¡Saludos, queridos lectores!

Después de una semana de ausencia, vuelvo con las actualizaciones y me da gusto poder subir capítulo de esta historia n.n

Hoy ya he subido Sin destino e Inexperiencia, así que si siguen esas historias, ya pueden leerlas n.n

Sin hacer larga la introducción, los dejo con este capítulo n.n


Los dolores seguían siendo fuertes, pero no tanto como para desmayarse, por lo que al ver al chico entrar a su habitación pudo enojarse, pero no expresarlo porque estaba acurrucada en su cama a causa del dolor.

—No puedo dejarte sola. Aún no has dejado salir tu parte lobuna y eso significa que estarás vulnerable —el chico se acostó junto a ella respondiendo los reclamos que pasaban por la mente de la chica— Hoy, mañana y en la Luna llena, el dolor será más grande si no lo dejas salir. Relájate.

—¿Cómo voy a relajarme si mi padre seguro que te vio entrar a la casa? —dijo Karin enojada y con dificultad por los dolores.

—He estado contigo varios días, si quisiera hacer algo en mi contra, ya lo habría hecho —le susurró al oído mientras la abrazaba y jugaba con su cabello— Yo voy a estar aquí, con mi manada para cuidarla. No puedo sólo dejarte así.

—Eres…

Karin no pudo seguir reclamando y no precisamente por el dolor, sino porque entendía que era otra cosa de los lobos con lo que ella no iba a poder luchar. Es decir, si estando en sus cinco sentidos no pudo evitar que la dejara medio desnuda mientras él se le restregaba, definitivamente no iba a poder detenerlo mientras ella se retorcía de dolor.

Ella podía sentir como desperdiciaba fuerzas y energía tratando de echarlo de la casa mientras trataba de soportar esos dolores, y no tenía caso hacerlo cuando ni siquiera podía hacerlo por ella misma. Además, no podía evitar sentir confianza en él con cada día que pasaba, como si al acercarse a su transformación, él tuviera algún tipo de influjo sobre ella, pero eso sólo pudo considerarlo cuando los dolores terminaron al siguiente día y él ya no estaba, cuando se despertó, pues de nuevo su razón se veía nublada por él.

—No puedo creer que aún falten dos noches de esto —comentó Karin cansada de sufrir el hambre y el dolor que esa situación le provocaba, pero al mismo tiempo se sentía esperanzada de que ya faltaba poco.

—¡Karin! —Kabuto llamó a la puerta.

—Pasa.

—Prefiero no hacerlo. Sólo vengo a avisarte que padre quiere que vayas a recoger tus lentes tan pronto como tu novio se vaya y dice que vayas a su consultorio cuando los tengas.

—¡Aquí no…!

—¡Apúrate! —exclamó Kabuto sin darle importancia y Karin quedó completamente roja.

Tal como lo había sospechado, su padre volvió a ver a Sasuke entrar por la noche a su habitación, pero entonces también debió haberlo visto salir. ¿Por qué entonces Kabuto pensaba que Sasuke estaba con ella?

—No importa, eso no es lo importante ahora mismo. Lo que necesito es arreglarme, buscar una excusa para los lentes y rezar para que no me echen de la casa —se decía a sí misma mientras se levantaba de la cama apresuradamente para prepararse.

Decir que Karin estaba más que nerviosa por hablar con su padre era quedarse corto, además, él no haber visto a Sasuke a su lado cuando despertó, le causó tal desazón, que a pesar de tener preocupaciones más grandes, sentía que sus preocupaciones se irían si él llegaba.

—¿Hay algo malo con los lentes? —Orochimaru preguntó al ver llegar a Karin distraída y con los anteojos en las manos. Ni siquiera lo miró cuando se sentó en la silla frente al escritorio.

—¿Qué? No, nada. Es sólo que… ¡Las lentillas! Traigo las lentillas y no traje el estuche —respondió cuando se le ocurrió una excusa.

—¿Y cómo probaste que estén bien graduados?

—Yo… pues me prestaron… uno de esos vasitos para el jarabe, pero me dio miedo perderlos en el camino y mejor me los volví a poner —respondió la pelirroja que se inventaba las excusas mientras hablaba, aunque ya había pensado en algunas opciones antes de llegar— Debo cuidarlos porque nunca sé cuándo los voy a necesitar de nuevo. Si se me pierden los lentes o se rompen de nuevo, voy a necesitarlos.

