Los niños miraban con enormes ojos esperanzados a qué su padre aceptara ir con ellos a la playa. Serían sus primeras vacaciones en familia y eso los entusiasmaba porque pensaban que así sería más rápido que se concretara la boda de sus padres.
—Lo siento, no puedo hacer el cambio de fechas en este momento —respondió el hombre— Solicité mis vacaciones desde hace tiempo y ya está todo arreglado en la empresa para que haya los reemplazos pertinentes —hizo una breve pausa— Pero cuando estén de vacaciones, podría tomarme un día.
—Un día no será suficiente para ir a la playa —dijo Haruo desanimado por lo dicho por su padre.
—No, pero podemos ir a algún otro lado —contestó el hombre haciendo una pausa— ¿Hay algún sitio al que les gustaría ir?
—Queremos ir a la playa con mamá y papá —habló Haru haciendo un último intento por convencer a su padre— Este año los abuelos no podrán venir.
—Sí, papá, tienes que venir. Serán nuestras primeras vacaciones como familia —Haruo apoyó a su hermano.
—Niños, ustedes saben que si es por trabajo, no se pueden hacer cambios a capricho —señaló Sakura notando que sus hijos parecían empeñados en conseguir su objetivo, y aunque ella deseaba que Sasuke pudiera ceder, sabía que no debía ser una situación fácil para él, un tanto por el trabajo, y por otro lado, a causa de su esposa.
—Pero si papá es el jefe debería poder hacer lo que quiera —comentó el menor de los hermanos.
—Así no es como funciona ser el jefe —intervino Sasuke— Un líder no puede abandonar a su equipo por capricho —los niños quedaron sorprendidos— Iremos a la playa el próximo año.
—Entonces hay que decirle a tío Sasori que nos acompañe —sugirió Haru mirando de reojo a su padre, quien levantó una ceja.
—Eso no…
—Tío Sasori nunca nos dice que no —Haruo interrumpió a su madre y ambos niños se mostraron serios mientras comían en silencio.
—Eso no es algo que decidan ustedes. Y aún si Sasori-san quisiera venir, tampoco puede venir con nosotros si no le aprueban las vacaciones —Sakura les explicó a los niños, quienes parecían actuar muy raro en ese momento. Es decir, no es que no tuviesen una buena relación con Sasori, sino que tampoco eran tan apegados a él como para comportarse de esa manera.
—¿Quién es Sasori? —preguntó Sasuke con seriedad y los niños sonrieron ante su reacción.
—Él fue uno de mis médicos titulares cuando era interna en el hospital —respondió Sakura sonriendo— Los niños lo conocen desde que nacieron aún cuando no elegí la misma especialidad.
—Creo que está enamorado de mamá —comentó el hermano menor.
—¡Haruo! —exclamó Sakura avergonzada.
—Ya acabamos de comer. Nos vamos a jugar —el hermano menor se levantó de un salto de la silla y echó a correr halando a su hermano hacia los túneles del enorme juego de plástico.
—¡Niños! ¡¿A dónde creen que van?! —llamó Sakura queriendo detenerlos, porque era más que evidente que aún no terminaban de comer— ¡Venga aquí! ¡Su padre…!
—No importa. Déjalos —Sasuke la interrumpió.
—Pero…
—En un rato más debo irme. Sólo quería comprobar que ya no estaban asustados y hablar contigo sobre la custodia y la pensión. También sobre las vacaciones.
—Realmente es una pena que no puedas venir con nosotros. A los niños parecía entusiasmarles.
—Aun si pudiera, no creo que sea posible tener unas vacaciones conjuntas —señaló el azabache— La noticia aún es muy reciente y mi esposa no aceptaría una salida como esa.
—¡Oh! ¡Es verdad! Aunque espero que en el futuro, pueda ser diferente —Sakura forzó una sonrisa, pues aún era difícil aceptar la realidad— Me sentiría más tranquila si nos conociéramos y nos lleváramos bien.
Sakura no recibió respuesta y trató de hacer plática con el azabache. Mientras tanto, los gemelos miraban la escena desde una de las burbujas de los túneles de plástico.
—Yo aún no terminaba de comer —comentó Haruo que miraba su hamburguesa a medio comer en la mesa.
—Olvida la comida. Papá parecía muy molesto cuando empezamos a hablar de tío Sasori —señaló Haru contento— Quizá ahora sí le dé el regalo a mamá y quizá vaya a la playa con nosotros para que él no vaya.
—¿Eso crees? —su hermano se emocionó mirando ahora a sus padres esperanzado.
—Sí, yo lo ví fruncir el ceño cuando dijiste que tío Sasori era un doctor muy reconocido.
