Una semana. Una maldita semana y Draco seguía sin poder regresar a casa.

Si alguien me hubiese dicho que tras comprometerme con él las cosas serían así me hubiera reído en su cara.

Jamás imaginé que ser la prometida de Draco Malfoy acarrearía un montón de compromisos sociales pero lo peor de todo era tener que estar sola en esta gran mansión mientras él trabajaba por todo el mundo enfrascado en sus misiones.

¿Acaso no era uno de los hombres más ricos de Gran Bretaña? ¿Por qué tendría que trabajar? Y lo peor de todo era..¿Por qué trabajaba para el ministerio pudiendo ocuparse de sus negocios familiares?

Daphne me advirtió, aún recuerdo sus palabras.

Draco siempre ha sido un hombre muy reservado, jamás podrás llegar hasta él. Podrás divertirte con él, es todo un galán y caballero pero jamás llegarás a su corazón. Deja este encaprichamiento y que se busque otra esposa…tú eres más joven que él, aún tienes tiempo de enamorarte. No cometas el error de enamorarte de un Malfoy…yo lo conozco mejor que tú y se lo retorcido que podría llegar a ser todo.

Pero no. Jamás reconoceré que tenía razón; a pesar de haber disfrutado mucho con él en galas, cenas y después en el dormitorio…Draco no me pertenece, jamás lo ha hecho.

Irónico ¿Verdad? Soy su prometida, voy a casarme con él en un mes y Draco Malfoy en su puñetera vida me ha pertenecido.

Eso no quiere decir que pertenezca a otra, por Merlín…Draco es un Malfoy y jamás faltaría a su honor y palabra.

Pero todo esto es superficial, un mero trámite…un negocio de nuestras familias en el que nosotros decidimos formar parte y divertirnos por el camino. Los dos lo dejamos muy claro al principio, seguiríamos como hasta ahora en nuestras vidas pero casados y con la chispa de compartir cama de vez en cuando.

Pero ya no es divertido. Ya no salgo a gastar sus galeones mientras él está trabajando semanas enteras, ya no soy capaz de asistir a mis compromisos sociales y poner buena cara y explicar que mi prometido es un Auror internacional muy ocupado; ya no soy capaz de quedar con las chicas para planear alguna escapada a París o Berlín por el simple placer de disfrutar la vida y de mis amigas ahora que soy una mujer prometida e inmensamente rica gracias a mi futuro esposo…un esposo que va a estar ausente.

Y es que…el encaprichamiento que tenía hacia este tipo de vida, de mujer "florero" por así decirlo había pasado a un segundo plano porque me he enamorado como una idiota de Draco Malfoy.

Él me prometió cuidarme, darme todo lo que yo quisiera imaginar y más…pero siempre hablando materialmente. Siempre me recalcó que con él, económicamente no me faltaría nada y diversión y sexo tampoco.

Pero yo, Astoria Greengrass ya no quiero nada de eso.

Resulta difícil de escuchar viniendo de mí ¿Verdad? Siempre he sido una niña muy mimada y mi madre me preparó a conciencia para que buscase un marido incluso más rico que nuestra familia para poder tener una buena vida llena de lujos, viajes y vestidos de seda…mi madre jamás me habló de amor, confianza, cariño o compromiso.

Esa fue la vida de mi madre y es lo que siempre quiso para mí.

Pero vuelvo a repetir y lo haré hasta la saciedad…yo ya no quiero eso.

Yo quiero que mi prometido esté deseoso de volver a casa para verme.

Quiero que cada vez que tenga que ir a una misión la tristeza de dejarme en casa asome a sus preciosos ojos mientras me besa desesperadamente con miedo a soltarse de mí.

Quiero que no eche horas extras y vuelva a casa pronto para acurrucarse conmigo al fuego con una copa de vino mientras hablamos de nuestra boda, o nuestras próximas vacaciones o el nombre que le pondremos a nuestros hijos…

Quiero que me acaricie con cariño, que me haga el amor dulcemente mientras me susurra palabras bonitas y no esos encuentros que solemos tener donde lo pasamos bien, no voy a negarlo pero que se sienten tan vacíos…se sienten como necesarios para seguir con toda esta farsa… es solo sexo, nada de sentimientos.

Quiero que me diga que me ama…

Quiero tantas cosas de Draco Malfoy que no puedo esperar a que regrese de New York.

Así que me serviré otra copa de vino mientras el reloj va marcando las horas porque cuando la aguja marque las doce, Draco regresará y tendré que volver a maquillar mi rostro con la sonrisa más falsa y superficial que pueda recrear…porque él jamás me prometió amarme y yo no puedo dejar que él descubra mis sentimientos y anhelos porque aunque todo esto sea una farsa…es mi farsa y prefiero vivir así que demostrar mis sentimientos y que la realidad me golpee de frente.


N/A: ¿Cómo vamos? ¿Os está gustando la historia ? La verdad que no pensé alargarla tanto pero estoy muy inspirada y es cómo si los persnajes se desarrollasen solos.

Quería aclarar que es la primera vez que escribo en primera persona así que si consideráis algo que no se entiende bien os pido disculpas y decídmelo sin problema. Vuestros comentarios siempre son bienvenidos ;)