Orochimaru sonrió ante la respuesta de Karin, y esta al fin pudo centrar su mente, pues sabía que aquella sonrisa podría ser por algo muy bueno o muy malo y teniendo en cuenta que él y Kabuto pensaban que había estado metiendo a un chico a la casa, estaba segura que no eran noticias para festejar.

—Kabuto me habló de tu compañía recurrente. ¿No será por eso que decidiste usar las lentillas?

—¿Qué? ¡No…! Yo… —Karin respondió apresuradamente porque detestaba la idea de que pensaran que todo lo que hacía, era por un chico, pero además de que la mirada de su padre decía que no lo creía, se dio cuenta que esa era una excelente excusa para evitar ponerse unos lentes que ya no necesitaba.

—Que se esté metiendo a la casa a hurtadillas no habla bien de él y aunque sinceramente no me interesa mucho a quien decidas abrirle las piernas para divertirte, quiero recordarte que un embarazo o enfermedad no será bien recibida —dijo Orochimaru aún sonriendo, pero su tono era de advertencia— Además, no me gusta que un extraño esté merodeando en mi casa tras haber entrado a escondidas, así que toma esto como primera y última advertencia: si vuelvo a enterarme que entra a la casa a hurtadillas, será mejor que te prepares para irte con él.

—Sí, lo entiendo —respondió Karin queriendo argumentar que él sólo lo hacía porque estaba preocupado por su supuesta enfermedad. Era parte de lo que ella había pensado para defenderse, pero al ver la mirada de su padre, se dio cuenta que no tenía objeto si quiera mencionarlo.

—Por cierto. ¿Para qué era ese venado que llevó a la casa y luego se llevó?

—Bueno… es que ha estado preocupado por mi enfermedad y dijo que debía comer bien y fresco —decía como parte de la mentira que ya había pensado— Él es de la ciudad vecina… de una comunidad pequeña y al parecer es común darles carne de venado a los enfermos o eso entendí —le costaba sostener la mirada a su padre aún cuando, si lo pensaba bien, decía una verdad a medias más que una mentira— Quiero presentárselo, pero debe saber que tiene unas costumbres un poco extrañas. Aún no las entiendo bien.

—¿Qué comunidad? —preguntó Orochimaru con genuina curiosidad.

—Yo… pues no recuerdo cómo me dijo que se llamaba. Admito que no estaba prestando mucha atención.

—¿Cómo se llama él?

—Sasuke.

—Sasuke, ¿qué?

Definitivamente Karin no tenía ni idea de cómo se apellidaba el chico. Es más, él ni siquiera se había presentado con ella formalmente, sólo sabía su nombre porque lo oyó de casualidad cuando aquellas personas en el bosque iban detrás de él, así que no tenía ni idea.

Lo más rápido y fácil era decir uno al azar, pero ya que ella había insinuado que él venía de alguna comunidad rural o étnica, dar una apellido común, podría delatar su mentira. Sin embargo, desde que su padre le preguntó, hubo un apellido que le vino a la mente.

—Uchiha.

Karin sintió que tardó en encontrar qué responder, pero su mente había pasado por cientos de ideas en un par de segundos. Ella ni siquiera sabía de dónde había sacado ese apellido que no había oído antes… ¿si acaso era un apellido?

—Creo que he oído ese apellido antes —comentó Orochimaru pensativo, lo que tensó a la pelirroja— ¿Es del sur del país? ¿O del este?

—No, vive cerca del bosque al que fui con mis amigos. Creo que al oeste, pero no presté mucha atención —respondió Karin inquieta, porque aunque no estaba mintiendo con lo del bosque, no sabía de dónde había sacado que del oeste cuando su padre parecía haber reconocido algo y se sintió todavía más temerosa cuando él sonrió.

—Hoy pasaré a la casa por la tarde, así que me gustaría conocerlo en ese momento.

—No sé si pueda venir en ese momento —Karin se apresuró a decir— Me pondré en contacto con él y le preguntaré.

—Espero que lo convenzas si pretendes que él siga yendo a la casa. ¿Entendido?

—Sí. ¿A qué hora lo cito?

—A las cinco. Ahora vete para que pueda seguir trabajando.

Cuando Karin salió del hospital, sintió como si hubiese estado aguantando la respiración y hasta ese momento lo hacía. Sin embargo, aún estaba tensa por todas esas mentiras que había dicho y que tenía que buscar la forma de contactarse con el azabache para que fuera a su casa a la hora indicada y no hiciera nada extraño.

Ahora debía planear una historia convincente y tendría que buscar etnias en el oeste del país para sonar convincente y por sobre todo, hacer que Sasuke se lo aprendiera para convencer a su padre.