Desde que se habían metido por primera vez a los túneles, los niños habían estado espiando a sus padres esperando con ilusión que su padre le diera aquel collar a su madre. Sin embargo, cuando los llamaron a comer, se sintieron decepcionados de que no fuese así.
El hermano mayor, durante la conversación, vio la oportunidad de mencionar a Sasori esperando que fuese un motivador para su padre de actuar con su madre como en las novelas, pero aún cuando esperaron un rato, sólo los vieron platicar… o más explícitamente, a su madre hablar mientras su padre escuchaba y de vez en cuando decía algo.
—¿Por qué no le da el collar a mamá? —preguntó Haruo desilusionado.
—No lo sé —respondió el hermano mayor pensativo.
—¿Crees que se enojó mucho porque hablamos mucho de tío Sasori? ¿O porque dije que creo que está enamorado de mamá?
—Tal vez… A lo mejor pensó que preferíamos a tío Sasori que a él por mencionarlo mucho.
—No, no. Nosotros siempre hemos querido a papá —dijo Haruo alarmado— ¡Mamá lo extraña mucho! ¡Debemos hacer algo!
—Cuando se vaya, hay que abrazarlo y pedirle de nuevo que vaya a la playa con nosotros para que sepa que lo queremos a él —sugirió Haru tras pensarlo un rato.
—De acuerdo.
Los niños se mantuvieron un rato más mirando por la burbuja, hasta que de nueva cuenta, Sakura fue a llamarlos, pero está vez, para irse.
—Guardemos lo que dejaron y vámonos —indicó Sakura a sus hijos mientras recogía la mesa.
—¿No podemos comer aquí y quedarnos un poco más? —preguntó Haru esperando conseguir más tiempo.
—No. Su padre ya debe irse y los conozco: no van a comer mientras estemos aquí, y van a seguir jugando.
—¿De verdad no te puedes quedar más tiempo, papá? Casi no platicamos —Haruo se dirigió a Sasuke.
—No. No puedo seguir retrasándome.
—Si no han platicado, es porque ustedes se fueron a jugar, así que es su culpa —señaló Sakura— La próxima vez, no se vayan a jugar solos si quieren hablar con su padre.
—Trataré de tener más tiempo la próxima vez —comentó Sasuke.
Los niños se miraron por un momento y poco después fueron conducidos al auto en el que habían llegado.
—¿Estás seguro que tienes tiempo de dejarnos? —preguntó Sakura, quién estaba preocupada de quitarle más tiempo al azabache.
—¿Dónde quieres que los deje?
—Si nos dejas dónde nos encontramos hoy, estará bien —respondió Sakura— Pero si te alejamos mucho de tu destino, sólo déjanos cerca.
Los niños seguían callados y pensativos, porque parecía que en lugar de juntar a sus padres con su plan, su padre se estaba alejando.
—¡Muchas gracias por mi Stegosaurus! —Haruo exclamó abrazando la pierna de su padre cuando llegó el momento de despedirse— ¡Ojalá si puedas venir a la playa con nosotros!
—Gracias por mi Nitro Zeus —siguió Haru imitando la acción de su hermano— Por favor, ven a la playa con nosotros.
—Niños…
—Hablaremos después —respondió el hombre con seriedad y después de una pausa les dió una palmada en la cabeza a cada uno— Ahora vayan con su madre.
—Pero papá, si no vamos de vacaciones juntos, ¿cómo vamos a ser una familia? —preguntó Haruo que no quería rendirse— ¿O no quieres venir porque aún no te has casado con mamá? ¿Cuándo se van a casar?
Sakura no esperaba que los niños fuesen a hacer tal pregunta y era más que obvio que Sasuke tampoco lo esperaba.
—Niños, casarse no tiene nada qué ver con ir de vacaciones o ser una familia —les explicó tratando de no oírse nerviosa— Vamos a hablar de eso en casa. Así que ahora dejen a su padre que debe irse.
—Te enviaré mensaje cuando tenga tiempo para verlos de nuevo —Sasuke se dirigió a ella y por su mirada y el asentimiento de cabeza, entendió que él finalmente había aceptado que los niños supieran de su esposa.
—Adiós, papá —los niños se despidieron en coro y en un tono decepcionado.
—Pórtense bien. Nos veremos pronto —fue la despedida de su padre cuando se soltaron de él.
Los niños se soltaron del hombre y vieron a su padre subirse al auto e irse mientras su madre los tomaba de la mano.
Apenas se alejó, Sakura soltó un suspiro de resignación y miró a sus hijos con una sonrisa triste.
—Volvamos a la casa. Hay algo importante que deben saber.