PRÓLOGO
Por supuesto que él la amaba. Claro que sí. Cualquier otra opción ni siquiera era posible. Tal vez nunca se lo hubiera dicho, después de todo ella misma jamás pronunció las palabras, pero las acciones siempre eran más importantes y Sesshoumaru desde hacía mucho que le demostró amor. El más profundo que ella hubiera conocido.
Y la mañana en la que pelearon no fue nada más que un contratiempo, ella no dejaría que su propia estupidez se convirtiera en una bola de nieve que terminara por separarlos, no cuando estaba tan segura de amarlo y que bien podían ser perfectos para pasar juntos el resto de sus vidas. Tanto como eso fuera, seis meses más o cien años…
Sólo guiada por eso fue que tomó el valor necesario para preparar un pay, de esos que Sesshoumaru nunca alabó pero que siempre buscó en su nevera, ella sabía que le gustaban. Lo hizo con cuidado para que quedara perfecto y luego lo tomó y viajó hasta el departamento del hombre de los ojos dorados. La comida era nada más que una ofrenda simbólica, ella en verdad iba a entregarle su corazón. O más bien a informarle que desde hacía mucho que le pertenecía.
Respiró profundo mientras esperaba por el ascensor y repasó mentalmente las palabras que usaría. Iba a disculparse por su reacción exagerada y a decirle lo que sentía por él en verdad.
Sesshoumaru nunca quiso un compromiso, siempre se expresó de manera muy clara para hacerle saber que él no era un hombre para eso. Pero al mismo tiempo formó con ella un lazo que jamás se rompería. Con título o no, él era su pareja y ella la de él.
El viaje de varios pisos se le hizo más largo que nunca antes, incluso peor que esas veces en las que lo hizo recargándose en el pecho masculino porque estaba tan débil que sólo su orgullo la mantenía en pie. En esa última parte del trayecto se le llenaron los ojos de lágrimas y se regañó a sí misma. Sesshoumaru odiaba verla llorar y ella ya había derramado demasiadas lágrimas. Ese camino no pensaba recorrerlo otra vez.
Se esforzó al máximo por detener un poco su torrente de emociones y lo logró. Por lo menos lo suficiente para parecer tranquila y relajada. Salió del elevador en el último piso y caminó por el pasillo hasta el departamento que estaba al fondo. Una vez ante la puerta tuvo que tomarse treinta segundos más para terminar de recopilar valor… y al final llamó golpeó tres veces para hacerse notar.
Estuvo segura de que él se sorprendería, nadie nunca tocaba ahí directamente pues la puerta de entrada al edificio era un sitio bastante privado. Quizás sólo por eso sabría que era ella.
Esperó un poco y no escuchó nada, entonces, volvió a tocar y empezó a preocuparse ¿y si no estaba en casa? Quizás sorprenderlo no hubiera sido la mejor idea y debió llamar antes. Podría hacerlo en ese momento y pedirle que fuera a verla, decirle que lo estaba esperando para disculparse. Él iría. Siempre lo hacía cuando ella lo necesitaba.
Tocó por tercera vez y al no obtener respuesta alguna dio media vuelta decidida a bajar y esperarlo en el lobby, pero antes de que pudiera dar un solo paso vio el elevador abrirse de nuevo y ahí estaba él. Apuesto como siempre, con la camisa a medio desabrochar y el saco colgando del hombro. Lo vio y se quedó sin aliento… y justo un segundo después sintió su corazón detenerse.
Al lado de Sesshoumaru iba una mujer. Lin no la conocía pero bien podía ser una de sus tantas amantes anónimas de un rato de sexo.
La expresión de él no cambió en lo más mínimo, ni siquiera detuvo sus pasos ni le dio seña alguna de que estuviera sorprendido, sólo caminó por el largo pasillo con la desconocida a su lado y se le plantó enfrente a muy poca distancia.
- ¿Amiga tuya? –preguntó la mujer que llevaba un vestido pequeño que se veía costoso.
- ¿Qué haces aquí? –inquirió Sesshoumaru ignorando a su acompañante. Lin se quedó callada porque por una vez en su vida no se le ocurrió qué decir. Sólo se sintió pequeña y pisoteada. - ¿Qué haces aquí? –volvió a preguntarle en un tono más frío, si es que era posible.
- Nada. Yo sólo… -dudó por un momento en cómo continuar y sintió el peso del pay en sus manos. – Vine a traerte esto. –lo alzó un poco y lo puso sobre la mesita con florero que estaba su lado, lo hizo rápido porque sintió que estaba temblando y soltar el plato sólo la hubiera hecho sentir más tonta. – Diviértete mucho. –murmuró y salió casi corriendo sin atreverse a verlo una vez más. Él no la siguió.
