¡Saludos, queridos lectores!

Lamento mucho que no había podido actualizar en todo el mes, entre muchas cosas que ocurrieron, tuve en dos ocasiones golpe de calor, y sinceramente temo lo que resta de temporada de calor. Sí, si tomo agua, pero al parecer no es suficiente cada vez tengo que permanecer en la calle mucho tiempo.

Una ver más, ManaKarin, agradezco muchísimo el regalo y espero que los capítulos te gusten tanto como a mi me ha gustado la comisión que me has regalado. De verdad, adoré la imagen, pues refleja mucho lo pegajoso que había sido Sasuke con Karin n.n

Para que puedan ver la imagen, los que lo leen en fanfiction, deberán ir a Wattpad, ya que esta plataforma no permite subir imágenes más allá de las portadas. De verdad espero que les guste.

Recordándoles que al final del capítulo dejaré el listado de las historias que estaré actualizando, los dejo con la continuación de esta historia que subo mensualmente n.n


Decir que ella ya tenía un novio no era parte del discurso que había pensado para responder la confesión de su amigo, y aunque al principio quiso culpar a Sasuke de ese desliz de lengua como con aquellos pensamientos del equipaje, lo cierto es que no había tenido esa sensación de pensamientos ajenos que aquella vez.

Por otro lado, Karin también se reprochaba haber dicho que ya tenía un novio, pues era mentira. Se suponía que Sasuke sólo estaba fingiendo serlo para que su padre la dejara ir al campamento, pero… De nuevo más sensaciones extrañas, una de ellas, por instinto, sabía que venían del azabache que parecía estar enojado dónde fuera que estuviera, y por otro lado, pensar que no tenía novio, se había sentido casi como si se hubiese contado una mentira a sí misma.

—¿Tienes novio? ¿Te refieres a ese imbécil del bosque? —preguntó Suigetsu enojado.

—Eso no importa, aún sin novio, no iba a aceptar tu propuesta —respondió Karin reprochándose por haber mencionado que tenía novio, precisamente para evitar los reclamos que derivarían de ello.

—¡No mientas! Si realmente no te gustara, me habrías empujado en el bosque cuando me confesé —reprochó el albino.

—¡Me aventaste al piso de repente y luego me mordiste! ¿Cómo se supone que actúe, si no me diste tiempo? —la pelirroja le recriminó— ¡Además estabas diciendo incoherencias de esa historia tuya de vampiros y después apareció Sasuke!

¿Sasuke? Sí, aquel enorme lobo negro era Sasuke, pero su amigo ni ninguno de los demás del grupo lo sabía y se le acababa de escapar.

—¿Cómo que…?

—Ya te dije lo que tenía que decirte en esta llamada y no vas a hacerme cambiar de opinión —Karin se apresuró a interrumpir a su amigo— Podemos seguir siendo amigos si quieres, pero ya me lo dirás cuando estés más tranquilo. Adiós.

Los escasos segundos que Karin tardó en colgar la llamada, alcanzó a oír al albino gritar que no lo hiciera entre otras cosas más, pero ella, que al principio había tenido la intención de sincerarse un poco más con él, no pudo evitar huir de la conversación tras ese desliz.

"No sabrá relacionarlo", oyó la voz de Sasuke de nuevo en su mente. Evidentemente había oído toda la conversación.

—¡Sal de mi cabeza!

"Te recogeré mañana"

—¡Espera! ¡Sasuke! —exclamó Karin, porque aún si había conseguido ignorar parte del mal sabor de boca de la mañana, ella no quería irse a la cama de esa forma, especialmente porque quería hablar con él para ella decidir si iría con Sakura o no, ya que estaba dudando, pero no recibió respuesta— Entonces no iré a ningún lado.

Sin respuesta.

Karin intentó comunicarse algunas veces más con el azabache, pero después de diez minutos infructuosos, se rindió. Además, comenzó a tener sueño y cansancio repentino, algo que no le extrañaba, porque después de todo lo que habían hecho la noche anterior…

Como fuera, ella necesitaba irse a la cama y no precisamente para despertarse temprano para ir con Sasuke, sino porque su cuerpo lo necesitaba y eso hizo. De hecho, la joven cayó dormida inmediatamente que se acostó y no supo de nada a pesar de los múltiples mensajes y llamada del albino hasta que oyó la voz del joven lobo en su cabeza.

