¡Saludos, queridos lectores!

Me alegra decir que además de actualizar este fin de semana "Advertencia del más allá", también me encuentro actualizando esta historia n.n

Realmente espero que la sigan disfrutando mucho, especialmente con la intervención de Kako n.n

No haré una larga introducción como en otras ocasiones, así que, esperando que la historia siga siendo de su agrado, los dejo con la actualización de esta ocasión n.n


Al llegar a la biblioteca, Karin y Sasuke hicieron su registro de llegada, fueron a la sección que les correspondía y se pusieron a guardar los escasos cinco libros que alguien había ido a devolver. Obviamente no había mucho trabajo en vacaciones y mucho menos cuando estaban a tres días de empezar el ciclo escolar.

La pareja esperaba encontrar a Kako en su sección cuando llegaron, pues ella llegaba algunos minutos antes que ellos a la biblioteca, así que supusieron que quizá, ella tenía más trabajo que ellos en su sección o que le habían conseguido un compañero, pero para cuando Karin iba a enviarle un mensaje para preguntarle, ella llegó. Eran veinte minutos después de la hora de entrada.

—Buenas noches chicos. Tengo preparada una noche interesante —llegó diciendo animada mientras bajaba su mochila cuando se acercó a ellos— Traje nuevos descubrimientos, aunque no he podido leer todo.

—¿De dónde sacas tiempo? —preguntó Karin sabiendo que la chica trabajaba por el día— ¿Acaso duermes?

—¿Quién necesita dormir cuando hay tanto por hacer? No puedo dormir si tengo algo metido en la cabeza. Especialmente si es una pregunta sin respuesta —respondió Kako con una sonrisa y se empezó a reír cuando Karin parecía convencida de que en efecto, no dormía— Sólo optimizo el tiempo y tengo abandonadas mis redes sociales. Quitan mucho tiempo. Además, aún son vacaciones.

—Ya no tendrás tiempo cuando iniciemos el curso —señaló Sasuke con cierto alivio, pues quizá eso ayudaría a que la chica dejara de insistir en conocer a su hermano. Después de todo, Kako estaba por cursar su último semestre en la universidad, así que seguramente estaría más ocupada que él o Karin, que estaban en séptimo semestre.

—¡Haré mi tesis sobre la leyenda! El siguiente año, todo mi tiempo será invertido en esto —respondió Kako sonriendo para luego mirar a Karin— Por cierto ¿hablaste con tu cuñado? ¿Podré hablar con él?

—Itachi estará ocupado los próximos días —Sasuke se adelantó a contestarle a Kako.

—¿Y le has hablado de las cartas que tengo? Estoy dispuesta a intercambiar información —contestó la pelivioleta.

—Si, se lo mencioné, pero piensa que deben ser falsas —respondió Karin— Quiere saber cómo las conseguiste para considerarlas.

—¡No son falsas! —exclamó Kako.

—Bueno, es que él dice que debieron presentarse en el juicio de Kaori y Raiden como evidencia de las acusaciones de los padres de Hana y no fue así.

—Falsificar el sello Uchiha parece sencillo porque la forma no es compleja, pero tiene un truco. Así que si pagaste por ellas, te robaron —siguió Sasuke.

—¡Las conseguí directamente de la familia Haruno! —exclamó Kako para luego arrepentirse de decirlo. Sin embargo, no tenía caso fingir si ya lo había dicho— Bueno, ya lo dije, pero no deben decir nada.

—¿Cómo que las conseguiste de los Haruno? —preguntó Sasuke incrédulo— Ellos jamás han hablado del tema.

—Eso lo sé, pero no sé por qué nunca las han sacado a la luz —respondió Kako— No puedo decirles de dónde las he sacado, pero juro que son auténticas.

—¿Las robaste? —preguntó Karin sospechando que ese era el caso.

—¡No! ¡Yo no robé nada! Si lo hubiese hecho, no tendría sentido delatarme con un trabajo de investigación —exclamó Kako, aunque parecía tener un semblante ligeramente culpable— Sólo digamos que no tengo los permisos para usarlas en mi investigación… aún.