Lin presionó el botón para llamar el ascensor y agradeció que ya estuviera ahí y le permitiera huir rápido. Sólo quería desaparecer de la faz de la Tierra. Claro que él ya tenía a alguien más, siempre tuvo a muchas otras. Ella misma se lo permitió, justo cuando estuvo a su lado porque lo necesitaba demasiado ella le dijo que podía salir y hacer lo que quisiera. Y por alguna estúpida razón pensó que no lo había hecho. Estuvieron tan cerca por tanto tiempo que ya se le había olvidado que él era un mujeriego al que no le gustaban las ataduras. Podía ser el hombre más dulce del mundo, pero era Sesshoumaru Taisho, hombre de negocios, adicto al trabajo, enfocado en su ambición… y con compañeras ocasionales para relajarse.
Ella siempre supo que fue un paréntesis en su vida, pero de alguna forma logró convencerse de que bien pudo convertirse en el inicio de un nuevo capítulo que durara por siempre. Estaba equivocada.
Lo odiaba pero no más que a sí misma. Porque sin importar qué tanto acabara de herirla, lo amaba y estaría en deuda con él por haberle regalado a su hermano y el resto de su vida.
…..
CAPÍTULO 1
Se busca mujer compañera de negocios temporal.
Requisitos:
20-25 años.
Cabello y ojos castaños.
Belleza física.
Cultura promedio a sobresaliente.
Disponibilidad total de horario mientras dure el contrato.
Alto profesionalismo.
Mente abierta.
Oferta económica a negociarse.
Nota: nada relacionado con sexo.
Lin leyó el anuncio de internet varias veces y cada vez le pareció más gracioso, además, disparó su curiosidad como desde hacía mucho tiempo atrás que algo no lo hacía. Todo le sonaba a que estaban buscando una prostituta, sin embargo la nota aclaratoria al final era muy explícita.
¿Quién sería ese hombre y qué buscaba exactamente?
Además, de seguro estaba algo desesperado o era uno de esos geeks que no conocen a nadie en el mundo real, pues publicar esa clase de aviso en línea era extraño. Suspiró y se mordió un poco el labio considerando la posibilidad de responder.
Ella no necesitaba el dinero pero estaba sin nada que hacer y mínimo quería averiguar de qué se trataba todo aquello. ¿Qué podía perder? Intentó considerar todas las posibilidades, desde que fuera nada más que una farsa hasta que se tratara de un psicópata buscando su próxima víctima.
Dio el primer clic de repente en un impulso sabiendo muy bien que en realidad no tenía absolutamente nada qué perder. Respondió al anuncio con un simple mensaje privado indicando que cumplía con todos los requisitos y estaba interesada, después siguió husmeando el resto de los avisos y pasando la tarde a solas. Como siempre.
…..
Hola!
-Quien quiera que seas-
Leí tu anuncio y estoy totalmente intrigada. Eres un psicópata?
Si no lo eres, cumplo todos tus requisitos. Me gustaría que me informaras más.
De cuánto tiempo estamos hablando? Y más importante aún… cuánto dinero?
Respóndeme pronto!
-Antes de que llegue otro haciendo una oferta mejor-
Sesshoumaru leyó esta, que era la décima tercera respuesta que recibía, y consideró la posibilidad de descartarla. El tono casual y hasta bromista que utilizó la mujer podía no ser una cualidad que estuviera buscando para el puesto. Sin embargo también le resultó interesante la forma en que le planteó las cosas. El simple hecho de que le preguntara si era un psicópata la hizo resaltar del resto.
Decidió no descartarla todavía y continuó viendo quién más había respondido. Mientras leía e intentaba encontrar señales de alerta una parte de su mente le recriminaba el estar pasando por todo aquello. Él no era ese tipo de hombre, él era importante y podía tener a la mujer que quisiera… pero bueno, esto no era algo real, sólo un negocio para obtener lo que más deseaba.
Al final se quedó sólo con las cinco mejores candidatas, o las que le sonaron menos inadecuadas, de alguna manera la que lo llamó psicópata terminó en ese grupo. Contestó a todas y cerró la computadora, era tarde pero aún tendría tiempo de sobra para salir y divertirse un rato. Iría a un bar nuevo a buscar alguna mujer para pasar la noche y olvidarse de todo.
…..
Lin se levantó tan tarde como quiso esa mañana y encendió la televisión que se encontraba en la sala de su departamento antes de ir a la cocina y prepararse el desayuno. No tenía planes para ese día pero desde hacía un par de semanas estaba pensando en visitar el zoológico de la ciudad para ver la exposición de arañas que recién inauguraron.