"Despierta, tenemos que irnos", le decía alternadamente con su nombre.

—Un rato más —suplicó la pelirroja.

"Si no despiertas ahora, entraré por la ventana y te llevaré sin equipaje"

—¿Cómo que entrarás por la ventana? —preguntó Karin confundida, pues lo oía tan cerca… No había nadie en su habitación.

La pelirroja estaba aún somnolienta, así que tuvo que espabilar para darse cuenta que la voz de Sasuke estaba en su cabeza, y aunque ella aún estaba inquieta con lo del día anterior, se levantó de la cama, se preparó, tomó su maleta y salió de la casa para encontrarse con el azabache que la esperaba en el jardín.

—Vámonos —ordenó el chico.

—Un momento. No iré a ningún lado aún.

—No tenemos tiempo para…

—Escucha, desde que te conozco, te has comportado atento y quizá un poco empalagoso, pero después de anoche te siento tan frívolo que pienso que sólo querías usarme y ahora que has conseguido lo que quieres…

—Hablemos en otro sitio.

—Pero…

—Allí está ese curandero. No me fío y menos con las cámaras —dijo muy serio.

—De acuerdo, pero no voy a alejarme demasiado de mi casa —respondió la pelirroja que ahora entendía un poco mejor la renuencia del chico— Podemos ir al parque a hablar y allí decidiré si voy contigo y esa tal Sakura o no.

Karin pudo notar que el chico no se veía del todo satisfecho, pero al menos parecía que ir al parque era un punto intermedio y él parecía estar medianamente dispuesto a hablar.

—Esto es una pérdida de tiempo —bufó el azabache cuando llegaron al parque que, por ser el amanecer, había poca gente.

—Ahora sí, te oigo —Karin ignoró lo dicho por el chico esperando que le respondiera lo que ella le había comentado hacía poco.

—Me enoja que quieras vivir sola con los Huma —el joven respondió con un tono de voz muy serio.

—No estoy sola, vivo con mi padre y hermano adoptivos y…

—No son tu manada. Yo lo soy —dijo autoritario, pero también parecía frustrado y contrariado, como si supiera algo que ella no.

—Por eso no quiero ser de tu manada, porque no quiero vivir en el bosque. Así que me quedaré con…

Karin se sobresaltó porque Sasuke gruñó, y antes de poder decir nada, él se le adelantó.

—¡No puedes elegir tu sola!

—¡¿Y entonces por qué estás eligiendo tú solo que me vaya al bosque?! —replicó ella, pues aunque se había asustado, oírlo la hizo enojar— ¡Ni siquiera deberías elegir tu solo dónde voy a vivir YO!

—¡Porque sé que es la mejor opción para mantenernos a salvo! —respondió sin dudarlo— ¡Tú ni siquiera sabes lo básico de cómo ser una Mannaro!

—¡Por eso quiero vivir mi vida como humana!

—¡No puedes!

—¡¿Por qué no?!

—¿Sabes qué hacer si no recibes suficiente luz de luna? ¿Sabes cómo controlar las ilusiones? ¿Sabes cuáles son las enfermedades comunes de los Mannaro y cómo tratarlas? ¿Sabes al menos a dónde acudir si te encuentras con alguna dificultad de nuestra especie?

Por supuesto, la respuesta a esa última pregunta, sería que con él, pero Karin comprendía con el resto de las preguntas, no sólo que él tenía razón sobre que ella no sabía nada, sino que no podía esperar ayuda de él u otro Manaro, si ni siquiera conocía sus reglas, sus costumbres o condiciones.

Aunque sí conocía algo importante: la manada es importante.

Sasuke no dejaba de repetir aquello de la manada, y era su principal razón para creer que si ella no se unía a su manada, él no tendría la obligación de ayudar. De hecho, ni siquiera sabía con exactitud por qué la había ayudado en primer lugar. Es decir, sabía que él decía que eran manada, pero no sabía la razón de que dijera aquello si ni siquiera eran parientes.

