiración se detuvo brevemente. Ella siguió acariciándome así hasta que la vi que se mordía su labio inferior, ese gesto me hizo pensar que ella quiere ir más lejos y sin dudar empecé a desabrochar mi cinturón para posteriormente bajarme el cierre para sacar mi bulto.

Agarré su mano que se mantuvo suspendida mientras realizaba mis acciones para ponerla sobre mi erección. Anna lo agarró firmemente e inicio hacerme disfrutar.

Desde la base hasta la punta, siento como el líquido empieza a salir, la mano de ella se está deslizando con más facilidad.

Cerré los ojos por el disfrute.

Sentí sus besos en mi mentón. - ¿Se siente bien? – en su voz coqueta se siente su diversión en hacerme tan manso.

– Sí - le dije entre mis jadeos.

Ella sigue jalándomela.

– ¿Quieres sentir que tan húmeda estoy? – ella pregunto con decisión, abrí los ojos, esas palabras hicieron que soltara un gemido necesitado, asentí desesperadamente y rápidamente lleve mi mano debajo de su falda.

Ella no se molestó ante mi urgente necesidad de sentir.

No sé cómo lo hice con esta postura pero ella lo facilitó abriendo un poco más sus piernas.

Con una habilidad conseguí hacer un lado la tela de las bragas para deslizar mis dedos por su húmeda vagina, distingo que está recortado, esa humedad está invadiendo toda esa zona por mi causa.

Deslizo mis dedos por todo ese monte hasta tenerlos bien empapados para hacer lo siguiente que es provocar esa entrada apretada, empiezo a jugar con la punta de mi dedo medio dando leves golpecitos.

Ella deja de masturbarme, empieza a gemir levemente y como sus ruiditos son mi termómetro de su disfrute. Como ella lo está disfrutando comienzo a meter mi dedo y ella sostiene su respiración, le dejo adaptarse hasta que empiezo el mete y saque. Se escucha la humedad del golpeteo y como aumenta el volumen de sus gemidos, ese volumen me hace animarme a meterle otro dedo.

La estoy deshaciendo como ella lo hizo conmigo, sus manos ahora están en mi camisa apretándolo, siento su aliento caliente en mi cuello. - ¿Disfrutándolo? - ella me mira con el ceño fruncido porque sabe que estoy deleitándome haciéndola a mi antojo, mi burla sexy hacia a ella aunque no lo admita le enciende - No digas nada, se nota que te encanta - no puedo evitar sonreír.

– Cállate - quito mi mano de ella y soltó un gemido al igual que yo al no sentirnos más - Dudo que con lo siguiente sigas teniendo esa sonrisa arrogante – a gatas llega a mí y se sienta sobre mi pene, siento como su vagina está tan húmeda aplastándome, y empieza lentamente a mecerse.

– Oh - y sí me quito la sonrisa arrogante para cambiarla a una sonrisa boba de disfrute, la agarro de cadera para establecer un ritmo un poco más frenético, es un disfrute sentir como ella empieza a empaparme mientras nos masturbamos de este modo, la combinación de nuestras humedades es algo erótico que pocos entenderán.

Siento que estoy cerca, sin mi permiso mis caderas empieza a empujar hacia arriba, embestir duramente, ella se apoya en mi pecho - ¿Quieres terminar? -– le pregunto entre jadeos.

- Aja -ella responde, me agarra de los hombros, veo como su cuerpo poco a poco se va cayendo hacia mí; al verla tiene una sonrisa tan sexy y atractiva, tan adictiva, tan autoritaria que me está llevando al límite, la amo tanto.

Nuestros gemidos se unen, apretó los dientes para evitar gritar y ella hace lo suyo administrando la salida de su prolongado gemido.

Siento lo caliente de mi semen y la venida de ella.

Ella se recuesta sobre mí, su respiración pausada al igual que él mío.

La miro con tanto amor, esta es la primera vez que nos masturbamos de este modo, rozándonos hasta llegar, ella tendrá todas mis primeras veces y estoy complacido con eso.

Este amor no es por este momento sexual, es un amor nacido desde que la vi.

Yo soy de ella como ella es mía, no me importa si suena posesivo pero así es el amor real, lo quiere todo para ti sin compartir.


Hola otra vez.

Otra actualización.

Gracias por leer.

Gracias por tu comentario: Karla.

Si, este fic debería está en el "M" pero será cuando lo termine. XD Hay muchos tímidos que no van a esa sección.

Esta historia ya lo tenía avanzado, un Yoh x Anna ya me salió natural. Ahora quiero diversión entre chicas.

Falta poco.

Saludos, nos vemos pronto.