Comió cereal con leche y algo de jugo de naranja mientras veía dibujos animados, después decidió revisar su correo electrónico con la esperanza de que alguien hubiera ofertado lo que ella estaba buscando. La tarde anterior decidió que valía la pena hacer el intento y puso un aviso con toda la información de unos libros que no había podido encontrar hasta el momento. Eran ejemplares de primera edición y tenían más de veinte años de antigüedad, por eso le estaba costando trabajo, pero su amor por la historia de tres tomos era tal que decidió que no descansaría hasta tenerlos en sus manos.
Vio su bandeja de entrada y descartó lo que no le interesaba, después se decepcionó de saber que nadie parecía interesado en venderle los libros que buscaba, pero al final una sonrisa cruzó su rostro cuando vio la respuesta del psicópata que solicitaba una compañera de negocios.
Un par de semanas a lo mucho. Sería realizar un viaje, por eso es tiempo completo. Estamos hablando de varios miles, dependiendo de qué tan largo sea el viaje y qué tan bien sepas actuar.
Necesito información adicional:
Grado de estudios.
Estatura, peso y talla.
Intereses generales.
Mínimo una fotografía con buena calidad.
Y no soy un psicópata.
Ella se rió y se sintió un poco ofendida por sus nuevos requerimientos. ¿Tanto le importaba su apariencia? Además, le resultaba algo extraño mandarle una fotografía, la incomodaba pensar en qué usos podría darle.
Le gustó mucho el detalle de aclararle que no era un psicópata, ojalá pudiera creerle. Respiró profundo antes de redactar su respuesta y cuando terminó estaba de buen humor. Fue hasta el baño y tomó una ducha rápida y luego se preparó para visitar el zoológico aunque una pequeña parte de su mente continuó pensando en la extraña oferta del psicópata.
…..
Sesshoumaru estaba en la oficina leyendo algunos papeles, nada que no fuera usual. Durante la mañana otras quince mujeres más ya le habían contestado, además de las cinco a las que él respondió, dos le enviaron fotografías… y ninguna era lo que él esperaba. Se trataba de chicas bonitas… pero no lo que él estaba buscando.
De repente le llegó un nuevo correo electrónico y vio que era de la que lo llamó psicópata, ella nunca sonó muy prometedora. Dejó lo que estaba haciendo y lo abrió notando que para empezar no adjuntó una fotografía, mala señal.
Hola de nuevo!
Primero voy a ser cortés y voy a satisfacer tu curiosidad:
Estudié dos años en la universidad, diseño gráfico, y luego la dejé por motivos personales… pero no me iba mal. Hablo cuatro idiomas diferentes, si te sirve de algo saberlo.
Mido 1.64m y peso 53kg… la talla… no fuiste muy específico… ¿talla de qué? Pero de todas formas no te la daría.
Y mi interés general es el mundo. Conocer y hacer todo lo posible, supongo que es por eso que respondí tu anuncio.
Me niego en redondo a mandarte una fotografía, si estás interesado, puedes conocerme en persona pero no te voy a entregar una imagen mía para que la almacenes y le des el uso que desees.
-Y aún no estoy convencida de que no seas un psicópata-
Sesshoumaru se quedó más que sorprendido al leer todo eso. Inclusive estuvo a punto de sonreír. Y supo que sería ella. Eso era justo lo que necesitaba. Una mujer sin miedo porque lo que él ofrecía era todo menos convencional.
Sin embargo, tenía que comprobar que su físico era adecuado, por su estatura y peso supuso que encajaría bien, pero tenía que estar seguro. Miró la pantalla releyendo el texto y luego decidió dejarlo para más tarde. Tenía que pensar cuidadosamente su respuesta.
…..
Lin regresó a su casa esa noche tan cansada como hacía mucho no lo estaba. Pasó la mañana entera recorriendo el zoológico y después de comer algo decidió ir a una plaza para una corta parada en su tienda de chocolates favorita y terminó quedándose al cine y después a cenar ahí mismo.
Al final no era muy tarde pero todas las actividades la agotaron, así que nada más tomó una ducha caliente para relajarse, se puso la pijama y entró entre las sábanas para revisar su correo electrónico. Hubiera podido engañarse y decir que era para darle seguimiento al asunto de sus libros, pero la verdad era que estaba ansiosa de saber si tenía respuesta alguna del psicópata. Sí al tenía.
Ya que te niegas a darme la información que requiero, no creo que progresemos mucho. Pero voy a darte otra oportunidad:
Ocupación.
Pasatiempos.
Peor defecto.
Mejor cualidad.
Compromisos personales (novio, hijos, etc.)
¿Estás segura de que quieres conocerme aún pensando que soy un psicópata?