—¿Por qué me ayudaste? —preguntó Karin confundida e inquieta por no haber indagado más en las razones.

—Porque somos manada.

—¿Por qué dices que somos manada? —ella preguntó de inmediato al saber que esa sería su respuesta.

El enojo en el chico pareció disminuir un poco, y de nuevo tenía ese gesto contrariado.

—Es mejor si Sakura te lo explica, porque si te lo digo, van a surgir un montón de preguntas y no sólo no tenemos tiempo, sino que ella te lo explicará mejor —respondió más tranquilo, aunque parecía que a veces apretaba los dientes.

—¿Por qué dices que no tenemos tiempo? —preguntó la pelirroja confundida. Recientemente notaba ese detalle— Tengo toda la semana para este "curso intensivo de cómo ser mujer loba".

—Porque irán a recogerte.

—¿Quiénes? ¿Acaso tú no irás?

—La manada temporal de Sakura irá por ti, y no, yo no iré.

—Pero…

—No pueden haber dos alfa en una misma manada a menos que uno de ellos esté criando al otro para que haga su propia manada —respondió el azabache y aún cuando el chico se veía y se oía firme, a ella le dió la sensación que algo le inquietaba— Sakura, como hembra alfa va a "criarte" como loba alfa. Cuando termine, si no te vas pronto, ocurrirán conflictos de interés.

—Oye, pero…

—Vas a estar bien con ellos. No te dejaría en un sitio en el que podrías correr peligro, y aunque no esté presente, puedes llamarme si me necesitas —él le aseguró, y ella no pudo evitar sonrojarse— Vamos, no hay tiempo para esto. Si te quedas con los Huma o no, decídelo después de aprender lo necesario para ser una Mannaro.

Él la tomó de la muñeca para conducirla hacia su destino, pero ella no avanzó.

—Espera, sólo una pregunta más por favor —pidió ella, y aunque Sasuke no se veía feliz, quedó a la expectativa— Cambiaste mi sangre en la tarde. ¿Verdad?

—Sí —respondió el chico y tiró del brazo de la chica con suficiente fuerza para moverla, pero sin lastimarla.

Karin terminó accediendo a ir con él porque ya le había quedado claro que sin importar lo que ella quería, necesitaba esas clases y lo más prudente era no enojar al chico que la estaba ayudando, aún cuando sus dudas no dejaban de revolotearle la mente.

—Ese camión no va a…

—Iremos a Kage.

—¿Para qué?

—Te lo explico cuando estemos allí.

Definitivamente, Karin no esperaba que fueran al pueblo del que Sasuke le había hablado, y aunque tenía curiosidad, también estaba nerviosa, pues no sabía qué esperar del trato con otros hombres lobo. Es decir, con Sasuke había estado muy cercana e íntima, pero seguramente no sería lo mismo con los demás.

—¿Y si sí? —se preguntó mentalmente la pelirroja en pánico.

—Nadie va a tocarte —aseguró Sasuke en un gruñido.

No hablaron prácticamente nada en el camino, pues Sasuke simplemente no daba tema de conversación, sólo hacía comentarios de vez en cuando con respecto a cosas que Karin iba pensando, y ella tampoco decía nada porque estaba segura que cualquier duda que pudiera tener, él seguiría respondiéndole con que "Sakura te lo explicará.

Al bajar del autobús, todavía tuvieron que caminar un tramo para poder llegar a la entrada del pueblo, y aún desde antes, Karin había podido percibir con sus sentidos de loba, un montón de aromas y sonidos que si bien, en primera instancia eran parecidos a los que había en la ciudad, había algo que los hacía diferentes de alguna forma.

—Al ser tan sensibles con nuestros sentidos, tendemos a ser más cautelosos al hacer las cosas —Sasuke le explicó mientras la conducía por una calle del pueblo— Esa es la diferencia que percibes. Además, los Huma usan demasiados aparatos al mismo tiempo.

—¡Ah! ¡Ya veo!

Mientras caminaban, Karin pudo percatarse que las casas de ese pueblo eran muy grandes, por lo que quizá, era un pueblo conformado por muchas manadas y cada edificio debía ser para un grupo.