—Eso sigue oyéndose sospechoso —comentó Karin.

—En todo caso, mi hermano no aceptará intercambiar información si no sabe de dónde has sacado esas cartas —respondió Sasuke queriéndose aprovechar de la renuencia de la chica para evitar que insistiera conocer a su hermano.

—Pero…

—¿Tú aceptarías ver a alguien que dice tener información sin saber de dónde viene? —preguntó Karin cuando vio que Kako iba a protestar— ¿Especialmente si no tienes tiempo para perder con información dudosa?

Kako hizo un mohín, porque Karin tenía razón. La primera regla de un investigador era fijarse en sus fuentes y alguien que parecía tan ocupado, no iba a darse el tiempo de ir a ver cosas de alguien que ni siquiera conocía. Claro, esto también hería el ego de la chica, porque ella soñaba con ser un día una de esas investigadoras cuyo nombre todos conocían y confiaban en su trabajo, pero no podía compararse con alguien egresado desde antes que ella y que tenía un título de…

—¿De qué se graduó tu hermano? —Kako le preguntó a Sasuke.

—Estudió administración de empresas —respondió el azabache, algo que fue un golpe más duro para la chica, pues ni siquiera estaban en el mismo rubro.

—¿Y qué hace haciendo una investigación histórica? —preguntó la pelivioleta con rencor.

—Creo que tiene una maestría en historia o algo así —respondió Karin recordando haber oído algo.

—¿Y qué tiene qué ver la administración con la historia? —preguntó Kako herida y confundida.

—Tomó la maestría para poder hacer el trabajo con los diarios de Raiden —respondió Sasuke.

—La familia de Sasuke es muy recelosa de lo que va relacionado a su familia —dijo Karin imaginando lo que pasaba por la mente de la chica— No iban a dejar que nadie de fuera de la familia hiciera ese trabajo.

La chica gótica se cruzó de brazos descontenta, pero no podía hacer mucho cuando se trataba de una familia con un legado tan extenso como los Uchiha. Sabía que muchas de esas familias tendían a ser muy rígidas en cuanto a sus costumbres, por eso le sorprendía que Karin y Sasuke siguieran solteros después de tener un bebé fuera del matrimonio.

—Bueno, ya encontraré la forma de acercarme a tu hermano y que me crea —respondió Kako para dirigirse a Sasuke— En todo caso, aún tenemos cosas por investigar aquí. ¿Trajiste el vaso?

—¿Ella te pidió el vaso que me pediste? —Karin le preguntó confundida a su novio.

—Le dije que podríamos hacer una Ouija para que compruebe que no fue un truco mío —respondió Kako— Va a ser más fácil que tu muy escéptico novio me crea si él trae las cosas para hacer la Ouija.

—¿Trajiste el vaso? —preguntó Sasuke a su novia, especialmente porque la forma en que Kako lo convenció, fue que tenía que comprobar por su propia cuenta si lo que pasó con la Ouija había sido real o no antes de seguir diciendo que no había pasado nada.

—Lo olvidé cuando iba de salida —respondió la pelirroja recordando que cuando había bajado a buscar el vaso, se encontró con Mikoto quien tomó a su nieto en brazos. Fue allí que Karin comenzó su larga despedida con su hijo y al final se fue corriendo cuando vio la hora— Me distraje un poco al salir.

Su novia no tuvo que explicarle nada, él ya se imaginaba el motivo, pero estaba poco contento. Quería quitarse ese tema lo antes posible. Eso sí, con el olvido de la chica, podría evitar el juego al menos esa noche.

—Bueno, no importa, podemos hacerlo mañana —sugirió Kako algo decepcionada— Por ahora, les hablaré un poco de lo que he descubierto.

—No fue de la Ouija ¿Verdad? —preguntó la pelirroja.

—¡No! Eso es mejor hacerlo aquí que es donde está vagando el fantasma de nuestro interés —respondió Kako— Todo es información documental —señaló los libros que llevaba— He traído libros de biografías de la época, hasta libros de misticismo que habla de las reencarnaciones.