Lin sonrió y pensó en cómo responderle. Ese hombre tenía que ser un loco o mínimo alguien con un sentido del humor muy extraño, pero ella era un hueso duro de roer y no iba a darse por vencida tan fácilmente. Por eso decidió voltear la moneda y se sintió muy orgullosa de lo que le escribió.
Al final estaba aún más intrigada que antes y deseosa de que él contestara, pero sus energías no fueron suficientes para mantenerla despierta, así que se quedó dormida con la computadora a un lado e intentando imaginar cómo se veía el psicópata de internet.
…..
Sesshoumaru llegó a la oficina y vio que tenía unos minutos libres antes de su primera reunión, por eso se puso a seguir con el proceso de elección para su compañera de negocios. La noche anterior no tuvo tiempo de hacerlo, pero sí recibió una llamada que hizo todo el asunto aún más urgente. Tenía nada más que unos días antes de que todo tuviera que estar listo y él aún no tenía idea de a quién elegir. Era una tarea muy delicada.
Dos candidatas sonaban bien, mujeres bellas y jóvenes que podían dar el ancho en teoría, pero su manera de expresarse era más bien en tono seductor que profesional, eso no le gustaba porque sólo eran negocios. Y la otra chica que tenía como opción… era la loca que lo consideraba un psicópata, sin embargo ella parecía tener algo especial, pero eso leyó su respuesta primero y aunque se enojó un poco por la osadía que cometió, también tuvo que darle algo de puntos extras a su inteligencia.
Psicópata!
Vamos a hacer un intercambio. Llena los siguientes datos y bien puedo considerar darte las respuestas que me solicitaste:
Edad.
Descripción física.
Ocupación.
¿Para qué tipo de negocio me solicitas?
Pasatiempos.
Defectos y cualidades (detallados, por favor)
Mascotas.
Estado civil.
Y sí, con suerte quizás pueda verte en un lugar público, aunque seas un psicópata.
Sesshoumaru meditó cómo no caer en su juego pero al mismo tiempo mantenerla interesada… para eso tal vez lo mejor fuera ir directo con la verdad. Después de todo él era uno de esos hombres que consiguen a quien sea sólo con su físico o con sus credenciales. De eso siempre estuvo orgulloso.
Redactó una respuesta y luego siguió con otras mujeres, aunque después de la loca, nadie le sonaba tan interesante ¿en verdad sería ella la indicada? Aunque la parte lógica de su mente le dijera que no, de todas formas… había algo que lo halaba hacia ella.
…..
Esa mañana Lin se despertó tarde y aún cansada, al girarse sobre la cama sintió que el día anterior le estaba pasando factura y estaba adolorida, además el cosquilleo en su garganta no prometía nada más que problemas en su futuro cercano. Pero estaba acostumbrada.
Se levantó lentamente y visitó el gabinete de las medicinas buscando algo que la ayudara a prevenir caer en cama por una simple infección de garganta, después desayunó algo aunque no tenía hambre y se regresó a estar entre las sábanas.
Ese día lo pasaría en casa. Encendió la televisión y conectó la computadora mientras pasaba los canales poco interesada en lo que encontraba. Después de unos minutos dejó un documental de insectos y se dedicó a revisar sus redes sociales y después su correo electrónico. Ahí encontró noticias del psicópata y su corazón se aceleró.
Muy inteligente.
Te ofrezco algo más.
Acepta verme (en un sitio público para que no pueda descuartizarte, aún).
Y entonces puedo responder tus preguntas y tú, las mías.
Todo o nada.
Le costó algo de trabajo asimilar las condiciones y el proceso de decidir resultó mil veces peor. Quería verla en verdad. Iba a secuestrarla o a hacerle una propuesta real para un negocio extraño. Cualquier opción era factible.
Desde luego que parte sensata le indicaba que no lo hiciera, pero ella ya había dejado eso de la sensatez atrás desde hacía mucho tiempo… y bajo ese precepto escribió una respuesta simple y directa.
…..
Sesshoumaru estaba almorzando en su oficina como casi todos los días. Él no era un hombre sociable, sus interacciones eran estrictamente de tres tipos. Profesionales, pasionales o con su familia cuando no tenía otra salida. Así que verse para comer con alguien sólo sucedía bajo alguna de esas categorías.
Por un lado tenía una baguette y estaba leyendo algunos documentos legales del último negocio sobre el que la empresa trabajaba, pero la notificación de un nuevo correo electrónico lo interrumpió. Era la chica loca. Sin dudarlo lo abrió y no pudo evitar que una sonrisa se dibujara en su rostro cuando leyó la respuesta tan simple.
Hecho.