Todo el camino de regreso a casa, ella no dejaba de pensar en él y llamarlo, porque aparentemente eso había funcionado las veces anteriores, pero no podía decir que recibiera algún tipo de respuesta. Empero, una hora antes de la cita, Sasuke apareció llamando a la puerta.

—¡Karin! ¡Tu novio! —anunció Kabuto interrumpiendo la lectura de la chica que se había sumergido en varios artículos de internet.

—¡Viniste! —exclamó la pelirroja aliviada, aunque a vista de su hermano parecía emocionada.

—Tienes mucho tiempo libre para estar de vacaciones con tu familia aquí —comentó Kabuto sonriendo.

—Ella es…

—Ha sido muy dulce al quedarse conmigo por mi enfermedad y me ha cuidado con mucha paciencia y diligencia —Karin lo interrumpió abrazándolo, pues aparentemente él iba a hablar sobre las manadas y de hecho, ya la había sujetado de la cintura al responder— También es por eso que su familia quiere conocerme en el campamento. Quieren conocer con quién ha pasado estos días.

—No creo que ella pueda ir al campamento, así que háganse a la idea de una vez.

—Tiene…

—Los últimos resultados salieron bien. Quizá sí pueda ir —Karin volvió a interrumpir al joven.

—Ya veremos —respondió Kabuto encogiéndose de hombros— Me voy a mi cuarto.

—Ven, vamos al mío —Karin tomó a Sasuke de la mano y subió con él por las escaleras. Al llegar al cuarto, ella cerró la puerta con seguro y justo cuando ella dio media vuelta para hablar con el joven, éste la levantó del suelo, la puso en la cama y se acostó a lado de ella— ¡¿Qué… haces?!

—Ya te he dicho que debo impregnar mi aroma en ti —decía frotando su cuerpo en el de ella, abrazándola y lamiendo su mejilla de vez en cuando.

—Basta, ya habías hecho esto ayer —decía ella, pero no hacía mucho por alejarlo. Era encimoso, pero le gustaba.

—Casi no percibo mi aroma. ¿Qué hiciste? —reclamó el joven olisqueando su cuello.

—¡Bañarme! ¿Acaso los lobos no se bañan? —aclaró la pelirroja despertándosele esa duda, lo que la hizo olisquear un poco al varón, pero no olía mal.

—Sí, pero no con agua a diario. No somos como los humanos que apestan enseguida. Además… Sakura tiene mucho que explicarte.

—Y tú también tienes mucho qué aprender de los humanos —Karin lo empujó descontenta de oír el nombre de esa persona, de lo contrario, quizá no lo habría alejado— Tenemos cosas más importantes de las cuales hablar.

—Debo…

—¡Tenemos qué hablar sobre mi padre! Quiere hablar contigo y de eso depende que pueda ir contigo al bosque —volvió a alejarlo, pues él insistía en tarea— Necesito que te concentres y me prestes atención porque dije algunas mentiras que si no las sigues y mi padre se da cuenta…

—Puedo saber lo que le dijiste entrando en tu pensamiento y lo que no debo decir si lo piensas cuando él esté aquí —metió la cara en el hueco del cuello frotando su mejilla en él.

—Ya lo sospechaba… sigues metiéndote en mi mente a pesar de que te dije que no lo hicieras. Eres un cotilla invasor —dijo enojada volviéndolo a empujar— Pero ya discutiremos eso después. Ahora lo importante, es que debo buscar algo que respalde las mentiras que le dije y…

El chico se separó de ella sólo lo suficiente para mirarla a los ojos.

—No has dicho mentiras. Me llamo Uchiha Sasuke y hay una comunidad al oeste del bosque llamada Kage. Toda la gente allí son Elabel que están en contacto con nosotros los Luey —Sasuke le explicaba jugando con un mechón de cabello de ella entre sus dedos— Si por algún motivo los Luey tenemos que tener algún contacto con los Huma, los Elabel de Kage nos respaldan como si fuésemos de su manada, pero han tenido problemas con los Huma últimamente.

—Entonces todas esas cosas que dije…

—No te he dejado sola en ningún momento. Sé que no quieres que entre en tu mente, pero si no lo estoy cuando no estamos cerca, no podría saber cuándo me llamas —respondió el azabache— Cuando puedas controlar tus habilidades, entenderás mejor la dinámica entre nosotros. Es algo que no se explica, sólo se experimenta. Sakura intentará explicarlo, pero no lo conoce.