—Más o menos tienes razón, pero no tenemos tiempo para esto —la invitó a pasar al edificio más grande del lugar, y por sus características, al parecer era un edificio de gobierno.

—¿Qué…?

—Vengo por el edificio de mi clan —Sasuke habló antes de que ella pudiera preguntar, pero se dirigía a una de las ventanillas del lugar.

—Buenas tardes. ¿Nombre de su clan? —le preguntó la persona del otro lado de la ventanilla.

—Uchiha —gruñó el joven.

—Un momento, por favor.

—¿Qué…?

—Aquí no —Sasuke volvió a interrumpirla.

Karin entendió que no era el mejor momento, aunque no tenía ni idea del por qué, pero decidió esperar.

En el tiempo que tuvieron que aguardar a que los atendieran y en lo que Sasuke tardó en acomodar sus asuntos, Karin se dió cuenta que la gente del lugar los miraba fijamente.

Al principio no le pareció tan extraño, finalmente ninguno de los dos vivía allí, pero luego se dió cuenta que no era a ellos dos a los que miraban, sino que era a ella.

Bien, tampoco debía extrañarle, después de todo, por lo que Sasuke le había dicho antes sobre el pueblo, a él si debían conocerlo, pero ella era la primera vez que estaba en ese lugar. De hecho, antes de que Sasuke lo mencionara, ella no tenía ni idea que existía.

La verdad es que era un pueblo muy extraño, no sólo por las enormes casas y que todos sus pobladores fueran hombres lobo, sino porque al ser tan cerrados, la hacían sentir ajena.

¡Un momento! ¿Y si ellos también estaban leyendo su mente y había algo de lobos que ella no conocía y que sin querer los estaba ofendiendo y por ello la veían de esa forma?

—Sólo yo puedo entrar en tu mente. Ignora sus miradas.

Era difícil tratar de ignorar el hecho de que todo un pueblo te miraba con recelo, pero por fortuna, el asunto que estaba tratando Sasuke terminó pronto y después de que le dieran unas llaves, salieron del edificio.

—¿Ya nos vamos del pueblo? —preguntó Karin esperanzada.

—No.

—¿Tardaremos mucho? Es incómodo que la gente me mire de esa forma.

—Están sorprendidos de que traiga a una hembra alfa conmigo. Pensaban que no había más en la zona —respondió Sasuke— Después de darte algunas indicaciones, te llevaré al punto en el bosque donde te recogerán.

—¿De verdad no puedes enseñarme tu?

—No sé todo lo que necesitamos que sepas.

—Pero…

—Pasa —él le indicó cuando habían llegado frente a una de las enormes casas del pueblo y abrió la puerta.

Al principio, Karin dudó en entrar, principalmente porque quería enfocarse en la charla que estaban teniendo, pero terminó entrando detrás del joven porque él lo hizo sin esperarla.

Desde el primer momento, Karin notó que aquella casa llevaba años sin usarse, y aunque pensó que quizá Sasuke iba de vez en cuando, no había ningún rastro de que nada ahí dentro hubiese sido movido ni una sola vez en mucho tiempo.

La casa tenía muebles, decoraciones, e incluso algunas fotos en las paredes, pero sin duda, lo que más abundaba, era el polvo.

—¿Qué es este lugar? —preguntó Karin, pues aunque sabía que era "el edificio del clan de Sasuke" por lo que había dicho en el edificio de gobierno para que le dieran las llaves con las que abrió la casa, no entendía muy bien cómo era que tenía una casa tan grande cuando él le había dicho que vivía en el bosque.

De hecho, para ser un lugar que no había sido abierto en años, parecía que Sasuke lo conocía.

—Ya te había dicho que Kage es una aldea llena de Elabel, y que nos ayudan a los Luey cuando necesitamos tener contacto con los Huma —respondió el chico conduciéndola por las escaleras— Pero algunos clanes grandes de Lueys tienen una casa aquí para facilitar los movimientos o cuando se requieren hacer reuniones entre los alfa de las manadas.

—No es lo mismo un clan que una manada. ¿Verdad? —preguntó Karin, pues aunque sabía que la respuesta era no, estaba empezando a atar algunos cabos y quería que él le confirmara y explicara mejor las cosas.

