Hacer clic.

Se oía como abrirían una puerta, con lentitud, calma. Pero sobre todo. Miedo .

"¿G-Gohan cree que tu mamá salió?" decía susurrando al infante después de entrar a la casa y ver todo en la oscuridad.

"N-no lo se papi" Asustado el niño, refugiándose en las piernas del Son.

"Aquí estoy..."

"¡Ah!"

Se escucho aquel grito por toda la zona. asustando incluso a los animales más peligrosos de la montaña Paoz.

El grito compartido tanto por hijo como padre dejó imperturbable a Makima.

Solo el minúsculo movimiento de su ceja fue el indicativo de su cambio de ánimo.

Una mirada fue lo único que necesito para sacarle la verdad a Goku. Como un buen esposo, obediente. Y bien controlado.

Quien ni lento ni perezoso procedió a contarle todo lo que pasó con Raditz.


Tocándose las sienes suspiro levemente cansada.

"Siempre te pasa de todo, Goku". decía mirándolo con incredulidad muy bien disimulada,

"Que te puedo decir, me buscan los problemas". Encogiéndose de hombros con resignación.

Antes de que pudieran seguir charlando una voz resonó en la cabeza de la pareja.

"Gokú, Makima". Escucharon la envejecida pero firme voz del dios de la tierra. Kami Sama.

"!Kami! Vaya, que sorpresa. ¿Qué pasa ahora?". Me pregunto con confusión volteando hacia Makima que impasible lo miro sin poder responder.

"Lamento arruinar su momento, pero recibió noticias graves". cambiando una tumba semblante.

"¿A qué se refiere?" Hablo por primera vez el demonio.

Soltando un suspiro decidió ir al grano.

"El saiyajin del que hablo tu hermano, aquel denominado como príncipe Vegeta está en camino a la tierra. Y en aproximadamente un año llegará al planeta". Esta vez hablando con una voz aprensiva.

"Comprendiendo". Asintiendo el saiyajin criado en la tierra.

"Dime Kami, ¿Qué tan fuerte es este tal Vegeta?"

"Según lo que me han contando... Podría ser incluso más fuerte que tú transformado Goku".

Dicha noticia no tardo en asentarse en las cabezas de Goku y Makima, quienes una vez entendieron las implicaciones detrás de aquellas declaraciones, no evitaron sentir la gravedad de la situación.

"¿Qué podemos hacer entonces Kami?"

"En este momento nada Goku, pero hay alguien que puede ayudar". Con una nota de misterio en su voz.

Guardando silencio por un momento. A la espera de aquel quien notificó la llegada de los saiyajin.

"Ejem, ejem. Gracias Kami. Mi nombre es Kaio Sama". Habla la persona con un tono extraño.

"Muy bien, muchacho. Seré directo contigo. Te puedo entrenar para que puedas pulir tus habilidades y tener una oportunidad contra esos sujetos". decía el ahora conocido Kaio Sama.

"¿Más entrenamiento? Eso suena genial" con renovado entusiasmo.

Pero antes de que pudiera pedir más detalles a alguien lo agarro por detrás y le susurro con desdén.

"¿A dónde crees que vas querido ?" Decía la mujer con un suave mordisco.

"Oh vaya. Es cierto Kami y Kaio Sama. No puedo abandonar a mi familia" ahora con más tranquilidad.

"Es una cosa que puedo entender, pero no pasaras demasiado tiempo lejos. Solo 8 meses en lugar de un año mortal. o incluso menos". decía Kaio Sama con seguridad.

"¿Oíste eso Makima? Si me esfuerzo en acabar rápido podré volver con ustedes dos mucho antes". expresándose con emoción.

Mirándolo seriamente. Asintió con resignación apenas contenía el control del diablo.

"Me vas a compensar una vez regresas Son Goku". Dijo con una emoción breve pero intensa.

"Tenlo por seguro". Ajeno a sus verdaderas intenciones.

"Bien Kami. Llévame con Kaio Sama".

"Ejem, si. Pero te advierto que el camino será un poco complicado".

"¿Eh? ¿Por qué lo dices?".

"Porque no tendrás mucha comida hasta que llegues al planta del Kaio". dijo seriamente.

Goku impactado cayo de rodillas. gritando a los cuatro vientos por haber aceptado dicha propuesta.

"nooooo"

Mientras una Makima impasible veía a su esposo hacer un berrinche. para luego su hijo tranquilamente ir a consolar a su papá.

"..."

"A veces no se quien es el niño de ellos dos" se decía así misma.


Golpe, patada, codazo. Toda una sucesión de movimiento destinada a incapacitar al oponente. Pero en este caso, rompe brutalmente su cuerpo.

Esta era la reacción de Vegeta. Él príncipe saiyajin, uno de los últimos saiyajin existentes. Mientras observaba a su rival, Kakarotto. El saiyajin hermano de Raditz, quien por alguna razón se volvió increíblemente fuerte en menos de un año.

Un insecto molesto. A quien debía pisar debajo de su bota como a tantos otros antes.

Jadeando levemente soltó un bufido.

"No tengo idea de cómo te has vuelto tan fuerte Kakarotto". Decía con seriedad viendo con interés a la energía que emanaba del Son. Para después empezar a formar una bola de energía blanca en su mano. "Pero ni tu aumento de poder marcar la diferencia".

Aquella energía rojiza que fluctuaba alrededor de Goku, le concedió un aumento de poder en base a un multiplicador, pero, el costo incluso tras haber dominado la técnica era notable. Puesto que sentía como la fatiga se empezaba a acumular.

Viendo como Vegeta lanzaba su bola al cielo. Para después reírse descontroladamente. Mirando de reojo a Goku.

"Vas a presenciar mi máximo poder Kakarotto". Sonriendo con malicia.

Mientras su cuerpo empezaba a expandirse, a crecer, ya adquirir características de un simio gigante. El cúspide saiyajin, el Ozaru.

"Incluso con mi entrenamiento, me es difícil poder controlar el supersaiyajin. Probablemente me acabaría esta pelea muy rápido. Aún así solo lo usare en extrema urgencia". se debatía mentalmente mientras veía a vegeta culminar su transformación. Preparándose para esquivar el puñetazo entrante del enorme simio.

"Aquí vamos" susurro con emoción.


4 meses antes de la llegada de los saiyajin

"Me sigue fascinando la forma en que comes". dijo Makima viendo comer a Goku con avidez y sin control.

"Lo siento Makima. Es solo que estuve mucho tiempo sin probar tu comida y me emocione demasiado". levemente apenado el saiyajin.

Una pequeña sonrisa adorna el rostro del demonio control.

"Gracias Goku. Aunque eso me recuerda algo, me debías digamos, ¿Mucho tiempo no? Tu pequeño viaje me ha dejado sintiéndome sola y debes arreglar eso". Posicionándose detrás del respaldo de la silla, abrazando el cuello de Goku.

"Te lo compensaré todo". dijo con una sonrisa, juntando sus labios en un breve beso.

A lo que Makima enterró su rostro en el cabello de un Goku animado.

Claro que lo harás. Me asegurare de ello.


Hola, aún sigo vivo. Jjaja

Espero se encuentren bien, y volví a dividir el capítulo. Por falta de tiempo no he podido escribir y al menos quiero dejar esto.