—Me sigue molestando mucho que la menciones —Karin hizo un mohín, porque aunque habría preferido no decirlo, sería inútil si él seguía en su cabeza. Él sonrió.

—Ni siquiera te preocuparás por ella cuando termine la Luna llena —él le aseguró antes de meter la manos bajo la blusa de la chica y acariciar su piel.

—Basta. Aún si puedes leer mi mente y comunicarte conmigo, debemos pensar en algo para convencer a mi padre de ir al bosque.

—Dile que estás esperando a mis cachorros —se seguía restregando en ella.

—¡¿Qué?! ¡¿Acaso estás loco?! —ella lo empujó exaltada y sonrojada— ¡Si miento con eso va a echarme de la casa! —se levantó de la cama— ¡Pareciera que no viste la conversación!

—Si te echa de la casa, podemos ir al bosque sin problemas y no tiene que ser una mentira —se levantó a abrazarla por detrás. Quería seguir restregándose y tocó el vientre de la chica— Nos iremos de aquí juntos y criaremos a nuestros cachorros como Luey en algún buen lugar.

—No quiero vivir en el bosque como dices. Quiero terminar mi carrera y no pensar en hijos hasta dentro de unos ocho o diez años —replicó Karin descontenta— Además, tú y yo apenas nos conocemos. Quizá los lobos tengan hijos pronto, pero yo necesito conocerte más. ¡Ni siquiera somos novios de verdad!

—¡Entiende que no eres una Huma! —exclamó Sasuke enfadado. La tomó con fuerza cuando ella quiso separarse y la volteó de frente a él— Los cachorros son lo más importante para los Mannaro.

—¡Y tú entiende que yo fui criada como humana! ¡No voy a seguir tus costumbres con la misma fidelidad que tú lo haces porque no pienso igual! —exclamó la pelirroja enfadada y empujó al azabache.

—¡No se trata de que lo pienses, sino que sigas tu instinto! —el joven lobo replicó— ¡No puedes cambiar las reglas de la manada sólo porque sí!

—¡Si ese es el caso, entonces no quiero estar en esa manada! ¡Aquí yo tengo a mi familia aún si no son Mannaro y parece ser que tengo más libertades!

—¡Eres de mi manada! ¡No puedes desertar así como así cuando… !

Karin pudo observar que él iba a decir algo más, pero se abstuvo.

—¡Yo no acepté ser de tu manada! ¡Y en todo caso, no sé porque no podría desertar cuando obviamente no quiero seguir las reglas!

—¡Tú lo aceptaste en la cueva y no puedes salir de la manada si tú…!

Él mismo se abstuvo de seguir hablando. Se veía enojado y frustrado, pero también arrepentido de haber mencionado aquello.

—Espera, ¿me estás diciendo que crees que acepté ser de tu manada porque tuvimos sexo en la cueva esa noche? —él no respondió— Escucha, ya te dije que yo no sigo las reglas de los hombres lobo, así que perdón si te hice creer otra cosa —Karin esperaba respuesta de él, pero permaneció en silencio con el ceño fruncido— De verdad, yo pensaba que eso era un sueño. No habría sido tan arrojada en mi primera vez sabiendo que era real.

—Te advertí que no era un sueño ni una ilusión.

—¿Y cómo se supone que debía tomarme esas palabras cuando acababa de despertar en un lugar extraño cuando no sabía que estas cosas fantasiosas existían? —planteó Karin para luego ver cómo el chico se sentaba en el piso con los brazos cruzados y pensativo— Mira, me gustas y podemos ser novios si quieres, pero sólo hasta que me quede clara tu relación con esa tal Sakura, y después, quién sabe, tal vez algo más serio.

—Dejemos este tema para cuando Sakura te explique todo —dijo Sasuke después de unos segundo en silencio y se levantó para abrazar de nuevo a la pelirroja.

—¿Acaso oíste lo que dije? —preguntó Karin queriéndose soltar de él, pero de nueva cuenta, él parecía empeñado en restregarse en ella.

—No eres consciente de tu propia naturaleza, discutiremos esto después.

—Oye no… ¡Ay no! ¡Mi padre ya está aquí! —comentó la pelirroja alarmada, pues podía olerlo y oírlo acercarse a la casa— Perdí el tiempo en esto y ahora no sé qué se supone que vamos a decirle —sacó su celular y se puso a buscar a prisa aunque fuera un poco de información antes de la plática— Por favor no vayas a ser imprudente con él.

—¿Por qué le temes?