—Un clan, es el grupo de Mannaro que compartimos la misma sangre —respondió Sasuke mientras seguían subiendo las escaleras— Vamos a usar este lugar como intermediario para ir y venir del bosque.

—¿Qué hay de…?

—También necesito que dejes ese aparato que usas en este lugar —la interrumpió cuando ella quería preguntar más sobre los clanes y las manadas— Tengo entendido que tienen un rastreador, y será más seguro si se queda aquí.

—¿Te refieres a mi celular? —preguntó Karin que había entendido a qué se refería, porque la imagen del teléfono llegó a su mente cuando él lo mencionó.

—También puedes dejar tus cosas aquí. La mayor parte del tiempo estarás en tu forma de loba —respondió el azabache abriendo la puerta de la última habitación en el último piso.

Apenas entró, Sasuke se puso a sacudir. Aquella habitación era un dormitorio y por el tamaño de este, los muebles y la cama matrimonial, Karin podía intuir que se trataba de una habitación principal.

De esta habitación, Karin también podía percibir dos aromas que no correspondían a los muebles, el polvo o los objetos, apenas perceptibles. Eran más bien olores de dos personas… o Mannaro que habían estado allí, pero ya no desde hacía tiempo.

—No puedo dejar mi celular, si mi padre o mi hermano hablan o mandan un mensaje y no contesto…

—Dijiste que en el bosque ese aparato no servía ¿No es así? Les dijiste que íbamos de campamento —Sasuke hacía referencia a cuando ella y sus amigos se habían perdido, pues los había escuchado— Puedes apagar ese aparato aquí, para que sea el último lugar rastreable. Lo importante es que no lleguen a la guarida.

—De acuerdo, pero si eso me mete en problemas…

—Tendremos más problemas si ellos rastrean el escondite en el bosque. Recuerda que ese curandero ya tiene interés en este pueblo —advirtió el azabache— Si no puedes volver a ese lugar, no importa. Podemos quedarnos aquí mientras decidimos si viviremos en el bosque o con los Huma.

Karin no estaba convencida, pero asintió. En ese momento no tenía mucho caso oponerse a lo que él le indicaba, principalmente porque después de esa curiosidad de su padre por Sasuke y un hijo de ellos, pudo darse cuenta que así como los animales que tenía disecados en el estudio en su despacho y su habitación, a su padre podría despertarle un interés más amplio si se enteraba de la existencia de su especie. Un interés que ella ya veía temible.

—¿Dónde y a qué hora veremos a esa tal Sakura y a esos chicos? —preguntó Karin mientras dejaba su pequeño equipaje en un rincón.

—Será un sitio en el bosque, en menos de una hora. Llegaremos allí convertidos en lobos.

—¿Qué? ¿Acaso ellos no pueden venir aquí?

—No.

La pelirroja quedó desconcertada con la respuesta, pues si se suponía que esa aldea estaba llena de hombres lobo, debería poder servir como punto de encuentro.

—¿De verdad no pueden venir? Pero tú dijiste que…

—Esta aldea es estricta con las reglas que sirven para proteger la identidad de todos. Está prohibido que Mannaros sin manada, entren aquí.

—¿No dijiste que ellos…?

—Lo que ellos tienen es una manda provisional, pero técnicamente es falsa, así que no pueden venir aquí.

—Pensé que ellos eran tu manada.

Sasuke la miró con seriedad y pareció pensativo, pero enseguida retomó el diálogo.

—Escucha, cuando vayas con ellos, vas a tener que ocultar algunas cosas. Entre ellas, no debes mencionar a nadie ni por error, que tú y yo nos hemos apareado.

—¡¿Por qué le contaría a extraños mi vida sexual?! —exclamó Karin avergonzada.

—Vas a limitarte a decirles que te encontré en el bosque, pero que no me acerqué a ti más que cuando ellos me perseguían, y sólo fui por ti la semana antes de tu transformación —explicaba él azabache que no estaba alejado de la realidad— Te ayudé con ella con cosas básicas y te convencí de ir con ellos, pero debes evitar mencionar cualquier acercamiento o atracción que hayamos tenido mientras estés allí.