Dejó sus alimentos y se dedicó a contestarle tal cual lo acordaron. Le proporcionó todas las piezas de información así como la fecha y lugar de su encuentro. Al día siguiente iba a verla y con mucha suerte en ella encontraría la clave para obtener su próximo objetivo.
…..
Lin se pasó todo el día dormitando en la cama, sólo se levantó para ir al baño, tomar más medicamentos y comer un poco. Cuando empezó a caer la noche se dio cuenta de que sus esfuerzos por cuidarse parecían dar resultados y en realidad se sentía mejor que esa mañana.
Miró el reloj impaciente y decidió que bien podía darle una oportunidad a su correo electrónico y por eso tomó la computadora de nuevo. Estaba ansiosa por saber el veredicto del psicópata… porque quería saber más de él y también conocerlo en persona. Él no la decepcionó.
Mañana. Orange Cat Bar 9:00pm. La última mesa en la terraza.
30 años.
Alto, ojos dorados, atlético… el resto vas a tener que comprobarlo por ti misma.
Necesito que actúes por una o dos semanas muy bien un papel para convencer a unas personas… los detalles los puedes tener mañana.
Mi único pasatiempo es trabajar.
Mi mejor cualidad es la ambición y el peor defecto es que aún no poseo la compañía que quiero.
No me gustan los animales.
Soltero.
Espero tu parte del trato.
Para Lin toda esa información fue algo confusa. Porque encajaba muy bien pero al mismo tiempo… algo estaba mal. Pudo ver en él a un hombre demasiado seguro de sí mismo… quizás hasta llegar al exceso. Un adicto al trabajo que valoraba las cosas muy diferentes de cómo ella lo hacía. Suspiró y por unos minutos dudó. Quizás en realidad no quería seguir adelante con aquello… pero ya estaba demasiado adentro.
Valoró sus propias respuestas antes de plasmarlas y enviarlas y después se dedicó a buscar información sobre el lugar en el que la había citado. Resultó ser uno de los sitios más exclusivos de la ciudad, de esos que se ponen de moda y se quedan ahí. Era caro y lujoso, de seguro para demostrarle su poder. Suspiró de nuevo y fue hasta su closet a decidir qué ponerse al día siguiente, quería enviarle el mensaje correcto.
…..
Sesshoumaru llegó tarde a su casa luego del gimnasio, tomó algo de la comida que su ama de llaves dejaba en el refrigerador y cenó revisando más cosas del trabajo. Después ya que estaba en su estudio y era pasada de la media noche fue que leyó la respuesta que la chica loca le había enviado.
Interesantes respuestas. El resto las comprobaré mañana. Espero que no estés mintiendo como en lo de no ser un psicópata.
Me dedico a vivir la vida cada día.
Tengo miles de pasatiempos, leer, visitar lugares, tejer, pintar, escuchar música, ver televisión… tu nómbralo y seguro que lo he hecho.
Mi peor defecto es mi curiosidad.
Mi mejor cualidad es eso mismo.
Soltera, sin novio ni hijos (pero no pienses que si desaparezco nadie lo va a notar).
Te veo mañana Sr. Adicto al trabajo.
Ella continuaba bromeando con lo de "psicópata" o quizás lo pensaba en verdad. Por lo demás… supuso que era sincera. Sonaba como una chiquilla despreocupada que tal vez no tenía necesidad ni interés en sacarle provecho a su tiempo y a su vida. Eso era perfecto para él. No quería a alguien que estuviera siempre ocupada ni que recibiera miles de llamadas telefónicas mientras trabajaba con él, eso sólo complicaría las cosas.
Cerró el correo sin contestar nada porque ya no le quedaba más que preguntarle por esa vía. El resto de la evaluación sería en persona. Ojalá que estuviera preparada para su juicio de acero.
…..
Lin POV
Me bajé del taxi justo en la entrada del bar y estaba aterrada. El sitio era tal cual en las fotografías, glamuroso, sofisticado y con una fila de gente esperando entrar. Supuse que el psicópata tendría reservación, así que me acerqué directamente al hombre en la puerta.
Noté su escrutinio de inmediato, como si me estuviera evaluando, pero esa noche iba preparada. Me puse un vestido negro tan pequeño que era escandaloso, pero no resultaba visible debajo del abrigo corto color cereza que llevaba. Mi cabello, que sinceramente no era muy largo, estaba tan lacio que aún me preguntaba cómo lo logré y el maquillaje cargado y de noche hacía resaltar mis ojos. Sí, esa noche me veía bien y lo sabía. Ese fue uno de los requisitos que me puse para asistir.
- ¿La esperan, señorita? –me cuestionó el guardia.