—¿Sigues pensando que soy la reencarnación de Raiden? —preguntó Sasuke más en un tono de reproche que de verdadera cuestión.

—Si y la verdad, es que después de leer algo de estos libros, siento que me convenzo cada día más.

—¿Por qué? —preguntó Karin curiosa.

—Hay muchas explicaciones sobre la reencarnación, sobre todo en el hinduismo y el budismo, pero aun dentro de estas, hay debates sobre el por qué ocurre y hacia dónde van las almas cuando uno muere —respondió Kako— Pero hay una leyenda de un pequeño pueblo desaparecido que dice reencarnamos una y otra vez hasta encontrarnos con nuestra alma gemela. No podemos trascender al siguiente plano, hasta no encontrarnos con nuestra otra mitad, así que vivimos varias vidas hasta que coincidimos —decía sacando uno de los libros— Este libro dice, que a veces nos encontramos con nuestra alma gemela, pero que las circunstancias en las que vivimos, nos evita vivir una vida juntos y que es muy común que en estos casos, pasen dos cosas.

—¿Qué se supone que es esto? —Karin interrumpió al ver una ilustración que Kako mostró del libro.

—Son las puertas principales del Inframundo para ir a tu destino —respondió la pelivioleta, quién notó enseguida que sus interlocutores no parecían convencidos— Esta es la explicación del pueblo que les mencioné. Verán, en muchas culturas se habla de las puertas del infierno, los niveles del Inframundo y cosas parecidas, pero mayoritariamente se habla de una única puerta que sólo sirve para entrar al Inframundo y nadie puede volver de allí— explicaba para luego mostrar un mapa en el mismo libro— En está cultura se dice que hay una puerta que la que atravesamos al morir, pero esa nos lleva a una sala con cuatro de ellas.

—¿Cuatro? El cielo, el infierno, el Purgatorio y… —preguntó Karin.

—No. Digamos que después de atravesar la puerta de la muerte, llegamos a algo así como una sala de espera. Si en esa vida conocimos a nuestra alma gemela y vivimos la vida que tuvimos que vivir juntos, nos quedamos en la sala de espera hasta que nos volvamos a reunir. Una vez juntos, atravesamos la puerta del tribunal, dónde se nos juzgará si vamos al paraíso o hace falta purificar nuestras almas.

—Es decir, el cielo y el infierno.

—Es más complejo que eso, pero para no entrar en detalles digamos que sí, ese es el resumen.

—Me imagino que las otras tres puertas son para encontrar al alma gemela —comentó Karin.

—No. De esas tres, hay una que es para renacer y seguir buscando a tu alma gemela. Otra es, si encontraste a tu alma gemela, pero no pudieron vivir la vida que debían y la tercera, es para los que murieron y tienen pendientes de su antigua vida y no pueden ir a buscar a su alma gemela hasta resolverlos.

—¿Y eso cómo se supone que explica que Sasuke es la reencarnación de Raiden?

—Pienso que Raiden y Kaori eran almas gemelas, pero el fantasma de Hana, que tenía pendientes en la Tierra, intervino en la vida que debían vivir juntos y sé interrumpió —respondió Kako sonriendo— Ellos debieron cruzar la tercera puerta para reencontrarse y tener la vida que debían y por eso Hana reacciona a ustedes —los había señalado a cada uno correspondientemente cuando dijo los nombres de los antepasados— Se supone que esa puerta hace que los que la atraviesan, reencarnen en su última familia para que haya más probabilidades de volverse a encontrar, ya que previamente se habían encontrado.

—¡Yo no creo en las almas gemelas! —exclamó Karin sonrojada, porque le sonaba romántica la idea, pero al mismo tiempo le parecía inquietante estar a merced de otro— Eso sería como si no pudiera elegir por mi propia cuenta —se cruzó de brazos— Además, te recuerdo que me apellido es Seidou, no Uzumaki.

Sasuke también parecía abochornado, pero fingía que estaba tranquilo a pesar del leve sonrojo.

—Dijiste que eras adoptada. ¿Qué tal si eres una Uzumaki y no lo sabes?