—¿Por qué? ¿Acaso me has estado mintiendo? Si esa tal Sakura es tu pareja o hay alguien más yo no…

—Te lo dije, Sakura quiere ser mi pareja y ella es la que va a enseñarte lo que necesitas. Sí se entera que hubo algo entre nosotros…

—De acuerdo, ya entendí, pero si ella o alguien más menciona que tienes una pareja, no voy a quedarme callada.

El varón asintió mirándola a los ojos en acuerdo.

—¿Trajiste los artilugios para cubrir el círculo?

—Sí, traje algo de maquillaje y el perfume, pero aún no entiendo para qué me los pediste —respondió la pelirroja abriendo su equipaje— Además habías dicho que odiabas mi perfume y no creo que hayas cambiado de parecer.

—Quítate la blusa —ordenó el azabache.

—¿Para qué quieres cubrir la marca? —preguntó la pelirroja dudosa de acatar la orden.

—El círculo alrededor de la huella indica que ya tienes una manada. No podemos dejar que ellos sepan que es así —respondió el azabache muy serio— Si se dan cuenta, interrumpirán la enseñanza que Sakura te hará, harán preguntas y si saben que tú y yo somos manada...

—Esa tal Sakura no querrá enseñarme nada. ¿No? Ya estoy entendiendo, pero me parece demasiado sospechoso —comentó Karin descontenta— Sé que en realidad no somos novios ni nada por el estilo, pero que insistas vehementemente en evitar que tus conocidos sepan…

—Sólo no menciones nada mientras Sakura te enseña lo que es necesario —gruñó el azabache y se acercó a levantarle la blusa a la pelirroja— Cuando las lecciones hayan terminado, que se enteren o no, no importará.

—¡Pero deja de tomarte libertades! —replicó Karin dejando que él le quitara la blusa, le entregó el frasco de pintura que ella había llevado y se dió la media vuelta— ¿Al menos sabes cómo usar el maquillaje?

—Sólo dame indicaciones —ordenó el varón.

—Lo sabía —suspiró la pelirroja haciendo a un lado su cabello— Abre el frasco y dentro hay una esponja. Con ella toma un poco de pintura y presiona suavemente la esponja en el área que deseas cubrir con el maquillaje varias veces hasta que se cubra —indicó la joven— Tarda un poco.

—Será difícil que te lo pongas tú sola —comentó el azabache haciendo a un lado el tirante del brassier de la chica, provocando que ella tuviese un espasmo— Tendrás que ser muy cuidadosa.

—¿De verdad no puedes venir conmigo para ayudarme? ¿O al menos ir de vez en cuando?

—No. Será más sencillo evitar conflictos de alfas de esta manera. Además, tengo algunos asuntos pendientes —respondió Sasuke mientras trataba de cubrir el círculo que rodeaba la huella— Ya he hablado con Sakura sobre lo imperioso que es que aprendas todo lo necesario en una semana, así que nos veremos en ese tiempo.

—¿Y si necesito ayuda o…?

—Estaré al pendiente de ti por medio de la mente. Tampoco les digas que podemos hacer eso o nos descubrirán —lo último lo dijo apresuradamente como si por poco olvidara mencionarlo.

—¿Cómo se darían cuenta? ¿Acaso no es algo que todos puedan hacer todo el tiempo?

—No. Sólo puede ocurrir entre los miembros de las mandas.

¿Sólo entre los miembros de las manadas? Es decir, ya sabía que Sasuke repetía una y otra vez que ella era su manada, pero ella había creído que se trataba únicamente de una decisión que él había tomado…

—¡Entonces si somos parientes! —exclamó la pelirroja alarmada.

—No, no lo somos, al menos no de sangre. De eso estoy seguro —respondió el azabache cerrando el frasco de pintura— Prepárate para marcharnos y trae eso que huele a flores.

—¿Podrías al menos explicarme cómo es que somos manada como para poder comunicarnos? —preguntó Karin inquieta, mientras se arreglaba la ropa.

—Eso es algo fundamental de lo que Sakura debe explicarte. Sólo confía en mí y no le digas nada sobre este tema. Si siquiera lo mencionas, sabrán de inmediato lo que está pasando.