—Porque si me echa de la casa, las posibilidades de poder terminar mi carrera y encontrar un buen trabajo que me deje ganar dinero para tener casa, comida y ropa se reducirán, si no es que las pierdo por completo.

—En el bosque no necesitas esas cosas para tener refugio y comida —refunfuñó el azabache— Podemos conseguirlas nosotros mismos. Ya te he traído de comer.

—Eso no…

—Karin, tu y tu novio tienen que bajar —Kabuto había llamado a la puerta, pues Orochimaru ya se oía en la sala.

—¡Vamos en un momento! —respondió la aludida guardando su teléfono para luego mirar al chico— Compórtate, por favor. Te lo suplico.

La pelirroja no esperó respuesta y bajó a la sala tirando al joven de la muñeca para que la siguiera. Al ver a su padre, ella sonrió nerviosa.

—¿Entonces es él?

—Padre, quiero presentarle a mi novio, Uchiha Sasuke —Karin trataba de sonar normal, pero evidentemente estaba nerviosa— Sasuke, él es mi padre adoptivo Hebi Orochimaru.

—¿De dónde eres? —preguntó Orochimaru directamente.

—De Kage —tomaba a Karin de la cintura a pesar de que ella intentaba mantener cierta distancia.

—Un lugar muy peculiar e interesante —el hombre sonrió— Sé que no les gustan los doctores ahí.

—Los remedios tradicionales son efectivos. No necesitamos de la medicina moderna.

—Es una lástima, porque todos los estudiosos de la genética, siempre tenemos curiosidad de lugares como ese. Es un pueblo pequeño y a estas alturas la combinación genética ya es considerada muy cercana. Aún así, no parece haber problemas evidentes por el incesto. Son casi como otra especie.

—Nuestra alimentación y forma de vida es diferente. Es todo —respondió el azabache y Karin podía sentir cierta hostilidad de parte del chico.

—Creo que si no hay más preguntas, podríamos salir al parque —intervino la pelirroja.

—En realidad tengo una pregunta más —habló Orochimaru— Tengo entendido que en Kage, están mal vistas las relaciones con alguien fuera del pueblo, así que me parece extraño que tengas familia en Oto y que además, estés de novio con Karin-chan —señaló el hombre pensativo— ¿Acaso estaba mal informado?

—La población en Kage ha disminuido a causa de las ciudades, así que algunas costumbres se han ablandado o cambiado —él parecía más tenso— Actualmente no hay muchas hemb… mujeres solteras, así que tenemos algunas libertades de elección fuera.

La pelirroja le había dado un pellizco discreto cuando él iba a decir hembras en lugar de mujeres.

—¿Algo más? Porque de verdad me gustaría estirar las piernas —Karin sonreía nerviosa.

—Si pretendes llevarte a Karin-chan a tu pueblo y hacerla tu esposa, me temo que deberías desistir de tus planes. Ella tiene otros planes de vida —habló Orochimaru— Pero quizá sea más benéfico, incluso para ti, si decides vivir fuera de Kage. Podrías tener una vida más suelta de reglas. ¿No te gustaría?

—Está preñada —respondió el joven pegándola a su cuerpo.

—¡Eso no es verdad! —exclamó Karin asustada, y se puso más nerviosa cuando Orochimaru comenzó a reír.

—Hace unos días confirmamos que no está embarazada, a menos que te refieras a una actividad posterior, pero en todo caso, es demasiado pronto para sospecharlo.

¡Claro! Karin lo había olvidado. Ya le habían confirmado que no estaba embarazada y aún si las pruebas humanas no servían con los Mannaro, al menos no tendría que preocuparse de que su padre lo pensara de momento.

—Tiene muchos deseos de tener hijos, así que exagera un poco con sus esperanzas —la pelirroja rió nerviosa— Pero él ya sabe que no pasará nada de eso por ahora, hasta mucho después.

El joven lobo iba a protestar, pero se abstuvo al oír las súplicas de la pelirroja en su mente para que se mantuviera callado.

—Sí te presionas, podrías tener problemas de fertilidad —comentó Orochimaru riendo y mirando al azabache.

—¿Ya podemos irnos? —preguntó Karin más nerviosa.

—Claro. Fue un gusto conocerte Sasuke-kun.

—A él también le da gusto, pero ya nos vamos —dijo Karin empujando al chico hacia la salida— Volveré en una o dos horas. ¿Está bien?