—¡Seidou es el apellido de mi madre! Nunca tuve el apellido de mi padre adoptivo y a menos que mi madre haya ocultado la verdad de nuestra familia, no soy Uzumaki —señaló Karin— Además, Itachi dijo que los Uzumaki murieron en la invasión a su país y que Kaori fue la única sobreviviente. Ella perdió el apellido cuando se casó con Raiden.

—Podrías ser pariente de los Uzumaki. ¿Te gustaría que revisáramos el árbol genealógico de los Uzumaki para comprobar?

—No hay Seidous en ese árbol genealógico —intervino Sasuke.

—¿Estás seguro? —acusó Kako.

—Conocí a un Uzumaki en la preparatoria. Alguna vez tuvimos que exponer nuestro árbol genealógico y no había Seidous en su línea familiar —respondió Sasuke con firmeza— Al parecer, él es descendiente de otro sobreviviente de aquella época, pero mantuvo perfil bajo para mantenerse a salvo de sus enemigos.

—¡Pero ya tenía todo resuelto de por qué Hana reacciona a ustedes! —exclamó Kako decepcionada.

—Si la evidencia te dice que no es por ahí, debes buscar en otro lado —señaló Karin.

—Bien. Empecemos por el principio. ¿Estaban en la biblioteca hace año y tres meses?

—¿Año y tres meses? —preguntó Karin confundida.

—Hace año y tres meses comenzaron las apariciones. Según lo que he preguntado en la escuela, todo empezó entre mayo y junio. Quizá vinieron a hacer algún trabajo juntos a la biblioteca o alguna confesión.

—¿Quién podría acordarse? Además estábamos de vacaciones, creo que fue cuando Sasuke salió con su familia y yo me quedé en mi cuarto del campus —respondió Karin nerviosa. La fecha coincidía con aquella noche traviesa en que concibieron a Raiden.

De hecho, por el embarazo fue que ella no pudo acabar su servicio en aquel entonces y tuvo que repetirlo desde el principio.

—Olvida las reencarnaciones. Estás cambiando el enfoque —dijo Sasuke tras arreglarse la voz— No vas a hablar de reencarnaciones en tu tesis.

—Supongo que tienes razón.

Kako les habló de otros datos sobre la familia de Hana, pero nada que resultara lo suficientemente relevante como para ponerle una pieza nueva al rompecabezas.

Al terminar la noche, la chica gótica le recordó a Sasuke llevar el vaso de vidrio la siguiente noche y se separó de la pareja como siempre enfrente de la biblioteca.

De regreso a casa, la pareja rara vez conversaba, pues además de la poca conversación que Sasuke ofrecía en cualquier circunstancia, también era porque se sentían muy cansados y con sueño. Empero, en esa ocasión, Karin no pudo evitar dos puntos con su novio.

—¿Tú crees que fuimos los culpables de despertar a Hana? —preguntó la pelirroja de repente.

—No.

—¿De verdad lo crees así o sólo lo dijiste porque no quieres creerlo? —preguntó la pelirroja acusadoramente, pues su novio había contestado muy tajantemente.

—No le hagas caso a Kako sobre esas tonterías.

—Sasuke, también pensábamos que los fantasmas eran una tontería y henos aquí.

—No hay motivo para creer que fue precisamente esa noche. Puede ser sólo una coincidencia.

—¿Es coincidencia que por las fechas en que concebimos a Raiden se apareciera un fantasma de hace cien años, que cuando llevamos a nuestro bebé se pusiera a lamentar e ir a dónde estamos nosotros y que además, nos haya hablado? —enumeró Karin— Entre más lo pienso, más creo que Kako tiene razón, aunque no en todo. Tampoco puede ser coincidencia que Raiden se enfermara al poco de encontrarnos con ese fantasma ni que esté mejor ahora que tiene el amuleto que Kako me dió para él.

—Los bebés se enferman y Raiden está acabando su tratamiento, es natural que esté mejor con o sin amuleto —respondió el joven— Sobre el resto, debe ser coincidencia. Habemos muchos alumnos en el campus, cualquier otro pudo haber despertado a ese fantasma.