—Cada vez que decido confiar en tí, sacas algo más extraño. Ni siquiera estoy segura que debería seguir con esto —comentó frustrada volteando hacia él joven.

—Sólo trato de protegernos a nosotros y nuestro futuro —respondió Sasuke muy serio— Después de las lecciones, puedes tomar decisiones informadas.

Karin seguía sintiéndose frustrada y contrariada, pues su mente e instinto gritaban cosas opuestas. Sin embargo, el hecho de no saber nada sobre su especie, inclinaba la balanza a seguir con esa locura.

—Te dije que dejaras tu equipaje aquí —señaló el chico cuando ella fue a tomar de vuelta su maleta.

—En primer lugar, no voy a andar desnuda en el bosque si tomo mi forma humana en algún momento aún si puede ser algo natural para ustedes —respondió la pelirroja— Y en segundo lugar, no tengo donde llevar el maquillaje o el perfume si no es con las manos, y no creo que quieras que ellos vean el maquillaje.

—De acuerdo —respondió el azabache malhumorado, porque ahora que ella lo señalaba, no había pensando en esos factores.

Sasuke estaba tan acostumbrado a vivir en el bosque, que olvidaba que los humanos solían cargar artilugios varios, y en el caso de la pelirroja, necesitaba llevar esos dos objetos.

Para que nadie sospechara nada, era mejor si ella llevaba un equipaje en lugar de sólo un par de frascos en las manos que despertarían preguntas diversas.

—Por cierto. ¿Para qué es el perfume? —preguntó la joven que aún no entendía ni podía imaginarse por qué él lo había solicitado.

—Cuando te deje en el punto donde van a recogerte, debes ponerte tanto como puedas.

—¿Para qué?

—Antier nos apareamos, así que aún quedan algunos rastros del celo y de que estuvimos juntos —respondió el azabache— Con esa cosa, no podrán detectarlo, así que úsalos un par de días más para cubrirlo.

De nuevo, Karin se sintió incómoda con ello, pero apretó una de las asas de su mochila y decidió sólo seguir con eso.

—Vámonos —respondió resignada, no sólo porque con todo eso de los Mannaro, su mejor opción era ir, sino que en todo ese tiempo, no había podido conseguir ni siquiera la más mínima explicación de por qué el chico tierno, encimoso y protector, ahora se comportaba tan frío.

Claro, podía intuir que quizá la situación había enfriado sus neuronas, pero se seguía sintiendo vacío. Eso sí, si lo pensaba bien, eso sería mejor, pues al menos ella podía procurar mantenerse dentro de la lógica sin hacer locuras extrañas como la noche de su transformación.

La pelirroja notó cómo el joven lobo iba a dar la vuelta hacia la salida mientras pensaba todo lo anterior, pero él retrocedió y se paró enfrente de ella.

Él la miró detenidamente. Tenía cara de pocos amigos y sin embargo, Karin no percibía hostilidad.

Después de unos instantes de silencio, ella no pudo evitar ponerse nerviosa, pues no entendía si aquello era algo de lobos o si intentaba decirle algo.

—¿Qué pasa? —al fin pudo preguntar y el chico, como si hubiese salido de algún especie de trance con su voz, se inclinó hacia ella y lamió su mejilla.

—Estaré al pendiente de ti —le aseguró mientras se daba la vuelta y salía de la habitación.

Karin no pudo evitar sonrojarse, así como sentirse contenta con la acción, pero salió de sus pensamientos cuando su celular sonó. Era Suigetsu que la llamaba.

Era extraño que él se levantara tan temprano, pero después de la llamada de la noche anterior, y conociéndolo, seguiría insistiendo, así que aprovechó el momento para apagar el celular, dejarlo en unos de los muebles y tomó su equipaje para apresurarse a alcanzar a Sasuke que bajaba las escaleras.

Ambos salieron de la casa sin decir nada, y Sasuke la condujo a través del pueblo hasta la frontera que daba con el bosque.

En un primer vistazo, parecía que el pueblo estaba protegido del bosque por una reja similar a una valla, sin embargo, en un área escondida, por un callejón, había una puerta en dicha división.