- En la última mesa de la terraza. –afirmé como si supiera de qué hablaba y noté la sorpresa en sus facciones, de inmediato quitó el cordón y me dejó pasar.
- Bienvenida, la voy a guiar a su mesa. –me dijo una mujer con uniforme a la que no noté antes.
- Gracias. –susurré intentando no verme tímida aunque el corazón intentara salírseme del pecho.
Estaba por conocer al psicópata y ver qué se traía entre manos. Esa parte me emocionaba… lo que me causaba ansiedad era saber que le mentí en algo… porque la verdad era que si me descuartizaba esa noche… nadie notaría mi ausencia jamás.
Pasamos entre mesas y muchas personas. Algunos me miraron, otros muchos, no. La iluminación de colores intensos le daba un toque místico a todo y la música en vivo era agradable, rock. Salimos a la terraza y noté que era enorme, de inmediato ubiqué la esquina hacia la que nos dirigíamos y vi que allá lejos de todo había una mesa aparte, acordonada para que nadie se aproximara demasiado… y ahí estaba él. Tenía que ser él. Alto y atlético… además de increíblemente guapo.
Cuando llegamos y ella me dejó pasar yo sólo seguí caminando y vi que el psicópata se puso de pie con una media sonrisa en los labios, sus ojos me recorrieron con una fuerza tal que sentí que podía traspasarme. Pero tenía que ser fuerte, así que le hice lo mismo.
Llevaba puesto un traje sin saco, el pantalón era negro y la camisa de un color lila tan tenue que dudé… quizás fuera plateado, su cabello era más o menos del mismo color, o así debería ser porque bajo las luces de neón podría confundirlo. Sus ojos eran de un dorado tan puro como el oro y cada facción fina y masculina me impactó. Eso sin contar todos los músculos que se le marcaban debajo de la tela.
- Psicópata. –lo saludé sonriendo.
- Buen comienzo, con sobrenombres. Siempre me has parecido una loca. –respondió tomando mi mano para besar el dorso como un caballero antiguo… o un seductor moderno.
- Te concedo eso. –le dije y luego me reí un poco. Tenía que relajarme.
Él me abrió la silla para que me sentara y lo hice, noté en su copa una bebida transparente y cómo él no dejó de observarme ni por un segundo, yo me quedé quieta, esperando e intentando estar tranquila y ser yo misma… él me intimidaba un poco.
- ¿Qué quieres tomar?
- Agua mineral. –respondí sin dudarlo y él levantó una ceja. Yo le contesté encogiéndome de hombros. – Abstemia.
- Loca. –me corrigió y le hizo una seña a la mesera que no se alejó mucho en realidad. – Agua mineral para la señorita. –le dijo con tono autoritario y ella asintió antes de marcharse.
- Por lo menos no la pediste para "la loca". Gracias. Aunque hubiera sido gracioso.
- Tengo que cuidar mi reputación.
- No lo dudo.
- ¿Cómo te llamas? –inquirió y vi un destello de curiosidad asomarse por sus ojos fríos.
- Tú primero.
- Eres imposible.
- Gracias. –sonreí ampliamente y luego sólo observé alrededor entreteniéndome a propósito en las personas, sólo quería desesperarlo un poco. Fue demasiado fácil.
- ¿Hoy no tienes miles de preguntas?
- Sí. Pero primero necesito que me expliques el negocio que tienes en mente. Si no me interesa, no creo que ambos debamos perder el tiempo.
- Quién lo diría, a veces puedes ser razonable. –me halagó y le guiñé un ojo. – Voy a hacer un viaje, una semana mínimo con mi familia y esperan que lleve a una prometida. Ese sería tu trabajo.
- ¿Conseguirte una prometida? –pregunté sin querer entender lo que creí que me estaba pidiendo.
- Eres más inteligente que eso. –contestó un poco desesperado, lo sentí en su voz.
- ¿Cómo es que "tienes" que llevar a una mujer que no existe?
- Esas son mis razones. Pero tengo que hacerlo. Y no quiero involucrar a nadie con quien tenga una relación personal. Por eso es un negocio.
- ¿O sea que tienes una novia o prometida y no piensas llevarla?
- No tengo compromiso alguno con ninguna mujer. –me aseguró como si la simple idea lo repudiara, sí, tenía el tipo de ser de todas pero jamás de alguna en especial.
- ¿Por qué una chica normal en vez de una actriz?
- Porque las actrices trabajan un rato, escuchan "corte" y siguen con su vida. Esto es veinticuatro horas. Sin descuidos, tiene que ser perfecto. Desayunos, paseos, cenas, armar una historia. Todo.
- ¿Todo? Dijiste en tu anuncio que no involucraba sexo.
- Toda la actuación para mi familia, en privado somos compañeros de negocios y nada más.