—Sasuke…

—Si alguien mató a Hana, ¿por qué no creer que su asesino reencarnó y su presencia fue quien la despertó? ¿O por qué no creer que alguien la llamó de alguna forma? —señaló Uchiha— Kako no tiene evidencia para decir lo que asegura y a menos que haya una forma de saber nuestras vidas pasadas, hay muchas otras posibilidades.

—Supongo que tienes razón, pero eso no me tranquiliza —respondió la pelirroja pensativa— ¿Y si nuestro bebé es la reencarnación de Raiden? —Sasuke bufó e iba a protestar, pero ella le ganó la palabra— Tú mismo dijiste que habían más posibilidades y esa es una de ellas.

—Bien, si Raiden es el Raiden del pasado, entonces no lo volvemos a llevar a la universidad. Cuando crezca, lo enviamos a otra universidad —respondió el azabache— Pero necesitamos evidencia. No podemos hacer nuestra vida en torno a un fantasma o podríamos terminar como Kaori.

Karin asintió en silencio y cuando estaban a unos minutos de llegar a la casa, ella recordó el otro asunto del que quería hablar.

—¿Crees que ese chico siga enfrente de la casa?

Sasuke se había olvidado de ello y no estaba muy seguro de la respuesta. Naruto era terriblemente terco, pero si Itachi le dijo que llegaría a la media noche, para esa hora, él debería estar muerto de sueño y quizá de vuelta en su casa.

—Temo que si volvió a su casa después de que nos fuimos, esté llegando ahora de nuevo a la casa.

—Déjame manejar el resto del camino y tú puedes esconderte. Meto el carro a la cochera y sales desde allí.

El joven asintió y estacionó en el camino para cambiar de lugar. Sin embargo, la preocupación fue innecesaria porque cuando llegaron no había nadie. De todas formas siguieron el plan en caso de que estuviera en algún lugar escondido.

La pareja se fue a dormir después de desayunar algo y hacer su rutina con su hijo. Aquél día no hubo novedad. No hubo mensajes ni llamadas de números extraños, tampoco visitas y de hecho, tampoco hablaron con Itachi porque este estuvo ocupado con algunos asuntos de la empresa familiar.

Por la noche, Sasuke y Karin llegaron a la biblioteca de buen ánimo gracias a la tranquilidad del día. Además, después de esa noche sólo faltaría una para terminar el servicio… por lo menos el del varón, porque la joven tendría que quedarse seis días más. Es decir, debía tres días de siete horas, pero en horario de clase, los turnos sólo duraban cuatro horas.

Lo único que consolaba a la pelirroja de este turno, es que entraría más temprano, por tanto, saldría más temprano, así que sólo lidiaría con Hana dos veces en la noche y ninguna de ellas sería aquella cuando entraba a su sección.

Cuando llegaron a la biblioteca, Kako ya estaba allí como las otras veces y se emocionó bastante cuando Sasuke le mostró que en esa ocasión sí llevaba el vaso de vidrio.

—¡Perfecto! ¡Después de esto, no podrás decir que hice trampa! —exclamó Kako sonriendo— Sólo espero que los espíritus respondan —murmuró para luego asomarse por la puerta y gritar por el pasillo— ¡No me vayas a fallar, Hana!

—¿Cómo se supone que vas a hacer una Ouija con un vaso? —preguntó Karin confundida.

—Fácil. Tu novio va a hacer papeles donde escribirá de la A a la Z. Escribirá otros dos con Hola y Adiós, y por último, dos más con Si y No —explicaba la chica gótica— Los acomodamos como en la tabla de madera y el vaso servirá como la plancha. Tiene que ser de vidrio porque es transparente.

—En ese caso, habría sido mejor uno de plástico ¿No? —comentó la pelirroja.

—El vaso de vidrio es mejor porque es más pesado. Si un fantasma lo mueve, él no puede negar que no hay truco —respondió la chica refiriéndose al azabache. Este sólo bufó— Además, en esta ocasión, él jugará solo y lo hará a la hora en que llega Hana. Si él es la reencarnación de Raiden, seguro le responde.