—Ven aquí un momento —pidió Orochimaru viendo que la pelirroja intentaba irse rápido, pero al hablar, notó cómo ella se tensaba más. Algo le murmuró al chico que parecía descontento, pero este salió de la casa y ella volvió frente a él.

—¿Qué ocurre? —preguntó Karin inquieta.

—¿Recuerdas lo que te dije sobre enfermedades o tener hijos?

—Sí —ella respondió con un escalofrío, pues estaba segura que él reafirmaría lo dicho o que quizá agregaría algo a la amenaza después del intento de mentira del chico.

—Puedes embarazarte de él si te quedas en casa —respondió el hombre de cabellos negros— Es más, si lo haces y lo convences de quedarse aquí, yo me haré cargo de su pequeña familia —rió por la cara de confusión de la chica— Por supuesto, temporalmente.

—Pero me dijo que…

—Pensé que estabas mintiendo cuando decías que tu novio era de una comunidad rural, o que quizá él te estaba engañando, pero realmente su aspecto y su apellido, sin duda son de la región del oeste en Kage —amplió su sonrisa— Se ha podido investigar tan poco de ese lugar y su gente tiene toda mi atención, pero si tienes un bebé de él, podría analizar la herencia de su padre y a él, si logras convencerlo de quedarse contigo.

—¿Quiere que tenga un bebé para que pueda usarlo de conejillo de indias? —preguntó Karin menos inquieta respecto a sus primeros miedos, pero confundida por la petición de su padre.

—No lo hagas sonar así, no es como si tuviera pensado tener a un bebé conectado en máquinas e inyectándole cosas —río el hombre divertido— Sería algo muy parecido a lo que has vivido aquí conmigo. Siempre he vigilado tu salud. ¿No es así?

—Pues sí, pero…

—Creo que tu novio te está esperando, deberías ir con él —Orochimaru la interrumpió.
Karin quería seguir alegando, pero no tenía caso. Si su padre tenía interés en algo no quitaba el dedo del renglón y aunque en este momento le estaba dando la opción de decidir si tener o no hijos con Sasuke, en el futuro podría presionar para hacerlo si realmente quería hacer esa investigación.

Por ahora, debía preocuparse por su transformación y aprender lo que necesitaba para controlar lo necesario de su naturaleza. Después de ello, pensaría en un plan de respaldo en caso de que Orochimaru decidiera presionarla con el tema.

—Ese hombre me da mala espina —el joven le expresó a la pelirroja cuando ella llegó hasta él e impulsivamente la abrazó.

—Sólo es muy firme en aquello que le causa curiosidad. A todos les da miedo eso —respondió la pelirroja sin darle mucha importancia a esa característica de su padre, pues estaba acostumbrada a ello.

—Debes alejarte de él lo antes posible. Si descubre algo sobre los Mannaro, estoy seguro que nos pondrá en peligro.

—Me sacarán más muestras de sangre por mi "enfermedad" y no me dejaran ir contigo al bosque hasta ver los resultados de esas pruebas —comentó Karin tratando de alejarse un poco del chico, pues comenzaba a restregarse en ella, jugar con su cabello y olisquearla, algo que estaba llamando mucho la atención de la gente a su alrededor. Esa plática le hizo recordar que no le había preguntado al respecto de la sangre— ¿Puedes ayudarme de nuevo con lo de mi sangre? No sé cómo lo hiciste, pero sería de ayuda que pudieras hacerlo de nuevo porque no puedo evitarlo.

—Cambié tu sangre por la sangre de un Mannaro cachorro. Puedo hacerlo de nuevo, pero pronto ese cachorro tendrá su primera transformación, así que no podré hacerlo de nuevo —respondió el azabache enfadado de que ella lo rechazara, pero intentaba acercarse a ella de nuevo.

—Supongo que está bien mientras mi padre no compare el ADN.

—Ya te dije que yo voy a protegerte —la abrazó de nuevo restregando su mejilla con la de ella.

—Discutimos hace poco y te pones empalagoso muy rápido cuando ni siquiera hemos llegado a una solución —comentó Karin extrañada por la forma en que él parecía manejar las cosas.

—Vas a convencerte de lo que digo cuando sepas las cosas que necesitas saber —le lamió la mejilla.

—No hagas eso en la calle —pidió la pelirroja sonrojada— Y no te hagas tantas ilusiones con que acepte lo que quieres —quiso empujarlo, pero no con muchas ganas— Mucho menos sólo porque tu…

—Ya veremos —volvió a lamer su mejilla.

—Tengo hambre —comentó la pelirroja, pues el hambre extraña que le daba, la había interrumpido.