—No podrás correr cargando eso, así que tomaré mi forma de lobo y te subirás a mi lomo —indicó el azabache refiriéndose a la mochila.

—Oye, pero ¿te transformarás aquí? —preguntó la pelirroja confundida, pues estaban a la vista de cualquier persona que pasara por allí cerca. Sin embargo, recordó que todos en ese pueblo podían hacer eso.

Sasuke no respondió, simplemente procedió a desnudarse doblando su ropa y Karin desviaba la mirada fingiendo que aquello era normal, pero la verdad, no pudo evitar echar un par de vistazos que le hicieron recordar las noches apasionadas.

—Otra vez hueles parecido al celo —señaló el joven dispuesto a revisarla como aquella vez en la cocina, pero ella retrocedió nerviosa.

—Sí, a veces pasa y se quitará pronto si no le prestamos atención. Sólo apresúrate o se nos hará tarde —respondió nerviosa, pues temía que a él se le ocurriera quererla desnudar en plena calle. Es decir, él no parecía tener pudor al respecto, pero ella sí.

El chico pareció dudar, pero en verdad estaban a contra tiempo, así que se apresuró en transformarse.

"Vamos. Y cierra la puerta" indicó el joven para que ambos entraran al bosque desde esa puerta escondida.

Una vez cerrada la reja, el enorme lobo negro se echó en el suelo esperando que la chica se subiera. Y aunque al principio ella pareció dudar, acató la indicación llevando en la espalda su mochila.

—Si alguien me hubiese dicho alguna vez que haría esto, me habría reído en su cara —murmuró la chica.

—Sostente fuerte.

—¿De dón…?

El gran lobo comenzó a correr a toda velocidad cuando sintió el peso de la joven encima, y por instinto, Karin se agarró con todas sus fuerzas del pelaje del animal.

La velocidad era tan grande y su miedo por caer todavía más, que Karin sólo pudo atinar a cerrar los ojos mientras se aferraba al cuerpo del lobo con todas sus fuerzas.

Karin no sabría decir muy bien cuánto tiempo pasó en ese extraño paseo, ni el tipo de terrenos por el que anduvieron, pero cuando Sasuke al fin paró, ella abrió los ojos para encontrarse al pie de una montaña.

"Aquí es. Baja", oyó la voz del lobo en su cabeza, y el animal volvió a echarse para que ella pudiera bajarse.

—No percibo a nadie cerca —comentó la chica bajando del lomo.

Más allá de animales pequeños que rondaban los alrededores, no parecía que alguien fuese a llegar pronto.

"No deben tardar. Ponte las flores y no dejes que ninguno las vea ni la pintura", advirtió el joven.

—Pero…

"Hazlo. Yo debo irme antes de que ellos estén cerca y me perciban", se puso de pie mirando fijamente a la chica. "Vendré a recogerte en este mismo lugar", fue su última indicación, antes de echar a correr lejos de allí.

—¡Al menos despídete! —reclamó la pelirroja enfurruñada por la forma en que se había ido, sin embargo, no pudo evitar recordar aquello de ponerse el perfume y lo hizo de mala gana.


¿Cómo le irá a Karin con Sakura? ¿Karin tendrá problemas para aprender las lecciones? ¿Sakura descubrirá que Karin tuvo algo qué ver con Sasuke? ¿Cómo es que Karin se convirtió en parte de la manada de Sasuke sin saberlo? ¿Qué asuntos pendientes tendrá Sasuke? ¿Karin puede confiar en Sasuke y Sakura? ¿Qué otras preguntas les han nacido al leer el capítulo?

Me encantaré leer sus dudas y teorías en los comentarios n.n

Recuerden que si quieren ver la comisión que nos ha regalado ManaKarin, deberán buscar la historia en wattpad. Espero que les guste tanto como a mi. Una ve más, linda, muchas gracias n.n

Les dejo la lista de las historias que estaré actualizando este fin de semana. Algunas las subiré hoy, otras hasta mañana:

*Peligrosos deseos

*Inexperiencia

*Apuesta XL

*La marca del lobo (doble actualización con sorpresa)

Sin más por el momento, me despido esperando que la historia haya sido de su agrado n.n

¡Hasta la próxima actualización!