Tontería, no era más qué la verdad, una completa tontería y estupidez estar de pie frente a la entrada del personal de la cafetería en busca del chico del mostrador con el fin de disculparse por su anterior comportamiento. Por su mente corrieron imágenes cuál vídeo con las posibles reacciones del chico afectado con sus palabras, era una realidad qué no lo conocía pero la forma en qué se defendió le dio mucho qué pensar. Bien podría mandarlo al diablo, o podría no importarle y reírse en su cara, cualquier reacción sería su castigo por insultar al rubio.
Suspiró con pesadez, y procedió a quitarse sus gafas para limpiarlas con la manga de la sudadera negra qué llevaba ese día, su visión sin ellas era horrible, muy a penas lograba distinguir el panorama y las luces lastimaban su visión más de lo normal, aunque lograba limpiar sin problema los cristales de los lentes cada qué era necesario.
—¿Me das permiso? Estorbas el paso —mencionó una voz dura detrás suyo.
Harry tuvo la inercia de voltear sin haberse colocado las gafas, lo cual fue mala idea pues no logró identificar a la persona qué le hablaba, entrecerró los ojos con la intención de aclarar su visión obteniendo el mismo resultado; nada. Optó por colocarse sus anteojos ya limpios y entonces lo vio, a quién había ido a buscar: Su… no, el chico del mostrador.
—Disculpa —titubeó Harry.
El rubio le observaba con una ceja levantada, no sabía exactamente qué decirle, así qué optó por quitarse del paso.
—Gracias —murmuró antes de continuar su camino.
Sin embargo Harry le tomó del brazo logrando detenerlo.
—Espera —dijo Harry.
—¿Qué quieres? —habló Draco deteniendo su caminata.
—Disculparme —recalcó Harry con voz ligeramente temblorosa.
—¿De qué? —respondió Draco zafando el agarre del azabache, y girando sobre sus talones quedó frente a él.
—No fue mi intención hablarte mal frente a todos, realmente haces un gran trabajo
Harry respiró con alivio, sintiendo cómo la tensión de sus hombros iba desvaneciendo, y esperó alguna respuesta positiva, o lo qué fuera de él.
—Si no conoces el trasfondo de lo qué sucede o en su defecto a las personas; es mejor no hablar —aconsejó fríamente—. Qué tengas buen día
El rubio dio media vuelta en dirección a la entrada de la cafetería, dejando a Harry en completo shock, ¿Qué le sucedía?. El azabache apostaba qué se trataba de una persona grosera y falta de empatía, no era para tanto tomar una actitud así por una sincera disculpa, pero claro, eso se ganaba por intentar ser buena persona con alguien como él.
Harry decidió no tomar café esa mañana, no le caería bien, esperaría un poco más de tiempo antes de ingerir cualquier cosa qué no le causaran náuseas.
Tenía el tiempo medido para llegar al trabajo, el tráfico de esa mañana de martes se volvió pesado por los cientos de personas transitando hacía algún destino en particular. Intentó no caer en pánico cuando el autobús qué tomó esa mañana rumbo a la universidad en compañía de Hermione, se detuvo por varios minutos en un semáforo qué por alguna razón la luz verde era de corta duración, además el carril paralelo no dejaba de estar lleno de autos, ¿Que se creía toda esa gente qué cruzaba cómo si fuera el único carril?. Un poco de empatía no les vendría mal.
Al cabo de otros diez minutos en el tráfico el autobús logró pasar ese tramo y los siguientes cinco minutos fueron un tanto rápidos, a pesar de las personas qué bajaron durante los siguientes metros. Draco percibía el cansancio en Hermione, así cómo en él mismo, ahora comprendía qué estudiar y trabajar simultáneamente no era fácil, recién tenían tiempo para hacer tareas y aprovechaban los intermedios entre clases para avanzar tareas y si tenían suerte comían algo.
Caminaron en dirección a la entrada qué no les tomó mucho tiempo más, contaban con cinco minutos de tolerancia para llegar a la cafetería y abrir antes de qué el reloj marcara las siete de la mañana, era tarde para ellos, por suerte no para el resto de los alumnos.
—¿Hay un chico obstruyendo la entrada o me lo estoy imaginando? —murmuró Hermione.
Draco contempló la entrada para los empleados de la cafetería, y confirmó lo qué decía Hermione.
—Sí, hay alguien, pero si fuera un empleado ya habría entrado y no estaría parado cómo idiota —respondió el rubio—, tendrá qué esperar a qué abramos
Al estar más cerca comprobaron qué se trataba de el chico qué lo había insultado en su primer día de trabajo, sabía qué Hermione lo conocía por Ginny, al ser amigo de su hermano no le fue difícil identificarlo, sin embargo Hermione al igual qué Draco se preguntaba la razón de su visita, —no te sorprendas si después te quiere pedir disculpas—, respondió la voz de Ginny en su cabeza. Ahora todo le hacía sentido pero no le iba a dar ese gusto, al menos no le pondría las cosas fáciles para conseguir su perdón.
—¿Es Harry Potter? —preguntó Hermione casi para ella misma.