—Tengo una condición para hacerlo —comentó Sasuke.

—¿Qué clase de condición? —preguntó Kako descontenta.

—Esta noche estoy dispuesto a hacer todos los intentos que quieras, pero si no pasa nada en toda la noche. Renunciarás a hablar con mi hermano —señaló Sasuke y Karin quedó sorprendida. Es decir, a ella ya la sorprendía que él accediera a llevar lo necesario y jugar al menos una vez, pero ahora podía entender el por qué accedió.

En varias ocasiones Sasuke le expresó que, si bien no iba a negar la existencia del fantasma, no creía que los fantasmas se comunicaran con un pedazo de madera cuando era obvio que podían hablar y desplazarse. Por tanto, él estaba seguro que si hacía las cosas, no pasaría nada, y así podría alejar a Kako de su hermano.

—Que sea una apuesta. ¿Te parece? Si no pasa nada, no me acercaré a tu hermano —respondió la chica— Pero si funciona y te contestan, me buscarás una oportunidad para hablar con él. ¿Trato?

Kako había estirado su mano para ofrecérsela al Uchiha y este, pareció dudar.

Sasuke no creí que la Ouija funcionara, pero la seguridad con que la pelivioleta habló, lo hizo dudar por un segundo. Sin embargo, asintió y se puso a preparar los papeles.

—¡Me dejas con la mano al aire! —reclamó Kako haciendo un mohín.

—Así es él. No te lo tomes personal —comentó la pelirroja— Pero él cumplirá su palabra.

—¿No te falta romance en tu vida con un novio como él? —Kako fingió murmurarle a Karin, pero obviamente quería que Sasuke la oyera. Él sólo la ignoró.

—Si, pero es más bien por vivir en casa de sus padres —respondió Karin— Vivo con el temor de que nos oigan y me echen de la casa.

Sasuke prestó oído a la respuesta de su novia y se sonrojó a causa de la última oración, pues a su parecer, a ella a veces se le olvidaba dónde estaban, pero fingió no haber escuchado nada y siguió cortando y escribiendo los papeles.

Una vez que el chico terminó con la Ouija casera, pues parte de demostrarle que no había truco, era que él lo hiciera sólo, Sasuke eligió el lugar donde habría de poner los papeles. Lo hizo en el suelo a mitad de la sala para asegurarse de que nada por debajo de una mesa hiciera el truco.

—Aún falta un rato para que llegue Hana —Karin había revisado la hora y de paso si había algún mensaje sobre su bebé, pero nada.

—Podrías intentar llamar a Masaki Haruno —sugirió Kako— Tengo un par de preguntas qué hacerle.

—¿Qué debo hacer? —preguntó Sasuke dispuesto a hacerlo, pero no recordaba todo lo que la chica había hecho la ocasión anterior para "invocar" a los espíritus.

Kako le dió todas las indicaciones a Sasuke sobre cómo invocar al espíritu de Masaki y tardaron un poco más en convencer al chico de hacerlo, pues le parecía que se vería ridículo hablándole al aire. Empero, estaba dispuesto a alejar a la pelivioleta de su hermano, así que, muy a su pesar, hizo la invocación y esperó que el vaso se moviera.

No, no hubo movimiento.

Sasuke hizo dos o tres intentos más preguntando por Masaki, pero no hubo respuesta. Ni siquiera algún tipo de señal o movimiento extraño que pudiera indicar que había algo sobrenatural en el ambiente.

—Faltan cinco minutos para que Hana aparezca. Estoy segura que te responderá —comentó Kako cuando Sasuke la volteó a ver con una sonrisa de medio lado. El chico estaba convencido de que podría ganar esa apuesta.

—¿Estás seguro de esto? —preguntó Karin a su novio.

—Ella hizo muchos intentos la última vez con y sin nosotros y la única respuesta que obtuvo, fue cuando supuestamente respondió "Masaki H." No hay motivo para pensar que hoy será diferente —respondió Sasuke, aún más convencido de que la supuesta aparición de Masaki había sido sólo un truco de la chica gótica.