- Así suena mejor. –contesté sin dudarlo y él levantó una ceja, quizás le ofendió un poco mi alivio a saber que no me estaba pidiendo acostarnos. – Que me paguen por sexo no está en mi lista de cosas por hacer.
- ¿Qué tal una semana en la playa? Paseos en bote y a caballo, fuegos artificiales y un montón de pláticas femeninas con las mujeres de la familia.
- Creo que eso podría tolerarlo. ¿De cuánto dinero estamos hablando?
En ese momento regresó la mesera con mi botella de agua mineral, menos mal que estaba cerrada porque me ponía paranoica pensar que me pudieran drogar. Además de eso dejó un plato de carnes frías al centro de la mesa y luego se retiró. Mientras tanto el psicópata aprovechó para sacar un trozo de papel y escribir algo en él, luego lo dobló y me lo dejó cerca ¿siempre cargaba papelitos? ¿O iba preparado?
Yo lo tomé y al verlo no pude ocultar mi sorpresa, lo miré a él y casi me sonrió. Era mucho dinero, más de lo que me llegué a imaginar. Él me estaba ofreciendo una semana de vacaciones más esa cantidad algo exorbitante sólo por fingir que era su prometida y sin dormir juntos. Era demasiado bueno para ser verdad.
- Necesito saber por qué. –aseguré con toda la sinceridad del mundo viéndolo a los ojos. – Estás planeando algo tan fácil y con tantos beneficios que no tiene sentido alguno.
- Quizás pueda decírtelo. Pero es tu turno para responder preguntas.
- Dispara.
- Asumo que no trabajas ¿por qué? –cuestionó eso y fue fácil de responder, aunque no iba a darle detalles.
- Tengo suficiente dinero para vivir así un tiempo más y me divierto demasiado para encerrarme en una oficina a diario.
- ¿Has trabajado alguna vez?
- No.
- Y supongo que tus padres están detrás de eso. –aseguró con un tono condescendiente que no me gustó, por eso decidí darle una verdad que en general a las personas no les gustaba escuchar.
- Lo hacían antes de morir y lo siguen haciendo desde la tumba.
- No tienes padres, esposo, novio, ni hijos. Pero me aseguraste que alguien notaría tu ausencia si te desaparezco esta noche ¿quién sería?
Su respuesta carente de emoción me sacó de balance un momento. A nadie le pasaba con tanta indiferencia el hecho de que mis padres estuvieran muertos. Me obligué a sonreír y a inventar algo.
- El que no tenga padres, no significa que no tenga más familia o amigos, ni que no viva con alguien.
- ¿Vives con alguien?
- Sí.
- ¿Quién?
- Demasiadas preguntas ya. ¿Por qué estás haciendo esto? –le dije como un ultimátum y lo vi erguirse un poco más en la silla, no supe si estaba a punto de correrme… o qué pasaba por su cabeza.
Fin Lin POV
Sesshoumaru POV
Bien podía ser que estuviera a punto de sacarla de ahí. Era nada más que una chiquilla insolente… pero durante nuestras conversaciones electrónicas y hoy en persona me di cuenta de que encajaría muy bien con la familia y en el papel que tenía que interpretar. Además yo ya no tenía tiempo para hacer una selección más. Tenía que ser ella, sabía que era ella.
- Ya les dije que tengo una prometida, ahora requieren conocerla. No puedo simplemente echarme para atrás. Pero no te atrevas a preguntar por qué les dije eso. –la reté y creo que esta vez entendió que debería limitar su curiosidad.
- Está bien. –suspiró y destapó el agua mineral para dar un sorbo por primera vez. - ¿Hay otros detalles que tenga que saber? ¿Quién creen ellos que es tu prometida?
- Sólo saben una cosa de ella. Que está enferma de cáncer. –le dije la verdad y vi cómo se petrificaba. Para mí ese era nada más que uno de los detalles que me llevaban hasta mi objetivo principal, pero al parecer toqué una fibra sensible en la mujer loca frente a mí.
- ¿Y por qué demonios les dijiste eso? ¿Tienes idea de la abominación que es?
- Mis razones estás fuera de esto. Además, no me parece tan complicado ¿por qué te molesta tanto?
- ¡Porque es horrible! Es tu familia y creen que te quieres casar con una mujer condenada a muerte, la vas a llevar, a presentar, se van a encariñar con ella… ¿y qué? ¿Un día les vas a decir que murió y la enterraste? ¿O qué va a pasar? –me soltó todo en un torrente de emociones intensas que le llenaron los ojos de lágrimas.
- ¿Quién tiene cáncer? ¿Tú, alguien cercano? Esa es demasiada reacción para no ser personal. –aseguré viéndola a los ojos castaños para buscar cualquier verdad que se asomara por ahí.
