Solté un ligero gemido que tuve que disfrazar de suspiro, malditas escenas eróticas, no podía estar tranquila, era casi una necesidad y alivio mantener mis piernas cruzadas. Me encontraba en la sala común de la torre, obligándome a acabar con el libro que estaba tardando.
— ¿Se puede saber qué es lo que te hace suspirar tanto? — Preguntó Draco que estaba sentado frente a mí, sosteniendo una novela entre sus manos — En menos de cinco minutos has suspirado como unas cincuenta veces.
— Yo... el libro es de esos que hace que una mujer pretenda... algo — respondí. — Será mejor que vaya a mi habitación a...
— ¿tocarte? — preguntó irónico.
— ¡No! Voy a acabar con el libro. Así no te interrumpiré con mis suspiros. — dije, un tanto avergonzada. Es casi como si leyera mis...— ¿Desde cuándo usaslegeremanciaconmigo?
— No hace mucho. Sé de tus sucios pensamientos... lo que piensas cuando no paso un peine por mi cabeza...— Relame sus labios cual lobo feroz— sé lo que provoco en ti, me comparas con algunos chicos de las novelas que leíste.
— ¡Oh por Merlín! — Siento mis mejillas arder — Bueno, cuando se lee un libro erótico es normal que tenga ese tipo de pensamientos.
— Pero no exactamente con cualquier hombre, solo con quien te atrae. — Se pone en pie, se acerca a mí con paso lento, parece una pantera apunto de atacar a su presa y para mi pesar yo soy el conejo al que parece echarle las garras encima. — Estoy esperando que me detengas, Granger.
Me sostiene las manos y con las yemas de sus dedos acaricia mis palmas. ¡Diablos! esas cosquillas son excitantes y... Sacudo mi cabeza. Al verlo alzar mi falda y acercar su rostro a mi...
— ¿Qué opina Crystal de esto? — Pregunté reteniendo una patada.
— No se lo he dicho, además tú me has estado seduciendo con tus suspiros para nada cándidos — regresó mi falda a su sitio — Pude observar el bulto en su bragueta en cuanto se puso de pie. — Lo siento, Granger, mi comportamiento no ha sido precisamente el de un caballero. Sigamos siendo amigos y que este sea nuestro secreto.
Yo asentí con la cabeza. Lo vi desaparecer rumbo a su habitación, seguro que se dará un baño de agua fría o mimos.
Me encantaría decir que ahí acabó todo tipo de atrevimiento, pero no, claro que no había ningún tipo de roce sexual. Ambos buscábamos contacto físico, fuese tocar nuestras manos o pelear como niños para terminar uno sobre otro.
Acabé con el libro erótico y empecé a leer novelas de Roald Dahl, todos eran relatos infantiles. Así limpié mi mente de pensamientos sucios, mas en mis sueños Draco era protagonista de cada escena apasionada que leí.
Empecé a practicar oclumancia con el que fue el alumno predilecto del ex profesor Severus Snape. Harry Potter, él era un tanto arrogante y coqueto como su padre, mas era un buen maestro. No tuve que rogarle porque me enseñase, él desbordaba simpatía al parecer.
— ¡Oh, Granger! — Gimió en cuanto alcanzó a ver mis sueños. — ¡Madre Santa! Ahora entiendo porque deseas cerrar tu mente.
— Desde luego, el protagonista de estos se me ha estado insinuando y él ya tiene una novia—me sentía un tanto agotada por el esfuerzo mental.
— Lo entiendo, en mi caso mi novia piensa que la engaño contigo. — Se encogió de hombros. — No entiendo qué hice para que piense así.
— Supongo que te ve como su propiedad y no como un novio. — Respondí mientras preparaba mi mente otra vez para cerrarla.
Esta vez volvemos a empezar con la clase, de nuevo logra entrar a mi mente, logra ver como Dereck se me insinúa, como me sigue hasta mi habitación, como obstruyo la manija con una silla y salto por mi ventana para escapar a la casa de mi padre. Como los abogados alegan que soy una chica mentirosa que solo desea sabotear la reputación y nueva relación de su madre. Como mi amiga me rechazó, como todo acabó. No me gusta que lo vea, así que lo rechazo, no le permito ver más, no quiero. Entonces lo expulsé de mi mente.