—Yo jamás jugaría una broma o trampa de ese tipo. Detesto a las personas que lo hacen porque desacreditan lo verídico —respondió Kako frustrada.

—No creo que haya sido un truco —Karin le dijo a su novio. Ella no sabía cómo explicarlo, ya lo había intentado, pero sólo podía describirlo como que sabía que todo había sido real.

—Él lo vivirá de primera mano. Estoy segura que Hana contestará esta vez —Kako se dirigió a su amiga, indicándole que no se esforzara por convencerlo.

Hubo más intentos el resto de la noche, incluso Sasuke había reunido todo su coraje para preguntar a su Ouija casera justo en que el reloj daba la hora en punto. Fue un trabajo difícil, pero el vaso no se movió ni una sola vez. El azabache ya estaba aburrido, pero estaba siendo paciente porque estaba consiguiendo su cometido: alejar a Kako de su hermano.

—Faltan diez minutos para las seis. No va a pasar nada, hay que guardar todo —comentó Sasuke levantándose del suelo, dispuesto a recoger los papeles y el vaso.

—Hay que intentarlo cuando ella venga a la sección —pidió Kako suplicante— Quizá asegurándonos de que ella esté en la misma habitación…

—Es inútil. Además, nosotros no nos quedaremos más tiempo del necesario —Sasuke interrumpió a la chica gótica— Tan sólo acepta que perdiste la apuesta y deja de lado este juego.

—Si esto es una apuesta, tenemos que hacer esto bien —respondió Kako— Debes llegar hasta el final o no será válida la promesa.

Sasuke frunció el ceño porque sentía que ella tenía razón. Sin embargo, tampoco estaba contento con la idea de hacer ese último intento y retrasar su hora de llegada más de lo que ya lo hacían por culpa de ese fantasma que entraba a esa sección a la hora de la salida. El joven le preguntó a su novia con la mirada su opinión.

—Un último intento no hará daño.

El azabache, queriendo acabar con eso, se sentó de nuevo frente a los papeles poniendo los dedos sobre el vaso puesto al revés y sintió a su novia sentarse a su lado y abrazarlo. No sabían si podrían aguantar el miedo que les provocaba oír al fantasma entrar a la sección, pero al menos estarían juntos.

Kako quería acercarse a ellos, también le daba miedo, pero se veían muy íntimos como para integrarse, así que se quedó un par de pasos lejos de ellos. Sin embargo, se quedó del lado que le permitía estar lejos de la puerta.

—Menos de un minuto —anunció la pelivioleta y Sasuke, aunque con miedo por los lamentos que comenzaron a oírse tras la primera campanada, inició el ritual.

En esta ocasión, cuando él preguntó si había alguien allí, el vaso se movió.


¿Las cartas que tiene Kako serán reales? ¿Realmente las obtuvo de la familia Haruno o sólo intentó engañar a los chicos? ¿De dónde conoce Kako a la familia Haruno? ¿Quién habrá contestado la Ouija casera? ¿Hana, Masaki o alguien más? ¿Realmente hay alguna reencarnación en la familia Uchia? ¿Itachi y Kako se conocerán algún día?

Espero poder leer sus teorías en los comentarios n.n

Antes de despedirme, quiero aclarar un par de cosas. La primera de ellas es que aquella cultura de la que Kako habla para explicar las reencarnaciones, ha sido inventada para esta historia, así que ni siquiera intenten buscarla Espero que esto no los decepcione.

Lo segundo que quisiera aclarar, especialmente para aquellos que son nuevos en mis historias, el apellido "Seidou" es uno que le fue dado a Karin en la wikipedia mucho antes de que se revelara en el manga que ella era una Uzumaki. Si ven mis viejos fics, notarán que solía usar ese apellido para ella y en algunos otros uso "Hebi" o "Kagura" que son palabras que están relacionadas con ella. Después de la revelación del clan de Karin en el manga, prácticamente he eliminado esos apellidos que le he dado de mis historias, pero en casos como este, llego a retomarlos para el desarrollo de la trama.

Sin más por el momento, me despido esperando que la historia siga siendo de su agrado n.n

Hasta la próxima actualización n.n