Draco recordó su nombre en ese momento y supo qué estaba en lo correcto, era él. Sin embargo algo llamó su atención, ya había escuchado antes ese nombre, recordaba qué era por Ginny pero tenía la ligera sospecha de qué había sido mucho antes pero decidió no tomarle importancia ni hacerse más líos.
—No sabía su nombre —mintió—, sólo qué es amigo de Ginny o de su hermano
—Sí, es un amigo de su familia, pero casi no les hablo —dijo Hermione.
—Es mi turno de mandarlo a la mierda, ¿por qué no te adelantas? —murmuró el rubio poco antes de llegar a dónde estaba Harry.
La chica negó levemente no estando de acuerdo, sin embargo prefirió no meterse en dicho asunto así qué continuó su camino a la entrada del negocio y rodeó a Harry sin que este se diera cuenta de su presencia, además Draco llamó su atención en ese mismo instante.
—¿Me das permiso? Estorbas el paso —habló Draco con voz dura.
Harry volteó hacía él en un intento por reconocerlo. Draco enterró en lo más profundo de sus pensamientos lo bonitos qué le parecían los ojos del chico en tono verde, su brillo natural le heló la sangre.
—Disculpa —escuchó qué dijo.
El rubio le observaba con una ceja levantada, esperando a qué dijera algo más, sin embargo fue testigo de cómo se colocaba las gafas y se quitaba del paso.
—Gracias —murmuró dispuesto a seguir su camino.
Jamás esperó qué el chico tomara su brazo haciéndole detener. Su agarre era firme y decidido, tanto qué aceleró su corazón. Draco intentó responder el por qué.
—¿Qué quieres? —musitó Draco deteniendo el paso y miró sobre su hombro a Harry.
—Disculparme —recalcó Harry con voz ligeramente temblorosa.
—¿De qué? —respondió Draco zafando el agarre del azabache, y girando sobre sus talones quedó frente a él.
—No fue mi intención hablarte mal frente a todos, realmente haces un gran trabajo
El rubio sonrió internamente, sabía que conseguiría su objetivo, pero no iba a ser grosero, más bien, le daría una cucharada de su propio chocolate.
—Si no conoces el trasfondo de lo qué sucede es mejor no hablar —aconsejó fríamente—. Qué tengas buen día
Sin esperar respuesta giró de nuevo sobre sus talones dando marcha a la entrada del establecimiento, llegando a tiempo a su trabajo, revisó la hora en su teléfono dándose cuenta qué faltaban cinco minutos para cumplir el lapso de tolerancia y aunque era su segundo día laborando no quería causar una mala impresión llegando tarde por culpa de ese tal Potter.
Martes, día de entrenamiento, afortunadamente los rayos del sol caían levemente sobre Inglaterra en el mes de Octubre, por lo qué ese día podrían jugar sin sofocarse ante el sol, a diferencia del verano.
Harry terminaba de aplicarse protector solar antes de salir a la cancha, su piel era ligeramente delicada ante los rayos del sol y tomaba un tono rojizo si no la cuidaba, y por ende ocupaba un protector bastante alto. El último lugar qué le faltaba colocar la crema protectora eran las piernas, de modo qué tomó asiento en un banco en los vestidores para terminar de aplicar el bloqueador, Harry se encontraba inclinado, con la mirada fija en la espinilla cuando una voz interrumpió su actividad.
—Sí qué tengo mala suerte —murmuró aquella voz qué fue tan clara a causa del silencio qué reinaba en el lugar, ya que la mayoría de los jugadores se encontraban en el campo de juego.
Harry levantó ligeramente la cabeza sin dejar su labor y se encontró de lleno con el chico del mostrador, era lo último que se hubiera imaginado. Le había costado no pensar en él y su desafortunado encuentro esa mañana después de tomar la decisión de borrar de su mente tan bochornoso momento.
—¿Ah sí? No me digas… —respondió Harry, le iba a demostrar a ese güerito qué él también sabía jugar así.
—¿No lo ves? Estoy dentro del equipo —farfulló el rubio.
Harry le miró de hito en hito, no creyendo tal cosa, y fue hasta qué observó detenidamente al chico frente a él portando el uniforme blanco con bordes azul marino y el logo de "London Team" en el centro de la playera oficial. Tenía qué ser una jodida broma.
—No puede ser —expresó con disgusto, enderezando la espalda un poco más hasta quedar en una posición completamente recta.
—Vaya, parece qué has captado lo qué ocurre y déjame decirte qué…
Pero cualquier cosa qué Draco fuese a decir se vio interrumpida por Fred, uno de los capitanes del equipo.
—¡Chicos! —saludó Fred y se detuvo frente a ellos—, iba a presentarles al nuevo integrante del equipo, pero veo qué ustedes ya se conocen
—Algo así —mencionó Harry en tono hostil.
—Igual los presentaré de manera oficial cómo parte del equipo, Draco Malfoy él es Harry Potter y Harry Potter él es Draco Malfoy, nuestro nuevo delantero —-informó Fred.
—Pero ¿Y Theo? Él es nuestro delantero —preguntó Harry con disgusto.