—Se nos ha ido el tiempo, pero tengo preparada tu comida —comentó el azabache acariciando su cabello y en seguida, la condujo a un parque cercano donde había escondido bolsas con carne fresca, al saber lo mucho que la pelirroja temía que su padre lo viera llegar con ello.

Por supuesto, la carne estaba cruda y Sasuke la había enterrado dentro de bolsas para que ningún animal se la llevara, y aunque sí encontraron a algunos perros escarbando, a él le bastó un gruñido para que estos se fueran.

En poco tiempo, Sasuke sacó las bolsas de carne en compañía de Karin, que podía oler la comida y le apremiaba saborearla. Sin embargo, tuvo un atisbo de lucidez cuando vio los trozos crudos, escurriendo de sangre en las bolsas y pensando que la tierra podría haber contaminado la comida si no fueron bien tapados.

—Necesito cocinar esto —comentó Karin viendo con desagrado la carne, pero al mismo tiempo se le hacía agua la boca.

—Cómelo así, te hará bien —dijo el azabache sacando un corazón de las bolsas y ofreciéndoselo a la chica.

—Pero está crudo, la tierra encima y…

El azabache había cortado un trozo, se lo metió en la boca a la chica y ella, aunque quiso mostrar asco, lo cierto fue que se lo comió y se comió el resto de la carne en compañía del chico.

Para cuando sólo quedó un trozo de carne, Karin ya había quedado satisfecha y al recuperar por completo la razón y mirarse sentada entre unos arbustos con el chico lobo tras comer carne cruda, se arrepintió y se preguntó cómo era que había terminado así. Incluso, intentó vomitar pensando que sentir ese asco sería lo más normal, pero no pudo porque aunque mentalmente le parecía asqueroso, su cuerpo parecía asimilar bien ese alimento.

—Tus instintos ya están despiertos casi por completo —señaló el azabache volviendo a restregarse en ella, parecía orgulloso de ello y lamió la comisura de los labios de la chica.

—Si alguien nos ve aquí…

—Debemos irnos pronto. Tus dolores están por llegar —se levantó rápidamente y a ella la ayudó. No había preocupación de que los vieran porque Sasuke había hecho una ilusión para cubrirlos.

Karin tenía mucho que decir, reclamar y preguntarse, pero cuando él le habló de los dolores, se apresuró junto a él para volver a la casa y meterse a su cuarto. No podía permitir que su padre ni su hermano se dieran cuenta de que aún tenía los dolores y si ambos iban a estar en la casa, tampoco podía permitir que Sasuke se quedara a cuidar de ella. Especialmente si él planeaba meterse por la ventana de nuevo.

—No puedes quedarte esta noche conmigo —Karin detuvo a Sasuke cuando estaban a unos pasos de la casa— Prométeme que no te meterás por la ventana de nuevo.

—Si te quedas sola…

—Si me quedo sola puedo fingir estar dormida o ver una película, pero si mi padre te ve por las cámaras, no dudará en verificar lo que estamos haciendo —comentó sonrojada al recordar que Orochimaru la había animado a embarazarse de él.

—No va a objetar si sabe que nos acostamos juntos —respondió restregándose en ella— Va a pensar que nos vamos a aparear. ¿No?

—¿Lo oíste? —preguntó la chica olvidando que el oído del joven era lo suficientemente fino como para escuchar una conversación cuando estaba a tan pocos metros de ellos.

—Sí.

—Pues no quiero que piense que vamos a aparear… a tener sexo —se corrigió Karin— Si lo piensa, seguirá haciéndome estudios médicos. ¿Eso quieres?

Sasuke quedó pensativo apenas un par de segundos y frunció el ceño cuando se dio cuenta que era más peligroso permitir que ella fuera sometida a las pruebas médicas que dejarla sola en su habitación con el dolor. Es decir, claro que se corría el riesgo de que esos hombres descubrieran su malestar, pero si ocurría, le sería más sencillo intervenir en ese momento y llevársela de ser necesario.

—Me quedaré cerca por si me necesitas.

—No, si las cámaras te ven…

—Me quedaré en el parque. Si necesitas algo, llámame.

—De acuerdo, eso haremos —dijo la pelirroja y en un impulso presuroso, besó su mejilla y corrió dentro de la casa, dejando al joven lobo un poco confundido por la inesperada acción, pero contento.