— Vaya, te dije que en el quinto intento lo ibas a lograr. — Comentó. — Mis padres también se divorciaron por tres años, luego volvieron a casarse y ahora tengo una pequeña hermana de 10 años, el próximo año vendrá a Hogwarts.
— Pero supongo que no tuviste una madrastra que te acosara— comenté. — La separación fue difícil al comienzo, no me dejaron elegir irme con mi padre, decidieron que mi madre debía educarme, eso es algo que no ha hecho. Si voy en las vacaciones podría tratar de convertirme en la servidora sexual de su marido, ahora que soy mayor de edad sé que si lo intentan puedo atacarlos y herirlos. No iré a su casa.
— Sabes, en estas clases he aprendido que eres una chica con mucha fuerza mental. ¿Por qué no pasas las vacaciones en el valle de Godric? A mis padres y a mi hermana les encantará que tenga por amiga a una Ravenclaw.
— ¿Soy tu amiga? — Pregunté con curiosidad.
— Sí, actúas como introvertida, yo te acabo de adoptar debido a que me gusta tu personalidad — Sonrió con picardía. — ahora soy tu maestro. Así que continuemos con las clases. Por cierto, si alguien pregunta porque te reúnes conmigo, dile que nos encontramos en las guardias, que soy coqueto y arrogante como mi padre, es una fachada que debo conservar.
— ¿Por qué?
— Ginny es muy sensible cuando sabe que soy amigable con una dama, prefiere que sea arrogante. — Responde con simpleza.
— ¿Te sientes bien así? — Pregunté mientras me apresuraba a cerrar mi mente. — Yo no podría hacer lo que tú por amor. Se supone que si me ama es por todo lo que soy y me acepta, por lo que no tratará de cambiar mi personalidad.
Harry asiente. — Tal vez deba acabar con ella y salir con otras chicas.
— Eso lo decides tú. Oclumens
— Te he visto últimamente pasear con Potter por algunos pasillos durante las rondas. — Comenta Pansy mientras caminamos juntas luego de la clase de DCAO. Los chicos han dicho que tienen que ir a practicar con el equipo de quidditch
Me alegra saber que mi mente ahora es segura, nadie puede saber lo que pienso. — Sí, nos hemos cruzados en un par de veces y hemos hablado, a veces es tan arrogante y coqueto que es impertinente.
— Entonces, sales con Potter — Afirma con una sonrisa.
No me gusta mentirle a mi amiga, por lo que decido decirle algo de la verdad.
— Tengo una cita con él. — Comenté.
Luna se acercó apresurada. — Ha pasado un desastre, vengan a parar la pelea.
La seguimos de inmediato hasta el Gran comedor. Ahí Ginevra Weasley se enfrentaba a Lisa Turpin, en un duelo.
— ¿Se puede saber qué pasa aquí? — Les preguntó Pansy.
— ¡Esa perra se atrevió a besar a mi novio! — Gritó la pelirroja.
— No lo hice estúpida, solo le comentaba al oído que estás loca —Refutó Lisa.
— ¡Harry di algo! Defiéndeme— Gritó Ginevra
En cambio, Harry se veía molesto — Por respeto a tu hermano y mi amistad con él, lo nuestro acabó. Los motivos no los diré en público.
Dicho eso se retiró del gran comedor. La pelirroja se echó a llorar mientras era consolada por sus amigas.
— Me alegro por Potter, ahora es libre de ti. — Comentó Lisa.
La primera en lanzar un hechizo fue la Weasley y luego Turpin.
— 100 puntos menos para Gryffindor por ataque a una compañera y 70 menos para Ravenclaw por no buscar una solución lógica y acudir a la violencia, Como continúe la pelea las reportaré al director Dumbledore. — Anuncié.