—Sí, él es uno y el otro será Draco, le daremos la bienvenida oficial —dijo el pelirrojo—, vamos Draco te presentaré con el resto del equipo
Los dos chicos caminaron hacía la parte trasera de los vestidores qué daba hacía el campo de fútbol, Harry se quedó pasmado ante la nueva noticia del integrante del equipo y por la sonrisa de suficiencia plasmada en el rostro del rubio, —-tiene una sonrisa muy bonita—. Harry desechó ese pensamiento tan pronto cómo apareció, reemplazándolo por molestia y enojo, tuvo qué tomarse unos minutos para serenarse y cuando se encontró más tranquilo se percató de aquel nombre tan curioso (por no decir bonito) qué tenía el rubio ya lo había escuchado antes… ¿Pero dónde?. Decidió darle fin al tema y no opacar el gran amor qué le tenía al deporte, por él o por quién fuera, terminó de colocarse el bloqueador, guardó sus cosas en el locker y dio marcha al campo de entrenamiento dónde Fred y George hacían lo suyo cómo capitanes.
Madam Hooch fue la encargada de repartir una botella de agua a cada integrante del equipo al finalizar el entrenamiento, la mujer de aproximadamente 40 años se acercó a los capitanes para comentarles ciertos puntos qué notó durante el partido de prueba, qué en realidad fueron estrategias de juego y simulaciones de cómo desempeñarse durante los partidos reales, además ellos solían dividir al equipo y jugar cómo si fuera una final de la champions league.
—Me encanta el deporte, pero no este dolor en mi cuerpo —se quejó Ron en cuanto llegó con Harry quién terminaba de darle un sorbo a la botella de agua.
—Pienso lo mismo —concordó Harry.
—El chico nuevo será delantero y es extraño ¿No? recién entró al equipo, los qué ocupan esa posición es por qué son jugadores estrella, mis hermanos no lo hubieran elegido de no ser así —se expresó Ron.
—Lo sé, me sorprendió tanto cómo a ti cuando Fred me lo dijo —añadió Harry.
—Creo qué a todos, además tiene una forma de ser peculiar, parece qué no se lleva con nadie, a excepción de tú primo y Theo —mencionó Ron, observando al rubio charlar con los chicos antes mencionados—, qué bueno qué no te disculpaste
Pero Harry no lo escuchó, al menos no lo último qué dijo Ron, su mirada y atención quedaron fijas en Blaise y Theo, quienes cómo bien dijo su amigo, se encontraban charlando muy animadamente con Malfoy, su ceño se frunció sin darse cuenta y su mirada neutra se transformó en una de pocos amigos, al mismo tiempo qué le embargaba una sensación muy extraña en el pecho, pero no terminaba de comprender el por qué, hacía dos días qué conocía a Draco y ya tenía su mundo de cabeza, pero no lo iba a permitir, sus emociones no dependerían de cómo él lo tratara.
Harry estuvo a punto de abrir la boca y decir algo cuando vio al chico despedirse del moreno y el castaño para dirigirse al otro lado del campo y fue cuando se percataron de la presencia de alguien, pero no cualquier persona, se trataba de Hermione Granger, la chica de quién Ron estaba enamorado desde hacía 3 años, el pelirrojo apretó sus manos a su costado, formando dos puños, inclusive una de sus manos aplastó ligeramente el plástico de la botella de agua qué anteriormente había estado bebiendo, al ver qué la castaña saludaba muy animosamente al rubio, compartieron un par de palabras antes de adentrarse a los vestidores, perdiéndose de vista.
—¡Ahora entiendo por qué Malfoy apareció de pronto en la universidad! —se quejó Ron en voz alta—, ¡Es su novio!
Harry se negó rotundamente qué el sentimiento qué le embargaba el pecho no eran más qué celos, ¿Pero de qué?, no quería hacerse más ideas de las qué ya tenía, lo único qué logró comprender era el sentimiento de Ron y cómo eran mejores amigos, era lógico qué se sintiera mal por él y qué el chico del mostrador no le cayera bien.
—No cabe duda —repuso Harry con frialdad.
—Es un idiota —insultó Ron.
Harry quería decirle qué sí por todos aquellos pensamientos qué llegaban a su mente sin avisar, sin embargo se contuvo y lo único qué hizo fue respirar y rodear a Ron por los hombros en señal de apoyo.
—Lo es —dijo—, lo mejor será irnos y tomar una ducha de agua fría
Ron a su lado asintió, todavía enfadado por la reciente noticia qué le había dado un vuelco en el estómago y dejado roto el corazón.
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¡Hola! ¿Cómo están?, espero qué bien 3 yo me encuentro en mis días, pero la ventaja es qué el clima esta lluvioso, hace frío y puedo estar en mi camita todo el día, o lo más qué se pueda jaja.
Ahora sí vamos a la historia, Draco no dará su brazo a torcer tan fácil estamos de acuerdo, jajaja no sería muy Malfoy de su parte, pero Harry tiene fe aunque parezca qué no, y sabemos qué ama tenerlo cerca 3, ¿será qué podrán ser amigos?, lo averiguaremos...
Muchas gracias por leer 3 nos vemos en la próxima 3
Ale 3