La chica, por su parte, entró a la casa con rapidez. Quería llegar a su habitación antes de los dolores y pensó que todo seguiría igual que en cualquier día en que salía, en el que tanto su padre como su hermano estarían inmiscuidos en sus propios asuntos, pero al llegar, ambos estaban en la sala. Cada uno con un libro en la mano y evidentemente la estaban esperando, porque dejaron lo que estaban haciendo cuando la vieron entrar.

—¿Y hoy no se quedará contigo Sasuke-kun? —preguntó Orochimaru.

—No. Se irá a casa de sus familiares. Ya ha pasado mucho tiempo conmigo —respondió Karin caminando hacia las escaleras.

—Quizá entre por la ventana como las otras veces y por eso ella se ve con tanta prisa por subir —comentó Kabuto sonriendo.

—Para nada, sólo quiero ir al baño, pero si tienen algo más que decirme, puedo aguantarme un poco más —contestó la chica parando sus pasos para fingir que todo estaba bien, porque si subía fingiendo que tenía prisa por el baño, no sabría justificar por qué se encerró en su habitación. Lo único que ella deseaba, era que los dolores se retrasaran un poco para poder seguir ocultándolo.

—Supongo que a pesar de meterse a casas ajenas como ladrón, debe tener cierto grado de vergüenza al abstenerse de quedarse, justo cuando es consciente de que nosotros sabemos lo que ha estado haciendo —dijo Orochimaru riendo— Pero puedes decirle que mañana venga a quedarse contigo. Les dejaremos la casa para que aprovechen el tiempo. Sólo espero que sea suficiente para que nos des buenas noticias en unos meses.

—No sé si mañana pueda venir. Pronto volverá a su casa y… ¿podría ir con él y su familia de campamento? —preguntó Karin aprovechando el deseo de su padre por ese embarazo para conseguir el permiso.

—Quizá. Aún no hemos confirmado que tengas un desajuste hormonal u otra cosa. Sería un problema si te pasara algo en el bosque, pero mañana podemos hacerte un examen completo de nuevo y veremos.

—Pero… De acuerdo. Ahora me iré a mi habitación —dijo comenzando a subir las escaleras.

—¡Si viene por la noche, no hagan demasiado ruido! —exclamó Kabuto.

Cuando Karin terminó de subir las escaleras, los dolores en su cuerpo comenzaron de nuevo y haciendo un duro esfuerzo, pudo llegar hasta su habitación, cerrar la puerta con seguro y tumbarse en la cama. Si se le hubiese ocurrido quedarse un poco más para preguntar a su padre por qué querría verla embarazada si aún no se confirmaba que no estaba enferma, seguramente el dolor la habría sorprendido frente a él. Además, preguntar aquello estaba de más, porque ¿qué sería más interesante que un bebé con herencia de un pueblo que no iba a doctores? Pues un niño con dicha herencia y con una enfermedad extraña.

Sí, sin duda ese hombre tenía su lado sádico y ella admitía que a veces le daba miedo, pero gracias a todo ello, es que le era más sencillo ocultar su condición. Una que, al principio, pensó que tendría que lidiar sola ahora que le había suplicado al chico de que no fuera, pero aún en su dolor, uno muy fuerte al punto del desmayo, podía escuchar la voz del chico en su cabeza recordándole que debía relajarse y que él seguía al pendiente de ella. De hecho, estaba segura que si el dolor no la hacía desmayar, tenía que ver porque saber que él estaba al pendiente de ella, le daba algún tipo de consuelo.


¿Qué hará Karin con la sugerencia de Orochimaru? ¿Orochimaru sabrá algo sobre el pueblo de Kage? ¿Karin logrará convencer a su padre de que le permita ir con Sasuke? ¿Sasuke convencerá a Karin de tener cachorros? ¿Cómo le irá a Karin en su noche de transformación? ¿Qué otras preguntas les han nacido al leer el capítulo?

Me encantará leer sus preguntas y teorías en los comentarios n.n

Debo darles una disculpa, ya que inicialmente esperaba poder escribir al menos el inicio de la transformación de Karin, pero he calculado mal el conteo de las cuartillas. Sin embargo, y como han podido leer, finalmente llegaremos al día en que habrá Luna llena, así que pasarán muchas cosas en el siguiente capítulo n.n

Quiero comentar antes de despedirme, que debido a mis ocupaciones de las semanas pasadas, tengo que reorganizar las fechas de las actualizaciones, así que de momento no sé qué, ni cuantas historias estaré actualizando la próxima semana, pero les aseguro que al menos subiré una historia n.n

Sin más, me despido por ahora n.n

¡Hasta la próxima actualización!