- No. No tengo cáncer, nunca lo he tenido ni he estado cerca de alguien que sí. Pero de todas formas eso que pretendes es una abominación.
- Es nada más que un detalle. Hace dos minutos el trato te parecía demasiado bueno para ser verdad.
- ¿Cómo se supone que vaya y finja tener cáncer?
- Delgada, piel muy blanca. Encajas bien. El resto depende de ti.
- Eres un psicópata, y un idiota, también. –me dijo enfurecida y se cruzó de brazos, pero no se marchó.
Probablemente cualquier persona cuerda que sintiera tal desagrado por lo que le estaba proponiendo no hubiera esperado dos segundos más para salir de ahí corriendo, pero no ella. Esa chiquilla loca continuaba en la mesa viéndome a los ojos con fuego escrito en la mirada.
- Tienes que aceptar. Eres perfecta para el papel.
- Nunca he hecho nada así malo en mi vida. –me aseguró pero al final noté algo diferente, como si me estuviera mintiendo… no supe qué era, pero no estaba interesado en una lista de las cosas malas que había hecho.
- Escucha. Es un trabajo. Tú no los conoces, ni eres responsable por cómo resuelva yo la situación después. Sólo tienes que ir, divertirte y contar algunas historias. Es todo.
- ¿Cómo nos conocimos? –me preguntó en tono sarcástico, pero de todas formas le contesté porque quería demostrarle lo sencillo que iba a ser. Al menos para ella.
- Aquí. Tomando una copa… por lo menos en mi caso. –le aclaré señalando su botella, ella pareció relajarse un poco.
- ¿Hace cuánto tiempo?
- Un año. –le dije sin dudar esa fecha que ya había calculado para que la familia lo creyera.
- Antes del cáncer.
- Obviamente.
- Claro ¿cómo puede alguien enamorarse de una persona que ya se está muriendo? Tiene sentido. –suspiró con algo de enojo y luego descruzó los brazos, por un momento temí que se hubiera rendido ya y se estuviera marchando, pero no. - ¿Es terminal?
- Aún quedan tratamientos. –le aclaré sin desear entrar en ese detalle que era un punto vital para mi plan.
- ¿Me van a caer bien? Porque eso puede complicar las cosas.
- No tengo idea de si te van a caer bien, pero eso no puede complicar las cosas. Si aceptas esto es porque puedes llevarlo hasta el final. De hecho, va a haber un contrato de por medio.
Sentí el hielo que destilaba en ese momento porque acababa de tocar el punto más importante. Este plan no podía tener tal falla, si a la mitad la descubrían yo perdería todo por lo que estaba luchando.
- Tengo que ver ese contrato. Ahora. –me exigió como si fuera una princesa, quizás eso le habían hecho creer sus padres siempre.
- Ni siquiera sé tu nombre, no podía hacerlo así. ¿Vas a aceptar?
- Tengo que pensarlo. –me respondió sin dudar y la maldije por dentro. Ella no podía retractarse.
- No puedes demorarte. Los boletos de avión están comprados, son para el próximo lunes.
- Pero hoy es viernes…
- Exacto. –le aclaré traspasándola con la mirada, tenía que convencerla a toda costa. - ¿Más dinero sería mejor incentivo?
- Tal vez sea simplemente estúpida por decirte esto, pero no. Más dinero no cambiaría nada. Tengo que decidir si voy a engañar a un montón de personas inocentes diciéndoles que soy tu prometida con cáncer.
- No lo compliques tanto, es simple.
- Eso dices tú. –me retó otra vez y comprendí que le estaba ganando aunque siguiera con su misma actitud renuente.
- Tienes esta noche para meditarlo, por lo pronto para fines prácticos podemos seguir armando la historia.
- Necesito saber tu nombre. –me pidió y vi algo brillar en sus ojos castaños, bien podría ser miedo o añoranza. Quizás fuera demasiado pronto para soltarle esa información, era consciente de que bien podría conocer mi identidad e ir a publicarlo en alguna revista… pero de todas formas accedí porque era inevitable.
- Sesshoumaru. –le extendí la mano y ella la tomó.
- Lin. –se presentó y vi que su nombre le quedaba bien y la estúpida idea de poner un anuncio en internet dio los mejores resultados, ella era perfecta.
Fin Sesshoumaru POV
CONTINUARÁ...
Holii. Aquí andamos con esta nueva historia, luego de años apartada del fandom (pero con el amor por Sessh&Rin intacto). Espero les guste. Si tienen un minuto, dejen un comment, amo leer lo que piensan.
Nos leemos el próximo sábado.
